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Ninguno de los caracteres del habla de las diferentes regiones hispano-parlantes y en particular
Argentina, atañe a la esencia del idioma. Hablamos y escribimos los argentinos,
fundamentalmente, la misma lengua de los demás países de origen español y que la propia
España; pero los particularismos se han ido fundiendo por su prestigio y porque se han
generalizado.
De esta manera, todos los países de habla castellana contribuyen con su aporte cultural,
especialmente literario, a conservar el patrimonio tradicional del idioma heredado, aumentándolo y
acrisolándolo con nuevas formas y esencias, pero sobre una base originariamente común que
sostiene su unidad.
Es natural que, dentro del léxico de un pueblo, existan elementos de mala y aún pésima ley y
dudoso origen, no queriendo decir que todos los “americanismos” y “argentinismos” y sus
derivados constituyan incorrecciones de las cuales debamos cuidarnos. La idea de corrección en el
idioma tiene limitación geográfica, así vemos que algunas expresiones correctas en nuestro país
no lo son en España u otros países y viceversa.
No debemos pensar entonces que en Argentina hablamos y escribimos ni mejor ni peor que en otra
parte, pero insto que hagamos un destierro de lo ordinario, en pos de las bellas letras.
Aunque es imposible enumerar todos los rasgos de la nueva narrativa, hay una serie de elementos
que se repiten en las obras literarias contemporáneas, que las diferencia de las de otros períodos.
Algunos de estos elementos son:
* Él quiebre de la cronología narrativa: los hechos narrados no siguen el orden temporal exterior,
sino que son presentados por el narrador con total libertad, según el efecto que desee producir en
la obra.
* La multiplicidad de espacios: el espacio no es único sino que se multiplica. Esta multiplicación
muchas veces se corresponde con una diversidad de tiempos, pero también con tiempos
coincidentes.
* El narrador protagonista, más frecuente que el omnisciente: este cambio del punto de vista de los
acontecimientos narrados provoca una nueva y particular visión de los hechos, relatados desde la
persona que los está viviendo y no desde afuera. Muchas veces se emplean, también, varios
narradores en un texto; de ese modo, un mismo suceso es relatado desde distintos puntos de vista.
* La incorporación de lo fantástico, de elementos inexplicables y absurdos que proyectan el texto
más allá de la comprensión racional. La razón no es la única vía de acceso a la verdad absoluta
(que se cuestiona dentro del relato). Se plantea la inexistencia de una única verdad y se provoca
incertidumbre en el lector.
Mientras que en el resto de Hispanoamérica, la narrativa contemporánea aborda la problemática de
lo real maravilloso o del realismo mágico, en la Argentina existe una preferencia por la
incorporación directa del elemento fantástico. Este procedimiento es muy común en los textos de
Julio Cortázar y de otros narradores.
Ficción: aunque puede inspirarse en hechos reales, un cuento debe, para funcionar como
tal, recortarse de la realidad.
Argumental: el cuento tiene una estructura de hechos entrelazados (acción –
consecuencias) en un formato de: introducción – nudo – desenlace.
Única línea argumental: a diferencia de lo que sucede en la novela, en el cuento todos los
hechos se encadenan en una sola sucesión de hechos.
Estructura centrípeta: todos los elementos que se mencionan en la narración del cuento
están relacionados y funcionan como indicios del argumento.
Personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia habla de uno en
particular, a quien le ocurren los hechos.
Unidad de efecto: comparte esta característica con la poesía. Está escrito para ser leído de
principio a fin. Si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto narrativo. La
estructura de la novela permite, en cambio, leerla por partes.
Prosa: el formato de los cuentos modernos (a partir de la aparición de la escritura) suele
ser la prosa.
Brevedad: por y para cumplir con estas características, el cuento es breve.
Romántica, triste y clásica novela colombiana, en cuya trama se unen el amor y el dolor de los
amantes: Efraín y María.
Siendo muy joven, Efraín deja el Cauca para realizar sus estudios en
Bogotá, y lo hace con gran dolor, por alejarse de los suyos y de su prima
María, por la que ya siente un gran amor.
Sucede a la vez que un joven del lugar, Carlos, comienza a enamorarse de María y a pretenderla.
Mientras tanto, en el seno de la familia de Efraín, se suceden hechos que afectan a los jóvenes.
Una sucesión de malos negocios, afecta la salud del padre del muchacho. Llega el momento de la
partida de Efrín con la preocupación de la situación económica familiar, el estado de su padre y
el alejarse nuevamente de los románticos buenos ratos vividos con su amada. Pero el momento
de la partida ha llegado.
Pasaron dos años desde que Efraín se marchara, y María enferma gravemente. Al enterarse
Efraín, emprende su regreso temiendo por la salud de su amada maría.
Efraín no encuentra consuelo a su dolor, y llora su congoja sobre la tumba de María. Después
decide partir con infinita pena, sin saber bien hacia dónde, acompañado en sus sentimientos por
el paisaje que se entristece en sombras como acompañando en el dolor al desconsolado Efraín.