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CONGCOOP

PRIMER INFORME
Monitoreo a las políticas de apoyo
a la economía campesina:
de lo productivo a lo social

Susana Gauster
Ricardo Zepeda
Lucía Samayoa

Guatemala, marzo 2011


Primer Informe
Monitoreo de políticas de apoyo a la Economía Campesina:
De lo productivo a lo social

Instituto de Estudios Agrarios y Rurales. -IDEAR-


Coodinadora IDEAR: Susana Gauster
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Autores:
Susana Gauster
Ricardo Zepeda
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Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 3


CONGCOOP

Índice

Introducción..............................................................................................................................................................................7

I. Marco conceptual........................................................................................................................................................9
Las políticas públicas y el campesinado - desde la Alianza para el
Progreso hasta las Transferencias Monetarias Condicionadas............................................................9

II. La reestructura del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación


en el marco de la política nacional de desarrollo rural integral.......................................... 15
La Propuesta de Ley y la Política Nacional de
Desarrollo Rural Integral........................................................................................................................................... 16
El planteamiento de reestructura del MAGA.............................................................................................. 18

III. Programas de apoyo a la producción campesina............................................................................. 23
1. Programa de distribución de fertilizantes-
Programa de Desarrollo Rural..................................................................................................................... 23
2. Programa de Arrendamiento - Fondo de Tierras............................................................................ 28
3. Programas de Extensión Rural.................................................................................................................... 33
a. Pro extensión/ Pro Rural............................................................................................................................ 33
b. Sistema Nacional de Extensión Agropecuaria/ MAGA........................................................... 36

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 5


4. Programas del Vice ministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional, VISAN................ 40
a. Programa de Granos Básicos.................................................................................................................. 41
b. Programa PostCosecha.............................................................................................................................. 43
c. Programa de Asistencia Alimentaria............................................................................................................ 44
IV. Políticas sociales rurales........................................................................................................................................ 47
Las Transferencias Condicionadas “Mi Familia Progresa”...................................................................... 47

V. Conclusiones generales........................................................................................................................................... 53

Bibliografía.............................................................................................................................................................................. 55
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Introducción

El presente informe marca el inicio de un monitoreo sistemático que se pretende dar a las
políticas de apoyo a la economía campesina. Estas políticas, si bien en un inicio se iban a con-
centrar en las políticas de apoyo productivo a las familias campesinas, las fuimos ampliando
a otras de índole social, dado que estas últimas hoy día constituyen la inversión más signifi-
cativa en las áreas rurales.

Aparte de diseñar un sistema de monitoreo que permite darle seguimiento a las políticas
más significativas – el Programa de Distribución de Fertilizantes de Programa para el Desa-
rrollo Rural (ProRural), el Programa de Arrendamiento de Tierras del Fondo de Tierras (FON-
TIERRAS), el Programa de Extensión Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Ganadería
y Alimentación (MAGA) y los programas del Vice Ministerio de Seguridad Alimentaria y Nu-
tricional (VISAN) del MAGA en el ámbito productivo, así como “Mi Familia Progresa” en el
ámbito de las políticas sociales -, este proceso incluye analizar los avances en la implementa-
ción de la Política Nacional de Desarrollo Rural Integral (PNDRI), aprobada por el Organismo
Ejecutivo en 2009, como producto de un amplio diálogo entre representantes de diversas
instituciones gubernamentales y estatales por un lado y organizaciones sociales y campesi-
nas por el otro.

Para establecer una base que permita comparar en siguientes períodos el avance de las dife-
rentes políticas con el momento actual, se definieron indicadores que cuentan con fuentes
estadísticas verificables y accesibles, los cuales se obtienen en el nivel nacional. Hasta dónde
fue posible tratamos de rescatar los datos relevantes de años anteriores, desde el inicio de
cada uno de los programas.

Para complementar datos oficiales con datos de investigaciones propias, se escogieron cua-
tro municipios en diferentes zonas del país, en donde prevalecen características poblacio-
nales, sociales, climáticas y productivas diferentes: Sto. Domingo Suchitepéquez; Uspantán,
Quiché; Sayaxché, El Petén y Camotán, Chiquimula. En cada uno de esos municipios se bus-
có una comunidad, en la cual se realizó una encuesta representativa para establecer una
línea basal que permita comparar la situación actual (de pobreza, empleo, alimentación y
percepción de los programas públicos) con la prevaleciente en un futuro. Para los munici-
pios por su lado se estableció otro sistema de indicadores enfocado a las condiciones de vida
en los mismos.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 7


Para ampliar y enriquecer la información, se realizó una serie de entrevistas en el nivel muni-
cipal, tanto con funcionarios operativos de los diferentes programas, las alcaldías y oficinas
municipales de planificación, como organizaciones de cooperación y organizaciones socia-
les. Por el otro lado, se realizaron entrevistas con diseñadores y diseñadoras de los progra-
mas, así como expertos y expertas de organismos internacionales y técnicos en diferentes
instancias gubernamentales.

La recopilación y revisión bibliográfica (particularmente para el marco teórico) complemen-


tó los instrumentos utilizados.

La información recabada mediante los instrumentos mencionados establece una riqueza


enorme de datos, que después de su análisis fue devuelta a las comunidades en las que se
había trabajado. Con base en esta información presentamos este “Primer Informe de Monito-
reo a las Políticas de Apoyo a la Economía Campesina” que consta de cinco capítulos.

El primer capítulo aporta un marco teórico sobre las políticas públicas y el campesinado, a
partir de un análisis histórico de la evolución de dichas políticas en el marco de diferentes pa-
radigmas de desarrollo. El segundo capítulo aborda la temática de los avances de la Política
Nacional de Desarrollo Rural, principalmente lo referente a si la nueva estructura del MAGA
responde a las necesidades de esta Política. En el capítulo tercero se presentan los resultados
del monitoreo de las principales políticas de apoyo productivo a la economía campesina.
El capítulo cuarto analiza la estrategia de combate a la pobreza (rural) principal, mediante
el programa “Mi Familia Progresa”, capítulo guatemalteco de las Transferencias Monetarias
Condicionadas presentes en toda América Latina; y finalmente el capítulo cinco presenta
algunas conclusiones sobre la actual implementación de políticas de apoyo a la economía
campesina.

8 Primer informe
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I. Marco conceptual

Las políticas públicas y el campesinado - desde la Alianza para


el Progreso hasta las Transferencias Monetarias Condicionadas
No sólo en Guatemala sino en casi toda América Latina, en los últimos 50 años la relación del
campesinado con el Estado ha tenido diferentes expresiones, de acuerdo a los modelos de
desarrollo económico priorizados. La lógica de la época de la sustitución de importaciones
implicaba incluir al campesinado, bien bajo condiciones desfavorables, al modelo. Esto se
debía a que el éxito del modelo dependía no solo de la disponibilidad de alimentos baratos
que los campesinos proveían y que permitían que los salarios de los trabajadores urbanos
aumentaran en términos reales (lo cual en consecuencia reducía los costos de producción
para las industrias domésticas), sino de la existencia de consumidores para los productos de
las mismas (Rubio 2003). Mientras tanto, en la época del neoliberalismo el campesinado – en
su gran mayoría – va quedando excluido del modelo de desarrollo económico y reducido
a un sujeto social que se va compensando con transferencias públicas de diferente índole.

Mientras en las primeras décadas de la sustitución de importaciones (de los años 1930, des-
pués de la Crisis Financiera del 1929, hasta los 1950) no se le asignaba un papel central a la
agricultura, dado que el motor del desarrollo fue considerado la industria, en los años 60 y 70
la agricultura tomó un papel más dinámico (Thorbecke 2006). Esta concepción y la realidad
social y política del continente derivaron en la implementación de programas importantes
de apoyo a la agricultura campesina en esos años.

El primer programa que denotaba con vehemencia la necesidad de invertir en el área rural,
particularmente por la presencia de muchos “pobres” en esas zonas, fue la Alianza por el
Progreso, proclamada por John F. Kennedy en 1961 ante la amenaza de revoluciones del
tipo de la cubana. Bajo el entendido de que había que reducir la desigualdad en función de
una estabilidad política, se plantearon medidas como reformas agrarias, reformas tributarias,
construcción de viviendas, inversión en los sectores educación y salud, particularmente en el
área rural (Fink 1978, citando un discurso de Kennedy antes embajadores latinoamericanos).
Es decir, ya en esos momentos se hizo evidencia de la necesidad de programas específicos
(no basados en el efecto del derrame) para el combate a la pobreza rural, y estos programas
iban a ser orientados hacia la integración de los sectores tradicionales, particularmente los

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 9


campesinos al esfuerzo productivo nacional. Sin embargo, nunca llegaron a funcionar los
programas contemplados por la Alianza por el Progreso, por falta de la inversión anunciada
y por perder credibilidad ante las acciones políticas de los gobiernos estadounidenses de la
época (Ish-Shalom 2006).

Inicios de los años 1970 se realizó un cambio conceptual en la teoría de desarrollo del Banco
Mundial. Se generó consciencia que el crecimiento económico por sí solo no había contri-
buido a la reducción de la pobreza (rural) (Collins 1981). Se empezó a cuestionar la relación
entre pobreza y distribución, así como su vinculación con estructuras de poder y propiedad
(Streeten y Burki 1978).

Derivado de ello se planteó la estrategia de necesidades básicas, que pone en el centro del
desarrollo al ser humanos y sus necesidades. En el ámbito rural esta estrategia se tradujo
en el concepto denominado “Desarrollo Rural Integral” (DRI). Si bien apuntalaba a reducir la
pobreza rural, consideraba vital para tal reducción de pobreza la inclusión del campesinado
a los procesos de desarrollo nacionales. Por tanto se planteaba fortalecer el sector rural de
tal manera que por su propia fuerza pudiera generar los ingresos necesarios para superar la
pobreza (Dams et al. 1985), a la par de proveer las ciudades con alimentos (Rubio 2003).

Aspectos clave de esa estrategia eran la implementación de una política agraria estructural
(reformas agrarias) para permitir un uso óptimo de los suelos; una política de intervención de
precios a favor de los agricultores o mediante la elevación (mediante subsidios) o estabilización
(mediante precios de garantía) de los precios de los productos agrícolas; una política comercial
protectora de bienes agrícolas básicos así como el fortalecimiento del comercio intrarregional
y nacional; el rescate y desarrollo de recursos locales ante la introducción de recursos externos
(en tecnología, personal etc.); la asistencia técnica; la provisión de créditos con criterios de apli-
cación adaptados al contexto de los campesinos. También se planteó el fomento de formas de
organización cooperativas para generar sinergias y la creación de infraestructura para guardar
reservas alimentarias estratégicas de manera eficiente, entre otras (Figueroa 1977).

Producto de lo anterior se realizaron inversiones fuertes para las áreas rurales, reconociendo
esta priorización el sesgo urbano que había determinado la lógica inversionista de los esta-
dos en las décadas anteriores.

El portafolio del Banco Mundial de estos años refleja esa visión. Hubo un aumento de prés-
tamos para desarrollo agrícola del 20% del portafolio total (1969-73) al 39% (1978). Proyectos
para la promoción de exportaciones agrícolas cedieron a aquellos cuyo objetivo fuera la pro-
ducción de alimentos básicos para los mercados locales (alrededor del 75% de los préstamos
beneficiaron a campesinos). También se fortalecieron proyectos no agrícolas de infraestruc-
tura (agua, educación rural, planificación familiar etc.) (Jungfer 1991).

En síntesis el Banco Mundial de esa época “espera que al fortalecer la productividad de las
personas más pobres… tanto desarrollo económico como reducción de la pobreza puedan
ser alcanzados simultáneamente” (Mc Kinney 1979: 378 sobre Banco Mundial 1975, traduc-
ción SG); concepción que no se mantendrá por mucho tiempo en la institución.

10 Primer informe
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En cuanto a la reforma agraria, el modelo de sustitución de importaciones fue favorable a la


misma, tanto por consideraciones económicas (un mejor uso de la tierra iba a aumentar la
producción) como sociales. Sin embargo, por la resistencia de sectores poderosos fue muy
difícil su implementación decidida en la mayoría de los países. Las distribuciones más fuertes
se dieron en aquellos países que pasaban o habían pasado por revoluciones como Bolivia,
Cuba, México, la Nicaragua sandinista y la Guatemala de la primavera democrática (1944-54).
También hubo distribuciones de tierra en los demás países latinoamericanos pero de menor
envergadura. Finalmente los resultados fueron limitados, dadas las contrarrevoluciones de
gobiernos conservadores que se dedicaban a revertir los procesos de reforma agraria logra-
dos (Kay 1998).

Así que sintetizando y desde una perspectiva de economía política, los campesinos fueron
explotados en función del sistema predominante (sustitución de importaciones) pero tu-
vieron un lugar en la sociedad, su actividad fue reconocida y el Estado los tomó en cuenta
mediante inversiones claves para el desarrollo de la actividad agropecuaria familiar.

A la hora de evaluar los resultados de esta estrategia de fortalecimiento productivo del cam-
pesinado, no hay que perder de vista el tipo de Estado que llevaba a cabo tales planes. En esa
época en muchos países del continente, incluyendo a Guatemala, gobernaban dictaduras
militares que por problemas de corrupción y mal gasto de fondos no necesariamente con-
tribuyeron a que los préstamos y demás inversiones llegaran a su destino.

En Guatemala, en sintonía con el paradigma de la década, fue una época de mucha inver-
sión en el sector rural. A partir del Plan Nacional de Desarrollo 1971-75, se definió prioritaria
la reforma del aparato estatal para constituir al Estado como el ente promotor del desarro-
llo nacional. En el marco de esta reforma se crearon los denominados Sectores Públicos,
para fortalecer la coordinación de las actividades relevantes de cada sector. El Sector Público
Agrícola (SPA), fue el que tuvo mayor capacidad institucional al crearse la Dirección Gene-
ral de Servicios Agrícolas (DIGESA), el Banco de Desarrollo Agrícola (BANDESA), el Instituto
Nacional de Comercialización Agrícola (INDECA), e integrarse el Instituto de Transformación
Agraria (INTA), creado anteriormente. Dos años más tarde fue fundado el Instituto de Ciencia
y Tecnología Agrícola (ICTA), bajo la coordinación y dirección del Ministro de Agricultura
(Sigüenza 2009). En esa época el país no sólo fue autosuficiente en granos básicos sino se
convirtió en el granero de Centroamérica. Sin embargo fue ensombrecido su impacto por
formar parte de una estrategia contrainsurgente, de control a las poblaciones rurales, quie-
nes constituyeron la base de la guerrilla guatemalteca.

A partir de los años 1980 cambió la concepción de desarrollo. La crisis de la deuda dio lugar
a la aplicación de medidas rígidas de ajuste estructural y sectorial que para el sector rural ha
tenido tres repercusiones principales: el desmantelamiento de los sectores públicos agrí-
colas que hasta esos momentos habían apoyado la producción (campesina) alimentaria, la
liberalización de los mercados agrícolas y la apertura comercial. Todas esas medidas luego
se convirtieron en “ley” mediante el Consenso de Washington, cuyas principales caracterís-
ticas se han mantenido hasta la fecha. Así que el apoyo al sector campesino desapareció, las

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 11


políticas económicas macro obstaculizaron su desempeño, todo ello sin existir ninguna me-
dida de “compensación” de ningún tipo. La teoría del derrame había regresado a la agenda
económica.

