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U N I V E R S I D A D J O R G E TA D E O L O Z A N O
Eric Nieto
Maestro en Artes Plásticas
(Universidad Nacional de Colombia)
MARCO HISTÓRICO:
Bogotá en 1994 parecía una ciudad en decadencia, las noticias de la época la mos-
traban como de las peores ciudades del planeta, los carteles del narcotráfico, la pobreza,
perdido toda la fe en sus líderes políticos; la corrupción del gobierno y las entidades oficia-
En la columna del periódico “El Tiempo” del 16 de junio de 1994, se puede leer el in-
forme de Guillermo Segovia Mora, asesor de la Consejería Social del Distrito en el área
de Justicia, donde afirmaba que en la capital se producía el 30 por ciento de los delitos
del país, cuando su población tan sólo era el 17 por ciento del total nacional; mientras en
muertos por cada cien mil habitantes. Bajo tal parámetro, Bogotá tenía un índice de 87, lo
cual resulta exagerado si se tiene en cuenta que la media varía entre 10 y 20 en ciudades
Precisamente en ese año la ciudad comenzó una transformación, gracias a los nue-
vos personajes que surgieron por fuera de la esfera política, con métodos radicales y no-
vedosos fueron transformando la ciudad. Uno de ellos fue Antanas Mockus, que se convir-
tió rápidamente en una figura pública, desde que tomó el cargo de rector de la Universi-
entrevista que dio por televisión, Mockus afirmaba que lo hacía para conservar su integri-
dad, “toda su identidad unida”. Tal vez sin pretenderlo, ejemplificaba una nueva forma de
vivir la ciudad, de recorrerla, de sentirla. A la gente le parecía una locura que una persona
en un cargo importante no utilizara carro, además no había ningún espacio para el trans-
porte alternativo y era muy peligroso la dinámica del tráfico, reflejaba fielmente la violencia
en Bogotá. La avenida Caracas era la muestra viva de este deterioro cultural y social de la
ciudad, en toda su extensión ocurrían toda variedad de crímenes, abusos y actos de de-
gradación humana. Su estética, atravesada por una hilera interminable de chuzos verdes
de metal, hacían que se viera tan agresiva como lo era realmente, por ejemplo, las com-
petencias de alta velocidad que hacían los buses a altas horas de la noche (la guerra del
foros y paraderos, asesinatos, violaciones; son tantas las noticias en este año que seria
que no paraba de abuchear, especialmente los grupos infiltrados de izquierda que ya ha-
bían hecho algo parecido con Jean-François Lyotard el 20 de marzo de 1994 que sabo-
tearon con papas explosivas la conferencia3 ; ante la humillación del momento, él se que-
después lo justificaría con la frase: “Rechazo extremo se contesta con sumisión extrema”.
ejemplo para los estudiantes, a lo que contestó: “Posiblemente es un mal ejemplo pero lo
que vieron fue un color de paz, blanco”. Después de esto se ve obligado a renunciar a la
rectoría de la Universidad Nacional, sin embargo algo que pudo ser su destrucción publi-
tración utilizó el arte y la educación, como herramientas de este cambio, si lograra que el
casos tal vez sólo puedan ser contenidas por la radicalización del desinte-
rés propio del arte . Así como a veces la guerra acude en ayuda de la polí-
“out” no es sólo de origen y parece estar vinculado con una toma de dis-
tural y la capacidad del arte para llevarnos más allá del intercambio de
razones.4”
Desde la alcaldía se apoyaba una actitud diferente para con la ciudad, aparecieron
muchos grupos artísticos, jóvenes que observaban a Bogotá para cambiarla y reflexionar
Mockus le dio mucha importancia a los símbolos, el mismo tomó un disfraz de su-
perhéroe y con él, recogía basura, limpiaba las paredes, su nombre: “súper-cívico”; esto
mas tarde se convirtió en un concurso apoyado por los noticieros5 , el clima era magnifico,
estación de la Sabana 7. Para muchas personas les pareció una locura, el ridículo; para
4 Tal fue una de las principales conclusiones del fértil diálogo académico realizado con Do-
ris Sommer durante los últimos meses de 2004 en Harvard. Antanas Mockus - Ampliación
de los modos de hacer política – http://www.ceri-sciencespo.com/archive/mai05/artam.pdf
5 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-587619
6 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-642855
7 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-670050
El Flâneur del tráfico Bogotano
otras una nueva propuesta transformadora; al final de cuentas la administración logró sus
objetivos, transformó una sociedad violenta en una nueva esperanza, ¡ha creado ciuda-
un artista que comenzó a movilizarse en patines con una mascara anti-gases, entre el de-
a cuotas.
se… Qué más le puede pedir a un vehículo tan aerodinámico y veloz? Es-
nuevo va a poder hacer sus vueltas más rápido, pero por cuáles vías? ,
8 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-768315
El Flâneur del tráfico Bogotano
tando murales en las escuelas del distrito, se dio cuenta que, para ir de
Ensayó las bicicletas y tampoco. Por fin un día tomó la decisión: Entré
me compré unos patines en línea, dos protectores y listo! Ese mismo día,
da que hizo con los zapatos: los dejé ahí...o los regalé...no me acuerdo.
