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La identidad nacional.

La Paz de Westfalia de 1648 es considerada como el momento histórico


en que nacen los Estados Nacionales o Estados Modernos. En ese
instante, casi arbitrariamente, se distribuyó el territorio de Europa de
acuerdo a ciertas necesidad políticas que provenían, no en menor medida
de conflictos culturales e ideológicos. Esta paz fue consecuencia directa
de la guerra de los treinta años, que llegó a involucrar a media Europa
alrededor de problemas netamente religiosos.
Detrás del conflicto religioso, sin embargo, subsistía el conflicto generado
por las diversas formas de ver el mundo y de aplicar la política, la ciencia,
el arte y, en general la sociedad. Esto desembocó, obviamente, en la
búsqueda desenfrenada de quién era el hombre occidental, más
exactamente el hombre europeo, y que vino a dar frutos varios siglos más
adelante con la aparición del romanticismo que no era más que una
mirada a un pasado, en algunos casos mitológico, a fin de poder
determinar desde la preponderancia cultural, étnica, científica, política,
etc.
Antes del tratado de Westfalia no se encontraba un acendrado
nacionalismo que embargara territorio, población y gobierno, las tres
características de un estado moderno. Es así como vemos que los galos
no eran propiamente estado a pesar de vivir en un mismo territorio y
hablar una misma lengua, cada quien tenía un gobierno diferente y, por
otro lado, el decadente estado romano tampoco era un estado moderno
puesto que, a pesar de imponer su forma de gobierno sobre los territorios
que anexionaba, no se poseía ni la misma lengua y mucho menos
pertenecían a un mismo grupo étnico.
A partir del siglo XVII se empieza en forma a generar lo que en estos
momentos conocemos como nación o patria1. Esto obedece a varias
razones, entre ellas el protestantismo religioso y la aparición de la
imprenta2.
No vamos a estudiar los fundamentos teológicos de la reforma y la
contrarreforma simplemente las citamos como movimientos intelectuales
que generaron una forma diferente de verse el hombre dentro de su
propio contexto.
Hasta la aparición de Lutero y Calvino, la religión católica era la
predominante en Europa. Esta tenía como sede Roma aglutinando
espiritualmente al resto del continente sin tener en cuenta a los
gobernantes del territorio, en más de una ocasión sus fallos influían por
encima de estos. Cuando aparece la reforma esta buscaba una forma

1
Conceptos estos que a pesar de ser usados en como sinónimos poseen características
diferentes que más adelante explicaré
2
Obviamente existen múltiples razones para la aparición del estado nacional o estado
moderno, aparte de las ya nombradas. Sin embargo, me limito a estas con el objetivo de
exponer más fácilmente los puntos de vista que se desarrollaran más adelante.
diferente de interpretar las sagradas escrituras apartándose de lo
predicado por Roma. Si bien es cierto que en un principio no se buscaba
separarse del papado esta escisión no duro mucho para aparecer
debilitándose en gran medida el poder que Roma ejercía sobre Europa.
Esta forma de pensar nació a partir de una nueva forma de leer y una
nueva forma de acceder a los textos. Esto nos lleva al segundo punto que
incide en la aparición de los estados nacionales. Con la aparición de la
imprenta el libro fue más accesible a el pueblo en general pudiendo tener
una familia inclusive una Biblia en el idioma de cada país3.
Más adelante se puede observar que dentro de estos planteamientos se
encontraban los gérmenes de la revolución francesa de 1789, pero ese
estudio desbordaría totalmente el asunto que se pretende tratar acá.
Estas dos circunstancias generaron que el hombre se diera cuenta de su
entorno y pudiera sentirse que pertenecía a un lugar no solamente por
nacimiento sino por lengua, cultura, religión y gobierno. En esta
conclusión, como se observó, jugó un papel importante un artilugio
mecánico: la imprenta. Teniendo esto en cuenta es necesario entender
que los cambios técnicos y tecnológicos afectan la forma como el ser
humano entiende su propia realidad. De ahí deducimos que la aparición
de tecnologías como el internet, los video juegos, la comunicación celular,
la televisión, etc, perturban el sentido de identidad nacional y/o patriotismo
que se posea.
