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II Encuentro con el Libro

y la Lectura
Hacia la democratización de la lectura y la escritura

Tres
Edición artesanal que recoge tres conferencias dictadas
en el marco de la celebración del II Encuentro con el
conferencias
Libro y la Lectura, realizado en la UNERMB, los días
13, 16, 20, 26 y 27 de mayo de 2011
Hacia la democratización de la lectura y la escritura UNERMB, 2011
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necesitaban, y que además nos decían -aunque sea mucho decir que esos libros
sean la realidad- que eran la realidad. Eso fue lo que nos tocó. Nos tocó una edu-
cación que nos incapacitó para construir cualquier realidad.
Por supuesto vivimos y nos obligaron a vivir y nos pueden seguir obligando a
vivir una realidad construida por otros, comer lo que otros hagan, vestir lo que
otros hagan, vivir según lo dispongan otros. Y nosotros sin poder participar de
esa realidad.
¿Qué nos toca?
Volver a las palabras. Y ¿dónde están las palabras? Las palabras que nece-
sitamos para vivir y construir mundos tenemos que ir a buscarlas fuera, eso es
un gran proyecto, están en los que menos han importado al poder, allí están, si al
poder no le interesan los ancianos ahí tenemos que ir, si al poder no le interesan
los indígenas ahí tenemos que ir, si al poder no le interesan los campesinos, ahí
tenemos que ir, si el poder dice que debemos buscar el conocimiento científico
vámonos en el sentido contrario, si muestra un camino vamos por el otro, y vol-
ver eso una práctica de vida; hacer eso, si queremos recuperar las palabras. Por-
que si queremos seguir repitiendo palabras vacías, que son las palabras del po-
der, sigamos leyendo los libros de texto, sigamos leyendo palabras impersonales,
sigamos leyendo libros que no nos dicen nada. Podemos seguir haciendo lo que
estamos haciendo, por cierto.
Podemos seguir haciendo lo que el poder nos dice que hagamos de mane-
ra directa y de manera indirecta. ¿Qué dice el poder?: consume. Pero el poder no
dice cómo se hacen las cosas, cómo se construyen las cosas. En el país actual, en
el país que está naciendo, se empieza a hablar de producir, pero podemos caer
en el error de creer que podemos construir con los modos de producir del pasa-
do. Necesitamos construir de otro modo, necesitamos invertir la lógica del desa-
rrollo, que no nos enseñó a soñar y por lo tanto no nos enseñó a construir reali-
II Encuentro con el Libro y la Lectura
dades, a construir la realidad que necesitamos para vivir. ¿Cómo se invierte la
Universidad Rafael María Baralt
Departamento de Educación lógica del desarrollo?: vámonos a los ancianos, vámonos a la calle, vamos a los
procesos que están sucediendo ahí en la naturaleza de la sociedad, por decirlo de
alguna manera. Porque los libros que el poder dice que leamos no funcionan pa-
Los Puertos de Altagracia, Ciudad Ojeda, Mene Grande y Cabimas ra la construcción del mundo. Me estoy refiriendo a los libros de textos escolares
13, 16, 20, 26 y 27 de mayo y a esa suerte de disciplinarización del conocimiento que ha secado la imagina-
ción y que ha producido libros que no nos permiten soñar, libros con los que el
poder nos rodeó, no cercó y que para poder ver otro mundo, necesitamos una
Organizadores: Nandy García Aular, Ferkys Romero, Robeliz Toledo, Yorwin Bal- garrocha que nos ponga del otro lado.
za, Marlon Rivas, Nancy Cavallaro, Victoria Martínez, Ana Felicia Núñez y María
González.

Edición y montaje: José Javier León


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profesor que lo manda, ya no exige ni le pasa por la cabeza que el estudiante so-
ñará con eso. Le está mandando a leer información, datos que luego va a evaluar
en términos de memorizó o no memorizó, es una lectura sin palabras, sin imagi-
nación, una lectura sin capacidad ensoñadora.
A una escritura sin memoria ni palabras le corresponde entonces una lec-
tura sin palabras ni memoria, leemos para el examen, es una lectura que no voy
a recordar después, una lectura que no me va a acompañar, una lectura que no
se va a ser parte de mí, es más, si puedo botar el libro después del semestre pues
mejor. Y eso lo sabía el mercado, porque cuando nosotros le compramos el libro
de texto al niño de tercer grado, supuestamente le debía servir al que viniera
detrás, pero no es así, hay que comprar siempre otro libro de texto, no porque se
renovara el contenido sino porque cambiaba el diseño o la editorial, y de pronto
una que otra palabra. Porque el mercado sabe muy bien que está produciendo
libros que no son conservables, que se pueden botar, eso lo sabe el mercado, está
produciendo libros desechables, libros que ya no sirven para imaginar, ni contie-
II Encuentro con el Libro
nen imaginación, porque un libro que tiene imaginación tiene un cuerpo aden-
tro, tiene una persona adentro.
Y a nosotros nos dijeron que el conocimiento se escribía en tercera perso-
y la Lectura
na, en una abstracta e impersonal tercera persona, porque el conocimiento no lo
podían construir las personas, porque se contaminaba de lo humano. Eso una
locura, pero con esa locura crecimos, nos dijeron que el conocimiento era imper-
sonal porque si no, se contaminaba, se contaminaba la realidad, entonces es una
realidad, la que nos estaban pidiendo, sin humanos porque si nosotros que so-
mos los seres humanos contaminamos la realidad, entonces dónde vamos a vivir,
qué somos, qué tipo de conocimiento nos dijo la escuela que teníamos que cons-
Tres conferencias
truir. Pero lo aberrante de todo esto es que se trató de un proyecto histórico, fue
construido concienzudamente, y fue construido por élites de poder que controla-
ban la escritura y la lectura, pero ellos sí, una élite poderosa y cultivada sí leyó
poesía, sí cultivó la literatura, pero sólo para ellos, y por eso entonces veíamos a
los escritores como a una cosa elevadísima, y el escritor asumía esa corporeidad
y de alguna manera se elevaba y desde esa altura nos contemplaba a nosotros
los despalabrados. De allí viene el culto al escritor, el amo de las palabras.
En este escenario ¿qué nos tocó?, ¿qué nos tocó a nosotros los descalabrados?
Nos tocó una razón, la razón moderna, razón sin imaginación, desecada, un aljibe
seco, y luego una imagen totalmente distorsionada de lo que es la razón y el co-
nocimiento, desde nuestra sin-imaginación, desde nuestro sin-palabras, desde la
escuela que había borrado sistemáticamente la calle y la cultura popular, desde
esa escuela aislada de la realidad, desde esa escuela desnaturalizada, veíamos la
razón. Por supuesto, con esa razón, que teníamos que estudiar y luego que estu-
diábamos se nos olvidaba, con esa razón ¿qué país vamos a construir?, ¿que pro-
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queda fuera del escrito, y todo lo que privilegia esta cultura es (lo) escrito. Es
decir, nos estamos quedando con un buen porcentaje de vida que no entra, y lo
que entra como escrito, procesado por este conocimiento, es un conocimiento
que no sirve para vivir, porque ha secado la imaginación
Y si con lo que estudiamos, donde ha operado el poder, ya no ejercitamos
la imaginación, y con eso ya no soñamos, pero es lo que empieza a devorar todo
nuestros sueños y toda nuestra capacidad de crear mundos, entonces ¿qué que-
da? ¿Qué queda fuera de la escuela, qué queda fuera de la Universidad, qué que-
da fuera de lo que el poder omnívoro traduce como conocimiento y como cultu-
ra? Prácticamente toda la realidad queda fuera, queda perdida. Ahora bien, la
vida, y es donde está lo crucial, no es posible reproducirla con un conocimiento
que no imagina y ya no sueña, con conocimiento que está desecado, es como tra-
Berta Vega. Licenciada en Letras. Poeta, narradora y ensayista. Docente jubilada tar de beber de un aljibe seco.
de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia. Vive en Maracaibo ¿Cuándo comenzó ese proceso? Ese proyecto es histórico, arranca con lo
que se conoce como la modernidad. El conocimiento tiene que ser matematiza-
do; siglo XVII, siglo XVIII, la industrialización. Y toda vida, y todo lo humano, co-
Fátima Celis. Licenciada en Letras. Poeta, narradora y ensayista. Docente de la menzó a formar parte de las formas capitalistas de producción, que ya no necesi-
Universidad del Zulia, Escuela de Letras. Vive en Maracaibo tan de las palabras, porque las industrias ya no las necesitan. Ustedes dirán, que
sí hay quienes leen, sólo que, en el mundo industrializado los que leen son una
minoría, lo mismo que quienes escriben. Ahora bien, lo terrible de esto es que es
José Javier León. Licenciado en Letras. Ensayista. Docente de la Universidad un mundo devorado por la industrialización, porque si fuera que sólo sé indus-
Bolivariana de Venezuela. Vive en Maracaibo trializara una parte... pero es que el mundo capitalista no industrializó sólo una
parte, industrializa sectores pero devora todo el mundo para poder alimentar
esa industria.
Ese es el proyecto moderno, el proyecto de la modernidad es matematizar
la realidad y construir un conocimiento desnaturalizado, por eso José Martí pe-
día el libro natural. Separar el conocimiento, que es lo que ha hecho el conoci-
miento moderno, del pueblo que habla, y hacerlo asequible sólo a través de la
escritura por medio de una suerte de escritura desimaginizante, que ya no ayuda
a imaginar, una escritura con la que ya no se puede imaginar nada. En el lenguaje
de la ingeniería ya no se puede imaginar, por eso se hacen casas que no están
hechas para que vivan seres humanos, sino para que viva una persona que tiene
una cédula, que tiene un número de registro, pero no es un ser humano como tal,
casas donde no se puede vivir como seres humanos. Claro, seres humanos some-
tidos a los rigores y al desecamiento de la imaginación por la industria, sí. Pero
no seres humanos. Esa escritura que genera y ha sido generada por prácticas
industriales, prácticas de producción donde los seres humanos se deshumani-
zan, se ha hecho del poder, de la escuela, de la Universidad y es la que practica-
mos, la que ejercemos. Luego, vamos a empezar a utilizar un concepto de lectura
que ya no requiere de palabras ni de imaginación; ahora mandamos a leer, y el
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no hay manera de construir un sueño con números, todos los sueños se hacen
con palabras. Pero la matemática devino el lenguaje por antonomasia del conoci-
miento y hubo un momento en la década de los 70 y 80 en que empezaron a de-
cir que todo lo que estudiáramos, si no era convertible en lenguaje matemático,
no debíamos estudiarlo porque no era ciencia ni conocimiento. Yo recuerdo eso
y lo recuerdo con pavor, porque entonces había que traducir la poesía, que era la
palabra viva, no la palabra culta y cultivada, sino la que nos gustaba que era una
poesía del cuerpo, del derroche de vida, al lenguaje matemático, y entonces se
empezaba a secar y, uego, era intraducible a la vida. Todo había que convertirlo
en fórmulas matemáticas, si no no era ciencia. Y lo recordarán cuando por allí se
les atraviese esa reconvención. No se van a escapar de escucharla.
La escuela así, de esa manera, va ejerciendo un control estricto y si logra
traducir todo al lenguaje matemático entonces el control se habrá consumado, Índice
nadie va a soñar allí.
Lo mismo opera por ejemplo, con la historia, una historia traducida por la
escuela y el poder, es una historia en la que ya no soñamos, recuerden que noso- Leer leyendo, Berta Vega, página 7
tros estudiamos historia pero estudiamos fechas, nombres y lugares, y había que
memorizar eso, pero esa no es la historia, la historia son los acontecimientos, y
más que eso, los procesos. La historia es una narración. Pero a nosotros nos obli- Cosas pequeñas, en la poesía y la narrativa, Fátima Celis, página 21
garon a estudiar datos, porque el conocimiento matemático o en camino a la ma-
temática se va formalizando, se va informalizando, se va convirtiendo en infor-
mación, se va convirtiendo en datos. Entonces a nosotros, en algún momento nos Memoria y palabra, José Javier León, página, 31
dijeron que debíamos ser como computadoras, grabar información, no procesar
sino grabar información. Nos convirtieron en pen drives.
Pero, ¿dónde comienza el problema? El problema comienza cuando apa-
rece lo siguiente: controlar la memoria, y volverla antinatural tiene una gran
consecuencia: la destrucción de la propia especie humana. Porque los seres
humanos, esta especie animal que somos, tiene 20,000 años. Ya les dije en un
principio que nosotros, los seres humanos, no todos escribimos, y sólo unos po-
cos escribieron y en especial donde el poder fue muy celoso y estricto, donde se
ejercía poder y control por medio de la escritura, de resto toda las lenguas son
exclusivamente orales. El libro tiene 5000 años de antigüedad, ya teníamos en-
tonces 15,000 sin libro, y hoy existen miles de lenguas que no producen libros.
Pero aproximadamente de unos 250 años para acá arrancó un proceso que tiene
que ver con una carrera, endemoniada casi, por destruir la memoria oral. De
unos 250 años para acá todo el conocimiento que era necesario saber, y que lue-
go se exigió que debía ser matematizado, tenía que ser escrito, todo el conoci-
miento que era necesario saber y que es necesario saber, y así nos lo dice la es-
cuela y así nos lo dice la Universidad, todo el conocimiento tiene que ser escrito.
Ahora bien, lo que pasa con todo lo que es escrito es que el universo de lo oral
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¿Qué hace la escuela, qué hace el poder?, el poder controla los signos, con-
trola la lectura. ¿Cuál es el propósito?, el poder cuando controla la escritura tiene
uno, que la oralidad se calle, y es fundamental para el poder que la oralidad no
hable, porque cuando la oralidad habla expresa mundos imaginarios que la es-
critura no controla. Si empezamos a hablar lo que el cuerpo nos manda van a
aparecer los cuentos de nuestros abuelos, que no están en los libros, ni le intere-
san a los que escriben los textos escolares, si empezamos a hablar y a decir lo
que nos gusta nada de lo que empecemos a decir va a estar en los libros, en el
libro no está lo que nosotros queremos decir, entonces el poder tiene un objetivo
que es central, el poder necesita socavar la imaginación, eliminar la imaginación
que es eliminar la oralidad, el lenguaje, la palabra hablada.
Eso es un punto esencial. Y vamos a encontrar en el poder y la escritura
una idea de conocimientos sin imaginación, porque las tres cosas van juntas,
poder-escritura-conocimiento. Cuando se junta el poder y la escritura y esa cosa
que es el conocimiento, nosotros vamos a ver allí que el conocimiento no tiene
nada que ver con la imaginación. El conocimiento que a nosotros nos dijeron que
teníamos que estudiar, ese conocimiento, carece de imaginación, es un conoci-
miento además donde no hay nadie detrás, sino una cosa abstracta que según
nos dijeron es el conocimiento. Es un conocimiento que no sueña, y por supuesto
los que lo estudian, no sueñan, es un conocimiento que da sueño pero no soña-
mos con él, da sueño si, nos dormimos incluso, pero no soñamos, no construi-
mos. Es un conocimiento que, lo más que podemos hacer y para salvar el pellejo,
es memorizar, pero más nada. Y si logras pasar el examen y el semestre, mejor.
¡Viva Dios! Pero ¿qué sobrevivirà para el próximo semestre? Es por eso que los
programas se repiten semestre tras semestre, porque de lo que se trata es de
repetir y repetir lo que está hecho para que se olvide, porque está hecho para
eso, para que no soñemos.
¿Por qué hace eso el poder? para acallar la oralidad, necesita acabar con
las palabras imaginantes, las palabras del pueblo, y por eso crea instituciones
con las que aleja y separa al pueblo de la realidad y las palabras, y nos pone a
leer cotidianamente textos sin imaginación, textos despersonalizados, textos
antinaturales.
Luego aparece como gran lenguaje, el lenguaje por antonomasia, el len-
guaje matemático, el lenguaje donde ya no hay palabras. Dice un escritor, George
Steiner, que con el lenguaje matemático pueden encontrarse un ruso, un nortea-
mericano, un japonés, un mexicano, conversando todos sin hablar ninguna len-
gua franca, frente a un pizarrón, por medio de fórmulas matemáticas. Porque el
lenguaje matemático es, éste sí, más que el inglés, un lenguaje universal. Para
uno que no es matemático dos más dos son cuatro aquí y en Pekín, ahora bien
ese lenguaje no tiene palabras, y es un lenguaje en el que ya no se puede soñar,
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hierve de vida está allí, escrito, pero escrito en lengua vulgar, no en el latín clási-
co sino en la lengua del pueblo, y pasan cosas maravillosas como groserías en
latín, y groserías en bajo francés, y son expresiones del poder reducido a cásca-
ras, y son risotadas contra el poder y es toda una subversión, ahora sí, del con-
trapoder, pero por vía de la escritura, una escritura que se ha oralizado, que se
ha alimentado de la palabra del pueblo.
Por supuesto, hay un momento en la historia, a partir sobre todo del siglo
XVII, en que el mundo le dijo a Rabelais que no lo iba leer más: te vamos a conde-
nar a que te lean solamente algunos porque eres demasiado ruidoso. Pero esa es
otra historia... El asunto es que el pueblo definitivamente, siempre ha hablado. El
poder siempre escribe, pero el pueblo siempre y desde antes de todo poder
siempre ha hablado. Ahora bien, ¿cuándo habla el pueblo?, ¿cuándo escribe?
Leer leyendo
Bueno, el pueblo ha escrito con Rabelais, en esa tradición burlesca ha escrito, ha
escrito cuando utiliza el lenguaje, cuando utiliza la escritura para subvertir el
poder. La poesía, no la poesía culta ni de cultivados, es una escritura que tiene
vínculos necesarios y está nutrida de la palabra popular, está nutrida de imáge-
nes y sentimientos y valores del pueblo, esa escritura está carnavalizada, lo que Berta Vega
quiere decir como ustedes saben puesto que el carnaval es una inversión y el
joven se disfraza de viejo y el hombre de mujer, empiezan a rotar los signos, que
es lo que ocurre en el carnaval, el que es blanco se tizna y se pone negro, enton-
ces, en la escritura ocurre eso, los signos se invierten, lo que era alto se pone
bajo lo que era bajo se pone alto, todo se vuelve un gran y sonoro disparate. 13 de mayo de 2011
Cuando el pueblo asume la escritura así y se burla, entonces el pueblo escribe. Y UNERMB, Los Puertos de Altagracia, Estado Zulia
por supuesto, cuando lee de manera carnavalizada. ¿Cómo se puede leer de ma-
nera carnavalizada?: cuando no leemos lo que nos mandan a leer, cuando leemos
otra cosa. Y lo hacemos gustosamente, libremente, y nos burlamos de las lectu-
ras que nos manden a leer, eso es maravilloso. Estoy diciendo una barbaridad en
una universidad, pero yo creo que son las barbaridades las que tenemos que
empezar a considerar. «Los libros siguen siendo árboles, incluso siguen siendo tan árboles
Porque el poder instituye lo que debe ser leído y controla, y es allí donde que los libros sudan, se humedecen, se secan, como si todavía tuvie-
ejerce evidentemente su poder, porque controla los signos. Carnavalizar la lectu- ran parte de la savia de la tierra…»
ra es subvertir ese orden, y así el sujeto liberado lee lo que le da la gana… pero
lee. Otra cosa es no leer, no leer ya no es carnavalización, es caer en las trampas B. V.
del poder. Lo interesante de leer y leer lo que a uno le dé la gana, y aquí queda «…Cuando pasamos los ojos por las letras de un escrito reconstrui-
bien lo de la gana por qué el hijo mío dice a mí me da la gana de comer pan, que mos la voz de un ausente»
suena como a grosería, pero lo que él quiere decir es que tiene ganas de comer
pan, lo que pasa es que el artículo la le pone el acento, uno entiende esas cosas Félix de Azúa
más o menos porque da clases de lenguaje pero, a veces molesta. En todo caso, lo
que hay es que leer, y leer lo que el cuerpo demande, lo que nos guste leer y leer
mucho de eso.
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a ocurrir cosas terribles como la poesía culta. Porque la poesía nació de la pala-
bra, nació de la oralidad, pero cuando pasa a la escritura y empieza ese proceso
de desnaturalización de lo natural, entonces aparecen las perversiones: una poe-
sía reservada para aquellos que sólo entienden cosas de libros. Igual pasa enton-
ces con la música culta, una música que está hecha sólo para aquellos que viven
en la abstracción de la música, díganme aquella que llaman música de cámara, la
música que escuchaban tres o cuatro oídos privilegiadísimos. O aparece el baile
culto, que es una desnaturalización del cuerpo, ustedes miran a una bailarina del
arte clásico y ven sus pies y los pies están deformados, el cuerpo se levanta so-
bre la punta del pie y ¡habría que ver aquellos dedos! Las formas, las contorsio-
nes que debe adoptar el cuerpo para el baile clásico, ese cuerpo está trastornado
por una disciplina totalmente antinatural, ese cuerpo está destruido para vivir
una vida normal, y sin embargo esta estilización culta, que es la completa desna-
turalización del cuerpo es lo que ha asumido el poder como el baile por antono-

