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Víctor Farías

1
2008, Víctor Farías
Editorial Alianza de las Artes
Renzo Pecchenino 2404, TroncosViejos,
Villa Alemana.
(032) 2945216 / 09-0463883
www.alianzadelasartes.blogspot.com
alianzadelasartes@gmail.com
Cualquier parte de este libro, incluido el diseño de la portada,
puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por
procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o
electrónicos, incluidas las fotocopias,
con o sin permiso escrito del editor.
Se terminó de imprimir esta
PRIMERA EDICIÓN en los talleres de Editorial Alianza de las Artes
en el mes de enero de 2008.
CUBIERTA Óleo de Víctor Farías
IMÁGENES INTERIORES a partir de manuscrito y pinturas de Víctor Farías
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
Víctor Farías
Educación para su Corazón

Empiezo esta presentación de Orgías Dionisiacas, libro de Víctor Farías


Galleguillos relatando cómo nos conocimos hace varios años.
Fue como hoy, enero de Viña en Feria del Libro.
Me venía bajando de una presentación como esta, pero en vivo, la del libro
de un célebre o una célebre de nuestras letras.
Víctor se acercó al presentador, mientras la extensa o breve horda seguía, no
lo recuerdo, seguía al escritor o escritora.
Posiblemente nos tomamos un café en la misma feria y escuché a este tímido
pero por esta vez avalentonado escritor, pintor y músico del tradicional barrio
viñamarino de Santa Inés.
Se cumplió la amenaza de rigor en estos encuentros, el joven escritor me
pasó sus manuscritos originales para que me los llevara, los leyera y le diera mi
opinión. De aquí data quizás mi primer humilde consejo: Nunca pases originales,
siempre copias.
Rigurosamente autodidacta a punta en esos días de Icaritos 1 angurriento de
“saber más literatura” es decir teoría literaria, conceptos como endecasílabo,
asonante, Romanticismo, nombres como Baudelaire, Withman, etc.
Para su bien había otro escritor que le apoyaba en sus hambres, José Miguel
Torres, quien de distinta temperatura a la mía, nada mejor le podía ocurrir a un
joven escritor.
Solo con el calor y el frío secuenciales una espada se templa perfecta.
Mis posteriores consejos tuvieron que ver con que el conocimiento literario
bien acompaña pero nunca, incluso todo lo contrario, hacen a un escritor. García
Madero, Ulises Lima, Guadalupe y Arturo Belano en un Impala por el desierto de
Sonora en busca de la madre Cesárea Tinajeros me acompañan a lo lejos en esto
último.
Y el tercer consejo en el cual redundé durante todos estos años en una suerte
de taller ambulante que le dicté a mi amigo Víctor y al que asistió siempre
rigurosamente por Viña, Valparaíso y Quilpué fue que creyera en su voz, en sus
procesos, en su intuición, en su arte y nada desdeñara que fuera estrictamente
suyo, porque tal es la fortaleza humana y escritural del autor de Orgías
Dionisiacas, o dicho para el espanto de los detectives salvaje, su estilo: ser quien es.
Joya humana entre la fantasía y lata cretina de la mala fauna de escritores y
escritoras que sobreabunda por aquí y por allá para desgracia de todos.
Pocos son de la honestidad, entereza y humildad de Víctor, lo cual sépanlo
desde ya señoras y señores lectores les asegura tener entre manos una obra que
debe ser leída porque seguro ha sido educación para su corazón –siguiendo un
decir de Susan Sontag- y por lo tanto para el nuestro.
No hay mejor literatura que la que opera bajo esta ecuación y resulta en un
libro y un escritor como Víctor Farías Galleguillos.

1
Sumplemento de asistencia escolar en diferentes asignaturas del diario La Tercera.
Gracias o me temo a pesar de todos mis consejos, soy el primer gratamente
sorprendido con la fortaleza implacable de este libro que nada le puede ni debe
envidiar a la de otros que con oropeles andan brillando por ahí ahora mismo.

Por ende obviamente es de inefable orgullo el que la Editorial Alianza de las


Artes incluya en su catálogo la versión ebook de Orgías Dionisiacas. Esperamos
pronto, con el favor de los lectores, ofrecerles una versión con la tangible tinta y
papel.
En tanto, celebremos conmoviéndonos con lo que sigue.

Los editores
Destruí la noche con mi garra de tigre indomable, con la crueldad de un
león matando a una hiena como destruí a pedazos las páginas de un
libro mediocre, y me reí cuando los lancé a la boca del fuego... fuego
devorador de ideas borrachas botella en mano siempre se caen en las
calles nocturnas, fuego devorador de patéticas estupideces
sentimentales.
Herí las esqueléticas costillas del intenso azul oscuro, a través de sus
incitantes ojos encantadores e infinitos.
¡Quiero encender los extraños misterios de esta profunda y lúgubre
mente subterránea!
2

La libertad voló por el inmenso espacio lleno de astros luminosos,


me sumergió en los confines siduales del universo ilimitado.
Jugué con las luciérnagas plateadas que flotaban solitarias, en la madre de
terciopelo negro.
Investigué el origen de los astros multicolores,
que lucharon contra la pérfida gravedad femenina.
¡Amiga de las canallas ilusiones metafísicas que viven en nuestras camaleónicas
conciencias!
Fui seducido por el círculo de fuego, que danza en el cielo eterno y sagrado,
renací entre los senos sublimes del pensamiento montañoso,
Y volé por el limbo del tiempo nublado.
¡Oh! Mi reacia paloma inocente de la rebelión...!
La brillante y crepuscular moneda de oro,
se escondió lentamente en las piernas perfumadas
del húmedo y agitado mar tempestuoso.
3

