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El hombre que ganó en la bolsa.

A mediados del año 2004 una extraña historia comenzó a circular por medio
mundo. Algunos servicios de noticias incluso se hicieron eco. La cierto es que en
apariencia, la historia tenia origen en una fuente fiable, la comisión de seguridad y
cambio de los Estados Unidos. Una especia de organismo rector que vela por la
legalidad de las operaciones efectuadas en los mercados de valores. Según aquella
información, un hombre llamado Andrew Carlssin había sido detenido por el FBI. Se
encontraba en una celda de la isla Rikers después que se le intervinieran legalmente
sus cuentas bancarias, Y es que aquel personaje tenía ahorrados nada más y nada
menos que trescientos cincuenta millones de dólares.

El problema era que nadie sabia como se había hecho rico. Y es que apenas
dos años antes todo su caudal se limitaba a ochocientos dólares. Fue precisamente
ese dinero el que invirtió en bolsa en su primera compra de acciones en Wall Street en
Nueva York. Al día siguiente al que pertenecían esos valores sufrió un enorme
crecimiento. La suerte había estado de su lado. Sin embrago el proceso fue
repitiéndose de forma permanente. Cada vez que compraba acciones al poco tiempo
esas acciones multiplicaban su precio. Según la comisión de seguridad y cambio
Andrew Carlssin efectuó este tipo de operaciones hasta en ciento veintiséis ocasiones
en aproximadamente dos años. Nunca fallaba y si lo hacia daba la impresión de que
su intención era disimular y, lógicamente, sus apuestas fueron cada vez más elevadas
en lo económico. Ahí estuvo su error. Porque el dinero que iba invirtiendo, al ser cada
vez mayor, atrajo la atención de las autoridades.

Finalmente fue detenido. Para las autoridades sus acciones eran delictivas
pero no podía demostrarse hasta que no interrogaran al sospechoso. Jamás antes se
había producido un hecho similar en la bolsa de Wall Street. Así pues el FBI quiso
averiguar como había logrado hacerse rico. Quien le proporcionaba la información
sobre lo que iba a suceder en la bolsa. Pero según la comisión de seguridad y cambio
la explicación que ofreció fue peregrina. Falsa. Y es que Andrew Carlssin aseguró que
era un viajero del tiempo. Nada más y nada menos. Que procedía de un tiempo futuro,
del año 2200, del siglo XXIII. Y que tenía su máquina escondida. Que claro, sabia lo
que iba a suceder. Porque para él, en realidad, los movimientos bursátiles, eran cosa
del pasado.

La noticia fue incluso publicada por el servicio de actualidad del foro de Internet
de Yahoo. A partir de ahí la historia comenzó a circular como la pólvora. Se sirvió de
los canales informativos que empleaban casi todas las leyendas actuales. Millones de
personas escucharon la historia y muchos
incluso la creyeron. La mayor parte no, todo
hay que decirlo. Pero es posible, que en
este caso, hasta esa fuera la razón. La
verdad, si es que era necesario saber la
verdad, se supo casi de inmediato. La
información venia de un periódico
norteamericano llamado Weekly World
1
News . Un tabloide que se caracteriza por
no conocerse que, hasta ahora, haya
publicado nunca nada verídico. Todas las
historias que revela son falsas, infladas o
transformadas. A veces, sus redactores
toman un dato real y lo modifican. Eso es lo que pudo haber sucedido en este caso. Es
resto se da por añadidura y más en los tiempos actuales en los cuales las noticias
vuelan a través de Internet.

Pero la historia secreta de esta leyenda urbana sí cuenta con elementos dignos
de interés. En principio algo es necesario señalar. Aunque mucha gente creyó la
noticia en realidad no fue aceptada por casi nadie. Pero quien sabe si logró su
objetivo. Y es que cuando la noticia surgió muchos medios de información, no los más
importantes, pero sí quizás los más independientes estaban ofreciendo informaciones

1
Este periódico en formato tabloide, nació de 1979, todo un clásico de las gasolineras de carretera de los Estados
Unidos, se edita desde Florida. Pertenece a la escudería de tabloides de American Media, editora también del Star, el
National Enquirer y el Globe, entre otros. El Weekly se especializa en lo que suele denominarse “periodismo de
investigación”. Noticias de alta política, revisionismo histórico, religión o temas de sensibilización social. Dejó de
publicarse en agosto de 2007.
a propósito de los delitos de iniciación que consisten en disponer de información
privilegiada y secreta sobre decisiones políticas o empresariales que van a tener una
repercusión en los mercados bursátiles. Gracias a ese conocimiento los inversiones
iniciados mueven el dinero de sus acciones en función de lo que saben va a ocurrir.

Uno de los casos de iniciación de lo que más se estaba hablando cuando


surgió la noticia tenia que ver con el 11-S. Y es que la comisión de seguridad y cambio
había detectado que las acciones de, al menos, treinta empresas que se vieron
afectadas por ese hecho habían sufrido delitos de iniciación. Es decir, que entre sus
accionistas parecía existir cierto número de personas que vendieron sus
participaciones instantes antes que el valor de dicha empresa se desplomara. La
propia comisión clasificó ese hecho como el delito de iniciación más grande de todos
los tiempos. Sin embargo, semanas después el FBI cerró la investigación del caso
sobre el que los medios de comunicación más importantes informaron desde el 7 de
octubre de 2001. Nunca se averiguó lo que había sucedido. Incluso se barajó la tesis
de que el propio Bin Laden movió su dinero a sabiendas de lo que iba a suceder. Pero
no sólo se demostró que no fue así sino que comenzó a apuntarse hacia grandes
capitales norteamericanos pertenecientes a personas muy conocidas como el origen
del delito de iniciación.

Sin lugar a dudas esta historia fue la que inspiró la falsa noticia del periódico
Weekly World News. Sin embargo la historia de los iniciados del 11-S ha sido
considerada como una de las informaciones más censuradas de los últimos tiempos.
Desde luego la aparición de la leyenda urbana sirvió para que se generara un estado
de duda sobre la noticia original. La auténtica y verídica que incluso algunos
clasificaron desde entonces como leyenda urbana, pese a que está plenamente
confirmada posiblemente esa era la explicación para que se diera por cierto y se
extendiera una de las muchas noticias falsas que emite semanalmente el citado
periódico. Y si esa no era la intención, al menos así fue el efecto logrado.

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