Y así de fácil como dejar los zapatos por ahí, empezó a ensayar su
los patines ni para almorzar. Bueno, a la hora de dormir toca, pero durante
el día, todo lo hago en patines , agrega…. Mire, los patines son más rápi-
ques, ni...
por hora.
rras. Eso sí, como cualquier vehículo, respeta las normas y los semáforos.
Se dice fácil, pero hay que verlo. Yo utilizo el bus como Tarzán utiliza
los bejucos para impulsarse , grita mientras hace una pequeña demostra-
bre del tráfico bogotano que pasa zzzzip!, como el correcaminos del barrio
Palermo.
mor? Sin duda. Un bus hace una parada cada 20 metros promedio. Con
mitad del tiempo , afirma mostrando los cálculos que ha hecho en su ca-
sa.
menos un 15 por ciento del salario que ganaba pintando murales, ahora la
giros, mover las ruedas, revisar la mascarilla y girar otra vez. No se está
Las seis! Esta es la mejor hora para movilizarse: todo el mundo an-
uno ahí, fresco, esquivando carros y con buena velocidad. Eso es lo fan-
Por eso, si usted quiere toparse con Eric, esté pendiente en la calle a
Patiño como otros personajes de esta ecléctica ciudad, se vieron apoyados por el es-
dad al borde del colapso, no tenia ninguna alternativa de transporte diferente y para algu-
nos este transporte era el mas efectivo y digno; se esperaba que para el 2008, el 10% de
reduciría los grandes costos que representaban para la ciudad el mantenimiento de la ma-
lla vial y el impacto ambiental , gracias a la construcción de ciclorutas; cosa que en efecto
hicieron, pero sin todo el éxito esperado 9. Transmilenio llegaría después a solucionar par-
cialmente el problema y a crear muchos otros, en el futuro lograría quitarle también el po-
9 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-847451
El Flâneur del tráfico Bogotano
La propuesta de Eric Patiño, no solamente era útil para su transporte, sino que de
cierta forma, al estar ajeno y perteneciente tanto a las rutas peatonales y a las rutas de los
que las alcaldías tenían la intención de solucionar, las autoridades al final no privilegiaron
a quienes no querían tener automotor. De cierta forma el uso de la mascara antigás, mos-
traba el gran daño hacia el aire, los patines hacia la movilidad, la violencia y el ruido; de-
trafico y tampoco darían calidad de vida a los ciudadanos. La acción de Patiño era silen-
ciosa, quijotesca, con muy poco eco en los ciudadanos que ignoraban estos cambios, que
es lo que define la actitud blasée. “Dentro de esta actitud la concentración tan alta de
hombres y cosas estimula el sistema nervioso del individuo hasta sus máximos grados de
excitación. Por medio de la mera intensificación cualitativa de los mismos factores condi-
Patiño buscaba esta imagen mítica del héroe, salir de la sociedad particularmente ni-
dad están a la orden del día; en una sociedad industrial en la que el hombre se convierte
en un numero dentro del ámbito de una organización que decide por él; en la que la fuer-
maquina que actúa por y para el hombre, y determina incluso los movimientos de ésta.11
puede ser relacionado con el término "flâneur", en francés, es una figura de la vida coti-
cepto de "flâneur" también está relacionado con el transporte masivo, donde el sentido de
la vista se agudiza, donde hay una exagerada atención de los ciudadanos entre sí, un bo-
por el barón Haussmann, que le permitía caminar por aceras anchas y protegido de los
vehículos, lo cual difiere de Eric Patiño en ese detalle, aquí no hay ninguna protección de
no existe.
En “El hombre de la multitud” de Edgar Allan Poe, lo que se puede ver, es como este
donde se construye el bulevar psíquico de Patiño, su máscara anti-gases que limpia el ai-
re interior, es su ventana, la velocidad, el éxtasis que experimenta entre las aceras y los
buses, el patina, volando en la mitad del cardumen humano y el de las maquinas; logra
ver las rutas escondidas y variables, entre los buses y la gente. Este es precisamente su
bulevar psíquico, su techo protegido, que el maneja y controla, así se convierte en una
La experiencia del patinador que viaja libre entre las personas y los buses, y lo hace
navega entre las masas humanas y las maquinas, también lo hace entre las leyes, cons-
truye el limbo donde el reflexiona, vive y contempla, convierte estas diferencias en una
El Flâneur del tráfico Bogotano
frontera difusa. Patiño reflexiona sobre las normas, que nos obligan a ir para aquí y allá,
toma distancia de estas leyes, el construye las propias para mantenerse vivo, y para
no es una puesta en escena, lo que hace es habitar la ciudad de una manera poética; en
su reflexión interna, ve a los demás desde otro punto de vista y los demás lo ven a el de
gusto por el disfraz y la máscara, el odio al hogar y la pasión por los via-
ble privilegio de poder ser, a su gusto, él mismo y otro. Como esas almas
de cada cual. Sólo para él está todo vacante; y si parece que ciertos luga-
Patiño es creado por unas condiciones sociales y culturales especificas, y su acto es-
ta desprovisto de intención, sin embargo lleva dentro de si una profunda conciencia social
que mueve su mirada, a falta de un solido carácter discursivo de la obra, presenta un libre
acto de arte, una acción, una imagen que dice más que mil palabras. En el sentido que