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Literario

Núm. 20, Año 2 MARZO 2011

Cabronzuela accidentada

Imágenes

de

Alina Poulain

Costo de recuperación $10.00


Nuestros nuevos
colaboradores SUMARIO
Alejandro Campos Oliver (México, D.F.,1983).
Licenciado en Docencia por la UAEM. Diplomado en 2 De la mujer y un libro pendiente
Artes Plásticas por el CMA. Especialidad en Edición
por el Grupo Editorial Versal S.C. en la Casa del Editorial
Libro de la UNAM. Autor de siete libros, los más
recientes: Melancolía del olvido (UNAM, 2009) y Som-
bra (FONCA-CONACULTA, Eternos Malabares,
Ayuntamiento de Cuernavaca, 2010). Becario de 3 Poemas
Jóvenes Creadores (Literatura) FOECA - Morelos -
CONACULTA (2004-2005 y 2009-2010). Incluido en Alejandro Campos Oliver
más de treinta antologías de Iberoamérica. Sus textos
han sido publicados en una hilera de revistas y suple-
mentos culturales del país y el extranjero. Profesor-
Investigador de Lengua y Literatura del IEMS DF de 7 Pesadillas (Tercera parte)
tiempo completo. Preside la cátedra “Miguel Escobar”
del plantel Salvador Allende GAM 2. Catedrático de Francisco Enríquez Muñoz
nivel superior y coordinador de talleres de expresión
escrita, apreciación y creación literaria. Director y
editor de diversas publicaciones culturales. Ha parti-
cipado en numerosos encuentros literarios nacionales 12 La fauna de Comala
e internacionales en México, Canadá, Cuba, Perú,
Ecuador, Colombia y Uruguay. Premio Estatal de la
Javier Gaytán Gaytán
Juventud Morelense 2009 por trayectoria artística.
Profesor Honorario del Colegio de Posgrado de la
Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión de
Perú. 14 Él
Javier Gaytán Gaytán. (México, D.F., 1971)
Licenciado en Letras Hispánicas por la UAM, actual-
Verónica Nagore
mente estudia la carrera de Creación Literaria en la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ha
participado en talleres de análisis y creación literaria
con Andrea Montiel, Alán Aguilar, Carlos Illescas, 15 Breve cuento de Josefina
Iliana Godoy, Dolores Castro y Galdino Morán. Daniel Jiménez
Daniel Jiménez. (México, D.F. 1983) Vive y trabaja
en Xochimilco. Dibuja y escribe en sus ratos libres.
Tomó un diplomado de anatomía de la figura humana
en el Centro Cultural Helénico. Pertenece, desde el 18 Desiertos
año 2007, al taller de dibujo al desnudo impartido por
el maestro José Barbosa en la casa de cultura “Jesús Alejandro Reyes Juárez
Reyes Heroles”. Ha participado en varias exposiciones
Artista invitado: colectivas y en diversas actividades culturales.
Alina Poulain Welles. . Enrique Urrutia. (Xochimilco, 1947) Economista,
Nuevamente nos acompa- presidente del Consejo de Fomento Cultural de 19 Cuatro poemas de amor
ña esta diseñadora y artis- Xochimilco, A.C., miembro del Patronato del Parque
ta mexicana de un estilo
muy definido y fresco.
Ecológico de Xochimilco, A.C., miembro del Patrona- Gabriel Herrera Salazar
to de Centros de Integración Juvenil, A.C., director de
teatro, promotor cultural.
21 El tío Jocundo y la olla de barro
Enrique Urrutia

23
Instrucciones (fragmentarias)
revolucionarias
Misael Rosete

24 Un hombre llamado Francisco


José Bertoldo Peralta Martínez

30 Mirando las miradas que te miran


Arturo Texcahua

33
Bandeja de entrada
Nuestros lectores

revista de literatura y creación


No. 20, Marzo 2011, es una publicación impresa y electrónica mensual editada por
Colectivo Trajín: ◙ Elizabeth Llanos ORGANIZACIÓN Y LOGÍSTICA ◙ Marlene Galicia
DIFUSIÓN Y PROMOCIÓN ◙ Arturo Texcahua EDITOR ◙ Samuel Arias CORRECCIÓN
Registros en trámite. Todos los textos aquí publicados son propiedad de sus autores y están
protegidos por la Ley Federal de Derechos de Autor. Queda prohibida cualquier reproduc-
ción total o parcial sin previo aviso de los autores y/o sin mención de la fuente.

colectivotrajin@gmail.com 2011 Marzo 1


http://trajineros.blogspot.com
Editorial Opinión Alejandro Campos Oliver Poesía

De la mujer y un libro pendiente Poemas

E
l día de la mujer está en marzo y en algunas ofici- 4
nas públicas lo festejan dando el día a sus trabaja-
doras y organizando ferias de la belleza y del Cansado
hogar, para que las mujeres adquieran cosméticos retrocedo a un imperceptible bosque
y cremas para verse siempre jóvenes, ropa de moda, bolsos Inmóvil
y zapatos, y otros objetos que, de acuerdo con el discurso anclo mis ojos a la orilla afluente
de quienes apoyan esas ferias, les gustan a las mujeres. En
algunos casos hasta hacen festejos donde rifan licuadoras, —aturdido—
planchas y cafeteras. Prácticas y regalos ―muy apropiados‖ —exhausto—
para reflexionar sobre la condición de la mujer en el mun- —contrito—
do. Para algunas ese día se ha convertido en una fiesta más
y esperan recibir regalos de los hombres de su vida: hijos, (escribo en una piedra que pule el río)
novios, esposos. En el colectivo Trajín lo recordaremos de
otra manera. Para la semana del 7 al 11 de marzo se ha pro- Me desintegras como una brizna
gramado un ciclo de cine que nombramos: ―Abusos, pro- que de asombro
blemas aún vivos‖, y que incluye cinco películas contem- se p-u-l-v-e-r-i-z-a
poráneas que abordan algunos de los atropellos que siguen
presentes en la realidad cotidiana de las mujeres. En Flor (y así disuelto reescribo)
del desierto se denuncia la salvaje mutilación sexual que
sufren las mujeres en África, la tristemente célebre ablación Terminas con mis neuronales vericuetos
de clítoris. En Te doy mis ojos se destaca la violencia física entre frágiles desaires
y sicológica contra las mujeres en el entorno de la relación enramas ecuatoriales tardes
de pareja. Grbavica: El secreto de Esma subraya de manera enigmáticos afectos sin prisa hilvanas
sutil y conmovedora el drama que conllevan las violaciones No tienes estación de afluencia
de que son objeto las mujeres en las guerras, donde conti- y tus ojos son acrobacia de magnolias
núan siendo las principales víctimas. Agua levanta la voz Tu sonrisa mural de crepúsculos
sobre las viudas en la India, donde adquirir esta condición eres llano inconquistable prorrumpiendo en lejanías
es una desgracia que estigmatiza a estas mujeres y las con- que abate pentagramas de esmaltes intangibles
dena a castigos y abusos. Tráfico humano nos llama a cono-
cer de la trata de mujeres y niños en el mundo, actividad Gracias por colorear mis abismos
que da enormes ganancias al crimen organizado. Después por recordarme que debo amar la vida
de las seis de la tarde, los esperamos en la Casa del Arte, como las cigarras después de la lluvia
Morelos 7, en el centro de Xochimilco. por mostrarme que difícil es
En este número, además de poemas y relatos varios, se escalar una montaña de enigmáticos sonidos
integran tres textos relacionados con la Revolución mexica-
na. Es cierto, su publicación se realiza a destiempo del fes-
tejo centenario. Son algunos de los que se recibieron de los 7
vecinos de Xochimilco como respuesta a una convocatoria
(en la que también participamos) de la delegación política
del mismo nombre, para integrar un acervo y un libro que Tienes
vería la luz por allá por el veinte de noviembre del año pa- la mirada más volátil que la sonrisa de un gato
sado. Pero como se ve, a veces los planes y los recursos el hálito del río amazonas
gubernamentales toman rumbos caprichosos y el dinero que tienes
un día había sido previsto para determinado proyecto, otro haces
día es reasignado, para atender, suponemos, asuntos priori- suspirar los árboles
tarios. Confiamos en que en uno de estos días (ojalá que no bambolear los mares
sean años) la delegación Xochimilco cumpla su promesa y haces
lo publique, o al menos nos permita editarlo con otro patro- Eres
cinio. el origen de las nubes
el nombre genérico de los más sublime del día
un monte trasnochado que engendra contemplaciones
de alba

2 Marzo 2011 2011 Marzo 3


Poesía Alejandro Campos Oliver Poemas Poesía

el alud de centelleos de una luna aún no descubierta 21


todas las estaciones juntas
un bosque de espejismos telaraña Y al final sólo quedan migajas de noche que pronto
una tribu de pájaros deglutiendo poemas terminan
eres siseos de subterráneos de mundos plenos de montículos
de nubes
Fertilizas el sueño de arcaicos dioses sombrías sordinas donde las malas lunas
detienes la circulación sanguínea reflejan sílices de tonos ocres
haces que todos los insectos cincelen horizontes
o que los leones y los búfalos entierren encolerizadas Subyugado a tu recuerdo sigo
mentiras como caracol de turno buscando alas
exprimes hasta la última veta de antiguas lluvias como cocuyo de errante luz
irrealidad infundes con el toque meñique de tu dedo perdido en el utópico mapa del destino
decantas las metáforas con uno de tus gestos transito por los ásperos senderos
relampaguean los sonidos en distancias diacrónicas del olvido que no llega
cuando me das un beso atajos de estalactitas de niebla que secan
cada atardecer al evocar tus labios
tus labios murmullos de caídos cielos
hacen de mi vida de días de embriagados cristales
una erupción violenta sin direcciones o contemplaciones de un mar que se extravía
de madrugadas de ríos y olas separando ensueños
días vagabundos que llevan cuarzos en las manos
con la esperanza de engullirlos
en la cima de una montaña
huraños días poblados de imágenes que tal vez jamás
existieron

30 22

En reflejos de hielo y abismos transparentes


Tus ojos de gato italiano Se pierden cada día tus palabras de hierba de asfalto
me hacen deambular con mi destino y acunando recuerdos con el oleaje de la lluvia
que por ti extraño el ritmo de mis horas contigo
cuelga en hilos de arena movediza deambulo sobre una espuma que empuja con inercia
el viento
Caigo en la jungla del recuerdo busco tu nombre que se cuela
de tus besos de luna descalzo entre mis dudas
que los vientos cantan y trato de huir de las palabras
en polifonía sinérgica de insectos que el pensamiento aridan
no quiero escapar del ayer
Hurgador de silencios sólo intento cincelarte un adiós
verdugo de recuerdos para volver a beber diez litros de té de lavanda
soy perturbadora melancólica mientras un chupamirto canta en una flor
que misántropo corre buscando el sabor o dormir al pie de un pirul cuando se funden los ecos
de lluvia y hojarasca por tu cuerpo bajo el origen de los cielos

