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HUER TAS
Todas las actividades del hombre se ven mediadas por las máquinas y estas han logrado
ofrecer en muchos sentidos la comodidad y facilidad en la vida que se requiere de ellas;
nos han ofrecido el poder de disponer de nuestro tie mpo como nosotros quera mos. El
Por ello también tenemos artefactos que nos permiten distraernos en el tiempo libre. La
industria del entretenimiento nos ofrece información y mundos para recrearnos y gozar la
vida. La televisión, la radio, el cine, la red mundial de información nos da algo para pasar
el tiempo y a veces para reflexionar sobre la vida en que vivimos. También tenemos
acceso a las actividades que otros hacen especialmente e l deporte.
Respecto del deporte, sabemos por Elías que además de ser una creación propia de la
modernidad, es una actividad pensada para controlar la inversión de la fuerza de las
masas, quienes, desposeídas del poder, necesitan de algo que las ayuden a obtener
calidad de vida y confort para no rebelarse ni pensar más allá de su propia emoción. El
deporte, también como producto de la modernidad, está pensado en términos civilizados:
hay unas reglas universales, optimización de l gesto, contabilización del esfuerzo y el
resultado; en fin, una visión industrial de la vida moderna 3.
2
E stos son ideales de la ilustración, patentes en la activ idad física.
3
C fr. E LIAS, N orbert. Deporte y ocio en el proceso de civ ilización. FCE.
parques, ciclo vías, sitios de interés, museos, para distraernos y pasar el rato (libre).
Nuestro tiempo libre entonces no es tan libre en tanto tenemos que entrar en la dinámica
específica de las actividades disponibles en á mbito de la ciudad. Se nos dice que tenemos
que hacer tales o cuales cosas porque así estaremos felices en la sociedad. Tenemos que
vivir entre lo que tenemos y lo que podemos hacer, lo cual está ya prefijado por la misma
4
sociedad que nos impone también los deberes del trabajo que hace mos.
Se supone que el ocio y el tiempo libre son tiempos en los que el hombre, desembarazado
de la tiranía de la maquina y la necesidad, podría ser creativo y redundando, libre y feliz,
aprendiendo a convivir y desarrollando su espiritualidad sin e l yugo de la imposición. Pero
esto es solamente una quimera que se deshace ente los sonidos y colores del espectáculo.
El espectador sencilla mente mira lo que tiene delante, sin posibilidad de interactuar con lo
que ve y tomando lo que puede para satisfacer su necesidad de poder ser; pero de este
modo solo puede ser lo que le dicta la conciencia del libretista o del editor de noticias. No
toma parte ya de su vida sino es para apoyar los registros de audiencias y las encuestas
4 ¿Las máquinas del entretenimiento, que problema resuelv en? me pregunto, un motor acelera o multiplica la
fuerza del hombre, y un receptor, ¿Q ué me v a a resolver de la vida que tengo? P robablemente el problema del
tiempo libre, esclav izándolo. La máquina nos convierte también en máquinas que reciben, procesan y
producen consumo de bienes sinsentido que pretenden dar sentido a nuestras v idas; ¿E n dónde quedan las
emociones y el esfuerzo invertidos en un juego de v ideo, después de quince días invertidos en terminarlo?
¿E so es suficiente para nosotros? E s curioso, el mundo del cine y la telev isión se esfuerzan en ofrecernos cada
día situaciones y v ivencias ajenas extraordinarias, para que las disfrutemos, para que pasemos el rato
mientras llega aquello definitiv o que v a a cambiar nuestra vida y la vida se nos pasa mientras creemos
encontrar el santo grial de la felicidad entre las emisiones de capítulos cada vez más sensacionales, más
espectaculares, viv idos por otros que no somos nosotros sino ellos que v iven la vida que no v ivimos a tope.
de simpatía por aquello que está de moda, fugazmente actual, que pronto será parte del
periódico de ayer, como dice el salsero.
Tal situación se convierte en preocupante cuando orientamos la mirada hacia las nuevas
generaciones, que crecen frente a los televisores y videojuegos, viviendo de los chismes y
los puntajes obtenidos en el juego de moda, comunicándose con personas conocidas
virtualmente, es decir, casi conociéndolas por lo ellas dicen ser. Un escenario radical de
esta situación nos pone frente a un ser humano encarcelado en su propio acontecer,
extremando hasta la torpeza aquel principio cartesiano del cogito ergo sum hasta el video
ergo sum, inmerso en un mundo que no existe pero que le proporciona todos los
espejismos necesarios para creer que así puede ser feliz, hasta el mome nto en que ca mbie
la tendencia y haya que cambiar para estar a tono con la felicidad prestada. 5 La facilidad
con que el hombre se las ve con el mundo actual no es tal como la vemos habitualmente.
Aquello que se inventa para facilitar la vida del hombre y hacerla más fácil es solo un
modo distinto de presentar los barrotes con que está formada la cárcel de la vida
cotidiana.
ello suficiente para la existencia del hombre? ¿Acaso eso satisface a los niños y jóvenes,
quienes desean, necesitan descubrir e l mundo? ¿Será suficiente?
