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W. G. PHILPOTTS vs. PHILIPPINE MANUFACTURING COMPANY y F. N.

BERRY
G.R. No. L-15568 8 de noviembre de 1919

HECHOS: El demandante, W. G. Philpotts, accionista de la Philippine Manu-


facturing Company, uno de los demandados en este caso, pretende obtener
mediante este procedimiento un mandamiento judicial para obligar a los de-
mandados a permitir al demandante, en persona o por algún agente o aboga-
do autorizado, inspeccionar y examinar los registros de los negocios realiza-
dos por dicha empresa desde el 1 de enero de 1918. La empresa demandada
se ha negado a permitir que el propio peticionario examine todo lo relaciona-
do con los asuntos de la empresa, y la petición solicita una orden perentoria
que ordene a los demandados a colocar los registros de todas las transaccio-
nes comerciales de la empresa. El peticionario desea además ejercer dicho
derecho a través de un agente o abogado. El abogado de los demandados ad-
mite que el artículo 51 de la Ley de Sociedades Anónimas otorga al accionis-
ta un derecho de examen, pero insiste en que este derecho debe ejercerse
personalmente.

CUESTIÓN: si el derecho que la ley concede a un accionista a inspeccionar


los registros puede ser ejercido por un agente o apoderado adecuado del ac-
cionista, así como por el accionista en persona

FALLO: SÍ. El derecho de inspección otorgado a un accionista en la disposi-


ción antes citada puede ser ejercido por él mismo o por cualquier represen-
tante o apoderado, y con o sin la asistencia del accionista. Esto está en con-
formidad con la regla general de que lo que un hombre puede hacer en perso-
na lo puede hacer a través de otro; y no encontramos nada en el estatuto que
nos justifique calificar el derecho de la manera sugerida por los demandados.
El segundo párrafo de la sección 51 de la Ley No. 1459 establece que: "El re-
gistro de todas las transacciones comerciales de la corporación y las actas
de cualquier reunión estarán abiertas a la inspección de cualquier director,
miembro o accionista de la corporación en horas razonables." Esta disposi-
ción debe leerse, por supuesto, en conexión con las disposiciones relaciona-
das de las secciones 51 y 52, que definen el deber de la sociedad con res-
pecto a la conservación de sus registros.

Esta conclusión está respaldada por el indudable peso de la autoridad en los


Estados Unidos, donde generalmente se sostiene que las disposiciones de la
ley que conceden el derecho de inspección a los accionistas de las corpora-
ciones deben interpretarse liberalmente y que dicho derecho puede ejercer-
se a través de cualquier otra persona debidamente autorizada. Como se dijo
en Foster vs. White (86 Ala., 467), "El derecho puede considerarse personal,
en el sentido de que sólo un accionista puede disfrutarlo; pero la inspección
y el examen pueden ser realizados por otro. De lo contrario, sería inútil en
muchos casos".

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