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Lic.

Norberto Osvaldo Vázquez

Los Emprendimientos Productivos del Programa


“Herramientas x Trabajo”.
Las experiencias socio productivas desde la mirada de sus protagonistas.

Tesis para optar por el titulo de Magíster en Políticas Sociales de la


Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales


Universidad de Buenos Aires
Maestría en Políticas Sociales

Director: Dr. Aldo Ameigeiras

Buenos Aires
Mayo de 2010
Agradecimientos

Todo proceso de investigación es una empresa colectiva en la que intervienen distintas


personas de manera diferente, es por eso que se hace muy difícil no caer en omisiones al
momento de agradecerles y, menos aún establecer algún orden para mencionarlas.
Trabajé en el Programa “Herramientas por Trabajo” cerca de dos años (2006-2007), allí
tomé contacto con ese complejo mundo que constituyen a los microemprendimientos en
el marco de un programa de apoyo, aprendí mucho junto a gente que se esforzaba día a
día por mejorar continuamente la implementación de una política pública, así como
también pude visitar distintos emprendimientos donde se pone de manifiesto las
condiciones en que enfrentan su vida cotidiana los emprendedores. A todos ellos, va mi
profundo agradeciendo y admiración, lo mismo que para los entrevistados que me
abrieron su mundo sin conocerme y para los tutores con que mantuve varias charlas
informales con valiosos intercambios de ideas y sugerencias.
A Aldo Ameigeiras por brindarme su apoyo, sus conocimientos y experiencia y su
infinita paciencia.
A Inés para quien se me hace particularmente difícil enumerar los motivos de
agradecimiento, sin su continuo apoyo, aliento, acompañamiento y sugerencias, este
trabajo no hubiera podido concluirse.
A Sofi y Manu que son dos soles que nos alumbran y nos dan su calor.
A la memoria de mi Viejo, un emprendedor que, como pudo, nos enseñó a mi y a mis
hermanos a no bajar los brazos.

Norberto Vázquez
Mayo 2010

2
Índice

Resumen ...................................................................................................................... 5

Abstract ....................................................................................................................... 8

Introducción .............................................................................................................. 11

Capítulo 1: Planteos y debates .................................................................................. 17


1.1 Contexto y enfoques sobre el sector informal urbano ......................................... 17

Capítulo 2: Los programas de promoción y apoyo a microemprendimientos y las


Políticas Sociales ....................................................................................................... 29
2.1 Surgimiento de los programas de apoyo a microemprendimientos en Argentina 29
2.2 El marco de las actuales políticas sociales ......................................................... 36
2.2.1 Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (P.N.S.A.).................................... 36
2.2.2 Plan Nacional Familias ............................................................................... 37
2.2.3 El Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra
(P.M.O.) .............................................................................................................. 38

Capítulo 3: El Programa Herramientas por Trabajo .............................................. 48


3.1 Caracterización del Programa ............................................................................ 48
3.2 La asistencia técnica a los emprendimientos ...................................................... 52
3.3 Planteos y debates sobre la cuestión .................................................................. 56

Capítulo 4: La diversidad de los microemprendimientos: un desafío de abordaje 65


4.1 El proceso metodológico ................................................................................... 65
4.2 Los casos que conforman al universo de estudio ................................................ 70
4.3 Descripción de los casos estudiados................................................................... 73
4.3.1 Microemprendimientos del rubro textil ....................................................... 74
4.3.2 Microemprendimientos del rubro del calzado.............................................. 81
4.3.3 Microemprendimientos del rubro alimentario ............................................. 85
4.3.4 Emprendimientos destinados a la elaboración de otras manufacturas .......... 99

3
Capítulo 5: Hacia una tipología para el análisis de los microemprendimientos ... 114
5.1 “Grupos en funcionamiento” (1) ...................................................................... 115
5.2 Proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes y conocimientos
productivos y, posiblemente sobre gestión por cuenta propia (2) ........................... 116
5.3 Proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes y “deficiencia de
conocimientos” (3) ................................................................................................ 117
5.4 Proyectos con conocimientos sobre la actividad y ausencia de vínculos entre sus
integrantes o con problemas en relación con la asociatividad (4) ........................... 118
5.5 Proyectos con ausencia de vínculos entre sus integrantes (o con problemas en
relación con la asociatividad) y “deficiencia de conocimientos” (5) ....................... 118

Capítulo 6: La relevancia de los recorridos ........................................................... 121


6.1 Los MEs en funcionamiento ............................................................................ 122
6.2 Los proyectos con vínculos preexistentes y conocimientos .............................. 138
6.3 Los proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes e insuficientes
conocimientos en la actividad ................................................................................ 158
6.4 Los proyectos con conocimientos sobre la actividad y ausencia de vínculos entre
sus integrantes o con problemas en relación con la asociatividad ........................... 166
6.5 Los proyectos con ausencia de vínculos entre sus integrantes (o con problemas en
relación con la asociatividad) y “deficiencia de conocimientos” ............................ 175

Conclusiones ............................................................................................................ 181

Bibliografía.............................................................................................................. 189

Anexos ..................................................................................................................... 196

4
Resumen

El presente trabajo se propone identificar y describir las distintas situaciones en que se


encuentran los grupos que ingresan a un Programa de promoción a
microemprendimientos productivos (“Herramientas por Trabajo”), así como también
analizar el vínculo existente entre las diferentes posiciones iniciales y sus trayectorias
como unidades socioproductivas, a partir del apoyo que el mencionado Programa brinda
a estos grupos asociativos que se desempeñan en el sector informal de la economía.
La investigación fue desarrollada desde una estrategia cualitativa en un contexto de
descubrimiento, orientado a captar la perspectiva de los principales involucrados en este
tipo de experiencias: los integrantes de los microemprendimientos y los tutores
(profesionales que asigna el Programa para asesorarlos y acompañarlos durante un
período determinado de tiempo).
Así, partimos de una caracterización de los distintos enfoques teóricos sobre el sector
informal, posteriormente pasamos a considerar varias cuestiones de interés en el campo
de las políticas sociales: los programas de apoyo a microemprendimientos en Argentina,
la orientación de las políticas sociales actualmente vigentes y los trabajos de
investigación que hemos tomado como antecedentes, lo cual nos permitirá insertarnos
en la peculiaridad del Programa bajo el cual se desarrollan las experiencias bajo
análisis.
Este recorrido nos permite pasar a la presentación de los casos y al estudio de la
situación en que se encuentran los grupos antes de recibir los aportes del Programa,
dando lugar a la construcción de una tipología con el fin de dar cuenta de las distintas
situaciones existentes. Posteriormente, analizamos los recorridos como unidades
socioproductivas con el fin de estudiar en qué medida y de qué modo la situación desde
donde parten los microemprendimientos condiciona su desempeño, enmarcado en el
apoyo que les brinda el Programa.
La selección de los casos estuvo orientada a lograr la mayor variedad que fuera posible
respecto a: rubro, composición (asociativa o familiar) y localización. De esta manera, se
logró la participación en el estudio de 14 proyectos pertenecientes a distintas
localidades del Conurbano Bonaerense. El trabajo de campo se desarrollo entre los años
2006 y 2007.
En cuanto a las técnicas de investigación, se realizaron entrevistas semiestructuradas a
integrantes de los grupos y observación participante, así como también se recurrió al

5
análisis de contenido para trabajar con los “Informes de Tutorías” que realizan los
profesionales para el Programa luego de cada visita a los grupos emprendedores.
Conforme al tipo de abordaje utilizado, el análisis de las entrevistas fue realizado en
forma simultánea a la realización del trabajo de campo a fin de identificar las categorías
emergentes que fueron siendo incorporadas al proceso de investigación.
En base al recorrido mencionado, el trabajo se estructura de la siguiente forma:
En el capítulo 1 describimos distintos enfoques teóricos acerca del sector informal de la
economía, que es donde surgen y se desempeñan estas pequeñas (y complejas) unidades
socioeconómicas llamadas “microemprendimientos”. Procuramos aquí ir construyendo
nuestro acercamiento conceptual a estas unidades caracterizándolas como una
manifestación de la cultura popular.
El capítulo 2 refiere a las políticas sociales. Se describen en él distintas instancias
(principalmente estatales) de promoción y apoyo a microemprendientos desarrolladas en
nuestro país, esto nos permite analizar las particularidades de estas intervenciones, los
resultados que generaron y las enseñanzas que dejaron. Pasamos luego a la descripción
de las políticas sociales que enmarcan el Programa bajo estudio, lo hacemos a partir de
la caracterización de los tres Planes Nacionales vigentes al momento de realizar nuestro
trabajo: de “Seguridad Alimentaria”, el “Familias” y el “Manos a la Obra”.
En el capítulo 3 se describe el Programa “Herramientas por Trabajo” y se analizan los
trabajos de investigación sobre microemprendimientos que constituyen los antecedentes
que tomamos como referencia para nuestro estudio.
El capítulo 4 está dedicado a la presentación de los casos con que hemos trabajado, se
trata de una descripción en profundidad de la situación en que se encuentran los grupos
bajo estudio antes de recibir el apoyo del Programa, de este modo, tomamos contacto
“empírico” con la enorme complejidad y la diversidad de situaciones que implica el
abordaje de estos grupos.
En el capítulo 5, con la finalidad de sistematizar y dar sentido a la diversidad de
situaciones en que se encuentran los grupos antes de ser asistidos por el Programa,
construimos una tipología tomando dos aspectos considerados clave: “el tipo de vínculo
existente entre los integrantes de cada grupo” y “los conocimientos que poseen respecto
a la actividad productiva a realizar”, de esta manera, ubicamos cada caso bajo estudio en
una posición que consideramos más o menos favorable para desarrollarse como unidad
asociativa de producción a partir de los aportes que les ha de brindar el Programa.

6
En el capítulo 6, ya habiendo recibido cada grupo los aportes materiales que ofrece el
Programa, nos dedicamos a analizar el recorrido de cada caso en función del punto de
partida en que fue ubicado en la tipología, efectuamos este estudio a partir de las
consideraciones que realizan los tutores que los asesoran y acompañan.
Finalmente, en las conclusiones, expresamos nuestras reflexiones acerca de las
potencialidades y limitaciones que poseen este tipo de experiencias en el marco de un
programa de promoción y apoyo. Habiendo vinculado en nuestro estudio las distintas
situaciones en que llegan los grupos para ser apoyados por el Programa y sus recorridos
como unidades socioproductivas, identificamos factores que hacen al éxito y al fracaso
de este tipo de experiencias, así como también los aportes y limitaciones que genera el
Programa, procurando de este modo realizar una contribución al avance en el
conocimiento necesario para mejorar el diseño e implementación de este tipo de
instancias de intervención socioproductivas.

7
Abstract

This work attempts to identify and describe different situations experienced by groups
who join the Productive Micro-enterprises Promotion Program (“Herramientas por
Trabajo”), and analyze the connection between these initial positions and their careers
as social production units, considering the programs’ support led to these associated
groups from informal economy sector.
This research was developed using a qualitative strategy in a discovery context, and it
was designed to understand the perspective from the main participants in these kinds of
experiences: the members of micro-enterprises and the tutors (the Program assigns
professionals who advise and monitor micro-entrepreneurs for a period of time).
Thus, different theoretical perspectives about informal economy are depicted, and then
several important matters in the field of social policies are considered: micro-enterprises
support programs in Argentina, the orientation of the social policies nowadays in force
and the researches that we have conceived like antecedents, that will allow us to be
inserted in the peculiarity of the Program under which the experiences examined
belongs to.
This develop allows us to consider the presentation of the cases and the study of the
situation in which the groups actually find themselves before receiving the contributions
of the Program, giving place to the construction of a typology in order to realize of the
different existing situations. Subsequently, we analyze their careers as a social
production unit in order to study in what measure and manner the starting point from
where the micro-enterprises depart determines theirs performance, which is placed in
the Program’s support.
The selection of the cases was orientated to achieve the major variety that was possible
with regard to: area, composition (associative or familiar) and location. In this way, 14
projects belonging to different localities of the Conurbano Bonaerense participated in
the study. The field-work was developed between 2006 and 2007.
Whit regard to the research methods, semi-structured interviews to members of the
groups and participant observation were realized, and the content analysis was applied
to the "Informes de Tutoría": these are reports elaborated by the professionals for the
Program after every visit to the enterprising groups.

8
According to the above mentioned approach, the analysis of the interviews and the
field-work were both realized at the same time in order to identify the emergent
categories that were incorporated to the investigation process.
Based on the preceding development, the work is organised in the following way:
In Chapter 1, different theoretical approaches about the informal sector of the economy
were described, which is where these small (and complex) socioeconomic units so
called "microemprendimientos" arise and carry out their activities. We try to construct
here our framework to these units characterizing them as expressions of the popular
culture.
Chapter 2 is referred to social policies. Different instances (principally state) from
promotion and support to micro-enterprises developed in our country are described, and
this allows us to analyze the particularities of these interventions, the results that they
generated and the learning they concreted. Then, we describe the social policies that
frame the Program analyzed by the characterization of three National Plans currently to
our work: “Seguridad Alimentaria”, “Familias” and “Manos a la Obra”.
In chapter 3 the Program “Herramientas por Trabajo” is described, and the preliminary
researches about micro-enterprises that were taken into account and constitute our
precedents are analyzed.
Chapter 4 is dedicated to the cases which we have worked, it is a depth description
about the initial situation of the groups under study before receiving the Program’s
support, and thus, we took "empirical" contact with the enormous complexity and the
diversity of situations that implies the boarding of these groups.
In chapter 5, with the purpose of systematizing and giving sense to the diversity of
situations the groups were remain before being assisted by the Program, we construct a
typology considering two key aspects: “the actually kind of connection between the
members of every group” and “the knowledge that they possess with regard to the
productive activity carried out”. According to this, some there are placed in a more or
less favourable position in order to achieve their development as associative units of
production with the contributions that the program has brought them.
In chapter 6, once every group had received the material contributions that the Program
offers, we devote ourselves to analyze the trajectory of every case depending on the
starting point into which the case was located in the typology, and we underpin this
study deeming the considerations that tutors, who advise and accompany them, realize.

9
To sum up, in the conclusion we express our reflections about the potentials and
limitations that this kind of experiences have when they are involved in support and
promotion programs. Linking in our study the different situations in which the groups
come to be supported by the Program and their trajectories as socio-productive units, we
identify some factors that contribute to success and to the failure of this type of
experiences, as well as also contributions and limitations that the Program generates,
with the object of advancing in substantial knowledge to improve the design and
implementation of this type of instances of social productive intervention.

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Introducción

En nuestro país existe una profusa historia en relación a experiencia de apoyo estatal a
pequeñas unidades productivas del sector informal, pudiendo reconocer su génesis en la
segunda mitad de la década del 70, cuando el sector formal de la economía comenzó a
manifestar dificultades para generar suficientes puestos de trabajo que acompañaran el
crecimiento de la población económicamente activa. Esta situación llevó a la necesidad
de recurrir a estrategias alternativas para generar empleo, siendo el apoyo a las
microempresas del sector informal, una variante clave a desarrollar. Siguiendo a
Rofman y Moreno (1988), se trató de múltiples experiencias aisladas y desconectadas
entre sí, situación que podría decirse que se ha sostenido en el tiempo.
Las políticas económicas neoliberales implementadas en la década del 90 y sus
consecuencias en cuanto al incremento de la pobreza y la desigualdad social, generaron
profundas críticas y cuestionamientos a la vez que alentaron la búsqueda de nuevos
planteos políticos, económicos y sociales. En dicho marco se incrementó la relevancia
tanto de las políticas sociales como de las propuestas de formas económicas
alternativas. Los planteos vinculados con una “economía social” o una “economía
solidaria” emergieron desplegando distintas propuestas frente a los desafíos del
desarrollo económico con inclusión social y la generación de empleo. Una situación en
donde los llamados “microemprendimientos” (en adelante MEs) comenzaron a adquirir
una importancia creciente a partir de las distintas experiencias de implementación y
puesta en marcha.
La crisis del 2001 y su salida planteó un nuevo escenario para discutir la orientación que
deben seguir las políticas sociolaborales (Merlinsky y Rofman, 2005, Hintze, 2006). En
un contexto de crecimiento económico sostenido, con un mercado laboral que, si bien
presentó signos positivos de recuperación, siguió caracterizado por una fuerte
segmentación (Salvia, Fraguglia y Metlika: 2006), se impuso la necesidad de recuperar
el debate acerca del significado de “lo posible”, “lo aceptable” y “lo deseable”, como
bien afirma Danani (2004: 23), “El debate y la búsqueda de alternativas, entonces, se
sitúan en torno a las posibilidades reales de revertir un estado tal de cosas que condena a
millones a la supervivencia en el límite de la existencia, y para las políticas sociales el
problema es el lugar que podría caberles en esa búsqueda”.
En ese escenario, en el año 2003 se puso en marcha el Plan de Desarrollo Local y
Economía Social Manos a la Obra y, como parte de éste, el Programa Herramientas por

11
Trabajo (en adelante “HxT”), destinado a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de
Hogar Desocupados (PJYJHD). Se trata de iniciativas orientadas a “lograr un desarrollo
social económicamente sustentable que permita generar empleo y mejorar la calidad de
vida de las familias”, buscando “promover la inclusión social a través de la generación
de empleo y de la participación en espacios comunitarios”, para lo cual propone el
“apoyo económico y financiero a emprendimientos productivos, encadenamientos
productivos, servicios de apoyo a la producción y a la comercialización” (Página
Institucional del Ministerio de Desarrollo de la Nación).
De este modo, los MEs, constituyen una instancia que ha crecido en los últimos años,
aumentando su importancia dentro de las políticas públicas como forma de hacer frente
a los problemas que presenta el mercado laboral, el incremento de la pobreza y la
exclusión social. Enmarcados así en un contexto de análisis más amplio, los MEs
productivos de carácter asociativo promovidos desde iniciativas estatales, se inscriben
dentro de las políticas sociolaborales, en un campo estudio no exento de controversias,
donde el concepto mismo de “microemprendimiento”, puede ser considerado desde
distintas perspectivas, dando lugar a la existencia de numerosos debates.
Así, desde una mirada “empresarial-capitalista” hay quienes promueven el fomento de
los MEs, considerando que la crisis del contrato de trabajo fordista debe dar lugar al
desarrollo del trabajo individual, pensado éste como una actividad empresarial, de
manera tal que se debería propender a crear microempredimientos, en donde
trabajadores independientes que pueden llegar a agruparse, realicen actividades
específicas ligándose a las empresas a partir de contratos de locación (Godet, citado por
Neffa, 2003: 146). También están quienes asimilan a los MEs del sector informal a
pequeñas empresas de tipo capitalista, para éstos, en la medida en que estas unidades
productivas logren asimilar herramientas y comportamientos adecuados (los que
caracterizan a las grandes empresas del sector formal), podrán crecer cuantitativa y
cualitativamente (Manteca Acosta, 1993; Maques, 2003).
Por su parte, desde una mirada vinculada a la Economía Social, Coraggio (1999),
considera que las distintas expresiones de la economía popular (siendo los MEs una de
ellas), pueden constituir la base necesaria para construir un subsistema económico
orientado por distintos valores a los de la economía de mercado y de la economía
estatal. Salvia (2005) discrepa con esta mirada, mientras que Arroyo (2006), ve en la
creación y apoyo de MEs una opción válida para contribuir a solucionar los problemas
de empleo y exclusión que padecen vastos sectores de la población.

12
Se trata de distintas posturas que remiten a interrogantes acerca de qué son los MEs, qué
lugar pueden ocupar al interior del sistema socioproductivo y cuál es la forma más
adecuada de propiciar su desarrollo. Respecto a esto último, existen también
consideraciones acerca de cuál debe ser el alcance y los objetivos que deben tener las
intervenciones estatales, y tampoco está ausente la mirada crítica hacia el papel que
juegan los organismos internacionales de crédito sobre el diseño, la implementación y la
evaluación de los programas, “imponiendo normas técnicas inaplicables” (Coraggio,
2005:13).
Enmarcados en estos lineamientos que hacen al debate existente sobre el tema, nos
interesa particularmente analizar las tensiones que se presentan en la práctica, cuando
un programa brinda un mismo tipo de apoyo (en “volumen” y en “orientación”) a
unidades productivas que se encuentran en situaciones muy diferentes de cara a
desempeñarse en mercados sumamente competitivos.
Efectivamente, si bien hay consenso acerca del carácter heterogéneo que existe al
interior del sector informal (Carbonetto, Hoyle y Tueros, 1988; Carpio y Novacovsky,
2000; Portes, 2000), a lo cual corresponden distintas necesidades y potencialidades, los
programas en sus diseños contemplan acciones de apoyo homogéneas e iguales
expectativas de logro, para promover proyectos productivos que presentan diferentes
realidades.
Atendiendo a esta situación, en el marco del Programa “HxT” dependiente del MTESS,
estudiaremos cómo se vinculan en la práctica MEs en distintas situaciones con la ayuda
que brinda el mencionado Programa, a los fines de lograr constituirse en unidades
productivas con perspectivas de sostenerse en el tiempo. Se trata de una problemática
que fue cobrando interés y forma a lo largo de los dos años de trabajo en la
Coordinación del Área de Tutorías del mencionado Programa, donde a partir de la
convivencia con los proyectos y los tutores de los mismos, fui tomando conciencia
sobre la cantidad de elementos que intervienen en el desarrollo de este tipo de
experiencias.
De este modo, el paso por el Programa implicó, no sólo el acceso a información “de
primera mano”, sino también (y fundamentalmente), la intervención en la gestión de
una política pública sumamente compleja, que significó, además, una transformación
personal en lo que respecta a la apreciación de la problemática, dando lugar al estudio y
a las reflexiones que intentan ser reflejados en esta tesis.

13
Así, partimos en nuestro trabajo de tres interrogantes, en primer lugar nos preguntamos:
¿cuáles son las formas en que se manifiesta esta heterogeneidad en los grupos que
ingresan al Programa?; de allí en más y teniendo en cuanta dicha heterogeneidad, ¿los
MEs que se encuentran en distintas situaciones se apropian de la misma manera de los
recursos que les brinda el Programa? y, finalmente, ¿manejan similares recursos y
enfrentan los mismos tipos de dificultades?
Nos interesa explicitar aquí la relevancia de dicha heterogeneidad y las tensiones que se
manifiestan en relación a la supuesta homogeneidad que se les atribuye a los MEs en los
programas. A su vez, buscamos profundizar en el conocimiento de dicha heterogeneidad
en cuanto que, en relación con ella, consideramos que se manifiestan las situaciones
más o menos favorables en que se encuentran los proyectos que ha de apoyar el
Programa.
En definitiva, nos estamos interrogando acerca de la validez y el alcance de los MEs y
de los programas de apoyo como opción de autoempleo:
¿Constituyen una modalidad adecuada de solución a los problemas de empleo?
¿Para quiénes?
¿Bajo qué circunstancias y condiciones?
Este tipo de interrogantes, que se suscriben en un nivel de análisis micro 1, nos llevan a
identificar y describir, no solo los aspectos concretos que hacen a las distintas
situaciones en que se encuentran los grupos que ingresan al programa para recibir
apoyo, sino también a relacionar a estas distintas posiciones iniciales con sus
trayectorias como unidades productivas a partir del apoyo que el Programa les brinda.
En otras palabras, creemos que solo a través del estudios de las dificultades que
enfrentan los emprendimientos y de los recursos que ponen en juego para superarlas,
podremos dar cuenta de lo significativa que puede ser esta heterogeneidad y esto,
únicamente puede apreciarse a través del análisis del camino que recorre cada grupo a
partir de los aportes del Programa.
Para realizar nuestro estudio, planteamos a modo de hipótesis de trabajo que la
diversidad existente en el sector informal de la economía, se expresa en las distintas
situaciones (más o menos favorables), en las que se encuentran los proyectos que ha de
apoyar el Programa. En este sentido, nos preguntamos ¿es de esperar que los proyectos

1
Coincidimos plenamente con Coraggio (2005), en cuanto sostiene que el nivel de análisis y de
intervención sobre los emprendimientos de este tipo, debe incluir lo mesosocioeconómico, así como
también el nivel macro. No obstante esto, por cuestiones de viabilidad, nuestro estudio realiza un recorte a
nivel micro del tema de estudio.

14
que están en una situación favorable, logren apropiarse de una forma más provechosa de
los recursos que se les ha de brindar, en cuanto manejan activos2 que les permiten
potenciar los aportes del Programa, a la vez que afrontar menos dificultades o
situaciones de carencias? Por otro lado, ¿es de esperar que los proyectos que están en
una situación desfavorable se apropien de una manera menos provechosa de los
recursos aportados por el Programa? Se trata de dos interrogantes claves a partir de los
cuales nos proponemos identificar los distintos tipos de recursos que manejan estos
grupos y las dificultades que afrontan, para analizar la forma en que pueden estar
condicionando su recorrido como unidad productiva.
De lo señalado se desprende que en nuestro trabajo, la situación en que se encuentran
los proyectos antes de recibir el apoyo del Programa (estén en esa instancia en
funcionamiento como ME o no), se constituye en un eje central de análisis ya que
creemos que es un momento fundamental en el que se expresa directamente la
heterogeneidad existente en el sector informal. A pesar de que es una cuestión que no ha
sido tenida suficientemente en cuenta en el diseño de los programas ni en los estudios
realizados sobre el tema, allí, puede identificarse en cada proyecto que se presenta para
ser financiado, los recursos disponibles y las carencia existentes, pudiéndose anticipar
gran parte de las dificultades que pueden presentarse en cada caso, los aspectos que
deberán reforzarse y las potencialidades a desarrollar. En definitiva, se trata de una
instancia de análisis necesaria, tanto para incrementar el conocimiento sobre el tema,
como para poder diseñar líneas de acción más adecuadas para cada tipo de situación.
Creemos que es importante que las respuesta a los interrogantes que hemos planteados
sean buscadas considerando fundamentalmente la perspectiva de sus principales
protagonistas, que no son otros que los integrantes de los grupos y los tutores que, a
partir de sus visitas en terreno, asesoran a estos grupos para el desarrollo de sus
actividades productivas. Adoptar esta postura, nos ha llevado a realizar nuestra
investigación mediante una estrategia cualitativa, en un contexto de descubrimiento a
partir de entrevistas exploratorias y en profundidad, observación participante y análisis
de contenido.
Nos planteamos así un recorrido que incluye la consideración de los distintos enfoques
del sector informal y de las distintas experiencias de apoyo a MEs desarrolladas en

2
Tomamos aquí el término “activos” como aquel subconjunto de los bienes (recursos) que controla un
hogar cuya movilización permite el aprovechamiento de la estructura de oportunidades existentes en un
momento determinado (Katzman, 1999).

15
nuestro país, junto al marco de las actuales políticas sociales y el análisis de los trabajos
de investigación que hemos tomado como antecedentes, pasaremos luego a insertarnos
en la peculiaridad del Programa bajo el cual se desarrollan los grupos de MEs
seleccionados.
Este recorrido irá marcando nuestra investigación y nos permitirá insertar nuestros
interrogantes de trabajo al interior del debate existente sobre el tema, dando lugar a la
presentación de los casos y al estudio de la situación en que se encuentran los grupos
antes de recibir los aportes del Programa, posteriormente analizaremos su recorrido
como unidades productivas con el fin de estudiar en qué medida y de qué modo la
situación de la que parten los MEs condiciona su desempeño enmarcado en el apoyo
que brinda el Programa.

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Capítulo 1: Planteos y debates

El desarrollo y expansión del sector informal de la economía, fue acompañado por una
creciente producción teórica sobre el fenómeno y, más lentamente, al menos en nuestro
país, por el desarrollo de políticas públicas destinadas a la promoción y apoyo a
pequeñas unidades productivas (asuman estas un carácter asociativo o no). En lo que
respecta al campo teórico orientado al estudio del sector informal, nos interesa
abordarlo a partir de una variedad de interrogantes: ¿cuáles son los principales enfoques
existentes?, ¿en qué aspectos del fenómeno ponen énfasis cada uno de ellos?, ¿con qué
atributos caracterizan a las unidades productivas que lo integran y a los trabajadores que
en él se insertan laboralmente?, así como también ¿qué relaciones se postulan entre este
sector y la economía formal a partir de las fluctuaciones que se producen en el sistema
económico?

1.1 Contexto y enfoques sobre el sector informal urbano


Tal como lo afirma Gallart (2007: 81), “La discusión sobre el alcance del trabajo
informal, su conceptualización y la correspondiente medición ya tienen treinta años de
vida”. Efectivamente, los orígenes del término “Sector Informal Urbano” (SIU), se
remontan a los inicios de la década del ´703, momento en el que comienzan a
manifestarse en América Latina los primeros signos de agotamiento del modelo de
sustitución de importaciones que marcó durante cerca de cuarenta años el crecimiento
económico, social y urbano en los países de la región (más allá de las particularidades
existentes). Se trata de un término que fue rápidamente aceptado y utilizado por ser de
gran utilidad dentro de los primeros esfuerzos por conceptualizar a "un amplio y
heterogéneo universo de trabajadores autoempleados, pequeños establecimientos,
microempresas familiares y a personas ocupadas en actividades no típicamente
capitalista de producción” Candia (2004: 2).
Más allá de esto, nos encontramos con diversos enfoques, que van desde propuestas
conservadoras y neoconservadoras alternativas y progresistas”.
En primer lugar (no sólo por cuestiones cronológicas, sino también por su influencia en
América Latina) debe considerarse al enfoque que ha dado al tema la OIT, desarrollado

3
Remite a un estudio realizado sobre los mercados laborales en África por Keith Hart para la OIT en
1972. A partir de sus observaciones, este autor postuló la existencia de un modelo dualista de
oportunidades de ingresos de la fuerza laboral urbana, basado en especial en la distinción entre empleo y
autoempleo, el concepto de informalidad se aplicaba a los autoempleados (Portes, 2000).

17
y aplicado en la región desde la primera mitad de la década del 70, por su Programa
regional de Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC).
Según Candia (2004: 4), el concepto remite a dos vertientes teóricas anteriores: a) la
propuesta de Lewis (1960) que refiere a la existencia de dos grandes sectores
económicos: el de subsistencia y el propiamente capitalista y, b) el enfoque desarrollista
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que utilizó una
ecuación formada por dos variables principales, el crecimiento de la población urbana,
potenciado por los flujos migratorios, y las limitaciones del aparato industrial y de
servicios para mantener un ritmo de expansión adecuado. Según esta línea de análisis, la
combinación de ambos factores impidió que las economías de la región pudieran
incorporar a los nuevos contingentes de buscadores de empleo.
De esta manera, se considera que la modalidad que asume el proceso de
industrialización en los países en desarrollo, impide que la totalidad de la oferta de
mano de obra pueda insertarse en el sector moderno de la economía y acceder a los
beneficios (económicos y de otro tipo), que esto implica, debiendo desempeñarse
laboralmente en unidades productivas que se caracterizan por la posesión de ciertos
atributos fuertemente interrelacionados4: producción en pequeña escala, disponibilidad
escasa de tecnología, organización rudimentaria del proceso productivo, escaso monto
de capital utilizado, el activo fijo y otros valores pertenecen a las personas y no a la
empresa, dificultades para el acceso al crédito bancario, difusa diferenciación existente
entre el ámbito reproductivo y el productivo5, relaciones laborales no pautadas por
contrato, sino por lazos tales como el parentesco, la amistad o la vecindad.
Se trata entonces, de unidades en las cuales no hay separación entre el capital y el
trabajo, siendo frecuenta la escasa capacidad de acumulación y la baja productividad.
A modo de síntesis, siguiendo a Chávez-O´Brien (1993), podemos afirmar que este
enfoque de la informalidad en sus inicios se basó en una concepción dualista de la
estructura económica y de los mercados laborales, a partir de la ya mencionada
existencia de un excedente que es producto de la incapacidad de absorción de la fuerza
laboral por parte de sector moderno de la economía; el SIU estaría conformado por el

4
Distintos autores comentan las características que se le reconocen al sector informal desde este enfoque
a lo largo del tiempo. Los considerados fundamentalmente aquí son: Beccaria, Carpio y Orsatti, 2000 y
Neffa, Panigo y Pérez, 2001.
5
Esto último se manifiesta en cuestiones tales como la utilización del hogar como ámbito en donde
también se produce; dificultad para discriminar entre gastos del hogar y gastos atribuibles a la actividad
productiva; la utilización de utensilios, herramientas y máquinas propias del hogar, para elaborar
productos o servicios destinados al mercado.

18
conjunto de puestos de trabajo autogenerados6 por la fuerza laboral que no logra
insertarse en ese sector. Al igual que esta autora, Merlinsky (2001), reconoce a este
enfoque el aporte de haber mostrado que existen categorías ocupacionales que se ubican
por fuera de la dicotomía empleo-desempleo. Más allá de esto, consideramos que, al
plantear un esquema dual, se obstaculiza la identificación y descripción de distintos
segmentos al interior del sector informal, donde, las carencias y dificultades con que se
caracteriza a las unidades productivas desde este enfoque, no son atributos que puedan
estar presentes en el mismo grado y forma, o a lo largo de diferentes períodos
socioeconómicos.
Posteriormente comenzó a desarrollarse un enfoque alternativo, cuyo énfasis no está
puesto en la forma de producción que adoptan las unidades económicas, sino en el
aspecto regulatorio, de aquí surgen dos vertientes, una conocida como “neomarxista”,
siendo Alejandro Portes su principal exponente y otra llamada “neoliberal” representada
por Hernando De Soto.
La primera es la que ha recibido mayor reconocimiento, por haber sido desarrollada de
forma más sistemática. Desde este enfoque se pone en duda la mencionada teoría del
PREALC que liga la existencia de un sector informal a las características que asume el
desarrollo económico y el mercado laboral en la región. Para Portes, no debe
considerarse a la informalidad como propia de los países en desarrollo, sino como parte
integral de la economía moderna capitalista. El sector moderno de la economía tiene
una amplia capacidad de absorción de mano de obra, pero en condiciones diferenciales,
la subcontratación o la contratación de manera ocasional, son formas a las que recurre,
en mayor o menor medida el capitalismo, según las fluctuaciones que debe enfrentar.
Esta mirada da lugar a pensar, no ya en términos duales, sino más bien a la existencia de
una multiplicidad de situaciones, producto de las articulaciones y vínculos existentes al
interior de un sistema que va sufriendo modificaciones adaptativas para hacer frente a
los cambios en el contexto.
Desde su perspectiva, la informalidad es parte integral de la economía moderna y no un
indicador de atraso, en este sentido, no es producto de la forma que adopta el proceso de
industrialización en los países del Tercer Mundo, sino que puede verificarse la

6
Como se encarga de aclarar la citada autora “el concepto de informalidad, se asocia con la unidad de
producción y no con el puesto o con el trabajador. Es aquélla, y no éstos, quien debe cumplir el requisito
de empleo inventado por el segmento de trabajadores excluidos del sector moderno, es también a la
unidad de producción que se asocia la baja composición técnica del capital y la baja productividad de los
puestos” (Chávez-O´Brien, 1993:2).

19
existencia de este tipo de actividades también en los países centrales: “su existencia se
explica por su correspondencia con la lógica de reproducción y desarrollo de ese
sistema (el capitalista), no es una simple estrategia de supervivencia de los sectores más
deprimidos de las sociedades subdesarrolladas ni es una vía franca para que esos
sectores salgan de la miseria” (Dore - Cabral, 1995: 17).
Desde esta corriente, se considera que en la economía informal están comprendidas
todas las actividades generadoras de ingresos o beneficios que no están reguladas por el
Estado en un medio social en que se reglamentan actividades similares, los productos no
son ilegales, pero son elaborados por fuera del marco regulador estatal.
A su vez, este autor clasifica a las actividades informales según el objetivo que las
direcciona, identificando tres tipos distintos que se corresponden con grados crecientes
de complejidad en su organización: “de subsistencia”, “de explotación dependiente”, y
“de crecimiento”, esto permite, más allá de contar con una herramienta teórica que
posibilite la clasificación de las unidades productivas según se acerquen por sus
características más a un tipo que a otro, pensar la realidad en términos dinámicos
(posibilidad de que una unidad productiva pase a pertenecer a otro tipo), y considerar
las relaciones existentes entre las unidades de distinto tipo: “los tres tipos no son
mutuamente excluyentes, ni en cuanto a su coexistencia en los mismos entornos urbanos
ni en cuanto a las intenciones de los participantes. De este modo, el mismo trabajo que
representa subsistencia para el trabajador informal puede ser apropiado como recurso de
flexibilidad para la empresa formal que lo contrata. De manera semejante, los
subcontratados informales vinculados en una relación de subordinación con empresas
más grandes pueden amasar suficiente capital y lazos corporativos como para lanzarse a
una vía de desarrollo autónomo” (Portes, 2000: 28).
La perspectiva propuesta por este autor implica un importante avance, ya que admite e
incorpora en su análisis a la diversidad, contemplando la existencia de articulaciones y
vínculos al interior del sector, así como también con las empresas del sector formal de
la economía, pero quedaría pendiente dentro de este enfoque el estudio en mayor
profundidad de los recursos y estrategias con que se desenvuelven quienes se
desempeñan en los distintos sectores (de subsistencia, de explotación simple o de
crecimiento).
Por su parte, De Soto en su libro “El otro sendero”, a partir de su análisis sobre la
economía y el mercado de trabajo en Perú, llevado a cabo en la década del 80, realiza el
principal aporte a la visión neoliberal en la región acerca del SIU.

20
Este autor sostiene que el desarrollo del sector informal encuentra su explicación en las
extremadamente rígidas regulaciones estatales que privilegian el accionar de un
reducido grupo que puede asimilarse a esas normas, excluyendo de esta posibilidad a la
mayoría de los productores que deben desarrollar una serie de estrategias que les
permita llevar adelante sus actividades productivas por fuera de este aparato normativo.
Desde esta corriente de pensamiento, la economía informal está compuesta por “una
serie de actividades de producción extralegales pero lícitas, que tienen su origen en la
excesiva carga de regulaciones impuestas por el Estado, y hace énfasis en su
ineficiencia, por no proveer los recursos y medios necesarios para que las empresas
registren sus funciones, debido al exceso de trabas burocráticas y administrativas”.
(Guerra Sotillo, 2005: 42).
En definitiva, se trata de una perspectiva ligada a la empresa privada y a la competencia,
en la que se considera necesaria desactivar los mecanismos reguladores del Estado, para
dar lugar al desarrollo sin restricciones de la iniciativa privada, lo cual permitiría la
modernización y la salida de la informalidad. De más está decir que se trata de una
hipótesis ampliamente refutada por las secuelas socioeconómicas que han dejado en la
región los procesos de orientación neoliberal.
Finalmente, consideraremos el llamado “enfoque alternativo o de economía popular”: se
trata de una mirada que busca diferenciarse de los enfoques tradicionales que toman
como referencia al sector formal (urbano - industrial) para analizar al informal,
definiendo sus características a partir de atributos negativos o carencias, considerando a
las empresas capitalistas modernas como parámetro7.
Por el contrario, desde el enfoque de la economía popular, la preocupación está puesta
en aspectos que hacen a la identidad del sector informal. En este sentido, se pone la
mirada en las diferentes estrategias de sobrevivencia que implementan los sectores en
situación de pobreza para autogenerarse empleo e ingresos, a partir de la realización de
actividades económicas de pequeña escala que sirven para satisfacer sus necesidades en

7
Se trataría de un sector que las teorías tradicionales ha “Definido por la negativa (como “no formal”) en
oposición a las actividades económicas empresariales o estatales -donde el trabajo asalariado y normado
por el Estado desarrollista y las leyes de seguridad social era el paradigma que se fue imponiendo por la
lucha de los trabajadores- en sus orígenes el SIU fue asociado sobre todo al conjunto de los
microemprendimientos mercantiles -unipersonales o familiares-, caracterizados por su baja productividad,
por su bajo nivel de capitalización, por su pequeño tamaño, por el peso de las relaciones familiares, por su
incapacidad para cuantificar, calcular y planificar y, por sobre todo, por su ilegalidad (ni inscriptos en los
registros del Estado, no cobertura de seguros sociales, ausencia de contratos formalizados, evasión
impositiva, posesión precaria de suelo o construcción, etc.) y, como consecuencia, su dificultad para
acceder al crédito bancario y su dependencia de los usureros” (Coraggio, 2003: 17).

21
contextos de inflacionarios y de altas tasas de desempleo, en muchos casos, se trata de
experiencias encastradas en el seno de redes ligadas a grupos de pertenencia,
organizadas bajo un principio de reciprocidad8.
Así, Coraggio (1992:8), define “como matriz socio-económica básica de la economía
popular el conjunto de actividades económicas (en el sentido de producir bienes y
servicios o de requerir recursos escasos) realizadas por agentes individuales o colectivos
que dependen para su reproducción de la continuada realización de su fondo de trabajo
propio”.
Mientras que Razeto (1991), indica que de esta forma los sectores populares constituyen
formas alternativas de empresas creando un modo especial de hacer economía dentro
del sistema económico global, a la cual se puede denominar “Economía Popular”.
La mirada que proponen estos autores sobre esta forma de hacer economía para
satisfacer las múltiples necesidades a partir de la escasez de recursos, se enmarcaría
(formaría parte) de la cultura popular, considerada como “una instancia relacionada con
la vida cotidiana de sectores sociales sometidos a condiciones de falta de trabajo, de
marginación y de exclusión social” (Ameigeiras, 2001: 1), donde (siguiendo este autor),
los procesos de cooperación y la constitución de redes de solidaridad juegan un papel
fundamental, como formas de enfrentar los múltiples desafíos que a diario viven los
integrantes de este sector.
En este sentido es importante resaltar que, desde este enfoque, cuando se hace
referencia a las unidades productivas de la economía popular, si bien se puede utilizar el
término “empresas”, no se lo hace estrictamente en el sentido de empresas del tipo
capitalista, ya que estas unidades productivas contribuyen a conformar “economías
mestizas, conjugando tanto lógicas capitalistas, como las no capitalistas”, donde
permanentemente se da una superposición de valores (Verhelst, 1996, citado por
Fonteneau, Nyssens y Fall, 2001: 253). No sólo la lógica que las orienta suele ser un
factor diferenciador respecto a las empresas capitalistas: los factores económicos que
intervienen en los procesos productivos, adoptan distinta relevancia que las que se
suelen resaltar en las empresas capitalistas, así, suele adquirir mayor importancia el
trabajo de quienes las integran, que la tecnología que manejan (Coraggio, 1999). Otra
cuestión distintiva fue identificada por Razeto (1991), al destacar la relevancia que
adquiere en este sector lo que él denomina factor “C”, el mismo se manifiesta a través

8
“La reciprocidad es definida como un ciclo -dar, recibir y devolver- en el que la circulación de un bien
está al servicio del lazo social” (Mauss, 1923, citado por Fonteneau, Nyssens y Fall, 2001: 244).

22
de la cooperación y la complementariedad con que los integrantes de estas
organizaciones logran funcionar como grupo productivo, compensando las carencias y
vulnerabilidades que suelen enfrentar en los otros factores.
En definitiva, para estudiar a estas unidades, se debería tener en cuenta que, tal como lo
señala Coraggio (1999: 143), la economía popular esta compuesta por:
a) el conjunto de recursos que comandan,
b) las actividades que realizan para satisfacer sus necesidades de manera inmediata
o mediata (actividades por cuenta propia o dependientes, mercantiles o no),
c) las reglas, valores y conocimientos que orientan tales actividades , y
d) los correspondientes agrupamientos, redes y relaciones (de concurrencia,
regulación o cooperación, internas y externas) que instituyen a través de la
organización formal o de la repetición de esas actividades, los grupos domésticos
(unipersonales o no) que dependen para su reproducción de la realización
ininterrumpida de su fondo de trabajo.
Este enfoque del sector informal de la economía popular, puede ser complementado
para el análisis desde el concepto de “activos sociales” con el que trabajan autores como
Katzman9 para estudiar la situación de los hogares en condiciones de pobreza. Desde
esta perspectiva, se considera tanto a los activos10, como las condiciones las condiciones
para que éstos puedan ser movilizados, los usos (estrategias), que los hogares hacen de
estos recursos y el valor que pueden poseer estos en una estructura de oportunidades
determinada. De esta manera, teniendo en cuenta el estrecho vínculo existente entre los
MEs y las unidades domésticas Merlinsky (2001), la adaptación de este modelo
destinado al estudio de los hogares a la realidad de los emprendimientos populares, es
posible y fructífera, ya que permite pasar de la descripción de cómo se desenvuelven los
emprendimientos en el marco de un programa de apoyo, al intento de explicación de los
factores que hacen al éxito y al fracaso de este tipo de experiencias, implicando el
estudio de los recursos con que cuentan los MEs y el uso que hacen de los mismos para
enfrentar las coyunturas externas.

9
Para un detallado desarrollo del modelo “AVEO” (Activos, Vulnerabilidades y Estructura de
Oportunidades), puede consultarse los trabajos de Katzman: “Seducidos y abandonados” (1999) y
“Vulnerabilidad, Activos y Exclusión Social en Argentina y Uruguay” (1999), esta última realizada en
forma conjunta con otros autores.
10
Los activos sociales de un hogar se componen del conjunto de recursos que en una instancia dada
pueden ser movilizados en busca de mejoras en el bienestar o de evitar caídas en el nivel de bienestar de
un hogar. Estos recursos son de diferente tipo y nivel. El conjunto de los activos de distinto tipo que
puede manejar un hogar constituyen su portafolio de activos (Katzman et al, 1999: 9).

23
Desde esta mirada, se parte de considerar que los sectores populares poseen una
multiplicidad de recursos y hacen uso de ellos en forma continua, para mejorar su
bienestar así como también para enfrentar situaciones adversas, es por ello que las
políticas de apoyo deberían identificar tanto lo que estos sectores tienen como lo que no
tienen, ya que el estudio de estas cuestiones puede aportar al mejoramiento de la
capacidad de intervención, promover oportunidades y ayudar a superar obstáculos. Para
ello es necesario identificar y describir grados variables de posesión, control e
influencia que las personas y los grupos tienen sobre esos recursos y las estrategias que
desarrollan para movilizarlos. En este sentido, el uso de la noción de activos ayuda a
captar la heterogeneidad existente al interior del sector informal de la economía. A su
vez, debe señalarse que al introducir en el análisis la noción de activos, es necesario
incorporar otras cuestiones: los activos existentes están influidos y condicionados por
factores internos (la composición del hogar, por ejemplo, hogar incompleto con jefatura
femenina) y externos (básicamente, la estructura de oportunidades).
Consideramos así que, tomando como base al enfoque de la informalidad de la
Economía Popular, se pueden hacer confluir a una serie de autores (Ameigeiras,
Katzman), que nos permiten construir una mirada apropiada para introducirnos en el
mundo íntimo de los MEs, y así poder desentrañar la multiplicidad de factores que
influyen en sus posibilidades de desarrollo y en su dinámica interna.
Por otra parte, además de adoptar para nuestro trabajo el enfoque de la Economía
Popular, utilizaremos distintos aportes del PREALC y del neomarxismo (Portes).
El enfoque del PREALC parece ser el que mejor se ajusta a la mirada que adoptan los
programas de promoción y apoyo a los MEs (los componentes de estos programas,
suelen orientarse hacia las carencias que se atribuyen, desde este enfoque, a las unidades
productivas del SIU). Mientras que, como ya fuera mencionado, Portes nos alerta sobre
la diversidad existente al interior del sector y el enfoque de la Economía Popular, nos
aportarán la mirada teórica para analizar a los MEs desde la perspectiva de quienes los
llevan adelante.
Por otra parte, también debe destacarse que esta presentación de los diferentes enfoques
sobre el SIU, lleva a la reflexión respecto a otra cuestión básica en el debate existente:
qué son los MEs que se constituyen y llevan adelante sus actividades dentro de este
sector, en otras palabras, ¿en qué se está pensando cuando se habla de
microemprendimientos?, más precisamente, ¿deben ser considerados a partir de los
parámetros de las empresas capitalistas?, ¿se las debe orientar para que se adapten a

24
ese modelo?. Evidentemente, este es un tema central ya que la mirada acerca de qué son
(o, acerca de qué deberían ser), hace a la interpretación que se tenga sobre el origen de
las dificultades que enfrentan y los logros que se pueda esperar que alcancen, siendo
estas a su vez, cuestiones básicas al momento de definir el tipo de apoyo que se les ha
de brindar y cuáles serán los criterios de éxito para estimar el alcance de los objetivos
planteados en las instancias de intervención estatal.
Respecto a esta cuestión, interesa destacar dos posturas diferentes: una de ellas asimila a
los MEs a empresas capitalistas de pequeño tamaño. La otra mirada considera que se
trata de organizaciones socioeconómicas en las que conviven algunos aspectos propios
de toda unidad productiva que debe desempeñarse en el mercado, con otros valores que
remiten a formas solidarias y complementarias de vincularse con el medio en el cual se
desenvuelven, conformando así un “híbrido” en el cual conviven valores con distintas
orientaciones, desde aquí, sería un error utilizar exclusivamente categorías de la mirada
empresarial para referirse a ellas.
Si consideramos aunque sea brevemente a cada una de estas posturas, se hace posible
identificar las implicancias que tiene cada una de ellas sobre el tipo de apoyo que se
debe brindar a los MEs (fundamentalmente en relación a la orientación y al alcance de
la capacitación, al asesoramiento técnico y al acompañamiento).
En la mirada que podemos denominar “empresarial-capitalista”, los MEs del SIU son
considerados en forma individual, en este sentido son unidades de producción de
tamaño pequeño, que compiten entre sí junto con unidades de mayor tamaño, sin
embargo, suelen estar orientadas por una lógica precapitalista que representa un
obstáculo para su correcto desempeño y crecimiento, por lo que, como señala Coraggio
(2005), la mirada aquí estaría centrada en el nivel micro, considerando que la
sostenibilidad económica o competitividad de estas unidades, dependería en gran parte
de su capacidad de internalizar exitosamente las reglas del mercado capitalista.
Esta ausencia de una orientación adecuada, estaría acompañada de otras carencias, por
eso, siempre tomando como modelo a “la empresa capitalista moderna”, distintos
autores Maques (2003), Manteca Acosta (1993), promueven dotar a los MEs de una
serie de herramientas y procedimientos, que les permitan lograr una administración
eficiente de los recursos que manejan. En este sentido, el primero de éstos autores, en
una visión “evolucionista”, plantea que “…un microemprendimiento puede evolucionar
hacia una Pyme o permanecer como microempresa, ya que así rinde más a su
propietario. Éste tiene en común con las Pymes el criterio y las habilidades de sus

25
fundadores, quienes no sólo son individuos que desean encontrar un modo de vida que
reemplace al que tienen o al que eventualmente perdieron, sino que desean crecer,
ampliar su horizonte. La diferencia inicial que se observa entre una Pyme y un
microemprendimiento es que la primera nace y evoluciona utilizando recursos de todo
tipo (materiales, humanos y de información), mientras que el segundo es planificado a
priori, desde una base cero”. (Maques, 2003: 25).
Desde una posición alternativa, que consideramos más adecuada, distintos autores
(Merlinsky, 2001; Caracciolo Basco y Foti Laxalde, 2003; Abramovich y Vázquez,
2004; Coraggio, 2005) resaltan que estos emprendimientos se rigen por una lógica
ligada a la obtención de los medios que permitan garantizar la subsistencia de sus
integrantes, distinta a la de maximización de las utilidades que caracteriza a las
empresas capitalistas11.
Si bien se trata de actividades productivas destinadas a generar ingresos, no se las
considera unidades económicas de tipo capitalista: “Los microemprendimientos son
actividades económicas informales de autoempleo, que en su mayor parte surgen como
estrategias de los hogares de trabajadores excluidos del empleo asalariado, en las que se
pone en actividad el principal recurso de sus miembros (el trabajo) para la producción
de bienes y servicios, destinados en general para la venta en el mercado” (Abramovich y
Vázquez, 2004: 3), las relaciones laborales al interior de estas unidades no suele ser las
de patrón-asalariado, “Las decisiones que se toman, la división de tareas, la
organización del trabajo, la utilización de los recursos, etcétera, tienen una lógica
distinta” (Arancibia et al: 4). Con lo cual, tanto su funcionamiento como su finalidad, no
puede asimilarse al de una “pequeña empresa”.

11
“La economía empresarial se basa en el trabajo asalariado, debido a la relación social que se establece
entre un empresario (individuo o sociedad) que es dueño del capital y los trabajadores que reciben un
salario a cambio de su trabajo para subsistir. Esta peculiar organización del trabajo crea en la esfera de la
producción un “excedente” (plusvalor) que se realiza en el mercado a través de la venta de la producción
(ya sean productos o servicios) y es fuente de beneficios o ganancias. La configuración de esta forma
social del trabajo y una disposición “adecuada” tanto de capital como de materias primas (recursos
productivos), asegura a las organizaciones de la economía empresarial (empresas capitalistas) la
obtención en el mediano plazo de una rentabilidad que les permite un ritmo de capitalización ampliada
acorde con las condiciones medias predominantes en la economía. Su racionalidad económica, por lo
tanto, tiene por objetivo la maximización de una ganancia capitalista…La racionalidad económica de la
economía social o solidaria, en cambio se basa en relaciones no salariales…los trabajadores son los
propietarios del capital, y por lo tanto del producto o servicio que realizan, lo cual determina que la
distribución de los beneficios que obtienen se efectúe según el trabajo aportado. Esta conceptualización
de base económica está acompañada de mecanismos participativos en la toma de decisiones y en un
conjunto de valores que le dan a la organización o unidad una proyección -actual o potencial- de índole
comunitaria… tiene por objetivo la maximización de un ingreso monetario y/o no monetario (o su
contrapartida en términos de ahorro de gastos vía autoproducción) que permita asegurar y mejorar la vida
de los seres humanos” (Caracciolo Basco y Foti Laxalde, 2003: 71).

26
Desde esta óptica, el problema de la sostenibilidad no debería quedar planteado a nivel
del ME aislado “sólo vinculado con otros o con consumidores finales a través de
relaciones de competencia/cooperación mediadas por el mercado, y expresada, tal
sostenibilidad, en una cuenta de “capital” simplificada que registra en términos
monetarios las previsiones de los movimientos y formas de los recursos y flujos
económicos…sostenibilidad significa que “cierren las cuentas” y eventualmente que
quede un saldo monetario favorable entre ingresos y gastos” (Coraggio, 2005: 8).
Siguiendo a este autor, también debería ser consideradas cuestiones de nivel meso
(ligadas a condiciones que posibiliten y promuevan la cooperación y coordinación entre
este tipo de unidades) y el nivel macro (aspectos vinculados al contexto socioeconómico
y cultural, existencia de una política de estado conducente).
Los programas de apoyo a MEs, si bien suelen reconocer la especificidad de este tipo de
unidades productivas, frecuentemente toman (de manera implícita) como modelo a “la
empresa de tipo capitalista”.
En el caso del programa que nos ocupa (“HxT”), se podría decir que esa orientación
también está presente: a pesar de que se apoya conceptualmente en el Desarrollo Local
y en la Economía Social12 y de que promueve la asociatividad como forma de vínculo y
organización al interior de los emprendimientos, tanto el asesoramiento técnico que
brinda a través de los tutores, como los criterios de sustentabilidad que posee el
programa, se orientan fundamentalmente por la incorporación de valores,
procedimientos y destrezas ligados a la administración de tipo empresarial,
encontrándose su foco de atención en el nivel micro, es por eso que ubicaremos aquí
nuestro mayor interés en nuestro trabajo, a pesar de que reconocemos la importancia de
los niveles meso y macro.
Es así que quedan planteados una serie de interrogantes que forman parte del debate
existente en torno a las políticas de apoyo a MEs: ¿la orientación y los valores con que
se mueven en su medio las unidades productivas del sector informal, deberían ser
reemplazadas por una lógica racional de tipo capitalista?, ¿desde los programas de
apoyo, debe buscarse que los MEs pasen a desempeñarse en el sector formal de la
economía?, si es así, ¿a través de qué medios?, ¿la racionalidad con que se desempeñan
quienes están al frente de estos emprendimientos representa un obstáculo o, por el

12
Se trata de un programa que nace formando parte del Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía
Social Manos a la Obra.

27
contrario, es una fuente de conocimiento basado en la experiencia y debe ser tenido en
cuenta?
Adoptando la perspectiva de la Economía Popular, adherimos a la necesidad de rescatar
la especificidad de estas unidades socioproductivas, lo cual implica acercarse a ellas
reconociendo la complejidad existente en ellas y en los entramados en que surgen y se
desenvuelven, para, recién allí, intentar comprender la racionalidad que las orienta. Se
trata de un camino ineludible para reflexionar acerca de cuál es el tipo de apoyo que se
les debe brindar y cuáles son las expectativas que se pueden plantear desde los
programas de promoción.