La dificultad es la que proporciona las marcas con las que se traza el camino de la vida y
es sólo la experiencia de la vida vivida al borde la que recordamos al hacer me moria. Eso
lo sabe mos porque el material conque se hacen las grandes creaciones literarias están
llenas de tales situaciones. El héroe, es quien desafió a los elementos y a sus semejantes
en hazañas con las que son recordados con posteridad ¿Qué queda de la vida vivida
arriesgadamente en nuestra existencia resuelta en medio de las máquinas y la ciencia? 6
Como seres humanos, estamos atados al mundo en que vivimos, a pesar de que parezca
lo contrario. Estamos acostumbrados a ver el mundo desde las ideas, desde el poder el
pensamiento que todo lo puede y lo controla; pareciera que nuestro pensa miento rige la
naturaleza y lo que crea el hombre, rigiendo el mundo en relación a lo que produce el
pensamiento. Nuestra vida parece limitarse a la razón y sus productos. Sin embargo, la
vida del hombre se extiende más allá de los productos del pensamiento, porque el hombre
no sólo es su razón sino que también es lo que su existencia trata con el mundo: el
hombre se construye no sólo con su pensa miento pues ta mbién está tratando
existencialmente con las cosas: le pone sentido a lo que vive con e moción y sentimiento,
lo construye en la me moria como algo significativo y se queda allí como algo de valor
superior y valioso. Es en esa tensión en donde aparece la verdadera libertad de l hombre.
La vida no se soluciona con lo que recibimos crítica mente del exterior de nosotros mismos.
Existe en nosotros la necesidad de ir más allá de lo que nos ofrece el mundo y por ello la
vida se escapa de lo propuesto para traspasar el límite de la vida vivida realmente. Es allí
donde aparece no sólo el pensamiento sino la existencia completa del hombre, que
siempre se sale con la suya para existir en el mundo, donde el deporte y la actividad física
se abren como ca mpo de acción de la existencia. Frente a lo fácil de la vida ofrecida para
vivirla sin proble mas, el hombre se proble matiza para vivirla realmente. 7
6 A unque no sea el momento, es bueno recordar que el video juego aparece como una alternativ a tecnológica
emocionante y problemática: ofrece al hombre una dificultad a superar en el mundo v irtual planeado para la
superación.
7 P or ejemplo, la inv estigación científica sólo puede avanzar si se problematiza, si existe algo que no se puede
resolv er con los recursos que tiene a la mano. E l hombre común sólo aprehende la vida si se expone al peligro
La cuestión pareciera ser más sencilla en el pasado. El mundo era un reto a afrontar todos
los días y hasta la menor de las dificultades interponía un reto para la vida, como el
consumo de l agua de un río, por ejemplo. Ahora debemos enfrentar nuevos desafíos para
marcar nuestra existencia y cobrar sentido a nuestras vidas; ante la facilidad, se busca la
dificultad y e l misterio que encierra nuestro propio mundo.
Sin e mbargo, en el deporte se evidencia también la impronta del modo de ser técnico
moderno: las prácticas deportivas se mejan la actividad industrial y se sabe que cada vez
o al riesgo de v iv ir la v ida de otra forma, si se fav orece con la posibilidad de lo que puede ser más allá de lo
establecido en la v ida común y corriente que viv imos todos.
mas se está yendo hacia la optimización del gesto y la producción en masa de deportistas
con organismos ópt imos para el espectáculo deportivo. Cuando los vemos, nos
encontramos con héroes que están más allá de las posibilidades del hombre común, quien
los conte mpla en la comodidad de su sala, frente al televisor y esto, como producto y
simbolo de la modernidad, no complace a todo el mundo. Algunos necesitamos otros tipos
de experiencias8.
Del mismo modo, encontraremos jóvenes usando bicicletas, skateboards, cuerdas y demás
dispositivos para desarrollar prácticas deportivas que no tienen como escenario e l ca mpo
demarcado sino la misma ciudad o ta mbién el espacio abierto de ca mpos y montañas.
Muchos jóvenes practican tales actividades porque descubren así tienen emociones que en
la vida normal no pueden tener. ¿Qué hace de tales prácticas algo tan emocionantes, tan
necesarias de vivir en los ratos preciosos que se le quitan a la vida común y corriente?
Hay que reflexionar un poco sobre la esencia de tales juegos para poder comprenderlos e
interpretarlos. Como ya se dijo, tales prácticas se hacen en escenarios poco comunes al
deporte común: las calles de la ciudad y en escenarios donde la acción del hombre es
poca, los bosques y campos. Pero además, todos estos deportes tienen el componente del
riesgo, la cercanía con el peligro y la imprevisión, a la aventura, opuesta a la serena
previsión y control de la que hace gala la modernidad: aquí no previene sino se vive el
momento, lo actual lo conte mporáneo, donde es muy posible tener una lesión por usar
8
La modernidad, como constructo histórico, viene siendo superado como concepto de designación de la
época. E n estos momentos nos comprendemos dentro de la era contemporánea.
una tabla para saltar sobre andenes, escaleras y desniveles propios de la ciudad, o en la
nieve o en las pistas desarrolladas para ello. Lo mismo sucederá con las actividades en la
montaña, los ríos o los muros de escalada.