Joya volcánica que apareces en las sombras de la oscuridad,


cabellos radiantes a la luz dorada,
dulce miel cautivadora de la sensualidad.
Iluminas el espacio mágico de la soledad,
explosiva energía que brillas en las tiniebla de la sensibilidad
retroalimentándote de astros antiguos...
Estrella revolucionaria que tirita como árbol de invierno frío...
Fascinas impactas deslumbras al núcleo emocional de la tierra herida,
¡Causante de holocaustos! ...terrible avalancha natural que ama y destruye.
¡Eres el oro y la abundancia en las montañas elevadas, la riqueza de la flora, la
fauna,
la belleza de la mente del hombre que adora su reflejo,
bombardeándolo todo a nuestro alrededor...!
¡Penetrando su voluntad en cada alma de este mundo, déspota e inhumano!
Nada la fría y calculadora serpiente venenosa por el angosto
surco de sus rojas arterias poderosas,
por el río desbordado de sus frágiles venas perversas,
hasta gobernar al animal que piensa...
al monstruo explosivo... al filósofo ...
Satánico e infernal...
¡El control de la máquina mental!
Ven...
admira mi hermosura,
mi arquitectura.
Entra a mis salones,
siéntate en mis sillones,
aliméntate en mi vientre.
Soy tu mujer embarazada,
y tú, serás mi hijo.
Abre tus radiantes ojos de fuego,
detrás de los majestuosos senos verdes,
brillante cuerpo rebosante de vida alegría y poder,
tus radiantes cabellos dorados y exuberantes,
deslumbran como resplandeciente amarillo trigal.
Ilumina las malvadas sombras de este mundo que danza...
insulta golpea expulsa los malos y toscos
instintos del hombre mediocre,
miedoso y sedentario se esconde en su hedionda cueva
sin ver la sonrisa exquisita del sol...
ocioso y repugnante, ensucia los cautivantes paisajes
primaverales de la tierra primorosa, salvaje y divina.
Soy el loco frenético que baila en los cerros,
el que se desliza en los caminos de serpiente,
el que canta dichoso como pájaro multicolor,
bendiciendo con palabras entusiasmadas la alegría de vivir...
Llevando en el cofre mágico de mi corazón,
los extraños misterios del bosque inmaculado,
queriendo barrer las nubes blancas del cielo eterno,
para que el sol penetre con más violencia a la tierra,
quemando mis apasionados pensamientos de rubí,
encendiendo mi alma, desbordando mis sentidos.
Soy el ángel erótico y hedonista,
que besa los hermosos senos fogosos,
de una mujer salvaje y sensual...
¡Cascadas de éxtasis intensificación de antiguas alegrías...!
¡Elevemos nuestros cuerpos de placer,
volemos como palomas deleitándonos en el cielo infinito,
libres, valientes, felices y audaces...!
¡Déjame bailar embriagado de amor...!
¡Déjame quemarme embriagado en el fuego de la pasión...!
Grité furioso en la alta cima de cristal,
insulté al cielo y a sus milagrosos santos,
quemé con mis audaces palabras de fuego sus amados
e imaginados paraísos de mentiras.
Transformé mi poderoso espíritu en cóndor,
y mi alma de martillo en huemul.
Caminé por los omóplatos de sus senos secos...
abundantes de árboles fuertes que aspiran al tocar el cielo,
asusté a las lagartijas y a las culebras
que se atravesaban en mi camino hacia la eternidad.
Bebí del seno áspero de la leche divina,
saboreé la suave y dorada miel del bosque silencioso,
embriagué mi cuerpo fatigado
con la ambrosía dura del solo todopoderoso.
El puma feroz saltó al cuello frágil,
de la ilusión canalla de mi conciencia nocturna.
¡Me rodeé de un inmenso silencio vagabundo!
¡Me atacó un terrible e insensato sueño trágico!
¡Que caminó desnudo por la noche solitaria!
¡Descubrí el origen de la belleza en el ombligo infinito del bosque oscuro!
Sentado en los inmensos bosques.
¡Qué paz se respira en el bosque!
El profundo cielo de tus ojos abiertos celestiales,
las preciosas piedras de la tierra fecunda en minerales.
El canto de su voz desnuda inocente y natural,
pájaro enamorado embriagado y sensual.
¡La ambrosía de su piel; ardiente beso sabor a miel!
El néctar acaramelado de la sabiduría y su poder,
el sendero de sus manos verdes pululosas de árboles,
el acantilado de su refinada espalda...
te muestra salvaje terrible imperecedera...
Divinas esferas que se juntan, se fundan y se mezclan,
como metales para crear
¡una flor...!
Resucita el silencio impoluto de la meditación,
estalla en el cielo el grandioso pensamiento y la emoción,
la luz que enciende el horizonte de mi mente y la sensación,
renace la instintiva embriaguez de vivir.
Tropecé con las espantosas piedras problemáticas
del laberíntico camino de la vida.
El entusiasmo en el éxtasis, la pasión; la voluntad de reír,
la creativa alegría de amar y seducir,
¡La ruleta solar no debe parar de girar...!
¡Aceptemos la existencia tal cual...!
Con mi espada reluciente de oro,
destruí las tablas valóricas de la represión,
la tierra tembló al escuchar mi voz...
Corrí como un corcel furioso
por el campo florido en llamas.
Corrí por la superficie de los mares tormentosos...
y nacieron alas ligeras en mi espalda...
Volé como un águila de fuego...
quemé las negras nubes del cielo eterno,
atravesé el espacio cósmico de lo divino.
Poseí la fuerza cruel del tigre
dominando a una orgullosa y valiente legión.
La potencia perversa del relámpago
emocionando a un mar de gente en las ciudades.
La sensualidad del flautista
cautivando a la prudente serpiente venenosa.
Él solo colocó en mi cabeza,
la sonriente corona de flores perfumadas,
la dulce ambrosía de los deseos,
fundidos en las profundidades ocultas
en mi pecho atormentado.
Me hundí en el apasionado atardecer,
de mi solitario e independiente corazón.
Ven a mí madre amiga...
madre cómplice asesino manchado con sangre inocente,
madre indomable cuerpo piel furia de pantera.
¡Oh luna! pálido rostro de princesa enferma,
astro que iluminas los caminos oscuros del campo solitario,
tú que controlas las manos invisibles de los vientos huracanados.
Dominas el carácter y las corrientes de los mares fatuos y contradictorios...
blanca mano lánguida y poderosa,
tu dedo es la vara de tus más íntimos deseos perversos.
Eres el temor de los barcos perdidos
en el estómago de los océanos traídos y caprichosos,
la bruja hechizada dueña de las emociones
clandestinas del alma humana.
¿Eres tú la que se introduce en el cuerpo
de la bestia salvaje...con tu maldita magia negra?
¿Eres tú la que penetra la mente débil y marginada
del animal culpable de su acto despreciable?
¿Eres tú la esposa de ese perro acorralado que anhela
desesperado derramar sangre en las calles nubladas,
a la hora del devenir fatal...?
Tu delicada fisonomía se refleja en el charco de agua,
mis ojos; misteriosas lámparas de la madre cruel...
¡Quiero ir más allá! ...romper las murallas
que limitan lo establecido,
cortas los alambres de púas que reprimen
los amados deseos del espíritu,
destruir las cadenas injustas, impuestas por la ley nefasta
que protege al comediante hipócrita, canalla y patético
impostor de la verdad... que duele las entrañas...
¡Oh soledad mía...!
Amante apasionada y fogosa del pensamiento explosivo,
amante platónica y exuberante de la vida hundida de amor...
*
Caminé por la cadera
de los bosques verdes y aromáticos,
besé lentamente, apasionadamente...
los hermosos senos inmaculados de la soledad,
¡Bendije y adoré los sagrados montes!
Me introduje en la profunda vagina natural...
y descubrí los extraños misterios.
¡De esta sabrosa fruta madura y magistral!
*
Los cables de mi mente aventurera,
se dieron la mano y se abrazaron...
saltaron chispas de fuego a mí alrededor,
encendí mi alma, purifiqué mis sentidos,
la imagen fugaz y sorprendente apareció,
un relámpago malvado
violento y sensual lo destruyó.
*
Lancé piedras al inmenso abismo,
oriné hacia el cielo lejano e infinito,
me senté en la fogata extinguida del ladrón,
mientras el hambriento buitre,
y los musculosos animales se burlaban de mi imaginación.
I
Hermoso pensamiento de golondrina,
deja de cursar tus delicadas alas,
entre las nubes grises de la fantasía.
Flamante cuerpo ligero de cristal,
tú que te deleitas en la paz del firmamento,
y vuelas por los silenciosos y abundantes,
bosques verdes de la felicidad,
dulce vuelo de conceptos infantiles...
Baja por favor baja...
II
La furia del tigre indomable arde en mi corazón,
cual lava palpitante y latente...
¡Grita al mundo mi alma extasiada...!
terrible frenética y obsesiva.
Te lancé piedras embriagadas de crueldad,
cogí el arco dorado,
te lancé flechas de fuego de la ferocidad,
tomé el peligroso rifle de la maldad,
subí al tanque poderoso de la ambición,
dominé con la fuerza en cegadora y aterradora de malhechor,
manché con mi mano empuñada,
el día precioso con sangre...
desgarré mi espíritu bailarín que arde...
salpiqué, humedecí mi capa roja contra el viento.
Ven, ven a mi grandeza divina,
¡Risueña corona de laureles!
Atacó el perro–lobo
