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Sebastián Arena F.
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Post scriptum
Concebir, ubicar y pensar a Chile como una partícula al interior de un sistema, tenga
este sistema las formas y reglas que tenga, solo sería posible con la condición de que
Chile existiera. Pero en contra de lo que se piense respecto de la inminente desaparición
de Chile como entidad soberana, proponemos para efectos de la lectura de esta tesis, la
siguiente hipótesis: Para todos aquellos nacidos desde 1973 en adelante, Chile no ha
existido, (y esperamos esta condición sea tan solo la de un intersticio) el concepto, mera
formalidad nominal, designa los vestigios de lo que alguna vez fue una republica. La
abolición del Estado histórico en Chile no fue obra del anarquismo, ni tampoco una
etapa en el tránsito desde el socialismo al comunismo. Fue el capitalismo como sistema,
en su máxima expresión revolucionaria. Podríamos decir que la fase neoliberal del
capitalismo mundial partió en Chile. La idea fue ejecutada por obra y gracia de una
oligarquía no identificada con la Historia de la mayoría y el imperialismo de un país,
hoy por hoy venido a menos. Aun cuando peligroso.
Como sea en Chile operan fuerzas más poderosas que la nación. Ese algo, esa “cosa” ha
decidido suprimir la identidad soberana del País con el fin de reducirlo a mero emporio
de recursos y también de hombres. El sistema de dominación en Chile incluye el
adoctrinamiento temprano, especifico e incluso espacialmente localizable de clases que
no deben jamás encontrarse y correr como líneas paralélelas por los senderos de la
producción, unos para gozar, otros para sufrir. Esa condición debe, según las clases
dominantes, eternizarse.
Hacer la vista gorda es participar activamente. Ser apolítico es la forma más común y
estúpida de participar en política.
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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN .......................................................................5
2. PRIMERA PARTE:
- NOTAS PARA UN ANALISIS .......................................................8
- DEL SIGNIFICANTE AMO Y LA ESTRUCTURA............................12
- ¿REVOLUCIÓN DEL 68? ¿MAYO DEL 68?.................................21
- DE UNA TELEOLOGÍA EXTEMPORANEA...................................31
3. SEGUNDA PARTE:
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INTRODUCCION
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La segunda parte intenta ser propositiva, pues se trata de presentar algunos elementos
que sirvan al menos como puntos de fuga para comprender un mundo que en el mismo
momento en que nos aprestamos a comprender, se desdibuja y reconstruye de manera
incesante. La hegemonía como concepto amplio resulta ser el primero de estos puntos
de fuga, la plasticidad de aquel recurso sirve de manera fundamental para llevarnos al
terreno mismo en el cual las disputas de poder se constituyen. De esta forma planteamos
un recorrido desde la generalidad hacia lo particular, desde el espacio propio del Estado
hegemónico, hacia la región latinoamericana y la proyección de las luces y sombras que
aquella relación ha generado, sobretodo en los últimos decenios. Nos detenemos en un
punto que nos gustaría no haber tenido jamás que tocar, pero la memoria exige no
olvidar a ninguno de los latinoamericanos muertos victima de la violencia política.
Finalmente aterrizamos en el problema de las condiciones de posibilidades y los
desafíos que para Chile traerán los realineamientos de poder a nivel mundial. Esta tesis,
ha sido escrita en Chile, por un chileno y con el mejor animo de que este país sea capaz,
en algún momento de retomar la identidad extraviada en el nombre de la relación
hegemónica chileno - estadounidense.
En el terreno metodológico, está extendido el uso de citas a diversos autores, se optó por
un sistema de referencia que no abultara de manera innecesaria los pie de pagina,
haciéndolos funcionales a comentarios, a veces largos, pero que de otra forma
entorpecerían la lectura del texto.
En la bibliografía puede encontrarse el detalle de los libros usados. Por otra parte, se
han mantenido en idioma ingles todas aquellas referencias hechas en ese idioma, se trató
de reducirlas al máximo. Las negrillas y las cursivas y algunos corchetes se usaron para
resaltar ciertos conceptos y ciertas palabras, tampoco se ha querido abusar de aquellos
recursos. El mas grande de los agradecimientos al profesor Martín Perez Le – Fort, por
guiar este esfuerzo y por sus enriquecedoras conversaciones.
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PRIMERA PARTE
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NOTAS PARA UN ANALISIS DEL ANALISIS DE SISTEMAS-MUNDO.
“Por supuesto, los análisis de sistema-mundo son de hecho una gran narrativa [ ...] todas las
formas de saber incluyen, necesariamente grandes narrativas, pero algunas de estas narrativas
reflejan la realidad con mayor precisión que otras”
Immanuel Wallerstein
“sean cuales sean los hechos del mundo, sea lo que sea lo que anunciamos, es la tautología de
la totalidad del mundo la que hace al mundo"
Jacques Lacan
Este capitulo no trata acerca de cómo ubicar dentro de la teoría de sistema – mundo el
análisis de una situación política concreta, más bien trata de lo contrario, ubicar la teoría
de sistema – mundo wallersteiniana como un objeto de estudio entre las llamadas
teorías críticas que han operado como contrapeso de los discursos dominantes en el seno
del capitalismo contemporáneo que estructura nuestra realidad. Por lo tanto, debemos
prevenir acerca del deslizamiento que tomara nuestro análisis ya que creemos que una
reflexión amplia – que incluya a su vez una reflexión teórica - con respecto de este
planteamiento en particular puede servirnos como plataforma para llevar a cabo un
estudio y una reflexión mas completa acerca de un fenómeno político particular, en este
caso, el estudio de la condición de hegemonía y su proyección a las relaciones entre
Brasil y Chile.
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de fundamental importancia, algunos procedimientos y matrices que nos ha legado la
lectura de los textos de Slavoj Zizek, cuyas investigaciones nos han dado la posibilidad
de realizar una crítica amplia desde las humanidades y la sicología, a temas
internacionales. De todas formas debemos puntualizar que el análisis que se pretende es
finalmente político, no sicológico ni histórico, no pretendemos psicoanalizar la teoría de
sistema - mundo, aún cuando creemos que aquel ejercicio sería de máxima utilidad.
Zizek ha sometido a escrutinio varios de los mas importantes tópicos que hoy se
plantean en el ámbito de las relaciones internacionales (hegemonía, ideología,
multiculturalismo, globalización, etc.) y ha llamado la atención principalmente en dos
aspectos: el primero es que para estudiar tanto a las sociedades, como al pensamiento e
incluso los comportamientos que definen nuestro momento actual, debemos imbuirnos
en el estudio del universal concreto de nuestra época: el capital. Entenderse dentro del
marco del capitalismo o del sistema capitalista, será para nosotros la primera condición
de posibilidad para llevar a cabo cualquier análisis, en este sentido nuestro locus no
puede ser otro que el sistema capitalista o capitalismo a secas. Acerca de esta situación
Wallerstein advierte en su definición de capitalismo:
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no es lo que importa lo que importa es la situación del capital.
(Zizek:2009:24)
Esta última es la dimensión que mas nos interesa para reflejar la distancia y el vicio
generado y generalizado en el uso y abuso de un concepto tan amplio como el de
realidad, el que lejos de ser una categoría concreta, objetiva o científica como siempre
se le presenta (con argumentos como: La realidad es así), funciona mas bien como una
abstracción a la que debemos acercarnos teniendo en cuenta que en cierto modo
esconde algo, pasando a ser en muchos casos el mejor disfraz de sí misma. Creemos que
La realidad está constituida finalmente por las convenciones que estructuran el orden
simbólico, lo que la economía escolástica1 ha denominado como la dimensión del
“Ceteris Paribus”, una condición ideal, existente solo en el terreno del texto.
1
Para una definición del concepto de economía escolástica, Véase Pagina 28.
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podrían subsistir sin el lenguaje, sin la instauración, por medio del
instrumento del lenguaje. de un cierto número de relaciones estables en
cuyo interior puede, ciertamente, inscribirse algo que va mucho más
allá, que es mucho más amplio de lo que hay en las enunciaciones
efectivas. No existe ninguna necesidad de estos enunciados para que
nuestra conducta, para que eventualmente nuestros actos, se inscriban
en el cuadro de ciertos enunciados primordiales (Lacan:1992:15)
Bajo está concepción de discurso, nuestra intención es ver hasta que punto esta teoría
que por su mismo autor es catalogada como holística y crítica, constituye un relato que
se presenta ante nosotros como la Historia del sistema capitalista desde el fin del
Medioevo hasta nuestros días. Nuestra apuesta es que fuera del campo interpretativo,
esta teoría cumple de cierta forma una función inesperada, puesto que mas allá de su
contenido textual, el que al igual que cualquier texto de economía liberal, nos intenta
conectar con una coherencia y “naturalidad” a juzgar por nosotros, inexistente. cumple
además como un aglutinador de discursos “críticos” o al menos como vehículo de
cierto “eco crítico flotante”. Intentar este análisis desde este punto de vista presupone el
uso, en función de nuestra crítica, de algunos conceptos fundamentales de la escuela
lacaniana, básicamente los conceptos de: “discurso de la Universidad” y “significante
amo”.
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Del Significante Amo y la estructura.
La anterior condición exige que el lector, por medio de los elementos propuestos por el
autor, compartir en última instancia, la creencia de que el sistema – mundo en sí, su
historia, es decir, la del capitalismo europeo y sus desarrollos posteriores se han
constituido en base a la concatenación lógica y secuencial de los momentos inscriptos
2
Para explicitar nuestra posición con respecto a lo que entenderemos por discurso de la Universidad,
valga la siguiente aclaración: A pesar de que hoy circula ampliamente la noción de Lacan de “discurso
de la Universidad”, pocas veces se la utiliza en su significado preciso (que designa un “discurso”
especifico, un vinculo social). Lo habitual es que se la interprete como una vaga noción de cierto
discurso que forma parte de la maquina interpretativa académica. En oposición a este uso, siempre debe
tenerse presente que, para Lacan, el discurso de la universidad no está directamente vinculado a la
Universidad como institución social – por ejemplo, sostiene que la Unión Soviética era el puro reino del
discurso de la Universidad” (Zizek:2005:11) Por lo tanto, nos referiremos al discurso de la Universidad
como un constructo que mas allá de su supuesta neutralidad no es sino una estructura ideológica
sustentada en posiciones políticas definidas, que contienen en sí una postura nada imparcial y cuya mayor
fortaleza, es exactamente el estar cubierta de una supuesta transparencia derivada de la imparcialidad con
la cual se ha identificado históricamente. La neutralidad no es sino un disfraz.
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en el relato. Esta última condición, transforma la viabilidad del relato, para el
investigador en una cuestión de fe.
Por otra parte el concepto sistema si bien es de uso corriente en las ciencias sociales es
en este caso preciso engañoso, primero por que significa a la totalidad del mundo3 y
segundo puesto que incorpora en su enunciación una fuerte carga científica, que puede
ser leída como una barrera. Reconociendo esta y otras dimensiones “incomodas” en el
giro sistémico podemos observar el hecho de que, en las explicaciones con esta
connotación de “lo internacional”, se esconde una transfiguración riesgosa4 de al menos
dos planos que conviene identificar y tener presentes. El de la representación científica
por una parte y el plano “Real” por otra. Debe hacerse una necesaria distinción, al
menos en lo que respecta a estos dos planos fundamentales:
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En este punto la definición del sistema – mundo es lo suficientemente ambigua como para ser pasada
por alto: [...] los únicos sistemas sociales reales son, por una parte las economías relativamente
pequeñas, altamente autónomas , de subsistencia, que no formen parte de ningún sistema que exija
tributo regular; y, por otra parte, los sistemas mundiales. Es preciso distinguir a estos últimos de los
primeros, por que son relativamente grandes; es decir, constituyen en lenguaje familiar verdaderos
<<mundos>>. (Wallerstein:2007:490)
4
En esta dirección hay que tener en cuenta que mas allá de todo lo certera que pudiese ser la descripción
wallersteiniana en el ámbito de las relaciones internacionales, el hecho de que alguien sostuviera en la
actualidad académicamente o coloquialmente que estamos “realmente” en un sistema-mundo (tal como
hace el autor) recordaría fielmente a aquellos que en la década de 1970, en Chile durante la Unidad
Popular realmente sostenían pelear contra el imperio Yanqui y a su reverso, algunos sectores oficiales, la
Democracia Cristiana y la derecha, quienes persistían en la apreciación de la UP como un satélite del
sistema soviético. Volveremos sobre esto mas adelante.
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clásico las nociones de clase, lucha de clases, modos de producción y división
internacional del trabajo, de la escuela cepalina, el tema del subdesarrollo y la relación
centro/ periferia y por último, los ciclos económicos largos de Kondratieff. En este
preciso sentido proponemos que la categoría de sistema – mundo funciona como un
ordenador de relatos dispersos, puesto que el limite de una u otra contingencia, dentro
de estas formas teóricas esta siempre determinado apriorísticamente por una figura que
remite a la significación buscada, esta función esta descrita en la noción discursiva de
Lacan, de la siguiente forma:
Bajo esta perspectiva se puede interpretar, un siglo como el siglo XVI mas allá de su
duración centenaria e indica mas bien, el inicio de un proceso social particular. La
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misma lógica se ve replicada en el uso de los continentes históricos, los que según el
autor, no deben coincidir necesariamente con los espacios reflejados en los mapas y
pueden, ser re-significados por designaciones de carácter cultural o económico. El
ejemplo más cercano de estas designaciones zonales particulares lo encontramos
claramente en la distribución geográfica en la que Huntington sitúa las distintas
civilizaciones en su teoría del Choque de Civilizaciones.