Y así te espero que borras los grises naufragios con tus besos azules
como raspando hielo con agua fría llévate contigo las demenciales historias de amor por ti
puliendo granito con semillas de abeto cóselas a tus labios que tosen el viento con sonrisas fatuas
escribiendo con rugidos de nieve arrebátame las mojadas historias que eructan tus
en los tallos de antiquísimos árboles danzas apócrifas
en inviernos de playa bébete tus cantos enmohecidos de mentiras
contemplando día a día la distancia que nos une termina de sangrar tus oxidados dolores
el instante que deviene de remansos mientras yo consigo pulverizar el espejo
y esperanzas que aún no acaban que aún dibuja la silueta de tu sombra

4 Marzo 2011 2011 Marzo 5


Poesía Alejandro Campos Oliver Francisco Enríquez Muñoz Narrativa

24 Pesadillas (Tercera parte)


Esta tristeza vaga es como andar sobre un tapete de
agératos

1
en el borde de un abismo
transitar de intranquilidad que avanza hacia lo desconocido . Tu casera te dice que rentar es algo que sólo los
y mira con persistencia hacia atrás tontos hacen.
2. Cristo regresa a la Tierra y se hace llamar Bill
Nostalgia que inquiere el sur para que el norte no Gates.
la destruya 3. Eres escritor en un país donde casi nadie lee libros.
hilera de memorias ingenuas 4. Se te caen los dientes.
con esperanzas de atrapar un disipado paraíso 5. Freddy y Jason aparecen bailando en un video musical de
que se disgrega Ricky Martin.
y se convierte en paisaje inédito de palabras vanas 6. La nave que trae a Superman a la Tierra aterriza en Cuba.
7. Los cenobitas ahora se dedican a atender el mostrador de
Días pálidos de tonalidades infames una sex shop.
que diluyen sonrisas 8. Dice que te quiere pero no como tú quieres que te quiera.
y hacen chapuceros las miradas 9. Te gastas toda tu quincena en una sola noche.
como marchitas florestas de alucinantes telarañas 10. Te valoran por el dinero que tienes y por la ropa que
que bajo siete oscuras lunas crecen vistes.
y arrastran alebrijes con retazos de pijamas 11. Todos te preguntan cómo estás, pero nadie espera a que
le respondas.
Álgidas piruetas 12. Un estúpido de quince años embaraza a una estúpida de
centelleos de estrellas que profanas caen trece.
repiquetean con un tronar de peces en aleteos pálidos 13. No sabes cuánto tiempo llevas en este sitio, ni dónde
y al horizonte un cenit engendra aprisa malestares que estabas antes de venir aquí.
erupcionan 14. Todos los días se parecen a éste.
Cima de esturiones que desovarán serpientes enfermas 15. Tu esposo perfectamente vestido con un elegante traje
de un grotesco sol a la distancia replegándose color café, tumbado en la cama sobre su propia sangre. Las
Viento sobre trueno venas limpiamente cortadas con una navaja de afeitar, caída
sonido que ni la lluvia salvar podría a pocos centímetros de la cama.
trizas que roen aturdidas esperanzas 16. Afuera el cielo se ha oscurecido tan deprisa que los
agujeros al aire jugando melodiosos coches en la calle aún no han tenido tiempo de encender los
burla de demonios que arriban gruñidos de húmedas faros, y las farolas, por supuesto, aún están apagadas, y
cenizas todo ha adquirido un tono tan siniestro, aunque en realidad
para martirizar los blandos recuerdos a tu lado apenas son las tres de la tarde.
17. Ya no estás delgada como antes porque las mujeres a
partir de los treinta, incluso las delgadas, empiezan a tomar
la forma de sus madres.
18. Una mujer gorda observa fijamente, con una completa
desolación de ánimo, a la chica del bikini azul que exhibe
con orgullo sus medidas perfectas en un anuncio de papas
fritas.
19. Mientras hacían el amor, te has dado cuenta de que ella
se miraba en el espejo todo el tiempo. No te miraba a ti.
20. Sus dieciséis años no se ven por ningún lado; han que-
dado ocultos tras el maquillaje, tras el tinte artificial de su
cabellera, tras el vestido ajustado y los zapatos de tacón.
21. Al principio tú necesitabas estar sola, a pesar de querer
estar con él y ahora en cambio necesitas estar con él, aun-
que quieras estar sola.
22. En el hotel de paso, en mitad de la noche, sólo se oye
rezar a una mujer.
23. ¿Qué demonios mantiene a México clavado en la fe del
pasado? La falta de fe en el futuro, seguramente.
24. En el panteón hace un día tan bonito que casi da pena
pensar que toda esa gente esté muerta.

6 Marzo 2011 2011 Marzo 7


Narrativa Francisco Enríquez Muñoz Pesadillas Narrativa

25. La venganza aplazada que guarda tu hijo en los puños dulidad con que ella lo miraba a él, pero el semen continua-
apretados mientras duerme. ba saliendo disparado hacia el techo como pálidos fuegos
26. Una ambulancia y dos coches de policía detenidos fren- artificiales.
te a una funeraria. 45. Ya no hay espacio para los sueños.
27. Sigues esperando que regrese alguien que ya ha muerto. 46. Tu vagina empieza a aspirar la lengua, los labios, la
Pasan los veranos y los inviernos, pero ni los unos ni los nariz, los ojos, las mejillas, la cabeza, el cuello, el cuerpo,
otros cambian nada. los pies, hasta que él desaparece por el agujero.
28. Tu padre se queda mirando a tu mujer con los ojos re- 47. Todo tiempo pasado fue mejor.
fulgentes de los hombres hambrientos. 48. Piensas en un óvulo fecundado, y sobre todo piensas en
29. Tres muchachos están peleando y fornicando a la vez las enfermedades posibles, en alguna que esté ya incubando
con una anciana. en tu sexo o, peor, más adentro de tu ser.
30. Cenamos. Luego pasó un rato sin que nada pasara. De 49. Antes bastaba con soñar.
pronto, mi hermano sacó su estuche fálico y empezó a mas- 50. Sangrando, ella me miró con cara de sádica y me dijo:
turbarse. Entonces fue cuando mi mamá se arrodilló y em- «¿Esto es todo lo que sabes hacer?».
pezó a chupárselo. 51. Maldita sea, ni siquiera tienes una cerveza para engañar
31. Una mujer sin hogar, habitante de las calles, discute con a la amargura.
un semáforo.
32. Unos ojos indígenas llenos de agua.
33. La renacentista suntuosidad, la espléndida abundancia
de tetas, piernas, nalgas y brazos de tu esposa, todas esas
magníficas redondeces que (no necesitas acariciarlas para
saberlo) son firmes, duras y tirantes, prensadas como si las
modelaran invisibles fajas, ligas, sujetadores, te tienen unos
segundos suspenso, ido. Pero los brazos velludos que cer-
can ese cuerpo no son los tuyos.
34. Una niña y su joven madre, desnudas, tendidas en un
mugriento colchón, no paran de suplicar y protestar, y lo
hacen a grandes voces, porque los soldados ni siquiera se
molestan en sacarse los pantalones sino que se los bajan, se
tiran sobre ellas gruñendo como animales, dándoles bofeta-
das y besos babosos, sacudiéndose, vaciándose, retirándose
tambaleantes mientras los demás esperan con el miembro
ya listo. Pero como hay más hombres que ese par de muje-
res, y puesto que muchos de ellos no tienen suficiente pa-
ciencia para aguardar su turno, en algunos casos dos o tres
erecciones masculinas utilizan simultáneamente un solo
orificio femenino. A la niña incluso le corre sangre entre las
piernas.
35. Digo «te amo» en un susurro, como si a ti te hubieran
crecido los oídos y las voces altas te pudieran hacer daño, y
mientras lo digo creo que lo siento de verdad, aunque luego
no estoy segura del todo.
36. Los años se te han amontonado encima.
37. Pensé que se había quedado dormida. Sólo más tarde
me di cuenta de que tenía mi pene hundido en su oreja iz-
quierda.
38. Todo se pierde y se esfuma.
39. Hoy me podría suicidar. 52. Todas a él le parecían preciosas, las guapas y las feas.
40. Entonces abrió los ojos, húmeda, lánguida, confusa, y Pero ninguna lo miraba.
debió luchar un buen rato para aceptar que aquella intensa 53. La mujer se desvistió y se sentó en el borde de la cama,
felicidad sólo había sido un sueño. pero una mano la sujetó de la mano, la atrajo y la obligó a
41. La desilusión que hay que tragarse. tenderse junto a un enorme perro. Entonces el director de la
42. Introduces tu pene erecto hasta la raíz y lo sacas emba- película gritó «ACCIÓN».
rrado de mierda. 54. La muchacha empezó a imaginarse con su primo-
43. El gemido del silencio se te cuela entre los huesos. hermano y a masturbarse. El primo-hermano de la mucha-
44. Después de treinta minutos, el hombre desnudo miraba cha empezó a imaginarse con ella y a masturbarse. A ambos
a la mujer desnuda con el mismo horror, con la misma incre- sólo los separaba una puerta que no tenía llave ni seguro.

8 Marzo 2011 2011 Marzo 9


Narrativa Francisco Enríquez Muñoz Pesadillas Narrativa

riódicos mienten», dijo el abogado. «Es que también lo dice


la radio —explicaron los vecinos—. ¡Y la tele!»
66. Eres expulsado del sueño por causa de los gritos orgás-
micos de tu mamá.
67. Un zombi vegetariano.
68. Sin dejar de cabalgarte un momento, ella te pregunta:
«¿Cómo te llamas?».
69. Tu mujer le dedica mucho tiempo a su mascota y dice
que es su bebé.
70. El odio pronto derivó en obsesión y, con el tiempo, ésta
se convirtió en causa.
71. Sí, te estás haciendo viejo.
72. La puta lanza por la nariz una espesa columna de humo
y aplasta el extremo del cigarrillo en mi glande.
73. Eres incluso más gordo de lo que pensabas.
74. Tu hija ya sabe cómo imprimir una ligera e ingeniosa
rotación a sus caderas al andar.
75. ¡Qué lejos están los que estuvieron tan cerca, cuán poco
importantes son ahora quienes antes eran cruciales!
76. No hay ninguna verga en esa planicie velluda que se
Gonna die son passenger

extiende hasta tus testículos.


