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UNIVERSIDAD CATÓLICA

“SANTO TORIBIO DE

MOGROVEJO”
CARRERA PROFESIONAL
ADMNISTRACION DE EMPRESAS

DOCENTE : JESSICA NAVARRO VASQUEZ

CURSO : COMPUTO

TEMA : “LA EUTANSIA”

ALUMNA : BAUTISTA TAFUR LUZ ELINA

Chiclayo, julio de 2008


PERU
Agradecimiento

En primer lugar Agradesco a Dios por darme la vida y permitir

realizar este trabajo y a mis padres.


Dedicatoria

Este tarbajo lo dedico al profesor Hugo Robles por apoyarnos

durante el ciclo y por enseñarnos cosas para nuestro futuro.


INTRODUCCION

E
utanasia es un término, que si bien en nuestra sociedad tiene

una carga emotiva de tipo negativo, paradójicamente, deriva

de las voces griegas eu (buena) y thanatos (muerte). Es decir, hace

alusión a un bien morir, lo cual, desde mi punto de vista, se

entiende como una muerte digna sin sufrimientos innecesarios y en

las mejores condiciones que cada caso permita.

Pese a lo mencionado, en nuestro sistema jurídico, dicha práctica

se halla tipificada por el Código Penal bajo la figura del homicidio

(art. 79) o instigación al suicidio (art. 83).

Cabe destacar que, dependiendo de las voluntades en juego, la

eutanasia puede clasificarse en voluntaria e involuntaria.

Ambas clases de eutanasia pueden a su vez sub.-clasificarse en

activa, positiva o directa y pasiva, inactiva o indirecta.

La eutanasia activa es aquella en la que existe una acción positiva

tendiente a producir la muerte, como por ejemplo proporcionar una

sobredosis de píldoras conciliadoras del sueño o suministrar una

inyección de cloruro de potasio.


La eutanasia pasiva inactiva o indirecta es la producida por la omisión

de los tratamientos o medicamentos o terapias o alimentos que

prolongan el proceso de morir.

De entre los numerosos casos que constituyen el abanico de

posibilidades fácticas en las que se puede dar la eutanasia,

particularmente, el caso que me interesa tratar es el relativo a aquel

paciente que se encuentra en estado vegetativo y es mantenido con

vida únicamente merced a la asistencia que le brindan ciertas

maniobras tales como la ventilación mecánica, técnicas de

circulación asistida, oxigenación extracorpórea, etc.

En este trabajo trata de hablar como primer capitulo: historia,

definición y clases de la eutanasia en el segundo capitulo otros

conceptos relacionados con la eutanasia y como ultimo capitulo

alguno puntos a favor y contra de la eutanasia.


INDICE

INTRODUCCION

CAPITULO I:

1.1.- HISTORIA DE LA EUTANSIA

1.2.-DEFINICION DE LA EUTANSIA

CAPITULO II: OTROS CONCEPTOS RELACIONAOS CON LA

EUTANSIA

2.1.- SUICIDIO ASISTIDO

2.2.- CACOTANASIA

2.3.- ORTOTANASIA

2.4.- DISTATANASIA

ALGUNOS PUNTOS A FAVOR Y CONTRA DE LA EUTANSIA

CAPITULO III:

3.1.- CUANTA GENTE DESEA LA EUTANASIA

BIBLIOGRAFIA

CONCLUCIONES
CAPITULO I
1.1. HISTORIA DE LA EUTANASIA

La eutanasia no es algo nuevo y menos -como se cree- ligado

al desarrollo de la medicina moderna. El sólo hecho de que el ser

humano esté gravemente enfermo ha hecho que en las distintas

sociedades la cuestión quede planteada. La eutanasia es un

problema persistente en la historia de la humanidad en el que se

enfrentan ideologías diversas.

La eutanasia no planteaba problemas morales en la antigua

Grecia: la concepción de la vida era diferente. Una mala vida no era

digna de ser vivida y por tanto ni el eugenismo, ni la eutanasia

complicaban a las personas. Hipócrates representa una notable

excepción: él prohíbe a los médicos la eutanasia activa y la ayuda

para cometer suicidio.

