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Pensar esta fecha implica volver la mirada sobre el escenario amplio, implica
volver la memoria a finales del XVIII en donde las ideas ilustradas y la
Revolución Francesa marcan sin lugar a dudas no solo los ejes temporales sino
también el marco de ideas.
Estas ideas implican una nueva concepción del hombre y de la sociedad que
encuentra uno de sus puntos de debate en el planteamiento de que el
dominio de un país sobre otro no es racional.
Sin lugar a dudas uno de los movimientos fuertes antes de mayo fue el
carlotista que buscaba reconocer como soberana a Doña Carlota, reina de
Portugal y hermana de Fernando VII. Sus partidarios veían en ella a una
monarca ilustrada que terminaría con las prácticas absolutistas que hasta
entonces el trono español había aplicado. Estas ideas nunca llegaron a buen
puerto, dada la alianza de España con Inglaterra, y la llegada del nuevo virrey
don Baltazar Hidalgo de Cisneros, el cuál había sido designado por la Junta
Central de Sevilla.
El 21 de Mayo la plaza mayor de Buenos Aires fue ocupada unos 600 hombres
encapotados guiados por French y Beruti, habían sido reclutados entre las
clases bajas, eran hombres de acción dispuestos a todo, y se conocieron como
la Leguión Infernal. Ante esta presencia el procurador del Cabildo hizo saber
que en efecto el Virrey estaba dispuesto a abandonar el cargo. Más esto ya no
les bastaba, la idea de un Cabildo abierto había cobrado fuerza, ese mismo día
el Virrey daba su autorización para constituir uno, si bien se intento dilatar esto
aludiendo a que todas las provincias debían enviar representantes, los
revolucionarios aludieron a la urgencia del asunto, y esgrimiendo la imagende
Buenos Aires como hermana mayor del virreinato, exigieron la realización
inmediata del Cabildo abierto, el Virrey hubo de ceder y se convocó a esta
reunión para el día siguiente.
El 22 de Mayo de 1810 es quizás uno de los días más recordados de esta
semana porque fue este el día en que los diferentes grupos de ciudadanos
expresaron sus posturas, entre las más resonantes se encuentran al del Obispo
Benito Lué y Riega el cuál esgrimió el hecho de que aunque quedase un solo
miembro de la Junta de Sevilla este debería ser recibido como la Soberanía.
Desde el grupo revolucionario contestó Castelli, el cuál esgrimió que con la
ausencia del ry ya había caducado el gobierno soberano de España, y que con
mayor razón había caducado con la disolución de la Junta Central cuyos
poderes eran personales e indelegables de ello se deducía la ilegitimidad del
Consejo de Regencia y la reversión de la soberanía al pueblo de Buenos Aires
quien así se encontraba facultado para instalar un nuevo gobierno.
Así el 25 de Mayo de 1810 los miembros del Cabildo se reunieron para debatir
la situación la gran agitación popular llegó a su cima cuando se acercó a los
reunidos una lista con los nombres de los hombres que el pueblo elegía para
conformar la junta: