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PROLOGO

Tal como el titulo lo adelanta y el índice lo detalla, “EL TANGO Y SU TEMATICA” lo


invita a transitar cada tango y cada historia por los “intrincados senderos, para ayudarlo a
entender su esencia, su mensaje y su riquísimo contenido”.
JULIO CESAR ONETTI toma autores, compositores, intérpretes, instrumentos,
situaciones, sentimientos y en un crisol de 2 X 4 nos cuenta la génesis del Tango transitando
luego por las logradas e inolvidables letras trayendo al presente la multiplicidad de las
historias de vida del hombre argentino que en ella se insinúan o abiertamente se relatan.
Reconocemos en ONETTI al estudioso auténtico, al rastreador profundo, al buceador
incansable en la fuente del repertorio tanguero con la única y encomiable finalidad de acercar
a las distintas generaciones un material imprescindible en toda biblioteca: “EL TANGO Y SU
TEMATICA”.
En este volumen se habla de lo nuestro, de lo popular, del maquillaje y las pilchas, se
nos viste de jetra, funyi y lengue, para pasear en tranvías, mateos, carretas o colectivos por
los antiguos paisajes de los barrios donde escucharemos el piropo de la barra o la ceremonia
del pedido de mano a la novia propuesta para el matrimonio. Los amigos iremos a cotorros y
bulines, tocaremos el piano, el bandoneón o el violín entre gauchos y criollos, mientras cada
farol alumbrará el paso del organito; en los cafés surgirán amables las cosas de los naipes, la
suerte, el destino, las milongueras, el padre o la madre, salpicando serpentinas en los
carnavales de antaño. Saldrán a la pista de los bailongos famosos mientras algún chamuyo
misterioso compartirá la gira tan a flor de piel que, cabe aquí la advertencia para los “jóvenes
veteranos”: se entrará tan de lleno en la emoción de la nostalgia, la melancolía y el esplín que
será necesario tener a mano un pañuelito y que quizás ruede un lagrimón... porque el autor
nos retrotraerá a un ayer presente en los tangueros que peinan canas; ayer de puertas
abiertas a los que se inician, ayer para el convite de continuar silbando un tango sentimental
o canero, con denuncias y protestas, con colores, para dar lugar de estremecer a lo hembra o
a lo macho en bodegones o cantinas con los adioses y la esperanza de las vueltas y
regresos...
¿Hablar de la obra? ¡Menuda tarea hablar de la Vida! Y sobran los prologuistas
cuando ya ONETTI, a través de su verbo lo hace con profesión y profusión y con el estilo del
Maestro; a pura claridad, naturalmente, para ser entendido en cada vocablo, cada cita, cada
uno de los cientos de ejemplos... ”percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida...”, “aquel
que solito entró al conventillo...”, llevan al lector, con el mayor respeto, adonde él quiere:
evocar, conocer, registrar, silbar, tararear o cantar cada letra, cada melodía con el agregado
de su parte de acotación justa.
Nos decía alguien poseedor de notable sabiduría cuando se elogiaba su facilidad para
recordar información: “¡Claro que tengo buena memoria, pero primero tuve que estudiar!”. En
la Comarca de su hermosa Viedma, Patagonia Argentina, JULIO CESAR ONETTI lleva
muchos años conduciendo programas de tango en distintas emisoras donde tuvo que tomar
los cientos de títulos, historias y pasiones que seria y minuciosamente estudió y aprehendió.
Es por eso que lo imaginamos, organizada la idea, firme y sin titubeos tomar el cincel,
trabajar la escultura y colocar la escritura sobre las páginas en blanco transpirando la
camiseta del escritor-historiador empecinado en dar lo mejor de su saber tanguero para, por
fin “erudito y humano”, presentar “EL TANGO Y SU TEMATICA”, un nuevo hijo con el olor a
tinta fresca característico con este libro cargado de conocimientos, un poco barrilete azul con
la esperanza atada a su cola para que ahora, a partir del momento en que usted lector inicie
la lectura, lo remonte en sus ojos, en su alma, en su cielo y pueda, solito, volar.
AMALIA OLGA LAVIRA

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LA TEMATICA TANGUERA

Tratar de comprender el tango y encontrar las razones del inexplicable milagro


de su permanencia obliga a profundizar en el estudio, no solo de su música y su
renovada y renovadora coreografía, sino también, y quizás en mayor medida, de sus
letras.
Algún trasnochado detractor, sin duda alguna poco conocedor del tango, dijo
alguna vez que este era un prontuario policial con letra; no obstante, a medida que se
profundice tratando de encontrar qué temas utilizan los poetas para plasmar su
mensaje, su reflejo de la realidad y el elevadísimo vuelo de su inspiración; se ingresa
a un universo de sorprendente e inesperada riqueza, que es algo más que el simple
lamento del bacán amurado.
En primer lugar se encuentra que el tango es una música con letra
decididamente evolutiva, que pasa de alguna letrilla zafada, propia de los lupanares
que le sirvieron de cuna, a convertirse en una de las cúspides poéticas que existen en
la música popular. Sus poetas han sabido pintar con maravilloso realismo todas y
cada una de las épocas que transitaron y han retratado con total fidelidad y realismo
una riquísima galería de personajes que eran su esencia y con una admirable
economía de palabras ubican al oyente o lector de sus letras en los distintos y
coloridos paisajes del arrabal ciudadano.
Tan rica y tan variada es la temática que abarca las letras del tango, que en
casi quince años de realizar diarios programas radiales no he podido agotarla. Desde
un principio he considerado que hacer un programa de tango es mucho más que
hablar de bueyes perdidos o leer alguna publicación al respecto pasando algún
tanguito de vez en cuando o, lo que es peor aún, de pasar uno o más tangos
limitándose a anunciar únicamente sus títulos. Creo que un conductor auténticamente
tanguero debe necesariamente dominar la historia y el conocimiento de sus figuras
con total solvencia; dado que es menester no solo hacer escuchar y difundir las
distintas interpretaciones sino también conducir a quienes gustan del tango y muy
especialmente a quienes se asoman por vez primera a este encantado mundo por
sus intricados laberintos para ayudarlo a entender su esencia, su mensaje y su
riquísimo contenido. Es por ello que a lo largo de los años he tratado siempre de
presentar mis programas contando breves pero interesantes historias, tratando de
llamar la atención del oyente sobre determinado pasaje musical o destacando algún
llamativo giro poético, todo esto agrupado y abarcando una determinada temática,
algunas veces referida a la obra de algún autor o compositor.
Lo antedicho me habilita para ofrecer este trabajo al interesado en profundizar
en las características que hacen del tango una expresión única en el mundo.
Finalmente, deseo efectuar un par de salvedades; en primer término, el lector
encontrará términos como abandonao, bailao, fueye, taya, etc.; no se trata de errores
de ortografía, sino simplemente de argentinismos que aparecen en los títulos de
algunos de los temas citados. La segunda observación es sobre los autores y
compositores de esos temas; puede que en algún tema no figuren y tal vez en algún
otro caso la cita sea incorrecta. Sucede que en la mayoría de las veces los mismos
han sido obtenidos de la grabación, no de la partitura original; y en varios casos los
mismos pueden ser equivocados.

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CAPITULO I – Antecedentes

Los primitivos tangos, que datan de finales del siglo XIX y de los cuales dijo
Horacio Ferrer que eran apenas borradores del naciente género musical eran de
propósito netamente bailable. No obstante los alegres parroquianos que disfrutaban
esas tenidas danzantes solían improvisar letrillas de claro sentido prostibulario. No es
casual que algunos de los primeros tangos que han rastreado los historiadores se
titulen "El Queco ", "Señora Casera", "Andate a la Recoleta", "Señor Comisario" y
"Pejerrey con papas", todos anónimos y fechados entre 1874 y 1880. Algunos de
esos temas denuncian desde su mismo titulo un doble sentido; "Siete Palabras"
(Prudencio Aragón-Juan Maglio), se llamaba en realidad "Siete pulgadas" y el tema
conocido como "La Cara de la Luna" (Manuel Oscar Campoamor), escondía su titulo
original bajo el eufemismo de "La C... de la L...".
Ya comenzado el siglo XX surgen algunos letristas que adicionan textos con
una clara influencia del cuplé español, todos ellos redactados en primera persona,
"Yo soy la morocha, la más agraciada, la más renombrada de la población..." (La
Morocha /Enrique Saborido-Angel Villoldo); "Soy nacido en Buenos Aires, me llaman
el porteñito, el criollo más compadrito que haya nacido en el pago..." (El porteñito
/Angel Villoldo-Antonio Polito), etcétera. Fue en 1917 que el poeta Pascual Contursi
comete la travesura de ponerle letras, a veces sin la autorización del compositor, a
tangos ya existentes y cuando escribe los versos del tango Lita lo hizo utilizando el
lenguaje del hombre de la calle: "Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida/
dejándome el alma herida y espinas en el corazón..." (Mi noche triste /Samuel
Castriota-Pascual Contursi) marcando un hito histórico porque estaba inaugurando,
tal vez sin proponérselo, una nueva forma de expresión; los tangos con argumento
que cuentan historias reflejo de la vida cotidiana y lo hace con el idioma propio de los
argentinos.
De ahí en más los poetas del tango comienzan a explorar senderos y a
experimentar posibilidades que irían jalonando las distintas épocas transcurridas
reflejando sus paisajes, sus personajes y su problemática. La temática a la que
recurren es tan rica como variada y abarca prácticamente todos los aspectos de la
vida.
En este trabajo se han separado los distintos temas, citándose algunos pasajes
de las respectivas letras de uno o más de los tangos, valses y milongas que tratan de
ellos. En algún caso, un mismo titulo puede aparecer una o más veces, dado que es
probable que una misma letra incursiones en más de un tema; además en todos los
casos se han citado solamente algunos títulos, ya que la temática es mucho más rica
y extensa y sería totalmente imposible citar la totalidad de los temas.

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CAPITULO II – Los Instrumentos Del Tango

El tango tiene sus instrumentos claramente identificatorios desde aquellos


primitivos tríos con la infaltable guitarra o mandolina, a los que se agregaba una
flauta, un arpa, un violín o un simple peine, con el posterior agregado del piano y la
inexplicable y milagrosa adopción del bandoneón. Es notorio el hecho de que en sus
letras siempre aparece el homenaje que el tango hace a los instrumentos que le
permitieron expresarse. Veamos los títulos de algunos de los tangos, valses y
milongas que hablan de los distintos instrumentos.

LA GUITARRA
Este instrumento inaugural de la expresión tanguera figura en los títulos y
letras de infinidad de temas; sin duda por herencia del gaucho, los primitivos
intérpretes se sirvieron de la guitarra. "Con flauta y guitarra" (Lacasa), es una
milonga que evoca una de las primeras conjunciones de las que los tangueros se han
servido, tal vez por la facilidad de su transporte. Pero desde "La guitarrita" (Eduardo
Arolas), pasando por las milongas "La guitarrera" (Dadino) y "Cien guitarras" (Arturo
Gallucci-Raúl Hormaza); llegamos a la añoranza de aquella "Vieja viola, garufera y
vibradora;/ de las horas de parranda y copetín,/ de las tantas serenatas a la lora/ que
hoy es dueña de mi cuore y la trompa del bulín..." (Vieja viola /Humberto Correa-
Osvaldo Falero Frías); y a la "Guitarra, leyenda pura de barrio,/ de patios llenos de
parras y de amor de manso percal;/ algún cantor Don Juan lloró unos ojos negros..."
(Guitarra /Miguel Bucino); a la historia de "Aquel que solito llegó al conventillo/
echado a los ojos el funyi marrón,/ botín enterizo, el cuello con brillo,/ pidió una
guitarra y por ella cantó..." (Ventanita de arrabal /Antonio Scatazzo-Pascual
Contursi) hasta la “Guitarra, guitarra mía” (Carlos Gardel-Alfredo Le Pera) que cantó
el Morocho; la "encordada", como se la llamaba cariñosamente, fue evocada una y
otra vez por los troveros del naciente tango. Es que aquello pioneros, cuando
intentaron sus primeros pininos en el universo del pentagrama fueron todos
guitarreros intuitivos. Luego llegarían instrumentos más complejos o de mayor
sonoridad, pero por siempre quedará vibrando el emocionado cantar que decía
"Guitarra, guitarra mía/ por los caminos del viento;/ suenan en tus armonías/ coraje,
amor y lamento..."

EL BANDONEON
Nadie sabe a ciencia cierta cómo ni cuándo llegó el primer bandoneón a estas
playas. Este instrumento, que fuera creado como órgano portátil para oficiar en las
ceremonias de las pequeñas aldeas de la germana Bavaria, que era de muy difícil
ejecución y cuya técnica de afinación y método de enseñanza eran totalmente
desconocidos; fue tomado por los intuitivos pioneros del naciente tango que
recorrieron inexplorados senderos, que desentrañaron los arcanos de su sonido y
descubrieron impensadas posibilidades a la que convirtieron esa voz gris y
rezongona, tal vez porque en esa voz resonaban ya esperadas nostalgias surgidas
de un sonido definitivamente relacionado con el decir tanguero una y mil veces
cantado por los vates de arrabal; "Lastima bandoneón, mi corazón, tu ronca maldición

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maleva,/ tu lágrima de ron me lleva/ hasta el hondo bajo fondo/ donde el alma se
subleva..." (La última curda /Aníbal Troilo-Cátulo Castillo); cuando el poeta se
permitió tutearlo le dijo: "El duende de tu son, che bandoneón, se apiada del dolor de
los demás,/ y el estrujar tu fueye rezongón/ se arrima al corazón que sufre más..."
(Che bandoneón /Aníbal Troilo-Homero Manzi); incluso le reprochó "Fueye, no andés
llorando tristezas..."(Fueye /Charlo-Luis César Amadori; o se convirtió en su
confidente "Bandoneón, porque ves que estoy triste y cantar ya no puedo,/ vos sabés
que yo llevo en el alma/ marcao un dolor..." (Bandoneón arrabalero /Juan
Deambroggi-Pascual Contursi); sentenciando el poeta: "Son cosas del bandoneón,
que se ha puesto a rezongar..." (Son cosas del bandoneón /Enrique Rodríguez-
Enrique Cadícamo); "Pa' que te oigan, bandoneón", se jactó Tita Rossi; "Mi
bandoneón y yo nacimos juntos..." aseguraba el cantor en (Mi bandoneón y yo
/Rubén Juárez), a la vez que le preguntaba "Qué tango hay que cantar, decime,
bandoneón..." (Qué tango hay que cantar /Rubén Juárez-Cacho Castaña), y sigue
cantando el poeta a ese amigo inseparable, fiel y confidente: "Bandoneón amigo, con
tus teclas dije penas y alegrías;/ bandoneón amigo, en tu fueye se amontonan horas
mías..." (Bandoneón amigo /Osvaldo Fresedo-Homero Manzi); o diciéndolo al vesre:
"Quise borrar lo amargo del fracaso/ que me arrastró a la fría soledad;/ contándole mi
angustia al fueye/ que a veces sin querer me vio llorar..." (Amigo bandoneón /José
Greco); "Unas notas de bandoneón/ en la noche de mi arrabal;/ son las notas de un
corazón/ que al pasar el viento trae..." (Notas de bandoneón /Jorge Curi-Enrique
Cadícamo); "La vi pasar con otro amor,/ la iba a llamar y me aturdí;/ y es por eso que
esta noche,/ bandoneón, lloras por mí..." (Mientras gime el bandoneón /Enrique
Cadícamo); "Mi viejo fueye malevo/ hoy, como vos, estoy listo,/ porque por siempre
dejé en tu registro/ enterrao mi corazón..." (Cuando tallan los recuerdos/Rafael
Rossi-Enrique Cadícamo); Aníbal Troilo tuvo su homenaje en tiempo de tango:
"Aníbal bandoneón, dame tu acento/ en la voz de tu fueye está su voz,/ su voz de
lágrimas que bebí en su aliento,/ su voz de lágrimas que bebí en su adiós..." (Aníbal
bandoneón /Enrique Cadícamo); finalmente, Juan de Dios Filiberto estableció su
himno definitivo cuando volcó en el pentagrama las lastimeras notas de "Quejas de
bandoneón", el tango que puso alas en los dedos de los intérpretes del mágico
instrumento.

