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LA EUCARISTÍA FUNDAMENTO DE FRATERNIDAD Y

UNIDAD EN LA IGLESIA

 La Eucaristía crea comunión y educa a la comunión.


 San Agustín decía que Cristo el Señor consagró en su
mesa el misterio de nuestra paz y unidad; y agregaba
además que si nosotros somos el Cuerpo y los miembros
de Cristo, sobre la mesa del Señor está el misterio que
somos nosotros mismos.
 Los cristianos descubrimos en la Eucaristía una fuerza
única. De ella brota la comunión. Porque es comida y
bebida de comunión con Dios, es también comida y
bebida de comunión con los hermanos.
 Como actualización sacramental del único Sacrificio de la
Cruz, es también sacrificio que hace la comunión entre
los miembros del cuerpo. Presencia viva de Jesús, la
Eucaristía es signo inequívoco del Resucitado que no nos
ha dejado solos y que en la noche de la historia camina
junto a su pueblo, forjando la unidad de aquellos que
peregrinan al encuentro con el Dios vivo.
 La Eucaristía es para nosotros los cristianos el lugar
privilegiado donde la comunión es anunciada y cultivada
constantemente. Ella debe ser la clave de la vida
cristiana del docente de educación Religiosa, eso quiere
decir que esa fuerza única, nos educa en la comunión, de donde brota la unidad. Desde la Eucaristía,
anunciamos y cultivamos la comunión no como algo que viene de nosotros, sino como un don y
una tarea que vienen de Jesús.
 En la Eucaristía está presente toda la Iglesia: "formamos un solo cuerpo y un solo espíritu". La caridad
de Cristo infundida en los que comulgan los une con un vínculo de caridad, pero, además, los une
también con los que ya han alcanzado triunfantes la vida eterna, y sirve para salvar a los que
purifican su vida terrena en el Purgatorio con los sufragios que se ofrecen.

SACRAMENTO DE UNIDAD.
Al referirnos a la Eucaristía como Comunión,
estamos proclamando nuestra unión entre todos los
cristianos y nuestra adhesión a la Iglesia con Jesús.
Por ello, la Eucaristía es un sacramento de unidad
de la Iglesia, y su celebración sólo es posible donde
hay una comunidad de creyentes.
A través de la Eucaristía se alcanza, cada uno según
sus disposiciones, la unión con Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo en Jesucristo. Al recibir la
Eucaristía se realiza la unión con la humanidad de
Cristo y a través de ella con la divinidad: "quien
come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y
yo en él" (Jn. 6, 56)
Esta unidad comprende pues una :
1) Unidad con Cristo, que es la fuente de vida. Esta unión es real y plena mientras subsisten las
especies eucarísticas en el que comulga.
2) Unidad con la Iglesia. La Iglesia se congrega fundamentalmente en torno a la Eucaristía: "en el
sacramento del pan eucarístico se representa y se reproduce la unidad de los fieles, que constituyen un
solo cuerpo de Cristo" (LG, 3) Por la comunión, los cristianos se hacen "cada uno miembro del otro"
(Rom. 12, 5)
"Porque el pan es uno, somos muchos en un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan"
(1 Co, 19, 17)
3) Unidad con el género humano. La Iglesia tiene como fin unir a todos los hombres con Dios. Esta
unidad se realiza en germen en la Eucaristía, con la esperanza de que se haga realidad en una comunión
plena.

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4) Unidad con los demás cristianos. La Iglesia desea,
con todas sus fuerzas, realizar la voluntad de Cristo de
que todos sean "un solo rebaño con un solo Pastor" (cfr.
Jn. 10, 16) Si no se da una unión plena en la fe de los
creyentes en Jesucristo tampoco se puede dar una
intercomunión en el Cuerpo de Cristo, pero esta unión
es pedida intensamente en la Eucaristía para que
desaparezcan las barreras que impiden la comunión
total de los cristianos en una sola fe, un solo Bautismo y
una sola Comunión.

