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EL PAÍS, martes 7 de junio de 2011 31

OPINIÓN

La sociedad invisible
C
ualquiera que sepa cómo nes, se ha venido oyendo que lo testar en votos para sus respecti- para realizar una manifestación
funciona la Red no pre- sorprendente era que la gente vas formaciones políticas. Pero más o menos multitudinaria. Ya,
guntaría sobre quién o no protestara, acusando a la so- ese no es el debate ahora. No con la Red, no hay un interme-
quiénes están detrás de las jor- ciedad española de indolente y toca saber quién está detrás de diario, sea este un partido, un
nadas de movilización y protes- de despreocupada por su futu- ellos o quién pretenderá llevar- sindicato o una organización del
tas que se han originado en Es- ro y por sus posibilidades de ga- los a su terreno. La pregunta per- tipo que sea. Ahora lo que tene-
paña a partir del pasado 15 de narse la vida en nuestro país. tinente en este caso sería la si- mos son miles de intermedia-
mayo. Sociólogos despistados y Pues bien, habiéndonos extra- guiente: ¿hay motivos para la rios que se autoconvocan gra-
políticos desconfiados han en- juan carlos ñado de que la gente no se echa- protesta? Pretender buscar al cias a la libertad que existe en
Internet y gracias a que la Red
contrado la gran explicación:
“Son antisistema”. Más o menos
rodríguez ra a la calle, como había ocurri-
do en otros países de nuestro
autor o autores de la manifesta-
ción es desconocer el mundo en sigue siendo libre, cosa que, por
algo así como son jóvenes oku- ibarra entorno, ahora que un nutrido el que vivimos. Aunque alguien cierto, es una de las claves que
pas que, de pronto, y movidos grupo de jóvenes se ha tirado a lance un mensaje por cualquie- ayudan a comprender el motivo
por una mano oculta, han decidi- La pregunta pertinente las plazas públicas de muchas ra de las redes sociales, y sola- inicial de las protestas.
do tirarse a la calle con el afán sobre el 15-M es: ¿Hay ciudades españolas, la respues- mente tenga 100 seguidores, es Si hay motivos, y parece que
de molestar. ¡Qué error y qué motivos para esta ta que damos es: “Van contra el posible que cada uno de esos todos éramos conscientes de
que la crisis se ceba con muchos
horror de interpretación! sistema”. 100 tenga 200 o 300 que sien-
Desde que empezó la crisis protesta? No quién y No hay duda de que ese movi- ten, piensan y desean las mis- ciudadanos, parece lógico y na-
económica, que ha azotado y si- cómo la ha promovido miento intentará ser fagocitado mas cosas. Y ese fenómeno pro- tural que los más jóvenes, los
gue azotando a nuestra econo- por algunos que pretenderán duce un efecto exponencial que ciudadanos del siglo XXI, utili-
mía, con casi cinco millones de transformar los motivos que trae como consecuencia que ya cen las tecnologías y herramien-
parados, el 45% de ellos jóve- han movido a esos jóvenes a pro- no se necesiten intermediarios Pasa a la página siguiente

