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Calidad de vida

Calidad de vida es un concepto utilizado para evaluar el bienestar social general de


individuos y sociedades. El término se utiliza en una generalidad de contextos, tales como
sociología, ciencia política, estudios médicos, estudios del desarrollo, etc. No debe ser
confundido con el concepto de estándar o nivel de vida, que se basa primariamente en
ingresos. Indicadores de calidad de vida incluyen no solo elementos de riqueza y empleo
sino también de ambiente físico y arquitectural, salud física y mental, educación,
recreación y pertenencia o cohesión social.

Documentos del Concilio vaticano II


El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica convocado por el
papa Juan XXIII, quien lo anunció en el mes de enero de 1959. Fue uno de los eventos
históricos que marcaron el siglo XX.

El Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas fue presidida por el mismo Papa
en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, (el 3
de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el
Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue la lengua latina.

Fue el Concilio que contó con más representación de todos, con una media de asistencia
de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una
gran diversidad de lenguas y razas. Asistieron además miembros de otras confesiones
religiosas cristianas

Objetivo

El Concilio se convocó con los fines principales de:

 Promover el desarrollo de la fe católica.


 Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
 Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
 Lograr la mejor interrelación para con las demás religiones, principalmente las orientales.

Se pretendió que fuera un aggiornamento o puesta al día de la Iglesia, renovando los


elementos que más necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma de todas sus
actividades.

Pretendió proporcionar una apertura dialogante con el mundo moderno, actualizando la


vida de la Iglesia sin definir ningún dogma, incluso con nuevo lenguaje conciliatorio frente
a problemas actuales y antiguos.
El Concilio Vaticano I (1869-1870) no había terminado debido a la suspensión impuesta
por el estallido de la guerra franco-prusiana. Algunos querían que se continuara este
concilio pero no fue así. Los sectores más liberales o modernistas dentro de la Iglesia lo
consideran uno de los 5 concilios más importantes (Niceno I, Calcedonense, Lateranense
IV, Tridentino y Vaticano II). Trató de la Iglesia, la revelación, la liturgia, la libertad
religiosa, etc. siendo sus características más importantes la renovación y la tradición.

En cambio los sectores más conservadores aplican un término llamado la hermenéutica de


la continuidad para leer los textos conciliares a la luz de la Tradición y el Magisterio
bimilenario para que no entre en contradicción.

Pero los sectores tradicionalistas, como la Hermandad San Pío X denuncian que el Concilio
enseña errores y que hay puntos que deben ser condenados porque contradicen
abiertamente la Tradición, el Magisterio Papal y de los anteriores Concilios de la Iglesia
católica.

La calidad de vida es el objetivo al que debería tender el estilo de desarrollo de un país que se preocupe por
el ser humano integral. Este concepto alude al  bienestar en todas las facetas del hombre, atendiendo a la
creación de condiciones para satisfacer sus necesidades materiales (comida y cobijo), psicológicas (seguridad
y afecto), sociales (trabajo, derechos y responsabilidades) y ecológicas (calidad del aire, del agua).

Por el contrario, el estilo de desarrollo sólo obsesionado por el crecimiento económico ilimitado y cuyo
principal objetivo es la riqueza (acumulación material y monetaria), utiliza para evaluar su crecimiento el
concepto producto nacional bruto (PNB) y para evaluar el bienestar de las personas el concepto nivel de
vida.

El producto nacional bruto (PNB) reduce todos los bienes y servicios a su valor monetario, ignorando
variables sociales, psicológicas y ecológicas. Por ejemplo, considera como ingresos a la riqueza del país
actividades que no añaden nada a la producción real –gastos militares y hospitalarios- y otras que implican
un deterioro de los recursos naturales –tala de árboles, energía-.

El nivel de vida es un concepto estrictamente económico y no incluye las dimensiones ambiental y


psicosocial. La calidad de vida, en cambio, alude a un estado de bienestar total, en el cual un alto nivel de
vida se torna insuficiente. Por ejemplo, una persona con un alto nivel económico, que reside en una ciudad
contaminada por ruido y smog y que además padece estrés por las exigencias laborales, tiene un nivel de
vida alto pero una baja calidad de vida

GAUDIUM ET SPES
Constitución Pastoral del Concilio Vaticano Segundo, sobre la Iglesia en el Mundo
Moderno.

Gaudium et Spes [editar]

La Constitución Apostólica Gaudium et Spes es tal vez el máximo logro del Concilio
Ecuménico. Su nombre proviene de las primeras palabras de ésta en latín, que en
castellano significa Los gozos y las esperanzas. Trata acerca de la Iglesia en el mundo
actual, y es la manifestación más clara del aggiornamento pretendido por Juan XXIII.

Se encuentra dividida en cuatro partes. La primera es un prefacio y la segunda una


introducción acerca de la situación del hombre en el mundo moderno. La tercera se llama
"De la Iglesia y la vocación del hombre", hablando de la visión de la Iglesia acerca de la
dignidad del ser humano, la vida en sociedad, la actividad del hombre en el mundo y
acerca del rol de la iglesia en el mundo actual. La cuarta parte tiene como finalidad
explicar la misión en la actualidad de la Iglesia y se explaya en ciertos temas particulares
como el desarrollo económico y social, la naturaleza del matrimonio en la vida moderna,
la política, la expansión de la cultura y sobre la paz y la promoción de la comunidad de
naciones.

Fue aprobada por 2.307 contra 75 obispos reunidos en concilio, y fue solemnemente
promulgada por el Papa Pablo VI el 7 de diciembre de 1965.

7 de diciembre de 1965.
Es el documento más largo del concilio y se divide en dos partes importantes:
1. La enseñanza de la Iglesia sobre los seres humanos, el mundo en que viven, y la relación
de la Iglesia con ellos.
2. Varios aspectos de la vida de hoy y la sociedad humana, y en particular los asuntos
morales que presionan en estos tiempos.
Considera que "el ateísmo debe de ser considerado como uno de los más serios
problemas de nuestros tiempos."
Reconoce que, a pesar de los medios modernos,  "el dialogo genuino y fraternal no ha
avanzado tanto a este nivel como en el más hondo nivel de las relaciones personales,"
donde los individuos comparten juntos en espíritu.
El tema del matrimonio y la familia Cristiana lo cubre más extensamente que todos los
anteriores concilios.
Toma una fuerte posición a favor de la paz.
 

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