Las anteriores son las coordenadas desde las cuales se construye el análisis de sistema –
mundo como una estructura teórica lógica. Sin embargo y para esbozar lo que será
desarrollado en la segunda parte de este estudio, la sensación principal que queda de la
lectura de la obra, es la de la enunciación de la “hegemonía” como una “ley general”
dentro de la unicidad del sistema – mundo y su Historia (“gran narrativa” para el
postmodernismo, historicismo para la Filosofía) que literalmente, ordena al mundo en
tanto construye una imagen de este que refleja una estructura jerárquica que está
siempre predeterminada. La condición hegemonía identificada con un estado nación
particular como condición primordial y ley estructurante de todos los ordenes posibles,
ha sido sobrepasada por las nuevas significaciones que el concepto ha adquirido. Es
precisamente en este sentido que creemos que el ordenamiento inherente y trascendente
del sistema en sí mismo, por la acción de permanecer sujeto a “leyes” es completamente
arbitrario y eventualmente puede “naturalizar” cualquier contingencia relativa a este
aspecto.
[...] basta con recordar el experto en mercados que aboga por fuertes
ajustes presupuestarios (recortando gastos en seguridad social,
etcétera) como si se tratara de una necesidad impuesta por sus
conocimientos técnicos desprovistos de todo sesgo ideológico: lo que
oculta es la serie de relaciones de poder (desde el papel activo de los
aparatos del Estado hasta las creencias ideológicas) que sostienen el
funcionamiento "neutral" del mecanismo del mercado.5
5
Slavoj Zizek, Fragmentos de Violencia en acto. Conferencias en Buenos Aires, de próxima aparición
(Editorial Paidós). Artículo aparecido en Página/12 de Argentina.
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Es exactamente esta función del “naturalizar” ciertos comportamientos, de presentarlos
en forma de “ley” una de las cuestiones que incomoda en la racionalidad propuesta por
la estructura de la teoría de sistema – mundo, como ejemplo podríamos citar el hecho de
que si la condición hegemónica de un Estado nación, de una economía en particular
estructura hacia abajo el orden posible y los ordenes existentes, la acción política,
inclusive en el terreno “ideal” de las democracias quedaría reducida a una performance
alejada de todo contenido transformador y en cierto sentido, cualquier país distinto al
hegemónico estaría destinado a reproducir y seguir las sendas que la potencia
hegemónica impone en su derrotero. Lo anterior implica una causalidad lineal, una
forma precisa de desarrollo en el horizonte, un esquema a imitar, esto implica una
estructura que en ningún caso puede generar las condiciones de su propia superación y
condena a la Historia a un final fukuyamesco a la inversa. Volveremos sobre este punto.
En este caso no es la veracidad del contenido lo que esta en juego sino el uso de la
opción sistémica para el estudio de las sociedades con el objeto de representar la
historia de determinados grupos, pues en nuestra opinión adolece de al menos de un
defecto generado por la falta de una estandarización clara que es a la vez imposible:
Otorga en su dimensión de sistema, una cierta estructuración lógica en la forma de una
causalidad concreta, que creemos es, al menos insuficiente y en el peor de los casos
falaz.
Existe una imposibilidad inmanente, una limitación propia del lenguaje para describir lo
real6 Tal como Lacan lo señalara en el seminario XVII “sean cuales sean los hechos del
mundo, sea lo que sea lo que anunciamos, es la tautología de la totalidad del mundo la
que hace al mundo. Creemos que la historia de las rutas comerciales, de las
transacciones y la descripción en términos generales de los comportamientos
económicos de cierta porción de la población mundial en los últimos quinientos años,
con algunas de sus causas y consecuencias, no bastan para connotar la compleja
estructura de la sociedad mundial, si cabe ese concepto, en su totalidad.
6
Borges estaba plenamente consciente de esta imposibilidad y la puso de forma magistral: En aquel
imperio, el arte de la cartografía logró tal perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda
una ciudad, y el mapa del imperio, toda una provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no
satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un mapa del Imperio, que tenía el tamaño del
imperio y coincidía puntualmente con el “Del rigor en la ciencia” en: El Hacedor, Obras Completas,
Emecé Editores, Buenos Aires, 1974, Pagina 847.
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Por otra parte el hecho que el mundo europeo del siglo XVI, en toda la extensión que
propone Wallerstein y sus desarrollos posteriores en el tiempo y en el espacio, puedan
ser interpretados en una lógica científico/sistémica, no implica de ninguna forma que
sean realmente un sistema. Y esta es justamente la dimensión que el análisis de sistema
– mundo no reconoce y que en cierta forma lo inhabilita para proceder en el análisis a
una distancia metodológica segura. Así podemos apuntar a que el sistema – mundo
como abstracción teórica, en su dimensión de relato transitivo para estudiar los
comportamientos de las sociedades y en este caso de la Sociedad mundial, por
definición puede tener un momento cero solo en su dimensión teórica y no en su objeto
de estudio o lo intransitivo:
A finales del siglo XV y principios del siglo XVI nació lo que podríamos
llamar una economía mundo europea. No era un imperio, pero no
obstante era espaciosa como un gran imperio y compartía con el,
algunas características pero era algo diferente y nuevo. Era un tipo de
sistema social que el mundo en realidad no había conocido
anteriormente, y que constituye el carácter definitivo del actual sistema
mundial, era una entidad social pero no política, al contrario que los
imperios las ciudades estado y las emergentes naciones estado. Es un
sistema mundial, no porque incluya la totalidad del mundo, sino por que
es mayor que cualquier unidad política jurídicamente definida. Y es una
´economía mundo` debido a que el vinculo básico entre las partes del
sistema es económico” (Wallerstein:2007:24)
Llama necesariamente la atención que Wallerstein parta su trilogía del sistema mundial
moderno con un capitulo denominado “Preludio Medieval”, con respecto a esto puede
argumentarse que el preludio podría ser eterno, transformarse en preludio del preludio y
así sucesivamente, al hablar del mundo en su totalidad los limites del tiempo/espacio
serán siempre difusos, de esta forma, aún cuando certeramente podamos decir que la
organización económica de tal porción de la especie logró sobrevivir y desarrollarse en
el tiempo – y que efectivamente el largo siglo XVI estructuró en buena medida la
imagen del mundo occidental moderno - las sendas por las que el capital se va
desarrollando generan mucho mas que una “economía”, en este sentido “lo económico”
no puede ser desintegrado de “lo cultural”, como observación complementaria a la
lógica geoespacial de Wallerstein, en el terreno cultural de los sujetos y las
colectividades también deberíamos necesariamente reconocer que el espacio simbólico,
el “orden simbólico” lacaniano se ha venido siendo desarrollado en una, si no infinita, al
menos incognoscible sucesión de procesos y acontecimientos.
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determinado causalmente, estructurado de formas múltiples y está siempre sujeto a
existencias y emergencias que por un lado lo implementan, lo desgarran y por otro lo
complementan. La reconstrucción de sus momentos anteriores es siempre la tarea
historiográfica del la actualidad y la tarea a implementar de todo constructo que
pretenda ser hegemónico.
Sostenemos por una parte, que no existe la posibilidad de implementar de una vez y por
todas un relato coherente que pueda describir la historia del capitalismo en su
completitud y que por otra, pretender maniobrar en el terreno de las causalidades de
forma definitiva y exacta es ciertamente imposible. Un poderoso síntoma acerca de lo
complejo que es construir un relato con el carácter de definitivo se refleja en la
interpretación de la temporalidad, es en este sentido en el que podemos enmarcar lo que
en la propuesta de Wallerstein nos parece incoherente, pues existe una consistencia
temporal contradictoria entre la enunciación del propósito del análisis de la “larga
duración” y su materialización:
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Probablemente esta sea la observación que mejor logra entregar el mensaje de la larga
duración y nos provea del origen desde el cual el sistema capitalista se ramifico, sin
embargo no vemos esta lógica replicarse en otros terrenos propios del análisis de las de
la sociedad, la larga duración está en gran medida ausente del análisis wallersteiniano,
salvo la enunciación de su presencia, y no aparece donde evidentemente habría de
hacerlo, esto es en aristas del análisis social aun mas determinantes o que al menos
parecen ser mas cercanas a constituir un efecto dentro del marco del desarrollo social.
Existen en el sentido de la interpretación en la “larga duración”, síntomas de una
excesiva rapidez en el procedimiento de clasificación ya sea por la omisión de
fenómenos que parecen cruciales en la perspectiva de la larga duración o por la
interpretación e inscripción de otros como trascendentales dentro de esta lógica, de
forma apresurada y equivocada tanto el nivel de coyunturas reales como de las
percibidas.
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La observación anterior, es tan solo una distinta forma de leer lo que Wallerstein
denomina la larga duración, pues esta no puede hablar por sí misma, Todd sigue los
parámetros temporales que serían esperables a la hora de generar una distancia de largo
plazo como perspectiva que ayudase a desplazar el análisis desde una orbita periodística
y lo situase a medio camino entre una histórica y otra Filosófica. Y quizás corresponda
fielmente a lo que Braudel denomino la lógica de la longue durée:
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¿Revolución del ´68? ¿Mayo del ´68?
El primer síntoma que nos alerta de la distancia entre la enunciación del propósito y la
puesta en marcha del uso de la teoría es sin duda el procedimiento empleado para la
connotación de lo que para muchos historiadores y filósofos no han sido mas que
acontecimientos relevantes. Vemos esto en la significación que Wallerstein emplea para
designar los sucesos de 19687. Según Wallerstein representan una dimensión crucial,
uno de los tres puntos de inflexión importantes del sistema – mundo moderno y
constituyen formalmente una ´revolución`:
7
[...] el índice que señala esta fecha, el simple acto, el deíctico mínimo, el apuntar minimalista de este
fechado marca también otra cosa. ¿Qué? Pues bien, que quizá no disponemos de ningún concepto, de
ningún significado para nombrar de otra manera esta <cosa> [...] <Alguna cosa> tuvo lugar, se tiene
el sentimiento de no haber podido verla venir, y es innegable que la <cosa> tiene sus consecuencias.
Pero el lugar y el sentido mismo de este acontecimiento permanecen inefables, como una intuición sin
concepto, como una unidad sin generalidad en el horizonte, sin horizonte incluso fuera de alcance para
un lenguaje que confiesa su impotencia y en el fondo se limita a pronunciar mecánicamente una fecha, a
repetirla, a la vez como una especie de encantamiento ritual, conjuro poético, letanía periodística,
ritornelo retórico que confiesa no saber de este modo [...] el telegrama de esta metonimia (un nombre,
una cifra) muestra lo incalificable al reconocer que no se reconoce: ni siquiera se conoce, aun no se
puede calificar, no se sabe de que se habla. La anterior cita fue tomada del libro de Giovanna Borradori,
“La filosofía en una época de terror: diálogos con Jurgen Habermas y Jacques Derrida” (Taurus 2003) .
En el comentario, Derrida, hace referencia al uso de las designaciones metonímicas, en este caso
particular se refería al concepto de 11 de Septiembre de 2001. Sin embargo, el uso de tales designaciones
puede hacerse extensivo para la revisión de muchos de aquellos sucesos, designados por las fechas en que
ocurrieron. Siguiendo el ejemplo del 11 de Septiembre, vemos que designa al menos dos acontecimientos
importantes. Por un lado los aquellos sucedidos en Nueva York en 2001 y que han sido por lo general
designados como los acontecimientos del 11/9, que marcan “oficialmente” el inicio de la Guerra
Internacional Contra el Terrorismo. De igual forma los sucesos del 11 de Septiembre de 1973 que
“oficialmente” terminaron con el gobierno de la Unidad Popular en Chile. Ambos sucesos generan
lecturas radicalmente opuestas a las “oficiales” pues se tiene certeza de que en el caso Estadounidense la
invasión de Irak y Afganistán no tienen directa relación con la lógica del combate al terrorismo, el
argumento de las armas de destrucción masiva se demostró falaz. Para el caso chileno, existe siempre, aún
en contra de pruebas fehacientes, la infantil insistencia por parte de la “clase política” chilena de
minimizar e incluso poner en duda la importancia de la intervención de los Estados Unidos desde el
derrocamiento de Allende en adelante, una impostura que siempre está alejando a Chile de las posiciones
latinoamericanas.
21
Para efectos de nuestro análisis la contingencia que definitivamente atrapa en el análisis
de Lacan la teoría de Wallerstein, está situada en la radical diferencia en las lecturas
estos acontecimientos. Para Wallerstein, estos marcan un antes y un después, una
revolución, en lo que ha denominado la Geocultura, como concepto análogo y
complementario, en el nivel cultural al concepto de Geopolítica. En este sentido los
“acontecimientos” de 1968, son para la Geocultura del sistema-mundo, un quiebre sin
precedentes y una especie de inicio de una (en braudeliano) larga revolución cultural
(sobretodo en el sentido intelectual) de carácter permanente y en el seno mismo del
sistema, posibilitadas por dos condiciones fundamentales: por un lado la oposición a la
hegemonía estadounidense y a la colusión soviética con dicha hegemonía y por otro el
desencanto de aquel momento con la vieja izquierda en todas sus formas8:
8
Immanuel Wallerstein: La decadencia del poder norteamericano, Editorial Trilce, Impreso en los talleres
de LOM, Santiago, Chile, 2005 pagina 56.