77. Sólo la infancia tiene un lugar preciso, un intacto sabor
irreductible.
78. Por supuesto, ella está mojada, pero, ignoras por qué, te
aparta siempre la mano cuando intentas llegar a la juntura
de sus piernas.
79. Eres el protagonista de una película snuff.
80. Tu esposa y tu mejor amigo ven el letrero de un hotel
de paso sobre sus cabezas, se miran y sonríen.
55. Las cosas ya no son como antes. 81. Te has enamorado de alguien que no te ama.
56. Ella empieza a sentir un tremendo, sobrenatural placer 82. Elijes tu profesión con base en lo que imaginas que vas
ahí abajo. Un gran placer y un violento chorro de pipí. a tener de sueldo.
Aprieta los ojos para concentrarse en el placer y si abre la 83. Dudas de tu preferencia sexual.
boca es sólo para lanzar unos alaridos como de muerte, de 84. Te duele la ausencia de alguien que en realidad no estaba.
dolor, de agonía y, en realidad, son de pura dicha. Pero el 85. La sensación de presente se evapora tanto como la de
líquido que expulsa no es orina, y de hecho se trata de una futuro.
sustancia similar al semen, compuesta por bases azucaradas 86. Llueve de abajo hacia arriba.
nutritivas, obviamente sin espermatozoides. Tú sales de la 87. Endéudate.
habitación por las fauces de la ventana, acompañado de una 88. Endéudate más.
catarata de aquel extraordinario líquido. 89. Ella se quita las bragas y se levanta la minifalda. Al
57. El sol no alumbra. hacerlo, aparece una verga, gruesa y rígida, de más de vein-
58. Es viernes, es quincena, son las once de la noche y las te centímetros.
mesas aún están desnudas de clientela. 90. Traté de exagerar mi situación y recién en ese momento
59. Los aullidos de los perros convertidos en ráfagas de me di cuenta de que no estaba exagerando.
viento helado. 91. Una mosca, de un saltito, se adentra en tu ano.
60. La frustración se ve mitigada por el consuelo de tener 92. ¿Hace cuánto no sales de ti mismo para hacer algo por
una buena excusa para todo lo que no se hace o se pospone. eso que suele llamarse ―vivir‖?
61. El cenicero repleto de colillas. 93. Ya no eres niña y sin embargo lo eres.
62. No consigues distinguir la parte de afuera de la de aden- 94. No existe algo más.
tro del condón. 95. Eres una de las tantas almas que siente que no pertenece
63. Medianoche. Lluvia pertinaz. Dos goteras. Sin luz. Sin aquí ni allá.
velas. 96. Deseas algo y no sabes qué.
64. En lugar de vulva se encontró con una cerradura en me- 97. Te pasas al lado oscuro de la Fuerza.
dio de las piernas. 98. Extrañas algo que nunca existió.
65. Sus vecinos, que la conocían y que la querían, estaban 99. Lo auténtico parece artificial.
convencidos de que ella era culpable. «¿Por qué», preguntó
el abogado. «Porque lo dicen los periódicos.» «Pero los pe-

10 Marzo 2011 2011 Marzo 11


Poesía Javier Gaytán Gaytán La fauna de Comala Poesía

La fauna de Comala Desempolvo días de combate


y rasgo en vestigios
que jalonean el mar
hasta romperse.
Deshilvano esta piel
Traigo un rumor de calaveras por donde escapan mundos locos
en mis zapatos nuevos, que naufragan con tu nombre.
el sinónimo del trueno en la garganta ¿Cuándo saber de la niña
y los sueños que en ti no he probado
que despiertan epitafios en las venas. de tu orfandad
y de tus ojos cristalinos
—Una sentencia trasciende que se inundan
en el páramo inhóspito del abuelo— al columpiar un sueño?
Niña que no sabes
Me taladran los párpados cuándo habrás
las garras del buitre de retoñarme
que se refugia en Nombras cuerpo
mi pueblo. sin quebrantar lunas
abarcas silencio,
Al caminar colibrí mulato
una centella de urracas que fecundas mi tropezar entero.
golpea sobre el alba ¿Cómo Santa, cómo niña recorrer tus piernas
la incestuosa fecundación del polvo tus rincones,
tus exploradas geometrías
en las que siempre
habré de devorarte
■ y regresarás inédita?
¿Cómo decir tu nombre?
¿Cuándo habré de corretearte
Sin que los javieres desconozcan mi cuerpo
Con mi quebrantada pupila o se abriguen tus huellas
cabalgo sobre el lomo del fuego. bajo una tormenta de soles?
—La esperanza no trascurre en mi tiempo—
¡Mi padre es una complexión de hambre y luna!
Quizá por ello me he quedado solo En su ruda camisa su geografía enciende
y una espina transparente se clava en mis uñas una loca jauría que mis años sostienen
como si fueran un reloj y en su torpe nobleza pájaros le llueven,
para sus huesos sus manos se agotan.
La lengua de la orfandad Mi padre es una complexión de hambres y luna.
recorre el polvo de mi sueño Sus greñas bajo rieles siglos de nieve
que en quimeras lo derriten.
—No, no he vivido Loca alba no te anticipes.
sólo soy la huella de un disturbio— Ya sus lagunas lo evidencian,
Ya las alas de su espalda lo saben.
¡Mi padre aún está vivo!
Su esperanza de árbol es una joroba de niño
■ crece y crece.
Su traspié ha gritado
que mi padre es una complexión de
hambre y luna
En cada alma me nace que en su vivo retrato geografía me hereda
un tropezar una loco jauría que ya nada detiene.
y un papalote
en cuarto oscuro
Una jungla
y una niña que aprende cómo matar a su verdugo

12 Marzo 2011 2011 Marzo 13


Narrativa Verónica Nagore Daniel Jiménez Narrativa

Él Breve cuento de Josefina

¡ ¡¡Mmm!!! ¡¡Mm!!... Abro la puerta y estas ahí…


¡¡mmm!! ¡¡mmm!! Como siempre esperando por mí. Síí,
síííí, ha llegado la hora ¡¡por fin!!, de encontrarnos, de
sentirte, de sentirme, de sentirnos de principio a fin…
Confieso abiertamente y sin vergüenza alguna, que me
C
uando salimos de la exposición Marieli se desba-
rataba en sonrisas y risitas tontísimas por la mo-
ta. La cosa en sí era seguírnosla en una fiesta allá
por Santa Úrsula. Yo no estaba muy animado
que digamos, mi idea me atraía más: estar con Marieli, pla-
encanta, me gusta, me fascina, me seduce, ¡me impresiona!, ticar, tomar unas cuantas cervezas y regresar a mi casa.
me cautiva verte así, todo, toditito dispuesto para mí… mis Acepté mientras rascaba de mi bolsillo mi ya poco atractivo
ojos se deleitan con tu imponente, impresionante, formidable y salario del gobierno.
descomunal arquitectura, a la que resumo y califico de firme, Nuestros pasos eran rápidos, aun así, yo no me sentía
consistente, resistente, erguida y dura —muuuy dura—. tan mareado por el vino, pero cuando vi el suelo sentí como
Me gusta deleitarme con tu color, con tu olor, con tu textu- si estuviera temblando.
ra, estrujarte, apretarte y exprimirte entre mis manos esperando —Estatemblando —dije y Marieli otra vez se rió como
de tu parte ¡¡reacción alguna!!. niña.
Tú… tú impaciente, travieso y ocurrente más que presto Entretenido estaba viendo el suelo. Siempre me han
me recorres estrenando nuevas rutas, palmo a palmo desinhibi- gustado los adoquines mojados, me dan tristeza pero tam-
damente transitas mi anatomía, incluyendo mis tentadoras bién me tranquilizan.
curvas… —¿Cómo aqueoras son? —dije.
Mi silueta entera te goza, cuando llegas insolente a mis —Como las diez —contestó ella y no volteó a verme.
valles, a mis altiplanos, a mis desiertos, a mis selvas y a mis Sus ojos de sueño siguieron mirando al frente y en ese mo-
grutas… mento me dio la impresión de que era una mujer cultísima e
Te entretienes divertido entre mis piernas, y luego… luego inteligentísima. Chale, pensé.
muy tímidamente entre mis senos te paseas y sin prisas las Coyooooacán huele más a café como a las siete y me-
exploras. Atraviesas mis recovecos y te libras de todo aquello dia, eso estaba comentándole a ella cuando me pasó el ciga-
que se interponga, para humedecer mi cuerpo y enjugar mi piel rro. El humo azul ascendió en pausas y llegó a una ventana
toda. Me pones la piel chinita y siento un rico escalofrió en mi e hizo estornudar a un gato. ―Pinche gato‖, dijo ella mien-
cuello y en mi nuca. tras sonreía ya libre de objetos raros en su cara.
Eres una mezcla perfecta de lo intenso y lo ingenioso, eres —Calma —dije cuando me di cuenta que empezamos a
definitivamente empeñoso y a veces también muy mañoso, caminar de prisa.
todo sea por llegar a la meta lleno de gloria. —Somos los rieles —dijo arrastrando como estropajo
No me cabe duda, encontrarme diariamente contigo me las palabras.
llena de infinito gozo, de inmenso contento, de incalculable Decidimos tomar cerveza en un expendio de por ahí,
felicidad, pero sobre todo de mucha vitalidad… cuando entramos todos dejaron caer sus asientos con estré-
Pero bien se dice que nada… ¡¡nada!! Es para siempre y pito, nos miraron con sospecha y se alejaron de nuestro
que las dichas son breves… (Muy muuuy breves). Y después camino. Una débil luz nos dibujaba a todos.
de esos minutos en los que has cumplido sin reservas con tu —Ya estoy cansada de que nos miren con miedo —dijo
transitar, pierdes tu firme dureza, ¡¡oh mi extraña criatura!!, y, ella irónica, yo no encontré comentario adecuado.
aparecen en ti por completo la suavidad, la flacidez y la blan- Llamaron a mi móvil, era Omi que me decía que se ha-
dura… bía escapado de su casa, que de seguro sus papás lo anda-
Sin embargo aunque ahora ya todo flácido y escurrido en- ban buscando para madrearlo porque les robo dinero para
tre mis manos estés, te miro agradecida por esa maravillosa costearse la huida. Le dije que si quería (pues hay si le
labor tuya, porque me has dejado realmente, verdaderamente, quieres caer) podía acompañarnos a la fiestecilla, que nos
totalmente satisfecha, extremadamente complacida y ni que se veíamos ahí.
diga muy, pero muy contenta. —¿No te gustan mis labios Daniel? —comento Marieli,
Por eso sonriente, por ahora te dejo descansar, porque es- y me entretuve mirándola un rato, ahora parecía una actriz
toy cierta que mañana como nuevo estarás… y sabes… cuento de teatro y oficio en la oscuridad.
desesperada las horas que faltan para poderte disfrutar y estru- A ella le gustan mucho sus labios, tiene fotos de su boca
jar… pegadas en la puerta de su recámara y cada cumple, con
Y mientras tanto tú descansas… yo me coloco bajo el agua bilé rojo carmesí, pinta un beso con su boca desde que tenía
para poder enjuagarme de pies a cabeza … de verdad te vivo seis años.
eternamente agradecida… ¡¡aaaaaayyyyyy!!... Zacate… zacate —Me gustan más los de Josefina —dije con un rencor
de mi corazón… porque, que sería de mí sin ti, sin el agua y crudo.
jabón… que me provocan a la hora del baño, en medio del —¿Y por qué nunca se lo dices?
caos, la más refrescante sensación. —Porque hace mucho que no la veo.

