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“PROBLEMÁTICAS Y PERSPECTIVAS DE LA EDUCACIÓN TÉCNICO
PROFESIONAL”
20072008
Instituto Superior de Educación Técnica Nº 25 “Beppo Levi” PGSM
Instituto Superior del Profesorado Nº 22 “Maestro Addad” FLB
Directora: Viviana Brusa
Seminario 3:
PROBLEMÁTICAS DEL SUJETO ALUMNO DE
LA EDUCACIÓN MEDIA Y TÉCNICA
Seminario 4:
PROBLEMÁTICAS DE LA ENSEÑANZA DE LA
EDUCACIÓN MEDIA Y SUPERIOR
Profesoras: Lilian Barbieri Viviana Brusa
La problemática de la elección de la terminalidad
de carrera en el ISET Nº 25 “Beppo Levi”
Patricia Mónica Sartor
Reflexiones e historia de vida
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Reflexiones e historia de vida:
Soy Patricia Mónica Sartor, actualmente docente del Instituto Superior de Educa
ción Técnica Nº 25 “Beppo Levi” de la ciudad de Puerto General San Martín, en
el ciclo común de la sección Química, y en las carreras Química Superior Analis
ta y Analista en Medio Ambiente.
Mi origen profesional es la Química Industrial, carrera que elegí cuando tenía 16
años, durante la escuela secundaria, motivada por dos aspectos importantes: el
deseo de saber cómo estaban compuestas las cosas y cómo fabricarlas así como
la posibilidad laboral de esta carrera habida cuenta de vivir en el cordón indus
trial del Gran Rosario.
A lo largo de cuarto y quinto año de la escuela secundaria fui desarrollando mi
interés por la química y dejando de lado la otra vocación, la de estudiar comuni
cación social.
Conseguí una beca en la empresa multinacional en la que trabajaba mi padre y,
poco a poco, me di cuenta que la química realmente me gustaba, me fascinaba
conocer, experimentar, ver en la fábrica cómo se aplicaban los conceptos que es
tudiaba en la teoría. La empresa que me otorgó la beca me ofreció trabajar con
ellos durante los veranos, algo que en esos momentos me pareció muy bueno y
edificante... hoy diría que fue una vil explotación de una becaria. Pero a mis ojos
de adolescente desde los 18 a los 22 años, esos veranos fueron reales “vacacio
nes”, a pesar de estar dentro de la industria 6 horas por día. Descubrí que lo que
estudiaba tenía sentido, que cada asignatura supuestamente “inútil” era una par
te de algo mayor, que yo debía aprender sola, que tenía que integrar en mi cere
bro con ayuda de mis manos.
Esa integración que fui realizando a lo largo de cinco lindos años, con vacaciones
de trabajadora, forjaron una subjetividad especial en mí. Obviamente en ese mo
mento no pensaba que eso era una subjetividad, no sabía que existían pensado
res que estudiaban estos fenómenos. Pero sí sabía que la ciencia, la técnica, la
tecnología y la sociedad no caminan separadas. Y sabía también que los proble
mas sociales del trabajo se harían cada vez más difíciles, que el mundo cambiaba
y que lo que hoy llamamos posmodernidad estaba comenzando a devenir.
El mundo cambió, yo me recibía de Química y el muro de Berlín caía... la “globa
lización” se hacía dueña de un mundo al que aún hoy no logra comprender...
El mundo de “mi química” moría... porque me había formado en “la vieja quími
ca”...
Mi primer trabajo remunerado consistió en trabajar en otra empresa multinacio
nal (la que me becó se había ido del país en 1989) y allí descubrí lo que nunca
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había observado, y mi subjetividad se complementó de otros aspectos: el trabajo
de investigación y desarrollo de las empresas multinacionales en el mundo sub
desarrollado no es nada más que adaptación de técnicas a materias primas na
cionales.
Fue mi primera frustración.
Yo había estudiado para eso, para ser Química Industrial, con mayúsculas, para
investigar, para desarrollar productos, para sentirme útil a mi sociedad... y veía
que no era así. Tuve nuevamente suerte, la empresa redujo personal y los contra
tados fuimos despedidos. Lo que parece un fracaso fue una oportunidad.
Miré hacia adelante y vi un mundo de lo que creí investigación, y me inscribí
para una beca de la OEA sobre Fisicoquímica de Superficies y Química Analítica,
y la gané. La beca consistía en un programa de investigación y doctorado en Ve
nezuela, sobre Química y Fisicoquímica del Petróleo y sus derivados. Fascinante.
Tres meses antes de partir hacia allí, se produjo la revuelta social venezolana y la
OEA retiró sus programas de capacitación, cancelando las becas otorgadas.
En ese momento pensé, realmente, que me había equivocado de tiempo, que ser
química en los '90 no era adecuado, ya trabajaba como docente en la Facultad en
la que había estudiado y en el Instituto Superior Nº 25 “Beppo Levi” que recien
temente se había creado, pero me sentía incompleta, sentía que ser docente no
era lo que yo había soñado.
