Texto argumentativo

“No es conveniente arriesgar lo que tenemos”

Desde hace muchos años, se utiliza en nuestro lenguaje una serie de refranes, es decir, dichos
populares que incorporan en su contexto un mensaje, moraleja o consejo. Personalmente, soy una
de las personas que no emplea esos recursos para hablar. Pero últimamente, he escuchado un refrán
que me hizo reflexionar sobre la importancia de valorar lo que tenemos; no solo sobre lo material,
sino también, lo espiritual o familiar. Éste refrán tan conocido al que me estoy refiriendo es el
siguiente: “No es conveniente arriesgar lo que tenemos”.

Sin duda alguna, desde mi punto de vista, a lo que se refiere, es al hecho de cuidar, no arriesgar,
lo que nos pertenece, lo que consideramos nuestro a quienes nos rodean. Pero esa pequeña frase ha
traído a lo largo de los años, disputas entre personas que exponían sus pensamientos en base al tema
que trata el refrán. Hete aquí mi propia reflexión y crítica sobre el mismo.

Muchas personas afirman, que en la vida hay que “arriesgar para ganar”, como bien dice otro
refrán. Con el cual también coincido, pero hasta cierto punto. Ya que debemos entender que no todo
se arriesga; poniéndolo en un punto extremo, creo que nunca arriesgaría la vida de un ser querido
por algo insignificante, nunca arriesgaría mi casa por un juego, nunca arriesgaría mi vida por
alguien que n o vale la pena. Simplemente hay que tener en claro lo que realmente importa,
sabiendo razonar antes de actuar. Sabiendo que lamentablemente, todavía, no se puede volver el
tiempo atrás para remediar los daños causados o recuperar lo perdido. Así es que me pregunto:
¿Realmente creen que reflexionamos antes de actuar? ¿Antes de perder una amistad por una simple
idiotez que no fuimos capaces de pensar antes de llevarla a cabo? Yo creo que pocas son las veces
que nos tomamos ese mínimo esfuerzo.

Pienso que esto es lo que nos hace perder al arriesgar, esto es lo que nos hace arrepentir al final,
cuando ya perdimos lo arriesgado. Por eso debemos tener conciencia de lo que estamos arriesgando
y de qué manera lo estamos haciendo.

Pero estas líneas no son más que un simple pensamiento, una simple reflexión de una
adolescente que a su corta edad cree que es capaz de hablar sobre un tema por su corta experiencia.
Un tema del cual, probablemente, algún día verá desde otra perspectiva.

Antonella C. 2º.