14 Marzo 2011 2011 Marzo 15


Narrativa Daniel Jiménez Breve cuento de Josefina Narrativa

—Pero si ha estado con nosotros desde que salimos de del rincón más oscuro al percatarme audazmente de que no
la expo. existía un solo mechero.
—¿Cómo? —dije— ¿apoco es ella? —¿No sabes? —dijo el obeso. Yo me detuve.
―Gracias‖, dijo Josefina tímidamente y volvió a ser in- —No.
material. —De los cuadros, yo los pinté.
Libre de todas distracciones comencé a mirar sin miedo —Payaso —dijo Marieli a manera de despedida.
los muros de la cantina. Un cuadro de un torero, marco Otra vez los adoquines. Miro mis pies y pienso por un
café, pared ocre; cuadro de un toro, marco café, pared ocre. momento que estoy actuando, soy un actor y tengo que
—¿Te da miedo la media luz? —le pregunté al verme doblar la esquina y tengo que ver a Meri a los ojos y decirle
acostumbrado a la poca luz del lugar. muy muy triste que ha muerto su madre.
—No, me parece romántica querido –contestó irónica.
—Yo creo que es triste —dije serio.
—¿Qué es triste?
—La media luz.
—Ah…
El silencio se prolongó, la luz minaba el tacto, vagaba
con precaución tratando de no tropezar con su propia presa.
Cuadro, marco, muro; rojo, café, ocre; rojo, café, ocre.
—No voy a ir a Santa Úrsula —dijo Marieli, yo no en-
tendí sus palabras, me había despeñado en lo oscuro del
vaso, parecíame un pozo moderno, pecado, maple, cebada
enlutecida, cráter fenomenal del tedio.
—Cráter.
—¿Qué?
—Nada, que ¿Por qué no vas a Santa Úrsula?
—Porque no quiero.
—¿Por qué no quieres?
—Porque no se me da la gana
—¿Y por qué no se te da la gana…?

Sujetamos fuerte las riendas junto a Hatsepsut. Marieli


mantiene la expresión solemne, siempre sabe qué cara po-
ner, yo no. Yo veo el panorama, los cerros violetas, la are-
na, el cielo; qué cursi puedo ser algunas veces. Siento el
aire en mi cara, diminutos granos de arena que chocan con
mi rostro, el rostro que no sabe ser rostro. Saboreo y tam-
bién hay arena en la boca, el sol nos jode a todos pero me
siento alegre y sano. En verdad es bonita Hat. La recorro
con la mirada y me animo a tocar con el índice su hombro
desnudo, brillante y bronceado. You are now running on reserve Self-Esteem,
Marieli sale del baño. Le pregunto si ya leyó Child of Gouaché sobre papel de algodón, febrero 2011.
the morning y ella dice no. —Meri
—¿Quién es el autor? —pregunta. —¿Qué?
—Paulina Gau…quiensabequé. —Espérate.
—Ah, sí. No me gusta cómo escribe. —¿Qué?
Pagamos una cuenta pobre. Inseguros nos acercamos a —Ha muerto tu madre.
un mostrador donde un obeso con boina jugaba al prestidi- (Silencio incómodo)
gitador en la penumbra. Yo tenía miedo de ponerle atención —¡Vaya! qué noticia —contesta— eso fue hace como
a sus manos, de pronto me di cuenta que la oscuridad se dos años, la tuya también ¿no?
había solidificado en su rincón. No quería descubrir que en Sí, digo y luego entristezco pero sigo actuando.
realidad no tenía miembros o que solo era su piel vacía la
que vagaba en el aire. Marieli valientemente sacó de su La dejé llorando en el taxi, sus ojos húmedos estaban
bolsita rosa un billete. ‖Vámonos‖, dijo con un aire extraño fijos en mis ojos ―¿me cuentas qué tal estuvo?‖ Dijo y yo
de autoridad maternal. Mis ojos buscaban algo que sugirie- ―órale pues, te hablo mañana‖. El chofer la miraba atento
ra que el cantinero era real, después vi el rostro de Meri, en por el espejo retrovisor, también la vio sonreír cuando leyó
verdad es bonita su boca. el mensaje que le mandé. Ella contestó: ―ya no hay que
—¿De dónde viene la poca luz? Pregunté casi saliendo jugar más a llorar ni a actuar‖.

16 Marzo 2011 2011 Marzo 17


Poesía Alejandro Reyes Juárez Gabriel Herrera Salazar Poesía

Desiertos Cuatro poemas de amor

I 2.- Cuando salga, cuando me veas llegar

Cuando salga por esa puerta


Partirán, ¿regresarán con el invierno? no pienses que el infinito me va a devorar,
Fantasmas rojos al alba no pienses en el caos divino,
fugándose por las tejas no pienses en el regreso.
vestidos de salamandras Mejor piensa que la noche se esparció,
entre aullidos que imploran la lluvia que el pájaro quetzal canta
¿lluvia para qué? que hoy es el gran día.
Cuando ya esté fuera
no pienses que voy entre apretujones del camión,
no pienses que el tráfico me arruinó el horario,
Partirán sobre líneas extensivas no pienses que voy triste o estresado.
surcadas por la navaja en la niebla. Mejor piensa que en el pesero me encontré a un buen amigo,
Sangre, norte, esperanza. que nos abrazamos y platicamos del fructífero futuro,
Éxodos nuevos, añejos, continuos; eternos. que ayudé a un anciano a cruzar al otro lado.
Desierto o río; muros, púas, noche. Cuando pienses en mí,
Frontera, sueños, otras pesadillas. no pienses que estoy cansado,
Partirán, ¿cómo detenerlos? no pienses que estoy pensando en la nueva rebelión,
no pienses que padezco el tiempo.
Mejor piensa que ya estoy de regreso,
que te traigo flores y chocolates,
que te voy a arrancar un beso.
II Cuando me veas llegar sumergido en las sombras
no me muestres tu luz,
apaga el sol con un dedo
y méteme a tu muerte que tengo sueño.
Trepas ladridos de jaurías nocturnas
hasta alcanzar un borde.
Las púas perforan tus palmas,
salen por tus nudillos como colibríes
e iluminan otros desiertos
custodiados 3.- Quisiera…
por otras muertes.
Quisiera que estuvieras a mi lado
tenerte entre mis brazos
tener el olor de tu cuerpo,
su calor, su sabor, su encanto.
III En estos días donde no sale el sol
y la injusticia nos persigue
con su perversa sonrisa
quisiera que estuvieras a mi lado.
De mis estancias en el desierto Hacerte el amor de todas las formas posibles,
es mi afición por los cactus, dormir en ti, despertar en ti,
sus caricias vaciarme completamente en ti.
y los soliloquios de arena La lógica de la guerra
que rememoran al tren del absurdo; no se entiende cuando estás junto a mí,
las conversaciones con otros fantasmas cuando me tomas de la mano,
para disipar el miedo cuando me arrancas un beso
provocado por galopar sobre la bestia o me acercas tu cuerpo
hacia la incertidumbre. y me dices te quiero.

18 Marzo 2011 2011 Marzo 19


Poesía Gabriel Herrera Enrique Urrutia Narrativa

4.- Besos de Dios


El tío Jocundo y la olla de barro
No permitas que se muera el amor,
el amor es la fuente de donde emana tu rostro,
la caricia de tus labios, tu cintura, tu pecho.

M
Me hablas en el cuerpo voluptuoso de las mujeres,
tu presencia es su sonrisa alegre en primavera, i familia materna, los Méndez, vivían en San
tu noche oscura y vacía Pedro Atocpan, en Milpa Alta. Allá tenían
es su sexo profundo, sus tierras. Allá había nacido mi madre en
tu llamado, su gemido, 1900. Criaban animales y cosechaban verdu-
el grito de su orgasmo, tu creación. ras que llevaban a Xochimilco, como lo hacían todos enton-
La belleza de mis mujeres, ces, para subirlos en barcazas que desde allí recorrían un
es tu indudable belleza, esa que me abraza en su interior, pesado pero seguro y barato viaje, directamente al corazón
esa, la que me cobija en días esquizofrénicos, de la gran ciudad, a la Viga y a Jamaica. Todo esto le daba
con sus besos tibios y tiernos. a la familia por lo menos la comida para no morirse de
hambre en tiempos difíciles. La Revolución agravó las co-
sas. De pronto, las tierras del sur del Valle de México se
volvieron peligrosas. Los zapatistas se adueñaron de ellas y
tanto federales como después carrancistas habrían de sufrir
mucho para tratar de controlar la zona. En medio de estas
luchas quedó la población civil. Muchos hombres huyeron
para evitar la leva, como el hermano mayor de mi madre,
que se fue para Hidalgo. No nada más asoló el miedo y la
incertidumbre, también llegó el hambre. Con tantos tiros y
muertos, la tierra se descuidó. Hubo quienes la medio sem-
braron, aunque la mayoría no pudo hacer nada. Lamenta-
blemente todos tenían que comer, fueran federales, zapatis-
tas, carrancistas o simplemente quienes no tenían partido en
una época en la que era imposible no tenerlo. Se buscaba la
comida como se pudiera. La situación de mi madre era aún
más grave, pues se había quedado huérfana; la Revolución
la había sorprendido sola con mi abuela, quien, cuando sos-
pechaba que los encuentros se recrudecerían, buscaba un
salvoconducto entre uno u otro bando, donde tenía amigos
y familiares, para ahuyentarse por un tiempo. En esas oca-
siones, para salir de Atocpan buscaban el salvoconducto de
los carrancistas, y para regresar usaban el salvoconducto
zapatista. En el camino, mi madre escuchaba historias de
brujas y nahuales, que le contaban sus mayores para entre-
tenerla y ahuyentar el miedo inspirado por los hombres de
carne y hueso, que por los caminos andaban asaltando, vio-
lando y matando gente. En aquellas madrugadas, aquellos
narradores tejían sueños en la mente de mi madre, mientras
bajaban aprisa por senderos que ya no existen, hasta Xochi-
milco, para luego trasladarse por tren o por trajinera a
Cabronzuela autosuficiente
México, como todavía hace unos años se le decía a la ciu-
5.- Distancia dad por estos rumbos.
Fue en esas ocasiones, que mi madre escuchó la historia
A ti te extraño más que a todas del tío Jocundo, su primo. Contaban que en uno de esos
porque todas eres tú, días en los que no había nada que comer, porque todas las
te extraño tanto palomas, gallinas y guajolotes se los habían llevado los
y tú te haces extrañar más. contendientes, el tío Jocundo se iba muy temprano al monte
Me creen muerto porque camino debajo de la tierra a buscar algún animalito. En aquella época todavía era
como una noticia clandestina, abundante la fauna de la zona, y aparte de liebres, ardillas,
¡Para ser infeliz ya no me queda tiempo! tlacuaches, gavilanes, tuzas y serpientes, aún recorrían estas
Como vez no soy más que un muerto tierras coyotes y alguno que otro venado cola blanca. El tío
que camina en estas calles de San Cristóbal Jocundo llevaba en ocasiones una vieja escopeta, lista para
extrañando tu presencia voluptuosa. cazar o para defenderse de zapatistas y carrancistas no obs-