A partir de una mayor sensibilización para los temas de la pobreza que se dio mediados de
los años 1990, el tema del desarrollo rural regresó a la agenda de los Estados y de las insti-
tuciones (financieras) internacionales. Sin embargo, las premisas de este desarrollo rural han
estado fuertemente vinculadas con la visión neoliberal predominante, lo cual cambia de
fondo el papel que se le asigna al campesinado.

En términos generales se divide al campesinado en dos categorías: aquellos que si bien se


encuentran bajo condiciones de pobreza y pobreza extrema, tienen el potencial de desa-
rrollarse de manera competitiva como pequeños “empresarios” agrícolas y aprovechar los
nichos en los mercados internacionales para las así llamadas exportaciones no tradicionales;
claramente constituyen la minoría del campesinado pues se reduce a aquellos que poseen
tierra suficiente y/o que se encuentran en zonas geográficas estratégicas para la producción
de esos cultivos exportables. Estos grupos han contado con apoyo decidido por parte de los
Estados neoliberales, en cuanto se liberan restricciones de mercado, se les inyecta capital, se
invierte en sistemas de riego, se les transfiere tecnología y se legaliza su propiedad de tierra.

El segundo grupo son los campesinos con “poco potencial productivo” (BID 1998:10) y cam-
pesinos sin tierra, la gran mayoría del campesinado, y alrededor del 45% de los empobreci-
dos rurales. A ellos el modelo dominante les ofrece dos opciones económicas: la actividad
no agrícola (non farm activity), como turismo, artesanía, transformación industrial de pro-
ductos agrícolas, comercio etc.; y la migración al Norte. En las palabras del Banco Mundial
“pequeños productores ya no pueden competir y tienen que diversificar hacia sectores no
agrícolas y migración” (Banco Mundial 2005: 33, traducción SG) y en las del BID “buena parte
de las soluciones se encuentra fuera del sector agrícola” (BID 1998: 4).

Este tema está siendo retomado por el paradigma de la “nueva ruralidad”, que se desarrolló
en América Latina en círculos académicos y penetró luego los políticos. En este paradigma
que se propone analizar las nuevas dinámicas en las áreas rurales, destaca el énfasis en la
transición a las actividades no agrícolas, con lo cual se constata una desagrarización de las
áreas rurales; una creciente vinculación de las zonas rurales y urbanas; la creciente importan-
cia de las remesas como medio de sustento de los hogares rurales; y la creciente flexibiliza-
ción y feminización del empleo rural (Kay 2008).1

En general se propone crear un medio favorable para las inversiones e industrias en las áreas
rurales, para generar crecimiento económico y empleo, principalmente para exportaciones
tradicionales y no tradicionales – el derrame como base del desarrollo y la reducción de
la pobreza. Donde hay potencial para desarrollo agrícola (el primer grupo de campesinos
que posee tierra) y/o servicios ambientales, deben potenciarse esas opciones; y donde se
1 Lo que caracteriza al paradigma de la nueva ruralidad es que basa su análisis en una visión ahistórica (Kay 2008, Monte-
rroso 2009), sin analizar las estructuras de poder que han conllevado a esta situación y sin cuestionar las repercusiones
en las condiciones de vida y la no atención a derechos humanos y de trabajo fundamentales (Monterroso 2009).

12 Primer informe
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encuentra pobreza crónica, ésta no se supera mediante la inclusión productiva de los exclui-
dos en la estrategia de desarrollo, sino mediante transferencias sociales caritativas (Banco
Mundial 2005).

Si bien el Banco Mundial generó expectativas de un cambio paradigmático al presentar su


informe “Agricultura para el Desarrollo”, éste contiene más de lo mismo. Se señala que la
atención de la desigualdad en los países del Sur requiere “una respuesta integral que persi-
gue múltiples caminos para salir de la pobreza – mover hacia una agricultura de alto valor,
descentralizar las actividades económicas no agrícolas a áreas rurales y proveer asistencia
para ayudar a la gente de salir de la agricultura” (Banco Mundial 2008: 2).

¿Qué implica todo ello para los campesinos? Con excepción del pequeño sector que logra
la transición hacia la producción y comercialización de cultivos rentables y aquel grupo que
posee suficiente tierra para seguirse manteniendo de los excedentes en la producción de ali-
mentos básicos, los campesinos tienen que semi-proletarizarse dada la rentabilidad limitada
de su producción que ya no cuenta con subsidios, pero tiene que competir con productos
importados (que mediante la liberalización comercial entran sin obstáculos) que sí cuentan
con estos apoyos. De esta manera no desaparecen como campesinos pero limitan la pro-
ducción agrícola a las necesidades alimenticias de sus hogares y transforman su relación con
el mercado. En lugar de productos agrícolas venden su fuerza de trabajo (Kay 2005; Akram-
Lodhi 2007).

La semiproletarización es un fenómeno atractivo para los capitales pues permite la venta de


la fuerza de trabajo por debajo de los costos de reproducción familiar, dado que una par-
te de estos costos es absorbida por la producción de subsistencia de los campesinos. Para
mantener condiciones de semiproletarización aún bajo la tendencia de reconcentración de
la tierra2, que afecta la producción de subsistencia campesina, las transferencias sociales pue-
den jugar el papel de cubrir parte de los costos de vida. Y son esas transferencias que en la
práctica constituyen aportes cada vez más significativos a los ingresos rurales. Se trasladan
con el fin de que las poblaciones acepten las reformas económicas y se eviten revueltas
sociales (De Janvry 2001), y bajo el planteamiento aparentemente caritativo de establecer
“redes sociales para los que quedaron atrás” (Banco Mundial 2005: 38, traducción SG).

Desde la óptica de la relación Estado-campesinado queda evidente entonces cómo el cam-


pesino se ha ido convirtiendo de sujeto económico, parte fundamental de la estrategia de
desarrollo y receptor de apoyos a su producción que a su vez sostenía la economía domés-
tica, en un sujeto social, receptor de transferencias sociales e integrado a la estrategia de
desarrollo nada más como vendedor de fuerza de trabajo barata, por debajo de los costos
de reproducción. La inversión y la política pública por tanto se limitan a apoyar los intereses
de los capitales bajo una argumentación falaz de que generan empleo,3 y al mismo tiempo
desestimulan las producciones alimentarias nacionales bajo la lógica cortoplacista de apro-
2 Las políticas de fomento a los mercados de tierra que parten del supuesto que los mercados son distribuidores de
tierra más eficaces que los Estados, han contribuido a esta reconcentración, ver Garoz et al. 2005 y Hurtado 2009.
3 Respecto a la generación de empleo y riqueza local, Alonso, Alonzo y Dürr 2008 realizan una comparación entre mono-
cultivos de exportación y alimentos básicos producto de la agricultura campesina. Este estudio interesante muestra el

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 13


vechar las importaciones alimentarias baratas.4 De esta manera quitan el papel de proveedor
de alimentos al campesino e invierten en programas sociales para generar gobernabilidad,
mientras los programas de apoyo productivo al campesinado quedan marginales.

Esta situación que se da de manera muy similar en toda América Latina, se ve con particu-
lar claridad en Guatemala. Después del desmantelamiento del Sector Público Agropecuario
bajo el Gobierno de Álvaro Arzú y la ratificación de acuerdos comerciales en el marco de la
Organización Mundial de Comercio y del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos,
el sector agrícola, particularmente lo referente a la agricultura campesina ha quedado al-
tamente marginado. Si bien bajo el Gobierno socialdemócrata de Álvaro Colom se ha ido
consensuando la Política Nacional de Desarrollo Rural Integral, con componentes que re-
cuerdan a la concepción del Desarrollo Rural Integral fomentada en los años 19705, y que
apuntan a convertir al campesinado en el sujeto (económico) de la política, ésta no ha sido
implementada. Por tanto las políticas de apoyo a la economía campesina siguen marginales
en aspectos de fortalecimiento productivo y destacan por concentrar los esfuerzos en las
transferencias sociales, concretamente en las transferencias monetarias condicionadas del
programa “Mi Familia Progresa”.

aporte fundamental de la agricultura campesina al desarrollo local mediante la generación de jornales y riqueza local.
Este aporte, medido por unidad agraria, es significativamente mayor que el de las empresas agrícolas exportadoras.
4 El cortoplacismo de esta visión se evidenció en el año 2008 (y nuevamente a inicios de 2011), cuando incrementos
excesivos en los precios internacionales de los granos básicos repercutieron en aumentos de las canastas básicas loca-
les amenazantes para los niveles de inseguridad alimentaria de muchos países latinoamericanos. El haber sacrificado
las producciones locales por las importaciones coyunturalmente más baratas dejó desamparados a los Estados frente
dinámicas externas que no había ninguna capacidad de influenciar. Ver Gauster/Sigüenza 2009.
5 A la par de incorporar aspectos que han ganado importancia en las últimas décadas como los vinculados al medio
ambiente.

14 Primer informe
CONGCOOP

II. La reestructura del Ministerio de


Agricultura, Ganadería y Alimentación
en el marco de la política nacional de
desarrollo rural integral

En Guatemala durante la última década cobran vigencia las temáticas relativas al incremento
y profundización de la pobreza, el hambre y la desnutrición. La mayoría de la población ha
sufrido rezagos en materia de desarrollo humano, llevando a que hoy día el país encabece
los listados de atrasos e inequidad en prácticamente todas las temáticas sociales; mientras
que las poblaciones indígenas rurales prácticamente duplican los niveles de rezagos, espe-
cialmente la niñez y las mujeres.

Actualmente la mitad de la niñez guatemalteca sufre hambre y desnutrición a pesar de una


gran cantidad de recursos invertidos en “desarrollo social” durante la etapa post conflicto.
Este escenario es la derivación lógica de una situación de desigualdad social que persiste
aún a una década de la firma de los Acuerdos de Paz; compromiso político que abrió la
oportunidad para reconocer que la situación de inequidad, tanto política como económica,
se constituyó en el motivo principal que originó el Conflicto Armado Interno de 36 años.

La agenda de la paz implicó la apertura de una institucionalidad que si bien mantiene una
adecuada justificación y coherencia entre sus cuerpos, desde sus inicios tuvo que sufrir de
un sesgo político opuesto que no le ha permitido cumplir con sus objetivos generales. Bá-
sicamente el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, ASESA, suscrito
el 6 de mayo de 1996, estableció el conjunto de prioridades y compromisos para alcanzar el
desarrollo socioeconómico de la población guatemalteca, particularmente de la población
rural. Se basa en la solidaridad y la justicia social, y se enfoca en la atención de las necesida-
des de la población, con el objeto de superar la desigualdad social y política que obstaculi-
zan el desarrollo social y económico del país. Sin embargo los tropiezos políticos que sufren
la instalación y desempeño de las entidades institucionalizadas derivaron en un abandono
paulatino de las actividades comprometidas.6

6 El ASESA establece el marco político para la apertura de entidades como el Fondo de Tierras, la Secretaría de Asuntos
Agrarios, el Registro de Información Catastral, así como el Sistema de Consejos de Desarrollo.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 15


La Propuesta de Ley y la Política Nacional de
Desarrollo Rural Integral
Desde el año 2002 y a raíz de la convocatoria que realizara el Grupo Consultivo para el cum-
plimiento de los Acuerdos de Paz, prácticamente todos los sectores de la sociedad guate-
malteca iniciaron un diálogo con el objeto de concretar el Sistema Nacional de Desarrollo
Rural Integral, en el sentido de abordar estos compromisos políticos de forma integral. Tras
el fracaso de varios procesos de diálogo por la negativa del sector empresarial, las organi-
zaciones campesinas, de desarrollo, ambientalistas, de pequeños productores y centros de
estudios especializados en el tema, conformaron la Alianza para el Desarrollo Rural Integral,
ADRI, desde la cual se elaboró de forma consensuada una propuesta propia de Ley de Desa-
rrollo Rural Integral.7

Al inicio del Gobierno de Álvaro Colom en 2008, empezó una nueva etapa en el proceso de
diálogo sobre desarrollo rural. Con la ausencia del sector privado, que se negó a participar,
en abril de ese año se instaló públicamente el espacio de diálogo. Para su funcionamiento se
conformaron dos mesas; la primera con el objeto de diseñar la Ley y la Política de Desarrollo
Rural Integral y la segunda, con el objeto de definir políticas que aborden la conflictividad
agraria desde sus raíces, abriéndose la posibilidad de discutir la cuestión agraria en el nivel
de gobierno, demanda histórica de la sociedad guatemalteca.

Para definir la Ley y la Política Nacional de DRI se definieron los temas sustantivos que habían
sido los temas polémicos en otras iniciativas de Diálogo, tales como el sujeto de la Ley, el
papel del Estado, los objetivos y el tema agrario, así como temáticas relativas a la institucio-
nalidad. En julio de 2008 y con la participación de altos funcionarios de la administración Co-
lom (Secretario de Planificación; Secretario del Sistema Permanente del Diálogo; Secretario
de Asuntos Agrarios, entre otros), se llegó a un acuerdo político sobre los temas sustantivos.

Entre los principales resultados de la propuesta de Ley de DRI se asumió como sujeto de la
misma a los pequeños productores y productoras, trabajadores agrícolas, indígenas, mujeres
rurales, campesinos sin tierra o con poca tierra. La PNDRI establece como sujetos de la mis-
ma: la población rural en situación de pobreza y extrema pobreza, con prioridad en los pueblos
y comunidades indígenas y campesinas con tierra insuficiente, improductiva o sin tierra; mujeres
indígenas y campesinas; asalariados permanentes o temporales; artesanos; pequeños produc-
tores rurales; micro y pequeños empresarios rurales. La economía rural, indígena y campesina,
se constituye por lo tanto en el sujeto económico que, contando con el rol rector del Estado en
la presente Política y su acción como promotor del Desarrollo Rural Integral, se constituirá en un
actor fundamental del desarrollo rural, entendiendo éste como el desarrollo humano integral de
las poblaciones que habitan en esos territorios.

7 La Comisión Nacional para la Implementación de los Acuerdos de Paz, CNAP, evaluó el contenido de esta y otras tres
propuestas de ley sobre desarrollo rural presentadas por diversos sectores, determinando que la propuesta presentada
por la ADRI era la que tenía un enfoque más completo sobre el desarrollo rural.

16 Primer informe
CONGCOOP

El planteamiento de Desarrollo Rural Integral parte del principio de integralidad con enfoque
de derechos, es decir no solamente delimitando todas las acciones orientadas a ejecutarse
en el campo, sino asumiendo principios que lleven al cumplimiento de los derechos civiles,
políticos, sociales y económicos para las poblaciones campesinas. Propone la apertura de los
caminos para que las mismas poblaciones puedan participar en la toma de decisiones en las
problemáticas que le afectan. Se propone la definición de una política que tenga efecto en
toda la estructura institucional del Estado.