Esto no se debe tener como algo negativo de por sí. Es un hecho con el
cual se tiene que vivir y que nos impulsa más bien a buscar nuevas
concepciones de nación y patria. A través de esta ponencia pretendo
demostrar que la modernidad, entendiéndose esta desde el punto de vista
filosófico y tecnológico, transforma nuestras relaciones con el entorno
social cercano (familia, vecinos, etc.) y con el resto del mundo.
Nación y patria
Es común que entendamos que cuando se habla de nación y patria se
entienda igualmente que se habla sino de lo mismo de sinónimos. A pesar
de ello, la nación engloba aspectos del hombre que no tienen que ver con
la patria.
La Real Academia Española, en Diccionario Esencial de 1997, tiene tres
acepciones de la palabra nación.
La primera expresa: “Conjunto de los habitantes de un país regido por el
mismo gobierno”

3
Al respecto Jean Francois Gilmont en su ensayo “Reformas Protestante y Lectura”
publicado en la “Historia de la Lectura occidental” anota que antes de parecer traducción
de la Biblia en alemán de 1534 los pastores de Zurich propusieron una traducción en
1530, “(...) en italiano de Antonio Brucioli data de 1532. Ya a partir de 1526 estuvo a la
venta una Biblia en Neerlandés. Pierre Robert llevó a cabo en 1535 una traducción en
francés (...) el mismo año Miles Coverdale hizo otro tanto en inglés (...)”. “Historia de la
Lectura occidental” Pág. 334, 1ª edición en español, Editorial Taurus, 1998.
Mientras la tercera dice: “Conjunto de personas de un mismo origen
étnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición
común”
Por lo que va de patria tiene dos acepciones. En la primera habla de:
“Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado
el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”
En la segunda habla de: “Lugar, ciudad o país en donde se ha nacido”
Como podemos ver cualquier idea de nación lleva dentro de ella misma
un componente netamente humano como principal motor de existencia.
Por su parte la noción de patria, aunque obviamente no desecha el
aspecto humano, posee un alto componente geográfico (llámese ciudad o
país) los vínculos humanos que aparecen en la patria son creados de
manera externa y, en cierta medida, consciente por parte del hombre. Por
otro lado la nación se genera a partir de la interioridad misma de él, es su
lengua, sus tradiciones, su raza4.
Estos puntos son esenciales al entrar a analizar la identidad del humano
con su nación y con su patria. Estos valores son los que van a ser
transformados por las nuevas formas de acceder a la tecnología.
Cultura, identidad y tradición
La Ley general de cultura en el numeral primero de su artículo primero
define la cultura como sistema de características netamente internas.
Más exactamente asevera:
“(...) 1 Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales,
intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que
comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos
humanos, sistema de valores, tradiciones y creencias”5.
Por su parte en el numeral segundo de ese mismo artículo manifiesta:
“(...) 2. La cultura, en sus diversas manifestaciones, es fundamento de la
nacionalidad y actividad propia de la sociedad colombiana en su conjunto
(...). Dichas manifestaciones constituyen parte integral de la identidad y la
cultura colombiana (sic)”6
Por otra parte en el artículo 4º define patrimonio cultural de a Nación
como que “(...) está constituido por todos los bienes y valores culturales
que son expresión de la nacionalidad colombiana tales como la tradición,
las costumbres y los hábitos (...)”7
Del análisis de estos artículos podemos concluir que la ley confunde la
identidad nacional con la cultura de la nación. Es apenas obvio que, en su
4
Tampoco vamos a entrar a discutir los aspectos externos de la lengua, entendemos la
interioridad de la lengua madre como algo que, a pesar de ser enseñado externamente,
lo apropiamos y desarrollamos internamente para hacerla nuestra, de la misma manera
tomamos la cultura y la tradición aspectos que son fundamentales al momento de definir
la personalidad de un individuo.
5
Ley General de Cultura, Ley 397 de 1997. Pág. 7. Imprenta Nacional. Bogotá. 1997.
6
Op. Cit. Pág. 7.
7
Op. Cit. Pág. 8
carácter abstracto y general, la norma no tiene en cuenta ni debe tenerlo
las particularidades con las que vivimos día a día.
Sin embargo, es necesario entender que la identidad de un pueblo es
todo aquello que lo distingue de otro, una de las cosas que lo distingue es
la cultura y esta va desde la literatura hasta la forma como se prepara un
alimento en especial. Todo esto se encuentra englobado en lo que
realmente somos e incluye la forma como hablamos tanto como incluyen
las tradiciones a través de las cuales nos formamos.