U
na de las cosas que está pasando con la lectura y con el libro, pero so-
masia. Igual como el baile culto, así la poesía culta, una poesía que nadie lee, so-
bre todo y antes con la palabra, es que están acabando con el lenguaje.
lamente unos cultivados, una gente que ha penetrado los misterios, que viven
Así como acaban con el aire, con el agua, con recursos naturales, con
otra realidad porque ésta es hostil, porque esta realidad natural es invivible, es
los mares, con las plantas, con la gente, con ataques y bombardeos
insufrible. Entonces, se refugian en una suerte de, lo que llamaban, «torres de
quirúrgicos, así están acabando también o pretenden acabar con el bien más
cristal» como decía la critica sobre la época del Modernismo.
humano de los seres humanos que es el lenguaje; y los libros están hechos de
Pero lo que ha ocurrido, al menos yo me lo explico así, es la naturaliza-
lenguaje.
ción; se vuelve natural lo que es completamente antinatural. Ahora bien, el pue-
Cualquier libro está hecho de lenguaje. Una de las cosas que está pasan- blo llano, es decir nosotros, vemos eso como una locura, y no lo vamos a practi-
do es que difícilmente nos escuchamos cuando hablamos, cada vez nos escucha- car a menos que nos volvamos esnobistas, Que nos volvamos unos extraños,
mos menos. Otra de las cosas que seguramente hemos vivido todos es que esta- unos excéntricos, y empecemos a escribir poesía culta, y empecemos a producir
mos en una reunión de amigos y todos tienen puesto el celular encima de la me- poesía oscura, y a buscar de alguna manera conectarnos con redes de poetas
sa, o lo tienen en la mano y sucede que está uno hablando con alguien que no lo ocultistas y luego en las noches nos reunamos para celebrar encuentros mágicos
mira a uno; les ha pasado seguramente. Entonces, uno se pregunta para qué me con la palabra. Porque solamente así se puede vivir ese tipo de poesía. Pero lo
invitaste a hablar, si estás hablando por celular. Yo recuerdo que cuando se esta- que ha ocurrido es la desnaturalización de lo que era natural, la palabra.
ba popularizando el celular decíamos que el dedo que más se iba a fortalecer era La oralidad vista desde el pueblo siempre es subversiva, porque mira esas
el pulgar…; etc. cosas, mira esas culturas, esas elevadas culturas, con recelo, se mofa de ellas, se
ríe de ellas, y eso fue lo que hizo maravillosamente François Rabelais, el de Gar-
Así que yo vengo a hablar un poco de este artefacto que forma parte de gantúa y Pantagruel. ¿Qué hace Rabelais? se burla de todo eso e inaugura, no, no
las tecnologías de los seres humanos: los libros, y los libros están hechos de len- inaugura, forma parte de una tradición de burladores, de gente que se va a bur-
guaje y el lenguaje es lo que configura a todos los seres humanos como seres lar de las formas cultas, porque siempre ha habido ese cultivo refinado de lo ar-
humanos. El lenguaje es lo que nos hace humanos, es lo que nos diferencia del tístico y lo cultural. Hay gente también, en contrapartida, que se ha burlado so-
resto de los animales. Exactamente eso, porque con el lenguaje pensamos, senti- beranamente de todo eso y a carnavalizado la escritura, que comienza a escribir
mos, soñamos, denominamos, nos relacionamos. No hay forma de relacionarnos, con los borbollones de vida que vienen del pueblo y empieza a burlarse de todas
de ser comunidad, si no hay lenguaje, no hay una manera de acceder al otro o de esas construcciones antinaturales y en las páginas de sus libros, en el libro de
que el otro acceda a nosotros sino a través del lenguaje. François Rabelais, por ejemplo, es el cuerpo el que está hablando, el cuerpo y sus
Las escrituras son lo que algún teórico llama «tecnologías de la palabra». heces y sus inmundicias y el sexo y la comida, y todo lo abundante, y todo lo que
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realidad y viene de allí, viene del poder de la escritura, que es un verdadero po- Primero fue evidentemente el lenguaje de hablar; cualquier lengua lo es sola-
der omnívoro, que se lo quiere comer todo. La escritura pues, desnaturaliza, mente porque la hablan, no porque tenga escritura. Las lenguas son lenguas y los
arranca de la realidad, arranca de los contextos y traduce a un código que procu- idiomas lo son porque se hablan y no porque tengan escritura. La escritura siem-
ra la homogeneidad, que procura la uniformidad y de alguna manera busca con- pre ha sido muy posterior, de hecho hace 20.000 años que los seres humanos
trolar los sentidos, porque en la oralidad los sentidos son plurales, son diversos, estamos hablando, pero las escrituras, las diversas formas de escritura tienen
y se actualizan en cada uno de nosotros y en nosotros significan cosas distintas apenas unos 5000, 6000 o 7000 años apenas. Fíjense todo el tiempo que pasa-
siempre. La escritura no puede así, la escritura necesita tener una codificación mos hablando sin tener donde asentar una representación de aquello que deci-
que le dé homogeneidad, de manera que el que lea, lea eso que está leyendo, no mos, de aquello que pedimos, de aquello que expresamos.
otra cosa. Recuerden lo que dije al principio sobre la escritura y su vinculación
Sobre la trayectoria maravillosa de los libros voy a leer algunas cosas
con las leyes, de allí le viene a la escritura que lo que dice, que lo que está escrito
que anoté. Por ejemplo, para los libros hace falta papel, alguien que escriba una
es lo real y que no se puede interpretar sino de una y sólo una manera, es decir
lengua en particular, algún soporte físico, antiguamente podía ser arcilla; con
las leyes no pueden ser de libre interpretación, necesitan de una suerte de sacer-
unos instrumentos que podrían ser de madera, se hacían como cuñas, entonces
dote que traduzca literalmente, sin medias tintas, sin matices, ni grises lo que
cada lengua escrita tenía una representación determinada. Pero cosa curiosa, los
está en el texto de la ley. Por eso las personas que son muy religiosas pero de un
chinos inventan el papel y lo inventan en el año 105 a partir de trapos de seda y
solo libro, se vuelven literales; aquí lo dice y clavan su dedo, su punzón: aquí lo
lino; después mezclaron los trapos de seda y los trapos de lino con la corteza de
dice.
un árbol que se llama morera. En esos árboles crecen los que se llaman gusanos
Igual que un abogado puntilloso también lo haría: aquí está, en el texto de
de seda, porque comen esas hojas especialmente. China y Japón son productores
la ley, y cuando hacemos eso estamos recordando aquel mito de Dios marcando
de esa seda, y esa seda se hace con el capullo de ese gusanito que luego se con-
con su dedo las tablas de la ley cuando se las dio a Moisés. Es la literalidad. Y eso
vierte por supuesto en mariposa. Entonces mezclaron telas y corteza de árbol…
lleva por ejemplo, y me disculpa alguien si pertenece a esa religión, a no aceptar
sólo con esos tres elementos un poeta escribiría y muchos lo han hecho, cantidad
transfusiones de sangre porque así lo dice el texto de la ley. Todo esto tiene que
de palabras sobre ese hecho: cómo el libro es una manera de ser árbol. Los libros
ver con la literalidad. El hecho es que la escritura desnaturaliza, arranca de lo
siguen siendo árboles, incluso siguen siendo tan árboles que los libros sudan, se
natural, digamos de la realidad y traduce a un código homogéneo, estricto, a su
humedecen, se secan, como si todavía tuvieran parte de la savia de la tierra. Esto,
manera de entender, y por supuesto a su manera de controlar porque toda escri-
por supuesto, son metáforas que es la manera como los seres humanos nos ex-
tura supone control.
presamos y vamos cambiando el lenguaje.
La escritura procede entonces, y ahora observen lo que ocurre, a naturali-
zar lo que arrancó de la naturaleza; yo lo llamo así: la naturalización de lo antina- Los árabes introducen en Europa el papel cuando invaden España, don-
tural. Comienza a volver natural o a hacer natural lo que ya no está vinculado a de están más de 600 años. Por ejemplo, la palabra «resma» viene del árabe y
la naturaleza, o sea la escritura nos da un mundo desnaturalizado y nos dice que resma en árabe significa 10 manos de 25 hojas cada una. Es curioso ¿no? todavía
es allí donde tenemos que empezar a vivir, nos dice esto es, esto que está arran- hoy la usamos, imagínense, estamos hablando del año 300 y hoy estamos en el
cado a la naturaleza, es ahora lo natural. Es una subversión, ciertamente, pero año 2011. Interesante, todavía usamos esa palabra para ese paquete de papel, o
hecha desde el poder, practicada por el poder. Es toda una revolución. Es arran- sea que la palabra tiene su historia, por cuántas bocas habrá pasado.
car del mundo para ir a un mundo que es el de la escritura. Por eso es que hay
Una cosa curiosa, ya que el imperio está bombardeando para salvar a la
personas que tan fácilmente, literalmente enloquecen en este mundo, porque
gente, para cuidarla, para velar por sus derechos humanos, tira bombas y las
luego que entran ya no salen, dentro se pierden los límites de la realidad, de ahí
mata, el primer molino de papel de la historia de la humanidad se pone en mar-
el maravilloso cuento del Quijote, de los libros salió a un mundo, a un mundo
cha en el año 794 en Bagdad.
imaginario. Pero lo que le pasó a don Quijote es lo que le pasa a cualquier lector
que lee la prensa hoy en día, sólo que sin la maravilla del Quijote, pero igual de En China es donde se inventa lo que llamamos xilografía, que es el arte
loco está, igual de alucinado. de imprimir en papel. Agarraban madera, la grababan, las van socavando e iban
En todo caso la escritura naturaliza lo antinatural, pero además empiezan construyendo así los signos, quedaba algo más alto que lo otro, mojaban con tin-
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ta y allí ponían las láminas de papel, que no era así como las conocemos hoy, y es lo que no llega a escritura, a veces no le interesa la escritura, o a veces intenta
encima ponían una prensa y quedaba casi como si fuera un grabado. Eso lo hací- colarse, pero la oralidad definitivamente es siempre subversiva porque buena
an en China en el 594 a. C., y por supuesto, en Europa la xilografía aparece en el parte de la oralidad, si no toda la oralidad, queda sin escribirse. Hay un libro ex-
siglo XIV. Y no será sino hasta el siglo XV cuando en Europa se «invente» la im- traordinario, que se consigue en esa fuente de libros que es Internet, que se lla-
prenta. Pero la cultura occidental, que después así se denominó, dijo que ellos ma La ciudad letrada, éste que tengo acá fue «bajado» como dice uno, del cielo de
habían inventado la imprenta cuando ya los chinos lo habían hecho hacía mu- Internet, es de Ángel Rama y allí se explica cómo funcionó en Latinoamérica esto
chos siglos. Cosas curiosas sobre el objeto cultural que es el libro. de la oralidad subversiva y la escritura del poder, y es de donde he tomado mu-
chas de las cosas que estoy diciendo y que voy a seguir diciendo.
Sobre la lectura hay algunas cosas que me gustaría comentar de algunos
Entonces la oralidad es una forma de subversión porque no le interesa,
que han escrito cosas importantes sobre la lectura y el arte de leer. Dice Harold
porque desafía a la escritura, nosotros hablamos como nos da la gana. La escritu-
Bloom que la razón primordial por la cual debemos leer es que a la información
ra siempre ejerce un control, pero cuando vamos a hablar hablamos como nos
tenemos acceso ilimitado (eso es cuestionable, pero lo podemos discutir des-
gusta, como mejor nos salga, como mejor nos parezca, por eso nos parece diver-
pués), ¿dónde encontraremos la sabiduría? Interesante planteamiento. Fíjense
tido hablar, gozamos hablando. Y en la oralidad vamos a encontrar registros de
que él divide el enunciado en dos frases. Dice que a la información podemos ac-
esa subversión, por ejemplo en la poesía, mucha de la poesía que hacemos no se
ceder ilimitadamente, una cosa cuestionable porque a pesar de todos los avances
escribe, vamos a encontrar canciones, vamos a encontrar un imaginario popular
que estamos haciendo en nuestro país para que cada vez más gente tenga acceso
que está en la lengua de todos y en la imaginación de todos y en todas las edades,
a la información aún nos falta mucho. Pero, ¿qué significa acceder a la informa-
y en los viejos y en las ancianas, amantes de echar cuentos, y hay todo un mundo,
ción?, ¿cómo acceder a la información si no tengo la segunda parte del enuncia-
todo un imaginario que sólo a veces llega a la escritura. Pero llega como folclor,
do?, ¿si no tengo sabiduría?, ¿si no tengo la manera, los instrumentos, el senti-
llega como cuento de aparecidos, y se convierte luego en cuentos bien bonitos
miento, la intuición, la curiosidad para acceder a la información? Por eso esta
que podemos comprar, pero el grueso de nuestras historias, que hemos escucha-
conferencia se llama leer leyendo, y allí voy a volver.
do de nuestros abuelos, no está, y no va a estar, y no necesita estar.
Este teórico plantea que la lectura nos lleva hacia la sabiduría y nos lo Pero, ¿qué hace la escritura con esos registros orales, con esa oralidad? La