Durante la edad media se produjeron cambios frente a la

muerte y al acto de morir. La eutanasia, el suicidio y el aborto

son considerados como pecado, puesto que el hombre no puede

disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por Dios. El arte

de la muerte (ars moriendi), en la cristiandad medieval, es parte del

arte de la vida (ars vivendi); el que entiende la vida, también debe

conocer la muerte. La muerte repentina (mors repentina et

improvisa), deseo de tantas personas en la actualidad, se


consideraba como una muerte mala (mala mors). Se quiere estar

plenamente consciente para despedirse de familiares y amigos y

poder presentarse en el más allá con un claro conocimiento del fin

de la vida.

La llegada de la modernidad rompe con el pensamiento

medieval, la perspectiva cristiana deja de ser la única y se conocen

y se discuten las ideas de la antigüedad clásica. La salud puede ser

alcanzada con el apoyo de la técnica, de las ciencias naturales y de

la medicina.

Hay pensadores que justifican el término activo de la vida,

condenado durante la Edad Media. El filósofo inglés Francis Bacón

en 1623, es el primero en retomar el antiguo nombre de eutanasia y

diferencia dos tipos: la "eutanasia exterior" como término directo de

la vida y la "eutanasia interior" como preparación espiritual para la

muerte. Con esto, Bacón se refiere, por una parte, a la tradición del

“arte de morir” como parte del “arte de vivir”, pero agrega a esta

tradición algo que para la Edad Media era una posibilidad

inimaginable: la muerte de un enfermo ayudado por el médico.

Tomas Moro, en la Utopía (1516), presenta una sociedad

-irrealizable- en la que los habitantes de ese país inexistente

justifican el suicidio y también la eutanasia activa, sin usar este

nombre.
Tanto para los habitantes de la Utopía como para Bacón el

deseo del enfermo es un requisito decisivo de la eutanasia activa;

contra la voluntad del enfermo o sin aclaración, la eutanasia no

puede tener lugar: "Quien se ha convencido de esto, quien termina

su vida, ya sea voluntariamente a través de la abstención de recibir

alimentos o es puesto a dormir y encuentra salvación sin darse

cuenta de la muerte. Contra su voluntad no se debe matar a nadie,

se le debe prestar cuidados igual que a cualquier otro" - se dice en

Utopía.

Sin embargo, en la práctica, el comportamiento general de los

médicos no siguió las ideas de estos filósofos: rechazaron la

eutanasia externa, justificaron la eutanasia pasiva y preconizaron la

eutanasia interior.

Desde fines del siglo XIX, diversos enfoques, que señalan una

nueva orientación, comienzan a exteriorizarse entre los médicos y

pacientes, entre las personas y la sociedad.

El darwinismo social y la eugenesia son temas que también

comienzan a debatirse. En numerosos países europeos se fundan,

a comienzos del siglo XX, sociedades para la eutanasia y se

promulgan informes para una legalización de la eutanasia activa.

En las discusiones toman parte médicos, abogados, filósofos y

teólogos.
La escasez económica en tiempos de la primera guerra mundial

sustenta la matanza de lisiados y enfermos mentales. El término

eutanasia ha sido muchas veces separado de su sentido real. Por

ejemplo, los nazis hablaban de eutanasia para referirse a la

eliminación de los minusválidos y débiles (AKTION T-4). En los

Juicios de NUREMBERG (1946 – 1947) se juzgó como ilegal e

inmoral toda forma de eutanasia activa sin aclaración y

consentimiento o en contra de la voluntad de los afectados.

En el presente, se sustentan diferentes opiniones sobre la

eutanasia y son variadas las prácticas médicas y las legalidades en

los distintos países del mundo. Muchas prácticas de los hospicios u

hogares, la medicina paliativa y los grupos de autoayuda, trabajan

por la humanización en el trato con los moribundos y quieren

contribuir a superar la distancia entre la vida, la muerte y las

prácticas médicas.

Estos son hitos históricos producidos en el espacio público.

Poco investigadas y mucho menos conocidas son las diferentes

prácticas reales de las personas frente al acto de morir. Se sabe

que hasta fines del siglo XIX en América del Sur existía la persona

del “despenador” o “despenadora” encargada de hacer morir a los

moribundos desahuciados a petición de los parientes


EUTANASIA:

E
timológicamente eutanasia proviene del griego Ev, bien y

Thanatos, Muerte de lo cual significa, que existe de que

sobrevenga la muerte por acción u omisión. Entonces eutanasia

significa “Morir con dignidad”.

1.2. Definiciones:

Según Juan Pablo II, es el homicidio por compasión, es decir el

causar la muerte de otra por piedad ante su sufrimiento o

atendiendo a su deseo de morir por las razones que fuere.

Sin embargo, en un debate social acerca de la eutanasia, no

siempre se toma esta palabra en el mismo sentido, e incluso a

veces se prefiere, según el momento, una u otra acepción para

defender tal o cual posición dialéctica. Esta produce con frecuencia

la esterilidad del debate y sobre todo grave confusión en el común

de la gente.

Según Ana Maria Marcos del Cano, definió la eutanasia como “La

acción u omisión que provoca la muerte de una forma indolora a

quien, sufriendo una enfermedad Terminal de carácter irreversible y

muy dolorosa, la solicita para poner fin a sus sufrimientos”.


Según Enrique Sánchez Jiménez, nos dice que eutanasia son

“Aquellas intervenciones – mediante acciones u omisiones – que en

consideración a una persona, buscan causarle la muerte para evitar

una situación de sufrimiento, bien a petición de éste, al considerar

que su vida carece de la calidad mínima para que merezca el

calificativo de digna”

Según Eudaldo Forment, la define como “Causar la muerte de

otra persona para evitar sufrimientos, considerados insoportables, a

petición de esa persona, a bien por considerar que su vida no es

digan”.

Esta definición requiere tres elementos. En primer lugar la intensión

de dar muerte. El segundo elemento es buscar la muerte de otra,

no hay una eutanasia autónoma para si, se considera eutanasia

ayudar o cooperar al suicidio que se solicita por motivos de

sufrimiento. El tercer elemento es que exista precisamente el

sentimiento subjetivo de eliminar el dolor, un sentimiento que es de

compasión.
1.3. Clases de Eutanasia:

 Eutanasia Activa, llamada también directa.- Desde el

punto de vista de la victima.

1. Voluntaria según Brian Pollard, enfermar con lucidez

mental que solicitan que se les mate para liberarse de sus

sufrimientos físicos o morales porque consideran

insoportables.

Atendiendo a sus deseos, alguien los mata intencionalmente.

Podría definirse como homicidio por requerimiento, cuando se

plantea el debate, suele ponerse el ejemplo de los enfermos

terminales, aunque la eutanasia se realice también con otros

pacientes.

2. No – Voluntaria según Brian Pollard, enfermos que por

cualquier razón no pueden dar su consentimiento. En este

concepto se influyen:

a) Los ancianos o mentalmente incapaces;

b) Los recién nacidos con alguna tara. Estos serían ejemplos

de homicidio por miedo de las partes, sin intervención del

sujeto.
 Eutanasia Pasiva, llamada también Indirecta.-

Desde el punto de vista de quien la práctica, se distingue

entre eutanasia activa y pasiva, según se dice que la muerte

a otro por acción o por omisión, o muerte directa o indirecta:

La primera seria la que busca lo que sobrevenga la muerte, y

la segunda la que busca mitigar el dolor físico. Aun a

sabiendo de que ese tratamiento puede acortar efectivamente

la vida del paciente; pero esta ultima no puede tampoco

llamarse propiamente eutanasia.

No puede llamarse eutanasia pasiva a la suspensión de un

tratamiento porque resulta demasiado gravoso e inútil, bien

sea siempre que no haga intensión de quitar la vida.