Un punto muy especial que merece toda nuestra atención es lo referente
a la tradición. La tradición es algo intangible que solamente se puede
observar a través de actuaciones específicas en momentos específicos,
verbigracia el carnaval. La tradición pervive por la misma sociedad en la
que existe y nunca viceversa.
Es muy común encontrar discusiones sobre la “desaparición” de la
tradición por el simple de hecho de cambiar un aspecto de la actuación.
Pero si se tiene en cuenta que la sociedad cambia conforme va
avanzando la historia, es lógico entender que la tradición igualmente debe
cambiar.
Es así como encontramos que la Real Academia Española de la Lengua,
dentro de su definición de Tradición toma esta como transmisión de
noticias, etc, que va de generación en generación8. Como vemos en
ninguna parte aparece un elemento que nos implique estatismo o
congelamiento de las cosas que nos obliguen a mantener un statu quo
eterno.
También en este aspecto es necesario entender que el cambio de
circunstancia generará un cambio en la tradición. Y en este punto quiero
recalcar la palabra cambio no implica desaparición, aunque este cambio
sea de tal magnitud que si se observara la tradición modificada por parte
de un miembro antiguo este crea que no es la misma.
También es importante acotar que este cambio no puede ser del concepto
de la tradición, esta parte si es inmutable ya que debe generar las mismas
sensaciones, fe o significado para la nueva generación como en su
momento generaba la tradición no mutada para la generación anterior.
Esta circunstancia es necesaria en la supervivencia de cualquier
sociedad. Lo observamos en cualquier aspecto de la sociedad, desde la
forma en que se desarrolla la liturgia religiosa hasta en la manera como
se presentan los acercamientos sentimentales.
Hibridismo latinoamericano
Para poder entender la incidencia que puede tener la modernidad dentro
de nuestra sociedad latina es forzoso comprender que Latinoamérica es
un híbrido cultural nacido a partir de la mezcla de Europa, África y
América precolombina.

8
Op. Cit, Pág. 1083.
El sociólogo Néstor García Canclini en su obra Culturas Híbridas hace un
excelente estudio sobre este aspecto.
Explica en dicha obra que la modernidad y la posmodernidad no se
vivieron ni se viven en Latinoamérica de la misma manera y bajo los
mismos aspectos que la europea. Al respecto manifiesta:
“Una primera tarea es tener en cuenta las discrepantes concepciones de
la modernidad. Mientras que en el arte, la arquitectura y la filosofía las
corrientes posmodernas son hegemónicas en muchos países, en la
economía y la política Latinoamérica prevalecen los objetivos
modernizadores (...)”9
Esta irregular forma de recibir y entender los procesos proviene
precisamente de la mezcla de identidades y culturas de donde provienen
nuestros países. Si bien es cierto que durante el siglo XIX, y en algunos
aspectos aún en la actualidad, la élite intelectual prefiere la cultura
europea sin tener en cuenta la problemática y el acervo cultural local, no
es menos cierto que, con la aparición de la modernidad, se dio un viraje
ideológico empezando a mirarse el latino a sí mismo y sus capacidades.
Es así como vemos que si Darío le cantó a Capoulicán con formas
extraídas de Europa ahora podemos escuchar al cantante Cabas
reinterpretar sones como la cumbia con apoyo de la música electrónica.
Al respecto Canclini menciona:
“En varios casos, el modernismo cultural, en vez de ser
desnacionalizador, ha dado el impulso y el repertorio de símbolos para la
construcción de la identidad nacional”10
De todas maneras es inevitable que aceptemos que somos naciones que
aún nos encontramos en la búsqueda de nuestra propia identidad. Esto
implica, como en toda búsqueda, equivocaciones y éxitos. Implica
igualmente que somos más permeables de lo que pretendemos a
experiencias e influencias externas. Por ello es necesario utilizar esta
aparente debilidad y convertirla en fortaleza11.
Por otro lado, un ingrediente que se debe agregar a esta situación es la
inestabilidad política de nuestros países y los factores de violencia que
afectan a la sociedad latina, y muy especialmente a nuestro país.
Encontramos situaciones como la del desplazado, persona que es
extraída de su entorno natural de manera forzosa ya sea por la
imposibilidad de mantenerse económicamente en él o por verse obligado
por cualquier grupo armado. Podemos observar en las calles de
Barranquilla a grupos de indígenas provenientes de Nariño, vestidos
9
Néstor García Canclini. Culturas híbridas, estrategias para entrar y salir de la
modernidad. Pág. 19. Editorial Grijalbo. 1990.