dice porque hace una diferencia entre información y sabiduría. Seguramente escritura opera desnaturalizando la poesía, desnaturalizando las canciones po-
ustedes han escuchado u oído en las empresas de desinformación global térmi- pulares, desnaturalizando la juglaría, los imaginarios populares, la escritura va
nos parecidos a este de la información, cosa como que ésta es la era del informa- traduciendo a sus códigos el imaginario popular y los convierte en cosas maravi-
ción, pero ¿qué información? ¿Quién produce esa información?, ¿para quién la llosas como los cuentos de los hermanos Grimm, o los cuentos que ahora está
produce?, ¿para qué la produce? ¿Estará interesado en producir ese tipo de in- produciendo Monte Ávila, o Ekaré, [los llamados] cuentos infantiles. Ahora bien,
formación y que sea esa entonces la que todos nos veamos obligados a leer? Y cuando los traduce y convierte en escritura, el viejo, la anciana que lo contó, el
cuando empiezo a hacer preguntas sobre este tópico, planteado además superfi- indígena que lo narró y la cultura que lo cultivó y conservó por miles de años se
cialmente, entonces también me estoy beneficiando de la segunda parte del borran, ahora son los cuentos de los hermanos Grimm, no son los cuentos de la
enunciado de Harold Bloom. Cuando uno se hace preguntas empieza a ser sabio, anciana normanda, no es la vieja celta, es decir la escritura se apropia de la me-
empieza a saber, aun cuando no tenga la respuesta, porque si uno se hace la pre- moria de los pueblos. Toda escritura es omnívora, se lo quiere comer todo y
gunta la idea es conseguir la respuesta, buscarla. Lo que hace la sabiduría es que cuanto entra a la escritura asciende a realidad, porque empieza a suceder que
si estamos en un sitio, a partir de allí nos hagamos preguntas, cuestionar lo que sólo es real lo escrito.
estamos viendo en ese sitio, lo que estamos leyendo, oyendo, etcétera. El cuestio- Y esa es toda la mitología que tenemos en los periódicos, el que lee el pe-
nar, eso nos hace ser más sabios porque intentamos buscarle respuestas a las riódico lee míticamente la realidad, puede desconfiar del periódico, pero hay una
preguntas que nos hacemos. magia arquetípica, que está allí: lo que está escrito es real, no sólo que es verdad
sino que es lo real. Es la misma magia que vamos a encontrar en la televisión: lo
Otro señor, Félix de Azúa, define lectura de la manera siguiente: «La lec-
que vemos en pantalla es lo real. Aunque luego desconfiemos, aunque nos hayan
tura no es un arte visual sino auditivo». Y eso ya es contradictorio, porque se
enseñado a desconfiar. Pero definitivamente lo que vemos, pasa primero como
supone exactamente que la lectura es un arte visual porque la manera de decodi-
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quien elige qué cosas son memorizables y qué no. Y en un momento de la histo- ficar o comprender, o acceder a través de la lectura es, precisamente, a través de
ria una forma del poder, con un determinado poder pudo haber dicho esto es la vista y no el oído. La oralidad sí, el habla, la lengua de todos los días es a través
conservable, hay que guardar la memoria de esto, pero pasado un tiempo y con del oído, aunque en Maracaibo y en el sur en general solemos decir mírame que
la llegada de otro signo de poder, con otros valores y otras creencias, eso que fue te estoy hablando, hay la necesidad de que nos mire ese con quien estamos
memorizable en un momento es destruido. En este libro Báez cuenta por ejem- hablando porque parece, nos parece a nosotros, que si no nos atiende cuando
plo, como libros que tenían que ver con el mundo musulmán, traducciones por estamos hablando no podemos seguir; fíjense que todo es cuestionable; pero,
ejemplo del griego que pasaron al árabe, en las guerras de cruzadas, que era de vean lo que dice después, voy a volver a leer desde el principio: «La lectura no es
los católicos contra los musulmanes, cuando llegaban los cruzados a las bibliote- un arte visual sino auditivo, lo que el ojo ve no son imágenes sino signos que
cas musulmanas las destruían porque los únicos libros que debían existir era los remiten a fonemas, que remiten a una voz humana escondida e invisible, muchas
sagrados católicos, o la Biblia. Entonces quemaban todos los demás libros por- veces muerta. Cuando pasamos los ojos por las letras de un escrito reconstrui-
que eran obra de paganos, eran pecaminosos, o por lo que fuera. mos la voz de un ausente.»
Es importante que lo pensemos porque tendemos a creer que la escritura
Lo que dice Félix de Azúa es muy hermoso; a pesar de que la lectura sea
escribe de todo, que en la escritura tiene cabida el universo. No. El poder, que es
un arte de lo visual, sin embargo a medida que vamos decodificando, compren-
muy celoso, que se escribe en muy pocas lenguas, busca escribirse en una sola
diendo, interpretando con la vista lo leído, lo que estamos haciendo es recons-
lengua y no va a permitir que todo el universo entre en su lengua, además cada
truyendo la voz de alguien que está ausente. ¿De quién es la voz de ese alguien
lengua es un universo, pero el que posee el poder va a considerar que su univer-
ausente? El autor del libro, por supuesto, incluso vamos reconstruyendo no sólo
so es el único, entonces la memoria escrita es parcial, y está sujeta a los intereses
la voz sino la figura, la cara, las expresiones, la vestimenta; nos lo imaginamos y,
y a los valores del poder. Es bien interesante, porque tendemos a creer que en la
si hemos tenido la fortuna de no ver una piche película sobre un libro tal, enton-
escritura cabe todo.
ces seremos capaces de ponerle cuerpos a aquello que está escrito con palabras;
De modo que, en la escritura vamos a encontrar cosas recordadas, pero
pero también podemos oler, ver los caminos. Así que, me gusta como dice Félix
será aquello digno de ser recordado. Y en eso van a consistir los relatos del poder,
de Azúa que, cuando leemos reconstruimos la voz de un ausente, porque lo que
que son relatos desde el poder. Y eso es muy importante porque, por ejemplo
estamos haciendo es remitirnos al origen de cualquier lengua, al hecho de estar
ustedes estudian historia, pero la historia que estudiamos es la historia contada
dos personas frente a frente diciéndose, tocándose con las palabras. A pesar de
por el poder, del poder y desde la óptica del poder instituido. Nosotros decimos
que el libro, cualquiera que éste sea, no suene, sin embargo, dice Félix de Azúa, lo
que estamos estudiando historia universal, pero ese relato de historia universal
que estamos haciendo cuando leemos es que suene. ¿Por qué? Porque estamos
está construido por un determinado poder que se invisibiliza, que no lo vemos
decodificando los signos que están allí, sea castellano, sea pemón, sea francés,
detrás del libro de historia. Y es una inteligencia, una razón que arma la historia
alemán, ruso, chino, cualquier lengua. En cualquier lengua pasa eso.
universal y la cuenta a su manera y donde siempre sale ganando.
Hay quien dice, cuantos no han dicho que la historia es la historia de las Pero como yo soy profesora de lenguaje, al igual que sus profesores, y
guerras. Pero, ¿quiénes han hecho la guerra?, siempre la ha hecho el poder, por tengo la mala costumbre de explicar las palabras quiero explicarles qué significa
conquista, por desplazamiento de grupos enteros, para consolidar y monopoli- lectura, qué significa leer y qué significa leyendo. Pero ustedes dirán, pero bueno,
zar sus formas de poder, entonces ¿quién ha dicho que la historia son las gue- si todos sabemos eso; sólo que hace unos cuantos años alguien me dijo nunca des
rras?, pues quienes han hecho las guerras, y por supuesto en esa historia no apa- por supuesto que alguien sabe lo que debe saber; eso me lo dijo un maestro. Lec-
rece el pueblo guerrero, aparece el jefe de los pueblos, aparece siempre el héroe, tura es un sustantivo y además femenino, no porque tenga los atributos femeni-
que empieza a capitalizar toda la historia, por eso aparece la historia patria. nos de una mujer sino porque en la lengua hay géneros, y no tiene nada que ver
¿Qué es la historia patria?, es la historia de los dueños del poder, no aparece el con ser mujer o ser varón. Y significa, acción de leer, o sea es el nombre que le
vulgus, el populacho, no aparece la muchedumbre, se ve el polvo cuando pasa damos a la acción de leer, es decir cómo se llama aquello que hacemos cuando
pero no su rostro, no sus miedos, no sus angustias, eso no aparece. decodificamos. También significa la obra o cosa leída. Cuantas lecturas tiene us-
La escritura construye pues, relatos, y es el relato del poder. Ahora bien, la ted, podríamos decir, y alguno de ustedes podría decir, bueno, yo leí en bachille-
oralidad ante el mundo de la escritura siempre es subversiva, porque la oralidad rato Cien años de soledad, al poeta Vicente Gerbasi, leí periódicos, novelitas de
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amor, entonces esas serían las lecturas que una persona tiene. También significa institución aún hoy. Para un Putchi'pu naturalmente la palabra escrita es segura-
la interpretación del sentido de un texto y seguramente sus profesores de lengua- mente marginal, es posible que ni la conozca, que no conozca la expresión escrita
je les han explicado que hay tres pasos fundamentales para realizar una lectura, de su idioma, porque la suya es una cultura oral, lo importante de todo esto es
y esos tres pasos fundamentales terminan en el tercero que es el interpretar. que la mayor cantidad de lenguas en el mundo son orales, no tienen escritura, ni
Primero decodificamos, lo cual significa que somos capaces de leer, por ejemplo sueñan ni quieren escribirse, y además expresan formas de poder que están vin-
M más E más N, etc., después comprendemos, y, finalmente lo comprendido te- culadas a la oralidad, que es lo interesante y lo que quiero atender ahora.
nemos que interpretarlo, o sea vamos a darle un sentido dependiendo del con- Hay una forma de entender el poder que viene por la escritura, que se
texto en el cual esté aquello que estamos leyendo. construye vía escritura y que busca las formas del estado y el control de los sig-
nos por una élite que asume el poder y está el otro poder, el poder oral, el poder
Leer es un verbo, y un verbo además transitivo. Los verbos transitivos
de la oralidad, que instituye, que crea las instituciones del diálogo, y cuando el
son los que pasan y se transfieren de uno a otro, hay verbos que realizan esta
diálogo no existe se abre el curso a la violencia física. La violencia física aparece
acción, hay verbos que representan la acción de pasar y transferir de uno a otro,
cuando las vías del diálogo han sido agotadas o han sido rotas. Pero, en una cul-
de otro a uno, por eso se llaman transitivos. De cajón, los que se llaman intransi-
tura oral, primero y ante todo está la palabra. Entonces son dos formas de poder
tivos son los que no hacen eso. Ese solo hecho es maravilloso, porque me da la
totalmente distintas, las que vienen vía escritura y las que son concebidas y exis-
interpretación de lo que significa leer, que es un infinitivo, el nombre del verbo
ten en la oralidad. De más está decir que nosotros tenemos una idea de poder
leer. Me dice que leer es pasar de aquí (de mis ojos, de mi cabeza, de mi historia,
totalmente escrita, nosotros lo que leemos y lo que vemos y lo que padecemos es
de mi manera de ver el mundo) para acá (otro mundo, otra historia, otra cabe-
poder escrito. No voy a saltar tanto, pero baste por ahora referirme a la burocra-
za). Evidentemente que la lectura, que leer, es un proceso dialéctico. No hay ma-
cia que es el poder en forma de papel, el poder de los sellos, el poder de las fir-
nera de leer si no queremos que nos transfieran algo y si no queremos transferir
mas, el poder de los contratos.
algo. Algo nos va a venir del libro y algo va a ir de nosotros al libro.
Otro rasgo importante es que la oralidad tiene que ver con la memoria y
Como el infinitivo es una forma no personal del verbo: leer, leyendo, leí- es una memoria que está preservada por los viejos, por los ancianos. La escritura
do, después lo conjugamos: yo leo, tú lees, él lee, ella lee, nosotros leemos, etc., pe- también, por supuesto, como una forma de memoria, ya no necesita de los viejos,
ro como el infinitivo presenta el proceso verbal sin señalar su principio ni su posiblemente necesita la voz para ser transcrita de los ancianos pero una vez
final, lo cual es una significación maravillosa, es como para siempre, que es lo escrito el libro, el anciano es secundario, pasa a ser importante sólo el libro.
que hacemos todos los seres humanos: estamos continuamente leyendo, si le Ya hace 5000 años comienza a construirse una idea que hoy está en crisis,
damos (claro está) un sentido mayor al verbo leer. Un ser que va naciendo no lee ciertamente, la idea de la memoria física, esto [el libro] es una forma de la me-
con los ojos, lee con el oído, lee con el tacto, va sintiendo los olores. Los niños moria, de la memoria física; si el libro desaparece, se quema o se moja, y las le-
pequeños por ejemplo, leen muy bien los sonidos porque si llega alguien que no tras desaparecen, la memoria desaparece. Desaparece la memoria física. Tal vez