20 Marzo 2011 2011 Marzo 21


Narrativa Enrique Urrutia Misael Rosete Narrativa

tante que trajera siempre un salvoconducto. A veces tenía suer- Instrucciones (fragmentarias)
te y conseguía presas que terminaban en los estómagos de la
familia. En esos andares, un día el tío Jocundo encontró a un
revolucionarias
coyote con buenas carnes para un banquete y pensó cazarlo,

U
pero en lo que preparaba la escopeta el canino desapareció
corriendo de una forma peculiar, entre animal y hombre. Al no. Haber llegado de alguna exposición de arte
otro día lo vio de nuevo en el mismo lugar, y otra vez, en lo aristócrata o de una cortina de lluvias. Tener a
que buscaba la mejor posición para disparar, escapó el coyote. la mano un recetario de cocina –si es de color
La tercera vez que lo vio, la aurora apenas venía acurrucando rojo, mejor; si es de color azul turquesa, pesta-
el día, y muy calladito se ocultó y preparó su arma de tal modo ñear treintainueve veces seguidas y esperar a ver los resul-
que la tuvo lista a tiempo para encañonar a buena distancia al tados–; buscar en el índice del libro cualquier receta que
coyote y llenarlo de postas de un tiro. Contento por su triunfo, conste de siete ingredientes y posteriormente, con una plu-
el tío Jocundo se acercó al animal mortalmente herido. Grande ma: tachar el nombre de la receta hasta que se forme una
fue la sorpresa que se llevó, cuando justo en el lugar donde ha- telaraña de tinta, enseguida escribirle arriba: ―Receta Para
Leer un Escrito Fragmentista‖. En el apartado de los ingre-
dientes, de arriba a abajo, como si se tratara de una maravi-
llosa escalera caleidoscópica, favor de tacharles y anotarles
al lado: al primero una botella de licor (hacer lo mismo con
los demás), al segundo un encendedor, al tercero una postal
del centenario de la Revolución mexicana con destinatario
escrito al reverso, al cuarto anotar un tenedor (lo ideal sería
un picahielos, pero, si no estuviese a la mano, buscar un
tenedor), al quinto una corcholata de aluminio de The Coca-
Cola Company, al sexto la canción Weird Fishes de Radio-
head, por último, en el séptimo anotar: un escrito fragmen-
tista.
Dos. Procurar tener con anticipación todos los ingre-
Retrato de Alejandro Olascoaga

dientes antes señalados, ergo, cerrar los ojos por cinco se-
gundos, respirar hondo y: tomar la postal, ponerla de tal
modo que se pueda observar sin remordimientos (una mesa
bastará para lograrlo); tomar la botella de licor y beber has-
ta sentirse asquerosamente asqueado. Dar play a la canción
de Radiohead y escuchar de tal modo que suene por encima
de los gritos de los vecinos cogiendo (si no se tiene vecinos,
tratar de que suene arriba del sonido emitido por un refrige-
rador). Ergo, con una mano tomar el tenedor o el picahielos
bía visto que había caído el coyote, no encontró más que un y empalar la corcholata. Menear la cabeza con alegría al
montículo de tierra, como los que se forman cuando sepultan a compás de la canción de Radiohead (tratar de enfatizar los
un muerto. No sé si fue sólo curiosidad o la idea de que eso movimientos cada que se escuche la frase: ―Weird Fishes‖),
significaba algo, pero el tío Jocundo escarbó dentro del suave tomar el encendedor y quemar la corcholata: observar cómo
montículo. Al fondo, entre los terrones húmedos, halló una olla el pequeño sol metálico que algún día fue un imperio de
de barro que al abrirla le produjo enorme regocijo. En la olla cristal ahora pasa a ocupar el lugar de una espumosa masa
había muchas monedas de oro, sí, de oro, de buen oro que val- burbujeante llamada: ―Pequeña Obra de Arte Abstracto‖.
ía mucho dinero, cuyo origen y grabados se remontaban a Tres. Batir todos los elementos hasta que terminé la can-
quién sabe qué época de la historia de México. ción y usted quede cordialmente conmocionado. Por último
Con el tesoro resguardo en su morral, y ya en su casa, el tomar el escrito de corte fragmentista y leerlo con voz firme
tío ideó esa noche la forma de alejarse del conflicto. En la pri- (si no se cuenta con uno favor de leer el siguiente: “La obra
mera oportunidad se iría sin muchos aspavientos a México, de arte es espuma, pero en su parte interna está llena de
para vivir en algún sitio alejado de aquellos parajes diezmados hilos que hacen del lector: la pieza faltante. En todo caso, la
por la lucha. Y fue de esta manera, según contaban en mi fami- última pieza es la que llega a completar la obra.
lia, que el tío Jocundo se mudó a la ciudad de México, compró El fragmento deja de ser fragmento al momento que es
un terrenito en una de las colonias nuevas que se formaban leído y éste llega al cúmulo de imágenes acústicas‖).
entonces y construyó una casa que nunca conocí, pero que lo Cuatro. Una vez terminado, encienda la corcholata nue-
ayudó a pasar aquellos aciagos días de colgados y desapareci- vamente, quite la postal de la mesa y suspire, si no puede,
dos. sonría con desgana: habrá contribuido a evitar la tala de
Y todo gracias al coyote encontrado, ese coyote que debió árboles. Repita varías veces hasta quedar drogado…
ser un nahual, por correr como animal y hombre.

22 Marzo 2011 2011 Marzo 23


Narrativa J. Bertoldo Peralta Martínez Un hombre llamado Francisco Narrativa

Un hombre llamado Francisco suelo, situación que les causaba un insoportable dolor en las
extremidades superiores.
En situación tan apremiante, Francisco pedía a sus captores
que lo mataran, a cambio de dejar en libertad a su padre llama-