El enfoque DRI parte de reconocer las características de la población campesina, así como
las problemáticas que le han llevado a situaciones de pobreza generalizada, reconociendo
en las ricas culturas de los pueblos nacionales, así como en las formas de organización co-
munitarias el camino para alcanzar la Soberanía Alimentaria. Se plantea el abordaje de las
siguientes temáticas, mediante la creación de un Ministerio de Desarrollo Rural Integral.

§ Política agraria: Promover la democratización del régimen del uso, tenencia y propiedad
de la tierra, así como desincentivar la concentración de la misma.

§ Política económica: Promover una política fiscal y macroeconómica que lleve a la reduc-
ción de la desigualdad social y el fortalecimiento de la economía rural.

§ Política social: Erradicar las exclusiones sociales en el mundo rural ya sea por origen étni-
co, de clase, etárea y de género.

§ Política de soberanía alimentaria y seguridad alimentaria: Asumir el derecho de las pobla-


ciones para definir sus formas de producción alimentaria, que lleven a garantizar una
alimentación adecuada.

§ Política agrícola, pecuaria, forestal e hidrobiológica: Implementar un modelo de produc-


ción sostenible, culturalmente pertinente y que garantice el pleno desarrollo humano de
la población.

§ Política socioambiental: Promover la sostenibilidad ambiental en el medio rural, el carác-


ter público de los bienes naturales, el ordenamiento territorial y el derecho de las comu-
nidades, especialmente los políticos.

§ Política laboral: Garantizar el cumplimiento de los derechos laborales de la población


trabajadora en el campo.

§ Política de reducción de la vulnerabilidad y gestión de riesgos: Reducir la vulnerabilidad so-


cial, ambiental y económica en el medio rural.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 17


§ Política de fomento a la participación ciudadana: Fortalecer la democracia participativa, la
organización social y la participación en la toma de las decisiones, privilegiando el bien
común.

§ Política cultural: Proveer las bases materiales, normativas e institucionales para promover
el patrimonio cultural de los pueblos nacionales y las comunidades campesinas.

Las implicaciones que esta propuesta significan para el MAGA se circunscriben a la Política
agrícola, pecuaria, forestal e hidrobiológica, en el sentido de asumir el papel tutelar que tiene
el MAGA en cuanto a estos temas, y en sintonía con los otros ejes, promover el acceso de
las comunidades campesinas a los recursos necesarios para producir sus propios alimentos.
Implica la posibilidad de que por sus propios medios y con la protección estatal de las ame-
nazas de terceros, se brinde la oportunidad de ejercer bajo los principios de la Soberanía
Alimentaria, el derecho a participar en la vida económica nacional y a definir los medios de
producción necesarios para desarrollar la agricultura en condiciones de dignidad.

La aprobación en mayo de 2009 de la Política Nacional del Sistema Nacional de Desarrollo


Rural Integral, PNDRI, pudo constituirse en el hecho más relevante para las poblaciones cam-
pesinas de Guatemala, durante el gobierno de Álvaro Colom. Sin embargo, la aprobación
de la Ley del Sistema DRI (iniciativa de ley 4084) fue entorpecido en el Congreso por los
diputados que responden a las orientaciones empresariales. Sin una ley que le de vida la
PNDRI, y sin un presupuesto y una estructura institucional que soporten los programas con-
templados, solamente se constituye en un documento declarativo más, en tanto que no se
institucionaliza su contenido.

El planteamiento de reestructura del MAGA


Durante el año 2010 el Gobierno plantea un proceso de Reestructura del MAGA, como el
paso para responder a la PNDRI. El Gobierno argumenta que se trata de rescatar las funcio-
nes del MAGA, después que sufrió un desgaste institucional, producto del cambio de orien-
tación que se dio desde el Gobierno de Álvaro Arzú por abandonar sus responsabilidades
constitucionales.

Mediante el Acuerdo Gubernativo 338-2010 de fecha 19 de noviembre de 2010, el Organis-


mo Ejecutivo renueva el Reglamento Orgánico Interno del MAGA, basándose en la necesi-
dad de “reorganizarse para responder a las necesidades del desarrollo rural integral;…”.8 El marco
institucional que plantea este proceso de reestructura se basa en el planteamiento de cinco
vice ministerios y tres coordinaciones por medio de los cuales se espera dar respuesta a esta
necesidad. Se basa en la incorporación de las actividades del Programa ProRural dentro de
la institucionalidad del MAGA, y la apertura del Sistema Nacional de Extensión Rural, SNEA,

8 Segundo considerando, Acuerdo Gubernativo 338-2010.

18 Primer informe
CONGCOOP

aunque las actividades de Extensión Agraria ya se venían realizando débilmente por el mis-
mo ProRural.

En términos generales la aplicación del nuevo reglamento implica la apertura de un vice mi-
nisterio nuevo con el objeto de que cumpla las actividades del desaparecido ProRural: el Vice
ministerio de Desarrollo Económico Rural. Para la creación del Vice ministerio de Desarrollo
Económico Rural se parte del supuesto de que los pequeños productores pueden convertir-
se en productores excedentarios.

El Vice ministerio de Desarrollo Económico Rural parte de las acciones de Reconversión Pro-
ductiva, de Desarrollo Agrícola, de Desarrollo Pecuario, de Infraestructura Productiva y de
Fortalecimiento para la Organización Productiva y la Comercialización. Se explicita que esta
dependencia es la encargada de promover el desarrollo económico rural, especialmente
mediante la reconversión y reactivación económica productiva de las economías campesi-
nas, el cual a su vez se basa en la adopción de nuevos sistemas y procedimientos de produc-
ción y gestión empresarial para apoyar la competitividad del sector agropecuario y el uso de
insumos. Además se contempla el desarrollo de infraestructura productiva como el riego y
la promoción de la organización campesina para la producción y la comercialización. Para el
año 2011 esta dependencia tiene una asignación de Q261.2 millones, sobre un presupuesto
ministerial de Q759.7, la tercera parte del mismo.

Bajo la re-estructura del MAGA, el anterior Vice-Ministerio de Normas y Regulaciones se con-


vierte en el Vice ministerio de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones. Se concreta en promo-
ver acciones para el control de la inocuidad, así como para fortalecer la competitividad del
sector agropecuario y agroindustrial, para hacer frente al entorno de la apertura comercial y
el proceso de globalización. Pretende dar seguimiento a las temáticas de Sanidad Vegetal y
Animal, y estimular zonas de desarrollo agroindustrial.

Por otra parte se crea la Dirección de Coordinación Regional y Extensión Rural que tiene
por objeto velar porque se proporcione a las familias rurales los servicios de asistencia técnica y
de educación no formal, que le permitan adoptar tecnologías e innovaciones, que le brinden la
oportunidad de la satisfacción de sus necesidades básicas, la generación de excedentes y el desa-
rrollo integral. Mediante esta dirección que funciona directamente bajo la coordinación del
ministro, se orienta el Sistema Nacional de Extensión Rural, SNEA, el cual trata de retomar las
acciones de Extensión realizadas anteriormente por el MAGA; las cuales aún son considera-
das el mayor aporte estatal a la población campesina empobrecida. Como aspecto positivo
cabe mencionar que para las acciones de Extensión Rural se ha asignado un presupuesto de
Q89.2 millones, presupuesto que hasta febrero se ha incrementado a Q91.7 millones.

El Vice Ministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional, VISAN, sufre un cambio importan-


te; antes del proceso de Reestructura asumía las funciones de coordinación de la Asistencia
Alimentaria, de promoción de la producción de Granos Básicos y apoyo para el Almacenaje.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 19


El año 2010 VISAN sufre de un fuerte recorte presupuestario; de Q481.9 millones asignados
inicialmente, finaliza el año con un presupuesto de Q275 millones, 43% menos. Solamente
los programas que se orientaban a estas tres funciones contaron con un presupuesto de
Q144.7 millones, pero en 2011 el presupuesto es muy inferior, de Q46.8 millones.

Varias dependencias del VISAN se trasladan al Vice Ministerio de Desarrollo Económico y So-
cial, entre estas el Programa de Apoyo a la Producción de Granos Básicos que el 2010 sufrió
de un fuerte debilitamiento presupuestaria, cuando se le recorta el 54% finalizando el año
con Q6.3 millones. Si bien el 2011 inicia con un presupuesto de Q24.8 millones, al mes de
marzo ya sufrió un recorte del 5%.

Fortalezas y debilidades
Lejos de plantear una agenda política estructurada a partir de compromisos en materia de
Derechos Humanos, se impulsa una agenda que trata de adaptarse a una vida de carencias
institucionales, bajo presupuesto y abandono del papel tutelar que en la materia tiene el
MAGA.

El traslado de las actividades del desaparecido ProRural al MAGA implica el traslado de accio-
nes que no lograron aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones
campesinas más empobrecidas. Algunas consideraciones respecto de su funcionamiento.

• Promover un enfoque empresarial de la producción campesina conlleva dirigir la aten-


ción a la producción en el plazo inmediato, mediante mecanismos inaccesibles para los
pequeños productores que quedan al margen de estas formas de producción: invertir
en paquetes tecnológicos, almacenaje y transporte, de forma permanente. Además el
uso generalizado de semillas híbridas con el supuesto fin de mejorar el rendimiento en
regiones que han sido afectadas por las nuevas condiciones climáticas.

• Se propone la modernización del proceso productivo del maíz, aunque podría ser in-
sostenible si no se toma en cuenta las variables del mercado. Se promueve enlaces de
comercialización aunque sin recuperarse el papel regulador de los precios por parte del
Estado, lo que implica la amenaza de situaciones de dependencia con las grandes em-
presas alimentarias.

• En relación con el uso de fertilizantes químicos se reconoce que su dotación por parte de
ProRural fue insuficiente, además que su utilización es compleja y requiere capacitación
para su uso. Este programa se consideró un desperdicio de recursos, que no implicó un
cambio importante en las capacidades productivas de la población campesina, y que
los principales usuarios fueron las empresas agropecuarias locales y especialmente las
empresas que producen el fertilizante.

20 Primer informe
CONGCOOP

• El programa de Extensión de ProRural, se consideraba el programa con mayor presencia


en las comunidades y que representa con mayor claridad el enfoque DRI; aunque funcio-
nó de forma focalizada y prácticamente sin recursos y personal insuficiente. Por la misma
precariedad del programa, es frecuente la crítica de presencia esporádica y la debilidad
de las acciones, situación que es reconocida por los propios trabajadores.

Evidentemente el planteamiento de reestructura del MAGA no se constituye en la respuesta


más adecuada para cumplir con el compromiso político de la PNDRI. Por el contrario implica
la consolidación de una agenda incoherente para cumplir con las necesidades de la pobla-
ción rural empobrecida, pues abre el camino para la imposición de un modelo productivo
basado en la explotación intensiva de los recursos naturales para insertarse en los procesos
económicos globales, en el cual no tienen cabida los pequeños productores, ni sus formas
de producción basadas en sus necesidades alimentarias directas.

Es importante aclarar que el proceso es reciente y la aprobación del presupuesto por parte
del gobierno tuvo muchos problemas con la oposición política, por lo que se presume que
las definiciones presupuestarias no son las definitivas. Pero sí existe una tendencia a debilitar
aún más el presupuesto del MAGA y este año no fue la excepción, cayendo de una asigna-
ción de Q827 millones en 2010 a Q631 millones en 2011. En este sentido se supone que a
pesar que algunas entidades propuestas por la PNDRI existen “de nombre” en el MAGA, no
tienen mayor posibilidad de institucionalizarse.

En la medida que la propuesta de Desarrollo Rural Integral no encuentre cabida en las agen-
das de desarrollo, persistirá el despojo de los recursos naturales que actualmente sufren las
poblaciones campesinas, que conlleva la concentración de la riqueza y la desigualdad social;
y en la medida que el MAGA se convierta en una herramienta de los grupos agroexportado-
res estas contradicciones se profundizarán, poniendo en riesgo el Derecho a la Alimentación
de toda la población.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 21


CONGCOOP

III. Programas de apoyo a la


producción campesina

1. Programa de distribución de fertilizantes-


Programa de Desarrollo Rural
El programa de distribución de fertilizantes se ha implementado con el objeto de mejorar la
seguridad alimentaria y reactivar la economía agrícola, a través de proveer fertilizantes a pre-
cios subsidiados a los pequeños agricultores9 y en consecuencia bajar los costos de produc-
ción. Inició con donaciones de la cooperación japonesa en 1993 y se institucionalizó bajo el
Gobierno del FRG (2000–2004) en el MAGA (CIEN/USAID 2003). Desde ese entonces su apli-
cación ha contado con diferentes mecanismos, productos y entidades públicas encargadas.

Bajo el Gobierno de Portillo se entregaron los sacos de fertilizante físicamente. La entrega no


fue de forma gratuita sino subsidiada, modalidad en la cual el Gobierno asumía la diferencia
entre precio de venta al beneficiario y precio de mercado.10 A la par de los abonos quími-
cos tradicionales (urea, 15-15-15 y 20-20-0), también hubo posibilidad de optar por abonos
orgánicos. Al inicio (2001 y 2002) se dio un monto máximo de 10 sacos, que después, por
irregularidades encontradas (reventa y generación de mercado negro) bajó a 4 sacos (2003)
por beneficiario; aunque dependiendo del departamento se aumentaba (Suchitepéquez)
o bajaba (Quiché) la cantidad (Ibíd.). Vale mencionar que, según el MAGA, se necesitan seis
sacos de fertilizantes por manzana para cultivos de maíz y cuatro sacos de fertilizante por
manzana para cultivos de fríjol (USAID/CIEN 2003).

Ya desde ese entonces únicamente tres empresas participaban en las licitaciones: Mayafert,
Disagro y Barco Vikingo, todas empresas guatemaltecas y las únicas activas en el mercado
de fertilizantes en el país, y las que ganaban fueron DISAGRO y Fertilizantes Maya S.A. (Ibíd.).

En 2003 hubo alrededor de 800,000 usuarios bajo la modalidad descrita. Los criterios de se-
lección de los mismos se basaban en la priorización de los 102 municipios más vulnerables,
zonas con alto porcentaje de pequeños productores (Ibíd.).

9 En el MAGA se entiende por pequeño agricultor todos aquellos que practican una agricultura de subsistencia y cuen-
tan con un área menor de 10 manzanas
10 En 2003 el subsidio era de Q 60 por saco de urea; Q 50 por saco de 15-15-15; Q 43 por saco de 20-20-0; y Q 15 por saco
de abono orgánico.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 23


En la administración de Berger se siguió con la misma modalidad de entrega de fertilizantes
subsidiados. Con una universalización territorial del programa (331 municipios) se benefició
a 900,000 campesinos en 2005. Ya solo se manejaron los tres fertilizantes químicos (urea,
15-15-15, 20-20-0) a un precio de Q65 por saco, cuando el precio de mercado se movía
alrededor de Q135 por saco. La cantidad promedia descendió a dos sacos por beneficiario,
modalidad que se mantuvo durante la gestión de la GANA. Así que cada beneficiario en
términos reales se fue beneficiando con alrededor de Q140, lo cual significa una baja consi-
derable respecto al Gobierno anterior. Todo ello significó una inversión gubernamental de
Q170 millones (2005) (DCA, 29-06-2005).

