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Ne 7 LENGUAS MODERNAS UNIVERSIDAD DE CHILE 1980 PACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE LENGUAS MODERNAS LA ETNOGRAFIA DEL HABLA LUIS PRIETO Universidad de Chile - Santiago Han pasado casi veinte afios desde que Dell Hymes propusiera, a través de una serie de articulos programaticos, el esta- blecimiento de un enfoque o rea en el tudio del lenguaje, que se ocupara de in- vestigar las reglas que rigen el uso de una Jengua en Io que podriamos Hamar su. medio ambiente natural, esto es, en los di- Versos contextos socio-situacionales en. aue se verifiea Ia comunicacion verbal dentro de una comunidad lingiistica. Di- cho en otros términos, un enfoque que diera cuenta de las reglas quc configuran la competencia comunicativa de los miem- bros de una tal comunidad. A juzgar por Ia cantidad de cultores, por la diversidad de ciencias del hombre en ella representadas, as{ como por la ca- Tidad de Jos resultados obtenidus, bien po- driamos considerar esta érea de proble- ‘Mas como un paradigma, en el sentido en gue cste término es usadu por T.S. Kuhn (1967), en etapa de plena implementa- cién. En To que sigue ofrecemos una suma- ria caracterizacién del andlisis que plan- tea Ia etnografia del habla, Nuestro bos- quejo se cetitrard primordialmente en los siguientes aspectos: a) cuestiones genera- les de teoria y de método que suscita este enfuque, b) Conceptos analiticos basicos, ¢) naturaleza y fines de Ia etnografia del habla, d) métodos que emplea la aproxi- amacién emografica en el estudio del ha- bla y e) perspectivas. Alcance de ta teoria lingilistica Las principales formulaciones de la teo- fa lingtifstica moderna desde Saussure a Chomsky, habida cuenta de la glosemati ‘enguas Modernas NP 7, 1980 ca, coinciden en estigmatizar, en virtud de una pretendida ausencia de ligazén es. tructural con el sistema lingtiistico abs. tracto, los aspectos socivculiurales conco- mitantes a la conducta verbal, proseri biendolos, por consiguiente, de Ia esfera de preocupaciones inmediatas de la disc plina. El haber limitado el cardcter estructu- ral del lenguaje a los aspectos aparente- mente més homogéneos de la forma lin- siifstica, ha sido sefialado como el prin- cipal responsable de esta especie de reduc. cionismo (Cf. Weinreich, Labov y Herzog 1968: 101). En la perspectiva de esta ideologia teé- rica, el uso y la funcién del lenguaje en su contexto social reciben, cuando legan a ser considerados, sélo un tratamiento marginal, secundario. La formulacién que hace N. Chomsky en Aspectos (1965:3) acerca dei objeto de la teorfa lingtiistica resulta paradigmatica de los supuestos que subyacen a la princi- pal corriente teérica moderna. En efecto, segiin el fundador del gene- rativismo, lo que interesa primordialmen. te a la teoria lingiifstica es un hablante- oyente ideal que, entre otras caracteris cas, exhibe las de estar inserto en una eo munidad lingtiistica completamente ho- mogénea, y de conocer perfectamente su lengua. En una razonada critica de la dicoto- mia chomskiana competencia/actuacién, Hymes (1971) pone de relieve el hecho de que existen reglas para el uso lingiiistico, sin las cuales las reglas de la gramética resultarian fatiles. Efectivamente, como lo indica Hymes, remitiendo a un tra- bajo de 8. Ervin-Tripp (en Huxley e In- gram 1971) los resultados de Investigacto- nes sobre los primeros afios de adquisi- cién de la gramética del inglés, revelan que los nifios desarrollan reglas para el uso de formas lingliisticas diferentes en situaciones distintas. ‘A pesar de que Ja competencia para el uso parece obvia, el establecimiento de su estudio en el maren de la teorfa lingiifs- tica, tal como la definia Chomsky (loc cit), resultaba impracticable. Sin dada, In incorporacién de la reali dad del uso a la descripcién y explicacion linglifsticas con plenos derechos requie- ecegim Fives, una reformulacion de la referida dicotomia. Una de las dificultades principales con se encuentra el desarrollo de tal as- pecto de la competencia, la constituye Ta ecuacién que establece la dicotomnia chom- skiana entre uso lingtifstico’ y actuacién (Cf. Chomsky, ibid:4). Por otra parte, el desarrollo del concep- to de competencia para ¢l uso requiere la adopcién de un punto de vista sociocultu- ral, que implica ampliar el contenido de Ia dicotomia competencia/actuacién