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3. SEGLARES Y JESUITAS
3.1. No partimos de cero... ....................................................................................... 20
3.2. De lo jesuítico a lo ignaciano, de la red al cuerpo .......................................... 22
3.3. “Según que parecerá conveniente para la gloria de Dios
y el bien común” ..................................................................................... 26
3.4. Conclusión: lucidez y osadía ............................................................................ 27
NOTAS .................................................................................................................................. 29
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chos de acceso, rectificación, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de
Barcelona
El presente estudio tiene su origen en tres artículos, publicados
en las revistas Sal Terrae y Manresa1. Dado el interés y la unidad
del tema, ha parecido útil recopilarlos en esta publicación, para la
cual han sido algo reelaborados y adaptados reduciendo notable-
mente su extensión. Como la perspectiva ignaciana domina todas
las páginas que tienen al laicado como tema central y los jesuitas
aparecen en su relación y colaboración con los laicos, se explica
fácilmente el título: “Ignacio de Loyola, seglares y jesuitas”.
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2. IGNACIO Y LOS SEGLARES: LA CORRESPONDENCIA
Cuando uno se acerca al inmenso Así, “cada uno en su estado a que Dios
epistolario de Ignacio para profundizar le llamare” ha de “emplearse en mucho
en su concepción de lo seglar, se en- servicio y alabanza suya, caminando
cuentra ante un amplísimo panorama. muy derechamente al último y bien-
Personas variadísimas: mujeres y hom- aventurado fin que les tiene aparejado”.
bres, gente sencilla, nobles, ricos, mo- De modo que san Ignacio, con ocasión
narcas, diplomáticos, políticos, amigas de la muerte de una de las mujeres que
y amigos, familiares, bienhechores, di- más íntimamente caló en su corazón,
rigidos espirituales, etc. Situaciones puede afirmar: “no dejándonos dudar su
muy diversas: decisiones políticas, con- vida y obras que el remunerador dellas
flictos entre naciones, asuntos y proble- liberalísimo y clementísimo la haya co-
mas familiares, cuestiones de vida inte- locado entre sus muy escogidos y bien-
rior, dolor por la pérdida de seres aventurados santos”.
queridos, etc. Aspectos distintos de vida Un laico que aspira a una vida cris-
cristiana: vida sacramental, oración y tiana seria deberá llevar una vida perso-
penitencia, apostolado, beneficencia, nal con un nivel de exigencia elevado.
vocación religiosa de los hijos, uso de Ignacio se extiende a veces precisando
los bienes, reforma de la Iglesia, etc. las pautas de este estilo de vida. Algunos
de los rasgos más repetidos por el san-
to son:
2.1. La vida personal del seglar:
– Las buenas costumbres unidas a la
vida “en mucho servicio y
buena doctrina, que son ejemplo y estí-
alabanza suya”
mulo para la familia o personas cerca-
nas.
Ignacio piensa sin lugar a la menor
duda que Dios llama a todos a la per- – Una vida sacramental intensa, que
fección de la vida cristiana y derrama li- puede consistir en la misa diaria, la con-
beralmente sus dones a quien quiere, sin fesión mensual o confesión y comunión
distinción de estados. Así, refiriéndose lo más frecuentes posible.
al rey de Portugal, Juan III, pondera: – La oración diaria y la práctica de
“las muchas gracias espirituales que los Ejercicios Espirituales.
Dios nuestro Criador y Señor le ha que- – Ayudar a las personas necesitadas
rido comunicar, queriéndole en todo al- (pobres, huérfanos, etc.) y, en general,
zar a su mayor servicio y alabanza...”. la distribución habitual de limosnas.
También la vida del seglar es una pe- – Prácticas piadosas como la lectura
regrinación hacia la patria definitiva. de libros edificantes o la asistencia a ser-
Para llegar a ella, es decir, alcanzar el mones y hacer obras pías.
“último fin”, Dios ha dado al seglar “el – La amistad con personas que ha-
uso y servicio de todas las criaturas”. blan y obran a gloria de Dios.
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Valga como resumen de lo dicho es- Ahora bien, esta actividad apostólica
te fragmento de una carta que el secre- puede realizarse de manera directa e in-
tario de Ignacio, Polanco, escribió por dividual o mediante la colaboración en
comisión del mismo santo al Sr. Antonio alguna institución apostólica.