10
Op Cit. Pág. 78.
11
Sin ir más lejos podemos ver el caso de Estados Unidos, un país conformado por
infinidad de grupos étnicos que han tratado de convivir juntos, entendiéndose como
ciudadanos entre ellos y generando acciones culturales propias como el Jazz y el Arte
Pop.
como es su costumbre y hablando entre ellos su propio idioma. Este
ingrediente complica aún más la búsqueda de nuestra identidad ya que
actualmente no existe catalizador político ni cultural que pueda mediar
entre el desplazado y el habitante de la localidad.
Esto genera un desarraigo y desconocimiento de las personas que
conviven con el lugar. Todo esto trae como consecuencia una pérdida del
sentido de compenetración social agudizando brechas económicas y
culturales que nos ponen trabas al momento de poder unirnos como
sociedad.
Últimas tecnologías e identidad
Las últimas tecnologías han podido hacer que la llamada “aldea global” se
sienta a la vuelta de la esquina. No es raro escuchar en una conversación
que muchachos digan que tiene una cita virtual con su novio (a) o
amigo(a) virtual. Persona esta que no vive, en muchos casos, ni siquiera
en el mismo continente. La velocidad del envío de información es tal que
se pierde en cierta manera el sentido de la distancia. El intercambio
cultural que vivimos es impresionante e implica asumir una posición crítica
sobre estas “nuevas” situaciones.
La existencia de esta forma de comunicación no implica la desaparición
de nuestra sociedad para llegar a una identidad mundial. Implica una
aceptación de nosotros mismos con nuestra realidad para poder enfrentar
otras formas de ver el mundo.
A mediados de la década pasada la sociología entendió que “las
transformaciones culturales generadas por las últimas tecnologías y por
cambios en la producción y circulación simbólica no eran responsabilidad
exclusiva de los medios de comunicación”12. Es decir es nuestra
responsabilidad como individuo afrontar los cambios que nos pueden traer
la utilización, uso y abuso, de las nuevas tecnologías.
Para Canclini esto causa la desaparición del espacio público, plaza,
parque, como lugar de encuentro de las personas pasando a ser
desplazado por las comunicaciones en línea, chats, etc. Así mismo el
entorno del individuo disminuye su área de desarrollo restringiéndose a su
entorno doméstico.
“(...) “aparecer en público” es hoy ser visto por mucha gente dispersa ante
el televisor familiar o leyendo el diario en su casa”13.
A pesar de estas acotaciones Canclini no considera que esta forma de
vivir la modernidad esté sustituyendo las formas anteriores de vivir la
misma realidad. Al contrario es necesario que se reorganice nuestra
estructura de pensamiento de acuerdo a los cambios que acaecen a
diario. Es decir, hay que aprender a vivir con los cambios no por causa de
ellos.

12
García Canclini, Op. Cit. Pág. 264
13
García Canclini, Op. Cit. Pág. 269
Tan es así que considera que “la remodelación tecnológica de las
prácticas sociales no siempre contradice las culturas tradicionales y las
artes modernas. Ha extendido, por ejemplo el uso de los bienes
patrimoniales y el campo de la creatividad”14
No podemos ver a la tecnología como el monstruo ya que a la final es el
ser humano quien la crea, quien decide como y por qué usarla. Bajo
ningún aspecto la tecnología debe ser nuestra enemiga, al contrario,
puede ser un arma poderosa para amalgamar a la sociedad latina bajo
nuevas formas de pensarse a sí misma.
Una de las consecuencias de esto es la posibilidad de que las obras
artísticas ya no se queden única y exclusivamente en un sector de la
población sino que puedan ser manejadas y conocidas por una fracción
más amplia de la misma. Lógicamente esto redunda en una mayor
cohesión como individuos que pertenecen a un mismo grupo social y
fortalece las conexiones entre ellos.
A pesar de todo existen posiciones contrarias que pregonan los peligros
de la tecnología como barrera para crear verdaderas relaciones humanas.
La amplia industrialización y el poco “tiempo libre” como se entendía
anteriormente crean, para estos estudiosos, unas necesidades muy
particulares de cada individuo esto, a su vez, trae como consecuencia una
desaparición de las relaciones humanas como tal colocándose como
intermediario el artilugio electrónico y estableciendo un “espacio propio”
donde no interesa realmente lo que sienta o piense el otro sino como
puedo yo solucionar mis propios problemas.