para incluir los juicios y habilidades de los ha- blantes-oyentes en relacién con el uso lin- aiifstico. En Ia teoria chomskiana de Aspectos, el hablante-oyente es capaz de emitir dos ti- pos de juicios con respecto a lo que dice y escucha: de gramaticalidad, en relacién con la competencia, y de aceptabilidad, con respecto a la actuacién. De acuerdo con Hymes, una teorfa ade- cuada de los usuarios y del uso lingiifsti- co deberia distinguir ¢ investigar cuatro aspectos de la competencia, cada uno de los cuales estaria definido por el tipo de juicio que el hablanteovente es capaz de emitir acerca de lo que dice y escucha, atendiendo no solo al aspecto gramatical, sino también a la relacién de lo dicho y escuchado con las circunstancias socio- situacionales correspondientes. Los distintos aspectos y los tipos de jui- cios vinculados a cada uno de ellos son: a) potencial sistematico: si, y hasta qué punto, algo es formalmente posible. La competencia chomskiana se redu- cirfa sélo a este aspecto. b) adecuacién: si, y en qué medida, al- 0 es apropiado o efectivo, en cierto contexte. 10 ©) ocurrencia: si, y hasta qué punto, al- go es hecho efectivamente. d) factibilidad: si, y en qué medida, al- go es posible, dado los medios de im- plementacién de que se dispone. Volveremés sobre las implicaciones te6- ricas de la nocién de competencia comu- nicativa més adelante. Conceptos analiticos Comunidad lingilistica Fl universo de la descripcién etnogré- fica del habla es la unidad social (0 socio- Jingiiistica, como resultaraaparente més adelante) designada con la expresién co- munidad lingiifstica, Debe aclararse aqui que la investigacion sociolingiiistica utiliza este concepto con un contenido radicalmente diferente del ‘que le asigna Ia tradicién lingiifstica for- malista, asocial, En dicha tradicién, la expresion comunidad lingliistica se identi- fica, la mayor parte de las veces, con el concepto de idioma. Como lo ha indicado Hymes (1979:47), tal asimilacion la han hecho, entre otrds, Bloomfield (1933) y Chomsky (1965} El caracter inadecuado de tal equipara- cin. para una teorla sociolingtifstica no resulta dificil de advertir si se examina con relativa atencién el contenido de ex- presiones tales como, ‘comunidad lingiits- tica hispanohablante’ o ‘comunidad lin- flifstica angloparlante’, para englobar a todas los hablantes de tales Jenguas, in- dependientemente de las tradiciones ‘his- torico-culturales y sociedades a las que pertenecen. ‘JJ. Gumperz (1971), uno de Jos socio- lingiiistas que mas ha contributdo a desa- rrollar esta nocién, la define como “cual- quier agregado humano caracterizado por Ia interaccion regular y frecuente por me- dio de un cuerpo compartido de signos verbales, y distinguible de otros agrega- Gos similares por difereucias significati- vvas en el uso lingiifstico”. Por lo que respecta a las dimensiones, “las comunidades lingtitsticas —apunta el mismo autor— pueden consistir en peque- fios grupos ligados por el contacto cara a cara‘o pueden cubrir grandes regiunes, se- ain el niyel de abstraceién que queramos Precisando el alcance de este concepto dentro de la etnografia del habla Hymes (ibfd:51) plantea: “Para el propésito del enfoque que analizamos aparece ms itil reservar la nocién de comunidad para una unidad circunscrita, caracterizada por una localizacién comin y por Ja in- teraccién primaria”. Por el tamano de las comunidades lin. isticas que estndia, la etnografia del habla ha sido algunas veces asociada al tipo de andlisis que J. Fishman ha deno- minado de micronivel. Sobre las limitaciones que implica el no trascender este nivel de andlisis ha lama- do la atenci6n A.D. Svejcer (1975), quien ha puntualizado, atinadamente, que, a pe- sar de los valiosos atisbos que este tipo de anélisis ha proporeionado acerca de los procesos sociolingtiisticas, presenta el inconveniente de hacer perder de vista los factores sociales de mayor alcance que ‘operan por sobre los fenémenos de micro- nivel, y que ejercen una considerable in- fluencia en los procesos lingiiisticos. Esta advertencia de Svejeer, segén su propia aclaracién, no pretende poner en duda el valor del andlisis de microni sino establecer que su alcance se veria i crementado si los grupos y comunidades pequefias fueran considerados en un con- testy sucial més auupliv, Repertorio lingiiistico Un concepto intimamente ligado al de comunidad