22
acontecimientos de 1968 en occidente y en Japón, que por lo general se
señalan, yo incluyo la revolución cultural china que dio comienzo en
1966 y la vuelta hacia un “socialismo con rostro humano” en
Checoslovaquia en 1968, así como los diversos sucesos en México,
Senegal, Túnez, India y en muchos otros países del Tercer Mundo[…]
(Wallerstein:2005:56)
Tal significación solo podría ser evidenciada por la Historia, es decir en una
retrospectiva, prudente, a ciclo histórico cumplido o al menos en una etapa posterior del
devenir de nuestra civilización, razón por la cual no corresponde connotarlo en términos
de una revolución, quizá contingencia, fluctuación, pero no punto de inflexión. Lo cierto
es que dista de ser una coyuntura “positiva” en términos de variación de las relaciones
de dominación que articulan las sociedades contemporáneas.
Quizás una reseña al mundo del discurso, al menos en la orbita lacaniana de este puede
sernos de utilidad como contrarrelato puesto que para Lacan, los acontecimientos del
´68 aparecen significados por un juicio radicalmente distinto a la lectura propuesta por
Wallerstein, pues incluso siguiendo la pauta dictada por el análisis de las duraciones
largas, cíclicas, Lacan sitúo los sucesos del año 1968 dentro de la esencia revolucionaria
del sistema mismo (en sí), siguiendo la máxima de Marx, según la cual hay
acontecimientos históricos que solo pueden ser juzgados en términos de síntoma. Bajo
esta premisa Lacan observo en esta coyuntura especifica la transición de un discurso a
otro, en resumen una actualización, una sofisticación, de las típicas formas de
dominación:
Lo anterior debe ser leído no como la extinción de la figura del Amo, sino como la
transmutación del discurso de este en el discurso de la universidad, como el tránsito
definitivo desde la autoridad política tradicionalmente identificada con el Estado
burgués, a la autoridad del experto, del especialista académico como ultima ratio de la
decisión política :
9
Yuranovic, Rosa, Estados de trabajo: Cartel: El envés del psicoanálisis, en: “El cuaderno de
navegación” Numero 3, 20 de agosto de 2006.
23
antiestructuralista en las paredes de París en 1968, "¡Las estructuras
no caminan por la calle!". En ese seminario, Lacan se esfuerza por
demostrar que las estructuras sí caminan por la calle, es decir, que
los cambios estructurales pueden explicar estallidos sociales como
los de 1968. No sorprende que la revuelta se localizara en las
universidades: esto señaló el cambio hacia nuevas formas de
dominación, en las cuales el discurso científico legitima las
relaciones de dominación. La premisa subyacente de Lacan es
escéptico-conservadora: el diagnóstico de Lacan es captado por su
famosa réplica a los estudiantes revolucionarios: "Como los
histéricos, están pidiendo un nuevo amo. ¡Lo tendrán!.10
24
1966 y la vuelta hacia un “socialismo con rostro humano” en
Checoslovaquia en 1968, así como los diversos sucesos en México,
Senegal, Túnez, India y en muchos otros países del Tercer Mundo[…]
(Wallerstein:2005b:56)
25
sociales, el autor se aboca a reunir bajo el rotulo de “Movimientos Antisistémicos” a
una cantidad ilimitada de grupos diversos, cuyas peleas especificas, unificarían su
particularidad.
Nuestra hipótesis con respecto a este tema, es que en vieja terminología marxista, en el
mejor de los casos lo que Wallerstein ha insistido en llamar revolución en sus trabajos
de la década de 198012 es completamente susceptible de ser interpretado como una
“Revolución Burguesa”, no por que todos los elementos que participaran o quisieran
participar de ella pertenecieran o quisieran pertenecer a la clase Burguesa, sino, mas
bien por que los sucesos pueden ser inscriptos, dentro de la lógica capitalista de la
incesante revolución:
12
véase, Wallerstein, 2007b: “1968, Revolución del sistema Mundial”
26
revolución era lo último en que pensaban las masas proletarias. Esta
multitud de jóvenes con sus profesores, que se contaban por millones o
al menos por cientos de miles en todos los países, salvo en los más
pequeños o muy atrasados, cada vez más concentrados en grandes y
aislados «campus» o «ciudades universitarias», eran un factor nuevo
tanto en la cultura como en la política. Eran transnacionales, al
desplazarse y comunicarse ideas y experiencias más allá de las
fronteras nacionales con facilidad y rapidez, y seguramente se sentían
más cómodos que los gobiernos con la tecnología de las
telecomunicaciones. Tal como revelaron los años sesenta, no sólo eran
políticamente radicales y explosivos, sino de una eficacia única a la
hora de dar una expresión nacional e incluso internacional al
descontento político y social. (Hobsbawm:1998:305)
27
estado objetivo de las cosas. Mientras persista esta esencial
despolitización de esfera económica, sin embargo, cualquier discurso
sobre la participación activa de los ciudadanos, sobre el debate público
como requisito de la decisión colectiva responsable, etc. Quedará
reducido a una cuestión “cultural” en torno a diferencias religiosas,
sexuales, étnicas o estilos de vida alternativos y no podrá incidir en las
decisiones de largo alcance que nos afectan a todos (Zizek:2009:110)
En este sentido, “la revolución mundial de 1968” lejos de tener una significación
universal emancipatoria, se centró en aquellos grupos particulares cuyas “divergencias”
con el sistema, podían ser de una u otra forma resueltas, en resumen en aquellos que
pudieron resolver ciertos aspectos de su “diferencia” mediante un proceso de
integración dentro del sistema mismo, mediando un implícito desconocimiento o al
menos un “como si” se desconociese la dimensión sistémica de la (a la) cual se sirve.
Una vez superadas, estas divergencias por lo general de carácter racista y sexista, que
hoy toman sin duda las formas de matrimonios homosexuales, integración de los
migrantes en los mercados locales, etc. ¿Podemos sostener que aquellos grupos
pierden su carácter subalterno? para valernos de la conceptualización wallersteiniana,
debemos ser capaces de notar la relativa volatilidad del carácter de un movimiento
antisistémico, puesto que este pierde su particularidad en el momento mismo en el que
su lucha singular, es reconocida y asimilada por parte del sistema (sistema – mundo en
este caso), pues el hecho de haber sido integrado, no guarda relación directa con el
cambio de funcionamiento del sistema, esto es, ni con el cese de la violencia, el dominio
o la explotación de las grandes masas, al contrario, podemos asegurar que se ha entrado
en el aparato generador de las asimetrías13.
Hasta este punto el sentido “revolucionario” debe ser desechado. Tal ha sido la
divergencia con respecto a la interpretación de los acontecimientos de 1968 que incluso,
hacia fines de la década de los 90, el autor tranzó parcialmente en su posición y cambió
el rótulo de Revolución, por el de Revolución Fallida (1968: El gran ensayo). En este
sentido debemos otorgar a Wallerstein el hecho de este viraje, pues los sucesos
acaecidos en el nivel local le dan la razón. Si observamos un fenómeno particular como
fue la Unidad Popular tenemos rápidamente dos constataciones importantes que validan
el carácter fallido de los acontecimientos, por un lado, parafraseando a Lacan en cuanto
a su consideración respecto de la URSS, podemos decir sin temor a equivocarnos que
desde aquellos años en Chile comenzó el reino del discurso de la Universidad . Esta
afirmación radica en la persistencia de la memoria acerca de los concejos obreros y las
asambleas estudiantiles, altamente “ideologizadas” en las cuales se afirmaban a viva voz
la existencia de la burguesía, del proletariado, la lucha de clases, el imperio, etc. Los
discursos de la época están llenos de aquellas figuras propias del marxismo pues este se
13
Siguiendo la lógica anteriormente enunciada, queda de manifiesto que la denominada “agenda
valórica” representa fielmente la lucha cultural, el modo en el cual se resolvería la inclusión de grupos
tradicionalmente excluidos. Y en este mismo sentido, ¿no es acaso sintomático que el resultado concreto
de lo que Wallerstein ha denominado la Revolución Mundial de 1968, sea la píldora anticonceptiva?
28
incluía profusamente en las mallas curriculares de las diversas facultades y
departamentos universitarios a lo largo de todo el país. Sin embargo y para no caer en
un revisionismo hueco, sostenemos que el reino, la hegemonía del discurso de la
universidad en Chile, jamás se retiró de la escena.
En este sentido el grupo de economistas chilenos que desde mediados de la década del
setenta llego desde los Estados Unidos para integrarse en las primeras filas de los
cuadros burocráticos, conocidos como los chicago boys, (uno se siente tentado a decir
casi patológicamente), han creído ser los portadores de un conocimiento científico
puro, han personificado la función oracular de ser los mensajeros del verdadero
discurso económico. Al respecto la literatura abunda14 y no es el tema central de este
estudio, sin embargo, no puede existir total abstracción respecto a este tema, pues es del
todo actual, mas aún cuando se repiten incansablemente eslóganes como gobiernos de
“excelencia” o “de los mejores”, la vara es por supuesto el grado académico, cuestión
totalmente antojadiza y anti democrática. Los nuevos iluminados de universidades como
Harvard y Cambridge, quienes manejan las altas esferas de las decisiones económicas
son los indicados para hacernos ver a nosotros, simples mortales, el hecho de que la
pobreza es algo con lo que debemos aprender a vivir, y que un par de milagrosas
políticas publicas, mas la caridad harán el trabajo por nosotros. Esa postura es anti ética,
no podemos avalarla. El discurso anarquista, es en gran medida el síntoma de aquel
débil razonamiento de la pureza científica del mercado, su contraparte, también débil.
La pobreza puede ser superada, las condiciones están dadas, pero apuntar a una
estrategia concebida como una “guerra en contra de la pobreza” es hacer la ruta fácil y
carece de toda lógica, la cuestión es apuntar contra la extrema riqueza, ambas son
condiciones reciprocas, la una no dejará de existir sin la otra.
14
Revísese la extensa investigación desarrollada por Naomi Klein en “La doctrina del Shock: El auge del
capitalismo del desastre”, Ediciones Paidós, Madrid, España 2007. En donde las menciones a Chile,
Pinochet, chicago boys, ocupan un lugar central.
29
evidentemente son hablados por un cierto tipo de racionalidad económica cuyos
resultados , ya a ciclo histórico cumplido podríamos juzgar en buena medida como
falaces. La naturalización de conceptos económicos e históricos, tiene por supuesto un
trasfondo político, por esto llama poderosamente la atención que no se repare
“académicamente” desde una posición crítica el hecho de que al menos los últimos tres
presidentes chilenos cuenten en sus currículos con estudios de posgrado en los Estados
Unidos, dos de ellos, desde que abandonaron sus magistraturas trabajen directamente
para Naciones Unidas, en Estados Unidos y dos connotados ex ministros del periodo de
“transición” hayan ocupado puestos de cabecera en organismos multilaterales
identificados con los Estados Unidos, El Fondo Monetario Internacional y la
Organización de Estados Americanos. Lo que supone, como no, un orgullo para la
clase política chilena.
30
De una Teleología extemporánea
15
Lacan, Jacques, “La instancia de la letra en el inconsciente”, escritos de Jacques Lacan, versión
electrónica, Pág. 5.
31
En este preciso sentido, y si tomamos en cuenta el carácter radicalmente ambiguo de la
imagen del final del sistema en Wallerstein, se estará en presencia del inverso, de la
versión “de izquierda” de la imagen de Desarrollo, no en la objetividad del momento o
lugar sino exactamente en la composición vacía de este, en otras palabras, en su
indefinición constituyente, que como sostenemos, es tan solo la forma de enunciar un
devenir incierto:
Sin situarnos en una posición psicoanalítica compleja sabemos según una lógica
estrictamente freudiana, que al experimentarse una experiencia traumática, los
mecanismos inconscientes tienden a la ficcionalización (mistificación/mitificación) de
los sucesos para evitar asumirlos como tales en su trauma, bajo una lógica similar,
sostenemos que esta es la función del significante Amo (en este caso: caos) en el terreno
de los últimos planteamientos wallersteinianos referentes a un “fin del sistema”.
32
académicos y, en esta área opera tanto al nivel de la historia como en el de la economía.
Tomemos como ejemplo, la explicación del 11 de septiembre de 197316, por lejos el
mayor trauma de la historia reciente de Chile, y la distancia total entre las figuras de “el
pronunciamiento militar”, Propio de la derecha extrema “El golpe de Estado” Para la
izquierda y “el quebrantamiento de la democracia” en la interpretación hegemónica
socialdemócrata17.
16
Un muy buen ejemplo de cómo opera la noción lacaniana de “discurso de la Universidad” nos la
proporciono recientemente en una entrevista el actual ministro de Planificación del gobierno chileno,
quien al ser consultado acerca de si apoyaría nuevamente un golpe de estado en 1973, respondió: Es una
pregunta legítima sobre la cual académicamente uno puede justificar que haya habido un
pronunciamiento, pero si me preguntas si se alargó mucho o que las formas que se ocuparon fueron
incorrectas, a esas dos preguntas digo que sí. Periódico The Clinic, 24 octubre 2010. Edición digital.