Enríquez del séquito de Carlos V: – Apostolado directo e individual:
“Como tan de veras soy servidor de educación de la juventud y pastoral,
Vuestra merced, no puedo dejar de le apostolado en el medio social propio,
acordar la frecuentación de los santos iniciativas apostólicas laicales sirvién-
sacramentos, la lección de algunos li- dose del ministerio de sacerdotes.
bros píos, la oración con el recogimien- – Colaboración con el apostolado
to que podrá, tomando para sí cada día institucional: ayuda material a la for-
algún tiempo [...]. También el conversar mación en colegios y seminarios, a hos-
con buenas y espirituales personas mu- pitales y conventos e iglesias, promo-
cho ayudará a Vuestra merced, y el con- ción de distintas “obras pías” apoyo de
tinuar y aumentar su buena usanza de la autoridad para la acción de la
hacer limosnas, que es universal medio Compañía, colaboración en la reforma
para alcanzar todo bien del que es fuen- de la Iglesia mediante la renovación de
te indeficientísima, de donde todo ha de monasterios, clero, universidades, etc.
manar”. En resumen, Ignacio tiene la con-
vicción de que el seglar llega a lugares
y alcanza resultados no asequibles al sa-
2.2. Fin de la vida seglar: “Ayudar
cerdote o a los religiosos. De aquí el in-
a otros para gloria de Dios”
terés de atender especialmente a los se-
En una instrucción para los jesuitas glares que manifiestan capacidades y
enviados a ministerios, aconseja que, disposiciones para ser verdaderos mul-
aparte de atender a las personas “de tiplicadores de la actividad apostólica
quienes mayor fruto se espera”, se de- eclesial. Por ejemplo, en las universida-
diquen a “otras idóneas para ser apósto- des el jesuita puede ayudar a “los esco-
les, y generalmente, aquellas que sien- lares de la Universidad”, con la pers-
do ayudadas, podrán luego ayudar a pectiva de que “no solamente en ellos se
otros para gloria de Dios”. hará provecho, pero aun por ellos en
Porque, aparte de ponderar el bien otros muchos, por ser semejantes perso-
que produce una vida cristiana verdade- nas idóneas para comunicar con otros
ramente evangélica, Ignacio tiene en los que se recibieren a gloria de Dios”.
perspectiva el carácter expresamente
apostólico al cual muchos están llama-
dos. Entre éstos cuenta no sólo los sa- 2.3. Las mediaciones del servicio:
cerdotes y religiosos, sino también los “Mucho servicio suyo y bien
seglares. Es más, en sintonía con el ca- universal”
risma suyo personal de “ayudar a las áni- Todo conduce, en determinadas con-
mas”, valora particularmente esta posi- diciones, al servicio de Dios y el bien
bilidad de la vocación cristiana seglar. universal. De aquí que Ignacio, a un je-
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suita excesivamente polarizado en la de- tiana, lo que importa es saber en qué
dicación de largas horas a la oración le condiciones algo puede ser mediación
recordaba: “Sería bien que mirase que del evangelio.
no sólo se sirve Dios del hombre cuan- En primer lugar, es obvio que la apli-
do ora [...]. Pero es así que de otras co- cación del Principio y Fundamento de
sas a tiempos se sirve más que de la ora- los Ejercicios es también presupuesto
ción...”. fundamental de toda forma de existen-
Una interminable serie de situacio- cia cristiana:
nes humanas que desfilan en el episto- “A vos en especial conviene consi-
lario ignaciano aparecen como lugar de derar que, si algún bien habéis, por nin-
verdadero progreso del Reino de Dios: guno seáis cogido, por nada temporal
el cuidado material y moral y la forma- poseído, dirigiendo todas las cosas para
ción humana de hijos o familiares; la servicio de quien las habéis. Porque del
buena organización y funcionamiento que no puede emplearse por entero en
de las universidades; el gobierno del es- lo único que es necesario, propio es po-
tado; la importancia de “buenas cabe- ner todo su ser en tener bien ordenadas
zas” para el bien común, “porque del aquellas muchas cosas varias en que se
bien de la cabeza participan todos los ocupa y se ha ofrecido, etc.”.