enterró sus colmillos brillantes y filudos,
en su fino cuello cisne de princesa,
lo defendí y lo insulté;
y escribí con su sangre inocente este poema que quema.
Reí a carcajadas,
y apreté mi estómago satisfecho,
en tu suelo pastoril,
Regresé a tus hermosos bucles verdes y dorados,
besé tus rigurosos y clarividentes labios secos,
sentí como mis manos suaves se deslizaban,
por tu misterioso cuerpo semi desnudo,
subí por los angostos senderos, por tus peligrosos muslos de piedras preciosas.
Y en la mina oscura encontré el centro,
de oro de tus apreciados y dorados genitales.
Plumiformes pecas revolotean como ligeras mariposas,
en el aire aromatizado de eucaliptus.
¡Emocionado!el viento espontáneo tocó el arpa armoniosa,
sus habilidosos dedos transparentes,
bailaron en sus tensas cuerdas como ángeles dichosos.
El trágico crepúsculo se desgarró en el horizonte,
la intensa pasión se derramó involuntariamente...
Ensangrenté las siluetas oscuras de los antiguos valores,
pinté con sangre los cerros poblados y sus memorias,
teñí los mares Pacíficos con la crueldad
del “holocausto” “grandeza” y “heroísmo”
se desbordó como río de invierno mi noble concepto sensual,
¡El clímax encadenado y montañoso del espíritu sexual!
¡La suerte está echada...!
Voló la audacia del águila entremedio de los buitres cobardes.
El desenfreno se levantó de su silla de mimbre amarilla,
entre sus verdes parras abundantes de frescas uvas de la vida,
río de vinos borrachos, extasiada copa del placer,
grito llevado que se perdió tras los montes
superabundantes de hierbas solitarias.
¡Es el mandato natural de mi bendito destino!
El trueno del cielo estremece mi espalda,
una escalofriante sensación de dolor recorre mi piel,
cantó el gallo la canción del horror,
su melodía tocó mi sólida columna vertebral.
Me abrazó la medusa del deseo y el placer,
resurrección de la libertad renacimiento de la creación,
pulpo de la soledad...
¡Sedúceme con tus duros y populosos brazos silenciosos!
¡Diosa de la calma mía!
¡Tú que eres mi pasión, mi dicha!
fruta milagrosa y exquisita de la vida,
jugo sabroso y divino de la reflexión,
fuego de poder dadivoso en medio de la noche
extravagante y decadente,
éxtasis de entusiasmo que brillas en la oscuridad,
ángel nocturno de mirada estrellada,
frenéticos ojos de águilas salvaje y refinada,
trasciende en el tiempo infinito que nos separa,
montes de sentencias inmortales,
montaña suprema del aire superior... inmorales,
superabundancia enemiga, afrodisiaca de la energía,
¡libre!
Rompí la ley sagrada del todopoderoso y sus secuaces.
Recibí la luz anaranjada y resplandeciente del poder crepuscular,
la delicada hermosura seductora de la pasión.
Con mi hacha furiosa filuda y violenta,
abrí las jaulas de la sollozas tristezas,
las rejas de la desoladora represión,
destruí las cadenas resentidas de la respiración,
soplé los suaves pelajes tiernos de las ovejas,
la cálida armonía d ellas almas mansas.
Se inclinó la palmera sagrada de la existencia,
la compasión se arrodilló en sus amables miradas vulnerables,
¡Encantadoras mariposas que revolotearon por la vida!
Mostré las palmas rojas de mis manos sufridas,
al cielo húmedo y exuberante estrellado,
¿Dónde están mis camaradas de la justicia y la honestidad?
El latido desapareció en el inmenso horizonte embriagado,
dueño y señor de las afligidas ruinas repletas de dolor.
Cayó sobre mi alama el preciosos minuto dorado,
Cayó como un inocente ángel castigado,
Cayó la tranquilidad del campo hostil puro y silencioso,
La soledad del monte verde y luminoso...
En el medio del caos, el pánico y la desesperación.
Sometí a la milagroso y enigmática realidad que me golpea,
Apareces... transparente alargando el reloj de arena...
¡Ven calma mía ¡ven ¡...
Sorprendí y transformé las nuevas perspectivas invisibles,
Colorida primavera que lentamente floreces
En mis ardientes pupilas extasiadas.
El fresco paisaje de octubre en mis activos ojos desconfiados,
Más allá de la cordillera de la humanidad perdida...
Celoso mal, hambriento pero negro que tomó agua sucia,
En el suelo enfermo del pesimismo,
Utilidad del bien, robusta mujer de senos grandes y rosados,
Que amamantó a los niños, en las deprimidas ciudades...
El poder de la voluntad de dominio dio un violento
Charchazo a la hipócrita moral altruista,
Que lloró en la esquina del infinito...
Vagabunda luz ultravioleta...
Enigmática que me atraes...
Embrujo de tu perfume que me enloquece,
Ilustrado refinamiento de los gestos cultos y exquisitos
De los sabios griegos que escribían sus papiros
En la mesa sagrada de la sabiduría.
Viejo maestro de la larga barba blanca,
Da vinci de las curiosidades insaciables.
Llegaste, viniste y venciste valiente y calvo César,
En las inciertas y peligrosas travesías aventureras.
¡Oh Goethe ¡mirada de águila en las investigaciones,
Bravo combatiente que mostraste tus feroces dientes de tigre amenazadores...
El astuto carro de la genialidad,
Lloró la ciencia asmática de Newton,
Templo de la filosofía del paralítico Kant,
Rebelde cuerpo domado
(Reacio potro salvaje de los corrales),
Por el rico pensamiento subyugado,
La superabundancia de vida leche, miel y carne,
Uvas avasalladoras del deseo...
(Melón con vino esperando a la orilla del río...)
Montaña santificada rebosante de perlas y de oro,
Más radiantes que los cabellos rubios del sol.
Te deleitas con la música de los vientos ¡pajarito ¡
Las gracias de la danzas muchachas bellas y encantadoras
Bailaban desnudas en el bosque excitado...
Instante perfecto nirvana en las altas cumbres,
Lates revolución... batalla que arde en mi espíritu fecundo,
Apasionada tierra en movimiento de la creación ilimitada.
Clima de caricias en el cuello del cielo perfumado,
Mis labios más sensuales y fogosos que un cálao,
Obstinadas rosas rojas espinadas,
Que adornan mi pluma placentera y espiritualizada.
Dominé la máquina bestial y nerviosa,
Apreté los dientes fieros de cocodrilo,
Hasta producir dolor en mis mandíbulas gastadas.
Cayó la paz en mi pecho de árbol frondoso,
Abundante de manzanas dulces y verduras maduras,
La flora de mi reflexión ruidosa,
Caravana de vinos, fiesta y alegrías
La fauna de mis manos ásperas y duras,
Mar del sexo boca de tiburón trágico,
Sopló el viento fuerte y mágico,
Manantial de ambrosía que deleita,
Y las escribí en el pizarrón del cielo estrellado y eterno...!
¡TE AMO MI VIDA ¡
Embriagado...
Subí pensativo por tus firmes senos de piedras,
Anhelando por la fragancia de tu perfume y tu pureza.
Excitado...
Subí por la firme y peligrosa escalera de tu cuello carmesí,
Deseoso de besar tus sensuales y brillantes labios de rubí.
¡Me gustó contemplar tu cuerpo desnudo, cuando
Se recostó suave sobre mi malvado espíritu fecundo! ,
(Como hermoso tigre elástico exuberante y armonioso)
¡Oh ¡tus ojos, tu rostro, tu fisonomía...
Recuerdo de bellos y cautivantes paisajes primaverales...
¡Fui privilegiado en saborear tus milagrosos frutos naturales ¡
Avasallo desenfreno de poder...
Mi espíritu de arcoíris se enajenó de placer,
Soporté los latigazos del férreo sol clarividente...
Y en cada gota de sudor...
Nació una nueva flor multicolor...
En cada paso interrogué a mi dulce corazón...
Descubrí ocultos senderos aventureros de la intrigante
Voluntad del alma humana,
Del fondo de la tierra renació en feroz
Relámpago aforismos inmortales,
Desde el trasfondo de mis entrañas desbordantes de pasión.
¿Qué busqué en los caminos sin nombre?
En el paraíso divino del encanto espontáneo de la intuición?
¿Qué busqué vagabundo en la arrugas de la fértil
Tierra herida por el hombre déspota y cretino?
¿El vuelo del pájaro de cristal, aclaró mis fuertes pensamientos de filósofo dragón
orgulloso se la agresividad?
¿El árbol de fuego, encendió mis agudos sentidos y la maravillosa sensación de la
espiritualidad?
¿El espejo del brujo que conoció la ruta de mi destino,
De mi imaginativa y estúpida creación de la verdad?
Yo que anhelé besar el cielo crepuscular,
En la alta cima del pezón de la montaña.
Quise ver desnuda a la estrella del cielo semi – ocurro.
Y escribí mi paca en rebelde bronce anaranjado,
En la frente de la vieja y amarga inmortalidad.
Conocí a los espantosos fantasmas de mis propios vicios,
Que atormentan el núcleo fatal de mi alma,
Enfrenté el contagioso miedo amiga de la traición,
Y la desafié a muerte con mi osada espada de la valentía temeraria.
Eché abajo los males de este mundo envidioso e impostor,
Dividí los cerros religiosos, separé los mares de la fe,
Incité a los teóricos volcanes a estallar
En un cielo limpio y purificado.
En el medio del día embriagado de hermosura,
En el medio de todo tu cuerpo extasiado de belleza,
En medio de tú aquello y tu delicadeza.
Y me senté a llorar solitario en el enigmático yunque de la vida.
Rutina