17
Nuestra lectura es que simplemente estos sucesos representan la entrada “forzosa” de Chile en la orbita
del sistema norteamericano, el punto en el cual la Hegemonía se desdibujo para transformarse en
violencia. Para llegar a ese punto, debemos necesariamente desprendernos de la imagen hegemónica
según la cual los sucesos del 11 de septiembre de 1973 constituyen en sí mismos tanto un fin, como
constituirían también el fin de un periodo de inestabilidad política. La significación que tales sucesos
toman en nuestra investigación es simple y se condicen con la imagen de un medio, un vacío o momento
intersticial en el cual el “exceso” hegemónico suspendió la soberanía – en un amplio campo - en favor de
la adopción de “medidas económicas” cuyo corolario han sido la desregulación a favor de la entrada
indiscriminada de capitales extranjeros, la apropiación de buena parte del aparato del Estado por parte de
alianzas de estos capitales con el grupo dominante, hasta su punto mas álgido en la identificación de
aquella lógica con el estado mismo.
33
conflictos sociales que pueden tomar una forma bastante desagradable
(Wallerstein:2005:106)
La violencia como constante en todas sus formas, (cuyos casos mas extremos han sido
los campos de exterminios masivos de uno y otro color político) ha sido llevada a cabo
tanto en las fases ascendentes como en las fase descendentes del ciclo económico. Basta
recordar la violencia racial que en los Estados Unidos se ha llevado a cabo en contra de
los afroamericanos, este fenómeno ha sido transversal a la fase económica. Las formas
violentas de exclusión se han dado a veces en la “naturalidad” de la fase “democrática”
y otras como síntoma de una aceleración histérica, no de proyectos alternativos al
capitalismo, sino de economías de “libre comercio” u otras “centralizadas” altamente
productivas como la soviética y la alemana, cuyos reversos violentos fueron
respectivamente el gulag y la shoah. No hay que olvidar que ambas experiencias se
llevaron a cabo en la fase A del ciclo económico de Kondratieff, por lo tanto podemos
asegurar que la violencia extrema, esto es sacando las formas “suaves” que finalmente
no tiene por resultado los asesinatos masivos, es inherente al sistema y representa en sí
misma, la condición de posibilidad de la lucha de clases, paradigma al cual el autor
adhiere explícitamente:
34
continua de las poblaciones, en términos económicos políticos, sociales
y ahora incluso demográficos (Wallerstein:2005b:50)
Tomando en cuenta lo anterior no podemos olvidar que para Wallerstein los agentes
reales del cambio histórico son los movimientos antisistémicos, los que en la
particularidad de sus luchas propias (por lo general de carácter cultural: racistas y
sexistas, según Wallerstein), son los únicos que como contraparte a la acción del capital,
pueden presionar hacia la creación de un nuevo sistema, mejor o peor que el anterior. La
35
posición por excelencia de los grupos antisistémicos tal como Wallerstein los connota,
esta dada principalmente por presentar una lucha, un movimiento18 o resistencia.
18
Dentro de este marco sería muy interesante investigar hasta que punto la noción Wallersteiniana de
Movimiento puede encontrar su origen en la obra del psicoanalista Gilles Deleuze. Si existe tal
coincidencia, esta no ha sido declarada por parte de Wallerstein.
19
La connotación “formalmente”, en este caso tiene un carácter taxativo, puesto que no tiene ninguna
lógica desconocer la existencia de mercados paralelos completamente activos, desde la piratería en todas
sus formas, hasta el mercado de las drogas, los que paradójicamente han sido desde siempre parte
constituyente del “mercado mundial” o “sistema - mundo” etc. y no una excepción. En este sentido, como
no recordar las muchas menciones al Mercado Negro en la época de la Unidad Popular como si aquella
figura hubiese sido la anomalía que finalmente causó el colapso del régimen. El contraste que balancea
esta contradicción es sin duda la versión documentada del financiamiento del gremio de los camioneros
por parte de agencias estadounidenses: “el sistema no esta realmente descompuesto en subsistemas
autónomos y antagonistas que separan dinero no mafioso de dinero mafioso. Aliarse a uno y combatir al
otro sería el único medio de corporizar una frontera (...) pero esta es una frontera entre los hombres y no
entre los capitales”. (Joxe:2003:125)
36
puede cumplir estas reivindicaciones, sino además en que aquellos que
las reclaman no quieren realmente verlas realizadas. Por ejemplo,
cuando los académicos <radicales> exigen plenos derechos para los
inmigrantes y la apertura de las fronteras, ¿son conscientes de que la
ejecución directa de esta reivindicación podría, por razones obvias,
inundar los países occidentales desarrollados con miles de recién
llegados, hecho que provocaría una violenta reacción racista por parte
de la clase obrera, que, a su vez, pondría en peligro la posición de
privilegio de estos mismos académicos? Evidentemente lo son; sin
embargo, cuentan con el hecho de que sus exigencias no se cumplirán;
de este modo, pueden perseverar hipócritamente su conciencia radical
clara mientras continúan disfrutando de su posición
privilegiada.(Zizek:2005)
¿no son acaso los límites legales del emprendimiento y los de la acción política
antisistémica, el fraude y el atentado terrorista síntomas de la impotencia de las
categorizaciones propuestas? En este caso, al traspasar las formas “legales” la
desviación misma se constituye en una particularidad contradictoria y los conceptos se
desdibujan, quedan sobrepasados y pierden toda la efectividad de su significación
primigenia. El sistema es capaz de admitir todo aquello que de un momento a otro
pueda significarle una rentabilidad:
37
los movimientos antisistémicos, en sus formas virtuales20 la mayor parte de las veces, o
físicas (las manifestaciones “culturales” y “artísticas”) como El foro social mundial
como contraposición a las reuniones de Puerto Davos o los constantes enfrentamientos
entre manifestantes y policías, en cada reunión de presidentes del G7,formas
innovadoras de protesta? A nuestro entender, estas manifestaciones representan las dos
caras de una misma moneda, esa moneda es el sistema ansioso de reproducirse. Estas
analogías sirven para reflejar la inmanencia constitutiva entre planos que formalmente
aparecen significados como antagonistas, el de lo subversivo por una parte y el del
stablishment por la otra. Planos que en el final del tiempo terminan anulándose y
fundiéndose, en la inconsciente tarea de reproducir su misma existencia.
20
“Lo real sigue siendo violentamente desigual, competitivo, brutal, indolente. No basta con tener una
máquina en la que podamos decir lo que pensamos para acceder a la igualdad. En realidad, cuanto más se
expande ese tipo de igualdad ilusoria, menos poder tiene la gente. Observe la crisis que vivimos:
estábamos todos conectados y de pronto irrumpió la realidad para decirnos: ¡Atención, de pronto todo se
puede derrumbar! La crisis vino a recordar que esta suerte de euforia igualitaria en la cual estábamos era
artificial. En el mundo competitivo la igualdad es siempre artificial. Y esa igualdad artificial puede ser
una igualdad tecnológica justamente porque la tecnología es un artificio” Entrevista a Alain Badiou,
Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/subnotas/156370-50184-2010-11-06.html
38
SEGUNDA PARTE
39
EL PRESENTE: ENTRE EL IMPERIALISMO Y LA HEGEMONÍA
“La última vez que a los EE.UU le alcanzó con chasquear los dedos para
obtener lo que quería fue el 11 de septiembre de 1973, cuando organizó el
golpe militar en Chile y puso a Pinochet en el poder”
Immanuel Wallerstein.
Los Estados Unidos son por una parte una potencia complejísima, con claras
pretensiones hegemónicas, como cualquier potencia que se precie de tal condición y por
otra un poderoso síntoma de la incoherencia teórica con la cual se está tratando de
definir conceptualmente el actual orden del mundo, y mas precisamente la fase actual de
la economía capitalista. Teniendo en cuenta estos principios, la forma de acercarnos
hacia ellos nos debería demostrar que todas las hipertrofias de las que aquel país ha sido
sujeto, son funcionales a una falta inscripta de forma evidente en el terreno de la teoría
crítica, pero atribuible a la teoría en general. Por otro lado y para completar el cuadro
debemos tener en cuenta que la figura de la “Posguerra Fría” intenta definir la situación
actual solo como un “posterior” temporal que por no ser fácilmente historiable es muy
difuso, y dado el caso, puede no decir nada.
De todas formas existen por fuera de las definiciones del stablishment norteamericano,
y mas precisamente en las denominadas teorías criticas, algunos puntos de vista que nos
pueden ser de utilidad para empezar a formarnos una imagen de los años posteriores a la
Guerra Fría.
Para realizar una primera aproximación debemos tener en cuenta que para usar una
conceptualización tan en boga como la de “Imperio”, hay que tener presentes al menos
dos condiciones básicas: la primera es que no se debe usar en un sentido enteramente
literal - descartando así la figura de un Imperio Estadounidense - esto es: básicamente
para designar experiencias históricas, como se usa pertinentemente para designar a
imperios territoriales como el Romano o el Chino, u homologar la terminología a las
experiencias imperiales europeas mas tardías como la española o la británica. La
segunda acepción al uso del concepto, (Presente tanto en “Imperio” de Hardt & Negri,
como en “El Imperio del Caos”, de Alaín Joxe) roza evidentemente la metáfora - mas
allá de las particularidades de cada uno de los casos - y puede relegarnos a una siempre
40
arriesgada y azarosa interpretación del Todo, la suposición de una especie de meta -
teoría definitiva del orden mundial, cuestión que debe desecharse.
Bajo esta premisa la figura del Estado Hegemónico puede arrojarnos cierta claridad solo
si se descarta de plano una situación en la que aquel funcione como un imperio “en red”
y no territorial, pues en nuestro presente el control total de las interacciones ya sea en
las esferas militar, cultural, ideológica o económica es imposible, sin por ello
descartarse la predominancia de un patrón u otro en un terreno especifico. La cuestión
fundamental, será en nuestros tiempos, desechar toda tentación geopolítica que pretenda
consignar a la “entidad geográfica” y no “la idea” como el mas caro de los
colonizadores:
21
Ante esta realidad teórica y discursiva, política y en ultima instancia empírica sostenemos una posición
mas bien ética, puesto que en la experiencia histórica mas reciente ni los Estados, ni el Mercado han
resuelto terminar la desigualdad, sumándonos a las palabras de Armando Uribe: Considero que no hay un
por qué humano – prescindiendo de la ciencia y la técnica – para que necesariamente cada año deba ser
41
conceptos, como Desarrollo o Libertad, sin tener en cuenta que según los contextos
específicos bajo los cuales se articulan, estos pueden significar cuestiones
completamente distintas e incluso en muchos casos contradictorias a esos caros
principios.
Sabemos, por medio de nuestro análisis que el atribuir a un solo Estado nación o
economía particular, la calidad per se de hegemónica - tal como vimos anteriormente
en el caso de la teoría de los sistemas - mundo - incurre en el error fundamental, de
dotarle de una imposible omnipotencia dentro del sistema interestatal, no falto de
potencias, cada una con sus particularidades, deseos y formas de influir. Sin embargo,
lo que no podemos descartar es la posibilidad de la predominancia de una idea o
ideología determinada y determinante. La figura del pensamiento único Orwelliano es
una metáfora de aquello, que por lo demás, aparece con frecuencia en distintos tipos de
análisis. Por lo tanto deberíamos restablecer la posibilidad, siempre potencial de la
primacía y el carácter predominante o hegemónico de una idea particular.
Si bien, los últimos acontecimientos tales como la crisis económica, con epicentro en
los Estados Unidos, vinieron a desvelar de forma definitiva, el carácter de falsa finesse
teórica de la economía neoliberal que promulga desde los países centrales hacia fuera un
mercado desregulado, bien cabría una reflexión acerca del estatus de certeza y del
alcance que esta tuvo en los años posteriores al derrumbe del sistema soviético.
Afortunadamente aquella <<veridicción>> hoy se encuentra cuestionada a viva voz, lo
que si bien es potencialmente decidor, puede también desvanecerse rápidamente ante la
ofensiva fundamentalista de mercado.
mejor que el anterior, y de hecho con estas fluctuaciones cíclicas, esto no ocurre en la realidad efectiva
de los países desde que se cuenta con las estadísticas del caso. Pero hay, claro, una intención de que
siempre sea un crecimiento indefinido. Considero mucho mas importante que el crecimiento de los
bienes, la distribución anual, mensual, cotidiana de esos bienes. De modo que opto, no por el
crecimiento, sino por una justa distribución, cualquiera que sea el crecimiento o decrecimiento.
42
Hegemonía y dominio no son sinónimos, puesto que la ocupación militar carece de la
faceta de legitimidad que una hegemonía exige para establecerse y perdurar en el
tiempo. La hegemonía tiene necesariamente una faceta de elección voluntaria por parte
de quienes han decidido sumársele, por mas que una elección como aquella pueda
traicionar los principios elementales de la soberanía de una republica.
En términos del contexto general, la caída del sistema soviético no simplificó las cosas
en lo que a la apreciación geopolítica del mundo se refiere. De cierta forma la
bipolaridad de la guerra fría ofrecía un panorama tranquilizador y simplificado del
mundo: dos zonas o formaciones “imperiales”, sus cabezas visibles y sus satélites.
Fuera de un tercer estrato menos conocido, el de los No alineados, cuya importancia
política quedará solo quedara demostrada por el peso político especifico que Cuba
significa para la región latinoamericana. Para simplificar el panorama se tuvo como
certeza por largo tiempo al socialismo “real” por un lado y por el otro, al mundo libre.
Sin embargo esa creencia se rompió de golpe con la caída de la URSS y no vino a
reemplazarla ninguna certeza evidente y creíble. La pretendida bipolaridad puede
juzgarse mejor por sus resultados, como un instrumento político al servicio de las - en
ese entonces - dos grandes potencias mundiales mas que como una realidad empírica
con las connotaciones ideológicas que le inspiraron de bando y bando.