En el Gobierno de la UNE entre las medidas para intentar transparentar el trabajo del Pro-
grama de Fertilizantes fue cambiar el formato de ejecución. En vez de entregar los sacos
de fertilizantes desde el año 2009 se entregaron cupones para ser cambiados en cualquier
puesto de distribución. En el 2009 cada cupón representó un aporte de Q210, que en com-
paración con el subsidio real que se dio en el Gobierno de la GANA, era mucho mayor. Sin
embargo, dado el aumento de los precios de los fertilizantes ni siquiera alcanzaban para un
saco de cualquiera de los fertilizantes químicos “clásicos”. Se estableció al Crédito Hipotecario
Nacional, como la entidad bancaria que respalda el programa, elaborando el cupón según el
dato de usuarios ofrecido por ProRural y luego recibiendo de los comercios los cupones para
proceder a su reembolso. Se estableció que cualquier comercio que estuviera inscrito en la
SAT y radicara en los municipios abarcados por el programa podía servir como distribuidor.11
Esto, aunado a que es un trabajo tedioso el intercambio de cupones con el Banco significa
que no todas las tiendas de agroservicios puedan entrar, sino exclusivamente los que com-
pran cantidades muy altas de insumos.12

El abono orgánico igual que en el Gobierno de la GANA no figuraba entre las opciones a
escoger.

En 2009 se fueron entregando 601,978 cupones al igual número de usuarios a un monto de


Q210 por cupón. Mientras en 2010 el número fue ascendiendo a 650,580 usuarios-as, obte-
niendo dos cupones a Q95 cada uno. El presupuesto ejecutado llegó a alrededor de Q155
millones en cada uno de los años en mención (en 2010 la inversión llegó a Q123 millones, y
funcionamiento a Q32 millones).13

11 http://www.revistayque.com/v1/analisis/489-los-cabezones-de-los-fertilizantes
12 Entrevista OMP Mazatenango, agosto 2010.
13 Datos proporcionados por FONADES en 2011

24 Primer informe
CONGCOOP

Gráfica 1
Familias beneficiadas por el Programa de Fertilizantes por departamento
y total del país, 2009 a 2010

80,000

70,000

60,000

50,000
Hombres
40,000 Mujeres
30,000 Total
20,000

10,000

0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Fuente: elaboración propia con datos de F0NADES

En 2009 se habían creado las así denominadas “Juntas de Transparencia”, integradas por un
integrante de la Oficina Municipal de Planificación, un o una representante de la Sociedad
Civil (asociaciones de campesinos, asociaciones de ganaderos), un integrante de la Iglesia
Católica, un integrante de la Iglesia Evangélica y un representante del COCODE.14 Sin embar-
go, fue muy complicada la integración de las mismas y luego se dieron muchos problemas
de desintegraciones15. Las juntas debían encargarse de la selección adecuada de las y los
usuarios, pero no se pudieron evitar actitudes de clientelismo y amiguismo.

La respuesta a los problemas encontrados fue obviar la creación de Juntas en el año 2010. En
lugar de ellas fueron los Alcaldes quienes se encargaron del programa. Básicamente califica-
ron las mismas personas que el año anterior, con algunas depuraciones (de quienes habían
calificado pero no habían recogido el cupón en 2009) y una mínima cantidad de cupones
más que permitieron incluir a alguna gente nueva.16

La selección de usuarios, que básicamente se dio en 2009 (pues en 2010 repitieron) ha sido
bastante difícil. Son casi todos los agricultores que califican, pero solo hay una cantidad li-
mitada de cupones. Dado que el programa es universal en municipios y comunidades, en
promedio le ha tocado a alrededor de una cuarta parte de las familias de cada comunidad
recibir el cupón. Dado que la situación es igual de precaria para prácticamente todas y todos
los agricultores, la selección se vuelve arbitraria. Ninguna de las personas encuestas conoce
los criterios formales de selección del programa. De hecho, en muchas comunidades la mo-
dalidad de selección han sido sorteos entre los agricultores17, es decir la decisión de calificar
o no, se fue dando por la pura suerte. No sorprende entonces que el 60% de las personas

14 En realidad no fue una idea nueva pues ya bajo la administración de Portillo la asignación, el pago y la entrega del
fertilizante se hacía por medio de comisiones municipales, conformadas por un delegado del MAGA que la presidía,
un delegado de la Corporación Municipal y un delegado que representa la sociedad civil (ver USAID/CIEN 2003).
15 Entrevista OMP Sto.Domingo Suchitepéquez, agosto 2010.
16 Entrevista OMP Mazatenango, agosto 2010.
17 Entrevista integrante corporación municipal Sto.Domingo Suchitepéquez, agosto 2010.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 25


entrevistadas percibe que la selección fue injusta y que no son las familias más necesitadas
(como el programa pretende al priorizar a quienes tengan entre 0 y 3 manzanas de tierra) las
que accedieron al cupón. 18

Dado que la falta de claridad sobre los criterios de selección, así como la falta de percibir-
los justos representa un potencial para conflictos comunitarios internos, algunos COCODES
optaron por dejar de recibir los cupones, con tal de no tener que enfrentar conflictos en las
comunidades.19 En el municipio de Sayaxché esta decisión trascendió en el nivel municipal.
El COMUDES decidió no entrar en el programa, dado que se percibió que la relación costo
(=conflictos)20 – beneficio (Q195 que ni siquiera alcanzan para un saco de fertilizante) no lo
justificaba.

Otro aspecto que llama la atención, ahora en la distribución entre municipios, es que se
mencionaron casos en los cuales vecinos de un municipio fueron a solicitar cupones a otro
municipio, pues sobraban allí. Este hecho hace pensar que en la distribución intermunicipal
no se toman en cuenta las actividades económicas de los municipios, y más bien se adjudi-
can los cupones de manera indiscriminada, independientemente si la actividad principal del
municipio es agrícola o no.

Fortalezas y debilidades del programa


El Programa de Fertilizantes ha tenido muchas críticas, bajo la modalidad que se haya imple-
mentado. En los primeros años de institucionalizado el programa (bajo las administraciones
del FRG y la GANA), cuando se entregaban los sacos en especie, se identificó como principal
problema las prácticas anómalas de muchos terratenientes (quienes aprovecharon a sus tra-
bajadores para que presentaran sus cédulas y hicieron fila, entregándoles luego el producto
subsidiado).21 Bajo la nueva modalidad de entrega de cupones y selección de usuarios por
medio de los COCODES se pudo garantizar una selección más acertada de los usuarios y
usuarias. Sin embargo esta modalidad dio lugar a nuevos problemas, particularmente prác-
ticas de corrupción por parte de los COCODES.

Al intercambiar con usuarios y operadores de los programas, se mencionan casos en que los
COCODES vendieron tickets (a Q5 cada uno en algunos sitios y hasta a Q50 en otros) para
quienes aspiraban a acceder al cupón. Si bien una pequeña colaboración a los COCODES se
justifica por los gastos en los que incurren al tramitar en las cabeceras municipales, también
hay quienes [COCODES] efectivamente se aprovechan, eso no lo vamos a negar.22

Un problema que sigue existiendo es la venta en el mercado negro. Anteriormente se fa-


cilitaba al recibir el producto de una vez. Sin embargo la entrega de cupones tampoco no
resuelve este problema, por lo cual en algunos casos se ha buscado otra opción interesante:
18 Encuesta realizada
19 Entrevista integrante corporación municipal Sto.Domingo Suchitepéquez, agosto 2010.
20 Sumado a este costo no tangible, los costos reales resultantes del trámite (transporte del producto, papelería etc.) que
suman alrededor de Q 30 por usuario-a.
21 Entrevistas con usuarios
22 Entrevista integrante corporación municipal Sto.Domingo, agosto 2010.

26 Primer informe
CONGCOOP

el otorgamiento de los cupones exclusivamente a mujeres, reconociendo que las mujeres


tienden en mayor grado a darles el uso original.23

Un tema que afecta a muchos de los programas gubernamentales es la poca claridad en los
criterios de selección de las familias beneficiarias. Si bien se puede hablar de un programa
universalizado en el nivel territorial (municipios y comunidades), la selección dentro de las
comunidades es completamente arbitraria. Para ser equitativo, realmente requeriría primero un
estudio socio-económico pero no lo hay.24 En los casos más democráticas, se realizan sorteos
para determinar los usuarios, en otros se depende de la voluntad del COCODE. Resultado de
ello no se percibe que la distribución responda a criterios objetivos, cuestión que pone en
riesgo la cohesión social -en muchos casos de por sí debilitada – y genera conflictos poten-
ciales a este nivel comunitario.

Otro problema que ha levantado mucha preocupación en los años pasados, es la entrega
desfasada del cupón (o producto en tiempos de la GANA). En 2010 los cupones fueron en-
tregados hasta el mes de septiembre, cuando es el mes de mayo cuando se dan las siembras
más importantes (la segunda) de maíz. En el año 2009 fue la creación tardada de las Juntas
Municipales que repercutieron en un atraso similar. Si bien los agricultores van encontrando
utilidad en los cupones aún después de las fechas programadas (por ejemplo para la aplica-
ción al fríjol en Camotán), se va reduciendo el impacto de la medida.

Este impacto es considerado bastante reducido.25 La apuesta del programa parece ser llegar
a un número importante de usuarios y beneficiarias, más que presentar un apoyo/subsidio
real. Los Q190 que recibió cada usuario-a en calidad de subsidio (y cuyo acceso implicó un
gasto de alrededor de Q30), en el año 2010 apenas permitió la compra de un quintal de
15-15-15 que tuvo un precio de Q195 en el mes de septiembre (cuando se entregaron los
cupones) o uno de 20-20-0 que tuvo un costo de Q180 en este mismo mes. Tomando en
cuenta que el MAGA para una manzana recomienda 6 quintales de fertilizante, la cantidad
otorgada representa migajas poco relevantes (Zepeda/Gauster 2010).

La falta de posibilidad de optar por abonos orgánicos marca otra debilidad de la actual mo-
dalidad. Considerando que la Política Nacional de Desarrollo Rural Integral aprobada por el
actual Gobierno plantea la necesidad de una agricultura más limpia y menos contaminante,
debería dar pauta a una flexibilización respecto a qué producto usar, como ya había sucedi-
do en años anteriores (2001-2003). Sin embargo, no se ha avanzado en esta parte.

Finalmente es importante develar los intereses que están atrás de este programa. Es un
programa bastante oneroso para un oligopolio nacional de tres empresas que acaparan el
mercado: Yara, Mayafert y Disagro son las 3 empresas que manejan el 80% de la producción
de fertilizantes en el nivel nacional. Tan sólo las 2 últimas han recibido entre el 2005 y 2009
Q1,274 millones en concepto de adjudicaciones por proveer al Estado de sus productos
agropecuarios. Entre 2005 y 2007, durante el gobierno de Oscar Berger, Mayafert, recibió por
23 Entrevista Alcalde Camotán, agosto 2010.
24 Entrevista OMP Mazatenango, agosto 2010.
25 Entrevistas con usuarios

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 27


medio de adjudicaciones del Estado Q538 millones. Bajo el Gobierno de la UNE destaca la
participación de Roberto Dalton, financista del Gobierno actual y propietario de DISAGRO,
como Director de ProRural, la entidad a cargo de la distribución de fertilizantes 26

Y el beneficio de las empresas no se reduce a estas adjudicaciones, sino hacen uso de otros
“trucos” para enriquecerse más, en este caso a costa directa de los usuarios y usuarias del
programa, agricultores pobres y extremadamente pobres. En todos los lugares visitadas en
el marco de este estudio, se reportó trasiego, es decir se vende en el marco del programa
producto que no cuenta con la debida concentración de materia prima (por ejemplo en
lugar de 15% de potasio, 15% de fósforo y 15% de nitrógeno se vende un producto con 5%
de cada una de estas sustancias), afectando de esa manera la calidad y la efectividad del
producto. A pesar de que la gente se ha ido dando cuenta de esta práctica anómala, no se
llegan a realizar denuncias por falta de confianza en que procedan. De esta manera aumenta
sustancialmente la ganancia de las empresas, pues van dando un producto de un valor de
Q160 aproximadamente, en lugar de uno de Q210.

2. Programa de Arrendamiento - Fondo de Tierras


El Programa de Arrendamiento de Tierras fue creado con base en el Artículo 25 de la Ley del
Fondo de Tierras (Decreto 24-99), en el año 2004. Establece un tercer eje del trabajo del Fon-
do de Tierras, inicialmente enfocado en estrategias de acceso a la tierra mediante la compra
en los mercados de tierras y mediante la regularización y titulación de tierras (FONTIERRAS
2005).

El objetivo del programa es contribuir a la seguridad alimentaria y a la generación de empleo e


ingresos para familias rurales en condición de pobreza y pobreza extrema, que carecen de tierra o
con tierra insuficiente (FONTIERRAS 2009: 49).

Para este efecto se ha venido otorgando un apoyo anual a las familias usuarias del Programa,
que consta de una parte de crédito y otra de subsidio (el subsidio ha sido o únicamente para
manejo discrecional de las personas usuarias o para insumos agrícolas). Tanto el monto total
de la inversión/usuario como el monto del subsidio han ido bajando en el transcurso de los
años, llegando a un crédito de Q1,700 para crédito y Q510 de subsidio en el año 2010. Q300
de este subsidio únicamente fueron otorgadas a las personas que devolvieron el crédito en
el tiempo previsto.

26 http://www.revistayque.com/v1/analisis/489-los-cabezones-de-los-fertilizantes

28 Primer informe
CONGCOOP

Cuadro 1
Programa de Arrendamiento, monto de crédito y subsidio,
2004 - 2010
Crédito Subsidio TOTAL

2004 1,000 2,000 (*) 3,000


2005 1,300 1,200 (**) 2,500
2006 1,500 500 (***) 2,000
2007 2,000 0 2,000
2008 2,000 500 (***) 2,500
2009 1,700 300 (****) 2,000
2010 1,700 510(*****) 2,210
Fuente: elaboración propia, con datos de FONTIERRAS 2004 a 2009.
(*) Subsidio Q 1,300 + insumos Q 700
(**) Subsidio Q 500 + insumos Q 700
(***) Subsidio
(****) Subsidio por pago puntual del crédito
(*****) Subsidio por pago puntual del crédito (Q 300) + insumos (Q 210)

Gráfica 2
Programa de Arrendamiento, monto total, dividido en crédito y subsidio,
2004 - 2010

3,500

3,000

2,500

2,000
Subsidio
1,500 Crédito

1,000

500

0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Fuente: Elaboración propia, con datos de FONTIERRAS

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 29


Esta tendencia preocupa a las y los usuarios. El subsidio de Q300 es muy poco, antes dieron
hasta Q2000, se devolvían Q1 mil y Q1 mil era regalado. Hoy solamente dan Q300 de subsidio y
hay que devolver Q1,700. Dado que el trámite de acceso al crédito también implica gastos, y
que muchas personas resultan ser víctimas de la corrupción de sus líderes (quienes cobran
sumas importantes con tal de incluirlos en las listas de usuarios e usuarias), el subsidio se
consume aceleradamente (Zepeda/Gauster 2010).

