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“Corriendo para ganar”; ¿sabes que Dios quiere que

nosotros ganemos en la vida? Dios anhela que ganemos, de hecho, El nos dice que debemos de
correr o vivir de tal manera que ganemos.
Ahora, no estamos hablando de una carrera física, no se preocupen no deben venir los
domingos de shorts y tenis, pero nos está llamando Dios a ganar en la carrera de la vida en
nuestro matrimonio, en nuestra salud, en la vida de nuestros hijos, en nuestra carrera y nuestro
trabajo; Dios quiere que corramos de tal manera que obtengamos el premio, no nada más para
competir.
En 1a. De Corintios 9:24 dice: ¿No sabes que en una carrera todos los corredores compiten,
pero sólo uno obtiene el premio?,- no todos obtienen el premio, solo uno- y dice: corre pues, de
tal modo, que tú, yo podamos obtener el premio.
Dios quiera para ti y para mi, que obtengamos el premio, los corredores que vemos correr en las
carreras, no corren solo porque les gusta correr, corren porque les gusta estar en el podium,
quieren recibir el premio, quieren recibir la medalla, tienen un propósito por el cual correr que va
mas allá que solo moverse de un lugar a otro.
Y Dios nos llama a ti y a mi a correr de esa forma para alcanzar el premio, en cada área de
nuestra vida, Dios quiere lo mejor para ti, y para mi.
En Juan 10:10 nos dice: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Dios
quiere que tengas un matrimonio que es de éxito, El quiere que tu matrimonio sea el cielo sobre
la tierra, El quiere que tengas hijos exitosos en esta vida, El quiere que tú tengas una carrera, un
trabajo, que te fascina, que te encanta de modo que al levantarte los lunes por la mañana, es la
mejor parte de tu semana; El quiere que tengamos éxito en toda nuestra vida, ése es el deseo de
Dios.
Pero tenemos que preguntarnos por qué es que otras personas lo obtienen y a nosotros se nos
escapa de las manos, por qué es que a veces parece ser tan difícil, verdad?, nos dice la
Escritura que Dios quiere que tengamos éste éxito, y por qué? ¿No se hace una realidad en
nuestras vidas? Y esto nos lleva a una DECISION.
Hay una decisión que tenemos que hacer para que obtengamos el premio, porque Dios pone el
premio a nuestro, pero hay algo que nosotros tenemos que hacer, la gran, gran decisión.
En Deuteronomio 30:19 nos dice: a los cielos y a la tierra llamo por testigos…he puesto delante
la vida y la muerte, la bendición y la maldición escoge, -¿cómo dice? Escoge pues, la vida, para
que vivas tú y tu descendencia.
Dios pone delante de nosotros vida y muerte, y Dios nos dice: ¡escoge la vida, escoge la vida,
quiero que tengas vida!, y escogemos la muerte y luego culpamos a Dios.
Y le decimos a Dios, que por qué nos trata así y por qué nos van mal las cosas, pone Dios
delante de nuestras vidas, el éxito y el fracaso, la bendición y la maldición, y El Nos grita y nos
hecha porras y nos dice ¡escoge la bendición, escoge el éxito!; pero es una decisión que cada
uno debemos tomar, que cada uno debemos decidir, que queremos obtener el premio en la vida,
que queremos ganar.
Ahora, el futuro está en nuestra decisión, el futuro Dios lo pone ahí y la decisión es tuya y mía,
ahora nosotros queremos el éxito, queremos el premio, queremos ganar, queremos hijos
exitosos, buen matrimonio, buena salud, todo esto queremos, pero hay que tomar una decisión,
y para tomarlo, hay obstáculos en el camino.
Son tres obstáculos, ¿y cuáles son y cómo los vencemos?
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El primer obstáculo es la indecisión, cuando tenemos tantas diferentes opciones; qué quiero
hacer, me mandó el otro día mi esposa Haydee a la tienda, a comprar un jugo de naranja, y llego
a la tienda y encuentro jugo de naranja con pulpa, sin pulpa, con vitamina D, para niños, jugo de
naranja reducido en azúcar, encontré doce diferentes tipos de jugos de naranja; -compré agua y
me regresé a la casa-
Indecisión, como vencemos la indecisión en nuestras vidas.
Siguiente obstáculo es la inactividad; el solo quedarnos cruzados de brazos y pensando: -bueno,
mañana lo hago, mañana-, muchas señoras conoce muy bien el “mañana lo hago”, ¿verdad?,
porque ya le han pedido al esposo que les arregle esa tasa del baño que está gotee, y gotee,
toda la noche, y él les ha dicho que se la va a arreglar ¿cuándo? –“mañana”, fue hace diez años
y todavía no llega “mañana”.
La inactividad, es otro de nuestros grandes obstáculos.