miembros del cuerpo”; el consejo real, Estas palabras están dirigidas a un
los gobernadores y los jueces y, en ge- clérigo, Pedro Contarini, el cual, como
neral, dignidades seculares, “aun las clérigo, puede en principio distanciarse
más altas”; los bienes materiales entre- de aquellas realidades –”algún bien”, lo
gados a “cosas pías, justas y santas”, etc. “temporal”– que son campo propio de la
Ignacio no sólo propone y exhorta a vocación seglar. Sin embargo, aún así, si
vivir una vida secular de verdadera cali- “no puede emplearse por entero en lo
dad cristiana, sino que a menudo hace in- único necesario”, es capaz de dar calidad
dicaciones muy precisas sobre la mane- verdaderamente evangélica a su vida,
ra de organizar lo secular. Por ejemplo: “dirigiendo todas las cosas para servicio
cómo orientar la formación de un fami- de quien las habéis”, teniéndolas así
liar, cómo proveer al matrimonio de los “bien ordenadas”. Por tanto, Ignacio,
hijos, y también orienta sobre la situa- aunque aquí se dirige a un clérigo, sin
ción material y los estudios, el modo co- embargo considera la actitud que todo
mo debería trabajar el rey para extirpar cristiano debe tener respecto de las co-
la herejía y fomentar la vida católica, los sas seculares, que son el terreno propio
motivos que deberían mover a formar de los seglares.
una escuadra contra los turcos, etc. En estas orientaciones hallamos,
pues, la norma básica de una vida secu-
lar auténticamente cristiana, es decir, la
2.4. Criterios evangélicos: “lo
de aquél que, por vocación divina, debe
único necesario”
poseer “algún bien” o “muchas cosas
Sin embargo, aunque la realidad se- varias en que se ocupa” o ha de dedi-
cular puede ser integrada en la vida cris- carse a lo “temporal”: no ser cogido por
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ningún bien y ordenar todas las cosas di- entre otros, este talento que Dios da, re-
rigiéndolas al servicio de Dios. Los que putando como fermento o mixtión no
lo ordenan todo al servicio de Dios, se- buena la de los tales medios con los su-
gún Ignacio declara unas pocas líneas periores de gracia, que no ha bien apren-
antes, son los que “buscan primero el dido a ordenar todas las cosas a la glo-
reino de Dios y su justicia”. De este mo- ria divina y en todas y con todas
do, la vida cristiana seglar, ocupada en aprovecharse para el último fin del ho-
tareas seculares distintas y entregada a nor y gloria divina”.
la administración de bienes materiales, Y la razón teológica de que se deban
puede alcanzar una envidiable calidad aprovechar para el servicio de Dios to-
de vida evangélica, una gran unidad de dos “los dones que el da, internos y ex-
vida, la de “aquellos que divididos no ternos, espirituales y corporales” es que
están; digo aquellos que tienen fijos los El es “auctor no solamente de la gracia,
ojos en lo celestial”. Es decir, los que pero aun de la natura”. Lo que importa,
buscan el Reino de Dios y su justicia, al usar medios humanos, es que este em-
para ayudar a lo cual “las otras cosas so- pleo no suplante la primacía que Dios
bre la haz de la tierra son criadas”. tiene en la obra de su reino: “cuando en
Esta es la doctrina que Ignacio trans- Dios y su gracia se tiene el áncora firme
mitía repetidamente a personas muy de la esperanza”.
atareadas en cosas temporales: Esta orientación de todo lo temporal
“Puede el peso del ánima (que es el al servicio de Dios (Reino, cosas celes-
amor) aliviarse, cuando aun en las cosas tiales, etc.) es una tarea llena de esco-
terrenas y bajas no se hace [uno] terre- llos. Uno de ellos es la pérdida de liber-
no ni bajo, amándolas todas por Dios tad que lleva a convertir en ídolos las
Nuestro Señor, y cuanto son para mayor realidades que deberían ser integradas
gloria y servicio suyo”. en el divino servicio. De aquí la adver-
Aquí se ve más claramente cómo el tencia continua de Ignacio: en las “co-
servicio de Dios, la búsqueda de su sas terrenas” no hacerse “terreno ni ba-
Reino, no es otra cosa que el amor que jo”; no ser “cogido” por ningún bien, ni
lo integra y unifica todo. Esta forma de “por nada temporal poseído”. Al Sr.
entender la vocación secular lleva a su- Antonio Enríquez, le recuerda:
perar todos los embates de la pusilani- “Sin el camino de Bruselas queda
midad que ataca frecuentemente en for- otro más luengo hasta la celestial patria
ma de evasión espiritualista. Ignacio, nuestra; y siempre debemos acordarnos
consecuente con la teoría expuesta, la de ser peregrinos hasta llegar a ella, y no
combatirá decididamente. Así escribía a nos aficionar tanto a las hosterías y tie-
un jesuita que sentía reparos en servirse rras por donde pasamos, que nos olvi-
de determinados medios naturales para demos de adónde vamos, o perdamos el
el servicio de Dios: amor de nuestro último fin...”.
