La Familia Internacional

N O R M A T I V A


INICIATIVAS DE RECONCILIACIÓN
DE LA FAMILIA INTERNACIONAL
CON EX INTEGRANTES DE LA 2ª GENERACIÓN

L a Familia Internacional, conocida en otro tiem-

po como Los Niños o Hijos de Dios, es una
hermandad de misioneros cristianos independientes
que tienen por finalidad predicar el Evangelio de
Cristo en todo el mundo. Todos ellos han aceptado
a Jesucristo como Salvador y han sido bautizados
con el Espíritu Santo. Viven y trabajan juntos en
pequeñas comunidades denominadas Hogares.
El movimiento, fundado por David Brandt Berg
(1919–1994) en el sur de California a fines de los
años sesenta, se expandió hasta convertirse en una
hermandad misionera internacional con presencia
en más de cien países.
La maduración del movimiento llevó a mu-
chos integrantes de la Familia a una situación muy
semejante a la que se enfrentan otros padres de
familia misioneros de confesiones más tradiciona-
les. Habiéndose desempeñado durante años como
misioneros —muchas veces en países en vías de
desarrollo—, se dieron cuenta de que, al alcanzar
sus hijos la mayoría de edad, algunos decidirían no
seguir su misma vocación y optarían más bien por
un modo de vida o ideario diferente.
A los hijos de integrantes que se crían en el
seno de nuestras comunidades se les transmiten
las creencias religiosas de sus padres. Asimismo,
los niños participan en las labores misioneras de
sus progenitores y siguen el mismo modo de vida.
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optan por una profesión secular.
Esas inclinaciones tomaron un tanto por sor-
presa a algunos padres, que tenían expectativas y
esperanzas de que sus hijos siguieran sus pasos y
vivieran consagrados a servir a Dios y al prójimo.
Sin embargo, en los últimos diez años se ha hecho
cada vez más patente que una parte importante de la
segunda generación de la Familia tiene inclinación
por seguir derroteros ajenos a la vida misionera. Los
Estatutos del Amor [para discípulos de la Familia],
publicados inicialmente en 1995, así como otras
publicaciones de circulación interna, aconsejan a los
padres que se responsabilicen de ayudar a sus hijos
a pasar por lo que en algunos casos puede ser una
difícil transición de un ambiente comunitario en
el que todos reciben mucho apoyo y atención y se
respira mucha fe, a un modo de vida independiente
y laico (24)1.
En su mayoría, los adultos de la segunda ge-
neración que han optado por seguir una carrera y
forma de vida seglares no han dejado de amar y
respetar a sus padres y mantienen relaciones cordia-
les con los integrantes de la Familia, pese a la senda
disímil por la que han optado. Por otro lado existe
una minoría muy locuaz, empeñada en hacerse oír,
que ha declarado abiertamente que sus padres no
tenían ningún derecho a criarlos conforme a sus
convicciones y principios religiosos. Este reducido

Cuando se hacen mayores, algunos de ellos ma- grupo de ex integrantes ha expresado públicamente
nifiestan deseos de probar otras formas de vida u que se propone hacer daño a la Familia y a sus
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Los Estatutos del Amor rezan: «Si uno o más hijos menores de un integrante deciden retirarse de la Familia y dejar de vivir con su padre o
su madre en un Hogar de estatuto, éstos deben procurar ayudarlos a establecerse con alguien que pueda cuidar bien de ellos, en casa de algún
pariente de ser posible. Los hijos también pueden permanecer con sus padres en un Hogar de estatuto siempre y cuando observen lo estipulado
en el apartado C.3. de la sección Definición de un Hogar de estatuto, pág.86. Si son bastante mayores para independizarse, se les debe ayudar
a situarse adecuadamente fuera de un Hogar de la Familia. También pueden optar por permanecer en el Hogar temporalmente, con el fin de que
la transición a su nueva vida sea lo más suave posible» (24).
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Una tercera opción es que uno o ambos padres de familia dejen por un tiempo de dedicarse exclusivamente a labores misioneras y se
tomen un período de permiso o licencia para ayudar a sus hijos a establecerse en su nuevo entorno.
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actuales miembros (más de la mitad de los cuales administrado por ex miembros:
son menores de 18 años). Ello, como es natural, ha
suscitado la angustia y consternación de sus padres, Como saben ustedes perfectamen-
que todavía los quieren, les brindan apoyo y les te a raíz de nuestra correspondencia,
desean éxito y felicidad en la vida y en la profesión respetamos el derecho de los ex inte-

