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En la actualidad, como se muestra en la Tabla 3.1, los principales países productores son Chile,
que ocupa el primer lugar, seguido a considerable distancia por Indonesia, E.U.A., Australia,
Perú y Rusia. En la Tabla 3.1 se aprecia el notable incremento de la producción en Chile en las
últimas décadas, aumentando su participación en la producción mundial desde un 16,9% en 1981
a un 35,0% en 2003. Por otro lado el segundo productor mundial, EUA, perdió su lugar frente a
Indonesia en 2003, disminuyendo su participación desde un 15,4% en 1998 a un 8,1% en 2003.
La reservas mundiales explotables de cobre son de 940 millones de toneladas (Tabla 3.2), de las
cuales Chile posee el 38,3%, no existiendo ningún otro país que se aproxime a esa situación.
En la naturaleza, el cobre se presenta combinado formando dos grandes grupos: los minerales
oxidados y los sulfurados. Como regla general, los minerales oxidados son fácilmente solubles,
por lo que su beneficio se realiza a través de lixiviación ácida. Por su parte, los minerales
sulfurados son insolubles aún en ácidos concentrados, por lo que para extraer el cobre de ellos se
debe previamente oxidar los sulfuros. La tecnología convencional para ello consulta molienda
fina, concentración selectiva por flotación y obtención del metal por pirometalurgia, esto es, la
oxidación de los sulfuros a SO2 y la reducción del cobre cuproso y cúprico a cobre elemental en
hornos a elevadas temperaturas. La lixiviación bacteriana de los sulfuros de cobre constituye hoy
una importante alternativa viable. Las principales especies mineralógicas de cobre sulfurado se
muestran en la Tabla 3.3. En Chile la mayor proporción de las reservas de cobre sulfurado están
constituidas por calcopirita, calcosina y covelina. De estas tres especies, la calcopirita es
especialmente recalcitrante al ataque bacteriano, no existiendo a la fecha explotación comercial
de esta especie por esa vía, aunque sí es posible su recuperación parcial en botaderos. Sin
embargo, se espera que en un futuro muy próximo se logre este objetivo con la utilización de
microorganismos termófilos para biolixiviar concentrados de cobre.
Bornita Cu5FeS4
Calcopirita CuFeS2
Calcosina Cu2S
Covelina CuS
Enargita Cu3AsS4
La modalidad de operación más adecuada para la lixiviación bacteriana depende del tipo y
volumen de mineral a tratar y de las facilidades que puedan existir en la mina y zona de proceso.
Una de ellas es la biolixiviación de cobre en pilas, que se utiliza ya sea cuando la baja ley de
mineral no lo hace apto para ser concentrado por flotación y tratado por técnicas pirometalúrgicas
o como alternativa al tratamiento convencional. El material molido a tamaños entre 1/4" a 4" se
distribuye en patios y canchas acondicionados de forma de que tengan una superficie
impermeable que permita recoger y circular a las pilas el licor ácido. Los tamaños usuales de las
pilas son unos 100 a 300 m de largo y 3 a 6 m de alto (Zárate, 1994). El proceso se esquematiza
en las Figuras 3.1 y 3.2. La recuperación del metal del licor lixiviado se puede efectuar mediante
cementación con chatarra de hierro (Figura 3.1) o más modernamente por extracción por solvente
y electrodeposición (Figura 3.2). Este proceso es hoy ampliamente usado a gran escala, en
contraste con lo que sucedía hace unas pocas décadas atrás en que sólo existían unas pocas
operaciones pequeñas preferentemente en botaderos (Gentina y Acevedo, 1985).
Los porcentajes de recuperación en pilas y botaderos son muy variables y fuertemente
dependientes de las características del mineral y de los tiempos de operación. Las cifras usuales
cubren el rango de 30 a 90% de recuperación. En los tramos finales de la operación, la velocidad
de extracción se hace muy baja, por lo que en ocasiones no resulta rentable continuar la
lixiviación. Las concentraciones que se logran en el caso de cobre oscilan entre 1 a 8 g/l, pero
pueden alcanzar 30 g/l o más en el caso de lixiviación bacteriana de concentrados en tanques
agitados.
