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La transmisión de créditos.
La modificación subjetiva puede quedar referida al:
Cambio de deudor o transmisión de deuda.
Cambio de acreedor o transmisión de crédito.
La transmisión de deudas o sustitución del deudor es admitida por los Derechos actuales con
mayores recelos que la transmisión de créditos ya que el interés del acreedor podría verse burlado
con facilidad si el cambio de deudor (sustitución por un insolvente, por ejemplo) se pudiese realizar
sin el consentimiento de aquel.
Por el contrario la transmisión del crédito, como regla general, puede llevarse a cabo sin
necesidad de contar con el consentimiento del deudor (porque éste habrá de cumplir cuanto debe,
sea quien sea el acreedor) en cualquiera de sus formas: cesión del crédito o subrogación en el
crédito.
En primer lugar, el artículo 1.112 es una regla general de carácter dispositivo que, por
tanto, puede ser derogada por las partes, su propio tenor literal prevé que la trasmisiblidad de los
créditos puede excluirse “si se hubiese pactado lo contrario”.
De forma general y por principio, son intransmisibles los derechos personalísimos
derivados de una relación obligatoria cualquiera.
De forma particular, no pueden cederse créditos a ciertas categorías de personas que tengan
una espacial relación con el eventual cedente o ciertas funciones públicas en relación con el crédito
de que se trate.
Por todo ello, en términos prácticos, es evidente que al cesionario le conviene poner en
conocimiento del deudor la cesión realizada con la mayor brevedad posible, evitándose así el
eventual “pago indebido” al acreedor cedente.
Al cesionario, además, le interesa que el deudor, una vez conocida, acepte la cesión. Pues
conforme al artículo 1198 “El deudor, que hubiere consentido en la cesión de derechos hecha por un
acreedor a favor de un tercero, no podrá oponer al cesionario la compensación que le correspondería
contra el cedente. Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la
compensación de las deudas anteriores a ella, pero no la de las posteriores. Si la cesión se realiza sin
conocimiento del deudor, podrá éste oponer la compensación de los créditos anteriores a ella y de
los posteriores hasta que hubiese tenido conocimiento de la cesión.”, el deudor puede enfrentarse a
la cesión en muy diferente situación, según que:
No la haya conocido: en este caso, podrá oponer al cesionario la compensación de los
créditos que tuviera frente al cedente con anterioridad a la cesión e incluso de los posteriores hasta
que hubiese tenido conocimiento de la misma.
La haya conocido, peor se haya opuesto a ella: sólo podrá oponer al cesionario la
compensación de los créditos que tuviera frente al cedente con anterioridad al conocimiento de la
cesión, sino inoponibles los posteriores.
La haya consentido: en tal supuesto, el deudor cedido no podrá oponer al cesionario
compensación de crédito alguno que tuviera frente al cedente.
Para determinar la responsabilidad del cedente a título oneroso (ya que en el caso de cedente
a título gratuito no hay responsabilidad alguna), distingue el artículo 1.529 entre “vendedor” de
buena y de mala fe, conceptos difíciles de concretar.
El cedente de mala fe responderá siempre del pago de todos los gastos que hay realizado el
cesionario y de los daños y perjuicios que la falta de cumplimiento del deudor (incluida la
insolvencia) le haya ocasionado.
Por el contrario, en principio, el cedente de buena fe sólo responderá de la existencia y
legitimad del crédito al tiempo de la venta o cesión, pero no de la solvencia del deudor. No obstante,
la responsabilidad del cedente de buena fe puede verse:
Atenuada: cuando cede el crédito como dudoso (o de dudoso cobro). En tal caso no habrá
de responder ni siquiera de la existencia y legitimidad del crédito.
Agravada: respondiendo incluso de la insolvencia del deudor cuando tal agravación se
haya pactado expresamente o la insolvencia del deudor fura anterior a la cesión del crédito y
pública.
Efectos de la cesión. (no viene en el programa)
Dado que la cesión del crédito es generalmente una simple novación modificativa de la
obligación preexistente, ésta continúa subsistiendo conforme a su estado anterior: el derecho de
crédito pervive o sobrevive de forma exactamente igual a la que tenía antes del cambio de acreedor.
El cesionario se encuentra en la misma posición en que se encontraba el cedente y contará con las
mismas garantías y derechos accesorios inherentes al crédito originario.
Subrogación convencional.
Hay subrogación convencional en aquellos supuestos de pago del tercero conocido por el
deudor en los que, además, el solvens y el acreedor llegan a tal acuerdo. Para que la subrogación
convencional tenga lugar se requiere:
1º.Que se establezca con claridad (artículo 1.209.2), pues el efecto subrogatorio “no puede
presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este código” (artículo 1.209.1).
Artículo 1.209. La subrogación de un tercero en los derechos del acreedor no puede
presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este Código.
En los demás será preciso establecerla con claridad para que produzca efecto.
2º.Que el solvens haya realizado el cumplimiento de la obligación con conocimiento del
deudor, pues:
Noelia María Barrameda García Página 5
El pago realizado por sí mismo no es suficiente para que se produzca el efecto
subrogatorio, pues en caso de ignorancia u oposición del deudor no hay subrogación, sino
derecho al reintegro o reembolso.
Al contrario, en caso de que el deudor no sólo conozca, sino que además consienta el pago
del solvens, éste tendrá derecho a la subrogación legal por aplicación del artículo 1.210.2.
Subrogación legal.
Los supuestos generales de subrogación legal por pago se encuentran regulados en el
artículo 1.210, que textualmente dispone: “Se presumirá que hay subrogación:
1.º Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente.
2.º Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o tácita
del deudor.
3.º Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación, salvo los efectos
de la confusión en cuanto a la porción que le corresponda”.
En el caso de que un acreedor pague a otro acreedor preferente tiene una clara extracción
hipotecaria en los precedentes del Código Civil y por tanto, está pensado directamente para aquellos
supuestos en que el segundo acreedor hipotecario satisface el crédito del titular de la primera
hipoteca, evitación de la ejecución de ésta y de que el bien salga a subasta. No obstante, debe
preconizarse un entendimiento amplio de la noción de “acreedor preferente”, será preferente
cualquier acreedor que en relación con el acreedor-solvens tenga derecho a anteponerse al cobro.
El deudor solidario que asume la posición de solvens no puede subrogarse en el crédito
pagado íntegramente, sino sólo en parte, pues será necesario deducir la porción o cuota de la deuda
que a él le correspondiera, no obstante, el artículo 1210 entiende que hay subrogación por el resto.
hipotecario concretar con otra entidad financiera una subrogación en el crédito hipotecario en
condiciones más favorables de las que originariamente pactó con la entidad bancaria que va a ser
subrogada.