lingiifstica es el de repertorio ingiifstico. El rol complementario de am- bas nociones resultaré evidente en el pre- sente anlisis. Cualquier comunidad lingiiistica, por muy primitiva que sea el tipo de sociedad de que se trate, ofrece a sus miembros una serie de medios 0 recursos verbales diferenciados para satisfacer sus més va riadas necesidades interaccionales. Estos recursos pueden incluir las diver- sas lenguas que se emplean en una comu- nidad (¢.g., comunidades bilingiies, mul lingiies), los distintos dialectos (Sociales 9 gcograficos), los varios registros (ec. habla infantilizada) © las hablas especi: les. u En ocasiones se emplea en Ja literatura sociolingiifstica el término genérico de va- riedades de habla para designar tales re- cursos (Cf. Gumperz, op. cit.). Hymes (1974), por su parte, ha propuesto Hamar los simplemente estilos. El repertorio lingiiistico ha sido defini- do por Gumper7. (ibid: 152) vonu “la toe talidad de las formas lingiiisticas emplea- das en el curso de la interaccién social- significativa”. Vistas desde el angulo de sus reperto- ries lingiiisticos, las comunidades lingtifs- ticas reales distan mucho de ser las enti dades homogéneas sobre las que se fun- da la tradicién formalista en la descrip- clon lingitistica. El concepto de comunidad lingiiistica concebido como una entidad social pre- senta la ventaja de poder articular esta diversidad y heterogeneidad aparentes, va que, como lo ha indicado Gumperz, (ibi 116), "a pesar de las diferencias lingtifsti- cas existentes entre ellas, las variedades empleadas en la comunidad lingiifstica forman un sistema porque ellas estan re- lacioriadas a un conjunto de normas so- ciales compartidas” Una comunidad jingiifstica es, enton- ces, una comunidad que comparte el co- nocimiento de reglas para la produccién e interpretacién del habla. Tal conoci- miento comtn comprende el conocimien- to de, por lo menos. una forma lingiiisti- ca y el conocimiento de sus pautas de uso (Hymes 1979:51). Competencia comunicativa La centralidad del concepto de compe- tencia en la descripcidn lingiifstica no ne- cesita ser analizada aqui; téngase presen. te tan s6lo la formulacién chomskiana de la gramatica de una lengua como la teo- fa de la competencia, Sin embargo, como ya se ha dicho, la competencia de Chomsky se circunscribe Gnicamente al sistema formal de la gra: mitica y deja de lado lo que Hymes ha designado como habilidades' que debe 1 El empleo de este término le es sugerido a Hiymes por el concepto de cultura formulado por E. Tylor (87). En la dptica de Tylor, la Guiturae& datinida como el conjunce de fas ha bilidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de la sociedad, poseer el hablante de una lengua para em- plear este conocimiento adecuadamente, es decir, de acuerdo a las diferentes situa- ciones en que se veifiea 1a comunicacion verbal El desarrollo de una teoria que preten- da dar raz6n tanto del conocimiento del sistema gramatical como de las habilida- des necesarias para su uso, presupone la redefinicién del concepto de competencia. Segun Hymes, la adquisicién de la com- petencia para el uso puede formularse en Jos mismos términos que la adquisicién de la gramatica. En sus propias palabras (ibfd.:75): "En la matriz social dentro de Ta cual e! nifio aprende un sistema grama- tical, adquiere al mismo tiempo un siste- ma para su uso, que contempla personas, lugares, propésitos y otros modos de co- municacién [o estilos de habla, vide su- pra. L.P.], etc. — todos los componentes de jos eventos comunicativos, junto con actitudes y creencias vinculadas a ellos. Se desarrollan, asimismo, pautas del uso secuencial del’ lenguaje en la conversa- cién, formas de tratamiento, rutinas es- tandares y demés. En tal proceso de ad- quisicién reside Ia competencia sociolin- glilstica del nifio (o més, comprensiva- ‘mente, competencia comunicativa), su ha- bilidad para participar en su sociedad no sélo como un miembro parlante, sino tam- bién como un miembro comunicante”. La nocién de competencia comunicati va importa, por otra parte, cl replantca- miento de un par de conceptos implica- dos en la nocién chomskiana de compe- tencia, como son Ia creatividad y la pro- suncién de uniformidad en la comipetencia de los miembros de una comunidad lin- Biifstica. Como se sabe, la creatividad postulada por, Chomsky se refiere ala capacidad del