EL PIANO
A diferencia del popular fueye, el piano, si bien es integrante primordial del
decir tanguero, aparece en muy contados versos. "El dientudo", en lunfa decir, se
relacionó con el tango como instrumento solista de los primitivos peringudines en los
dedos inaugurales de Manuel Oscar Campoamor, Samuel Castriota y el "Johnny"
Prudencio Aragón. Cuando se sumaron otros instrumentos, el piano les puso el ritmo
machazo marcando en compás de 2 x 4.
Debió esperarse la llegada a renovadores como Roberto Firpo, Francisco De
Caro y Juan Carlos Cobián para que el piano alcanzara la totalidad de sus
posibilidades sonoras. Cuando comenzamos a rastrear los temas en que el piano es
protagonista, de inmediato resalta un hecho; siempre está relacionado con romántica
poesía: "Esta puerta se abrió para tu paso;/ este piano lloró con tu canción,/ esta
mesa, este espejo y estos cuadros,/ guardan ecos del eco de tu voz..." (Ninguna /
Raúl Fernández Siro-Homero Manzi); "Te lo dirán con los pianos y violines más
lejanos;/ te lo dirán con sus sones/ los nocturnos acordeones..." aseguraba el mismo
Homero en el vals "Llorarás, llorarás" (Hugo Gutiérrez-Homero Manzi); "El piano

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está mudo, tus ágiles manos/ no arrancan el tema de un tango tristón..." (De todo te
olvidas /Salvador Merico-Enrique Cadícamo), tango inspirado en el poema "Tu
secreto", de Evaristo Carriego; "Pisito que puso Masple, piano, estera y velador,/ un
telefón que contesta, una fonola que llora/ viejos tangos de mi flor/ y un gato de
porcelana/pa’ que no maúlle al amor...", anunciaba en la intimidad de (A media luz /
Edgardo Donato- Carlos César Lenzi); "Y tus manos en el piano acariciaban / los
nocturnos y los valses de Chopin...", soñaba la evocación de aquellas "Noches de
luna" (Daniel Alvarez-Rafael Buono); finalmente, llegaba la promesa a "La señora
del chalet": "Tendrás piano y qué sé yo..." (Edmundo Rivero-Pagano) y con hondo
romanticismo escribía el poeta: "Te sorprendí junto a tu piano sollozando...", en su
tierno homenaje "A una mujer" el dulce vals de Horacio Salgán y Carmelo Volpe.

EL VIOLIN
Instrumento fundacional del tango, presente en su misma cuna, la suave voz
del violín coreó en sus albores las juguetonas melodías; años después, con la llegada
de los inmigrantes judíos, muchos de ellos eximios violinistas, "el jamón", como lo
llamaban con mucho gracejo, entabló fieros contrapuntos con su hermano bandoneón
y su canto encalló para siempre en el alma de los tangueros. "Violín sentimental,
vuelve a tocar esa canción inolvidable..." ruega el poeta en los versos de "La canción
inolvidable", el precioso tango de Roberto Zerrillo y Carlos Bahr; el violín, siempre
presente en tiernas historias de amor sentimental: "Es una casita blanca, con ventanal
al jardín,/ se oye muy suave a lo lejos la armonía de un violín..." (Cómo se muere de
amor/ Daniel Alvarez); "Que te cuente mi violín" de José Raineri y José Rótulo y
"Te llama mi violín" del virtuoso Elvino Vardaro con versos de Cátulo Castillo, son
temas que desde su mismo titulo denuncian la intención de su homenaje y Héctor
Laparceri elevaba su gozo diciendo "Mi corazón es un violín".
El hermano mayor del violín, el contrabajo, también se hace presente en "Bajo
romántico" del bajista Oscar Murtagh y el Pepe Libertella y, en homenaje al "Gardel
del contrabajo" como llamaba Pichuco a Quicho Díaz, Astor Piazzolla le permitía lucir
su virtuosismo en los temas que le dedicara "Quicho" y "Contrabajeando".

LOS CANTORES
Cuando el tango subió de los pies creativos de los bailarines a los labios del
poeta para hacerse canción, necesariamente debió recurrir a sus lejanas raíces para
poder encontrar su propia expresiva identidad que ya se hallaba presente en el
recuerdo de los primitivos payadores, los que recibieron justiciero homenaje en
algunos temas, abundantes en historias: "Cuentan que fue la piba de arrabal,/ la flor
del barrio aquel,/ que amaba un payador...", narraba el cruento desenlace de "Duelo
criollo" (Juan Rezzano-Lito Bayardo); a la vez que recordaba "La llevó un payador de
Lavalle, cuando el año 40 moría..." (La pulpera de Santa Lucía / Enrique Maciel-
Héctor Pedro Blomberg); y continuaba "Hasta el pago llegó un día/ un gaucho que
nadie conocía;/ buen payador y buen mozo,/ cantó con voz lastimera..." (La
uruguayita Lucía/ Eduardo "Chon" Pereyra-Daniel López Barreto); y Julián Plaza los
evocaba en tiempo de milonga con "Payadora" y el Chula Gabriel Clausi junto a
Mario Gomila rendían su homenaje en "A los payadores". Se recordaba "La pena
del payador" (Luis Servidio-Eduardo Escaris Méndez); el pionero "Betinoti" quedaba
perpetuado en los versos y la música de Homero Manzi y Sebastián Piana y se
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cerraba una época con "El adiós de Gabino Ezeiza" (Enrique Maciel-Héctor Pedro
Blomberg).
El acervo tanguero se enriqueció más tarde con las historias que los propios
cantores plasmaron en sus recuerdos; Mercedes Simone nació, vivió y murió
"Cantando", toda una filosofía de vida que volcó en su tango; el Polaco Roberto
Goyeneche ascendió de ser el simple "Cantor de mi barrio" (José Riverol-Francisco
Loiácono "Barquina"), para constituirse en la voz de todo un pueblo con el "Cantor de
Buenos Aires" (Juan Carlos Cobián-Enrique Cadícamo). Angel Cárdenas con su
tema siguió "Este destino cantor", y cantaban los vates: "Entonces tú tenías
dieciocho primaveras, yo veinte y el tesoro preciado de cantar..." (Misa de once /Juan
José Guichandut-Armando José Tagini); "Mi barrio reo, mi viejo amor; oye el gorjeo,
soy tu cantor,/ escucha el ruego del ruiseñor, que hoy que está ciego canta mejor..."
(Barrio reo /Roberto Fugazot-Alfredo Navarrine). En cambio Roberto Medina contaba
en su aubiográfico "Pucherito de gallina" que "Entre otras cosas, me daba por
cantar...". Muchos otros temas narran estas historias de cantores, pero no puedo
cerrar esta recorrida sin traer una vez más el recuerdo de "Aquel que solito llegó al
conventillo, echado a los ojos el funyi marrón; botín enterizo, el cuello con brillo, pidió
una guitarra y para ella cantó..." dejando por siempre esperando a la muchacha
acodada en la "Ventanita de arrabal" (Antonio Scattazzo-Pascual Contursi). Claro,
como sentencia la milonga "Oro de ley" (Aldo Junissi-Carlos Waiss) "No canta aquel
que quiere, sino el que sabe cantar...".

DE GAUCHOS Y CRIOLLOS
La mirada de los gauchos acostumbrados a abarcar el paisaje infinito de la
pampa, les haya dado tal vez una filosofía de vida y un sentimiento muy distinto al del
hombre limitado por el mezquino paisaje ciudadano y el tango así lo testimonia en
esta temática, desde la evocación del “Chambergito de los gauchos” de Pedro
Caramillo a la triste evocación de esa soledad: "Contemplando las tardes a la sombra
del rancho/ parecieras un alma que se ha puesto a fumar..." (Conservando
recuerdos / Osvaldo Fresedo-Homero Manzi), los poetas del tango lo han plasmado
en el intenso drama del (Sentimiento gaucho /Francisco Canaro - Juan Andrés
Caruso) "En un viejo almacén del Paseo Colón,/ donde van los que tiene perdida a
fe,/ todo sucio, harapiento, una tarde encontré/ un paisano sentado en oscuro
rincón..."; contando también que "Bajo el dolor de esa profunda llaga/ conque la infiel
ha muerto su esperanza,/ y sin más ley, la ley de la daga/ le haría pagar su sed de
venganza... (Honor gaucho /Agustín Magaldi-Juan Bautista Fugilniti) o describiendo
el idílico paisaje: "Luciendo su color de esperanza luce el campo su paisaje/ y el
viento hace vibrar su cordaje en los pastos y en la flor;/ yo tengo mi ranchito en la
loma, donde cantan los zorzales,/,margaritas y rosales han brotado para vos..." (Nido
gaucho /Carlos Di Sarli-Héctor Marcó); "Ven aquí junto a mi lado, reclina tu cabecita,/
y has de oír cómo palpita con delirio el corazón..." (Delirio gaucho /Alfredo Gobbi); y
finalmente "Un rancho casi oculto, de pobre, humilde alero,/ desnudo entre las ramas
de madreselva en flor;/ en medio de ese cuadro la voz de un buen cantor..." (Idilio
gaucho /Luis Castagno).
El crisol de razas de esta tierra dio lugar al nacimiento de sus hijos llamados
genéricamente criollos que son representados en las letras de los tangos con sus
dramas y sus conflictos; diciéndolo musicalmente en "Orgullo criollo", el tango de
Julio De Caro y Pedro Láurenz o el dulce tema de Lidio Fasoli “Valsecito criollo”.
Pero además puede contarnos que "Cuando la luna serena/ baña con su luz de plata/
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como un sollozo de pena/ se oye cantar su canción;/ la canción dulce y sentida/ que
todo el barrio escuchaba/ cuando el silencio reinaba/ en el viejo caserón..." (Duelo
criollo /Juan Bautista Domingo Rezzano-Lito Bayardo) o escuchar al trovero decir:
"Criolla linda y querendona/ no desprecies mi cantar,/ porque traigo en mi bordona/ la
suave caricia de mi madrigal..." (Criolla linda /Vicente Gorrindo-Bernardo Germino-
Luis Rubinstein).

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CAPITULO III – El Arrabal, Cuna Del Tango

Cuentan los historiadores que fue en los Corrales Viejos, en la periferia de la


Gran Aldea, donde el tango nació. Tuvo paisajes y personajes propios cuyo recuerdo
podemos rescatar recorriendo las letras de su cancionero. El Zorzal Carlos Gardel fue
su representante auténtico, cantando con total autoridad "Arrabal amargo, metido en
mi vida, como la condena de una maldición..." (Arrabal amargo / Carlos Gardel-
Alfredo Le Pera), o entonando con su voz incomparable su inmortal “Melodía de
arrabal” (Carlos Gardel-Alfredo Le Pera-Mario Battistella) . En la letra de este tango
están prácticamente todos los elementos que una historia necesita, los personajes
rodeados por su entorno para que el argumento fluya con total naturalidad, para
terminar añorando el tiempo aquel: "Yo te canto envenenao,/ engrupido y amargao/ y
me separo de vos./ Adiós, arrabal porteño,/ yo fui tu esclavo y tu dueño/ y te doy mi
último adiós..." (Adiós arrabal /Juan Bauer-Carlos César Lenzi).

LOS PAISAJES
Es tal la riqueza descriptiva de algunos tangos que recorrer sus versos
equivale a mirar una fotografía o apreciar un cuadro paisajístico. Tal vez la historia
arranque en 1918 cuando dice el poeta: "Un callejón en Pompeya/y un farolito
plateando el fango,/ y allí un malevo que fuma/ y un organito moliendo un tango..."
(Sobre el pucho /Sebastián Piana-José González Castillo), posta que fue tomada por
las siguientes generaciones: "Un pedazo de barrio, allá en Pompeya,/ meciéndose al
costado del terraplén;/ un farol balanceando en la barrera/ y el silencio de adiós que
llora el tren..." (Barrio de tango /Aníbal Troilo-Homero Manzi), pintando con certeras
pinceladas cómo era un retazo de arrabal. A veces al paisaje se agrega una historia:
"Lejos pasaba un coche,/ cual centinela que la ronda terminó/ la luz tristona de un
farol/ como un lamento se apagó..." (Yo te bendigo /Juan de Dios Filiberto-Juan
Bruno); con admirable poder de síntesis, el tango nos ubica en el centro mismo de la
escena cuando dice: "Una calle en Barracas al Sur, una noche de verano, cuando el
cielo es más azul y más dulzón el canto del barco italiano..." (Silbando / Sebastián
Piana-Cátulo Castillo-José González Castillo). El tango "Del suburbio" (Oscar
Sabino- Víctor Lamanna), describe "Veredas en sombras en noches sin luna,/ silbido
malevo, tajante y tristón;/ acordeón a piano, canción de inmigrante,/ que va a las
estrellas como una oración..."; el magnífico tango "Los cosos de al' lao" (Pedro
Láurenz-Marcos Larrosa) comienza diciendo: "Sollozaron los violines, los fueyes
enmudecieron;/ y en la sombra se perdieron/ las delicias de un gotán;/ un botón que
toca ronda por no quedarse dormido,/ y un bacán que está escondido/ chamuyando
en un zaguán...".
Es como poder volver a respirar aquellos perfumes, apreciar aquellos
personajes y volver al pasado gracias a la magia de los tangos.

LOS SIMBOLOS DEL ARRABAL


Decir barrio, decir arrabal, antaño significaba imaginar de inmediato la
penumbra apenas iluminada por el clásico e infaltable farol. Tal vez fue en el ya citado
tango "Sobre el pucho" (Sebastián Piana-José González Castillo) donde se reúnen
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todos los elementos que caracterizan un paisaje de arrabal: el farolito, el fango, el
malevo y el organito. Otro poeta recurre al mismo símbolo cuando nos ubica en el
"Callejón" (Roberto Grela-Héctor Marcó): "Un farolito que parpadea, tumbado y viejo
sobre tu esquina..."; e insiste "Farolito viejo del barrio malevo, broncea la esquina tu
pálida luz..." (Farolito viejo / Luis Tesseire-José Eneas Riú).
Otro gran poeta del tango utiliza también su colorida paleta para decir "Un
arrabal con casas, la esquina del recuerdo y un farol..." (Farol / Virgilio y Homero
Expósito); y en "Yuyo verde" (Domingo Federico-Homero Expósito), simboliza "Un
portón, un farol, igual que en un tango...". Podemos encontrar la acertada pintura de
un gris paisaje en una "Larga noche" (Vallejos-Canapale): "Siempre la misma
cantina,/ siempre en el mismo rincón;/ farol que alumbra la esquina,/ el Riachuelo, la
neblina y un llorar de bandoneón...". Claro, el progreso fue borrando los símbolos de
arrabal y el tango los añora cuando Cátulo patetiza la "soledad del último farol...".