Salté violentamente sobre tu cuello cansado,


Como leopardo enfurecido enterrando
Mis mandíbulas en tu carne...para estrangularte,
Me arrojé sobre tu rostro cadavéricamente,
Enseguida...como rotwailer enfurecido,
Para deformar tu sombría fisonomía,
Te ataqué sorpresivamente sepultando
Mi puñal ensangrentado en tu pecho lento,
Compasivo y lascivo...como general bravo y atrevido,
Sobre su odiado enemigo.
Sin escrúpulos en mi alma inocente y pura,
Traje mis brazos de cristal,
A la serpiente verde y asesina,
Para que muerda sutil despiadadamente...
Tu seno rosado blando y abundante...
¡Duerme infeliz ¡
Duerme en tu descascarada casa sedentaria...
En tu vieja cama de color marrón...
¿Sientes como las raíces de los árboles robustos
Quieren entrar en tu cuerpo en la tierra generosa?
¿Sientes mis manos duras presionando en tu pecho,
Paralizando tu corazón deteniendo tus latidos?
Cuando sientes que tu alma se eleva
Por el aire, un pájaro la humilla
Defecando sobre ella para que no vuelva
A levantarse.
Sirena de la calamidad

Rimbombante marcha fúnebre,


Que corres por la calle desesperada,
Egocéntrica bailarina de la desgracia,
Que besas la frente del hipócrita transeúnte aterrado,
Maldita peste de cruces negras,
Escupe tu hediondo veneno de serpiente,
Al resignado pueblo enfermo.
Mi espíritu con tu voz asfixiante y pesada,
Huyes de mi agenda salvaje y dorada,
Noble sangriento pensamiento sublime...
¿Huyes de mí? ...
Titánica y resistente montaña sagrada,
Dame calor en tu brazo de roca,
Susúrrame al oído tu hermosa reflexión solitaria,
Quiero sentir tu riesgoso aliento seco, claro y elevado,
Percibir tu violento y terrible avalancha que viene
Contra mi...

AUTOEMPAÑARME...
AUTODOMINARME...
AUTOSEDUCIRME...
Lanza bencina a mis brazas
Y verás como explota mi imaginación apasionada.
Toqué su suave y delicado rostro de porcelana,
Con la fina yemas de mis dedos de algodón,
La pasión se deslizó tiernamente como una erótica pluma
Por la areola de sus anchos senos rosados.
La ambrosía de sus brillantes besos de fresas rojas,
La miel de su cuerpo dorado me excita...
Arde el fuego de sus cabellos amarillos,
Cascadas de éxtasis deseo amor y placer...
Quemé mis osadas manos ambiciosas
En el brasero de su alma lasciva...
Su malvada lengua de serpiente enroscada y venenosa,
Embrujó mi espíritu inflamado de amor...
Bailaron los ojos de las estrellas con más fuerza y vigor,
Nadó la noche emocionada en el mar de la locura,
Sentí el gemido de sus suspiros en mis ciegos brazos hundidos de pasión,
Su respiración acelerada por la dulzura y el deseo,
Sus pupilas dilatadas de entusiasmo mudo,
Acarició mi instinto, mi profundo corazón herido...
Oculto en la selva del renacimiento del tiempo,
Rió el bosque salvaje de la superación...
El sonido perfumado del susurro de mis palabras de bronce,
Viajaron en un místico trance por la primorosa carretera,
De sus hechiceros oídos de amatista rosa,
Se elevaron las poderosas alas de la poesía,
En el limbo estrellado de las esferas de diamantes,
Para hacer temblar el alma del cuerpo hermosamente sudado,
Lava de su piel ardiendo de pozo.
Toqué con deleite su joya... ¡oh ¡mis ágiles manos juguetonas ¡
El monte oscuro exuberante de árboles lúgubres...
¡Oh ¡la humedad de su preciso pantano escondido y prohibido.
Escalé besé y adoré las firmes montañas de sus senos...
¡Oh ¡diosa que te perdiste en aquellas asquerosas calles corruptas.
Amor de mi alma,
Tú despertaste a los tigres más espirituales,
Los más indomables, los más irracionales,
Los más excitantes de la existencia humana.
Arrojé lejos la mierda de Mahoma y Abraham,
Y los lancé a los demonios (para que engordaran)
Los arrojé lejos de este bendito mundo embriagador de placeres,
Sus maravillosas y primaverales complicaciones,
En las que tropezaron los genios de la tutoría del hombre,
Suelo superabundante en donde floreció todos los seres de la tierra...
La costosa cicatriz de la guerra,
El llanto desesperado del hombre,
La crueldad en la perversidad...
El blanco sortilegio mágico del impulso sexual...
En donde vive el soberano palacio superior
Del hombre con alas de paloma (de luz)...
Parado estático en la inmensidad del mal,
Contemplé con mis ojos tristes a ese chancho de cemento y alquitrán,
A ese cerdo que encadenó mi corazón,
Con el candado resistente de tierra, histeria y amor.
Río de demonios que se retuercen en la asquerosidad del vicio,
Que malgasta la esencia suprema de la vida milagrosa.
Bulla insensata que atacó mis sensibles sentidos,
Y mis más íntimos pensamientos aislados y creativos,
Reflexión cubierta de eróticas rosas deleitadas,
Instinto asesino de filudas espinas doradas,
Contra la mano alzada que pide y que da...
Contra el rostro cadavérico que lastima las entrañas,
Contra las superficiales lágrimas de gansa,
Que se bañan en la piscina de la hediondez,
El descarado desconsuelo de la venganza, y la estupidez,
¡Se elevarán las pluriformes almas multicolores. (Acumulación de tesoros)
Nido de musculosas raíces penetradas en la tierra,
Silencio de rayas que aman la esfera...
Por favor ¡hijo del sol ¡...
Estanqué ese caudal de repugnancias,
Que atacan ese noble espíritu que cunde en llamas,
Lava volcánica que destruyó los diez mandamientos,
Con el machete afilado de lo nuevo...
Es mi exuberante crepúsculo apasionado,
Que desciende detrás del mar enamorado,
Gurú místico y divino de las altas montañas sagradas
De las sabias ideas superiores y sublimizadas.
Me cobijó en el sencillo y grandioso
Silencio comprimido de imágenes clarividentes y placenteras,
Rodeado por un cielo hermosamente cubierto
Lujurioso y estrellado.
Me abrazó en sus artísticos brazos pletóricos
De árboles fuertes y robustos,
Suelo de preciosas gemas que brillan,
con el sol luminoso en el campo de la pureza,
Con la sabia transparencia de la verdad...
Junto aquel viejo árbol de la sabiduría...
¡Que es más sabio que el mismo diablo...!
Cuando está enfadado profundo y alterado.
Volé por lo largo del valle rodeado por montañas,
Volé con mi atrevida imaginación revolucionaria,
Como un dragón de fuego en las profundidades
De los mares crepusculares,
Volé con la confianza del valeroso cóndor,
Suspendido en el preciso mosaico del reluciente ciclo chileno.
Libres mis más intrépidos pensamientos de la jaula de cristal de la moral,
Libres mis arrojadas y temerarias meditaciones de los deberes
Que marcan la autoridad de la compasión social.
El baile seductor de las esculturales libélulas de la grandiosidad,
Hacían el amor en el aire majestuoso de la soledad,
Hundidos mis pulmones al sentir el aire empinado de la voluntad,
Pequeños soles viajaban por el mundo buscando aromáticas flores de piedra,
¡Me gusta ¡fui el travieso que subió a la montaña a coleccionar hiervas...
Monte exquisito de los genios, lago de riquezas culturales,
Hermosa decoración de árboles de plata, reunión de seres espirituales.
Robé la sangre secreta de los bosques, las orgias dionisias del pensamiento,
Universal evolución de la curiosidad de acero del perro violento,
Modelé sembrados del futuro, erótico amante de la sensualidad,
Santo ángel diabólico de la destreza y el poder.
El sufrimiento de lo terrible, rayo que flageló el cerro artesanal,
La dureza del guerrero que ama y adora el fueres...
Néctar del la locura, acantilado del placer...
Soplo divino, viento de olvido...
Azar en donde ruedan los dados de la vida...
¡Oh soledad mía ¡
Besé el arcoíris de la esperanza avasalladora,
El la deliciosa cima de la vagina del bosque apacible,
Delirio de amor, embriaguez de la creación,
Frenético deseo que traspases las barreras de la opresión.
Insolente mar de la sapiencia tiránica,
Malvadas olas del conocimiento que azotó las playas,
Sometidas por la espuma, el dolor y la emoción.
Marea furiosa que golpeó mi cuerpo tenso y vigoroso,
Arco brillante de oro que apuntó y preparó la guerra
En los tiempos infernales.
¡Vamos acomete fuerte ¡
Acomete la roca de mi dúctil y aventurero corazón,
Anillos de fuego que laten enlazados en mi alma,
Manto negro y estrellado...
Niebla que abrazó la ciudad dormida...
Y al mundo que revolotea como una dulce mariposa,
Que danzó por el campo abundante de árboles frutales.
Poseí el devorador instinto supremo de los caballos de la vida,
¡Elévate ¡ánimo de águila del placer terrenal.
densa niebla que seguiste mi paso salvaje ,
Guepardo de cristal de la velocidad primoroso cuerpo elasticado,
Que corrió por el alma resentida de África que no olvida...
Ignorante que fastidiaste mi sombra, que gritó y rompió
Los vidrios impostores de la razón.
Confusión mental que molestaste mi silueta,
Que surgió como león enfurecido,
Que corrió a estrangular búfalos y bisontes,
Con la furiosa estrategia natural y opresiva,
Que me enseño la magia de la sabiduría,
¡La fuerza del poder supremo del privilegiado ¡
Anhelé ver el magistral plantead fuego,
De aquellos fascinaste días diáfanos de noviembre.
¡Cuando caminé por los muslos de tu mujer ¡...
1
Lavé mi alma al lado del silencio,
En el cautivante bosque apacible perfumado y revelador,
En el fascinante pletórico logo del misterio.
Nadé de pozo como un pez luminoso y descubridor,
Me sumergí en las profundidades del agua sucia del deseo,
En la gustosa pasión de la voluntad del carismático hedonista,
Delfín afortunado de la grandeza y el dolor,
Que surcó como delirio el cuerpo “impuro “del erotismo,
Violento y malvado tiburón de la sensualidad,
Que se deleitó con la crueldad de la agresividad,
Dinosaurio que emergió desde las cavernas prehistóricas del conocimiento.
Escudo de árboles de acero que defendió la calma,
Valientes cañones de espinos que protegió a la paz de la espiritualidad,
Decididos proyectiles de eucaliptus enemigos mortales del griterío y el bullicio.
La espada de oro se clavó en el medio del silencio,
Revivió la fuerza suprema desbordante de belleza,
El poder exuberante de la primavera y su delicadeza,
La energía brotó por los poros de la naturaleza dadivosa,
Cayó debilitando mi cadena del deber moral,
Se derritió la capa de mi sufrimiento del deber social,
Cayeron mis canas de nieve en medio del pasto verde,
Se elevó el monte en el vientre abultado de la generosa,
Se levantó la montaña que besó las mejillas del cielo rosa,
¡Se desnudó la flor ¡...brilló el lago cristalizado...!
Manantial de la vida y la juventud,
Arte diabólica de la serpiente anticuada del cansancio y la vejez,
Rompí con el machete de la fantasía, el árbol deformado
De la tradición y de la afligida pesadez,
Partí en dos la “norma “prostituta y manoseada...
La médula, el núcleo, la raíz de la tristeza,
Escupí a la mentira descarada, en los siglos de los siglos...
Amenacé con el cuchillo en la garganta,
Al miedo de lagartija que se esconde en el hombre cobarde,
El duelo de espada contra espada el estoicismo, la guerra,
El valiente desafío honesto del hombre guerrero,
La metamorfosis de las ideas claras y oscuras,
La trasfiguración del juego y el contrafuego del castillo del imperio,
La representación del ánimo terrible de la tragedia,
¡Vuela por el campo, hermoso pensamiento de marzo,
Halcón poderoso de la sapiencia, el poder y la destreza,
Grita libre y estalla tu peligrosa sabiduría,
En las imaginativas mentes de las personas nobles de poder ¡
2