En 2010, el Programa tuvo 50,590 personas usuarias, un poco más de la mitad de las cuales
fueron mujeres. Desde el año 2006, se observa equidad entre hombres y mujeres que acce-
den al programa. La tendencia en el número de usuarios-as ha sido creciente, aunque ya no
se llegó a los niveles del año 2008, año en el cual se destinaron muchos recursos al Programa
como respuesta a la crisis alimentaria mundial y nacional (Gauster y Garoz 2008).

Gráfica 3
Programa de Arrendamiento, Número de usuarios e usuarias, 2004-2010

100,000
90,000
80,000
70,000
60,000
50,000
40,000
30,000 Nuevos beneficiarios
2010
20,000
10,000
0
Totonicapan
Sololá
Quetzaltenango
San Marcos
Huehuetenango
El Quiché
Chimaltenango
Sacatepéquez
Guatemala
Baja Verapaz

El Petén
Izabal
Zacapa
El Progreso
Chiquimula
Jalapa
Jutiapa
Santa Rosa
Escuintla
Suchitepéquez
Retalhuleu
Alta Verapaz

Fuente: Elaboración propia, con datos de FONTIERRAS

La cobertura territorial llegó a 263 municipios en 2010, lo cual visualiza el esfuerzo de uni-
versalización territorial del programa. A pesar de ello, en las comunidades rurales es un pro-
grama con poca visibilidad, pues si bien llega a muchos municipios, dentro de ellos, no hay
posibilidad de acceso para la mayoría de las familias. Únicamente 14 de 177 personas en-
cuestadas tienen conocimiento del programa. En cuanto a la selección de usuarios-as no,
la información de cómo se da esta selección es aún más reducida. Solo 2 personas saben
realmente cómo se da el proceso, las demás ignoran los criterios de selección empleados.

En los últimos años el criterio de selección ha sido dándole prioridad a las personas que han
logrado solventar su deuda del año anterior y que mantuvieran interés en el programa (en
el año 2009 unas 10 mil personas solventes no pidieron prolongación). La recuperación de
la deuda gira alrededor del 70 – 80%. Cuando hay más créditos disponibles, generalmente
se canalizan mediante organizaciones campesinas que logran una determinada cantidad

30 Primer informe
CONGCOOP

de cupos. Otras entidades que pueden gestionar directamente con el FONTIERRAS, son las
municipalidades que pueden respaldar las solicitudes que vienen directamente de las co-
munidades (Zepeda/Gauster 2010).

Para quienes acceden al crédito para el arrendamiento, generalmente el programa es consi-


derado útil. Esto se debe a la ausencia de líneas de crédito que se ajusten a las posibilidades
y necesidades de la población campesina como lo hizo en tiempos anteriores BANDESA, el
Banco de Desarrollo. Actualmente queda el acceso muy reducido a créditos formales en la
banca privada que para las y los campesinos no solo son difíciles de acceder (por las condi-
ciones que se requieren), sino además representan condiciones desfavorables por el nivel
de intereses que cobran. Por tanto el programa constituye una de las pocas posibilidades de
acceso al crédito para poder desarrollar las actividades de la agricultura campesina.

Sin embargo, tomando en cuenta que trabajar una sola manzana de maíz de manera tec-
nificada, implica un costo de entre Q5,000 y Q6,00027 (incluyendo arrendamiento de tierras,
insumos y fuerza de trabajo), el monto solo representa un mínimo de las necesidades reales.
En la práctica el Programa de Arrendamiento se ha convertido de un Programa de Acceso
a la Tierra28, como se presentó en sus inicios, a un programa de acceso a créditos. Esto es
importante en el sentido que el presupuesto del FONTIERRAS cada vez ha venido disminu-
yendo y que de forma gradual se fueron abandonando las actividades de acceso a tierra,
para centrarse en apoyar procesos de alquiler de tierras o más bien en créditos que pueden
servir para alquiler de tierras u otros gastos necesarios para la producción.29 En este sentido
el acceso a la tierra ha dado paso al acceso a un crédito mínimo, que es útil. Sin embargo
el casi total abandono de políticas de acceso a la tierra es preocupante en un país con una
conflictividad agraria aguda como Guatemala. En el año 2010, se adjudicaron tan solo 4 fin-
cas para 125 familias.

27 Taller de devolución Monseñor Romero, Santo Domingo Suchitepéquez, febrero 2011.


28 En la memoria de labores del FONTIERRAS del año 2004 todavía se menciona como parte del área de “Acceso a la
tierra”, mientras en las memorias siguientes se maneja como un Programa aparte.
29 Se considera una herramienta ágil para facilitar recursos para la producción. Hay consciencia de que este recurso no se usa
(exclusivamente) para arrendamiento de tierras, sino para compra de insumos, pago de deudas y otras; sin embargo es lo
que la Ley del FONTIERRAS permite (crédito para arrendamiento) y se le está dando un uso más amplio. Al final sirve para
fortalecer la economía campesina y la producción alimentaria. Entrevista a funcionario FONTIERRAS, tomado de Zepeda/
Gauster 2010.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 31


Gráfica 4
FONTIERRAS, Inversión Programa de Arrendamiento e Inversión para Programa de
Compra-Venta, 2004 – 2010.

Fuente: elaboración propia, con datos del FONTIERRAS

Fortalezas y debilidades del programa


Entre las fortalezas del programa se encuentra la utilidad que tiene un crédito blando para las
y los campesinos, que de otra forma difícilmente accedan a este servicio y en condiciones de
desventaja. Por el otro lado hay una cobertura relativamente alta en comparación con otros
programas de apoyo a la agricultura campesina. El costo bajo por usuario-a (dadas las altas
tasas de recuperación del crédito, se reducen a los subsidios) permite un número importante
de usuarios-as y por tanto mayor visibilidad que otros programas más costosos. Esto por el
otro lado, ha impactado negativamente programas de más envergadura, como el de acceso
a la tierra del FONTIERRAS, que cada año ha reportado menos inversión usuarios-as.

Gráfica 5
FONTIERRAS, Usuarios-as del Programa de Compra-Venta e Usuarios del
Programa de Arrendamiento, 2004-2010

Fuente: elaboración propia, con datos de FONTIERRAS

32 Primer informe
CONGCOOP

Una debilidad parecida a la de otros programas es la falta de información sobre los criterios
de selección. La percepción de ausencia de reglas claras en la selección genera malestar en-
tre las y los integrantes de una comunidad y es una fuente potencial de conflictos. Por el otro
lado, la baja continua del componente del monto destinado al subsidio afecta la efectividad
del Programa. Al mismo tiempo, la falta de información en la población sobre cómo acceder
a los créditos, abre la cancha para que liderazgos corruptos (sea por parte de la municipa-
lidad, COCODE u organizaciones) se puedan aprovechar de la necesidad de las personas al
cobrarles montos excesivos (alrededor de Q50) con tal de incluirlos en sus listas. Finalmente
establece un riesgo fuerte para quienes optan por el crédito pues al no tener la capacidad de
pagarlo (algo probable en contextos de destrucción de cosechas continuas por fenómenos
naturales), quedan registrados con mal record como usuarios y usuarias, con lo cual se les
veda la posibilidad de aplicar a otros programas gubernamentales.

3. Programas de Extensión Rural


La apuesta a la extensión agropecuaria es una de las (pocas) novedades que vino a presen-
tar el Gobierno de la UNE. Desde el desmantelamiento de la Dirección General de Servicios
Agropecuarios (DIGESA) en 1998, cuando se dio la reorganización del MAGA en el marco de
la crédula neoliberal, y el MAGA pasó de ser un ente ejecutor a un ente facilitador, el tema
del extensionismo ha quedado relegado en la agenda pública. En el Gobierno de Álvaro
Arzú que desmanteló DIGESA, con la intención de crear un mecanismo privado de asistencia
técnica. Sin embargo no alcanzó el período de administración del PAN para montarlo. Final-
mente las administraciones siguientes se fueron olvidando del tema.

El Gobierno de la UNE retoma la asistencia técnica. Inicia el Programa de Extensión (ProEx-


tensión), programa más grande (en términos de empleados) del Programa de Desarrollo
Rural (ProRural) que se estableció en 2008 como mecanismo de ejecutar acciones en pro del
desarrollo rural, paralelo al MAGA.30

a. Pro extensión/ Pro Rural


ProExtensión se creó como el “Responsable de transferir los resultados de la investigación y
validación de tecnologías agropecuarias, brindar la asistencia técnica, dar la capacitación y
promover la participación activa de los pequeños y medianos agricultores y sus familias.”31

En principio se pretendía que ProRural (y dentro del él ProExtensión) fuera el brazo produc-
tivo de las iniciativas de desarrollo rural que fueron liderados por los programas de Cohesión
Social. Inició funcionando en los mismos municipios priorizados por Cohesión Social, para
complementar la asistencia social con una línea productiva. Sin embargo, no hubo capaci-
dad para acompañar la acelerada ampliación de cobertura de “Mi Familia Progresa”. La co-

30 En el marco de la reestructura del MAGA se integra ProRural al Viceministerio de Desarrollo Económico del MAGA,
quedando solamente FONADES (Fondo Nacional de Desarrollo) fuera del MAGA con algunos programas que antes
manejaba ProRural (como el Programa del Fertilizante).
31 http://www.prorural.gob.gt/extension/Descripcion.html

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 33


bertura de ProRural en 2010 solo llegó a 83 municipios, mientras MIFAPRO ya había llegado
a atender 302 municipios.

Los equipos municipales de ProExtensión constan de extensionistas (en promedio dos por
municipio, encargándose cada uno de 6 a 7 comunidades), promotores (uno por comuni-
dad) y extensionistas para el hogar (37 para 79 municipios en 2009) bajo la coordinación de
un supervisor departamental.32

Los extensionistas se hacen cargo de entre 6 y 8 comunidades cada uno. Esto significa que
visitan las comunidades cada 15 días aproximadamente. A veces la supervisión de los avan-
ces se da únicamente por teléfono. El contrato de los extensionistas indica que los mismos
tienen que contar con vehículo y asumir sus gastos de combustible de su mismo sueldo.
Tampoco cuentan con insumos que llevar a las comunidades, factores que desincentivan
visitas frecuentes.33

En cada comunidad seleccionada se elige un promotor, generalmente por el COCODE.


Muchas veces es el mismo presidente del COCODE quien asume esta responsabilidad ini-
cialmente, aunque luego la fluctuación suele a ser alta. Tienen capacitaciones cada 15 días,
reciben un reconocimiento económico modesto y, en algunos casos, son priorizados con
acciones de otros entes públicos (por ejemplo con silos del programa de Post Cosecha del
MAGA).34 En la práctica, esta mecánica de trabajar, trajo consigo ciertos problemas: Se en-
contró que muchas veces los promotores fueron seleccionados con criterios políticos. Por el
otro lado, el buscar que fuera una persona la responsable, en algunas ocasiones terminaba
destruyendo esfuerzos colectivos de la comunidad.35

La selección de las comunidades se da por prioridades de las municipalidades y del coor-


dinador municipal o departamental36 con base en las comunidades que consideran más
necesitadas. Sin embargo, por el hecho de no contar con combustible ni vehículo institu-
cional, es poco probable que se seleccionen comunidades poco accesibles, que son las que
generalmente muestran mayores indicadores de pobreza extrema. A veces hay acuerdos
con las municipalidades respecto a apoyos con combustible con tal que se atiendan las co-
munidades que desde la corporación municipal se definan, lo cual abre la puerta a procesos
anómalos o al menos irregulares de selección. En otros casos las comunidades se definen
con base en el mapeo de la SESAN, que categoriza a las comunidades en rojas y naranjas.

La cobertura es limitada. Generalmente no hay posibilidades de cubrir más de una cuarta o


quinta parte de las comunidades en los municipios priorizados. Dentro de ellas el promo-
tor atiende a grupos de alrededor de 15 personas, nuevamente una pequeña parte de las
familias presentes en las comunidades. Generalmente el grupo se define por interés o por
disposición del COCODE.

32 Datos proporcionados por FONADES 2011 y entrevistas con extensionistas en Sayaxché y Camotán
33 Entrevistas con personal de ProExtensión Sayaxché y Camotán, agosto y septiembre 2010.
34 Entrevista ProRural Sayaxché, septiembre 2010.
35 Entrevista expertos organismo internacional, febrero 2011.
36 Entrevista ProRural Sayaxché, septiembre 2010.

34 Primer informe
CONGCOOP

Por falta de insumos, es necesario que los extensionistas y promotores se apoyen en insumos
locales y baratos. Esto ha llevado a mucha creatividad e innovación en cuanto a la genera-
ción de abonos (orgánicos) de bajo costo, el intercambio de semillas nativas de productos
nativos de diversas regiones y la implementación de cultivos poco exigentes en la aplicación
de paquetes tecnológicos. Se impulsan productos de la región (en Petén por ejemplo el ma-
cal, la yuca, el loroco y el güisquil), principalmente para fines de mejorar la seguridad alimen-
taria. Se apoya a la diversificación de cultivos mediante el apoyo a huertos comunitarios y
escolares. Se hace uso de los materiales que pueden ser aprovechados en las comunidades,
y se apoya en el mantenimiento de los suelos mediante nutrientes naturales como legumi-
nosas, madrecacao y aboneras. Las extensionistas para el hogar (que solo son contratadas en
la minoría de los municipios atendidos por Pro Extensión) tampoco tienen tareas preestable-
cidas, sino más bien actúan con base en las necesidades articuladas por las señoras (pasteles,
manualidades, tejidos, corte y confección, etc.).37

A pesar de este enfoque agroecológico, que en parte se da por la situación precaria en la


cual los extensionistas tienen que desarrollar su trabajo, en parte por la visión del Coordina-
dor del Programa de Extensión,38 nunca hubo coherencia metodológica entre ProExtensión
y los demás programas de ProRural (por ejemplo ProMaíz que basaba su actuar en ofrecer
préstamos a asociaciones para la compra de paquetes tecnológicos convencionales). El que
los extensionistas de ProExtensión tuvieron que realizar acciones que no solo respondían a
su programa, limitaba el alcance de la visión agroecológica inherente en él.39

Si bien el programa expandió entre 2008 y 2009, en 2010 el crecimiento del programa ha
sido modesto o prácticamente inexistente, lo cual en parte se explica por la inauguración del
Sistema Nacional de Extensionismo Agrícola del MAGA. Así se pueden observar las siguien-
tes tendencias, plasmadas en cuadro 2 y gráfica 6.