28
Capítulo 2: Los programas de promoción y apoyo a microemprendimientos y las
Políticas Sociales

En el capítulo anterior desarrollamos brevemente distintas corrientes de pensamiento


que representan el esfuerzo teórico por dar cuenta de un fenómeno considerado de
interés desde las ciencias sociales por su magnitud y características; a su vez, en el
campo de las políticas públicas en nuestro país, debemos preguntarnos, ¿qué es lo que
se ha hecho para promover y apoyar a los MEs?, ¿en qué consistieron las principales
iniciativas desarrolladas?, ¿cuáles fueron sus orientaciones y sus componentes?, ¿a
quiénes estuvieron destinadas?, y, en relación con esto, ¿qué resultados obtuvieron y
que enseñanza dejaron?

2.1 Surgimiento de los programas de apoyo a microemprendimientos en Argentina


A los fines analíticos, podemos considerar a toda política pública como procesos que se
inician cuando un gobierno detecta la existencia de un problema que merece su atención
y emprende una serie de acciones con el fin de eliminar, mitigar o variar ese problema
(Tamayo Sáez, 1997). En coincidencia con lo que vimos en el capítulo anterior, en la
década del 70 pueden identificarse manifestaciones estatales que abordan al sector
informal de la economía como problema, siendo los programas de promoción y apoyo a
microempresas una forma considerada adecuada de generar empleo en este ámbito.
En nuestro país, si bien el sector informal siempre estuvo presente a lo largo del proceso
de conformación de la estructura económica en el período de industrialización por
sustitución de importaciones, la creciente incapacidad del sector moderno de la
economía para absorber a la totalidad de la oferta de mano de obra que comenzó a
mostrarse de manera más notoria en los inicios de la década del 7013, dio lugar a la
puesta en marcha de una serie de programas sociolaborales que representan el
reconocimiento por parte del Estado de la existencia de situaciones no deseadas en el
mercado de trabajo (desocupación, subocupación, precariedad laboral) y en la sociedad
(pobreza, marginalidad), donde suele ubicarse a al porción de la PEA no absorbida por
el sector moderno de la economía.

13
En la composición porcentual del empleo industrial en Argentina, la categoría “cuenta propia” siguió la
siguiente progresión: de ser el 12,70% en 1960, pasó al 16,9 en 1970 y al 19,5 en 1980 (Rofman y
Moreno, 1988).

29
Más allá de esto, las primeras iniciativas sistemáticas con cierto grado de amplitud de
cobertura en la promoción de pequeñas unidades productivas del sector informal, datan
de la década del 80 con el retorno de la democracia. Previamente, durante la última
dictadura militar, las iniciativas existentes se vieron interrumpidas y se generó un clima
poco propicio para el desarrollo de actividades que implicaran la participación popular y
las tareas ligadas a la acción, quedando reducidas a actividades aisladas desarrolladas
con el aporte de fundaciones privadas internacionales y algún ocasional apoyo de
organismos financieros internacionales (Rofman y Moreno, 1988).
Sin embargo, nos encontramos con varios tipos de experiencias de apoyo a los MEs
(provenientes del Estado y de la sociedad civil) que como tales pueden ser identificadas
como antecedentes del Programa “HxT” y que constituyen, a nuestro entender,
antecedentes válidos de tener en cuenta, en tanto las mismas han aportado distintas
perspectivas como resultado de prácticas concretas que es conveniente puntualizar y
analizar. Nos detendremos especialmente en seis de ellas: el INDES; el Programa de
Apoyo a Pequeños productores de Cachi; el Departamento de Promoción y Desarrollo
(MTSS), el “Programa para el desarrollo socioeconómico y generación de fuentes de
empleo productivo” de Misiones; el I.P.E. y el Programa Social Agropecuario.
ü El INDES14, institución creada a principios de los años setenta por un grupo de
profesionales del ámbito público y privado, con la intención de contribuir al
fortalecimiento de la sociedad civil a partir del apoyo a organizaciones comunitarias de
base, ayudándolas a consolidar sus mecanismos de participación interna y mejorar su
capacidad de elaboración y gestión de proyectos, actualmente sigue funcionando. Actúa
principalmente en la región noreste del país (Misiones, Corrientes y Chaco), con
pequeños productores minifundistas, a lo que también se fue agregando el trabajo con
grupos aborígenes y con mujeres rurales en los años 80, a la vez que se fueron creando
espacios de articulación tendientes a la construcción de organizaciones mayores, con
capacidad de representación de los intereses y demandas del sector ante el Estado (la
“Asociación de Pequeños productores del Chaco”; la “Coordinadora del Norte de
Misiones” y la “Federación de Cooperativas de Corrientes”)15.
ü Programa de Apoyo a Pequeños productores de Cachi (Salta): desarrollado en la
década del 80, tomó como eje la capacitación para la autogestión, involucró a 100

14
Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana.
15
Síntesis elaborada a partir de información disponible en la página de Internet de la institución
http://www.indes.org.ar/inic.htm

30
familias de pequeños productores que, a partir de una modalidad participativa,
elaboraron un diagnóstico global de su situación y priorizaron los problemas a resolver,
conformaron una asociación (“Pequeños Productores Agropecuarios”), a partir de la
cual gestionaron recursos de distinto tipo, los logros obtenidos fueron diversos16.
ü La experiencia constituida en la segunda mitad de la década del ´80 en el
Departamento de Promoción y Desarrollo del Empleo de la Dirección Nacional de
Recursos Humanos y Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social17.
Consistente en el desarrollo de una política de generación de empleo a través del
estímulo a la creación de microempresas de carácter asociativo, para desempleados que
ofrecen sus servicios a través del Servicio Nacional de Empleo del Ministerio. Se brindó
acompañamiento y asesoramiento, alentando la constitución de formas asociativas
legales para que facilitaran el acceso al crédito y a la asistencia técnica institucional.
Otra instancia con la cual se trabajó consistió en promover formas asociativas
(cooperativas) en grupos de trabajadores para encarar el salvataje de las empresas en
situación de crisis. Las actividades de apoyo fueron llevadas adelante por un equipo
multidisciplinario, se trató de acciones de diversos tipos en base a las necesidades de
cada grupo (estudio de factibilidad y de mercado, asesoramiento para el acceso a
subsidios, capacitación, vinculación con otras cooperativas, etc.). Resulta interesante
destacar aquí algunos aspectos de la experiencia realizada como las dificultades que se
presentaron para la consolidación inicial de los grupos (fundamentalmente cuando sus
integrantes carecen de experiencia anterior conjunta) o los inconvenientes que se
presentaron en aspectos organizativos tales como fijación de objetivos, compromisos,
responsabilidades y derechos. A lo mencionado se debe agregar la constatación de otros
problemas y limitaciones que comúnmente se mencionan como existentes en el sector:
imposibilidad de acceso al crédito bancario, necesidad de capitalizarlas mínimamente
para iniciar el desarrollo de un proceso productivo. Esta experiencia a su vez, permitió

16
Inclusión en proyectos de la Secretaría de Agricultura y del INTA; la donación por parte del Municipio
de una parcela para experimentación; la Administración General de Aguas de la provincia les entregó
material para mejorar su sistema de riego; pasaron a integrar el Comité Coordinador Provincial que toma
decisiones sobre la ejecución del proyecto; la Provincia los convocó por primera vez para negociar los
precios de los cultivos; se les asignaron dos técnicos extensionistas para acompañamiento y capacitación;
la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca en una acción conjunta con el PNUD les entregaron un
equipo completo de maquinaria agrícola para la utilización conjunta de las 100 familias (Basco y Álvarez,
1988).
17
El extracto que se presenta aquí, refiere a una presentación realizada por Fasani et al (1988), en las
“Primeras Jornadas de Análisis sobre la Consolidación y Formas de Financiamiento de Microempresas
Productivas”. Se trata de un proyecto desarrollado con el fin de ser utilizado como ejemplo para una
política de mayor amplitud de cobertura, se desconoce el alcance posterior de esta experiencia.

31
iniciar una instancia de coordinación institucional que sirvió como base y apoyo para
pensar en una “red de servicios y apoyo al autoempleo” (la necesidad de designar un
organismo de coordinación de los múltiples recursos ya existentes)18, en la cual vincular
a distintos organismos oficiales con otros actores como ser universidades y ONGs.
(Fasani et al, 1988).
ü El “Programa para el desarrollo socioeconómico y generación de fuentes de empleo
productivo” a cargo de la Secretaría de Planeamiento de la Provincia de Misiones de
apoyo a unidades productivas semiartesanales19, orientado principalmente a actividades
que utilizan materias primas locales a fin de estimular el proceso de producción regional
de insumos. Algunos aspectos a distinguir del Programa y de su modalidad de
implementación son los siguientes: a) se establecieron vínculos con otros organismos de
la administración provincial que permitieron contar con la cantidad necesaria de
profesionales de distintas disciplinas para llevar a cabo tareas de elaboración y
supervisión de proyectos; b) Las acciones de apoyo incluyeron la incorporación de la
figura del “animador social”, se trata, fundamentalmente de asistentes sociales,
encargados de realizar tareas de apoyo y seguimiento en terreno; y aportes destinados a
mejorar la actividad de comercialización tales como adquisición de insumos y ayuda en
la colocación de bienes finales. Durante los dos primeros años de funcionamiento (1986
y 87), el Programa apoyó a 14 pequeños emprendimientos industriales, esto permitió
sacar a la Secretaría de Planeamiento entre otras conclusiones las siguientes:
a) Las diferencias observadas entre los grupos que ya estaban funcionando y los
que surgieron a partir del Programa. En el primer caso las habilidades existentes y la
visualización de oportunidades marcaron una diferencia, haciendo menor la
incertidumbre en materia de producción y de mercado20, más allá de esto, en todos
los casos, hubo que prestar especial atención y apoyo a las cuestiones ligadas a la

18
“Si algún esfuerzo debe hacerse desde el Estado para acompañar la organización de estas iniciativas de
autoempleo como salida posible ante al crisis, ese esfuerzo debe estar dirigido a la organización de los
vínculos interinstitucionales, que es lo mismo que decir la coordinación de lo que ya se ofrece como
apoyo a estas alternativas en términos de asesoramiento técnico, jurídico, financiero, de aval o de
formación y capacitación” (Fasani et al, 1988).
19
Se consideró como microproyectos o pequeños emprendimientos industriales a aquellos que contaban
con procesos de mecanización y producción en serie que apenas superaran el nivel artesanal o
manufacturero y que emplearan a menos de 25 personas (Secretaría de Planeamiento de la Provincia de
Misiones).
20
A partir de esta situación, se consideró conveniente apoyar a aquellas actividades ya establecidas, que
cuenten con elementos concretos que aseguren su viabilidad y donde el tiempo requerido para su
aprendizaje en producción y gestión es mucho menor.

32
comercialización, constituyéndose en algunas situaciones en un cuello de botella
muy difícil de superar.
b) Se hizo explícita la necesidad de contar con los recursos necesarios para asumir
riesgos empresariales.
c) Quedó de manifiesto que la asistencia financiera debe ir acompañada de una
capacitación previa al otorgamiento del crédito en función de un uso eficiente de los
fondos y, luego de la puesta en marcha del proyecto, en relación con la producción,
la administración y la comercialización.
d) La asistencia técnica siempre estuvo dirigida a solucionar problemas específicos,
considerándose más conveniente lograr una planificación de la misma, logrando que
sea regular y sistemática.
ü La experiencia desarrollada por el I.P.E. (Instituto Provincial del Empleo de la
Provincia de Buenos Aires) de apoyo técnico en distintos aspectos (organización,
identificación de la tecnología más conveniente, desarrollo de mecanismos y vías de
comercialización, identificación de fuentes de financiamiento, etc.) a las unidades
productivas. Con coordinación provincial se descentralizó en los municipios la puesta
en marcha de la propuesta a partir de unidades operativas (Servicios Municipales de
Empleo “S. M. E.”). Se trabajó con la intención de superar la visión tradicional del
servicio de empleo municipal ligado a la “bolsa de trabajo” para pasar a la
identificación de proyectos productivos locales y al apoyo integral de estos. Se destaca
aquí, en el plano de la capacitación al personal técnico municipal y a los
emprendimientos, la implementación de convenios con instituciones educativas y
técnicas del plano local. (Tangelson: 1989).
ü Programa Social Agropecuario (PSA): se trata de un fondo de desarrollo rural, de
alcance nacional, implementado desde 1993 por la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación (SAGPyA) de la Nación. Su objetivo central es proveer asistencia
técnica y financiamiento a pequeños productores y fortalecer las capacidades
institucionales locales para promover el desarrollo rural. El Programa se implementa a
través del desarrollo de Emprendimientos Productivos Asociativos (“EPAs”) para
actividades de autoconsumo y para aquellas orientadas al mercado. Estas actividades
son acompañadas de asistencia financiera, asistencia técnica, apoyo a la
comercialización y capacitación. (Kessler y Roggi: 2003).
El análisis de estos programas, permite sacar algunas conclusiones de utilidad en vistas
a los interrogantes que guían a nuestro trabajo:

33
• Las iniciativas de apoyo a MEs productivos del sector informal, tienen historia
en nuestro país, siendo las primeras experiencias coincidentes con las
manifestaciones de aumento relativo de éste sector en la economía y con un cambio
cualitativo al interior del mismo, donde fue pasando de ser una opción (una
elección) a una situación de refugio para quienes no logran incorporarse al sector
moderno de la economía.
• Estos programas orientaron sus acciones de apoyo hacia grupos en situación de
vulnerabilidad económico-social, rurales y urbanos (pequeños productores
minifundistas, grupos de aborígenes, mujeres rurales, desempleados, etc.). En
general, caracterizados por los atributos reconocidos por el PREALC a las unidades
productivas del sector informal: su mayor capital o activo consiste en la capacidad
de trabajo que poseen y su experiencia en el desarrollo de la
actividad/conocimientos del oficio. Las carencias y vulnerabilidades se centran en
cuestiones tales: dificultades para constituir su capital fijo, ausencia de activos o
activos insuficientes para el desarrollo de la actividad (maquinarias, equipos, tierras
aptas, infraestructura en general), poca o nula capacidad de gestión, falta de
experiencia organizativa (en especial en el trabajo asociativo), no cumplimiento de
requisitos para el acceso a crédito o a financiamiento, problemas ligados a la
ausencia de estrategias de comercialización. El reconocimiento de estas condiciones,
ha dado lugar al despliegue de una serie de estrategias y acciones destinadas a
apoyar el funcionamiento de estas unidades productivas.
• Se trata de experiencias con una cobertura limitada (ya sea porque refieren a una
provincia o a lo sumo a una región del país, porque sólo remiten a un ámbito rural o
urbano, o porque incluye a unos pocos casos).
• Como parte de las estrategias de fortalecimiento, se propició la asociatividad
entre las personas para conformar grupos y entre los grupos, a la vez que se estimuló
por distintas vías el contacto con organismos gubernamentales (municipios,
comunas, secretarías) e instituciones que desarrollan sus actividades (universidades,
INTI, INTA).
• En pos del alcance de la efectividad de las acciones, se estimó la necesidad de
incluir al apoyo a MEs dentro de estrategias más amplias ligadas al desarrollo local
a través de distintas estrategias: promover actividades productivas que utilicen
materias primas de la región, fortalecer las capacidades institucionales locales,

34
generar instancias y mecanismos de coordinación de los múltiples recursos ya
existentes, etc.
• Las carencias y vulnerabilidades que se considera que caracteriza a la
“población beneficiaria” de estos programas, dieron lugar a un variado abanico de
acciones: capacitación, seguimiento y asesoramiento técnico; otorgamiento de
equipos y maquinarias; estímulo y apoyo para la constitución de formas asociativas
legales; acceso a créditos y subsidios, etc. A su vez, respecto a estas dimensiones, a
modo de aprendizaje, nos parece importante destacar lo siguiente:
a) La relevancia de la capacitación, el asesoramiento y el seguimiento en relación a
la figura del “animador social” encargados de realizar tareas de apoyo y
seguimiento en terreno. A partir de esta modalidad donde el profesional se
traslada al lugar donde el grupo emprendedor realiza sus actividades, se ha
trabajado sobre temas tales como: estudio de factibilidad y de mercado, la
actividad productiva, cuestiones organizativas (fijación de objetivos,
compromisos, responsabilidades y derechos).
b) La necesidad de vincular las acciones (la falta de eficacia de acciones aisladas
ante problemas complejos e interrelacionados): capacitación sin acceso a crédito
o la situación inversa, no suelen arrojar buenos resultados.
c) La conveniencia de contar con equipos multidisciplinarios que permitan hacer
frente a la complejidad de la problemática y/o la consiguiente necesidad de
establecer vínculos con otros organismos para contar con la cantidad necesaria
de profesionales de distintas disciplinas.
d) La importancia de propiciar la formalización de las unidades productivas a través
de la constitución de figuras jurídicas legales, lo cual favorece su acceso a
beneficios tales como crédito bancario, posibilidad de presentarse a licitaciones
para prestar servicios en organismos públicos y asistencia técnica institucional.
e) La distinción entre grupos que venían funcionando y grupos nuevos
(conformados a los fines de ingresar a un programa de apoyo / recibir un
beneficio). Las diferencias se dan a favor de los primeros, en torno a las
habilidades existentes y a la visualización de oportunidades para el desarrollo de
la actividad (productiva y comercial).
Estas consideraciones sobre los programas e iniciativas de apoyo a MEs nos aportan de
una serie de herramientas que tornan más provechoso el análisis de “HxT”, en tanto nos
permiten conocer cómo fue abordado con anterioridad la promoción de unidades

35
productivas del sector informal, cuáles fueron los resultados obtenidos, las dificultades
enfrentadas y los aprendizajes generados.

2.2 El marco de las actuales políticas sociales


El Programa que nos ocupa se enmarca dentro de las acciones llevadas adelante por la
administración que asumió sus funciones en el año 2003, la misma se planteó como uno
de sus objetivos en el plano de las políticas sociales “superar por un lado la
fragmentación, y por el otro la superposición que sucede al mismo tiempo de las
distintas iniciativas y experiencias, que en materia de política social y de intervención
social desarrollan los distintos niveles de gobierno, tanto el gobierno nacional, las
provincias, los municipios como así también las organizaciones de la sociedad civil”
(Rebón, 2004: 1).
Para alcanzar este fin, se conformó una “red de políticas social” a partir de tres planes
nacionales en los cuales se agrupan las distintas líneas programáticas que existen en el
Ministerio de Desarrollo Social.
Estos tres planes nacionales son: a) el de “Seguridad Alimentaria”, b) el “Familias” y, c)
el de Desarrollo Local y Economía Social “Manos a la Obra”. A continuación
describiremos muy sintéticamente a los dos primeros21, mientras que nos detendremos
con mayor detalle en el último ya de él surge el Programa “HxT”:

2.2.1 Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (P.N.S.A.)


Su objetivo general es garantizar el cumplimiento del derecho a la alimentación de toda
la población del país. Básicamente se encuentra dirigido a familias que se encuentran en
situaciones socialmente desfavorables y de vulnerabilidad nutricional.
Se ejecuta de manera descentralizada: se transfieren fondos desde Nación vía el MDS a
cada provincia, previa presentación y aprobación de proyectos.
Entre sus componentes fundamentales podemos señalar los siguientes:
La Asistencia directa donde las modalidades pueden ir desde la entrega de bolsones
alimentarios, hasta la entrega de tickets para la compra de alientos en comercios locales
(forma que están adoptando varias provincias en la actualidad), a lo que hay que agregar
subsidios a comedores comunitarios, infantiles y escolares. Las actividades de
prevención que implican el desarrollo de acciones en forma conjunta con los

21
La mayor parte de la información utilizada para describir al Plan Alimentario y al Plan Familias se
encuentra disponible en: www.desarrollosocial.gov.ar

36
Ministerios de Salud y de Educación, referidas a temas ligados al cuidado de la salud
(vacunación, estimulación temprana y desarrollo infantil de los niños que asisten a
comedores infantiles y comunitarios) y, las acciones de capacitación, especialmente en
temas alimentarios y nutricionales a personal técnico provincial y municipal, como así
también a personas que asisten a comedores y a beneficiarios de otras prestaciones
alimentarias.
Por último, la producción de alimentos para autoconsumo que contempla la promoción
de actividades asociativas para la producción de alimentos (orientadas
fundamentalmente al autoconsumo), a partir de la financiación y el asesoramiento
técnico para el desarrollo de huertas y granjas comunitarias o escolares, con el fin de
enriquecer la dieta con alimentos frescos y propiciar el trabajo comunitario.

2.2.2 Plan Nacional Familias


Su objetivo general es “Fortalecer a la familia como ámbito de generación de valores,
preservación de la identidad cultural y protección de derechos mediante acciones de
prevención, asistencia, acompañamiento y promoción que permitan el desempeño de su
función social”.
La población beneficiaria está conformada por grupos familiares en situación de
vulnerabilidad con menores de 19 años a cargo (Programa Familias por la Inclusión
Social), coordina esfuerzos y recursos del estado nacional con los estados provinciales y
municipales, así como también con organizaciones de la sociedad civil, realizando
prestaciones monetarias (consiste en un ingreso no remunerativo mensual que varía
según la cantidad de niños y niñas menores de 19 años a cargo, o discapacitados de
cualquier edad) y no monetarias.
El otorgamiento del ingreso no remunerativo demanda el compromiso del núcleo
familiar con la educación y la salud de los menores a cargo, esto se traduce en que,
como condición para el acceso al beneficio, se verifica dos veces al año con la
presentación de certificados de cumplimiento del Plan Nacional de Vacunación,
controles bimestrales de las mujeres embarazadas, constancia de matriculación inicial y
condiciones de regularidad escolar de los niños de 5 años a 19 años. También contempla
el otorgamiento de becas que representan una asignación mensual de $50 para los
jóvenes y adultos de los núcleos familiares que deseen continuar sus estudios
(terminalidad educativa) o formación profesional.

37
Por su parte, las prestaciones no monetarias que contempla el plan abarcan un conjunto
de actividades dirigidas al núcleo familiar, como el apoyo escolar y los talleres de
desarrollo familiar y comunitario.
A partir de la consideración de estos dos planes nacionales, constatamos la existencia de
instancias estatales que orientan sus acciones al apoyo, en distintos aspectos, a sectores
en situación de pobreza, algunas destinadas a la prestación de un servicio o a la entrega
de un beneficio material, otras a la producción asociativa vinculada a la producción de
alimentos para el autoconsumo. Todas ellas, destinadas a poblaciones con similares
características, con lo cual es de suponer que, con una adecuada articulación entre
planes, contribuyan a mejorar la situación de quienes transitan el duro camino de la
puesta en marcha y sostenimiento de un emprendimiento productivo en un contexto de
escasez de recursos.

2.2.3 El Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra


(P.M.O.)22
Este plan fue puesto en marcha en agosto de 2003, con la intención de enfrentar la
situación de marginación y exclusión social que padecen importantes sectores de la
población, situación reflejada en la cantidad de hogares por debajo de la Línea de
Pobreza y de la Indigencia23.
Considerando el problema refiere a un porcentaje significativo de pobreza por ingreso,
efecto de la crisis vivida en los últimos años y, especialmente del colapso de fines del
año 2001, se plantea como necesidad para enfrentar esta situación articular “lo social y
lo económico”24.
Para recuperar el vínculo entre estas dos esferas, desde esta iniciativa se plantea
“constituir un sistema de apoyo a las iniciativas de desarrollo socioeconómico local, a
través del apoyo a emprendimientos productivos o comerciales comunitarios, familiares
o unipersonales”25 a ser llevados adelante fundamentalmente por “personas, familias y

22
Para describir este plan se utilizarán una serie de documentos institucionales; información disponible en
la página en internet del MDS y una entrevista llevada a cabo a los fines de esta investigación en agosto
de 2006, a Daniel Arroyo, que fuera Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano y principal
responsable del P.M.O. (sus aportes se presentan entre comillas y en cursiva).
23
Ver prólogo de D. Arroyo al Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social
Manos a la Obra”. Documento Institucional MDS, 2005.
24
La necesidad de vincular nuevamente estas dos esferas que son presentadas como claramente
diferenciadas por las propuestas de orientación neoliberal, es un principio básico para varios autores
enrolados en la teoría de la Economía Social (se puede ver al respecto la amplia producción de J. L.
Coraggio).
25
Resolución del MDS Nº 1.375/04.

38
grupos en situación de pobreza, desocupación y/o vulnerabilidad social” (Cuaderno Nº
2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra”.
Documento Institucional MDS, 2005:17), en palabras de D. Arroyo:

“... Básicamente acá en la Argentina... el 44% de la gente que trabaja en el sector


informal... hay cuatro millones de personas que están trabajando y no son sujetos de
créditos bancarios... yo marcaría la economía social ahí... Para mí economía social son
cooperativas y mutual... empresas recuperadas y todo el mundo a la informalidad...
cuentapropistas, asociativos...no asociativos...cooperativizados, no cooperativizados”26

La propuesta es entonces contribuir a disminuir los índices de pobreza y generar


mecanismos de inclusión social a través del desarrollo de actividades productivas
generadoras de ingresos en el ámbito local, en este sentido, el alcance de la intervención
estaría planteado del siguiente modo:

“...entrar al mercado es un proceso largo... no es acá el concepto que la gente le damos


la plata y se arregla como sea...tenemos que hacer un acompañamiento
permanente...vamos a recapatilizar a la gente, volver a financiar lo que financiamos
para dar un salto... Para que entren al mercado... una vez que entren en el mercado
ya... así yo creo que tiene que ver con la competencia...una vez que logró entrar al
mercado...nuestro objetivo era hacerlo entrar al mercado laboral... No es una mirada
liberal, es una mirada de inclusión. La gente que está excluida está fuera del mercado...
nosotros tenemos que hacer que entren...” (Arroyo, 2006).

Para llevar adelante esta tarea, se consideró actuar básicamente en tres planos: “No sólo
hay que garantizar el capital humano (las capacidades) y el capital social (las
condiciones para asociarse), hay que complementarlo con el capital económico, con el
financiamiento de actividades productivas que generen trabajo e inclusión social. Hacer
política social es ayudar a poner en marcha la producción desde el desarrollo local,
desde las regiones y los municipios de nuestro país” (Cuaderno del MDS Nº 2, 2005: 7).
De esta manera en el diseño del plan, se han previsto tres componentes fundamentales,
dos de ellos pueden considerarse de nivel “micro” por corresponder a acciones directas
sobre las unidades productivas que refieren a la asistencia financiera y al

26
En los documentos institucionales, se puede identificar este diagnóstico con el siguiente párrafo: “Los
emprendimientos productivos unipersonales y familiares, los de autoconsumo y los asociativos
comerciales se han constituido en la última década como una respuesta frente a la exclusión del mercado
de trabajo de vastos sectores. En los últimos años, los mismos se han multiplicado tomado diferentes
modalidades de organización, niveles de producción y grados de integración a los circuitos comerciales,
inclusive en varios momentos se constituyen como ámbitos de contención social frente a la crisis”.
(Cuaderno Nº 1: “Lineamientos de Políticas Sociales”. Documento Institucional MDS, 2004: 30).

39
acompañamiento y asesoramiento técnico y, un tercero que podría ser considerado
correspondiente a un “nivel meso” (destinado a la construcción de redes de apoyo que
puedan potenciar las capacidades de los emprendimientos y, al fortalecimiento de
instituciones y actores que, actuando en el plano local, pueden contribuir a generar un
escenario favorable para el desarrollo de las actividades productivas de los
emprendimientos financiados por el plan). Más específicamente, estos tres componentes
refieren a:
ü Fortalecimiento Institucional: destinado a instituciones que operan en los territorios
y son consideradas actores clave para propiciar actividades socioproductivas y
protagonizar procesos de desarrollo local (Consejos Consultivos, equipos técnicos
municipales, organizaciones sociales, etc.). Desde el plano de los objetivos del plan,
este componente remite a: “Fortalecer a organizaciones públicas y privadas, así como a
espacios asociativos y redes para mejorar los procesos de desarrollo local e incrementar
el capital social a nivel local y generar, al mismo tiempo, mayores capacidades y
opciones a las personas, promoviendo la descentralización con la participación de los
actores locales” (Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social
Manos a la Obra”. Documento Institucional MDS, 2005: 17).
ü Asistencia Financiera dirigida básicamente lo que puede considerarse dos niveles de
las unidades productivas: a) Emprendimientos Productivos: considerando
heterogeneidad existente al interior de los emprendimientos productivos en cuanto a
recursos, potencialidades y necesidades, se plantean distintas modalidades de
financiamiento que van desde distintas líneas de créditos hasta subsidios destinados a la
adquisición de materiales, insumos, herramientas y bienes de capital, b) Cadenas
Productivas: el propósito aquí es desarrollar acciones de financiamiento tendientes a
superar la fragmentación en que se encuentran algunos procesos productivos y la
desarticulación entre unidades productivas que se encuentran relacionadas por el tipo de
actividad que desarrollan. La idea aquí es que: “Un apoyo financiero que prioriza una
articulación de unidades productivas permite potenciar un desarrollo productivo que
genere empleos, y una distribución equitativa de los ingresos...una vinculación entre
emprendedores y, de éstos con las unidades productivas que construyen redes de apoyo
mutuo, y sobre todo, derivan en la construcción de un proyecto de desarrollo
endógeno...” (Cuaderno Nº 1: “Lineamientos de Políticas Sociales”. Documento
Institucional MDS, 2004.: 31).

40
ü Acompañamiento y Asistencia Técnica: se trata de asesoramiento técnico
desarrollado en terreno por profesionales del ámbito local27. La idea aquí es que, más
allá de los problemas que enfrentan los emprendimientos por falta de tecnología e
insumos, existen una serie de dificultades que no pueden afrontar de por sí, desarrollar
sus potencialidades y fortalecer sus posibilidades de sostenimiento en el tiempo, en este
sentido, no suelen contar con los recursos necesarios para acceder a oportunidades de
asesoramiento técnico. Para ello se plantea un acompañamiento y asesoramiento
integral (sobre el tema se volverá al profundizar las características que asumen estas
acciones en el Programa “HxT”).
A lo mencionado debe agregarse otras acciones como la reforma de la Ley de
Monotributo que incorpora la figura del Monotributo Social, creando una opción que
permite a los integrantes del plan inscribirse y poder facturar durante dos años estando
exentos del pago del impuesto. La posibilidad de facturar tiene implicancias económicas
de distintos niveles, por un lado, la posibilidad de acceso como proveedores a mercados
formales y, por el otro, cuestiones previsionales y el acceso a una obra social a través
del pago adicional de un abono.
Para llevar adelante estas acciones se parte de un diagnóstico: a nivel macro están dadas
las condiciones para el desarrollo de este tipo de actividades productivas siendo
necesario, por un lado, introducir mejoras en el funcionamiento estatal en distintos
niveles y, por el otro, propiciar un fortalecimiento a nivel meso y micro, D. Arroyo lo
expresa de la siguiente manera:

“Yo creo que hoy... y hoy me refiero a agosto del 2006... el problema con la economía
social no es el mercado sino es el Estado... Hoy... en este contexto... con cuatro años de
crecimiento económico sostenido...con sustitución de importaciones, con exportación...
el problema no está dado tanto en cómo se inserta en el mercado sino en los tiempos
que generar de financiamiento del Estado, en los programas más enlatados del Estado.
En la dificultad del Municipio para ayudarlos a comercializar y a identificar los
potenciales clientes... En las dificultades de la Provincia para conectarlos con otra
provincia y llevarlos a la feria tal... Hoy... parece que el problema es más del Estado
que del mercado...”

Efectivamente, el Estado por sus características presenta problemas para adoptar las
posturas flexibles que requieren los programas de apoyo a MEs que son unidades
productivas pequeñas pero sumamente complejas y constituyen un universo

27
Se considera que las instituciones y los profesionales de cada localidad, por encontrarse insertos en la
temática productiva de cada zona, son los más idóneos para realizar tareas de diagnóstico, establecer
vínculos con otros actores y detectar oportunidades productivas y comerciales.

41
heterogéneo, Martínez Nogueira (1989: 208), lo plantea claramente: “El aparato estatal
está sometido a normas generales y debe orientarse según criterios universalistas. Por
sus regímenes de personal enfrenta dificultades para flexibilizar sus planteles y para
incorporar técnicos en función de tareas y requerimientos específicos y de corto plazo.
Es por ello que debe actuar con el plantel disponible y haciendo uso de un stock de
conocimientos susceptible de transformaciones sólo incrementales”. Según el autor, los
diversos intentos que se han llevado adelante por dotar a las políticas sociales de un
contenido centrado en la promoción de actividades productivas, han generado evidencia
de que “las unidades de promoción de los ministerios nacionales o provinciales de
acción social o de los gobiernos municipales están mejor dotadas para le procesamiento
de subsidios que para la labor de apoyo a grupos de base” (Martínez Nogueira, 1989:
208).
Como fuera señalado oportunamente, la “tensión” que existe entre la “estandarización”
de las acciones de los programas sociales y las heterogeneidades que presentan las
“poblaciones objetivo”, es un tema central para nuestro trabajo, por lo cual, nos
detendremos sobre esta cuestión con más detalle cuando analicemos y comparemos la
realidad de los distintos grupos que conforman nuestro universo de estudio.
Retomando entonces, cuestiones de diseño del P.M.O., en el plano estratégico, el plan
promueve la incorporación en la fase de implementación de diversos actores locales:
Consejos Consultivos (provinciales y municipales), municipios, cámaras empresariales,
empresas locales, universidades, ONGs, etc., con varios propósitos: al dar fuerte
protagonismo a los Consejos Consultivos se busca reducir el clientelismo en la medida
en que se trata de espacios donde interactúan el poder público, las organizaciones de la
sociedad civil y el sector privado, intentando a su vez, espacios de participación y
compromiso en el plano local con un desarrollo económico y social que integre a los
distintos sectores sociales. A su vez se considera que, la participación de distintos
actores del plano local, genera el espacio adecuado para establecer un diagnóstico sobre
el perfil productivo de la región, a la vez que es el lugar donde pueden propiciarse
vínculos más estrechos y equitativos entre el sector formal de la economía y los MEs.
Siempre apuntando a “mejorar los ingresos de las familias y promover la inclusión
social a partir de la participación en actividades productivas”, otra estrategia sobre la
que se trabaja es la de propiciar una mayor relación con el sector privado, para ello se ha
buscado redefinir el concepto de responsabilidad social, con el fin de que los recursos
que en la actualidad muchas empresas vuelcan en asistencia social, sean redireccionados

42
hacia el fortalecimiento de emprendedores que están realizando sus primeras
experiencias, en concreto se hace referencia a acciones como capacitación, asistencia
técnica e incorporación a la cadena de proveedores:

“... un acuerdo de certificación de calidad con el IRAM... que para mí conceptualmente


es importante, nosotros no queremos ponerle... certificado del Ministerio de Desarrollo
Social a un emprendedor... eso es antimercado... El Concejo empresario... estamos 20
empresarios que están haciendo asistencias técnicas permanentes en estos
emprendimientos... Que les pedimos que se olviden de los comedores comunitarios, de
hacer filantropía y se orienten a la cadena de producción... El acuerdo con la
universidades que implica... monitoreo y tutoría…” (Arroyo, 2006).

En lo que respecta a los ejes conceptuales, si bien fueron surgiendo en la descripción del
plan, es conveniente que nos detengamos de manera más explícita y detallada, en los
fundamentos conceptuales presentes en el diseño de esta propuesta estatal. Como bien
lo señala Sulbrandt (1993), este es un aspecto de suma importancia que en la práctica
suele ser descuidado en la medida en que muchos programas poseen bases teóricas
débiles, que se hacen poco explícitas en los documentos institucionales que les dan
origen.
Como bien lo señala su nombre completo28, los pilares teóricos del plan son “el
Desarrollo Local” y “la Economía Social”, ambos conceptos en cuanto a su significado
y alcance no se presentan como unívocos dentro del campo disciplinar en que se
inscriben. Por lo tanto, se ha decidido trabajar aquí con la concepción que se da a estos
términos desde el MDS, incluyendo otras miradas en algunos aspectos de central
importancia para nuestro estudio tales como el apoyo que brindan los programas y la
sustentabilidad de los emprendimientos.
En primer lugar debe destacarse nuevamente lo que parece ser el eje central que
atraviesa a la propuesta: unir “lo económico” con “lo social” con la intención de
redireccionar las políticas sociales desde la orientación asistencial hacia un vínculo con
la producción, para ello se busca generar articulaciones entre el Estado en sus tres
niveles y distintos sectores de la sociedad civil y del sector privado de la economía para
apoyar a los emprendimientos productivos. La idea es fortalecerlos en sus
potencialidades e integrarlos a la economía no sólo a través de la competencia en el
mercado, sino también generando cadenas productivas, con otros emprendimientos y
con empresas del sector formal.

28
“Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra”.

43
En esta línea, se vincula al desarrollo local con el crecimiento económico con impacto
social, para ello se torna necesario generar instancias para que el crecimiento económico
sea inclusivo de sectores sociales que pujan por incorporarse en él, buscando que esto
suceda en condiciones de equidad, siendo necesario concebir situaciones de
participación en la producción que permitan distribuir de otra manera los beneficios de
la actividad económica29.
El desarrollo local implica entonces, aspectos económicos (producción), pero también
políticos (la necesidad de diálogo y compromiso de distintos actores en un proyecto
común), sociales y culturales “apela a la visión de la comunidad en su conjunto”
(Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la
Obra”. Documento Institucional MDS, 2005: 17), al referir a una distribución más
equitativa de los beneficios económicos a partir de involucrar a los distintos sectores en
la cuestión social.
Desde esta perspectiva el ámbito local se presenta como un nivel estratégico en cuanto a
conocimientos sobre las potencialidades de cada contexto, expectativas y necesidades
de su población (pensar el desarrollo “desde abajo”, evitar caer en “propuestas
enlatadas”).
Por su parte, la economía social es considerada como “un subsistema de relaciones
económicas y sociales que posibilitan, en un marco de solidaridad y de reciprocidad, la
conformación de diversas formas de organización para la producción económica y
comunitaria” (Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social
Manos a la Obra”. Documento Institucional MDS, 2005: 16), siendo expresiones de
ella, distintas modalidades de autoempleo, como los MEs familiares, los asociativos; las
cooperativas y las asociaciones de producción para el autoconsumo; los canales
alternativos de comercialización como los clubes de trueque, etc. De allí se parte de la
necesidad de rescatar el “saber hacer” de la gente como un principio básico de la
economía social ya que toma como base para su desarrollo las numerosas y variadas
experiencias y prácticas, a partir de las cuales sectores excluidos y carenciados generan
estrategias iniciativas asociativas, con el fin de sobrevivir en un contexto signado por un
mercado laboral muy selectivo y un Estado disminuido en sus intervenciones sociales.

29
“El proceso de desarrollo local se encuentra relacionado con la idea de crecimiento económico con
impacto social, es decir que las distribución que impulsan el crecimiento de la localidad, son
acompañadas por medidas que posibilitan una distribución del ingresos en términos de equidad”
(Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra”. Documento
Institucional MDS, 2005: 15).

44
A su vez, la intención al respecto estaría en no ligar a la economía social al sector
informal de subsistencia, sino asociarla a una estrategia económica distributiva y de
equilibrio territorial, de allí la concepción del desarrollo local y las distintas
dimensiones que en él se encuentran implícitas. Sintéticamente, se afirma que el vínculo
entre desarrollo local y la economía social se establece por entender que son dos formas,
necesariamente complementarias, de “potenciar los recursos y actores existentes en
función de la capacidad de inserción de la región en el funcionamiento económico
productivo...mediante actividades que mejoren los ingresos de las familias y por lo tanto
la calidad de vida de la mayoría de la población” (Cuaderno Nº 2: “Plan Nacional de
Desarrollo Local y Economía Social Manos a la Obra”. Documento Institucional MDS,
2005: 16).
Por lo planteado, el criterio de “elegibilidad”30 utilizado para seleccionar los proyectos a
financiar, fue planteado considerando dos dimensiones: la potencialidad que ofrece la
actividad para el desarrollo local de cada región y la sustentabilidad que pueda
estimarse en cada proyecto (estimada a partir de cuestiones tales como la experiencia en
el rubro de sus integrantes, el calculo de rentabilidad, condiciones del mercado, etc.).
Finalmente, resulta interesante considerar algunas reflexiones de D. Arroyo que se
manifiestan de alguna manera como un cierto balance de lo realizado hacia mediados
del 2006 desde la perspectiva del gobierno:

“Yo cuando inicié esto me propuse algunos objetivos... Pero dos que eran muy
sustantivos para mí eran: instalar el tema de la agenda pública... que no fuera un tema
marginal dentro de ámbito del Ministerio... Y dos: trabajar en escala, no hacer una
prueba piloto y 10 emprendimientos muy cuidados... Yo me propuse como primer meta
esa... y la verdad que ambas metas se cumplieron. Para mí eso es un triunfo importante
no porque lo que hace al Ministerio... sino porque cambió el paradigma de política
social... hoy... Mi intención fue decir: acá lo social y lo económico es lo mismo”

30
La elección de un criterio de elegibilidad en los programas de apoyo a microemprendimientos no es un
tema menor, siguiendo a Cohen (1988), podemos afirmar que existen en líneas generales dos criterios
contrapuestos “equidad” y “eficiencia”: siguiendo al primero, se debería escoger dentro de los proyectos
que se presentan a aquellos que se encuentran en una situación más desfavorable de cara al mercado (en
términos de los regímenes de acumulación, los de reproducción deficiente), seguir exclusivamente esta
lógica implicaría condenar de antemano al programa a carecer de un mecanismo autónomo de
retroalimentación. Por su parte, si se sigue el criterio de eficiencia deberán escogerse los proyectos en
función de su viabilidad económica, o sea, los ya existentes que tienen un régimen de reproducción
ampliada o simple (estos últimos con potencialidad de pasar a la otra categoría), aquí se optimiza la
eficiencia en el proceso de asignación de los recursos, adoptar este criterio contribuye a lograr el éxito del
programa, pero no se estaría contribuyendo a dar una oportunidad de inserción laboral a quienes más lo
necesitan. Se trata entonces, de un tema que impacta en otros aspectos que hacen al diseño de un
programa, tales como el tipo de apoyo a brindar, las expectativas de logro, los criterios a utilizar para la
evaluación de resultados, etc.

45
Debe señalarse que este tipo de afirmaciones son relativizadas y en algunos casos
puestas en cuestión por diversos autores, Hintze (2007), al referirse a las políticas
sociales implementadas a partir de 2003 en nuestro país, si bien reconoce que el P.M.O.,
constituye la política más novedosa (la que más tiende a distanciarse del modelo
anterior), también afirma que, a la fecha “no ha sido asumida como política de Estado
con involucramiento sistemático y sostenido desde otros ministerios y áreas de
gobierno, lo que necesariamente debe incidir en la posibilidad de potenciar las líneas de
trabajo que requieren trascender el apoyo a grupos vulnerables” (Hintze, 2007: 58).
Complementando a esta idea, la misma autora en un trabajo anterior (2006),
coincidiendo con Coraggio (2005), advierte sobre la ineficacia en que puede incurrir
este tipo de iniciativas, si no median profundos cambios de orden cultural, políticos y
económicos orientados por la construcción de un nuevo modelo societario orientado
hacia la reproducción ampliada de la vida de todos como objetivo central.
De este modo dejamos planteado los aspectos centrales del plan nacional que ha dado el
enmarque al Programa sobre el que vamos a trabajar (“HxT”). La descripción y las
consideraciones realizadas, nos dan indicios de que estamos frente a una propuesta
sumamente compleja, por los objetivos que se plantea y por el nivel de cobertura, así
como también por la cantidad y variedad de actores que intervienen en su
implementación. En este sentido, los desafíos que se enfrentan son múltiples y de peso:
vincular efectivamente el campo social y el económico; no ligar a la economía social
exclusivamente al sector informal de subsistencia (que no termine siendo una
“economía pobre para pobres”); que el Estado en sus distintos niveles se encuentre a la
altura (en cuanto a conocimientos, recursos humanos y flexibilidad en el
funcionamiento), para acompañar adecuadamente a este tipo de experiencias, buscando
rescatar los saberes y prácticas de la población a la cual están destinadas estas políticas.
Estos son a nuestro juicio, los retos centrales a tener en cuenta, como bien lo señala
Hintze, todo esto requiere de cambios culturales, políticos y económicos profundos,
orientados hacia la construcción de un nuevo modelo social.
Al respecto, consideramos que las condiciones materiales básicas están presentes, si los
tres planes nacionales mencionados logran propiciar articulaciones que se traduzcan en
un mayor respaldo para alcanzar los objetivos planteados actualmente en el plano de las
políticas sociales. Por lo pronto, volviendo al tema de los MEs estudiados en nuestro
trabajo, aquí quedan expresadas cuestiones fundamentales a tener en cuenta: se señaló
que el acompañamiento a los proyectos es un proceso largo, que llega hasta su entrada

46
en el mercado, al respecto, nos preguntamos ¿en qué medida ese apoyo que se brinda es
suficiente y adecuado para distintas situaciones?; también se hizo referencia a las
dificultades que enfrenta el Estado en sus distintos niveles para hacerse cargo de las
funciones que le son asignadas por el plan, ¿cómo se manifiesta esto en ejemplos
concretos?, ¿qué consecuencias trae aparejadas a los emprendimientos?. Estos son
algunos de los interrogantes que buscamos responder a lo largo de nuestro trabajo, a
partir de un minucioso análisis considerando especialmente el recorrido de algunos
emprendimientos en particular.

47
Capítulo 3: El Programa Herramientas por Trabajo

Hemos desarrollado hasta aquí los principales interrogantes y planteos acerca de la


temática que nos ocupa, sin embargo hemos considerado necesario llevar a cabo un
abordaje de experiencias concretas en una diversidad de casos claramente insertos en la
instancia estatal que las promueve.
El Programa “HxT”, surgió en el año 2003 en el seno del plan “Manos a la Obra” como
una línea de financiamiento a MEs que se gestiona en conjunto entre el Ministerio de
Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo31 destinado a grupos de beneficiarios del
Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados (PJYJHD), siendo su cobertura de carácter
nacional, es fundamentalmente, un Programa con financiamiento internacional (Banco
Mundial), aunque también existen aportes nacionales.
Una descripción acabada del funcionamiento del Programa y de las características del
universo de emprendimientos financiados durante el primer tramo del Programa pueden
encontrarse en el trabajo de Tesis de Maestría de A. L. Abramovich (2007), con lo cual
no abundaremos sobre estos temas, en cambio nos detendremos con mayor detalle
algunos elementos que hacen a diseño del Programa. De esta manera, específicamente
nos interesa el componente de asistencia técnica en terreno (“tutorías”), ya que la
orientación con que está concebida y los resultados que se espera obtener, serán de
importancia para analizar el desempeño de los MEs.

3.1 Caracterización del Programa


El Programa “HxT” se plantea como objetivo general32 “mejorar las condiciones de
vida y los ingresos de los actuales beneficiarios del PJYJHD mediante la puesta en
marcha de proyectos de actividades socioproductivas”33 y, como objetivos específicos:
ü Promover proyectos productivos que contribuyan a mejorar las condiciones de
inserción laboral de los beneficiarios del Programa Jefes de Hogar.

31
En el año 2007 pasó a estar bajo la órbita exclusiva del Ministerio de Trabajo, formando parte de la
Secretaría de Empleo.
32
Se podría afirmar que esta es la “visión del programa” si consideramos que esta es “la imagen o el
escenario futuro de la realidad social que el equipo de gestión o la institución ejecutora quiere construir a
través del programa, al transformar el problema que lo ha originado”, pero para ello debemos tener en
cuenta que en el Manual Operativo no se “indica en qué forma y en qué medida cambiarán los
indicadores y los factores críticos del problema social”.
33
Los párrafos que se presentan entre comillas en este apartado, salvo aclaración, corresponden al
“Manual Operativo para la Tipología 6 “Actividades Socioproductivas” en su versión de marzo del año
2006.

48
ü Promover enlaces con los proyectos/grupos e instituciones de crédito y
microcrédito.
ü Contribuir a crear condiciones de sustentabilidad de los proyectos; brindando
asistencia técnica, y acompañamiento en la gestión y comercialización de los bienes o
servicios emergentes, con el objetivo de mejorar sus márgenes de rentabilidad.
Se trata entonces, de un programa que se inscribe dentro de las políticas activas de
Estado en el campo sociolaboral, destinado a mejorar las condiciones de inserción
34
laboral de una determinada población objetivo (“los beneficiarios del PJYJHD) ,
promoviendo “la puesta en marcha de proyectos productivos que se desplegarán en las
distintas localidades del territorio nacional”, o sea, de experiencias colectivas de
generación de empleo (Merlinsky, 2001:16) de carácter asociativo, que plantea como
estrategia para el alcance de la sustentabilidad de los mismos la promoción de enlaces
entre actores35, mientras que los componentes36 principales del Programa se plantean a
nivel micro37 y son dos:
• Entrega de insumos y herramientas: se subsidia la compra de insumos,
herramientas y equipamientos necesarios para llevar adelante la actividad productiva
con un límite máximo de $15.00038.
• Asistencia técnica, acompañamiento: a partir de tutorías realizadas en terreno,
llevadas adelante por profesionales locales: “El Componente brindará asistencia

34
Esta situación fue redefinida en parte: originalmente, sólo podían formar parte de los ME que financia
el programa los beneficiarios del PJH, posteriormente se introdujo una modificación a la normativa que
permitió incorporar personas que no contaran con esa condición en carácter no de “titulares”, sino de
“colaboradores”, en palabras de Daniel Arroyo (2006): “Yo creo que el programa Herramientas x
Trabajo... lo diría de una manera clara... tiene un nacimiento defectuoso que define todo lo demás que es
la idea de que va haber tres Jefes de hogar que se junten para armar un emprendimiento. Creo que
efectivamente es un error grave.... Primero porque no interpreta la cultura emprendedora real... a mi...
yo no quiero que me venga a juntar con otros dos para montar un emprendimiento sino me deja
asociarme con quién quiero si tengo ganas y sino no... Nadie en el mundo real desde el emprendedorismo
en el mundo capitalista se junta con quien no conoce para hacer un emprendimiento. Y segundo
estigmatiza…”. Posteriormente, retomaremos estos conceptos al analizar los casos con que hemos
trabajado para realizar nuestro estudio.
35
Tal como lo señalan Nirenberg, Brawerman y Ruiz (2007), uno de los factores que contribuye al logro
de la sustentabilidad tiene que ver con “que exista adhesión por parte de los diferentes actores sociales
que tienen que ver con el trema o problema en cuestión, para que se involucren positivamente en las
acciones, ya sea en forma directa o indirecta”.
36
Siguiendo los lineamientos conceptuales del manual “Gestión Integral de Programas Sociales” del
SIEMPRO (1999: 139), consideraremos que los componentes “son grandes grupos o conjuntos de
actividades que se dirigen a transforma un factor crítico del problema que le da origen”.
37
El nivel micro que corresponde a las acciones de apoyo que llevan adelante los programas directamente
sobre las unidades productivas (asesoramiento técnico, entrega de insumos y herramientas) y a los ME
como unidades de producción de tipo asociativo (Casaburi y Angelelli, 2001).
38
La compra de insumos y herramientas para el proyecto puede ser financiada hasta un monto máximo de
pesos quince mil, cuando los grupos están integrados, como mínimo, por tres beneficiarios del PJYJHD y
hasta pesos diez mil, cuando son dos beneficiarios del PJYJHD.

49
técnica a todos los proyectos financiados como mínimo durante 6 meses a partir de
la efectivización de la transferencia al organismo correspondiente. La asistencia
técnica podrá extenderse a 12 meses según los requerimientos del proyecto.”
(Manual Operativo del Programa, 2006: 16).
En el proceso de implementación del Programa pueden reconocerse distintas etapas en
las que intervienen una multiplicidad de actores con diferentes funciones y
responsabilidades, esto puede ser ilustrado de manera clara a partir de la descripción de
la secuencia que acompaña la puesta en marcha de un proyecto:
Los beneficiarios del PJYJHD que deciden optar por llevar adelante un proyecto
productivo, deben constituir un grupo con un número no menor a tres integrantes y
elaborar un proyecto que describa las actividades a desarrollar. De esta manera, se
constituyen en ejecutores y únicos responsables del emprendimiento, continúan
percibiendo los $150 mensuales que otorga el PJYJHD ya que la actividad productiva a
desarrollar pasa a ser la contraprestación solicitada a los beneficiarios de dicho plan.
El personal técnico designado por cada Municipio realiza tareas de apoyo y
asesoramiento a los grupos al momento de elaboración de la propuesta, a la vez que
corrobora la condición de beneficiarios del PJYJHD de las personas que se constituyen
como integrantes, mientras que el Consejo Consultivo Local se constituye en aval
institucional y realiza un informe acerca de la pertinencia de cada proyecto en cuanto a
la estrategia de desarrollo local de la región correspondiente.
El Municipio se encarga de la presentación de los proyectos en las Oficinas
Territoriales/Gerencias de Empleo del MDS (en adelante, OT), las cuales deben realizar
un control administrativo de las presentaciones, verificando el cumplimiento de la
totalidad de los requisitos estipulados, a la vez que realiza visitas de campo con el fin de
relevar a aproximadamente el 30% de los proyectos presentados en la región, con el fin
de verificar la existencia de aspectos claves consignados en los formularios de
presentación (localización del proyecto, existencia efectiva del grupo de beneficiarios,
adecuación de la forma de organización prevista a al tipo de actividad a desarrollar,
disponibilidad del espacio físico donde se realizarán las actividades, necesidad por parte
del grupo de asistencia técnica específica, etc.).
Los proyectos son evaluados en función de criterios de viabilidad técnicos,
institucionales, económicos y ambientales, definidos por el Programa, esta tarea es
realizada por el Área de Evaluación de Proyectos de la Unidad Ejecutoria Central
(UEC). De esta manera se busca analizar la capacidad de los actores involucrados para

50
cumplir con lo propuesto en el proyecto, estimar las posibilidades de sustentabilidad
económica de la actividad a desarrollar en términos de la capacidad de generar ingresos
a ser distribuidos entre los integrantes y la consideración del impacto ambiental de la
actividad.
Como producto de esta evaluación, se genera un dictamen, como resultado del mismo,
los proyectos considerados “no viables” son devueltos al grupo de beneficiarios a través
del Municipio para su reelaboración, siendo acompañados de un informe que detalla los
aspectos a fortalecer o modificar con el fin de servir de orientación para realizar los
cambios pertinentes. Las OT, a través de sus equipos técnicos, brindan asistencia a los
beneficiarios en esta tarea de reformulación.
Respecto a los proyectos aprobados, los Municipios actúan como organismos de
transferencia, esto significa que el Programa les transfiere los fondos correspondientes
para la compra de los insumos, herramientas y maquinarias y procede a entregarlos a
cada grupo de beneficiarios.
Los proyectos aprobados son visitados por personal técnico de las OT con la finalidad
de realizar tareas de supervisión y de asistencia. Estas visitas se encuentran previstas en
distintos momentos del ciclo de vida de cada proyecto por lo cual responden a distintas
finalidades. De este modo, la “visita inicial” tiene como propósito fundamental
corroborar que el Municipio haya realizado la compra y entrega de los insumos y
materiales y que estos elementos se correspondan en sus características y cantidades con
lo originalmente solicitado y aprobado. La segunda visita tienen como objetivo verificar
la evolución del emprendimiento y detectar necesidades de asistencia, mientras que la
tercera visita se plantea hacia la fecha estimada de finalización del proyecto39, siendo su
principal intención realizar un balance de la experiencia y efectuar recomendaciones
tendientes a garantizar la sustentabilidad del emprendimiento. A su vez, es importante
señalar que luego de cada una de estas visitas se genera un informe técnico en el cual se
consignan los aspectos observados. Se trata de visitas e informes que son
complementarios a los llevados a cabo por los tutores que asesoran a los
emprendimientos.
Por su parte, a nivel ministerial, la ejecución del Programa es responsabilidad de la ya
mencionada UEC, razón por la cual realiza una multiplicidad de tareas destinadas a

39
Se plantea, a modo de aproximación, un período de seis meses de duración del vínculo del
emprendimiento con el Programa, por factores a desarrollar más adelante, se verá que se trata de una
“estimación teórica”.