EL BARRO
Otro de estos símbolos, el barro o fango, aparecen en algunos escritos.
Celedonio Esteban Flores tenía un cuaderno de poesías, uno de cuyos versos se hizo
tango con similar titulo, "Chapaleando barro" (A.Castillo-C.E.Flores) donde dice:
"Barrio de casas bajas por el lado de Pompeya,/ donde puso la miseria un brochazo
de dolor;/ una patota de pibes juega al rango en el barro,/ y en la esquina hasta la
masa un carro/ peludiando se quedó...". Horacio Basterra, que firmó la mayoría de
sus numerosos temas como Horacio Sanguinetti asegura que "Mi corazón se
encuentra mancillado,/ porque el barro lo ha salpicado..." (Barro/ Osvaldo Pugliese-
Horacio Basterra). "Yo la vi que se venía en falsa escuadra;/ se ladeaba, se ladeaba,
por el borde del fangal..." (Fangal /Homero Expósito-Enrique Santos Discépolo)
ironizaban dos de las figuras consulares del tango, ironía que está emparentada con
la miseria de arrabal como en los tangos "Princesa de fango" (Enrique Mario
Francini-Horacio Sanguinetti) y "Flor de fango" (Antonio Gentile-Pascual Contursi).

EL ORGANITO
Otro símbolo de arrabal, al que mucho le debe el tango, es el humilde organito,
que llevó su música hasta su último confín; no en vano se lo recuerda así: "Al paso
lerdo de un pobre viejo, puebla de notas el arrabal;/ con un concierto de vidrios rotos,
el organito crepuscular..." (Organito de la tarde /Cátulo Castillo-José González
Castillo). El bandoneonista Juan Carlos Caviello lo llama "Organito del suburbio",
una hermosa milonga; y el Pepe Libertella compuso junto a Ernesto Baffa un juguetón
"Organito arrabalero". Se evoca otra vez su sonido así: "Dulce pianito orillero que al
viejo barrio traías,/ ingenua melancolía, nostálgicas en tu son..." (Música de organito
/Manuel Buzón-Hermanos Montero); se despidió a este símbolo arrabalero en "El
último organito (Acho y Homero Manzi), profetizando que "Las ruedas embarradas
del último organito/ vendrán desde la tarde buscando el arrabal...", para sentenciar
que "Allí molerá tangos para que llore el ciego;/ el ciego inconsolable del verso de
Carriego,/ que fuma, fuma y fuma, sentado en el umbral...".

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LOS PATIOS DE ARRABAL
Aquellas casitas bajas y aquellos conventillos que adornaban el arrabal tenían
obligatoriamente amplios patios adornados con parrales o glicinas que se convertían
en el epicentro de todas las actividades sociales. Bautismos, casamientos,
cumpleaños reunían a familiares, amigos y vecinos; basta recordar las letras de
algunos tangos, como el ya mencionado "Ventanita de arrabal" que sitúa la escena
diciendo "En un barrio Caferata, en un viejo conventillo;/ con los pisos de ladrillo,
minga de puerta cancel..."; y se recuerda al "Patio de la morocha que allá en el
tiempo,/ puso frescor de sombras sobre el alero;/ sobre tu piso pobre ladrillos viejos;/
junto a mi pecho triste tus ojos negros..." (Patio de la morocha /Aníbal Troilo-Cátulo
Castillo); y lo toma como cosa propia: "Patio mío, donde mama me cebaba/ y el tango
manso trenzaba/ cada noche un desafío;/ patio mío, de la ropita colgada,/ de la barra
que silbaba/ y el sabalaje bravío..." (Patio mío / Aníbal Troilo-Cátulo Castillo); se pinta
otro magnífico cuadro en "Jirón porteño" (Bernardo Tiggi-Alfredo Navarrine): "El
conventillo luce su traje de etiqueta,/ las mozas van llegando dispuestas a mostrar/
que hay galas domingueras, que hay porte, que hay silueta,/ igual que los galanes
deseosos de tanguear;/ la orquesta ya musita un tango acompasado,/ atacan los
varones buscando en el montón/ la princesita rosa de rulo ensortijado/ que espera a
su Romeo como una bendición..."; y cierra los recuerdos diciendo "Aquel del patio con
el aljibe,/ cancel de hierro, cordial portón;/ que brindaste cuando era pibe/ aroma
criollo, menta y cedrón..." (Menta y cedrón).

LOS BARRIOS
Es proverbial el amor del argentino por su barrio natal, testigo de sus primeros
juegos, sueños y amores; no es de extrañar entonces que se encuentren tangos que
acarician esos recuerdos como preciosa joya: "Nací en este barrio, crecí en sus
veredas,/ un día alcé el vuelo buscando triunfar;/ y hoy pobre y vencido, cargado de
penas,/ he vuelto cansado de tanto ambular..." (San José de Flores /Armando
Acquarone-Enrique Gaudino); "Ya no están tus viejas calles cubiertas de barro y
sueño,/ hoy la cara te han lavado y el asfalto te vistió;/ y no encuentro como entonces
a la linda muchachita/ que en la esquina de Venancio tantas veces me esperó..."
(Paternal /Jorge Caldara); "San Telmo, calles de San Telmo,/ adoquines viejos,
piedras que he pisado;/ al verlas conmigo he quedado/ tragando saliva cuando
lagrimeó..." (San Telmo /Gerardo Matos Rodríguez-Ivo Pelay); "Como escapando al
progreso/ del centro por los confines/ y coqueteando en la Quinta Bollini/ vive mi
barrio, Palermo..." (Siempre Palermo / Torrado-Larroca); "¡Cómo recuerdo, barrio
querido,/ aquellos días de mi niñez...!/ Eres el sitio donde he nacido/ y eres la cuna de
mi honradez..." (Almagro /Vicente San Lorenzo-Arturo Timarni); "Barrio de Belgrano,
caserón de tejas,/ te acordás, hermano, de las tibias noches sobre la vereda..."
(Caserón de tejas /Sebastián Piana-Cátulo Castillo); "Aunque no tuve colegio a nadie
supe faltar,/ y ando medio animado, con unos tragos de más;/ es que evocando el
pasado se me dio por festejar. Como no tuve costumbre, media copa me hace mal..."
(Soledad, la de Barracas /Tarra-Carlos Bahr); "Cortada de San Ignacio, rincón azul
de mi barrio,/ tras un farol parpadeando donde ayer/ amaneció más de una vez algún
cantor;/ vengo de lejos a verte, ya ves que no te he olvidado,/ Cortada de San
Ignacio, vuelvo a ser aquel muchacho de ayer..." (Cortada de San Ignacio /Horacio
Salgán-Carmelo Volpe); "Adiós, vieja esquina de mi barrio humilde,/ rincón de
recuerdos de mi juventud..." (Vieja esquina /Mario Perini-Roberto Lambertucci); "Mi
barrio reo, mi viejo amor,/ oye el gorjeo, soy tu cantor;/ escucha el ruego del ruiseñor/
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que hoy que está ciego canta mejor..." (Barrio reo /Roberto Fugazot-Alfredo
Navarrine); "Barrio pobre, campo abierto de mis líricas andanzas,/ de mi libro de
esperanzas sos la página mejor... (Barrio pobre /Alfredo Beldevere-Francisco García
Jiménez.). La del barrio es una de las temáticas más abundante que podemos
encontrar, existe infinidad de temas del mismo tenor, pero considero que con los
ejemplos expuestos es más que suficiente. El tango termina llorando el paisaje que ya
no está, derrumbado por la piqueta del progreso: "¿Dónde está mi barrio, mi cuna
querida?/ ¿Dónde la guarida, refugio de ayer?/ Borró el asfaltado de una manotada/ la
vieja barriada que me vio nacer...” (Puente Alsina /Benjamín Tagle Lara).

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CAPITULO IV – Los Escenarios Del Tango

ANTECEDENTES
Es sabido que el tango se elevó desde su humilde cuna en los próstilos y
ranchos de arrabal para ir conquistando distintos escenarios en su permanente
avance. ¿Cuáles fueron esos escenarios? Basta recorrer las letras de los tangos que
nos hablan al respecto para asistir a la los vívidos personajes, la historia y el paisaje
de aquellos lugares llamados "las catedrales del tango" y puede decirse que esta es
una de las temáticas que más veces han frecuentado los compositores y autores
tangueros.
Así podemos arrancar desde el remoto pasado e ir avanzando en el tiempo
hasta llegar al presente. Fueron los propios protagonistas quienes se encargaron de
plasmar sus recuerdos en música y letras testimoniales: "Milonga que en lo de Laura/
bailé con la Parda Flora,/ milonga provocadora/ que me dio cartel de taura..." (En lo
de Laura /Antonio Polito-Enrique Cadícamo); "Yo soy el picaflor del norte,/ me he
diplomao haciendo cortes;/ por diversión yo tayo y rompo/ y pa' bailar soy como
trompo..." (El llorón /Eduardo Radrizzani-Enrique Cadícamo); un guitarrista que
actuaba en esos peringundines reflejó la estampa de una de las bailarinas pioneras,
la "China" Joaquina Marán, en (Joaquina /Juan Bergamino); y una milonga describe:
"Zapatitos de raso, pa' bailar la milonga,/ zapatitos de raso con taquito francés..."
(Zapatitos de raso /Jorge Dragone-Fernando Caprio).

LOS CABARETS
Ya entrada la década del veinte, el tango avanza hacia el centro y se afirma en
los cabarets como su escenario natural donde se hace culto del baile; es así que
comienzan a tramarse historias, a surgir personajes con perfiles muy definidos y a
tomar renombre sus legendarias marquesinas: "Armenonville" de Juan Maglio
"Pacho" nombra uno de los primeros cabarets; y encontramos nombres de lugares y
actores: "Te acordás hermano la rubia Mireya,/ que quité en lo Hansen al guapo
Ribera..." (Tiempos viejos /Francisco Canaro-Manuel Romero). El cabaret, escenario
de una y mil historias: "Aquel tapado de armiño/ todo forrao en lamé/ que tu cuerpito
abrigaba/ al salir del cabaret..." (Aquel tapado de armiño /Enrique Delfino-Manuel
Romero); "Cuántas noches fatídicas de vicio/ tus ilusiones locas de mujer/ como las
flores de una loca orgía/ las deshojabas en el cabaret..." (Zorro gris /Rafael Tuegols-
Francisco García Jiménez; "Hoy la he visto a la salida/ de un lujoso cabaret; y en tu
carita afligida/ mucha pena adiviné..." (Mano cruel /Carmelo Muttarelli-José Armando
Tagini); "Sola, fané y descangayada/ la vi esta madrugada/ salir del cabaret;/ flaca,
dos cuartas de cogote/ y una percha en el escote/ bajo la nuez..." (Esta noche me
emborracho /Enrique Santos Discépolo); "Eras buena, eras honrada;/ pero no te
valió nada,/ otras cayeron igual;/ y una tarde, pobrecita,/ tras la primera cita/ fuiste a
parar el Pigall..." (Galleguita /Horacio Pettorossi-Alfredo Navarrine). Quizás la más
dramática escena la encontramos en las estrofas que dicen: "Es media noche, el
cabaret despierta,/ muchas mujeres, flores y champán;/ va a comenzar la eterna y

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triste fiesta/ de los que viven al ritmo de un gotán..." (Acquaforte /Horacio Pettorossi-
Carlos Marambio Catán).
El inevitable progreso fue borrando la presencia física de aquellos templos,
pero su recuerdo quedará por siempre presente en letras como: "Palais de Glace, del
novecientos veinte/ no existes más, con tu cordial ambiente;/ allí bailé mis tangos de
estudiante/ allí soñé con los muchachos de antes..." (Palais de Glace / (Rosendo
Luna-Enrique Cadícamo). Cabe aclarar que Rosendo Luna era el alter ego de
Cadícamo; ya que se trata del seudónimo que Enrique utilizaba a veces para firmar
sus obras cundo estas le correspondían en música y letra. Y continúa el lamento: "Te
redujo a escombros la fría piqueta,/ y al pasar de noche mirando tu esquina/ este
milonguero se siente poeta/ y a un tango muy triste le pone sordina.// Ya no queda
nada y aquello no existe,/ ni tus bailarinas, ni tu varieté;/ Príncipe Cubano, te veo muy
triste/ pasar silencioso frente al Chantecler...". (Adiós Chantecler /Enrique
Cadícamo).

LAS MILONGUERAS
Las mariposas de la noche, como alguna vez las llamó el poeta, eran
conocidas como "milongueras". Estas recordadas bailarinas de amores livianos eran
parte imprescindible de los cabarets. Los poetas del tango las trataron siempre con
muchísima ternura, apiadándose por anticipado del final dramático de sus vidas.
He aquí algunos pasajes que representan fielmente estas historias:
"Milonguera, bullanguera;/ que la vas de alma de loca/ la que con tu risa alegre/
vibrarás el cabaret;/ la que lleva la alegría/ en los ojos y en la boca/ la que siempre
fue la reina/ de la farra y el placer..." (Alma de loca /Jaime Font-Guillermo Cavazza);
"Almitas torturadas, pobres esclavas blancas del tango y la milonga;/ mujeres
infecundas, autómatas del vicio, sin alma y sin amor;/ no sé porque esta noche
reflejan tus pupilas la pena que te mata,/ y en cada carcajada, yo sé pobre milonga,
solloza el corazón..." (Esclavas blancas /Guillermo Barbieri-Horacio Pettorossi);
"Vieja recova, rinconada de su vida,/ la encontré sola y vencida/ con una mueca fatal;/
la mala suerte le jugó una carta brava/ se le dio vuelta la taba, la vejez la derrotó./
Vieja recova, si vieran cuánto dolor..." (Vieja recova /Rodolfo Sciamarella-Enrique
Cadícamo).