Segué mi resistente y flexible cuerpo desnudo,


Con las suaves manos deslumbrantes del imperecedero,
El luminoso acarició mi dulce piel perfumada,
Sentí en mi alma inquieta el sabor de la inspiración,
La libertad del pensamiento de la creación.
¡La embriaguez...!
¡Oh que grato placer...!
Cerré mis ojos extasiados al sentir su grandiosidad...
La sensación de plenitud, el goce de vivir...la perfección...
La flor colorida y arrebolotada del arte poética...
En toda su rebosante y enriquecida transpiración...
El viento loco despeino los robustos cabellos verdes,
De los veteranos árboles rebeldes,
Habló el apasionado fantasma del silencio sabio,
Diestro y trasparente espíritu de la reflexión,
Que cruzó la línea del tiempo para tocar ala genio.
Se encontró la misteriosa... en tu propio universo interior,
Tú; saturada del poder del sol, de la luz de artística belleza...
La instintiva, la pletórica, la superabundancia de intensidad,
Palpitó el corazón en toda su extensión e inmensidad.
¿Eres tú el milagro, la semilla del pensamiento (la planta venenosa)
La creación atrevida y valiente del hombre noble que valora?
¿Eres tú la elevada palabra de bronce, el fuego, el amor,
Que deja la marca inmortal, la fuerza, avalancha de superioridad.
Voló el peuco amado por encima de mí...
Se abrió el camino del horizonte paralelo,
Floreció el tesoro, el presente, el futuro, la alegría de vivir.
Hice un anillo de perlas, un circulo dorado en la tierra.
Bailé desnudo en la fiesta del campo solitario,
Bailé desnudo como un chamán en trance visionario,
Busqué en el misterio de mi alma la pócima de la pasión,
Amé, alabé y adoré en honor a la totalidad de tu abundancia,
A tu fuerza primitiva siniestra y divina...
Tú la delos ojos de estrellas vulva de cascadas doradas,
Fijantes senos de montañas duras y sagradas.
Yo que acaricié tu delicioso cuerpo desnudo y dilatado,
Y poeticé la hermosura avasalladora, en los mundos
Caminos en donde la reina, la serpiente verdosa del silencio,
Y canté por los senderos embriagados, como un borracho enamorado,
En la profundidad de tu bosque multicolor infinito y elevado,
¡Simbolizada en una pequeña y jugosa manzana roja ¡
(¡Me comí la fruta podrida de la vida ¡ )
3

La flecha de fuego se clavó en medio de mi pecho de paloma,


El deseo vehemente estalló en el fondo de mi alma ardiente,
Mi sangre es lava en los caminos solitarios del desierto
Que ama y destruye
El juego de mi pensamiento es dinamita que ama y valora,
Quemé mi propio destino y destruí mi precioso laberinto de rubí,
Cerré los ojos de la noche, iluminé el corazón del día,
Cambié los colores ecos del verano por una colorida y
Hermosa primavera reluciente,
Fui al alquimista que transformó el fierro oxidado,
La fuerza torrencial del sol en un lago
De oro brillante y dadivoso.
Derramé toda la sabiduría, toda la locura con mi mano demoledora
De martillo cruel...
En un frenesí selvático y prehistórico... con la furia
Imparable de un guepardo cazando a su presa asustada,
El corazón desbordado, colmillos ensangrentados.
Mi pluma vio a la víbora feroz cuando mordió al vulnerable ratón...
El ataque del escorpión cuando levantó su aguijón...
Vio los huesos de los elefantes escondidos en la arena de la desolación.
Mi mente autónoma nunca se cansó en arrojar piedras
Al profundo pozo oscuro del campo oscuro y solitario...
A mi espíritu terrible le fascino danzar por el césped
De las maravillosas nubes floridas...
Toqué la llapa del sol desparramado con un placer involuntario...
Templo de espanto, el miedo de los pájaros amarillos,
Cuando golpeé la mesa miedosa con el rugido
De la sabiduría del león,
Se sonrojaron los árboles desnudos cuando escucharon
El trueno de mi voz sorprendente relámpago blanco,
Mi alma gritó y pateó el trasero de ofensas injuriosas...
Intenso maremoto de palabras rockeras que avasallan
Los empobrecidos corazones de esponja.
agresivo huracán distorsionado de estrellas soñadoras,
De mi noble creación natural y seductora.
Me mató el beso apasionado del sudor esforzado,
El deseo que nació en el río de mis huesos fortalecidos,
La cuerda musical se acomodó en mi alama musical,
Su melodía cruzó el arcoíris del extenso mundo azul,
El entusiasmo ciego cantó como un loco del manicomio,
Sublime que se clavó en mi espíritu de acero...
¡Bienaventurado el amor de la pasión que mueve montañas...!
El santo pecado del paraíso de la creatividad nueva...
El nuevo amor, ciencia poli física; las nuevas mentes ¡...
Corté a hachazos el cordón umbilical de mi pasado funeral,
Arrojé flores al pantano de mi fatalidad,
Bendije a mi amado enemigo, su fea cara de rata
Se deslizó por la alcantarilla de la hediondez.
El rojo símbolo de la astucia estimuló a la oposición,
La agresividad y el sufrimiento de la guerra...
Disparó el tanque de la verdad a la antigua ilusión
De la alucinación,
Mezclé el placer y el dolor en el jarro divino...
Resucité en la tierra superabundante de delicias...
En un mar de anhelos que estremecen la montaña
Vertebral de mi alma afrodisiaca.
Vagué contento por los apartados contornos de tu espalda,
Llena de latas palmeras vigorosas rebosantes de perlas,
Firmes árboles porfiados con raíces aferradas a la tierra dadivosa.
Bailó lentamente la gitana encantada,
Sin que nosotros nos diéramos cuenta de su extraordinario poder sobrenatural,
Adornadas por finas y delicadas joyas de flores multicolores.
Besé entusiasmado los estrechos senderos de su cuerpo
Hermosamente extasiado,
Vehemente acaricié los ilustrados labios de luz...
¡En la inmortalidad sideral del pensamiento infinito ¡
La soledad de los bosques misteriosos,
Purificó mi alma ensangrentada por las picaduras
De las resentidas arañas de rincón de la envidia,
Mi paso de cristal siguió el rumbo de la sabiduría,
Encontré la filosofía lúgubre en la libertad de la verdad.
Hasta que un gallo esplendoroso del día luminoso,
Cantó tres veces con su ronca voz de metal,
Atravesó el aire diáfano instruido y aromatizado
De mi carismática e insaciable curiosidad.
El lolo sano rayo de la energía del risueño
Azotó mi trágica existencia negra espiritualizada y avasalladora,
Azotó mis hombros sufridos,
Azotó mi extrema cintura expuesta al desafío fatal
Y sensual...
Al devenir del mar de la vida sexual,
De la grieta oscura de los genitales de la tierra,
Emergió el caballo feroz e indomable de la fuerza imparable.
Frenético subí los amados y esforzados escalones ascendientes del tiempo,
Mi suerte arrojó los dorados dardos del azar... (Del tiempo)
El vuelo de los pájaros seductores surcó con deleite
Los celestiales ciclos abiertos francos y puros,
El rugido del viento huracanado...
De lanzas filudas de mi reflexión insolente,
Alimentaron con carne cruda la pasión de mi espíritu limitado,
Bailó en mi cuerpo inocente el abogado del orgullo,
El ansia de la voluntad valiente pateó la pasa de la virtud,
Despreció a la negligente resignación...
Con la impostora venganza bonachona del altruista.
Descifré los extraños misterios catastróficos,
Terribles y problemáticos del estado espontáneo,
Del limbo divino me llamó el grito iracundo y salvaje,
Del águila furiosa que viajó por los confines del éter...
Silencio

Ven...
Acércate...
Paloma del deseo en llamas...
Bajé por desiertos fértiles y tierras superabundantes,
Reflexioné despacio sobre mis hombros de piedra,
Verde silencio donde nace la semilla del pensamiento,
Ideas de águila que brillan como el sol...
Inoxidable placer de la grandeza...
Hedonista cama de seda insaciable de riquezas.
El furor...
En desvestir...
En tocar...
En besar...
El encantador misterio de la metanolla...
bella fisonomía inmaculada de la inocencia...
Violento y avasallador viento de olvido...
¿Quieres limpiarte el alma?
¿Quieres jugar con la aparente realidad?
Espejos de abismos inconscientes,
Reflejo de fantasías que vuelan por mi mente,
Imaginación de lagarto que se mueve lentamente
En la selva Africana del peligro y la ansiedad.
El fuego incitante de mis ojos de tigres,
Que iluminan el día más transparente que el vidrio,
La noche de mis profundos cabellos negros,
Guiados por las radiantes estrellas de mi aura,
Protector de tus malvados dedos de serpiente,
Celosas arañas que tejen sus perversas e ingeniosas
Telarañas de envidias y calumnias,
¡Envenenamiento de mi valiente alma constelada ¡
En los tiempos crueles oscuros y difíciles.
Testaruda corona de risas y alegrías,
Intenso diamante de laurel en llamas,
Libre de cadena del soplo creador,
Que cuelgas en mi osado pecho aventurero
Tan prudente y resistente como el acero.
Déjame bailar jubiloso en la dulce voz del viento loco
Que se distorsiona de placer,
Déjame bailar contento en el mar que grita,
Y se subleva insolente sobre la brillante roca de acero,
La espuma blanca abre sus húmedos ojos asustados
Y sorprendidos de admiración.
Déjame bailar alegre en el fuego de Heracíto
Que ande y ruge como el león en llamas
De mi arrojado corazón, que navega por el océano
De mi subconsciente emocional de la pasión.
Déjame golpear, romper, quemar mi patana de radicales
Cuerdas del poderoso sol de mi conciencia térmica.
Déjame pintar las orgias felices de los banquetes milagrosos,
El blanco y el rojo del vino amargo...
La risa que olvida la pena y los pesares de la existencia...
El violento relámpago que divide en dos la noche estrellada,
Me hace tropezar y hundirme en el pozo de las tristezas
Que tiene forma de “u “.
Déjame escribir mis poemas eternamente Dionisiacas,
Con mi arriesgada pluma amarilla de águila resplandeciente,
¡Que pone huevos de oro ¡en el cobre excitante de mi escritura
Que hace temblar la tierra con mi dictamen legislador,
Que matiza los colores de la vida no para los que
Caminan como los fríos patos siameses, sino para
El espíritu de dragón noble ¡su mirada de laser clarividente
Ve la maldad en la oscuridad ¡... se irgue
Por encima de la línea del tiempo...
Se sumerge en la bella soledad del campo,
En el árbol del silencio en la flor de la paz,
En el bosque descubridor de enigmas...
Viajando en mi barco amarillo por el alama del cuerpo enamorado,
A la peligrosa aventura de encontrar mi redoble aura inmaculada
La selva primaveral de la bravura...
La embriaguez del bello amanecer que despierta...
Evidente (ciencia) realidad que se desnuda coqueta,
Como una atractiva mujer libidinosa...
Que muestra sus exuberantes senos generosos...
A las feroces bestias asquerosas.
Ojos de cuchillos filudos atentos a su presa enferma...
Colmillos hambrientos de carne envenenada,
Corazón de manzana podrida que ensucia a mis hermanos mestizos...
Aléjame de esta pobre selva de cemento de la descomposición,
Que se autodestruye como decadente artista en depresión.
Tengo un hermoso cuello de jirafa,
Me seduce escalar mis propias protuberancias del anhelo,
Para contemplar el apasionado horizonte crepuscular...
Me deleita pensar en las alturas como un pájaro embriagado...
Brillante, bello, exuberante mar de ideas sexuales,
Extender mis anchos brazos fuertes y sensuales.
¡Me gusta besar los labios y las mejillas del luminoso...!
¡Me fascina que el poderoso penetre mi jugosa vagina
Estrecha de rubí almizcle...!