51
coordinar, planificar y dirigir las actividades previstas para la implementación del apoyo
a los emprendimientos productivos.

3.2 La asistencia técnica a los emprendimientos


Además de recibir equipamiento e insumos, los emprendimientos productivos cuentan
con asesoramiento técnico de profesionales, se trata de una actividad que es desarrollada
en terreno, siendo su finalidad, en términos generales, fortalecerlos en una serie de
aspectos que hacen a su sustentabilidad económica.
Esta actividad es implementada a través de un sistema de tutorías a cargo de
profesionales vinculados a instituciones40 del entorno local que cuentan con experiencia
de trabajo con este tipo de unidades productivas.
Las tutorías previstas son de dos tipos posibles, habiéndoseles dado el nombre de
“tutorías generales” y “tutorías específicas”; las primeras son realizadas en forma
periódica, teniendo el carácter de acompañamiento y asistencia técnica destinada a
fortalecer cuestiones que hacen a la producción, la gestión y la comercialización de los
productos y/o servicios que genera la actividad del grupo, mientras que las segundas son
ocasionales y responden a la necesidad de trabajar problemas específicos ligados a
aspectos productivos que, por su naturaleza, deben ser abordados por un especialista en
esa materia.
De lo mencionado se desprende que el tipo de asesoramiento técnico habitual que
reciben los grupos se corresponde con las “tutorías generales”, siendo el mecanismo
pensado para su desarrollo el que se describe a continuación.
Desde el área de tutorías de la UEC se contacta a instituciones que operan en las
localidades en que se encuentran los grupos productivos, una vez comprobada la
idoneidad de la institución y de los tutores propuestos por ésta, se procede a firmar un
convenio especificando cuestiones referidas a la naturaleza y condiciones de la
actividad a realizar, los derechos y deberes de cada una de las partes, etc.
Una vez transferido al Municipio el dinero correspondiente a la compra de los insumos
y herramientas para el proyecto, desde el área de tutorías de la UEC se solicita al tutor
(vía la institución) que comience el proceso de tutorías, es muy frecuente que las
primeras visitas sean realizadas antes de que el grupo emprendedor reciba los materiales
solicitados al Programa, cuando esto sucede, se utilizan estas visitas para ir realizando

40
Universidades, ONG’s, Institutos, Asociaciones Civiles, Agencias de Desarrollo Local, etc.

52
un diagnóstico y reforzar algunos de los aspectos que hacen a la producción y
comercialización (si el grupo viene funcionando con recursos propios) o, si el
emprendimiento aún no está funcionando, se comienza a planificar las actividades a
realizar.
El tutor designado debe visitar al grupo en su lugar de trabajo, se espera que al
momento pautado de la visita, se encuentren presentes la totalidad de los miembros del
grupo. Inicialmente, se considera una cantidad total de cuatro visitas, pudiéndose
adicionar visitas (si es que el tutor y el grupo lo consideran necesario), hasta llegar a un
máximo posible de diez.
Para la tarea de asesoramiento a realizar, el Programa hace llegar a la institución y al
tutor una serie de fichas elaboradas por personal técnico del Programa para ser
utilizadas como material de apoyo en el proceso de asesoramiento.
En cuanto al trabajo de asesoramiento propiamente dicho, se espera que el tutor en cada
una de sus visitas trabaje en forma conjunta con los integrantes del grupo distintos
aspectos que hacen al desarrollo de sus actividades, específicamente, se prevé la
consideración de una serie de dimensiones que el tutor debe tomar como eje de su labor,
sobre estos aspectos el tutor debe identificar con el grupo los problemas y dificultades
existentes, proponer sugerencias tendientes a mejorar la situación existente y velar por
su implementación. Las dimensiones a que se ha hecho referencia son las siguientes:
Organización grupal: se considera temas tales como la relación existente entre los
integrantes del grupo en cuanto a la capacidad de trabajo en conjunto y a la resolución
de conflictos; el conocimiento y la aceptación de parte de cada uno de los integrantes de
las funciones y responsabilidades que poseen respecto al emprendimiento; la modalidad
de toma de decisiones y la forma en que se han de repartir las utilidades generadas; la
correspondencia entre las cargas de trabajo de cada una de las áreas del proyecto y la
asignación de recursos humanos en las mismas.
Proceso productivo: dependiendo del desarrollo en que se encuentre, se trabaja en
mayor o menor detalle temas tales como, el nivel de producción alcanzado en relación
con lo planificado en la presentación del proyecto; el grado de adecuación entre el
proceso productivos y los insumos y herramientas con que dispone el emprendimiento;
la calidad de los productos obtenidos, etc.
Gestión: considerando las características y potencialidades de cada grupo, se busca
trabajar en la planificación del trabajo con fijación de metas; evaluación periódica de la

53
marcha del emprendimiento y comparación con lo proyectado; registro de movimientos
(entrada y salida de dinero); cálculo de costos, etc.
Aspectos económico - financieros: se considera los beneficios obtenidos en base a la
actividad desarrollada, se los compara con los montos proyectados en su momento, se
promueve la creación de fondos de reservas para garantizar la compra sostenida de
insumos una vez finalizada la ayuda del Programa y también para afrontar
eventualidades; se analiza la consistencia entre los plazos de pago y de cobro.
Comercialización: hay emprendimientos que se encuentran funcionando con
anterioridad a su ingreso al Programa, otros (la mayor parte), se conforman a partir de
esta posibilidad que se les brinda desde “HxT”, teniendo en cuenta esto, se busca
considerar las características del producto o servicio (diseño, calidad y precio) y su
adecuación al mercado al que se dirige; las condiciones de pago exigidas y su
adecuación a las prácticas del mercado; la designación del/los integrantes más
apropiados en el grupo para cumplir funciones ligadas a la comercialización; el análisis
de las potencialidades del canal de ventas previsto; la búsqueda de nuevos mercados; las
posibilidades de articulación con otros atores económicos ya instalados en el medio
local, etc.
Evaluación general: en base a la situación en que se encuentra el grupo en cada uno de
los mencionados aspectos, se busca que el tutor realice evaluaciones parciales
tendientes a estimar la capacidad de sustentación futura del emprendimiento.
Como producto de cada visita, el tutor realiza un informe41 que envía al Área Tutorías
de la UEC para ser evaluado por personal técnico que, a su vez, elabora una devolución
en la que incluye apreciaciones y sugerencias tendientes a apuntalar la tarea de
asesoramiento.
De las dimensiones que hemos comentado, se desprende entonces, cuáles son los ejes de
trabajo que deben ser considerados en el asesoramiento técnico. La adaptación de los
mismos a cada situación, quedaría en manos de los tutores y de los evaluadores de
informes de tutorías a través de los comentarios, aportes y sugerencias que puedan
realizarse.
Por su parte, las “tutorías específicas”, si bien son ocasionales, tienen la misma
dinámica que las generales pero se distinguen, como ya fuera señalado, por ser

41
En el Anexo se presenta el formulario donde se vuelca el informe de cada visita.

54
realizadas por un profesional especializado en un tema particular sobre el cual se trabaja
exclusivamente en este tipo de visitas.
Estas son entonces, las principales acciones que lleva adelante el Programa para
asesorar y acompañar a los proyectos en su camino hacia la constitución en unidades
productivas consolidadas. De esta manera se busca fortalecer a los emprendedores para
que aborden asociativamente los distintos aspectos que hacen a una actividad productiva
por cuenta propia:

“…Para que entren al mercado... una vez que entren en el mercado ya... así yo creo
que tiene que ver con la competencia... una vez que logró entrar al mercado... nuestro
objetivo era hacerlo entrar al mercado... mercado laboral...” (Arroyo, 2006).

Como ya lo señaláramos luego de describir al P.M.O., la forma en que fue concebida


esta intervención social destinada a promover MEs, da lugar a una serie de
controversias:
Se hace referencia a “entrar en el mercado” (y a mantenerse en él a lo largo del tiempo,
lo cual implicaría la “sostenibilidad” del ME, el éxito de la experiencia), pero se deja de
lado el análisis de las condiciones en que se logra esto y el “costo” (en términos de
sacrificio) en que se alcanza esta meta (siendo que es un objetivo central del Programa
mejorar las condiciones de vida y los ingresos de quienes en él participan”).
Siguiendo en esta misma línea: ¿los lineamientos del Programa implican, como afirma
Coraggio (2005), que este tipo de política tal como está planteada supone
“beneficiarios” que deben asumirse como emprendedores sociales a riesgo futuro?
¿Es esta orientación en el apoyo y este alcance en el acompañamiento suficiente para
promover el trabajo autogestivo y la asociatividad entre emprendimientos de la
economía popular?
En definitiva, ¿tal como están planteadas, logran estas constituirse estas iniciativas
estatales en instancias de promotoras de la inclusión social a través de estrategias
ligadas a la economía social?
Como venimos sosteniendo, este tipo de interrogantes son los que permiten interpelar al
Programa, tanto en su diseño como en su implementación, orientándonos en la
búsqueda de evidencia empírica enmarcada en el estudio minucioso de casos concretos,
debidamente seleccionados, que nos permitan dar cuenta acerca de cómo se desarrollan
estas experiencias en el marco de una intervención estatal en contextos
socioeconómicos específicos.

55
3.3 Planteos y debates sobre la cuestión
En relación con la cuestión que estamos abordando resulta necesario considerar las
distintas miradas y perspectivas de abordajes que se constituyen de alguna manera en
interlocutores directos sobre nuestra reflexión y análisis. Nos encontramos así con dos
planteos que han abordado claramente las dificultades que enfrentan los
emprendimientos asociativos del sector informal; se trata de la investigación llevada
adelante por Merlinsky sobre emprendimientos del Conurbano Bonaerense de fines de
los 80 y principios de los 90 y la que llevara a cabo Abramovich sobre MEs financiados
por “HxT” durante el primer tramo del Programa (2003-2006) en la misma región.
Merlinsky (2001) centró su interés en el análisis de las experiencias constitutivas de
MEs, desarrolladas en un contexto sumamente adverso (hiperinflación), a partir del
apoyo de programas sociales. Buscó comprender la lógica de los propios actores
participantes en estas experiencias.
Al preguntarse ¿porqué algunos grupos lograban sobrevivir en contextos de tanta
adversidad y otros no?, identificó una serie de factores que influyen (de forma positiva y
negativa), sobre la posibilidad de poner en marcha y sostener una actividad productiva
de este tipo. Se trata de una serie de elementos de orden interno y externos que actúan
en forma combinada, incidiendo en las posibilidades de éxito de este tipo de
experiencias, en este sentido, los hallazgos obtenidos fueron los siguientes:
ü Los MEs con más posibilidades de sobrevivir42 fueron aquellos que se habían
apoyado sobre un substrato económico informal previo, es decir que fueron
conformados a partir de experiencias de generación de empleo (uno o más miembros del
grupo tenía experiencia en la actividad y en el trabajo por cuenta propia).
ü Estos grupos se conformaban a partir de intercambio familiares y barriales pre-
existentes.
ü Poseían capacidades sociales acumuladas con anterioridad: podían establecer
contactos con instituciones promotoras que les facilitaban el acceso a un “mercado
institucional”, lo cual les solucionaba (al menos en parte), el problema de la colocación
de sus productos o servicios en el mercado.
ü Otra situación de interés identificada por la autora estuvo representada por grupos
de conformación heterogénea en cuanto a la extracción socioeconómica de sus

42
Recordamos que un problema básico del sector es la alta tasa de mortalidad (Coraggio: 2003, Bellingi y
Sergio: 2005).

56
miembros, donde las personas de clase media aportaban información y otro tipo de
recursos que favorecían el acceso a mercados de cierto poder adquisitivo.
A su vez, el análisis de los grupos que no lograron sostener sus actividades productivas,
le permitió identificar la presencia de una serie de cuestiones a tener en cuenta: en
varios casos se trataba de actividades que recibieron financiación externa sin que
mediara previamente un estudio de factibilidad económica. También se señala
existencia de grupos que atravesaban una situación económica tan apremiante que los
llevó a consumir lo que producían, impidiendo de este modo lograr la reposición del
capital utilizado en la producción (por el contrario, los grupos con mayores
posibilidades de sobrevivir eran los que, gracias a la existencia de otros ingresos en el
hogar, podían “sostener la apuesta”, sobre todo en la etapa inicial que suele ser la que
presenta mayores dificultades).
Más allá de esto, en líneas generales las dificultades que suelen acompañar a este tipo
de unidades productivas (algunos logran superarlas constituyéndose en experiencias
exitosas, otros no), son las siguientes: dificultad estructural de acceso a los mercados,
baja capitalización inicial, falta de capital de giro, escasa capacidad de gestión y de
estrategias de comercialización.
Lo señalado permite a la autora afirmar que hay tres factores internos que son
fundamentales: el conocimiento del oficio, el conocimiento del mercado y la
experiencia anterior de trabajo en equipo por parte de varios de los integrantes del ME,
estando estos tres factores consolidados en el grupo productivo, deben tenerse en cuenta
factores externos ligados a los aportes de recursos por parte de organismos estatales o
no gubernamentales, sobresaliendo aquí por su importancia los esfuerzos que puedan
realizarse para facilitar los canales de comercialización, a juicio de Merlinsky (2001), el
aporte más importante que puede una política de promoción a MEs gira en torno a
facilitar los canales de comercialización.
A su vez, es importante señalar que los tres factores mencionados suelen estar
relacionados con la rama de actividad elegida: hay emprendimientos que son puestos en
funcionamiento por personas que enfrentan una situación económica apremiante,
frecuentemente eligen una rama de actividad de “fácil entrada” (confección de ropa,
elaboración de alimentos)43 y orientan sus esfuerzos y su lógica de funcionamiento a la
obtención rápida de ingresos de subsistencia, varios de estos emprendimientos han

43
Se trata de actividades que pueden desarrollarse (rudimentariamente) a partir de habilidades adquiridas
en el hogar, utilizando medios de uso domésticos en herramientas e insumos para la actividad productiva.

57
presentado dificultades para colocar sus productos exitosamente en el mercado, por falta
de conocimientos, tanto para lograr una producción de calidad, como para
comercializar, dada la falta de conocimientos sobre las características del mercado al
cual dirigen sus productos.
En este mismo sentido, la autora verificó que, a medida que aumenta el nivel de
calificación de los integrantes del ME, tiende a aumentar la complejidad de la rama de
actividad elegida, se trata de grupos en los que uno o más de sus integrantes tienen
experiencia en la actividad por cuenta propia, conocimiento del mercado y de las
particularidades de la actividad elegida. Este hallazgo le permite reflexionar sobre la
poca eficacia que han presentado los programas de generación de empleo que han
“intentado generar actividades productivas, invirtiendo cierto capital y convocando a
beneficiarios a sumarse a la actividad - la mayoría de las veces a personas que no
conocían el oficio, que no tenían experiencia previa de trabajo en equipo y que muchas
veces no se conocían entre sí…el esfuerzo de lanzar una actividad económica desde
cero y sin contar con recursos sociales disponibles es de muy alto costo y redituable en
un plazo muy largo, período durante el cual la mayoría de los integrantes termina
desertando de la experiencia” (Merlinsky, 2001: 130).
Los aportes de esta autora, son fundamentales para quienes nos proponemos acercarnos
al mundo de los MEs, su abordaje en profundidad de elementos de orden interno y
externo que se combinan para contribuir al éxito o al fracaso de estas experiencias, las
distinciones que logra establecer a partir de las particularidades de los distintos rubros y
de los niveles de calificación, junto con la consideración del vínculo existente entre el
ámbito productivo y el reproductivo; por nombrar algunos de los aspectos considerados
en su trabajo, constituyen un avance en el conocimiento sobre la temática, a la vez que
nos señala el nivel de complejidad que se enfrenta al estudiar o al intervenir sobre este
tipo de unidades socioeconómicas. A su vez, consideramos que establece las bases para
estudiar el desarrollo de los MEs en otros contextos económicos y sociales, ahondando
aún más en la relación que se establece entre los diferentes grupos emprendedores y el
Programa que les brinda apoyo, permitiendo así, abordar algunos interrogantes que
quedan pendientes: ¿cómo se vinculan los aportes y expectativas de los programas
sociales y los de los grupos destinatarios?, ¿se plantean tensiones de alguna índole entre
las expectativas de uno y otro lado?, ¿qué usos hacen los grupos emprendedores de los
recursos recibidos?

58
Por su parte, Abramovich (2007), analizó experiencias productivas financiadas por
HxT, en un contexto no ya adverso de hiperinflación y recesión, sino de crecimiento
económico y mayor estabilidad inflacionaria, donde estudio, fundamentalmente,
emprendimientos del Conurbano Bonaerense, utilizando como principal fuente de
información, los informes tutorías realizados por los profesionales encargados de
acompañar los procesos productivos propiciados por el Programa.
La autora partió de algunos interrogantes generales: ¿Cómo actúan las políticas públicas
cuando persiguen el objetivo de “crear productores”? ¿En qué medida lo logran?, se
trata de preguntas muy pertinentes, ya que como bien señala, “los aspectos de
“inclusión” que puede tener el Programa que estamos estudiando (y todas las políticas
socioproductivas de este tipo) están condicionados al desempeño que logre el
emprendimiento en el mercado” (Abramovich, 2007: 20), es por ello que se propuso
“analizar qué capacidades/habilidades se crean o recuperan en los beneficiarios en tanto
productores, cuáles tienen más dificultad para consolidarse, y qué dificultades internas y
externas se les presentan a los mismos en su intento de llevar sus productos al mercado”
(2007: 20).
Recurrió a una estrategia que incluyó la utilización de un enfoque cuanti-cualitativo así,
en una primer instancia describió una serie de características de la totalidad de los
emprendimientos financiados durante el primer tramo del Programa (2004-2005),
mientras que en una segunda instancia se dedicó a analizar el desempeño de los
emprendimientos considerando aspectos vinculados a las dimensiones que se tienen en
cuenta en los procesos de tutorías (conformación y organización grupal, el proceso
productivo, aspectos ligados a la gestión, la comercialización y la situación económico-
financiera).
Para considerar las dificultades presentes en las distintas instancias del proceso de
promoción y apoyo que realiza el Programa a los grupos, la autora utilizó diversas
fuentes de información44. Nos interesa resaltar que, al igual que Merlinsky, diferencia
entre aspectos externos e internos, así, considera la existencia de dificultades externas
(vinculadas con la forma de implementación del Programa y con los mercados de cada
uno de los productos), mientras que las internas refieren a las capacidades y habilidades
que los integrantes de los grupos no logran desarrollar o consolidar.

44
Los ya mencionados informes de tutorías y los documentos institucionales producto de Encuentros
Regionales donde miembros del Programa reflexionan sobre distintos temas que hacen a la
implementación, son fundamentales.

59
De las dificultades externas que remiten a cuestiones de diseño o de implementación del
Programa:
ü Las referidas a la elaboración de los proyectos que deben presentar los grupos para
acceder al beneficio que brinda el Programa. Al respecto puede señalarse casos en que
los proyectos son “armados” por miembros del Municipio correspondiente a fin de que
se adecuen a los requisitos vigentes (proyectos que son aprobados pero son “ajenos” a
los grupos y no se adaptan a sus posibilidades y necesidades). Otras situaciones
detectadas por la autora tienen que ver con: la existencia de proyectos “mal
formulados”, donde la falta de conocimiento en profundidad de las particularidades del
proceso productivo (por parte del Programa y de los beneficiarios), hace que no se
incluyan en el presupuesto la solicitud de insumos y/o equipos indispensables para el
desarrollo de la actividad o que no se contemple la necesidad de contar con algún otro
elemento imprescindible y que el financiamiento de insumos a los grupos se limita a
unos pocos meses en la etapa inicial45. En otro plano, menciona que, al ser la
“asociatividad” un requisito y no una opción, la conformación grupal es una cuestión
clave en el funcionamiento de los emprendimientos (sobre todo en los grupos cuyos
integrantes, prácticamente sin conocerse previamente, inician una actividad comercial
en carácter de socios). Finalmente, otra dificultad de peso señalada es la que refiere al
prolongado lapso de tiempo que puede llegar a transcurrir entre la aprobación de un
proyecto y la entrega de los insumos y maquinarias solicitados oportunamente por el
grupo emprendedor.
ü Por su parte, en lo que refiere a las características de los mercados a los cuales
destinan sus productos estos emprendimientos, debe destacarse la existencia en algunos
casos de mercados ultra-competitivos en los que los pequeños productores se
encuentran en una situación de mucha desventaja para competir y la frecuente
limitación al mercado local (barrial) en zonas de muy bajo poder adquisitivo.
En lo que respecta a dificultades internas, es de interés para nuestro estudio señalar que
se identificó de manera frecuente: obstáculos generados por la ausencia de
conocimientos específicos: productivos (cuando no se cuenta con experiencia suficiente
en la actividad o cuando se la tiene pero utilizando maquinarias de menor complejidad),
ligados a la gestión (ya que, es muy frecuente la ausencia de experiencia de trabajo con

45
Como veremos más adelante, cuando analicemos a los grupos considerados en nuestro trabajo, esta
situación puede agravarse cuando la demora en la compra de los insumos se hace excesiva ya que los
procesos inflacionarios, al no mediar proceso de ajuste alguno, obliga a “recortar” las compras de
insumos y maquinarias proyectadas oportunamente.

60
herramientas y procedimientos administrativos, de organización y distribución de tareas,
planificación de la producción, etc.), o vinculados a la comercialización (esto implica la
posesión o el desarrollo de distintas habilidades: para identificar potenciales clientes,
para convencerlos de comprar sus productos, para planificar el proceso de
comercialización, etc.). La existencia de conflictos grupales que se tornan difíciles de
resolver, en muchos casos por la falta de experiencia en trabajo en equipo de los
beneficiarios, sin contar con un la figura del patrón que mediara de alguna forma ante
este tipo de situaciones; situaciones en las que las diferentes capacidades de los
beneficiaros no resultan complementarias y/o fáciles de articular.
La existencia y magnitud de muchas de estas dificultades en cada caso, tienen que ver
con las habilidades del grupo para enfrentarlas. Abramovich señala que se trata de
“habilidades que se encuentran en mucha mayor medida en los emprendimientos ya
existentes, que en aquellos que se inician con la recepción del subsidio” (2007: 65), a su
vez, identifica que “las actividades que generan niveles de ingresos netos por unidad de
venta altos, son actividades que requieren de conocimientos técnicos específicos que no
se adquieren rápidamente”(2007: 65). En una gran mayoría, los grupos que realizan
estas actividades son grupos que ya venían trabajando previamente a la recepción del
subsidio...el venir funcionando con anterioridad, indica no sólo que poseen mayores
conocimientos técnicos, sino que ya cuentan con una inserción clara en el mercado”
(Abramovich, 2007: 67 y 68).
La autora concluye que los factores internos y externos interactúan entre si, en este
sentido, la posibilidad de lograr un buen desempeño implica la necesidad de que
confluyan de manera “positiva” una serie de factores internos (ligados
fundamentalmente a la existencia o desarrollo de habilidades de por parte del grupo
emprendedor) y condiciones externas favorables46. Que las mencionadas habilidades se
encuentren presentes en mayor medida en los grupos preexistentes, la lleva a reflexionar
acerca del tiempo necesario para desarrollarlas en los grupos que recién se inician
(tiempos que por su extensión no suelen coincidir con la duración prevista de apoyo que
brinda el Programa), con lo cual, se torna muy dificultosa para los programas de apoyo
la tarea de “crear productores”.

46
“…para alcanzar un buen desempeño, hay que lograr a la vez consolidar ciertas
habilidades/capacidades internas, además de no enfrentar trabas externas que terminan generando un
límite...en la promoción de emprendimientos, no alcanza con generar las capacidades internas de
producción, gestión y comercialización; si no se tiene en cuenta la manera en que los factores externos
afectan en su desempeño” (Abramovich, 2007: 91).

61
Siendo varias y complejas las capacidades internas requeridas para desarrollar este tipo
de experiencias y, a su vez, varios los factores externos que pueden actuar como
condicionantes en el desempeño, postula “la necesidad de pensar las estrategias de
“creación de productores” como procesos, lo que supone tener en cuenta más factores y
disponer de mayor tiempo que lo que implica la formulación de un proyecto” (2007:91)
y, la consiguiente necesidad de introducir modificaciones en el diseño del Programa,
tendientes a incorporar mecanismos y formas de promoción y apoyo variables que den
cuenta de las diferentes situaciones existentes entre los proyectos.
Al igual que en el trabajo anteriormente citado, aquí encontramos valiosos aportes con
la ventaja de que refieren al mismo programa sobre el cual estamos realizando nuestro
análisis, así, no podemos dejar de señalar el interés de la autora por vincular el
desempeño de los grupos estudiados y el del propio Programa, de este modo, identifica
varias de las dificultades externas que deben enfrentar los grupos en el diseño y en la
implementación de esta política pública; mientras que otros obstáculos se encuentran en
las características que poseen los mercados en los que estos grupos deben
desenvolverse.
Por su parte, en el plano interno, a partir de su análisis, resalta la importancia de varios
aspectos ligados al conocimiento y a la experiencia de los integrantes de los proyectos,
la relación grupal y a las habilidades de los integrantes para enfrentar dificultades y
situaciones conflictivas, destacando que se encuentran en mayor medida en los
emprendimientos ya existentes antes de ingresar al Programa.
A su vez, también nos interesa señalar que este estudio da lugar a pasar al abordaje en
mayor profundidad de algunas cuestiones que consideramos de interés: ¿qué diferencias
significativas pueden establecerse al interior de las categorías “grupos en
funcionamiento” y “grupos que se inician a partir del apoyo del Programa”?, ¿con qué
activos y vulnerabilidades llegan estos distintos tipos de grupos al Programa?, ¿cuál es
la situación previa en que se encuentran de cara al desarrollo de la experiencia a
realizar?, ¿cómo inciden estas situaciones previas en el recorrido de cada uno de los
grupos?, ¿cómo influyen otros factores internos, como la situación del entorno familiar
de los integrantes de los grupos, en el desempeño?
Como puede apreciarse ambos estudios a pesar de haber sido realizados en contextos
distintos y de haberse recurrido a estrategias teórico-metodológicas diferentes,
presentan hallazgos y conclusiones complementarias. Siendo sus aportes para nuestro
estudio fundamentales: el análisis de experiencias concretas permite identificar

62
dificultades compartidas (en distinto grado y forma), por quienes deben desarrollar sus
actividades productivas de forma precaria en el sector informal. A su vez, estas
diferencias de grado y forma, hacen a la heterogeneidad existente en el sector47,
pudiéndose identificar situaciones en las que puede esperarse mayores posibilidades de
éxito, debido a competencias, recorridos y recursos de distinto tipo que manejan,
condiciones que suelen estar presentes en mayor medida en los emprendimientos que
venían funcionando con anterioridad a recibir el apoyo de un programa, así como
también dejan espacio para plantear otros interrogantes que permitan avanzar en la
construcción de conocimiento.
Por su parte, en el campo de las políticas públicas, el conocimiento generado por estas
autoras, confirma la necesidad de que las propuestas de intervención, adecuándose a la
realidad existente, recurran a estrategias de apoyo diferenciadas, partiendo de
diagnósticos más precisos de la situación en que se encuentra cada grupo48.
Otro tema de interés considerado en ambos estudios tiene que ver con la asociatividad
como requisito, dando lugar, en ocasiones, a lo que se ha denominado como
“asociatividad forzada”, término que se utiliza para hacer referencia a los problemas de
índole grupal que se han dado en proyectos en los que los integrantes del grupo no se
conocían49.
Estos aportes, junto con los señalados al desarrollar el capítulo sobre el sector informal
constituyen la base en la que se asientan los interrogantes y los objetivos del presente
trabajo, ya que nuestro interés está centrado en identificar los logros que alcanzan y las
dificultades que enfrentan MEs que, siendo apoyados por el Programa, se encuentran en

47
“…las situaciones de partida no son homogéneas (dotación diferenciada de recursos escasos), los
espacios subsidiarios presentan características distintivas (con dinámicas y posibilidades diversas), las
estrategias productivas y de sobrevivencia también difieren entre unidades” (Mizrahi, 1989: 124).
48
Recordamos aquí que el programa realiza un estudio de viabilidad sobre cada grupo que presenta un
proyecto, allí se contemplan diversas dimensiones que hacen a la apreciación de las posibilidades que
tiene el grupo de llevar delante de manera exitosa la propuesta que presentan, posiblemente la tensión
entre cantidad y calidad de proyectos a ser financiados que describe Abramovich, tenga que ver con la
aprobación de proyectos que poseen inicialmente debilidades importantes.
49
“Se deben diferenciar con precisión los objetivos o fines últimos de los medios instrumentales que
permiten su consecución...como la formación de asociaciones participativas constituyen uno de los
mecanismos que viabilizan la puesta en marcha de programas para microempresarios, la participación
debe ser concebida como un medio instrumental y no como un objetivo. En la medida en que así fuera
tiende a autodestruirse por ausencia de las bases reales que la fundamentan y estimulan: su contribución
para satisfacer las aspiraciones que impulsan a los microempresarios a participar en el programa” (Cohen,
1988: 130) “dificultades para la consolidación inicial de los grupos, especialmente cuando estos carecen
absolutamente de experiencia anterior conjunta. La fijación de objetivos, la puesta a punto de
compromisos y derechos, la cuota de responsabilidad que deben asumir todos los componentes, un
conjunto en fin, de elementos importantísimos a tener en cuenta para el éxito de la empresa. Si esta etapa
inicial no es tenida en cuenta como una fase del proyecto, sus consecuencias suelen advertirse a veces
demasiado tarde” (Fasani et al, 1988: 189).

63
distintas situaciones. Partimos del supuesto de que la heterogeneidad existente al
interior del SIU, implica la existencia de una variedad de situaciones en los proyectos a
ser financiados por el Programa; posiciones más o menos favorables para constituirse en
unidades productivas consolidadas en el tiempo, sin embargo, el apoyo que reciben
estos proyectos no varía significativamente, salvo en las adaptaciones que pueda llegar
realizar el personal encargado del apoyo técnico.
Es por eso que nos interesa trabajar sobre un grupo de casos con el fin de identificar:
¿Cómo y en qué aspectos se manifiesta esta heterogeneidad de capacidades productivas
por cuenta propia en los grupos que ingresan al Programa “HxT”?
¿Cuáles de estos aspectos son significativos al momento de identificar contextos más o
menos favorables en la instancia previa a que los grupos reciban el apoyo brinda el
Programa?
Siendo el volumen y tipo de apoyo brindado por el Programa uniforme, ¿es
“aprovechado” de manera y en grado diferente, según sea la situación en que se
encuentra cada grupo?, ¿en qué circunstancias este apoyo es suficiente y en cuáles no
para el desarrollo de la actividad productiva?
¿Cómo “juegan” las particulares combinaciones de activos y vulnerabilidades en los
procesos de desarrollo de sus experiencias?
¿Cómo se manifiesta las dificultades que enfrentan en relación a la posición en que se
encuentran? (¿son las dificultades del mismo tipo en todos los proyectos?, ¿tienen el
mismo peso?)
¿A qué medios y estrategias recurren los grupos y los tutores para solucionar los
problemas que enfrentan?
Interrogantes que de alguna manera comienzan a guiar nuestro abordaje y nos
posibilitan afirmar, la necesidad de explorar y analizar con detenimiento la situación de
distintos grupos para tratar de descubrir y comprender algunos aspectos que puedan
contribuir a una mayor comprensión de la problemática.

64
Capítulo 4: La diversidad de los microemprendimientos: un desafío de abordaje

En el afán de dar respuesta a nuestros interrogantes hemos decido abordar diferentes


casos que se despliegan en la cotidianeidad de la implementación del Programa. La
propuesta tiene que ver con realizar una descripción minuciosa de grupos que se
encuentran en distintas situaciones, con el propósito de identificar los aspectos
significativos que hacen a la heterogeneidad existente en el sector.

4.1 El proceso metodológico


Un supuesto central que guía nuestro interés, tienen que ver con que, en el campo de las
políticas sociales, “cualquier acción intencional dirigida a incidir sobre los
comportamientos y mecanismos espontáneos, será más efectiva y viable si tiene en
cuenta tales comportamientos y no si se opone a ellos” (Katzman et al, 1999:3). Es por
ello que, a partir de los interrogantes planteados, buscamos en última instancia,
interpelar a los programas sociales de apoyo a MEs, a partir de las características que
asumen éstas intervenciones estatales en contraposición a la enorme complejidad que
implican, tanto los MEs, como el entramado social en el que se constituyen y
desenvuelven. Esto requiere analizar la estructura del programa bajo estudio y, a su vez,
intentar introducirse en el “mundo de vida” de los integrantes de los proyectos50,
durante el período en que recorren ese sinuoso camino que va desde la adhesión al
Programa y la puesta en marcha de lo planificado.
Más concretamente, analizar la viabilidad de estas instancias estatales para constituirse
en una opción válida para solucionar problemas de empleo y mejorar la calidad de vida
de amplios sectores de la población, requiere considerar la medida en que este tipo de
programas, tanto en su diseño como en su implementación, logran ser efectivos en
relación con los objetivos que se han planteado, para ello, debe hacerse hincapié en
cuestiones diversas que tienen que ver, por un lado, con el tipo y la forma de apoyo que
se brinda y con qué expectativa de logro y, por el otro, con el uso51 que hacen de ese
apoyo sus destinatarios.

50
El término “proyecto” es utilizado por el programa para designar a los MEs que se presentan para ser
financiados, indistintamente se trate de MEs en funcionamiento o que aún no estén constituidos como
tales.
51
Estamos pensando aquí en el significado y alcance que le da al término De Certeau (1979), esto nos
lleva a pensar en lo que hacen los “beneficiarios” con lo que reciben de parte de un programa, cuestión
que suele quedar de lado en quienes diseñan e implementas las políticas sociales.

65
Esta postura, nos lleva a interesarnos en la dinámica interna de los MEs a partir de los
procesos que desarrollan en el marco de un programa de apoyo, considerando los
distintos factores que hacen al éxito o al fracaso de este tipo de experiencias. Para
alcanzar este propósito debe optarse por un abordaje de investigación de tipo
cualitativo, ya que el mismo se caracteriza por estudiar “las cosas en su situación
natural, tratando de entender o interpretar los fenómenos en términos de los significados
que la gente les otorga”, en los que se despliega “un amplio rango de métodos
interrelacionados, esperando siempre conseguir fijar mejor el objeto de estudio”
(Denzin y Lincoln, 1994: 3).
Teniendo en cuenta que en el presente trabajo pueden distinguirse dos etapas: la
correspondiente a la descripción de la situación en que se encuentran los grupos antes
de recibir el apoyo del Programa y, la que refiere al análisis de los recorridos que
realizan en el marco de los aportes recibidos, hemos optado por trabajar con dos
técnicas diferentes: la de entrevista y la de análisis de contenido.
La primera etapa del estudio, estuvo orientada a la identificación y descripción de los
aspectos que hacen a la heterogeneidad existente, buscamos aquí caracterizar distintas
situaciones, expectativas y posibilidades en vistas a la experiencia a desarrollar. Para
este propósito, la entrevista se constituye una técnica de investigación adecuada ya que
implica un proceso de comunicación verbal “creador y captador de significados”, en el
cual se busca generar un clima propicio para que el entrevistado “transmita oralmente al
entrevistador su definición personal de la situación” (Ruíz Olabuénaga, 1996: 166).
Dentro de la variedad de formas existentes al interior de esta técnica, optamos por
realizar entrevistas semiestructuradas52 por considerar a éstas como las más adecuadas
para el tipo de estudio a realizar y el contexto en el que se llevarían a cabo53.
Los encuentros con los emprendedores, fueron realizados antes de que cada proyecto
recibiera los insumos y herramientas solicitados al Programa, por tratarse de grupos que
en su mayoría aún no se habían constituido como unidad productiva, fue muy difícil
lograr reunir a todos sus integrantes, es por esto que, en general, las entrevistas fueron

52
Este tipo de entrevista, “es guiada por un conjunto de preguntas y cuestiones básicas a explorar, pero ni
la redacción exacta, ni el orden de las preguntas está predeterminado”, al igual que el resto de las
variantes de entrevistas dentro del abordaje cualitativo, adoptan “la forma de un diálogo o una
interacción, permitiendo al investigador y al entrevistado moverse hacia atrás y hacia delante en el
tiempo” (Erlandson et al , 1993, 85 y 86, citado por Valles, 1197: 178).
53
La guía de entrevista utilizada figura en el Anexo.

66
individuales, realizadas a los Referentes Grupales54 (en adelante RG), de cada proyecto.
Por su parte, en los casos en que los grupos se encontraban en funcionamiento, se pudo
trabajar también con la técnica de observación participante.
Cuando se recurrió citas textuales de los entrevistados, se utilizó letra cursiva; tanto el
nombre de los proyectos como el de los integrantes de los mismos, fue cambiado con el
fin de respetar su privacidad. Al presentar a cada integrante de los grupos, a
continuación de su nombre, se indica entre paréntesis su edad al momento de la
entrevista y el nivel de instrucción, de la siguiente manera: “Silvia (25, PC)”.
A su vez, para disponer de información específica sobre cada grupo antes de realizar las
entrevistas, se contó con la documentación de los expedientes que el Programa va
armando sobre cada proyecto. Concretamente, de los “Formulario de Presentación de
Proyectos” y “Análisis de evaluación económica”, se extrajo información acerca de:
ü La actividad a realizar: rubro; caracterización de la actividad a realizar; etapa en
la que se encuentran (en funcionamiento o a la espera de recibir los materiales
del Programa para iniciar sus actividades); planificación de la actividad (división
de tareas y responsabilidades); descripción del lugar físico donde se llevará
adelante la actividad; comercialización (para los proyectos en funcionamiento,
información acerca de la forma en que comercializan, para los que aún no están
conformados, forma en que está prevista).
ü El grupo y sus integrantes: cantidad de integrantes; edad y nivel de instrucción;
necesidad de capacitación y/o asistencia técnica requerida.
Para la segunda etapa, en la que analizamos los recorridos de cada grupo en función de
su situación inicial, la técnica usada fue la de análisis de contenido aplicado a los
informes de tutorías55. Se optó por esta técnica ya que puede ser utilizada para trabajar
con documentos de diversos tipos, tanto para considerar su contenido manifiesto como
latente, con el fin de realizar “inferencias reproducibles y válidas de los datos al

54
El término “Referente Grupal”, ha sido utilizado por el programa para designar al integrante de cada
grupo que se ha encargado de “protagonizar” esta primera etapa: es quien se encargó de armar el
proyecto, presentarlo en el Municipio y seguir el trámite con el fin de mantenerse al tanto de la evolución
de expediente. Durante el primer tramo del programa, institucionalmente se trabajó con esta figura, para
el segundo tramo, se buscó dejar de lado este término, más allá de esto, en la medida en que vayamos
describiendo a cada grupo de la muestra, veremos como para nosotros es un término de suma utilidad ya
que las características de este miembro del grupo suele ser de gran importancia, sobre todo en términos de
su mayor o menor propensión a considerar al resto de los integrantes como pares.
55
Como se detalla en el capítulo correspondiente a la descripción del programa “Herramientas por
Trabajo”, cada proyecto es asesorado y acompañado durante un período por un tutor designado a tal fin,
se trata de un profesional que visita a los integrantes del emprendimiento y trabaja con ellos sobre una
serie de aspectos (“Organización grupal”, “Proceso productivo”, “Gestión”, “Comercialización”, etc.),
producto de cada visita, el tutor debe elaborar un informe.

67
contexto de los mismos... en la actualidad se reconoce que el análisis de contenido
puede tener tanto un fin descriptivo como un fin inferencial y puede utilizar tanto
técnicas de análisis cuantitativo como técnicas de análisis cualitativo (López Aranguren,
1986: 461).
En cuanto al procedimiento seguido para el análisis de esta información, para el volcado
de los contenidos en una matriz, consideramos distintas categorías, algunas de ellas
refieren a las dimensiones que deben trabajar los tutores en cada visita a los MEs:
(“Conformación grupal”; “Producción”; “Gestión”; “Comercialización”). Mientras que
otras fueron surgiendo para dar respuesta a algunos de nuestros interrogantes
(“Capacidad para el desarrollo de la actividad”; “Recursos”; “Estrategias desarrolladas
por el grupo”; “Estrategias desarrolladas por el tutor”; “Características de la actividad”;
“Dificultades”).
Finalmente, se agregó una última columna donde se fueron volcando “Comentarios”
que fuimos realizando como producto de las comparaciones que se fueron realizando: 1)
al interior de cada grupo (vinculando su situación inicial con su desempeño a partir de
que recibieron los materiales que entrega el Programa y también comparando las
distintas situaciones que fue enfrentando el grupo en su desarrollo como unidad
productiva a fin de captar su evolución); 2) entre grupos (ya sea en relación a las
posiciones que ocupan en la tipología elaborada, ya sea en relación al rubro de actividad
en que se desempeñan); 3) respecto a la forma en que realizan su labor de asesoramiento
técnico y acompañamiento los tutores (considerando sus apreciaciones respecto a los
grupos y también comparando las distintas modalidades de trabajo).
Se trata en definitiva de una serie de aspectos que nos permite explicitar con mayor
rigurosidad las categorías planteadas:
Conformación grupal: se consignó aquí las apreciaciones del tutor en torno al grupo a
través de cuestiones tales como: tipo de vínculo prevaleciente entre los integrantes, el
tipo de relación (simétrica o asimétrica), predisposición existente a trabajar en equipo.
Capacidad para el desarrollo de la actividad: refiere a las apreciaciones iniciales del
tutor acerca de los conocimientos que maneja el grupo, sus experiencias laborales, la
capacidad que manifiestan para organizarse y complementarse, en otras palabras, remite
a la situación que identifica el tutor en sus primeras visitas (antes de que reciban los
insumos y herramientas), para llevar a cabo lo proyectado por cada grupo.
Producción: aquí consideramos lo que cada grupo realmente fue logrando en términos
de desarrollo del proceso productivo, así como nos pareció importante identificar las

68
apreciaciones del tutor acerca de lo que dimos en llamar “capacidad para el desarrollo
de la actividad” (que refiere más bien a lo que los integrantes de cada grupo manifiesta
que hizo en el pasado o sabe hacer, de los conocimientos que poseen, etc.). Aquí se
busca reconocer en qué medida y de qué manera se van plasmando los conocimientos y
otros recursos existentes en la actividad concreta y cómo va evolucionando. Sobre los
puntos siguientes el propósito fue el mismo: buscamos identificar los logros y las
dificultades que de cada grupo respecto a estas cuestiones que sin dudas están
estrechamente vinculadas.
Gestión: bajo este término, ubicamos y analizamos todo lo que los tutores mencionaron
en sus informes en referencia a: administración de recursos (registro de movimientos,
cálculo de costos, fijación de precio de venta, planificación de la producción), al igual
que en los aspectos anteriores, nos interesó considerar la evolución que se dio en cada
grupo al respecto.
Comercialización: cuando realizamos las entrevistas, verificamos la diferencia
existente al respecto entre los grupos que estaban en funcionamiento y los que no, éstos
últimos, invariablemente, se refirieron a la comercialización en forma poco precisa,
como algo a resolver “cuando llegue el momento”, en esta otra instancia, cuando todos
los grupos bajo estudio estuvieron en funcionamiento, analizamos cómo fueron
resolviendo esta cuestión.
Características de la actividad y/o del grupo: tal como lo adelantáramos al presentar
a los grupos a partir de la información obtenida por medio de las entrevistas, cada
actividad presenta particularidades (nivel de calificación requerida, para producir y para
comercializar; cantidad de horas diarias de dedicación demandada por la actividad,
rentabilidad, etc.), que son significativas al momento de analizar el desenvolvimiento de
cada grupo.
Dificultades: tal como lo señala el enfoque del PREALC sobre el sector informal, suele
definirse a las unidades que lo componen a partir de las carencias que poseen y las
dificultades que enfrentan, también se hace referencia desde éste y otros enfoques a la
heterogeneidad de situaciones y posibilidades existentes, por lo cual aquí buscamos
identificar las dificultades que enfrentan los grupos en estudio, las que son comunes a
todos y las propias de cada caso en particular.
Recursos: al centrar nuestro interés en la relación existente entre la situación inicial de
los grupos y en sus recorridos, es esencial considerar los recursos que maneja cada
grupo en los distintos momentos que hacen al camino transitado. Así como en una

69
primera etapa del estudio hemos tomado como un eje temático en las entrevistas el tema
de los recursos que posee cada grupo, al analizar los recorridos, en los informes
correspondientes a las visitas iniciales, procuramos reconocer la medida en que cada
tutor identifica los recursos que cada grupo posee y si son considerados una base de
apoyo para el trabajo de asesoramiento a realizar. En etapas posteriores del recorrido,
intentamos reconocer en distintas circunstancias que otros recursos va utilizando cada
grupo, así como también identificar en qué medida los recursos aportados por el
Programa contribuyen a fortalecer a este tipo de experiencias.
Estrategias desarrolladas por el grupo: nos interesó al respecto conocer la forma en
que los recursos que utilizan los recursos que poseen, las acciones que llevan a cabo,
tanto para enfrentar dificultades, como para intentar mejorar la situación en que se
encuentran.
Estrategias desarrolladas/propuestas por el tutor: de manera similar a lo planteado
en el punto anterior, aquí el análisis se centra en las estrategias que despliega cada tutor
para trabajar en relación a las características del grupo y las circunstancias que afronta.
Esta distinción analítica en dimensiones requiere tener en cuenta la estrecha relación
existente entre varias de ellas, en el sentido de que, tanto las dificultades, como los
recursos y las estrategias, existen y son observables en función de aspectos tales como
la producción, la gestión o la comercialización, es así que en estas cuestiones podemos
identificar los factores y situaciones que hacen al éxito o al fracaso de los
emprendimientos en el marco de un programa de apoyo.
Finalmente, debemos aclarar que, en el capítulo correspondiente al análisis de los
recorridos, cuando se utilizaron párrafos textuales de los informes de tutorías, se utilizó
letra cursiva.

4.2 Los casos que conforman al universo de estudio


En lo que refiere a las características del universo de casos bajo estudio, teniendo en
cuenta que “la investigación cualitativa privilegia la profundidad sobre la extensión e
intenta captar los sutiles matices de las experiencias vitales (Whittermore, Chase y
Mandle, 2001: 524, citado por Vasilachis de Gialdino, 2006: 27), buscamos en el caso
individual identificar lo significativo en el contexto de la teoría, sin procurar la
representatividad estadística de los hallazgos obtenidos, por lo tanto, no hemos
recurrido a un criterio de selección orientado hacia la representatividad estadística, sino

70
que se buscó incluir en la muestra una variedad de casos que tenga en cuenta algunos
aspectos considerados de interés que se detallan a continuación.
La selección de los casos para conformar al universo de nuestro estudio implicó algunas
restricciones, por cuestiones de accesibilidad fue circunscripto geográficamente a
localidades del Conurbano Bonaerense, a su vez, se debió tener en cuenta los tiempos
de compra y entrega de insumos y maquinarias por parte de los Municipios, para no
partir de situaciones muy dispares al momento de la puesta en marcha de las unidades
en relación con el trabajo de campo. Teniendo en cuenta estas cuestiones, se logró la
participación en el estudio 14 proyectos.
A partir de los condicionantes mencionados para la selección de los casos, se buscó la
mayor variedad posible en términos de rubro, composición (asociativa o familiar) y
localización. En cuanto al rubro, buscamos una importante presencia de proyectos
destinados a la elaboración de comestibles y de indumentarias ya que son las más
habituales en el universo de proyectos presentados ante el Programa. Así, la muestra
quedó conformada de la siguiente manera:

Identificación del grupo Composición Cantidad de En Municipio


(nombre y rubro) integrantes actividad
ME 1 “Pilchitas”
Fabricación de prendas de Asociativa 3 No Merlo
vestir.
ME 2 “Agasajo”
Fabricación de prendas de Asociativa 3 No Merlo
vestir.
ME 3 “Símbolo”
Fabricación de prendas de Vicente
Asociativa 3 No
vestir y conjuntos López
deportivas.
ME 4 “Caminando”
Fabricación de calzados Asociativa 3 No La Matanza
para dama (zapatillas).
ME 5 “Los Amigos”
Fabricación de calzados Asociativa 3 No Merlo
(alpargatas).
ME 6 “Crema Pastelera”
Elaboración de productos Asociativa 4 Si La Matanza
de panadería.
ME 7 “La Luz”
Lomas de
Elaboración de productos Asociativa 3 No
Zamora
de panadería.

71
Identificación del grupo Composición Cantidad de En Municipio
(nombre y rubro) integrantes actividad
ME 8 “El Amanecer”
Familiar 3 Si Merlo
Repostería.
ME 9 “Catering Asociado”
Servicios para fiestas y Asociativa 3 Si Merlo
eventos.
ME 10 “Químicamente”
Elaboración de productos Asociativa 3 No Merlo
químicos (desengrasantes).
ME 11 “Jaboneros”
Elaboración de jabones y Familiar 4 No Avellaneda
velas.
ME 12 “Tierra Querida”
Elaboración de productos Asociativa 3 No Avellaneda
de cerámica y de arcilla.
ME 13 “Didáctico”
Elaboración de juegos Asociativa 3 No Merlo
didácticos para niños.
ME 14 “Torito”
Elaboración de viviendas Asociativa 3 No Merlo
prefabricadas en madera.

En cuanto al tipo de actividad, salvo en un caso (ME 10) que se dedica a la prestación
de servicios56 y elaboración de alimentos (lunch), todos refieren a la elaboración de
productos: textiles dedicados a elaboración de prendas de vestir de distinto tipo (3
casos); calzados (2 casos); de la rama alimentaria hay cuatro en total, correspondientes
a: productos de panadería (2 casos), repostería (1 caso). Hay un emprendimiento de tipo
artesanal (el Nº 12). Los restantes casos refieren a actividades poco representativas
numéricamente en cuanto a lo que habitualmente se financia desde el Programa, no
obstante esto, son de interés para su análisis por tratarse de actividades que, para ser
llevadas adelante, requieren de un alto nivel de calificación: productos químicos
(desengrasantes), cerámica y arcilla (con una producción que puede ser considerada
semiartesanal), juegos didácticos de madera para niños de Jardín de Infantes y
preescolar y viviendas prefabricadas de madera.
En lo que respecta al tipo de composición, la mayoría de los grupos (11 de un total de
14) son de tipo asociativo, siendo generalmente 3 el número de integrantes por grupo.
Durante el período que se llevaron adelante las entrevistas (entre fines de 2006 y el

56
Se dedica a la prestación del servicio de catering, pero incluye la opción de elaborar comida para
fiestas, con lo cual puede considerarse que, a la vez, se dedica a la prestación de servicios y,
ocasionalmente, a la elaboración de alimentos.

72
primer semestre de 2007), solo 3 de los grupos se encontraban en funcionamiento
(como ya fuera señalado, realizando la actividad con sus propios recursos57).
Finalmente, la variedad de localidades consideradas, se corresponde con la siguiente
distribución: 8 casos de Merlo, mientras que de La Matanza hay 2 al igual que de
Avellaneda y 1 de Vicente López, San Isidro, y Lomas de Zamora.
Es muy importante señalar que estos grupos forman parte de una cantidad importante de
proyectos que debieron enfrentar una demora muy prolongada (en promedio dos años)
en la entrega de los insumos y herramientas a partir del momento en que presentaron el
proyecto ante su Municipio58. Como iremos viendo al presentar a cada caso, este atraso
provocó inconvenientes en los grupos que van desde el desánimo y la pérdida de
entusiasmo a la deserción de integrantes y, ante el proceso inflacionario experimentado
en el período (por no existir la posibilidad de ajustar por inflación los presupuestos
otorgados), implicó la necesidad de que cada proyecto deba conseguir nuevos
presupuestos y resignar insumos y maquinarias para que la compra se ajuste al monto
otorgado originalmente.

4.3 Descripción de los casos estudiados


Las características que asumió el proceso de selección de los grupos que finalmente
constituyeron nuestro universo de estudio, fueron detallados en el apartado
correspondiente al “proceso metodológico” del presente trabajo, no obstante esto,
recordamos aquí que se trata de catorce proyectos que fueron presentados ante el
Programa entre los años 2004 y 2005.
La variedad de situaciones consideradas tiene que ver con distintos aspectos:
localización (se trata de proyectos pertenecientes a distintos Partidos del Conurbano
Bonaerense: Avellaneda, La Matanza, Lomas de Zamora, Merlo, San Isidro y Vicente
López); rubro (alimentario, textil, calzado y “otros productos manufacturados”);
composición (asociativa, familiar), situación (en funcionamiento, a la espera de los
insumos y maquinarias del Programa para iniciar la actividad).

57
Son los que al elaborar la tipología, llamamos microemprendimientos, a los restantes, en esta etapa,
hemos elegido denominarlos “proyectos” ya que aún no han comenzado su actividad. Más allá de esto,
debe señalarse que el programa, en todo momento (estén o no en actividad), los denomina “proyectos”.
58
En una etapa inicial del primer tramo del programa, los proyectos al ser presentados ante el Municipio,
luego de su aprobación, tardaban en recibir los insumos y herramientas solicitados, menos de seis meses,
dependiendo en parte, de las demoras en el circuito de compras de cada Municipio. Posteriormente, se
produjeron demoras muy importantes en el circuito administrativo en el nivel del organismo financiador y
a nivel nacional (recordamos que intervenían dos Ministerios Nacionales en esta instancia), los grupos de
nuestra muestra, forman parte de los proyectos que sufrieron esta demora.

73
En lo que refiere al criterio que asumimos para la presentación de los casos, si bien
trabajamos fundamentalmente sobre la situación en que se encuentra cada grupo (más o
menos favorable de cara a la producción y a la colocación de sus productos o servicios
en el mercado) y esto nos remite a los recursos y carencias que poseen, como bien lo
señala Merlinsky (2001), la rama de actividad es un aspecto que no es ajena a esta
cuestión, es por eso (aunque también por una cuestión de orden en la exposición) que
presentaremos a los casos según el rubro o actividad en que se sitúan.

4.3.1 Microemprendimientos del rubro textil


Para comenzar, debemos señalar que los tres MEs del rubro textil tienen varios aspectos
en común que es importante tener en cuenta:
Se trata de grupos conformados por mujeres (tres en cada caso), al momento de realizar
estas primeras entrevistas, ninguno de ellos estaba funcionando sino que se encontraban
a la espera de recibir los materiales solicitados al Programa.
En cada uno de los grupos hay, al menos una integrante con experiencia en la actividad
obtenida afuera del hogar (ya sea fábrica textil de gran tamaño con división del trabajo o
en pequeños talleres con experiencias polivalentes), mientras que el resto adquirió sus
conocimientos con máquinas de coser hogareñas, haciendo ropa para sus hijos o
“reacondicionándola” para adaptarla de un hijo a otro cuando crecen, por otra parte,
ninguna de las integrantes tuvo experiencia en el desarrollo de actividades productivas
por cuenta propia.
Se percibió en todas las entrevistadas buena predisposición para el trabajo en grupo, así
como también para poner a disposición del resto los conocimientos que se poseen. Más
allá de esto, por no estar aún en funcionamiento, la planificación del proceso productivo
no existía o era muy difusa (suelen saber qué tipo de productos van a elaborar y pueden
dar cuenta de los motivos de su elección, pero no cómo van a hacerlo, es decir, no han
determinado aún cuántas horas diarias le piensan dedicar a la actividad, cómo van a
distribuir las tareas, funciones y responsabilidades, son temas que se verán “cuando
llegue el momento”, esto es, cuando ya hayan recibido los insumos y maquinarias de
parte del Programa).
Los tres grupos tienen pensado fabricar ropa para chicos y para mujeres, su experiencia
les dice que es la que más demanda tiene: los chicos rompen continuamente la ropa y
cambian de talle al crecer y las mujeres son mucho más consumidoras de ropa que los
hombres:

74
“Y pero es como en todos lados... siempre se vende lo que es para la mujer... al menos
cuando yo estaba en la zapatería, vendía mucho más zapatos de mujer que de
hombres... La mujer es como que es más... compra más... gasta más... No solo para ella
sino para los chicos... Los chicos también... cuánto le puede llagar a durar una pilcha”.
(Mirta de “Pilchitas”)

La situación respecto a la comercialización es similar: tienen idea de los lugares donde


piensan vender (en general a vecinos, familiares y amigos, así como también en ferias),
pero no hay precisiones aún respecto a quiénes se dedicarán a estas tareas ni cómo se
realizarán los contactos, cómo procederán para estimar los márgenes de ganancia, etc.
En cuanto a las particularidades identificadas en cada grupo, pueden mencionarse las
siguientes:
Entre las integrantes de “Agasajo” hay una relación preexistente al ingreso en el
PJYJHD (dos de ellas son hermanas y la restante es amiga del barrio, además de
compartir con una de ellas el hecho de pertenecer al mismo grupo religioso: Testigos de
Jehová), sus edades van entre los 23 y los 25 años.
Malena (23, SI) es la Referente Grupal (RG), ha trabajado mucho tiempo en un taller
textil donde aprendió a manejar el tipo de máquinas que van a recibir de parte del
Programa además, su marido es cortador59 de oficio y su suegra tiene también
conocimientos como cortadora además de experiencia de trabajo en talleres textiles.
Justamente, del seno familiar provienen recursos importantes para este grupo en esta
etapa inicial: el marido de Malena se encargó del armado del proyecto (en base a lo que
quieren producir eligió la cantidad y el tipo de máquinas e insumos a solicitar),
consiguió los presupuestos y armó las proyecciones de ventas e ingresos por seis meses,
según lo solicita el Programa. A su vez, el grupo tiene a disposición en la casa de su
suegra una mesa de corte.
Por otra parte, los padres de Malena y Sandra (25, SI) les han cedido una habitación
muy amplia, que están acondicionando para instalar allí el taller. Sus maridos les están
ayudando en estas tareas (pintura e instalación eléctrica), de esta manera, no tendrán que
pagar alquiler, solo el consumo de electricidad. Aquí, a los aportes de recursos variados
que van realizando distintos familiares, se agrega una ventaja adicional dada por la
cercanía: al vivir todas muy cerca ahorrarán recursos (evitarán gastar dinero en viaje y

59
Dentro del proceso de elaboración de indumentaria, el de cortador es un oficio de alto nivel de
calificación. Se trata de una tarea muy importante: realizar mal el corte de telas, implica el desperdicio del
insumo.

