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Este trabajo de asesoramiento ha sido realizado por el Dr. arquitecto Manuel Martín Monroy,
profesor titular de la ULPGC, como colaboración profesional con el estudio de arquitectura
Correa & Estévez Arquitectos, para la adaptación bioclimática del proyecto de la Consejería de
Educación del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, redactado en otoño de 2001.
Por otro lado, el edificio tiene la capacidad de aumentar dicho factor de forma en verano,
mediante la apertura motorizada de grandes huecos de ventilación cruzada sobre el atrio
interior, para permitir que el viento genere una intensa renovación que disipe del calor
generado en su interior, pero conservando intacta su capacidad de protección solar. En las
horas de máximo calor, después del mediodía, el edificio también puede recuperar su
estanqueidad térmica, acumulando temporalmente el exceso de calor en su masa térmica,
para disiparlo posteriormente mediante free-cooling en horas nocturnas.
También se ha considerado la protección solar de toda la piel exterior del edificio con una
retícula de parasoles, cuyas geometrías se han optimizado según las diferentes orientaciones,
para conseguir una adecuada protección solar en verano sin perjudicar la calidad de la visión
panorámica, además de contribuir a la iluminación natural del fondo de los locales. Además,
casi toda la periferia de edificio está ocupada por locales de oficinas estancas con su propio
sistema de climatización, haciendo de barrera térmica de todo el núcleo del edificio, que se
encuentra prácticamente aislado por todos lados de los impactos climáticos.
El concepto mas innovador de este edificio lo constituye el gran atrio interior, como
alternativa al patio de manzana convencional, generando un amplio espacio perfectamente
protegido de las inclemencias del tiempo por una cubierta inteligente adaptable a la
El paisaje visual interior se complementa con un abanico de visuales lejanas hacia el horizonte
marino, a través de las áreas diáfanas que hacen de rótulas entre los bloques al SE y el Sur,
que también tienen el tratamiento de zonas verdes interiores,
El eje transversal del edificio tiene una orientación SE-NW, formado un ángulo de 50º respecto
al Sur. Esta orientación solar difiere de la óptima, que sería la orientación Norte-Sur exacta,
por lo cual se fragmenta la segunda partilla y dos de sus bloques se giran 15º, con lo que se
mejora su orientación con una desviación de sólo 35º respecto a sur.
Fachadas Sureste
Las fachadas Sureste (SE) se caracterizan por recibir en invierno un importante soleamiento
durante casi todo el día, concentrado durante la mañana con una intensidad máxima a las 10
de la mañana de 770 W/m2 en los días despejados, lo cual es favorable por ser una fuente de
calefacción solar pasiva.
En verano la fachada SE recibiría mucho menos energía, al estar soleada sólo durante la
mañana y con una altura solar muy elevada, con una intensidad máxima a las 9:15 de la
mañana de 420 W/m2 en los días despejados.
Estos datos son relativamente favorables y ha permitido optimizar el diseño geométrico de las
protecciones solares, consistentes en un voladizo horizontal de gran vuelo en cada forjado,
En los siguientes gráficos diarios se observa la intensidad solar (W/m2) en días despejados de
invierno (21 enero) y verano (21 julio), correspondiendo la curva negra a huecos acristalados
sin parasol, la curva roja a huecos acristalados con el parasol, y la curva gris a la componente
de radiación difusa y reflejada con un entorno con una reflectancia de 0.20.
Se puede observar que para las condiciones de invierno se tolera la entrada moderada de
radiación solar durante la mañana, mientras que en verano apenas se permite la entrada de
radiación, y que sólo tiene componente solar directa antes de la 9 de la mañana.
Fachadas Noroeste
Las fachadas Noroeste (NW) se caracterizan en invierno por no recibir soleamiento directo
durante casi todo el día, con una incidencia rasante a partir de las 2 de la tarde, que
rápidamente se extingue por las sombras arrojadas por las obstrucciones solares del entorno
(talud de la parcela y edificaciones próximas).