Compramos con mis padres y un tío los elementos para un laboratorio de análi
sis químicos y lo instalamos en casa, habilitamos el sitio, diseñamos las mesadas,
los elementos de seguridad, y comencé a trabajar en análisis químicos, como mi
croemprendedora. Allí mi subjetividad dio otra vuelta más. Descubrí que muchas
de las cosas que yo pensaba se podían desarrollar desde ese lugar, desde la acti
vidad independiente, desde el asesoramiento a las PyMEs, que con ellos yo era
una persona, un sujeto completo, no un “producto semiterminado” como dicen
actualmente los hombres de recursos humanos de las multinacionales. En ese
momento descubrí que ser docente me había capacitado para la comunicación,
para “analizar el mundo” ya no sólo desde lo químico sino también desde lo hu
mano. Y en 1997 comencé mi carrera de Profesora en Ciencias Químicas que ter
miné en 1999.
Otra vez tuve suerte.
Mis palabras parecerán contradictorias, porque los docentes de mi profesorado
eran poco críticos, la bibliografía utilizada era la que recomendaba el gobierno,
porque no pude realizar la carrera en la Universidad Nacional de Rosario porque
no era egresada de grado de allí, de modo que tuve que conformarme con cursar
en la Universidad Católica Argentina. Pero tuve suerte. Estas vicisitudes me mo
vieron a investigar por mi cuenta, a analizar las propuestas desde otros ángulos,
a contactarme con otros docentes... Asistí a las reuniones nacionales de educado
res de química y conocí a personas increíbles, con otras miradas... me enteré que
existía algo que se llama Ciencia, Tecnología y Sociedad, o enfoque CTS, algo
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que ignoraba por completo. Hice amigos de diversos países, todos ellos docentes
de química y de otras ciencias, que resultaron indispensables en mi crecimiento y
en la mirada que hoy tengo de la educación técnica y profesional.
Surgía internet masivamente, las listas de correos, los foros y los correos electró
nicos comenzaron a formar parte de mi formación continua. Así descubrí a Guat
tari y a Deleuze, dos pensadores que, en 1998, no se conocían en mi entorno, y
me enamoré de su mirada social. Tal vez es el origen farmacéutico de Guattari el
que me acerca a su forma de explicar el mundo. Tal vez es mi antigua vocación
de comunicadora social la que me vincula a la visión de Deleuze cuando habla
del lenguaje del cine y de los medios de comunicación. Yo no lo sé. Sólo sé que
la subjetividad se produce poco a poco y que no podemos cercenar su crecimien
to.
De estos seminarios puedo decir que me sirvieron para reflexionar en la mejor
manera de integrar la experiencia cotidiana con la experiencia de clases. La ex
periencia cotidiana del trabajo concreto en la empresa, en el asesoramiento, en
el análisis químico y del ambiente, que realizo en mi actividad profesional técni
coprofesional, y la actividad docente, en el ISET Nº25 “Beppo Levi” en el cual
tengo la “suerte” de tener a cargo espacios curriculares de laboratorio y de apli
caciones concretas que hacen a la actividad específica del futuro analista ya sea
químico como ambiental. Debo decir que realmente “disfruto” de las clases, me
“divierto” con la creatividad de los estudiantes para iniciar sus estudios químicos
de análisis cuali y cuantitativos, así como para encarar los estudios de impacto
ambiental, los análisis de calidad de un producto o el diseño de los procedimien
tos de vigilancia ambiental.
Lo mejor que veo entre los estudiantes de Química y Ambiente del Instituto es su
disposición a pensar en forma multidireccional, que complementa a su subjetivi
dad pragmática, como hemos descripto, pero a la vez social, abierta a pensar en
su profesión como parte de un todo integrado que necesitará del equipo para re
solver los problemas complejos. El germen del pensamiento complejo se encuen
tra presente, el desafío está en los docentes y en las autoridades de la educación
técnicosuperior: producir el ambiente necesario para que el pensamiento com
plejo se consolide como matriz y se generen los emprendedores que la sociedad
reclama.
Esta posmodernidad contradictoria es a la vez desafío y aventura, riesgo y felici
dad, deseo y poder, libertad y orden, nuestra subjetividad es contradictoria, pero
es nuestra y con ella debemos convivir. Aceptar a los estudiantes tal como son y
no querer que sean otros es parte de la posmodernidad. Despertar en ellos el
germen del interés y la pasión de conocer es nuestra tarea docente, despertar ese
germen a través de una integración prácticateórica, manos y cerebros, para que
sus personalidades se integren, que no sean técnicos repetidores de recetas ni
“cabezas de libro” soñadores de fantasías que no pueden concretarse en activida
des tecnológicas reales. Para lograr esto debemos ser sólidos en nuestros conoci
mientos disciplinares y versátiles en nuestros comportamientos.
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Esto no se aprende sin practicum, no se aprende a solas, ni el estudiante ni el
alumno, el ser humano no vive en soledad, comparte espacios y tiempos con
otros, necesita de otros, vive “enred” con otros, piensa, construye, manipula, ge
nera, sueña, desea, siente placer y es feliz. Allí está el secreto de la posmoderni
dad: el devenir de la subjetividad que nos envuelve y produce de nosotros seres
humanos nuevos, libres y solidarios.