Cuadro 2
ProExtensión, número de municipios, comunidades y familias atendidas y número de
extensionistas contratados, 2008-1010

2008 2009 2010

Número de municipios 52 79 83
Extensionistas 87 153 164
Comunidades atendidas 572 820 820
Familias 12,584 18,040 18,040
Fuente: Elaboración propia con base en datos proporcionados por FONADES

37 Entrevistas ProRural Sayaxché y Camotán, agosto y septiembre 2010.


38 Entrevista ProRural Ixcán, diciembre 2009.
39 Entrevista expertos organismo internacional, febrero 2011

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 35


Gráfica 6
Familias atendidas por ProExtensión/ProRural, por departamento, 2008 - 2010

Fuente: elaboración propia con base en datos proporcionados por FONADES en enero 2011

b. Sistema Nacional de Extensión Agropecuaria/ MAGA


El Sistema Nacional de Extensión Agrícola (SNEA) trata de unificar los diferentes sistemas de
extensión que trabajan actualmente en el país (por parte del MAGA, de otras entidades pú-
blicas - JICA, PRORURAL, FONTIERRA, SAAS -, de la cooperación internacional, de las ONG, de
las empresas, de la academia y de las mancomunidades). La propuesta es que la Extensión
Rural nazca desde las Oficinas Municipales de Planificación, en el sentido de fortalecer a la
familia rural según sus necesidades diferenciadas: mujeres, niños y hombres.40

El sistema se plantea como “un conjunto de servicios técnicos en apoyo a 1) mejoramiento


del acceso a los servicios institucionales de apoyo a la producción y mercadeo agropecuario,
2) dinamización de economías rurales, con recirculación de efectivo 3) desarrollo agrícola
con sostenibilidad social ambiental y económica.”41

La estrategia se desarrolla con un enfoque de microcuencas, basada en las demandas socia-


les, y en territorios comunitarios concentrados y distantes. Se pretende fortalecer el Plan de
Desarrollo Municipal y se pone énfasis en la coordinación interinstitucional y la entrega de
servicios integrados institucionales.42

Los ejes estratégicos son producción agropecuaria familiar y comercial; manejo y conserva-
ción de los recursos naturales; mejoramiento del hogar rural; enfoque de género con equi-

40 Presentación Programa Nacional de Extensión Agrícola


41 Ibid.
42 Ibid.

36 Primer informe
CONGCOOP

dad y pertinencia cultural; juventud rural; fortalecimiento del recurso humano; reducción de
vulnerabilidad y gestión de riesgo.

El programa que inició en abril de 2010. En la etapa 1 se contó con 37 agencias de extensión
municipales, en 5 departamentos (El Progreso, Zacapa, Chiquimula, Baja Verapaz, Quiché) y
123 extensionistas contratados. Cada agencia de extensión cuenta con un/a extensionista
agrícola (encargado para la asistencia técnica), una extensionista para el hogar (encargada a
atender necesidades y formar grupos de mujeres) y un/a promotor/a juvenil (para atender
y formar grupos de jóvenes). A ello se suman los sub-coordinadores de extensión agrícola
departamentales y asistentes de agencias.

Para la etapa 2 se logró ampliar la cobertura a 50 nuevas agencias de extensión y 214 nue-
vos extensionistas. Geográficamente implicó entre 3 y 5 municipios de 13 departamentos
nuevos. Así que en total 2010 cerró con 88 agencias de extensión en igual número de muni-
cipios de 18 departamentos. 880 comunidades integradas al Programa, con 800 promotores
agrícolas y 50,000 familias atendidas.

Se trabaja con base en la metodología de cuencas: conservación de suelos, aboneras y la


utilización de abonos orgánicos. En la comunidades hay delegados gubernamentales de
diversos ámbitos (salud y educación principalmente) que a pesar que se relacionan no coor-
dinan, entonces la idea es que se genere la coordinación desde el nivel comunitario.

En cuanto a las condiciones de trabajo de los extensionistas, la situación es igualmente pre-


caria que en el Programa de Extensión de ProRural. No se cuenta con vehículos, mobiliario ni
equipo y son los mismos extensionistas que no solo deben gestionar vehículos y combusti-
ble, sino las semillas e insumos que necesitan para trabajar.43

Igual que en la modalidad implementada por Pro Rural, en cada comunidad se elige un pro-
motor agrícola que entra en interacción con la agencia.

Expertos en la materia consideran que el proceso de implementación ha sido un poco vio-


lento44, se dio muy rápido. En la práctica no ha sido tan fácil ir ampliando y queda abierta la
pregunta sobre cómo se priorizan municipios al igual que comunidades. Nuevamente se
cuenta con el problema que en cada municipio solo una pequeña parte de las comunidades
es tomada en cuenta (alrededor de una quinta parte de las comunidades de un municipio).
En principio se realizan diagnósticos por microcuencas, tomando en cuenta aspectos climá-
ticos, de pobreza y de desnutrición y luego se toma la decisión – entre el extensionista, la
municipalidad y eventualmente otras instituciones que trabajan en el área - con base en las
necesidades encontradas. De la misma manera (con base en diagnósticos y en coordinación
con el COCODE) se supone que se da la priorización en las comunidades. Finalmente que-
da mucho margen de maniobra al extensionista, sin que haya una supervisión institucional
real.45

43 Entrevista extensionista Jocotán, agosto 2010.


44 Entrevista con expertos de PESA-FAO, febrero 2011.
45 Ibid.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 37


Metodológicamente los extensionistas agrícolas se basan en la metodología de campesi-
no a campesino, que implica intercambio de experiencias entre campesinos, basadas en la
agricultura agroecológica con uso exclusivo de insumos y cultivos arraigados en el ámbito
local. Cada extensionista define los cultivos más aptos en la zona de su intervención, pero
en general se mantienen los cultivos tradicionales para la seguridad alimentaria con base en
la agricultura familiar. Estos se desarrollan mediante sistemas agroforestales, el sistema milpa
y producción en patio.46

El empezar con pocas familias en pocas comunidades pretende crear un núcleo, a partir del
cual y con el apoyo de los promotores se pueda ir ampliando, tanto dentro de como entre
comunidades. De esta manera se crearían sistemas locales de extensión, anclados en la So-
ciedad Civil y las instituciones locales. El lograr la consolidación de estos sistemas, el Sistema
de Extensión quedaría menos vulnerable frente cambios políticos en el nivel nacional.47

Para entender la dimensión real del programa así como sus perspectivas y posibilidades de
consolidación y ampliación, resulta importante mirar el presupuesto con el que cuenta. Alre-
dedor de Q55 millones en el año 2010 dieron paso a un presupuesto de solo Q42 millones en
2011. Tomando en cuenta que con este presupuesto incluso debe absorberse el Programa
de Extensión de ProRural, resulta bastante limitado.

Fortalezas y debilidades
Sin duda ha sido una decisión importante retomar el extensionismo agropecuario, para apo-
yar la producción alimentaria familiar de los campesinos y campesinas.

Es positiva la metodología empleada, la cual se base en el modelo campesino a campesino,


un modelo de agricultura familiar sensible a los suelos y bienes naturales, e independiente
de insumos externos (pues se basa en el uso de semillas nativas y abonos orgánicos hechos
en las comunidades). El extender este sistema se iría acercando a los postulados de la so-
beranía alimentaria, que prioriza la producción para los mercados locales, de acuerdo a las
necesidades y gustos locales, y basada en insumos que se encuentran en las comunidades.

A pesar de que los extensionistas agropecuarios no han recibido su formación en esta línea
agroecológica, se ve compromiso por parte de varios técnicos de ir aprendiendo y de irse
autoformando mientras se den procesos sistemáticos y sostenidos de formación y capaci-
tación que profundicen sus conocimientos, para poder facilitar algunas innovaciones a las
comunidades.

Finalmente destaca que en cada agencia de extensión haya un o una promotora juvenil
para atender a un segmento cuyas necesidades generalmente han quedado olvidadas en
las áreas rurales.

46 Ibid.
47 Ibid.

38 Primer informe
CONGCOOP

Sin embargo, también existen debilidades que deben atacarse. La selección de usuarios se
asemeja a la de los otros programas descritos: Focalización en la focalización. Se priorizan
municipios, dentro de los municipios se priorizan comunidades y dentro de las comunida-
des se priorizan familias. Si se habla entonces de tener cobertura en una cantidad alta de
municipios del país, es bastante relativo pues en cada municipio la participación de familias
es bastante marginal.

Generalmente la selección en las comunidades se da entre el extensionista y el COCODE. Si


bien el COCODE en la mayoría de los casos es el representante legítimo de la comunidad,
es importante dar a conocer los programas gubernamentales en asambleas Comunitarias.
De esta manera se evitaría el desconocimiento del programa y de la selección de usuarios
e usuarias, el cual – como se mencionó en los otros programas – tiende a crear tensiones y
conflictos.

La precariedad de los programas afecta su efectividad e incluso la selección adecuada de


comunidades. El hecho que a los técnicos no se les da vehículo ni combustible, implica que
busquen y prioricen las comunidades más fáciles de acceder que generalmente no son las
más excluidas.

La falta de supervisión y el hecho que sea la municipalidad la que propone el extensionista,


deja mucho margen de acción al mismo. Si bien eso puede generar buenos resultados, si
hay un extensionista motivado y una municipalidad preocupada por sus habitantes, no es la
forma adecuada de crear y consolidar institucionalidad.

La capacidad de intervención en las comunidades de igual manera depende del compro-


miso de los técnicos de irse autoformando pues todavía no se han instalado procesos siste-
máticos que permitan a los agrónomos ampliar sus conocimientos más allá de la tecnología
basada en la revolución verde.

Dado que cada extensionista debe atender alrededor de 10 comunidades, el aporte por
comunidad es limitado a menos que logre generar participación activa alrededor de los
procesos. Sino, el aporte se termina reduciendo a la implementación de algunas parcelas
demostrativas con el promotor, como se pudo observar en una comunidad de Sayaxché.

El nivel bajo del presupuesto orientado al Programa de Extensión evidencia que la verdadera
apuesta de este Gobierno no es hacia el fortalecimiento de la capacidad productiva de las y
los campesinos. El presupuesto del año pasado apenas constituía el 5% de “Mi Familia Pro-
gresa”, lo cual evidencia que la verdadera apuesta de este Gobierno es hacia los programas
de asistencia social.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 39


4. Programas del Vice ministerio de Seguridad Alimentaria y
Nutricional, VISAN
El Vice ministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional, VISAN, fue creado en el 2005 como
el encargado de los programas de producción comunitaria de alimentos y asistencia alimen-
taria. El VISAN tiene como objeto asegurar la disponibilidad y el abastecimiento permanente y
suficiente, en cantidad y calidad, de los alimentos básicos necesarios para la población, a través
de un equilibrio razonable entre la producción nacional y la importación.48
Los siguientes son las unidades en los que se divide el VISAN:
• Coordinación Nacional de Seguridad Alimentaria
• AISA VISAN – Área de Información de Seguridad Alimentaria
• Asistencia Alimentaria
• Alimentos por Acción
• Producción de alimentos
• Granos Básicos
• PostCosecha
• UPRASAN – Unidad de Proyectos de Apoyo a la Seguridad Alimentaria y Nutricional
• UESEPRE - Unidad Especial de Ejecución de Proyectos para la Recuperación del Entorno
Rural
• PRONAGRO – Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario
En general, los programas del VISAN se dividen dentro de los que se enfocan en la asistencia
alimentaria y los que se enfocan en la producción comunitaria de alimentos.
Los programas de asistencia alimentaria incluyen:
• Programa de Asistencia Alimentaria: Es el encargado de velar por la población vulnerable
a la inseguridad alimentaria, afectada por situaciones adversas provocadas por fenóme-
nos naturales, crisis sociales, económicas y productivas.
• Programa de Alimentos por Acciones: Las raciones de alimentos se consideran un esti-
mulo para desarrollar proyectos comunitarios, y compensan el tiempo utilizado por las
familias participantes, creando activos comunitarios, realizando procesos de capacita-
ción o profundizando sus niveles organizativos.
• Convenio Interinstitucional de Cooperación: Convenio suscrito entre el Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Alimentación -MAGA- y la Secretaría de Bienestar Social de la
Presidencia de la República, para la entrega de alimentos.
• Emergencia Corredor Seco – Asistencia Alimentaria: Entrega de raciones de alimentos
derivada ante la situación de inseguridad alimentaria y nutricional en el corredor seco
del oriente del país.

48 http://portal.maga.gob.gt/portal/page/portal/ds_visan/produccion

40 Primer informe
CONGCOOP

• Asistencia Alimentaria en Coordinación con el Programa Mundial de Alimentos: Esta ac-


tividad de asistencia alimentaria a familias y grupos específicos a atender, se ejecuta en
coordinación con el Programa Mundial de Alimentos -PMA-, quien es el donante de los
alimentos distribuidos.
En cuanto a los programas de producción comunitaria de alimentos, estos incluyen:
• Programa de Producción Comunitaria de Alimentos: Tiene el objetivo de facilitar medios
y capacidades a familias, grupos y escolares, para aumentar la disponibilidad de ali-
mentos nutritivos.
• Programa de Agricultura Urbana: Tiene el objetivo de propiciar un manejo integral de
los recursos naturales que conduzcan al incremento de la rentabilidad de las activida-
des productivas y de los ingresos de las familias. La implementación de los módulos
organopónicos urbanos incluye distribución de insumos, como lo son, cajas, lombrices,
abono, pilones y semillas, además de la capacitación y asistencia técnica. Estos se desa-
rrollarán en asentamientos de la Ciudad Capital.
• Programa Nacional de Fomento a la Agricultura Orgánica: Tiene el propósito de impulsar
la agricultura orgánica en el nivel rural y se trabaja bajo dos modalidades:
• Componente de hortalizas, proporcionando el programa la semilla, pilones y un kilo-
gramo de lombriz coqueta roja para producción de lombricompost.
• Módulo de seguridad alimentaria, que consiste en la siembra de maíz y frijol, pro-
porcionando un kilogramo de lombriz coqueta roja, para la producción del abono
orgánico.
• Programa de PostCosecha: El proyecto tiene la característica de capacitar a técnicos en
almacenamiento de granos básicos, a artesanos en fabricación de silos metálicos, en la
fabricación de artículos de hojalatería, en administración y gestión empresarial así como
capacitación y asesoramiento empresarial a las asociaciones de artesanos de postcose-
cha y a los de las empresas familiares (Famiempresas).
• Programa de Granos Básicos: Tiene el objetivo de apoyar a pequeños productores y pro-
ductores con potencial para la producción de granos básicos (VISAN 2009).

