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Premio Nacional de Crítica y Ensayo

«Trompe le Museé»

Ensayo Breve

Presentado por: Mijaíl.


CC. 1 032 423 852 Btá.
TROMPE LE MUSEÉ

“…Cuánto puede cambiar la conducta personal del ejecutante la realización de una obra
que se sitúa en el contexto del Arte?” 1

Esta pregunta la formula Álvaro Herazo dos meses antes de inaugurarse el VI Salón
Atenas en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. La razón, Fernando Cepeda, uno de los
artistas representantes de la costa, participaría con su obra Trampa. Para Herazo, artista
y comentarista cultural, esta obra podría ser entendida como un ejercicio de meditación,
en el cual el público se vería evocado a una “experiencia visual” 2, bajo esta premisa, la
obra es reseñada en su columna en el Heraldo un mes antes de que el museo abriera sus
puertas a ocho propuestas llamadas a “convulsionar los circuitos artísticos” 3. Sin
embargo, Herazo jamás imaginó que llegado el momento sería él y no Cepeda, quien
entraría en la Trampa, para dar respuesta a su pregunta.

“TRAMPA
Infracción maliciosa de las reglas de un juego o de una competición.”

Desde su primera versión en 1975, el Salón Atenas produjo un corte trasversal con la
oficialidad reinante en el Salón Nacional, dinamizando el panorama de las artes plásticas
en el país. Como es natural, este espacio llamado a acoger las propuestas de corte
experimental, ponía en marcha el andamiaje institucional y atraía momentáneamente la
atención del gran público sobre las manifestaciones artísticas locales.

A diferencia del Salón Nacional los parámetros de organización del Salón Atenas
garantizaban la eficacia del certamen: ningún artista podía participar en más de una
oportunidad, propiciando la difusión de nuevos nombres con cada versión. Además, la
modalidad de bolsas de trabajo, que dividía el patrocinio dado por Atenas Publicidad en
partes iguales, les permitía a los participantes financiar la realización de sus obras
garantizando cierta libertad en la experimentación con nuevos lenguajes. De esta manera,
dentro de los artistas invitados para las primeras versiones, rápidamente figuraron
Antonio Caro, Miguel Ángel Rojas, Alicia Barney, Nadin Ospina, por nombrar sólo algunos.

Creo haber dado una idea somera sobre el carácter de este certamen, no obstante, para
comprender la importancia que 1980 tuvo el VI Salón Atenas es preciso exponer algunos

1
HERAZO, ALVARO. Trampa EL HERALDO, Octubre 21 de 1980.
2
Ibíd.
3
SERRANO, EDUARDO. VIII Salón Atenas. Texto introductorio. Museo de Arte Moderno de Bogotá.
Noviembre 1982.
conflictos con que el país recibió el nuevo decenio. En primer lugar, roto el hechizó del
Frente Nacional, quedó al descubierto el abandono estatal en gran parte del territorio; en
consecuencia, cada región tuvo que asumir la imperiosa labor de pensarse a sí misma,
llenando el vacío que dejaron las estructuras identitarias tradicionales, a saber, los
partidos políticos. En resumen, esta situación generó mayores demandas en pos de la
ampliación de los canales de difusión para la producción cultural de cada región:

“Somos un archipiélago de culturas regionales sin que hasta el presente la política artística
de Colcultura haya intentado una integración nacional del arte a través de las exposiciones
periódicas como sería una de sus obligaciones (…) Por otra parte (sic.) es bastante
desconocido el esfuerzo que hacen los artistas en sus ciudades para divulgar su
producción”. 4

En segunda instancia, la bonanza económica producto del narcotráfico, que no lograba


permear a los sectores más amplios de la sociedad, se tradujo en un mayor interés del
Estado por invertir en un evento de gran aceptación social como lo habría sido la
organización del mundial de futbol en 1986. Es así, como días antes de la inauguración del
salón, había iniciado un debate público sobre la pertinencia de servir como sede del
mundial. El expresidente Lleras Camargo rechaza la asignación de la FIFA afirmando que
“mientras se destinan cientos de millones de pesos para financiar el campeonato del futbol
del 86 (mundial), la cultura vive de la caridad pública o privada”5. Es fácil comprender por
qué durante la inauguración del Salón Atenas la polémica salió a flote:

“NO A DIMAYOR CULTURAL


(...) Alberto Casas Santamaría habló en nombre de Atenas Publicidad (…) En una clara
alusión a las palabras del expresidente Lleras Camargo durante la instalación del foro
sobre Financiamiento de la Cultura, Casas Santamaría afirmó que lo que la cultura
necesita para desarrollase es dinero y no una Dimayor. Agregó que no es conveniente
enfrentar la cultura con el futbol y observó que se necesita mejor futbol y más cultura.”6

Ahora bien, para su sexta versión, las políticas del salón habían garantizado que sin tener
el carácter institucional del Salón Regional, el certamen se preocupara por ser incluyente y
riguroso en la selección, por lo tanto, no es de extrañar que Fernando Cepeda miembro
del Grupo 44 de Barranquilla fuera invitado a participar. Este colectivo enfocado en la
investigación − no en la creación de una propuesta grupal, característica de otros grupos
como el Sindicato− estaba integrado por Delfina Bernal, Anne Bertrand, Ida Isbra, Álvaro
Herazo y Eduardo Hernández.

