Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Hace poco viajaba en un tren desde Málaga hasta Madrid en España. En el asiento
delante de mí estaban tres adolescentes mirando una fotonovela pornográfica (de las
más explícitas) para entretenerse durante el viaje. Yo realmente no esperaba semejante
cosa en la tierra de Cervantes. Pero la realidad es que el mundo, donde quiera que uno
vaya, está dominado por el tema del sexo. Desde las conversaciones hasta la música y
los anuncios vistos por la televisión, el tema es sexo, sexo, sexo. Hoy día es más posible
ver carteles exponiendo las virtudes de los condones que ver a alguien exponiendo las
virtudes de la abstinencia o la virginidad.
El problema no es el tema en sí, ya que la Biblia tiene mucho que decir acerca del sexo
(en su gran mayoría positiva) sino que es el contexto donde se presenta (fuera de los
votos matrimoniales) y el enfoque (lo sensual – dominando el individuo), por lo tanto
para nada edifica.
La Iglesia de Cristo, en sus valiosos intentos de mantener su pureza, durante una etapa
batalló con un legalismo fatal. Esto produjo un cristianismo negativo, triste y en algunos
casos hipócrita.
En aquel entonces, el sexo era tema tabú, es decir no se hablaba del asunto. Un ejemplo
demasiado común es el del pastor que me contó (después de escuchar a Luis Palau
predicar a miles de jóvenes acerca del tema El sexo y la Biblia): «…en mis diecisiete
años de ministerio, ni una vez he mencionado el tema del sexo desde el púlpito, ni
hablar de predicar todo un sermón».
El mundo (y la Iglesia es afectada por el ambiente en el cual vive) propaga ciertas ideas
que la gente acepta como si fueran leyes universales (por eso son tan insidiosas) cuando
en realidad una vez expuestas a la luz bíblica son mitos.
MITO N? 1: «Es imposible controlar el deseo sexual, es inevitable que los jóvenes
tengan relaciones sexuales antes de casarse. Entonces, lo mejor es ayudarles a
tener cuidado». Existen variaciones de este mito, como «la masturbación es la solución
para el creyente», pero lo esencial cae bajo el rubro de que «es inevitable». Para la
persona que tiene la mente saturada del sexo impuro (¡ojo! – digo impuro, porque el
sexo dentro del plan de Dios es puro), pareciera que el impulso o tentación es
abrumador. La Biblia, en cambio, dice: «No os ha sobrevenido ninguna tentación que
no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados
más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá la vía de escape, a
fin de que podáis resistirla». (1 Cointios 10:13 BLA) Este mito, que muchos
evangélicos han aceptado como verdad, es negar la gracia y el poder de Dios en la vida
del creyente para vivir una vida de pureza.
MITO N? 2: «La meta más elevada con que uno puede soñar es la libertad de
expresión». Dentro de este mito hay una crítica a los que seguimos la ética bíblica
porque consideran que hemos inhibido tal expresión causando mucho daño emocional.
Vamos a hablar con claridad, la verdadera libertad viene de Cristo (Juan 8:31-36), es
una libertad de ser controlado, sin culpa, sin problemas con la conciencia, sin hacer
daño a otros seres humanos o a sí mismo. Si fuera verdad que el verdadero equilibrio
emocional viene de la «libertad» de expresión (incluyendo, por supuesto, el impulso
sexual) ¡esta generación ha de ser la más balanceada en la historia del mundo! Pero la
verdad es todo lo contrario. Es lamentable cuando un joven o una joven casi tiene que
disculparse porque es virgen. A los varones les acusan de ser «maricones», y a las
muchachas de ser «monjas». En un caso una mujer le dijo a una chica virgen que «te
tienes que curar», como si la virginidad fuera una enferm edad. Los varones sufren esta
presión cuando los chicos se reúnen para hablar de sus «proezas sexuales». Es hora de
que los creyentes se jacten de su pureza, recordando que el verdadero amor nace de un
corazón puro (1 Timoteo 1:5).
• Facilita la posibilidad de algo que estamos viendo con más y más frecuencia, «una
adicción sexual».
• Hoy día hay que agregar las enfermedades transmitidas por el sexo impuro.
• Cuando los novios empiezan a tener relaciones sexuales o aun caricias profundas, el
muchacho suele perder el aprecio por la personalidad de su novia y aquellas cualidades
internas que perduran, y concentra su atención (quiérase o no) en el cuerpo y en el sexo.