ablantc-oyente para producir y entcnder las infinitas oraciones inéditas de una len- gua. Al respecto, Hymes (ibid.:202-203) Obscrva: "'Si se toma scriamente cl impl- cito llamado de Chomsky para que la lin- glifstica se ocupe del ‘aspecto creativo’ del tuso del Ienguaje y de la base de Ia habi- lidad para generar oraciones nuevas pero adecuadas, nos vemos nuevamente forza- dos a analizar tanto cl contexto como la sintaxis, ya que la adecuacién no es una ropiedad de las oraciones, sino de las re- icioncs entre oracioncs y contextos”, De este modo, una oracién puede ser perfec- 2 tamente gramatical desde el punto de vis- ta del sistema gramatical, pero completa- mente inadecuada con respecto al contex- to o situacién en que se emplea. Ta presiincién de uniformidad (comu- nidad lingifstica homogénes) de la com petencia de los hablantes de una comuni- dad lingiifstica no da adecuada cuenta del conocimiento y habilidades diferenciales que observamos a diario en la produc- cién y comprensién del habla socialmente adectiada, En la perspectiva de esta nueva concep- cién de la competencia lingiifstica, los ‘usos creativos y adaptativos de la compe- tencia son sugeridos como una cuestién crucial para Ia investigaci6n sociolingiifs- tica. Ligando los conceptos analizados hasta ahora, Ia comunidad lingiiistica puede ser definida “en términos del conocimiento compartido 0 mutuamente complementa- rio y de la habilidad (competencia) de sus miembros para la produccién e inter- pretacién del habla socialmente apropia- da” (R. Bauman y J. Sherzer, 1974:6). Situacién de habla, evento de habla, acto de habla Hymes plantea el concepto de evento de abla Como central. para. Ia descrip- cin etnografica del habla. Las nociones de situacién de habla y de acto de habla son, como veremos enseguida, comple: mentarios en la caracterizacién de dicho concepto. Situacién de habla. Dentro de una comu- nidad lingiiistica se pueden detectar con yelativa facilidad muchas situaciones que se asocian con el uso del lenguaje 0 que estén marcadas por su ausencia, tales co- mo cacerfas, fiestas, comidas, etc. Una situacién como una cacerfa puede comprender tanto eventos de habla como eventos no lingiiisticos. Evento de habla. Hymes restringe el uso de la expresién evertto de habla alas acti- vidades o aspectos de las mismas, que es- tn regidas por reglas 0 normas’para el uso lingilistico. Una conversacién privada en una fiesta o durante la celebracién de un oficio religioso constituirfa un evento de habla. Otros cjemplos scrian las con- ferencias, las prédicas y las discusiones. Acto de habla Los eventos de habla son analizables en segmentos de discursos més pequefios, los actos de habla. Cons- tituyen ejemplos de actos de habla, una pregunta 'o una ineriminacién durante Cabe hacer notar que un mismo ip de habla puede recurrir en diferentes eveu- tos de habla y que, igualmente, una mis- ma clase de evento de habla puede verifi carse en distintos contextos de situacién. Asi, un chiste (acto de habla) puede in- cluirse en una conversacién privada, en una conterencia o en una presentacion formal. Una conversacién privada (even- to de habla) puede, por su parte, ocurrir en el contexto de situacién de una fiesta, de un servicio funerario o de una pausa al cambiar de lado en un partido de te- nis. (Cf. Hymes ibid.:52). Componentes de los actos de habla Hymes (ibid :53) sostiene que una teo- rfa descriptiva como la que él propone re- quiere algin esquema de los componentes de los acios de habla. En el actual estado de desarrollo de la etnografia del habla tal esquema sélo constituye la entrada o “input” heuristico de las descripeiones. Se precisa ain mucha investigacion emp rica para que este esquema alcance el sta- tus de una teoria de los rasgos y_dimen- siones universales de los actos de habla. EI material etnografico investigado has- ta aliora ha sugerido a Hymes una matriz ‘compuesta por 16 6 17 componentes. Al- gunas veces —debe tenerse presente—, cualquiera de estos componentes puede ser sdlo un factor; sin embargo, todos de- ben contemplarse en la matriz general. Para ilustrar los distintos componen- tes de los actos de habla, emplearemos la situacién de una conferencia que, con el mismo titulo del presente articulo, dicts- ramos recientemente en esta ciudad. Escenario: Esta constituido por las circunstancias fisicas que rodean a los eventos de