En verano la fachada NW recibiría bastante mas energía, al estar soleada al partir del
mediodía, aunque con rayos bastante rasantes por la altura solar bastante elevada o la
orientación desviada de la fachada, con una intensidad máxima a las 16:15 de la tarde (18:15
hora legal) de 564 W/m2 en los días despejados.
En los siguientes gráficos diarios se observa la intensidad solar (W/m2) en días despejados de
invierno (21 enero) y verano (21 julio), con el mismo código de colores del gráfico anterior.
La influencia del parasol consigue que para las condiciones de invierno es prácticamente nula
la entrada de sol directo, y que también que en verano apenas se permite la entrada de
radiación directa, y que sólo tiene componente directa por la tarde a partir de las 15:00 hora
solar, correspondiente a las 17:00 hora legal.
Fachadas Suroeste
Estos datos son bastante favorables y ha permitido aplicar el mismo diseño geométrico de las
fachadas al NW, consistentes en retranquear los huecos acristalados y añadir un parasol
horizontal intermedio, que arrojaría sombra sobre todo el hueco acristalado superior cuando el
sol tuviera una altura solar superior a los 45º, y de 55º sobre el inferior, disponiendo también
de parasoles verticales cada 3,4 metros.
La influencia del parasol consigue que para las condiciones de invierno sea muy pequeña la
entrada de sol directo durante la mañana, permitiendo calefactar moderadamente los locales
por la tarde, y que también que en verano apenas se permita la entrada de radiación directa,
que sólo tiene componente directa por la tarde a partir de las 15:00 hora solar, correspondiente
a las 17:00 hora legal.
Estos patios diáfanos, correspondientes a las rótulas de los bloques al SE, tienen un frente
totalmente acristalado con un régimen de soleamiento idéntico a la fachada SE ya estudiada, y
se encuentran protegidos por pasillos de un forjado que vuelan tanto al interior como al
exterior, para permitir su limpieza, y que funcionan como parasoles horizontales con un ancho
del 60% de la altura libre, ofreciendo una protección solar similar, aunque con una mayor
permisividad a la entrada de soleamiento, tolerable porque incide sobre una zona ajardinada
con vegetación de gran altura.
En verano, por el contrario, al estar soleada durante las 14 horas teóricas de sol y con una
altura solar muy elevada existe el peligro de un sobrecalentamiento, con una intensidad
máxima al mediodía que alcanza los 920 W/m2 en los días despejados y que requiere una
eficaz protección solar.
Estos datos han sido considerados para optimizar un diseño geométrico una parrilla horizontal
de amplias lamas inclinadas 34º, abiertas hacia el SE, que se solapan un 20% para impedir la
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entrada del sol en verano con alturas solares superiores a 75º, siendo prácticamente
transparentes para el soleamiento en invierno durante las mañanas.
En los siguientes gráficos diarios se observa la intensidad solar (W/m2) en días despejados de
invierno (21 enero) y verano (21 julio), correspondiente a huecos acristalados sin parasol, con
el parasol, y la componente de radiación difusa.
Se puede observar que para las condiciones de invierno se consigue una entrada generosa de
radiación solar de hasta 550 W/m2, durante la mañana y el mediodía pero limitada por la tarde,
mientras que en verano apenas se permite la entrada de radiación y sólo a primeras horas de
la mañana, y que tiene la máxima componente solar directa a las 7:30 de la mañana.
Ya se ha comentado los criterios innovadores que han determinado la concepción del gran
atrio interior, como un amplio espacio perfectamente protegido de las inclemencias del tiempo
y protegido por una cubierta inteligente adaptable a la temperatura, al viento y al sol, que se
comporta en invierno como un invernadero protegido del viento, con suficiente entrada de
radiación y luz solar directa, y en verano como un espacio sombreado y generosamente
ventilado, como gran zona verde con presencia de masas vegetales y de agua que refrescan
el microclima interior por evaporación adiabática, para permitir que todas las oficinas paisaje
interiores se encuentran totalmente abiertas a este espacio común.