CAFES Y CAFETÍNES
Paralelamente con los cabarets, el tango encontró refugio en los cafés, esta
verdadera institución de heredad española. Allí amenizaban las reuniones los mejores
conjuntos musicales; allí se soñó en los locales de menores recursos con el misterio
de las victroleras; allí el "invento tragavento", como llamó el tango a los tocadiscos
automáticos, presenció la pulseada de los "hinchas" de las distintas orquestas y allí
los "hombres sabios" trataban de arreglar el mundo al compás de un tango. El
recuerdo de los cafés quedó en letras como: "Vení hermano, sentate, a tomar café
conmigo..." (Café para dos /Francisco Canaro-Ivo Pelay); "De chiquilín de miraba de
afuera/ como esas cosas que nunca se alcanzan,/ la ñata contra el vidrio, en un azul
de frío..." (Cafetín de Buenos Aires /Mariano Mores-Enrique Santos Discépolo);
"Café La Humedad, billar y reunión,/ sábado con trampa, qué linda función..." (Café
La Humedad /Cacho Castaña); "Hoy te evoco perdido en la vida,/ y enredado en los
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hilos del humo,/ junto a un grato recuerdo que fumo/ y a esta negra porción de café..."
(Café de los Angelitos /José Razzano-Enrique Cadícamo); "Cafetín donde lloran los
hombres que saben del gusto que dejan los mares..." (Cafetín /Argentino Galván-
Homero Expósito); "Café de un barrio porteño en la noche del domingo;/ sexta
edición, cubilete; el tema, fútbol y tangos..." (Domingo a la noche /Juan José
Guichadut-Oscar Rubens); "Fantasmas de la vida, mentiras del camino;/ que evoco
mientras tomo mi taza de café..." (Mi taza de café /Alfredo Malerba-Homero Manzi);
"Salgamos ya de aquí, vayamos a aquel bar/ tomemos un café igual que ayer..."
(Vayamos a aquel bar /Enrique Lary-Eduardo Moreno); "Corrientes de antes,
Corrientes vieja,/ de muchachito me conocés; yo compadreado por tus veredas, paré
en el feca Los 36..." (Corrientes angosta).
Como en tantos otros casos, la inexorable piqueta del progreso fue derribando
esos locales tan íntimamente ligados al sentir ciudadano; "Café Domínguez, de la
vieja calle Corrientes que ya no queda...", prologaba Julián Centeya -el Hombre Gris
de Buenos Aires- en su lamento por la desaparición de los lugares amados en (Café
Domínguez /Angel D’Agostino); y el tango los lloró: "En la esquina del café que se
fue/ solo queda un cuadrado de sol; la roída pared/ y en mi café un no sé qué/ de
nostalgia y de vacío..." (Viejo café /José Basso-Julio Porter); "Ya no existe aquel
Marzoto, lo mismo que el Bar Nidal,/ ni tampoco El Nacional; no se oye jamás un
tango..." (Los 36 /Alfredo Bertagni-Antonio Milano); además eleva su vuelo poético "Y
entonces comprendí mi soledad, y para qué,/ llovía y te ofrecí el último café..." (El
último café /Héctor Stamponi-Cátulo Castillo); “Cómo olvidarte en esta queja, cafetín
de Buenos Aires,/ si sos lo único en la vida, que se pareció a mi vieja./ En tu mezcla
milagrosa de sabihondos y suicidas/ yo aprendí filosofía, dados, timba y la poesía
cruel/ de no pensar más en mí...” (Cafetín de Buenos Aires/ Mariano Mores-Enrique
Santos Discépolo). Por dicha, aún queda en pie el último baluarte del tango: "Viejo
Tortoni, refugio fiel/ de la amistad junto al pocillo de café;/ en este sótano de hoy/ la
magia sigue igual, y un duende nos recibe en el umbral..." (Viejo Tortoni /Eladia
Blázquez-Héctor Negro).

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CAPITULO V – El Baile En El Tango

LOS BAILONGOS
Cuando el mundo conoció la novedosa propuesta coreográfica que el tango
ofrecía causó honda sensación y el triunfo fue inmediato. Es que hasta entonces la
música popular se bailaba con los bailarines separados o, a lo sumo, lacidos; aunque
la proximidad no iba más allá del alcance del brazo. La renovación que el tango
significó con la pareja en íntimo y sensual contacto; con la riqueza y variedad de
figuras posibles y con la libertad y creatividad que permitía, hizo que se impusiese en
el mundo entero. Primero en París, la Ciudad Luz, epicentro de la cultura por aquellos
años que de inmediato irradió su mensaje y se hizo moda: "le tangó". En los primitivos
tangos el bailarín hacía alarde de su capacidad, puesta de manifiesto en próstilos y
cabarets; incluso dibujando sus personajes más representativos: "De satén y color
negro la pollera,/ de charol y tacos altos los zapatos,/ dibujando garabatos, del ritmo
gris se adueña/ tu estampa de porteña./ Tú conoces el secreto de los tangos,/ y es
por eso que los bailas como nadie/ y en los brazos que te abrazas,/ qué mística que
pasas danzando en el salón..." (Bailarina de tango /Oscar de la Fuente/Horacio
Sanguinetti); "Bailarín compadrito, que marcaste tu corte primero/ en el viejo bailongo
orillero de Barracas al Sur;/ bailarín compadrito, que quisiste probar otra vida/ y al
lucir tu famosa corrida te viniste al Maipú..." (Bailarín compadrito /Miguel Bucino);
tema este que tal vez tenga algo de autobiográfico, ya que su autor fue, además de
bandoneonista y compositor, magnífico bailarín. Y no fue el único que lucía con
orgullo su porte de bailarín: "Yo aprendí a bailar cuando muchacho/ y desde entonces
ya no lo pierdo;/ yo vivo de mis recuerdos/ si soy del tiempo de ayer..." (1910 /
Leopoldo Díaz Vélez). La difusión masiva del culto tanguero de los años 30, 40 y 50,
hizo que en salones de clubes, casas de familias y en todo hecho social el tango
fuera dueño y señor. Todo el mundo bailaba tangos, todos se dejaban arrullar por sus
sones: "Cuando te quiebras en una sentada juntando tu carita con la mía/ yo siento
que en la hoguera de algún tango se va a quemar mi sangre el mejor día..." (Viejo
rincón /Raúl de los Hoyos-Roberto Lino Cayol); sin dejar de lado la escuela creada
por los pioneros: "Ahora una corrida, una vuelta una sentada,/ así se baila el tango,
un tango de mi flor..." (Así se baila el tango /Elías Randal-Marvil); "Porteño y
bailarín, me hiciste tango como soy, romántico y dulzón...” (Porteño y bailarín
/Carlos Di Sarli-Héctor Marcó). El mundillo tan particular del tango fue escenario de
historias de vida: "Al compás de un tango la habrás de olvidar/ con una pebeta que
sepa bailar;/ una piba buena, que al mirar sus ojos/ comprenda la pena de tu
corazón..." (Al compás de un tango /Suárez Villanueva-Oscar Rubens); "No llores
no, muchacha; la gente está mirando,/ bailemos este tango, el tango del adiós;/ así
entre mis brazos mirándote a los ojos/ yo quiero despedirme sin llanto y sin dolor..."
(Bailemos /Pascual Mamone-Reinaldo Yiso); "Vamos morocha a bailar este tango sin
par, que rezonga en la orquesta;/ vamos a vestir de fiesta el corazón/ que hasta la
noche de hoy se presta...” (En el salón /Cristóbal Herreros-Leopoldo Díaz Vélez);
"Vos muchacho que sos noble y sos derecho/ esta noche cuando salgas a bailar/ con
la piba suspirando entre tus brazos/ por favor, haceme caso/ confesale que la
amás..." (Muchachita de mi barrio /Jorge Caldara-Mario Soto); "Con los compases
de un tango/ de este tango sensiblero,/ decirle cuánto la quiero/ y entregarle el
corazón...” (Hoy la espera a la salida /Roberto Chanel-Raúl Hormaza); "Bailando un

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tango nació nuestro romance/ mientras la orquesta tocaba estos compases..."
(Cuatro compases /Oscar Rúbens-Luis Bruni). Pero además de amores, bailar tango
significa el simple placer de hacerlo; "Con este tango no se pierde el compás/ porque
es porteño, milonguero y varón;/ mi tango es este que se llama arrabal,/ y lo demás
es puro cuento...” (Orgullo tanguero /Luis Stazo-Enrique Cadícamo); "A mí me gusta
bailar milonga/ a mí me gusta bailar con corte;/ a mí me gusta ser muy sincero/ y que
sean mis amigos mis mejores compañeros./ A mí me gusta todo lo nuestro; tango,
milonga, el milongón; y el alma se me agiganta cuando escucho el bandoneón...” (A
mí me gusta bailar milonga / Pintin Castellanos). La magia inexplicable de dejarse
arrullar por los compases de un tango también reza para ellas: "Y al revolear mi
percal/ márqueme su firulete/ que en el brete musical/ se conoce, la gran siete,/ mi
prosapia de arrabal..." (Arrabalera /Sebastián Piana-Cátulo Castillo); "Bailar el tango
con vos, apretaditos;/ sentir tu mano ciñendo mi cintura,/ acompañar el vaivén de tus
caderas/ es remontarse y volar por las alturas./ Bailar el tango con vos, un tango reo/
mientras tus dedos se enredan en mi pelo,/ es coquetear al amor al son de un fueye/
que va marcando el compás de tanto anhelo..." (Bailar el tango con vos /Martina
Iñíguez-Jorfer); "La sala en penumbra, la danza inquietante,/ el pecho agitado por
suave temblor,/ en ritmo de tango te quise al instante/ y en ritmo de tango nació
nuestro amor...” (Fue en Buenos Aires /Tito Ribero).
La pasión de bailar tango ha superado la barrera del tiempo y ha sido motivo
de culto de varias generaciones llegando hasta nuestro días: "Pero hoy sin grupo
también tallamos,/ al tiempo viejo no lo envidiamos;/ fijate un poco, juná morocho, me
sobra clase, manyá qué ocho./ Mirá mi piba si tiene rango,/este es el tango del tiempo
de hoy;/ lo bailo un quilo, y en cuanto a ella/ ni la Mireya lo bailó mejor...” (Así se
baila hoy /Viera-Cárdenas); "Yo les digo a los muchachos que el tango de hoy/ no se
baila con jetra, a lo shusheta,/ que es tan macho con un lengue, camisa sport/ o con
blue jean...” (Un tango va /Sadi Gómez Lacerbo).

LOS CARNAVALES
Los fiestas carnestolendas, tanto en las grandes ciudades como en los pueblos
del interior, tuvieron perfiles muy definidos. Si bien se organizaban los clásicos
corsos, con las consabidas carretas, murgas y comparsas era en los bailes donde el
culto del tango, además de otros ritmos, alcanzaba su máximo esplendor.
Recorramos algunas letras: "En la orquesta lloró el último tango,/ te ajustaste nerviosa
el antifaz/ y saliste conmigo de aquel baile/ más alegre y más rubia que el champán..."
(Melenita de oro /Carlos Vicente Geroni Flores-Samuel Linnig); "Rueda la vida,
también rodaste vos,/ yo soy el mismo que ayer era tu amor/ muy poca cosa, un buen
muchacho, menos plata que ilusión;/ y aquí en la puerta, cansado ya de andar,/ las
mascaritas al baile miro entrar...” (Carnaval /Anselmo Aieta-Francisco García
Jiménez). En un ambiente tan particular, no podían dejar de tejerse romances tan
fugaces como los carnavales mismos: "Esa colombina puso en sus ojeras,/ humo de
la hoguera de su corazón,/ aquella marquesa de la risa loca/ se pintó la boca por
besar a un clown...” (Siga el corso /Anselmo Aieta-Francisco García Jiménez); "Sólo
una vez me hice un disfraz/ y ella me amó solo una vez;/ tras el país del antifaz y lo
que no es,/ yo fui aquel clown sentimental/ con almidón de Carnaval/ y un después sin
después que hace mal...” (Vals del carnaval /Aníbal Troilo-Cátulo Castillo). Poesía
de alto vuelo, genuina poesía surgida de la inspiración de los grandes poetas que el
tango ha tenido.

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Las vivencias tan marcadas de las fiestas carnavaleras, la falsa alegría, la
tristeza escondida, todo, todo presente en la letra de los tangos: "Mascarita pizpireta
que detrás de tu antifaz/ hay dos ojos mentirosos que embellecen tu disfraz,/
mascarita que palpitas todo el año en tu balcón/ y sin querer se marchita tu alocado
corazón..." (Pobre mascarita /S.Granata-A.Romanelli); "Entre la loca alegría/
volvamos a darnos cita/ misteriosa mascarita/ de aquel loco carnaval;/ dónde estás
cascabelito/ mascarita pizpireta,/ tan bonita y tan coqueta/ con tu risa de cristal...”
(Cascabelito /José Bhor-Juan Andrés Caruso); "Carnaval de mi barrio donde todo es
amor/ cascabeles de risa matizando un dolor; carnaval de mi barrio, pedacito de sol/
con nostalgia de luna y canción de farol..." (Carnaval de mi barrio /Luis Rubinstein);
"Esta noche por lo visto, cuántas luces encendidas/ que armonioso se presenta el
bonito carnaval...” (Disfrazado /Da Silva-Antonio Tello); "La fiesta está en su apogeo/
la eterna paz se quebranta/ las mascaritas sus voces levantan,/ el dios Momo canta,
ríe el dios Orfeo...” (Pobre colombina /Emilio Falero-Virgilio Carmona); "Pasaste en
el turbión del carnaval/ como un detalle más de tu tropel;/ y me arrojaste, riéndote al
pasar/ un montón de trozos de papel..." (Papel picado /Cátulo Castillo-José González
Castillo); "Esta noche bajo el arco de la vida/ va paseando su locura el carnaval/
suena al mundo la corneta de su risa/ y se ha puesto su careta de bondad...”
(Serpentina de esperanza /José Canet); "Carnaval, carnaval, que inconsciente/
atropellas con tu bufonada;/ yo soy joven, te miro de frente/ dile a Momo que saque
su espada..." (Juventud /Juan Bauer-Roberto Aubriot Barboza); "Y siempre es
carnaval, van cayendo serpentinas/ unas gruesas, otras finas, que nos hacen
tambalear;/ y cuando en tu disfraz la careta queda ausente/ en tu cara de inocente
todo el año es carnaval...” (Siempre es carnaval /Osvaldo y Emilio Fresedo). Parece
ser que esta comparación del eterno carnaval es una constante siempre presente en
el tango, porque, como sentencia el poeta: "Detrás de tus desvíos, todo el año es
carnaval...".
Finalmente resta considerar las caricaturas que se han escrito sobre la farsa
carnavalera: "En el corso de Belgrano una noche hacía pinta/ cuando pasó una
odalisca al alcance de mi mano;/ me tiró papel picado, -Adiós -me dijo- buen mozo-/
yo para hacerme el gracioso le dije -Adiós, mi sultana-/ y al ladito de mi dama me
sentia el rey del corso..." (Son cosas del carnaval /Luna-D'Arino-Merlo); "La conocí
en Puente Alsina, en el corsito de barrio,/ yo iba de presidiario y ella de colombina;/
jugamos con serpentina, después con papel picado,/ y al rato de haber charlado,
temblando le confesé/ -Quisiera mirarla a usted sin su antifaz colorado..." (En el
corsito de barrio /Reinaldo Yiso-Abel Aznar).

