Soraya Sáenz subraya que el Estatuto

del Empleado Público aumentará las

diferencias entre funcionarios y
dificultará su movilidad
• La nueva regulación abre la puerta a la discrecionalidad
política en el acceso y en el cese en el puesto de trabajo
• Asegura que este estatuto no se aplicará íntegramente en
Cataluña
13, jun, '06.- La secretaria ejecutiva de Política Autonómica y Local del
Partido Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, ha subrayado que el próximo
Estatuto Básico del Empleado Público aumenta las diferencias entre
funcionarios, dificulta la movilidad y abre la puerta a la discrecionalidad
política en el acceso y en el cese en el puesto de trabajo.

Dicho estatuto constituye, a su juicio, una regulación de mínimos ya que no

fija unas reglas generales que permitan un régimen similar de los funcionarios
de todas las Administraciones Públicas en temas como la fijación de las
tareas que puede hacer el personal laboral y el personal funcionario, el
régimen jurídico del personal directivo, la ordenación de funcionarios, la
movilidad entre Administraciones, el sistema retributivo, la ampliación de las
situaciones administrativas o la carrera profesional.

El Estatuto además laboraliza el régimen de la función pública en España.

Con esta regulación, todo el personal –funcionario y laboral- será empleado
público. No se aclaran los puestos de trabajo que pueden ser desempeñados
por uno u otro nivel, tal y como estableció el Tribunal Constitucional.
Asimismo, se olvida de colectivos tan importantes como el docente y el
sanitario.

Soraya Sáenz también lamentó que dicho estatuto no se aplicará

íntegramente en Cataluña. Así, las Cortes Generales tramitarán una ley
básica cuyo contenido está limitado por la reforma del estatuto catalán y,
además, de una forma distinta a la prevista en el estatuto de autonomía de

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Andalucía. Todo esto ahondará las diferencias entre funcionarios en
cuestiones tan esenciales como el sueldo, la clasificación profesional o la
carrera.

POLITIZACIÓN
Según la secretaria ejecutiva de Política Autonómica y Local, dicho Estatuto
consagra la entrevista como mecanismo de selección para el acceso a la
función pública por lo que abre la vía a designaciones a dedo. Esto supone un
acceso discrecional y no basado en el mérito y la capacidad.

Esta regulación también establece el cese discrecional en el puesto de

trabajo porque los funcionarios que han concursado a una plaza pueden ser
cesados si su superior entiende que no desarrolla sus funciones
correctamente. Así, se abre la puerta al clientelismo y a la cesantía por los
dirigentes políticos.

Por otro lado, los funcionarios locales se quedan sin régimen propio. Este
Estatuto atenta contra la autonomía local pues su personal será discriminado
dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que esté ubicada.

CONSENSO
El PP quiere recordar que, en 1999, con Mariano Rajoy como ministro de
Administraciones Públicas pactó un estatuto de la función pública con el
PSOE y con otros grupos parlamentarios, con las Comunidades Autónomas,
las corporaciones locales y los sindicatos. De hecho, fue Rodríguez Zapatero
quien negoció el acuerdo en nombre del PSOE, aunque su partido no
mantuvo el acuerdo hasta el final.

El PSOE no ha logrado el consenso de todos los sindicatos, ni de todas las

Comunidades Autónomas, ni el apoyo de la FEMP. Tampoco ha buscado el
acuerdo con el PP que le propuso iniciar un diálogo sobre la base del texto ya
pactado en 1999.

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