La mejor manera de imposibilitar la intimidad emocional de una pareja es comenzar con
la intimidad física antes del matrimonio. La Biblia afirma que no es bueno que el
hombre esté solo (Génesis 2:18). El Creador le dio una mujer por compañera
(Malaquías 2:14). Algunos propósitos del matrimonio son el compañerismo, la
comunión y la intimidad a fin de crear «una sola carne» (Génesis 2:24). Tal intimidad
es una necesidad y el ser humano la busca porque le hace falta, pero lamentablemente
muchos no la encuentran. En esta búsqueda de intimidad, por lo general el varón busca
relaciones físicas antes de las emocionales. Por su parte, la mujer desea tener intimidad
emocional antes de entregarse físicamente. Cuando el va rón–por lo general es el
muchacho, no la chica, quien apresura el contacto físico–acelera los roces y las caricias
en el noviazgo, la muchacha acelera la búsqueda de la intimidad emocional. Esta
intimidad emocional se hallará muy pocas veces una vez que hayan precipitado el
contacto físico.
MITO N? 5: «El amor (difícil de definir para el mundo, pero por lo general un
sentir (algo inesperado que sucede sin previo aviso) es la base para el matrimonio».
Esto suena bien al juzgarlo a la ligera. Pero, ¡cuántas veces hemos escuchado en la sala
de consejos «pero, hermano, lo(a) amo» como si esto contestara (y disculpara) una
relación adúltera o diera licencia para un divorcio (con la idea de casarse con otro)! En
ningún lugar la Biblia dice que el amor es la base para el matrimonio. En cambio,
establece que el matrimonio es la base para el amor. Pablo dice: «…amad a vuestras
esposas» (Efesios 5:25) en vez de «casaos con vuestras amantes». Esto no significa
que uno no debe estar enamorado de su futuro cónyuge, sino que enfatiza la importancia
de amar al cónyuge actual.
MITO N? 6: «La juventud moderna es más madura y está más preparada para el
matrimonio en cuanto a los temas sexuales porque sabe de todo y porque muchos
han experimentado el contacto sexual». Es muy cierto que la juventud actual sabe
mucho más acerca del sexo que la juventud de mi época, pero ¿necesariamente significa
que la hace más apta para disfrutar del sexo dentro del matrimonio? ¡Lo dudo! La
mayoría de los chicos aprenden sobre los temas sexuales a través de conversaciones con
los amigos, chistes subidos de tono, libros pornográficos o semi-pornográficos; en fin,
de un ambiente totalmente fuera del contexto bíblico. La juventud, por lo tanto, sí sabe
mucho del sexo–la mecánica–pero muy poco sobre cómo el sexo está relacionado con el
amor. El reto es aún más grande: enseñar a toda una generación cómo el contacto físico
encaja con el amor–dentro del matrimonio.
MITO N? 7: «La juventud es la que tiene problemas con la codicia, una vez casada
cesa el problema». Es intrigante ver las clasificaciones de las películas: «para
mayores de 18 años» como si la pornografía sólo afectara a los menores de 18 años.
Probablemente la pornografía afecte más a los casados y a los que han jugado con el
sexo que a los que son vírgenes. Un artículo dice:
«Varios son los que afirman, y hay evidencia para sostenerlo, que antes de que una
persona experimente el acto sexual, sólo tiene curiosidad y deseos sexuales, pero una
vez experimentado, comienza a tener pasión sexual. Es como si el acto sexual
encendiera un motor que estaba apagado. Después de encenderlo, la persona batallará
con la pasión sexual. Este es un fuerte argumento en contra de la masturbación y las
relaciones prematrimoniales. Dios hizo que la pasión sexual se encendiera dentro del
matrimonio, en donde hay posibilidad de satisfacerla». (Fui Violada, Apuntes
Pastorales, Volumen II, número 4, diciembre 1984-enero 1985).