M
do Pánfilo. A su vez, mi abuelo pedía lo mismo para que deja-
i padre se llamó Francisco Peralta Eslava, ran en libertad a su hijo.
quien para algunos era don ―Pancho‖, para Sin embargo, sus súplicas no surtieron efecto alguno, e iban
otros el ―Rubio‖, para algunos más el a ser fusilados irremediablemente. Acción que fue frustrada
―Prieto‖, aunque él se autodenominaba ―el por la llegada de un capitán carrancista que conocía al abuelo y
Norteño‖. Nació en el pueblo de Santa María Nativitas Za- avaló la buena conducta de éste y la de su hijo, por lo que fue-
capan, en 1895 y murió a los 95 años de edad, de muerte ron dejados en libertad no sin reticencias del comandante del
natural, sin que casi nunca se quejara de alguna enfermedad grupo armado y bajo amenazas de la soldadesca de que si vol-
grave, salvo cuando se enfermó de la próstata; por lo demás vían a ser vistos por esos parajes, inexorablemente serían pasa-
solamente se enfermaba de gripe. dos por las armas.
Fue muy andariego, se llamaba a sí mismo ―Santa Ma- De esta manera mis ascendientes libraron la muerte, pero
ría, todo el mundo‖ pues en sus múltiples correrías había con una fuerte dolencia en los brazos que les duró varios me-
conocido casi todo el país. Viajó a los Estados Unidos de ses. Al cabo de un tiempo, un amigo de mi papá le dijo:
Norteamérica varias veces, e incluso en alguna de ellas, ―Pancho, ve al Barrio de San Pedro, en Xochimilco, a ver al
llegó hasta Vancouver, Canadá, en calidad de ―bracero‖ capitán que los hizo prisioneros, para que lo veas pendiendo de
desempeñando múltiples trabajos que iban desde cosechar un poste de luz con tamaña lengua de fuera‖.
algodón hasta trabajar en el ―trueque‖, que era el tendido ―Don Pancho‖ admiraba mucho al prócer de la Revolución
de vías férreas, pasando por el cultivo y cosecha de hortali- mexicana, don Francisco I Madero, y decía de él ―que era cha-
zas. Todo esto lo llevó a cabo durante los años que duró la parrito, pero que tenía un corazón así de grande‖. Recordaba
Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos de que cuando Madero llegó triunfante a la capital de la Repúbli-
Norteamérica mandaron a muchos de sus hombres a luchar ca, ese día tembló y evocaba este pasaje con estas palabras:
a Europa, por lo que faltaba mano de obra masculina. ―Cuando Madero entró, hasta la tierra tembló‖.
Sólo estudió la escuela primaria, limitante que lo cons- Decía que Madero había sido un hombre probo y que no
treñía a que, fuera donde fuera, tenía que desarrollar los entendía porqué había sido asesinado, si solo trató de resolver
trabajos más penosos y a veces en situaciones climáticas los problemas de la población más pobre y estaba decidido a
muy desfavorables. Así, fue y vino del ―Coloso del Norte‖ acabar con la larga tiranía de Porfirio Díaz, quien se había afe-
como solía llamar a los Estados Unidos. Cuando estaba de rrado al poder convirtiéndose en un señor de ―horca y cuchi-
viaje se comunicaba con mi madre por medio de cartas, y llo‖.
cuando esto hacía, utilizaba al escribir las misivas, una her- Y fue para él motivo de honda preocupación el saber que
mosa letra cursiva en donde a pesar de no haber tenido es- Madero fuera asesinado tan villanamente junto con su vicepre-
tudios superiores, casi no cometía faltas de ortografía. sidente Pino Suárez –quien para entonces ya había pedido su
Cuando se encontraba en el país, para sobrevivir, viaja- renuncia al puesto–, cuando ambos hombres sólo deseaban el
ba por el territorio nacional, desempeñando múltiples y ―bienestar‖ de su pueblo. Esta negra página de nuestra historia
diversos trabajos como fotógrafo, comerciante, carnicero, nacional nunca la pudo olvidar y en infinidad de veces me
chofer, vendedor de artesanías y otros oficios que escapan a hablaba de ello.
mi memoria. Otro personaje revolucionario que admiraba mucho fue
No fue combatiente durante la Revolución Mexicana, Francisco Villa, en las noches, ya casi para dormirnos, me re-
pero admiraba mucho a la División del Norte, que era co- petía una y mil veces sus historias, que a fuerza de tanto oírlas,
mandada por el famoso revolucionario Doroteo Arango, se me quedaron gravadas en la mente.
mejor conocido como ―Pancho Villa‖, del cual mi padre, Así recordaba cuando Villa atacó la población de Colum-
hasta su muerte, siempre fue incondicional admirador . bus, Nuevo México, siendo hasta el momento el único extran-
Estando en Xochimilco no escapó a las consecuencias jero que ha invadido militarmente a Estados Unidos de Norte-
que generaba en casi todo el país el conflicto armado, y me américa. El presidente de México que entonces era don Venus-
narraba que en cierta ocasión en que acompañaba a mi tiano Carranza, y que enfrentaba graves problemas de goberna-
abuelo a traficar con alcohol que traían del Estado de More- bilidad en el país, concedió permiso a los Estados Unidos de
los, para comercializarlo en el Distrito Federal, a lomo de Norteamérica para que sus tropas al mando del general Pers-
mula, fueron detenidos por una patrulla de soldados carran- hing, quien había combatido con gran éxito durante la Primera
cistas cerca de Parres, el poblado más alejado de la Delega- Guerra Mundial en Europa, se internaran al país en busca de
ción Tlalpan, que se encuentra rumbo a Cuernavaca. Villa y le hicieran pagar el ultraje de haber invadido su inviola-
Fueron acusados de espías de las fuerzas zapatistas y do territorio.
hechos prisioneros, y para que confesaran la verdad, sobre Recordaba y expresaba, con voz entrecortada por la emo-
sus supuestas ilícitas actividades de espionaje, ambos fue- ción, que cuando el general Pershing acompañado de los capi-
ron colgados de los codos y con los pies apenas rozando el tanes Lewis Morreo y Charles Boyd entraron en territorio

24 Marzo 2011 2011 Marzo 25


Narrativa J. Bertoldo Peralta Martínez Un hombre llamado Francisco Narrativa

nacional, su tropa no disimulaba el temor de encontrarse en mostacho, piel morena y mirada intimidante y penetrante,
la sierra de Chihuahua, de la cual desconocían totalmente tanto, que muchos hombres bajaban la mirada al estar fren-
su orografía, y por ahí Pancho Villa, que era muy escurridi- te de él.
zo. Llegaron a Chihuahua buscando a Villa, y en el pueblo Por lo que he sabido, en la ciudad de Columbus, Villa
del El Carrizal, municipio de Villa Ahumada, se encontra- fue considerado un hombre muy sanguinario y cruel, por-
ron con un hombre de menos de treinta años y de más de que su gente asesinó hombres, mujeres y niños indiscrimi-
dos metros de estatura, que estaba de guardia, y que tenía la nadamente, por eso no lo consideran revolucionario, más
consigna de que bajo ninguna circunstancia debía dejar bien un facineroso de la peor calaña. El coronel Urquizo,
pasar por ese lugar a nadie que no tuviera permiso y mucho escritor revolucionario, afirma que Villa fue un cobarde,
menos a gente armada. porque cuando fue hecho prisionero lloró para que le perdo-
Cuando este soldado vio que se acercaban las tropas naran la vida los federales que iban a fusilarlo.
estadounidenses, cortando cartucho y con voz recia, les dijo Sin embargo, para otras personas, incluido mi padre,
a los extranjeros: ―¡Por aquí no pasa nadie!‖ Ante tan ga- Villa fue un gran guerrillero, con dotes naturales para la
llarda y decidida actitud, asumida por ese solitario soldado, lucha armada y una gran personalidad que lo convirtió en
que se atrevía a desafiar a un infinitamente superior número un líder natural con gran arraigo entre los pobladores del
de hombres armados, Pershing y sus tropas tuvieron que norte y temido en una gran parte del país.
dar un gran rodeo para seguir su camino. No obstante, a todos los hombres y mujeres que por
Ese hombre revolucionario se llamó Félix Uresti, héroe alguna circunstancia sobresalen del común de los mortales,
anónimo, que murió años más tarde en la batalla del Carri- se les magnifican sus defectos y virtudes, y en este caso,
zal, en Chihuahua en el año de 1926. Villa no fue la excepción.
Cuando Francisco recordaba estos relatos revoluciona- Hace algunos años visité Zacatecas y junto con mi fami-
rios interrumpía su relatoría de vez en vez, para cantar can- lia fuimos al cerro de la ―Bufa‖, mina de cobre que hoy ya
ciones relativas a los sucesos que iban brotando de su me- no produce este material, pero que conserva el atractivo
moria. Una de las canciones que cantaba con voz entrecor- histórico de haber sido mudo testigo de tórridas batallas
tada decía: revolucionarias.
Después de deambular por los socavones, fuimos a salir
a una parte elevada y plana. Era invierno y soplaba un aire
Nuestro México febrero 23, /dejó Carranza pasar pertinaz, aparejado de un intenso frío, ―que calaba hasta los
americanos, /diez mil soldados, quinientos aeropla- huesos‖.
nos, /buscando a Villa por todo el país. Allí se yergue portentosa una gran estatua ecuestre de
Francisco Villa. Está montado en un brioso caballo, cuyas
Los soldaditos que vinieron de Tejas, /traían fusiles patas traseras triscan nerviosas el pedregoso terreno y lan-
y cañones de a montón, /pero ninguna bala dispara- zan al aire pequeñas lascas. El noble bruto tiene las patas
ron, /pues nunca a Villa lograron encontrar. delanteras al aire, mientras que sus belfos están cubiertos
de espesa baba, por el esfuerzo al que es sometido y que a
Qué pensarían esos gringos atrevidos, /que comba- duras penas su jinete puede contener, ante la carrera que
tir era un baile de carkis, /con la cara llena de ver- está a punto de emprender.
güenza, /se regresaron todos a su país. Quien lo monta es un hombre robusto, con el pecho
erguido con la postura de todo buen jinete, la cabeza la tie-
ne cubierta por un sombrero de ala ancha, fuertemente sos-
Cabe señalar, con respecto al número de soldados y tenido por un barbiquejo. Aguza la mirada como tratando
aeroplanos, que según Félix Alonso Torres Gómez, bisnieto de ver mejor al enemigo al que está a punto de enfrentarse.
de Félix Uriesti, combatiente revolucionario, fueron en Su cara da muestras de temeridad y arrojo mientras que las
realidad diez mil hombres de tropa y ocho aviones, pero de poderosas piernas están firmemente pegadas al equino. Y
todas maneras fueron ―un chingo‖ como anota Félix Cortés las botas llevan relucientes espuelas que se clavan en las
Camarillo, reportero del periódico Ovaciones. carnes del caballo para obligarlo a emprender veloz carrera
Retomando la narración de ―El Norteño‖, la fuerza pu- en busca del enemigo para buscar la gloria o la muerte,
nitiva norteamericana, nunca pudo encontrar a Villa, por- porque según decía ―El Norteño‖: ―Las balas las disparan
que según algunas consejas Villa tenía el don de la ubicui- las carabinas que portan los hombres, pero es Dios el que
dad y podía encontrase al mismo tiempo, en Parral y en las reparte‖.
Ciudad Juárez, de ahí la segunda estrofa del corrido. Vuela mi imaginación y creo ver en lotananza a los
―El Rubio‖ tenía hondamente grabado en su memoria, el ―guachos‖, soldados federales, aguardando nerviosos y
encuentro de Villa y Zapata en la casa que después fue el expectantes a sus arrojados enemigos, los afamados solda-
hotel ―Reforma‖, en el centro de Xochimilco, donde firma- dos de la ―División del Norte‖. Oigo el sordo sonido de los
ron el ―Pacto de Xochimilco‖, donde se comprometían a máuseres al despedir sus mortíferas descargas; me ensorde-
unir las fuerzas revolucionarias del sur y el norte del país. ce el repiqueteo de las ametralladoras que a diestra y sinies-
A Villa lo recordaba como un hombre regordete de gran tra hieren o matan a quienes enfrente se pusieron; me aturde