Y el tercer obstáculo que nos detiene de alcanzar el éxito en la vida es el Temor.
El temor a fracasar, el temor a quedar mal; por eso muchas veces tú y yo nos escondemos en
nuestras vidas en las gradas, ya que al sentarse en las gradas no hay ningún peligro, ningún
riesgo, aquí no te vas a caer y todo el estadio te ve, aquí no te vas a romper una pierna, aquí no
te vas a fatigar, no te vas a cansar, -no vas a quedar en ultimo lugar-.
Pero aquí sentado en las gradas, jamás le van a dar el premio, no se van a las gradas, a darle a
la gente de las gradas el trofeo, solo se logra en la pista de la vida.
Entonces, como corremos al triunfo, como alcanzamos el triunfo, ¿cuál es el camino que va a
vencer éstos tres obstáculos en nuestras vidas?
Todo empieza con una decisión; debemos tomar una decisión el día de hoy que nos lleva a una
acción, empieza con una decisión, que nos lleva a una acción.
Lo vemos en la vida de Pedro; Pedro y los discípulos estaban en una barca, ya iban, Jesús los
había dejado solos, El se había ido a las montañas a orar, y ellos, ahí van en el barquito, a la
media noche empieza el viento, la lluvia, la marea muy alta, y estos hombres pescadores,
piensan que se van a hundir y morir ahí en alta mar, cuando de repente ven venir caminando
sobre el agua un fantasma, era un fantasma caminando por el agua y se espantan, y Jesús
reconoce que están asustados y les dice: Hey, tranquilos, no tengan temor, Soy Yo.
Ahora, en ése momento, Pedro toma una decisión que lo lleva a una acción, que lo separa de la
bola.
Cuántos de ustedes quieren separar sus vidas de la bola, yo no quiero terminar siendo uno más
del montón, yo quiero separar mi vida y obtener lo que Dios tiene para nosotros.
Ahora Pedro está aquí, y Pedro decide: Si eres Jesús, yo quiero caminar sobre el agua también,
si eres tú Jesús llámame, y Jesús le dice: “Vente Pedro”, y que hace Pedro, atrevido, toma su
decisión, quiere caminar, y lo lleva a una acción, que cuando Jesús le dice ven, él que hace:
brinca del barco, cae sobre el agua y empieza a caminar.
Para los otros once era más seguro quedarse en el barco, sí aquí estamos agarrados, y diciendo
míralo, míralo, el bocón del Pedro, ahí va… y es muy fácil desde adentro criticar y decir, míralo,
se va a hundir, se va a hundir, te lo dije, se va a hundir, te dije, te dije; pero el único de los doce
que caminó sobre el agua, fue: Pedro.
Porque tomó una decisión, que lo llevó a una acción, y vivió una experiencia totalmente diferente
a todos los demás, pero no solo tenemos que decidir, tenemos que actuar.
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Cuántos de ustedes han ido a una alberca pública, y ven ahí el trampolín, y ven los chavitos que
salen corriendo y !pum! se dejan tirar, y ustedes se anima, y dice: pues si el chamaco puede,
pues yo también; y va y se sube hasta le orilla del trampolín, y cuando voltea hacia abajo, como
que le retiraron el agua, alguien le sacó agua a la alberca, y te quedas en la orilla y !guau! que
pasó?
Ahora, decidiste subirte al trampolín, pero solo decidir subirte no es suficiente, tienes que decidir
subirte y actuar, aventarte, y brincar.
Ahora, ¿cuando lo vamos a hacer?, Tiene que ser HOY.
Tengo que decidir y actuar hoy, porque eso es lo que va a vencer en mi vida la indecisión.
Porque si nos quedamos dudando, y de tin marín de do pingue, no, HOY es cuando tenemos
que tomar la decisión, no lo dejes para mañana, tiene que ser HOY.
En Génesis 22:3 encontramos a Abraham, a quien Dios después de años, al fin les ha dado a
Abraham y a Sara su hijo Isaac, el hijo de la promesa, su hijo está creciendo, está tan orgulloso
de él; y de repente Dios viene y le dice a Abraham: “Abraham, quiero que vayas y sacrifiques a
tu hijo sobre un altar”
Esa sería una de esas decisiones, que dirías: Dios deja la medito, deja la pienso, hago cuarenta
día de ayuno y oración para ver si eres Tú, deja reprendo al diablo, etc.…pero qué nos dice aquí
en la cita: “Abraham se levantó muy de mañana”; no lo dejó para la tarde, porque sabía, si lo
dejo para la tarde, a lo mejor me arrepiento, si lo dejo para la tarde, Sarita va a preguntar e
indagar, y no me va a dejar, dijo muy de mañana, y enalbardó asno, y tomó consigo dos siervos
suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto y se levantó y fue al lugar que Dios le
dijo”.