conocen, o escuchan ruidos que no conocen, enseguida lloran o comienzan a mo- quien lo leyó recuerde pasajes, recuerde algunos fragmentos, pero difícilmente
lestarse, ¿no es así, lo han visto alguna vez? Seguro que sí. Esa es una manera de recordará el libro entero, aunque hay una película Fahrenheit 451 donde se con-
leer. servan oralmente los libros, entonces hay unas personas que son Shakespeare,
que son Dante, que se saben de memoria los libros de Shakespeare, y son Sha-
Ahora bien, de donde viene leer, viene del latín legere, que significa reco-
kespeare.
ger, escoger. Así cuando leemos, el leer nos permite recoger cosas, pero también
Ahora bien, la escritura es una memoria, pero es sobre todo el control
escogerlas, yo escojo que es lo que voy a leer como ponerme la franela hoy de
sobre determinadas memorias, porque todo lo que es memoria o memorizable
este color y no otra. Es éste un sentido muy interesante; además la palabra leer
no necesariamente pasa a ser escrito, nosotros podemos considerar que algo es
en castellano es tan antigua como el principio del idioma, y ¿qué significa según
digno de memoria, pero no tiene por qué ser necesariamente traducido a escri-
el diccionario de la Real Academia?: pasar la vista por lo escrito e impreso com-
tura, convertido en libro, hay muchas cosas que no son memorizadas por la tec-
prendiendo la significación de los caracteres empleados. Comprender también el
nología de la escritura.
sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica, o sea puedo leer un
Entonces, la escritura es memoria, pero es la memoria del poder, que es
cuadro, puedo leer una fotografía, puedo leer la radio, puedo leer el ambiente a
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Esto es muy importante que lo vayamos analizando, la relación digo, es- través del olfato.
critura-poder. No hay manera de desvincular ambas cosas, hacerlo sería una
Y finalmente leyendo. Leyendo es un gerundio, que es otra forma no per-
ingenuidad, porque la escritura nació con vocación de poder, controlar la reali-
sonal del verbo. Cuando digo leyendo el verbo está en curso de desarrollo sin
dad, para eso nació la escritura. Y por eso prefirió desde un principio escribir
especificar el final. No ha concluido la acción, estoy leyendo. O sea el proceso de
leyes, ustedes recuerdan en el bachillerato el código de Hammurabi, ¿lo recuer-
pasar los ojos por una superficie decodificando un código X o Z no ha concluido,
dan? porque los primeros libros tenían que ver con la expresión de poder, y las
no tiene final. Esto es interesante también.
leyes son su expresión, como lo son los contratos. Si los seres humanos no hubié-
ramos inventado la escritura como la conocemos, algo hubiéramos tenido que Cuando me han preguntado cómo comenzaste a leer, qué fue lo que pa-
hacer para poder fijar en el tiempo contratos. Entonces es una ingenuidad creer só, por qué lees o por qué te gusta leer, recordaba cómo me inicié. Eso les voy a
que la escritura nació para conservar la poesía, la literatura, eso vino luego, vino leer ahora y acepto preguntas...
después, pero no nació para eso. Al menos, eso es lo que me temo.
Me inicié en la lectura más allá de la monótona y repetitiva de la escuela
Con esto también quiero hacer una distinción, porque si hay un poder que
porque me habían prohibido leer. La prohibición recaía sobre los libros que uno de
tiene que ver con la escritura, hay formas de poder que tienen que ver con la
mis primos tenía en su cuarto, perfectamente ordenados en pequeños estantes so-
oralidad, y cuando pensamos en eso, cuando pensamos en formas del poder des-
bre su escritorio. Era el más estudioso, decía mi tía. Ya usaba lentes. Y ciertamente
de la oralidad o en sociedades sin escritura tenemos que remitirnos necesaria-
yo veía a mi primo leyendo con el libro posado sobre el escritorio casi todos los
mente a organizaciones donde los ancianos son muy valiosos, donde los ancia-
días. Mientras esto pasaba parecía que pasaba algo porque mi tía ordenaba silen-
nos y ancianas conservan la memoria de la comunidad, y además tenemos que
cio. El imperativo de silencio era beneficioso para mí en primavera y verano, ya
pensar en organizaciones humanas que crean instituciones para que la palabra
que al menor ruido mi tía decía que fuera a jugar a la calle, igual en invierno o en
sea dicha.
otoño sólo que en esas estaciones del año el tiempo de juego era más corto porque
Hay una palabra en wayuunaiki, no la recuerdo pero tengo su concepto,
oscurecía más temprano. Así el tiempo de lectura de mi primo se transformó para
que significa lugar para estar de pie, nosotros en castellano no tenemos una pala-
mí, en muchas ocasiones, en la posibilidad de jugar en la calle con mis amigos. Cla-
bra que exprese algo así, y esa palabra debe estar vinculada a los espacios de
ro, yo leía, no sólo lo que tenía que leer por estudiar las lecciones de la escuela, que
asamblea, donde la gente va a escuchar, a estar de pie, atendiendo, pero nosotros
lo obligatorio tornaba bastante fastidioso, sino los tebeos, historias con dibujos y
en castellano no tenemos una expresión así, porque nosotros donde estamos de
muchos personajes graciosos y divertidos. Dice María Moliner que un tebeo es el
pie estamos de tránsito. Tenemos auditorio, pero estamos regularmente senta-
nombre que se emplea para designar en general los periódicos infantiles con histo-
dos y lo que buscamos es estar sentados, entonces el concepto parece venir con
rietas. Con los tebeos pasaba que después de leídos se podían intercambiar por
esa forma corporal de estar sentados, no con estar de pie; eso es interesante.
otros usados y eran más baratos que los nuevos. También leía cuentos de hadas, de
Ahora bien, las instituciones que crean las sociedades orales están vincu-
princesas y de príncipes, de brujas y niños indefensos, de animales que hablaban
ladas a la palabra, y en wayunaiki está el putchi'pu, el palabrero, una institución.
que parecían gente. Éstas eran mis lecturas fundamentales. Las guardaba bajo la
El palabrero es la memoria oral del pueblo wayuu, es el que resuelve los proble-
cama en una maletica vieja que me había dado mi tía.
mas con las palabras, el que pone en diálogo a las partes que pueden estar en
conflicto o que están haciendo negocios o que están estableciendo relaciones Durante varias noches, en esos tiempos, me aterrorizó una luz brillante y
familiares, matrimonios, etcétera. El putchi'pu es el que restablece el puente, un misteriosa que salía debajo de la cama hasta que una noche me fui corriendo al
puente de palabras, metafóricamente podemos decir que el putchi'pu es una cuarto de mis tíos. Ellos vinieron a ver de qué se trataba y mi tío dio con la maleti-
fuente de palabras. Y son las palabras de la cultura wayuu. ca, pero sobre todo con el asa, que era de metal y brillaba en la obscuridad de la
Por cierto, voy a abrir un paréntesis, hace poco hubo una matanza en la noche.
guajira, y tengo el testimonio de un compañero wayuu que me dijo que los para-
De manera que no se podían tocar los libros de José Luis, o sea mi primo.
militares, los narcotraficantes están asesinando a los putchi'pu, porque asesinar-
Los podía desordenar, además no eran para niñas, además para qué vas a leer,
los significa desplazar a toda una comunidad, no tienen que matar a muchos bas-
recuerdo la voz de mi tía que decía eso. Fue tanta su insistencia y mi sentido tem-
ta con matar al palabrero, eso nos da una dimensión de lo importante que es esa
prano de lo contrario, que comencé a esperar el tiempo de mercado de mi tía y mi
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tiempo de limpiar el polvo. Cuando tía salía a comprar en la tienda yo quedaba en escritos. Nuestras lenguas indígenas ninguna tuvo escritura y sin embargo allí
la casa con el trapo y el polvo, y los libros prohibidos de mi primo en los estantes están los compañeros indígenas y sobre todo la etnia más numerosa, la wayuu.
sobre su escritorio. Así conocí a Simbad, un extraño marinero nada parecido a Cris- El wayunaiki es oral, no se escribe, lo están escribiendo ahora y hay personas
tóbal Colón, y tierras tan lejanas y extrañas como Samarkanda y Persia, Aladino y que han escrito la gramática, los diccionarios, pero los mismos wayuu (ustedes
su lámpara, Alí baba y sus cuarenta compañeros, los únicos que conocían las pala- saben que hay tres guajiras baja, media y alta) dicen que no comparten todos la
bras mágicas para abrir la cueva, la alfombra que volaba donde uno le ordenara, y misma escritura, naturalmente porque el wayunaiki es una lengua oral, como
palabras inolvidables como sultán, visir, y otras tan extrañas que eran difíciles de todas las lenguas. La escritura, como decía la profesora Berta en la conferencia a
pronunciar. la que asistimos en los Puertos de Altagracia, es muy posterior al habla y, como
les decía, muy pocas lenguas terminan en escritura. Porque la unión de lengua
Al principio todo iba bien, salía mi tía y yo entraba en el cuarto de mi pri-
con escritura tiene que ver con la lengua y el poder, y con una concepción deter-
mo, presentaba la silla frente al escritorio y agarraba un libro, una y otra vez. Al-
minada de poder. Es una relación de uno a uno que toda lengua escrita es expre-
gunas carreras di al oír la puerta abriéndose, algunas cosas no quedaron en su
sión de un poder que busca estatalizarse, toda lengua es producto de alguna ma-
sitio, pero lo que quedaba en el mismo lugar y con demasiada frecuencia era el
nera, de una concepción de Estado, de control político ejercido por una minoría
polvo. Mi tía lo atribuía a mi holgazanería y a mi necesidad imperiosa de estar
que termina siendo la regente de los signos escritos.
siempre jugando. Al ir pasando el tiempo y entre los regaños por el polvo, las carre-
Lo voy a explicar mejor o más lentamente. No toda lengua deriva en escri-
ras y las frases del tipo yo no estaba haciendo nada a las preguntas correspon-
tura y las lenguas que lo hacen se corresponden con grupos que están siendo
dientes, porque además es muy difícil no hablar, no contar lo que me estaban con-
dominados por élites de poder que necesitan la escritura como mecanismo de
tando los libros, [¿recuerdan que les dije que leer es un verbo transitivo?, o sea,
control.
como podía quedar con esas historias que estaba leyendo a escondidas,
Por eso las formas del poder que derivan en escritura no son las que
¡imposible!] Comencé con mis amigos de la escuela, en el recreo y después fueron
abundan, la escritura se corresponde con formas de poder de élites y como son
los del barrio, y ya se sabe que las palabras tienen alas y llegan a los oídos de todos.
élites, y regularmente tienden a sobreponerse y a desplazar otras formas u otros
El asunto está en que la madre de uno de mis amigos llegó una tarde a casa de mi
grupos u otras etnias, tienen la capacidad de borrar toda diferencia y de borrar
tía preguntando que qué eran esos cuentos del esclavo de amor y de Tormenta, y
todas las demás expresiones humanas y consolidarse y monopolizar su manera
de la favorita del sultán, que ellos eran una familia decente y etcétera. Mi tía le
de entender el poder, su manera de entender la realidad. Es decir, no vamos a
pidió disculpas a la señora y le aseguró que también éramos una familia decente y
encontrar, no hay manera de encontrar que cada lengua tenga su escritura, por-
que por supuesto ella se encargaría. Cerró la puerta y dio en el clavo o sea yo. José
que la escritura nace con vocación de poder, la escritura es un reflejo del poder.
Luis tenía esa risita, la que ponía cuando sabía que algo iba a pasarme, Miguel
Entonces, no puede haber gran diversidad de escrituras, porque el poder
Ángel otro de mis primos, que me llevaba tres años, estaba casi a punto de llorar,
no admite la diversidad, el poder tiende a monopolizar el control de los signos.
mi primo Daniel venía y guardaba silencio y se acercaba a mí, protector. Santos, el
Vamos a poner un ejemplo aunque me adelante mucho: el inglés. Este idioma lo
mayor, salió a buscar algo de una despeinada, que era una canción que solía can-
sentimos y se expresa como una lengua omnívora, va comiéndose todas las for-
tar cuando se afeitaba y dejó una estela de colonia. Cuando todo parecía perdido
mas de expresión e intenta convertirse en lengua universal, esa es la tendencia
para mí, así podría interpretarse, sonó la puerta y entró mi tío; él lo resolvió todo,
natural. Si vamos a un buscador en Internet las opciones de lengua escrita son
como siempre.
muy pocas con respecto a la cantidad de lenguas que existen; claro, también es
Quedó claro que la niña no lo iba a hacer más, que los libros de José Luis que no todas las lenguas devienen escritura, pero evidentemente no vamos a
no se tocaban, y desde ese día mi tía se aseguró cerrando el cuarto con llave y encontrar en un buscador de Internet más de 20 lenguas, y cuando se abren las
prohibiendo mi entrada, ni siquiera limpiaría más el polvo allí. Además a mi tío se opciones, las opciones son el inglés, el francés, el portugués, el italiano, ya está
le ocurrió que aparte de los tebeos y los cuentos de hadas a la niña se le podía com- apareciendo el chino, en algunos sitios aparece como opción el hebreo, pero