Serpiente de diamante de la sabia Cleopatra,


Danza en la rama musical en la hipnosis de la seducción,
Ladran perros inquietos de la lascivia el deseo y la pasión,
Llegué colgando, olfato mojado de la alegría desenfreno y emoción,
Calles de la lujuria, repugnante luces de colores de la fornicación,
Blanca montaña nevada de la transfiguración.
Serpiente encantada de la tentadora fogosidad,
Clava tus audaces colmillos en mi cuello erótico de riquezas y peligrosidad,
Inyecta tu tierno incitante y pérfido veneno
De los vergonzosos siglos antiguos y ciegos.
Lame mi larga y suave cuello de madera perfumada,
Tóxica lengua que recorres mi dulce oreja de miel,
Máximo clímax del deseo simbólico sexual.
El cielo de tus blandos lisos muslos de gamuza,
Ahí encontré la llave rosada del tesoro de tu cuerpo sudado y acelerado,
El sabor de las ricas manzanas rojas de tu amador de pezones erectos
Sensibles y admirablemente saturado.
¡Toqué tu precioso espolón empapado y cosquilloso...
Elevé el pantano del placer estimulé el bosque de la excitación ¡
Voló el octubre de un TE AMO por su delicado oído de porcelana,
Arquitectura decorada por finas piedras preciosas de cuarzo,
Mordí sus carnosos labios de cristal inflamados de amor,
Musa; convertí los pétalos de las rosas rojas en oro de fuego,
El arrebato de mi poesía en un mar de bronce de besos ardiendo,
Tus sutiles bucles negros y ondulados no me dejaron ver
El espejo singular de sus encantadores ojos traicioneros.
El gurú habló por el eco de los valles lejanos...
¡No nos veamos las cartas entre dioses gitanos...!
Subí al desnudo seno verde de los montes inmaculados,
Se relejó mi cuerpo en el espejo amarrillo del sol omnipotente, y en el sendero de serpiente
encontré el sendero oculto del misterio,
Abrí mi corazón a la roca que no Miró con desconsuelo,
Confesé mi dolor al pañuelo rojo del árbol frondoso de plata,
Me amenazó el acantilado de la muerte cadavérica color de hueso,
Enfrenté el despeñadero del puñal filudo del suicidio prófugo.
El sudor acarició mi piel, mi fuerte ángel emperador
Me estimuló a la guerra y al desafío cruel...
Volé como un cóndor rebelde al tocar el clítoris en la plenitud del éxtasis,
El orgasmo de la embriaguez de la locura hermosa de la pasión,
Rió el astro luminoso en el día comprimido de amor divino,
Bailó la noche enriquecida abundante de ojos brillantes de exuberancia.
Comí fuego en el pecho nevado de la libertad de las alturas,
Que besan los ciclos eternos de los vientos fríos,
Vi el futuro en las columnas griegas elevadas de la sabiduría
Y el poder de las cosas del espíritu del león...el placer de la veracidad del pensamiento más
allá de la inmensidad
Brotó la sangre de mi alma al ver el empaño sucio de la humanidad
Me invadió el llanto inevitable de la tristeza de los siglos que ruedan
Surgió el profundo sufrimiento y la pena de mi corazón de acero maltratado
Y el maldito viento ondulado me quiso arrojar al abismo negro...
De la nostalgia lejana y los podridos huesos del olvido repentino.
Fui poseído por la fuerza suprema del orgullo del dragón indomable
De mil cabezas creadoras del porvenir inminente...
Por el poder arrebatado de cien anacondas de la cólera del amazonas
Nació el nuevo espíritu como un nuevo amanecer tras las colinas
Del aura inocente... la danza de los entados... la planificación de
La mente, el juego de la pluma... el alma de la imaginación
De la metamorfosis creadora que reluce lo bello lo mancebo...
En medio de la cenizas del universo saturado de estrellas que brillan,
Renació el nuevo bosque del misterio en medio de preciosas gemas de colores.
Bailé embriagado por los divinos caminos vagabundos e ilustrados,
Canté canciones dichoso de alabanzas al dios de la vida, el vino y la alegría,
El delirio erótico de la existencia cómica de la reproducción,
El hechizo de la belleza de la feliz locura de liberación,
Admiré los perfumes, los aromas, los manjares de la riqueza sagrada da,
De su mansión
En el bosque sencillo y ligero de la paloma de la grandeza y la adoración
Subí con el corazón en mi manso por los cerros amarillos de la esperanza,
Entré al valle oscuro a buscar la pregunta del misterio universal,
En el monte verde se inscribió la nobleza en el templo bello y orgulloso
De la nueva y brillante poética seductora de la novedad.
Seguí el delicado arcoíris maravilloso del manantial de la vida,
Viajé en la burbuja de la soledad del poder de la sensualidad,
Miré al sol embarazado de ideas laminosas y resplandecientes, creció el árbol de la
fecundidad en mi cerebro saturado de almendras
La tierra de mi ser arrojada e involuntaria de la sangrienta
Terrible guerra, la amable gracia y el lujo de la destreza emocional.
Vi el futuro en tus brillantes ojos de cristal inmaculados...
Dejé volar el libro filosófico que salió en el celeste cielo artesanal
En el trasfondo psicológico de la pasión de las ideas de la profundidad
Transfigurado en el hermoso cuerpo de jaguar salvaje, reacio
E indomable de la fogosidad.
Desapareció la reja de la debilidad ofensiva de la amarga opresión
Renació el amor a la vida en si misma... primaveral,
La flor de la ambrosia imaginación de lo supe natural,
El vigor del hombre amante aventurero de la curiosidad.
Revivió la pureza en el lago de las pupilas del ángel sexual...
La miel y la ambrosia en la piel jocosa del aura sagrada de la creatividad.
Estoy en las tristes manos de las paredes que gritan y lloran,
Sentado en la maldita boca de dientes filudos,
Invadido por mil demonios que atacan mis pensamientos
En brazas ardiendo...
Vuela en círculo el fantasma de la quimera melancólica,
La amarga emoción golpea el techo con el martillo del trueno,
La horrible sensación de los tarros infortunados de la música
Incoherente...
Agreden con falsa ilusiones a mi sensible pero fino cuerpo
De leopardo reflexivo y solitario.
La pobre loca enferma grita en las calles de alquitrán,
Pisando las adoloridas y afligidas piedras de la compasión,
Un feto deformado en su estómago deforma yeso e igualdad,
La viaja impostora moral de la piedad,
De los histéricos siglos vanidosos torpes y ciegos...
Puros alambres negros ladran en el muelle de la represión,
Sus alas hostiles hostigan mi alma reconcentrada de vano creador,
Aúllan los cachorros asustados debajo de la negra tristeza fatal.
Caigo ala desamparo en el paramo de los brazos de las calles vacías,
Mi espíritu trágico viaja en trance por el limbo purgatorio entristecido,
Por el hospital de suspiros deprimidos,
Me sumerjo en el tejido del cáncer terrible que late y punza,
En el dolor de los genitales del nacimiento de la creación, invadidos
Por la sífilis... la gonorrea del pene cerebral,
El grito oprimido del SIDA...
Los ojos estrujados de dolor y la desesperación... bruja que marca
Con la señal del condenado a mi vulnerable generación,
Olor a muerte en las camas podridas... el cadáver en descomposición,
Mi fosa me espera abierta en el cerro de huesos de cenizas de
Olvidados...
La risa del hombre pálido me maldice con la cruz
Del sufrimiento crucificado con sangre vengativa...
La mano blanca de la muerte me maldice.
Soy el toqui de la libertad de la serpiente creadora e inmoral,
Fue busca la verdad de las estrellas de la noche oscura e infinita.
Estoy maldito...
Por mi río desbordante de festín y desenfreno,
Por la chispa de luz al chocar las copas del brindis,
Por las tiernas caricias y los besos fogosos hedonistas,
Los acordes distorsionados del fondo del océano de la lujuria,
Excesivo terremoto de amor superabundante de de arte,
Huracanado maremoto de sabiduría y locura...
Inesperadas posturas de juegos eróticos prohibidos,
La pasión crepuscular maravillosamente espontánea,
Potente masa de caballos frenéticos carnales...
Torrencial, hadas, sonetos de arrebatos de cobre poético exuberante de amor
Pletóricos,
Vuelan al fino oído de perlas de la belleza,
Que me desea en su cama roja de plumas de flamencos del poder.
¡Oh vacante...!
Mujer hermosamente poseída por el dios de la embriaguez,
Éxtasis de los vinos de las celebridades de Baco...
Dame la miel, la leche de tus profundos pozos oscuros,
Y aléjame de este repugnante charco de bestias feroces y salvajes.
Amo caminar por lo brazos perfumados del bosque silencioso,
Por el gigantesco regazo de la sagrada montaña de ideas,
Nacidas del húmedo mar, el abismo de las especies...
Somos hijos de la circunstancia azul del milagro del tiempo,
De la brillante estrella en medio de la noche muy oscura,
De los músculos magistrales de los cerros laterales,
De los anillos entrelazados de rocas piedras y amor,
Por el fuego del corazón que salta los difíciles muros de la vida
Problemática, la gama tridimensional de aromas,
La gama tridimensional de colores naturales.
Somos hijos de las manos divinas de la tierra herida,
La sal de la existencia, la carne de los ciclos,
La terrible trágica vida del hombre valiente y honesto,
Que vence a su odiado enemigo hijo de puta.
Entro nuevamente a tu hermoso palacio de zafiros amarillos,
Cargando glaciares en mis hombros adoloridos de tanto llevar
Sufrimientos propios o ajenos,
Entro nuevamente a tu maravilloso castillo divino y sagrado,
Con una pesada montaña nevada en mi espalda dúctil y flexible,
Vuelvo a mi sencilla y noble casa de pájaro a crear nuevos valores,
Vuelvo a ver el deslumbrante sol del mediodía de fuego,
Que abraza al universo infinito en sus calurosos brazos
De madre sobre protectora solar.
¡Poderoso corazón en llamas ¡
¡Retroaliméntame de vigor y creatividad ¡
Dame la afirmación de la vida, dame el placer de la existencia,
¡Oh! Dulces risas de majestuosidad y alegría primaveral,
Clamorosas cascadas de luces luminosas de amor,
Haz que encentre en tu cuerpo la fortaleza de mi alma,
Haz que encuentre en tu cuerpo el cofre de la valentía,
La esmerada espiritualidad de la verdad encantadora de la grandiosidad,
La lucha interior entre dos imperios mapuches y romanos,
De mis audaces antepasados de mis instintos firmes y duros,
Reflexivo templo griego de las montañas; en las jorobas de los camellos
En medio del desierto seco...
Espada encantada que divide la línea gruesa del tiempo imaginario...
Avanzó protegido con mi ángel de la fuerza animal de la revolución irreal
La balanza de la justicia injusta de mi puño cerebral que destruye...
El perdón del cóndor del amor, la paloma blanca de la paz,
Sutil cortina diabólica de roja mariposa del placer terrenal,
Incitante babydoll del deleite para evitar al caballo semental,
La canción deslumbrante del pozo de la libertad,
Dulce máscara de flores aromatizada de fucsia magenta,
Caminando por el cerro de tus suaves piernas de arriesgado carmesí,
Por la llanura hermosa de tus rodillas rojizas...
La de tierra de incienso, árboles de oro, aromas dorados,
El nuevo mundo embriagado del pensamiento creador,
El valor del tigre la inventiva del hombre.
Alcibiades irreflexivo de cara al peligro...
En la guerra de la política y hasta en la copa de cristal de la muerte,
Espada en mano hacia el dolor del horror,
Enfrentando la terrible y sangrienta tragedia,
Con la mirada entusiasmada clavada como una flecha de amor
En el horizonte de greda encantados.
Río de esperanzas elevadas de la sabiduría del águila,
Arcoíris de la pasión ruidosa de la palabra luz,
Mariposa del olvido que revolotea por la tierra generosa,
Entregando su mensaje de amor supe natural,
Festín de risas y alegrías que alivian el dolor,
¡Ven a mí escorpión del impulso sexual ¡ ...
La bravura temeraria, la victoria del guerrero osado,
El éxtasis lírico atrayente de la embriaguez,
Persuaden mis pensamientos de volcán de fuego,
La plenitud y sensación exuberante del placer vivir,
La transfiguración espiritual mágica ensangrentada
Que azota el brillante cobre de la poesía encantada,
Que permanece intacta en el alma inmortal embrujada.
1
Me ahogo en el mar de lo absurdo,
estoy atrapado en sus brillantes cabellos azules,
en las ganas de este mar ferozmente peligroso,
acorralado entre sus brazos porfiados y fibrosos,
en este prehistórico mar de hipocresías y caretas,
al desamparo de los dioses calmos y hostiles,
al abandono del viento loco y salvaje,
en medio de este mar astuto d ementiras,
entre sus olas retorcidas…
¡Llora el rostro de la brisa!
¡Tiemblan los peces en el agua!
El frío congelado sables que atraviesan
los huesos de mi alma,
todo es humedad y melancolía,
como el clima de mi rica y fecunda tierra…
tan triste y reservado como la idiosincracia del chileno…
¡Que se olvida fácilmente de mis ídolos que nos representan
que nos regalan glorias victorias y grandezas!
Solo percibo el azul solitario de la desesperación,
el abundante verde que me sumerje en medio
del océano en depresión,
el fugaz café
(relámpago que ilumina el sueño efímero
de medianoche)
la sal se impregna en mi cuerpo
hasta llegar a las profundidades de mi ser.
2
Más asfixiante que la sociedad...
Telaraña que me ahorca... que me caza del cuello y me enlazan los miembros,
Tanque maquiavélico de odio,
Buitre de la extinción, carroña del fallecimiento,
Batalla del dolor la pena y la destrucción.
Me obligan a llegar en los activos músculos del pecho,
El sufrido, pesado y perseguido rosario de la religión,
Hacia el templo cadavérico de la muerte causada,
Terrible pasado sangriento enorme saco de harina en la espalda,
Bruja que se burla en su oxidado espejo devorador,
Bufón sin dientes que juega con mi destino revelador,
Y te ríes de mi púrpura afrodisiaca sin resignación
Hacia la cripta de las hediondas momias,
Que se revuelan en la memoria del viejo museo ingrato,
Hacia la manchada iglesia con cruces negras,
¿Puedes sentir el querido perfume de la muerte
En la casa inquieta del canalla sonriente?
¡Que abrió su boca de pescado podrido ¡...
Depravado que contaminaste el alma pura...
Quisiste pasar gato por liebre
Para domar el cuerpo iracundo,
De mis antepasados, amados hermano mapuches,
Mis honestos ancestros que viven en el bosque de la
Riqueza y generosidad del campo superabundante
Aquellos labradores de oro (los amo).
Pero tu terco espíritu borracho que mareas,
Guanaco de yeso frio me repugnas el estómago.
Esa moral de chancho que se revuelca con la bruma nueva,
¿Eres feliz con este trocito de mi mierda en tu hocico?
Moral de zorro vestido de ovejita,
Es la fe gratuita del tiburón que desea
Devorar la intensa luz de mi espíritu.
Valiente copa de cristal trisada, estoy a punto de estallar bomba endemoniada,
Y en su retórica transformación,
Mis letras escribí con broce ardiendo,
Radiantes palabras doradas y externas,
Regadas por la dadivosidad del sol,
Hermosa aura que me alumbra,
Y baña con su energía a los seres sagrados de la tierra,
Y violento viento risueño me empuja,
A lanzarme por el edificio de la voluntad,
A la colmena de vivos muertos,
Que suspiran en la noche de junio frio.
Enterré en el pecho flojo de mi prójimo,
El corvo de la burla siniestra,
A mí amado enemigo que se desliza como rata,
Por la hedionda alcantarilla de la ignorancia,
Toqué los electrizantes cables de mi cabeza imaginaria,
Con el revolver atrevido y villano de la bestia marginal,
Introducí el incitado y diestro cuchillo de carnicero,
En mi estómago de leopardo solitario y temerario,
Surrealismo abismal de mi existencia primaveral,
Dominé al bello demonio que vive en el reflejo del bosque encantado
¡Disfruté el último minuto como si fuera un tesoro,
Hasta que mi propia fantasía,
Atravesó el mundo de mi auténtica curiosidad eterna!
3
Me apuntó la poderosa y brillante espada de la autoridad,
La incertidumbre de mis padres miopes y sin honestidad,
La castrada y amputada educación infecciosa,
Me espera con el libro de conducta latiendo
En mis sensibles manos dadivosas,
Libres están las entrañas de este cautivo y autónomo corazón,
Fui el blanco inmortal de sus miedos,
El remordimiento fatal de sus conciencias,
¡Que produce horripilantes pesadillas medianoche ¡
El culpable incondicional de sus errores...
La oportunidad perfecta de sus horribles y traumática
Venganza tonta...
Cansados profesores con el látigo de la racionalidad,
Lanzaron prohibidos dardos de la prohibición y la inseguridad.
Si...
Arrojé al abismo del acantilado las viejas tablas de Moisés,
Quemé su sagrada montaña de poca altura,
Destruí el bien y el mal de sus sentencias daltónicas,
Convertí su milenario testamento en polvo y en cenizas,
Y los esparcí por los sedientos pies de los cerros secos,
Pequeños rendimos bailan cueca en la densa polvareda,
Mi cuerpo lleno de negras cadenas oxidadas,
Crucifijos podridos con el tiempo indiferente,
El tesoro incalculable,
Agua que se escapa entre los dedos,
Cuerola domada por la brujería la hipnosis y la ilusión,
Sopa tendida, que me quiere sumergir y sepultar,
En el cementerio máximo de tus trabajólicos intestinos...
Hasta el misterio de nuestros oscuros orígenes...
Relacionados con vuestros equilibrados oídos musicales,
En las profundidades de los barcos plagados de llagas,
Cofres muertos vestidos de conchas y medusas...
Ideas que nacen y vuelan como pájaros
Jugando en cielo abierto y puro.
Poderoso cuerpo ligero de cúpula ensimismada,
Suspendida por el soplo de los abismos inmortales
Del viento eterno.
Bailé la dicha en la ceremonia del brujo místico y divino,
En el pantano del bosque
Silenciosamente hermoso de la reflexión inmensa.
Extraños símbolos atraviesan los caminos,
Enigmáticos del destino como forastero vagabundo,
Que anda errante por el mundo.
¿Estoy leyendo los jeroglíficos de las pirámides de Egipto?
La esfinge dorada...
¿Quiere mostrarme el origen de la existencia? ...