habla, especialmente el tiem. po y el lugar. En nuestro ejemplo: Salén de conferencias de la Vicerrectoria de Co- municacién y Extensién de la Universidad de Chile (Santiago) ; 30 de julio; 7 p.m. Escena. Designa las circunstancias 13 psicolégicas que envuelven al acto de ha- , © Ta definicién cultural de una oca- sién como un cierto tipo de escena. En nuestro caso la escena se definiria como relativamente formal. Participantes. Son las personas que interactiian lingtifsticamente en un even: to de habla. Los participantes de nuestre conferencia son el conferencista y el pik Forma del mensaje. Hymes nos ad- vierte al respecto: “Es un truismo, pe- ro que, sin embargo, se ignora a menudo en la investigacién, que la forma cémo se dice algo es parte de lo que se dice”. El uso del estilo directo 0 indirecto pa- ra referir algin punto de vista durante nuestra conferencia, constituye un aspec- to de la forma. Contenido del mensaje, Se refiere al tépico. En nuestro caso, el tépico es el anélisie etnogréfico del habla. Clave. Corresponde a la forma, al to- no 0 al espiritu con que se realiza un oc- to de habla. La conferencia en cuestién fue dictada en forma muy precisa, analf- tica. Agentes o instrumentacién. Estos in- Gluyen los canates y lus formas de habla empleadas. Los canales utilizados en nues- tro ejemplo fueron la lengua oral y Ia len- gua escrita (i.e. algunas notas en el piza- Fron). Las formas de habla (0 estilos el sentido en que usa este término Hymes, vide supra) empleadas fueron el espanol de Chile esténdar culto y, para ilustrar de- terminados puntos de la'exposicién, algu- nos sociolectos y registros del mismo es- pafiol y el inglés. Normas. Comprende las normas que rigen tanto la interaccién misma como la interpretacién del habla, Normas de interaccién, Se refieren a las expectativas asociadas a la conducta de los participantes en la interaccién ver- bal. En nuestra comunidad lingiifstica, por ejemplo, tanto el conferencicta como su auditorio esperan un monélogo, libre de interrupciones, con las preguntas re- servadas para el final. Normas de interpretacién, Son las ex- pectativas asociadas a Ja interpretacién de lo dicho. En el caso de una conferen- cia, el publico espera un tipo de discurso en el que el significado de los enunciados sea predominantemente referencial. Cier- tamente, el auditorio no espera, a menos que esté acostumbrado al estilo del con- ferencista, que la conferencia consista en una retahila de observaciones irénicas. Propésitos. Estos se dividen en resul- tados y objetivos. En nuestro caso, la con- ferencia buscaba ser iluminadora e inte- resante, pero puede haber resultado abs- trusa y aburrida. Los objetivos pueden ser individuales y generales. Nuestra finalidad en la con- ferencia era la de motivar el interés del audituriy pur un determinado el estudio de la comunicacién lin; el de algunos miembros de la concurren- Gia, tal vez, pasar una hora y media eu una atmésfera agradable. Géneros. Son categorias de discurso facilmente identificables por el cardcter tipico de su estructura formal. Son ejem- plos de generos los mitos, los cuentos, los proverbios, las adivinanzas, las oraciones, los editoriales y también las conferencias. Definicion y objetivos de la etnografia del habla Una de las formulaciones mds acerta- das sobre la naturaleza y tines del ento- que que discutimos es la que ofrece Sher- ver (1979:44-45). “De modo general —se- fala ese autor— la etnografia del habla es una descripcién en términos culturales (ctnografia) de los usos pautados de la Tengua y el habla en un grupo, institucién, comunidad 0 sociedad particulares. De manera mas especifica, la etnografia del habla se ocupa de lo siguiente: 1) Los recursos (socio) liniifsticos disponibles en una comunidad particular (incluyendo no s6lo los gramaticales en el sentido tradicional, sino mas bien un conjunto 0 complejo’ de potenciales lin- gilsticos para el uso y, significado soci les, incluyendo las. variahles lingiifsticas (como las que plantea Labov) ; Ios estilos, las formas y términos de referencia y tra: 4 tamiento (como en los trabajos de Brown, Exwin-Tripp, y otros); relaciones léxicas; relaciones entre enunciados, tales como vinculacion y presuposicién, etcétera. 