parar unos libros si, como parecía, le gustaba leer. Mi tía no quedó muy conforme ¿cuántos más? Esto indudablemente, no expresa la diversidad de lenguas del
con la solución y seguía sin verle la utilidad, pero santa palabra, lo había dicho mi mundo, en el mundo existen por lo menos 5000 lenguas, no hay manera de en-
tío. Así conocí las librerías. Llegué de la mano de mi tío a la de la calle mayor y allí, tender esa diversidad en los buscadores de Internet.
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Yo voy hablar del libro como objeto cultural, y como dice Fernando Báez en estantes de madera que se perdían hasta el techo, había todos los libros del
en un libro extraordinario que se llama Historia universal de la destrucción de los mundo, y con dibujos como los tebeos y con las tapas duras, y mucho más gruesos,
libros, «los primeros libros de la humanidad aparecieron en la ignota y semiárida y otros que no tenían dibujos y eran puras palabras. Estaba Julio Verne, Emilio Sal-
región de Sumer en el mítico cercano oriente, en Mesopotamia hoy el sur de Irak gary, Dickens, Stevenson, y tantos otros que era imposible de seguir.
entre los cauces de los ríos Eufrates y Tigris, hace aproximadamente 5300 años».
Lentamente fui teniendo mis libros en un estante en mi cuarto. De esas
Este objeto cultural que es el libro tiene entonces, aproximadamente 5000 años,
primeras lecturas me fue quedando el asombro, las historias y el silencio y las pala-
y por supuesto no tenía esta forma, ni se escribía sobre estos materiales, existía
bras calladas de la literatura. Tantos otros callados y ausentes y que me hablan
la arcilla, la superficie donde se grababan los signos de la escritura. Era la misma
mientras descifro, comprendo e interpreto. Leer es hablar con otro al que no le
arcilla con la que se construían los edificios, de modo que eran libros muy pesa-
suena la voz y al que no se ve porque es invisible, con el que no hay que cuidar nin-
dos, difíciles de almacenar, pero era lo que se necesitaba y lo que había para po-
guna forma ni norma y al que se le puede decir cualquier cosa que a uno se le ima-
der conservar la memoria de las civilizaciones que estaban naciendo y crecien-
gine.
do.
El libro y la escritura están completamente ligados al desarrollo de lo que [No hay nada más sabroso que ponerse a leer un libro en pantaletas en
conocemos como civilización, no hay manera de pensar ninguna ciudad sin la nuestro cuarto (o en interiores si son varones). Una está conversando con al-
relación con la escritura y sin los libros. Claro que los primeros libros no debie- guien allí, puede ser un hombre o una mujer, lo que sea, y una está como quiere,
ron ser, seguramente, libros de literatura, libros de cuentos, libros de poesía, en cambio las normas sociales en las conversaciones habituales... imagínense
muy probablemente los primeros libros estuvieron relacionados con actividades que ustedes quieran conversar en clase a la manera como uno conversa cuando
comerciales, con los signos necesarios para fijar compromisos y contratos, segu- lee en su casa tranquilo, pero no se puede, hay unas normas que lo impiden. Po-
ramente los primeros libros tenían que ver con leyes, es decir que tuvieron que demos estar acostados, en un chinchorro, o en el piso. Yo tengo un amigo que
ver con la construcción del poder. cuando iba en autobús a trabajar sus compañeros se reían porque él iba siempre
Hace un tiempo pude conocer la escritura de un señor analfabeta, el señor leyendo, entonces decía que esos recorridos largos en el autobús eran maravillo-
Perucho, no sabe leer y escribir pero necesita llevar cuentas y cuando él me mos- sos porque podía leer mucho tiempo.]
tró como lleva sus cuentas recordé la escritura fenicia. Eran rayas, pequeñas
Y sin embargo algo se reconstruye cada vez que leemos, lectura silenciosa
rayas que tenían un orden que él conocía, él tenía su código, iba marcando lo que
para imaginar, para representarse todo lo posible y lo imposible. Las palabras,
debía, lo que tenía que entregar, en una suerte de lenguaje codificado, y así nació
incluso su ausencia, son una incitación a la acción de imaginar, de reconstruir las
seguramente la escritura en algún momento de la historia, nació por la necesi-
imágenes o retratos de las cosas desde las palabras, sólo así podemos conocer, que
dad de fijar, y de fijar cosas que ya no se podían confiar a la memoria y había que
no es otra cosa que tener a alguien en la mente, conocer significa tener a alguien o
buscar una manera de hacerlo de forma duradera. Y cuando eso ocurre, cuando
algo en la mente, o tener en la mente misma la representación de las cosas.
ya no podemos confiar esas cosas a la memoria, evidentemente, tenemos que
pensar que la dimensión de ese grupo humano excede la capacidad de memoria [Una de las primeras cosas que les decía a los profesores que tienen us-
de los viejos. tedes aquí en las clases de lingüística, es que si yo digo perro inmediatamente
La escritura y los libros están vinculados naturalmente a un crecimiento todos tienen un perro, pero no ladra, tienen la imagen del perro, tienen el conoci-
de la población y a una complejización de las actividades de esa población que miento de que la palabra perro nos permite acceder a un ser que tiene cuatro
ameritan la producción de una herramienta o una tecnología que fije las cosas patas, etc.]
que hay que conservar y que ya no caben, que ya no es posible confiar a la me-
Palabras entonces para vivir en y por ellas, para soñarlas y despertarlas,
moria. Y eso ocurrió hace unos 5000 años atrás, aproximadamente.
palabras para pelear con ellas, para luchar por ellas, sobre todo para amarlas y
Ahora bien, no todos los pueblos han desarrollado la escritura, no todas
amar con ellas. Por eso dice Carlos Fuentes, uno de nuestros grandes escritores,
las etnias han desarrollado escrituras, estoy completamente seguro de que muy
que la imaginación es el nombre del conocimiento en literatura y el arte. Sólo ima-
pocas lenguas derivaron en escrituras, de las miles y miles de lenguas que exis-
ginando la vida, sólo imaginando la palabra. Pero leer también es silencio y es se-
ten y que han existido sólo unas muy pocas terminaron convertidas en signos
creto, silencio por lo callado de las palabras que construyen historias, por lo tanto
~ 16 ~ ~ 33 ~
prefieren la vista sobre lo oído, [¿recuerdan lo que dijo Félix de Azúa, que la bro- mente las imágenes del libro, me recuerdo leyéndolo y que me llamaban a comer
ma no es que la lectura sea un arte de la vista?] Un arte del oído, cuando leemos y no iba porque estaba devorándome el libro. Pero no tengo ningún otro recuer-
reconstruimos la voz de un ausente, reconstruimos lo que piensa, lo que siente, lo do así, intenso.
que sueña, lo que lucha, silencio porque cada vez que leemos, lo leído nos dice algo Ya en la Universidad comencé estudiando arquitectura y tenía una amiga
nuevo que no nos había dicho, en una especie de mudanza secreta de la voz. con una biblioteca de autores latinoamericanos y me los iba prestando semanal-
mente, yo los leía en una semana y a la siguiente me prestaba otro. Así conocí a
[Ya yo tengo algunos años leyendo como han podido ver, y cada vez que
Juan Rulfo, a Vargas Llosa. En arquitectura no me fue nada bien y me fui a Le-
vuelvo a leer un libro que ya había leído encuentro cosas, ideas, formas, me su-
tras... pero antes de llegar a la Universidad me salté el bachillerato. Recuerdo
giere cosas que no había visto antes, o sea que los libros tienen esa maravilla, no
Cien años de soledad, la leí dos, creo que tres veces, llegué a dibujar de memoria
se acaban nunca, nunca acaban de significar, ¿por qué? porque vamos creciendo
el mapa del árbol genealógico, imagino que me interesó mucho, recuerdo Aura
con ellos, a medida que vamos teniendo experiencias, aprendiendo cosas, tenien-
de Carlos Fuentes, una novelita mínima, creo que tiene 50 páginas, pero una cosa
do el conocimiento, del que habla María Moliner, en la cabeza, eso nos permite
extraordinaria, una ventana a un mundo increíble, mágico verdaderamente. Y
todavía conocer mucho mejor, dialogar mucho mejor con el libro, cualquiera que
recuerdo con mucha emoción también El amor en los tiempos del cólera. Recuer-
éste sea, puede ser de literatura pero también puede ser de política, o recetas de
do también que cuando me mandaron a leer, porque en la escuela lo mandan a
cocina]
uno, María de Jorge Isaac yo no la leí, comencé a leerla y aquello me fatigó, de-
Pero también silencio porque al leer hay que estar callados para escuchar masiado empalagoso incluso para un jovencito de unos 12 o 13 años, era inso-
la voz, las voces que vienen del libro. Leer es secreto porque es entre mis ojos y las portable leer María de Jorge Isaac. No sé qué hice para pasar el examen que se-
infinitas voces silenciosas de las palabras y así conjugar los silencios para hacer guramente venía después.
uno solo, separados de los otros para escuchar esas palabras calladas y componer Digo eso porque no hay nada extraordinario en lo que les he relatado con
un misterio. Aislados como si nada más existiera sino esos silencios, el de las pala- respecto a la lectura, yo creo que todo el mundo ha pasado más o menos por eso,
bras de la lectura y el del que lee su representación, y por lo tanto sabiendo que y algunos pues, están pasando. Tienen algunos libros más o menos cercanos,
todo lo demás está allí, sin tocarnos, sin permitir que nos toque. Leer es secreto por algunos libros de literatura que están digamos por algunas asignaciones, obliga-
lo remoto: es estar lejos estando cerca... [Puedo estar aquí al lado de ustedes o dos a leer, algunos han tenido que leerlos de esa manera, pero en definitiva lo
ustedes a mi lado, pero ¿si el libro me lleva a China? O a la india, o me lleva a Ar- que quiero decir es que no hay nada extraordinario, yo no soy un lector de tradi-
gentina, incluso hasta en la forma en que estaba construido el lenguaje y así pue- ción familiar, pero sí han habido algunos encuentros que creo han sido definiti-
do conocer, qué sé yo, el Himalaya o las pirámides de Tenochtitlán, ¿cuántos via- vos como estos que les acabo de mencionar, que son los que recuerdo y no tengo
jes puedo hacer leyendo? Todos los que quiera, todo los que me propongan los más, o sea, en mi cabeza, en mi memoria no hay más. De modo que cuando este
libros y los que yo me permita hacer a través de los libros. Cuando leemos sabe- profesor me preguntaba que de dónde, yo le decía que no sabía y evidentemente
mos que todo lo demás está allí sin tocarnos, sin permitir que nos toque, estoy no lo sé.
en China sin estar en China, estoy en China estando en los Puertos de Altagracia, Me fui pues, a estudiar literatura, letras, por suerte a la casa donde me fui
esa es la magia, la maravilla de leer. Pero no es la magia de Disney, es la magia a vivir había una biblioteca enorme, de clásicos, de libros viejos y nuevos, y bue-
que la palabra nos permite hacer cuando leemos, sobre todo en la literatura pero no, como estábamos jóvenes podíamos pasar hambre sin mayores problemas y
también en los otros textos. Por ejemplo, me acaba de dar su profesor Nandy leer siempre era una distracción, además la biblioteca era gratis y enorme. Cuan-
García este libro de Jesús Faría, uno de los grandes luchadores venezolanos, és- do eso se terminó siguió sin embargo la biblioteca, me mudé a otro espacio don-
tas son sus palabras, aquí está como pensaba, como actuaba, yo lo puedo resuci- de hubo otra biblioteca y esa sí la alimentábamos los amigos, ya para ese mo-
tar a medida que lo voy leyendo. Por eso es tan importante que leer sea un verbo mento les hablo de la escuela de Letras y de todo el periodo universitario que fue
transitivo, ¿se imaginan que leer no fuera un verbo transitivo sino intransitivo? largo, porque me dediqué a leer fundamentalmente. Ahora sí que me dediqué a
No nos pasaría nada de un lado para el otro. ] leer. A partir de las 18 o 19 años ya no paré de leer, hasta el sol y la lluvia de hoy,
lo digo por las lluvias en Venezuela, menos mal que aquí hay un sol muy bonito.
Leer es estar lejos estando cerca, sin que nadie perciba que uno se ha ido y
Bueno, quería decirles eso para comenzar.
va siendo otro con nosotros estando allí, tan cerca, tan al alcance de la mano. Y de
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las otras cosas, representándolas. No recuerdo cómo fue la escogencia de ese pri-
mer libro comprado para mí y cuál fue, pero desde ese día viajé interminablemen-
te. Esa es mi experiencia, como cada uno puede contar la suya, su propia experien-
cia
Hay otros señores que hablan de esto de la lectura, hay uno que cuenta
que esto de los libros y la pasión de leer es tan extraordinaria que hubo una vez,
hace muchos siglos, un visir persa (Persia era lo que hoy es Irán, los persas no
son árabes, son persas, pero generalmente los suelen confundir), y este visir per-
sa, que vivía en el siglo X, cuando viajaba amaba tanto sus libros y la lectura que
montaba sus libros, y los libros de antes eran una cosa grandísima nada que ver
con la comodidad de los de ahora, el tipo, claro, tenía un montón de esclavos, no
era él el que cargaba esos libros, tenía 17.000 libros y los esclavos amarraban los