Esta situación se basa en la utilización de las imágenes, ( video, cine,
publicidad, cine, etc) como herramienta alienante del hombre.
Separándolo de sus congéneres y obstaculizando el encuentro de una
identidad que aglutine un grupo social concreto.
Es claro que está situación se da en mayor medida en las sociedad
avanzadas en las que se crean “sociedades subculturales” en las que no
importa realmente quien es la persona que tengo al lado sino que función
tiene dentro del sistema en que me muevo.
Un caso de esta situación se da dentro del grupo de fanáticos de una
serie de televisión o película (Star Wars o Viaje a las estrellas), que llegan
a comportarse y a vestirse en su vida pública y privada como lo hacen los
héroes de sus historias. Se reúnen en “Convenciones” en las que
intercambian objetos que no corresponden de ninguna manera a un uso
práctico en la realidad pero que, para ellos, llega a ser fundamental dentro
su cotidianeidad.
Es claro que este tipo de alienación aún no ha llegado profundamente a
nuestras sociedades. Sin embargo, se dan casos aislados y específicos,
sobre todo en las grandes urbes, donde se pueden encontrar pequeñas
comunidades que escuchan, se visten y oyen cosas que no corresponden
14
García Canclini, Op. Cit. Pág. 287
a su identidad cultural. Pero esta actitud, que se da sobre todo en los
jóvenes, más que alienante es una actitud de rechazo a lo impuesto y un
síntoma de la búsqueda incesante del latino por averiguar quien es
realmente y para donde quiere que vaya la sociedad en que se mueve.
Aún existiendo el “peligro” arriba anotado, seria necio por parte de
nosotros como sociedad dar la espalda a la tecnología para iniciar la
búsqueda de una identidad que no vamos a encontrar sino sabemos
utilizar estos medios actuales. Esta llamada de atención es más que todo
eso. Un momento para que no perdamos de vista los riesgos que existen
de ser absorbidos por los medios a tal punto que se de un proceso de des
– humanización que conlleve un enfrentamiento con nuestra propia
cultura ( que si existe aunque no esté perfilada nuestra identidad) y
nosotros mismos.
Nuestra ciudad, por ejemplo, es una ciudad que histórica y
geográficamente se ha visto expuesta a la llegada de influjos extranjeros.
Haciendo igualmente de lado las discusiones que se dan alrededor de
estos temas, por la “Puerta de oro” ingresó la salsa, la aviación junto al
correo aéreo, el fútbol, y, en general la mayoría de las importaciones que
hacía el país hacia finales del siglo XIX y mitad del siglo XX. Es decir, la
mayoría de los aspectos culturales y tecnológicos que transformarían y
moldearían a Colombia en el pasado siglo. O sea que para el
barranquillero no es extraño recibir las influencias de otras regiones y
otros países para apropiarlas, hacerlas parte de su cotidianeidad y
vertirlas dentro de su propio acervo cultural.
Esto genera dos cosas, por un lado el barranquillero puede tener la
inteligencia para desenvolverse en cualquier otro lugar pudiendo llegar a
dominar su entorno. Por otro lado esta misma “inteligencia” lo pone en
riesgo de perder la conexión primaria con su patria chica, con
Barranquilla.
Sin embargo, esta última situación no ocurre a menudo. Esto es porque,
desde su fundación Barranquilla fue un lugar de encuentros. Como lo
señalo arriba, igualmente de entrada de información y material cultural
diverso. Es quizás la ciudad más híbrida de nuestro país, partiendo del
hecho que no es raro encontrarse en la ciudad con descendientes de
inmigrantes que, sin olvidar de donde provienen, se sienten
barranquilleros. Este caso se daba hacia mitad del siglo XX con los
libaneses e italianos y más recientemente con inmigrantes del interior del
país.
Quiero ser claro. No quiero comparar Barranquilla con Bogotá. La capital
del país por su tamaño, importancia política, y cantidad de habitantes, es
considerada cosmopolita esto implica la convivencia de personas
provenientes de muchas partes. Lo que planteo es que Barranquilla es
híbrida puesto que dentro de su formación concurren una diversidad
cultural que va más allá del simple encuentro entre españoles, indios y
negros.