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CAPITULO VI – Timba, Burros Y Escolazo

Desde la noche de los tiempos el hombre ha manifestado una necesidad lúdica


que muchas veces lo ha tentado a desafiar la suerte. Este pasión ha sido fielmente
reflejada en nuestra música popular y puede decirse que en ella podemos encontrar
todas las variantes que el juego puede presentar, incluso, comparándolo con la vida
misma. Veamos: "Jugarse entero a una chance o una fija/ esperando que lo elijan la
fortuna o el azar;/ si la vida es lotería, no hay mejor filosofía/ que jugarse a suerte o
verdad; no es cuestión de perder, ni es cuestión de ganar;/ es jugarse a suerte y
verdad...” (La pasión del escolazo /Eladia Blázquez); "En la timba de la vida me
planté con siete y medio/ siendo la única jugada de la vida que acerté..." (Tengo
miedo /José María Aguilar-Celedonio Esteban Flores); "Te conocí cuando entrabas a
fallarme en la carpeta,/ me robaste con bondades poco a poco el corazón,/ el hombre
como el caballo, cuando ha llegado a la meta,/ afloja el tren de carrera y se hace
manso y sobón..." (Cuando me entrés a fallar /José María Aguilar-Esteban
Celedonio Flores); "Vieja calle de mi barrio, donde he dado el primer paso,/ vuelvo a
vos gastado el mazo en inútil barajar..." (Las cuarenta / Roberto Grela-Francisco
Gorrindo; "Con las cartas de la vida por mitad bien marquilladas/ como guillan los
malandras carpeteros de cartel,/ mi experiencia timbalera y las 30 bien fajadas,/ me
largué por esos barrios a encarnar el espinel..." (Barajando /Nicolás Vaccaro-
Eduardo Escaris Méndez); "Muchacho, que no sabés que es secarse/ en una timba y
armarse, para volverse a meter...”(Muchacho /Edgardo Donato-Celedonio Esteban
Flores); "Y otras noches salí seco a chamuyar con la luna/ por las calles solitarias del
sensiblero arrabal...” (Canchero /Arturo De Bassi-Celedonio Esteban Flores);
"Agitando el cubilete con los dados del cariño/ comenzó la generala pasional de
nuestro amor..." (Cero al as /Arturo Gallucci-Bohigas). Experiencia de vida, que le
dicen... Pero muchas veces la pasión desmedida dio lugar a finales dramáticos
aunque tomados con paciente humor de arrabal no exento de cierto fatalismo: "Por
culpa del escolazo me quedé bien en la vía,/ las cosas que, mama mía, me tuve que
apechugar;/ ya no podía empilchar, anduve mishio de faso/ y al no gustarme el
pechazo ni los grupos pa' filar/ para poder escabiar me fui del whisky al quebracho..."
(Por culpa del escolazo /Roberto Grela-Cerere); "Y pensar que condenado por la ley
del escolazo/ juego igual si el mismo mazo me lo vuelven a tirar..." (Escolazo
/Anselmo Aieta-Francisco García Jiménez).

LOS NAIPES
"Cuarenta cartones pintados con palos de ensueño, de engaño y de amor;/ la
vida es un mazo marcado, baraja los naipes la mano de Dios... ", dice el tango
"Monte criollo" de Francisco Pracánico y Homero Manzi, una magistral definición
comparativa de naipes y vida; tema presente en más de una letra: "Veníamos del
último fracaso/ de haber gastado el mazo en miles de partidas;/ hicimos otra vez el
mismo juego/ y en ese mismo juego las trampas aprendidas..." (Nuestra última
partida /Manuel Sucher-Abel Aznar). Es que en el complicado juego de la vida es
casi imposible ganar, por más cartas que se tengan: "Me ganó el amor la falta
envido,/ a pesar de haber tenido treinta y tres..." (Naipe /Aníbal Troilo-Enrique
Cadícamo); "Cuántas veces con un cuatro a un envido dije quiero/ y otra vez me fui a
baraja sobrando con treinta y tres..."(Cuando me entrés a fallar /José María Aguilar-
Esteban Celedonio Flores); y vale la comparación: "En el naipe de la vida cuando
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cartas son mujeres/ aunque lleve bien fajadas pa'l amor las treinta y tres/ es inútil que
se prendan al querer con alfileres,/ si la mina no es de paño, derechita y sin revés..."
(Barajando /Nicolás Vaccaro-Eduardo Escaris Méndez). Porque como dice el tango:
"Oro, copa, espada y basto como pintas del amor,/ las primeras traen encanto y las
otras penas son..."(Oro, copa, espada y basto /Agustín Magaldi-Antonio Tello); y el
cuadro surge con toda fidelidad: "Alrededor de la mesa lista está la muchachada/
palpitando su parada, cada cual con su ilusión/ y entre el humo de los puchos se van
jugando su dicha/ y el ruidito de las fichas les golpea el corazón..." (De salto y carta
/Di Cicco-Acuña).

LA QUINIELA
El mundillo tan especial de este juego que más vende ilusiones que realidades
tiene sus códigos y su idioma, una jerga interna que el tango ha recogido, por
ejemplo, el saber llevar los números sin anotaciones comprometedoras: "Vaya
parando la oreja todo lonyi quinielero/ que viene un taita orillero en el arte de apuntar;/
hay que saber jotrabar de cráneo, sin manyamiento,/ yo jotrabo con el muerto
sepultado en el melón/ y zarpo de refilón la precisa en el momento..." (Palito, docena
y media /Jorge Vidal); pero además, la garantia del cobro: "Yo tanto le llevo al cráneo
redoblona y escalera;/ apúntese un numerito y ver como es primera/ yo le aseguro,
patrona, si acierta que va a cobrar/ porque mi capitalista es ventudo y gran bacán..."
(El quinielero /Miguel Montero); o la esperanza sin fin: "Y, hay que darse el gusto,
total... en una de esas viene el 9, llama al 13 y nos manda al 94. -Qué 17...!" (Por
culpa del escolazo /Roberto Grela-Cerere). Un mundo de ilusiones y esperanza que
puede llevar a un final imprevisto, como la historia de “Jorobeta”, el tango de Agustín
Magaldi, Pedro Noda y Claudio Frollo, que hizo su fortuna por la creencia de que su
joroba traía buena suerte, una historia que finaliza diciendo: "Y el giboso se reía, se
reía a carcajadas,/ al quitarse por las noches su joroba de algodón...".

LOS BURROS
Tal vez porque los primitivos tangueros fueron aquellos gauchos que llegaban
con sus arreos y carretas a los Corrales Viejos, los personajes de la fauna tanguera
han demostrado su amor por los pingos y una fuerte inclinación hacia el deporte de
los reyes, como se llama a las carreras de caballos. Figuras como Carlos Gardel y
Francisco Canaro, solo por nombrar alguno, cultivaban esta pasión. No es de extrañar
entonces que encontremos infinidad de composiciones que pintan este ambiente con
total realismo en uno de los temas tratado con mayor frecuencia; es así que
numerosos jockeys han recibido su homenaje en la letra y la música de un tango o
una milonga: “Leguisamo solo” de Modesto Papávero; “Arriba Jara” de Héctor
Marcó, “El Yacaré” tango de Alfredo Attadía y Mario Soto, dedicado a Elías Antúnez;
“Pelusita”, tema del mismo Attadía que nombra el apodo de Artigas; y “Calleja solo”
de Juan D'Arienzo y Luis Rubinstein, son algunos cuantos ejemplos que encierran ya
desde su titulo este homenaje; además de aquellos que aparecen en las letras; "Los
últimos cuatro mangos traté de multiplicarlos,/ jugándole a Leguisamo, por el
pescuezo perdió;/ en la carrera siguiente le aposté a Rubén Quinteros/ y el maestro
sobre el disco del todo me amasijó..." (Se tiran conmigo /Luis y José Lisandro Díaz);
"Cuando mi pingo pisó las arenas de Palermo/ Artigas se sintió enfermo y Legui se las
tomó..." (Milonga burrera /Jorge Vidal). No solo los jinetes, también los escenarios
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son reflejados:"Tango y barrio, sinfonía que rebota en el arroyo;/ y cruzando la de
socios se metió en la popular,/ el recuerdo de una piba que perdí por las carreras/ en
el bosque es una estrella que ilumina El Rosedal..." (Siempre Palermo /Torrado-
Larroca); "Bajo Belgrano, cada semana el nombre tuyo se viene al centro,/ programa
y monta para mañana, las ilusiones prendiendo van..." (Bajo Belgrano /Anselmo
Aieta-Francisco García Jiménez); "44 al fondo, vías y barrera,/ el Viejo Rayo, la
glorieta y churrasquera;/ la colorada al viento, campana de largada/ y mil fijas que van
en la parada..." (Después de la última /F.Labandeyra-R.Giúdice); "Mirando tu
perfomance del hipódromo platense/ nunca al marcador llegaste, siempre fuiste No
Placé;/ mal la soltó en la largada, la pecharon en el codo,/ eso gritó la gilada y por eso
te compré..." (N.P. /Juan José Riverol-Francisco Loiácono).
Claro, no falta la comparación; la vida es una carrera: "El hombre en pista
liviana, en barrosa o en pesada,/ si tiene sangre en las venas jamás se debe
achicar..." (Pan comido /Ismael Gómez-Enrique Dizeo); "El hombre, como el caballo,
cuando ha llegado a la meta/ afloja el tren de carrera y se hace manso y sobón..."
(Cuando me entrés a fallar /José María Aguilar-Celedonio Esteban Flores).
El mundo encantado de las carreras de caballos presente en la letra de los
tangos con sus esperanzas y sus frustraciones: "De gusto andás yugando por cuatro
cobres,/ cinchando como un burro, de sol a sol;/ si todos los domingos salís del sobre/
y yo ya tengo el dato de un marcador./ Palermo, San Isidro, los eucaliptus,/ vení que
está la papa, vas a saber/ lo qué es un biromista, un arbolito;/ lo qué es prenderse a
un pingo con cien y cien..." (Tirate un lance /Héctor Marcó); "Se acabaron esos
saques/ de cincuenta ganadores;/ ya no hay tarros de colores/ ni hay almuerzos en el
Julien./ Ya no hay paddock en las carreras/ y hoy, si no te ve ninguno,/ te acoplás con
uno y uno.../ ¡Qué distinto era tu tren..!” (Uno y uno /Julio Fava Pollero-Lorenzo Juan
Traverso); "Un catedrático escarba su bolsillo/ a ver si un níquel le alcanza pa' un
completo;/ ayer salió con la fija del potrillo/ mascando rabia y rompiendo los boletos..."
(Lunes /José Luis Padula-Francisco García Jiménez). No en vano cantaba Carlitos:
"Los domingos me levanto de apoliyar, mal dormido/ y a veces hasta me olvido de
morfar por las carreras,/ me cacho mis embrocantes y el correspondiente habano/ y
me pillo un automóvil para llegar bien temprano..." (Soy una fiera /Francisco Martino);
y qué mejor para un burrero que seguir este sabio consejo: "Los domingos por la
tarde enfilá pa' las carreras/ que entre esa mersa burrera yo sé que te avivarán/
después andá a la milonga y aunque no te quede un mango/ te bailás tus buenos
tangos y ¡stop!, no hace falta más..." (Don Juan Mondiola /Antonio Arona); pero bien
puede decirse que los mangos no abundan precisamente en la economía del burrero;
aunque sí la esperanza sin límites: "A lo mejor acertamos las ocho/ ¡y quien te ataja
ese día, corazón...!” (Lunes /José Luis Padula-Francisco García Jiménez); "Con el
dato que me dio el petiso en el café/ me fui para el H.P. dispuesto a jugarme todo,/
empeñé mi sobretodo y hasta la viola vendí;/ el asunto iba a venir porque estaba
decretado/ y tanto me aseguraron que hasta en un taxi me fui..." (Paciencia, será
otra vez /M.A.Berón-C.Rebeiro); cómo entonces no iba a renegar: "Maldito seas
Palermo,/ me tenés seco y enfermo/ mal vestido y sin morfar,/ porque el vento con los
pingos/ lo patino los domingos/ en el H Nacional;/ por jugar al que no pierde/ me
atraganto con La Verde/ y me estudio en pedigree/ y a pesar de la cartilla/ dejo yo en
la ventanilla/ todo el laburo del mes..." (Palermo /Enrique Delfino-H.Braga-Villalba).
A pesar de todos los sinsabores y de todas las frustraciones, el amante de los
chuchos recordará con nostalgia: "Allá en el tiempo del jopo, peinado al Agua Florida/
cuando era linda la vida y era mi escuela un stud/ nació mi amor por los pingos con
Spineto y Surprice/ y ese amor echó raíces al llegar mi juventud...", para finalizar
diciendo: "Y cuando llegue la hora de dar el último abrazo/ me iré pensando en
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Payaso para morirme feliz...” (Milonga que peina canas /Alberto Gómez); pero
quizás la mejor definición la hayan dado Carlos Gardel y Alfredo Le Pera en su tema
“Por una cabeza” cuando dicen: "Por una cabeza, metejón de un día/ un final reñido
yo no vuelvo a ver;/ pero si algún pingo llega a ser fija el domingo/ yo me juego
entero... ¡Qué le voy a hacer...!”

LA SUERTE
Todo amante del juego es firme creyente de la influencia de la suerte en estas
cosas del azar y así lo acreditan las letras de los tangos: "Cuando la suerte, que es
grela,/ fallando y fallando te largue parao;/ cuando estés bien en la vía,/ sin rumbo
desesperao..." (Yira, yira /Enrique Santos Discépolo); "He tenido mala suerte, pero
hablando francamente,/ yo te quedo agradecido, si has sido novia y mujer;/ si la vida
ha de apurarme con rigores algún día,/ ya podés estar segura que de vos me
acordaré..." (Mala suerte /Francisco Lomuto-Francisco Gorrindo); "La mala suerte le
jugó una carta brava,/ se le dio vuelta la taba, la vejez la derrotó..." (Vieja recova /
Rodolfo Sciamarella-Enrique Cadícamo); "Todo fue un soplo, pues quiso el destino/
que amara una criolla más linda que el sol;/ pero hubo otro gaucho del pago vecino/
que la idolatraba, lo mismo que yo./ De más uno estaba, bien lo comprendimos,/
echamos la suerte para definir;/ el alma en la taba con ansias pusimos,/ yo estuve en
la mala del juego y perdí..." (Mala suerte /José María Aguilar-Eugenio Cárdenas). "He
vivido intensamente y ahora estoy en la pendiente donde los sueños se van;/ he
aprendido que la suerte no es tan fuerte y que cualquier esperanza el tiempo siempre
la amansa/ o si no la echa a rodar./ Hoy conozco todo eso, todo eso y mucho más..."
(A suerte y verdad /Manuel Parodi-Carlos Waiss).
Pero no todo ha de ser mala suerte, también hay afortunados: "En el naipe del
vivir suelo acertar la carta de la boca,/ y a mi lado oigo decir que es porque estoy con
una suerte loca./ Al saber le llaman suerte, yo aprendí viendo trampearme; y ahora
solo pueden coparme los que banquen con la muerte..." (Suerte loca /Anselmo Aieta-
Francisco García Jiménez); "Qué tipo de suerte que sos, mama mía;/ siempre muy
jailefe, y no laburás;/ al feca con chele de la lechería,/ le diste el olivo, cómo
prosperás./ Me dieron el dato que no hay un domingo,/ que una redoblona siquiera
palmés;/ aunque larguen chanta, primero tus pingos;/ si te desconozco, qué tarro
tenés..." (¡Qué fenómeno! /Anselmo Aieta-Enrique Dizeo); "Estás cachuzo a besos,
te han descolao a abrazos,/ se te ha arrugao la cara de tanto sonreír;/ si habrás
ensuciado puños en mesas de escolazo,/ si habrás rayao alfombras, muchacho
bailarín./ Cómo tembló Palermo, cuando sacando vales,/ pelabas la de cuero repleta
de tovén..." (Pa' lo que te va a durar /Guillermo Barbieri-Celedonio Esteban Flores);
"Muchacho, que porque la suerte quiso,/ vivís en el primer piso/ de un palacete
central;/ que para vicio y placeres,/ para farras y mujeres/ disponés de un capital..."
(Muchacho /Edgardo Donato-Celedonio Esteban Flores.
También relacionados con la suerte están los amuletos que, según decires, la
favorece: "Medallita de la suerte,/ que te llevo desde niño;/ y es tan grande mi cariño/
como el miedo de perderte./ Yo nací para quererte/ porque junto a mi cunita/ te
bendijo mi viejita/ con el llanto de su amor..." (Medallita de la suerte /Carlos Gardel-
Alfredo Le Pera-Mario Batttistella); "Pasa un hombre quien pregona:/ -Cotorrita de la
suerte,/ augura la vida o muerte!/ ¿Quiere la suerte probar...? (Cotorrita de la suerte
/Alfredo de Franco-José de Grandis).