A su vez las izquierdas se han sumido en un letargo exasperante, dominado por una
visión forzadamente catastrófica, que hace guardia a la espera de una crisis final del
capitalismo que nunca llegará. Cada vez mas inoperante, esta visión ha anulado la
22
En éste contexto, el término “Falta” hace mención a la ausencia conceptual y al <<lugar vacío>> que
dejó fuera de juego al discurso de la Guerra Fría, producto de la desaparición del sistema soviético y no a
una nostalgia oculta por parte del autor hacia dicho sistema.
43
fuerza política de las izquierdas a nivel mundial (en menor grado en Latinoamérica) y
amenaza con terminar con estas como expresión política coherente dentro del sistema
mundial, eso, si en buena parte del mundo tal hecho no está ya consumado.
La cuestión del advenimiento del caos, presente en las teoría criticas y no solo en
Wallerstein, no puede sino ser un comodín (mas bien un significante vacío) al servicio
de cualquier momento, en una u otra postura teórica. La situación mundial, en tanto
inacabada y constituyente de sí misma, siempre ha sido caótica o ha estado sometida al
caos, nunca mas ni menos que hoy. Este hecho de ninguna forma ha frenado la
posibilidad de una configuración, que no es tan mínima ni “anárquica” como se nos
quiere forzar a creer desde distintos lados.
44
países “menores” y potencias pasa a ser un problema de carácter eminentemente
político.
Es difícil imaginar una estrategia política que se sustente en sí misma sin buscar un
“otro” frente al cual definirse, la coherencia con este objeto es fundamental. Como
constatación acerca de la situación actual Wallerstein hace una útil observación:
En el mismo sentido en que Wallerstein propone la superación del vocablo Imperio para
designar la forma moderna (o posmoderna) de dominio, exacción y apropiación, que
sirve como contexto a la reproducción capitalista, está contenida la estricta lógica del
Imperio, pues la superación de tal condición – al menos para Wallerstein - no es mas
que una realidad en función de la tecnología, por una aguzada efectividad de esta
última.
45
reserve el hacerlo) pero en su funcionamiento “normal” la condición de la violencia
pasa en ocasiones de la importancia al fundamento último.
46
democrática , está a punto de descubrir que puede prescindir de los
Estados Unidos, éstos descubren que no pueden prescindir del mundo”
(Todd:2003:18)
El problema que se plantea tras estas constataciones no es menor, pues el solo hecho de
concebir a unos Estados Unidos alejados de la imagen todopoderosa que se han
conferido a sí mismos y que, en buena medida y por distintos motivos políticos y
estratégicos, las distintas izquierdas Latinoamericanas han ayudado a cultivar, resulta
problemático. Y sin embargo frente a la evidencia histórica, no podemos descartar de
plano la vocación imperialista (y no imperial) de los Estados Unidos. Un imperio es
algo mas que la externalización del dominio de un lugar determinado y los pactos con
los grupos dominantes. Nuestra intención es trabajar exactamente en la dirección
opuesta al transito propuesto por Hardt & Negri en Imperio, y que se explica mas
adelante. Queremos demostrar que el transito desde el Imperialismo al Imperio, está
lejos de ser una afirmación empírica concreta y que descartar al imperialismo puede
constituir una nefasta apreciación estratégica y una peor opción política.
47
Latinoamérica: ¿entre el Imperialismo Norteamericano y el Imperio a secas?
Armando Uribe
La primera trampa que esta opción plantea es claramente la forma en la cual está
formulada la pregunta, a lo que se quiere apuntar con esta falsa elección entre
Imperialismo Norteamericano e Imperio a secas, es a la inesperada emergencia del
concepto Hegemonía como tercer elemento constituyente de la ecuación. Un concepto,
que como todos, debe ser comprendido mediante la identificación de una trama (cadena
significante) precisa. Hegemonía apunta claramente como el punto nodal o significante
Amo de este ensayo, a dar coherencia a las relaciones de poder establecidas en un
contexto especifico. En ese sentido, claramente los Estados Unidos y sus socios
centrales, en especial la Unión Europea, llevan la delantera en lo que respecta al
conocimiento y al aprovechamiento o si se quiere a la supremacía discursiva y política,
en todos los sentidos de América Latina, aquella realidad es indesmentible.
Sin embargo, o quizás precisamente por ello y en consonancia con aquella visión
sobredimensionada de los Estados Unidos se han levantado ciertos proyectos teóricos,
especialmente desde las Izquierdas Europeas que, aún cuando claramente no son
satisfactorios como sustento para proyectos políticos en los países de América Latina y
que permiten, por decirlo de forma bastante cruda, librar de la responsabilidad política
que a los europeos de occidente les correspondería el asumirse claramente como parte
integrante del sistema Norteamericano, nos permitirán extraer algunas lecciones útiles.
En este mismo sentido cabe destacar que la temática referente al poder de los Estados
Unidos nunca abandonó las preocupaciones de los teóricos Latinoamericanos23, sin
embargo, la violencia que sobretodo durante la segunda mitad del siglo XX los Estados
23
El único país Latinoamericano que se ha planteado como “El otro” del sistema norteamericano, ha
sido, ya por largos años Cuba, ha sido además el único país que utilizó siempre la figura de “Imperio”
para referirse a la potencia del Norte, esto nos lleva a dos preguntas básicas: La primera es si acaso ¿sería
posible en un Imperio un enclave como Cuba? Y la segunda, autoinvalidante con la primera: ¿no es acaso
Cuba el síntoma definitivo de la no existencia de un Imperio Norteamericano?
48
Unidos, externalizaron24 en las oligarquías y los ejércitos Latinoamericanos so pretexto
de la doctrina de la seguridad Hemisférica, socavó de manera importante la distancia
analítica necesaria para plantearse respecto al Otro del Norte. Los motivos van desde el
asesinato de intelectuales de izquierda, el exilio e incluso el asesinato simbólico no solo
de individuos concretos, sino también de ciertas figuras y conceptos teóricos - en un
país como Chile, al menos en materia de relaciones internacionales, el mas evidente de
estos “asesinatos” es el de los conceptos “imperialismo” y “Capitalismo”.
La disciplina histórica mas aguda, la mas de las veces, y el actuar de la justicia, las
menos, han logrado poner en evidencia la connivencia de los Estados Unidos en
procesos como la Operación Cóndor25, los que si bien fueron planeados con una fuerte
impronta ideológica “antimarxista” proveniente en distintas formas y por distintos
canales desde los Estados Unidos, fueron ejecutados de forma bastante brutal por
latinoamericanos. Acá se debe ser lo suficientemente claro para comprender que la
injerencia tuvo un limite y puede entenderse mejor en términos de conminación o
interpelación, que en términos de una acción concreta. Lo que viene siendo la prueba
última de la performatividad hegemónica del discurso de la Guerra Fría del cual los
Estados Unidos nutrieron a los ejércitos Latinoamericanos.
A través de la lectura de algunos proyectos teóricos, tal como hicimos anteriormente
con la teoría wallersteiniana intentaremos dar forma a un bosquejo conceptual que nos
permita prefigurarnos escenarios futuros.
24
Externalización en todo el sentido de la neolengua empresarial, esto es: el acto de subcontratar o
gestionar un servicio determinado por fuera de la empresa propia. Volveremos sobre este punto mas
adelante.
25
“Una de las acciones mas representativas de la guerra sucia en América Latina fue la Operación
Cóndor, consistente en una cooperación secreta de los servicios de inteligencia de los distintos países del
Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y hasta cierto punto Perú), cuyo objeto
era el intercambio de información sobre supuestos subversivos. La operación permitió a militares y
agentes de inteligencia desplazarse libremente por los distintos países participantes para así secuestrar ,
hacer desaparecer o asesinar a sus conciudadanos. La sede de la coordinación clandestina estuvo
radicada en Chile y sus bases fueron establecidas luego de un viaje del Coronel Manuel Contreras a la
sede de la CIA en Langley, Virginia, en 1975. A finales de noviembre de dicho año tuvo lugar en
Santiago de Chile un encuentro financiado por el régimen de Augusto Pinochet, para iniciar las acciones
contra las disidencias antidictatoriales. ( Sohr:2007:198)
49
Más allá del Imperio
La imagen del Imperio, propuesta por Antonio Negri y Michael Hardt, en Imperio ha
sido altamente consumida por parte de las izquierdas tanto en Europa como también en
los Estados Unidos y América Latina (lugar donde sin embargo ha encontrado mayor
resistencia) esto en primera instancia, por haberse constituido en un momento, por así
decirlo de incertidumbre general y no en menor medida por hallarse explícitamente
inscripta en la lógica de la resistencia, a la que podríamos denominar como “La”
postura, incluso de alcance mundial, hegemónica frente al capitalismo. Cabe destacar
que esta postura ha sido en gran medida transferida desde los movimientos
universitarios hacia aquellos denominados altermundistas, antisistémicos y/o contra
culturales. Nuevamente la figura del Discurso de la Universidad Lacaniano, aparece,
donde no se le espera.
Fiel al estilo foucaltiano propuesto por los autores, estos ven en la biopolitica la forma
que asume la política posmoderna, lo que puede traducirse como: Una imposición
intrínseca que rige de manera omnipotente y sin mas la vida de los individuos, (en
última instancia convertidos en lo que Agamben ha denominado homo sacer) y las
sociedades. Con la primacía de lo Policial, en tanto predominio de la vigilancia como
instrumento de control que quiere ser total y que, por otra parte genera como polo de
inmanencia una “resistencia” cuya máxima expresión es el aislamiento por medio de la
diferenciación cultural o de los modos de vida.
Esta lógica, como bien empieza a demostrarse, lejos de ser un instrumento político útil
en la lucha contra el capitalismo, convierte inesperadamente a la “resistencia” en el
extremo izquierdo del mundo post - político y post - ideológico liberal. A estas alturas
del análisis no es nada nueva la naturaleza teleológica propia de las teorías de izquierda,
que de esa forma y por otros medios “detienen la historia” y caen en el juego de la
inmediatez interpretativa, planteada a propósito de la tesis del fin de la historia, a la
espera del suceso mesiánico de turno.
El gran problema es que pese a sus aciertos, la teoría de Hardt & Negri, se demuestra
tremendamente incongruente en términos empíricos, puesto que retrocede en sus
posiciones iniciales a poco andar, dejando en evidencia la vanidad de algunos de sus
postulados:
50
incorpora la totalidad del terreno global dentro de sus fronteras abiertas
y en permanente expansión. El imperio maneja identidades hibridas,
jerarquías flexibles e intercambios plurales a través de redes adaptables
de mando. Los colores nacionales distintivos del mapa imperialista del
mundo se han fusionado y mezclado en el arco iris global imperial
[...]Muchos localizan en los Estados Unidos la autoridad última que
gobierna todos los procesos de la globalización y el nuevo orden
mundial26. Sus defensores consideran que los Estados Unidos son el líder
mundial y la única superpotencia y sus detractores denuncian a ese país
como opresor imperialista. Estas dos perspectivas se basan en el
supuesto de que los Estados Unidos sencillamente se pusieron el sayo de
poder global que las naciones europeas habían dejado caer. Si el siglo
XIX fue británico, el siglo XX fue estadounidense; o dicho de otro modo,
si la modernidad fue europea, la posmodernidad es estadounidense. El
cargo mas irrecusable que pueden presentar sus críticos es que los
Estados Unidos están repitiendo las practicas de de los antiguos
imperialistas europeos, mientras que sus defensores juzgan que los
Estados Unidos son un líder mundial mas eficiente y mas benévolo y que
están haciendo bien lo que los europeos hicieron mal. No obstante
nuestra hipótesis básica de que ha surgido una nueva forma imperial
contradice estos dos enfoques. Estados Unidos no constituye – y en
realidad, ningún Estado - nación puede hoy constituir – el centro de un
proyecto Imperialista. El imperialismo ha terminado. Ninguna nación
será un líder mundial como lo fueron las naciones europeas modernas
(Hardt&Negri:2006:13)
A la luz de los acontecimientos de la Ultima década, queda claro que Hardt & Negri se
precipitan en demasía al descartar al imperialismo norteamericano como forma política.
La practica imperialista de los Estados Unidos no se diluyó de ninguna forma con el
advenimiento de la posguerra fría. América Latina es un buen ejemplo de esto y las
experiencias de izquierda en Venezuela y Bolivia, atestiguan el acoso constante que por
parte de distintos aparatos estadounidenses sus proyectos han sido objeto. El
desplazamiento hacia la centro izquierda en la mayor parte de los países del continente,
26
nuevo orden mundial con minúsculas denota el tránsito histórico, o el concepto en movimiento del
orden interestatal contemporáneo, al menos en lo que se refiere al ámbito académico. Por otra parte
Nuevo Orden Mundial, con mayúsculas corresponde a una de las muy en boga teorías conspirativas de las
que forman parte, entre otros, los trabajos del cineasta norteamericano Alex Jones, muy de moda entre
los jóvenes y las corrientes altermundistas. En la misma línea se puede argumentar la trama propuesta por
documentales tales como Zeitgeist, que plantean la posibilidad de una Conspiración mundial llevada a
cabo por oscuras fuerzas, representadas por los sospechosos de siempre: El club Bildelberg, los
Rockefeller, Davos y la trama Judeo – masónica, enunciada ya a principios del siglo pasado en la URSS.