1.4.- Diferencias entre la eutanasia activa y pasiva.

¿Cuáles son los principales argumentos que se emplean

para promover la legalización de la eutanasia?

Se suele promover la legalización de la eutanasia y su

aceptación social con cinco clases de argumentos:

- El derecho a la muerte digna, expresamente querida por

quien padece sufrimiento atroces;


- El derecho de cada cual a disponer de su propia vida, en

uso de su libertad y autonomía individual;

- La necesidad de regular una situación que existe de

hecho; ante el escándalo de su resistencia en la

clandestinidad;

- El progreso que presenta suprimir la vida de los

deficientes psíquicos profundos o de los enfermos en

fase Terminal, ya que se trataría de vidas que no pueden

llamarse propiamente humanos.

- La manifestación de solidaridad social que significa la

eliminación de vidas sin sentido; que constituyen una

dura carga para los familiares y para la propia sociedad.

No todos los partidarios de la eutanasia comparten todos

estos argumentos; pero todos, en cambio, comparten los

dos primeros, y a menudo el tercero.


CAPITULO II
2.1.-Otros conceptos relacionados son:

Suicidio asistido: Significa proporcionar en forma intencional y con

conocimiento a una persona los medios o procedimientos o ambos

necesarios para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis

letales de medicamentos, la prescripción de dichos medicamentos

letales o su suministro. Se plantea como deseo de extinción de

muerte inminente, porque la vida ha perdido razón de ser o se ha

hecho dolorosamente desesperanzada.

Cacotanasia: Es la eutanasia que se impone sin el consentimiento

del afectado. La palabra apunta hacia una mala muerte (kakós:

malo)1

Ortotanasia: Consiste en dejar morir a tiempo sin emplear medios

desproporcionados y extraordinarios. Se ha sustituido en la

terminología práctica por muerte digna, para centrar el concepto en

la condición ("dignidad") del enfermo Terminal y no en la voluntad

de morir.

Distanasia: Consiste en el "encarnizamiento o ensañamiento

terapéutico", mediante el cual se procura posponer el momento de

la muerte recurriendo a cualquier medio artificial, pese a que haya

seguridad que no hay opción alguna de regreso a la vida, con el fin


de prolongar su vida a toda costa, llegando a la muerte en

condiciones inhumanas, aquí se buscan ventajas para los demás,

ajenas al verdadero interés del paciente.

2.2.-ALGUNOS PUNTOS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA

EUTANASIA

Se encuentran, a través de toda la argumentación presentada

ciertos puntos a favor y en contra de la eutanasia.

Puntos en Contra de la eutanasia los siguientes:

 La vida como un derecho inalienable, al optar por la

eutanasia, estoy entregando mi libertad y al mismo tiempo

acabando con ella, cuestión aún sin resolver.

 . Los limites de la Eutanasia: Bajo que circunstancias se

debe aplicar Como legislarla’ aunque aquí se plantean

ciertos límites, aun no es claro como aprobarla.

 . Existe una dificultad de toma de posición en el caso de

los enfermos mentales.


 . Las expectativas: Como se si aquella persona que hizo su

testamento en vida autorizando esta practica no se

arrepintió en el ultimo momento’.

 . “Mientras hay vida hay esperanza” dice un adagio

popular, sin embargo, no hay que analizar y desentrañar

aun mas el verdadero significado de esta frase, alguien

podría decir, y si al otro el día se encuentra la cura contra

esta enfermedad

 . Podrían aumentar el numero de eliminaciones a débiles

personas subnormales, así mismo, aumentarían las

presiones sobre el ejecutante (Medico) del acto por parte

de la familia.

 . Los mismos ejecutantes podrían ser tomados como

verdugos, lo que puede implicar en una sociedad como la

nuestra, una perdida de confianza en la persona tratante

de mi enfermedad.

 . Podría aumentar el numero de homicidios con mascara

de eutanasia, con el solo fin de cobrar jugosas herencias.