75
tiempo en traslado) que, a su vez, les facilitará compatibilizar lo productivo con lo
reproductivo (las tres integrantes tienen hijos pequeños a los que cuidar).
En cuanto a sus expectativas respecto a la experiencia que están por llevar adelante,
esperan poder generar un ingreso extra para sus hogares a partir de una actividad
productiva que puedan compatibilizar con las tareas que demanda el hogar. Este ingreso
extra, además de aumentar los recursos monetarios de las familias, generará una
sensación de mayor seguridad en un contexto marcado por la vulnerabilidad:

“Yo creo que los maridos también tienen ver este lado y que... es una salida laboral... Si
ellos valoran eso... Hoy... si se quedan sin trabajo, yo ya enseguida le encontré”
(Malena)

Al contar las tres con apoyo familiar y no enfrentar una situación económica
apremiantes, es de esperar que, si no cambia su situación, dispongan de los recursos
necesarios para afrontar con cierta tranquilidad la etapa de puesta en marcha del
emprendimiento que, tal como lo señala Merlinsky (2001), es donde los grupos padecen
las mayores dificultades.
Por su parte, en los otros dos grupos textiles (“Pilchitas” y “Símbolo”), los vínculos
entre las integrantes son menos fuertes: en el primer caso, se conocieron formando parte
de un mismo grupo para realizar las “contraprestaciones” que requiere el PJYJHD,
mientras que en el segundo grupo, debido al tiempo transcurrido sin que recibieran los
materiales solicitados, se produjeron varios cambios en la composición del grupo
(deserciones y reemplazos), quedando de los integrantes originales sólo la RG.
En “Pilchitas” se da una situación grupal interesante: Norma (52), estudios primarios
completos y mucha experiencia de trabajo en una fábrica de camisas para hombres (fue
encargada de una sección donde coordinaba el trabajo de 47 operarias), también trabajó
en un pequeño taller textil y a façón en su hogar, mientras que las otras dos integrantes
Rita (38) y Mirta (26), tienen estudios secundarios completos, la primera adquirió sus
conocimientos textiles trabajando en un taller, mientras que la segunda lo hizo
manejando una máquina hogareña en la que confecciona y/o adapta ropa para sus hijos,
a su vez, ella será quien se dedicará en mayor medida a la comercialización por ser la
más desenvuelta, con mucha experiencia en ventas adquirida como empleada en una
zapatería.
Ninguna de las tres enfrenta, al momento de la entrevista, urgencias económicas
(realizan trabajos esporádicos “changas” que pueden abandonar para dedicarse de lleno

76
al emprendimiento cuando les entreguen los materiales solicitados). Van a llevar
adelante la actividad de producción en la casa de María, en una pequeña habitación que
su marido está acondicionando a tal efecto (como en el caso anterior, sólo deberán pagar
la electricidad que consuman). La ubicación del taller proporcionará a María (pero
también al grupo) una ventaja ya que podrá manejar mejor sus horarios siendo la única
del grupo que tiene hijos pequeños, con lo cual podrá dedicar similar cantidad de tiempo
a la actividad productiva que sus compañeras. En estos aspectos, la situación es
semejante a la de las integrantes del grupo anterior.
Al momento de la entrevista no habían definido la forma en que van a organizar el
proceso productivo así como tampoco la comercialización, a su vez, manifestaron que
hay mucha competencia en el barrio y que perciben como un riesgo y también como un
desafío, poder vender todo lo que van a producir.
En cuanto a las expectativas, en una primera instancia, pasan por las posibilidades de
realizar una actividad económica independiente, es la oportunidad de tener “algo
propio”, que también implica la posibilidad de crecer, de ampliarse y de “dar trabajo a
otros”, que es una manera de fomentar lo que promueve el mismo Programa:

E: y para ustedes ¿qué representa esta posibilidad?


Mirta: La posibilidad de tener lo de uno…
Norma: Y poder trabajar... y poder producir... porque... también... si esto se agranda...
¿no? Ahora estamos nosotros, ¿no?, pero si esto se agranda... es también como para
dar posibilidad a otra gente... para que trabaje... esto significa mucho, ¿no?, porque...
vas generando más trabajo y vas dando trabajo a otra persona... que necesita.

En el caso de “Símbolo”, podemos establecer algunas diferencias significativas en


relación a los casos anteriores. Marisa (43, PC) que es la RG, es la única integrante que
queda de la conformación inicial. Luego de que, se produjera el segundo alejamiento de
compañeras de grupo, ofreció formar parte del emprendimiento a dos vecinas del barrio
que, siendo beneficiarias del PJYJHD, tienen conocimientos sobre la actividad textil y
manifestaron interés en formar parte de la experiencia, así quedó constituida la
conformación definitiva del grupo.
La experiencia de Marisa en la actividad se inicia a partir de dos de sus hermanas
costureras (“confeccionistas”)60, que la fueron introduciendo en el oficio como

60
Los clientes les llevaban telas y ellas hacían ropa a medida, no se trata de ropa hecha en serie como la
que diseña y confecciona el tallerista “…el confeccionista es el que trabaja con la persona... eh... con el

77
“ayudante sin sueldo”. Luego, al tener cuatro hijos, siempre se dedicó a hacerles o
adaptarles ropa con una máquina de coser hogareña:

“Tenía que buscar la forma en agrandar, achicar... arreglar... en comprar si se podía...


Uno se va dando maña para todo... Y bueno, ahí como que... ponía un poco mi gusto en
cada uno de los chicos... Y de pronto también la necesidad de hacer algo...” (Marisa)

Al momento de presentar el proyecto ante el Programa, conciente de que sus


conocimientos no eran suficientes para montar un taller, aprovechó el tiempo de espera
de entrega de los materiales, para capacitarse61 y contactarse con personas que tienen
talleres textiles:

E: ¿Y de qué le sirvió conectarse con otros talleristas...?


Marisa: A mí me sirvió… ya le digo, yo sabía de confección... sabía cómo cortar a
medida... pero no hay caso... Eh... no es lo mismo que tallerista... tallerista está encima
las telas, encima, encima las telas y corta... es mucho más práctico. Eh... agarré... a mí
me sirvió en ese sentido, fui hablé con la persona que sabía que tenía su taller... por
medio del amigo, del amigo, del amigo... y llegué. Así que agarré, le dije, mirá esta es
mi idea... no quiero que lo tomes como competencia... puede ser como no puede ser... Y
agarré y encontré una persona mucho más accesible de lo que yo creía que iba a ser...
y me llevó a su tallercito, que también era chiquito... y me empezó a mostrar: Mirá,
nosotros hacemos así y así... Hasta en la pequeñeces de cómo ubicar las máquinas… Yo
iba con mi cuadernito registrando todo… así logré... como que tuve idea de lo que era
el taller... de lo que era confeccionar una prenda.

Como veremos reiteradamente más adelante, los contactos son una de las fuentes
habituales de recursos para acceder al conocimiento. Se trata de gente que no suele
disponer de los recursos para realizar cursos. También vemos como, con su forma de
actuar, Marisa pone en duda la concepción de muchos autores que ven a la racionalidad
de los sectores popular como obstáculo para su crecimiento.
Respecto a las otras dos integrantes de este grupo, Lidia (45, PC) es la que mayores
conocimientos y experiencia tiene en la actividad, adquirida a partir de varios años de
trabajo en talleres, sabe manejar las máquinas que van a recibir, tiene conocimientos
sobre corte de telas, moldes, etc., mientras que la tercer integrante, Irene (46, PC), ha
trabajado en talleres, pero fue hace muchos años, con lo cual se supone que deberá
“refrescar” sus conocimientos y familiarizarse con el equipamiento a recibir.

cuerpo de la persona.. y ella me tenía a mí... yo era la más chica... venía... enhebrá acá, haceme los
dobladillos... Yo era la ayudanta sin sueldo...” (Marisa).
61
En concreto, hacer cursos dictados por el municipio (de “maquinaria” y de “moldería”) y acudir a
exposiciones de la industria textil (máquinas textiles, telas, hilos, etc.).

78
A diferencia de los dos grupos anteriores, aquí no se vislumbra posibilidades de ayuda
familiar, por el contrario, las tres integrantes actualmente trabajan para mantener sus
hogares: Marisa es única sostén de sus cuatro hijos, una es discapacitada, por lo que
debe brindarle cuidados especiales, con este cuadro, sus posibilidades de trabajo son
limitadas, proviniendo sus ingresos de múltiples actividades informales que le permiten
acomodar los horarios para atender a su familia.
Lidia, por su parte, es enferma cardiaca y tiene una parienta mayor a cargo, trabaja todo
lo intensamente que su salud se lo permite, mientras que Irene también debe aportar
recursos que permiten mantener a su hogar.
Otra dificultad que enfrentan es la falta de un espacio propio donde instalar el taller, por
eso se proponen alquilar un espacio para destinarlo a ese fin (una erogación importante
que no es fácil de enfrentar, sobre todo en la etapa inicial, donde generalmente hay
muchos gastos y pocos ingresos).
Más allá de la situación de vulnerabilidad en que deberán afrontar a la experiencia
productiva, Marisa manifiesta (y percibe en las otras integrantes), buena predisposición
para el trabajo conjunto, de hecho, con las anteriores conformaciones grupales, fue
citada en dos oportunidades por el Municipio para recibir los insumos y herramientas
solicitados al Programa y, en ambas ocasiones pidió que postergaran la entrega porque
no estaban dadas las condiciones para trabajar en forma asociativa62.
Cuando reciban los materiales solicitados, verán cómo se organizan para iniciar la
actividad conjunta sin descuidar a sus familias ni abandonar sus actuales fuentes de
ingresos, se prevé una etapa inicial dura para el grupo, donde deberán organizarse para
producir y comercializar.
Por la situación económica y familiar en que se encuentra, lograr que el
emprendimiento textil se afiance, significa solucionar un problema fundamenta, el de la
inserción laboral:

“…Yo tengo una nena discapacitada, así que mis límites son terribles... Estoy
limitada...en cuanto a tiempo... a trabajo... Cómo justificar mis faltas cuando tengo
que... cuando alguien me llama que tengo que salir volando... O sea, haga lo que
haga... a mi me llaman por mi hija y yo largo lo que tengo...” (Marisa)

62
La primera vez que fueron convocadas, una de las integrantes quería que Marisa le diera $5.000 para
retirarse y dejarle su parte; en la siguiente ocasión a las otras dos integrantes les había surgido
oportunidades laborales que les iban a impedir una dedicación horaria mínima a la actividad.

79
Es desde este lugar donde aprecian la oportunidad de trabajo independiente, que les
permita asegurar el ingreso: si no es como talleristas, logrando crear una marca propia,
será a façón, pero el textil será el camino a partir de la posibilidad que les está
brindando el Programa.
Habiendo presentado a estos tres primeros casos, podemos empezar a apreciar cómo se
manifiesta la heterogeneidad en los proyectos que ingresan a Programa, a partir de las
condiciones de reproducción del grupo doméstico de los integrantes de cada proyecto,
podemos hablar de emprendimientos que se plantean como “experiencias de ingreso
complementario” y otros que surgen al interior de situaciones críticas (Merlinsky,
2001), así, es posible ir identificando contextos que puede favorecer el desarrollo de una
actividad productiva por cuenta propia y otras que no.
Si bien la vulnerabilidad económica y social es un “denominador común” en los
sectores populares, se pueden apreciar diferencias significativas en cuanto manejo de
recursos de diverso tipo (que bien utilizados pueden desarrollar un efecto sinérgico, en
un clima que no este signado por el apremio económico) y a la presencia de dificultades
en vistas hacerse cargo de manera integral de un proceso productivo. En este sentido, la
“situación familiar” se va manifestando como un factor de gran importancia para el
desarrollo de los MEs, se empieza a vislumbrar a este aspecto como una fuente de
recursos o de vulnerabilidades, según el caso. En este mismo sentido de los recursos y
las vulnerabilidades, vamos viendo que los conocimientos necesarios para el desarrollo
de la actividad productiva son considerados de importancia y se van “cubriendo” de
distintas maneras, no parece suceder lo mismo con respecto a las cuestiones que hacen a
la organización del proceso productivo, la gestión por cuenta propia de la actividad y la
comercialización, en esta etapa (cuando aún no se ha comenzado a producir, es un tema
lejano, a resolver cuando llegue el momento). Otro aspecto que se presenta como una
categoría de interés para nuestro estudio refiere a “las expectativas respecto a la
actividad a realizar”, allí vamos viendo como se ponen de manifiesto tanto los objetivos
como las ilusiones y los temores, y lo hacen en relación a la posición / situación en que
cada entrevistado se percibe. Perspectiva que en la que encontramos coincidencias por
la ya señalado por otros autores (Merlinsky, 2001).

80
4.3.2 Microemprendimientos del rubro del calzado
Dos son los MEs de este rubro que forman parte de nuestro estudio: “Los Amigos” que
se dedicará a fabricar sandalias de tela con suela de goma y “Caminando” que fabricará
alpargatas.
Ambos grupos plantean elaborar calzados de bajo costo para adecuar el precio de venta
a las características del mercado.
En el caso de “Los Amigos”, si bien se encuentran a la espera de los materiales
solicitados al Programa para constituirse como grupo productivo, Antonio que es el RG
(en este caso, formó parte de la entrevista también Dora que es otra integrante del
grupo), ha instalado en su casa un taller de reparación de zapatos, donde también
fabricó algunos pares de sandalias del tipo que van a hacer con su grupo63. Se trata de
las “changas” que realiza en una situación de precariedad, a la espera de: “que salga el
proyecto y podamos empezar a trabajar…”
Cuando reciban los insumos y maquinarias solicitados, ampliarán el espacio de ese
taller y allí realizarán el proceso productivo, sobre esto, Antonio plantea grandes
expectativas: “Voy a crear una pequeña industria”.
Efectivamente, su objetivo es que esta actividad les permita generar ingresos para que
los tres puedan vivir, al momento de la entrevista, esto significa $1.500 mensuales para
cada uno. Antonio estimó el costo de producción de cada par y el precio de venta
mayorista en que pueden colocar su producto en los comercios de la zona, esto implica
producir (y vender) un promedio de 50 a 60 pares diarios, de un producto que, al
momento, no presenta variedad de diseño (tienen pensado un único modelo), se trata de
una cuestión a tener en cuenta cuando analicemos el desenvolvimiento del grupo ya que
es de esperar que se sature la demanda rápidamente si no logran diversificar la
producción. A su vez, otro canal de ventas que mencionan como posible sería un puesto
en la feria del barrio que el Municipio les ha asignado.
Para lograr sus objetivos, además del mencionado taller y algunas herramientas, cuentan
con conocimientos en la parte productiva: la trayectoria laboral de Antonio (60, PC), se
constituyó en varias fábricas de calzado, al pasar por distintas secciones fue
aprendiendo a desarrollar todas las tareas del proceso de elaboración, hasta que en el

63
Por no contar con todas las máquinas y herramientas necesarias para la fabricación, debió mandar a
hacer el aparado a un taller (el aparado es una costura que debe ser realizada con una máquina especial),
con lo cual, le aumentó el costo de producción.

81
último establecimiento donde se desempeñó, tuvo un accidente en una mano y quedó
sin posibilidades de volver a trabajar bajo relación de dependencia.
Él fue quién se encargó de armar el proyecto, presentó los papeles ante el Municipio,
confeccionó el listado de máquinas a solicitar e invitó a los otros dos integrantes a
participar, los eligió por ser vecinos (se conocen desde hace años) y forman parte del
mismo grupo de trabajo para realizar la contraprestación que requiere el PJYJHD.
Con respecto a los otros dos integrantes del grupo, podemos decir que, en el caso de
José (55, PC), su relación con la actividad pasa por haber sido ayudante de zapatero,
actualmente, realiza changas como albañil, a la espera de que empiece a funcionar el
emprendimiento.
Por su parte, Dora (45, PC), tiene experiencia en ventas, madre de varios hijos y ama de
casa, se dedica desde hace varios años a vender entre sus amigas y vecinos distintos
productos, primero fue para complementar el ingreso que traía su marido al hogar.
Luego, cuando en los 90 cerró la fábrica y su marido se quedó sin trabajo, sus ventas
pasaron a ser el ingreso que sostenía al hogar, así, tuvo que incrementar sus ventas, por
lo que empezó a viajar hasta el barrio de Once para comprar ropa a buen precio para
vender en el barrio, aprendió a administrar el dinero que maneja para no descapitalizarse
y mantener sola su hogar:

“…fui yo... porque decía, bueno, algo tengo que hacer... porque no me puedo quedar
con los brazos cruzados y que mis hijos... eh...caigan enfermos... Y aparte tenía muchos
problemas de enfermedad con mi hija porque es asmática... mi marido es asmático... y
hay uno que siempre tiene que sacar fuerza y pensar para ver... cómo podés hacer para
que... si... por ejemplo, se te enferma a la noche tener para un remis. Siempre estar
pensando el mañana, ¿no?... O que a tus hijos no les falte un plato de comida. He
pasado muchas necesidades, ¿no?... pero... cómo se llama, yo he llegado a un
comedor... estando tapada en deudas porque ya no podía sacar más de almacén... Fue
en la época de Menem también... que mi marido trabajaba dos veces a la semana,
porque la fábrica empezó a tener...” (Dora)

Dora, como ya veremos al analizar otros casos, representa con su actitud a muchos otros
que están “acostumbrados a pelearla”, ella, forma parte de ese pensar y actuar, inserto
en una cultura popular que muchas veces no es valorada adecuadamente por los
Programas que se proponen ayudar a personas en situación de pobreza. Estamos
hablando de “una cultura popular inserta en la masividad de lo urbano, imbricada en la
trama social, en donde mujeres y hombres, atravesados por la pobreza, generan
permanentemente actitudes, estrategias de subsistencia, posicionamientos y

82
comportamientos que les posibilitan, en contextos adversos, y en situaciones complejas
y conflictivas, enfrentar cada día la lucha por la vida” (Ameigeiras, 2000: 91).
Así, Dora, forma parte de esos “emprendedores” no detectados como tales por el
pensamiento económico predominante:

“... llegué al comedor este (al Comedor Comunitario que tuvo que empezar a ir cuando
su marido se quedó sin trabajo)... pero que yo cuando llegué ahí pedí un cupo para mis
hijos... para mis tres hijos. Pero lo que yo le dije era que yo no quería que les regalaran
un plato de comida a mis hijos... sino yo que quería ganármelo... ir y trabajar... en lo
que sea... o para servir la comida... para ayudarle en la cocina, lo que fuera, ¿no? Así
mis hijos el día de mañana digan... bueno, nunca comimos de gratis sino mamá se ganó
el plato de comida.”

Actualmente, es la encargada del Comedor Comunitario, administra muy bien los


recursos (muy escasos) con que cuenta para dar de comer diariamente a 250 personas.
Adquirió conocimientos que pueden ser de mucha utilidad, puestos al servicio de la
administración de los recursos del emprendimiento, siempre y cuando el grupo genera el
espacio para que puedan ser puestos en práctica. La duda al respecto proviene de la
actitud del RG: Antonio se denomina a sí mismo como el “director” del
emprendimiento:

E: y yo le pregunto…usted es el que sabe de zapatos…y la señora y José?


Antonio: No, ellos también saben…
E: Ah, saben…
Dora: Menos, pero…
Antonio: Pero yo soy el director…
Dora: El es el profesional…
E: Ah, usted les enseñaría…
Antonio: Claro…no, no, enseñar no. Ellos saben ya…le diría hacé esto y ellos lo
hacen…

Veremos entonces, cuando el emprendimiento esté en marcha, si contar con un


“director”, con un “profesional en el grupo”, que les diga lo que tienen que hacer, deja
espacio para que los demás integrantes pongan en práctica sus potencialidades y
saberes.
Por su parte, el restante proyecto que se dedicará a la fabricación de calzados
(“Caminando”), es otro grupo que sufrió varias modificaciones respecto a la
conformación inicial del grupo, quedando de sus integrantes originales, Silvia (45, PC)

83
que es la RG y sus hijos Mariela (22, SC) y Ernesto (20, SC) que se incorporó al
emprendimiento en carácter de colaborador, por no ser beneficiario del PJYJHD.
En un primer momento, formaba parte del grupo Claudia (33, PC), pero tuvo que
abandonar, su falta de tiempo y de dinero para viajar le impedían ir a las reuniones
periódicas a las que convoca el Municipio, a su vez, cuando les entregaran los
materiales solicitados, no iba a poder destinar tiempo a esta actividad ya que no puede
abandonar las múltiples “changas” que realiza (generadoras de ingresos escasos, pero
seguros), para dedicarse a una actividad productiva de resultado incierto como es un
emprendimiento. Algo muy similar sucedió con otra vecina del barrio que convocaron
para reemplazar a Claudia que, en poco tiempo, debió abandonar al grupo (una señora
que vive sola y tiene chicos, y tiene un nene que es sordo mudo... Pero esta mujer al
estar sola tenía... Ella venía, tenía toda la buena voluntad... pero…Necesitaba trabajar
y tener la plata...). Aquí vamos viendo las dificultades que se enfrentan en la etapa
inicial: para presentar un proyecto y para “seguirlo” es necesario contar con una serie de
recursos que no están al alcance de todos los JYJHD, cuando la situación es muy
apremiante, no se cuenta con los medios para sostener semejante “apuesta”.
La idea de presentar un proyecto productivo ante el Municipio fue de Silvia, si bien
ninguno de los integrantes del grupo tiene experiencia en la fabricación de alpargatas,
su hermana y su yerno se dedican a esta actividad, ellos le aseguraron que no es difícil
aprender el oficio y que contaría con su asesoramiento parar armar el proyecto y apoyo
para lo que necesitara tanto en el proceso productivo, como en la comercialización;
mientras que en lo administrativo, Mariela cuenta con conocimientos básicos de
contabilidad y de administración, adquiridos en el colegio secundario y en trabajos
donde realizó actividades de este tipo.
En lo que respecta a activos físicos, disponen en su vivienda de un amplio galpón que
están acondicionando para utilizarlo como taller, a su vez, el marido de Silvia tiene una
camioneta que podrán utilizar cuando la necesiten. Se trata de una familia numerosa,
que comparte la vivienda, allí, al menos potencialmente, el taller puede llegar a contar
con mano de obra “ampliada”: saben que deberán organizar sus horarios y sus otras
actividades (Silvia y Mariela tienen hijos pequeños que cuidar), pero aún no han
planificado como organizar el proceso productivo, así como tampoco manifiestan tener
en claro cómo y dónde piensan comercializar sus productos.

84
Sumados estos dos proyectos a nuestro análisis, vamos pudiendo apreciar la
complejidad existente: cada caso presenta una particular combinación de recursos y
carencias.
Estos proyectos del rubro calzado, nos aportan nuevos elementos: “Los Amigos”, nos
ha dejado planteado el interrogante acerca de la posibilidad de desplegar
potencialidades64 y saberes cuando hay un integrante del grupo que se asume como
“director”; mientras que “Caminando”, nos mostró las restricciones de ingreso que
posee el Programa cuando quedan en el camino integrantes de grupos que no pueden
concurrir a las reuniones del Municipio y, a su vez, nos lleva también a plantearnos
algunos interrogantes a responder más adelante: ¿Es posible desarrollar una actividad
productiva por cuenta propia sin contar con saberes específicos previos?, ¿Pueden
apropiarse un grupo de los conocimientos y habilidades necesarios sobre la marcha?

4.3.3 Microemprendimientos del rubro alimentario


Cuatro son los casos de este rubro considerados en nuestro análisis, tres de ellos
orientados a la elaboración de productos de panadería y repostería (“Crema Pastelera”,
“El Amanecer” y “La Luz”) y uno dedicado al servicio integral de catering (incluye
elaboración de comidas) para fiestas (“Catering Asociado”). De los tres
emprendimientos de panadería y repostería, los dos primeros se encuentran funcionando
con recursos propios. Tendremos muy en cuenta aquí las afirmaciones de Merlinsky
(2001) y Abramovich (2007), acerca de la posición favorable en que se encuentran los
emprendimientos en funcionamiento respecto a los que se constituyen a instancia de un
programa de apoyo. En concreto, buscaremos reconocer en qué situaciones y aspectos
puede llegar a manifestarse esta situación ventajosa, así como también procuraremos
identificar los riesgos y desafíos que deben enfrentar.
“Crema Pastelera”, tiene la particularidad de formar parte de una Organización Social
más amplia, conformada a partir de la iniciativa de Juana (41, SC). Todo empezó
cuando, junto con un grupo muy reducido de mujeres, decidieron unirse para hacer
frente a las necesidades de sus hogares que se profundizaron notablemente cuando,

64
Aquí el concepto de “activos” adopta la real dimensión que le otorga Katzman (1999): se trata de
recursos que poseen los hogares, pero que, por diversos motivos posibles, no están siendo utilizados por
estos, se podría decir que se encuentran en estado “latente”, representan una potencialidad y, una función
importante de los programas sociales consistiría en identificar estos activos en los hogares y potenciar su
uso efectivo para contribuir a mejorar la situación por la que atraviesan sus miembros.

85
hacia fines de los 90, cerró el matadero del barrio, allí trabajaban la mayoría de los
hombres de la zona.
Esta situación propició varios cambios en el barrio, entre ellos un mayor protagonismo
de las mujeres que comenzaron a desarrollar distintas actividades para garantizar la
subsistencia de sus hogares, una de estas mujeres es Juana, nuestra entrevistada y
referente de esta organización y del proyecto que presentaron ante el Programa.
Las actividades conjuntas de este grupo, fueron de menor a mayor: se iniciaron con el
armado de un “roperito comunitario” a partir de la redefinición que hicieron de las
actividades de contraprestación en el PJYJHD, posteriormente armaron un Jardín de
Infantes para los chicos del barrio. Se trata de gente que, cuando algo no es de su
agrado, trata de modificarlo:

Juana: Entonces, bueno, vi cosas que no nos gustaban... porque nos hacían trabajar
políticamente... y el plan era para ir a trabajar... pero no para hacer política...
E: Claro...
Juana: Entonces, como más o menos algo conozco de política... Dos o tres nos
juntamos... empezamos a hablar que no nos gustaba... Hicimos el roperito acá... nos
peleamos un poco con la puntera política... nos dijo que nos iba a sacar el plan...
Bueno, entre costura, mate y chusmeada... con todas las mujeres... empezamos a ver la
cantidad de pibes que teníamos... ¿viste? Hay un montón... Yo soy maestra jardinera
pero... me recibí hace doscientos cincuenta años... y nunca en mi vida ejercí…Entonces,
bueno, fuimos averiguar a una academia... empezamos hacer rifas, un montón de
cosas… para pagarles el lugar donde iban a estudiar las chicas. Se empezaron a
capacitar…

Así fue surgiendo la idea de ir juntando fondos para instalar un Jardín de Infantes con
“copa de leche” para los chicos de la zona en unos terrenos que eran del padre de la
entrevistada65. Desde mediados de 2002 en que comenzaron a funcionar, sus
instalaciones fueron mejorando, a la vez que incorporaban otras actividades, no sólo
para los niños (como pueden ser comedor, computación y otras actividades recreativas),
también realizan actividades deportivas y recreativas con los adolescentes. Así, sus
iniciativas fueron generando “instituciones” cada vez más complejas (poner en marcha
un Jardín de Infantes, llevarlo adelante, conseguir su habilitación como tal e ir
adicionando cada vez más “servicios”, no fue una tarea sencilla, requirió, además de la

65
Comenzaron elaborando almohadones con retazos y cada una se comprometía a vender cierta cantidad,
luego, agregaron sábanas, cortinas y manteles bordados, de esta manera, fueron generando los primeros
ingresos necesarios para poder mandar a estudiar a las que serían las primeras Maestras Jardineras.

86
iniciativa, consenso, organización, creatividad, capacidad de gestión y de resolución de
conflictos).
Desde entonces fueron creciendo, juntándose “mate de por medio”, para ver qué hacer
ante cada nueva dificultad. En este contexto se enmarca el surgimiento de la panadería,
formando parte de un proyecto que va más allá de la generación de recursos para
quienes lo componen, ya que está pensado desde su inicio como una instancia de
aprendizaje del oficio con salida laboral, destinado a los jóvenes del barrio: “para que
puedan llevar algo de plata a sus casas y se alejen de las drogas y de la vagancia”.
Juana es maestra repostera y recibe el apoyo y asesoramiento de su marido (Roberto,
48, SI), que es maestro panadero: desde hace algo más de dos años, todos los fines de
semana elaboran facturas y tortas que luego son repartidas a domicilio, por chicos del
barrio en sus bicicletas.
Actualmente, quince adolescentes del barrio están involucrados en la panadería. En lo
que refiere a capital físico disponible, cuentan con un espacio donde se desarrollará la
actividad, es propiedad del grupo, se encuentra separado de la vivienda, equipado con
instalación eléctrica, gas y ventilación. A su vez, disponen de equipamiento básico: un
pequeño horno viejo y una amasadora, dos freezer, un horno pequeño, una heladera
mostrador, moldes, etc., pero también utilizan las instalaciones de una panadería de la
zona, cuyo dueño colabora con el emprendimiento comunitario (ellos llevan su propia
materia prima y contribuyen con el pago del consumo de electricidad). Si bien el
volumen de producción se ha ido acrecentando, así como aumentó el radio de cobertura,
esperan que el equipamiento que les va a entregar el Programa les permita dar un salto
importante en el corto plazo:

E: Falta poco (para que les entreguen lo solicitado al Programa)... ¿Qué... qué te
parece, qué va a representar para ustedes recibir eso?
Juana: Y mirá, primero y principal que va a ser una fuente de trabajo para los
jóvenes... más de la que tienen. Lo que sería sí, es una fuente de trabajo, porque los
jóvenes van a poder trabajar de lunes a viernes... o de lunes a sábados, según las horas
que sean...

La idea es que, al recibir los insumos y maquinarias solicitados, trabajen en la panadería


cinco adultos66 como responsables del proceso productivo y de capacitar en el oficio a
los jóvenes (no a los que ya están trabajando, sino a otros que ya están anotados “en

66
En el proyecto presentado para su aprobación, acompañan a Juana en el grupo productivo otras dos
madres que son beneficiarias del PJYJHD.

87
espera”), así, paulatinamente se incorporarían grupos de adolescentes que serán
capacitados en un oficio con salida laboral. Una vez que fueran capacitados, tendrán
posibilidades concretas de conseguir trabajo, gracias a que la Organización Social que
dirige Juana tiene un acuerdo con la Asociación de Panaderos de González Catán y
Virrey del Pino que conocen las demandas de empleados de las panaderías adheridas.
Este acuerdo, implica ciertos beneficios en las condiciones laborales de los adolescentes
a ser contratados por las panaderías de la zona67.
El hecho de haber logrado hacer tantas cosas con tan pocos recursos propios implicó,
además de una actitud emprendedora y capacidad asociativa, la continua necesidad de
recurrir a contactos y a insertarse en redes que, asentados en mecanismos ajenos al
mercado (Katzman, 1999), aportan una variedad muy importante de recursos. Hay
numerosos ejemplos68 de esta forma de actuar que permiten pensar a la Organización
Social que conformaron y a la panadería como instituciones fortalecidas a pesar del
contexto en que se desarrolla.
En definitiva, se podría afirmar que, además de la ventaja que representa que ya se
encuentre en funcionamiento, hay que agregar la presencia de varios activos muy

67
Juana: La mano de obra es muy barata (en referencia a quienes trabajan en las panaderías de la
zona)... entonces, la idea es capacitarlos bien, enseñarles bien... para que tengan una buena
remuneración. Y ya se les habló (a los representantes de la Asociación de Panaderos)... que los chicos van
a trabajar 4 horas, cuánto nosotros queremos que se les pague a los pibes.
E: Ah, ustedes...
Juana: no, obvio vamos todo preparadito.
E: ¿Y ellos lo aceptaron eso?
Juana: Sí, aceptaron... siempre y cuando la mano de obra sea buena.
E: Esa es la condición. O sea, si... sale bien capacitado, pueden trabajar 4 horas y con lo que ustedes le
piden que pague...
Juana: Claro y si hay algunos de los chicos que está estudiando, porque hay algunos que están
terminando la secundaria... Entonces, bueno, la idea es que trabajen en el momento que los chicos no
van al colegio. Primero el colegio... y después el trabajo.
E: Y todo eso fue aceptado por ellos.
Juana: Todo eso fue aceptado. Por qué, porque se dan cuenta que hay... hay gente, por ejemplo... hay
panaderos que tienen 40; 50 años y no saben leer ni escribir... Entonces, pasa... como pasó en un
comedor comunitario... que estaban haciendo trabajos de panadería... y agarraron bromato de potasio y
lo echaron a la olla... por qué, porque la señora que estaba cocinando no sabía leer... y pensó que era
sal... Se intoxicaron casi 100 pibes... Entonces, viste, todo eso es lo primero... Primero la escuela, que
sepan bien capacitarse, que sepan leer, escribir... y que en lo posible termine su secundaria. Y después
bueno... es paralelo el trabajo...
68
Por mencionar algunos, a riesgo de distraer la atención del emprendimiento de panadería como objeto
de estudio: para asegurarse un mejor precio de la carne para el comedor del jardín, recurrieron al hermano
de Juana que es camionero de un matadero, a partir de éste vínculo, compra en el matadero donde él
trabaja de a media res, a precio mayorista, tienen el traslado de la carne sin cargo y, como poseen dos
freezer, congelan la parte que no utilizan en el momento; pertenecen a una red de jardines (Federación de
Jardines de Infantes de la Matanza), la inserción en esta red les facilita el acceso a información, a recursos
de distinto tipo (por ejemplo, becas para estudio y perfeccionamiento), contactos (por esta vía se
conectaron con una fundación que, primero les dio cursos de capacitación y luego les otorgó un subsidio
que permitió comprar un tanque de agua y otros equipamientos necesarios para el acceso al servicio de
agua corriente, etc.

88
vinculados entre sí, potenciados por un atributo que podríamos denominar “actitudinal”:
Juana y su grupo no se resignan a la situación del barrio en que viven y lo van
transformando en la medida de sus posibilidades. Tal vez esta frase de Katzman et al
(1999: 14), aunque refiere a los hogares, nos ayude a comprender un poco más esto:
“Los dilemas que enfrentan los hogares, no dependen solamente del portafolio de
recursos previos, ni de su cambio o de cambios del contexto, sino del valor que los
individuos le otorgan a estos activos como fines en sí mismos y como medios para el
logro de otros fines” efectivamente, “la actitud del grupo” es un activo y, logran
valorizar al máximo a los escasos recursos disponibles. Siguiendo estos autores,
consideramos que las políticas públicas que buscan “combatir la pobreza”, son mucho
más efectivas si logran identificar y potenciar los recursos que utilizan los sectores
populares para enfrentar cotidianamente las dificultades que se les presentan, desde esta
perspectiva, podemos dejar planteados una serie de interrogantes que intentaremos
responder más adelante: ¿en qué medida el Programa logra identificar y potenciar a
estos activos?, ¿Podrá el tutor ayudar a este grupo a aprovechar el capital social con que
cuenta?, si lo logra, ¿a través de qué estrategias?
También es importante destacar que fueron recorriendo un camino en el que atravesaron
distintas etapas, no tanto con respecto a al panadería en sí, sino respecto a la
Organización Social como un todo. En este proceso, se fueron dando distintas
situaciones que representan un desafío para el funcionamiento de grupos asociativos ya
que implican reacomodamientos de sus integrantes, redefinición de funciones y de
objetivos, superación de tensiones y conflictos, etc. Como ejemplos puede mencionarse
que a lo largo del tiempo hubo cambios en la composición grupal (se fueron
incorporando nuevos participantes mientras que otros se alejaron); conflictos por la
existencia de intereses contrapuestos que se manifestaron a partir del crecimiento de la
organización (tanto por aumento de su tamaño como por incorporación de nuevas
actividades) y de la existencia de fondos para administrar: “cuando en el jardín empezó
a entrar plata” pasaron, de moverse con recursos escasos (en general no monetarios), a
manejar un cierto excedente, esto los llevó a la necesidad de lograr un consenso acerca
de utilización (cuánto de ese dinero se invierte y en qué, cuanto se distribuye y cómo).
Sin dudas, haber atravesado por este tipo de situaciones, en organizaciones donde las
decisiones no están supeditadas a la posesión de los medios de producción, es un logro
y forma parte del aprendizaje que se va dando sobre la marcha, se trata de un camino
que aún no han transitado los proyectos que no están en actividad.

89
El otro emprendimiento dedicado a elaborar productos de panadería y repostería que
está en funcionamiento “El Amanecer”, es de composición familiar, básicamente está
conformado por Antonio (52, PC) que es el RG, su esposa Fernanda (43, PC) y su nuera
Lourdes (21, PC), aunque también colaboran cuando es necesario familiares cercanos,
todos son integrantes de la Iglesia Evangélica de la cual, Antonio es Pastor.
Cuatro años atrás comenzaron a hacer pan casero en un horno de barro, luego fueron
agregando otros productos que ofrecían a los vecinos. Posteriormente, incorporaron a
varios comercios de la zona como clientes, las ventas se fueron incrementando y
agregaron otros productos estacionales (por ejemplo, roscas de Pascuas).
Los conocimientos necesarios para producir los fueron adquiriendo sobre la marcha,
asesorándose con familiares y con conocidos, compraron revistas y libros con recetas.
Para poder hacer frente al trabajo productivo y reproductivo, dividieron las tareas a
realizar: Antonio lleva adelante la parte administrativa, entrega pedidos, realiza
compras, empaqueta los productos elaborados, su esposa amaza en su casa y atiende el
teléfono (recibe los pedidos de los clientes); Lourdes amasa y hornea. La forma en que
organizaron el trabajo productivo les permite a ambas mujeres cuidar a sus hijos
pequeños, pero también hay que agregar que existe una red familiar de apoyo y un
cuidado mutuo que les permite desarrollar una actividad que requiere muchas horas de
trabajo diario:

Lourdes: Sí... o sea, que nos organizamos bien... Claro, porque al ser familia... usamos
también el ser familia también en el trabajo. Ayuda... eh... bueno, también nos tenemos
paciencia... nos cuidamos... Vemos que uno no se mate con una sola cosa y el otro...
no...
E: Ah, eso es cuidarse, claro...
Lourdes: Y sí, claro, porque el tema es cuidarse acá... cuidarse para que ninguno se
pierda...
E: ¿Qué sería como que ninguno se pierda?
Lourdes: Que ninguno se canse más de lo que se tenga que cansar...
Antonio: Que sea cómodo...
Lourdes: Que sea más cómodo, como dice él... que estemos conformes... para que
cuando trabajemos conformes, nuestros clientes queden conforme con nuestro trabajo...
y que no sea un cachivache...

Ya lo señala Merlinsky (2001), la panadería demanda de largas jornadas de trabajo muy


intenso, sostener esto y simultáneamente hacerse cargo del trabajo doméstico implica
mucho sacrificio y la construcción de una red familiar se constituye en una base
necesaria de apoyo (“usamos también el ser familia también en el trabajo…. Vemos que

90
uno no se mate con una sola cosa”). Trabajan todos los días (“de lunes a lunes”), salvo
algún domingo que se toman para “ocuparse de los chicos y de la casa”, la jornada
laboral dura todo el día, desde la mañana temprano hasta la noche, pero no se trata de
una situación vivida como una carga:

E: ¿Y cuántas horas por día?


Lourdes: No, o sea... que así, por ejemplo, que hoy cuando usted llegó (a las 08:30 hs.),
nos estábamos acomodando. Y bueno, así hasta que llega la hora de cenar... una vez
que los chicos tienen que...
E: O sea, que todo el día...
Lourdes: Y sí... Nosotros, por ejemplo, con él estamos juntos todo el día... Viene mi
suegra, almorzamos juntos... Después por ejemplo, por ahí con él estamos haciendo
algo y ella ya se va, después vuelve... Él se va... lleva lo que hay para vender hasta que
vuelve... y así estamos... O sea, que lo manejamos como si que si fuese un ritmo familiar
al trabajo... Por eso es que prácticamente no nos cansamos. Porque vos decís:
¿Trabajas todo el día? Y no se siente...

Pero además de la organización donde confluyen el ámbito familiar y el laboral, es


necesario saberse administrar para hacer frente a las necesidades familiares sin que esto
implique descapitalizarse:

Antonio: Entonces... no es tan... Es un poco, vamos a decir... un poco de todo, un poco


de organización... y tener que... no derroche la plata, ¿viste? Saber adónde ubicarla...
Adónde poner el dinero para... no... gastar un dinero adicional que después... no va a
poder cubrir alguna... vamos a decir... que salga... vamos a decir... que no entremos en
déficit...

Admiten que sus precios no son los más bajos en la zona ya que buscan calidad y de
esta manera les va bien (muchos de sus clientes recomiendan a otros). También tienen
una interesante estrategia para captar nuevos clientes: cuando visitan un comercio, le
explican al encargado qué hacen, cómo lo elaboran y dejan algún producto sin cargo
para que lo prueben, para luego volver a pasar por el lugar. Al momento de la entrevista,
tenían diversos canales de ventas: a vecinos, a comercios de la zona, por encargo arman
“combos” para fiestas y cumpleaños (preparan prepizzas, tortas y masas secas).
Como todo emprendimiento con historia, debieron enfrentar momentos difíciles en los
que cayeron las ventas, allí Antonio debió retomar su oficio de albañil para realizar
changas y así lograron juntar plata para poder seguir con el emprendimiento:

91
“Claro, como que esto aflojó... entonces, yo me largué a lo otro... Y les digo: No hay
problema... cuando hay pedidos, ustedes hagan y yo me voy a venir a ocupar de esto un
poco... Y así... hice un trabajo de 2000 y algo... casi $3000... En otro hice... dos o tres
trabajitos ahí... bastante buenos... Y en eso, bueno, me fui al mayorista y compré todo
otra vez...” (Antonio)

También tuvieron períodos en que pudieron generar excedentes que invirtieron, así,
lograron comprar un horno pastelero, una cortadora de fiambre, estanterías, una mesa
para amasar, una heladera comercial y moldes de panadería de distintos tamaños.
Actualmente, están produciendo al máximo nivel que les resulta posible con el
equipamiento de que disponen. Antonio sale a entregar los pedidos en su bicicleta que,
si bien tiene un gran canasto de mimbre, su capacidad de carga es limitada, más aún
cuando llueve y se embarran las calles de tierra, en este contexto, “no dan abasto” para
atender a potenciales clientes (comerciantes que los llaman por recomendación de otros
clientes). Es por eso que esperan aumentar su productividad cuando reciban las
máquinas solicitadas al Programa y en breve, para acompañar este incremento en la
producción, planean comprar un rodado para distribuir sus productos. Así, sus
expectativas pasan por aumentar la productividad (en volumen, pero también en
variedad: hacer nuevamente pan e incorporar facturas), expandir su clientela e
incorporando a otros familiares para la venta.
Se trata, en definitiva, de un emprendimiento en expansión que muchas veces enfrentan
dificultades al momento de reponer insumos69 que se usan en este rubro para elaborar
cada producto, más allá de esto, es importante destacar que, cuando su proveedor
mayorista les ofrece llevar fiado, Antonio no acepta por temor a endeudarse y peder el
control de la situación:

“yo lo tomo como una forma de administración... no gastar más de lo que se pueda
gastar... porque después eso hay que... reponer...”

Mostrando así que, tal como lo señalan Merlinsky y otros autores que han estudiado el
tema, la lógica que suele orientar a los MEs del sector informal, pasa más bien por una
postura conservadora, que permita garantizar la fuente de ingresos, en lugar de asumir
riesgos en vistas a acrecentar el proceso de acumulación.

69
Elaborar productos de repostería implica utilizar una gran variedad de insumos que no pueden ser
comprados en pequeñas cantidades, de esta manera, se hace necesario contar con mucha organización y
con un flujo constante de dinero para mantener un stock constante de insumos y, de esta manera poder
hacer frente cotidianamente a la producción requerida por los clientes.

92
Por su parte, “La Luz” es un proyecto de panadería que presenta varios contrastes con
las situaciones que acabamos de describir: se trata de un proyecto que aún no está en
funcionamiento, el grupo fue conformado a instancias de un tercero (fue la coordinadora
de contraprestación del PJYJHD quien les informó de la existencia del Programa y les
propuso que armaran un proyecto para presentar ante el Municipio).
Ninguno de los integrantes originales de “La Luz”: Héctor que es el RG (52, SC) y dos
mujeres Amelia (28, PC) y Rosaura (39, PC), se conocían mucho, su relación se acotaba
a los esporádicos encuentros para realizar contraprestaciones y a verse en la Iglesia
evangélica de la que forman parte:

E: ¿Ustedes se conocían de antes...?


Héctor: No, no... este grupo se armó medio improvisado... en verdad no nos
conocíamos... Lo que pasa es que no quisimos desaprovechar la oportunidad de
presentar este proyecto. Que en realidad tampoco sabíamos qué es lo que íbamos
armar...Y sí, bueno, yo me entusiasmé porque en verdad, este... como usted ve yo tengo
52 años, por ahí la sociedad no me da mucha opción para... para ir a trabajar, ¿no es
cierto? Entonces, yo dije... bueno, tenemos esta oportunidad... tener un
emprendimiento, un pequeño negocio... aunque sea con gente que no la conocemos
pero bueno... en un determinado momento nos terminaremos de conocer...
E: ¿Los conocía del grupo?
Héctor: Sí... nos conocíamos del grupo, nada más.

Al no contar ninguno de los integrantes con un oficio determinado, no fue fácil


consensuar respecto a qué se iban a dedicar, se barajaron distintas posibilidades, sin
mucho sustento para su elección (herrería, carpintería), Héctor iba descartando esas
opciones por tratarse de oficios que requieren un alto grado de calificación, mucha
maquinaria y se deben llevar adelante tareas muy duras de realizar tanto para él que
tiene problemas de salud, como para las mujeres, finalmente, propuso que presentaran
un proyecto de panadería:

“…Entonces, yo por ahí tiré una onda, dije: “Miren, chicas... yo pienso que lo más
bueno sería que armemos una panadería”, porque una panadería por más que haya
crisis, la gente no va a dejar de comer pan...Porque por ahí la herrería, la carpintería...
nos va costar aprender y nos va a costar también colocar la mercadería... el producto
que fabricamos… Entonces, les dije, lo más conveniente sería una panadería... porque
más que menos alguien sabe algo de panadería... hace un biscochuelo... por allá en la
zona donde yo vivo... por ahí... usted verá... que hay mucha gente, ¿no es cierto?,
generalmente mujeres que hacen tortillas... y lo vende... sale a la calle a vender... Y
bueno, quien más quien menos estuvo alguien estuvo relacionado con la harina, la
levadura, la grasa, la horneada... todo eso, ¿no es cierto? Aparte... es un alimento, un
alimento nunca va a dejar de usarse o de comprar...” (Héctor)

93
La propuesta de Héctor al resto del grupo, se fundamenta en una lógica que toma como
base en la experiencia cotidiana, privilegiando la posibilidad de aprovechar la ocasión
que ofrece el Programa para generar una vía adicional de ingresos, aquí, es muy
adecuada la afirmación de Mizrahi, “El tipo de cálculo de oportunidad que las unidades
económicas informales racional o intuitivamente realizan, se refiere más bien entonces a
evaluar diferentes rubros de actividad que le aseguran un flujo lo más sostenido posible
de ingresos de subsistencia” (1989:158).
En cuanto al armado del proyecto para presentar ante el Municipio, la falta de
conocimiento en el oficio, fue suplida, también en este caso, por los contactos
personales: un primo de Héctor que es maestro panadero, lo asesoró respecto a qué
máquinas e insumos debería pedir y le indicó en qué lugares podía conseguir los
presupuestos a presentar. Como toda actividad de fácil entrada, puede tener sus riesgos
que parecen reconocer: “...a pesar de que hay mucha competencia pero bueno, la forma
de vender, de ubicar, de colocar la mercadería... vamos a encontrar...”
Como la mayoría de los emprendimientos que no se encuentran en funcionamiento, no
definieron cómo van a organizarse para producir y para vender, cuestión que aquí puede
constituirse en una seria dificultad ya que los tres integrantes, por distintos motivos,
tienen problemas con la disponibilidad de tiempo: Héctor trabaja vendiendo gaseosas en
una feria y, cada tanto, debe rotar sus horarios, va tres veces por semana y, al menos
durante la primer etapa de desarrollo del ME no piensa dejar ese trabajo que le genera
un ingreso seguro. Esto no parece dejarle “resto” físico para otra actividad: “porque la
feria es bastante agotador también... estoy a veces entre 14 y 17 horas... Y es mucho el
trabajo... y casi para reponerme necesito un día y medio... porque quedo mal, ¿vio?...
hay quehacer mucho esfuerzo físico...”. Mientras que sus compañeras de grupo, tienen
varios hijos pequeños a los cuales cuidar. En este contexto, no queda claro cómo podrán
organizarse para llevar adelante una actividad por cuenta propia:

E: ¿Y a ellas, mañana, siendo madres, cuando salga todo... podrán trabajar en esto...
podrán dedicarle tiempo; cómo lo ve usted?
Héctor: Sí, sí, porque por ahí... este... no es mucho lo que vamos hacer... vamos a ver
cómo lo manejamos, ¿no es cierto? Primeramente vamos a elaborar pan... e ir
colocándolo...Primeramente entre los familiares, parientes, amigo y vecinos... ¿no?
También hay ferias, en esa zona hay muchas ferias... ferias ambulantes que están un día
acá, un día allá...

94
Para alcanzar este objetivo, cuentan con un espacio que está acondicionando Héctor en
su casa y con un auto que podrán usar para trasladar la mercadería. Los restantes
elementos necesarios para la producción, serán provistos por el Programa. Mientras que,
por el lado de los recursos no materiales con que pueden contar para llevar adelante su
actividad, cuentan con la experiencia de Héctor como vendedor ambulante y su manejo
de cuestiones administrativas: “Claro, yo sé del ingreso, la entrada... la salida, lo que
tengo que guardar... lo que puedo gastar... lo que no para reponer la mercadería... y
todo eso...”
En definitiva, las carencias del grupo respecto a varios aspectos nos muestran un punto
de partida que a priori se manifiesta como muy precario en vistas a poner en marcha y a
sostener al ME, quedan entonces planteados una serie de interrogantes acerca de los
recursos y estrategias que han de utilizar para poner en marcha al emprendimiento.
El restante grupo ligado al rubro alimentario es “Catering Asociado”. Se trata de un
emprendimiento dedicado al “servicio integral de catering para fiestas y eventos”, esto
es, organización de fiestas y eventos (cumpleaños, aniversarios, casamientos, etc.), que
incluye la posibilidad de elaborar el servicio de lunch.
En forma asociativa comenzaron a trabajar con recursos propios dos años atrás, Claudio
(41, PC) es quien posee mayor experiencia y conocimiento en la actividad, adquirida a
lo largo de más de veinte años de trayectoria en hoteles y en empresas dedicadas a la
organización de fiestas. Se inició en el oficio en un gran hotel como empleado de
limpieza y fue pasando por distintos sectores (cafetería, cocina, pastelería, servicio de
habitaciones, etc.), ascendiendo hasta llegar a ser maître (“aprendí un oficio”). Desde
hace seis años, además de trabajar para otros, comenzó a desarrollar la actividad por
cuenta propia, alquilando la vajilla, comprando de a poco algunos elementos
(naturalmente, todo alquiler de equipamiento disminuye el margen de ganancias) y,
hace dos años que se incorporaron a esta actividad el resto de los integrantes del grupo,
en la casa de una de ellas funciona actualmente el emprendimiento: un pequeño local
con salida a la calle en el que instalaron su oficina donde atiende a los clientes, en la
planta alta disponen de instalaciones donde preparan el lunch.
Claudio es quien “lleva adelante” al ME, se lo nota muy apasionado al contar lo que
hacen, se define como una persona detallista, que conoce mucho al oficio y que se
dedica a lo que le gusta hacer.
Las otras dos integrantes del emprendimiento Alejandra (43, PC) y Mónica (27, PC),
trabajan en la cocina, elaborando la comida y dirigiendo actividades relacionadas con la

95
preparación y presentación de los platos. Su experiencia en la actividad es mucho
menor, pero según comenta Claudio fueron aprendiendo muchas cosas junto a él:

“Todos participamos iguales porque este proyecto es de participar entre iguales...Yo


trato de enseñarles... para que aprendan, para el día de mañana... porque esto se puede
hacer una cadena grande... el día de mañana”.

Efectivamente, tienen expectativas de crecimiento que pasan, en primer lugar por


reinvertir parte de los ingresos que se vayan generando para seguir equipándose y,
posteriormente, aspiran a tener sucursales y, algún día llegar a poseer un salón de fiestas
propio.
Llevar adelante de manera exitosa un servicio de catering, requiere de un importante
trabajo de organización, más aún cuando no se es propietario de muchos de los
elementos necesarios (vajilla, mesas, sillas, manteles, etc.), ya que es necesario
asegurarse (alquilar) el equipamiento con la debida antelación70. A lo mencionado debe
adicionarse la necesidad de contactar a los mozos para que ese día estén disponibles,
arreglar el tema de la comida: calcular lo necesario según la cantidad de invitados,
“manejar los tiempos de la fiesta”, que hacen al “armado del servicio” para que sea de
calidad y el cliente quede satisfecho (se trata de fiestas de mucha importancia para
quienes que contratan el servicio: casamientos, cumpleaños de quince, etc. situaciones
que no se van a repetir, en las que las familias incurren en un gasto importante).
Claudio, sabe muy bien que un servicio bien organizado, es una muy buena publicidad
ante los invitados que no dejan de ser potenciales clientes:

“Ya le digo, cada fiesta que hago... dos servicios levanto seguro... Y sí, porque el
trabajo ya le digo, es muy bueno... muy bueno... No es que yo lo haga bueno... lo
hacemos bueno porque sabemos cómo manejarnos para que usted se quede conforme
con el servicio”.

Se trata de una actividad en que, junto con la calidad del servicio que se brinda, es
importante “saber moverse” con el cliente, cuando se acerca al local a averiguar precio,
no limitándose a pasar un presupuesto, sino que explicitar detalladamente en qué
consiste el servicio, “saber venderlo”.

70
Se trata de una actividad que puede llevarse adelante sin poseer el equipamiento necesario,
naturalmente, todo lo que se debe alquilar, resta rentabilidad a quien realiza la actividad, a su vez, se debe
alquilar el equipamiento con bastante tiempo de anticipación a fin de garantizar la disponibilidad en
fecha.