“Parece que quien no piensa sea bien Pero, junto a esta lucha por la liber-
servirse dellos [medios o industrias hu- tad respecto de los bienes que nos han
manas o favores humanos] y expender, de “ayudar” y no esclavizar, se requiere
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una actitud positiva de aplicación diná- rer en el mismo Señor, y por El en todas
mica de la fe a la acción: “cuando en las creaturas...”.
Dios y su gracia se tiene el áncora firme Y esta abertura de espíritu para ha-
de la esperanza”. llar a Dios en todas las cosas es un don
mayor que el de hallarle sólo en la ora-
ción y ejercicios de piedad: “que sin
2.5. La vida del seglar, encuentro duda es mayor virtud della [del alma]
con Dios y mayor gracia poder gozar de su Señor
en varios oficios y en varios lugares
La contemplación para alcanzar que en uno solo”. La razón es que el
amor de los Ejercicios Espirituales ofre- encuentro con Dios es una iniciativa de
ce un excelente camino para convertir Él y, por tanto, las mediaciones lo son
todas las cosas en lugar de encuentro de hecho en la medida en que el Señor
con el Señor. Ignacio, fiel a este estilo se sirve de ellas, no por un valor que
espiritual, repite en distintas circunstan- les venga de ellas mismas: “aquella
cias esta doctrina de la unión con Dios parte es mucho mejor para cualquier
incluso en lo secular para invitar a la individuo, donde Dios nuestro Señor
práctica: “en las cosas terrenas y bajas más se comunica”. Por tanto, todas las
no se hace [uno] terreno ni bajo, amán- cosas pueden ser “oración” o conver-
dolas todas por Dios Nuestro Señor... tirse en verdadera “devoción”, e inclu-
que sea en todas las otras cosas ama- so lo que, mirado simplemente con una
do...”; “os aumente siempre en amarle perspectiva natural, podría parecer dis-
en todas cosas, poniendo, no en parte, tracción, puede ser “espiritual”, como
mas en todo, todo vuestro amor y que- pueden ser las tareas administrativas.
CONCLUSIONES
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tensa vida interior (oración y discerni- Ignacio responde, los riquísimos mati-
miento), sacramental y eclesial. ces de su orientación pastoral a los lai-
En segundo lugar, los Ejercicios cos, las condiciones de una vida laical
Espirituales y las Constituciones de la de calidad cristiana, las posibilidades
Compañía de Jesús muestran una aten- de vida espiritual que radican en la vi-
ción significativa por los laicos. Todos da del laico como tal. Aquí se halla qui-
son llamados a la vida de perfección zá lo más novedoso y sublime de la
evangélica. A todos hay que prestarles concepción ignaciana.
la ayuda pastoral para un progreso en su Finalmente, cabe decir que gran par-
vida cristiana. Sin embargo, hay que te- te de la doctrina ignaciana sobre el lai-
ner en cuenta las disposiciones perso- cado, en lo más específico que es lo se-
nales de cada uno, de modo que todos cular, puede extraerse de la doctrina
reciban la ayuda más proporcionada y, común del mismo Ignacio. Éste nos pre-
consecuentemente, se administren bien senta, por un lado, una vida cristiana co-
los recursos de personas y de pedagogía mún llamada a la perfección evangéli-
espiritual. Dentro de la variedad de se- ca. Por otro lado, en su doctrina aparece
glares, hay que prestar especial atención continuamente la importancia que tiene
a aquellos cuya vida y servicios pueden para la vida cristiana y la acción por el
ser de particular importancia para la glo- Reino la incorporación de lo temporal,
ria de Dios y el servicio universal. lo terreno, lo secular. Ahora bien, lo
En tercer lugar, la correspondencia temporal y lo secular es lo que más ca-
ignaciana presenta un caudal inagota- racteriza la vida laical. Y, para Ignacio,
ble de doctrina que viene a confirmar estas realidades no sólo no son malas,
la importancia que Ignacio atribuye a sino auténtica mediación de la gloria de
los seglares y la línea pastoral que aca- Dios. Porque, como dice él mismo, Dios
bo de indicar. Sin embargo, las orien- “quiere ser glorificado con lo que Él da
taciones esparcidas a lo largo del epis- como Criador, que es lo natural, y con
tolario muestran la gama inmensa de lo que da como Autor de la gracia, que
personas y situaciones a las que es lo sobrenatural”29.
