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UNIDAD TEMÁTICA VI
CLASE 1 TRASTORNOS NARCISISTAS
II Narcisismo en la clínica
II.a. Rasgos narcisistas (orgullo, soberbia).
II.b. Herida narcisista (relacionado con el amor propio, autoestima).
II.c. El Narcisismo de las pequeñas diferencias de la obra freudiana.
II.d. Narcisismo como perversión (el cuerpo, o una parte, como objeto de amor
homosexual).
II.e. Resistencias narcisistas que se registran durante el tratamiento.
Vale la pena recordar otros conceptos útiles para la construcción de una nueva
psicopatología clínica:
– Narcisismo bueno y malo (patológico) o de vida y de muerte como lo enuncia
Andre Green (1986) que implica señalar un narcisismo “enamorado de la muerte”,
opuesto a la formación de estructura psíquica, contrario al narcisismo de vida
(creador de vínculos que dará lugar a estructura psíquica).
– El “buen” narcisismo, en la definición de W.G. Joffe: “Estado ideal de bienestar
fundamentalmente afectivo, que deriva del funcionamiento integrado y armónico
de todas las estructuras biológicas y mentales”.
– Narcisismo saludable implica una medida adecuada o conveniente de amor propio
que varía en cada etapa de la vida y es máximo en la adolescencia. Este buen
narcisismo implica correctas y realistas representaciones del self.
– El mal narcisismo lleva al autocentrismo como defensa de vínculos objetales
patológicos. Sin embargo, en el medio psicoanalítico, el término “narcisista” aún se
utiliza más del modo peyorativo, que para describir a alguien con adecuada
autoestima.
Este listado precedente no agota la totalidad de usos del término1 que, como
muchos vocablos clásicos, ha sufrido diversos deslizamientos en cuanto a su
significación (al igual que otros términos propios de nuestras conceptualizaciones,
como “transferencia”, “actuación”, “perversión”, etc.)
1
Hemos dejado de lado la alusión a la “cultura narcisista” como sinónimo de posmodernidad (cultura
“de la imagen”) referida a la superficialidad y a la inconsistencia.
una detención del desarrollo. Este desarrollo podrá retomar su dirección, con un
nuevo empuje -como el nuevo comienzo de Balint- si el analista responde
empáticamente, a la manera del objeto del self que el paciente necesita como un
puente para continuar su evolución”.2
También destacamos que “las patologías narcisistas descriptas por Kohut son los
Trastornos primarios del self (psicosis, borderlines, adicciones,) y las Secundarias
(Los Trastornos narcisistas de la personalidad y las neurosis)”. 3
2
Un trabajo actual que muestra exhaustivamente la detención del desarrollo en la clínica puede ser
encontrado en Borgogno, F. (2005)
3
Para Kohut, las patologías primarias no son analizables. Este autor propone un abordaje
psicoterapéutico de apoyo, pero no psicoanalítico, dado que, dice, no hay un núcleo psicológico
central constituido.
4
Ver glosario.
5
Según el DSM IV: La característica esencial del trastorno narcisista de la personalidad es un patrón
general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía que empieza al comienzo de la
edad adulta y que se da en diversos contextos.
Los sujetos, que suelen ser varones, tienen un sentido grandioso de autoimportancia. Es habitual en
ellos el sobrevalorar sus capacidades y exagerar sus conocimientos y cualidades, con lo que
frecuentemente dan la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos. Pueden asumir alegremente el
que otros otorguen un valor exagerado a sus actos y sorprenderse cuando no reciben las alabanzas
que esperan y que creen merecer. Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que
son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales. Piensan
que sólo les pueden comprender o sólo pueden relacionarse con otras personas que son especiales o
de alto status y atribuyen a aquellos con quienes tienen relación las cualidades de ser “únicos”,
“perfectos” o de tener “talento”.
Generalmente, los sujetos con este trastorno demandan una admiración excesiva. Su autoestima es
casi siempre muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas suficientemente
bien y por cómo son vistos por los demás. Esto suele manifestarse por una necesidad constante de
atención y admiración. Esperan ser atendidos y están confundidos o furiosos si esto no sucede. Por
ejemplo, pueden asumir que ellos no tienen por qué hacer cola y que sus prioridades son tan
importantes que los demás deberían ser condescendientes con ellos, por lo que se irritan si los otros
no les ayudan en su trabajo “que es tan importante”. Esta pretenciosidad, combinada con la falta de
sensibilidad para los deseos y necesidades de los demás, puede acarrear la explotación consciente o
inconsciente del prójimo.
Por lo general, los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad carecen de empatía y tienen
dificultades para reconocer los deseos, las experiencias subjetivas y los sentimientos de los demás.
Cuando se reconocen las necesidades, los deseos o los sentimientos de los demás, es probable que
sean vistos con menosprecio como signos de debilidad o vulnerabilidad. Quienes se relacionan con
sujetos con un trastorno narcisista de la personalidad habitualmente llegan a una frialdad emocional y
Para Kohut, los TNP se caracterizan por la sensación de fragilidad, de caída
inminente que acompaña al sujeto en todo su desarrollo. Suele pasar inadvertido y
rehuir ser el centro de atención. Es sensible, vergonzoso y se siente herido con
facilidad. Pareciera que, a grandes rasgos, los TNP se dividen en dos subtipos:
Vulnerable/Sensible y Grandioso/Exhibicionista. Pero, además, los TNP que
describe Kohut tienen un funcionamiento social aceptable y si resultan agresivos es
consecuencia de heridas narcisísticas. Se destaca la falta, el déficit de objeto que ha
detenido el desarrollo. Los que comenta Kernberg resultan mucho más parecidos a
los borderlines, arrogantes, agresivos, envidiosos, grandiosos. Para Kohut, la
idealización en la transferencia es aceptada y resulta necesariamente un intento de
construir la fase faltante del desarrollo. Para Kernberg, la idealización es interpretada
siempre como defensiva frente a sentimientos negativos (rabia, envidia, desprecio).
Glosario
DSM IV es la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales de la American Psychiatric Association. En él se clasifican las patologías
mentales. Es importante aclarar que siempre debe ser utilizado por personas con
experiencia clínicas, ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de
una falta de interés recíprocos. Estos sujetos suelen envidiar a los demás o creen que los demás les
envidian a ellos. Pueden envidiar los éxitos y las propiedades ajenas, creyendo que ellos son más
merecedores de aquellos logros, admiración o privilegios. Frecuentemente, presentan actitudes
snobs, desdeñosas o altivas.
juicio clínico, además de los conocimientos profesionales y criterios éticos
necesarios.
Cuenta la mitología
griega que Narciso era
un bello joven, hijo del
dios del río Cefiso y de la
ninfa Liríope.
Otras versiones cuentan que admirado por su figura en el cauce de un río murió de
inanición. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo
honor al nombre y la memoria de Narciso.