96
Además de mucha planificación y dedicación esmerada, es un rubro que requiere
dedicación horaria amplia y trabajo intenso:

“Uno se mata por ahí, viernes y sábado... pero bueno... lo ve más al mango... Está bien
que toda la semana uno tiene que reponer... comprar cosas, arreglar... Yo dirijo todo...
yo me manejo con las personas... las personas se manejan conmigo.” (Claudio)

Para cerrar, la comparación entre los casos del rubro alimentario nos ofrece varios
elementos de interés: aquí, el contraste entre emprendimientos en funcionamiento y el
proyecto de panadería de Lomas de Zamora, muestran una distancia enorme que se
manifiesta en diversos aspectos:
En primer lugar puede mencionarse que, para los grupos que se encuentran en
funcionamiento, el apoyo a recibir representa algo distinto respecto a sus pares que aún
no se han constituido como grupo productivo. Básicamente, disponen de una serie de
elementos que les permiten desarrollar su actividad aunque sea de forma limitada, para
ellos, los insumos y materiales solicitados significan la posibilidad de incrementar y/o
diversificar la producción sobre un mercado del que ya forman parte. Estas expectativas
de crecimiento tienen una base constituida por una serie de conocimientos y habilidades
(Abramovich, 2007), que hemos identificado al presentar a los grupos y reseñamos a
continuación:
ü Los insumos y materiales solicitados al Programa se vinculan (en cuanto a cantidad
y características) a requerimientos de un mercado al cual conocen por estar insertos en
él. Se trata de lo que saben que necesitan para resolver sus carencias y limitaciones que
les impiden atender las demandas del mercado; saben qué productos dentro de su rubro
dejan mayores márgenes de ganancia con menores esfuerzos.
ü Encontraron una forma de organizarse que les resulta adecuada a sus posibilidades y
necesidades: esto implica división de tareas y responsabilidades, planificación del
proceso productivo (cantidad, calidad y variedad de cara a las características y
posibilidades de absorción del mercado al que asisten). Aprendieron sobre la marcha a
administrarse, encontrando situaciones de equilibrio según las circunstancias que van
atravesando, logrando volúmenes de producción y comercialización acordes a sus
objetivos y a la percepción que tiene acerca de sus posibilidades en el mercado. Saben
fijar precios de venta (no necesariamente los más bajos de la zona). Saber organizarse es
también haber logrado compatibilizar actividades productivas y reproductivas.

97
ü En relación con lo mencionado en el punto anterior, han logrado resolver de alguna
manera el problema de la comercialización: saben a quiénes venderles sus productos,
cómo hacerlo y quién se encarga de cumplir esta función. Desarrollaron interesantes
estrategias para captar nuevos clientes que les dan buenos resultados; para sostener y/o
incrementar sus ingresos, fueron aumentando el volumen de producción y agregaron
otros productos, esto va acompañado de la adquisición de nuevos conocimientos
relacionados con el proceso productivo.
ü Recorrieron un camino en el que atravesaron distintas etapas, donde no faltaron
conflictos que derivan en cambios en la composición grupal, períodos en que baja el
volumen de ventas y por ende de los ingresos. En definitiva, pasaron por situaciones
que representan un desafío para el funcionamiento de grupos asociativos. Sufrieron
reacomodamientos de sus integrantes, redefinición de funciones y de objetivos, para
superar exitosamente tensiones y conflictos que conllevan el riesgo de desaparecer
como unidad productiva. En este sentido, al haber enfrentado situaciones de crisis
logrando desarrollar estrategias exitosas para superarlas, esto constituye una experiencia
valiosa, más aún si se tiene en cuenta que los MEs de este tipo, cualquiera sea su rubro,
parecen estar expuestos a fluctuaciones en el volumen de actividad y en los ingresos.
ü En estrecho vínculo con la mayoría de las cuestiones que hemos señalado en esta
reseña, los grupos que están en funcionamiento nos han ofrecido manifestaciones
concretas de la importancia del “Factor C” a que hace referencia Razeto (1991):
cooperación, cuidados y apoyo mutuo entre los integrantes, transferencias de
conocimientos y complementariedad, son distintas formas de articulación que se van
constituyendo por fuera de la lógica “empresarial capitalista”. Es la forma que
encuentran estos emprendimientos para seguir funcionando a pesar de sus carencias y
de los desafíos que representan mercados muy competitivos y de bajo poder adquisitivo.
ü Recuperando una vez más los trabajos de Merlinsky (2001) y de Abramovich
(2007), no podemos dejar de resaltar que el desarrollo por cuenta propia de una
actividad, requiere de muchos conocimientos que exceden los relativos a la actividad
productiva propiamente dicha, son conocimientos que se van adquiriendo sobre la
práctica cotidiana (el ejemplo más claro aquí, lo da “Catering Asociado”).
En contraposición, a la situación de estos grupos, queda planteada la incógnita acerca de
la viabilidad de proyectos como “La Luz”, el más complicado de los casos analizados
hasta el momento: sus integrantes no se conocen entre sí, carecen de experiencia y de
conocimientos sólidos sobre la actividad a desarrollar, tienen una vaga idea respecto a

98
las potencialidades del mercado al que piensan abastecer, a la vez que no disponen de
tiempo para dedicar al emprendimiento. En definitiva, tienen demasiadas cuestiones a
resolver “cuando llegue el momento” y pocos recursos.
En situaciones como esta se corre el riesgo de que algunas desventajas se combinen
entre sí, provocando un efecto amplificador, constituyendo una situación de
“acumulación de desventajas” (Paugam, 1993, citado por Katzman et al: 1999: 15).
¿Podrá con la ayuda del Programa evitarse este escenario?, ¿puede el asesoramiento
técnico, tal cual está planteado, ayudarlos a resolver la multiplicidad de problemas que
deberán enfrentar?, ¿lograran constituirse en unidad productiva en estas condiciones?,
son algunos interrogantes que quedan planteados para el análisis del recorrido que
pueda realizar el grupo a partir de su constitución como emprendimiento asociativo.

4.3.4 Emprendimientos destinados a la elaboración de otras manufacturas


Finalmente, quedan por presentar a los casos bajo estudio que se orientan a la
elaboración de diversos tipos de productos manufacturados, en esta categoría hemos
incluidos proyectos destinados a la elaboración de: velas y jabones; adornos de arcilla y
cerámica; productos desengrasantes para industrias y talleres; fabricación de juguetes
didácticos y construcción de viviendas prefabricadas.
“Jaboneros” es un emprendimiento familiar, que aún no está en funcionamiento de Villa
Domínico, un barrio de clase media baja en Avellaneda.
El grupo está conformado por Fermín (42, PC), dos de sus hermanas Zulma (44, PC) y
Blanca (44, PC), esta última en carácter de colaboradora por no ser beneficiaria del
PJYJHD, y su madre Luisa (75, PC), no hay uno de ellos que adopte las características
de referente del grupo o líder, piensan dedicarse a elaborar artesanalmente velas y
jabones.
Esta familia, conoció tiempos mejores, Fermín y sus hermanas trabajaban en limpieza y
en la portería en un colegio del barrio (tenían trabajo “en blanco”), pero un cambio de
autoridades trajo aparejado que los echaran, desde allí quedaron fuera del mercado
formal de trabajo (“por la edad no los toman en ningún lado”), pasaron a vivir de
changas y planes sociales. Su situación económica y anímica se fue deteriorando cada
vez más: Fermín “se defiende vendiendo cartón y todo eso” (“todo eso” es latas de
gaseosas, golosinas, peines, etc.), con parte de los ingresos obtenidos por la venta de
cartón y de latas, va a comprar al mayorista golosinas para vender a la salida en el
colegio donde antes trabajaba, sus hermanas también realizan changas de ese tipo y así

99
subsisten, complementando sus ingresos con la asignación monetaria que les brinda el
PJYJHD.
Reconociendo la situación de precariedad en que se encuentra la familia, los vecinos
representan una red de ayuda a través de múltiples iniciativas: les ofrecen “changas”
que les permiten ganarse unos pesos (cortar el pasto de un jardín, hacer mandados, etc.),
a Fermín le compran golosinas y, sabiendo que “cartonea”, dejan en el patio de la casa
diarios y revistas. Aunque esta ayuda no siempre es percibida por ellos como positiva:

Fermín: No, yo le digo que no, con los cartones no quiero yo... Porque es muy sucio...
Zulma: Pero la gente sigue tirando. (Dejan en la entrada de su casa los diarios y
cartones).
E: Claro, entonces uno piensa que siempre un manguito va a entrar, ¿no?
Zulma: Sí, igual por más que le digas la gente en la calle lo pone.
Fermín: Lo ponen ahí el paquete... y pone el diario.
E: Que bien los vecinos, ¿no?
Zulma: Sí, pero a veces no quiere más y le pone igual...
Fermín: Me ponen diario, me ponen cartones...
Blanca: Y no saben donde tirarlo y lo tiran acá (risa)

Complementariamente, los miembros de esta familia, empezaron a ir seguido al


Municipio, a averiguar si allí les podían dar trabajo, fue así que se enteraron de la
existencia del Programa que les daba la posibilidad de armar un emprendimiento: “Iba
a reuniones de la municipalidad para ver... para ver qué trabajo nos daba y todo eso,
¿vio? Y después queríamos armar un emprendimiento de tejido y todo, pero no nos
salió” (Luisa).
Luego, quién eligió a qué se iban a dedicar fue Fermín porque le gustaba más que el
tejido y porque tiene un libro que explica cómo elaborar velas y jabones de manera
artesanal, a esta instancia se limitan los conocimientos que el grupo posee sobre el tema.
Tienen pensado producir en su casa (se trata de una actividad que no requiere un
espacio muy amplio) y utilizar distintas vías de comercialización: ofrecer sus productos
a los vecinos, visitar negocios de la zona y, además tienen la expectativa de poder
colocar sus productos en las santerías cercanas a la iglesia del barrio ya que el cura
siempre los apoyó.
En cuanto a expectativas, cuando reciban lo solicitado al Programa, en una primera
etapa, piensan seguir con las actividades que en la actualidad les aseguran un ingreso y,
en la medida de lo posible, según vayan obteniendo resultados económicos con la venta
de velas y jabones, la intención es dedicarse exclusivamente a esto.

100
Pasamos ahora a “Tierra Querida” el proyecto que se dedicará a la elaboración y
comercialización de productos en cerámica y arcilla (jarrones, adornos, platos
decorados, etc.).
Se localizará en el barrio Dock Sud (Avellaneda), en la casa de Lidia (63, PC) que es la
RG, sus amplios conocimientos y experiencia en elaboración y decoración de productos
de cerámica, fueron obtenidos a lo largo de cuarenta años de trabajo en fábricas y
talleres, también tiene experiencia en la administración de emprendimientos familiares:
un vivero y un restaurante que fundieron. De esas prácticas pudo aprender muchas
cosas, en especial, le permitieron comprender las diferencias existentes entre el trabajo
por cuenta propia y el asalariado ya que tuvo que asumir las múltiples responsabilidades
que genera hacerse cargo integralmente de un negocio.
En lo que respecta al resto de los integrantes, Adriana (27, PC) ha adquirido sus
conocimientos sobre la actividad en una escuela de cerámica y trabajando en talleres.
Originalmente, el tercer integrante era un alfarero que falleció, fue reemplazado por una
mujer joven que tiene conocimientos sobre la elaboración de productos de cerámica,
pero que se fue a vivir lejos, suponen que formará parte del grupo cuando empiecen a
producir, pero no lo pueden asegurar (en el caso de que regrese, además de producir, se
dedicaría a la comercialización, actividad en la que tiene experiencia).
Al dejar de contar en el equipo con un alfarero, van a tener problemas para elaborar
algunos de los productos. Para solucionar este problema, llegado el momento Lidia
buscará un reemplazo en la escuela de cerámica del barrio. No se tratará de una persona
a incorporar al emprendimiento de manera permanente, la idea es que, en base a los
requerimientos del momento, vaya a trabajar una vez por semana, la cantidad de horas
necesarias para sacar los pedidos y pagarle por cantidad de piezas producidas.
En lo que refiere al tipo de producto a elaborar, la idea inicial es que, por diseño y
terminación, se distingan de los producidos en serie, pero que a su vez, esto no implique
un precio de venta demasiado elevado, así, buscarán diferenciarse de la competencia:

Lidia: Y porque en un tiempo había mucho brasilero... bueno, está el Mercosur y todo
eso... Este… hay mucho chino... pero no son cosas hechas a mano.
E: Claro, es otro tipo de producto.
Lidia: Claro, que son miles de piezas exactamente iguales… Sí, que entran en
container...

101
La producción no parece presentarse como un problema: tienen gran experiencia y cada
integrante se encuentra actualmente ligado a la actividad, trabajando para terceros a la
espera de los equipos e insumos solicitados al Programa. En cambio, la forma en que
van a comercializar es algo todavía difuso, en el proyecto presentado ante el Municipio
manifiestan que: “Venderemos en locales minoristas, ferias de Avellaneda y es nuestra
intención contactar revendedores con cartera de clientes en Capital Federal y Gran
Buenos Aires” (Lidia).
Más allá de lo expresado en los papeles, se trata de una cuestión a resolver cuando
llegue el momento, al presente, se manifiesta esta situación a través de términos no muy
precisos “puede ser”, “Generalmente a”:

E: ¿Y dónde tienen pensado vender?


Lidia: Y puede ser a grandes hoteles, cadenas de hoteles...comercios...Generalmente a
gente con buen gusto, con dinero…

Junto con el de la comercialización, queda otro tema que aún no han logrado resolver: el
trámite para la instalación de una fuente trifásica de energía eléctrica, necesaria para la
utilización del horno con que van a trabajar. Hasta ahora, ante sus reiterados intentos, se
encontraron con muchas dificultades (la principal es el costo que está fuera de su
alcance), retomarán este tema cuando sea inminente la entrega del equipamiento por
parte del Municipio.
Por el momento, Lidia espera la entrega de los insumos y herramientas solicitados al
Programa con gran ansiedad, para ella representan la posibilidad de llevar adelante por
cuenta propia una actividad que la apasiona. A su vez, pasar a trabajar en su propia casa,
significa poder manejar sus tiempos sin tener que dejar de lado las actividades que
realiza en el plano reproductivo71. No obstante, al reflexionar sobre las perspectivas, se
da una situación ambigua, por un lado, considera que no le puede ir mal: “siempre que
trabajé para otros, les fue bien vendiendo mis productos, por qué no me va a ir bien a
mí?”. Por el otro, surgen algunos temores, sobre todo respecto a la posibilidad de que
sus diseños hayan pasado de moda y que no tengan aceptación en el mercado, son
cuestiones que se despejarán más adelante…

71
Vive junto con su hija y sus tres nietos, dedicándose en gran parte a cuidar al menor de ellos y a realizar
varias tareas en el hogar ya que el resto de las integrantes trabajan muchas horas.

102
Por su parte, “Químicamente”, es un grupo de la localidad de Merlo que, según
informan en el proyecto presentado en el Municipio, se dedicará a “la elaboración y
comercialización de productos químicos institucional y mantenimiento industrial, sean
detergentes biodegradables, desinfectante, bactericidas líquidos, limpiavidrios,
desengrasantes y solventes de seguridad”, destinados a ser comercializados en
industrias y en talleres mecánicos.
El RG es Julio (60, TC), un Técnico Químico y posee gran experiencia en la actividad,
obtenida a partir de su trabajo en el laboratorio químico de distintas fábricas (algunas de
ellas de gran tamaño, como una automotriz muy importante). Los ámbitos de trabajo en
que se desempeñó siempre fueron muy competitivos, tuvo etapas en que logró elevados
ingresos, ocupando puestos que requieren la actualización permanente de los saberes
adquiridos, así, el nivel de conocimiento que se posee constituyen en un activo
fundamental, como también lo es tener una actitud adecuada para moverse en
organizaciones donde existen escalafones bien delimitados y fuerte competencia para
hacer carrera interna. En este contexto, se acostumbró a considerar al conocimiento
como un valor que no se comparte, ya que el que lo posee se ubica en una posición
favorable.
Con este perfil, le resultó muy difícil encontrar entre los beneficiarios del PJYJHD72 a
quienes invitar a constituirse en sus compañeros de grupo en una actividad asociativa:

Julio: Tener que buscar dos personas más del plan... Y ahí sabés lo que es... juntar dos
personas que más o menos tengan un poco de chispa... que sean conocidos tuyos... y
que cobren el plan...
E: No es nada fácil...
Julio: No es nada fácil... Bueno... hasta que conseguí dos porque se me cerraba ya...
E: Ah...
Julio: Porque se me vencía... Conseguí a dos... ¿Y vos qué sos?; Técnico químico... (en
referencia a un vecino suyo que tiene el mismo título que él). No trabajó nunca... no
consigue... muy quedado el tipo… Está estudiando para bioquímica... Digo: Flaco... vos
podes estudiar para científico en el Balseiro pero te comen los piojos...
E: ¿Éste era...? Éste era un muchacho cerca de su casa que también era técnico... ¿Y el
otro?
Julio: Y el otro era de la vuelta de casa... que también estaba en los planes...
E: ¿Y tenía alguna especialización o no?
Julio: Albañil...

72
A sus compañeros de grupo los conoció realizando las tareas de contraprestación que se requieren para
cobrar el PJHD, se trata de Pablo (32, UI) y de Luis (45, PC).

103
Así, se van percibiendo las dificultades que pueden llegar a enfrentar para transformarse
en un emprendimiento asociativo, tal como lo solicita el Programa:

E: Y por ejemplo... cómo... piensa organizar el... trabajo, el proceso productivo...


Ustedes van a fabricar...
Julio: Ya está todo detallado: Yo fabrico... el producto y vendo... Yo se lo advertí... el
ideólogo soy yo... eso no me lo puede sacar nadie
E: ¿Y por ejemplo, quién va a fabricar eso? O sea, fabrica usted solo o...
Julio: Fabrico yo con un ayudante...
E: ¿Cuál sería de los dos...?
Julio: No, no... ellos no van a entrar porque tengo la cocina... Ellos no van a ver cómo
lo fabrico yo...
E: Ah...un ayudante de afuera…
Julio: Porque los tipos... ya la idea que tiene... ya se ve uno... que piensa estar todo le
día al lado mío con la computadora... Escuchame...
E: ¿Cuál el?
Julio: Uno... Uno de los dos... uno de los dos... Y no flaco, vos tenés que salir a la
venta... yo acá en mi casa no te quiero... ni siquiera un mate... Otra cosa: Vos no
vendes, no cobrás...
E: Ah, cómo se va hacer... claro...
Julio: Vos vas a cobrar un porcentaje...
E: Así están organizados.... digamos, los dos saldrían a vender...
Julio: Claro, los tres saldríamos a vender... Yo vendo y fabrico... confecciono hojas de
seguridad73, hojas técnicas... y así cobramos...

Aquí se perfila lo que en el Programa se llama “apropiación”, término que se utiliza,


cuando un integrante del grupo o una parte de los integrantes, se adueña del
emprendimiento rompiendo con la relación simétrica que propicia el Programa (“el
ideólogo soy yo... eso no me lo puede sacar nadie… ellos no van a entrar porque tengo
la cocina... Ellos no van a ver cómo lo fabrico yo...”), claramente aquí no hay igualdad,
para el referente, hay un “yo” y un “ellos” que marca una distancia. Para Julio éste es
“su” proyecto, fue él quien se enteró de la existencia de esta oportunidad, puso la idea,
armó el proyecto, consiguió los presupuestos y lo presentó ante el Municipio, los otros
dos integrantes, son percibidos como una especie de “mal necesario”, uno de los
requisito que hay que cumplir para conseguir la aprobación del proyecto, pero son
considerados más bien un estorbo, porque no poseen conocimientos para aportar, no
tienen iniciativa. Parece ser que la forma de anular esos estorbos está dada por la
organización que piensa darle al emprendimiento: él será el encargado de elaborar los

73
La hoja de seguridad de un producto refiere a especificidades de su composición referidas a que no es
inflamable, que no sea nocivo ante el contacto con la piel y a los ojos o si, por el contrario se debe utilizar
protección adecuada para su manipulación como guantes de goma y antiparras.

104
productos y pondrá a disposición de los otros integrantes una parte de la producción,
quien venda, podrá obtener ingresos. Justamente, este tipo de productos, requiere
contactos para acceder a potenciales clientes:

“No, conozco algunos contactos... conozco... Conozco adónde ir, adónde tocar... quién
es el que le vende... Vos encontras un contacto, bueno... nosotros te hacemos precio...
por la cantidad que vas a comprar... en el metiere se va viendo...” (Julio)

También es fundamental poseer conocimientos acerca de las características del producto


que se ofrece, de la competencia y saber a quién le compra cada potencial cliente
(cuáles son sus fortalezas y debilidades de la competencia para tener mayores
argumento para la venta) y Julio, no parece estar muy dispuesto a socializar sus
conocimientos con el resto de los integrantes del proyecto. Quedará entonces por ver
como se resuelven estas cuestiones para poner en marcha al emprendimiento, en una
actividad que, según nos comenta el entrevistado, deja muy buen margen de ganancia.
Por su parte, “Didáctico” es el nombre del proyecto que se va a dedicar a la fabricación
de juegos didácticos74, hechos en madera, para chicos que concurren a jardines de
infantes.
Omar (40, SC) es el RG y el único de los tres integrantes que tiene conocimientos y
experiencia en la actividad. Junto con su padre, tuvo un taller en el que fabricaban y
vendían estos productos que fueron diversificando según la demanda. Si bien son juegos
destinados a los niños, Omar manifiesta que quienes “lo compran”, son las maestras; él
aprendió a vender en la práctica, adquiriendo experiencia en el trato con ellas, tanto para
la venta, como para saber qué es lo que quieren y poder volcarlo al diseño del producto:

“Con los años de estar trabajando en el mercado... uno aprendió mucho de las
maestras... porque las maestras te enseñan... Entonces, ya después te pedían el
dominó... el reloj; un plantado; una serigrafía... vos vas aprendiendo y sabes los
materiales que utilizan las maestras...” (Omar)

Gracias al aumento continuo de la demanda, se fueron expandiendo y llegaron a


emplear a veinte personas en el taller que habían instalado en la amplia casa familiar, en

74
Se trata de rompecabezas, hechos en madera: “un rompecabezas pero con un contorno. Son cortes
lógicos que se utiliza para que el chico sepa lo que es la patita, la piernita, la cabeza... Aprende jugando.
Eso se utiliza en los jardines de infantes...”. La cantidad de piezas aumenta con la edad de los niños, a su
vez, deben tenerse en cuenta otros detalles para la fabricación tales como el formato de las piezas, las
características y el ancho de los bordes del marco del rompecabezas, etc.

105
un barrio de Capital Federal. Su familia alcanzó un nivel de vida que perdieron luego,
hiperinflación mediante:

“Y nosotros vivíamos al día... despilfarrábamos la plata... Se ganaba bien... y se vivía


bien... ¿viste?, había tres coches en la puerta... Bueno, se vivía, y se bancaba... o sea,
como se puede bancar hoy por hoy... este tipo de industrias... que no es que me tiro a la
pileta en algo desconocido... sé los márgenes que tengo de producción… de porcentajes
de ganancias acorde al costo...” (Omar)

En el caso de Omar como en el del anterior entrevistado (Julio), identificamos algunos


aspectos en común: un elevado nivel de instrucción y un pasado económico holgado,
para ellos, el ingreso al Programa y la consiguiente posibilidad de contar con máquinas
e insumos adecuados, representa la posibilidad de recuperar la posición perdida debido
a causas externas (políticas, económicas):

“...Y a mí como me quedó la vena en el ojo con Alfonsín, ¿no? Porque obviamente a mi
me cuartó el tema de poder estar mejor económicamente... que uno cuando tiene mucho
terminás viviendo... ponele en Merlo en el medio del barro... ¿Me explico no?... A mí
me quedó siempre la idea... esta de... hacer la fábrica... Yo tenía mi fábrica... que era
siempre hacerla por la mía... Y ahí es donde me sale la bronca, ¿viste?” (Omar)

Se trata de personas que tienen un oficio muy calificado, un conocimiento que sienten
que pueden hacer valer en el mercado (“hacerla por la mía”), si se cuenta con los
medios para empezar. Su objetivo es salir del “medio del barro”:

“yo estoy haciendo esto porque tiene un fin... Entonces, yo ya sé cuál es el fin...
entonces, hago de tal manera para que este fin sea lo que yo realmente quiero...lo de la
fábrica... como vos dijiste, era una asignatura pendiente... Viene esto de Jefe y Jefa de
familia...” (Omar)

Pero, como en el caso anterior, encontrar socios, no es una tarea sencilla, para personas
que no tienen la experiencia de trabajar en equipo, que es, justamente, una de las
cuestiones que busca fomentar el Programa:

“Digo y bueno, a quién agarro acá... porque acá son todos... para mí ¿viste?, son todos
menos diez...” (Omar)

Decidió buscarlos dentro del grupo religioso al cual pertenece: “La Iglesia de Jesús
Cristo de los Santos de los Últimos Días” (más conocidos como “Mormones”), a priori,

106
aquí también la composición del grupo parece ser “el punto débil”: Darío (42, SC)
trabajó toda su vida en Ferrocarriles, en los 90 fue despedido y, con la indemnización
puso una parrilla que no funcionó, desde entonces, pasa sus días “sentado frente a la
computadora”, sin poder “levantarse”, se trata de “…un muy buen muchacho, pero le
cuesta arrancar…si no le indicás el camino…no anda” (Omar).
Omar lo convocó porque sus conocimientos de computación pueden ser útiles para
llevar adelante los registros contables y para armar una página en Internet que les
permita promocionar sus productos. A su vez, al momento de presentar el proyecto,
disponía75 de un galpón de su propiedad que iba a ser utilizado para montar el taller de
producción. Como no tiene conocimientos de carpintería, sus tareas en lo productivo
consistirán en pintar, encolar, embolsar; además de administrar y armar la página en
Internet.
En cambio, al otro integrante Roberto (55, TC), lo conoce desde hace poco tiempo.
Recientemente llegó al barrio, es de profesión periodista y se dedicaría a realizar
algunas tareas productivas y a la comercialización, Omar lo invitó a formar parte del
grupo por “una revelación” que tuvo, pero no confía en él:

E: ... el otro compañero que es Darío... ya lo conocías hace rato, pero a este otro
compañero apenas lo conocías... ¿Qué le viste, digamos, como qué...?
Omar: Bueno, es acá donde está el tema... Nosotros (los mormones), creemos en las
revelaciones ¿no? Y a veces por oración actuamos sobre cosas que no sabemos ni
siquiera por qué... Yo hasta el día de hoy no te puedo dar esa respuesta... porque yo no
sé... porqué está él como socio... Yo se lo digo también a él esto... Yo sé que vos sos mi
socio, por qué no sé... porque no confío en vos... mirá hasta qué punto hablo con él...
No confío en vos... sé que me vas hacer alguna... pero sé que también te voy a bajar
todos los dientes... así que andá con una bolsita en el bolsillo para juntarlos. Es un
personaje... pero es mi socio... Nunca supo por qué... y yo siempre se lo digo... le vuelvo
a repetir... que el Señor me lo puso ahí... para que yo lo ponga como socio.

Queda entonces por ver si logran, con la ayuda del tutor, encaminarse para constituirse
en un equipo.
Por lo demás, Omar es muy optimista, considera que el producto que pueden ofrecer en
el mercado no perdió vigencia y que el margen de ganancias con que van a trabajar es
muy elevado. Cuando habla de sus expectativas, considera que las posibilidades son
muy amplias: su mirada está puesta en la construcción de una gran empresa, en la

75
“Disponía” porque, si bien en un primer momento el galpón iba a ser puesto a disposición del
emprendimiento, la demora en la entrega de las maquinarias por parte del programa y el aumento de los
problemas económicos en su hogar, hizo que debieran alquilarlo para generar un ingreso.

107
posibilidad de producir y comercializar en gran escala, al punto de que deberán contar
con un equipo de ventas, donde él se reserva un lugar propio del conocimiento y la
experiencia que posee:

Omar: ...Entonces, sí, me meto sobre algo que ya tengo asegurado como venta... porque
lo demás... Porque yo de entrada dije... no, no... yo a la calle no salgo...; yo te manejo
el grupo de ventas... vos querés charlar con la gente, te charlo con la gente... te doy
discursos...
E: ¿Y por qué no saldrías?
Omar: Porque no... porque me cansé... saldría simplemente... hacer un... cómo podría
decirte... una... un pequeño control de ver cómo se está manejando el vendedor con el
cliente, si lo atiende bien... si el vendedor trata bien al cliente... ¿Entendés?

Su confianza y optimismo, también se sustentan en saberse parte de una iglesia que


constituye una amplia red de apoyo a sus integrantes:

“... necesitas... lo que necesites, la iglesia te ayuda... te ayuda con los hermanos... Yo
tengo... necesito una abogado, voy a la iglesia y tengo un abogado... necesito un
contador, la iglesia me da un contador. Después se dio un curso de lo que es...
microemprendedores...o sea, un hermano tiene un estudio universitario... que es... cómo
se llama estos de empresas... eh... analistas de empresas” (Omar)

Es el tipo de red heterogénea en su composición, que aporta recursos en variedad y


calidad, de poco frecuente acceso a quienes forman parte de los sectores sociales más
vulnerables, asegurando “un nexo entre diferentes mundos” (Katzman, 1999: 187). La
pertenencia a este grupo religioso implica el acceso a una multiplicidad de servicios que
son montados con otra lógica que la de mercado, allí dar y recibir parece tener otro
sentido que el habitual, no utilizar lo que otro miembro de la iglesia está dispuesto a
ofrecer, es algo así como “un desaire”:

“Es que si yo no utilizo lo que... el hermano me quiere dar... le estoy cuartando la


posibilidad a él... de hacer un servicio... Yo no soy quién para sacarle la posibilidad a
él... de... de demostrar lo que sabe...” (Omar)

Como un caso atípico de lo que se espera encontrar en el universo de los proyectos que
se presentan ante el Programa, aquí vemos una situación muy interesante, la presencia
(disponibilidad) de un volumen y variedad de recursos poco frecuentes que conviven
con la fragilidad de los vínculos en este (aún no conformado), equipo de trabajo, al
momento de analizar su trayectoria, se verá qué es lo que prima.

108
Finalmente, nos queda por presentar a “Torito”, es otro de los proyectos que aún no está
en funcionamiento y que se va a dedicar a la elaboración de viviendas prefabricadas de
madera de bajo costo.
Ignacio (57, PC), el RG es carpintero, comenzó a trabajar en el oficio a los 12 años,
obtuvo su larga experiencia en la actividad en pequeños talleres de “carpintería a
medida” donde se hacía muebles de estilo, para “gente de plata”. Allí, se trabajaba con
el dueño del taller y algún otro carpintero, el conocimiento era transmitido a través de
los años de oficial a aprendiz, no existía la división del trabajo que se da en las fábricas,
él era el encargado de elaborar el producto en forma integral:

“Claro y de ir a buscar el tablón al fondo... y después ir a colocarle el mueble al


cliente, ¿viste? y a mí me gusta... me tiraban ahí el plano... tomá... ¿viste?, y vos ahí...
imaginación, creatividad... medida... a ver cuánto acá le voy a dar, espesor, ancho”
(Ignacio)

Pero las transformaciones económicas y sociales que se fueron dando en el país,


trajeron aparejado que estos muebles fueran reemplazados por otros hechos en serie. En
la actualidad, se trata de un oficio que no existe: “Y hoy por hoy... murió eso porque...
no hay quién lo pague...”
A lo largo de su trayectoria, participó en trabajos de envergadura, pero siempre como
empleado, nunca tuvo su propio taller:

Ignacio: No, yo no tengo taller... pero bueno... Lo que pasa que... yo nunca llegué a la
rama solo... ni tenía suficiente... porque para laburar con esa gente tenés que tener...
estar inscripto... un montón de cosas...
E: Ah, ese el motivo que no le llevaba... a decir... Bueno, porque el conocimiento usted
ya lo tenía... claro, lo que faltaba eran esos requisitos... no sé...
Ignacio: Si, ponele falta de... de experiencia... o falta de... audacia... como para decir:
Me meto, ¿viste?

A fines de los ´80 ya habían cerrado la mayoría de estos talleres con lo cual, desde allí
en adelante se dedicó a hacer changas (a veces vinculadas a su oficio) para sobrevivir,
se trata de trabajos de carpintería para la gente de la zona, aprovechando que en el fondo
de su casa dispone de un amplio galpón y de varias herramientas. También hace algunas
artesanías en madera (adornos) y las vende en una feria que armaron varios vecinos, allí
tiene un puesto donde también vende algo de ropa. De este modo, los cambios ocurridos

109
en el país, lo llevaron a tener que trabajar por cuenta propia, al perder vigencia su oficio,
se transformó en “busca”.
En este contexto, el Programa “HxT” representa la posibilidad de realizar una especie
de síntesis de su trayectoria laboral, elaborar productos de carpintería, por cuenta
propia, asociado a dos amigos: surgió entonces, la idea de fabricar casas sencillas, de
bajo precio, destinadas a familias que “recién empiezan” para que puedan solucionar su
problema habitacional:

E: ... Y cómo pasó, digamos, de los muebles a lo que sería las prefabricadas, no, porque
como que sería otra cosa, ¿no?
Ignacio: Lo que pasa que... la casa... la casilla se dio porque... por el
microemprendimiento... y por la facilidad... porque para mí hacer una casilla es...
una... no es ningún misterio, ¿viste? es una cosa... o sea, resulta fácil... en proporción...
¿viste? O sea, es muy simple... la elaboración de una casilla... a un mueble de estilo,
nada que ver...
E: ¿Y cómo se le ocurrió... cómo fue que...?
Ignacio: Y porque... se me ocurrió por la situación del país... O sea, a mí me interesaría
hacer otras cosas... pero la situación del país te lleva a eso… o sea, la visión mía es
venderle a la gente... que se inicia, ¿viste?, que decís bueno... que me compro un
terrenito... pongo una casilla y después vemos lo que hacemos... ¿Entendés? Yo quiero
hacer algo económico... Decís bueno... pieza, cocina y el bañito afuera...”.
E: Y cómo llegar a esa gente...?
Ignacio: No, yo llegaré a esa gente... decir: Bueno, ahí tengo un amigo que me presta
un terreno como para exhibir...como para que la vean... y decís bueno, tenés esta, tenés
de ésta medida, de otra...

A diferencia de los otros entrevistados, no expresa grandes expectativas ni ansiedad ante


la inminente entrega por parte del Programa de los insumos y herramientas solicitados:

Ignacio: Sí, parece que se viene mañana pero... como es algo que... como la inversión
es nula... es cero...
E: Claro, uno sigue adelante y si viene... va...
Ignacio: Claro... o sea, yo no estoy esperanzado en eso...si se da se da y sino... bueno...
pero...
E: Y si se diera qué... significa para usted, porque usted pidió máquina...
Ignacio: Y no sé... claro, no sé lo que significa porque hay que ver la plaza cómo está...
Porque si yo una vez que me dan todo.... no sé, vendo dos o tres casillas al toque... y me
junto alguna plata... o de repente hago las casillas y se van a morir ahí…

Justamente, previendo las dificultades que pueden existir para vender casas a familias
de pocos recursos económicos y, valiéndose de la variedad de posibilidades que ofrece
la carpintería, tienen pensado elaborar también otro tipo de productos de menor costo.

110
Ignacio, tiene experiencia en esto, con recortes de madera hace adornos que vende en la
feria (“en madera, todo se aprovecha”) y, en la feria: “todo se vende... En la feria
llevas un par de alpargatas usadas y las vendes...”.
Aprovechando esta oportunidad, además de seguir haciendo adornos, harán muebles de
menor tamaño a pedido (muebles de cocina, escaleras, etc.). Entre las máquinas que
solicitaron al Programa, tomaron el recaudo de pedir algunas que sirven para realizar
otros tipos de trabajos/productos. La intención es entonces, aprovechar toda oportunidad
que surja.
Con los otros integrantes del grupo lo une una relación de amistad de varios años, uno
de ellos Pedro (35, PC), fue aprendiz suyo en carpintería y, cuando las circunstancias lo
permiten, vuelven a trabajar juntos:

E: ¿Y usted al otro muchacho lo conoce de...? Bueno, que trabajó con usted.
Ignacio: Sí... Es como un hijo... un hijo de crianza... digamos, ¿no?
E: O sea, hay confianza, se conocen trabajando...
Ignacio: Sí, confianza, respeto... o sea...
E: ¿Trabajaron mucho juntos?
Ignacio: Y sí... aparte cuando yo agarro un laburo grande que preciso ayuda...

Mientras tanto, a la espera de que les entreguen lo solicitado para iniciar las actividades,
trabaja de remisero.
La otra integrante, Vilma (37, PC): “es la señora de un muchacho amigo... O sea...
también... conocido de muchos años... Es gente de cenar juntos...” que se dedica a la
venta en la calle (“Vende todo lo que le dan a vender”).
Los dos varones se dedicarán a la producción y la mujer a la venta, ella saldría a tratar
de captar clientes por la zona. En cuanto a la organización del trabajo, la señora tiene
hijos en edad escolar, con lo cual está contemplado que su dedicación horaria será
menor, pero esta situación no hará que dejen de repartir en partes iguales las ganancias
que han de generarse.
Finalmente, hay que señalar que, cuando reciban los materiales y pongan en marcha al
emprendimiento, los tres seguirán realizando las actividades que hoy aseguran su
subsistencia: Ignacio seguirá con su puesto en la feria, Pedro no abandonará su trabajo
como chofer en la remisería, así como Vilma no dejará de vender otros productos que
en la actualidad comercializa. Ante la incertidumbre que representa el emprendimiento
la idea es mantener estas actividades que son generadoras de ingresos seguros.

111
Este es el último grupo que presentamos dentro de la categoría “otros productos
manufacturados” y también del universo de casos bajo estudio, por lo tanto, estamos en
condiciones de hacer algunos señalamientos sobre esta categoría de grupos en particular
y también de recuperar, a modo de síntesis y de balance, algunos comentarios realizados
a partir de la descripción de los casos considerados anteriormente.
En el análisis de los proyectos agrupados en este último rubro, hemos podido apreciar
aún más cómo se expresa la heterogeneidad interna al interior del sector, al respecto,
debemos señalar dos aspectos que se vinculan estrechamente: nivel de calificación
requerido para la producción y comercialización en cada rubro y relación grupal. En
este sentido, nos encontramos con productos que requieren, para su elaboración y
comercialización, un importante nivel de calificación. La existencia de un integrante
que posee esos conocimientos es una condición primordial al momento de pensar en la
viabilidad, pero también parece necesario que exista una buena relación grupal que
posibilite la transferencia de conocimientos hacia el resto de los integrantes,
permitiendo así que puedan sumarse provechosamente al desarrollo del proceso
productivo y/o para que tengan posibilidades de colocar los productos en un mercado
muy exigente.
Quien suele poseer estos conocimientos es el RG y, como hemos visto, no siempre
parece estar muy predispuesto a “abrir el juego” al resto de los integrantes, cuestión que
entendemos es necesaria para encarar asociativamente una actividad económica. Hemos
encontrado esta dificultad en personas con trayectorias y perfiles similares: “marcados”
por su recorrido socioeconómico y su trayectoria laboral, poseen un importante nivel de
calificación; ya sea bajo relación de dependencia o por cuenta propia, han ocupado
posiciones elevadas, con ingresos importantes; tienen iniciativa, “empuje” y el ingreso
al Programa se les presenta como un medio para recuperar una situación que en su
momento tuvieron. Para ellos, tener que contar con socios y buscarlos entre los
beneficiarios del PJYJHD, es un problema. La forma en que logre resolverse esta
cuestión, seguramente influirá mucho en las posibilidades de sustentabilidad del
emprendimiento.
Nos sirven estos casos, entonces, para empezar a compararlos con los emprendimientos
que se encuentran en funcionamiento y los que si bien aún no lo están, parecen
propicios a adoptar otro tipo de vínculo entre sus integrantes. Aquí “entra a jugar” con
mucha nitidez el “Factor C”: en emprendimientos donde la actividad productiva debe
llevarse adelante con tantas carencias y, a su vez, no es la posesión del capital y de los

112
medios de producción lo que ordena el procesos productivo y la toma de decisiones, la
cooperación entre los integrantes del grupo es una cuestión básica. Para corroborar esto,
contamos para el análisis con grupos en que la actividad a desarrollar requiere un alto
grado de calificación, un importante margen de ganancia, poseen recursos poco
frecuentes, pero presentan dificultades para constituirse en un equipo asociativo de
trabajo.
Siguiendo con el tema de la posesión de otros factores que hacen posible desarrollar el
proceso productivo y el comercial, vamos revalidando las afirmaciones de Merlinsky
(2001) y de Abramovich (2007): existe una gran ventaja a favor de los grupos que se
encuentran en funcionamiento antes de recibir el apoyo del Programa. En los que aún no
están en actividad, hemos podido apreciar una multiplicidad de situaciones producto de
la particular combinación de activos y vulnerabilidades, podemos afirmar entonces, que
“cada caso es un mundo”. Pero, a su vez, esta complejidad de lo particular debe ser
abordada desde herramientas conceptuales que permitan avanzar, tanto en el
conocimiento teórico sobre el tema, como en la adaptación de los programas de apoyo a
la realidad sobre la que buscan intervenir. Con esta intención, nos proponemos a
continuación elaborar una tipología sobre la situación en que se encuentran los
proyectos en una etapa inicial, cuando aún no han recibido el apoyo del Programa.

113
Capítulo 5: Hacia una tipología para el análisis de los microemprendimientos

Para trabajar sobre la complejidad señalada, nuestro análisis requiere que retomemos a
los interrogantes que nos planteamos para esta etapa de nuestro trabajo:
¿Qué aspectos son significativos para identificar distintas situaciones (más o menos
favorables) al momento en que los grupos van a recibir el apoyo brinda el Programa?
¿Cómo y en qué aspectos se manifiesta esta heterogeneidad de capacidades productivas
por cuenta propia en los grupos?
Se trata de dos preguntas estrechamente vinculadas, la primera nos remite a la elección
de los aspectos sobre los cuales vamos a centrar nuestro análisis, la segunda a identificar
las particulares combinaciones de estos aspectos que encontraremos en los casos bajo
estudio.
En este punto, proponemos abordar a los grupos y a la clasificación de los mismos a
partir de una instancia que denominaremos como “puntos de partida”, en la que se
pueda identificar y vincular a los distintos aspectos que constituyen situaciones
diferenciales, antes de que los grupos reciban el apoyo que brinda el Programa.
Concretamente, nos referimos a la elaboración de una tipología que se constituye en una
herramienta sumamente útil para avanzar en el conocimiento sobre el tema, evitando el
riesgo de “perderse” en la complejidad que presenta cada uno de los casos. De modo
similar, consideramos que este tipo de instrumento puede ser provechoso para los
programas de apoyo a MEs, en la medida en que les aporte elementos para pensar las
cuestiones que favorecen y dificultan el desarrollo de este tipo de experiencias,
pudiendo de esta manera planificar acciones de apoyo “universales, diferenciadas e
integrales” adaptando su apoyo a la heterogeneidad existente en el sector, tal como lo
proponen en su trabajo Abramovich y Vázquez (2004:17).
Pasando entonces a la identificación y descripción de los distintos tipos en base al
universo de casos que hemos considerado, en primer lugar debemos distinguir entre a)
grupos en funcionamiento y b) los que aún no se han conformado como unidad
productiva, estando a la espera de los materiales que les brindará el Programa. Luego, al
interior de este segundo grupo, estableceremos las distinciones que nos permitan derivar
de él distintos tipos.

114
5.1 “Grupos en funcionamiento” (1)
Poseen una trayectoria, una historia como unidad productiva, tienen el gran merito de
haber iniciado sus actividades y sostenerlas en un contexto interior de escasez de
recursos y exterior de mercados competitivos con clientes de bajo poder adquisitivo.
Son verdaderas expresiones de la economía popular: nacen bajo una condición de
necesidad enfrentada a partir de la creatividad y la cooperación (Defourny y Develtere,
2001); aprendieron sobre la marcha a organizarse, a planificar y a hacerse un lugar en el
mercado; atravesaron distintas etapas que implicaron redefiniciones en búsqueda de
nuevos equilibrios (en períodos de crecimiento lograron hacer inversiones en materiales
e incorporaron nuevos productos a su oferta, mientras que en los momentos de
disminución de ventas, debieron complementar sus ingresos a partir de otras actividades
“más seguras”). En resumen, tienen experiencia en la actividad productiva específica, en
la gestión por cuenta propia y en el trabajo en equipo, los conocimientos y habilidades
que han adquirido sobre estas cuestiones son de base “puramente empírica”, sobre estos
saberes deberá apoyarse la asistencia técnica.
Sus expectativas son de crecimiento, en este sentido, el Programa les aportará
equipamiento que puede representar un salto cuantitativo y cualitativo en el aspecto
productivo, mientras que, el asesoramiento vía tutorías puede ser muy fructífero si logra
adecuarse a la situación de estos grupos: en general, los programas de apoyo suelen
poner su acento en atender los riesgos y dificultades que enfrentan los emprendimientos
en su etapa de nacimiento76, sin tener tan en cuenta el tipo de acompañamiento que
requieren quienes se encuentran en condiciones de crecer. Como lo señala Martínez
Nogueira, “Los programas de apoyo deben atender a estas características esenciales y
responder a los desafíos que se producen a lo largo del ciclo de crecimiento. Una mejor
comprensión de su desarrollo, de los riesgos involucrados y de las estrategias de
superación parece una condición necesaria para una mayor efectividad en la asistencia
brindada” (1988:151).
Recordamos que de nuestro universo de estudio, tres casos hemos incluido en esta
categoría “Crema Pastelera”, “El Amanecer” y “Catering Asociado”.
Pasando ahora a los grupos que no están en funcionamiento, se presenta la dificultad a
que ya hemos aludido: la complejidad existente es enorme, atender a las posibles
combinaciones de factores “positivos” y “negativos” que podemos establecer, nos haría

76
Lo cual es más que comprensible si tenemos en cuenta la alta tasa de mortalidad que poseen las
unidades de este sector.

115
elaborar tantos tipos como casos fueron considerados, situación que haría a la tipología
poco útil como herramienta de trabajo77. Es por ello que hemos decidido trabajar con
dos factores que consideramos básicos para el desarrollo de una actividad productiva en
forma asociativa: la situación grupal o vínculo entre los integrantes del proyecto y los
conocimientos (sobre la actividad productiva y experiencia en gestión por cuenta
propia). Consideramos que, sobre estos dos factores, se constituirá la base para la
utilización de los demás recursos de diversa índole que todos los proyectos manejarán
en distinto volumen y calidad. De esta manera, podemos considerar los siguientes tipos:

5.2 Proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes y conocimientos


productivos y, posiblemente sobre gestión por cuenta propia78 (2)
Se trata de grupos cuyos integrantes tienen una relación previa a su ingreso al PJYJHD,
puede tratarse de familiares, amigos y/o vecinos. Lo más posible es que no tengan una
experiencia de trabajo conjunto, pero se percibe la existencia de un “buen vínculo” entre
sus integrantes, el RG no manifiesta intenciones de adjudicarse privilegios de algún tipo
respecto al resto del grupo. Consideraremos que esta buena perspectiva respecto a la
situación grupal es la base sobre la cual se pueden asentar los demás factores, por
ejemplo, el conocimiento: en general, los conocimientos no están distribuidos en forma
proporcional entre todos los integrantes, pero una buena relación grupal favorece la
socialización y la complementación de conocimientos y experiencias. En otras palabras,
están dadas las condiciones para que se de un proceso de intercambio de conocimientos
y de aprendizaje cuando el emprendimiento esté en funcionamiento.
También es de esperar que una buena relación grupal genere un contexto más favorable
para enfrentar las dificultades que puedan hacerse presente. Aquí el tutor tiene una base
en la que apoyar su trabajo, puede empezar a elaborar con el grupo un diagnóstico de la
situación en que se encuentran de cara a la producción y la comercialización, ayudarlos
a organizarse como equipo, a planificar la producción, etc. Posiblemente, las cuestiones
sobre las que más deba trabajarse aquí son las que hacen a la gestión (administración de
recursos, planificación de las actividades productivas) y las de comercialización
(identificar a quiénes irán dirigidos los productos o servicios, desarrollar una estrategia
de acercamiento, designar al/los responsables de llevar adelante estas actividades). En la

77
Ver al respecto los trabajos de Barton (1971) y de McKinney (1968).
78
En general, cuando existen conocimientos sobre aspectos que hacen a la gestión por cuenta propia,
suelen ser mínimos con lo cual, no sería muy arriesgado afirmar que es un tema a trabajar (en distinto
grado) en todos los grupos.

116
medida en que este tipo de emprendimientos no enfrenten serios problemas (internos
y/o externos) que les impidan ir desarrollando su actividad, cumpliendo varios ciclos
productivos (compra de insumos con recursos generados por la actividad, producción,
venta, reinversión en insumos y materiales, distribución de ganancias), es de esperar que
vayan logrando sobre la marcha los conocimientos y habilidades necesarios para ser
ubicados en las características del tipo (1). Por el contrario, un serio conflicto grupal
que se manifieste a partir de la puesta en marcha del proyecto, podría llevarlos a una
situación particular dentro del tipo (4).
Incluimos en esta categoría a “Torito”, “Símbolo”, “Agasajo”, “Los Amigos” y a
“Tierra Querida”.

5.3 Proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes y “deficiencia de


conocimientos” (3)
Aquí sucede lo mismo que en el tipo anterior en cuanto a la presencia de un vínculo
preexistente en el que pueden asentarse los demás factores que hacen a la producción, la
diferencia es que el conocimiento, el “saber hacer”, sobre la actividad no es suficiente
en ningún integrante del grupo para trabajar en la escala prevista79.
La situación del grupo mejora en la medida en que éste toma conciencia de su falta de
conocimiento y está dispuesto a recurrir a alguna instancia de capacitación. Aquí suele
ser muy importante la inserción en redes, contar con algún familiar o conocido que se
dedique a la actividad y este dispuesto a asesorarlos, otra opción refiere a los vínculos
que puedan establecer con una institución que brinde servicios de capacitación vía el
tutor, etc.
Una cuestión que hará variar el grado de dificultad que encuentren, es el tipo de
actividad a que se va a dedicar el grupo, como ya hemos visto, hay algunas que
requieren un menor nivel de calificación que otras.
Al iniciar sus actividades, los grupos de este tipo pueden variar en un sentido o en otro:
si logran realizar un proceso de aprendizaje sobre la actividad productiva y comercial
pueden hallarse en una situación favorable dentro del tipo (2), por el contrario, si no
79
El programa plantea como uno de sus requisitos para estimar la viabilidad (y consiguiente aprobación)
de un proyecto, la existencia de conocimientos y experiencia sobre la actividad de parte de alguno de sus
integrantes. En este sentido, no es función del tutor enseñar al grupo el conocimiento necesario “desde
cero”, éste, puede solicitar al programa (en acuerdo con el grupo), una “tutoría específica”, pero esta
instancia tampoco puede llenar este tipo de vacío de conocimientos, ya que consiste en una (a lo sumo,
dos), visita de un profesional especializado que asesora al grupo respecto al desarrollo de un proceso o de
un producto específico dentro del rubro, tomando como base para esto, los conocimientos que el grupo ya
posee.

117
logran desarrollar este proceso y comenzaran a presentarse problemas de índole grupal,
podrían pasar a formar parte del tipo (5).
Incluimos en este tipo a “Caminando” y a “Jaboneros”.

5.4 Proyectos con conocimientos sobre la actividad y ausencia de vínculos entre sus
integrantes o con problemas en relación con la asociatividad (4)
Finalmente, en el universo de casos que hemos incluido en nuestro estudio, encontrado
proyectos en los que hay cuestiones grupales potencialmente problemáticas de distinta
índole y complejidad. Efectivamente, son muy diferentes las situaciones en que el RG
es el único poseedor de conocimientos muy especializados (necesarios para el desarrollo
de la producción y la comercialización) y se considera “dueño natural” del proyecto, y
los casos en que los integrantes del grupo armaron el proyecto prácticamente sin
conocerse. En el primero de los casos estamos frente a un conflicto (latente) de
magnitud, que se puede percibir aún antes de que los integrantes del grupo comiencen a
interactuar de forma cotidiana, claramente el tutor inicialmente deberá poner énfasis en
mejorar este aspecto y lograr algunos acuerdos mínimos de funcionamiento.
En el segundo caso, se debe trabajar también en primer término la cuestión grupal, pero
no necesariamente desde el conflicto.
A estas dos situaciones que presentamos al interior de este “tipo”, los une entonces, la
necesidad de realizar un trabajo (un proceso) sobre las cuestiones grupales, con el fin de
llegar a una situación lo más similar posible a la existente en el tipo (2).
“Químicamente”, “Didáctico” y “Pilchitas”, son los casos que hemos incluido en esta
situación.

5.5 Proyectos con ausencia de vínculos entre sus integrantes (o con problemas en
relación con la asociatividad) y “deficiencia de conocimientos” (5)
En nuestro estudio nos encontramos con un caso que reúne estas dos condiciones, los
integrantes prácticamente no se conocen entre sí y los saberes que poseen sobre la
actividad, son a todas luces insuficientes. Aquí, si bien el tutor tendrá que realizar un
trabajo muy importante en todos los aspectos que hacen al desarrollo de una actividad
productiva, creemos que deberá poner énfasis inicialmente en la conformación y
consolidación del grupo como base para el trabajo en los demás aspectos: qué van a
producir, cómo van a adquirir los conocimientos necesarios para hacerlo, cómo se van a
organizar para trabajar, desarrollar una estrategia de comercialización, etc. En relación

118
con esto, recordamos que el tutor tiene un máximo posible de diez visitas para
acompañarlos en el recorrido de este camino y ayudarlos para que logren afianzarse
partiendo de una situación inicial de tanta debilidad. Para analizar esta circunstancia,
tenemos entonces, al proyecto “La Luz”.
En síntesis, la tipología queda conformada de la siguiente manera:

(1) Grupos en Funcionamiento


Poseen una organización (una forma de “hacer” respecto a: producción, administración y
comercialización); en cierta escala tienen resueltas algunas cuestiones (qué y cuánto producir,
dónde y a cuánto venderlo; han atravesado etapas de crecimiento y de crisis. Ante el apoyo del
Programa, sus expectativas (y sus desafíos) son de crecimiento.
(2) Proyectos con vínculos preexistentes (3) Proyectos con vínculos preexistentes
entre sus integrantes + conocimientos y entre sus integrantes y “deficiencia de
experiencia en la actividad. conocimientos”.
La puesta en funcionamiento siempre implica Los vínculos existentes constituyen una buena
un gran desafío. Si bien no suelen tener base para la asociatividad en la que pueden
experiencia de trabajo conjunta en forma asentarse los demás factores que hacen a la
asociativa, el buen vínculo existente entre sus producción, la debilidad está dada por la
integrantes permite pensar en un clima insuficiencia de conocimientos en la actividad
propicio para la socialización de y en el cuentapropismo de sus integrantes. En
conocimientos y experiencias en la actividad. gran medida dependen de sus posibilidades y
Se espera que la puesta en marcha les permita deseos de capacitarse; influye también el nivel
ir consensuando una forma de organizarse y de calificación que requiere la actividad a
encontrar un lugar en el mercado. desarrollar.

(4)Proyectos con conocimientos sobre la (5) Proyectos con ausencia de vínculos


actividad y ausencia de vínculos entre sus entre sus integrantes (o con problemas en
integrantes o con problemas en relación relación con la asociatividad) y “deficiencia
con la asociatividad. de conocimientos”.
Aquí debe construirse una base grupal En esta situación, “está todo por hacer”, las
adecuada para el funcionamiento de manera carencias de diverso tipo, hacen aún más
asociativa, el insuficiente conocimiento entre difícil a la primer etapa que corresponde a la
los integrantes y/o la actitud “patronal” de puesta en funcionamiento (y sostenimiento)
alguno de ellos, ponen en riesgo las de la unidad productiva; posiblemente, la
posibilidades de poner en funcionamiento al situación grupal sea el primer aspecto a
emprendimiento, de interactuar en un marco atender, pero a su vez, no puede descuidarse
de igualdad y de socializar conocimientos. la necesidad de que el grupo acceda a fuentes
de capacitación en los distintos aspectos que
hacen al desarrollo integral de una actividad
productiva por cuenta propia.

De lo mencionado se desprende que el mayor desafío que enfrentan los grupos del tipo
(1) es la de iniciar un camino de crecimiento, tomar decisiones que implican algún
grado de riesgo, sin que ello signifique poner en juego la continuidad de la fuente de
ingresos, aquí se hará más evidente “la existencia de una tensión permanente entre
supervivencia y acumulación” (Merlinsky, 2001: 28).