La Academia y la historia
T
odas las disciplinas acadé- dictadura de Franco continúen propaganda franquista, retoma- Bajo ese paraguas protector,
micas poseen sus méto- persiguiendo nuestro presente, das hoy por afamados periodistas algunos historiadores y miem-
dos, reglas y hábitos que que ese pasado traumático provo- y aficionados a la historieta, y em- bros de otras disciplinas, en algu-
las identifican y deben respetar que conflictos entre diferentes pleen para ello cuantiosos fondos nos casos también con puestos
quienes se comprometen con memorias, individuales y de gru- públicos. vitalicios en las universidades,
ellas profesionalmente. Los histo- pos, como ocurre en todos los paí- Con ser muy grave esa mani- nunca necesitan pasar los filtros
riadores no nos dedicamos solo a ses que sufrieron regímenes polí- pulación, el tema va más allá del de la competencia y el rigor que
compilar listas de nombres, fe- ticos criminales. uso político e ideológico que se les exigirían en cualquier edito-
chas, lugares y acontecimientos. Julián Da igual que los mejores histo- hace de la historia. La Real Acade- rial de prestigio. La mayoría de
riadores y especialistas en ese pe- mia de la Historia no representa esos escritos, de escasa calidad y
La historia es una disciplina com-
pleja y los historiadores un grupo
Casanova riodo proporcionen sólidas y con- a nadie, ni a los historiadores ni a distribución, y difíciles de dige-
muy variado. Además, el conoci- Ofende y avergüenza trastadas pruebas de que la Gue- sus investigaciones, y su utilidad rir, apenas tienen lectores. Segu-
miento histórico tiene límites rra Civil la provocó un violento es escasa o desconocida. Sus aca- ro que en un Diccionario Biográfi-
bien claros, porque la verdad ab- que una institución golpe de Estado y de que la larga démicos numerarios son un gru- co que incluye 43.000 personajes
soluta es inalcanzable y los he- diga que Franco fue y sangrienta dictadura que im- po de colegas, reclutados entre históricos han colaborado mu-
chos, como ya puso de manifiesto un santo varón que plantaron los vencedores de esa ellos, alejados en buena parte, chos profesionales competentes
Edward H. Carr hace ahora me- guerra fue desastrosa para la his- aunque haya notables excepcio- que se han ajustado a las pautas
dio siglo, nunca nos llegan en esta- trajo paz y pantanos toria y convivencia de los españo- nes, de la docencia y de la investi- del rigor y al método crítico de
do puro. Pero eso no quiere decir les. Muchos ciudadanos, por dife- gación, de los congresos y deba- aproximación a la historia. El es-
que inventemos la historia, ni rentes motivos, van a seguir pen- tes historiográficos. Pero no solo cándalo es que sean los propios
que tengamos que renunciar a sando que Franco fue un santo es la Academia. En España hay capitostes de la Academia quie-
captar, por medio de enfoques y varón que trajo paz, desarrollo, numerosas instituciones públicas nes las incumplan y que eso cons-
métodos de indagación apropia- carreteras y pantanos. Lo que (locales, comarcales, autonómi- tituya en parte el reflejo de una
dos, un pasado parcialmente ver- ofende y avergüenza es que los cas y estatales) que editan, con el miseria intelectual y cultural to-
dadero. miembros de la Real Academia dinero de todos, centenares de li- davía bastante extendida.
Muchos españoles se han ente- de la Historia divulguen y ampa- bros y revistas cuya calidad y ri- La verdad acerca de los he-
rado estos días de que había una ren las grandes mentiras de la gor casi nunca se controla. chos históricos se descubre y no
Real Academia de la Historia. De se inventa. La objetividad es un
repente, una institución que no sueño noble, pero entre esa sana
existía, o que, pese a ser Real, pa- ambición y la historia como pura
recía estar en la clandestinidad, FORGES construcción de quien la escribe
sale a la luz con un Diccionario hay una vía de diálogo entre el
Biográfico Español, presentado an- historiador y los hechos del pasa-
te las máximas autoridades con do. Los historiadores tenemos
elogios exagerados de sus propios que rastrear las fuentes, escu-
miembros y de algunos ilustres char las voces del pasado y hacer
invitados. Y cuando esperaban preguntas al material investigado
más parabienes, que la gente les para ofrecer relatos fidedignos.
abrazara efusivamente por tan Ese es nuestro desafío y quienes
noble y digna empresa, les cae en- lo respetan, lo hacen bien y lo de-
cima una tormenta de vergüenza muestran, son también respeta-
e indignación que pone bajo sos- dos por sus colegas, por la comu-
pecha la profesión del historiador nidad científica y por el público
y alimenta esa creencia tan exten- que los conoce a través de sus es-
dida de que la historia depende critos. La Real Academia de la
de quién la cuenta, que es una Historia constituye ya una buena
rama del saber totalmente subje- materia de estudio para la histo-
tiva, sujeta a postulados ideológi- riografía. En su estado actual, su
co-políticos o cercana a la ficción. existencia carece de sentido y
Más allá del escándalo provo- tampoco parece que una reforma
cado por el nulo rigor y sesgo radical le pueda dar mayor legiti-
ideológico con el que se han elabo- midad. Como ha demostrado to-
rado algunos textos para ese Dic- da esta polémica, la sociedad ya
cionario, estamos ante una buena no necesita guardianes de las
oportunidad de debatir temas im- esencias de la historia.
portantes que afectan a nuestra
democracia, historia y cultura. Julián Casanova es catedrático de
Es normal que los diversos re- Historia Contemporánea en la Univer-
cuerdos de la Guerra Civil y de la sidad de Zaragoza.

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