2) El uso y explotacién de estos re- curso en el discurso (acto de habla, even- tos de habla y situaciones de habla) y en Ia interaccién social (como en las situa- ciones en que se esté de acuerdo, en que se est en desacuerdo, en que se muestra respeto, en que se muestra deferencia, en que se adula, etcétera); 3) Las interrelaciones y organizacio- nes pautadas de estos diversos tipos de discurso @ interaceién sociales en la co munidad; 4) Las relaciones de estas pautas del hablar con otros aspectos y dominios de la cultura de la comunidad —organizacion social, religion, economia, politiva, ete tera—", Métodos Las técnicas empleadas por la etnogra- fia del habla para recopilar la informa- cida culturalmente significativa del cam- portamiento verbal, no difieren esencial- mente de las que utiliza la etnografia en otros dominios de Ia cultura En un articulo en que aboga por Ia in- corporacién de una perspectiva antropo- Togica en la lingitistica, C.A. Ferguson (1977), sefiala tres técnicas de recoleccién de datos que podrian ser aplicadas con provechy eu una tal perspectiva, En or den creciente de valor potencial de la in- formacin que proporcionan, estas téeni- cas son: Ia elicitaciou de innfurmantes, la observacidn naturalista y la observacién participante. Un ejemplo tipico de elicitacién lingiifs- tica lo constituye el trabajo del mismo Ferguson (1956) sobre el habla infantil zada en la lengua arabe. En ese estudio, Ferguson interrogé a seis hablantes del arabe de Siria acerca de la forma como ellos hablaban con los infantes; grabé sus respuestas; someti6 los resultados de las entrevistas individuales a la considera- cidn de cada uno de ellos, y, finalmente, los volvié a entrevistar. Lo que Ferguson descubrié resulté util y le permitio hacer tuna serie de observaciones concernientes a la naturaleza y funcionamiento de ese sistema en el arabe sitio: pero dicho es- tudio —como él mismo lo sefiala— adole- fa del hecho de que en ningin momento el autor observé realmente a los hablan. tes adultos dirigiéndose a sus nifios, La observacién naturalista, implicaria en un caso coma el precedente abservar a padres interactuando con sus infantes La técnica de la observacién participan- te, como es sabido, presupone la incorpo. racién del investigador a la comunidad bajo estudio como uno mas de sus miem- bros. Evidentemente, este procedimiento permite observar la forma de comporta- miento pertinente en su medio ambiente natural. Al mismo tiempo, esta técnica presenta la ventaja de poder avistar los fenémenos investigados en su interrela- ¢ién funcional con otros sistemas (cg., con el sistema de creencias) de la cultura de Ja comunidad. Por consiguiente, un es- tudio acerca dei habla infantilizada de una comunidad determinada que contem- plare esta forma de observacién, tendria que incluir al investigador mismo en las diversas interacciones verbales y no ver- bales que normalmente se veri los padres y su bebe. Conclusion y perspectivas El andlisis precedente nos ha permiti- do atisbar algunos de los aspectos que de- finen al habla como un sistema cultural. La tarea de la etnografia del habla con: siste primordialmente en investigar la configuracién que adquiere en cada co- munidad lingiifstica, la organizacion de los elementos lingiiisticos y sociocultura- es que entran en juego en la conducta verbal. Mas precisamente, el andlisis et- nogrifico def habla. busca especifiear la competencia comunicativa de los miem- bros de una comunidad idiomatica. Esta tarea, evidentemente, excede la competencia del lingiista; requiere de una labor interdisciplinaria que involu- cre, entre otros cientificos sociales, a an- tropdlogos, socidlogos y psicdlogos’ socia- les. En este sentido resulta pramisaria pa- ra el desarrollo de una teoria de la des- cripcién etnografica del habla la preemi- nencia que en los afios recientes ha ad- 15 auirido el estudio de los procesos com prendidos en la comunicacién verbal, en la sociologia, la filosofia y aun en la li siiistica de inspiracién formalista Entre estos intereses confluyentes me- rece especial mencién el desarrollo, den- tro de la sociologia, de Ia orientacién co nocida como etnometodologia PEF. Secord y C.W. Beckman (1976:5) caracterizan esta aproximacién cn los si guientes términos: “La etometodologia supone que el mundo social no tiene si nificodo real fuera de los varios signifi dos que le dan los individuos, Este enfo- ‘que contrasta con la sociologia tradicional que encuentra el significay del compor- tamiento humano en las estructuras y