119
Por su parte, en los grupos que se encuentran en los otros tipos, el mayor desafío está
centrado en la puesta en funcionamiento y sostenimiento del ME, debiendo establecer
un equilibrio entre las actividades (productivas y reproductivas que vienen
desarrollando) y el desarrollo de una nueva actividad por cuenta propia en forma
asociativa, lo que varía en cada uno de estos tipos, es la situación en que se encuentran
respecto a los dos factores que hemos considerado (situación grupal y conocimientos),
que harán más o menos favorable su situación inicial.
Claramente, la orientación del apoyo que brindan los programas, deben tener en cuenta
este tipo de consideraciones.

120
Capítulo 6: La relevancia de los recorridos

El capítulo anterior estuvo orientado a identificar la heterogeneidad existente al interior


de los proyectos que conforman nuestro objeto de estudio. Estamos ahora entonces, en
condiciones de analizar el camino recorrido por cada grupo, al respecto recordamos los
interrogantes que nos planteamos oportunamente para esta etapa de nuestro estudio:
Siendo el volumen y tipo de apoyo brindado por el Programa uniforme, ¿es
“aprovechado” de manera y en grado diferente, según sea la situación en que se
encuentra cada grupo?, ¿en qué circunstancias este apoyo es suficiente y en cuáles no
para el desarrollo de la actividad productiva?
¿Cómo “juegan” las particulares combinaciones de activos y vulnerabilidades en los
procesos de desarrollo de sus experiencias?
¿A qué medios y estrategias recurren los grupos y los tutores para solucionar los
problemas que enfrentan?
Los tutores, ¿adaptan su intervención a las distintas situaciones que presentan diferentes
tipos de grupos?, de ser así, ¿de qué forma lo hacen?
Para dar respuesta a estas preguntas, la información utilizada provino de los informes
que redactan los tutores luego de cada visita80. Teniendo en cuenta que en los primeros
encuentros que realiza el tutor con el grupo aún no han recibido los materiales
solicitados al Programa, los informes correspondientes a esta etapa suelen contener
detalles de la situación inicial del grupo y también pueden identificarse cuáles son sus
expectativas de sus integrantes. Los informes posteriores, permiten apreciar qué implicó
en cada situación particular recibir los recursos que provee el Programa, los logros
obtenidos, las estrategias utilizadas y las dificultades enfrentadas, así como también
bajo qué condiciones cada grupo logra transitar su camino.
En esta etapa de nuestro trabajo, la presentación de los recorridos no será a partir del
rubro de pertenencia, sino de su ubicación en la tipología elaborada, empezaremos
entonces, por los emprendimientos ya constituidos, los que estaban en funcionamiento
con recursos propios. Describiendo sus recorridos, identificaremos las dificultades que
enfrentan, los recursos que utilizan y las estrategias que desarrollan para intentar
alcanzar sus objetivos. A medida que el análisis nos vaya dotando de elementos, iremos
realizando las primeras comparaciones que nos permitirán sacar conclusiones en

80
Al transcribir textual las palabras del/ la tutora, se utilizará letra cursiva.

121
relación a nuestros interrogantes (¿el punto de partida, condiciona el recorrido?, si es
así, ¿de qué manera?).

6.1 Los MEs en funcionamiento


Comenzaremos entonces, por los que se encontraban en funcionamiento antes de recibir
los materiales solicitados al Programa (1), sobre ellos, habíamos resaltado que el
camino transitado los fue dotando de experiencia de trabajo en equipo, habiendo
adquirido conocimientos y habilidades de distinto tipo que hacen al desarrollo de una
actividad productiva por cuenta propia de forma asociativa. Si bien llevan adelante sus
actividades con pocos recursos, poseen una base bastante sólida en la que apoyarse
(ellos y el tutor), con expectativas a iniciar una etapa de crecimiento (que se traduce en
el aumento de la producción y de la comercialización).
De los grupos que forman parte de nuestro universo de estudio, los tres grupos
identificados en esta situación están orientados hacia el rubro de la alimentación (dos
panaderías, mientras que el tercero se dedica al servicio integral de catering para fiestas
que incluye la elaboración de comidas).
Empezamos por considerar al emprendimiento del partido de Merlo dedicado servicio
integral de catering para fiestas (“Catering Asociado”). Al momento de iniciar el
proceso de tutorías, este grupo conformado por tres integrantes viene desarrollando sus
actividades en una escala pequeña, a partir de los escasos recursos con que cuentan y
del alquiler de equipamiento.
La situación inicial que identifica el tutor, es favorable, en este sentido, los aspectos que
resalta tienen que ver con atributos que ya hemos identificado en los grupos en
funcionamiento. Se trata de un grupo que viene trabajando bajo una forma de
organización determinada (“Tienen una buena distribución de roles diferenciados…
Cada uno de ellos tiene experiencia en el rubro, por lo cual los roles también pueden
ser intercambiables cuando las circunstancias lo requieren”), gracias a los
conocimientos y experiencias que poseen, ofrecen un servicio de calidad, disponen de
estrategias de comercialización y de promoción, llevan un registro simple, pero
completo de los movimientos y, como producto de su accionar, generan utilidades
(aunque en un nivel modesto).
En esta situación, las expectativas del grupo, se centran en iniciar una etapa de
crecimiento, para lo cual se proponen objetivos puntuales: incrementar el equipamiento

122
disponible, adquirir un vehículo utilitario y alquilar un local para atender a los
potenciales clientes.
Aquí surgen los desafíos que enfrentan este tipo de grupos al ingresar a un programa de
apoyo. Traduciéndolos a interrogantes nos podemos plantear:
¿Cómo se pasa de un funcionamiento adecuado a una lógica de la subsistencia u otro de
crecimiento?
¿Con qué recursos cuentan y cómo los utilizan para transitar este camino?
¿Cuáles son los riesgos que se corren?
¿Qué aportes realiza el Programa para acompañar y facilitar este proceso?
Se trata de preguntas estrechamente vinculadas entre sí, de modo similar, sus respuestas
se obtienen a partir del análisis de la forma en que se van encadenando distintos factores
a lo largo del recorrido efectuado por el grupo y por el tutor.
Durante el período que duró el proceso de asesoramiento técnico, el tutor orientó su
trabajo a dotar al grupo de una serie de herramientas y procedimientos adecuados a las
características de la actividad que realizan (los requerimientos de organización,
coordinación y planificación son muy altos) y a la consecución de los objetivos
planteados. Con esta orientación, la modalidad adoptada fue de prudencia, sopesando
los riesgos existentes antes de la toma de cada decisión trascendente (“No alquilar
hasta no haber recibido todos los insumos de acuerdo a la calidad y cantidad
estipulados. Calcular cuidadosamente la incidencia del alquiler dentro del volumen de
gastos”).
Los materiales aportados por el Programa (si bien la cantidad no fue la solicitada en su
momento ya que la inflación “se llevó” una parte importante y se demora la entrega de
las sillas de la marca que solicitaron), junto con el producto de sus constantes
reinversiones, representaron una nueva etapa en el ciclo de vida del emprendimiento ya
que “…la capacidad de servicios ha aumentado ostensiblemente”.
Este progreso que representa el incremento del equipamiento disponible, fue
acompañado por una planificación de las actividades afín a los ciclos que experimenta
el rubro a lo largo del año, aprovechando que este tipo de servicios se contratan con
algunos meses de anticipación a su realización:

“Llevan una proyección de hasta seis meses de eventos contratados, aunque por la
época del año, considerada temporada baja, la cantidad de contratos no colman la
capacidad de servicio del emprendimiento”.

123
Esta posibilidad de “armar un cronograma”, les ayudó a organizarse mejor en el
mediano plazo, con el fin de mantener un nivel de actividad que garantice la
continuidad de ingresos a lo largo del año a partir de la diversificación de las ofertas:

“Tienen ingresos aún en los meses de menor actividad, ya sea por catering para algún
evento y/o por alquiler de elementos para dicho fin. Si bien resulta prioritario la
reposición de vajilla, o el aumento de la cantidad de elementos, también contemplan
una cantidad para afrontar gastos de manutención”.

Desde la perspectiva y expectativas que se plantea el Programa, puede afirmarse que se


trata de una experiencia positiva. Durante el período que el proyecto recibe el
acompañamiento previsto, se han obtenido importantes logros: el emprendimiento
incrementó su productividad y ésta fue acompañada de una serie de mejoras en el plano
de la gestión, lograron mantener continuidad a lo largo del año en una actividad
marcadamente estacional, incrementaron sus ingresos y estos fueron en su mayoría
reinvertidos según el plan trazado previamente:

“…este emprendimiento parece encaminarse hacia una meseta estable de


sustentabilidad económica, con un crecimiento “lento” pero sostenido, desarrollándose
con un criterio conservador, minimizando riesgos de estrechez financiera por
establecer proyecciones más ambiciosas”.

“Todo indica que las posibilidades de lograr una sustentabilidad económica son
ciertas. Han logrado un nivel de ingresos mensuales importante y que va en aumento.
Aunado a esto, tienen un tratamiento austero del negocio. Finalmente, todas las
decisiones que toman, incluyen el cumplimiento de objetivos de largo plazo”.

Más allá de esto, sin haber podido abordar aún al tema del alquiler del local y la compra
del vehículo utilitario, tienen pendiente profundizar el tema de la capitalización a través
de la inversión de ingresos en el incremento de equipamiento:

“Calculan que necesitan comprar stock de mesas, sillas, vajilla, mantelería, etc.
durante un año más, para poder tener un flujo de clientes estables en el rubro de
alquiler de materiales para eventos, lo que les produce ingresos que estabilizan la
salud financiera del emprendimiento”.

Pero también (y fundamentalmente), al finalizar su proceso de acompañamiento, el tutor


deja planteado un interrogante que hemos considerado clave para los grupos que se
encuentran en esta condición:

124
“Queda por ver si estos emprendedores albergan en sí la capacidad de imaginar y
sostener un negocio de mayor envergadura y complejidad de gestión”.

Habiendo analizado el recorrido de este primer caso, a modo de balance podemos


realizar algunos comentarios, básicamente respecto a qué representa para el Programa
una experiencia exitosa (cuál es el alcance de los logros obtenidos), qué condiciones se
dieron presentes para que se alcanzara esta situación y cuáles fueron los aportes (y
límites) del Programa a lo largo de este proceso.
En primer lugar puede afirmarse que el punto de partida (favorable), ha constituido una
base sólida en la cual sustentar las expectativas de crecimiento, en este sentido, la
experiencia aporta evidencia a favor de nuestra hipótesis de trabajo. Pero es importante
tener en cuenta bajo qué condiciones este grupo apoyado por el Programa ha logrado:
“encaminarse hacia la sustentabilidad económica”, con “un crecimiento lento, pero
sostenido”, orientando su accionar por “objetivos de largo plazo”.
Al respecto, al escenario interno favorable que ya hemos señalado al principio, se
agrega un asesoramiento técnico apoyado en el saber hacer existente (potenciador de
habilidades presentes, en función de objetivos del grupo), no obstante, debe
mencionarse que el crecimiento en un contexto de escasez de recursos demanda un gran
sacrificio. Coraggio (2005) grafica muy bien esta situación cuando habla de la
sostenibilidad de los emprendimientos generada exclusivamente a partir de un saldo
monetario favorable de entradas y salidas, que se logra a costa del sacrificio de la
calidad de vida. Coincidimos plenamente con este autor cuando afirma que hay que
“diferenciar conceptualmente entre excedente económico y condiciones de
reproducción…podemos decir que los trabajadores que perciben menos del equivalente
de un ingreso suficiente para reproducirse intergeneracionalmente mediante la compra,
transformación y utilización de medios de vida, y sin embargo ahorran o invierten algo
de esos magros ingresos, no están apropiándose ni utilizando excedente económico sino
renunciando a una parte adicional de su reproducción mínima inmediata (Coraggio,
2005: 11 y 12).
Efectivamente, cuando el tutor señala, la actitud conservadora adoptada por el grupo y
que, transcurrido un tiempo de funcionamiento:

“La situación económico financiera es buena. Aunque aún no han “repartido


ganancias”, ya que han reinvertido casi todo lo recaudado en mejoras del local y en la
adquisición de más materiales”.

125
Podemos apreciar las condiciones de austeridad y sacrificio de la calidad de vida en que
se produce un crecimiento (lento), a partir de un muy buen punto de partida, donde los
aportes materiales realizados por el Programa son importantes, pero contribuyen
parcialmente a solucionar algunos de los problemas que enfrentan este tipo de unidades,
el resto, queda bajo la responsabilidad y posibilidades del grupo emprendedor. En estas
circunstancias sería conveniente el apoyo crediticio a muy bajo costo para hacer frente a
las cuestiones pendientes81 y la prolongación del proceso de acompañamiento
profesional en una etapa que se sigue presentando como riesgosa.
Este primer análisis de las condiciones en que se dio el recorrido de un emprendimiento
en funcionamiento, nos aporta una base adecuada para el análisis de los otros dos casos
que hemos incluido en esta categoría.
Pasamos ahora a “El Amanecer”, un emprendimiento del Partido de Merlo, dedicado a
la elaboración de productos de panadería y de repostería, de composición familiar:
Antonio que es el RG, trabaja junto con su nuera Lourdes. Participa también, pero en
carácter de colaboradora, Fernanda que es la esposa de Antonio.
Aquí, en este grupo en que las dos familias que lo conforman se ubican en casas que
comparten el mismo terreno, el ámbito de cooperación y cuidados mutuos logrados
permite combinar la atención de sus hijos y otras actividades domésticas con el trabajo
productivo.
El tutor se encontró inicialmente con una serie de atributos positivos muy similares a los
hallados en el caso anterior, es decir, conocimientos y habilidades que permiten
desarrollar productiva y comercialmente una actividad en escala modesta:

“La relación entre los socios es de cooperación y complementaria… están trabajando


con un volumen reducido a la espera de que les entreguen las máquinas e insumos
adjudicados por el proyecto…Se encuentran familiarizados con todos los aspectos del
negocio, aunque mantienen un registro contable sencillo, “adecuado” al volumen
presente. A pesar de llevar un registro rudimentario, éste contiene todos los datos
necesarios para evaluar la marcha del negocio.
En las compras de insumos, buscan permanentemente nuevos proveedores con mejor
relación precio/calidad. Mantienen una atención constante sobre los posibles clientes
nuevos”.

Si bien las características de este rubro son distintas a las correspondientes al caso
anterior (catering), podemos identificar otras semejanzas: deben ampliar continuamente

81
Una opción podría ser conectar a estos emprendimientos con el Programa de Promoción del
Microcrédito “Padre Cajade”, que forma parte de las estrategias que posee el Plan Manos a la Obra.

126
la variedad en la oferta de productos para sostener la continuidad de la demanda a lo
largo del tiempo, garantizando de este modo la continuidad de los ingresos que
sostienen a ambas familias.
Siguiendo con las similitudes con el caso anterior, el sacrificio, en este caso ligado a la
cantidad de horas de intenso trabajo, propia de esta actividad, donde se debe tener
disponibles productos frescos a primera hora de la mañana: “Para la producción de
todos los productos, deben amasar en 4 turnos, comenzando a las 4 am. Y trabajan 16
hs. por día, 7 días por semana”.
En estas condiciones iniciales, el grupo posee expectativas de crecimiento con objetivos
y necesidades también equivalentes a las planteadas en el caso anterior: a partir del
apoyo del Programa y de la reinversión de parte de sus ingresos, proyectan alquilar un
local adecuado para instalar las máquinas que han de recibir. También planean comprar
un rodado para mejorar la distribución y aumentar el radio de acción en las ventas (los
repartos son realizados en una bicicleta que cuenta con un gran canasto de mimbre de
los que se utilizan en las panaderías), la situación económica en que se encuentran,
parece tornar viable a estas intenciones:

“Su posición económica y financiera actual es suficientemente sólida como para


afrontar los gastos de instalación y alquiler de un local, sin comprometer los ingresos
por ventas actuales. Tienen planificado una distribución de utilidades que se irán
incrementando de acuerdo a la marcha del negocio. El resto será reservado para
compra de un vehículo utilitario…”

En este contexto favorable (buena relación grupal, adecuada situación financiera,


objetivos claros y viables), el tutor propició un asesoramiento técnico orientado al
desarrollo de procedimientos de planificación y administración más precisos, adecuados
a la etapa de crecimiento que se proponen iniciar.
Hasta aquí, las similitudes con el caso anterior, son notorias pero, a partir del momento
en que este grupo comienza a poner en práctica lo planificado, se podrán ir
identificando las diferencias:
Adquirieron un vehiculo para el reparto que están pagando en cuotas mensuales
(“Compraron un automóvil Torino a gas para los repartos, pudiendo desechar así la
bicicleta con canasto, con la que habían comenzado”), y lograron alquilar un local a
quince cuadras de su domicilio. Al tratarse de un espacio que estuvo desocupado
durante mucho tiempo, sufrió un deterioro importante. Antonio, aprovechando sus

127
conocimientos de albañilería, negoció un arreglo ventajoso en el alquiler: ofreció hacer
reparaciones y mejoras en el local a cambio de una reducción del alquiler.
Allí instalaron las máquinas y equipamiento que fueron adquiriendo a lo largo del
tiempo y luego, los entregados por el Programa. En esta nueva situación, se dieron
cuenta de que el local era chico, a su vez, al estar situado en una calle de tierra, los días
de lluvia el barro tornaba muy difícil efectuar los repartos. Más allá de esto, pasaron a
contar con los medios necesarios para incrementar el volumen y la calidad de la
producción (aunque debe señalarse que la amasadora que recibieron es de menor
capacidad que la que solicitaron oportunamente).
Simultáneamente, si bien algunos gastos se vieron aminorados (por el momento, de la
variedad de insumos que suelen utilizar, no deben comprar los que les proveyó el
Programa), también se incrementaron algunos costos (por ejemplo, pasaron a pagar
tarifa comercial de electricidad) y se agregaron otros inexistentes en la anterior etapa: el
alquiler del local y el pago de la cuota mensual del automóvil. Mientras tanto, las ventas
no aumentaron lo suficiente como para absorber los mencionados egresos y generar las
ganancias esperadas.
Aquí vemos como los riesgos que lleva implícito el crecimiento, se hicieron presentes,
potenciados por una serie de decisiones “fuertes” (el alquiler, la compra del vehículo)
que terminaron siendo inadecuadas a sus necesidades, a lo que se suma que el apoyo
material recibido de parte del Programa no ha resultado de lo más apropiado.
Ante este nuevo contexto, el grupo decidió postergar los retiros mensuales de dinero,
por el momento, éstos se redujeron a los alimentos y otros gastos básicos en que deben
incurrir ambas familias. Posteriormente, para descomprimir aún más esta situación, se
produjeron modificaciones en la composición del emprendimiento: Lourdes decidió
aceptar un puesto de trabajo en la pizzería en que trabaja su madre y varios de sus
hermanos, se trata de un trabajo formal, bien pago y tiene un horario acotado82, en el
emprendimiento fue reemplazada por Gabriela, su hermana que “…se encarga de la
venta al público y de hornear lo amasado, mientras aprende el oficio, así, se
incrementan los ingresos familiares”.

82
“En poco tiempo decidirá si retorna tiempo completo el proyecto, o si por el contrario prefiere el
ingreso más estable, trabajando un horario fijo más reducido que el del emprendimiento. En ese caso,
renunciaría al emprendimiento”.

128
Estas circunstancias adversas, a diferencia de lo que podría esperarse, no afectaron a la
producción, “se las arreglaron” para mantener la calidad y variedad habitual y siguieron
apostando al crecimiento:

“Han cambiado nuevamente de local, con más superficie disponible, sobre una calle
pavimentada, y con parte del vecindario con mayor poder adquisitivo. Han agregado
un horno más, lo que permite una mayor producción. O mayor tiempo disponible para
el descanso. Si bien el cuello de botella sigue siendo la amasadora, de menor
capacidad que la solicitada originalmente”.

También cambiaron el vehículo que habían adquirido y estaban pagando en cuotas, por
otro en mejor estado y más adecuado para realizar el reparto de mercadería. Tanto esta
adquisición como el traslado a otro local, son mejoras que no conllevan en forma
inmediata hacia un incremento de los ingresos suficiente para establecer un nuevo
equilibrio. A esto debe sumarse que sufrieron un asalto en el que les fue sustraído todo
el dinero que tenían en la caja, situación que se tradujo en un (momentáneo) ahogo
financiero.
Se generó entonces un nuevo contexto, que los llevó a tomar la decisión de volver al
lugar de producción original: la casa de Antonio y Fernanda, de este modo, han dejado
de tener que afrontar dos erogaciones que se les habían transformado en insostenibles
(el pago del alquiler y el de la tarifa comercial de electricidad):

“…no lo tomaron como un fracaso, si no como una movida estratégica desde donde
tener nuevamente la iniciativa con respecto al mercado”.

Es muy oportuno recordar aquí, que uno de los factores que hemos destacado en los
grupos que están en funcionamiento, es que ya han enfrentado situaciones de crisis,
forma parte de sus trayectorias el haber atravesado por momentos en que las ventas y
los ingresos disminuyeron rotundamente y debieron recurrir a diversas estrategias para
afrontarlos.
Así, el grupo se encuentra en una nueva etapa, las decisiones tomadas les permitieron
“salir del pozo” en el que estaban entrando por el aumento de los costos. A su vez,
transcurrido cierto tiempo, verificaron que los montos de venta no variaron
significativamente en esta nueva situación: fueron compensando su reubicación en una
zona menos comercial, con la incorporación de nuevos clientes al ampliar su radio de
acción comercial gracias al vehículo de que disponen. En esta nueva situación, pudieron
volver a distribuir ingresos en forma semanal.

129
Esta es la situación en que se encontraba el emprendimiento al momento de finalizar el
tutor su proceso de acompañamiento. Las distintas alternativas por las que atravesó el
grupo en su camino hacia el crecimiento, no hace perder la confianza del tutor en las
posibilidades que tienen de afianzarse en una nueva instancia, acorde a sus
potencialidades. Respalda esta percepción en que, a pesar de que en este lapso de
tiempo pasaron por varios momentos difíciles, en ningún momento se resintió la
relación entre los integrantes, mantuvieron la calidad e incrementaron la variedad de sus
productos y no renuncian a su objetivo de lograr hacer crecer al emprendimiento:

“El espíritu de lucha y las cifras de recaudación por ventas que se ven reflejadas en los
gastos que están afrontando, sumados a una permanente actitud y aptitud de
aprendizaje, hacen suponer y augurar un sostenido crecimiento hacia el desarrollo de
una pymes eficiente y productiva, de sólida sustentabilidad económica”.

En este caso, el balance de esta experiencia que hace el Programa (vía el tutor), también
es positivo, más allá de que no se haya logrado una adecuación entre la situación en el
punto de partida, las expectativas existentes y los logros alcanzados.
A modo de reflexión, debemos señalar que las dos experiencias que hemos considerado
hasta el momento se complementan para incrementar los conocimientos acerca de las
condiciones en que se inician procesos de crecimiento en contextos favorables: no basta
con el grupo emprendedor cuente con una serie de atributos positivos, éstos son
necesarios, pero de ningún modo suficientes.
La austeridad en el manejo y la prudencia también se tornan imprescindibles para hacer
frente a la escasez de recursos (situación que el Programa no contribuye a resolver
cuando las maquinarias entregadas no son suficientes y/o adecuadas), mientras que el
asesoramiento técnico debe apoyar el análisis de las distintas alternativas existentes al
momento de tomar decisiones que implican erogaciones importantes: hasta ahora, los
pasos dados en búsqueda del crecimiento, en un caso se han mostrado como muy lentos,
pero seguros y, en el otro, rápidos en su concreción, pero no efectivos. También
observamos la riqueza de recursos y su utilización en un proceso que estuvo lejos de ser
lineal; en ambos casos, en distintas circunstancias, la cooperación, la
complementariedad y, en general, la buena relación grupal, se mostraron como la base
necesaria en que se asentaron los otros recursos y las estrategias desplegadas.
Pasamos ahora a considerar otra realidad, la de “Crema Pastelera”, la panadería que
funciona desde hace algo más de dos años en las instalaciones del Jardín de Infantes,

130
creado, organizado y llevado adelante por algunos vecinos del barrio “El Tizón”, en
Virrey del Pino, Partido de Merlo.
Este emprendimiento, está conformado por Roberto que es maestro panadero, su esposa
Juana que es maestra pastelera y Leticia, una vecina del barrio con menores
conocimientos sobre el oficio.
A diferencia de los otros dos casos que ya hemos analizado, aquí el tutor prácticamente
no identifica los atributos que hemos señalado como propios de los emprendimientos
que se encuentran funcionando desde hace tiempo con sus propios recursos.
Si bien identifica la existencia de conocimientos ligados a la producción:

“Se puede mencionar que los emprendedores tienen mucha experiencia en el rubro de
panadería, especialmente Roberto”.

Su impresión es que el grupo no cuenta con conocimientos y habilidades que hacen a la


gestión de una actividad por cuenta propia:

Como conclusión de esta segunda visita a modo de diagnostico, este grupo de


emprendedores tiene el típico problema de estos grupos, que saben producir pero no
tiene registro de las operaciones básicas del emprendimiento.
Este emprendimiento es el típico ejemplo de los emprendimientos que surgen de la
economía social, saben producir pero no saben comercializar.
ü no se puede apreciar alguna clase de trabajo previo en conceptos básicos de
planificación.
ü no se hace un cálculo exacto de costos.
ü el grupo no conoce mucho acerca de comercialización sino que intuyen.

Estas apreciaciones refieren a una cuestión que consideramos central: la mirada desde la
cual el profesional a cargo del asesoramiento técnico elabora su diagnóstico y el lugar
que asigna al conocimiento (y a la cultura) de quienes forman parte de los sectores
populares. En concreto, nos estamos preguntando si en realidad el grupo no cuenta con
conocimientos ligados a la administración de recursos, a la planificación y a la
comercialización o si existiendo éstos, no fueron identificados por el tutor; así, el
asesoramiento técnico, ¿se apoyará en los conocimientos y habilidades de sus
destinatarios o buscará reemplazarlos por otros considerados “adecuados”?
En definitiva, estamos haciendo referencia tanto al punto de partida en la relación tutor -
grupo emprendedor, como a la orientación que ha de tener el asesoramiento técnico y el
acompañamiento. En este caso, se trata de una experiencia con historia, justamente,
recordando la descripción que hemos hecho del grupo al presentarlo en el capítulo

131
correspondiente, cuesta pensar que no disponga de capacidad de administración,
comercialización y planificación, un grupo que, con tan pocos recursos materiales, ha
logrado poner en marcha una institución que fue evolucionando y diversificándose en
sus prestaciones a lo largo del tiempo y que ha llegado a insertarse en una serie de redes
formales (la “Asociación de Panaderos de González Catán y Virrey del Pino”, la
“Federación de Jardines Comunitarios de La Matanza”, entre otras), que los apoyan en
su accionar y les brindan múltiples recursos.
A su vez, debemos mencionar que el tutor encontró cuestiones que marcan diferencias
con respecto a la mayoría de los proyectos: para este grupo, el emprendimiento (la
panadería), no es lo central, sus integrantes tienen otras ocupaciones con las cuales
generan sus ingresos monetarios, además de dedicar bastante tiempo al Jardín de
Infantes. Es por eso que, inicialmente (más allá de que el Programa les entregue los
insumos y materiales solicitados), plantean seguir por un tiempo produciendo y
comercializando sólo durante los fines de semana. Lo que sucede en el fondo, es que
este proyecto no está destinado (centralmente) a incrementar la capacidad operativa de
una unidad productiva que sustenta económicamente a los hogares de quienes la
constituyen, los integrantes de este grupo (en realidad, los de todos los
emprendimientos), tienen sus propios tiempos, acordes a sus aspiraciones y
percepciones.
Aquí el tutor (y, por supuesto, el Programa), enfrentan una situación que no es la
habitual:

“Debo mencionar que en este emprendimiento surge una situación especial puesto que
en el lugar donde desarrollan la actividad productiva existe un Jardín Comunitario, y
las personas cumplen a la vez varias funciones. Por lo relevado en estas visitas de
tutorías para los integrantes este emprendimiento no su actividad laboral principal,
puesto que mucho de los productos que realizan estarán orientados al comedor del
jardín y la merienda de los niños y lo restante será comercializado en el mercado. Ante
esta situación el emprendimiento cumplirá un doble rol, uno comunitario solidario y
otro de índole comercial”.

Esta doble condición dio lugar a ciertas tensiones, entre el lugar que le asigna el grupo
al emprendimiento en su proyecto comunitario y las expectativas del tutor:

“El grupo además de estar afectados a este emprendimiento, están refaccionando el


jardín maternal donde esta instalado el emprendimiento. Esto interfiere en la
consolidación del grupo afectada a la actividad de panificación. Al respecto, se

132
recomendó al grupo que definan claramente las responsabilidades y las funciones que
cada uno desempeñara y no se dispersen en otras actividades, tales como la atención
del Jardín Comunitario, para no desvirtuar el objetivo del Programa”.

Esta “dualidad”, desde la perspectiva del tutor, estaría afectando la productividad de la


unidad económica:

“Los niveles de producción son inferiores a los que se estimaron en el proyecto


aprobado, puesto que este emprendimiento es tomado como un complemento de otras
actividades que realizan los emprendedores… Los emprendedores están definiendo el
volumen de producción teniendo en cuenta la decisión de trabajar tres días en la
semana en esta época estival y manifestaron que el resto del año trabajaran todos los
días”.

Aquí hay que ver cómo se compatibilizará lo que espera el Programa (el tipo de
emprendimiento que busca promocionar y los objetivos que busca alcanzar), con los
objetivos y tiempos que pueden manejar los grupos. Se trata de una cuestión que debe
enfrentar el tutor, mediando entre ambos intereses y propósitos, con los recursos de que
dispone (entre ellos, el tiempo que se expresa en una cantidad acotada de visitas a los
emprendimientos).
En definitiva, queda aquí planteada una “tensión” que refiere a un tema central: ¿qué
sucede en un caso como este, donde los emprendedores saben hacer su trabajo, el
producto que elaboran es de buena calidad, van apropiándose herramientas y procesos
que les aporta el tutor, realizan progresos…pero lo hacen a un ritmo propio, que no es el
esperado por el Programa?, ¿cuál es el criterio que utilizará el Programa para evaluar los
resultados alcanzados con este emprendimiento?
La respuesta podemos encontrarla en el mismo informe del tutor (se trata de la cuarta de
seis visitas que finalmente realizó), allí, califica en su informe a la “Situación
Económico - Financiera” del grupo como “Regular”, justificando esta apreciación de la
siguiente manera:

ü Los emprendedores están trabajando tres días a la semana únicamente, esto no


favorece a la consolidación económica- financiera del emprendimiento.
ü Las ventas son inferiores a lo proyectado en el proyecto aprobado.
ü A partir de esto los ingresos son muy bajos en referencia a lo proyectado en el
proyecto aprobado.
ü Los emprendedores vuelven a manifestar que esta época estival no es la más
apropiada para la venta de productos panificados.

133
ü Ante esta situación se puede hacer una aproximación económica-financiera de
este emprendimiento.

Respecto a estas apreciaciones, creemos que tomar como parámetro la distancia


existente entre la proyección elaborada en el proyecto aprobado83 y el volumen de
producción actual (“real”), sin más, puede llevar a una exigencia demasiado alta para
cualquier emprendimiento que financia el Programa. Esto es así por distintos motivos:
las estimaciones realizadas en las proyecciones, en general, deben reflejar rentabilidades
lo suficientemente importantes para que ameriten la aprobación del proyecto (deben
justificar la inversión del Estado a partir de una tasa de retorno que arroje determinados
resultados positivos, que se traducen en beneficios mensurables para los integrantes de
cada grupo). A su vez, estas estimaciones se realizan a partir de determinadas
“condiciones iniciales” que el Programa no está en condiciones de garantizar: como
hemos visto, las demoras en la entrega de los insumos y materiales, han llevado a
importantes recortes en las compras debido al efecto inflacionario, por lo tanto, son
proyecciones realizadas a partir de recursos con los que no se cuenta en su totalidad. A
esto se debe agregar algo difícil de estimar, pero que debe ser tenido en cuenta: el
impacto anímico negativo que representa en los grupos esta demora, cuestión que sin
dudas influye sobre la productividad.
En este caso particular, en que el emprendimiento forma parte de un proyecto
comunitario mayor, no constituyéndose en el fin último del grupo conformar una unidad
productiva de autoempleo grupal, se pone en juego la concepción que tiene el Programa
de la Economía Social a través de las percepciones y recomendaciones del tutor.
Desde nuestra mirada, subyace una concepción “economicista” que hace que se pierda
de vista no sólo la función social del emprendimiento, sino también la sinergia que
puede generar el hecho de que la panadería forme parte de una organización social más
basta (como lo es el Jardín de Infantes que, a su vez, se encuentra inserto en una red
mayor). Como vemos en el siguiente párrafo que figura en el mismo informe:

83
Se trata de un formulario en el cual cada grupo debe volcar estimaciones tales como: cálculo de costos
de producción (costos fijos y variables); producción estimada mensual (proyección del volumen estimado
de producción para los primeros seis meses de funcionamiento del emprendimiento, desde que recibe los
materiales solicitados al Programa, se trata de información desglosada y detallada por mes a fin de poder
apreciar la evolución estimada del proyecto); comercialización (estimación de lo que serán las ventas en
el período de un mes); estimación de los ingresos mensuales (los ingresos por ventas que se esperan en
los primeros seis meses, desglosados y detallados en meses).

134
“Los emprendedores manifestaron que ha formalizado un convenio con la Federación
de Jardines Comunitarios de la Matanza, para proveer productos de panificación a
partir del mes de marzo”.

No podemos dejar de preguntarnos entonces, cómo debe ser interpretado, en


circunstancias como estas, el hecho de que el grupo esté produciendo un volumen
menor al que podrían lograr si se dedicaran exclusivamente al emprendimiento: ¿se trata
de un déficit a corregir?, o por el contrario, ¿puede ser visto como una situación
estratégica que debe ser potenciada?
Creemos que la respuesta a este tipo de preguntas remiten a un tema central: si esta
situación representa un déficit a corregir, estaríamos manejándonos con un “criterio
mercantilista de sostenibilidad” (Coraggio, 2005: 11), que considera a los
emprendimientos individualmente aislados de su entorno, dejando de lado en el análisis
cuestiones culturales que hacen a cómo el grupo se inserta en un entorno que le es
conocido y del cual forma parte de manera activa.
Pero la respuesta a estos interrogantes también está dada por el grupo, por su dinámica y
sus tiempos que marcan el camino de su evolución como unidad socioproductiva: a
partir del cambio de temporada (y luego de tomarse quince días de vacaciones),
empezaron a trabajar todos los días de la semana en el ME, con el consiguiente aumento
de la productividad:

“Los niveles de producción han aumentado debido al cambio de estación y a que los
emprendedores han decidió trabajar más tiempo en el emprendimiento… comenzaron a
diversificar la producción y se pudo observar que están elaborando pasta flora, torta
de ricota, facturas, pan francés”.

A su vez, este aumento y diversificación de la producción se vio acompañado de una


mejora en la comercialización, aspecto que preocupaba al tutor y que fue trabajado con
el grupo.
Es interesante remarcar que, sobre ese denominado “doble rol” (“uno comunitario
solidario y otro de índole comercial”) del emprendimiento, el trabajo del tutor fue
orientado exclusivamente al desarrollo del segundo de estos aspectos. Como ya hemos
visto, en su trabajo de asesoramiento hay una búsqueda orientada hacia la diferenciación
de estas dos esferas, privilegiando el desarrollo comercial del grupo. Mientras que el rol
comunitario/solidario es mencionado a modo de descripción, como una de las

135
características del emprendimiento, varios fragmentos de sus informes grafican lo que
decimos:

“El emprendimiento comercializa los productos a precios promociónales entre las


familias que llevan a sus hijos al jardín”.

“El grupo sigue implementando la venta directa a través de los vendedores ambulante
a través de los denominados “churreros”, asimismo manifestaron que estos vendedores
son elegidos entre personas desocupadas”.

“Debo mencionar que en el emprendimiento, se esta llevando a cabo tareas de


capacitación en le rubro de panificación a jóvenes del barrio en el marco del Programa
Provincial Adolescente. Se debe manifestar que estas tareas se hacen en momentos que
el emprendimiento no funciona”.

Reforzando esta orientación, en su evaluación final, el tutor considera que el


emprendimiento ha desarrollado condiciones para sostenerse económicamente en el
tiempo ya que, durante el período que duró el asesoramiento, el grupo logró una serie de
mejorías respecto a los aspectos en que el Programa considera prioritarios:

ü El grupo esta fortalecido y consolidado.


ü Terminaron de refaccionar el lugar donde se va a llevar acabo la actividad
productiva.
ü Ya registran sistemáticamente las operaciones administrativas a básicas del
emprendimiento en un cuaderno.
ü El grupo calcula permanentemente los costos de los productos a elaborar.
ü Trabajan todos los días de la semana, ocho horas diarias.
ü Los productos elaborados son de muy buena calidad y precios adecuados al
mercado.
ü Se debe decir que el grupo ha aumentado la producción y asimismo las ventas.
ü Se debe decir que los ingresos recibido por los integrantes del grupo han
aumentado en forma considerable.
ü La comercialización ha mejorada en forma considerable.

Analizado el recorrido de los tres casos que refieren a los emprendimientos en


funcionamiento: los dos primeros del tipo que suele apoyar el Programa (uno asociativo
y otro familiar) y un tercero más atípico, por formar parte de una organización
comunitaria más amplia, podemos sintetizar los aportes generados en relación a
nuestros interrogantes y objetivos:
Hemos trabajado hasta el momento con los casos que ubicamos en la situación de
partida más favorable, son grupos consolidados pero acostumbrados a desarrollar sus
actividades en una escala modesta, garantizando la continuidad de las actividades en un

136
marco de subsistencia. En este contexto, el apoyo del Programa implica un desafío muy
grande ya que deben garantizar la continuidad del emprendimiento a la vez que tomar
una serie de decisiones que rompen el equilibrio existente.
Se trata de un camino difícil, por lo incierto, en un contexto de carencia de recursos
materiales donde los aportes del Programa son limitados, mientras que el asesoramiento
técnico puede estar apoyado en los conocimientos y habilidades existentes en el grupo o
no, dependiendo de las concepciones del tutor.
En un escenario de vulnerabilidad, la buena relación grupal se ha mostrado como el más
importante de los recursos productivos, ya que en torno a ella se desarrollan y sostienen
los otros atributos que hemos identificado. Ya lo señalamos al presentar a cada caso en
un capítulo anterior, pero ahora lo podemos observar con mayor nitidez: los grupos en
funcionamiento tienen un recorrido, un “saber hacer” ligado a la práctica, que sólo se
logra con el transcurso del tiempo, aprendiendo a moverse en situaciones buenas y de
crisis, en las primeras, se ahorra y se invierte en equipamiento, en las segundas, se
recurre a distintas estrategias para generar ingresos extra que permitan salir adelante.
Los tres grupos estudiados cuentan con una buena base que les permite proyectarse con
fundamento hacia un horizonte de crecimiento, cada uno ha intentado transitar este
camino a su manera.
Los dos primeros emprendimientos nos mostraron, cada uno a su modo, lo difícil que es
el pasaje de un nivel de subsistencia a otro que permita crecer y consolidarse como
unidad productiva. Vimos así que no alcanza con que se den en forma conjunta una
serie de atributos sumamente valiosos sumados al apoyo que brinda el Programa: el
camino es sumamente lento, es transitado con mucho sacrificio y las decisiones deben
ser acertadas, esto último incluye el manejo de los tiempos: las inversiones en mejoras,
sobre todo si son importantes, como el alquiler de un local o la compra de un rodado, no
generan compensaciones inmediatas vía el incremento de los ingresos, se rompe así un
equilibrio logrado y esto puede poner en riesgo la continuidad de la unidad productiva.
Para hacer frente a este tipo de situaciones, hemos señalado lo oportuno que sería el
acceso a créditos de largo plazo y baja tasa de interés. Tratándose de emprendimientos
en funcionamiento, que garantizan una continuidad en sus ingresos y tienen
posibilidades concretas de incorporar nuevos clientes, contar con un cierto capital de
cómoda devolución, puede aportar la tranquilidad necesaria para tomar las decisiones
más adecuadas a sus posibilidades y necesidades, permitiendo que estos cambios
incrementales, se lleven a cabo con un asesoramiento técnico “a medida”, donde el tutor

137
con el grupo puedan sopesar oportunidades y amenazas a la luz de los objetivos
trazados.
Siguiendo entonces con el tema de los factores que favorecen y los que dificultan el
desempeño de estos emprendimientos (además de los atributos internos), debemos
mencionar el lugar que ocupa aquí el apoyo que brinda el Programa. En este sentido,
indudablemente, los insumos que reciben representan un alivio ya que, por un tiempo,
disminuyen sus gastos vía el aporte de insumos, mientras que las maquinarias y
herramientas constituyen un aumento importante de su capacidad de producción o de
prestación de servicios, aunque debe señalarse que la demora en las entregas, lleva a
que se produzcan importantes recortes producto de la inflación, esto significó en el caso
de “El Amanecer”, una menor cantidad de insumos y una amasadora de menor
capacidad a la pedida (generando un cuello de botella en el proceso productivo),
mientras que en el caso de “Catering Asociado” hizo que recibieran muchas menos
sillas que las solicitadas (la mitad).
Queda así, en manos de cada grupo, hacer frente a las consecuencias que acarrean los
problemas de implementación que tiene el Programa.
Por su parte, “Crema Pastelera”, la panadería que nació al interior de una organización
comunitaria, parte de otra situación: sus recursos, objetivos y tiempos son otros que los
que está habituado a contemplar el Programa, en este sentido, el tutor buscó adaptar al
grupo y a su realidad al Programa (situación que consideramos poco adecuada por
distintos motivos). A su vez, es interesante ver como el grupo fue tomando del
Programa lo que consideraron provechoso, sin por ello salirse de la huella que se habían
trazado. Sin dudas, el resultado final es bueno, pero no podemos dejar de pensar en
cuánto más se podría haber contribuido a desarrollar las potencialidades existentes, si
desde el asesoramiento técnico se hubiese considerado los conocimientos y experiencia
del grupo y la red en que está inserta la panadería, junto con los objetivos sociales de la
organización que conformaron con tanto esfuerzo y claridad.
Nos queda ir viendo a partir de ahora, cómo se fueron desempeñando los grupos que
partieron de situaciones menos favorables.

6.2 Los proyectos con vínculos preexistentes y conocimientos


Pasamos ahora a analizar a los grupos que ubicamos en nuestra tipología en la situación
(2), correspondiente a los “Proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes y
con conocimientos (productivos y, posiblemente sobre gestión)”. Recordamos que en

138
ellos identificamos una serie de atributos que dan lugar a esperar que en un plazo de
tiempo no muy extenso, logren constituirse en unidades productivas en afianzamiento,
donde, a partir de la buena relación grupal existente se den procesos de transferencia de
conocimientos entre sus miembros; vayan encontrando una forma de organización y
funcionamiento acorde a sus posibilidades y necesidades, y a la vez puedan lograr una
progresiva inserción en el mercado. De esta manera, si el tutor logra apoyar su trabajo
de asesoramiento en la base de recursos existentes y no surgen dificultades (de orden
interno o externo) importantes, es razonable esperar que estos MEs progresivamente
vayan hacia situaciones favorables de cara a un desarrollo sustentable en el tiempo
similar al de los casos descriptos en el tipo anterior.
En lo que respecta a nuestro universo de estudio, recordamos que hemos ubicado en esta
situación a cinco grupos orientados hacia el desarrollo de distintas actividades: “Torito”
a la elaboración de viviendas prefabricadas; “Agasajo” y “Símbolo” a la producción de
prendas de vestir; mientras que “Los Amigos” a la fabricación de calzados y “Tierra
Querida” a la elaboración de productos de arcilla.
Empezamos por “Torito” el proyecto de Merlo que, originalmente, se constituye para
construir y comercializar viviendas prefabricadas de bajo costo destinadas a familias de
escasos recursos que busquen acceder a su primera casa. Complementariamente,
plantean la intención de elaborar otros productos en madera de menor envergadura, a fin
de complementar a la actividad principal.
Antes de que se iniciara el proceso de tutorías, el grupo fue aprovechando el taller de
carpintería que tiene instalado Ignacio en el fondo de su casa. Allí, con algunas
herramientas disponibles, fueron elaborando productos a pedido de los vecinos84,
mientras esperan los insumos y máquinas que ha de entregarles el Programa. De esta
manera, el tutor en su primera visita, se encontró con un emprendimiento en
funcionamiento parcial, equiparable de alguna manera a los grupos hemos descrito en la
categoría anterior.
Poder conocer al grupo “en movimiento” permitió al tutor realizar un diagnóstico sobre
la relación existente entre sus miembros y sobre los conocimientos que poseen respecto
a la actividad:

“Es un grupo cuyos integrantes se conocen entre sí desde hace tiempo y que ya vienen
trabajando en tareas de carpintería y herrería. Liderados por Ignacio, de mucha

84
Una escalera “caracol”, muebles de cocina, roperos, estanterías, además de objetos más pequeños.

139
experiencia, secundados por Pedro, también carpintero, y Vilma, encargada de Ventas,
Administración y Contabilidad…Conocen los proveedores, sus precios, formas de pago,
etc.”

Indudablemente, se trata de una buena base para constituirse como emprendimiento de


carácter asociativo, pero a su vez, a diferencia de las situaciones analizadas hasta el
momento, no han enfrentado aún la situación de administrar los recursos disponibles,
planificar la producción y ubicar lo producido en el mercado, en un volumen lo
suficientemente adecuado para generar ingresos para tres familias. En este contexto, se
han planteado algunos objetivos:

“…una vez recibidos todos los insumos y las máquinas, tienen planificado construir dos
modelos distintos y de distinto tamaño (de casas prefabricadas). Estas dos casas serán
exhibidas en una esquina de la misma cuadra, y construirán más de ellas en la medida
en que se vayan vendiendo las existentes”.

“Han acordado utilizar gran parte de los ingresos para reponer materia prima e
insumos”.

En este período, el tutor trabajó con el grupo cuestiones ligadas a la administración de


recursos y la coordinación de actividades y responsabilidades.
Al recibir los insumos y maquinarias solicitados, fueron iniciando de a poco una nueva
etapa, con tiempos marcados, en parte, por las características de lo recibido: no les
fueron entregadas todas las máquinas en una sola vez85 y debieron poner a secar durante
treinta días la madera ya que estaba “verde”. Durante este lapso de tiempo, siguieron
elaborando el tipo de productos ya mencionado, en horarios acotados, ya que, por el
momento, no pueden descuidar las “changas” que venían realizando. Es una etapa en la
que el emprendimiento representa una actividad más para estas tres personas que viven
desplegando una multiplicidad de estrategias para generar su sustento.
Tienen que enfrentar entonces, una situación compleja, representada por la transición
que va desde dedicarse a una multiplicidad de actividades hacia la dedicación exclusiva
al emprendimiento:

“Por ahora, siguen con diferentes trabajos más o menos circunstanciales, a la espera
de recibir los insumos aún no entregados… El comienzo de las tareas de producción y
venta, generalmente es un proceso en el cual conviven por un trecho, las changas que

85
Se demoró la entrega de una engrampadora neumática y las correspondientes grampas que sujetan las
tablas de machimbre a la estructura.

140
aportan al sustento cotidiano, y las tareas del emprendimiento, hasta que el
rendimiento del mismo, permita abandonar el trabajo informal”.

Esta transición que tan bien describe el tutor, implica, adicionalmente, ir construyendo
su particular forma de ser como unidad productiva de tipo asociativo, es decir, irse
dando una forma de funcionamiento que consideren adecuada a sus necesidades y
posibilidades. En este sentido, en parte debido a las características del grupo y en parte
al tipo de productos que elaboran, desde el inicio han acordado que, ante cada trabajo a
realizar, decidirán si habrá distribución de ganancias y de cuánto será o si, por el
contrario, todo lo ingresado será destinado a la compra de insumos. La idea es, en cada
caso, decidir el destino de los ingresos según la importancia (magnitud) del trabajo
realizado y las necesidades presentes de cada miembro del grupo.
En relación con esta forma de proceder, no realizan registros contables sistemáticos, no
lo consideran necesario, cada producto que elaboran y venden es visto como algo
particular:

“…los registros de seguimiento y control del negocio continúan siendo incompletos, y


utilizados para el seguimiento de cada trabajo, sus costos, los materiales, la forma de
la cobranza, etc. Una vez finalizado el trabajo, los registros del mismo pierden
importancia, frente a los trabajos nuevos que van surgiendo”.

Esta forma de hacer, se basa en cómo perciben el trabajo que realizan y en la lógica con
que se mueven:

“Esto también está relacionado con el hecho de que cada venta reporta un porcentaje
diferente de utilidades, según la oportunidad de la misma y de las ofertas de la
competencia…Todo esto dicho dentro de un encuadre con un claro liderazgo de
Ignacio, por sus conocimientos, experiencia y clara visión de los negocios del rubro,
que funciona como un líder del grupo”.

Además de su amplia experiencia en carpintería, poseen conocimientos respecto a los


distintos oficios relacionados con la construcción (albañilería, electricidad, plomería,
etc.), lo cual les permite realizar trabajos y prestar servicios muy variados, donde no
manejan tarifas únicas, esto incluye que hagan algunos trabajos de pequeña magnitud
sin cobrarlos, sabiendo que les puede generar algún pedido de mayor dimensión o
recomendaciones a nuevos clientes:

141
“…trabajan seriamente con un muy buen nivel de calidad, sin excederse en los precios,
buscando así continuidad y fidelidad del cliente… Es común que luego de realizar la
tarea de carpintería encomendada, les encarguen además algo de herrería,
electricidad, albañilería, etc…Reiteran que la promoción más efectiva es la que se da
de boca en boca, incluyendo a clientes satisfechos que los llaman para otros trabajos”.

Más allá de que cada trabajo que realizan se transforme en una especie de “unidad
particular” por su propia magnitud, tiempo de dedicación y margen de ganancia,
haciendo que la secuencia de trabajos sea irregular, la forma en que actúan y la calidad
de sus prestaciones les permite mantener: “un nivel de actividad y de producción
aceptable dentro de las restricciones del mercado en la zona”.
Dando muestras de capacidad de adaptación y creatividad, para moverse en mercados
de mucha competencia y bajo poder adquisitivo, lo que vamos viendo es que cada grupo
va construyendo su identidad: su forma de organización, sus tiempos, sus criterios para
la toma de decisiones, los montos a distribuir y a reinvertir, etc., esto, en general
responde a otra lógica que la que manejan los programas, que suelen recurrir a una
mirada evolucionista de los problemas sobre los que intervienen y sobre los beneficiaros
a los que asisten o apoyan.
En este caso, frente a esta situación el tutor buscó que el grupo estandarice todo lo que
sea posible las reglas de funcionamiento (incluyendo el tema de la distribución de
utilidades, considerando al respecto que esto puede ser una fuente potencial de
conflictos). Se trata de un objetivo que nunca logró alcanzar, aunque no fue percibido
por él como una situación que alejara al grupo de los objetivos del Programa o que se
tratara de una situación que pone en riesgo la continuidad de la experiencia. En
definitiva, esta forma de funcionamiento que se dio el grupo, trae aparejadas ciertas
limitaciones (no pueden apreciar la evolución del emprendimiento ni realizar
proyecciones), pero es su manera de hacer las cosas, la que les permitió ir ampliando
notablemente su oferta de productos y servicios.
También debe señalarse que fueron orientando la producción hacia las oportunidades
que se les presentaron (y supieron crear), con lo cual tuvieron la flexibilidad necesaria
para ir realizando “cambios adaptativos” que les permiten ir encontrando su rumbo. Esta
variedad de productos de menor tamaño que elaboran86, junto con la amplia gama de

86
Al respecto, es importante recordar que, si bien el proyecto presentado ante el programa estaba
orientado hacia la construcción de viviendas prefabricadas, sabiendo que esta actividad puede presentar
dificultades para la comercialización, contaron de entrada con una gama alternativa de productos de
menor magnitud y precio, de mayor posibilidades de colocación en el mercado en el que se manejan,

142
servicios que ofrecen y una adecuada estrategia de comercialización, son los factores
que les permite mantener un nivel de actividad, que sin dudas no podrían lograr si se
dedicaran, exclusivamente, a elaborar casas prefabricadas.
Así, en la medida en que transcurrió el tiempo, se fueron afianzando y esto permitió que
encontrar una forma de funcionamiento que les resulta adecuada, que combina el
cuidado administrativo de los recursos:

“Están atentos a que el emprendimiento no se descapitalice, y a distribuir los ingresos


correspondientes. Es decir, de lo facturado al cliente, se descuenta la reposición del
material más los gastos incurridos en esa venta, y el resto se distribuye por partes
iguales”.

Con la solidaridad que implica la atención a las necesidades por las que puede estar
atravesando alguno de sus miembros:

“También manejan un factor aleatorio, visto en varios otros emprendimientos, por el


cual, si uno de los emprendedores tiene una urgencia financiera inesperada, éste retira
más dinero que el resto, monto que es repuesto en los sucesivos trabajos siguientes”.

Aquí vemos una expresión del carácter híbrido que suelen adoptar las actividades en el
sector informal (Defourny, Delvetere y Fonteneau: 2001), pudiéndose apreciar como el
grupo adapta al Programa a su forma de ser, a sus necesidades. Hacen su propia síntesis,
como tantos otros grupos, más allá de lo que se imagina o proyecta sobre ellos el
Programa. De esta manera, lograron poner en funcionamiento al emprendimiento e
iniciar un proceso de consolidación que los lleva a una posición similar a la descripta en
el tipo (1). El tutor, al finalizar su última visita al emprendimiento lo sintetiza bien en su
balance:

“Por lo demostrado hasta ahora, este emprendimiento tiene buenas posibilidades de


sustentabilidad económica. Las relaciones que establecen con sus clientes son sólidas, y
basadas tanto en la confiabilidad de sus servicios, como en la calidad de lo que
fabrican o construyen. Sus integrantes confían en que el crecimiento se está dando,
aunque de manera paulatina, y que ganará importancia en el mediano y largo plazo”.

Pasando ahora a “Agasajo”, uno de los emprendimientos textiles del partido de Merlo,
donde Malena, que es la integrante con mayores conocimientos, se dedicará a coser en

aprovechan así, los conocimientos que poseen y el aumento en la capacidad instalada por las máquinas e
insumos recibidos, para incrementar sus trabajos y, por ende, sus ingresos.

143
la máquina recta. Su marido Héctor87, en carácter de colaborador a cortar y coser,
mientras que las otras dos integrantes Sandra y Patricia, cuentan con menos experiencia
en la actividad pero: “están dispuestas a aprender y podrían dedicarse a la
comercialización”.
Comparando con los cuatro casos que vimos anteriormente, hay que señalar una
diferencia clave en el punto de partida (esto es, en la situación que encuentra el tutor en
su primer visita al grupo, antes de que reciban los materiales solicitados al Programa), al
no estar en funcionamiento ni contar con experiencia de trabajo conjunto en la
actividad, sólo tienen una idea muy vaga de lo que van a producir y dónde lo piensan
vender. Más específicamente, aún no han definido de manera precisa la forma en que
van a organizarse: división de tareas y funciones, los horarios; tampoco han planificado
qué prendas van a confeccionar, a qué publico estarán dirigidas forma en que han de
hacer uso y distribución de los ingresos.
Así, podemos hablar en los grupos que han de iniciar sus actividades, de puntos de
partida “precisos” (como el de los cuatro casos anteriores) y de puntos de partida
“difusos”, como el que representa este caso88. Aquí, en la etapa de visitas en que aún no
han recibido los materiales para comenzar a producir, el tutor debe comenzar a
planificar lo que será la puesta en marcha del emprendimiento.
Este punto de partida impreciso del grupo en la planificación, tiene como contrapartida
la buena relación entre sus miembros y el entusiasmo por la etapa a iniciar, apoyado
esto en la variedad de recursos que aportan sus familias como apoyo para el desarrollo
de emprendimiento.
Ante este escenario, la tutora propone que aprovechen el tiempo de espera, para tomar
algunas decisiones en forma consensuada respecto a las mencionadas cuestiones y que
plasmen por escrito en un cuaderno los acuerdos logrados.
El momento en que recibieron los insumos y maquinarias, marcó una nueva etapa en el
recorrido, dejando atrás a una situación “abstracta” donde la tutora debió intentar ayudar
al grupo a organizarse y a lograr acuerdos sobre algo de lo que aún no disponían.