26 Marzo 2011 2011 Marzo 27


Narrativa J. Bertoldo Peralta Martínez Un hombre llamado Francisco Narrativa

el clamor de los cañones, que cejan vidas sin distingo algu- xico; asesinaron a Zapata en Anenecuilco, Morelos; Villa
no; pero ningún combatiente se arrenda ante el peligro, y fue acribillado a balazos en su rancho de Canutillo, en
todos luchan denodadamente, a veces sin saber lo que persi- Chihuahua; Venustiano Carranza fue ultimado cuando trata-
guen. ba de llegar a Veracruz y pernoctó en Tlaxcalaltongo, y a
De pronto, la tórrida batalla desaparece, solamente per- Obregón un fanático le quitó la vida cuando era el presiden-
sisten la montaña, la llanura y el intenso frío, y ahí, en lo te electo e iba a asumir la presidencia por segunda vez, en
alto, dominándolo todo, la egregia figura de un jinete que un banquete en la Bombilla, un restaurante ubicado en el
de pronto, parece cobrar vida. entonces pueblo de San Ángel, en Coyoacán.
De Zapata, decía ―El Rubio‖, que fue un buen jinete y Pero además, agregaba, a la muerte de estos destacados
excelente domador de caballos y que se había lanzado a la revolucionarios, se sumaron las de miles de muertos anóni-
lucha armada para restituirles las tierras a los campesinos, a mos, el más allá de un millón de muertos en batalla, los que
quienes los hacendados se las habían quitado, naciendo de sucumbieron por la peste que se desató por tanto muerto
ahí la frase de ―Tierra y Libertad‖, que se le atribuye al li- insepulto y los que fueron víctimas de la hambruna que se
cenciado Soto y Gama y al profesor Otilio Montaño, quienes generalizó en todo el país, porque, con la guerra intestina
se habían unido a la lucha armada que acaudillaba Zapata. que se desató entre los mexicanos, las cosechas de comesti-
La conseja popular maneja unas palabras que se le atri- bles, se malograron.
buyen a Zapata como ciertas: ―¡Hermanos campesinos, en De todas estas muertes se dolía, además de las desgra-
estos papeles está escrito el Plan de Ayala en donde las cias que pesaban sobre nuestra nación como producto de la
tierras que sembramos vuelven a ser nuestras y nada ni na- Revolución. Como cuando apareció una fuerte influenza,
die podrá quitárnoslas. El que lo firme se compromete a que dejó miles de muertos porque no había suficientes medi-
defenderlo con su propia vida, y yo, Emiliano Zapata, lo cinas para paliar sus mortíferos efectos. Se dijo a la pobla-
firmo primero!‖ ción que, como única alternativa, chupara un limón para
Puede o no ser cierto este pasaje de la vida revoluciona- contrarrestar, en lo posible, la fatal gripe, que de todas for-
ria, pero de lo que no puede dudarse es que Zapata murió mas causó gran mortandad. O cuando se soltó una peste que
defendiendo hasta lo último, lo que para él era lo más pre- dejaba muertos por racimos, tantos que los más pobres eran
ciado: ¡la tierra! enredados en un petate y sin más trámites eran arrojados a
Decía ―Don Pancho‖ que Zapata incursionaba por los una tumba común.
pueblos de Milpa Alta y Xochimilco con mucha frecuencia, Pero ni aún en estos momentos tan dramáticos, decía
y que a veces se enfrentaba a los carrancistas en los cerros ―Don Pancho‖, la población dejaba de hacer gala de su
cercanos a estos dos pueblos. humor negro, como siempre ha sido entre los mexicanos, y
Mucho le dolió la muerte de Zapata en Chinameca, a corría entre la gente esta versión:
manos del traidor Guajardo, quien le había fingido rendi- A un niño víctima de la peste lo iban a enterrar, pero aún
miento. Y me platicaba que Zapata había llegado a China- tenía vida y gemía con voz lastimera y apenas audible:―Papá
meca, rodeado de una reducida escolta formada con sus tole, papá tole‖ (atole) y el padre le contestaba: ―Que tole ni
mejores hombres montados todos en sus briosos caballos y que tole, cierra el boca que ai va el tierra‖.
armados ―hasta los dientes‖ y que, sin embargo, cuando Asimismo, me contó que cuando empezó la Revolución,
Zapata y su escolta habían apenas transpuesto el portal de la los directores de la escuela primaria donde estudiaban los
hacienda, fueron recibidos por una cerrada descarga de fu- niños de entonces, mandaron a traer a los padres de familia
silería disparada por los soldados federales que estaban y les dijeron básicamente:‖ Señores padres de familia, como
apostados en las azoteas de la hacienda, por lo que Zapata y es de todos ustedes sabido, la lucha armada ya empezó, y
sus hombres, no tuvieron ni la más mínima oportunidad de por lo tanto no queremos ni podemos comprometernos a
defenderse y cayeron abatidos por cientos de balas. cuidar por la seguridad de sus hijos mientras esta lucha dure,
Hace algunos años fui a parar fortuitamente a Anene- por lo que es mejor que se lleven a sus hijos a su casa, y
cuilco y el camino principal por donde transitaba me llevó a cuando las cosas se calmen los vuelven a mandar a la escue-
la que fue casa de Zapata. Está muy deteriorada por el paso la‖.
del tiempo y porque fue construida con ladrillos de adobe Por esta razón, presumo, muchos miles de niños, sobre
que no son muy resistentes a las inclemencias del tiempo; al todo los más pobres, nunca jamás volvieron a pisar una aula
ver tales ruinas sentí grima y me pregunté ¿por qué este escolar y la educación pública en nuestro país sufrió un
sitio está tan abandonado?, ¿será acaso porque la lucha de enorme retroceso, que pese a los esfuerzos que se han hecho
Zapata por la tierra fue inútil? ¿Y que a pesar de que su para paliar esta situación, aún no hemos logrado que la edu-
nombre y su figura siguen usándose como emblema de las cación básica llegue a todos los estratos sociales y no se
luchas sociales, carece de valor histórico? haya vencido totalmente el analfabetismo en nuestro país.
Recordaba mi ancestro que la Revolución había sido tan
cruenta, que todos los hombres importantes que la habían ini- Esto fue lo que mi padre me contó de la Revolución.
ciado estaban muertos antes de que la lucha armada terminara.
Así decía, mataron a Francisco I Madero y a su vicepre-
sidente Pino Suárez en la penitenciaría de la ciudad de Mé-

28 Marzo 2011 2011 Marzo 29


Reseñas y comentarios Mirando las miradas... Reseña

Mirando las miradas datos a comprender mejor a este personaje histórico? Los voy a
que te miran defraudar al decirles que todas estas interrogantes tendrán que
contestarlas ustedes, los lectores, después de leer el libro, y para
ello tendrán, por supuesto, que adquirirlo. Quiero destacar un
mérito inobjetable del autor de este libro: tener el valor de defen-
¿La verdad verdadera sobre Aureliano Urru- der a un personaje que, como dije, siempre ha estado, dentro de
tia?, por Arturo Texcahua. Los cien años del la historia de la Revolución Mexicana, entre los “malos”. Sin obje-
inicio de la Revolución inspiraron el año pasado ción, este libro forma parte de la revisión inconclusa de lo que
la revisión de sucesos, temas y personajes rela- fue, en nuestra historia, el principal acontecimiento político del
cionados con este periodo de nuestra historia. siglo XX. Esa es suficiente razón para considerarlo como lectura
Muchos de estos acercamientos aprovecharon obligada para quienes se han internado en el tema y se interesan
la oportunidad mediática que le ofreció el Go- por continuar su estudio. Y para quienes no lo conocen, les pro-
bierno con una campaña que igualmente busca- porcionará información, con detalles, de la vida del doctor Urrutia.
ba sacar raja de esta fecha para fortalecer el nacionalismo, la Teatro rescatado, por Arturo Texcahua. En
unidad y vender la marca MÉXICO, y de paso, y con bastante el marco de las actividades para festejar el
provecho, erigirse como el brillante poseedor de esa marca. El aniversario número cien del inicio de la Revo-
festejo terminó siendo un mediocre relumbrón en el que se invir- lución mexicana, Eugenia Revueltas compiló
tieron muchos millones de pesos. Algo de todo aquello quedó en siete piezas teatrales escritas a principios del
la memoria de los mexicanos. Volvimos a oír de Madero, de Ca- siglo XX, después del término del movimiento
rranza, de Obregón, de Villa, de Zapata, de Porfirio Díaz (y mu- armado, en un libro que lleva como título
cho), de Calles y de otros personajes que marcaron nuestro pre- Raíces anarquistas del teatro de la Revolu-
sente directa o indirectamente. Con una maniquea postura que ción Mexicana. Los textos reunidos son: Es-
tanto gusta a quienes reducen el comportamiento humano a lo clavos, de Carlos Barrera; Verdugos y vícti-
más simple, algunos de estos personajes figuran entre los bue- mas, de Ricardo Flores Magón; Masas, de
nos, mientras otros se les ubica, con cierta contundencia, entre Juan Bustillo Oro; Pánuco 137, de Mauricio Magdaleno; Justicia,
los malos. Este último caso es el que corresponde al doctor Aure- S.A., de Juan Bustillo Oro, Noche de estío, de Rodolfo Usigli y
liano Urrutia, xochimilca de nacimiento, político y funcionario Comedia sin solución, de Germán Cueto. La edición es del Sena-
público que sirvió a porfiristas, maderistas y a un traidor sin la do de la República y de la Secretaría de Cultura del Gobierno del
menor duda: Victoriano Huerta. Esto último puede verse como Distrito Federal. Eugenia Revueltas, eminente doctora universita-
una decisión equivocada, o, igualmente, como la consecuencia ria y parte de una familia que ha dejado huella en la cultura mexi-
lógica de sus lazos casi familiares con Victoriano Huerta, de cana, asegura que estas obras van de la esperanza al desenga-
quien era amigo, compadre y médico personal. De esta cercanía ño, y demuestran los lazos ideológicos de la Revolución con el
y de su participación como ministro de Gobernación del régimen anarquismo, ideología que tantos dolores de cabeza dio a mu-
huertista en una época en la que desapariciones y asesinatos chos gobiernos a finales del siglo XIX y en la primera mitad del
políticos eran el pan de cada día, se afianzarán enemigos y acu- siglo XX. Llama la atención encontrar en estos textos analogías,
saciones: la más conocida es aquella que atribuye a Urrutia haber situaciones y críticas que, no obstante las varias décadas trans-
participado activamente en el asesinato del senador Belisario curridas, siguen acomodándose a nuestra actualidad, y sirviendo,
Domínguez, incluso se le acusa de haberle cortado la lengua todavía con referentes que entendemos claramente, para subra-
utilizando sus grandes habilidades como cirujano, para congra- yar sus rezagos, sus vicios, sus desvíos. He aquí un par de ejem-
ciarse con su compadre. El libro de Sergio Cordero (El verdadero plos: “Los licenciados no somos más que parásitos, vivimos de lo
doctor Aureliano Urrutia, editado por Octavio Antonio Colmenares ajeno. Yo te aseguro que si las cosas estuvieran bien arregladas
y Vargas, México, 2010, 240 págs.) subraya y destaca aportacio- en el mundo, si no hubiera robos que proteger con la ley, saldría-
nes, logros, contribuciones y éxitos de Aureliano Urrutia. Conside- mos sobrando completamente”, dice el personaje Cesáreo Mora-
ra que eso lo define, que allí se encuentra El verdadero doctor les, secretario de un juez, en Justicia, S.A. “Lo que ocurre es que
Aureliano Urrutia. Ofrece datos basados, según explica, en la estoy cansado. Por más que vuelvo los ojos a todas partes, nada
revisión de diarios y revistas de la época. Niega que Aureliano encuentro que me aliente. No hay un solo partido de oposición
Urrutia haya participado en el asesinato de Belisario Domínguez y presentable, y estoy pensando en organizarlo yo mismo”, señala
en el de Serapio Rendón. Nos muestra el mejor lado del persona- un general en Noche de estío. Además de ofrecernos la oportuni-
je xochimilca y desdibuja al villano. ¿Sergio Cordero Espinosa dad de conocer materiales olvidados pero muy valiosos, este libro
aporta suficientes pruebas para sostener sus argumentos? tiene una afortunada y enriquecedora introducción de la propia
¿Realiza un análisis histórico objetivo, metódico y serio de la vida compiladora. Por todos lados es recomendable su lectura: la
y obra de Aureliano Urrutia? ¿Nos muestra la verdad —una cate- edición está bien cuidada y hecha con la calidad que permiten los
goría tan relativa y escurridiza—, la VERDAD VERDADERA, sin recursos públicos (y más los asignados al Senado, todos hemos
objeciones ni cuestionamientos? ¿Revisa las motivaciones perso- visto en los últimos tiempos con qué generosidad los gasta). Sólo
nales, profesionales, políticas, económicas, familiares y emocio- encuentro en este libro una objeción de peso: como nunca se
nales, de un hombre de ciencia que en plena madurez intelectual consideró venderlo y únicamente se distribuyó gratuitamente
(tenía 41 años cuando lo hizo) sirvió de manera estrecha a un entre senadores, diputados, funcionarios y algunas otras personas
gobernante ilegítimo, traidor y asesino? ¿Contribuye con nuevos