A continuación discutiremos con más detalle los tres programas más importantes del VISAN.

a. Programa de Granos Básicos


El programa de Granos Básicos promueve la organización, la capacitación y facilita la asisten-
cia técnica a los productores de granos básicos para aumentar su productividad. Este progra-
ma promueve y facilita el uso de semillas de variedades mejoradas de maíz, frijol y arroz con pro-
ductores en áreas frecuentemente afectadas por fenómenos climáticos como sequías.49 La meta
es que estos productores puedan cubrir su consumo y tener un excedente para el mercado
local. Se busca aumentar la productividad de granos básicos por medio de aprovisionamien-
to de insumos, asistencia financiera, técnica y apoyo logístico en el almacenamiento y be-
49 http://portal.maga.gob.gt/portal/page/portal/ds_visan/granos

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 41


neficio. Aparte de apoyar al pequeño y mediano productor, el programa de Granos Básicos
busca “facilitar a la agroindustria la obtención de materia prima de calidad física y nutritiva
para la elaboración de alimentos y concentrados”.50
La selección de los usuarios generalmente depende del coordinador regional del progra-
ma51, con base en las solicitudes realizadas por las organizaciones comunitarias. No hay cri-
terios de selección claros. En algunos casos – cuando se trata de donar semillas en época de
verano – un requisito fundamental es el que la parcela cuente con fácil acceso a agua, como
pozos, ya que los proyectos no tendrían éxito sin este acceso al agua.

Cuadro 3
Programa de Granos Básicos, resumen de resultados 2008-2010

2008 2009 2010


Fondos presupuestados 4,460,000 2,954,959 3,330,000
Cantidad de semillas entregadas (en qq) 3,393 8,558 5,457
Cantidad de Granos Básicos Producidos 475,020 969,873 763,980
Número de familias beneficiadas 77,494 97,507 124,904
Cantidad de semilla/familia (en libras) 4.4 8.7 4.4
Número de municipios en los que opera 94 141 n.s.
Número de oficinas 1 1 1
Número de empleados 51 40 33
Fuente: elaboración propia, con base en datos proporcionados por VISAN y SICOIN

Como se puede ver en el cuadro 3 en el 2010 se benefició a casi 125 mil familias, cifra que ha
ido incrementando cada año desde el 2008. Sin embargo, la cantidad de semilla entregada
disminuyó respecto al 2009 desde 8,558 quintales a 5,457 quintales, lo cual implica que el
beneficio obtenido por usuario o usuaria se ha reducido de 8 libras a 4 libras aproximada-
mente. Los fondos presupuestados para el año 2010 alcanzaron los Q3,330,000 lo cual signi-
fica un incremento comparado al 2009 pero un decremento respecto al 2008.

En el área rural difícilmente se (re) conoce la existencia del Programa. Si bien se han recibido
semillas en algunas partes, la ayuda es tan mínima que ni siquiera se reconoce como una
acción del MAGA (o del VISAN).52

50 Ibid.
51 Entrevista Coordinador Programa de Granos Básicos 2009
52 Grupo focal comunidad Sayaxché

42 Primer informe
CONGCOOP

b. Programa Post Cosecha


El Programa de PostCosecha se enfoca en el almacenamiento de los granos para evitar pér-
didas físicas y de calidad. Sin un método de almacenamiento correcto, un productor puede
perder mínimamente un 15% de su cosecha. Por medio de este programa se capacita a arte-
sanos en diferentes áreas en la construcción de los silos y en el uso de los mismos. Además
se subsidia la lámina que se usa para construir el silo, pero los usuarios tienen que pagar la
mano de obra que es de Q150.
La capacitación de los artesanos se empezó en los años 90, y hoy en día ya no se capacita
a más artesanos ya que normalmente artesanos forman una “famiempresa” y enseñan a sus
hijos como construir los silos. Se capacitó como artesanos a personas que tuvieran buena
noción de números y medidas y que fueran líderes en sus comunidades. En cuanto a la selec-
ción de usuarios, es una cobertura focalizada ya que se capacitó a artesanos en áreas donde
hay facilidad de producción (no se cubre, por ejemplo, el corredor seco que tiene dificulta-
des de producción). En donde se ve que hay necesidad y demanda de silos, se moviliza a los
artesanos para que puedan proveerlos.

Cuadro 4
Programa Post Cosecha, resumen de resultados 2008-2010
Programa de Post cosecha 2008 2009 2010
Fondos presupuestados 10,464,267 10,438,761 7,739,656
Fondos ejecutados 10,276,403 9,879,539 7,647,474
Número de municipios en los que opera 169   48
Número de silos entregados 16,565 15,077 38,000
Número de familias beneficiadas 16,565 15,077 38,000
Fuente: elaboración propia, con base en VISAN, Memoria de Labores 2009, datos proporcionados por VISAN y SICOIN

Como se puede ver en el cuadro 4, en el 2009 se entregaron solamente 15 mil silos. De es-
tos, casi 6,500 fueron se financiaron producto de la coordinación interinstitucional con otras
instituciones. En el 2010 se hicieron 38,000 unidades con capacidad de almacenamiento de
12 quintales lo cual significa que se almacenaron alrededor de 458,000 quintales de granos.
De estas 38,000 unidades, 30 mil fueron hechos con lámina financiada por la Unión Europea
mientras que solamente 8 mil fueron financiadas por el Gobierno guatemalteco. Se espera
que para el 2011 se puedan entregar aproximadamente 100,000 silos.53 Desde 1990 hasta
julio del 2010 se habían entregado un total 311,880 silos. En el 2010 se ofreció el servicio de
PostCosecha en solo 48 municipios, número considerablemente menor al del 2008. En cuan-
to los fondos presupuestados también se ve una reducción continua desde el 2008 al 2010.

53 Entrevista funcionario del Programa de Postcosecha

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 43


c. Programa de Asistencia Alimentaria
El programa de Asistencia Alimentaria tiene como objetivo cubrir las necesidades alimenta-
rias mínimas de las familias detectadas como de muy alta y alta vulnerabilidad a la inseguri-
dad alimentaria. Estas pueden ser familias afectadas por desastres naturales como inunda-
ciones pero también hay un programa especial de asistencia alimentaria para personas en
el corredor seco. Dentro de este grupo también se atiende a la población más vulnerable
que son los niños y las madres gestantes a quienes se les entrega alimentos fortificados con
micro nutrientes. En el programa de Asistencia Alimentaria también se busca contribuir a la
implementación de un marco regulatorio, institucional y operativo para los programas de
asistencia alimentaria y situaciones de emergencia en el marco del Sistema de Seguridad
Alimentaria y Nutricional.
La bolsa alimentaria entregada consta de 5 libras de frijol, 5 libras de arroz, 5 libras de Maseca,
2 botellas de aceite, y una bolsa de Bienestarina.
El programa de bolsas solidarias supuestamente se concentra en familias con niños en des-
nutrición, a las cuales se les debe dar la bolsa periódicamente. Sin embargo, en el año 2010
buena parte de los recursos fueron utilizados para paliar las crisis derivadas de las lluvias y las
respectivas pérdidas de cosechas; implicando ello que las familias con niños y niñas desnu-
tridas no fueron atendidas con regularidad.

Cuadro 5
Programa de Asistencia Alimentaria, resumen de resultados 2008-2010

Asistencia Alimentaria 2008 2009 2010


Fondos presupuestados Q. 11.5 millones Q. 6.8 millones Q. 6.8 millones
Fondos ejecutados Q. 45.9 millones Q. 11.1 millones Q. 3.2 millones
No. de personas beneficiadas 541,985 411,382 1,281,042
No. de comunidades beneficiadas     2,031
No. de municipios en los que opera   143 333
Fuente: elaboración propia, con datos proporcionados por VISAN y SICOIN

La bolsa alimentaria que se entrega a los usuarios incluye harina de maíz, frijol, arroz, bienes-
tarina, azúcar y aceite vegetal. En el 2010 se benefició a casi 1.3 millones de familias, casi el
triple del número beneficiada en el 2009. Sin embargo, como se puede ver en la tabla 5, los
fondos ejecutados en el 2010 bajaron considerablemente respecto a los años anteriores.54
De ello se puede derivar que la cantidad y/o regularidad de las bolsas entregadas han sufrido
bajas considerables por persona usuaria. En el 2010 el programa de asistencia alimentaria
llegó a más de 2 mil comunidades en 333 municipios.

54 En resumen puede afirmarse que la disminución en el presupuesto asignado a la actividad “Asistencia Alimentaria a la Po-
blación Campesina” en los años 2008, 2009 y 2010 refleja la rebaja al presupuesto del MAGA, que ha venido dándose en los
últimos siete años, lo que ha mermado la capacidad del MAGA para cumplir las funciones que le son propias y los compro-
misos con las comunidades. Funcionario VISAN

44 Primer informe
CONGCOOP

Fortalezas y debilidades
En general, los programas del Vice ministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional, similar
a los otros programas analizados, destacan por su precariedad. Esta conlleva que no hay visi-
bilidad de los programas ni resultados percibidos por la población usuaria.

La selección no responde a criterios de pobreza (extrema) sino más bien a posibilidades de


implementación e iniciativas comunitarias. En el caso del Programa de Asistencia Alimen-
taria las recurrentes emergencias suelen desviar el objetivo del programa, prestando ayuda
alimentaria en casos de cosechas perdidas más que atender sistemáticamente a las familias
con niños y niñas que padecen de desnutrición crónica.

Ante las recurrentes crisis alimentarias, producto tanto de la dependencia hacia los merca-
dos financieros internacionales al haber perdido la autosuficiencia alimentaria como de co-
sechas perdidas por los fenómenos naturales, es cínico el monto que se asigna al Programa
de Granos Básicos - único programa gubernamental a cargo de mejorar la producción de
granos básicos (con excepción del Programa de Maíz de ProRural que resultó un fracaso, pro-
ducto del cual en el año 2010 ya no destinó recursos a la producción de granos básicos, sino
desvirtuó su campo de acción hacia la producción de palma africana por parte de pequeños
y medianos productores).

Finalmente se nota la tendencia vista en los otros programas de aumentar cobertura y redu-
cir el de por sí precario “beneficio”.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 45


CONGCOOP

IV. Políticas sociales rurales

Las Transferencias Condicionadas “Mi Familia Progresa”


Mi Familia Progresa (MIFAPRO) se enmarca en la estrategia de combate a la pobreza imple-
mentada en este momento en prácticamente todos los países de América Latina: el otorga-
miento de transferencias monetarias condicionadas (TMC) a familias en pobreza y pobreza
extrema que tienen hijos e hijas en edad escolar. Mientras en la práctica se van implemen-
tando como programas de combate a la pobreza, en términos exactos el objetivo se reduce
al combate a la transferencia intergeneracional de la pobreza (BM 2009), a partir de fortalecer
la demanda hacia servicios sociales (educación, salud) que ayuden a los niños, niñas y jóve-
nes encontrase con otras opciones al llegar a la adultez que sus padres y madres.

En este marco el objetivo del Programa Presidencial Mi Familia Progresa, que fue creado
mediante el Acuerdo Gubernativo 117-2008, de fecha 16 de abril de 2008, es “contribuir a
generar capital humano en familias de extrema pobreza55 con niños menores de hasta 15
años y madres gestantes, promoviendo la inversión en educación, salud y nutrición”.56

El programa es coordinado por el Consejo de Cohesión Social, creado por el actual Go-
bierno. Consiste de un bono de Q150 de salud (0 a 15 años) y Q150 de educación (7 a 15
años). En cuatro municipios del Corredor Seco se suma un bono de Q100 para nutrición
(exclusivamente para niños y niñas de 0 a 5 años) Así que al cumplir con las corresponsa-
bilidades de salud y educación en total la familia recibe Q300 mensuales (en los cuatro
municipios mencionados Q400), los cuales – se supone - son pagados cada dos meses. Las
corresponsabilidades, que las madres beneficiarias se comprometen a cumplir mediante
un compromiso de aceptación de ingreso al Programa MIFAPRO, contemplan:
• Llevar a sus niños y niñas a las escuelas públicas de su comunidad.
• Garantizar la permanencia de los niños y niñas en las aulas.
• Asistir con sus niños y niñas a todos los chequeos médicos programados en los Centros
y Puestos de Salud de su comunidad.
• Las madres titulares tienen que asistir a las capacitaciones en salud y educación que el
Programa impulsa por medio del Sistema de Corresponsabilidades.

55 Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2006, en el área rural hay 1.6 millones de personas en condiciones
de pobreza extrema (que equivaldría a 328.8 mil familias).
56 http://www.mifamiliaprogresa.gob.gt/joomla/mi-familia-progresa.html

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 47


Al igual que en los demás países, el monto máximo recibido no supera el 20% del salario
mínimo57 (porcentaje establecido por las y los expertos en la materia como un monto que
no desincentiva la búsqueda de otras fuentes de ingreso (BM 2009).
Guatemala fue el último país de Centroamérica en el cual se implementaron las TMC. El
programa inició en 2008 con 41 municipios priorizados, seleccionados de acuerdo a una
interpolaciones de información del Censo 2002, la ENCOVI 2006 y criterios de riesgo a inse-
guridad alimentaria aportados por el MAGA (Gauster/Garoz 2009). Dentro de los municipios
seleccionados se realizaron censos de hogar, que enfatizaban el nivel de consumo, pues era
fácilmente observable por el encuestador y difícilmente falsificable por el encuestado (tipo
de construcción de casa; electrodomésticos etc.). El porcentaje de población beneficiada ge-
neralmente ha sido menos del 50% de la población de un municipio58, aunque en principio
hay usuarias en todas las comunidades censadas.59

La cobertura a finales de 2010 llega a 273 municipios, con 814,625 familias y 2.254 millones
de niños (de 0 a 15 años) “beneficiados”, el 37.8% de los niños, niñas y jóvenes hasta 15 años
que viven en el país.60 La universalización territorial ha ido a costa de la constancia de pagos.
Cuando inicialmente han sido pagos bimensuales, la regularidad ha sufrido de tal manera
que el 87% de los y las encuestadas habla de entregas irregulares.
Gráfica 7
Cobertura MIFAPRO, 2008-2010

Fuente: elaboración propia, con base en información de los Informes Presidenciales

57 Del momento en el cual se estableció el programa. En ese momento el salario mínimo agrícola giró alrededor de los
Q1,500. Dado que MIFAPRO, a diferencia de otros programas de transferencias condicionadas como “Oportunidades”
en México, no contempla ajustes por inflación, los montos no han sido ajustados ni al aumento del IPC ni a los nuevos
salarios mínimos
58 Entrevista experta MIFAPRO, diciembre 2010.
59 Es importante mencionar que el Censo no llegó a todas las comunidades, en parte por falta de tiempo y presupuesto,
en parte por serles vedado el acceso a fincas donde viven mozos colonos. Los finqueros se negaron a dar entrada a los
censadores y ésos no tenían ningún instrumento coercitivo a su disposición como para imponer su ingreso. Entrevistas
realizadas con las oficinas municipales de Sayaxché y Sto. Domingo Suchitépequez.
60 Cálculo con base en datos del Gobierno de la República 2011 y una estimación poblacional del Instituto Nacional de
Estadística 2010.

48 Primer informe
CONGCOOP

De hecho, el monto invertido en Transferencias Monetarias Condicionadas pasó de Q891.1


millones en 200961 a Q1,054 en 2010 (lo cual representó el 1.94% del Presupuesto General de
la Nación)62, lo cual significa sólo un incremento del 18%, cuando la cobertura creció 70.6 %.
Sin afectar los montos, la única opción para manejar ese problema ha sido entonces, pagar
de manera menos frecuente.