Quiero soltar las opresivas cadenas mentales de mi cerebro


De serpiente...
¿Que atan la herencia de nuestras amadas sociedades travestis?
*
Oriné sobre la vanidad y el prejuicio,
Subí los mansos cerros desérticos del norte,
Grité al cielo gris...
Arde la frontera dinamitada de lo prohibido,
Conocí los lejanos mundos siderales de la mente humana,
Entre en los extraños mundos religiosos del chamán en trance,
Toqué la médula espinal en las alturas del aire superior,
Acaricié las nubes blancas que caminan como pato,
Poseí el alma salvaje del tiburón rebelde,
Besé el seno brillante de la tierra madre griega,
El entusiasmo corrió desnudo por mi pecho florido
De mi espíritu sensual,
La suerte de seda colocó las perfumadas rosas de plata
En mi cabeza de campeón glorioso,
Encendí la antorcha de fuego,
Prendí los cabellos rubios de la colosal montaña
De la embriaguez,
Cerré mis ojos penetrantes y atrevidos,
Atravesé las complejidades mentales
De la metanolla del misterio,
Sentí su caricia que se deslizó como leche chocolatata
Deleitándose por mi musculoso cuerpo carmesí
Crucé la línea del tiempo dibujada en tu frente,
Crucé la línea del placer en la cama del clítoris sexual.
La nueva revolución de la sustancia comprimida y pletórica
De la creación absoluta,
La divinidad en la tierra de la atracción suprema del paraíso
De la poesía,
Oculta y escrita en todas las cosas infinitas del estado de la conciencia,
bienaventurado el que sabe ver, pensar y sentir...
El hombre amante que valora la magia cautivadora
en la sonrisa del mundo aparente y oculto,
que es la flor de la vida la esencia del hombre hecha poesía.
Me perdí en los caminos... en el abismo de los bosques cautivantes,
Vagué pensativo por el campo florido
De radiantes piedras preciosas,
¡Asombrosas ¡simbólicas pinturas
Musculosas, sonrientes esculturas.
Vi la guerra infernal en las nubes grises de la depresión,
El choque violento entre la espada y el escudo de la destrucción,
El golpe maldito del martillo demoledor de la mediocridad.
La bendición del relámpago cayó sobre mi cuerpo confiado...
Llevé una tormenta de plata en mi espalda de desfiladero,
Glaciares pesados en mis hombros escapados,
Interrogué a los hijos desnudos, con raíces en su amor...
Y si todos callan... y si todos callan...
Querido belsebrí... dame tú la respuesta?
Liberé mi siniestra mente irreal del bien y del mal...
Más allá de la dinamitada frontera real...
Caí al suelo del sufrimiento en la tierra del fecundo pensamiento,
La guerra, la tempestad, el poder cayó sobre mi mente universal,
El ensueño atacó la sensualidad de mi ansia espíritu,
Mi alma subyugó al cuerpo animal irracional,
Mi amado pensamiento sometió a la despreciable razón desleal.
Me levanté en mis propias piernas de cemento,
Quise la creación en todas sus formas y dimensión.
¡Venga... la elevada sabiduría del cóndor salvaje ¡
¡La genial locura del indomable pájaro rojo ¡
¡La inocente rebeldía del niño que goleó la mesa
Con el puño de acero de la cólera ¡
Mariposa del olvido... fluyes desbordando el ancho río de la vida.
Ven tigre domado a mis brazos de fuego,
Al caudal de mis palabras encantadas,
Al fogoso mar de la lujuria.
Preparé la pócima de la dicha y el placer,
El misterio tocó la esencia de mi ser...
El sueño atacó al demonio que llevo dentro...
el brujo apagó el cigarro en su rostro de hueso,
La fuerza de los cerros cayó sobre mi firme voluntad,
El grito mudo, mis renuncia dores labios sellados,
Mis ojos penetro todo... todo... todo...
El maremoto de mis ideas azotó la mentira...
La quemé, la destruí y la arrojé al arroyo,
¡El remolino de mi sangre descubrió la verdad ¡
Rogué a dios que cargara mí revolver,
Para volarme los sesos y la amígdalas mi pulso fatal.
Quise matar la vida con el puñal del animal...
Quise que un meteoro cayera en mi ciudad...
Quise que una bola de fuego cayera sobre nosotros...
Sobre mi bruma tonta y compasiva humanidad...
Quise detener las horcas eternas de tanto llorar...
Partir la tierra para que sangrara sobre mí...
Quise destruir todo, todo, todo el planeta,
Lo milagroso, lo repugnante toda la conchetumadre.
Pero el mar negro siguió azotando la playa fría y húmeda,
El viento siguió soplando la hierba del campo;
¡El devenir siguió rodando por la vida ¡...
Acepté la carcajada de la comedia,
La incertidumbre...el error del drama,
El horror malvado... la valentía temeraria,
Bien amada bienaventurada,
Eres mi suerte y mi desdicha,
¡Entrégame en los brazos de la eternidad...!
La bailarina de la luz y la energía,
Besa las sublimes y duras montañas de la veracidad
¡Con sus dulces labios de miel crepuscular ¡
El árbol del conocimiento anaranjado
Aferra sus fuertes raíces a la tierra del renacimiento.
El águila de la justicia dorada
Cruza el cielo azul estrellado de la sabiduría emocionada,
Los ojos ligeros de la libertad absoluta
Cierra sus divinos párpados de esmeralda inocencia,
La prudencia atraviesa los senderos de la bella profundidad
Ilustrada del renacimiento vagabundo.
Las ideas amarillas de las esperanzas rojas de pasión,
se elevan con la fuerza suprema de la verdad,
Cabalgan con la velocidad del rayo por el cerro fecundo de la excitación,
Monte de la sabiduría magistral y lúgubre del desarrollo de la vida,
Seduce e impulsa el éxtasis la plenitud poética y el placer de vivir.
Sube, escala joya brillante de orgullo...
¡Saborea el fuego del aire superior...
Anima, fascina ala cuerpo domado por las cruces ensangrentadas
De la resignación,
Arrebatada revolución de la imaginación cuadrada,
Baila de felicidad, la alegría de la genialidad que deslumbra,
Basta contemplar erecto la sabia roca sagrada...
El mar inmenso infinito y enloquecido...
Sumergirme, vagar, perderme en el poema del alma humana
Escribir mis impredecibles palabras que destruyen la cobardía,
En el pecho de broce del hombre limpio, sano y honesto...
El estigma de mi corazón que late, expone y se atreve
A desbordarse de sangre potente y valiente,
A mar y adorar mi propio destino cruel...
Acumulando deseos e imágenes de la fuerza primitiva animal de la riqueza
¡Revolotea delicada mariposa en el bosque de colores del pensamiento creador ¡
La mano empuñada de la madre inmortal,
El viento ondulado que hace soñar al hombre imaginativo
Y pasional,
El cuerpo de hierro golpea la muerte del porvenir,
¡El sol del amor sacrifica su vida en el horizonte
De la cordillera nevada de los deseos tentadores ¡
¡Amé y destruí mi propio mundo,
Para poder ir más allá del bien y el mal,
De muestras espontáneas existencias pensativas y animal!
Encadéname a la roca limpia de la pureza,
A la prisión de árboles majestuosos y espinos de amatistas,
Caminando feliz por las estrellas de tus ojos infinitos,
Volando dichoso por el presente a las alas de la luz de la luna,
El pasado de mi espalda que se enciende y se hace cenizo,
El futuro de mis sentidos innatos de la auténtica creación superior,
El nuevo mundo espontaneo que comienza a levantarse
¡Que es la fuerza de la voluntad de mi arte ¡
La sapiencia de las columnas griegas como palmeras de oro,
Salidas de la madre selva de la sabiduría,
La sangre de la tierra impregnada en el fondo de nuestros,
Rojos corazones que no olvidan,
La tentativa montaña de acero de las ideas atrevidas...
¡Ven zorro amado enséñame tu conocimiento astuto de los siglos brujos ¡
Ven águila de relámpago, soberbia mirada penetrante
De las alturas del cielo gredas rubias.
¡Corcel de la libertad luz de la madre divina ¡...
¡Hombre ¡limpia tu alma en el río de mis manos embriagadas,
Placenteras de poesía y valentía,
Lago de la intensidad lírica que ruges en la tierra,
Convierte en tesoro y en riquezas todo lo que tocas,
Transfigura la dura realidad en belleza aumentando el orgullo
Y la seducción,
El poder de tu alma en la en la afirmación de la vida hundida de amor,
Resplendente de alegría, sonrisa de la madre más bella y exuberante
La quimera desbordante que viaja por los jardines de la oscuridad,
Conversando con la sombra amiga que me acompaña con su cantimplora,
Burlándome de la mentira de los personajes de cartón de la apariencia
Alabado el hombre verdadero, ascendente creador del porvenir,
El poder de la verdad quiere jugar con el placer del impulso sexi
¡La embriaguez de la crueldad ¡
La flor que sonríe con los besos tiernos y apasionados...
Los adorados pensamientos de la recreación estelar...
Unidas a la casa de la locura, el encanto anhelado de la hermosura.
Hundiéndome en mi propio mundo de recuerdo de aurora,
Reina de la naturaleza que corona la tierra,
¡El poder del corazón del mundo...!
El alma ordena al cuerpo a vivir en los paraísos aislados,
En las cimas de la reflexión real de la gloria...
Lejos de la sirena rimbombante del caos y la confusión,
De las vanidosas luces ciegas de la distorsión,
Enemigas de los homenajes en la frontera de la limitación,
Lejos del resentimiento que se estampa en el núcleo
De nuestras lesbianas, débiles y aprensivas ciudades
De piedras, maderas y arenas urgidas de corrupción.
A besar profundamente y acariciar ardientemente,
Las arriesgadas y aprensivas calles en los corazones de la peligrosidad,
Las meditaciones sagradas limpias y silenciosas,
De los bosques frescos superabundantes de soledad,
En las extensas llanuras verdes del descubrimiento aventurero,
Que tanto deseo excitar la llave del clítoris de la voluntad,
En los montes delicados y elevados de la exaltación,
Del erotismo encantador que me persuade con su frondosa belleza,
Hasta llegar a las aceleradas y erectas nubes blancas del clímax,
Volcán la sangre intensa segura e independiente del placer de la creación,
Amante de los valores ascendientes y honestas del arte ancestral.
El yambo de la lujuria me abrazó con fervor embriagado
Mi osado y apasionado cuerpo extasiado,
El placer de mis encantadoras y tiernas manos de seda
Tocaron mi sr cautivamente cristalizado,
La dicha de la sensualidad de los espíritus extasiados,
Se fundió en la esencia de nuestros hermosos e incitados cuerpos erotizados,
Ágiles y delicados, dedos como pérfidas arañas ansiosas,
Rodaron por mi perfumado y dulce panal de miel de mi piel carnal,
¡Oh... tocó el poderoso cuerpo del tigre del pene sexual ¡
El fuego ardió en la cabeza de dragón semental,
Latió la sangre dentro del volcán de mi alma inmortal.
Se elevó la paloma de acero de mi aura primaveral,
Noche sudada, estrellada y supernatural,
La poesía atravesó la estratósfera de la capa escultural,
Vagó la joya sideral en el espacio infinito del mundo irracional.
Subí al paraíso soñado en la ciudad de oro de Ezequiel,
Discutí con el veterano Dios de la barba blanca,
Sobre sus fabulosas ideas de la creación Dionisia.
Herí con el dardo de la ofensa la mirada del ángel celestial,
Sentado a la diestra de lo sobrenatural,
Lancé al suelo y pisé la cruz del sufrimiento ensangrentado,
Destruí la alama del libro muerto de la virtud,
La hambrienta piedad y la dolorosa esclavitud.
Bajé al infierno del caos, la fealdad y la estupidez,
Luché con el demonio de la soberbia y la pesadez,
Río de sangre, huesos y cenizas...
Asquerosas ruinas de la putrefacción,
La parálisis de los colores de la convulsión,
Olor a cobardía del espíritu de la descomposición.
Escupí la cara de la decrépita moral de la resignación,
La piedad social de lo sonámbulos espantapájaros esqueléticos de la
contaminación,
Reí con la alegría de un niño travieso por la aventura de mi estupidez,
Recibí la corona de rosas de la tierra divina de la consagración.
Serpiente de granate del embrujo y la excitación,
Se deslizó por el bosque del misterio y la procreación,
Las palabras de rubí de la fantasía atravesó el puente de la satisfacción,
Fue poseído el cuerpo por un placer embriagador...
La suavidad del mal fue persuadido por la belleza de la seducción,
El ardiente poder estimuló la pletórica poética de la trasfiguración,
La flecha del amor atravesó su hipnotizado y escondido corazón,
Encontré la ambrosia de sus gustosos deseos lascivos...
Néctar en sus singulares espíritus inexplorados y pasivos...
Voló un TE AMO, al nido de sus sensitivos oídos encantados...
embriagados
y enamorados.
Secuestré la belleza que danzó en el cielo de la piedra azul,
Divinos y relucientes cabellos inmortales iluminaron la claridad de oro.
Amenacé el mediodía chileno con el rugido furioso e insolente del león
El temor de la desoladora muerte y la fascinante y seductora admiración.
Cayó la oscuridad sobre los exuberantes montes silenciosos y reflexivos,
En los ligeros bosques verdes frescos y subversivos,
El sublime poder de las cumbres de las montañas de las ideas elevadas,
Los instintivos movimientos sensuales violentos y malvados.
Crucé el sendero lúgubre del campo de la oscuridad y el miedo,
Pateé el cráneo seco del caballo de la extinción en su estéril sueño de hueso,
Me atacó la alucinación de lo terrible que invadió mis sentidos,
El fantasma delo sobrenatural agredió mis astutos pensamientos de la libertad,
La tierra agarró mis talones con sus manos esqueléticas,
Pinté con sangre el maravilloso valle repleto de asquerosos cadáveres,
Voló en círculo el buitre de la muerte silenciosa en el negro cielo de la hediondez,
Apuñaló al odio envenenado a la sólida voluntad del hombre entusiasmado,
Cogí la razón enferma por la vida deprimida de sus deseos ensimismados,
Acorraló al terror, mi cuerpo de paloma, mi alma de niño o
Buscó la flecha de la ilusión de mi estómago satisfecho de ambrosia.
Visualicé mi propia muerte en la coronas de rosas rojas,
Las cenizas arrojadas al mar infinito fecundo de vida y misterio.
Explotó la energía apasionada en el núcleo del corazón de fuego sagrado,
La exuberante y firme tierra, arriesgada águila de acero fortalecida,
La poderosa mente del mundo irreal de la renovación de cristal,
El alma del pensamiento dominadora de la realidad bestial,
Destruí el canto del gallo negro del resentimiento aterrorizado,
Marica rey del pánico – temor de la incertidumbre fatal.
(Hipocondriaco, neurótico y desafinado).
Vi el lado oscuro de la luna eclipsada de la existencia...
Mi propia naturaleza del mundo dinamitado...
La terrible tragedia de nuestras frágiles vidas de vidrios saturadas,
Levanté mi cuerpo de ave rapaz frenético y avasallador de amor,
Caminé por la selva inocente y superabundante de recursos inexplorados,
Se apoderó de mi alma el pensamiento débil serio y podrido,
Se inyectó en mi cuerpo el espíritu de la decadencia y la pesadez.
Vi las tinieblas del hombre libre y creador del mundo nuevo,
Rotas las alas hermosas de mi amada y eficaz tierra ligera,
Las grandiosas visiones elevadas en la prisión de la muerte.
En el hediondo calabozo de la angustia y la desesperación de la mente.
Caminé en medio de cocodrilos e hipopótamos del sedentarismo,
Encontré la luz del sol, el mediodía oculto de las corrompidas nubes
Negras del pesimismo,
Tal vez, se deleitó mi espíritu cuando contemplé la claridad...
Toda la pureza del alma de la aparente realidad...
La muerte inesperada en la oscuridad de las ideas del villano e impostor Platón.
El desafío
Yo soy,
el que ve tu rostro en la noche oscura,
y le grita tu nombre al viento,
yo soy el que desafía a los mares hambrientos,
y dibuja la silueta en la arena...
Yo soy,
el que desafía el alma de los muertos,
y duerme en camas de espinas
se desgarra y se hace trizas,
entregando la vida al peligro,
Desafiando al destino.
Yo soy,
El que cabalga por la noche oscura,
lluviosa, densa, húmeda,
corre y salta por los cerros,
Asustando a los pájaros en sus nidos...
¡Entregando su alma al diablo...!
Yo soy,
el que desea desnudar tu mente y su cuerpo,
para conocer y controlar a la poderosa máquina
que lleva dentro.
Yo soy,
el que anhela encontrar la fuerza de la cosas.
Siete Autocríticas