de su preferencia.
En 1994, dirigentes de la Familia comenzaron a
reunirse con algunos ex integrantes con la intención
de fomentar una mayor comprensión entre quie-
nes seguían en el movimiento y quienes se habían
separado de él. Más adelante, en ese mismo año,
la Familia inició un proceso bien coordinado de
reconciliación con el objeto de resolver diferencias
con ciertos ex miembros que abrigaban quejas rela-
cionadas con lo que habían vivido en el movimiento
o a raíz de falta de comunicación con integrantes
del mismo luego de su partida.
En la Carta abierta a todos los integrantes y ex
integrantes de La Familia, la hermandad se disculpó
oficialmente ante estos últimos por las negligencias
en que se hubiere incurrido en cuanto a mantener
comunicación con ellos, así como también por
cualquier experiencia que a su entender hubiere
sido negativa mientras formaron parte de nuestra
agrupación. En 1994 y 1995, mediante diversas
cartas abiertas y en la circular de María David
titulada Presentar defensa ante el que nos demande
razón, la dirigencia de la Familia abordó oficial-
mente las inquietudes de algunos con relación a los
actos reprensibles de orden disciplinario, sexual o
educativo a los que pudieran haber estado expuestos
quienes alguna vez formaron parte de nuestro mo-
vimiento2. Esos meas culpas se hicieron públicos y
en años posteriores se reeditaron en publicaciones
oficiales de la Familia.
En julio de 2002, la Familia reafirmó una vez
más su voluntad de llegar a una reconciliación
mediante una carta abierta publicada por una
representante del movimiento en un sitio web

grantes de expresar sus sentimientos
y opiniones y de debatir y conversar
asuntos relacionados con la Familia
en diversos foros como el que ustedes
administran. Es nuestro sincero deseo
que quienes formaron alguna vez parte
de nuestro movimiento lleven una vida
constructiva y gratificante y progresen
en la consecución de las nuevas metas
que se propusieron al dejar de servir al
Señor en el seno de la Familia y optar
por una profesión distinta. Hacemos
votos por la reconciliación y el respeto
mutuo en la senda que cada uno eligió
libremente (Borowick).
La iniciativa de reconciliación de la Familia
sigue constituyendo un aspecto importante de
nuestra obra. Nos esforzamos por contactarnos
con ex miembros a los efectos de invitarlos a reanu-
dar la comunicación con nosotros y disculparnos
con ellos por cualquier agravio que hayan sufri-
do. Agradecemos mucho el tiempo y los servicios
prestados mientras estuvieron en el movimiento y
respetamos su decisión de abrazar otra profesión.
Rogamos a los ex integrantes de la Familia
que respeten el legítimo derecho que nos asiste a
practicar nuestra religión, llevar a cabo nuestras
actividades misioneras y educar a nuestros hijos
conforme a nuestras convicciones religiosas, de la
misma manera que nosotros respetamos el derecho
que tienen los demás a optar libremente por el modo
de vida y los intereses de su predilección.
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En 1986 se estableció una norma estricta con el objeto de proteger a los menores de abusos sexuales. Dicha norma se recalcó en 1989
y se amplió a inicios de la década de los 90 para incluir toda forma de abuso, ya fuera físico, emocional, psicológico o de negligencia educativa.
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Dichas normas cumplieron su cometido, tal como ha sido corroborado por estudios independientes y acciones judiciales emprendidas en diversas
partes del mundo.
© La Familia Internacional, 2004
 Bibliografía

Claire Borowick, Open Letter, julio de 2002.

María David, Presentar defensa ante el que nos demande razón. En Buenas Nuevas, septiembre de 1995.
María David y Peter Amsterdam, Carta abierta a todos los integrantes y ex integrantes de La Familia, Servicios Mundiales,

1996.
La Familia, Carta abierta de La Familia, Servicios Mundiales, 1994.
——— Carta abierta a todos los ex integrantes de Los Niños (Hijos) de Dios/La Familia, Servicios Mundiales, 1996.
——— Estatutos del Amor, Servicios Mundiales, 1998.

¿Qué es La Familia Internacional? Si tiene usted preguntas o comentarios, no

vacile en comunicarse con nosotros:
La Familia Internacional —conocida anteriormente como Los Niños o Hijos de La Familia Internacional
Dios— es una agrupación de comunidades cristianas repartidas por más de 100 Apdo. 6-818
México D.F., CP 06600
países. Actualmente la conforman unos 8.500 integrantes plenamente dedicados México
y 7.000 asociados. E-mail: familia@lafamilia.org
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The Family International

La Familia se ha trazado cuatro objetivos cardinales: PMB 102
1. Comunicar el vivificante mensaje de amor, esperanza y salvación contenido 2020 Pennsylvania Ave. NW
Washington, D.C. 20006-1846
en las Sagradas Escrituras y la alegría de conocer a Jesús como Salvador.
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Estados Unidos
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2. Proporcionar a cada uno de nuestros hijos una educación cristiana en Teléfonos: (1-800) 4-A-FAMILY [423 26 45]
(1-202) 298 08 38
el mejor ambiente posible. E-mail: publicaffairs@thefamily.org
3. Crear y distribuir una amplia gama de productos para el desarrollo
intelectual, moral y espiritual de las personas. Family Information Desk
27 Old Gloucester Street
4. Prestar asistencia a los necesitados organizando representaciones London WC1N 3XX
dramáticas, conciertos y otros espectáculos con fines benéficos, colaborando como England
E-mail: info@thefamilyeurope.org
voluntarios en auxilio de los damnificados por catástrofes naturales, y buscando
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formas de consolar y proporcionar ayuda material a los menos favorecidos.