Pero lo hizo ¿cuando? HOY, temprano; tomó una decisión, no podemos dejar nuestras
decisiones para el mañana, para el después, tenemos que tomar una decisión y un acción HOY.
SEGUNDA manera que vencemos nuestros obstáculos es entrar en movimiento, vence la
inactividad amigo, hace diez años tu señora te pidió que arreglaras esta taza del baño y lo has
dejado para mañana, pero hoy, hoy ponte en movimiento, hoy por lo menos sal al garaje y
empieza a juntar la herramienta, eso es empezar; señora, apláudale eso, no espere más, pero
póngase en movimiento, hay que ponernos en movimiento para vencer la inactividad.
Cuando Dios habla con Josué, el pueblo de Israel que están por entrar a la tierra prometida,
están por entrar y tomar posesión de ella, Dios se los está prometiendo, pero Dios les pide que
ellos se pongan en movimiento; Dios está hablando en Josué 1:2 y les dice: “mi siervo Moisés
ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán; ponte en movimiento, no te quedes con
los brazos cruzados, no te quedes lamentando lo que no hay, o lo que si hay, dice: levántate, y
pasa, pasa, ponte en movimiento.
Y luego en el capítulo 6:2-3 dice: El Señor le dijo a Josué: ¡he entregado en tus manos a Jericó;
y a su rey con sus guerreros! Se lo está prometiendo, pero cuando se lo promete, no es para
que Josué se cruce de brazos y-bueno, pues Dios ya nos los dio, ya no hay que hacer nada- no,
les dice: Tú y tus soldados marcharán alrededor de la ciudad.
Qué cosa más extraña, ¿no?, Dios los pone a marchar alrededor de la ciudad por siete días, no
tuvo nada que ver con que los muros se cayeran, pero Dios los quería en movimiento.
Empieza ponerte en movimiento; señora, tal vez usted dice es que mi marido ya ni me voltea a
ver, ya ni se interesa en mi, él ya ni sabe que existo, él está en su trabajo y en su fut bol, y nada
más; usted señora póngase en movimiento, empiece a pintarse y a vestirse y arreglarse- y dice
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para qué, si ni me voltea a ver- usted póngase en movimiento, váyase al gimnasio y póngase a
hacer ejercicio, desde ahorita.
Señor, usted dice: mi señora ya no quiere nada conmigo; usted póngase en movimiento,
empiece a llevarle unas florecitas- es que me las avienta- entonces llévele unas que no tengan
espinas para que no le hagan daño cuando se las aviente- llévele unos chocolatitos, una tarjetita;
póngase en movimiento.
Y luego dice, pero no entiendo; ¿qué tiene que ver esto con esto?; ¿usted cree que el pueblo de
Israel entendió que tenía que ver dar vueltas y vueltas a la ciudad, y los muros caídos? Yo
todavía no le encuentro la conexión, pero Dios los quería en movimiento, porque vence la
inactividad en nuestras vidas.
Entonces hay que decidir tomar acción hoy, poniéndonos en movimiento.
En Santiago 2:14,17 dice: Hermanos míos, ¿de qué aprovecha si alguno dice que tiene fe, y no
tiene obras? …la fe, si no tiene obras es muerta en si misma.
Está diciendo que el que se sienta en las gradas, muy cómodo diciendo “yo tengo fe, claro que
si, Dios es todo poderoso, El puede hacer lo que el quiera etc...” pero no se mete al campo, dice,
que la fe que tiene es muerta, es vacía, tenemos que ponerle pies y movimiento a nuestra fe.
Luego como vencemos, por medio de ser valientes, la valentía en nuestra vida es la que viene a
vencer el temor.
Ahora, valentía no significa que no vas a tener miedo, en 1era. De Reyes 17:13, encontramos al
profeta Elías; Dios llama una sequía sobre la nación de Israel, como juicio; deja de llover y por
años, no hay nada que comer; Dios manda al profeta Elías con una viuda que tenía un hijo; ella
y el hijo ya estaban por morirse de hambre, tenían solo para hacerse un ultimo bocado de
comida y literalmente morirse de hambre. No había el gobierno que les iba a ayudar en ese
tiempo, no había estampillas para comida, nada de eso existía; la mujer iba a comerse un pan
con su hijo, y luego, la muerte los esperaba.
Y llega Elías con la mujer y le dice: hágame de comer a mi primero, y la señora dice: perdóneme,
usted será el siervo de Dios y todo, pero eso, yo no se lo puedo hacer, porque mi hijo y yo
tenemos que comer antes de morirnos.
