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DE
JESUCRISTO
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del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. En el versículo 15
Marcos informa que Cristo exigía a sus oyentes a que se
arrepintieran y creyeran en el evangelio. Pero antes de
responder qué es el evangelio, examinemos primero la importancia
que tiene dicho evangelio para el hombre.
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buenas noticias y no le revelo de qué se tratan, ¿valdrá de algo? De
igual manera, si yo le digo que le traigo el evangelio (=‘buena
noticia’) y no le explico de qué se trata, ¿tendrá sentido para usted?
¡De ningún modo! Usted necesita entender con su mente e
inteligencia lo que Cristo vino a anunciar hace dos milenios
(Efesios 5:17; Romanos 12:2; Efesios 1:17,18; Colosenses 2.2).
Millones están ciegos porque Satanás es experto obscureciendo el
evangelio salvador de Cristo. Este adversario del hombre no quiere
que el mundo perdido vea la luz del evangelio de la gloria de Cristo.
Él quiere mantenerlo ciego y en tinieblas espirituales para que
usted no se salve. Pablo es claro cuando les dice a los creyentes de
Corinto: “En los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo,
el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). Aunque le
parezca duro lo que le voy a decir, lo cierto es que si usted no
quiere creer o entender el evangelio de Cristo, es porque usted está
cegado por el dios de este mundo---El diablo. El enemigo le hará
creer o entender que usted está oyendo una locura de fanáticos
religiosos. Nuevamente Pablo les dice los corintios: “Porque el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura...” (1 Corintios 2:14). Para
los creyentes la “locura del evangelio” significa salvación eterna.
Dice Pablo nuevamente: “...agradó a Dios salvar a los
creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios
1:21). Y también añade él: “Porque la palabra de la cruz es
locura para los que se pierden; pero a los que se salvan,
esto es, a nosotros, es poder de Dios.” ( 1 Corintios 1:18).
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de buenas noticias de esperanza y salvación (Ver Hechos
10:36). En Lucas 8:1 se lee lo siguiente: “Aconteció después,
que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas,
predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios,
y los doce con él.” Es evidente que Cristo y sus apóstoles estaban
de acuerdo predicando el evangelio del reino de Dios. Pues
bien, ¿están las iglesias de hoy predicando este mismo
evangelio?¿Su iglesia lo predica?¿Lo ha oído usted antes?
Probablemente nunca. Esta es la tragedia de las iglesias---¡Han
perdido el singular evangelio llamado el reino de Dios!
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Falsos Evangelistas y Evangelios Incompletos:
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Daniel registra que Nabuconodosor era rey de reyes, el monarca
del reino babilónico. Aquí tenemos la evidencia de que un reino es
una monarquía real, con un soberano autoritario y poderoso.
También Daniel revela que los reyes de Medo-Persia, Grecia, y
Roma gobernarían sus respectivos reinos en el futuro. Daniel
profetizó que en los días de diez reyes o líderes mundiales
venideros (representados por los diez dedos de una colosal
imagen), el Dios del cielo levantaría un reino (Gobierno) mundial
que desplazaría y destruiría precisamente a estos diez países
confederados (¿El Mercado Común Europeo?). Luego el profeta ve
que dicho reino divino (representado por una roca---la cual
simboliza al Mesías y su reino) cubre todo el planeta tierra. Aquí el
profeta está viendo el reinado milenario y mundial del Mesías, con
todo su poder y gloria, inmediatamente después de su Parusía o
Segunda Venida personal a la tierra.
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Hemos visto que Cristo será Rey pero, ¿desde dónde
gobernará?¿Quiénes serán sus súbditos? ¿Y con quién gobernará?
Pues bien, estudiemos lo que el ángel Gabriel le dijo a María,
cuando iba a concebir a su hijo Jesucristo: “Y ahora concebirás
en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su
padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y
su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:31-33). Esta promesa
angelical ha sido pasada por alto por millones de llamados
“cristianos”. Pero es importante que entendamos que aquí hay una
promesa concreta aún no cumplida. Aquí se habla del ‘trono de
David’ y de ‘la casa de Jacob’: ¡Sobre éstos reinará Jesús!