Sin embargo, estos Movimientos se entrelazan en un punto: el ataque a los organismos monetarios de
cabecera como el Banco Mundial, el Fondo monetario Internacional y otros. Quienes son en última ratio
designados como los “enemigos” de la humanidad. De ahí que no sea extraña la defensa que Negri hace a
las teorías conspirativas como una forma legitima, aun cuando errónea, de cuestionamiento al mundo
actual.
51
no puede sino juzgarse como una “toma de conciencia” en sí de muchos pueblos, que
ven en los Estados Unidos, mas que un potencial socio estratégico, una amenaza a sus
proyectos autónomos.
Pero la incongruencia no se detiene allí, una vez descartada la posibilidad del dominio
político del sistema mundial por una nación especifica, Hardt & Negri, dan un claro
giro, en nuestra visión, sensacionalista, apoyado en una interpretación particular de los
sucesos del 11 de Septiembre de 2001:
52
años al menos según Bush) [...] El capitalismo globalizado está enfermo
de la violencia y la miseria que genera. Es necesario organizar el éxodo
de los pueblos y crear en la misma resistencia las nuevas relaciones
sociales, si no queremos morir con él (Hardt & Negri:2008:23 y 24)
Nosotros apostamos a que mas que estar preocupado de encontrar una congruencia
geopolítica concreta centrada o no en los Estados Unidos, el sistema simplemente
necesita funcionar, esto es, encontrar los espacios, ya no solo físicos, sino también
teóricos para reproducirse dada la imposibilidad de hacerlo dentro de los limites que le
sofocan.
Aquí es donde la teoría crítica debe tener absoluta claridad sobre el punto al cual quiere
atacar, pues si con el advenimiento de cada nueva escaramuza estadounidense se está
asumiendo o la constitución de un Imperio o el fin de este, quizás el juego sea perfecto,
invirtiendo la fraseología popular podríamos legítimamente preguntarnos, si con
enemigos así, ¿Necesitan acaso los norteamericanos, amigos que le den la justificación
teórica para realizar sus planes? Si por un momento asumimos, siguiendo con el saber
popular, que “Nadie sabe para quien trabaja” podríamos apostar a que muchos de los
teóricos de la izquierda están trabajando mas que para construir alternativas, para la
reproducción misma del sistema.
De todas formas, vale la pena volver a recordar que nos enfrentamos a un doble
problema el primero es el del desarrollo capitalista en su estado de inquietud
permanente, constitutivo si se quiere, acerca del cual según Zizek nos previene a tener
en cuenta que:
53
el limite inmanente, esta “contradicción interna”, la que lleva al
capitalismo a un desarrollo permanente. El estado “normal” del
capitalismo es la revolución permanente de sus propias condiciones de
existencia (Zizek:2003:84)
La segunda arista del problema tiene que ver con la voluntad geopolítica norteamericana
de “controlar” ciertos negocios estratégicos y la ausencia e imposibilidad de un proyecto
Imperial consistente lo que queda sintomáticamente demostrado en:
Bajo el anterior raciocinio los enemigos de segunda línea que Estados Unidos esgrime
en forma “de eje del mal” o “Estados canallas” juegan un doble rol ya que por una parte
sirven como justificación ante los ojos del mundo para solventar gastos militares
derivados del control de algunos recursos estratégicos, y por otra, y no menos
importante cumplen la función de cohesionador en el frente interno:
Estados Unidos es el ejemplo mas evidente del efecto boomerang del proceso de
deslocalización y financiarización de la economía en tanto el hecho concreto de haber
54
exportado los puestos de trabajo que le llevaron a ser la “locomotora” de la economía
mundial recibiendo de vuelta, o si se le quiere, importado la cesantía dentro de sus
propias fronteras28:
in 1945, the US was the world´s biggest creditor. Its balance of payments
deficit became a major sponsor of international growth and global
demand. Now the US is the world biggest debtor. The fiscal crisis of the
US state has led to massive budget cuts being passed and period of mass
poverty and class polarization seems likely (Joseph:2002:179)
Producto de este y otros factores e irónicamente victima del mismo capitalismo que
desde la boca hacia fuera alentó durante años, incluida la desregulación de los “otros”
mercados, nunca del propio en la misma medida, la estabilidad económica
norteamericana se ha esfumado para siempre:
28
“La medida decisiva de un estancamiento en la economía – mundo es que las ganancias provenientes
de la producción caen considerablemente de los niveles que tenían en la etapa anterior, la fase A. Esto
tiene una serie de claras consecuencias. Primero en la búsqueda de utilidades, las personas con capital
cambian el escenario original de la esfera productiva a la esfera financiera. En segundo lugar hay un
desempleo a nivel mundial considerablemente mayor. Tercero se dan cambios significativos en los
centros de producción, pasando de las áreas de salarios elevados a las áreas de salarios bajos: lo que se
llamó el fenómeno de las “fabricas en fuga” [...] hemos tenido una escalada sin fin de la actividad
especulativa, la cual es sumamente rendidora para un grupo relativamente pequeño de personas, al
menos hasta que la burbuja truena” (Wallerstein:2005b:58)
55
Unificación Caótica
Imbuido en la imposibilidad que esta misma lógica plantea, Joxe identifica como casi
una fortaleza autogenerada por el sistema mismo, la imposibilidad de la
conceptualización:
29
Jacques Lacan, seminario 16, versión electrónica, pagina 100.
56
Estado sea considerado ya como el actor principal, salvo a escala
diplomática, porque la imprecisión de las concepciones políticas es
justamente un resultado buscado por las nuevas clases sociales
globalizadas, es decir, extraterritoriales. Estas clases, mas que nunca sin
familia ni hogar, pretenden no obstante ser propietarias de la Tierra:
puede verse en ellas algo así como “una gran nobleza global” que trata
de desprenderse de todo el control político democrático de las grandes
decisiones estratégicas. En griego, control democrático significa control
de la nobleza por el poder (Kratos) del pueblo (dhmos) como habitantes
de circunscripciones locales (dhmoi). El pueblo y sus subdivisiones
identitarias está hecho de buenas vecindades (Joxe:2003:21)
La mayor parte de la expresión teórica de las izquierdas, salvo excepciones, cada cierto
tiempo se obnubila con teorías que de una u otra forma exaltan una supuesta lógica
evolucionista del capitalismo hacia algo mas allá, ya sea buscando un colapso natural o
una irrupción teleológica de carácter mesiánico. Si en tiempos de Lenin, esta evolución
capitalista estaba representada por el Imperialismo, hoy, el constructo del Imperio ha
asumido aquella carga y muchos de los intelectuales de izquierda, no temen hacer el
ridículo con elucubraciones ad - hoc al suceso contingente de turno, sea este una caída
de la bolsa de valores, o uno un atentado terrorista, estatal o privado.
La exacerbación de las pasiones hacia los Estados Unidos son un síntoma de inmadurez
política, nadie aboga por la inocencia de las políticas norteamericanas en lo que
concierne a Latinoamérica, sin embargo el resentimiento no es un buen aliado, ni es
tampoco una excusa que pueda librarnos de nuestra responsabilidad política. Abstraerse
de las interpretaciones efectistas puede ser un poderoso instrumento político:
57
llamadas a compartir con Estados Unidos el control del planeta: a
medio plazo, Europa, Japón y Rusia, y a mas largo plazo, China.
- Desarrollar nuevas armas que se supone colocarán a Estados
Unidos <<muy por delante>> en una carrera de armamentos que no debe
cesar nunca.
Los intentos de golpe de Estado en América Latina, que no han sido pocos desde el 11
de septiembre de 2001 en adelante, pese a que en su mayoría no llegaron a puerto, bien
podrían situarse como un tardío revival de lo que fue en la década del setenta la
Operación Cóndor, al menos en lo que a una perspectiva histórica se refiere. En este
sentido se trata básicamente de un modus operandi concreto y ya conocido: acciones en
contra de gobiernos electos democráticamente, que mas allá del juicio político que a uno
le merezcan, han sido o han intentado ser desestabilizados por la misma ecuación:
agencias estadounidenses y sectores internos de clara vocación antidemocrática, ya sea
enquistados en espacios de las fuerzas armadas, así como también dentro del
stablishment político30 los que una vez mas, en un desagradable flash back nos
retrotraen a una época que muchos quieren olvidar ya sea por el sufrimiento que genera
su recuerdo o por la conveniencia de no tocar lo que está quieto. Sin embargo este punto
es de la mayor importancia para América Latina, sumergirse nuevamente en el trauma
puede sernos útil:
58
idea de lo que podría ser la gran pirámide de centralización de
gestión de la matanzas asimétricas, la violencia fría que resultaría de
la represión globalista en el sistema imperial que vendría a
reemplazar la bipolaridad Este-Oeste. (Joxe:2003:9 – 10)
Estos hechos no se pueden perder de vista bajo ninguna circunstancia, en tanto por una
parte constituyen jurídicamente delitos sancionados por las leyes internacionales, y por
otra no menos importante, constituyen políticamente tanto una afrenta a las Republicas
y el momento mas vulnerado de las soberanías Latinoamericanas. Sin embargo, y para
no dejar de resaltar su deleznable naturaleza, debe insistirse de manera taxativa en la
impronta exógena de la conminación y el carácter endógeno de la ejecución.
59
paso mas y avanzar en el sentido de afirmar algo que no parece nada nuevo y sin
embargo reviste una importancia fundamental: el imperialismo norteamericano como
tal ha venido ocupado la violencia, de forma “indirecta” por medio de la Externalización
de dos servicios esenciales: El control político de las poblaciones, y en última instancia
el genocidio sociopolítico como vigía ultimo de su Hegemonía32:
Nuestra hipótesis es que aquel patrón puede perfectamente ser transferible y que si bien
ha venido siendo una propiedad exclusiva del comportamiento Norteamericano, el
futuro multipolar lo expande ante la mayor presencia de potenciales actores. Por ahora
la participación dentro de Latinoamérica de fuerzas militares distintas a las
Estadounidenses es marginal y ese hecho restringe el nivel de posibilidad de sucesos
como los anteriormente descritos, solo la estabilidad política del continente puede ser un
resguardo fiable. La injerencia se hace siempre mas fácil en democracias impuestas y
poco representativas. Sin embargo, en la medida que el juego multipolar se juegue solo
en apariencia, siempre cabrá la posibilidad que en una sucesión hegemónica, los
contactos y las clientelas de la potencia saliente sean heredados por el Estado
hegemónico entrante y cada cierto tiempo se necesite de una “excusa” para echar a
andar un proyecto particular, bajo el pretexto ideológico del momento. Esto no sería
nuevo.
En una eventual transferencia hegemónica, aquel modus operandi debe ser tenido en
cuenta e integrado desde cualquier proyecto regional bajo el rotulo de una estrategia
preventiva, tanto a nivel local como regional pues, a la falta del envolvimiento de
América Latina en conflictos bélicos del tipo guerra mundial, no han estado ausentes
32
En el sentido de la posibilidad latente de violencia por parte de los Estados Unidos hacia sectores
específicos de los pueblos latinoamericanos debe tenerse en cuenta, que junto con las transferencias
ideológicas propias de la tristemente celebre Escuela de Las Américas, Ahora “Instituto de Cooperación
para la seguridad hemisférica” también existe la preparación de los “cuadros” ejecutores de los
Genocidios Socio – políticos, las torturas y las desapariciones: “El comando del Sur del Ejercito de los
Estados Unidos (southern command, Southcom), que fue transferido desde Panamá a Miami en 1998, es
el principal dispositivo militar existente en América Latina. Entre el Southcom y los gobiernos
latinoamericanos, los contactos se realizan exclusivamente entre militares, excluyendo a los interlocutores
civiles. El southcom define la agenda de la región de manera unilateral, sin informar directamente al
departamento de Estado. Dado que las agencias de ayuda al desarrollo y a la agricultura fueron relegadas
a segundo plano (la ayuda bilateral se redujo en un tercio respecto de la época de la Guerra Fría) es el
departamento de defensa el que actualmente toma a su cargo parte importante de los programas de
asistencia al subcontinente. La transferencia no es inocua, ya que el presupuesto de defensa está menos
controlado que los de la ayuda exterior” Janette Habel, “Desafío regional a Estados Unidos” en: Le monde
Diplomatique, edición chilena, diciembre de 2007.
60
“otros medios” como la suspensión política de los sistemas judiciales, la tortura, las
desapariciones masivas, el asesinato selectivo de lideres políticos, sindicales y actores
sociales relevantes o cuando menos sospechosos. La destrucción de las solidaridades
internas no fue un efecto colateral de estos genocidios, fue en sí misma un fin.
Este ha sido de cierta forma el modo que el capitalismo ha tenido de arreglar cuentas
con sus limites en esta parte del mundo, notoriamente durante la segunda mitad del siglo
pasado, aun cuando no debe olvidarse que este acento solo corresponde a una
exacerbación de una lógica muy anterior, histórica. Esta es quizás la dimensión mas
aterradora del Real Lacaniano aplicable políticamente a Latinoamérica: una falla en la
simbolización que sin embargo, siempre vuelve al mismo lugar: El asesinato de la
disidencia y del atisbo de proyectos políticos independientes o autónomos.
61
Chile y el pesado costo de sobrellevar la hegemonía ideológica norteamericana.