B
uenos días.
libros a unos camellos y así viajaba pues, con su biblioteca, donde quiera que
Vengo a hablar fundamentalmente de los libros y la lectura, y antes de
fuese, ¿ustedes se imaginan eso? Iba por ejemplo, de los Puertos de Altagracia a
entrar en materia quiero hacer un breve perfil personal de mi acerca-
Altagracia de Orituco, montaba su biblioteca en los camellos, por supuesto no iba
miento a los libros. Porque de pronto hay como una mitología que une
a llegar en tres días, tenía que hacer altos en la noche, montaba sus carpas y co-
dos cosas, al lector, con una familia de lectores. Tendemos a creer que un lector o
mo tenía enumerados los camellos entonces sabía en qué camello estaba uno de
una lectora necesitan, requieren, piden una suerte de familia de lectores como si
sus libros en particular y se ponía a leer en la noche. ¡Eso es real pasión por la
se tratara de una tradición o una herencia familiar, lo he notado con la gente que
lectura y por los libros! Ah no, ¡eran 400 camellos y los libros no eran 17.000
está vinculada a los libros, pero también con las familias vinculadas a la música o
sino 117.000! ¿No les parece una historia extraordinaria? Hay que estar soyao,
a diversas expresiones del arte. Un profesor amigo me insistía, «pero bueno, ¿de
bien loco.
dónde te viene lo de los libros?» y yo lo que recordaba, y lo que es, y lo que se
constata en mi casa paterna y materna es que teníamos libros pero no una gran Hay otra historia que a mí también me pareció genial sobre la pasión de
biblioteca, teníamos libros de texto, enciclopedias, y alguna que otra obra litera- la lectura, como la llaman algunos, o el arte de leer, esa querencia que a uno no le
ria latinoamericana o de pronto de algún escritor norteamericano, pero no era queda porque uno no puede dejar de leer aunque sea un poco entre las múltiples
definitivamente una biblioteca de una familia lectora, era la biblioteca de una cosas que uno hace. Éste -ya uno árabe- (recuerden que les dije que la invención
familia que tiene hijos estudiando en escuelas y liceos, y la mamá y el papá están del papel estuvo entre los chinos y los árabes), un califa en el siglo IX, que se lla-
preocupados porque al menos tengan los libros que necesitan para su educación maba Al Mamún, casi como decir «al mamón», hijo de Harum al Rachid, soñó que
básica, por eso sobre todo las enciclopedias. Pero sí recuerdo con mucha emo- conversaba y el interlocutor (esta historia la cuenta el califa) de Harum al Rachid
ción qué mi mamá estaba encima de mí para que aprendiera a leer y escribir, la era un hombre pálido, de ojos azules, de frente amplia, ceño fruncido y porte
recuerdo dándome lecciones de escritura y de lectura y recuerdo que yo estaba real. Que además estaba sentado en un trono, altísimo. El califa con la certeza
muy pequeño, tenía unos cinco años y ya practicaba la caligrafía Palmer, porque que solemos tener cuando soñamos reconoció a Aristóteles y por la conversa-
mamá tiene una caligrafía de quien se formó en escuela de religiosas, de modo ción que sostuvieron en el sueño ordenó a los eruditos de la academia que, a
que tiene esa caligrafía Palmer que es muy hermosa y que por cierto ha entrado partir de esa noche tradujeran y estudiaran las obras del filósofo griego, y así fue
en desuso. cómo los árabes adoptaron y estudiaron a Aristóteles. Una historia preciosa...
Recuerdo eso y me recuerdo en un salón del kinder leyéndole a mis com-
Hay otra historia que me parece genial sobre los libros y la lectura. Uste-
pañeros, yo estaba sentadito y allí tenía un auditorio, recuerdo la imagen perfec-
des conocen la famosa Compañía de Jesús, los jesuitas, uno de los brazos arma-
tamente. La otra que recuerdo con mucho placer fue cuando estuve leyendo, ten-
dos de la Iglesia, que castigaba y mataba gente, de todos modos eso lo pueden
dría yo unos 11 años, un libro de Isaac Asimov, un escritor ruso que hacía cien-
buscar ustedes, pero el hecho es que ellos manejaban bibliotecas porque siem-
cia-ficción, el libro me fascinó a esa edad, El fin de la eternidad, y recuerdo clara-
pre la Iglesia en Europa fue la que manejó, la que se apropió de los libros y la
~ 18 ~
lectura, o sea, la lectura y la escritura no eran para cualquiera. Eso (de leer y es-
cribir) nos lo hemos ganado ahora aquí, porque en el siglo XVII y XVIII cuando se
da la llamada revolución industrial en Europa, al capital le empieza a convenir
que la gente aprenda a leer y escribir, pero no antes... ahora le está conviniendo
que la gente lea menos... Así que están privatizando rápidamente, y cada vez más
fuertemente en todos los niveles, la educación. Uno de los pocos países del mun-
do, si no el único, donde la educación es gratuita, desde el primer nivel hasta el
último, es éste [Venezuela]. Fíjense que ayer le cayeron a golpes a los profesores
y estudiantes universitarios en Chile que estaban pidiendo que no privaticen la
educación superior, el gobierno chileno por supuesto, les cayó a golpes.
Bueno, pero el asunto es que los jesuitas tenían una biblioteca en Bruse-
las, en el año 1773, y después de que se disolvió la compañía enviaron los libros
a la biblioteca real, pero como no cabían todos los libros que tenían los jesuitas
los guardaron en una iglesia vacía y como la iglesia estaba infestada de ratones
Memoria y palabra
los bibliotecarios elaboraron el siguiente plan (esta es una historia por la que
ustedes se preguntarán por qué vino a decir esto, bueno porque me parece muy
curiosa, increíble, ha habido gente idiota toda la vida). Los bibliotecarios elabo-
raron, pues, el siguiente plan: se encargó al secretario de la sociedad literaria José Javier León
belga que seleccionara los libros mejores y los más útiles, y aquí hay una idea
muy importante, ¿se acuerdan que leer significa escoger, recoger?, cuando leo
escojo, no solamente el libro que voy a leer sino también lo que voy a interpre- 20 de mayo de 2011
tar, lo que voy a comprender, siempre es una escogencia, y cuando escojo y reco- UNERMB, Mene Grande, Estado Zulia
jo dejo algo por fuera, por eso es que cuando vuelvo al libro otra vez, es posible
que, como he cambiado un poco, puesto que el paso del tiempo nos hace cambiar
a todos, a unos para mejor a otros como en mi caso para peor, necesariamente
vamos a encontrar cosas que no habíamos escogido ni recogido.
Pero bueno, al secretario de la sociedad literaria belga lo encargaron de
que seleccionara los libros mejores y más útiles, y esos libros mejores y más úti- «En el país actual, en el país que está naciendo,
les los iban a colocar sobre estanterías en el centro de la nave de la iglesia y los se empieza a hablar de producir, pero podemos
demás se pusieron en el suelo, o sea los que según el secretario de la sociedad caer en el error de creer que podemos construir
literaria belga no eran ni útiles ni mejores, a estos libros los iban a poner alrede- con los modos de producir del pasado.»
dor de los que fueran mejores y útiles. La idea de ese plan macabro era que los JJL
ratones roerían la periferia, se comerían los que el secretario de la sociedad lite-
raria belga hubiera decidido que no eran ni los mejores libros ni los más útiles, y
que dejarían al comerse los de la periferia y estaban en el piso, intactos, los que
consideraban más útiles y mejores. Imagínense a alguien haciendo eso, ¿cómo
escoger entre un libro y otro, cómo decido, cómo hago para escoger un libro?
Otra historia interesante de la lectura es la que llaman la historia del
catálogo de los libros inventados de Paul Mason. Este Paul Mason era un tipo de
~ 19 ~
principios del siglo XX (ya estamos más cerca) que a la pregunta de una amiga de
para qué servía una lista de libros inexistentes le respondió que no se le podía
pedir que pensara en todo. Paul Mason decidió hacer una lista de libros inexis-
tentes, un catálogo, un libro de libros inexistentes, por orden alfabético, los clasi-
ficó, libros de biología, química, física, literatura, poesía, sociología, historia, geo-
grafía, y se llamaba así catálogo de libros inexistentes. Su amiga tenía razón en
preguntarle que para qué servía eso a lo que respondió: no me puedes pedir que
piense en todo.
O sea que el afán por los libros es tan grande que puede llevarlo a uno a
imaginar los libros que uno quisiera, los que no existen o que uno no sabe que
existen. Porque de pronto resulta que uno se inventa un libro pero el libro ya
existe, lo que pasa es que uno no lo sabe.
Uno de los problemas que tenemos nosotros, a los que nos gusta leer, es
que nos pongan en una librería, ir a una librería es un tormento, porque uno tie-
ne que terminar escogiendo por razones evidentes... pero uno quisiera quedarse
con la librería, sabiendo además que, quedándose con la librería completa toda-
vía quedarían muchísimos libros que no tendríamos, que no leeríamos nunca, así
que bueno, uno termina escogiendo siempre, uno para leer termina leyendo.
Yo no sé, yo desearía ya que ustedes hablaran porque si no, voy a empe-
zar a hablar de cómo Simón Rodríguez concebía la lectura y ya esa sería una con-
ferencia que me gustaría dejar para otra oportunidad.
~ 29 ~