Gráfica 8
MIFAPRO, Cobertura y presupuesto, 2008 - 2010

Fuente: Elaboración propia con datos del Gobierno de la República

La incertidumbre de percibir estos ingresos afecta de credibilidad y confianza en el pro-


grama. Solo Dios sabe si nos van a dar el dinero o si fue engaño.63 Nunca se sabe cuando se
da la siguiente entrega, ni siquiera las personas encargadas de las oficinas municipales de
MIFAPRO64. Esta falta de generación de un ambiente de estabilidad y certeza, impide realizar
inversiones productivas que pudieran generar salidas autosostenibles en el mediano plazo.
Las quejas de algunas señoras en cuanto a la falta de regularidad de la entrega, han sido res-
pondidas con amenazas de suspender su participación en el programa.65

Según expertos y expertas en la materia, el ritmo de crecimiento del programa respondió


más a criterios políticos que a criterios técnicos, con los problemas correspondientes66. Uno
de ellos consiste en las fallas de selección producto de un Censo realizado aceleradamente
y sin incluir a todas las comunidades y familias. De esta cuenta resulta que existen tanto los
errores de tipo 1, como los errores de tipo 2. Se incluye familias que no viven en pobreza
(extrema) y se tiene fuera a familias que sí viven en condiciones de pobreza (extrema). Más
de 50 mil quejas de exclusión como respuesta a los censos realizados en 2008 hablan por sí
(Gauster/Garoz 2009).
61 Fondos ejecutados entre asignaciones regulares al programa (como un programa manejado por el Ministerio de Edu-
cación) y asignaciones a otras secretarías y dependencias del Ejecutivo
62 Página web MIFAPRO
63 Señoras de la Comunidad Monseñor Romero, Sto. Domingo Suchitepéquez
64 Entrevista encargada de oficina municipal MIFAPRO.
65 Usuaria de MIFAPRO en un grupo focal
66 Entrevistas con (ex)funcionarias públicas, expertas en la materia.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 49


En términos generales hay poca información sobre los criterios de selección de las familias
atendidas por MIFAPRO. Solo una tercera parte de los y las encuestadas considera que la
selección de las usuarias ha sido justa, las demás personas hablan de una selección mala o
que hace falta integrar más familias. Más de la mitad de las respuestas validas en la encuesta
dan cuenta de que este problema de selección ha repercutido en conflictos comunitarios.

También se puede apreciar una total falta de información en cuanto al monto recibido. Solo
alrededor del 17% de los y las encuestadas saben por qué reciben el monto que reciben y
no otro.

En cuanto a los resultados en los ámbitos sociales enfatizados por el programa, si bien se
pueden apreciar avances, la falta de respuesta de los servicios sociales (educación y salud)
a la demanda incrementada es un punto clave que ha impedido resultados más exitosos.
Mientras en el tema educativo ha habido inversiones para aumentar la capacidad, la oferta
de los servicios de salud ha ido en decremento. Esto lleva incluso a situaciones como la
del cierre de un centro de convergencia justo en el momento en el cual MIFAPRO empieza
a operar.67 En consecuencia, madres que antes sí llevaban a sus niños y niñas a chequeo
médico, ahora ya no lo pueden hacer, o al menos les implica mayor esfuerzo. Esto demues-
tra lo clave de la coordinación entre incremento de oferta y demanda de los servicios en
cuestión, coordinación que no existe. De hecho, los centros de salud en las municipalidades
alegan total falta de acceso a información de MIFAPRO, lo cual entre otras, les impide verificar
el cumplimiento de la corresponsabilidad de salud.68 Un estancamiento en el presupuesto
del 201169, con cortes en rubros importantes (como extensión de cobertura, la contraparte
de MIFAPRO, dado que presta los servicios exigidos como corresponsabilidad) visualiza la
problemática.

En el caso de educación, hay claras evidencias de aumento de inscripciones y asistencia de


los niños y niñas, al menos del año 2008 al año 2009. Coincidiendo la implementación de
MIFAPRO con una medida del Ejecutivo de declarar gratuita la educación, el incremento fue
evidente. Sin embargo, en el nivel de primaria y preprimaria se observa un decremento entre
el año 2009 y 2010, a pesar de la ampliación de MIFAPRO (el cual no se da en los municipios
de operación de MIFAPRO, ver gráfica 9). En muchas comunidades, ya antes de la llegada de
MIFAPRO se tenía cobertura total de inscripción en el nivel de los primeros grados de Prima-
ria. Sin embargo, el programa ayudó a mantener la presencia (principalmente en los grados
4 a 6 de la Primaria)70 y a impactar en grados que tradicionalmente ya no son priorizados por
madres y padres de familia – los grados 3 a 6 de la Primaria.71

67 Caso de la comunidad Monseñor Romero en Sto. Domingo Suchitepéquez.


68 Entrevistas con coordinadores de centros de salud municipales
69 Incremento de 2.3% de un presupuesto de Q 3,840.09 millones en 2010 subió a uno de Q 3,929.63 en 2011, datos
proporcionados por el Ministerio de Salud.
70 SEGEPLAN, 2010. (Tercer Informe de Avances en el Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio)
71 SEGEPLAN, 2010. (Tercer Informe de Avances en el Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio)

50 Primer informe
CONGCOOP

Gráfica 9
Nivel de cobertura primaria, sector oficial, municipios priorizados por
MIFAPRO y municipios no priorizados, 2008-2010

Fuente: elaboración propia, con datos del Gobierno de la República 2011.

Sin embargo, la falta de preparación adecuada de la oferta educativa a la nueva demanda


ha implicado que la permanencia en clases, no se traduce en mejores rendimientos de las
y los alumnos. De hecho, entre 2008 y 2009 la tasa de no promoción aumentó de 12.98% a
13.6%. Las comunidades siguen quejándose de la ausencia de los maestros y maestras, que
repercute en el nivel de aprendizaje de sus hijos y por tanto en su éxito escolar.72

Fuertes y debilidades
Mi Familia Progresa es indudablemente un programa útil para la población usuaria. Dado los
altos índices de pobreza y pobreza extrema, los Q300 mensuales constituyen un aporte im-
portante a la capacidad adquisitiva de las familias, que invierten este recurso principalmente
en alimentos, calzado y ropa para sus hijos e hijas (Romero 2009).

Si bien en algunos análisis se critica que el hecho de transferir esos recursos a las mujeres y
que tiene implícito que sean las mujeres quienes asumen las corresponsabilidades (es decir,
son las mujeres las encargadas de velar por los chequeos médicos y la asistencia escolar)
afirma los roles tradicionales (las mujeres como encargadas de la educación de los y las
hijas), debe considerarse un aspecto positivo que sean las mujeres quienes ahora controlan
recursos económicos considerables, pues finalmente es este aspecto que contribuye signifi-
cativamente al cambio de las relaciones de poder intrafamiliares.

Finalmente es innegable que la asistencia escolar ha aumentado, principalmente en los gra-


dos de 3° a 6° Primaria, y que ahora más niños y niñas cierran el ciclo escolar del nivel primario.

Sin embargo, hay deficiencias graves, tanto en la filosofía como en la aplicación del progra-
ma. Una de las fallas es el método de selección. En principio es cuestionable la focalización
inherente al programa. Con tal de no cometer el error de tipo 1 (integrar al programa a fami-
lias no necesitadas), se realiza una selección tediosa y poco eficaz. El Censo realizado en cada
72 Taller de devolución Caserío Chatuncito, Aldea La Lima, Camotán

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 51


uno de los municipios priorizados, no sólo ha implicado inversiones altas, sino aparte no ha
traído resultados fiables. Ni se pudo evitar el error de tipo 1, ni tampoco se cuenta con las
ventajas que hubiera significado la universalización del programa: menos potencial de con-
flicto en las comunidades (entre quienes aplican y quienes no); y calidad de derecho de un
ingreso mínimo. Hay expertos quienes estiman que los costos que se ahorran por los censos
y la selección en general, compensarían la ampliación de cobertura implícita en una univer-
salización.73 Probablemente sea necesario superar el paradigma neoliberal en la aplicación
de servicios sociales y en las acciones de combate a la pobreza pues finalmente se termina
focalizando entre familias que solo se diferencian por su grado de pobreza.

Aunado al problema de la selección, la falta de información sobre los criterios de aplicación,


así como sobre el nivel de la transferencia (Q150 o Q300 mensuales), generan tensiones en
el nivel comunitario, que pueden desembocar en conflictos y consecuentemente dañar la
cohesión social en las comunidades.

Un problema muy fuerte constituye la irregularidad de los pagos, que particularmente en el


año 2010 se ha vuelto una constante en el nivel nacional. El no saber cuándo se da la siguien-
te entrega y si se da, no solo genera desconfianza en el programa y malestar, sino quita al
programa su calidad de derecho. Estas situaciones arbitrarias dan mucho más lugar al mani-
puleo político que las regulares pues sin certeza y claridad de su beneficio y aplicación, no se
percibe institucionalizado un programa. De esa manera se lo percibe como un acto caridad,
mucho más susceptible a manejos e influencias personales.

Finalmente, ante los recursos limitados del presupuesto nacional, hay una competencia de
fondos entre el fortalecimiento de la oferta y de la demanda de los servicios sociales (edu-
cación y salud). Expertos coinciden en que hay que aumentar tanto la inversión en la oferta
como en la demanda. Sin embargo, en la práctica se encuentra con limitaciones presupues-
tarias fuertes. Desde que se instalara el programa, la priorización de la inversión social han
sido las transferencias monetarias condicionadas. Ubicados los recursos en el Ministerio de
Educación, han competido directamente con programas educativos, y el ya mencionado
estanque en el presupuesto del Ministerio de Salud muestra la misma problemática. La am-
pliación de cobertura o medidas como la gratitud de un servicio también contribuyen al in-
cremento de la demanda hacia esos servicios, no solo las transferencias que la exigen como
una corresponsabilidad. En ese sentido es importante tener en cuenta que no va a haber
buenos resultados si la ampliación de cobertura de las transferencias condicionadas vaya a
costa a la ampliación de la oferta educativa y de servicios de salud.

73 En la mayoría de las comunidades rurales, entre las familias con niños, niñas y jóvenes entre 0 y 15 años, el porcentaje
de familias seleccionadas es muy alto. El universalizarlo por tanto no implicaría una ampliación imposible.

52 Primer informe
CONGCOOP

V. Conclusiones generales

Sobre la estrategia de combate a la pobreza rural


La estrategia de combate a la pobreza rural de los años 1960 y 1970 que priorizaba inver-
siones fuertes en el área rural y agrícola, para que la población rural lograra aumentar sus
ingresos mediante mejoras productivas y de comercialización, ha dado paso a una estrategia
que percibe la pobreza como un problema meramente social.
De esa cuenta casi todas las inversiones públicas vinculadas al combate a la pobreza rural se
orientan a Transferencias Monetarias Condicionadas. A pesar de existir una Política Nacional
de Desarrollo Rural Integral (PNDRI), elaborada en el marco del Sistema de Diálogo impulsa-
do por este Gobierno, no hay fondos ni para las políticas tradicionales de apoyo productivo
al campesinado, mucho menos para las nuevas contempladas en la PNDRI.
En cuanto a la aplicación de la PNDRI, no se ha avanzado más allá de la creación del Progra-
ma de Extensionismo Agropecuario que a su vez no cuenta con recursos adecuados para
desempeñarse de manera satisfactoria. La re-estructura del MAGA, que debía responder a
las necesidades de la PNDRI, resultó limitándose a la integración de ProRural al Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Alimentación, lo cual en principio es positivo para evitar dupli-
cidades y mecanismos paralelos en el ejecución de las políticas; sin embargo es lejos de ser
suficiente para generar el marco institucional para una aplicación exitosa de la PNDRI.

Sobre diseño de los programas


En términos generales, se ve un afán de universalizar los diferentes programas (tanto los pro-
ductivos como MIFAPRO) territorialmente. Esta estrategia vinculada a la precariedad en los
recursos asignados, implica que dentro de los municipios la focalización es fuerte y arbitraria.
De 10 comunidades por municipio que contempla el Programa de Extensión del MAGA, a
una determinada cantidad del vale del fertilizante que se ofrece a cada comunidad (alre-
dedor de una quinta parte de las necesidades), no se percibe criterios de selección claros y
transparentes.

Esta focalización no tiene como resultado una selección efectiva de las personas más empo-
brecidas, como se pretende, tratando de evitar los errores de tipo 1 y de tipo 2, sino resulta
arbitraria en zonas en las cuales la pobreza es generalizada. En el caso del Programa de Dis-
tribución de Fertilizantes hasta se ha llegado al extremo de sortear los limitados vales en las
comunidades, en otros programas simplemente resulta incomprensible la selección de las y
los usuarios y mucha gente la considera injusta.

Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 53


La decisión de darle más espacio a las mujeres en el manejo de los recursos transferidos (que
en algunos programas como MIFAPRO es parte del diseño, en otros como el Programa de
Arrendamiento parte de la aplicación), que responde a la evidencia mostrada de una admi-
nistración más responsable y en función de las necesidades básicas de la familia, cada vez se
ve incorporada más a las políticas públicas rurales. Tendencia que se puede apreciar positiva,
dado el mejor uso de los recursos y el avance en las relaciones de poder intrafamiliares vin-
culadas al control de recursos económicos o productivos.

Sobre la aplicación de los programas


Una debilidad grande de todos los programas de apoyo a la economía campesina es la falta
de información que padecen las comunidades en las cuales se implementan y que se suma
a la mencionada focalización. Si bien en la presentación oficial de MIFAPRO se menciona un
buen conocimiento del programa, éste conocimiento se refiere a las corresponsabilidades
sin cumplimiento de las cuales no se accede a las transferencias. Sin embargo, existe total
desconocimiento sobre los criterios de selección de las y los usuarios de los diferentes pro-
gramas y relativo desconocimiento del monto de remesas recibidas (en caso de MIFAPRO),
lo cual genera tensiones intracomunitarias. Los mecanismos de presentación comunitaria de
los programas (mediante Asambleas Comunitarias) generalmente no se realizan.

La falta de información clara y transparente también da pie a la manipulación política, prin-


cipalmente por parte de autoridades municipales y a veces por parte de las y los ejecutores
de las políticas. Amenazas de abolición de programas si no se vuelve a votar por quienes
ocupan los cargos son frecuentes, incluso cuando se trata de cargos ajenos a la implementa-
ción de las políticas (como en caso de las alcaldías que usan programas como MIFAPRO, en
los cuales no tienen ninguna participación, para presionar a la gente). Esto, junto a amenazas
de los mismos operadores de los programas (en caso de MIFAPRO) de depurar los listados
de usuarios e usuarias si éstas se quejan de las irregularidades, afecta la ciudadanía, no solo
en contextos electorales.

54 Primer informe
CONGCOOP

Bibliografía

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Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a la social 57


La edición, diseño y producción del Primer informe, Monitoreo a las políticas de apoyo a la economía campesina: de lo productivo a lo social,
se terminó de imprimir en los talleres litográficos de Magna Terra editores S. A. en
Abril de 2011.
El tiro sobre papel bond 80 gramos, fue de 500 ejemplares

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