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Chile no produce más de un 4% del total de los combustibles fósiles que se consumen en la
forma de petróleo, gas y carbón. Esto nos hace depender de la disponibilidad y de la alta
variabilidad y volatilidad de los precios de estos insumos en los mercados internacionales.
Al mismo tiempo, se han incrementado los proyectos de generación basados en
combustibles fósiles con el consiguiente impacto sobre las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero a la atmósfera y su impacto en el cambio climático.
Los países que tienen agua la usan para generar energía y demuestran que el desarrollo
hidroeléctrico es una solución adecuada y absolutamente vigente en el mundo.
Los próximos proyectos buscan alcanzar la meta energética planteada por el gobierno de un
15% de producción a través de ERNC: Energías Renovables No Convencionales. Para esto
ya se encuentra aprobado el proyecto Monte Redondo con una inversión de US$ 150
millones de dólares en un total de 37 aerogeneradores y una capacidad instalada de 74 MW.
Actualmente la capacidad total instalada del país alcanza los 9.041 MW2 para cumplir con
la meta del 15% Chile debiera producir hoy un total de 1.356 MW, unos 74 Parques Eólico
tipo Canela.
Inconvenientes como la poca seguridad y estabilidad de los parques eólicos pueden ser
subsanados al contar con una diversificación de su localización, así como disponer de
centrales de otro tipo que puedan otorgar un respaldo ante la falta de vientos y caídas de
tensión del sistema. Éstas, a diferencia de otras fuentes energéticas, suelen ser imprevisibles
e inmediatas. Del mismo modo deben tenerse en consideración las rutas de las aves
migratorias que coinciden muchas veces con las zonas de mayor viento en conjunto a otros
aspectos medioambientales.
La mayor velocidad de instalación de las granjas eólicas (Wind Farm) es una de sus
mayores ventajas, así como un costo de mantención y operación relativamente bajo (Canela
requiere de 5 personas para su operación) compitiendo con proyectos de mayor
envergadura como las centrales hidroeléctricas y nucleares, estando operativas en plazos
mucho más acotados.
Hay que tener en consideración que el potencial instalado es muy superior al que realmente
se obtiene de este tipo de centrales eléctricas, pero en excelentes condiciones, un sistema
eólico nacional bien implementado puede proporcionar un 27% de la demanda interna al
72% de funcionamiento.
Considerando las condiciones favorables del sur de Chile, comparables a las del Mar del
Norte, y las experiencias en el desierto perfectamente se podría seguir el ejemplo español,
diversificando nuestra matriz energética, reduciendo de paso la dependencia de biomasa
como combustible y constituyendo una fuente renovable y limpia de generar energía.
Tal como lo hará el parque eólico Canela, el aporte de energía limpia al sistema nacional
podrá ser transado a través de los bonos de carbono, aprovechando también las
oportunidades del proyecto de ley que obligará a las empresas generadoras a producir un
8% a través de ERNC para el 2024.
Por otra parte se tiene que considerar que la energía solar no funciona durante la noche o
durante los días nublados por lo que se tienen que buscar alternativas para evitar cortes
frecuentes en el suministro, lo que también incrementa los costos y disminuye la
competitividad de esta fuente energética.
ventajas
Por otra parte se tiene que considerar que la energía solar no funciona durante la noche o
durante los días nublados por lo que se tienen que buscar alternativas para evitar cortes
frecuentes en el suministro, lo que también incrementa los costos y disminuye la
competitividad de esta fuente energética.
Energía nuclear
Ventajas y desventajas
Una central nuclear no genera dióxido de carbono y esa es la principal ventaja que tiene
este tipo de energía, además no contamina el agua que se utiliza para mover los generadores
eléctricos, en realidad una central nuclear sólo genera vapor de agua y energía eléctrica.
Sin embargo, existen varios asuntos muy delicados que se deben considerar antes de
construir una planta nuclear, sobre todo porque tienen implicaciones de muy largo plazo.
En primer lugar, se tiene que considerar que el proceso de fisión nuclear inicialmente
genera grandes cantidades de energía, sin embargo, el uranio que se utiliza para provocar
esta reacción se mantendrá inestable durante millones de años, lo que sin duda alguna
representa un gran problema, ya que la inestabilidad del uranio hace que se generen
radiaciones peligrosas para cualquier tipo de vida, provocando mutación en las células de
todos los seres vivos incluyendo el ser humano.
En segundo lugar se tiene que considerar que la energía nuclear todavía no es
completamente dominada, ya que se requieren de sistemas de seguridad infalibles para
evitar que se repitan desastres como el de la planta nuclear de Chernobyl que en 1986
estalló en Ucrania.
Por lo tanto, se requiere pensar en cómo poder mantener los estándares de seguridad en su
nivel óptimo todo el tiempo, evitar las fallas humanas a nivel técnico y a nivel político para
que la central nuclear no represente una amenaza a la comunidad donde se asiente.
Sin duda alguna el tema de los desechos radiactivos es el que más preocupa a la comunidad
internacional, ya que en primer lugar éstos tienen que ser enterrados varios metros bajo
tierra, de manera que puedan durar periodos de tiempo muy prolongados, sin embargo,
nadie quiere vivir cerca de los depósitos de desechos radiactivos y en segundo lugar nadie
puede asegurar cuánto tiempo realmente estarán seguros bajo tierra.
En realidad, la pregunta sobre la energía eléctrica producida por fisión nuclear no es si ésta
responde a las necesidades actuales del planeta, porque es un hecho que es necesario
disminuir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, entonces, la verdadera
pregunta es ¿realmente los seres humanos son capaces de considerar todas las
consecuencias de sus actos?