 . Podría aplicarse la eutanasia solo para surtir el jugoso

negocio del trafico de órganos, lo que muestra que podrían

haber interese económicos y políticos tras su aprobación.


 . Podrían disminuir los recursos destinados a la cura de

una enfermedad, ya que podría salir más económico dejar

morir a las personas y con ello se disminuye así mismo, el

esfuerzo de investigación en la medicina.

 . Se puede perder la esperanza de vivir, si como viejos las

personas son dejadas de lado, aisladas en asilos, como

enfermos pueden ser eliminados simplemente.

 . Deber cívico de permanecer vivo.

 . La decisión que conlleve al acto, es del todo irreversible.

Puntos a Favor de la eutanasia son los siguientes:

 . Tengo un derecho a disponer de mi propia vida, y puede

reivindicar la autonomía como parte integral de la dignidad

humana y expresión de ésta.

 . Un vida en determinadas condiciones es indigna, la

imagen que proyecto ante los seres cercanos o aun en los

otros, puede ser considerada como humillante e indigna.

 . Por que aceptar una forma de existencia en

circunstancias limitadísimas Sacrificando, en cierta forma,

a parientes y amigos.
 . Así como se tiene un derecho a vivir con dignidad, por

que no tener un derecho a morir dignamente.

 . No debe intentarse prologar la vida cuando esta no se

pueda vivir haciendo del paciente no un ser humano, sino

un caso clínico interesante 8como ocurre en los hospitales

universitarios actualmente).

 . Podría institucionalizarse unos derechos no sólo del

paciente Terminal, sino de la familia en sí.

 . ¿Es justo morir de un modo tan doloroso?


CAPITULO III
3.1.- ¿Cuanta gente desea la eutanasia?

No es posible calcular cuánta gente querría que se legalizara la

eutanasia, aunque sus partidarios pretenden dar la impresión de

que sería una gran mayoría. ¿Por qué, si no, exige que se reforme

la ley? Piensan que es la única forma de corregir un mal social muy

difundido.

Lo que les preocupaba es que se les prolongara la vida inútilmente

mediante técnicas artificiales; cuando se cercioraban de que en

este servicio no se trabaja así, que siempre cumpliríamos las

peticiones legales que se nos hicieran, no volvían a mencionar la

eutanasia.

La familia

Lo únicos que de verdad pensaron en la eutanasia y la sugirieron

para algún enfermo fueron la familia o los amigos. Muchas veces no

se tiene en cuenta que la familia sufre tanto o más que el paciente.

Nadie les presta atención, aunque sus angustias, miedos,

sensación de frustración e impotencia pueden incluso ser mayores,

sobre todo si se unen a cierto sentimiento de culpabilidad. Cuando

solicitan la eutanasia, parecen querer decir: «por favor, libéreme de

mis problemas». Nadie puede asegurar ni probar que la eutanasia

sea la solución ideal para esa liberación; por el contrario, todos


sabemos que los problemas no se acaban así, que la angustia

permanece y probablemente se acrecienta. La única solución real

está en tratar de estudiar con los afectados las causas de sus

problemas y proporcionarles la ayuda que necesitan para que

superen sus complejos lo mejor posible, mientras el enfermo aún

tenga vida.

No puedo asegurar que si hubiera permanecido más tiempo en ese

servicio me hubieran quizás pedido algunos pacientes una muerte

rápida y fácil, aunque estoy convencido de que lo hubieran hecho

llevados por sus sentimientos emocionales y por agotamiento,

nunca por sus dolores físicos. Los médicos que tenemos a nuestro

cargo la asistencia paliativa sabemos por experiencia que si nos

preocupamos de los enfermos y sus necesidades, no piden que se

les mate. En resumen, excepto en muy pocos casos, cuando

solicitan morir suele ser porque están recibiendo una mala

asistencia. Debo, pues, volver a preguntar: ¿por qué poner el

énfasis en matar, en vez de aceptar el reto, a veces difícil, de

proporcionar una buena asistencia? Indudablemente, casi todos

seremos futuros candidatos a esta asistencia; ¿no sería mejor que

presionáramos para que cada vez fuera mejor, aunque sólo sea por

nuestro propio beneficio futuro?