Evaporación
H2SO4
Pila
Cementación con Fe
Cementado
Molienda
primaria
Molienda
secundaria
Molienda
terciaria
agua
Aglomeración
ácido sulfúrico
Lixiviación en pilas
rafinado
Extracción solvente
Electrodeposición
Cátodos
de cobre
En los últimos años, varias minas han iniciado en Chile su operación mediante el proceso
bacteriano, como de muestra en la Tabla 3.4. Entre ellas se pueden destacar Quebrada Blanca,
con reservas de 75 millones de toneladas de mineral de 1,5% cobre y una capacidad de 75.000
ton anuales (Jo et al., 1991) y Cerro Colorado, con 80 millones de mineral de 1,4% Cu total y
una capacidad de producción de 45.000 ton de metal fino al año. El mineral es en un 96,7%
covelina
Lixiviación en pilas
Lo Aguirre1 14.000
Quebrada Blanca 75.000
Cerro Colorado 130.000
Zaldivar 150.000
Iván-Zar 12.000
Andacollo-Cobre 21.000
Lixiviación en botaderos
Chuquicamata 30.000
Los Bronces sin datos
Zaldívar sin datos
a
Cerró sus operaciones en 2000
y contiene 1,33% de cobre sulfurado. Las pruebas piloto, realizadas en 1989 y 1990, entregaron
un 90% de recuperación en 7-11 meses. El efluente de las pilas contenía 2-3 g Cu/l y 106
células/ml. La temperatura en el interior de las pilas variaba, según la ubicación y tiempo, entre
12 y 27ºC (Acevedo et al., 1993).
El futuro de la biominería del cobre se ve auspicioso en Chile tanto por el gran empuje del sector
productivo, que ha ido ganando en confianza respecto a los benéficos de esta biotecnología,
como por el decidido apoyo brindado por las más altas autoridades gubernamentales del país
(Anónimo2003c; Gobierno de Chile, 2003)
Biolixiviación en reactores
Sin embargo está situación ha cambiado y se esperan grandes logros para los próximos años. De
hecho, como ya se mencionó, la División Norte de Codelco-Chile en conjunto con la empresa
BHP Billiton tienen muy avanzado el desarrollo de una tecnología a gran escala para la
bilolixiviación de concentrados de cobre en reactores empleando cepas termófilas (Anónimo,
2003a).
Microorganismos lixiviantes
Pese a que la actividad bacteriana sobre diversos tipos de minerales ha tenido lugar en la
naturaleza desde tiempos remotos, el principal microorganismo responsable de esa acción, el
Acidithiobacillus ferrooxidans, fue aislado y descrito por primera vez sólo en 1947. Esta bacteria
tiene forma bacilar, es Gram negativa y mide aproximadamente 0,5 µm de diámetro y 2 µm de
longitud. Se trata de una bacteria quimiolitoautotrófica acidófila, lo que implica que obtiene la
energía necesaria para su funcionamiento mediante la oxidación de compuestos inorgánicos,
utiliza CO2 como única fuente de carbono para todas sus necesidades metabólicas, no requiere de
nutrientes orgánicos y es capaz de desarrollarse a valores de pH muy bajos, en el rango de 1 a 3.
En los últimos años han despertado gran interés microorganismos termófilos extremos, capaces
de crecer a temperaturas de 65 a 80ºC, que presentan buenas características lixiviantes sobre
sulfuros reconocidamente recalcitrantes. Estos organismos no son propiamente bacterias, sino
que han sido clasificados como pertenecientes al dominio de las arqueas, las que difieren de las
bacterias principalmente por la composición de su membrana y pared celulares (Kandler y
König, 1998; Sleytr y Beveridge, 1999). Las arqueas han sido mayoritariamente aisladas de
aguas termales y géisers y por lo tanto su hábitat natural no son los minerales. Este hecho puede
ser significativo con relación a algunos problemas que presenta su aplicación minera. La Tabla
3.6 muestra algunas arqueas de interés.
Otro importante aspecto que depende del tamaño de partícula es la velocidad de extracción.
Los sulfuros están distribuidos en todo la masa de la partícula y mientras mayor es ésta, mayor
es el contenido de sulfuros contenidos en el interior, lo que redunda en que la velocidad de
transferencia de masa pasa a controlar la cinética de oxidación de los sulfuros.
Nutrientes e inhibidores
Se puede decir que la mayoría de los microorganismos que participan en la lixiviación son
quimioautotróficas, es decir, obtienen el carbono necesario para su desarrollo del CO2 y la
energía de la oxidación de un compuesto inorgánico (Fe2+ ó S2-). Los otros elementos básicos
para la nutrición de estos microorganismos deben estar contenidos en cantidades
proporcionales a su composición celular en el medio de cultivo en forma de sales. Los más
importantes cuantitativamente, son el nitrógeno, generalmente como sal de amonio, el
magnesio (sulfato de Mg), el fósforo (fosfato ácido de K) e iones metálicos pesados en
cantidades menores.