pro- esos que determinan cémo se comportan las personas (por ejemplo, un individuo se comporta en una forma apropiada a su nivel de clase social) ". Eu la concepcion einometodologica de a realidad social, la interaccién social se convierte-en el centro del andlisis socio- logico, y, con ello, de paso, el lenguaje —instrumento principal de’ tal interac- cién— adquiere una relevancia que nun- ca antes le otorgara la sociologia. El objeto de la etnometodologia con- siste primordialmente, aunque no de mo- do exclusivo, en el estudio de los “etnomé- todos’ o procesos interpretativos, por me- dio de los cuales los actores sociales sig- nifican con el lenguaje y se orientan ellos mismos en el mundo social (Cf. PP. Gi- elioli 1972: 13). En los afios recientes, el reconocimien- to de la necesidad de contemplar las ca- racteristicas del contexto, especialmente de los participantes en la ‘interaccion li gliistica, se ha extendido tanto al andlisis lingiiistico de inspiracion formalista co- tno al andlisisfiloséfico de los actos ver- ales. En el terreno de Ia filosofia, el resurgi- miento del interés por el lenguaje, sobre todo por los actos verbales y la conversa- cin, abre atin mayores perspectivas para el desarrollo de una teoria etnografica del habla. Fn Ia actualidad, los representantes més prominentes de este tipo de estudios son J. Searle, con su teoria de los actos verbaies, y HP. Grice, con eu teoria de la comunicacis in_generativa, por citar sélo algunos casos, R. Lakoff (1969) ha llamado la atencién acerca de la per- tinencia del conocimiento sociocultural de los partic ites en el andlisis seman- tico; D. Gordon y G. Lakoff (1973), por su parte, se han ocupado de las reglas conversacionales. Finalmente, no debe perderse de vista el hecho de que la descripeién de los di- versos elementos implicados en Ja comu- nicacién humana, no se agota con el pro- grama de andlisis de la etnografia del ha- la, Como es sabido, el proceso de la co- municacién esta regido por una serie de otros ‘cédigos’, aparte del lingiistico, ta- les como el paralingiifstico, que compren- NOTAT Todas las citas de este articulo, excepto la de Secord y Beckman, inglés por nosotros. de, entre otros elementos, Ia altura y el tono de la voz, la velocidad de la enun cién, el uso de las pausas; el proxémico, ie incluve las pautas sociales que reglan al uso del espacio durante la interacsion comunicativa, y el kinésico, que compren- de las convenciones establecidas on rela- cién con el uso de los movimientos cor- Porales, gestos, etc. Sélo un enfoque que contemplare tanto los elementos verbales como los no ver- bales del proceso comunicacional podria reclamar para si el titulo de etnografia de la comunicacion. hhan sido traducidas del BIBLIOGRAFIA BAUMAN, R. y SHERZER, J. 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En general, se sostiene que la ensefianza de la pronunciacién debe limitarse a ‘un manejo de los sonidos a nivel fonémico cuando el propésito de la ensefianza es la inteligibilidad. Tal es el caso en la educacién secundaria cuando se necesita una lengua extranjera para propésitos especificns. Tas variantes alofénicas quedan relegadasa un segundo plano y serdn consideradas slo en cursos de fonética para especialistas en la lengua extranjera, como es el caso de quienes se preparan para ensefiarla en el futuro, 1.1.0. Las diversas teorfas fonolégicas proporcionan suficiente informacién co- ‘mo para que el “fonetista pedagdgico” derive de ellas conclusiones aplicables en la sala de clases. He empleado el término “fonetista pedag6gico” siguiendo la distin- cin entre gramiéticas formales y gramaticas pedagogicas', para distinguir los enfoques te6ricos. que no pretencen mas (ni menos) que lograr una descripcin, eficiente de los hechos lingaisticos, de la aplicacion de estas teorias a hechos concretos y practicos. Um teorico de la igilistira camo Noam Chomsky, lo sefiala muy claramente: “los profesores, en particular, tienen la responsabilidad de ategurarse de que las ideas ¥ proposiciones sean evaluadas segrin sus méritos y na sean aceptadas sobre la base de la autoridad, real o supuesta. El campo de la ensefianza de lenguas no es una excep- ‘id. Es posible —aun probable— que los principios de la psicologia y de lalingiistica, la investigacién en estas dsciplinas, puedan proporcionar conocimientos (“insights”) Utiles para el profesor de