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EL DESTINO
Intimamente relacionado con la suerte, el destino suele tayar en las cosas de la
vida: "Vuelvo vencido de la trágica Siberia,/ el alma herida y corazón helado; yugo de
látigo por ley,/ ante el dolor, código cruel/ mi mustia carne ha lacerado./ Voy por las
calles de Moscú triste y errante,/ no puedo ver porque la nieve me ha cegado;/ del
dulce hogar queda una cruz,/ lloran mis ojos ya sin luz/ ante el destino despiadado..."
(Triste destino /Agustín Magaldi-Antonio Tello); "Pena de saber lo que vale tu amor,/
tarde, cuando el vicio de ti me alejó;/ llanto, es un canto por ti;/ con destino de flor,/
perfumar y morir..." (Destino de flor /Roberto Rufino-Alejandro Romay); "La vi llegar,
pobremente,/ la había mandado el destino;/ tenía unos ojos dolientes/ y había una
sombra en su frente/ que le alumbraba el camino..." (El destino la llevó /Miguel
Bucino); "Mi vida es andar cantando/ por donde quiera que voy;/ voy a decirle quién
soy/ y qué traigo en mi bagaje./ De un pueblo soy el mensaje/ de fe, esperanza y
amor/ que el divino creador/ me puso en este camino/ marcándome mi destino,/ mi
destino de cantor..." (Este destino cantor /Angel Cárdenas).

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CAPITULO VII – Tangos Deportivos

EL FUTBOL
Esta verdadera pasión de multitudes ha tenido siempre una íntima relación con
el tango; puede decirse que es exclusividad de los tangueros el amor por estas dos
vertientes; es así que desde sus mismos albores los autores han expresado la
admiración por su club favorito con la música o la letra de un tango. Los temas
“Racing Club” de Vicente Greco, “Club Independiente” de Agustín Bardi, “A Boca
Juniors” de Rodolfo Sciamarella, “El Taladro” (como se llama al Club Atlético
Banfield) de Alfredo de Angelis, “A Sarmiento de Junín” de Jorge Dragone y Juan
Luis Ricardi y “Nacional” de los uruguayos Pedroza y Federico Silva, son solo
algunos de los numerosos tangos que ya desde su titulo encierran su homenaje.
Pero no solo las instituciones futbolísticas están presentes; también podemos
encontrar historias y puñados de recuerdos: "Si mañana no llueve "la máquina" de
Ríver, en la cancha de Boca con Lazzatti hablará..." (Buenos Aires del 40 /Enrique
Campos-Jorge Moreira-Domingo Smurrai); "El fútbol nos da emoción con San
Lorenzo en la punta;/ Ríver y Boca se juntan, Racing mueve el tanteador;/ Boyé se
corre, hay un gol, noticia sensacional,/ la jugada fue en orsai;/ la hinchada ruge y hay
datos/ y quedan en la balanza los dos juntos al final..." (Milonga de la esquina
/Enrique Mario Francini-Héctor Marcó); y surge la confesión: "Muchachos, yo soy de
Boca, el cuadrito más guerrero;/ porque tiene mucha clase y se juega todo entero;/
muchachos, yo soy de Boca, el campeón de La Rivera;/ el que en todas partes, sí,/ su
bandera de campeón, con orgullo la paseó..." (Muchachos, yo soy de Boca /D.R.).
Como en todas las cosas de la vida, surge la discusión: "Café de un barrio
porteño en la noche del domingo,/ sexta edición, cubilete; el tema, fútbol y pingos./
Cuatro muchachos charlando en la mesa de rigor,/ José, Ricardo y Anselmo y el
cuarto, un servidor;/ mientras están discutiendo si es mejor Ríver o Boca,/ si es mejor
Legui que Antúnez o qué orquesta es superior..." (Domingo a la noche /Juan José
Guichadut-Oscar Rubens); "En la cancha de mi vida quise yo tentar mi suerte/ y me
puse los colores de esperanza que soñé;/ intenté una gambeta, pero con tu gran
defensa,/ me paraste propiamente, cuando nada había que hacer./ No me intimidé
por eso y al junarte vi en un claro,/ en la valla de tus ojos levanté el tiro final;/ y otra
vez que estaba solo, el referí de tu viejo,/ justamente cerca del arco, paró el juego por
orsai..." (Mi primer gol /Bonano-Fatorini). Eran años en que los pibes soñaban con
llegar a ídolos: "Mamita querida, ganaré dinero;/ seré un Baldonedo, un Martino, un
Boyé,/ dicen los muchachos del Oeste Argentino/ que tengo más tiro que el gran
Bernabé./ Vas a ver qué lindo cuando allá en la cancha/ mis goles aplaudan, seré un
triunfador,/ jugaré en la quinta, después en primera,/ yo sé que me espera la
consagración..." (El sueño del pibe /José Puey-Reinaldo Yiso): "En el fútbol nacional
se destaca un jugador/ de lo más fenomenal por ser un gran goleador,/ no hay quien
pueda resistir su formidable tapón/ a muchos logró batir..." (Bernabé /D.R.).
Los lauros obtenidos han sido perpetuados en tangos que dicen y cantan: "La
estrella del fútbol rutila en el Plata,/ nació en un potrero de un pié sin botín/ de un pibe
lauchita, de un barrio de lata,/ por eso el suburbio shoteando en un team./ El mundo
te aclama, campeón de campeones,/ mi blanca y celeste casaca inmortal;/ un hurra a
esos cracks que te dieron honores,/ silencio muchachos por los que no están./ De
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pronto un pase del eje medio,/ un wing se corre buscando el gol;/ gol en el aire, ¡Gol
argentino!,/ y a la criolla nace un campeón..." (Gol argentino /Alberto Mastra-Héctor
Marcó); "Con pujanza arrolladora, sin desmayo, sin desgano,/ como triunfan los
valientes, frente a frente y con valor,/ el equipo de Argentina es campeón americano,/
fueron once voluntades pero un solo corazón./ Caballeros del deporte, con altura y
señorío,/ la casaca azul y blanca la lucieron con honor/ y pasearon su prestancia,
armoniosos, decididos;/ y ganaron como buenos, con altura de campeón..."
(Argentina campeón /D.R.); "Vibraron las tribunas desde el primer partido,/ los
bravos argentinos salieron a ganar,/ y fueron uno a uno cayendo los rivales/ ante la
atropellada del cuadro nacional./ El fútbol argentino está lleno de historia,/ revivir la
gloria su gran consagración;/ ya me parece verlo ganando por goleada;/ es que la
muchachada juega sensacional..." (Campeón 78 /Jorge Dragone-Juan Luis Ricardi).

EL BOXEO
Muchas de las figuras más destacadas del tango hicieron su paso por el arte
de los puños; baste citar a los poetas Celedonio Esteban Flores, Cátulo Castillo y el
cantor Héctor Mauré; todos de destacada actuación: No es extrañar entonces que
podamos encontrar numerosas composiciones referidas a este deporte; comencemos
por algunos homenajes: "En nombre de la Nación, uniendo música y barco,/
valoraremos tu esfuerzo, tu coraje y tu tesón./ Pascual Pérez, sos campeón; ya eras
cóndor andino,/ de la tierra del buen vino predilecto hijo natal,/ y ahora sos campeón
mundial;/ muchas gracias, mendocino...” (Muchas gracias, mendocino /Héctor
Palacios-S.Cortinez); "En el arte de los guantes no hay ninguno que te iguale,/ por
algo tu nombre brilla en lo alto, como el sol;/ te consagraste una noche, a campeones
derrotaste/ con coraje, con guapeza, con estilo y con valor./ Hoy te admira todo el
mundo, muchacho de mi argentina,/ porque a pesar de tus triunfos sos humilde, sos
cordial;/ y tu nombre está en la lista de los grandes luchadores,/ Accavallo, un
argentino, que llegó a campeón mundial..." (Horacio Accavallo /D.R.).
Tal como sucede muchas veces, también el clima tan especial del mundo del
boxeo está fielmente descrito en los versos de un tango: "Ya tiembla el cuadrado, se
encienden las luces/ y explota el aplauso que es como un clarín; segundos afuera, el
músculo cruje/ y van dos titanes al centro del ring./ Comienza el combate; fintean, la
gloria,/ un uppercut, un gancho, un cross, el knock out;/ y a esponja y sudores se
escribe tu historia/ hasta que el gong marque tu último round..." (Segundos afuera
/Héctor Marcó); claro que a veces el vencido puede ser el corazón: "Algo groggy por
mis besos te pusiste a suspirar,/ yo contengo a la distancia quise el lance terminar;/ y
en un dulce cuerpo a cuerpo martillé en tu corazón,/ vos caíste, y qué suerte;/ te
salvaste por el gong..." (Knock out de amor /Vicente San Lorenzo-Iván Diez);
incluso, ese último round puede ser el de la vida: "¡Qué bronca! saber que el tiempo
se va/ y abandonar la pelea antes del último round..." (El último round /Chico
Novarro).
Finalmente, el homenaje al negro Celedonio Esteban Flores, que, como se
sabe y al igual que otras figuras como Cátulo Castillo y Héctor Mauré, fue destacado
boxeador: "Triunfador, que en las sogas del ring se destaca;/ soñador, como estrella
que al viento se zafa;/ figura morena de indómita raza,/ alma que se pasa plantado en
el ring..." (Un poeta en el ring /Jorge Dragone-Juan Luis Ricardi).

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EL AUTOMOVILISMO
Otro deporte de hondo arraigo popular en el que también se canta a sus figuras
más destacadas: "Bajan el banderín, fuerte ruge el motor;/ se oye gritar sin fin, Fangio
en el pelotón./ Vibrando de emoción te vemos perfilar/ cual saeta veloz, seguro de
triunfar..." (Fangio /E.Macea); que también es homenajeado en el candombe de
Francisco Canaro "El Chueco Fangio". Además, hay otros nombres recordados,
como el de Eusebio Marcilla y el de Carlos Alberto Reutemann, en otro tango que
dice: "Su fe inquebrantable lo lleva adelante,/ pegado al volante lo vemos andar;/ la
bandera a cuadros lo encuentra primero;/ ahora es puntero, ya empezó a tallar..." (El
gran corredor /Jorge Dragone-Juan Luis Ricardi).

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CAPITULO VIII – Las Etapas De La Vida

LA NIÑEZ
Es indudable que las letras de los tangos reflejan la vida en todos sus
aspectos; puede decirse sin temor que es un fiel reflejo de ella y que en ella se nutren
y abrevan. Al recorrer los versos que nos regresan a la edad feliz, que nos hablan de
ella o cuyo personaje central es un niño, encontramos muchas veces pinceladas de
hondo contenido dramático: "Usted no me conoce, me llamo Cucusita/ y tengo una
hermanita que no puede jugar;/ es de trencitas rubias, si viera qué bonita,/ y hace seis
meses largos no puede caminar..." (Cucusita / Riobal-Carlos Lucero), cabe acotar
que Riobal era el seudónimo que el cantor Alberto Castillo utilizaba para firmar sus
composiciones; "A punto fijo no sé, si el dolor que senti/ escuchando la voz de la
nena/ o fue que cuando miré a su vieja senti/ que lloraba en silencio su pena..." (La
cieguita /Kepler-Lais); "Con sus ropitas viejas, curtido por el sol,/ la vida lo ha tratado
con todo su rigor,/ siempre en la misma esquina voceando su pregón/ -Señor, aquí se
lustra mejor que en el salón..." (Se lustra señor /Enrique Alesio-Marvil-Eduardo del
Piano); "Llevando a un muchachito sujeto de la mano/ se presentó el sargento que
estaba de facción,/ el mundo está perdido le dijo entre asombrado;/ apenas siete
años, tan chico y ya ladrón..." (Cuatro líneas para el cielo /Arturo Gallucci-Reinaldo
Yiso); "Yo la conocí a Mamboretá en el barrio aquel de la niñez/ con su pena cruel de
no tener mamá/ ni conocer otro consuelo que llorar;/ pobre huerfanita, triste flor, era
su madrastra la impiedad,/ carne de dolor, ni nombre se le dio,/ fue nada más que la
infeliz Mamboretá..." (Mamboretá / María Isolina Godart-Francisco García Jiménez);
"Si se salva el pibe, si el pibe se salva,/ vas a ver la fiesta que vamos a dar;/ si Dios
no permite que el pibe se vaya/ será fiesta patria en el arrabal..." (Si se salva el pibe
/Francisco Pracánico-Celedonio Esteban Flores); tema este al que sus autores
hicieron una segunda parte titulada “El pibe se salvó”.
Pero no sólo drama podemos encontrar dentro de esta temática; también hay
tiernos recuerdos relacionados con la infancia: "Medallita de la suerte que te llevo
desde niño/ y es tan grande mi cariño como el miedo de perderte,/ yo nací para
quererte porque junto a mi cunita/ te bendijo mi viejita con el llanto de tu amor..."
(Medallita de la suerte /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera-Mario Battistella); "Dormite mi
niño Pedro que está por llegar/ envuelto en nube y cielo Papá Baltasar,/ llenita su
alforja blanca con cien matracas, con un tambor;/ un trompo de cuerda larga, un tren
de carga y un carretón..." (Papá Baltasar /Sebastián Piana-Homero Manzi);
recuerdos que giran muy próximos a nuestro corazón: "Llora la calesita de la esquinita
sombría/ y hace sangrar las cosas que fueron rosas un día..." (La calesita /Mariano
Mores-Cátulo Castillo); "Calesita de mi barrio que en mis tiempos de purrete/ eras el
mejor juguete que podían brindar,/ cuando paso por tu lado recordando aquellos
tiempos/ no sé explicar lo que siento, pero quisiera llorar..." (Calesita de mi barrio
/Juan José Paz-Juan José Otero); "Todo está lo mismo, la vieja casita/ de los
limoneros junto al huerto aquel/ donde por las tardes una calesita/ canta dando
vueltas como un cascabel..." (Música de calesita /Cátulo Castillo-José González
Castillo); "Un ciego con una piba, limosna pidiendo van,/ rascando el viejo una viola y
tarareando un gotán;/ la piba con voz tristona acompaña a su patrón/ la copla que el
viejo gime y que dice esta canción..." (Traicionera /Luis Garros Pe-Ghiralda).