De hecho en lo que hoy se conoce como el departamento del Atlántico
existían una serie de asentamientos indígenas, de raíces mocaná pero
que, a parte de ello, no tenían una unidad. Cada uno tenía cacicazgos y
ritualidades independientes.
Por otra parte las inmigraciones que se dan en Barranquilla son
posteriores a la guerra de independencia, por tanto la directa influencia
española está más atenuada que en otras ciudades recibiendo mayor
influencia de Italia, Alemania, Líbano, Siria, etc.
Por último de igual manera que no recibimos, por simple sustracción de
materia, influencia colonial española como tal, tampoco recibimos
influencia africana directa, proviniendo esta de Cartagena.
Quizás somos los habitantes de Barranquilla los colombianos más
preparados para afrontar estos retos sin perder nuestra identidad y
generando ,a su vez, la amalgama que tanto necesitamos para poder
sentirnos definitivamente como latinos, de forma completa y absoluta.
Conclusión
Norman Muller es un hombre común, que tiene una vida común con su
esposa y sus hijos, su trabajo no es nada especial y no tiene ningún tipo
de sobresalto. En resumidas cuentas es un hombre desconocido que vive
una vida anodina y común. Sin embargo todo cambia cuando dos policías
aparecen en la puerta de su casa a informarle que Multivac, la gran
computadora que controla las condiciones de la vida de todo el planeta lo
había escogido para ser el votante del año. La tecnología había avanzado
tanto que una persona cualquiera, respondiendo una pregunta cualquiera
podía escoger al presidente de los Estados Unidos. Todo se basaba en
los infinitas conexiones electrónicas que tenía la supercomputadora
Multivac. Ese día cambió la vida de Norman Muller para que pudiera
responder a la pregunta: ¿ qué le parecen los precios de los huevos?.
Pregunta a partir de la cual Multivac iba a decidir qué político sería
escogido como presidente de los Estados Unidos de América.
Claire Belmont era una mujer menos que normal, que nadie tomaba en
cuenta hasta que apareció en su vida Tony el último robot androide
creado por el hombre. Tony fue capaz de transformar no solamente la
forma en que ella vivía y se vestía sino hasta como hablaba y se
desenvolvía en la sociedad haciendo que esta no solo ascendiera en la
escala social sino que consiguiera la autoconfianza y la determinación
que siempre le había hecho falta en la vida.
Estos son los argumentos de dos cuentos del ilustre escritor, historiador y
científico Isaac Asimov responsable de concepciones como las tres leyes
de la robótica que trascienden la ficción para entrar en la realidad15.
15
Las tres leyes de la robótica, creación de Asimov, son utilizadas actualmente dentro de
la elaboración de robots industriales.
Eco manifiesta en su obra ya citada que la ciencia ficción “no permanece
nunca en una placentera justificación de lo factual, sino que mantiene una
tensión utopística, una función alegórica y educativa”16. También piensa
que la Ciencia Ficción “no puede sustraerse a una función pedagógica”17
Es por ello que traigo a colación estas dos historias para dar fin a mi
exposición.
Como podemos ver en ambas historias la tecnología y sus usos son
utilizados para transformar la vida de los protagonistas. En el primer caso
hasta entra a definir la vida política del país más poderoso del mundo en
la actualidad. Esta utilización obviamente tiene repercusiones en la forma
como se plantean las relaciones entre los humanos. En el primer caso hay
una tensión increíble por parte del protagonista al desconocer qué
pregunta le van a hacer y si su respuesta da como resultado la
escogencia de un buen o un mal presidente y en el segundo caso hace
hasta se da una especie de “venganza” por parte de la protagonista en
contra de otra mujer que siempre le había hecho la vida imposible.
Esto debió generar en su momento un cambio de la forma de apreciar la
realidad pero en ningún momento en estas historias se puede observar
que estos cambios tecnológicos hayan afectado la identidad de los
protagonistas como miembros de una sociedad. Ellos no dejan de ser
humanos y, sobre todo en la primera historia, pertenecientes a una nación
que tiene un gobierno y que se encuentra circunscrita a un territorio.