Notas

Caillois, Roger. Los últimos enigmas de Roger Caillois. Entrevista de Jean-Paul


Enthoven y Héctor Bianciotti. Revista Vuelta N° 174. México.

En su libro Seis propuestas para el próximo milenio, Italo Calvino nos dice que,
entre sus múltiples virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey
le pidió que dibujara un cangrejo y Chuang Tzu le respondió que necesitaba cinco
años y una casa con 12 servidores para hacerlo. Pasaron los 5 años y el artista aun
no había empezado su obra. “Necesito otros 5 años”, dijo Chuang Tzu, y el rey se los
concedió. Transcurridos los 10 años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante,
con un solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubie-
se dibujado.

Carroll, Lewis (2003). Alicia en el país de las maravillas. Barcelona, España. Edi-
torial Lumen

CARPENTIER, Alejo (1995). La guerra del tiempo y otros cuentos. Barcelona, Es-
paña. Ediciones Alfaguara

DIEGO, Eliseo (1991). Poesía y prosa selectas. Caracas, Biblioteca Ayacucho.

NABOKOV, Vladimir (2001). Cuentos completos. Traducción de María Lozano. Ma-


drid. Editorial Alfaguara

BACHELARD, Gastón (1997). La poética del espacio. México. Breviarios, Fondo de


Cultura Económica

ENDE, Michel (1994). La historia sin fin. Bogotá, Colombia. Editorial Alfaguara
~ 28 ~
poderosas que remueven lo invisible, la certeza de un conocimiento superior a lo
palpable, a lo “real” presente y que solemos llamar verdadero porque podemos
comprobar su existencia viendo o tocando su cuerpo. Las armoniosas notas de
una fuerza que tiene que ver con el espíritu y su presencia en el mundo. Y las
palabras. Todas ellas rodeadas de lo más amoroso y al mismo tiempo terrible del
mundo, de la ira, la venganza, el amor filial, la duda, el poder, la soledad, la com-
pañía… unidas también a esos seres que humanamente aparecían en la noche
sopesando su muerte, desenfadados, sin pena, más que la de la misma muerte, o
a los misterios secretos de la casa, cuyas puertas sonaban con fuerza al golpear-
se solas, anunciando una visita no deseada. Y todo eso vuelto lectura, interpreta-
ción, narración, aromas, sabores, todo como una inundación de palabras exten-
diéndose y ofreciéndose a ser dichas, a mencionar cosas y situaciones. COSAS PEQUEÑAS
Esa es para mí las primeras de las lecturas. La otra la hice mecánicamente, fasci-
nada también por los dibujos, por las formas de las letras, pero creo que no dice
mucho eso de: Mamá me mima, papá me ama, esa piña es mía, la pipa de papá En la poesía y la narrativa
(¿qué pipa?).
Al leer estas imágenes de las que hablé, las imágenes del entorno, también
hay un inicio en la escritura, un deseo por decir, una primera escritura, suelta,
exuberante, deliciosa, que tiene que ver con el gusto de las palabras, un aprendi-
zaje de las palabras, de sus junturas, (sus artejos), sus dudas y sus dádivas como Fátima Celis
lenguaje al fin y al cabo ordenado para mencionar algo a alguien o a uno mismo,
si se quiere. Es de esa primera lectura y de esa primera escritura de la que he
intentado hablar, reflexionar. 16 de mayo de 2011
Después las lecturas hechas, primero a pedazos, de cuentos y poemas en- UNERMB, Ciudad Ojeda, Estado Zulia
contrados, a veces sólo fragmentos de obras. En estas lecturas el descubrimiento
de una letra impresa que decía algo, que servía para algo, que tenía que ver con
uno pero no era de uno totalmente. Y explicaciones del mundo según cada escri-
tor, hechas de diferentes formas usando el lenguaje a gusto y con gusto. Por esto
algunas de las cosas que más nos atraen de las lecturas, de la escritura, es el de-
seo (el intento) por encontrarnos con lo extraordinario, el misterio… pero lo “El tiempo huye y nos arrastra consigo.
extraordinario y el misterio ya conocido por otras narraciones en el juego de El momento en que hablo está ya lejos de mí.”
palabras oído e inventado en la infancia. El solitario deseo por escribirlas o de-
cirlas, por domarlas para comprender al fin que son las palabras las que te lleven Nicolás Boileau
de la mano. Viajar solo por el desierto de palabras que cambian con cada objeto,
situación o paisaje encontrado como Graograman, el león de La historia sin fin
de Michel Ende, que cambia de color según el color de cada duna atravesada,
volviéndose, camaleónicamente del color de la duna.
~ 27 ~
las mismas. “El mundo es mi imaginación”, dice Bachelard, citando A Schopen-
hauer, y dice también que hay que rebasar la lógica para vivir lo grande que exis-
te dentro de lo pequeño. (p.186).
Desde Gulliver, que se ve empequeñecido en uno de sus viajes, los lilipu-
tienses que en otro de los viajes de Gulliver muestran el organizado reino de lo
pequeño, Pulgarcito cuyo tamaño es como el de un pulgar, Almendrita que es
hallada en el capullo de una flor, la literatura destaca, muestra, resalta y exige al
lector atención.
Para finalizar debo decir que estas cosas pequeñas aprendí a leerlas con
mi madre, sus narraciones y sus saberes. Cuando leemos no nos preguntamos de
dónde vino esa mirada que después, a través del lenguaje, nos muestra su histo-
ria. No nos preguntamos, si nuestra mirada, con su historia llena de detalles, tie-