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3. SEGLARES Y JESUITAS
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NOTAS
1. La espiritualidad laica. Afirmación y ruptura de con todos los elementos que la integran. Pero
la vida secular “desde dentro”, Sal Terrae, en la naturaleza humana también se incluye la
1994, 771-781; Ignacio de Loyola y la voca- naturaleza animal... Por tanto... asumió también
ción laical, Manresa, 1995, 5-19; El cuerpo los elementos que integran la naturaleza ani-
apostólico ¿una nueva concepción?, Manresa, mal... Así que en Cristo existía el apetito sen-
2005, 5-22. sual o sensualidad” (Summa Theologica III,
2. Título tomado del luminoso estudio de Karl q.18,a.2). Citado por María Caterina JACOBE-
Rahner publicado en Misión y Gracia, vol.I, LLI en Risus Paschalis. El fundamento teológi-
cap. 2. Entre la abundante literatura reciente co del placer sexual, Planeta, Madrid 1991,
sobre el tema, destaco estos dos estudios, hon- p.139.
dos, sencillos y conectados con la realidad ecle- 13. Jaume BOFILL, loc.cit. p. 64-65. Todo este
sial actual: El laicado: Identidad cristiana y estudio, comentario espléndido de Tomás de
misión eclesial. Carta pastoral de los Obispos Aquino, ayuda a beber en una fuente lejana un
de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y agua en verdad tonificante para nuestra anda-
Vitoria, 1996; Elvira Santos, “O Laicado na dura en el mundo actual.
Igrexa, hoxe, Encrucillada” (Revista Galega de 14. Ibid.,2. Más adelante, entre otros juicios críticos,
pensamento cristián), n. 145, Novembro- se cita “la tendencia a la 'clericalización' de los
decembro de 2005, p. 39-53 (487-501). fieles laicos (n.23).
3. Cf. Jaume BOFILL “Vers una espiritualitat fami- 15. Ej. 135
liar d'orientatió contemplativa. El carácter 16. Ej. 135:6.
medial de les realitats corporals”, en 17. “Son menester mayores señales de Dios para los
Cuadernos de la Diáspora I (junio 1994), pp. preceptos que para los consejos” (Monumenta
50-79. Ignatiana, Directoria, p.72).
4. Pablo VI a los miembros de Institutos Seculares 18. Ej. 135.
(2 de febrero de 1972), citado en Christifideles 19. Ej. 169
laici, 15 20. Ej. 139
5. Exhortación apostólica de Juan Pablo II, 21. Ej. 135.
Christifideles laici, 115 22. Ej. 169. Notemos que la atenuante que aparece
6. Lumen Gentium, 31; cf. Christifideles laici, 9.7. en el párrafo “Para enmendar y reformar la
Los laicos religiosos participan de la vida “lai- propia vida y estado”, cuando se refiere a per-
cal-eclesial”, porque no pertenecen al orden sonas que no tienen “muy pronta voluntad para
jerárquico, , pero no de la vida “laical-seglar”. hacer elección de las cosas que caen debajo de
7. Christifideles laici, 15 la elección mutable”, se aplica a personas que
8. Ibidem se hallan en cualquier estado, también el cleri-
9. Cf. Lumen gentium, 31 cal o religioso (cfr. Ej. 189).
10. Lumen Gentium, 34. Cf. También: “La vocación 23. Const. 622.
de los fieles laicos a la santidad implica que la 24. Const. 649.
vida según el Espíritu se exprese particular- 25. Const. 623.
mente en su inserción en las realidades tempo- 26. Const. 622.
rales y en su participación en las actividades 27. Const. 649.
terrenas”. (Christifideles laici, 17). 28. Ya en los Ejercicios, Ignacio apela a esta buena
11. Christifideles laici, 42. administración apostólica para recomendar un
12. Notemos estas palabras de Tomás de Aquino: uso más bien moderado de los Ejercicios ente-
“El hijo de Dios asumió la naturaleza humana ros y una aplicación más abundante de
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Ejercicios más breves y adaptados: “mayor- ció en Santiago de Chile a laicos de espirituali-
mente cuando en otros se puede hacer más pro- dad ignaciana el 1 de mayo de 2006
vecho, faltando tiempo para todo” (Ej. 18). (Información SJ, junio 2006, p. 113-114).
