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Un divertículo es una protuberancia, con forma de saco, de cualquier Divertículos en el intestino grueso
porción del tracto gastrointestinal. El sitio más común para la
formación de los divertículos es, con mucho, el intestino grueso. La
presencia de divertículos se llama diverticulosis, trastorno que tiende
a desarrollarse a partir de la mediana edad. Si se inflaman los
divertículos, el cuadro se conoce como diverticulitis.
Diverticulosis
Síntomas
La mayoría de las personas con divertículos no parece presentar síntomas. Sin embargo, algunos
expertos creen que cuando estos individuos presentan cólicos abdominales de causa inexplicada,
diarrea y otros trastornos del tránsito intestinal, el origen es diverticular. La lesión de un
divertículo puede producir hemorragia, a veces intensa, en el intestino, con salida por el recto.
Tales hemorragias pueden producirse cuando las heces se estancan en el divertículo y lesionan
un vaso sanguíneo (generalmente la arteria principal del divertículo). La hemorragia es más
frecuente cuando los divertículos se encuentran en el colon ascendente que en el colon
descendente. La colonoscopia (examen del intestino grueso con un tubo flexible de visualización)
puede identificar el origen de la hemorragia.
Los divertículos por sí mismos no son peligrosos. Las heces atrapadas en ellos, sin embargo,
pueden causar no sólo una hemorragia sino también inflamación e infección, resultando en una
diverticulitis.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento se basa en reducir los espasmos intestinales. El consumo de una dieta
rica en fibra (vegetales, frutas y cereales) es la mejor solución para reducirlos. Si ésta no es
eficaz por sí sola, puede suplementarse con salvado o puede tomarse un agente formador de
volumen, como 3,5 gramos de psilio en 250 mililitros de agua una o dos veces al día. También
puede ser de ayuda la metilcelulosa. Deben evitarse las dietas bajas en fibras porque se necesita
mayor presión para hacer avanzar el contenido intestinal resultante.
La diverticulosis no requiere intervención quirúrgica. Sin embargo, los divertículos gigantes sí,
porque son más propensos a infectarse y perforarse.
Diverticulitis
Complicaciones
Tratamiento
La diverticulitis leve puede ser tratada con reposo en el domicilio, dieta líquida y antibióticos
orales. Los síntomas generalmente desaparecen con rapidez. Al cabo de pocos días, se inicia una
dieta blanda y baja en fibras y la toma diaria de una preparación a base de semillas de psilio.
Después de un mes, se puede reanudar una dieta con alto contenido en fibra.
Las personas con síntomas más graves (como el dolor abdominal localizado, fiebre y otras
evidencias de infección importante o de complicaciones) generalmente son ingresadas en un
hospital. Se les administran líquidos intravenosos y antibióticos, deben permanecer en cama y no
tomar nada por vía oral hasta la desaparición de los síntomas.
Si el estado no mejora, el
Fístula: una conexión anormal
paciente puede requerir
La mayoría de las fístulas se forman entre el colon sigmoide y la vejiga urinaria, como se
cirugía, especialmente si
muestra en la figura.
aumentan el dolor
(espontáneo o a la
palpación) y la fiebre.
Sólo alrededor del 20 por
ciento de los que padecen
diverticulitis son tratados
quirúrgicamente al no
mejorar el cuadro; de
éstos, cerca del 70 por
ciento tiene dolor e
inflamación, y el resto
presenta hemorragias,
fístulas u obstrucción. A
veces, a pesar de que no
exista evidencia de
inflamación, infección o
complicaciones, puede también recomendarse la cirugía porque el riesgo de desarrollar un
problema que la vaya a requerir es alto y dado que es más sencilla y segura una intervención
realizada antes de que aparezca el problema.
La cirugía de urgencia es necesaria en pacientes hospitalizados por perforación intestinal y
peritonitis. El cirujano generalmente extirpa el segmento perforado y crea una abertura entre el
intestino grueso y la superficie cutánea (colostomía). Los extremos libres del intestino son unidos
en una operación posterior, durante la cual, además, se cierra la colostomía.
Cuando se presenta una hemorragia masiva, se puede identificar el origen inyectando una
sustancia de contraste en las arterias que irrigan el intestino grueso, al tiempo que se realizan
radiografías (procedimiento conocido como angiografía). La inyección de vasopresina (un fármaco
que contrae las arterias) puede controlar la hemorragia, pero puede resultar peligrosa,
especialmente en las personas mayores. En algunos casos, la hemorragia vuelve a aparecer a los
pocos días, requiriendo entonces un tratamiento quirúrgico. La extirpación del sector intestinal
afectado es posible sólo si se conoce el origen de la hemorragia. En caso contrario, se extirpa
una gran parte del intestino (colectomía subtotal). Si la hemorragia se detiene (o disminuye de
modo significativo) sin tratamiento, la mejor forma de determinar su causa es mediante una
colonoscopia.
El tratamiento de una fístula requiere la extirpación quirúrgica del área del colon donde la misma
comienza y la anastomosis (conexión) de los extremos del intestino seccionado.