D
ice el genio, beligerante y furioso, liberado de la lámpara, en un cuento ne que ver con esa miríada de imágenes que no sólo son las que nos muestra o
de Aladino, “he estado durante mil años encerrado en esta lámpara nos hace ver la lectura, sino que tienen que ver también con los detalles más ínfi-
como una ballena encerrada en un huevo”. Ante esta pequeñísima cár- mos de esas imágenes: imagen en imagen expuesta. Puede ser que nos interese-
cel podemos imaginarnos que, a sus dimensiones mínimas, a sus blan- mos, por un momento, en la historia de aquel que escribe –que nos escribe- pero
quecinas paredes ovaladas y a su delicada pero firme fuerza, les faltaba espacio lo esencial es que, al despertar nuestro interés, nos interesemos por la historia
para contener no solo el gigantesco cuerpo del enfurecido genio sino su misma que relata, que nos preguntemos ¿por qué pasa esto? ¿Qué hará ahora?
“desbordante” magia y sus efectos. ¿Hacia dónde nos dirigimos? Y todo lo que nos dice va unido a todo lo que hemos
¿Cómo puede un huevo, frágil y pequeño albergar en su interior una fuer- oído, lo que hemos dicho, a todo lo que hemos visto.
za y un cuerpo tan descomunales? ¿Si agarráramos nosotros un huevo e intentá- No sé exactamente el momento en el que, separándome de la “historia
ramos guardar en él algo muy grande, acaso cabría, o se despedazaría al instante hablada” en las narraciones familiares, descifré por primera vez el dibujo de la
en trozos aún más pequeños? letra en el papel, es decir, aprendí a leer de otra manera otras cosas que el mun-
Dice Roger Caillois que en el interior de las piedras y en el modo en que dan con do me ofrecía en la lectura. La primera lectura, sin duda, fue la de la imagen, a
su forma hay una especie de reducción, de miniaturización de todas las cosas que veces dolorosa, a veces jocosa, a veces triste o alegre, pero siempre fascinante,
existen en el mundo. que me ofrecía el mundo – pequeño, minúsculo, cercano, breve y extenso al mis-
mo tiempo- más cercano a mí: el patio, las palomas chacas que por sus plumas
Estas pequeñas figuras, el mundo reflejado y detenido en las piedras, más rizadas son incapaces de volar, mortalmente atadas al suelo y por eso expuestas
allá de toda intención de la naturaleza de recrear la naturaleza tienen que ver a los peligros pero maravillosamente bellas en su diferencia, las hermanas y el
con el ser humano y la imagen que elabora del universo. hermano sostenidos en el aire por la misma fascinación, por los mismos juegos
El pintor oriental Mi Fu tenía una extrema habilidad y conciencia para inventados según el paisaje de la casa, del hogar, los perros elevados a la misma
pintar en unos cuantos trazos figuras que parecían tan reales que eran capaces altura de cercanas confabulaciones debidas al azar del día, las plantas creciendo
de surgir del lienzo, así pintó un caballo, por ejemplo, que echó a correr en cuan- desordenadas hacia cualquier lugar, exuberantemente verdes, magníficas, exten-
to surgió del pincel de Mi Fu. Enterado de esta habilidad el gobernador le exigió diéndose a la noche o al día (el matapalo que cubría toda la casa como una mano
que le pintase un cangrejo, Mi Fu se negó. Ante esta negativa el gobernador, en- puesta al revés, con su palma silenciosamente inmensa), las serpientes pequeñas
terado del aprecio que sentía Mi Fu por cierta piedra frente a la cual solía pasar que atravesaban a veces la calle para alojarse en los rincones húmedos y oscuros
el tiempo, contemplándola, envía un mensajero que se la arrebata. Obligado por del patio venidas del terreno, ubicado frente a la casa, igualmente inundado de
el deseo de recuperarla Mi Fu accede a pintar el cangrejo, pero en tal empresa insectos y plantas, maravillosamente misterioso y accesible; y otras tantas más
emplea diez años hasta que, finalmente, como siempre, con unos cuantos trazos que es imposible mencionar pues tomaría estas páginas todas para hacerlo.
pinta un cangrejo que parece agitarse en el papel. El gobernador accede a permi- Atravesando estas imágenes, flotando dentro de ellas, las imágenes
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pasos ligeros, en lo muerto de la noche, a quién saluda el gallo. / A quién tirle que contemple la piedra sin entregársela pero antes le pide que le explique
saluda solo, en medio de toda la sombra que ha sido, a quién saluda el ga- su interés por esta. En la piedra ve Mi Fu como existen lagos, valles y mesetas,
llo/ Alegre, terco, lejano (El gallo p.76) grutas, desérticos lugares e infinitos campos inexplorados. Sin embargo el go-
La hormiga pequeña vacila, intuye la naturaleza del alto muro transparen- bernador no accede a devolvérsela. Custodiado Mi Fu, se dirige hacia el recinto
te, y se decide. (Frente al muro p. 86) donde es vigilada la piedra. De pie ante ella contempla, por primera vez en diez
años, su preciado tesoro. Basta un instante para que, ante los ojos atónitos del
En Nube, castillo, lago, cuento de Vladimir Nabokov, el personaje realiza guardián que la ha custodiado, Mi Fu desaparezca. Ante la sorpresa y el descon-
un viaje en tren y observa y destaca detalles en los que, usualmente, no nos dete- cierto revisan infructuosamente el recinto y, al observar de cerca la piedra, los
nemos: azorados miembros de la corte real pueden ver, minúscula, la figura del pintor
En las estaciones, Vasiliy Ivanovich observaba la configuración de algunos perdiéndose en la extensa y a la vez microscópica vegetación de la misma.
objetos completamente insignificantes —una mancha en el andén, el hueso La literatura está llena de estas cosas pequeñas que, en su menudencia,
de una cereza, la colilla de un cigarrillo—, y se decía a sí mismo que nunca, fabrican entre sí una red de infinitos sentidos. De un lugar a otro la semejanza,
nunca recordaría aquellas tres pequeñas cosas relacionadas allí y entonces vuelta una fina transparencia viaja, albergando su(s) imagen(es), hasta la figura-
de esa manera particular, que nunca recordaría aquella forma que ahora ción del lector. Pero ¿qué hace que estas imágenes posean esta extraordinaria
contemplaba con aquella precisión mortal. (p. 413) fuerza y pureza? Un solo detalle basta para que, a través de estas “cosas peque-
ñas” se dispare la imaginación del lector y construya instantáneamente vastos
En Detalles de una puesta de sol de Nabokov, el personaje se ve imbuido lugares.
de todos los mínimos sonidos de un universo que, aparentemente silente, per- Alicia en el País de Las Maravillas, al seguir el conejo a su madriguera, se
manece expectante y olvidado de la atención, de la escucha: encuentra sola en una gran sala iluminada por una hilera de lámparas que colga-
ban del techo (p. 16); la sala está rodeada de puertas y con una pequeña llavecita
Cuando estaba en un prado o, como ahora, en un bosque silencioso a la hora logra abrir una de las puertas, pero ella es demasiado grande y no puede salir. Al
en que se iniciaba el crepúsculo, empezaba a preguntarse, como sin darse ver la botella con el letrero “bébeme” y tomar su contenido empequeñece tanto
cuenta, si no sería posible oír, a través del silencio presente, el universo ente- que la mesa es para ella ahora como un edificio. La aventura de Alicia es, en pri-
ro atravesando el espacio como en un silbido melodioso, el bullicio de las mer lugar, lograr el tamaño correcto, el tamaño exacto para tomar la llave de la
ciudades lejanas, el embate de las olas del mar, el canto de los hilos telegrá- mesa y salir por la pequeña puerta. Y, cuando encuentra el diminuto pastelillo
ficos sobre el desierto. Poco a poco, sus oídos, guiados por su pensamiento, que lleva un letrero que dice “cómeme” Alicia toma el tamaño perfecto para en-
empezaron a detectar con avidez aquellos ruidos. Oía el traqueteo de un trar en el jardín, tras la puerta. A partir de allí el autor, Lewis Carrol, nos intro-
tren, aun cuando las vías estuvieran a millas de allí; a continuación, el chilli- duce en el mundo sencillo y misterioso de las cosas pequeñas (todas ahora del
do y el chirrido de las ruedas y, a medida que su oído recóndito se iba tamaño de Alicia). El conejo, el lirón, las setas sobre la que se encuentra fumando
la oruga, ratones, ratas, una lagartija llamada Bill, la tortuga, los flamencos, etcé-
haciendo más agudo, las voces de los pasajeros, sus toses y su risa, el crujido
tera; todos bajo la mirada directa, a su misma altura, de Alicia. Antes, perdidos
de sus periódicos; y finalmente, ya completamente sumergido en aquel mila-
en una suerte de “invisibilidad” – debido a su tamaño-, surgen ahora en las pági-
gro acústico, percibió nítidamente también los latidos de sus corazones, y el
nas del libro, al mismo tiempo que engrandeciéndose a sí mismos aumentando
crescendo acumulativo del latido, su zumbido, su estruendo ensordecieron a
la mirada del lector que les contempla como con una lupa a la distancia.
Simpson. Abrió los ojos temblando y se dio cuenta de que aquellos golpes
Me interesa aquí destacar cómo vemos en la literatura exploraciones cada
eran los de su propio corazón. (P. 96)
vez más hacia la vida, dirigidas con una mirada, que si bien aborda el interior del
ser humano, sus penas, alegrías y miserias, se recrea en describir lugares y pai-
Estos universos que nos revela la literatura son innumerables y forman,
sajes de manera frecuente y demora la importancia de lo mínimo.
con nuestra experiencia de vida y nuestra experiencia como lectores, la generosa
Aún los rincones vacíos, pequeñas estancias olvidadas, cuentan una histo-
imagen del mundo. Este mundo miniaturizado, distante a la estatura del ser
ria. En el cuento de Alejo Carpentier La Guerra del tiempo, se ha comenzado a
humano se nos revela a través de estas imágenes, como lectores y escuchas de
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demoler una casa cuando, ante el gesto mágico de un viejo visitante, la demoli- pre, pues creían que yo estaba mentalmente perturbado. Entonces me hice
ción se trastoca en reconstrucción: entonces el negro viejo, dice Carpentier, que pequeño y entré en mi cuadro, subí al pequeño tren y avancé con el pequeño
no se había movido, hizo gestos extraños, volteando su cayado, sobre un cemente- tren por el pequeño túnel negro. Durante un rato se siguió viendo el pena-
rio de baldosas (P. 63) y, súbita e instantáneamente se inicia la reconstrucción de cho de humo salir del agujero redondo, después se disipó el humo y con él se
la casa. Vuelven las baldosas a ocupar su lugar en los pisos, los tornillos vuelven disipó todo el cuadro y yo con él. Los guardias quedaron atrás, llenos de
a ajustar las ventanas en los marcos de madera que ya se han acomodado en su perplejidad.
puesto, y el tiempo, en lugar de avanzar, retrocede. Asimismo pasa con los habi-
tantes de la casa, especialmente el personaje principal, Marcial, quien va desde la La literatura, la lectura, nos hace intuir, presentir y desplazarnos hacia
muerte hasta la madurez y la adolescencia, llegando a la infancia. En uno de los otros lugares más afables y serenos, donde podamos, en la soledad de nuestra
pasajes del cuento Marcial, ya niño, conserva el hábito de sentarse en el enlosado mente, detenernos un poco del infatigable viaje de la vida y descansar. Asimismo
(p. 76) y dice Carpentier: sólo desde el suelo pueden abarcarse totalmente los án- por ínfimo que sea este lugar, siempre será, ampliado y visible, el lugar íntimo y
gulos y perspectivas de una habitación. Hay bellezas de la madera, misteriosos seguro de nuestra imaginación.
caminos de insectos, rincones de sombra, que se ignoran a la altura del hombre
(p.76). El Universo
La mirada recuperada de la infancia rescata aquí, para Marcial, lugares y Cuando escuchamos la palabra “Universo” o pensamos en el “Universo”
objetos que hacía ya tiempo se habían perdido en su memoria. Lugares que des- solemos imaginar amplios horizontes donde enormes galaxias, planetas, estre-
de la altura de un hombre o una mujer adultos parece ya difíciles de recuperar. llas, soles, lunas y otros asteroides pueblan hasta el infinito un espacio descono-
En este rincón, refugio, hábitat de insectos, solitario y remoto, descansa el pensa- cido y atrayente, misterioso y subyugante.
miento, siempre ocupado de sí mismo, siempre observando el mundo “a su ima- Creemos, pues, en un universo infinito, gigantesco, inabarcable. Ciento
gen y semejanza”. Todo rincón de una casa, dice Gastón Bachelard, todo rincón de veinticinco mil millones de galaxias conforman el universo visible (N.G.E.). Hago
un cuarto, todo espacio reducido donde nos gusta acurrucarnos, agazaparnos so- énfasis en la palabra “visible”. ¿Hasta qué distancia pueden nuestros ojos mirar u
bre nosotros mismos, es para la imaginación una soledad, es decir, el germen de observar el universo? Del latín universus (unus) y versus (girado o convertido) la
un cuarto, el germen de una casa. (p. 171). palabra habla de uno y todo lo que lo rodea. ¿Por qué pensamos que todo lo que
Hermann Hesse (1877 –1962) poeta, novelista y pintor nos relata en su pueda ser el universo tiene esas grandes dimensiones? ¿No podría, por ejemplo,
Autobiografía una anécdota donde, estando en prisión, pinta sobre la pared de el universo, caber en un grano de arena, en una semilla, en una joya? Es decir un
su celda un paisaje donde figura un diminuto tren: universo que es un cosmos diminuto contenido en una hoja, en un grano de are-
“Ese paisaje contenía casi todo lo que me había producido alegría en la vida, na, en un cristal de azúcar, en una flor, en una gota de agua, en un hongo, en el
ríos y montañas, mar y nubes, campesinos en la cosecha y un montón de musgo, en el cuerpo de los seres humanos: los ojos, la piel; provisto de un cielo y
cosas bonitas que me causaban placer. Pero por el centro del cuadro avan- un espacio que de tan mínimo nos resulta ajeno pero esa distancia lo hace tan
zaba un tren muy pequeño. Se dirigía hacia una montaña y ya penetraba infinito como las galaxias de las que hablábamos.
con su cabeza en ella como un gusano en la manzana; la locomotora ya es- Las cosas pequeñas son también las cosas que, por obvias, suelen carecer
taba en parte dentro de un pequeño túnel de cuya redonda boca salía un de importancia para nosotros. Estos universos contenidos en una habitación, en
penacho de humo. (…) Estaba yo ante ese cuadro en mi cárcel, cuando los una calle, en campos y ciudades, forman en detalle un cosmos armónico elabora-
guardias vinieron corriendo con sus aburridas citaciones y quisieron arran- do bajo la protagónica trama que va reelaborando el lector:
carme de mi feliz trabajo. Entonces sentí un cansancio y algo así como asco Eliseo Diego en su libro Versiones, escribe acerca de estos objetos poeti-
hacia todo aquel jaleo y toda esa realidad brutal e insensible. (…). Recordé zándolos, sacándoles de esa especie de niebla en la que, por costumbre, se hallan
la norma china, estuve durante un minuto reteniendo la respiración y me envueltos:
desprendí de la ilusión de la realidad. Entonces pedí amablemente a los La cortina es como una serpiente de mar, y la penumbra de la estancia co-
guardias que tuviesen un instante de paciencia, porque iba a subirme al mo el agua, densa en las cavernas del abismo (La Cortina. p. 73).
tren de mi cuadro y allí tenía que revisar algo. Se rieron como hacían siem- ¿A quién saluda el gallo cuando en el alba canta, lejano?/ A la hora de los

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