De otra parte, tales deportes implican otra cara de la vivencia del ser humano en su
búsqueda de sentido. Los deportes extremos no se practican de manera solitaria, se crean
grupos de que construyen identidades y valores propios de la vida social. La imagen del
joven practicante de deportes extremos es la de un hombre distinto y apartado de la
sociedad en tanto es un componente marginal de l mismo. El patinador, el Roller, está
identificado con un grupo especia l y con ello aparecen también las notas que lo van a
caracterizar y a distinguir de entre las demás prácticas juveniles: atuendos, ropa, música,
etc.
De la aventura propia del deporte contemporáneo, deriva otro componente aún más
trascendental en estos deportes: Todos ellos implican trato cercano con la muerte, la
retan, haciéndola próxima. Los gestos técnicos, el ejercicio a ser alcanzado, roza el peligro
abandonando lo seguro, lo posible, para adentrarse en lo inquietante lo imposible, la
proeza. Es seguro que este acercamiento con la dificultad a superar, con el riesgo que se
corre porfiadamente por el solo gusto de enfrentarlo, genera suficiente emoción para
convertirse en algo profundamente significativo. Quien practica cualquiera de estos
deportes sabe que se arriesga a lastimarse o a morir y aun así practica tales actividades.
Las carreras de aventura o las súper maratones implican tales riesgos y se sabe que
muchos han muerto en sus prácticas aunque sean expertos en tales disciplinas.
¿Podemos decir que esa es justamente la esencia del deporte contemporáneo, el estar de
cara a la muerte para poder vivir la vida realmente? ¿Nos ofrecen tales deportes aquello
que la facilidad de la vida actual nos arrebata? ¿Encontramos sentido para nuestra vida
con ese arriesgarse en la dificultad?
atreven a enfrentar el peligro, de saber que tales espectáculos venden bastantes espacios
televisivos, es bueno pensar si tales prácticas deportivas permiten aprender algo y si
tienen alguna conexión con la educación, con todo lo que implica el acto educativo.
Hemos de pensar si los modelos educativos modernos, tanto en el ámbito deportivo como
en la Educación Física, conjugan con la sociedad que afrontamos hoy en día, si nos
ofrecen elementos para educar al hombre que tenemos delante y de los nuevos ideales de
la sociedad actual. ¿Sabe mos qué espera aprehender el hombre conte mporáneo de las
9 Los grandes av ances de la ciencia también han sido los grandes atrasados del desarrollo intelectual y
espiritual del hombre: las grandes guerras, el desastre ambiental, son consecuencia directa del desarrollo de la
tecnología. Lo mismo podemos decir del deporte.
Quien todos los días está practicando con una tabla de skate board, golpeándose,
fracturándose a menudo, haciendo amigos y enemigos defensores del espacio público,
sabe que su vida es mucho más de lo que estudia o la información que recibe. Cada vez
que el ciclista de montaña se levanta de madrugada y llega al anochecer completa mente
embarrado, o el ca minante pasa la noche en el descampado, porque quiere y disfruta de
esa incomodidad, está aprendiendo algo que en la vida cotidiana aprenderá de manera
amarga. ¿Qué tanta voluntad hemos podido aprender de toda la vida que vivimos cuando
de niños nos ofrecían el muñeco que se movía solo, la colección de carritos que a duras
penas jugamos y qué tanto aprendimos cuando desarma mos alguno esos modelos o nos
aventuramos a crear uno? ¿No aprendimos nada cuando nos atrevimos a recorrer la
ciudad solos, cuando quisimos subir una montaña? ¡Cuánto más aprenderíamos si
tuviésemos una guía, una base para andar todavía más lejos!
Los deportistas saben perfectamente que le deben mucho de su vida, para bien o para
ma l, al deporte. No son personas comunes y corrientes, su vida está orientada hacia un
sentido donde se está poniendo alegremente la vida en tareas que son del disfrute propio
y de extraños. Pero la vida del deportista se queda entre los límites de l escenario; tal
como la raciona l sociedad que lo raciona todo, divide la vida en tantas partes como sea
posible. La vida no se compartimenta para ser comprendida sino que se vive y se
construye para ser vivida y disfrutada con todas sus vicisitudes. Sabemos que el
entrenamiento, aunque conjunto de procedimientos, acciones y actividades, están
encaminadas a un fin, pero este fin no es un rompecabezas sino un todo integral que es
unido mediante la virtud de l entrenador que pedagógica mente puede transmitir los
principios de l entrena miento y de su propia experiencia a sus entrenados.