4
MÁRCELES DACONTE, EDUARDO. La Generación Vanguardista y las Artes Plásticas en Barranquilla. Bogotá,
26 de Octubre de 1979. Pág.51.
5
EL TIEMPO. Cultura vs. Futbol. Diciembre 7 de 1980.
6
GONZALEZ, GUILLERMO. Arte Nuevo, Arte Viejo, Politica, Futbol. EL ESPECTADOR, Diciembre 11 de 1980.
No obstante, si se analiza la hoja de vida de sus integrantes, la corta trayectoria de
Cepeda en el campo artístico salta a la vista, entonces, ¿Qué hacía su propuesta tan
singular? Antes de hablar de Trampa, consideremos algunos aspectos en la obra de
Fernando Cepeda: siempre cercano al ‘arte como idea’ había sido el primero en concebir el
libro como objeto de indagación plástica, “trabaja con publicaciones autobiográficas en las
que utiliza libros, folders y archivadores en general, que deben ser revisados por el público
y en los que a veces este mismo interviene (…) Su obra, intelectual y compleja, tiene el
interés del documento…” 7.

De esta manera, en Trampa “una especie de “performance”, de presentación personal, de


trabajo con su cuerpo; Cepeda se encierra en una jaula en el espacio destinado al arte,
para afectar con tal contexto en derrotero de sus pensamientos, mientras registra su
permanencia en dicho espacio con fotografías” 8. Esta jaula totalmente hermética, una
instalación ubicada en el primer nivel del MAM, elaborada en madera, malla metálica,
cercada por alambre de púas, contaba con una cama y una pequeña mesa de noche.

Dentro de este contexto, el carácter autorreflexivo de la acción se aleja fuertemente de la


representación. La intensión de Cepeda, decidido a develar cómo el contexto del arte
afecta la obra, guardaba relación con sus trabajos anteriores de índole reflexivo y
autobiográfico. De esta manera, ponerse decididamente en el lugar de la obra, exponerse
a la mirada del otro, en últimas, ser la obra; implicaba llevar su investigación plástica hasta
la última instancia.

Lastimosamente, días antes Cepeda enferma, no puede viajar a completar la obra, pide
entonces que Álvaro Herazo acupe su lugar “’Trampa’ era una obra que conocía bien.
Había seguido y colaborado en su proceso de desarrollo (…) Fernando Cepeda me llamó y
me pidió que le reemplazará como ‘performer’. Yo acepté.”9. Como era de esperarse
debido al estatus que había adquirido el salón para la fecha, los principales diarios y
revistas de la nación cubrieron la inauguración y el desarrollo del salón. En sus columnas, si
bien dirigidas al público general se evidencia cierta extrañeza ante muchas de las obras
presentes en el certamen:

“Sigamos con el recorrido por el Salón Atenas. Dejando a un lado la construcción de


ladrillos de Sara Modiano, llegamos a una jaula de dos metros cuadrados. En su interior
se halla (quien sabe si todavía esté) una persona. La obra que habla dijo a este diario que
se encontraba allí «para tener tiempo y poder pensar un poco sobre ustedes». Agregó que
su participación en el salón es un ejercicio de meditación” 10

7
BARRIOS, ÁLVARO. El Arte como Idea en Barranquilla. LA REVISTA, año 1 No. 2. Pág. 21
8
SERRANO, EDUARDO. VI Salón Atenas. Texto introductorio. Museo de Arte Moderno de Bogotá. Diciembre
de 1982.
9
HERAZO, ALVARO. En la Trampa. LA REVISTA,No. 6 Vol. 2. Pág. 22.
10
GONZALEZ, GUILLERMO. Arte Nuevo, Arte Viejo, Política, Futbol. Op.cit.
“Un artista, Fernando Cepeda, encerrado en una jaula con miras a saber cómo lo afectaba
personalmente el contexto del arte” 11

Por otra parte la crítica especializada acogió gratamente la obra, José Hernán Aguilar la
tildó de “extremadamente culta” en su análisis de la muestra:

“La extremadamente culta “Trampa” de Fernando Cepeda (Sabanalarga, 1950), donde


Álvaro Herazo (en reemplazo del autor) residió por 48 horas en el recinto del MAM –
Bogotá, mostró no una «performance» sino una presencia real, un hecho real dentro del
contexto del arte(museo), mientras la documentación fotográfica era realizada cada hora,
pasando así a ser una declaración tan política y audaz como los mejores ejemplos del
Boby art ” 12

Como conclusión, esta revisión tan somera como inevitablemente personal, nos muestra
cómo a pesar de ser un “ejercicio introspectivo” dentro del contenedor museal, Trampa
planteó una crítica al establishment del arte evidenciando los mecanismos de recepción de
la obra. Tanto la conducta del ‘ejecutante’ como la presencia del público desmantelan el
sentido latente en la acción, haciendo de ésta, en definitiva, una obra inteligente y eficaz,
capaz de disgustar a muchos y de interrogar al resto.

Secuencia de 48 Imágenes elaborada por Oscar Monsalve, único registro de la acción.


11
ALARCON, MARÍA CRISTINA. Sexto Salón Atenas. CROMOS N° 3284. Diciembre 9 de 1980.
12
AGUILAR, JOSÉ HERNÁN. Salón de Atenas vs. Salón Nacional. LA REVISTA. Nº 6, 1981. Pág.19

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