Resulta fácil dar la impresión de que hay muchos enfermos que

pedirían que se les matara, si fuera legal; los que trabajamos con

ellos sabemos que la eutanasia la apoyan los enfermos que sufren

por mala asistencia y los que por razones particulares pretenden

dar respuesta en términos exclusivamente filosóficos a los

problemas sociales. Todos estamos de acuerdo en que es urgente

que se mejore la asistencia a los enfermos terminales, pero

discrepamos en que la solución sea la eutanasia.

Algunas personas aseguran que los enfermos de los centros en que

hay una buena asistencia paliativa no se atreven a pedir la

eutanasia por consideración a sus cuidadores. De verdad, ¿alguien

puede pensar seriamente que en las residencias donde se

proporciona buena asistencia hay enfermos que sufren tanto, que

pedirían, si pudieran, la eutanasia? Siempre habrá alguno que lo

piense de vez en cuando por el descontento que le produce su

enfermedad, lo cual es perfectamente normal; mas, si se analizaran

sus deseos, observaríamos que no tienen consistencia. La prueba

está en estos centros, todos podemos comprobarlo.

Eutanasia natural y provocada

En ese plan, parece plausible comenzar por discernir entre aquellos

supuestos en que la muerte sobreviene naturalmente sin


padecimientos y cualesquiera otros en los que la conducta humana,

sea por propia mano del moribundo, sea con intervención de

terceros, contribuye a paliar el padecimiento de la agonía, ora

limitándose a la confortación o a una anestesia inocua, ora

abreviándola activa o pasivamente, directa o indirectamente.

Dejando, pues, a un lado, los casos de eutanasia natural,

dedicaremos el restante esfuerzo clasificatorio a los de eutanasia

provocada o voluntaria.

La eutanasia como ortotanasia

Con el objetivo de mantener el mas estricto apego a la ética

humanista en el tratamiento de nuestro arduo problema central,

será preciso dejar exhaustivamente diferenciadas las acciones

eutanasias, que – de conformidad con lo ya señalado – equivaldrían

a ortotanásias, de aquellas que consultan intereses diversos a los

del individuo respecto del cual tales acciones hubieren de

practicarse. Enfocaremos de inmediato y en forma sucesiva ambas

visiones del problema.

Disponibilidad en el Morir

Si la muerte es, en nuestro panorama cultural, causa de la mas

tremenda crisis que deba padecer el ser humano, no es menos


cierto que el sendero que conduce a ese instante irreversible

constituye un poderoso factor de angustia, respecto del cual el

compromiso de la calidad de vida es tanto o más fuerte que el que

se padece frente a aquella instancia sin retorno.

Cantidad y calidad de vida

Ordinariamente de habla de la vida como bien y como objeto de

protección jurídica. Es hora de cuestionarnos, con sumo respeto

pero a salvo de todo perjuicio ideológico, si no es ésta una alusión

formalista a la vida entendida como cantidad de tiempo, como

duración de la organicidad del cuerpo humano, con desprecio u

olvido de aquello que trasciende al ser biológico, a la animalidad del

hombre, y que hace, en un cierto plano, a su racionalidad, y en otro,

de significación similar o aún más elevada, a su “personalidad” o

naturaleza espiritual, apreciables – una y otra – como notas

alusivas a la cualidad de una vida.

Ratificación del objetivo y exclusión del interés de terceros

Es tiempo, en fin, de recordar que toda elucubración aquí

desarrollada se origina y se agota en el interés de los individuos

enfermos o accidentados. No solamente dejamos al margen del

planteo los desvaríos eugenésicos y las mezquindades económicas


sino también las emociones y las expectativas de los familiares y

amigos, pasando por las del equipo médico y paramédico

(enfermeros, asistentes, capellanes, psicólogos hospitalarios, etc.).