No tenemos que olvidar, como bien lo dice Umberto Eco en su libro
Apocalípticos e integrados que la televisión no es un género artístico ni
mucho menos, es un “servicio”, “un medio técnico de comunicación a
través del cual se pueden dirigir al público diversos géneros de discurso
comunicativo”18. En pocas palabras no es la televisión, y mucho menos el
internet y los demás artilugios electrónicos, quienes nos controlan a nivel
individual, somos nosotros quienes lo hacemos. Es necesario tener claro
que si la identidad no la buscamos como individuos jamás la
encontraremos como sociedad y que las transformaciones que suframos
a raíz de la modernización solamente tendrán repercusiones negativas en
la medida que así lo permitamos.
La tecnología nos cambia. Cambia nuestros hábitos y cambia nuestras
necesidades. Pero la incidencia de estas circunstancias dentro de nuestra
identidad como nación y de nuestros deberes hacia nuestra patria no se
encuentra realmente determinada por ella misma. Se encuentra
explícitamente ligada a nuestra intencionalidad como persona y esta
decisión va a encontrar resonancia dentro de nuestro entorno social
cercano en primer lugar y por último en nuestra sociedad como tal.

16
Umberto Eco. Op. Cit. Pág. 351.
17
Umberto Eco. Op. Cit. Pág. 352.
18
Umberto Eco, Apocalípticos e integrados. Pág. 316. Edit. Lumen Tusquets. Barcelona
1995.
Hemos visto que la tecnología es un “servicio” y es una herramienta. Es el
hombre que se coloca delante de ella la que puede convertirla en un arma
alienante que determine el futuro de su pueblo o un instrumento útil para
el amalgamiento de su entorno social y podamos realmente ser nosotros.
También hemos notado como el barranquillero es un hombre proveniente
de múltiples partes. Es necesario que asumamos como miembros de esta
ciudad, el reto de poder seguir recibiendo las influencias provenientes de
otros lugares, aceptemos los adelantos tecnológicos y apropiemos tanto
la una como los otros dentro de nuestra propia identidad de “seres de
curramba” a fin de poder hacer frente a los retos que nos depara el futuro.
Todo esto nos presenta al barranquillero como alguien creado por la
conjunción de elementos totalmente diversos para generar algo
totalmente diferente. Esta es la fortaleza de la que toca hacernos
conscientes. Como lo hemos anotado, somos, quizás, los más preparados
del país para aceptar los cambios del mundo sin afectar nuestro
desarrollo como barranquilleros y colombianos. Esto, si bien nos coloca
en un lugar de privilegio, también nos da una serie de responsabilidades
ante el país y el mundo, ya que es importante aprender a diferenciar las
influencias negativas de las positivas y poder decantar estas en busca de
una mejor ciudad y una Colombia como todos la deseamos.
Es nuestro deber como hombres, ciudadanos barranquilleros y
colombianos, del siglo XXI entrar a definir de una buena vez esta
utilización de la tecnología y encaminar en debida forma la modernización
de nuestro entorno. Que en este siglo se pueda decir de manera clara y
específica “soy colombiano” englobándose en esas dos palabras todo lo
que vivimos y que queremos para el futuro de nuestra patria. La
tecnología no debe hacer que mi corazón deje de latir al ver la bandera de
mi país, pero si puede hacer que pueda enviar esa misma bandera a
cualquier lugar del mundo orgulloso de quien soy.
Por último quiero anotar que la globalización en ningún momento debe
implicar una desaparición de las naciones en beneficio de un identidad
global imposible sino el acercamiento y disfrute de las ventajas del
conocimiento mutuo de múltiples formas de ver nuestra gran esfera verde.
La apreciación de nuestro mundo como una casa global con infinidad de
cuartos totalmente diferentes pero comunicados entre sí por el lazo más
importante que pueda existir: el hecho de ser humanos.
Bibliografía

Umberto Eco, Apocalípticos e integrados. Edit. Lumen Tusquets.


Barcelona 1995
Néstor García Canclini. Culturas híbridas, estrategias para entrar y salir
de la modernidad. Pág. 19. Editorial Grijalbo. 1990.
Ley General de Cultura, Ley 397 de 1997. Pág. 7. Imprenta Nacional.
Bogotá. 1997.
Gugliemo Caballo y otros “Historia de la Lectura occidental” Pág. 334, 1ª
edición en español, Editorial Taurus, 1998.
Real Academia Española, en Diccionario Esencial, Madrid. 1997.
Carl Grimberg. Historia Universal. Descubrimientos y reformas. Tomo 6.
Círculo de Lectores. Bogotá. 1984

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