29. Const 814 43. Véase CG 43, d. 13:9 y 26. En Algunas
30. CG 34, d. 13:4. Conclusiones aprobadas de la Consulta realiza-
31. CG 34, d. 13:1. da en Roma en febrero de 2002, se lee en la
32. Los documentos de las cuatro últimas séptima conclusión: “Tanto los jesuitas como
Congregaciones Generales desde 1965 a 1995 los laicos necesitan una formación permanente
y las orientaciones de los Padres Pedro Arrupe en la espiritualidad ignaciana [NC 307, 2].
y Peter-Hans Kolvenbach, Generales de la Unos y otros, pero los jesuitas en particular,
Compañía, durante estos últimos cuarenta años necesitan ayuda para aprender a trabajar jun-
son innumerables. Sólo como reflejo del interés tos”, Revista de Espiritualidad Ignaciana,
de la Compañía por la colaboración con los lai- 2002, 99, p.73.
cos puede verse el número 99/2002 de la 44. Grondin, Ignatian Identity, p. 38. Son muy per-
Revista de Espiritualidad Ignaciana donde se tinentes estas reflexiones: “Hoy día, los térmi-
recogen varias ponencias y aportaciones a la nos 'franciscano', 'jesuita', 'dominico', 'carmeli-
Consulta universal del Padre General sobre la ta' etc. Son sustantivos cuando se aplican a los
colaboración ignaciana de la Compañía con los religiosos, adjetivos cuando se aplican a laicos.
laicos. Pero ¿qué ocurriría si cada uno de estos térmi-
33. Colaboración con los laicos en la misión. nos se transformase en un sustantivo para todos
Celebración de los 125 años de colaboración los fieles que el Espíritu llama a pertenecer a
entre jesuitas y laicos en Omaha, Universidad una misma 'patria carismática'?...¡Qué riqueza
de Creighton, 6 de octubre de 2004, tendríamos si la normal y justa diferencia entre
Información S.J., n.105 (2004) 157-171. los estados de vida se realizase en el interior de
34. Cfr. CG 34, d. 13:10-25. un sujeto carismático común!” (Antonio Maria
35. Cfr. Ej 233. Sicari, “Anciens charismes dans l'Eglise d'au-
36. Cfr. Rm 12,2 jourd'hui”, Vie Consacrée 75(2003) 370-385.
37. Véase: P.-H. Kolvenbach, “Ejercicios y Co- Cita en p. 380-381. Sólo basta cambiar en la
actores”, Revista de Espiritualidad Ignaciana, enumeración precedente jesuita por ignaciano
n. 99 (2002) 25-33. para que la reflexión resulte muy oportuna para
38. Cf. “Laicos, misioneros de Cristo”, Progressio, el tema que nos ocupa.
Suplemento, n. 59, diciembre 2004, Destaco el 45. Kolvenbach, Creighton, p. 164. La primera de
artículo de J. Reyes, “La misión de los laicos. las Conclusiones de la Consulta de Roma de
Una contribución desde CVX”, p. 46-58, donde 2002, reza así: “Una sólida experiencia de los
se trata el tema de un “nuevo sujeto apostóli- Ejercicios Espirituales debe fundar cualquier
co”. tipo de asociación ignaciana”, p.68.
39. Cfr. d. 13:21-22. 46. Kolvenbach, Creighton, p. 164.
40. Sin llegar a lo que ahora propongo, el P. 47. Pedro Arrupe, Hombres para los demás,
Kolvenbach dice que “los jesuitas deben pensar Diáfora, Barcelona, 1983, p.232.
en 'nuestra' parroquia, nuestra casa de ejerci- 48. Sicari, Anciens charismes..., p. 376.
cios, o nuestro colegio de una manera nueva” 49. Las Comunidades de Vida Cristiana, aún sin-
(Kolvenbach, Creighton, p. 163). tiéndose plenamente laicales, siguen confiando
41. Christian Grondin, “Ignatian Identity in Transiti- en la colaboración de la Compañía. Véase
on”, The Way 42(2003) n.4, 32-43. Cita en p. 43. Reccomendations from the Nairobi World
42. Por ejemplo, la experiencia del Centre de Assembly to Christian Life Community. “Sent
Spiritualité de Québec, tal como la presenta by Christ, Members of One Body”, Acta
Christian Grondin en el artículo citado, Romana S.J., 23(2004) 355-362. Ver, sobre
“Ignatian...”. Son motivadoras de esta creativi- todo, 360-362.
dad las palabras que el P. Kolvenbach pronun- 50. Kolvenbach, Creighton, p. 169.
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