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Aún el reflejo en la niñez de los problemas de su progenitores está
contemplado en las letras de los tangos: "Pero cuando pienso en el purrete/ siento
que se me hace un siete donde tengo el corazón" (Una carta /Miguel Bucino); "No
quiero que venga y toque al purrete/ ni que me la nombren, total para qué..." (El
purrete / Eladio Blanco-Raúl Hormaza); "Te marearon con el oro que yo no pude
ofrecerte/ pues al irte de mi casa te olvidaste lo mejor;/ podrás bañarte en el oro, que
a vos te ayude la suerte,/ pero al pibe de mi vida, al pibe lo tengo yo..." (Al pibe lo
tengo yo /C.Acosta).
No quiero finalizar esta breve recorrida sin mencionar algunos tangos que nos
hablan sobre el significado de ser padres: "Porque ahora tengo un pibe que es mi vida
y mi ilusión/ que apacigua con ternura tanta locura;/ a mi casa trajo el cielo, ángel de
mi corazón;/ y me tiene prisionero tan a gusto compañero/ que me quedo en la
prisión..." (Prisionero /Anselmo Aieta-Francisco García Jiménez); "Ahora aunque me
faje, purrete arrabalero,/ ya sabe que lo quiero con todo el corazón;/ y que yo soy
suya, que suyo es mi cariño,/ que nuestro será el niño, obra del metejón..."
(Arrabalero / Osvaldo Fresedo-Eduardo Calvo); "Mi mujer trajo a la vida un rosadito
purrete,/ contentos con el pebete lo pasamos todo el día..." (Sin pensarlo /Jorge
Vidal-Raúl Cobián); y el dolor por el pibe que nunca llegó: "Los años cumpliría por
Diciembre, tal vez cuando festejan Navidad,/ creciendo lo verían de repente el sofá y
el escritorio de papá;/ tendría un trajecito marinero, después para el colegio un
delantal/ y luego cuando cumpliera con el sexto habría que ir pensando en algo
más..." (Pudo ser una vida /Elías Randal-Carlos Bahr).

LA JUVENTUD
Es en esta edad, sin duda alguna la más hermosa de la vida en la que los
sentimientos quedan grabados a fuego, que vamos descubriendo el milagro de la vida
y los misterios del amor que son fielmente registrados en numerosas composiciones;
ser joven significa soñar: "Sueño de juventud que muere en tu adiós/ timida
remembranza que añoraré/ canto de una esperanza que ambicioné/ acariciando tu
alma en mi soledad..." (Sueño de juventud /Enrique Santos Discépolo); "Los veinte
abriles daba yo/ y ya deseaba recorrer el mundo que me ilusionó,/ mi pobre madre en
su pesar lloró de pena/ y en alas del ensueño abandoné el hogar;/ mi porvenir
interrogué/ y aunque me dijo el sabio que era oscuro/ proseguí con fe;/ soñaba al son
de mis primeros años,/ sin ver los desengaños pero desperté..." (Sueño querido
/Angel Maffia-Mario Battistella). Y la vivencia de asomarse al amor, amores de
juventud, amores de estudiante: "Entonces tú tenías dieciocho primaveras,/ yo veinte
y el tesoro preciado de cantar..." (Misa de once /Juan José Guichandut-Armando
José Tagini); "Hoy un juramento, mañana una traición;/ amores de estudiante, flores
de un día son;/ en unos labios ardientes dejar una promesa, apasionadamente..."
(Amores de estudiante /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera); "Era de la calle maleva una
flor,/ linda como una mañanita de sol;/ y yo un estudiante, soñador y amante,/ que no
pensó, pero aquel romance terminaría..." (Estudiante /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera-
Mario Battistella); "Yo tengo un amor que me tiene penando;/ por él yo dejé de seguir
estudiando..." (El vals del estudiante /Francisco Canaro-Ivo Pelay); "No quise creer
que fueras la misma de antes,/ la chica de la Tienda La Parisién;/ mi novia más
querida cuando estudiante/ que incrédula decía los versos de Rubén..." (Sólo se
quiere una vez /Alejandro Carlos Vicente Geroni Flores-Claudio Frollo).

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LA MADUREZ
Los distintos estadios de la vida pasan mucho más rápido de lo que uno
quisiera y así lo reconocen los versos en tangos, valses y milongas llenos de
evocación: "Cuando vuelvo la mirada a lo pasado/ y me fijo que está todo diferente,/
mil recuerdos se me agolpan en la mente/ evocando aquellas horas del ayer;/ Ya no
somos los muchachos bullangueros/ que vivían soñando en el mañana/ alejando del
alma los quebrantos/ para vivir tan sólo la gloria de un querer..." (Quién tuviera
dieciocho años /Guillermo Desiderio Barbieri); "En su viejo balcón parecía/ una flor
de la vieja barriada,/ yo tan sólo veinte años tenía/ y al mirarla en los ojos soñaba..."
(Yo tan sólo veinte años tenía /Julio César Sanders-Enrique Cadícamo); de
inmediato surge la inevitable evocación: "Veinticinco abriles, volver a tenerlos;/ si
cuando me acuerdo me pongo a llorar..." (Tiempos viejos /Francisco Canaro-Manuel
Romero); "Treinta años y mirá, mirá qué viejo estoy..." (Barrio reo / Roberto Fugazot /
Alfredo Navarrine).
¡Qué rápidamente se llega a la madurez!: "Hoy cumplo cuarenta abriles/ y no
niego el acusar;/ justito cuarenta abriles, le paso el dato a los giles/ pa' que puedan
chimentar..." (Cuarenta escalones); "En el fondo del espejo de la vida me estoy
viendo/ que ya voy tirando a viejo porque estoy encaneciendo;/ cómo corre el tiempo,
hermano, cumplo hoy un año más,/ uno más y son cuarenta los que ya suman la
cuenta/ de mi vida que se va..." (Cuatro recuerdos /Gatti-Iglesias); "Hoy que estoy
en los cuarenta,/ en el debe de la vida, cacé una mina raída/ que tiene más de la
cuenta..." (El conventillo /Ernesto Baffa-Arturo De la Torre); "Voy camino a los
cincuenta, punto y coma de la vida,/ sin pensar, sin darme cuenta, cerca del punto
final;/ esquivando a los espejos que antes fueron mi alegría/ y los miro desde lejos
para poderme peinar..." (Voy camino a los cincuenta /Cacho Castaña).

LA VEJEZ
El vertiginoso e implacable paso de los años es contemplado con mucha
preocupación, incluso con los problemas creados en las relaciones cuando existe una
notoria diferencia de edad: "De pronto ya todo quedó sin paisaje,/ la nube que vuela,
el tiempo de amar;/ y supimos tarde cuál es el mensaje/ para dos que tarde quisieron
soñar;/ tu luz de verano me soñó el otoño/ y yo te agradezco la felicidad;/ no puedo
engañarte, mi adiós es sincero,/ tu estás en enero, mi abril ya se va..." (No nos
veremos más /Luis Stazo-Federico Silva); "Yo sé bien que no es cariño lo que te
tiene a mi lado,/ que de puro noble y buena a mi lado te quedás;/ porque me estoy
dando cuenta que ya estoy en el ocaso/ y que vos son una rosa que comienza a
perfumar..." (Estas cosas de la vida /Arturo Gallucci-Reinaldo Yiso); "Vos sos buena,
no te cabe ni un reproche/ y sos para mí una amiga desinteresada y leal,/ una estrella
en lo triste de mi noche,/ una máscara de risa en mi pobre carnaval;/ vos me torciste
la vida, te cruzaste en mi camino/ para engañarme con risas, con amor y con placer;/
y entré a quererte por esa ley del destino/ sin darme cuenta que estaba ya viejo para
querer..." (Cuando me entrés a fallar /José María Aguilar-Celedonio Esteban Flores).
También para ellas el paso del tiempo es despiadado: "Vieja recova, rinconada
de su vida,/ la encontré vieja y vencida/ con una mueca fatal;/ la mala suerte le jugó
una carta brava,/ se le dio vuelta la taba,/ la vejez la derrotó..." (Vieja recova /Rodolfo
Sciamarella-Enrique Cadícamo); "Mina que fue en otro tiempo/ la más papa
milonguera,/ y en esas noches tangueras/ fue la reina del festin;/ hoy no tiene pa'
ponerse/ ni zapatos ni vestido,/ anda enferma y el amigo/ no aportó para el bulín..."
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(El motivo /Juan Carlos Cobián-Pascual Contursi); "Fiera venganza la del tiempo/
que nos hace ver deshecho/ lo que uno amó..." (Esta noche me emborracho
/Enrique Santos Discépolo); aunque siempre existe una excepción que confirma la
regla: "Ya sabe que a su hermosura ya le queda poco paño,/ también sabe que los
años se morfan cualquier pintura;/ pero ya cuando natura le empiece a dar con vigor/
tendrá un piso, un auto flor,/ el viejito, su chequera,/ y más guita en la cartera que
banco de Nueva York..." (La canchera /Solaberieta-Acuña).
Con deliciosa y sencilla filosofía exclama el hombre de arrabal: "¡Cómo se
pianta la vida, cómo rezongan los años!/ Cuando fieros desengaños nos van abriendo
una herida..." (¡Cómo se pianta la vida! / Carlos Viván); "Se va la vida, se va y no
vuelve,/ escuchá este consejo:/ si un bacán te promete acomodar/ plantá derecho
viejo..." (Se va la vida /Edgardo Donato-Roberto Zerrillo-Luis Mario) seudónimo este
último de la escritora María Luisa Carnelli; "La vida es corta y hay que vivirla,/ en el
mañana no hay que confiar,/ que hoy la mentira se llama sueño;/ tal vez mañana se
haga verdad..." (La vida es corta /Ricardo Tanturi-Francisco Gorrindo); "Volver con la
frente marchita,/ las nieves del tiempo platearon mi sien;/ sentir que es un soplo la
vida,/ que veinte años no es nada,/ que febril la mirada/ errante en las sombras/ te
busca y te nombra..." (Volver /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera).
La etapa final de la vida es anticipada así: "Cuando estemos viejos/ y se nos
achique el paisaje en los ojos;/ y el sol del invierno/ se nos ponga lejos/ y nos
cachetee la cara del espejo..." (Cuando estemos viejos /Zárate-Marvil) seudónimo
de Elisardo Martinez Vila; y su llegada hace surgir el lamento: "¡Qué viejo estoy!/ y
qué extraños desengaños/ van produciendo los años/ con su necio machacar..."
(¡Qué viejo estoy! /López-Rose-J.M.Velich); "Me estoy sintiendo viejo,/ detrás del
alma se va la vida;/ hoy me miré al espejo/ y siento mi alma que está vencida..." (Yo
también /Luis Visca-Luis Rubinstein); "Vamos, vamos, zaino viejo,/ ya estamos los
dos iguales;/ nos hemos ido tan lejos/ con cincuenta carnavales;/ vamos, vamos,
zaino viejo,/ ya es hora de descansar..." (Vamos, vamos, zaino viejo /Antonio Tello-
V.Velázquez); pero el tango siempre ha sabido tomar las cosas de la vida, aún las
más dramáticas, con filosófico humor; no es de extrañar entonces la presencia de
algún pintoresco personaje: "Ya te pasaste de largo el corso de los sesenta/ y si el
recuerdo me amargo de jamás dejar la cuenta;/ ya no te da la osamenta y clama por
un velorio;/ calmate Don Juan Tenorio que ya no sos un muchacho,/ ni aguantan
como el quebracho tus huesos de vejestorio..." (Viejito calavera /Luis Rubinstein);
"Muy bien vestido, siempre sobrador,/ la juega de señor, el viejito mejillón;/ parece ser
un ciudadano en paz/ pero puede causar más daño que un ciclón..." (El viejito
mejillón /Horacio Salgán-Roberto Lambertucci); "Cuando un viejo se enamora anda
el pobre en un revuelo,/ con betún para el bigote y pinturita pa'l pelo;/ cuando un viejo
se enamora anda todo alborotado,/ y pa' que ella no se avive, ni lo tome como un
pibe/ duerme todo encorsetado..." (Cuando un viejo se enamora /Rodolfo
Sciammarella-Manuel Romero). Estos equívocos personajes encuentran su réplica y
un buen consejo: "Viejito, ¡salud! Podés espiantar,/ que mi juventud no es flor pa' tu
ojal,/ la gloria que vos a mí me ofrecés,/ guardala mejor para otra mujer..." (Gloria
/Humberto Canaro-Armando José Tagini); "¡Qué querés, Cipriano, ya no das más
jugo!/ Son cincuenta abriles que arriba llevás;/ junto con el pelo, que fugó del mate,/
se te fue la pinta, que no vuelve más./ Dejá las pebetas para los muchachos,/ esos
platos fuertes no son para vos;/ piantá del sereno, andate a la cama,/ que después
mañana andás con la tos..." (Enfundá la mandolina /Francisco Pracánico-José María
Zubiría).

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CAPITULO IX – Los Familiares

LA MADRE
Sin duda alguna, la figura de la madre ha sido la más homenajeada en las
letras de los tangos; la dulce viejecita está permanentemente presente y, tal vez
porque en aquella sociedad la mujer debía luchar sola con mucha frecuencia, es que
esta temática sea muy frecuentada y ha sido motivo de inspiración para los poetas del
tango. Es materialmente imposible recorrer estas letras en su totalidad, tal es su
riqueza; pero comentaremos algunas de las más representativas: "¡Madre, no hay
cariño más sublime ni más santo para mí!/ Los desengaños redimen y a los recuerdos
del alma volví..." (Madre /Francisco Pracánico-Verminio Servetto); "Pagando antiguas
locuras/ y ahogando mi triste queja;/ volví a buscar en la vieja/ aquellas hondas
ternuras/ que abandonadas dejé..." (Madre hay una sola /Agustín Bardi-José de la
Vega); "Pobre viejecita que llorando está/ por la mala hija que no volverá;/ huyó de su
lado tras un falso amor/ y hoy la pobre madre muere de dolor..." (No llore viejita
/José Antonio Scarpino-Julio Aparicio); "A Dios le ruego que no me haga llegar tarde,/
que la fe de mi viejita es posible que me aguarde..." (Desaliento /Armando Baliotti-
Luis Castiñeira); "Hacelo por la vieja, abrite de la barra;/ sabés lo que te espera si
continuás así;/ no ves que es peligroso tomar la vida en farra/ hacelo por la vieja si no
hacés por mí..." (Hacelo por la vieja /Rodolfo Sciamarella-Carlos Viván-Héctor
Bonatti); "Pobre mi madre querida, cuántos disgustos le daba,/ cuántas veces
encondida, llorando lo más sentida/ en un rincón la encontraba..." (Pobre mi madre
querida /José Betinoti); "Perdón viejita, única amiga;/ una y mil veces pido perdón..."
(Perdón viejita /Osvaldo Fresedo-Saldías); "Hoy ya ves, estoy tranquilo, por eso es
que buenamente,/ te suplico que no vengas a turbar mi dulce paz;/ que me dejes con
mi madre, que con ella, santamente,/ edificaré otra vida, ya que me siento capaz..."
(Tengo miedo /José María Aguilar-Celedonio Esteban Flores); "Por noble y por
buena, por santa y divina;/ la llevo metida en el corazón;/ mi vieja muchachos y todas
las viejas,/ son todas iguales: ¡Un cacho de Dios...!” (Un tango para mi vieja /Enrique
Alesio-Reinaldo Yiso); "Yo dejé mi barrio viejo, en el barrio una casita,/ en la casita
una pena, en la pena a mi viejita..." (Santa madrecita /Juan D'Arienzo-Héctor Varela-
Carlos Waiss); "Con los amigos que el oro me produjo/ las horas con afán pasaba yo;/
y de mi bolsa el poderoso influjo,/ todos gozaban de esplendente lujo,/ pero mi madre
no..." (A mi madre (Con los amigos) /Carlos Gardel-José Razzano-José Bonifacio
Palacios).
Como vemos, un riquísimo venero del que apenas hemos recorrido una
mínima parte; cierta vez una periodista le preguntó a Troilo porqué había tantas
madres en el tango, y el inefable Pichuco le contestó: -¿Y dónde querés que estén las
madres...?

