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una nueva raza humana, más sensible y democrática, menos autoritaria y manipuladora, ya
comienza a poblar el planeta. se trata de seres especiales aunque tan terrenales como sus padres.
sólo que, a diferencia de estos, traen consigo la tarea de propulsar cambios en la humanidad.
bautizados como niños Índigo, estos muchachos tienen la capacidad de ver mas allá de los
espectros de la luz, escuchar todo tipo de sonidos, incluso su propio fluido sanguíneo, y denotan una
destacada hipersensibilidad táctil. “los niños Índigo, como su nombre lo sugiere, no son niños azules, si
no que se les denomina así porque su aura, o campo energético, tiende a reflejarse dentro de los colores
añiles, azules, manifestando la utilización de centros energéticos superiores”, asegura maría dolores
paoli, especialista en psicoespiritualidad.
es por esto que se les adjudican grandes dosis de intuición, que se demuestra en el desarrollo de
la telepatía, cualidades para predecir el futuro, y hasta reconocer la presencia de seres etéreos como
hadas y duendes a su alrededor. además, algunos menores llegan al mundo con el don de la
sanación.
valores renovados
de acuerdo a paoli, la crianza y los valores que se transmitan a los niños de la actualidad
requieren una revisión de parte de padres y especialistas. y para ello hay que tomar en cuenta, ante
todo, que las criaturas de la nueva era no aceptan la imposición ni la autoridad, rechazan la
manipulación, la inautenticidad y la deshonestidad. tampoco aceptan los viejos trucos de la
disciplina basados en crear temor y culpa.
“a estos pequeños seres les gusta ser tratados y honrados como individuos”, apunta paoli en su
material de apoyo para la educación de los niños del futuro. por ello, la especialista considera que la
crianza emocional debe basarse en la visibilidad y transparencia.
“a los niños índigo no se les debe avergonzar ni culparlos, mentirles ni gritarles. por el
contrario, hay que preservarles la autoestima. se les debe brindar la posibilidad de elegir y, al mismo
tiempo, evitar la comparación. deben recibir disciplina sin emoción”, agrega la psicóloga.
otra característica importante para la crianza emocional de los infantes es estimular su
excelencia, mas no la competencia entre individuos. y, además, involucrar el buen humor. según
paoli, existen palabras claves durante el proceso de enseñanza de los pequeñines, de acuerdo a su
edad biológica, basados en las siete leyes espirituales para los padres. por ejemplo, hasta el primer
año de vida, los vocablos esenciales son amor, afecto y atención. “a los bebés hay que tocarlos,
abrazarlos, proveerles mucha seguridad y, además, jugar con ellos”, explica.
luego, entre el primer y segundo año, hay que resaltar los términos libertad, respeto y estímulo.
“durante esta etapa se prueba el desapego a los padres. no hay que condicionarlos a través del
temor. hay que evitar que el niño conecte el dolor como sinónimo de malo, de debilidad. si así
fuese, no habría espacio para el crecimiento espiritual”, afirma paoli.
merecimiento, explorar y aprobar son las palabras claves entre los 2 y 5 años, época de
transición entre el yo soy y el yo puedo. “si les reprimimos el sentirse poderoso, no se logrará que
sea un adulto capaz de enfrentar cualquier reto”, enfatiza la especialista.
posteriormente, entre los 5 y 8 años, el niño ya asimila conceptos más abstractos. por ello hay
que manejar los términos dar, compartir, aceptación, verdad y no juzgar. “a ellos les encanta
compartir cuando sienten amor. si se les enseña que para dar tienen que perder algo, entonces no
aprenden el verdadero significado de dar. en cuanto a la verdad, deben aprender que va acompañada
de un sentimiento agradable y no como antesala a un problema, en caso de ocultarla”.
después, entre los 8 y 12 años, el niño ahora convertido adolescente requiere que los padres
manejen términos como la experiencia, la responsabilidad y el estar alerta. “los que aprendieron las
lecciones de la crianza espiritual, entonces reflejarán la confianza de sus padres. de lo contrario, se
encontrarán confusos, cederán a las presiones amistosas y buscarán experiencias indiscriminadas”.
de acuerdo a paoli, los colegios y demás centros educativos deben estar atentos para reconocer
la presencia de niños índigos dentro de los salones escolares. a su juicio, estos particulares alumnos
no funcionan con los métodos de enseñanza tradicionales. por el contrario, “aprenden de forma
reflexiva y participativa, mas no mediante la memorización. por ello no extraña que a muchos de
estos pequeñines se les califique como niños problemas, ya que se dispersan con gran facilidad
durante las clases”.
yamileth garcía sosa, periodista venezolana radicada en miami, escribe sobre temas de actualidad relacionados
con américa latina.