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El temor de la ignorancia: La Madre del Saber

Filosofía, el amor por la sabiduría, amor. Se ha comenzado un nuevo semestre y


ahora, siendo éste el último, se nos ha brindado la oportunidad de contemplar, estudiar y
vivir una de las ramas más importante del conocimiento, la madre del mismo, la
Filosofía. Madre de las ya bien conocidas ciencias y amorosa ante cualquier muestra de
saber, se le ha considerado muchas veces rival de sus propios hijos, más dolor para una
madre no podría haber. Sin embargo, la rivalidad establecida entre las ciencias y su
madre es una calumnia producida por la enemiga número uno de la familia del saber: La
Ignorancia.

Es por ello que ahora nos toca a nosotros redescubrir el significado de lo que es
la Filosofía, una búsqueda que no sólo nos guiará a la comprensión de su íntima
relación con sus frutos, sino a la comprensión de nosotros mismos.

Siendo una pregunta en cuyo interior yace la respuesta, la Filosofía nos


preparará para confrontar un mundo invadido por el temor y la ignorancia, nos aportará
las armas necesarias para romper aquellas barreras que cada día cubren más alto y
evitan veamos el cielo y, aunque quizá jamás lleguemos a una respuesta única y final a
las interrogante que marcarán nuestro camino, lograremos exclamar felices a los cuatro
vientos una declaración que pondrá a temblar al abismo de la ignorancia: ¡Yo soy un
Filósofo!

Uriel Vega Harmon


2007-01-14

Paradójica madre e hija

Cuestionarse qué es la filosofía quizá sea una interrogante tan profunda como lo
es el misterio de la vida. Tras cientos de definiciones no es posible darle una descripción
exacta de lo que es y quizá es mejor así; darle una definición frívola a la madre de los
cuestionamientos y respuestas más amplias y menos concretas, no creo sea algo que le
cause gracia, es más, se sentiría insultada.

Es por ello que no hay forma más certera de establecer lo que es la Filosofía que
aquellas que nazca de nosotros mismos después de conocerla y de comenzar a vivir con
ella. Por lo pronto me siento a gusto con aquella definición que ya radica en mí y que sé
que lejos de disiparse, se hará más profundar al pasar el tiempo. Es así que para mí la
Filosofía es:

El amor por cuestionar la razón del todo, del buscar comprender el porqué de las
cosas y la pasión que conlleva el saber que al final siempre hará algo que cuestionar. La
Filosofía es el amor por la respuesta que yace al formular la pregunta.

La Filosofía nos incita a cuestionarla a ella misma para así poder comprenderla.
Paradójicamente hija de nuestra curiosidad y madre de nuestro pensamiento real, jamás
se le hará mayor honor a ella que al escuchar en lo profundo de nuestra mente o en la
voz que traspasa nuestros labios, el indicio de algún nuevo cuestionamiento: ¿Por qué?

Uriel Vega Harmon


2007-01-14
El sufrimiento de Pocahontas

Muchos han sido los que han buscado dar respuesta a todas aquellas
interrogantes nacidas en nuestro interior. A raíz de ello han sido diversas las ideologías
planteadas a lo largo de la existencia del hombre afirmando poseer las respuestas, o por
lo menos parte de ellas, y las más sinceras, recordándonos que la respuesta siempre
estará dentro de nosotros y solo nos brindarás distintos métodos para conseguir
escucharnos a nosotros mismos.

Así es como, hoy por hoy, es posible la división, cruel pero quizá adecuada, de
las dos principales conjunciones de ideologías que cubren la mentalidad de la población
mundial: La Oriental, y la Occidental.

Lamentable es la sangre derramada por la intolerancia persistente entre ambos


bandos ideológicos y, más increíble aun, la presentada dentro de ellos mismos. Taoísmo,
Animismo, Cristianismo, Judaísmo, Confucianismo, Budismo, etc., son muchas de las
ideologías nacidas en busca de resolver los cuestionamientos más prevalecientes de la
mente humana. Siendo hermanas sin conocerlo y desconociéndose las unas a las otras,
el mundo sufre una crisis de identidad. Ojalá no sea demasiada la sangre derramada para
cuando todas ellas se den cuenta que no hay barreras para su convivencia pacífica más
que las que ellas mismas han creado y que algún día comprendan que lejos de
contradecirse, en sus entrañas, se complementan. ¿Cuántas Pocahontas tendrán que
sufrir las peripecias de dichas barreras antes de que el mundo se vuelva un John Smith
capaz de verles el corazón?

Uriel Vega Harmon


2007-01-14

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