Antonio Gramsci
El axioma según la cual partimos toda observación referente a Chile, es a estas alturas
claramente histórico y se encuentra en el inicio del “Libro negro de la intervención
norteamericana en Chile” de Armando Uribe y es el siguiente:
En nuestra opinión, si bien, el trauma que generó la dictadura en Chile, ha sido de cierta
forma y hasta cierto punto superado (¿reprimido?), existen no pocas reminiscencias que
retornan cada cierto tiempo, dejando al descubierto que lo que hubo aquí va mas allá de
62
un suceso contingente y debe ser puesto en perspectiva como un proyecto de lógicas de
largo y mediano plazo. En este sentido quisiéramos separarnos lo mas posible de toda
aquella pretensión de poner al Imperio como el significante amo o punto nodal de
nuestra cadena significante, externalizar la responsabilidad y en última instancia, la
culpa por lo sucedido, no solo con las vidas sino también con las muertes, es algo
terrenal de carácter completamente nacional y político. Haría bien el chileno en poner su
ímpetu nacionalista en una causa que pretendiera darnos una explicación racional de
todas las razones por las cuales fracasó el proyecto de la Unidad Popular y todos los
abusos, que se han cometido con posterioridad, como “efecto colateral” de la opción
Neoliberal. El macartismo no es un buen guía para reflexionar ni explicar la historia y
los fracasos de la Unidad Popular, así como tampoco son las ansias por jeans y
hamburguesas de los rusos, una explicación racional de la caída de la URSS.
Mas allá de los planes legítimos o no, de cualquier potencia con la capacidad de influir,
en la política interna de un Estado Nación determinado, está la contraparte que acepta o
rechaza tal tipo de intervención, en ese sentido y no sin autocomplacencia, el grupo
dominante en Chile ha jugado las cartas a un solo actor. Los tiempos en los que
empezamos a prever una multipolaridad, exigirán de decisiones políticas inteligentes,
alejadas del dogmatismo neoliberal en el que Chile está claramente imbuido.
Si quisiese aislarse, el área económica plantea desafíos que cada vez saltan mas a la
vista. Existe una total incoherencia entre el nivel teórico en el que se adoctrina en las
universidades y academias y los hechos. Bajo este prisma podríamos decir que en Chile
opera una “suerte” de economía de Libre mercado “casi” absoluta. Por supuesto que ni
el “suerte” ni el “casi” pretenden de alguna forma antojadiza empañar los logros
económicos, que en el nombre de la modernización, la lógica liberal ha dejado al país
sobretodo en los últimos cuarenta años, sin embargo existen al menos dos condiciones o
síntomas que deben ser muy tenidos en cuenta para rápidamente objetar cualquier
interpretación que quiera elevar al denominado “Libre Mercado” como una realidad
empírica.
El primero de estos síntomas es relativamente fácil de identificar y tiene que ver con lo
que se ha denominado la “concentración” ya sea en materia del ingreso, ya sea en
materias de monopolios reales que operan efectivamente dentro del terreno de la
economía chilena. No es necesario recordar en cifras la realidad de una desigualdad
apabullante en el ingreso que, pese a la buena voluntad de la clase política chilena crece
diariamente sin conocer obstáculo alguno. Ni tampoco observar que cada cierto tiempo
se nos recuerde por medio de una u otra mega - fusión fallida, la existencia de un órgano
estatal cuya función es oponerse a los monopolios. El mercado del retail y el de los
medicamentos son suficiente muestra de la inexistencia de competencia real en algunos
rubros clave dentro del mercado chileno. Los escándalos en los que estos últimos rubros
se han visto envueltos, ya forman parte de la conciencia colectiva. Cuando hay dinero
esto no es problemático, pero las continuas fluctuaciones del sistema internacional no
pueden garantizar una estabilidad mínima ni siquiera en el nivel monetario de la primera
63
economía del mundo, esto relativiza toda la estabilidad que bien gustarían los
economistas en anunciar al largo plazo.
solo una vez y recientemente hace pocos días se ha recordado que para
salir de la crisis de los años 81 – 82, el Estado chileno del señor
Pinochet asumió la deuda externa privada como deuda del Estado y
llegó a acuerdo con los acreedores en que se reconoce jurisdicción
externa para decidir los problemas que haya respecto del arreglo en
cuanto a la deuda externa asumida por el Estado, admitiendo que ¡se
aplicaban las leyes y la jurisdicción del Estado de Nueva York! Y se
contemplo que pudieran ser embargados bienes nacionales de uso
público (Uribe:2007)
64
exclusiva del mercado norteamericano, y de hecho Chile retrocedió en
términos de división social del trabajo –ha vuelto a su condición de
economía primario-exportadora anclada todavía en el bueno y viejo
cobre estatal (Boron:2004)
Y si bien las leyes de nacionalización del cobre, aún vigentes, dictadas durante el
gobierno de Allende, han sido largamente abolidas por la práctica de la privatización y –
en este caso - su neologismo: concesión.
Observando esto y mas allá de las simpatías políticas que a uno puedan o no generarle
proyectos como el venezolano, el boliviano, el argentino o el brasilero, todos ellos
tienen en común el haber estatizado en el último tiempo sectores claves de su economía,
dando una prueba indeleble de conciencia y soberanía. En este sentido Chile juega a
33
El síntoma definitivo del termino medio en el que Chile se encuentra, en relación con los polos teóricos
de la ciencia política, entre el Estado “exitoso” en materia económica y la lógica norteamericana del
Estado Fallido (aquel que no es capaz de controlar efectivamente su propio territorio, entre otras
características), fue el desaguisado que sin duda alguna, puso al descubierto el terremoto del 27 de febrero
de 2010 que dejó al país entre otras cosas, incomunicado telefónicamente y en sus principales rutas,
marítimas y terrestres. Sin agua, sin luz y dependiente del abastecimiento de sus suministros alimenticios
básicos de las dos grandes cadenas de “supermercados” que operan en el país. Todo esto con el telón de
fondo de un deficiente y a veces nulo control por parte del aparato estatal. Las emergencias climáticas, y
sus eventualidades causan estragos en todo el mundo, a cada rato, lo extraño es que un país “modelo”
deba aplicar el toque de queda para retomar el control. Pintoresco en la historia de los países OCDE, pues
las imágenes de los saqueos, no hablan por sí mismas y la interpretación hegemónica está lejos de
situarlas en un colapso del aparato de Estado como el que evidentemente vimos durante semanas. Dentro
de este mismo “accidente”, una de las pocas voces que se apartó del sensacionalismo reinante aquellos
días, durante un programa de televisión, el Analista Raúl Sohr, llamaba la atención acerca del costo de un
sistema de sensores costeros para el monitoreo de movimientos telúricos y eventuales maremotos: no
mas de cincuenta millones de dólares.
65
contra corriente y empieza a ser “el otro” de los latinoamericanos, lo que se ve aún mas
acentuado cuando políticamente toma como suyos los enemigos de los Estados Unidos
en la región jugando completamente al absurdo puesto que esa (si se puede llamar)
estrategia es completamente insensata, fuera incluso de toda lógica comercial y, por lo
demás insostenible en el largo plazo.
66
Pinochet en Londres, dejó al descubierto un evidente cortocircuito entre la
representatividad y la estructura formal de partidos en Chile, primero por que no era de
ninguna manera de interés nacional que se rescatara a Pinochet, sino mas bien que se le
juzgara y segundo por que la clase política chilena, en su conjunto, obstaculizó la
acción de la justicia internacional:
La observación anterior de Miguel Vicuña es sintomática del alineamiento del que todas
las fuerzas políticas internas fueron parte tras la detención de Pinochet en Londres, al
respecto Armando Uribe perspicazmente observó:
Bajo situaciones como esta y pensando en alterar este sistema no representativo, Chile
debe asumir el postergado debate acerca del fin del sistema binominal34 que ha traído
una innecesaria estabilidad (se reprochara que esto trae inversiones), puesto que los
países pacíficos en el frente interno deben estabilizarse como fruto de las correlaciones
políticas de sus fuerzas internas y no como construcciones impuestas desde la lógica de
la ingeniería política. En un país libre de terrorismo, movimientos separatistas y fuerzas
políticas antisistémicas importantes, la cuestión de la inclusión tiene que
34
Un punto que no deja de ser importante es que el estamento que se ha denominado “clase política” en
Chile, goza de una situación económica que salta claramente por encima de cualquier consideración ética,
respecto del total de la ciudadanía, por ejemplo, para el mes de noviembre de 2010, la dieta de los
senadores de la república era equivalente a 7.134.102 pesos, equivalentes a 41 veces el sueldo mínimo.
Véase www.senado.cl
67
necesariamente dejar de ser un debate a largo plazo para transformarse en un imperativo
democrático:
Con respecto al tema del control democrático de las Fuerzas Armadas por parte de la
ciudadanía (claramente lo que debiese ser y lo que no es), otra anomalía se asoma
respecto del actual sistema chileno. Esta tendencia a la separación tuvo su mayor punto
de desarrollo durante los años de la dictadura, en los cuales el ejercito como institución
se vio envuelto en los desafortunados derramamientos de sangre por todos conocidos.
Sin embargo durante los años - que no llamaremos democráticos – sino post
dictatoriales, el secretismo de este sector unido a cierto nivel de caudillismo interno
llegó incluso a realizar maniobras que pusieron en serio riesgo el sistema de
“transición”, las experiencias conocidas como “el boinazo” y el “ejercicio de enlace”
parecen haber sido ejecutadas completamente fuera de contexto. Sergio Villalobos, en
ningún caso un historiador de izquierda nos recuerda que:
68
beneficios. Ese conjunto de aspectos salta por encima de la igualdad
entre los ciudadanos, desmiente el espíritu democrático y en el aspecto
material da un uso éticamente indebido al dinero de todos los chilenos.
La situación debería ser enmendada porque enajena la voluntad de los
chilenos y porque daña el prestigio de las Fuerzas Armadas. En un
sentido mas amplio, perjudica moralmente la defensa nacional al
producir una distancia entre civiles y militares [...] No puede negarse
que la adopción no pensada del Neoliberalismo fue un acierto que
transformó por completo nuestra economía y la ha proyectado con
seguridad hacia el futuro. Pero tampoco debe desconocerse que el
consumismo y el gasto dispendioso han mantenido la desigualdad y que
varios sectores permanecen en la pobreza.35(Grez y Salazar:1999:66 –
67)
Es muy probable que a situaciones como estas se refieran los llamados “efectos de
asimetría cualitativa” pues obedecen a desarrollos claramente insostenibles en el
tiempo, pues no existe razón alguna por la cual ciertos estamentos, sean estos cívicos o
militares deban gozar de una calidad de existencia tan dispar del resto de la ciudadanía.
En un sistema que se dice a sí mismo democrático y republicano estas asimetrías no
solo carecen de sentido, sino que constituyen una innecesaria amenaza a la estabilidad
del sistema nacional en su conjunto.
El acceso ciudadano a las altas magistraturas políticas y a las altas gradaciones del
Ejercito está restringido estructuralmente para los sectores alejados de la orbita del
capital, tanto así que hoy es posible hablar de una clase política y también de un
estamento militar cuyos nombres se repiten generación tras generación. En este sentido
el papel de la universidad ha perdido toda aquella reminiscencia de la lógica
meritocrática que alguna vez poseyó, agudizando su potencial divisorio dentro de la
sociedad, el Chile de la post – dictadura dista mucho de ser un lugar ideal de igualdad
de oportunidades y se ha convertido en un espacio fecundo de la desigualdad en todos
los aspectos. Si Chile desea encarar un proyecto hegemónico foráneo, post –
estadounidense, no tiene otro camino que buscar las rutas para reafirmar y recuperar el
espacio soberano perdido, aceleradamente desde la dictadura militar en adelante.
69
BRASIL ENTRE LA CONTRA HEGEMONIA Y EL SUBIMPERIALISMO
70
sometimiento económico a las naciones, o a un grupo de naciones
hegemónicas [...] (Kohan:2006:98 – 99)
Tomando en cuenta esta anotación gramsciana debemos presuponer que Brasil puede
seguir dos caminos en la región, uno de ellos es el de ser subsidiaria de la hegemonía
norteamericana y pactar con aquel país las formas de explotación de los países del
subcontinente o plantear una alter – hegemonía que sea capaz de comprenderse “dentro
de la actual dinámica capitalista”, desplazando la figura de los Estados Unidos de forma
gradual, sobretodo en el ámbito económico. Una estrategia por fuera del sistema
capitalista no es solo altamente inviable, sino poco probable para una economía que está
demostrando su fuerza a través de los distintos mercados a nivel mundial.
Si bien la estrategia brasilera se mueve entre estos dos polos, no puede ni debe
descartarse un crecimiento cada vez mayor de la importancia política del país, puesto
que en el ultimo tiempo ha decidido plantearse de igual a igual (Lula) frente a los
Estados Unidos. Prueba de esto han sido algunas situaciones políticas puntuales, en las
que Brasil ha encabezado una jugada en detrimento directo de los intereses
norteamericanos, algunas de estas han sido institucionales como la política inclusiva del
pacto comercial MERCOSUR, la importantísima iniciativa política de UNASUR y
también la propuesta de un consejo de defensa regional sin la participación de los
Estados Unidos. Pero ha habido otras actuaciones brasileras de carácter mas contingente
como la intervención en la crisis boliviana de 2007 en la que el embajador
Estadounidense fue expulsado del país por su involucramiento directo en el intento de
golpe de Estado que se estaba fraguando en contra del presidente Evo Morales (sin
perjuicio de que hubieran temas bilaterales complejos como la nacionalización de
filiales de PETROBRAS por parte del gobierno boliviano). Otro de los puntos de mayor
fricción en esta dinámica que podríamos llamar de sucesión hegemónica fue la directa
participación de la Embajada del Brasil en el retorno a Honduras del ilegalmente
depuesto presidente Manuel Zelaya.