Toda la obra es un enfrentamiento con la realidad, lo más claro, lo más


oscuro de nuestra existencia, lo más bello, feo o terrible de nuestro ser único,
cósmico y enigmático. El bien y el mal de nuestra mágica naturaleza
misteriosa e impredecible. Orgías Dionisiacas es un homenaje, una alabanza
y una adoración (idolatría perfecta) hacia la naturaleza como causa de
inspiración que sale y reluce a la superficie de los mares tormentosos, los
instintos más hermosos, crueles y perversos de nuestras sagradas almas que
ruedan y danzan por el mundo. Una música que embriaga los sentidos y los
hace pensar, una sensualidad sutil y astuta que se ríe de todo, y adora del
sentido de nuestro bendito destino floreciendo en nuestros extraños
corazones que dejan huellas (cicatrices) en nuestra querida tierra amada.

La obra expresa los sufrimientos del alma humana, un análisis interior


que anhela descubrir cosas nuevas e inesperadas, los tormentos del espíritu
de diamante, la curiosidad del universo espontáneo, las inquietudes de la
mente Dionisiaca.
Hay momentos de entrega frenética esforzada y ambiciosa de un
arrebato poético y apasionado, una embriaguez enemiga y extasiada, no
importando autoeliminarme de la vida para mi querido propósito soñado y
estrellado.
Las condiciones climáticas no eran demasiado favorables, un intenso
invierno que abrazaba las piernas y sobre todo las rodillas huesudas que
tiritaban de frío, una depresión que me invadía la mente y el cuerpo
adelgazado, el agua era el río que alimentaba mis venas que producían
extrañas fantasías en mi cerebro electrónico , autóctono y creador. Los
tormentos del alma, la oscuridad, el luto y la muerte ganaban el territorio de
mi espíritu y de mi entorno infernal. Tratando de quemar mis pasado, ver
girasoles amarillos en una futura esperanza del porvenir abandonando todo
sentimiento malvado, todo odio entúpido, arrojarlo al hediondo tarro de la
basura repleta de moscas verdes y azules.

Se refleja una sensualidad a flor de piel y una valentía en expresarlo


hasta las últimas consecuencias, una terrible crueldad bailando al borde del
barranco de la peligrosidad.
Un deseo de pasión ardiendo de fogosidad, una placer exuberante que
anhela destruir y crear, una libinosidad antigua, una sensación de hedonismo
que roce con los dedos el cuerpo del deseo. Una obsesión de aislamiento, de
distanciamiento adorando el bosque de la grandeza del pensamiento, la
paciencia, la sabiduría, el tesoro del poder. Un delirio excesivo de riqueza,
aunque la historia termine en una fúnebre y penosa tragedia. Un juego
erótico, sensual y sutil, excitante y alocado, una sobrevaloracion a la belleza
primaveral que contempla no solo con los ojos sino que con la embriagues de
todos los sentidos. Una poesía extraña, un viento de bronce que desea
permanecer en la placa de la inmortalidad, que aspira a amar la vida aunque
sea dura, terrible y problemática, un atrevimiento descubridor y aventurero,
una inocencia irreal, soñadora e imaginaria.
Una revolución en evolución, un inconformismo radical, un mejorar
bailando el ritmo africano, extasiado de gozo desenfrenado, la fiesta de locura
de la embriaguez sexual…
Demasiado herido sin motivos aparentes, un atrevimiento inmoral e
infantil de niño osado, un desafío, un reto para las almas mansas y
tradicionales.
Amando y matizando un abanico de ideas de diferentes calibres y
diversas profundidades, adorando la libertad del pensamiento que mueve al
cuerpo, a la esperanza de los nobles objetivos de colores rojos y dorados.

Las orgías nacen como alabanza al conocimiento de la naturaleza como


eje central de la existencia cósmica, como un continuo aprendizaje…
La excesiva abundancia, la riqueza, el orgullo, el duelo, la reflexión, el
distanciamiento, el estoicismo, la reproducción, el poder del alma humana.
Apreciando al hombre creador, despreciando al histriónico comediante
y su apariencia; queriendo ensalzar la verdad (como sea) aun siendo fea,
terrible y depravada… estimulando la belleza, la estética y la excitación del
hombre prehistórico.
Por otra parte, las imágenes o representaciones fluyen y se reflejan
espontáneamente en la mente del lector sin esfuerzo para quien tiene buena
imaginación, en medio del bosque verde como un río que canta ligero por el
campo florido y aromático al pie de la encadenada montaña de piedra gris.
Escondiendo un significado que quizás cueste descifrar ¿naturaleza?
¿conocimiento? ¿qué?

Hay una extraña tendencia a desenmascarar la mentira de los siglos


ciegos, aunque sea perversa, terrible y repugnante, a quebrar las reglas
establecidas por Dios y los hombres, amar con deleite y agrado el trabajo del
escritor, no como algo fatigoso y penoso, sino como algo sagrado y místico,
con excesivos movimientos para alcanzar los astros brillantes y estrellados
que giran en la noche azul intensa de perlas.
Un rechazo inconciente a la escasez como al miedo y a la ilusión…
placer y dolor “no felicidad” belleza extrema afirmación de la diversión un
sentimiento erótico, afrodisíaco y sexual como el agua del manantial que
calma el hambre y la sed del cuerpo cansado.
Imaginación versus lógica y razón, realidad versus ideal, revolución
versus tradición, la agresividad del tigre salvaje, furioso y cruel que hace
temblar el alma del lector en contra del sentimentalismo …un instinto
malvado que ataca y destruye, que adora la voluntad del hombre creador y
legislador de la vida en continuo devenir...
6

En el corazón del libro, hay una diabólica crítica a nuestra hipócrita


sociedad chilena, a sus múltiples solapadas caretas al abandono por el
maravilloso arte de la cosa humana destinado a vivir en la avaricia de unos
pocos infelices, al abandono de nuestras raíces, a la mentira de nuestra
“política”. ¿Acaso la sociedad es una especie de telaraña, que nos detesta y
destruye como individuo que vive en este asqueroso paraíso artificial , como
dijo Bandelaire. Y en las ásperas venas amarillas del libro, has una
desagregación, tal vez una justicia injusta, una embriaguez cruel para amar,
destruir y crear, una lucha interior como exterior… una guerra que se desliza
con la máscara de la paz.
Y el pulso que late (moribundo) por la pésima educación de un pueblo
sufrido (herido por el destino y el azar) mas la perversa religión del
cristianismo que hace de esta angosta faja de tierra, un pueblo ladrón,
mediocre y envidioso de lo más grande que tiene en su propio universo
interior que es la esencia de nuestro ser.

En algunos poemas se puede sentir un arrebato de risas y alegrías


descomunal, una abundancia en si misma desenfrenada y avasalladora de
mágico y extraño poder poetizando la bendita, con la simpleza de una paloma
y la astucia de una serpiente enroscada en la rama de una arbusto. Con un
entusiasmo mudo y a la vez ruidoso, una nueva fuerza que desea desbordarse
hacia el exterior.
Consciente que Orgías Dionisiacas no es para el tiempo presente, estoy
seguro que va a ser muy poco valorado e incomprendido en esta época
sonámbula, es para el futuro… para los hijos de mis hijos, para todos y para
nadie para ser destruido y perseguido, preservado en lo absoluto, desprecio
de mis queridos humanos, mis adorados ciudadanos.
Un libro que estoy seguro que va a ser poco entendido y confundido,
despreciado o alterado, polémico y conflictivo, no hecho para este tiempo.

El Autor
Agradecimientos
A toda mi familia, muy en especial a
Rosita G.
a Gabriel Castro por su apoyo y
generosidad,
a la familia Toro Molina en especial a
Richy y Feña,
a Ricardo González Abrigo y a Ella López
por su cariño y diversión.
A Danielita Acevedo por su cooperación y
alegría,
a Charito y Deysi y a toda su familia, a
Gina, Paulette, Lorena y Almendrita por
su repentina inspiración,
a la Adm. Lagos y Lagos y comunidad
Edificio Manquehue por obligarme a
esforzarme y crear,
a mis queridos y más apreciados amigos
que han estado a mi alrededor.
A la música por acompañarme siempre en
la tarea de lo terrible y lo nuevo.
Al Circulo Literario de la Quinta Región
en las personas de José Miguel Torres y
Maria Teresa.
A Carola Osiadacz y familia, a la familia Trigo
en especial a mi tío Óscar y tía Berta,
a Cecilia de la Barra, César, Sra. Inés,
Don Hugo,
a Julio (Nano)
y en particular a Nataly Puebla González
por su alegría y cooperación.
Datos Biográficos
del autor
Víctor E. Farias G. nació en Viña del Mar en 1979.
Al Salir de cuarto medio estudió primer año de comercio exterior el cual
abandonó. Aficionado y autodidacta en el mundo de las Bellas Artes, guitarra
acústica y
eléctrica, pinta al óleo acrílico y pastel.
Sus trabajos literarios fueron publicados en la Revista del Círculo de Escritores de
la Quinta
Región. También en la Revista Disección Urbana hecha artesanal y muy
humildemente entre amigos.
Participó en Reñaca en un recital poético invitado por José Miguel Torres.
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTE LIBRO
EN EL MES DE ENERO DE 2008
EN LOS TALLERES GRÁFICOS
DE LA EDITORIAL ALIANZA
DE LAS ARTES REGIÓN
DE VALPARAÍSO
CHILE


Las condiciones climáticas no eran demasiado
favorables, un intenso invierno que abrazaba las
piernas y sobre todo las rodillas huesudas que
tiritaban de frío, una depresión que me invadía la
mente y el cuerpo adelgazado, el agua era el río que
alimentaba mis venas que producían extrañas
fantasías en mi cerebro electrónico, autóctono y
creador. Los tormentos del alma, la oscuridad, el luto
y la muerte ganaban el territorio de mi espíritu y de
mi entorno infernal. Tratando de quemar mi pasado,
ver girasoles amarillos en una futura esperanza del
porvenir abandonando todo sentimiento malvado,
todo odio entúpido, arrojarlo al hediondo tarro de la
basura repleta de moscas verdes y azules.

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