La Eucaristía, bien vivida y celebrada, con sinceros vínculos de caridad, nos conducirá a enfrentar uno
de los principales problemas contemporáneos de la fe: superar«la ruptura entre Evangelio y cultura», la
separación entre la fe y la vida, ladivisión en la pluralidad de costumbres y creencias, hasta lograr
vínculos de unidad en la fe, en medio de la pluralidad social.
Los tiempos nuevos que vivimos, los de la Postmodernidad, entre nosotros secaracterizan por un
marcado individualismo, acentuando una «cultura de la diferencia», es decir, de las discriminaciones, de
un pluralismo ideológico, ético y religioso que privilegiaese inmediatismo que busca gozar el presente y
olvidar el pasado, que valora más la eficacia y se cuida más de las formalidades que de la misma
solidaridad y del valor personal.

SACRAMENTO DEL AMOR FRATERNO

 La misma noche que Jesús instituyó la Eucaristía,


instituyó el mandamiento del amor. Por lo
tanto, la Eucaristía y el amor a los demás tienen
que ir siempre juntos.
 Jesús instituye la Eucaristía como prueba de su
inmenso amor por nosotros y pide a los que
vamos a participar en ella, que nos amemos
como Él nos amó. Y, en este sentido, la
Eucaristía tiene que estar necesariamente
antecedido por el Sacramento de la
Reconciliación pues el recibir el "alimento de
vida eterna" exige una reconciliación constante
con los hermanos y con Dios Padre.
 Encontrarnos con Jesucristo Eucaristía, es adentrarnos en la exigencia y dimensión de la fraternidad y
de la unidad. El verdadero encuentro con Jesucristo vivo, consiste en dejarnos encontrar por Aquél
que nos da todo y para siempre; y de parte nuestra, saberlo recibir y abrir nuestra vida, dócil y
generosamente, a la vida que Él nos regala. Jesucristo es la misma fraternidad que se encarna en
medio de los hombres:
«El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Jn 1, 14). Tomando la carne de nuestra carne y
huesos de nuestros huesos, se hizo igual en todo a nosotros, menos en el pecado. Así, se hace
hermano con todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares.
 Jesús quiso quedarse con nosotros antes de ir al Padre Dios, y lo hizo de manera sublime en la
Eucaristía, para seguírsenos dando todo, sobre todo en la dimensión de ser hermano y salvador. En
efecto, al comer su Cuerpo y beber su Sangre, comemos y bebemos la fraternidad del Señor,
confirmando que Jesucristo es origen y fuente de fraternidad. Así lo entendieron, comprendieron,
contemplaron y vivieron los Apóstoles: «Santiago, Pedro y Juan... nos estrecharon la mano a mí y a
Bernabé en señal de comunión (fraternidad)» (Gál 2, 9). Y San Pablo lo revela: «Porque, aun siendo
muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un mismo pan» (1Cor 10,
16).
 Esa vida entregada de Jesús queda condensada en el gesto de despedida que Jesús nos dejó y nos
mandó actualizar.
 Como recapitulación, y como recepción, de la vida entregada de Jesús, la eucaristía es el sacramento
de la fraternidad, igual que el bautismo es el sacramento de la filiación.
 La Iglesia, en efecto, ha calificado siempre al Jueves Santo, que conmemora la institución de la
Eucaristía, como “día del amor fraterno”. Y para san Pablo era muy importante destacar la profunda
unidad (“corporal”) de todos los que participan en la Eucaristía, precisamente porque en ella “el pan
que separte no es más que uno”: la persona entregadadel Señor (cf. 1 Cor 10, 17).

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 Según una oración muy conocida del sigloII, los primeros cristianos celebrabanagradecidos que así
como los granosde trigo desperdigados por loscampos han sido unidos para formar unúnico pan,
del mismo modo los sereshumanos, con nuestras distancias y diversidadesnos encontramos
formandoun mismo cuerpo gracias a la Eucaristía.