Estas actuaciones brasileras podrían complementarse con algunas otras a nivel mundial
como su intromisión como mediador en la crisis de Medio Oriente junto a Turquía,
cuestión que ha sido tomada bastante en serio por el gobierno brasilero y que ha
resultado en el reconocimiento forma de algunos países latinoamericanos del Estado
Palestino.
71
historia latinoamericana es algo similar a un cable compuesto de distintas hebras, que
corren juntas e interactúan entre sí aleatoriamente en el transporte de distintas señales.
Físicamente a lo largo del cable estas hebras se enredan, entorpecen su transito y otras
parecen escaparse de manera independiente y autónoma. Sin embargo, al realizar un
corte y mirar siempre pueden verse todos aquellos pequeños alambres que le componen,
esta analogía sirve para ilustrarnos la marcha de la Historia que no avanza por
segmentos, siempre marcha como un todo, aún cuando esta marcha tenga el aspecto y
las características de un retroceso36, la historia de los países de América Latina no se
parece tanto a ninguna historia como se parecen entre sí las historias de los países que
la conforman
Aun cuando la dimensión sistémica en una u otra forma pueda parecernos dudosa,
sobretodo cuando se teje una trama muy “precisa” y “clara” para explicar sus contornos
históricos, la cuestión de intentar someter al análisis la mayor parte de variables y dejar
un espacio siempre reducido a los imponderables puede y tiene que llevarnos
necesariamente por un camino “sistémico” sin tener que usar técnicamente aquel
apelativo, en este sentido Latinoamérica aun cuando no haya sido consciente, siempre
ha actuado como un sistema que de una forma u otra favorece a los países del primer
mundo, mas que a la totalidad de sus pueblos.
Dentro de este marco referencial podemos situar los distintos movimientos críticos que
surgieron desde la primera mitad del siglo xx en adelante, los diagnósticos aportados
por CEPAL y por el enfoque académico marxista, coincidieron en varios de sus puntos
y demostraron un panorama económico en el cual la dependencia y el subdesarrollo
(Razón dualista) saltaban como los rasgos predominantes de las economías
36
A este respecto, Permítaseme citar la novena de las “tesis de filosofía de la Historia” de Walter
Benjamin: “Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que
parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están
desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel
de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de
datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus
pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el
paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede
cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que
los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos
progreso”.
72
latinoamericanas. Ambas categorías incorporaban dentro de sí mismas valoraciones en
torno al poder y ligaban la existencia del poder económico al estatus de la región con
respecto al mundo, una de las condiciones del subdesarrollo latinoamericano era un
problema de su jerarquía con respecto al sistema mundial constituido por centros y
periferias. Dentro de esta lógica los autores marxistas se adelantaron bastante en el uso
de la concepción del mundo como un solo sistema capitalista. Andre Gunder Frank
sintetiza muy bien la relación dialéctica de la dinámica capitalista desde sus orígenes:
Como sabemos bien, mediante el estudio de Wallerstein, hasta principios del siglo xx el
centro del sistema económico mundial se encontraba, indudablemente en Europa, y era
gestionado por sus potencias imperialistas. Esta condición se vio severamente afectada
en el transcurso de la primera mitad del siglo xx, las guerras mundiales que se libraron
en el teatro europeo extendido hasta los Urales, devastaron la región, retrocediéndola a
un estadio bastante atrasado.
73
Luego de la segunda Guerra Mundial el principal énfasis económico norteamericano no
estuvo en sintonía con lo que la región latinoamericana esperaba y por contraparte se
llevó a cabo un oneroso proyecto de reconstrucción y recuperación europeos. A este
respecto, en palabras del historiador chileno Gabriel Salazar, el conocido plan Marshall,
generó un reflejo en negativo de lo que sería la dinámica capitalista para los países
latinoamericanos:
En este sentido nunca esta de mas recordar que los asesinatos o genocidios
sociopolíticos y la “modernización” de las economías, al menos en los países del Cono
Sur, son las dos caras de la misma moneda. Sin embargo la noción de desarrollo se trató
y de cierta forma sigue tratándose de un significante vacío al favor de cualquier
proyecto político, sin poseer consistencia empírica alguna. Todo proyecto que pretenda
ser hegemónico, a la hora de reconstruir su contenido y darle una coherencia, ha de
tener en cuenta que:
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la idea de que si continúan transitando la senda que anteriormente
recorrieron los países dominantes y repiten sus políticas y estrategias
económicas, eventualmente gozaran de una posición análoga” (Hardt y
Negri:2006:251)
Para el caso brasilero, la situación deja en evidencia, sobretodo en el aspecto teórico una
evidente similitud:
Sin tener que hacer un examen exhaustivo puede saberse con certeza que la tónica de
Latinoamérica fue el haber saltado la fase de la industrialización, lo que ha venido
importando incesantemente hacia América latina un lastre que otras naciones ya
superaron: la dependencia de las exportaciones. Y si bien, los términos del intercambio
no siempre se deterioran, las fluctuaciones en los precios de los commodities sigue
determinando en buena medida a las economías locales, las que en su mayoría han
tercerizado sus ejércitos laborales, no en la misma medida que lo han hecho las
economías centrales, esto es pasando desde una mano de obra industrial hacia una
altamente especializada en el sector servicios, sino especializando a la mayor parte de su
población en la ejecución de servicios de poco valor agregado y poca trascendencia
económica a favor del continente. Brasil es sin duda la excepción a esta lógica pues ha
conocido desde 1930 en adelante una dinámica ininterrumpida de industrialización,
transversal a los gobiernos de turno: esto es una real Política de Estado.
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cuyo discurso tampoco vale la pena entrar a detallar, pues se trata del discurso cotidiano
con mayor presencia, hegemónico.
Para nuestros fines deberemos tener en cuenta una condición fundamental, si se juzga la
integración de América Latina con respecto a su condición de posibilidades, no
podemos sino aceptar que el vacío de poder político que aceleradamente los Estados
Unidos empiezan a evidenciar en la región, fruto de la desafortunada imposición de una
“Guerra contra el terrorismo” inexistente en América Latina y del natural desgaste de la
ideología neoliberal como práctica - sobretodo luego de la crisis con epicentro en wall
street de 2008 - abren las posibilidades de proyectos alternativos del norteamericano:
Existen al menos dos razones concretas para prever en el corto plazo escenarios que
posibiliten la integración política de Latinoamérica, no tanto por el revivir del sueño de
Bolívar, sino por las mismas dinámicas que en su momento determinaron el aislamiento
de las economías latinoamericanas, existen principalmente, desde el punto de vista de
los grandes procesos dos razones de peso para pensar en un fenómeno tal, la primera de
estas es que:
37
Varas, Augusto, Brasil en Sudamérica: De la indiferencia a la Hegemonía, en “Revista Comentario”,
FRIDE” Madrid, Mayo 2008.
76
La segunda de estas condiciones se deriva de la primera. Y es Dentro de estas, que la
interacción política se asoma como un imperativo, pues solo en la medida que puedan
fortalecerse los lazos de integración regional en la práctica, Latinoamérica estará mas
cerca de superar lo que ha venido siendo su historia o lo que es mejor, convertirse en el
propio agente de su historia. Un intersticio de poder, como el producido por el traspaso
de un patrón hegemónico a otro, quizás no sean oportunidades que puedan verse dos
veces en una vida:
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CONCLUSION
A Juzgar por nosotros, la hegemonía es siempre un proceso dual que tiene que ver mas
con la aceptación que con la imposición, Cuba ha sido un ejemplo de aquello y de ahí su
importancia política, no como una pasional añoranza por su revolución y su gesta, sino
por que, en tanto país autónomo, ha decidido para bien y para mal su propio camino a
seguir. De esto se pueden sacar dos conclusiones fundamentales, por una parte la
Hegemonía norteamericana en Latinoamérica no puede ser interpretada solo en términos
de dominación, ya sea política y económica, sino que debe ser interpretada también
como “transacción”, de los grupos dominantes que “pactan” y de esa forma “tiñen” y
llenan de significado sus respectivos dominios políticos. Pensar en la hegemonía como
condición natural o ley inmanente del sistema interestatal moderno es desdeñar en un
alto grado la importancia de lo político. Un país poderoso puede proponerse y proponer
a otros su voluntad, pero siempre está la posibilidad que en esto medie lo político en
términos de rechazarle.
Nuestra idea ha sido, ver la hegemonía no como una condición natural, creemos que no
existe una “naturaleza” dada ni en las relaciones internacionales ni en la economía, ni en
la política. Todo aquel constructo que quiera plantearse en los términos de una
naturaleza, o ley del sistema, merece una duda. De esta forma, hemos decidido
imbuirnos en la lógica Wallersteiniana, a la que finalmente deberíamos denominar como
ejemplo último del pretendido cientificismo empirista anglosajón. Pero no solo eso.
Puesto que muchas de las figuras que Wallerstein usa en su análisis, parecen ser el
reverso de las categorías de la economía liberal, puesto que no se asumen aquellos
intercambios que “no dejan rastro”. Si se ciñe a la documentación de los intercambios
“legales” cualquier explicación está dejando por fuera ciertas ventajas “imponderables”
de algunas economías por sobre el resto. Por estas razones decidimos desechar cualquier
“encuadre” de una situación concreta en el marco de la teoría de los sistemas – mundo.
Creemos que afirmar una “verdad” histórica absoluta en el terreno de la economía es
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jugar el mismo juego del liberalismo, pero desde otra trinchera, aún políticamente
correcta. Por lo tanto decidimos centrarnos en la condición hegemónica como proceso
de significación de luchas políticas y económicas concretas, en lugares concretos.
Creemos que esta es la única forma de no entrar en moldes que solo facilitan las
posibilidades de equivocarse. Si la utopía liberal y su teoría de la torta resultan poco
creíbles, la teoría de sistemas – mundo y su imagen del “fin” del sistema no es una
buena contraposición. Después de todo, el mismo sistema se llevará a sí mismo a un
final, en los próximos 40 o 50 años. Aquel argumento, no nos parece razonable.
Para sobrellevar la pesada carga de tener que analizar todas y cada una de las
situaciones que el análisis se proponga, se debe salir de los moldes hechos. Entonces,
para nosotros, la primera condición para la existencia de una hegemonía, será la de la
existencia del espacio y del lugar que la aloje, Latinoamérica, en su condición de
subcontinente “descubierto” y conquistado por las potencias centrales,
fundamentalmente europeas, ha sido históricamente un lugar vacío, a la espera de ser
ocupado por uno u otro proyecto hegemónico, la voz del padre anglosajón o el
significante Amo del mercado dictan la pauta. Las vicisitudes del juego por la primacía
en el sistema mundial han traído a una u otra potencia de turno a ocupar el lugar de
mando en cuanto a proyectos y visiones de futuro se refieren, en este y en otros
contextos del mundo la economía capitalista y su sistema no ofrecen alternativas fáciles
para salir del influjo de estos proyectos foráneos, en respuesta la fuerza no ha sido pocas
veces ocupada para hacer “entrar en razón” a los latinoamericanos en general, y muy
lamentablemente a los chilenos en particular sobretodo hoy, cuando la herramientas de
dominación cultural parecen ser tan efectivas y sofisticadas.
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Una tragedia de proporciones puede no representar un negocio tan rentable como para
ser asumido. Pienso en Haití.
Por otra parte el neoliberalismo como fenómeno partió en Chile, para dar por cerrado
temporalmente el debate acerca de la pertinencia del sistema capitalista, “el gran
debate” de la década del setenta. Por la fuerza los chilenos y los habitantes de América
Latina debieron aceptar que el mercado era la única alternativa, la advertencia
tatcheriana acerca de que no había otra alternativa terminó convirtiéndose en un axioma
alienador que durante cuarenta años ha regido los destinos del subcontinente. Aquel
debate reprimido por medio de la fuerza, vuelve disfrazado de peleas particulares,
colmado de connotaciones culturales, se asoma en la realidad misma y emerge como
una serpiente de mil cabezas, los aparatos de inteligencia y los aparatos represores de
todos los Estados del mundo saben con bastante claridad que existe “una cosa”
innominable que cada cierto tiempo perturba nuestra normalidad capitalista y si bien, es
apenas perceptible, las variaciones y los flujos, altamente inciertos de la economía
mundial, abren nuevas chances para manifestaciones que solo parecen inconexas por el
hecho de ser parte de un mismo sentimiento. De todas formas, el capitalismo siempre
va un paso adelante integrando y domesticando muchas de estas luchas. Sin embargo, el
mismo fantasma que recorrió Europa a principios del XIX vuelve a asomarse, con otras
vestimentas, por otros medios.
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clientes, ubicados entre las mas férreas oligarquías locales. El caso chileno es
paradigmático de este sinsentido, si se quiere un termómetro de la testarudez anti
soberana, del vivir en cuerpo y alma para otro, relegando por eso el bienestar de su
mayoría. La actitud de desprolijidad en materia minera es el síntoma mas evidente de
nuestros tiempos, pero culturalmente el escenario no es mejor. Chile ha perdido no solo
amplias cotas de su soberanía económica, sino también su identidad soberana, su
identidad cultural. De lo que trató esta tesis, fue de poner de manifiesto, algunos
elementos a reconsiderar en la difícil, pero honrosa misión de recuperarlos.
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