El medio de cultivo más utilizado es el conocido como medio 9K que fue desarrollado por
Silverman y Lundgren (1959). Jones y Kelly (1983) posteriormente modificaron el medio 9K
para minimizar la formación de jarosita mediante la disminución en los contenidos de potasio
y de amonio. Ambos medios aparecen en la Tabla 3.7, junto al medio usado por Bryner y
Anderson (1957).
Tabla 3.7. Ejemplos de medios de cultivo para bacterias lixiviantes
Composición (g/l)
a
9K Jones y Kellyb Bryner y
Andersonc
(NH4)2SO4 3,0 0,36 1,0
KH2PO4 - 0,054 -
K2HPO4 0,5 - 0,1
KCl 0,1 - 0,05
MgSO4·7H2O 0,5 0,15 3,0
Ca(NO3)2 0,01 - 0,1
H2SO4 (10 N) 1 mL/L pH 1,6 pH 2,65
FeSO4·7H2O 44,2 3-13 10
Al2(SO4)3·18H2O - - 4,0
a
Silverman y Lundgren, 1959, bJones y Kelly, 1983, c Bryner y Anderson, 1957
Torma y Izkovitch (1976) informaron que los solventes de extracción del cobre desde los
líquidos de lixiviación disminuyen la habilidad de oxidación de la calcopirita del A.
ferrooxidans. También se ha podido demostrar (Tuovinen, 1978) que muchos agentes de
flotación son inhibitorios para el T. ferrooxidans. En nuestros laboratorios se encontró que los
compuestos orgánicos de extracción que se utilizan en el país no interfieren significativamente
ni con el crecimiento de las bacterias ni con la solubilización de cobre sulfurado. Sin embargo,
los agentes de flotación afectaron notoriamente tanto el crecimiento como la solubilización,
como se aprecia en la Tabla 3.10 (Gentina et al., 1987).
El oxígeno molecular actúa como aceptor final de electrones en las reacciones del metabolismo
energético que tienen lugar en la lixiviación bacteriana, como son la oxidación del ion ferroso,
azufre reducido y azufre elemental. El dióxido de carbono es la fuente de este último elemento
para el crecimiento de la población microbiana autotrófica.
lCO 2 + mNH 3 + p( Fe 2 + + H + ) + nO 2
→ C d H e O f N g + pFe 3+ + tH 2 O (3)
De estos resultados se puede derivar una expresión para YO 2 (Acevedo y Gentina, 1989).
1 01434
.
= + 0.01f ' − 0.0267d ' + 0.01714g' − 008e' (4)
YO 2 YX/ Fe
El oxígeno debe ser suministrado a los microorganismos a una velocidad a lo menos igual a su
demanda. De no ser así, las células crecerán bajo limitación de oxígeno, el crecimiento será lineal
en vez de exponencial y podrán dañarse sus sistemas de transporte de electrones y fosforilación
oxidativa.
Las relaciones (3) son también útiles para predecir los rendimientos celulares teóricos de CO2 y
NH3 (Acevedo, 1987) y para calcular la razón O2/CO2 necesaria. Al comparar el valor obtenido
con la relación O2/CO2 del aire, que es 700, queda en evidencia la profunda limitación por CO2.
El mismo tipo de cálculo permite predecir que es necesario enriquecer el aire a un nivel de 0,2 a
2,0% de CO2 para aliviar la limitación, según sean los valores de YX/Fe, la eficiencia de
transferencia y la composición elemental de las células. Estas predicciones concuerdan con datos
experimentales como los presentados por diversos autores.
dC L
= k L a(C ∗ − C L ) − N A (5)
dt
N A = k L a (C ∗ − C L ) (6)
Si se toma como ejemplo la oxidación de covelita, calcocita y calcopirita, se puede estimar los
valores de kLa requeridos, los que se entregan en la Tabla 3.11.
CuS + 2O 2
→ CuSO 4 (7)
Cu 2 S + 2.5O 2 + H 2 SO 4
→ 2CuSO 4 + H 2 O (8)
2CuFeS 2 + 8.5O 2 + H 2 SO 4
→ 2CuSO 4 + Fe 2 (SO 4 ) 3 H 2 O (9)
Tabla 3.11. Coeficientes de transferencia de oxígeno requeridosa
Temperatura, pH y Eh
Tanto la oxidación del ion ferroso como la de los sulfuros reducidos tiende a hacer variar el pH
de la solución, tanto por consumo de protones como por generación de ellos. Una situación
adicional puede surgir cuando el mineral contiene ganga básica.
Una medida tan importante como el pH lo constituye el potencial redox del sistema, el que
condiciona tanto la actividad microbiana como la oxidación química de los sulfuros.
Normalmente la extracción de los sulfuros alcanza sus mayores velocidades una vez que el Eh de
la solución ácida ha superado los 400 – 450 mV.
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