Eutanasia solutiva: naturaleza jurídica y distintos supuestos

Ya hemos expuesto las razones de precisión terminológica que nos

guiaron a reemplazar las diversas voces alternativamente utilizadas

por los autores ocupados del tema para aludir a los varios

supuestos eutanásticos por un dúo de vocablos que designan

situaciones eutanásicas a diferenciar filosófica, ética y

jurídicamente: eutanasia solutiva y resolutiva. Volveremos a

ocuparnos muy sucintamente de la primera, para dedicar el mayor

esfuerzo expositi0 y crítico a la segunda, fuente de todas las

controversias de la doctrina sobre el particular.

Pues bien, la “buena muerte” solutiva, ansiada por los

representantes del estoicismo y narrada por los más antiguos

biógrafos e historiadores como feliz epílogo de la existencia de

tantos hombres notables, se cifra en el empleo de todos los medios

mitigadores o supresores del sufrimiento físico y/o moral.

Como se anticipara, constituye por su naturaleza, una intervención

totalmente lícita, y —aún más— un deber ético y jurídico para el

médico y para cualquier tercero que pueda brindarla. Así lo ha

entendido pacíficamente la doctrina ‘.


En el concepto de eutanasia solutiva quedan, entonces,

comprendidas todas las conductas autónomas o heterónomas que

tiendan a aliviar el dolor, tanto físico —mediante el suministro de

analgésicos o anestésicos que no abrevien el curso vital— cuanto

moral o espiritual, proveyendo al enfermo o anciano de adecuadas

condiciones de higiene, nutrición y abrigo, confortándolo mediante

la compañía, el diálogo y el silencio, según sus necesidades, y

posibilitándole la asunción personal de morir en una discreta

soledad, cuando ésa fuera su voluntad.

También corresponde incluir en esta modalidad eutanasia todo

tratamiento médico convencional, es decir, no experimental ni

extraordinario, que no entrañe intervenciones agresivas sobre el

cuerpo del paciente y cuya realización y eventuales derivaciones

quedan sujetas a la normativa general. En su valoración jurídica se

dan cita el cumplimiento del deber, especialmente cuando se trata

de “médicos funcionarios” , el ejercicio de la profesión médica y el

consentimiento del paciente.

Eutanasia resolutiva

Alcanzamos ahora el principal núcleo problemático de nuestro

tema. De las diferencias de criterio en torno a la eutanasia

resolutiva, esto es, aquella intervención en la dimensión biológica


de un ser humano que incide en la duración de su existencia tísica,

se alimenta la más prolífica rama de la literatura consagrada a la

cuestión.

Es tiempo, entonces, de explicitar nuestro resuelto intento de

abordaje, despojado de todo prejuicio que supere el horizonte de

las declaraciones universales sobre los derechos del hombre. La

permanencia en la memoria colectiva del horror nazi y su

retroalimentación a partir de la ciencia-ficción no pueden convertirse

en obstáculos insalvables para quien decide examinar el problema

desde un prisma jurídico y por consiguiente ungido con aquel

minimun insoslayable de ética sobre el cual teorizaran Jellinek y

tantos otros, y que hoy reclaman los modernos cultores de la

Bioética 188

Precisamente, contra tal inhibición se han alzado en los últimos

años voces insospechables como la del Profesor Albin Eser, quien

admite: “las cuestiones relacionadas con esto (cuánto está

dispuesta a hacer nuestra sociedad para la conservación de la vida

moribunda y cómo quiere establecer las prioridades) fueron durante

demasiado tiempo tabú, lo que impide tener una visión general de

las consecuencias de una u otra decisión. Razón de más ésta para

romper el silencio sobre semejante práctica y, en vez de


enmascarar los problemas, hacer evidentes las auténticas

necesidades”.

Bibliografía

1. www.monografias.com/trabajos/eutanasia/eutanasia.shtml - 84k

2. JUAN PABLO II

3.
Conclusiones

De lo anterior se concluye que la eutanasia es la acción u

omisión que provoca la muerte de una forma indolora a quien

esta sufriendo una enfermedad Terminal de carácter irreversible

y muy doloroso.

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