Pero Elías le dice: No temas; tenemos que vencer el temor; Elías entendía, el obstáculo que está
deteniendo a esta mujer de lograr una vida larga, es el temor, y le dice: no temas, vuelve a casa
y haz, actívate; haz algo en contra de lo que tu temor te está diciendo; tu temor te dice, no, no te
puedo dar de comer un pan , porque yo lo necesito, y El dice: vence ese temor, ve a tu casa y
dame de comer primero y vas a obtener la victoria.
Lo vemos en la vida de Noé, Hebreos 11:7
En ese tiempo no llovía sobre la faz de la tierra, en ese tiempo este planeta era como un
invernadero que subía el agua de la tierra para las plantas, y Dios le dice a Noé que va a haber
un gran diluvio que va a destruir la tierra, que la va a cubrir con agua; Noé, ni siguiera vivía cerca
de algún lago, o del mar; yo no se de qué está hablando, pero dice en Hebreos 11:7: por la fe
Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, - El no lo podía ver,
Dios le llama a hacer algo antes de enviar una gota de agua, una lluvia, para decirle, mira, esto
es lluvia, conócela, no, no, no, antes de que viera cualquier cosa; y dice con temor preparó el
arca en que su casa se salvase. El venció el temor, no tratando de desaparecer el temor, sino
tomando acción directamente en contra de su temor.
Entonces cuando el temor viene a nuestras vidas, viene para tratar de paralizarnos, viene a tratar
de detenernos, para que no tomemos una acción que nos va a llevar a la victoria.
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Si Noé hubiera permitido que el temor lo venciera, la viuda de Sarepta hubiera permitido que el
temor la paralizara, los dos hubieran muerto; pero, ¿cómo vencieron el temor? No vencieron el
temor cerrando los ojos y diciendo “no tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo” no,
reconocieron que tenían miedo, pero a pesar de ello, tomaron acciones que iban directamente en
contra de su temor.
Y así es como Dios quiere que nosotros actuemos, porque El está con nosotros.
En 2da. De Timoteo dice: Porque no nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de poder, de amor
y de dominio propio.
Ese es el Espíritu que Dios nos ha dado.
Ahora, en Isaías 43: 1, 2,5, nos habla de porque nosotros podemos caminar en una acción que
va directamente en contra de nuestro entendimiento y de nuestro temor y dice: pero ahora, así
dice el Señor, No temas que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
Cuando cruces las aguas, -cuando habla de cruzar las aguas, está hablando de los problemas
de la vida, las dificultades de la vida; dice: cuando tú entras en alguna dificultad, tal vez en tu
salud, que te declaran cáncer o tu matrimonio se está deshaciendo; o en tu trabajo te acaban de
despedir; dice, cuando tu cruzas por medio de éstas circunstancias; dice: Yo estaré contigo.
No estamos solos, dice: cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas, dice que los
problemas de la vida no te van a ahogar; cuando camines por el fuego no te quemarás ni te
abrazarán las llamas; dice, No temas y nos vuelve a repetir por qué: Porque Yo estoy contigo.
Dios está con nosotros.
Entonces nosotros podemos actuar ante los obstáculos, tomando la decisión de escoger la vida,
y no la muerte, escoger el éxito y no el fracaso, escoger la bendición y no la maldición.
Jesucristo tomó una decisión de bendición, tomó una decisión de poner su vida sobre una cruz,
para darnos vida eterna, no lo hizo para que nos hiciéramos miembros de una iglesia o un
institución, no, sino para que fuéramos miembros de la familia de Dios, hijos e hijas de Dios; no
lo hizo para que fuéramos gente buena, no, lo hizo para que fuéramos sus herederos.
Pero nosotros hoy, debemos vencer la indecisión, la inactividad y el temor; muchos de nosotros
nos quedamos cruzados de brazos pensando: bueno, será o no será, a lo mejor todas las
religiones son igual.
Jesucristo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí.
entonces hoy tienes que decidir por Jesucristo, pero tu decisión tiene que llevarte a una acción
que es entregar y dar nuestras vidas a Jesucristo, y confiar en El, venciendo el temor, porque
muchos de ustedes lo que les detiene es: “Y que dirán, que va a decir el compadre, que va a
decir la comadre, y qué de esto y que de aquello” y hoy debemos vencer ese temor, y hoy Dios
nos extiende la oportunidad de vida o muerte y nos dice El Señor: escoge la vida.
Y hoy, si tu nunca le has dado tu vida a Jesucristo, no estoy hablando si tu has ido a la iglesia, si
tu has sido religioso; pero si tu nunca les has dado tu vida, tú personalmente, no tu mamá, no tu
papá, tío o tía, si nunca les has dicho: Señor, quiero que entres a mi vida, que me perdones de
mis pecados, que seas el Señor de mi vida, si nunca lo has hecho en este momento es tu
oportunidad, tú lo puedes hacer.

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