Cuando Pilato interroga a Jesús : “¿Luego, eres tu Rey? Jesús
le responde: Tu dices que yo soy Rey. Yo para esto he
nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio de la verdad...” (Juan 18:37). Aquí vemos que
Jesús admite abiertamente que el nació para ser Rey, y para eso
vino al mundo, para dar a conocer esta verdad. Sí, Jesús tendrá un
trono---el de David su padre--- y tendrá un territorio, la casa o el
país de Jacob (=Israel). Esto quiere decir que Jesús es de “sangre
azul o real”, pues desciende de un rey y de un reino israelita
(Mateo 1:1). Efectivamente, Israel fue gobernado por reyes judíos,
comenzando con Saúl, luego David, después su hijo Salomón, etc.,
hasta que en el año 586 A.C, el último rey judío Sedequías fue
destronado por Nabuconodosor, rey de Babilonia. Es decir, hace
más de 2,500 años que Israel dejó de tener una monarquía para
convertirse en un país democrático a partir de 1948. No obstante,
Dios le prometió a David que no le faltaría un descendiente en su
trono (2 Samuel 7:12-17; 1 Crónicas 17:11-14; 2 Crónicas 7:18). En
buena cuenta, Israel volverá a ser una monarquía como lo es su
actual vecino, el reino de Jordania.
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misterioso varón? La respuesta la da el apóstol Pedro cuando dice:
“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesucristo,
varón aprobado por Dios...” (Hechos 2:22). Aquí se le llama a
Jesucristo: varón de Dios. Y en Hechos 17:31 Pablo dice: “Por
cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia, por aquel varón quien designó, dando fe a
todos con haberle levantado de los muertos”. Notemos que
aquel varón designado por Dios para ser juez y rey, fue resucitado
de entre los muertos. ¡Esta es una clarísima alusión a Jesucristo!
(Leer también 2 Samuel 23:3).
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Jesucristo es también llamado “El deseado de todas las
naciones” (Hageo 2:7), pues es el único que, siendo hombre, es
también el Hijo de Dios. Jesús afirmó que mantiene una unidad
perfecta con Su Padre (Juan 10:30). Su enseñanza y educación no
provienen de una excelente universidad americana o europea, sino
de Dios. Dios es su Maestro (Juan 8:28). Él recibió de Su Padre la
mejor instrucción para solucionar los problemas humanos. ¡Las
enseñanzas de Jesús son las mismas enseñanzas de Dios! (Juan
14:10,24).
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Los gobernantes de hoy y de antes han gobernado a espaldas del
pueblo y trágicamente también sin tener en cuenta a Dios. La
Biblia dice que “el principio de la sabiduría es el temor de
Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza” (Proverbios 17:1). Pero Cristo sí sabrá gobernar el
mundo, porque él es la sabiduría de Dios, y sus súbditos serán
hombres mansos y deseosos de obedecer sus leyes. Los malos e
incorregibles habrán sido destruidos por Cristo en su segunda
venida.
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pregunta: ¿Qué heredaremos de Dios y qué coheredaremos con
Cristo? La respuesta la da Jesús en Mateo 25:31,34, cuando dice:
“Cuando el Hijo del hombre venga en su
gloria...entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para
vosotros desde la fundación del mundo”. Cuando Cristo
vuelva nuevamente, su iglesia heredará el reino de Dios con Cristo.
Sí, la iglesia está llamada a reinar con Cristo en el reino de Dios,
pues Pablo también dice: “Si sufrimos, también reinaremos
con él...” (2 Timoteo 2:12). Y en Apocalipsis 5:10 Juan escribe: “Y
nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y
reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10). La
glorificación implica entonces nuestra coronación para ser reyes en
el reino de Cristo que se establecerá en esta tierra.
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espacio de dos milenios Jerusalén estuvo en manos de los no
judíos, en tanto que el pueblo hebreo estaba en la diáspora o
dispersión mundial. La profecía parecía imposible de cumplirse
hasta la formación del estado judío el 12 de Mayo de l948. Desde
esa fecha los judíos regresaron a su tierra, y 19 años después
recuperan la capital Jerusalén.
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Recordemos por un instante la entrevista privada que tuvieron
Jesús y el fariseo Nicodemo, registrada en el evangelio de Juan:
“Respondió Jesús (a Nicodemo) y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede
ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo?¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de AGUA y del ESPÍRITU, no puede entrar en
el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y
lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te
maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de
nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo
aquel que es nacido del Espíritu”. (3:3-8).
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del reino de Dios y en el nombre de Jesucristo (Hechos 8:12).
Además, tome nota sobre la importancia del bautismo en el
siguiente texto: “El bautismo que corresponde a esto ahora
nos salva (no quitando las inmundicias d la carne, sino
como una aspiración de una buena conciencia hacia
Dios) por la resurrección de Jesucristo. (1 Pedro 3:21)”.
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