lenguas. Pero esto debe ser demostrado y no puede ser "Con respect agramatica pedagogicasytormales, ver Allen y Van Buren, 1971; Candlin, 1972; Corder, 1978; Allen, 1974; jury, 1975. Leu Mederma 9.10, 962.1088 108 supuesto. Es el profesor mismo quien debe validar o rechazar cualquier proposicién specifica” (Chomsky, 1980:195). Segiin su propia denominacién, cabe distinguir una gramatica lingiistica y otra pedagégica 1.2.0. En el ambito de la aplicacién de la teoria es posible recurrir a diversos enfoques, que pueden ser tedricamente contradictorios entre sf, para lograr un propésito didactico determinado. Esta posicin ecléctica permite al lingilista aplicado y al profesor servirse de las més variadas teorfas, sin abrazar una de ellas en particular, recogiendo lo que éstas puedan proporcionarle sin temor de ser calificado de inconsecuente. Retornemos al campo de la enseftanza de la pronunciacién. Deciamos que, seguin los objetivos de cus alumnos, el profesor se preocuparé de obtener unt dominio de los sonidos a nivel fonémico 0 a nivel fonético (alofénico). Asi las cosas, pareciera no haber mas que un problema de eleccién entre las alternativas presentadas, Pero, lamentablemente, el panorama no es tai simple. 2.0.0. En primer lugar, hay que determinar qué entendemos por nivel fonémico y por nivel fonético. El problema radica, fundamentalmente, en el concepto de fonema que manejemos. Si tratamos de resumir los diversos puntos de vista que se han utilizado en fonologia. egamos a los siguientes enfoquies del concepto de fonema. 2.1.0. El punto de vista fisico, sostenido basicamente por el fonetista briténico Daniel Jones y expuesto en su libro The Phoneme: Its Nature and Lise. Para este autor, el fonema es una familia de sonidos fonéticamente similares, esto es “relacionados en cardcter” (Jones, 1950:10). Un miembro de esta familia, un al6fono, no puede encontrarse en el mismo contexto fonético de cualquier otro miembro de la misma familia, lo que se conoce como distribucién complementaria Para los seguidores de esta corriente, el simbolo fonético que denota al al6fono caracteristico 0 més frecuente es el que se emplea para simbolizar al fonema (Peterson, 1968:162). Los alofonos se agrupan de acuerdo a criterios exclusiva- mente fonéticos. El hecho de que el intercambio de fonemas produzca cambios de significado (al intercambiar /p/ por /k/en el contexto asa/ cambiamos el significa- * por elde casa”) es una consecueutia de la definition del fonema y no su base, como puede observarse en el enfoque siguiente: 2.2.0. El punto de vista funcional parte de la cousideracion del fonema como la unidad de sonido minima por medio de la cual podemos diferenciar significados (Bloomfield, 1933:79). Los funcionalistas no hablan de fonemas como sonidos 0 familias de sonidos, por cuanto sélo algunos de los rasgos fonéticos son los que 106 permiten las diferenciaciones distintivas. En el ejemplo dado anteriormente, es la ‘oposicién de los rasgos bilabial vs. velar la que distingue “pasa” de "casa" 2.3.0. Elenfoque mentalista 0 psicolégico, que considera al fonema como un sonido ideal, parte con el lingiista polaco Jan Baudouin de Courtenay, en cuyas ideas se inspirara originalmente Daniel Jones (Jones, 1962). Segin este enfoque, los hablantes apuntan hacia la realizacién de este sonido ideal, que siempre se efectiia de manera diferente. No hay una repeticién, ni siquiera por parte de un mismo hablante. en dos momentos consecutivos. que sea igual a una forma anterior. 2.4.0. El punto de vista abstracto, Hamado algebraico por Jakobson y Halle (1968:419), considera, por otra parte, que los fonemas son esencialmente inde- pendientes de las propiedades fonéticas asociadas con ellos. Para quienes sostie- nen esta posicidn, hay criterios de tipo no fonético que pueden usarse para asignar ciertos sonidos a un fonema determinado. Los elementos distintivos pudieran no tener una interpretacion directa en términos de mecanismos articulatorios, acti cos, etc. (Anderson, 1980:42). Este enfoque tiene como su representante mas destacado a Louis Hjelmslev. 2.5.0. Estos cuatro puntos de vista no son exhaustivos ni tampoco estén claramen- te delimitados. Podria decirse que cada estudioso de la fonologia tiene un enfoque propio que puede acercarse en mayor o menor grado a una de las cuatro tenden=

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