Las condiciones ambientales deseadas en el interior son las de una temperatura estable y
agradable durante todo el año en horas de oficina, con una humedad relativa en unos
Un importante dato de partida son las elevadas cargas térmicas de este amplio espacio, que
engloba al atrio propiamente dicho y todas las plantas de oficinas que comparten este volumen
común, debido a la elevada ocupación de personas, trabajando con equipos informáticos y con
una iluminación media que no deberá ser inferior a 300 luxes.
En condiciones de invierno estas cargas interiores, unidas a las ganancias solares de los
huecos de iluminación natural, superarán a las pérdidas por conducción, por lo cual se utilizará
la renovación controlada de aire fresco exterior para regular el equilibrio de la temperatura de
comodidad interior, mediante la apertura motorizada de los ventanales motorizados de la
periferia de la cubierta, reguladas automáticamente mediante sensores higrotérmicos.
En condiciones de verano se seguirán generando las mismas cargas térmicas interiores, pero
coincidirán con temperaturas exteriores similares a las de comodidad interior en la primera
mitad de la jornada, y serán superadas en la segunda mitad de la jornada de trabajo hasta
valores del orden de 28ºC a partir de las 15 horas. Estas serán las condiciones de trabajo mas
rigurosas, para las cuales se establecen las siguientes estrategias:
3. En caso que se tenga que introducir aire a una temperatura superior, considerando que
su humedad relativa no será superior al 45% con una temperatura de 28ºC, se puede
provocar su enfriamiento adiabático mediante la evaporación de agua mediante la
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vegetación y nebulizadores, lográndose un enfriamiento sin consumo de energía hasta
los 22ºC con una humedad relativa del 80%.
4. Aprovechar la estratificación del aire cálido y húmedo en las zonas superiores para su
extracción en la zona superior del atrio mediante ventilación cruzada, y de los espacios
superiores y del fondo de las plantas de oficinas mediante extracción mecánica.
5. En el caso que todas estas medidas de refrigeración pasiva no sean suficientes para
satisfacer la demanda de comodidad de los ocupante, se podrá recurrir al un sistema
de refrigeración de apoyo mediante el soplado de aire enfriado desde los frentes de las
oficinas hasta la toma y recirculación al fondo de dichos espacios.
Como punto de partida se asume que la cantidad de luz necesaria, que se establece en un
nivel mínimo de 300 luxes en el puesto de trabajo, estará en todo momento garantizada por el
alumbrado eléctrico general, pudiéndose recurrir al alumbrado localizado cuando la tarea
visual requiera un nivel superior.
El concepto tradicional del atrio central es difundir la luz natural en el núcleo del edificio, para
que las salas perimetrales dispongan de una zona de luz complementaria que compense o
sustituya el alumbrado artificial. Debido al ángulo de incidencia de la luz cenital se producirá
diferentes profundidades de iluminación natural, que disminuirán en las plantas inferiores.
Además, siempre será preferible la luz difusa, pero nunca los rayos solares directos por su
efecto térmico y deslumbrante.
Se han diseñado un artefacto óptico en el eje longitudinal de las cubiertas del atrio, compuesto
por claraboyas lineales orientadas al SE y al NW, por que capture fundamentalmente los rayos
solares rasantes al principio y al final de la tarde, y reflejarlos verticalmente por medio de
pantallas reflectoras especulares (aluminio pulido...), con una geometría tal que el haz de luz
directa no se desvíe mas de 25º de la vertical.
El flujo de luz transmitida por la claraboya es proporcional la radiación solar incidente, en una
proporción de unos 135 lúmenes por Watio, que aplicando un factor de corrección del 0.75 por
la transmitancia y la limpieza del vidrio se pueden reducir a unos 100 Lm/W útiles.
Los valores anteriores suponen un flujo luminoso máximo del orden de 60.000 lúmenes/m2, y
un flujo medio garantizado de 30.000 lúmenes/m2 de 9 AM a 3 PM en invierno y verano. Como
referencia del ahorro energético que puede suponer la claraboya, cada metro cuadrado de ella
emite un flujo luminoso medio equivalente al de 1.000 W de lámparas fluorescentes o a 5.000
W de lámparas incandescentes.