VIVIR LA EUCARISTÍA EN MEDIO DEL


MUNDO CONTEMPORÁNEO
Predicar la Buena Nueva en medio de un mundo
que cambia de manera tan vertiginosa, trae consigo
grandes retos, para quienes colaboramos en la
misión evangelizadora.
RETOS:
a) Reconocer la ambivalencia religiosa de la
postmodernidad. La cultura postmoderna no es
totalmente religiosa, ni antirreligiosa.
b) Superar el secularismo postmoderno:
- Fomentar la sabiduría popular, que en el dolor y el
sufrimiento encuentra un desafío para su fe, pero en sus manifestaciones festivas también expresa una
esperanza y convivencia alentadoras.
- Emplear un lenguaje apropiado a la pluralidad de los destinatarios.
- Reconocer el protagonismo de los laicos en las diversas modalidades de inculturación del Evangelio,
en las que ellos deben ser testigos presénciales, y formarlos para ello.
- Aprovechar el clima postmoderno de diálogo para promover elecumenismo.
- Ejercer la tarea teológica sólida y libremente crítica, como lo exigen los cuestionamientos
postmodernos.
- Buscar una síntesis vivencial de la fe en una praxis que concilie acción con contemplación,
compromiso con trabajo, y las relaciones humanas.
c) Reconocer éticamente los valores de la cultura postmoderna de la imagen:
- Reconocer lo plural-diverso, es decir, que el otro tiene una dignidad yderechos que han de ser
respetados. De ello se sigue la exigencia de la tolerancia, entendida como la apertura que valora la
diferencia del otro, lo escucha y convive con diversos modos de ver y apreciar la vida.
- Abrir espacios y admitirlos para convivir solidariamente y en pequeño (familia, barrios, deporte,
comunidad, etc.).
- Reconocer lo sensible-afectivo, contra la tendencia a considerar al ser humano como primordial, y
hasta exclusivamente, intelectual.
Reconocer el rostro de Cristo en los rostros de los pobres.

LA EUCARISTÍA EXPRESADA EN ACCIONES


FRATERNAS Y SOLIDARIAS
Por consiguiente, la Eucaristía celebrada y vivida nos
exige seriamente:
 Impulsar una cristología integral, fiel a la misión
evangelizadora de Jesús, y una evangelización integral,
cuyas dimensiones pastorales se relacionen de manera
que se expresen en comunidades vivas y evangelizadoras.
 Promover una eclesiología equilibrada entre la
concepción de Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, y
de Iglesia como Pueblo Santo de Dios.
 Cristianizar el sistema socioeconómico actual,
haciéndolo más humano con los valores de la solidaridad
y la justicia social.
 Impulsar una Pastoral Litúrgica centrada en la Eucaristía, de tal manera que se fundamente en la
Pastoral Profética y se proyecte, con su fuerza de transformación, en la Pastoral Social.
 Lograr que la Eucaristía sea una celebración de la vida, a la luz del Misterio Pascual de Cristo, de
manera que sea punto de llegada y departida de la vida del discípulo.
 Hacer que la celebración de la Eucaristía sea celebración de la fraternidad, que se convierta en
solidaridad concreta: ofrendas a favor de los pobres, homilía que ilumine las necesidades más
urgentes de la comunidad, celebración que tome en cuenta las realidades más expresivas y nos
impulse a acciones comunes para poder superarlas.
 Promover el culto de adoración a Jesús Eucaristía.

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 En su Eucaristía, Jesucristo nos dio el vínculo
perfecto de unidad y fraternidad entre Él y
nosotros, y entre nos otros mismos.
 Tal vínculo de caridad y unidad nos lo confirmó
en la misma institución eucarística de la Última
Cena, al lavarles primero los pies a sus discípulos
y, en seguida, ofrecerles el pan y el vino, signos de
su Cuerpo y Sangre, para que los comieran y
bebieran, y estuvieran así, en íntima unión con Él,
su Maestro (cfr. Jn 13, 1 ss.).
 Jesucristo no encontró otra forma más íntima de
caridad y unidad permanente con susdiscípulos.
 Las múltiples manifestaciones de amor, caridad y
unidad de Jesucristo para el pueblo y, en
particular, para con sus discípulos, fueron en un contexto eucarístico: con la multiplicación de
los panes para un pueblo hambriento: «tomó», «bendijo», «partió» y «compartió» (cfr. Mc 6, 41);
signo de misericordia y vida nueva para los pecadores: como la cena con el fariseo Simón (cfr.
Lc 7, 48-50); o la visita a la casa de Zaqueo (cfr. Lc 19, 1-10); para fortificar la fe y confianza de
sus discípulos con su resurrección, en el Cenáculo (c fr. Lc 24, 42); los discípulos de Emaús
descubrieron a Jesús en la fracción del Pan (cfr. Lc 24, 30).
 El verdadero vínculo de caridad y unidad que lograron vivir los primeros cristianos, fue en sus
encuentros para la Fracción del Pan (cfr. Hech 2, 42).

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