87
Como ya fuera señalado en la presentación del grupo, él es cortador de oficio, ha asesorado y
acompañado al grupo en la presentación del proyecto y los va a ayudar en la etapa inicial de puesta en
marcha.
88
Es frecuente que los grupos que aún no están en funcionamiento, más allá de lo declarado en el
proyecto presentado para su aprobación, no hayan decidido hasta el momento en que reciben los
materiales, qué es lo que van a producir, cómo se van a organizar para hacerlo y en dónde van a
comercializar.

144
La puesta en marcha fue rápida: lograron iniciar la producción a sólo cuatro días de
haber recibido los insumos y maquinarias, participando todos en el proceso productivo
(en distinta medida, acorde a la disparidad de conocimientos entre los integrantes);
dedicando un promedio de seis horas diarias, cinco días a la semana, empezaron por
elaborar pantalones de jogging para chicos, utilizando la totalidad de la tela que
recibieron. Luego de tener completa la producción, dividieron la cantidad de unidades
producidas entre las integrantes, para que cada una se dedicara en forma individual a la
comercialización. En cuánto a los beneficios generados, decidieron utilizar la totalidad
en la reinversión para la compra de insumos.
Como vamos viendo, las primeras producciones suelen estar fuertemente condicionadas
por los insumos recibidos, en este caso, cantidad y tipo de telas, reduciendo las opciones
para elegir el tipo de producto a elaborar.
También debemos señalar aquí que nos encontramos frente a una situación distinta: este
es el primer grupo de los considerados hasta el momento, en que la situación familiar de
las integrantes les permite destinar la totalidad de los primeros ingresos a la reinversión.
Sin dudas se trata de una ventaja respecto a otros casos (a esto hay que agregar que, por
el mismo motivo, no se ven obligados a tener que realizar otras actividades productivas
en forma simultánea para generar ingresos). En definitiva, aquí, no existe una transición
como la que hemos descrito en el caso del emprendimiento de casas prefabricadas.
En concreto, las posibilidades que otorga al emprendimiento una situación económica
no apremiante, generan consecuencias inmediatas, en este caso, una vez colocada la
primera partida en el mercado, la reinversión de los ingresos en materia prima les
permitió comprar otras telas y así variar la producción:

“…fueron reinvirtiendo parte del dinero obtenido en la compra de distintas telas que
les permitió diversificar la producción, básicamente incorporaron remeras y babuchas
en distintos colores y diseños…”.

Como bien lo señala Merlinsky (2001), la posibilidad de priorizar la capitalización de la


unidad económica antes que la obtención de ingresos de subsistencia, tiene que ver con
la existencia de un grupo doméstico que posee otras fuentes de ingreso, esto permite al
grupo plantearse la actividad más a largo plazo.
Por su parte, la buena relación grupal, facilitó la socialización de conocimientos entre
las integrantes del grupo y esto llevó a que se organizaran para producir de acuerdo a

145
sus necesidades y posibilidades, a la vez que alcanzar acuerdos respecto a la
administración, en un marco participativo de toma de decisiones.
Así, transcurrida la fase inicial, que corresponde a la puesta en funcionamiento del
emprendimiento, se puede identificar otra etapa ya vinculada al afianzamiento, esto
puede apreciarse en dos aspectos: el productivo y el comercial. Respecto al primero,
pasaron de dividir el proceso productivo en tareas fijas realizadas por cada integrante
según sus conocimientos, a la rotación con el propósito de equilibrar los conocimientos
y experiencia de cada una. A su vez, observando atentamente como Héctor lo hacía,
pronto las integrantes del emprendimiento se animaron a empezar a cotar las telas,
quedando el emprendimiento bajo la entera responsabilidad del grupo de mujeres.
En la comercialización, también fueron “de menor a mayor”: desde el inicio de las
actividades, optaron por fabricar una cantidad importante de prendas, para luego
distribuirlas en partes iguales, así, cada una de las tres integrantes, a partir de un valor
base de la prenda (correspondiente al cálculo del costo de producción y reposición de
insumos), se hacía cargo de la venta de su stock y se quedaba con la ganancia
correspondiente:

“Se dividieron las prendas confeccionadas en partes iguales y devuelven al proyecto el


costo de la prenda. Esto queda por escrito en el cuaderno con la firma de las
integrantes, demostrando así su conformidad y compromiso…decidieron que debe
reintegrarse al proyecto el costo de las prendas, y que el precio de venta de las mismas,
es una decisión de cada socia y tiene que ver con lo que cada una quiere ganar o bien
puede ganar”.

Inicialmente, los clientes fueron sus vecinos y parientes. En el rubro textil, la venta a
conocidos es uno de los canales que suelen privilegiar los MEs, como ventaja, puede
señalarse que es un “mercado” de fácil acceso pero, a su vez, suele ser de bajo poder
adquisitivo y de rápida saturación.
En este caso, el transcurso del tiempo les fue permitiendo desarrollar otros canales de
comercialización, la base siguió siendo la venta directa de cada integrante, además,
lograron ingresar en la feria del “Gauchito Gil”, que funciona en Mariano Acosta.
También incorporaron “clientes mayoristas”: son los vendedores ambulantes a los que
ellas les compran otros productos (sábanas, por ejemplo) y familiares que venden en sus
lugares de trabajo, se trata de vías de comercialización que se fueron abriendo sobre la
marcha, con la idea es ir aprovechando cada oportunidad:

146
“El grupo, utiliza la estrategia de venta, a conocidos, en los puestos de la feria, en el
barrio, donde vive cada una de las integrantes, ofreciendo por las casas. Cada una
ofrece en su entorno personal, en el trabajo de los esposos, y se comprometen a vender
lo que se llevó cada una, para reintegrar el dinero que acordaron, que es el resultante
del costo de la prenda, de allí en más cada integrante decide el precio de venta, que
resulta su ganancia”.

Percibiendo la evolución del emprendimiento, la tutora orientó sus sugerencias y


propuestas hacia el crecimiento del ME. Comenzaron a trabajar sobre la planificación
de la nueva temporada (la idea era que no focalizaran toda su atención en la temporada
presente ya que el rubro textil es uno de los que está sujeto a estacionalidades):

"Les sugerí que comiencen a planificar la producción de la próxima temporada. Que


averigüen los precios de las telas, las prendas que hay en el mercado, los colores que
se están usando, que decidan que prendas van a confeccionar, pensar en el público a
quienes quieren venderle”.

Adicionalmente:

“Les informé a cerca de la Inscripción en el Registro de Efectores, para mejorar y


ampliar las ventas. Ya que al estar inscriptas, pueden ofrecer en comercios de Capital,
donde tienen contactos y conocidos. Ya que trabajaron tiempo atrás en talleres y
comercios de esa zona. Se mostraron interesadas, y decidieron inscribirse en esta
modalidad”.

Se trata entonces, de un grupo que parte de una muy buena situación a pesar de no
contar con experiencia de trabajo conjunto por cuenta propia, inicialmente dispusieron
de mucho apoyo familiar en distintos ordenes (en el cuidado de sus hijos pequeños, en
asesoramiento sobre la actividad, contaron también con un local más que adecuado para
el desarrollo de la actividad). Al disponer de esta variedad de recursos, el grupo con los
aportes de la tutora, logró en un plazo de tiempo breve, poner en marcha el
emprendimiento, llevaron a cabo varios ciclos productivos donde se fueron
consolidando e iniciaron una nueva etapa en vistas a su crecimiento como unidad
productiva. En este sentido, puede decirse que pudieron aprovechar los recursos que les
entregó el Programa y los propios, para armar un emprendimiento que se adaptara a sus
deseos y necesidades. Al realizar su cuarta visita al grupo, la tutora manifestó que:

“Se las ve comprometidas con la tarea. Se nota una buena relación vincular. Se nota el
interés, el trabajo, la pertenencia, y la experiencia en el rubro. Confío en que este

147
grupo tiene muchas posibilidades de sustentabilidad económica. No creo necesario
ampliar la cantidad de visitas”.

Por su parte, el análisis del recorrido de “Símbolo”, el proyecto textil de San Isidro, nos
aportará una serie de elementos a partir de las comparaciones, que, especialmente
haremos con el caso que acabamos de describir: tratándose de dos emprendimientos
textiles con situaciones familiares diferentes, veremos qué distinciones podemos
establecer en sus trayectorias.
En su primer visita al emprendimiento (anterior a la recepción de las maquinarias e
insumos), el tutor se encontró con un grupo integrado por tres mujeres, que deben
distribuir su tiempo y sus energías entre las actividades productivas y las domésticas
que realizan habitualmente y las correspondientes a los preparativos para poner en
marcha al proyecto.
Aquí no hay estructuras familiares en las que apoyarse, sino a las que hay que sostener,
pero a pesar de la escasez de recursos y las limitaciones que les imponen la situación
por que atraviesan, el tutor identificó algunos aspectos de orden actitudinal en los que
apoyarse:

“Las beneficiarias están absolutamente identificadas con el proyecto y desean hacer


del emprendimiento un negocio rentable y absolutamente sustentable”.

La idea es que de “esto”, van a vivir, si es posible, con un taller en el cual logren
producir con su propia marca (“Símbolo”), si no es posible esto, lo harán trabajando
para terceros. Así, a la insuficiente disponibilidad de tiempo, antepusieron cooperación
y complementariedad:

“Es un grupo dinámico. En ningún momento de la reunión dejan de trabajar y de todas


formas participan muy activamente. Marisa (líder del grupo, pero no “tapa”) y Lidia,
son protagonistas y Irene “acompaña”. Las decisiones se adoptan democráticamente,
evaluando los pros y los contras de cada situación y tomando el camino acordado por
el grupo. No hay rivalidades ni fricciones en el grupo”.

Con esta base humana, a partir de los conocimientos y experiencia de cada una de las
tres integrantes, pudieron ir trabajando con el tutor la puesta en marcha y organización
del proceso de elaboración y comercialización.
El inicio de la actividad, no presentó mayores inconvenientes en lo que a la producción
se refiere: dividieron las tareas a realizar según los conocimientos de cada una de las

148
integrantes. Posteriormente, en los momentos en que pudieron disminuir el ritmo de
producción, fueron rotando en sus puestos de trabajo, lo cual les permitió incrementar
sus conocimientos sobre la marcha. Con este criterio práctico y solidario, fueron
encontrando la forma de organizar su trabajo y sus horarios:

“Aquí el lugar de Lidia, la integrante del grupo de mayor conocimiento y experiencia


de años de trabajo en talleres y fábricas textiles, es fundamental, transmite sus
conocimientos a las otras integrantes acerca de cómo poner a punto, utilizar y realizar
el mantenimiento de estas máquinas modernas de producción fabril. Entonces, esta
“práctica” con transferencia de conocimientos, se va dando en la medida en que el
nivel de actividad lo permite, esto es, cuando tienen urgencia por entregar un pedido,
cada una realiza las tareas más apropiadas a sus conocimientos. En cambio, cuando
pueden disminuir el ritmo de la actividad, rotan en sus puestos de trabajo. La idea es
que todas las integrantes del grupo sepan hacer realizar todas las tareas, para que, si
alguna vez falta alguna de ellas no se pare la producción”.

Sin dudas, en este rubro, contar con una integrante que esté familiarizada con máquinas
industriales modernas, es fundamental para poner en funcionamiento el equipamiento,
utilizarlo sin generar desperdicios de insumos y realizar el mantenimiento adecuado
para que no se deteriore. Pero, por otra parte, sufrieron ciertas limitaciones debido al
tipo de tela recibido (como ya hemos señalado al referirnos al caso anterior, deben
elegir qué producir en base a qué tipo de insumos les entregaron).
Siguiendo con el tema de las restricciones, su situación familiar y económica les
impidió destinar sus primeros ingresos a la reinversión en materia prima y/o
equipamientos faltantes:

“Si bien las emprendedoras repartieron todos los beneficios de esta primera venta
importante, considero que esto fue un buen estimulo para continuar con esfuerzos
mayores con el emprendimiento. De todas formas quedamos en ir acumulando un fondo
de reserva para cubrir eventualidades”.

Aquí vemos una de las formas en que el punto de partida condiciona el funcionamiento
del ME, en esta etapa de por sí difícil que hemos denominado de “transición”, las
posibilidades de recorrer este camino de una manera más o menos aliviada se hacen
observables en cuestiones concretas: tener o no que continuar desarrollando otras
actividades productivas y no disponer de colaboración para el desarrollo de las tareas
reproductivas y, en estrecho vínculo con esto, poder optar por destinar los primeros

149
ingresos a la reinversión, son cuestiones muy importantes que deben ser consideradas en
el diseño de políticas sociales específicas.
En el caso que estamos analizando, las dificultades mencionadas no se constituyeron en
invalidantes. Si bien la puesta en marcha del emprendimiento y su funcionamiento
requirió de mayor sacrificio y los avances fueron más lentos que los realizados en el
caso anterior, la poca disponibilidad horaria fue enfrentada a partir de acuerdos grupales
en base a las posibilidades de cada integrante.
Así, en base a sus necesidades y limitaciones, fueron encontrando desde la práctica su
forma de sostener la puesta en marcha del emprendimiento e irlo consolidando, sin por
ello discontinuar las otras actividades productivas que les garantizan un ingreso seguro
ni descuidar las relativas al cuidado de sus familias.
A su vez, deben destacarse otros logros, en la medida en que incorporaron nuevos
canales de venta, fueron agregando variedad a su producción:

“Están fabricando buzos, con y sin capucha, buzos bordados, camperas, tanto para
chicos como para adultos. Además de otras prendas que les solicitan los clientes, por
ejemplo, comenzaron a elaborar camisetas de fútbol para chicos del Club Industrial de
Munro, con posibilidad de acentuar las ventas a estas y otras instituciones vecinas”.

Los clubes barriales son un lugar de ventas muy preciado al que están logrando acceder,
Marisa lleva a sus hijos al “Industrial de Munro”, entonces, planteó una efectiva
estrategia para colocar allí sus productos: les hizo las camisetas a sus hijos y, cuando
otras madres se las elogiaron y le preguntaron dónde las había comprado, les dijo las
confeccionaban en su taller, así comenzaron los primeros pedidos, lo demás fue el “boca
a boca”. Otra estrategia complementaria, tiene que ver con que los productos que
elaboran se destacan por su calidad, terminación y presentación:

“La calidad de la producción sobrepasa holgadamente los estándar de este tipo de


emprendimientos y el de los mercados a que está dirigida en este momento”.

En este escenario, el paso del tiempo posibilitó que fueran consolidando al


emprendimiento, en el aspecto productivo parecen haber alcanzado un funcionamiento
similar al logrado por los emprendimientos que ya se encontraban en funcionamiento:

“El proyecto posee una adecuada correspondencia entre los procesos productivos,
insumos y materias primas que poseen las emprendedoras y los requeridos. No se
vieron cuellos de botella significativos, solo con un pico de pedidos que se dio para el

150
Día del Padre. La producción en general y sus procesos son desarrollados en forma
correcta. Así mismo los niveles de producción física son altamente aceptables de
acuerdo a la disponibilidad y la dimensión del emprendimiento”.

A esto debe agregarse los adelantos logrados por el grupo en lo que refiere a la gestión:

“A pesar de que inicialmente no contaban con experiencia al respecto, existe una


buena capacidad en cuanto a la gestión del emprendimiento. El grupo maneja un
esquema rudimentario de planificación de trabajo. Sobretodo en cuanto a los
cronogramas de trabajo, no así en relación a la fijación de metas. Si bien no existe una
adecuada registración de todas las operaciones del emprendimiento; con respecto a
otros emprendimientos estamos en un nivel sumamente elevado.... Aunque no se hace
con la asiduidad ideal, el grupo evalúa la marcha del emprendimiento”.

Y en su capacidad para colocar en el mercado su producción:

“Las tres integrantes se dedican a vender, desde el comienzo lo hacen a través de


contactos directos (vecinos, familiares, amigos, etc.), a lo que se agregan las ventas por
comentarios de terceros (promoción “boca a boca”), a esto se agrega que comenzaron
a concurrir a la Feria de J. L. Suárez, con buenos resultados”.

La finalización del proceso de acompañamiento (concluida la cuarta visita del tutor),


impide saber si el grupo logró alcanzar una nueva etapa en la que dedicarse
exclusivamente al ME, más allá de esto, así como cuando analizamos el recorrido de los
grupos en funcionamiento vimos las condiciones en que encaran su proceso de
crecimiento, aquí vamos viendo cuáles son las condiciones en que los grupos nuevos,
enfrentan el desafío de la puesta en funcionamiento y sostenimiento de esta apuesta. En
el caso que acabamos de analizar, no se puede dejar de pensar en el apoyo adicional que
deberían recibir los emprendimientos que se encuentran en esta situación, tanto para
aliviar su carga de trabajo, como para hacer más efectivo el apoyo brindado.
Pasando ahora al análisis del recorrido de “Los Amigos”, el emprendimiento destinado
a la elaboración de calzados para damas de La Matanza, allí, en su casa Antonio ha
montado modesto taller de reparación de calzados mientras espera que el Municipio les
entregue los materiales solicitados, sobrevive arreglando zapatos y vendiendo a los
pares que, una vez reparados, sus dueños no vuelven a buscar.
Mientras tanto, José trabaja como albañil, su experiencia en el rubro es menor,
habiéndose desempeñado alguna vez como ayudante de zapatero y, por su parte Dora

151
está muy ocupada atendiendo el comedor comunitario del cual es responsable, por lo
que no puede asistir a las primeras reuniones de tutoría.
En su primer visita, el tutor encontró una situación inicial poco propicia para poner en
marcha a un emprendimiento: a una idea muy difusa de lo que van a hacer (cómo se van
a organizar y a dónde venderlo), debe agregarse que la prolongada demora sufrida para
la entrega de los insumos y herramientas ha impactado fuertemente en el grupo en lo
anímico, tal vez, porque la situación económicamente por la que atraviesan es
apremiante.
En este contexto, el tutor llevó adelante sus primeras visitas, con la idea de empezar a
trabajar en la organización en vistas a la recepción de los materiales y al inicio de la
actividad, pero enfrentó la enorme dificultad de convocarlos a trabajar en pos de algo
que el grupo no tenía certidumbre de que se vaya a efectivizar:

“El grupo se encuentra muy débil, esto se debe a la tardanza en concretarse la entrega
de las maquinarias, materia prima e insumos, ya no creía que esto se efectivizara a
partir del relato de los emprendedores se puede mencionar que el proyecto fue
presentado hace 3 años ante municipio”.

En esta circunstancia, podemos identificar una primer etapa en el recorrido, donde el


tutor buscó recomponer la credibilidad respecto a que, finalmente, se acerca el momento
en que van a contar con los elementos pedidos. También intentó analizar con el grupo
aspectos que no tenían resuelto aún por no encontrarse en actividad: cantidad de horas
semanales que piensan dedicar al emprendimiento, cómo van a dividir las tareas y
responsabilidades (en lo productivo, en lo administrativo y en lo comerciales), con qué
criterio van a distribuir los ingresos, etc.
Se trató de un período de visitas espaciadas, donde el tutor mantuvo el contacto con el
grupo e “hizo de soporte” a la espera de que el Municipio entregue los materiales. Aquí,
el asesoramiento técnico pierde efectividad (y sentido), debido al contexto en que se
desarrolla:

“Ante esta circunstancia mi trabajo estuvo enfocado en tratar de trabajar con el grupo
el tema motivacional y comenzar a charlar acerca de temas de planificación”.

“La situación de incertidumbre en influye en el estado de inacción y desmotivación del


grupo, provocando una falta de interés de parte de los integrantes del grupo en todas
las temáticas propuestas”.

152
Así, los resultados obtenidos fueron parciales: ciertas sugerencias realizadas lograron
ser puestas en práctica (al menos, de forma parcial): comenzaron a definir algunas de las
tareas a realizar y sus responsables, la cantidad de horas diarias a dedicar a la actividad,
elaboraron un listado de potenciales clientes, etc. A su vez, con el apoyo del tutor
realizaron un ejercicio de cálculo de costos unitarios y éste, les acercó planillas de
registro de movimientos que fueron analizadas y explicadas para su posterior
utilización.
La recepción de los insumos y maquinarias entregados por el Municipio, representó una
nueva etapa, no exenta de dificultades de distinto orden:
Dora inserta en su trabajo como responsable del comedor comunitario (nunca pudo
concurrir a las reuniones con el tutor), manifestó a sus compañeros su decisión de
renunciar al emprendimiento, así, el grupo quedó con dos integrantes y esto significó la
necesidad de repensar la forma de organización interna.
A su vez, los insumos fueron entregados fuera de temporada (a inicios de octubre
recibieron insumos para temporada invernal), con fuertes “recortes” por el efecto
inflacionario:

“…debido a la tardanza en la concreción del proyecto, el grupo no recibió las 50


hormas solicitadas y la mitad de las materia prima e insumos solicitados, esto se
fundamenta por el aumento de los distintos productos”.

Por su situación económica no contaban con recursos para adquirir lo faltante:

“…en estos momento los integrantes ya no cobran el plan (el PJYJHD), y no poseen
dinero para la compra de insumos y materia prima para producir calzado para la
temporada primavera-verano”.

Se trata sin dudas de una situación difícil, donde factores externos al grupo (muchos
provenientes del propio Programa), contribuyen a potenciar la vulnerabilidad interna,
quedan así, demasiados problemas a resolver por parte de los integrantes del ME y del
tutor para enfrentar el desafío de poner en marcha a un emprendimiento.
En este escenario queda ver cómo procedieron los protagonistas, qué recursos lograron
poner en juego y qué resultados obtuvieron.
El tutor solicitó al Programa, una extensión en la cantidad de visitas, con el fin de
acompañar al grupo en la preparación de la temporada otoño-invierno.
Simultáneamente, los dos integrantes que quedaron comenzaron a juntarse a charlar,

153
fundamentalmente para tratar de encontrar soluciones para la puesta en marcha del
proyecto tendiendo en cuenta los dos problemas mencionados: la entrega incompleta y a
destiempo de los materiales solicitados.
Como no pudieron iniciar la producción de la temporada de primavera-verano con
recursos propios, fueron concentrando sus esfuerzos en la producción para la temporada
otoño-invierno siguiente, para ello, tomaron las recomendaciones del tutor: elaboraron
por escrito un reglamento interno, allí plasmaron los acuerdos y compromisos
alcanzados en torno a la organización de la actividad, definieron el modelo de calzado a
producir (botas cortas) y en un cuaderno fueron registrando los primeros movimientos
de dinero.
Posteriormente, comenzaron con la producción (60 unidades) y avanzaron en su
ubicación en el mercado:

“…el grupo ha realizado una campaña de visita a varios comercios minoristas y donde
se charlo con el comerciante y se les dejo un volante con toda la información del
emprendimiento. La acción mencionada anteriormente permitió conseguir varios
clientes”.

En esta etapa, no pudieron llevar a la práctica la sugerencia de diversificar la producción


para no depender de un solo modelo de calzado, situación que buscarán lograr para la
siguiente temporada. Más allá de esto, al finalizar el proceso de visitas, el tutor realizó
un balance positivo acerca de la situación que logró construir el grupo:

“El grupo está fortalecido y consolidado; en esta época esta fabricando botas cortas; el
lugar donde se realizan las actividades productivas tienen las condiciones y medio
ambiente correcta que no afectan la salud de los trabajadores; ya registran en un
cuaderno las acciones administrativa básica; calculan permanentemente los costos de
los calzados; realizaron una campaña de difusión del emprendimiento en distintos
comercios del distrito; ya poseen un grupo de clientes permanentes; ya terminaron de
elaborar un registro de clientes potenciales; gracias a que llevan registros, se pudo
hacer la primera estimación económica”.

Como en el caso analizado anteriormente, la finalización del proceso de tutorías no


permitió contar con información acerca de cómo siguió este accidentado proceso. El
grupo con pocos recursos y muchas dificultades, logró realizar una producción,
colocarla en el mercado y reiniciar el ciclo, dejando atrás lo que implica la puesta en
marcha, enfrentan a partir de allí otra etapa que conlleva los desafíos propios de la
continuidad: generar excedentes destinados a la necesaria reinversión, diversificar la

154
oferta de productos, conseguir nuevos clientes, etc., se trata de un período en que el
apoyo material y técnico del Programa, enfocado hacia las necesidades propias de esta
nueva situación, sería de mucha utilidad.
Queda en esta categoría analizar lo ocurrido con “Tierra Querida”, el proyecto del
Partido de Avellaneda destinado a la elaboración de productos de cerámica y de arcilla.
En este caso, la muy prolongada demora que sufrida hasta la entrega de los insumos y
maquinarias, vino acompañada de cambios en la composición grupal que implicaron
reacomodamientos en vistas a la organización del proceso productivo. Sin embargo,
esto no impactó en la calidad del grupo con que se encontró la tutora, ésta en sus
primeras visitas identificó una serie de cualidades que hacen pensar en buenas
perspectivas para constituir emprendimiento:

“Se destaca el hecho que sus integrantes en mayoría saben el oficio, ya han trabajado
juntos y han tenido experiencia en negocio” en base a esto: “Tienen en claro las
funciones de cada uno…. Están muy contentos y ansiosos de que les den las
maquinarias”.

Esta experiencia de trabajo conjunto, los equipara en cierta forma a los grupos en
funcionamiento, tienen planificado cómo van a encarar al trabajo, basándose en
conocimientos que sólo se adquieren en la práctica:

“El grupo está organizado y distribuido las tareas según sus experiencias…Tienen
experiencia en el registro de las operaciones, pues tuvieron un negocio tiempo atrás.
Tienen objetivos a mediano y largo plazo”.
“Tienen en cuenta resguardar el capital de trabajo, conocen a diferentes proveedores”.

Se trata en definitiva de un muy buen grupo con experiencia en forma conjunta en la


actividad, a esto hay que agregar que, entre sus planes, se plantean la necesidad de
diversificar sus acciones:

“Es importante que también piensan poner en un tiempo determinado, un taller de


artesanía, para enseñar el oficio, sería posiblemente otra fluente de ingresos”.

Lamentablemente, más allá de las perspectivas favorables del grupo para constituirse en
una unidad productiva asociativa, si bien recibieron los insumos y maquinarias
solicitados, nunca llegaron a poner en marcha al emprendimiento: el horno eléctrico que
solicitaron para cocer a las piezas elaboradas, requiere la instalación de una fuente de

155
energía trifásica y, para disponer de este servicio se debe realizar una serie de trámites y
pagar un costo de instalación y de facturación, que el grupo no pudo afrontar. A pesar
de que realizaron diversas gestiones e intentos, no llegaron a resultados positivos.
Lo ocurrido con este grupo nos lleva a la reflexión en torno a qué factores o cuestiones
intervinieron para que se produzca este final, ¿porqué estando presentes una serie de
atributos positivos, ni siquiera han logrado poner en funcionamiento a la unidad
productiva? La respuesta a este interrogante nos remite a la falta de conocimiento
respecto a todas las condiciones que deben cumplirse para el desarrollo de determinadas
actividades productivas, tanto de los integrantes del grupo como de parte del Programa.
Efectivamente, si bien Lidia (la referente del grupo), tiene una amplia experiencia en el
rubro, siempre ha trabajado “para otros”, ella sabe muy bien qué tipo de insumos son los
adecuados o qué marca de horno es la mejor, lo que no sabía es el tipo de fuente
energética debe utilizarse. Por su parte, el Estado, tampoco supo asesorarlas en ese
sentido (se podría recordar aquí las palabras de D. Arroyo cuando manifiesta que una
dificultad que se enfrenta para el desarrollo de la Economía Social, proviene del propio
Estado, de su falta de preparación para implementar este tipo de políticas).
Es de esperar que experiencias como esta, sean recogidas y sistematizadas por los
programas de apoyo, para que formen parte de las enseñanzas que deben ser tenidas en
cuenta y así, poder evitar que se repitan. Al respecto, concordamos plenamente con
Robirosa (1994), cuando resalta la importancia de generar espacios de intercambio y
reflexión, en donde los actores participantes de un programa logren reconstruir la
historia del mismo, identificando los problemas enfrentados durante la ejecución,
generando de este modo prácticas participativas donde la evaluación se encuentra al
servicio del aprendizaje institucional.
Los cinco casos que acabamos de trabajar, nos permitieron analizar cómo y en qué
condiciones, proyectos en una buena situación (en lo que a relación grupal y a
conocimientos se refiere), ponen en funcionamiento a un emprendimiento con el apoyo
del Programa.
La secuencia que hemos seguido en la presentación de cada experiencia, nos permitió
apreciar cómo actuaron grupos y tutores en situaciones en que gradualmente se iba
incrementando el grado de dificultades enfrentadas.
Así, continuamos identificando expresiones de la escasez de recursos y limitaciones con
que cada grupo debe desenvolverse, también de cómo recurren a la creatividad y al

156
sacrificio, en estos casos, no ya para crecer, sino para ponerse en marcha y sostenerse
como unidad productiva.
Observamos también como a la demora en la entrega del equipamiento, puede
adicionarse el serio inconveniente de recibir insumos inadecuados, este tipo de
situaciones, bastante reiteradas, también debería formar parte del aprendizaje
institucional. El Programa debe tomar nota de estas experiencias y encontrar
mecanismos para evitarlas ya que agregan serios inconvenientes a los proyectos que
busca apoyar.
A su vez, es de destacar que la diferenciación que realizamos entre grupos mejor y peor
posicionados, nos permitió seguir profundizando en los contrastes existentes en las
situaciones familiares de los integrantes de cada proyecto: hay grupos que portan una
carga muy pesada “extra-emprendimiento” (si es posible hacer esta distinción entre
unidad productiva y reproductiva), donde el Estado debería brindar una serie de bienes
y servicios que ayuden a mitigar esas carencias y dificultades (estamos pensando en una
asignación monetaria, en aportes alimentarios, en servicios para un adecuado cuidado de
los niños mientras los integrantes del emprendimiento trabajan, etc.), al menos en la
etapa inicial de puesta en funcionamiento. En definitiva, hacemos referencia a ese tipo
de servicios y productos que brinda el Estado que “facilitan un uso más eficiente de los
recursos que ya dispone el hogar” (Katzman, 1999: 25). Si esto se lograra, sería una
buena experiencia de articulación en políticas sociales (recordamos aquí la breve
descripción que hemos hecho de los planes “Familias” y “Alimentario”, de sus objetivos
y componentes). En este sentido, la “Asignación Universal por Hijo” que comienza a
implementarse, es una medida que puede impactar muy positivamente en los hogares
que puedan acceder simultáneamente a este beneficio y al ingreso a programas de apoyo
a MEs.
Por otra parte, en el estudio de los recorridos de cada grupo (desde que se inicia hasta
que termina el proceso de tutorías), hemos identificado distintas etapas, nos parece que
esta forma de proceder puede ser útil para que un programa de apoyo pueda identificar
los logros y las dificultades propios de cada situación, la sistematización de esta
información en una cantidad importante de casos, sería de mucha utilidad para orientar
las intervenciones del Estado. También pudimos apreciar en qué situación se encuentra
los emprendimientos cuando finaliza el proceso el acompañamiento, allí nos
preguntamos, cuánto más y de qué manera podría prolongarse la ayuda que brinde el
Programa a estas experiencias.

157
6.3 Los proyectos con vínculos preexistentes entre sus integrantes e insuficientes
conocimientos en la actividad
Al pasar ahora a analizar el recorrido de los grupos ubicados en el tipo (3), que hemos
caracterizado a partir de la existencia de vínculos preexistentes al armado del proyecto
entre sus integrantes e insuficiencia de conocimientos para desarrollar la actividad en la
escala prevista, aquí vamos a poner mayor interés en ver cómo enfrenta esta dificultad.
Concretamente nos preguntamos: ¿cómo llegan a elegir la actividad a la que se van a
dedicar?, ¿cómo actúan para resolver su falta de conocimientos?, ¿cuáles son los
resultados que obtienen?, en definitiva ¿es posible agregar esta dificultad a las que de
por sí suelen poseer estos grupos y tener posibilidades de poner en marcha y sostener
una actividad productiva por cuenta propia?
Para intentar responder a estos interrogantes contamos con dos casos, se trata de un
proyecto destinado a fabricar alpargatas y otro a la elaboración de velas y jabones
artesanales. Debemos aclarar que, al decir de los propios integrantes de los grupos, se
trata de actividades que no demandan conocimientos muy difíciles de obtener (esta es
una de las cosas que constataremos en esta etapa, cuando veremos si logran comenzar a
producir y si lo hacen, qué calidad de productos logran).
Empezamos nuestro análisis por “Caminando”, el emprendimiento de elaboración de
alpargatas. Se trata de otro de los grupos que sufrió transformaciones en su composición
antes de ponerse en funcionamiento, terminó siendo un emprendimiento familiar89, así,
Silvia y sus hijos (dos mujeres y un varón, una de ellas en carácter de socia ya que es
beneficiaria del PJYJHD y los otros dos como colaboradores)90. Han logrado conformar
un buen grupo de trabajo, según percibe la tutora en su primera visita:

“Hay sentido de pertenencia y compromiso de los integrantes.... Silvia conduce al


grupo: Esta bien orientada a la tarea y es seguida por el resto del equipo, es generosa
en su actuar y está atenta a las necesidades del grupo y no se evidencia competencia…

89
Recordamos brevemente aquí, lo relatado sobre la conformación de este grupo en el capítulo donde
presentamos los casos bajo estudio: es un emprendimiento que inicialmente se conforma por dos parientes
(madre e hija) pero deben “salir a buscar” un tercer integrante para cumplir con requisitos que les
plantean desde el Programa, ante dos intentos fallidos por incorporar a otro miembro, se les autoriza que a
la conformación inicial agreguen a otros dos hijos de la RG en carácter de “colaboradores” por no ser
beneficiarios del PJYJHD.
90
Esta distinción entre integrantes “titulares” y “colaboradores”, refiere más que nada (al menos en este
caso), a que los primeros son responsables ante el Programa por llevar adelante lo proyectado (dedicar los
insumos y maquinarias recibidos a la actividad declarada y no a otro fin), Se trata de una distinción
formal ante el Programa, en los hechos, los integrantes reparten responsabilidades y beneficios en
condiciones de igualdad, a partir de sus posibilidades de dedicación a la actividad.

158
Se evidencia una buena comunicación y cooperación entre las integrantes, los roles son
complementarios”.

En esta primera etapa, a la espera de los materiales del Programa, destinaron sus
esfuerzos a acondicionar al amplio galpón donde montarán su taller de producción, la
tutora confirma que poseen algunas herramientas y conocimientos que, si bien no son
específicos de la actividad, pueden ayudar. Con esta base, trabajó con el grupo
cuestiones ligadas a la clarificación y organización de lo que va a ser la actividad a la
que se dedicarán.
Posteriormente, la fase que se inició a partir de que recibieran los materiales del
Programa, trajo aparejadas dificultades de distinta índole (internas y externas): Mariela,
que es la otra integrante “socia”, al momento de iniciar las actividades estaba
embarazada, con lo cual su colaboración pasó a ser menor. A esto se agrega que parte de
los materiales y maquinarias que recibieron no son los adecuados y esto produjo una
merma en la cantidad y en la calidad de la producción:

“Lo que el municipio compró de insumos solo les alcanzará para 2 meses. Debieron
gestionar la reparación del compresor, ya que perdía mucho aire. Lo llevaron a
reparar al agente oficial, quien les dijo que este compresor no es compatible con la
máquina, que debería ser un compresor de 150 lts., y el que vino con la máquina es de
100 lts. Por tal motivo, hacen 15 pares por hora, cuando en realidad esa máquina
debería hacer 24 pares por hora. Insumos: habían pedido goma eva de 12 mm y les
entregaron goma eva de 8 mm. Manifiestan que necesitan una recta mas para
aprovechar los tiempos de cada integrante”.

Así, podemos identificar tres inconvenientes de distinto tipo a resolver para poner en
marcha al emprendimiento: a la ya mencionada insuficiencia de conocimientos sobre la
actividad a desarrollar, debe agregarse que la merma en la fuerza de trabajo disponible y
que los materiales recibidos fueron menores a la cantidad solicitada y, en parte,
inadecuados. En estas condiciones, ¿cómo enfrentaron a estas dificultades?, ¿con qué
recursos?, ¿cómo fueron utilizados y con qué resultados?
Respecto a la primera cuestión, concientes de la necesidad de aprender a fabricar
alpargatas, a medida en que se acercaba el momento de la entrega de los materiales por
parte del Municipio, Silvia empezó a ir al taller de su hermana91, ésta y su cuñado le
fueron mostrando y explicando como es el proceso de fabricación. Al iniciar la

91
Recordamos aquí lo que señalamos oportunamente al presentar a este grupo: la hermana y el cuñado de
Silvia fabrican alpargatas, ellos fueron quienes la instaron a presentar el proyecto y la asesoraron durante
esa etapa.

159
producción, su cuñado fue a acompañarlos y a asesorarlos varias veces, mientras que la
tutora les sugirió: “hacer una prueba de producción y evaluar cual era el resultado en
producción”.
Evidentemente, esto implicó una gran ayuda, pero las primeras producciones fueron de
calidad menor debido a detalles de terminación que aún faltaban y a las características
de la goma eva recibida, con lo cual, decidieron vender a estos pares a un precio menor
al deseado y aclarar el motivo a los clientes “para no quemarse de entrada”.
Comenzaron dedicando a la actividad un promedio de seis horas diarias, el primer mes
fue calificado por el propio grupo como “un desastre”, en el sentido de que no
encontraban la forma de organizarse para producir y fueron ensayando distintas maneras
de hacerlo92: pasaron de dedicarse todos a la realización de una misma tarea en forma
simultánea (donde se producían muchos “tiempos muertos”), a la división de tareas en
base a sus capacidades iniciales. Paulatinamente fueron acrecentando sus habilidades y
esto se vio reflejado en la mejora de la calidad y terminación de sus productos,
posteriormente, fueron rotando en sus puestos de trabajo, ya que: “Consideran que
todos tienen que aprender todas las instancias de fabricación y que todas sepan
manejar las máquinas”, se trata de una estrategia a la que se recurre para garantizar
que, si alguna vez falta alguno de sus integrantes, la producción no se detenga.
De este modo, el conocimiento fue siendo adquirido por dos vías complementarias: los
aportes de sus familiares con mayor experiencia constituyeron la base necesaria para
empezar a producir, luego, la “prueba y error”, les permitió ir descubriendo en la
práctica cómo realizar cada tarea (cómo cortar, pegar y coser) y qué material utilizar en
cada caso (los distintos tipos de pegamento existentes), así como también la forma
adecuada de organizarse como equipo de trabajo.
Por su parte, en lo que refiere a los problemas generados por algunos de los insumos y
maquinarias recibidos, como ya se ha señalado, decidieron vender a bajo precio las
partidas elaboradas con suela de fino espesor. A su vez, a pesar de que la situación
económica del grupo no es muy holgada, paulatinamente fueron adquiriendo con
recursos propios algunos elementos faltantes, complementariamente, tomaron la
decisión de disponer los ingresos iniciales a la compra de insumos para incrementar la
cantidad y la variedad de modelos a producir.

92
Inicialmente, se organizaron de una manera similar a la que adoptó otro de los ME que ya analizamos
(Agasajo), producían una cantidad importante de unidades y luego las salían a vender, esta forma no les
resultó, entonces pasaron a elaborar varias muestras, salir a visitar potenciales clientes y levantar pedidos
para así, fabricar en firme, esta modalidad es la que les sirvió, por eso la mantienen.

160
En lo que respecta al tema de la fuerza de trabajo disponible, si bien a medida que fue
avanzando el embarazo de Mariela, sus aportes fueron disminuyendo, esto fue más que
compensado por la participación continua de otros integrantes de la familia, que
colaboran realizando distintas tareas en los momentos libres, sin por ello percibir
ingresos. Así, este aporte informal, pero cotidiano, constituyó una red de apoyo al grupo
emprendedor, que hace posible llevar adelante una multiplicidad de tareas en una
actividad que requiere producción en gran escala. Los ejemplos en este sentido, son
múltiples e ilustran sobre como se potencian los recursos: en el reparto de volantes en
comercios para captar nuevos clientes, en la disposición de una camioneta para entregar
pedidos o para ir a comprar insumos (ahorrando el pago de flete); o al momento en que
deben preparar un pedido importante, donde todos los familiares que viven en el hogar
colaboran de algún modo en la producción. A esto debe agregarse en continuo apoyo de
sus parientes que tienen fábrica de alpargatas quienes, además de asesorarlos en la
producción, les pasaron las direcciones de sus proveedores y los aconsejaron en la
compra de insumos93. Así, se podría seguir contando ejemplos que muestran como el
grupo se potencia como unidad productiva a partir del manejo de una multiplicidad de
recursos que aporta esta red familiar.
Esta red que amplía los recursos del grupo es necesaria en una actividad que, para
generar cierta rentabilidad debe alcanzar una escala importante en la producción y
comercialización94: es un producto barato (no deja un ingreso alto por unidad) y son
varios los integrantes entre los cuales hay que repartir ingresos (dos socias y dos
colaboradores, pero entre ellos reparten en igual proporción). Para mantener un nivel de
actividad que les resulte adecuado, han incrementado la cantidad de horas de trabajo:

“Trabajan 9 hs. diarias, repartidas en la mañana y la tarde, 50 horas semanales, este


tiempo es dedicado a la confección, compra de insumos, búsqueda de buenos precios
para la compra de los mismos, entrega de pedidos y en la búsqueda de nuevos
clientes”.

93
Contar con alguien que los asesore en estos aspectos les permite bajar costos y riesgos, ya que, una
“mala compra”, por ser inadecuada y/o cara, puede llevar a una producción defectuosa o por encima del
precio de venta en el mercado, dejando al grupo sin resto para la reinversión (se trata de emprendimientos
que no tienen una reserva monetaria, no tienen margen para equivocarse).
94
Para dar un ejemplo del volumen de producción, sirve este párrafo correspondiente a la última visita de
la tutora: “Al momento de mi visita cuentan con un stock de 156 pares, más materiales para la confección
de 1050 pares aproximadamente. La producción es de calidad y fue mejorando con la adquisición de
experiencia productiva, La producción se encuentra prolijamente envuelta en sobres de papel celofán y
ubicada en una estantería acomodada por talles... Además tienen muestras con diseños diferentes,
pintadas, con un cordón de elástico rojo, que serán para nenas…”

161
Y continuamente buscan ampliar su mercado:

“Hicieron un listado de potenciales clientes (comercios) a los cuales fueron a visitar


con muestras, a medida que fue pasando el tiempo, hubo quienes les recomendaron a
otros potenciales clientes…Tienen buena disposición para todos los aspectos referidos
a la comercialización: Presentación del producto, atención al cliente, calidad de
producto constante y respeto por los tiempos de entrega, aunque esto signifique
trabajar toda la noche”.

Así, fueron incorporando otras vías de comercialización:

“La estrategias comerciales que utilizan son varias: el “boca a boca”, la presentación
en distintos comercios, y avisos publicitarios en el diario local (Se trata de un periódico
local, que va con la factura del teléfono por lo cual tiene llegada a unas 20.000 familias,
por esta vía, con un costo por aviso muy bajo, tuvieron muchos pedidos )…Iniciaron
otro canal de comercialización: la venta en consignación a través de vendedoras de
"Avón", simultáneamente, comenzaron a planificar la venta de verano en la costa, con
lo cual empezaron a averiguar los requisitos”.

Este volumen de producción se apoya tanto en la red familiar ya señalada, como


también en una adecuada gestión (organización y administración), que fueron logrando
con el apoyo de la tutora, de esta manera consiguen manejar los recursos necesarios y
cumplir en tiempo y forma con los clientes:

“El registro de movimientos es claro y preciso. Lograron establecer una diferenciación


de funciones al respecto: La coordinación de la producción y el diseño está a cargo de
Silvia quien tiene los recursos, la capacidad y el tiempo para esta tarea. Ernesto tiene a
cargo el registro de movimientos, la planificación y el cálculo de costos, lleva un
cuaderno con la producción (inventario), un cuaderno con los ingresos y los gastos, y
un tercer cuaderno con los registros de pedidos y entrega a clientes. Con estos datos el
grupo planifica la cantidad a confeccionar semanalmente y logran así organizarse para
disponer de la mercadería en el momento que acordaron la entrega”.

Se trata de distintos indicios (en lo productivo, lo administrativo y lo comercial), de que


el grupo logró superar a etapa de puesta en marcha y continuidad del emprendimiento,
para pasar a otra de consolidación95, con el desarrollo exitoso de varios ciclos
productivos en que fueron incrementando y diversificando su producción, pudimos

95
En el informe correspondiente a su última visita, la tutora resalta que: “Este grupo tiene todas las
condiciones para crecer y sustentarse económicamente, por el poder de gestión, el compromiso, la
responsabilidad, la entrega y el entusiasmo que han demostrado. Es un micro emprendimiento familiar y
son conscientes de la excelente oportunidad que recibieron con este programa”.

162
identificar también, en qué condiciones de dificultades internas y externas lo han
logrado, qué recursos utilizaron y cómo los fueron potenciando estratégicamente.
Finalmente, es de resaltar que, casos como éste o como “Catering Asociado”, muestran
el nivel de desarrollo y de sincronización que deben alcanzar algunos grupos en lo
productivo, administrativo y comercial, para garantizar una producción continua a gran
escala, condición necesaria para generar ingresos básicos.
Analizaremos ahora una realidad muy distinta, la referida al otro grupo que hemos
incluido en este tipo “Jaboneros”. Es otro proyecto de composición familiar, ubicado en
un barrio de clase media baja de Avellaneda, donde tienen pensado elaborar
artesanalmente jabones y velas.
Aquí, Fermín con sus hermanas Zulma y Blanca y su madre, Luisa, plantean como
objetivo elaborar velas y jabones para vender en los negocios que se encuentran en los
alrededores de la iglesia del barrio (santerías y otros comercios similares), contando
para esto con el apoyo del cura; también tienen la intención de ofrecer sus productos a
sus vecinos. Para ello, la tutora en su primera visita se encontró con un buen grupo, sin
conocimientos sobre la actividad que van a desarrollar ni experiencia en la producción
por cuenta propia, con lo cual la idea acerca de cómo organizarse, era muy difusa.
Más allá de esto, la apreciación realizada por la tutora en su primera visita (cuando aún
no habían recibido los insumos y equipos solicitados), es buena:

“Es gente capaz y con deseos de hacer, si la Iglesia96 les compra y los conecta con
otros lugares, tiene muy buenas posibilidades”.

Este contexto, relativamente favorable, fue cambiando con el paso del tiempo: la
prolongada demora que sufrieron para la entrega de los materiales por parte del
Municipio, vino acompañada de una serie de factores negativos de diverso tipo que
sobrepasaron al grupo: a las consecuencias anímicas y materiales que genera la demora
en la entrega de los materiales, deben agregarse problemas de orden anímico (falleció el
padre de los integrantes y esto, por el lugar que ocupaba este hombre en la familia, los
llevó a entrar en un estado depresivo), económico (dejaron de percibir el beneficio
como integrantes del PJYJHD ) y de “pérdida de contactos” (el cura párroco de la

96
Recordamos que esta familia siempre fue ayudada por el cura de la parroquia del barrio, cuando
presentaron el proyecto ante el Municipio, les dijo que los contactaría con las santerías de los alrededores
de la iglesia para que compren sus productos.

163
iglesia del barrio que iba a ayudarlos en la comercialización fue trasladado a otra
iglesia).
Estos problemas fueron retroalimentándose y la situación del grupo fue empeorando,
así, este período de espera de entrega de los materiales que, como hemos señalado, suele
ser utilizado por los tutores para trabajar en vista la puesta en marcha del
emprendimiento, debió ser utilizado por la tutora para contener al grupo, tal como lo
refleja en algunos de sus informes, al referirse a Fermín:

"…de lo único que habla, es de su padre y de los terribles momentos que están pasando
sin plata. Se lo escucha hablar y se trata de buscar alguna salida”.

"…se le sugirieron varios lugares para ir, ya sea a buscar remedios (Fermín es paciente
psiquiátrico y en ese momento no está recibiendo tratamiento médico”), como las bolsas
de comida”.

De este modo, la tutora dejó de trabajar sobre la planificación y debió dedicarse “al
emergente”, cambió su estrategia de apoyo, pasó de lo técnico a lo anímico, sin
posibilidades de ayudar al grupo a organizarse y a planificar las actividades a realizar.
En este nuevo contexto, recibieron los insumos y equipamiento solicitados al Programa,
a pesar de los obstáculos mencionados, lograron poner en funcionamiento al
emprendimiento. En el aspecto productivo, la situación no fue distinta a la esperada por
el grupo: los libros de que disponen y los folletos que venían con el equipamiento que
les entregó el Municipio, contaban con las indicaciones e instrucciones necesarias para
que aprendieran a elaborar productos de aceptable calidad:

“Producen velas de distintas formas dentro de lo navideño. Son de buena calidad y


terminación, utilizando colores y sustancias brillosos. Han confeccionado un lindo
packaging para algunas de las velas”.

Pero, si bien la producción como cuestión a resolver no se constituyó en un problema en


sí, en las condiciones enfrentadas, el ME se transformó en una suerte de actividad de
“laborterapia” escindida de las posibilidades de comercialización:

"Están contentos y trabajando en la producción, el problema radica ahí, ya que corren


el riesgo, como se les marco de hacer demasiadas figuras de navidad, y si no las
venden les van a quedar de clavo. Van a tener que tomar medidas para mejorar la
venta y, otro problema grave, rever los costos”.

164
Mientras duró el período de visitas de tutorías, esta situación no pudo ser modificada
más allá de algunos matices: siguieron produciendo todos los miembros del grupo,
Fermín se fue dedicando esporádicamente a la venta a vecinos, visitando comercios o
yendo a vender a la salida de colegios que tienen cerca de su casa, pero no logró
desplegar sus condiciones de “busca” que en otras circunstancias más favorables, le
permitieron generar ingresos, si bien magros, en forma constante. A su vez, su situación
económica no dio espacio a pensar en un resguardo de capital (lo poco que ingresaba,
debió ser destinado inmediatamente a satisfacer alguna de las tantas necesidades que
afrontan):

“…el emprendimiento les puede ayudar en cuanto a lo anímico, pero dificulto que les
pueda aportar satisfacción económica”.

A diferencia de lo que veremos en otros casos:

“El problema no es grupal, sino la situación personal de cada uno de ellos, Fermín con
sus problemas de salud, y los otros con los problemas económicos graves”.

Es así que, durante un tiempo, el ME funcionó en estas condiciones, hasta que dejaron
de lado la actividad.
A modo de balance, vemos aquí como la buena relación grupal (que venimos resaltando
como factor central), es condición necesaria, pero no suficiente. Considerando el punto
de partida y la evolución, las circunstancias llevaron a que este grupo en su camino
fuera de mayor a menor, en este sentido, podemos pensar su recorrido en dos etapas: la
inicial, donde todavía, asesoramiento técnico mediante, se podía transformar en un ME
familiar de subsistencia y la que siguió a partir de la conjunción de una serie de hechos
negativos, derivando en un grupo familiar cuyos integrantes se llevan bien, pero sin
orientación alguna y sin posibilidades de encontrar un rumbo. Los sucesos acontecidos
impidieron que alguien como Fermín, con su hábitus de “busca”, pudiera poner al
servicio del grupo su capacidad para colocar en el mercado lo que fueron produciendo.
En cuanto a los conocimientos y habilidades necesarios para el desarrollo de la
actividad, vimos como en los dos casos analizados, no se constituyeron en una
dificultad insalvable: recurriendo a distintas fuentes fueron adquiriendo los
conocimientos adecuados para elaborar productos con una calidad y presentación
aceptables, contribuyó al alcance de este logro, la buena relación grupal y que, según lo

165
expresado por los protagonistas, no se trata de productos que requieran un alto nivel de
calificación.
En definitiva, ambos grupos enfrentaron dificultades importantes, la diferencia parece
seguir estando en los recursos (de distinto tipo) que se pueden movilizar para afrontar
situaciones adversas. En este sentido, seguimos apreciando como, en estos contextos de
gran vulnerabilidad, hay cuestiones no consideradas tradicionalmente como factores
productivos, que influyen (positiva o negativamente) sobre las posibilidades de
consolidación de los MEs. A esta altura de nuestro análisis, reforzando lo ya dicho,
parece adecuado hablar de “conjunción de factores” que, como señala Merlinsky (2001)
y también Abramovich (2007), pueden ser tanto de orden interno como externo.

6.4 Los proyectos con conocimientos sobre la actividad y ausencia de vínculos entre
sus integrantes o con problemas en relación con la asociatividad
Pasamos ahora a analizar el recorrido de los grupos que ubicamos en el tipo (4), se trata
de los proyectos donde hay conocimientos suficientes sobre la actividad pero,
inicialmente, la situación grupal no es la esperable para que desarrollen una actividad
productiva en forma asociativa, ya sea porque los miembros del grupo se conocen hace
muy poco tiempo o porque se ha detectado dificultades entre sus miembros para llevar
adelante una actividad de manera conjunta97.
Estos dos factores (la relación grupal y los conocimientos existentes), tienen un estrecho
vínculo en este tipo de experiencias: como en general sucede (y hemos visto en el
análisis que hicimos de nuestros casos), los conocimientos y experiencia en la actividad
no suelen estar distribuidos homogéneamente entre los miembros del grupo, en este
sentido, la necesaria transferencia de conocimientos y el aprendizaje se produce sobre la
marcha, en la práctica, siempre y cuando exista una relación grupal adecuada, un clima
de trabajo que lo permita, es por eso que, en el análisis de estos casos, pondremos el
foco de nuestro interés en analizar cómo se constituyen en equipo productivo a partir de
la situación inicial en la que se encuentran.
Para estudiar esta situación contamos, por un lado, con dos proyectos destinados a lo
que hemos llamado “otras manufacturas”: elaboración de desengrasantes para la
industria y de juegos didácticos para niños de Jardín de Infantes, en ambos casos los RG

97
En concreto, hacemos referencia a la situación en que el RG se percibe a sí mismo como el dueño del
emprendimiento, manifestando la intención de establecer una relación de tipo patronal con el resto de los
integrantes.

166
manifestaron una actitud de tipo “patronal” y, por el otro, consideraremos a un proyecto
del rubro textil en el que las integrantes se conocieron recientemente, a partir de la
charlas en la fila para cobrar el beneficio del PJYJHD.
“Didáctico”, es el grupo conformado por tres vecinos del Partido de Merlo: Omar, Darío
y Roberto, que cuentan con el apoyo y los recursos que les brinda la Iglesia del Séptimo
Día, para fabricar los juegos didácticos que piensan vender en jardines de infantes.
En su primer visita, el tutor percibió una situación propicia para que este proyecto logre
su objetivo: una buena relación grupal98 (más allá de cierta tendencia de Omar a erigirse
como patrón del resto), poseen conocimientos que van más allá de los referidos a la
elaboración de los productos (tienen planificada la división de tareas y prevista la
transferencia de conocimientos) y que están insertos en una amplia red social que puede
proveerlos de diversos recursos y contactos:

“Son personas con conocimientos y experiencia en carpintería y construcción de


muebles que les permite rotar en los roles. Darío es el experto en informática que está
diseñando la página web de la futura empresa. Omar es el RG con gran conocimiento y
experiencia en la fabricación del producto y en el cuentapropismo y Roberto es
periodista, este último se dedicaría a la venta y Omar les enseñaría a producir”.

"Conocen el negocio en todos sus aspectos. Incluyendo los dispositivos de control y


gestión necesarios. En cuanto a la administración y contabilidad, tienen la oportunidad
de consultar a contadores pertenecientes a la misma congregación religiosa a la que
pertenecen”.

En esta etapa, en que no habían recibido los insumos y herramientas solicitados, con un
panorama alentador el tutor trabajó con el grupo cuestiones que hacen a la organización
y planificación de la actividad productiva y comercial. Respecto a esto último, a
diferencia de otros casos, la prolongada demora que enfrentan en la entrega de los
materiales solicitados, no les impidió desarrollar varias iniciativas para ir generando un
contexto favorable en la comercialización:

“Están desarrollando la planificación del programa de ventas, comenzando por los


contactos personales de cada uno, más los establecimientos y negocios del rubro
tomados como clientes potenciales. Tienen pensado además tomar algunos vendedores
que puedan cubrir zonas adicionales a las ya programadas. Han realizado contactos

98
Manifiestan ante el tutor conocerse desde hace tiempo, cosa que no es así en el caso de Roberto que,
como vimos al presentar al grupo, hace poco llegó al barrio y Omar lo invitó a participar del grupo a
partir de una “revelación”.