30 Marzo 2011 2011 Marzo 31


Reseña Mirando las miradas... Nuestros lectores Email

(como yo, que tuve la fortuna de obtenerlo), y como no hicieron mu-


chos (1700 en dos reimpresiones), nunca llegará a las librerías ni a
Bandeja de entrada
los mexicanos interesados en el tema. Eso es una verdadera lástima.
Espero que ya esté en las principales bibliotecas del país, y que
Saludos. Aprovecho la oportunidad para enviarles un saludo e invitarlos a visitar la
algún día de algún año, quizá en el marco de algún futuro centenario, Exposición de mapas y planos antiguos de Xochimilco , que se lleva a cabo en el
se vuelva a reimprimir. Archivo histórico y hemeroteca, en la que podrán apreciar fotomurales y mapas
originales, que van desde el siglo XVI hasta la actualidad, que muestran tanto la
Recuerdos de Clavería, por Arturo Tex- zona chinampera, canales y pueblos a lo largo del trascurrir de los siglos, como el
cahua. María Elena Solórzano también des- desarrollo urbano en la zona.
taca cien años de historia, pero esta vez no Anexo invitacion, por favor difundir esta exposición.
Horario: lunes a viernes, de 9:00 a 16:00 hrs. (Sala de lectura)
es un suceso ni un personaje, es un barrio, Morelos no. 7 Barrio El Rosario. Tel 5676 48 69
una colonia: Clavería, en el norte de la ciu- Etnóloga Anáhuac González González

dad, en Azcapotzalco. Su libro está lleno de Agradecemos el envío y felicitamos la iniciativa.


datos cotidianos, sitios, comercios, escuelas, Atentamente, Corredor Turístico Texcoco
www.corredorturisticotexcoco.com
senderos, parques, personas, testimonios,
anécdotas. Su libro contiene historia y rela- CC: Trajín
Se me ocurre que de lo que has escrito sobre tu mamá, seleccionemos una hoja y
tos. Es material de consulta para conocer media de ese escrito y la mandemos a la revista Trajín. es muy buena revista y
fechas, origen y significado de Clavería y sus podrían publicar tu colaboración. Ellos han publicado relatos de vida de mujeres y
han sido verdaderamente interesantes. Si te pones en contacto con ellos podrían
alrededores; es pretexto para presumir lo enviarte por correo electrónico esos números en que aparecen biografías de muje-
valioso, de enorgullecerse de esta parte de la ciudad: de sus tradicio- res…
Alicia Eguiluz
nes, de los personajes famosos que en ella han vivido, de los suce-
sos importantes. Clavería centenaria tiene la nostalgia grabada en Pasos para publicar en "Tacos de la esquina", una nueva editorial ecatepense:
1)Tendrás que tener entre 15 y 25 años de edad.
cada letra, en el color sepia que subraya el pasado, en las fotografías 2)Tendrás que vivir en la Ciudad de México o en Ecatepec.
que nos trasladan a otras épocas. Este trabajo enriquecerá la cultura 3) Deberás haber escrito un poemario erótico, sensual, sexy, cachondo o, de plano,
pornográfico, pero inédito, que no te lo hayan publicado en ninguna parte, escrito
del lugar, dejará marcas, servirá de referencia y de punto de partida en arial a 11 puntos, espacio sencillo, cuya ortografía sea buena y cuya extensión
—como bien señala la autora— para otros trabajos. El capítulo máxima sea de 24 páginas tamaño carta.
4) Tendrás que depositar mil pesos mexicanos en una cuenta bancaria (ésta se te
“entrevistas” resulta el más interesante y emotivo. Ahí están las expe- dará a través de email cuando tu poemario sea dictaminado de forma positiva y
riencias, las remembranzas, la vida que tiene como escenario Cla- aceptes seguir adelante con nosotros).
5) Al depositar el dinero y enviarnos por email la ficha de depósito escaneada
vería. Si quieres conocer la historia de esa colonia no puedes dejar (siempre y cuando tu poemario sea dictaminado de forma positiva), tendrás que
de leer Clavería centenaria, de María Elena Solórzano. Hasta aquí lo firmar de inmediato un contrato con la editorial "Tacos de la esquina" (el cual se te
enviará también por email) en el que asegures que tu poemario es inédito, creado
que me parece valioso y rescatable del libro. Pero hay cosas que no sólo por ti y en el que le otorgas los derechos de tu poemario a "Tacos de la esqui-
me gustan de esta obra: cierto desorden estructural que a ratos con- na" por tres años. En caso de que seas menor de edad, ese contrato deberá estar
firmado por tus padres o tutores.
funde; la inserción de textos de otros libros de manera tan directa, 6) Cuando nos envíes por email el contrato fimado, a los pocos días saldrá publica-
como si sólo fuera una simple compilación de lo investigado; en mu- do, bajo el sello "Tacos de la esquina" un plaquette, un librito, con tu poemario, de
aproximadamente 24 páginas (quizá más, quizá menos, depende de la edición),
chas páginas la ausencia de la voz de la autora, la falta de la rigurosa tamaño carta, portada a color, interiores en papel bond, tipografía especial, cuyo
historiadora académica, la callada presencia de la cronista. Lo más tiraje será de entre 60 (en este caso, a ti se te entregarán 5) a 200 (en éste caso a
ti se te entregarán 30) ejemplares.
difícil en este tipo de libros es integrar el material, digerir lo investiga- 7) Tu plaquette será diseñado por Carlos Bazalongo, quien es el editor y el diseña-
do, convertirlo en algo propio, hacerlo algo más que la simple suma dor de la editorial española (erótica) Perineos.
8) La imagen de tu portada será creada por un fotógrafo de erotismo de talla
de documentos. En este collage falta más creatividad y audacia. No internacional.
soy partidario de los largos recuentos de trayectorias profesionales. 9) A tu plaquette se le hará una distribución por librerías y centros culturales del
D.F. y Ecatepec.
Quizá por eso me parece ostentoso, sin mucho objeto, dedicar seis 10) A ti, como autor, se te harán presentaciones, mesas redondas, entrevistas y
páginas a destacar los logros de la autora. En su lugar, me hubiera promoción por el D.F. y Ecatepec.
11) Harás la lectura de tu plaquette en el Cine Nacional, un cine porno del D.F.
gustado conocer la bibliografía de los libros consultados, de las fuen- 12) Se te conectará con otras editoriales mexicanas.
tes investigadas, tal vez un índice de referencias nos llevaría de 13) Deberás enviar tu poemario, junto con tus datos personales (nombre completo,
edad, telefóno de casa y de celular, breve ficha curricular), como archivo adjunto
inmediato a temas específicos. Rechazo llenar páginas y páginas en formato word, a:
sólo por acumular hojas. Hay mucho que sobra y mucho que falta. morvosin_censura@yahoo.com.mx .
En el asunto del mensaje debe decir "Este poemario quiero publicar en los Tacos".
Hubiera sido más valioso decirnos en qué calle y número vivió en Los envíos que no lleven esta seña serán eliminados.
Clavería el maestro Luis Herrera de la Fuente y tal vez presentar un 14) A cada envío correcto se le responderá con un acuse de recibo. Luego, sólo se
mantendrá contacto con el autor en caso de que su poemario positivamente.
testimonio de su vida en el lugar, que publicar tal cual una biografía 15) La dictaminación puede durar de 15 días a tres meses. Así que no te desesperes.
sacada textualmente de quién sabe dónde y meter una nota pe- Francisco Enríquez M.
riodística de un homenaje realizado a este músico. De Gustavo Hola amigos de Trajin aunque no los conozco personalmente, conozco de alguna
Sáinz se publica, tal cual aparece en la página web del INBA, la tra- manera su trabajo, recibo periódicamente su revista y me parece que su labor es
fundamental para Xochimilco y para toda la sociedad. Mi nombre es Ricardo Pino
yectoria del escritor sin decirnos qué tiene que ver con la colonia y soy profesor investigador de la UAM Xochimilco y vecino desde 1995 de Xochimil-
Clavería; especulamos, en aras de darle sentido, que nació, creció o co… Desde hace ya varios años (2001 aproximadamente) he estado estudiando el
uso de la bicicleta en la ciudad de México, en particular en Xochimilco y he presen-
vivió alguna vez en Clavería y por eso es mencionado. Insisto: hubie- tado algunos trabajos en diversos eventos académicos… pongo a su disposición
ra sido más interesante publicar dónde vivió, qué hacía entonces, para cualquier asunto que tenga que ver con la movilidad y la bicicleta en Xochi-
milco, si les interesa tengo una serie fotográfica que pongo a su disposición
testimonios de amigos o vecinos, algo que lo relacione con el lugar y
dejar de lado sus éxitos personales que pueden consultarse en cual- ¡Gracias por el envío! Felicidades.
Leticia Herrera
quier diccionario de escritores. Bueno, así pasa, no todo sale bien.

32 Marzo 2011 2011 Marzo 33


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