del Consejo Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (CONASIDA), sobre la Homofobia
Esta Campaña para nosotros, en el
CONASIDA, se enmarca dentro de una Campaña más amplia contra el Estigma y la Discriminación asociada al VIH/SIDA, la cual arrancamos en radio y televisión desde diciembre de 2003, esta nueva etapa por lo tanto es necesaria para poder darle un abordaje integral e incluir en esta ocasión, al grupo más afectado por esta epidemia tanto en México como en Latinoamérica, que es el de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.
No podemos cerrar los ojos a esta
realidad, no podemos hacer ojos ciegos, hacernos de la “vista gorda” o abordar sólo a ciertos grupos sociales y olvidarnos de otros.
La discriminación vuelve vulnerables a quienes son afectados por ella. La
discriminación que se practica más frecuentemente contra varones adolescentes y adultos que viven con VIH/SIDA se asocia, en la mayoría de las ocasiones, a una discriminación por su preferencia u orientación sexual.
El 96% de las nuevas infecciones de VIH/SIDA en México se dan por la vía
sexual, la gran mayoría en varones, de los cuales una cifra superior al 50% se trata de hombres con una preferencia sexual diferente a la heterosexual, quienes a pesar de haber recibido información sobre como protegerse, no lo hicieron.
La baja autoestima derivada de la orientación sexual se deriva de la
estigmatización y discriminación que se favorece en ambientes de rechazo o exclusión del seno familiar. Muchos de estos jóvenes sienten temor de decirle a sus padres o hermanos sobre su orientación sexual, especialmente por que saben que podrían ser tratados como enfermos y/o incluso ser expulsados del hogar. Campaña contra la Homofobia: Discurso del Dr. Jorge Saavedra, Secretario
La baja autoestima también ocasiona que las personas no se protejan
durante una relación sexual a pesar de pertenecer a un grupo social en alto riesgo y es una de las principales razones para que los pacientes que reciben tratamiento lo abandonen, no tengan adherencia al mismo y que, por lo tanto, se provoque resistencia viral al medicamento, forzando a utilizar un esquema terapéutico mucho más costoso para su rescate.
Las personas que ya viven con VIH/SIDA, y que reciben tratamiento
antirretroviral (medicamentos contra el virus del Sida), lo pueden aprovechar mejor y tener una mayor adherencia al mismo, cuando reciben la aceptación y apoyo de su familia, lo cual les permite reincorporarse a una vida productiva.
Por otro lado, no existe evidencia científica alguna de que la
homosexualidad sea una enfermedad ni una desviación que se pueda prevenir o curar. No existe tampoco evidencia científica alguna de que la homosexualidad se defina o se elija por motivos de inmadurez en las etapas de la infancia y la adolescencia, ni que ésta se contagie.
En 1973, la Asociación Psiquiátrica Americana, eliminó a la homosexualidad
de su boletín de re lación de enfermedades mentales; en 1990, La Organización Mundial de la Salud, también eliminó a la homosexualidad de su clasificación internacional de enfermedades.
Nuestro respaldo desde el Conasida a esta Campaña por lo tanto se apoya
en la evidencia científica, también da cumplimiento a y se fundamenta en leyes nacionales, y es congruente con recomendaciones Internacionales en materia de combate al estigma y discriminación asociada al VIH/SIDA.