167
también con docentes universitarios y capacitadores empresariales que utilizan juegos
didácticos para sus programas de creatividad”.

En definitiva, en un grupo que no se encuentra en funcionamiento y que no tiene


experiencia previa de trabajo conjunto, hay atributos que no hemos identificado en los
otros casos que en esta misma situación. Aquí, al haber conocimientos sobre la
actividad y una idea bastante precisa de lo que quieren hacer y de cómo lo harán, el
tutor encontró un entorno más favorable para desarrollar su trabajo:

"De acuerdo a lo expresado por los beneficiarios, al analizar cada uno de los puntos de
este informe, cuentan con buenas posibilidades de sustentación económica. Una vez que
comiencen las actividades, se podrá evaluar el proyecto con mayor exactitud”.

Finalmente, recibieron los insumos y materiales solicitados, pero fuera de temporada


(fue hacia mitad de año, cuando lo ideal hubiese sido a fines de año, para poder
comenzar a elaborar muestras y, al inicio del año, empezar a ofrecerlos en los Jardines
de Infantes).
Ante esta situación, evaluaron la posibilidad de iniciar sus actividades elaborando otros
productos (mangos de madera para pinceles de cosméticos), pero esto requería realizar
una serie de trámites para cambiar algunas de las máquinas que (finalmente) les habían
entregado, con lo cual, en forma conjunta con el tutor, decidieron comenzar a elaborar
muestras de juegos didácticos, restringir al mínimo posible los gastos y trabajar
fuertemente para posicionarse ante el próximo año lectivo.
En esta nueva etapa, donde los miembros del emprendimiento empezaron a interactuar
en forma cotidiana, el tutor fue percibiendo que debía enfocar su trabajo en cuestiones
que hacen a la relación grupal:

“Las relaciones entre los socios es buena, aunque aparecen momentos de competencia
entre Omar y Roberto y se identifican dificultades en Darío para lograr un importante
nivel de compromiso con el microemprendimiento, son cosas que se espera poder
canalizar con el asesoramiento técnico y el acompañamiento…”

Es por ello que orientó sus sugerencias hacia la apertura de espacios de diálogo
permanente y búsqueda de acuerdos, recomendando:

“Que los tres asuman su doble rol de dueño y empleado, cumpliendo horarios y
combinando con los otros dos sus tareas y gestiones diversas. Comunicarse

168
diariamente al final de la jornada los resultados obtenidos, consensuando las tareas del
día siguiente”.

Debemos destacar que este tipo de situaciones (demoras en las entregas de materiales y
maquinarias, en muchos casos incompletas, defectuosas o fuera de temporada), ponen a
prueba no sólo la creatividad de los emprendedores para solucionar los problemas
productivos que esto genera, sino (y fundamentalmente), desafían su capacidad de
constituirse como grupo en un contexto ya de por sí difícil. En este caso, luego de una
importante demora, recibir los insumos y maquinarias fuera de temporada representó la
imposibilidad de generar ingresos en una etapa marcada por una serie de gastos
importantes99, todo esto sin desatender las otras actividades productivas que venían
realizando para generar ingresos.
En estas condiciones, debieron comenzar su camino como grupo productivo, con
algunas diferencias y problemas que comenzaron a manifestarse entre sus integrantes,
no obstante esto, el balance del tutor luego de su segunda visita, no deja de manifestar
un “prudente optimismo”:

“A pesar de que la entrega de los insumos y las máquinas haya sido efectuada en un
momento del año inadecuado, las perspectivas de sustentabilidad económica y de
desarrollo parecen tener buenas posibilidades. Los resultados de las actividades
desarrolladas durante las próximas semanas darán datos más concretos, más
cuantificables que los que se puedan vislumbrar en este momento”.

Sin embargo, el tutor no pudo realizar su tercera visita al grupo, ya que dejaron de
existir como tal: luego de que las diferencias ya mencionadas entre dos de los
integrantes (Omar y Roberto), derivaran en situaciones de violencia verbal y física, con
la radicación de una denuncia policial de parte de éste último por las agresiones
recibidas.
Ante esta situación excepcional, que excede en mucho las posibilidades de trabajo del
tutor, se citó a una reunión en el Municipio a los tres integrantes del grupo con el fin de
constatar la gravedad de la situación y tratar de recomponer el vínculo. A partir de lo
ocurrido en dicha reunión y según consta en el correspondiente informe:

“…se pudo observar la relación asimétrica de poder entre los integrantes de la


sociedad. Los acontecimientos desencadenados en el último período, en cuanto a
99
Cuando era eminente la entrega de las máquinas y los insumos, alquilaron un galpón e incurrieron en
otros egresos para instalar el taller, siguieron visitando a potenciales clientes, etc.

169
amenazas, discusiones, agresiones físicas, denuncias penales, etc., provienen de un
largo período de una relación patronal de carácter autoritario, entre el referente del
proyecto y sus compañeros. Durante la entrevista el Omar se mostró inflexible y rígido
en su postura, manifestando en todo momento que él era el “dueño de la fábrica”.

Los funcionarios presentes invocando los requisitos de asociatividad del Programa y la


necesidad de que el grupo se maneje con éstos parámetros, propusieron formalizar un
nuevo acuerdo grupal y el reinicio de las actividades, pero no se logró un resultado
positivo. Esto llevó a que se explique (nuevamente) a los integrantes del grupo que el
proyecto debía ser dado de baja si no lograban un acuerdo para funcionar como grupo
asociativo, con lo cual se retiraría los insumos y maquinarias entregados, situación que
finalmente se debió hacer efectiva.
Pasamos ahora a considerar el recorrido del proyecto orientado a la elaboración de
productos químicos de limpieza para actividades industriales: “Químicamente” del
Partido de Merlo.
Al igual que en el caso anterior, aquí tampoco se logró poner en marcha al
emprendimiento por dificultades del orden de la composición grupal.
El tutor en sus visitas al emprendimiento nunca llegó a juntarse con el grupo: las dos
primeras reuniones se llevaron adelante antes de que el grupo recibiera los insumos y
materiales, sólo estaba presente en ellas Julio100, el referente del grupo, integrante de
mayor experiencia y conocimientos en la actividad.
Estos primeros encuentros, en que el tutor no pudo hacerse una idea acerca del tipo de
relación existente entre los integrantes del grupo, sirvió en cambio para que obtuviera
información sobre las particularidades de la actividad y sobre la forma en que iba a ser
desarrollada: se trata de una amplia variedad de productos (detergentes, suavizantes para
lavados, desengrasantes industriales, lavandinas, etc.), que:

“…son fabricados por procesos sencillos de mezcla por agitación de diversos


componentes líquidos y en polvo. La calidad de los productos, dependen principalmente
de la calidad de los componentes que se utilicen. En este sentido, la estrategia a seguir
será la de producir productos de primera calidad. Los precios de venta se establecen

100
Las visitas de tutorías son pautadas en fecha y hora previamente entre el tutor y el grupo, desde el
inicio se notifica al grupo que es requisito que se encuentren presentes todos los integrantes en ese
momento, no obstante esto, es frecuente que algún integrante se ausente por motivos variados, más allá de
esto, si la situación se reitera, como en este caso, esto suele ser una señal para el tutor y para el Programa
de que esta situación puede estar encubriendo alguna irregularidad en torno a la apropiación del proyecto
por parte de algún integrante. La atenuante aquí es que aún no han recibido los materiales y se informa
que están trabajando en otro lugar a fin de generar recursos para mantener a sus familias.

170
generalmente agregando al costo total del producto, entre un 100 a un 150 % de
ganancia”.

El proceso productivo se llevaría a cabo en la casa de Julio (se trata de una situación que
suele ser habitual, en la medida en que uno de los integrantes cuenta con espacio
suficiente y adecuado, no se suele recurrir a la erogación que significa el pago de un
alquiler), pero a esto debe agregarse que es el socio con mayor conocimiento y que en él
recaerán todas las actividades que implican manejo de información sobre la actividad:

“… mientras que será Julio por su mayor conocimiento y experiencia, quien se


encargará de llevar adelante la contabilidad y la gestión integral del negocio…todos
los aspectos de la gestión del negocio, incluyendo los registros adecuados para el
control de gestión, y para determinar la política de fabricación y venta. Esto incluye un
registro de proveedores, de clientes, de vendedores independientes, de ingresos y
egresos, costos, otros”.

Mientras que los beneficios serían percibidos a partir de un sistema de comisiones a


cobrar por venta generada por cada integrante:

“De acuerdo a la planificación manifestada, durante los primeros meses, los socios
sólo podrán retirar lo que les corresponda por comisión de ventas realizadas por cada
uno de ellos. El resto de lo ingresado por ventas será adjudicado a la compra de
materias primas y a la creación de un capital de trabajo que le brinde estabilidad
financiera al proyecto”.

Como puede apreciarse, se trata de una forma de organización muy orientada hacia una
lógica capitalista, donde el tutor, por ausencia de los otros dos integrantes, no puede
corroborar en qué medida se ha llegado a esto por consenso o por imposición,
seguramente, es por esto que (además de solicitar que en futuros encuentros se haga
presente el resto de los integrantes), sus sugerencias se orientaron a fomentar la
participación y compromiso de todos por igual en las decisiones que hacen al rumbo del
ME:

“Que los tres asuman sus roles de emprendedores con igual compromiso y dedicación
hacia todos los aspectos del negocio, y que decidan todo por consenso”.

Más allá de esto, al haber conocimientos más que suficientes respecto a la actividad y
manejar (al menos potencialmente) un margen tan alto de ganancia, el tutor estimó que
pueden estar dadas las condiciones para que el proyecto sea sustentable:

171
“Aunque habría que prestarle atención a cómo se desarrollan las relaciones entre los
tres socios, teniendo en cuenta la polarización actual de roles, con el protagonismo
concentrado en Julio”.

Transcurrido el tiempo, lo que inicialmente fue para el tutor una presunción, se terminó
confirmando:

“Julio es el que conoce las fórmulas para producir los distintos productos. Esto le ha
permitido erigirse en un rol de “gerente”, que puede conspirar contra el nivel de
motivación que puedan manifestar los otros dos integrantes”.

Efectivamente, los otros dos integrantes nunca estuvieron presentes en las reuniones con
el tutor y, si bien hacia la tercera visita habían recibido los insumos y materiales (no
todos los solicitados ya que, como le sucedió al resto del los casos de la muestra, la
demora en la compra hizo que se debiera recurrir a “recortes” debido al impacto de la
inflación) y esto les permitía iniciar la producción sólo de algunos de los artículos que
podrían comercializarse por la vía del “puerta a puerta”, nunca lograron poner en
marcha al emprendimiento: el único integrante del proyecto que quedó fue Julio, los
otros dos formalizaron su renuncia al emprendimiento ya que consiguieron trabajo, y él
nunca consiguió encontrar los reemplazos necesarios para conformar un equipo a pesar
de que se le informó desde el Programa que no podría seguir adelante con el proyecto él
solo. Como en el caso anterior, se debió devolver al Municipio los materiales que le
fueron entregados.
En el recorrido de estos dos proyectos (“Didáctico” y “Químicamente”), el peso de los
conflictos latentes que identificamos en las entrevistas realizadas, fue mayor que las
buenas perspectivas que ofrecían respecto a los otros aspectos que hacen a la actividad
productiva: vastos conocimientos y experiencia para desarrollar productos de calidad,
alta rentabilidad, posibilidades reales de ubicación el mercado, existencia de redes, etc.
Como señaláramos oportunamente, el tipo de organización que promueve el Programa,
en una situación de simetría en los procesos de toma de decisiones y distribución de
beneficios, en contextos de grandes carencias y dificultades, requiere de una
predisposición de la que no todos los participantes disponen, en este sentido, hay
autores (Merlinsky, 2001; Abramovich, 2007), que señalan los efectos negativos que
puede tener la asociatividad como requisito en los Programas de apoyo.
Resta analizar en esta categoría a “Pilchitas”. Este proyecto textil del partido de Merlo,
originalmente estuvo conformado por tres mujeres que se conocieron yendo a cobrar el

172
beneficio como integrantes del PJYJHD. Una de ellas (Rita), participó de una sola de
las cuatro visitas que realizó la tutora al emprendimiento (según informan las otras dos
integrantes, solicitó licencia por enfermedad ante el Municipio), de esta manera, a lo
largo del período considerado, las integrantes del grupo que quedaron son dos: Norma y
Mirta.
La tutora sólo debió realizar una visita al grupo antes de que recibieran los materiales
solicitados al Programa, allí pudo constatar la existencia de una cordial relación entre
las integrantes y la falta de precisión acerca la forma en que iban a enfrentar la
producción, mientras que, en lo comercial, ya contaban con varios pedidos de sus
vecinos y familiares. Aquí, la tutora planteó al grupo la necesidad de lograr acuerdos en
torno a la distribución de tareas, funciones y responsabilidades, las características del
apoyo que brinda el Programa y “sobre el cambio de rol, diferencia entre el trabajo en
relación de dependencia y esta nueva modalidad”.
Una vez recibidos los insumos y equipamientos, la puesta en marcha del
emprendimiento les llevó cerca de un mes: enfrentaron dificultades para poner en
funcionamiento las maquinarias, si bien Norma trabajó muchos años en la industria
textil, no estaba familiarizada con las que les fueron entregadas. Finalmente, a base de
“ensayo y error” lograron ponerlas en marcha y se organizaron para llevar adelante la
actividad:

“Norma se encarga de la confección, la compra de insumos y la comercialización.


Mirta se encarga del diseño, la confección y la comercialización”.

Al armar el proyecto que debieron presentar ante el Municipio, tomaron el recaudo de


solicitar telas para distintas temporadas, en este caso, el momento del año en que
recibieron los materiales no representó un inconveniente como ya hemos visto en otros
grupos.
Se inició así un período en el que lograron un funcionamiento adecuado en distintos
aspectos: en lo productivo (“Las prendas están muy bien confeccionadas, prolijamente
terminadas y también”), también pudieron establecer adecuados procedimientos
administrativos (“Llevan un registro simple pero claro, de todos los
movimientos…Lograron sacar el costo de la prenda, y acordar entre ellas el precio de
venta, de acuerdo a los precios del mercado, es decir para poder competir con
ellos…”).

173
A su vez, la situación económica familiar les permitió transitar esta primera etapa de
puesta en marcha sin tener que realizar otras actividades productivas, incluso, pudieron
destinar la totalidad de los ingresos percibidos a la reinversión:

“Las integrantes no efectuaron ni tienen pensado efectuar retiros. En el caso de Mirta,


ella esta cobrando el plan y su esposo tiene trabajo, dice que puede arreglarse sin
hacer retiros y es conciente que en un primer momento es imposible retirar dinero del
micro emprendimiento. Norma dice estar en igual condición… han decidido invertir
todo lo recaudado en el micro emprendimiento, por tal motivo, invirtieron en una
abrochadora (maquina para colocar broches en las prendas) y en insumos para el
estampado de las remeras”.

Este es otro de los casos en que la falta de apremios económicos generó una situación
positiva, ya que permitió poner en funcionamiento al emprendimiento sin presiones, a
su vez, la posibilidad de reinvertir los ingresos para adquirir por medios propios lo que
el Programa debió recortar debido a la inflación, así como también contar con dinero
para comprar (elegir) las telas con que trabajar, todo esto, se constituye en una gran
ventaja.
Paradójicamente, más allá de este buen desempeño en distintos aspectos, mientras duró
el proceso de tutorías no alcanzaron un volumen importante de producción y ventas,
siempre trabajaron por debajo de lo que permitía la capacidad instalada, inclusive,
cuando Mirta quedó embarazada y enfrentó algunas dificultades de salud, por
momentos, interrumpieron la actividad o le dedicaron pocas horas diarias (cuatro), esto
ha hecho que sus ingresos fueran bajos, pero, a su vez, no han necesitado hacer retiros
de dinero. Es así que, luego de su última visita al ME, la tutora describió la siguiente
situación:

“En esta visita, encuentro a las integrantes, algo desconectadas con el proyecto…
dicen que conocen sus puntos débiles, y agregan que la falta de continuidad en la
producción y venta se debió pura y exclusivamente a los problemas de salud que
tuvieron dos de las integrantes… Confío en que logren una sustentabilidad económica.
Las prendas son de muy buena confección y calidad…No considero necesario ampliar
las visitas, basándome en los discursos de las dos socias, frente a mis intervenciones y
capacitación en estas cuatro visitas, con esto quiero decir que en la interacción con
ellas se muestran conocedoras del tema”.

En definitiva, las dificultades que enfrentaron no fueron del plano grupal:

174
“Frente a la toma de decisiones se las ve con el mismo interés por el proyecto, se
escuchan, y esto hace que puedan llegar a un acuerdo fácilmente y no se encuentran
con obstáculos en la relación vincular”.

Más bien los problemas afrontados en la puesta en marcha fueron de orden productivo:
cuando tuvieron que recurrir a la prueba y error para familiarizarse con las máquinas
recibidas.
Posteriormente, a pesar del contexto favorable y el correcto funcionamiento alcanzado,
no lograron incrementar la producción, en este período, los problemas enfrentados por
el grupo, no fueron distintos de los de sus pares, la diferencia posiblemente radique en
que cuentan con un respaldo importante que les permitió regular su actividad productiva
en relación con los obstáculos que fueron enfrentando, pudieron manejar sus tiempos,
invertir los ingresos desde el principio, aumentar o disminuir el nivel de actividad.
Pensamos entonces, en la situación de otros grupos como “Símbolo”, seguramente más
representativos de la situación por la que atraviesan los proyectos que ingresan al
Programa, que deben ajustar su organización a sus limitadas posibilidades,
desarrollando una multiplicidad de estrategias para seguir adelante.
Estas situaciones comparadas van fortaleciendo y dando especificidad a nuestra
hipótesis acerca del condicionamiento que produce la situación en el punto de partida
sobre el recorrido de los MEs: si bien todos los grupos se constituyen y realizan sus
actividades en un contexto de importantes carencias, varían tanto sus recursos como la
forma en que los utilizan. En este sentido, al analizar estos tres casos, pudimos apreciar
nuevamente la importancia que adquiere la relación grupal en el desarrollo de una
actividad asociativa, esta afirmación puede parecer una obviedad, pero el estudio de
casos concretos, nos aporta la evidencia de lo particular, donde el manejo de otros
activos y las expectativas de importantes ingresos, no bastaron para superar los
conflictos que se desencadenaron.

6.5 Los proyectos con ausencia de vínculos entre sus integrantes (o con problemas
en relación con la asociatividad) y “deficiencia de conocimientos”
Nos queda ahora, considerar el recorrido de proyectos que, a priori, se perciben con el
mayor grado de dificultad para constituirse en unidad productiva asociativa sostenible
en el tiempo. Los obstáculos aquí refieren a la ausencia vínculos entre sus miembros y,
a su vez, a la falta de conocimientos y habilidades para realizar la actividad en la escala
prevista. Tienen entonces, la difícil tarea de constituirse en grupo asociativo sin contar

175
con una base, un vínculo previo y, simultáneamente, deben hacerse de los
conocimientos necesarios para realizar esa variedad de tareas y actividades que implican
el desarrollo integral de un proceso productivo y comercial por cuenta propia. Todo
esto, en el contexto de carencias y dificultades que, como hemos visto, enfrentan los
emprendimientos de la economía popular.
El análisis de este tipo de situación será a partir del recorrido de “La Luz” el proyecto
de panadería conformado por tres miembros de la Iglesia Evangélica, cuya relación se
limita a algunos encuentros en las contraprestaciones realizadas como beneficiarios del
PJYJHD.
En su primera visita, cuando se encontraba aún a la espera de los insumos y maquinarias
para empezar a trabajar, el tutor se encontró con el grupo en la casa de Héctor, allí
estaban acondicionando el espacio destinado a la producción. La distribución de las
tareas productivas era una cuestión no pensada aún, lo mismo que la comercialización,
con el agravante de que el proyecto está instalado en una zona muy humilde, de bajo
poder adquisitivo, donde a los precios en el barrio: “los trata de imponer un panadero
mayorista que tiene muchas sucursales por la zona y un centro de producción masivo”.
En lo que refiere al proceso de asesoramiento técnico, el tutor buscó generar distintas
vías. Para aportarles herramientas de gestión y administración, los invitó en varias
ocasiones a participar de unos cursos de acceso gratuito en un instituto de la zona de
“Gestión de Microemprendimientos”, pero nunca concurrieron, posiblemente, la causa
de esto haya sido la ya mencionada falta de tiempo disponible de parte de los
integrantes del grupo101, con lo cual, el refuerzo de los aspectos que hacen a la
administración del negocio, debió ser aportado exclusivamente desde las visitas de
tutorías.
Al momento en que recibieron los insumos y maquinarias solicitados, ya había
renunciado una de las integrantes debido a que no podía dedicar tiempo al trabajo fuera
de su hogar. Por otra parte, tuvieron que hacer algunas adaptaciones al horno para que
levante la temperatura adecuada y, así, empezaron a hacer las primeras pruebas para ver
cómo salían los productos.
En esta nueva etapa se puso de manifiesto la falta de conocimientos del grupo para
elaborar productos con la calidad suficiente para ser destinados a la venta. Aquí el tutor

101
Recordamos aquí que Héctor trabaja tres días a la semana en la feria de La Salada, mientras que las
otras dos integrantes, llevan adelante el cuidado de sus hijos y otras actividades referidas al plano
doméstico.

176
ofreció contactarlos con otro emprendimiento de la zona que él tutorea, los integrantes
de éste proyecto se mostraron dispuestos a asesorarlos. La idea era que Héctor asistiera
por un tiempo a la panadería y, desarrollando tareas de ayudante, aprendiera el oficio.
La experiencia no llegó a un buen fin, no estaban dadas las condiciones para que
Héctor, con su poca disposición horaria pudiera hacerse de un “espacio” para iniciar un
proceso de aprendizaje de estas características, en estas circunstancias, parecería ser que
percibió a ésta como una oportunidad de solucionar el problema de fabricación por otros
medios que el propio, pero esto devino en una situación conflictiva entre ambos
emprendimientos102.
Simultáneamente, comenzaron a tener problemas con el Centro de Panaderos local,
porque el precio de venta que manejaba el ME estaba por debajo del establecido por
ésta organización y, por momentos también se vio discontinuada la actividad ya que, al
estar “colgados” del servicio de luz, cada tanto la empresa de electricidad los desconecta
(se trata de interrupciones de uno o dos días de duración).
En este contexto en que se acumulan y potencian dificultades de distinta índole, el
grupo comenzó a discontinuar su actividad productiva. Se trata de una situación que ya
excedía al tutor, con lo cual solicitó una visita de supervisión de parte del Programa,
instancia que se llevó adelante. Allí, los integrantes del grupo admitieron la existencia
de dificultades, así como también su intención de seguir adelante con la actividad.
A partir de allí, iniciaron una etapa de trabajo muy limitada, buscando reiniciar luego de
un período de inactividad. Se trata, en todo caso, de situaciones que los alejaron de la
posibilidad de lograr una continuidad en el funcionamiento, necesaria para generar un
aprendizaje sobre la marcha e irse instalando paulatinamente como una de las
panaderías de la zona, esto se refleja en el volumen de ventas (siempre escaso).
A su vez, las presiones del Centro de Panaderos por el precio de venta de sus productos,
los llevó a la búsqueda de otros canales de comercialización:

102
“… (Héctor) va se presenta y dice que yo lo había mandado para que ellos les enseñen y lo ayuden en
su negocio, lo único que en realidad quería es que la gente de ALP (es el ME) le hagan el pan para el
vender, ni siquiera llevaba sus propias materias primas, pretendiendo usar las de ALP que obviamente le
cobraban exclusivamente la harina y le enseñaban, dado que le hacían el pan con la condición que fuera
a ayudarlos a trabajar y a aprender”.
Le intentaron enseñar, con muy buena predisposición y voluntad pero Héctor no trabajaba, no concurría
y les pedía que les enviara el pan a su negocio, lo hicieron un tiempo dado que había invocado mi
nombre, y voluntariosos lo quisieron ayudar, no encontraron respuesta adecuada”.
“…les dijo que él no sabía que tenía que trabajar mañana y tarde para hacer sus propios productos y
que él a la tarde no podía porque tenía que ir al templo (son evangelistas) y también les pidió si podían
charlar con su mujer que no colaboraba para nada en el negocio, fundamentalmente por concurrir al
templo…”

177
“…venden en unas ferias barriales los martes, viernes y sábado por la tarde o por
encargo de los concurrentes a una iglesia evangélica”.

En parte, esto representó un avance, en el sentido de que les permitió sostener una
continuidad como ME (logro que no parece menor, en esas circunstancias), aunque
mantuvieron un volumen de producción muy por debajo del posible si se tiene en cuenta
los equipamientos de que disponen. Naturalmente, esto atenta, a mediano o largo plazo,
contra la continuidad del ME: concurrir a una feria implica una serie de gastos (de
movilidad y de permanencia), que solo pueden ser absorbidos por un volumen de ventas
lo suficientemente alto y, que a su vez deje ganancias a distribuir entre los integrantes
de dos hogares distintos103.
Otra dificultad que enfrentaron tiene que ver con el aumento del costo de las materias
primas que no pueden trasladar automáticamente al precio de venta, debido al poco
poder adquisitivo que tiene la gente de la zona. Ante esto fueron desarrollando algunas
estrategias para bajar los costos:

“…están comprando sebo y lo derriten por que le resulta más barato que comprar
grasa que ha aumentado mucho, materia prima para las facturas de grasa…”

También hay que mencionar que lograron adelantos en aspectos que hacen a la
administración de los recursos y a la formalización del emprendimiento. En este
sentido, armaron una planilla de registros que, si bien debe ser mejorada, representa un
avance a partir de las sugerencias y apoyo del tutor: “…es una respuesta parcial a lo
solicitado dado que los primeros registros están demasiado en borrador…”, y
realizaron avances en torno a la “formalización” del emprendimiento: sacaron la libreta
sanitaria (esto los habilita a vender en las ferias) y también comenzaron a realizar
averiguaciones ante el Municipio para sacar el Monotributo Social e iniciaron los
trámites de habilitación del local.
En definitiva, considerando el punto de partida del grupo, la ausencia de vínculos
previos entre sus integrantes, no representó un obstáculo para la asociatividad. Si fue un
problema la falta de conocimientos y habilidades en lo productivo, no pudiendo
aprovechar las oportunidades generadas por el tutor, debieron ir resolviendo esta

103
“Están funcionando de manera muy limitada solo con ventas como se detalló en la parte de proceso
productivo. Cada día que van a la feria recaudan entre 40 y 70 $ de los que les quedan como ganancia
neta alrededor de 20 a 35 $”.

178
cuestión sobre la marcha, mientras iban enfrentando otros obstáculos propios del grupo
y del medio en que deben moverse.
En un escenario de estas características, lograr poner en funcionamiento al
emprendimiento, sostenerlo e ir generando ciertos avances respecto a la administración
y formalización, representan notables logros, que en parte, pudieron ser obtenidos
gracias a la buena relación grupal (o, al menos, la ausencia de conflictos importantes).
Por otro lado, que estas mejoras no se hayan podido generar en el marco de una
continuidad de las actividades, atenta contra la sustentabilidad del emprendimiento, ya
que, como venimos observando, la práctica cotidiana una de las principales fuentes de
conocimiento y de consolidación de este tipo de experiencias.
Desde otro lugar, se pueden plantear algunos interrogantes referidos a cuestiones
ligadas a las motivaciones que orientan el accionar de quienes llevan adelante un
emprendimiento en estas condiciones: ¿por qué siguen a pesar de las condiciones que
deben enfrentar?, ¿qué los lleva a desarrollar nuevas estrategias para “sostener la
apuesta”, e inclusive, formalizarla, a pesar de los magros resultados económicos que
obtienen?, hay autores como Cafferata (1989: 35), que nos brindan elementos para
responder a estos interrogantes cuando afirma que: “La motivación básica de las
unidades económicas informales es asegurar ingresos de subsistencia a sus titulares.
Esto es válido para todo tipo de unidades informales, incluyendo las que se encuentran
en regímenes de reproducción simple, deficiente o ampliada. El cálculo de las unidades
informales no es cuánto retorno podrían obtener del escaso capital invertido, sino cómo
subsistir (cuanto tiempo) con el capital disponible. De ahí que se explique, por ejemplo,
que unidades informales en regímenes de reproducción deficiente -de no mediar otras
oportunidades de ingreso- se mantendrán de todos modos en actividad hasta agotar su
capital originario”.
Efectivamente, en esta búsqueda por sostener la actividad, al momento de la última
visita del tutor (la sexta), si bien aún no habían logrado reabrir el local, mantenían la
continuidad a partir de las ventas ferias:

“Están vendiendo tres días a la semana por la noche en la Feria de Ropa de La Salada
y los sábados y martes van a una feria cerrada de Villa Caraza lugar donde funcionaba
anteriormente un club de trueque y donde ahora venden distintos tipos de productos…”

179
Esta situación, llevó al tutor a manifestar (por primera vez), ciertas expectativas en
torno a las posibilidades de sustentabilidad del emprendimiento:

“Por todo lo expuesto las posibilidades de lograrlo siguen siendo son muy bajas, pero
daría la impresión que lentamente van mejorando y trabajando un poco más, así como
poniendo un poco más de empeño en el negocio”.

180
Conclusiones

Como indicamos al inicio, el objetivo principal de nuestro trabajo fue analizar las
tensiones que se presentan en la práctica, cuando un programa brinda un mismo tipo de
apoyo (en “volumen” y en “orientación”) a unidades socio-productivas que se
encuentran en situaciones muy diferentes, en otras palabras, cuando se supone la
homogeneidad de realidades sumamente heterogéneas. Considerando que, de este
modo, contribuimos a avanzar en la construcción del conocimiento necesario para
adecuar las intervenciones estatales a las realidades que se pretende modificar.
Una preocupación central de nuestro trabajo fue identificar aspectos que permitan dar
cuenta de la heterogeneidad existente al interior de ese universo que conforman los
proyectos que se presentan para ser financiados por el Programa “Herramientas por
Trabajo”, para luego, poder apreciar como inciden estas distintas situaciones en sus
posibilidades de constituirse en unidades productivas con perspectivas de sostenerse en
el tiempo.
Nuestra mirada del problema, enfatiza que la diversidad existente en los sectores a los
cuales están destinadas estas políticas, no constituye un aspecto irrelevante o secundario
en relación al éxito o al fracaso de estas intervenciones, sino que implica puntos de
partida más o menos favorables para el desarrollo de actividades por cuenta propia en
forma asociativa, cuestión que debe ser tenida en cuenta para contemplar apoyos
diferenciales, adecuados a las distintas potencialidades y carencias.
A su vez, consideramos que es a partir del análisis de los recorridos de distintos
emprendimientos como pueden identificarse los factores que hacen al éxito o al fracaso
de este tipo de experiencias. En otras palabras, es en el funcionamiento concreto en el
marco del Programa, donde los emprendimientos ponen de manifiesto sus recursos y
estrategias, junto con las dificultades que enfrentan, así como también se hacen visibles
los aportes y limitaciones que ofrece el Programa, tal como está planteado, para
alcanzar sus objetivos.
Por lo expuesto, nuestro interés se ha centrado en analizar y describir situaciones
diferenciadas en los grupos antes de recibir el apoyo del Programa, para luego ver cómo
inciden estas “situaciones de base” en el posterior desarrollo de las experiencias que
propicia “Herramientas por Trabajo”. Al respecto, en este trabajo podemos señalar a
manera de apreciaciones finales sobre el tema lo siguiente:

181
En relación con la identificación y descripción de los aspectos que hacen a la
heterogeneidad existente en los MEs del sector informal, debemos afirmar que éstos
constituyen fenómenos sumamente complejos, si bien producen para el mercado, no
pueden ser abordados y comprendidos acabadamente desde la lógica empresarial-
capitalista. Teniendo en cuenta esto, podemos encontrar en ellos y en los contextos en
que se desarrollan, rasgos comunes y también aspectos que hacen a la heterogeneidad
existente al interior del sector informal.
Si bien la vulnerabilidad económica y social es un “denominador común” en los
sectores populares, se pueden apreciar diferencias significativas en cuanto manejo de
recursos de diverso tipo (que bien utilizados pueden desarrollar un efecto sinérgico, en
un clima que no esté signado por el apremio económico) y a la presencia de
dificultades, en vistas a hacerse cargo de manera integral de un proceso productivo.
Es así que, tanto para el estudio de los MEs, como para su promoción y apoyo por parte
de un programa, podemos señalar que no se tiene adecuadamente en cuenta la
complejidad y la heterogeneidad existente.
La diversidad de situaciones entre los grupos que se presentan ante un programa de
promoción no es claramente identificada antes de que los proyectos reciban el apoyo
estatal, una situación que hemos denominado “punto de partida”. Allí, donde los
programas realizan estudios de factibilidad económica, a partir de proyecciones sobre
volúmenes de producción e ingresos, que deben expresar determinados resultados
económicos positivos para que cada proyecto sea aprobado, hemos constatado la
importancia de factores que exceden a los considerados por la economía tradicional: el
tipo y fortaleza del vínculo existente entre los integrantes del proyecto, su situación
familiar y la inserción en redes que, entre otros, han demostrado que son cuestiones de
fuerte peso sobre las posibilidades de desarrollo de una actividad productiva asociativa
sostenible en el tiempo.
A partir del estudio realizado estamos en condiciones de afirmar que un adecuado
análisis permite ubicar a cada proyecto a financiar en una situación particular, donde
pueden identificarse potencialidades en las que debe apoyarse el Programa y debilidades
o carencias, sobre las que hay que trabajar para fortalecer al grupo, de este modo será
posible prever con cierta expectativa de certeza cuáles son las dificultades internas que
enfrentará un grupo según la situación en que se encuentre en la etapa previa a recibir el
apoyo del Programa. De este modo, se podría disminuir la tasa de mortalidad de los
grupos y aumentaría la cantidad de experiencias exitosas.

182
También hemos constatado que, al haber una gran cantidad de factores que influyen en
el éxito o fracaso de este tipo de experiencias, cada caso representa una particular
combinación de activos y vulnerabilidades que sólo pueden ser abordados de forma
provechosa a partir de instrumentos de análisis apropiados. En este caso, la construcción
de una tipología de lo que hemos llamado “puntos de partida”, constituyó una
herramienta clave para el abordaje y conocimiento de la problemática de los MEs, así,
inicialmente consideramos dos factores: “la situación grupal o vínculo entre los
integrantes del proyecto” y “los conocimientos y experiencia”.
Teniendo en cuenta estos factores, hemos llevado a cabo un proceso de análisis que nos
permite sostener que los emprendimientos preexistentes (que se encontraban
funcionando con recursos propios antes de ingresar al Programa), son los que se
encuentran en una situación más ventajosa ya que manejan una serie de recursos y
habilidades, situación que ya fuera destacada en otros trabajos (Merlinsky, 2001;
Abramovich, 2007), pero que, nos permite en este caso alegar y sostener en función del
planteo que hemos realizado en relación con los “puntos de partida”.
Por su parte, los grupos que para constituir el emprendimiento se encuentran a la espera
de los recursos que les brindará el Programa, pueden ubicarse al interior de las
siguientes situaciones que implican distintas potencialidades y carencias de cara al
desarrollo de una actividad productiva: “Proyectos con vínculos preexistentes entre sus
integrantes y con conocimientos suficientes”; “Proyectos con vínculos preexistentes
entre sus integrantes y deficiencia de conocimientos”; “Proyectos con conocimientos
sobre la actividad y ausencia de vínculos entre sus integrantes o con problemas en
relación con la asociatividad” y, finalmente, “Proyectos con ausencia de vínculos entre
sus integrantes (o con problemas en relación con la asociatividad) y deficiencia de
conocimientos”.
Los emprendimientos preexistentes, son grupos consolidados pero acostumbrados a
desarrollar sus actividades en una escala modesta. Lograron la sostenibilidad en un
marco de subsistencia y, en este contexto, el apoyo del Programa implicó la oportunidad
y el desafío de iniciar una etapa nueva: la del crecimiento como unidad productiva,
pasar a desarrollar sus actividades en otra escala requirió tomar decisiones e
implementar cambios que rompen el equilibrio existente y pueden poner en riesgo la
continuidad del emprendimiento. Se trata de un camino difícil, por lo incierto, en un
contexto de carencia de recursos materiales donde los aportes del Programa son
limitados, mientras que el asesoramiento técnico puede estar apoyado en los

183
conocimientos y habilidades existentes en el grupo o no, dependiendo de las
concepciones del tutor.
Por su parte, los grupos que al ingresar al Programa aún no están en actividad, enfrentan
el desafío de poner en funcionamiento al emprendimiento y sostener las actividades en
una etapa inicial que posiblemente sea la más dificultosa, ya que en ella se producen
muchos egresos económicos y pocos ingresos.
Tanto para quienes tienen por delante el desafío de pasar a una etapa de crecimiento,
como para quienes deben poner en marcha al emprendimiento, las potencialidades que
poseen y las dificultades que han de enfrentar, tendrán un peso y significado diferente
según la situación en que se encuentren antes de recibir el apoyo del Programa. Esto es
algo que hemos constatado en la segunda etapa de nuestro estudio, cuando analizamos
el recorrido como unidad socioproductiva de cada caso en el marco del apoyo que les ha
brindado el Programa.
Efectivamente, al vincular en nuestro análisis las distintas situaciones existentes en el
punto de partida con los recorridos efectuados, pudimos contrastar que la
heterogeneidad existente al interior del sector informal implica la presencia de
condicionantes diferenciales para el desarrollo de MEs en el marco de un programa de
promoción y apoyo.
De este modo, al relacionar la situación inicial de los distintos casos con sus recorridos,
hemos arribado a las siguientes conclusiones:
Los emprendimientos que se encuentran en actividad desde hace varios años, son
verdaderas instituciones, como tales, más allá de que no se encuentren plasmadas en
ningún estatuto o reglamento, tienen sus pautas de funcionamiento, relaciones internas y
externas, han desarrollado sus propios procesos e instrumentos estructurados en torno a
un interés común, así como también los recursos materiales que, si bien son escasos y
obsoletos, les permiten llevar a cabo el proceso productivo y colocar lo que elaboran en
el mercado. Aquí, el funcionamiento en escala modesta está garantizado, a lo que
aspiran es al crecimiento como unidad productiva.
En los casos estudiados, ha sido muy provechosa la experiencia cuando el tutor se ha
ocupado en sus primeras visitas de comprender el funcionamiento del emprendimiento,
logrando de este modo elaborar un diagnóstico adecuado que le permitió pensar la
forma más apropiada de asesoramiento, tomando a los conocimientos del grupo como
una base y no como un obstáculo para el desarrollo de la actividad.

184
A su vez, en los casos que aún no están en funcionamiento, el desafío pasa, como ya lo
observáramos, por la puesta en marcha del emprendimiento y el sostenimiento de la
actividad a lo largo del tiempo, en función de esto, las potencialidades y las dificultades
de orden interno que hemos identificado tienen que ver con: el tipo de vínculo existente
entre los integrantes del grupo, junto con el conocimiento y las habilidades que poseen
sobre la actividad a desarrollar y la experiencia en trabajo por cuenta propia. A estas
cuestiones consideradas en nuestra tipología, debemos agregar la situación familiar de
los integrantes del grupo, los recursos materiales disponibles, las redes sociales en que
pueden estar insertos y el nivel de precisión con que tienen resuelto como van a
organizarse para producir, administrar y comercializar.
Teniendo en cuenta a este conjunto de factores, las combinaciones posibles son muy
variadas, mostrando situaciones en que el Programa puede identificar en cada caso
activos a ser potenciados y vulnerabilidades a ser tenidas en cuenta. Aquí, a modo de
ilustración podemos plantear dos extremos ideales de un continuo en el que se podrían
pensar diferentes situaciones intermedias.
Así, puede hablarse de una situación óptima. En primer lugar, los integrantes del grupo
poseen las siguientes características: tienen un estrecho vínculo entre sí, han trabajado
anteriormente en forma conjunta en la actividad por cuenta propia (con lo cual disponen
de conocimientos productivos y comerciales) y pasaron por la experiencia de hacerse
cargo de manera integral de la gestión de una unidad productiva. En segundo lugar,
como consecuencia de lo mencionado, el tutor se encuentra en su primera visita con un
grupo que puede manifestar con cierta claridad qué va a elaborar, cómo van a
organizarse para hacerlo y de qué manera piensan colocar en el mercado sus productos.
A su vez, la situación familiar de cada integrante no es apremiante en lo económico, por
el contrario, disponen del apoyo suficiente para dedicarse en forma exclusiva al
emprendimiento en cuanto reciban los insumos y equipamientos del Programa. También
cuentan con un espacio físico adecuado para realizar la actividad productiva o con
dinero para alquilarlo y con apoyo familiar para realizar las actividades productivas y
reproductivas. Están insertos en redes sociales de composición heterogénea,
proveedoras de recursos variados y de contactos que facilitan el aprovechamiento de las
oportunidades que puede brindar el mercado y les aportan recursos para solucionar las
dificultades que puedan ir surgiendo.
En otro caso en una situación en extremo desfavorable, podemos pensar en un proyecto
que, habiendo sido aprobado para su financiación por el Programa, sus miembros

185
prácticamente no se conocen. A su vez, el Referente Grupal considera que la
asociatividad es un requisito impuesto por el Programa, debiendo ser aceptada como
condición para acceder a los insumos y equipamientos necesarios para llevar adelante su
proyecto, con lo cual se espera una situación grupal difícil. A esto se agrega
insuficiencia de conocimientos para alcanzar una escala productiva importante y
ausencia de experiencia en la actividad por cuenta propia. Esto hace que el tutor en sus
primeras visitas al grupo se encuentre con un panorama “difuso” respecto a qué va a
hacer el grupo y cómo piensa organizarse. Adicionalmente, los integrantes del grupo se
ven obligados a seguir desarrollando otras actividades productivas para sostener
materialmente a sus hogares, no contando con apoyo para aliviar su carga de trabajo
reproductivo, lo cual les quita tiempo y energía para la difícil etapa inicial de puesta en
marcha y sostenimiento del emprendimiento. Un momento en el que no pueden recurrir
a ningún tipo de relación de parentesco de red social para resolver las distintas
necesidades que se hacen presentes.
Estos dos extremos ideales, sirven para ilustrar contextos más o menos favorables en lo
interno para el desarrollo de una actividad asociativa por cuenta propia, permitiendo
especificar aún más, a qué hacemos referencia cuando hablamos de “puntos de partida”
que condicionan el recorrido como unidad productiva en el marco del Programa “HxT”.
Justamente, estos “puntos de partida” de los grupos que no están en funcionamiento,
constituyen las diferentes bases de las cuales parten para enfrentar la transición que va
desde el paso de la inactividad, a la puesta en marcha del emprendimiento y su
sostenimiento. Recorriendo este camino, cada grupo debe ir construyendo su particular
forma de ser como unidad productiva de tipo asociativo. Esto implica una etapa que
puede ser más o menos lenta y traumática, dependiendo en gran parte de la necesidad de
los integrantes de cada grupo de realizar otras actividades productivas y reproductivas
en forma simultánea. Hay quienes, desde un primer momento, pueden dedicarse
exclusivamente a la puesta en funcionamiento del emprendimiento, e inclusive, optar
por destinar los primeros ingresos exclusivamente a la reinversión en insumos y otros
materiales, lo cual representa una situación sumamente ventajosa. Las distintas
posibilidades que se presentan en este sentido son cuestiones que deben ser
consideradas en el diseño de políticas sociales específicas.
Por su parte, el estudio de los recorridos de los distintos grupos en el marco del apoyo
que brinda el Programa, nos permitió interpelar a esta política pública, considerando no

186
sólo sus objetivos y aportes, sino también las dificultades que enfrenta en su
implementación. Al respecto, nos interesa señalar que:
Los aportes materiales que brinda el Programa (insumos, maquinarias, equipamientos),
son importantes ya que implican el acceso a una serie de factores productivos
difícilmente obtenibles por medios propios, pero contribuyen a solucionar sólo una
parte de los tantos tipos de dificultades y necesidades que enfrentan estos grupos y,
cuando la demora en la entrega es prolongada, inadecuada y/o fuera de temporada, se
constituye en otra fuente de dificultades.
También es de destacar que hemos observado una instancia de adaptación del Programa
a las situaciones particulares en que se encuentran los grupos que en él participan, esta
se sitúa en el área de tutorías, pero esta capacidad de adaptación debería estar más
“institucionalizada” para que no dependa tanto de la concepción que tienen los distintos
tutores de qué es la Economía Social y qué características asumen las unidades
socioproductivas del sector informal.
Otra cuestión central que hemos podido observar, tiene que ver con lo que representa
para el Programa una experiencia exitosa (¿cuál es el alcance de los logros que se
pueden obtener en este tipo de experiencias?): cuando al momento de finalizar el
proceso de tutorías (que es cuando concluye el vínculo entre el proyecto y el Programa),
se realizan apreciaciones del tipo: “el grupo se encamina hacia la sustentabilidad
económica”, con “un crecimiento lento, pero sostenido”, orientando su accionar por
“objetivos de largo plazo”, hemos constatado que se ha logrado arribar a este tipo de
situaciones gracias a ciertas condiciones como la austeridad y sacrificio de la calidad de
vida que se ha impuesto el grupo, lo cual no significa que se ha llegado a una instancia
de capacidad de acumulación. Esta distinción es central si recordamos que un objetivo
del Programa se refiere a mejorar la calidad de vida y los ingresos de quienes participan
en los emprendimientos. Lo señalado no implica que deba considerarse a los programas
de promoción y apoyo a MEs, una instancia inapropiada para enfrentar los problemas de
empleo que padecen vastos sectores de la población. Por el contrario, pensamos que se
trata de cuestiones que tienen que ser abordadas a partir de modificaciones en el diseño,
mejoras a lograr en la implementación y articulaciones (de acciones y recursos) con
otros planes y programas.
Por lo expuesto, podemos decir que nuestro estudio se inscribe en un camino ya iniciado
por otros autores, en relación con el cual esperamos brindar un aporte que permita
continuar transitando una vía que debe seguir siendo profundizada, a fin de incrementar

187
el conocimiento sobre la forma en que funcionan los MEs productivos del sector
informal, sus potencialidades y dificultades, así como también sobre los factores que
hacen al éxito y al fracaso de este tipo de experiencias. Se trata de un conocimiento que
deberá ser tenido en cuenta y utilizado por los programas de apoyo como insumos para
la reflexión y el consiguiente aprendizaje institucional necesario para el mejoramiento
continuo que requiere toda política pública.

188
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Económico, N° 152, Vol. 38, enero-marzo, Buenos Aires.
- Palomino, H. (2002) Colapso Institucional y Reconstrucción Social en Argentina,
Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo (ALAST), Nº 14, Buenos Aires.
- Portes, A. (1995) En torno a la informalidad: ensayos sobre teoría y medición de la
economía no regulada. México: Miguel Ángel Porrúa, Grupo Editorial.
- Portes, A. (2000) “La economía informal y sus paradojas”, en J. Carpio; E. Klein e I.
Novacovsky (comp.) Informalidad y exclusión social. Buenos Aires: OIT / SIEMPRO /
FCE.
- Razeto, L. (1991) Empresas de Trabajadores y Economía de Mercado. Santiago de
Chile, PET. Disponible en:
http://www.luisrazeto.net/content/empresas-de-trabajadores-y-econom%C3%ADa-de-
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- Razeto, L. “Los caminos de la economía de solidaridad”. Disponible en:
http://www.trueque-marysierras.org.ar/biblioteca2.htm
- Rebón, M. (2004) Exposición en el Seminario Tecnología eficiente y economía
social: los mejores caminos para generar trabajo en la base popular, Buenos Aires, 29
de marzo. Disponible en: http://www.trabajopopular.org.ar/material/Rebon.pdf
- Robirosa, M. (1994) “Condicionamientos y puesta en práctica de la evaluación”, en
B. Cuenya y M. Natalicchio Evaluación de proyectos. Hábitat popular y desarrollo
social. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
- Rofman, A. y Moreno, G. (comp.) (1988) Generación de empleo. La microempresa
como alternativa. Buenos Aires: CEUR.
- Rofman, A. y Moreno, G. (1989) “Propuestas para pequeñas unidades productivas en
el área del financiamiento y de la asistencia técnica”, en J. Lindenboim; A. Rofman y G.
Moreno (comp.) La microempresa en una estrategia de crecimiento. Buenos Aires:
CEUR.

194
- Salvia, A. (2005) "Segregación y nueva marginalidad en tiempos de cambio social en
Argentina" Ponencia presentada en el Séptimo Congreso de Estudios del Trabajo,
Buenos Aires. Disponible en: http://www.aset.org.ar/congresos/7/04018.pdf
- Salvia A.; Fraguglia L. y Metlika, U. (2006) ¿Disipación del desempleo o espejismos
de la Argentina postdevaluación?, en Lavboratorio/n line, Año VII, Nº 19, otoño-
invierno, Instituto de Investigaciones "Gino Germani", Facultad de Ciencias Sociales,
UBA. Disponible en: http://lavboratorio.fsoc.uba.ar
- Sulbrandt, J. (1993) “La evaluación de los programas sociales, una perspectiva
crítica de los modelos usuales”, en B. Klisberg (comp.) Pobreza un tema impostergable.
México: CLAD-PNUD-FCE.
- Tamayo Sáez, M. (1997) “El análisis de las políticas públicas”, en R. Bañón y E.
Carrillo (comp.) La nueva Administración Pública. Madrid: Alianza.
- Tangelson, O. (1989) “El Instituto Provincial del Empleo y las Microunidades
Productivas”, en J. Lindenboim; A. Rofman y G. Moreno (comp.) La microempresa en
una estrategia de crecimiento. Buenos Aires: CEUR.
- Valles, M. (1997) Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión
metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis.
- Vasilachis de Gialdino, I. (2006) “La investigación cualitativa”, en I. Vasilachis de
Gialdino (coord.) Estrategias de investigación cualitativa. Barcelona: Gedisa.

Documentos Institucionales:
- Cuaderno Nº 1 (2004) “Lineamientos de Políticas Sociales”, Documento
Institucional, MDS
- Cuaderno Nº 2 (2005) “Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social Manos
a la Obra”, Documento Institucional, MDS.
- Cuaderno Nº 3 (2005) “Experiencias Socioproductivas del Plan Nacional Manos a la
Obra”, Documento Institucional, MDS.
- “Manual Operativo para la Tipología 6. Actividades Socioproductivas”, marzo 2006,
MTSS.

195
Anexos
Formulario de Informe de visita del Tutor

INFORME TUTORIAS GENERALISTAS

IDENTIFICACION N° del Proyecto


NOMBRE DEL PROYECTO
MUNICIPIO
NOMBRE TUTOR
VISITA NUMERO
FECHA VISITA
FECHA Y HORA DE SIGUIENTE VISITA

PARTICIPANTES
ASISTENTE DEL MUNICIPIO
ASISTENTE DEL MINISTERIO
INTEGRANTES DEL EMPRENDIMIENTO Marcar con una X si es beneficiario del Plan
(nombres) JJHD

AUSENCIAS (nombres) MOTIVO

RENUNCIAS (nombres) MOTIVO

APRECIACIONES TUTOR

Detalle: forma de organización grupal (distribución de tareas y funciones), modalidad del proceso de
toma de decisiones y de la distribución de beneficios.

1. ORGANIZACIÓN DEL
GRUPO MB R
(marque con una X)
B M
JUSTIFICACION DEL
PUNTAJE

SUGERENCIAS
FORMULADAS

RESULTADO DE LAS ¿El grupo pudo aplicar las sugerencias propuestas por Ud. durante
SUGERENCIAS DE LA su última visita?
VISITA ANTERIOR
SI. ¿Con qué resultados?________________________
______________________________________________

NO. ¿Por qué? ________________________________


______________________________________________

196
Indique: promedio de horas semanales trabajadas, los bienes o servicios que producen (variedad), la
adecuación del volumen de producción a los recursos disponibles y experiencia previa de los integrantes
en la actividad del emprendimiento.

2. PROCESO
PRODUCTIVO MB R
B M
JUSTIFICACION DEL
PUNTAJE

SUGERENCIAS
FORMULADAS

RESULTADO DE LAS ¿El grupo pudo aplicar las sugerencias propuestas por Ud. durante
SUGERENCIAS DE LA su última visita?
VISITA ANTERIOR
SI. ¿Con qué resultados?________________________
______________________________________________

NO. ¿Por qué? ________________________________


______________________________________________

Haga referencia a la existencia de capacidades tales como: planificación, registro de movimientos, cálculo
de costos, etc.

3. ASPECTOS DE MB R
GESTION
B M

JUSTIFICACION DEL
PUNTAJE

SUGERENCIAS
FORMULADAS

RESULTADO DE LAS ¿El grupo pudo aplicar las sugerencias propuestas por Ud. durante
SUGERENCIAS DE LA su última visita?
VISITA ANTERIOR
SI. ¿Con qué resultados?________________________
______________________________________________

NO. ¿Por qué? ________________________________


______________________________________________

197
Tenga en cuenta informar sobre: estimación de los ingresos mensuales del emprendimiento, indicando si
son brutos o netos; y sobre los montos que retira cada integrante, indicando la frecuencia (semanal,
quincenal, mensual).

4. SITUACION
ECONOMICO MB R
FINANCIERA
B M
JUSTIFICACION DEL
PUNTAJE

SUGERENCIAS
FORMULADAS

RESULTADO DE LAS ¿El grupo pudo aplicar las sugerencias propuestas por Ud. durante
SUGERENCIAS DE LA su última visita?
VISITA ANTERIOR
SI. ¿Con qué resultados?________________________
______________________________________________

NO. ¿Por qué? ________________________________


______________________________________________
______________________________________________

Detalle brevemente la estrategia comercial que utiliza actualmente el grupo y la que Ud. les propone para
mejorar las ventas.

5. COMERCIALIZACION
MB R
B M
JUSTIFICACION DEL
PUNTAJE

SUGERENCIAS
FORMULADAS

RESULTADO DE LAS ¿El grupo pudo aplicar las sugerencias propuestas por Ud. durante
SUGERENCIAS DE LA su última visita?
VISITA ANTERIOR
SI. ¿Con qué resultados?________________________
______________________________________________
______________________________________________

NO. ¿Por qué? ________________________________


______________________________________________

198
6. OTROS ASPECTOS

SUGERENCIAS
FORMULADAS

7. EVALUACION
GENERAL,
POSIBILIDADES DE
SUSTENTABILIDAD MB R
ECONOMICA. B M

JUSTIFICACION

8. NECESIDAD DE
TUTORIA ESPECÍFICA

ESPECIALIDAD

JUSTIFICACION

TUTOR PROPUESTO
(Adjuntar C.V.)

199
Objetivos y Guía de entrevista a miembros de los microemprendimientos

Objetivos:

a) Describir el origen y conformación del grupo. Identificar el tipo de vínculo


existente entre los integrantes del emprendimiento.
b) Describir las experiencias laborales de los integrantes del emprendimiento (en el
caso de miembros femeninos se indagará con mayor interés sobre la
composición del núcleo familiar y el desarrollo de tareas ligadas a la
reproducción del hogar).
c) Describir los recursos con que cuentan para llevar adelante sus actividades
productivas
d) Indagar sobre las expectativas de los integrantes respecto a los beneficios que
esperan obtener como beneficiarios del Programa. Conocimientos e imaginario
respecto al asesoramiento técnico y la figura del Tutor.
e) Describir la forma en que planean desarrollar su actividad productiva
(organización de la producción, distribución de los beneficios, mercado al que
planean ofrecer sus productos/servicios).

Guía de entrevista:

a) Origen y conformación
Origen del grupo
Motivaciones que llevaron a su constitución
Motivos que llevaron a la elección de la actividad
Desarrollo de actividades conjuntas
Identificación de liderazgos

b) Trayectorias laborales de cada miembro


Descripción de los trabajos realizados
Lugar de desarrollo de las actividades
Cursos realizados

c) Recursos
Recursos materiales con que cuentan
Recursos materiales que esperan que sean aportados por el Programa
Expectativas respecto a los insumos y herramientas a recibir
Necesidades de capacitación, asesoramiento
Conocimiento acerca de los servicios de asesoramiento que brindan el Municipio
y el Programa. Expectativas.

d) Organización de la actividad productiva


Actividades a desarrollar/desarrolladas por cada integrante
Clientes a los que van dirigidos los productos/servicios
Forma de distribución de los beneficios

200

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