MITO N? 8: «No voy a tener el acto sexual (por temor al embarazo o a una
enfermedad venérea) pero está bien hacer todo menos el acto en sí». En círculos
cristianos es posible pensar que el coito es el pecado, pero que está bien practicar
masturbación mutua, sexo oral, u otras caricias profundas. Vale la pena mencionar que
ya he aconsejado a tres parejas que no han tenido relaciones sexuales (técnicamente
hablando) pero la chica quedó embarazada de todas maneras. El propósito de las
caricias es prepararse para las relaciones sexuales tanto emocional como
fisiológicamente (por eso se llama el juego previo). Si durante el noviazgo se preparan
para algo que no deben hacer hasta la noche de bodas, el resultado lógico es frustración
sexual–a veces en los hombres hasta dolores intensos en los testículos. Peor todavía es
alcanzar tal nivel de estimulación que cada vez se debe avanzar más en la profundidad
de las caricias. Pablo declara: «Bueno sería al hombre no tocar mu jer» (1 Cointios
7:1). La palabra «tocar» significa «encender o hacer que una cosa se inflame o
arda».
La batalla se encuentra en la mente. Cuando los novios arden de deseo sexual, están
transgrediendo los límites bíblicos. En el noviazgo ideal (¿existe tal cosa?), la
intimidad emocional y el deseo de tener relaciones sexuales llegan a su cumbre el día de
la boda. Es notable que la palabra «tocar» también tiene el sentido de «adherirse a
algo». No solamente no es bueno tocar (inflamarse o excitarse sexualmente) mujer (que
no sea su propia esposa), sino que tampoco es bueno adherirse a mujer ajena.
Además (vuelvo a tocar el tema de la intimidad) se puede decir que la relación sexual es
«la intimidad máxima» y solamente dentro del contexto del matrimonio se puede
desarrollar tal intimidad. Dentro de los votos matrimoniales será posible entregarse
totalmente, sin vergüenza, sin tener que salir para ir a su propia casa, sin temor al
embarazo (todo lo contrario), sin el temor de que uno terminará el compromiso. Dentro
del matrimonio la pareja comparte todo: las finanzas, los niños, los quehaceres y la
cama.
Frente a esta avalancha de propaganda, la Iglesia de Cristo del nuevo siglo se prepara
para la batalla armada con la verdad. El tema del sexo no puede ser tabú, no podemos
ignorarlo, nos está invadiendo estrepitosamente. Es hora de sacar este tema de las
conversaciones en los pasillos y los baños y ponerlo en el contexto apropiado, la Biblia,
la familia y la iglesia, para que tanto los jóvenes como los adultos podamos vivir con la
conciencia transparente y en victoria. Es imprescindible que la iglesia presente la
alternativa bíblica, no solamente condenando (es correcto hacerlo cuando sea necesario)
sino también enseñando la belleza del sexo marital.
A continuación, sugiero ciertos temas que considero necesario estudiar para la Iglesia en
el nuevo siglo.
1) La Codicia.
a) ¿Qué es la codicia?
b) ¿Cómo distinguir la codicia de la atracción natural al sexo
opuesto?
c) Pasos prácticos para vencer la codicia.
3) El noviazgo.
a) ¿Es bíblico el noviazgo?
b) ¿Es anti-bíblico el noviazgo?
c) El contacto físico durante el noviazgo ¿hasta qué punto es
bueno?
d) Cómo evitar la fornicación durante el noviazgo.
4) La Masturbación
a) ¿Es pecado?
b) Pasos prácticos para vencer la masturbación.
5) El aborto
6) La planificación familiar
9) El mundo
a) ¿Cómo se define?
b) ¿Por qué es tan atractivo?
c) Pasos históricamente ineficaces para vencer el mundo.
d)Basado en 1 Juan 2:12-14, cómo vencer el mundo.
10) ¿Qué hacer cuando el novio (o la novia) quiere acelerar el contacto físico?
11) La soltería
12) Las ventajas de la virginidad y las consecuencias del contacto físico antes del
matrimonio.
14) Cómo tener conversaciones durante el noviazgo sin tener que tener contacto
físico o entrar en temas acerca de la sexualidad (las características de una buena
conversación).
15) Las diferencias entre varones y mujeres con relación al impulso sexual.
Hace poco, un gran amigo mío fue invitado a dar una conferencia sobre la familia.
Quedó en hablar a la juventud por la tarde sobre los temas relacionados al sexo y
noviazgo. A la reunión de los jóvenes llegaron casi todos los adultos de la Iglesia. La
razón es sencilla: los adultos no saben cómo tratar estos temas con claridad, Biblia en
mano.