EL PADRE
A diferencia de la madre, la figura del padre es más bien escasa en las letras
de tangos porque así era la sociedad de aquellos años. Carlos Gardel nunca quiso
conocer a su padre y puede decirse que esto era una constante. No obstante,

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podemos encontrar algunas letras que honran la figura paterna: "Papá, palabra muy
tierna, que siempre perdona, que todo lo da;/ papá, que tanto luchaste por darme un
camino de amor y verdad./ Papá serás siempre inolvidable, por que sos junto a mi
madre/ lo que más quiero papá..." (Papá /Enrique Alesio-Reinaldo Yiso); "Padre mío,
desde el fondo de mi alma/ te recuerdo; siempre, siempre, con amor./ Padre mío,
siempre tuve tu cariño,/ para vos soy aquel niño que precisa tu calor./ Padre mío, por
tu amor, por lo que hiciste;/ por todo lo que me diste te llevo en mi corazón..." (Padre
mío /Gómez-Carde); "Por el cariño de un hijo bueno,/ oh! padre, en tu nombre me
arrodillo;/ si con un gesto me robaste el sueño/ tu amor me lo dio todo con cariño..."
(A mi padre /Héctor Marcó); "No llore, viejo querido, déjeme llorar a mí;/ déjeme que
arrepentido abra mi pecho oprimido/ para llorar lo que fui./ La vieja, la pobre vieja,
quiero verla...¿dónde está?/ Porqué se queda callado? Comprendo soy un malvado/ y
Dios me perdonará..." (Mi viejo querido /Juan Carlos Bera-Abel Aznar); como vemos,
aún en los homenajes al padre la madre siempre está presente, con alguna
excepción: "Pero hoy junto a mi ventana se ha parado el viejo ciego,/ al asomarme a
la puerta el chico me empieza a hablar,/ le pregunto si tiene madrecita y más
hermanos/ -No señor- dice- solitos vivimos con mi papá..." (Serafín /Antonio y Aníbal
Melgarejo).

LOS HERMANOS
Si bien no en forma abundante, la figura fraternal también está presente en la
temática tanguera; veamos en primer término la confidencia entre hermanos: "¿Qué
te pasa hermano, que vivís tan triste,/ que tus ojos baten una pena cruel?/ Estás
amargado porque la quisiste/ y porque supiste que te ha sido infiel./ Estas son
sorpresas que la vida guarda/ al pagar afectos con frío desdén;/ es un viejo dicho que
ya ni acobarda,/ por la misma pena sufrí yo también..." (Resignate hermano
/Guillermo Desiderio Barbieri-José Ricardo-José Rial); "¡Qué cosas, hermano, que
tiene la vida,/ yo no la quería cuando la encontré!/ Hasta que una noche me dijo
resuelta,/ ya estoy muy cansada de todo y se fue./ ¡Qué cosas, hermano, que tiene la
vida!/ Desde aquel momento la empecé a querer..." (Quién hubiera dicho /Rodolfo
Sciammarella-Luis César Amadori); "Ya sé que tu falta será para el mundo/
escándalo, risa, placer o baldón;/ más yo soy tu hermano, y al ser juez me fundo/
según los dictados que da el corazón..." (Levantá la frente /Agustín Magaldi-Antonio
Nápoli); "Vos sabés lo que yo hice por ella,/ vos sabés que al venirse conmigo/ no
tenía alimento ni abrigo/ y su frío y su hambre maté..." (Dejame llorar hermano
/Anselmo Aieta-Francisco Bastardi).
No es de extrañar que el amor de una mujer separe a dos hermanos: "Cumplí
con tu deber, que es triste muy triste,/ pelear entre hermanos un mismo querer;/
llevátelo todo, mis pilchas mi vento,/ pero a ella dejala, porque es mi mujer..."
(Llevátelo todo / Rodolfo Sciammarella); aunque la vida puede volver a reunirlos: "En
fin, eso pasó. ¿Estás llorando?/ Mirá, si te hace daño mi pasada,/ después de darle
un beso a la finada/ yo me voy, pa' m es igual..." (Pa' mí es igual /Lucio Demare-
Agustín Irusta-Roberto Fugazot-Enrique Cadícamo).

LOS ABUELOS
Con toda la ternura que significan los abuelos, su figura recibe el homenaje en
algunos temas: "La voz del recuerdo te trae de la Italia/ la grave sirena del barco al
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partir,/ y en medio de un pueblo al que diste el alma/ te sientes nonito, abuelo y
feliz..." (El nono /Vicente Demarco-Luis César Locasio); "No tome más, abuelo, y
deje el vino,/ no tome más, tatita, es una pena;/ que con la fiesta, abuelito, un vecino/
vino a esta mesa alegrando nuestra pena..." (Abuelito /Angel Cabral-Eduardo
Trongé). Pero no todo ha de ser tristeza en el recuerdo de los abuelos que nunca han
perdido la alegría de vivir: "Mil novecientos, los bailes de antaño/ eran alegres
jardines de flores/ y las parejas valsaban contentas/ mientras los ojos hablaban de
amores..." (El vals de los abuelos /Luis Rubinstein); "Así bailaban mis abuelos,
elegantes marcando el compás,/ así bailaban, enamorados,/ mientras bailaban al
ritmo del vals..." (Así bailaban mis abuelos /Héctor Varela-Titi Rossi-Silvio Soldán).

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CAPITULO X – Otras Relaciones

LA NOVIA
La figura de la novia siempre ha sido muy considerada en las letras de los
tangos y puede decirse que sus versos encierran un sentimiento de culpa: "Yo te
canto novia mía/ con los versos más hermosos,/ con el alma enamorada/ en la reja
decorada/ con la gloria de tus ojos;/ con escala de jazmines/ subir mi fantasía/ a
besarte suavemente/ y decirte dulcemente, que te quiero corazón...” (Yo te canto
novia mía /Luis Visca-Luis Rubinstein); "Adiós, mi novia provinciana, adiós,/ cualquier
tarde cuando vayas a rezar/ murmura una oración de paz./ Adiós, mi novia
provinciana, adiós,/ junto al arroyo, donde está el sauce llorón/ arroja aquel anillo que
te di...” (Novia provinciana /Pomati-Dávila-Horacio Sanguinetti); "Novia mía, se retira
vencido el alcohol/ tarde, cuando el vicio de mí te alejó;/ mira, hoy la tarde es feliz,/ el
cielo se desangra por ti...” (Destino de flor /Roberto Rufino-Alejandro Romay).
Pero es inevitable el emocionado y tierno recuerdo de la novia de la lejana
juventud: "A veces repaso mis horas aquellas/ cuando era estudiante y tú eras la
amada,/ cuando con tu sonrisa repartias estrellas/ a los puntos altos de aquella
barriada./ Ah! Las noches tibias. Ah! La fantasía/ de nuestra veintena de abriles
felices/ cuando solamente tu risa se oía/ y yo no tenía mis cabellos grises..." (La
novia ausente /Guillermo Barbieri-Enrique Cadícamo); "De un tiempo a esta parte,
muchacha, te noto,/ más pálida y triste, decí ¿qué tenés?/ Tu carita tiene el blancor
del loto/ y yo, francamente, chiquita, no sé..." (De todo te olvidas (Cabeza de novia)
/Salvador Merico-Enrrique Cadícamo); "Noviecita mía, yo te quiero/ con el cariño puro
de aquel que puso en ti su corazón;/ eres la esperanza de mi ensueño y de mi amor,/
te amo y te respeto como a Dios..." (Noviecita mía /Angel D'Agostino-Timarni);
“¿Dónde estarás, dulce novia que fue/ dueña de mi ternura?/ hoy como ayer eres tú/
mi único rayo de luz..." (Mi novia de ayer /Arturo Gallucci-Osvaldo Bazán); "No quise
creer que fueras la misma de antes,/ la rubia de la tienda "La Parisién";/ mi novia más
querida cuando estudiante/ que incrédula decía los versos de Rubén..." (Sólo se
quiere una vez /Carlos Vicente Geroni Flores-Claudio Frollo).

EL NOVIO
Aunque en menor medida, también la figura del novio aparece en las letras de
los tangos, incluso el del novio que nunca fue: "Nunca tuvo novio, pobrecita,/ porque
el amor no fue/ a su rincón de humilde muchachita/ a reanimar las flores de sus
años..." (Nunca tuvo novio /Agustín Bardi-Enrique Cadícamo); "Se fue murmurando
su enorme desdicha/ pensando en el novio que nunca llegó,/ llevaba escondida en
sus negros ojos/ la huella profunda de lo que sufrió..." (La que nunca tuvo novio
/Agustín Magaldi-Pedro Noda-Carlos Pesce); "¡Mama, yo quiero un novio/ que sea
milonguero, guapo y compadrón!/ Que no se ponga gomina, ni fume tabaco inglés/ y
que pa' hablar con una mina/ sepa el chamuyo al revés./ ¡Mama, si encuentro ese
novio/ juro que me pianto aunque te enojés..! (Mama, yo quiero un novio /Ramón
Collazo-Roberto Fontaina).

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NOVIAZGOS EN CONFLICTO
Lógicamente, la relación entre seres humanos es problemática y la ya casi en
desuso institución del noviazgo formal solía tener sus puntos de roce, en algún caso,
por razones sociales: "Más no éramos iguales, y eso nos separaba,/ un mundo de
distancia había entre los dos;/ tú eras de familia muy rica y distinguida/ yo en cambio
solamente era un trabajador./ Vivías entre el lujo, en un regio palacio,/ ningún amor
sincero podías ya sentir;/ tus autos y lacayos, tu oro y pedrería;/ tus sedas y tus
encajes te apartaron de mí..." (La brisa /Francisco Canaro-Juan Andrés Caruso); "Mi
sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo/ el alma en que se anida mi
incomparable amor./ Ella es de noble cuna y yo un simple plebeyo;/ no es distinta la
sangre ni es otro el corazón;/ Señor, por qué dos seres no son de igual valor..." (El
plebeyo /Miguel Nijenson). Otras veces la diferencia residía en los gustos: "Y otra
cosa más te pido, mi querida noviecita,/ en la noche de mi boda, y no lo tomes a mal,/
yo quiero que me arrulle el tango La Cumparsita,/ que por algo soy porteño y nací en
el arrabal..." (Bolero /Héctor Marcó); "Susanita, vos sabés que te quería,/ vos sabes
que me moría por la gloria de tu amor. ¡Che, pebeta! Te volviste petitera,/ vos que
fuiste tan tanguera, no me hagás esta traición./ Susanita, para vos seré un guarango,/
yo me quedo con el tango, vos quedate con el rock..." (Susanita /Enrique Alesio-
Reinaldo Yiso). De gustos o de costumbres: "Porque yo sé que mi vida no es una vida
modelo,/ porque el que tiene un cariño al cariño se ha de dar,/ y yo soy como el
jilguero que aún estando en jaula de oro/ en su canto llora siempre el antojo de volar./
He tenido mala suerte, pero hablando francamente,/ yo te quedo agradecido, has sido
novia y mujer;/ si la vida ha de apurarme con rigores algún día,/ ya podés estar
segura que de vos me acordaré..." (Mala suerte /Francisco Lomuto-Francisco
Gorrindo).

NOVIAZGOS REALIZADOS
No siempre el noviazgo tiene que ser conflictivo, a veces lo encontramos en su
plenitud: "Ya ven que aquel mocito taura y rompedor hoy es un convencido yugador,/
bien calladito y conforme con su uniforme de changador;/ la vida es puro grupo y
nada mas, hay que vivir en serio y laburar/ y buscar a la fulana que a uno lo haga
cambiar..." (La fulana /Alberto Mastra). Otras veces, el romance se extiende en el
tiempo lleno de dulces recuerdos: "Dame un abrazo, mi noble esposa, que al calorcito
del dulce hogar/ mientras los chicos juegan y ríen añoraremos la mocedad./ ¿Te
acordás, vieja, de aquella tarde, cuando temblando por la emoción,/ y acobardado por
tus encantos por vez primera de hablé de amor...? (Calor de hogar / Eugenio
Carrere-Jesús Fernández Blanco); "Lita, bailemos este vals,/ mira, los hijos se nos
van./ Solos, muy solos otra vez,/ con tu amor y mi amor nada más, nada más..." (Lita
(Que seas muy feliz) /Roberto Rufino-Alejandro Romay); "Espérame en el cielo,
corazón, si es que te vas primero;/ espérame que pronto yo me iré allí don tú estás;/
espérame en el cielo, corazón, si es que te vas primero,/ espérame en el cielo,
corazón, para empezar de nuevo..." (Espérame en el cielo /Francisco López Vidal).

LOS COMIENZOS
Pero, ¿cómo comenzaban esos noviazgos que a veces fracasaban y otras
duraban eternamente? Si nos remontamos en el tiempo, la cosa pudo haber sido así:
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"Linda estaba la tarde en que la vide/ el patio de su rancho acomodando/ y aunque
guapo pa' todo me sentía/ no pude hablarla y me quedé temblando./ Estaba como
nunca la había visto/ vestida livianito de zaraza,/ con el pelo volcao sobre los
hombros;/ era una virgen que encontré en la casa..." (Temblando /René Ruiz
(Charrúa)-Alberto Hilarión Acuña). Andando el tiempo, el transcurrir de los años trajo
otras costumbres; el conocimiento se producía, por ejemplo, en un cruce en la calle:
"Adiós, corazón, te decían los muchachos,/ adiós, corazón, aquel día dije yo,/ y
comenzaste a sonreír porque la frase te agradó/ y por la calle te seguí/ diciendo así
con emoción:/ adiós, corazón; si usted quiere la acompaño./ Soñé con su amor,
quiero ver qué hay de verdad;/ y mi presencia te turbó, quedaste casi sin hablar;/
mientras dijiste con tu adiós: Hasta mañana corazón..." (Adiós, corazón /Sapelli-
Etchegoncelay); de otra manera, la cosa podía ser a la salida de un baile: "En sus
ojos voy leyendo que en su alma hay alegría./ ¿Porqué entonces, vida mía, me hizo
tanto suspirar?/ Pero sigamos bailando, porque el tango ya termina;/ hoy la espero a
la salida, tengo mucho que contar..." (Hay la espero a la salida /Roberto Chanel-
Raúl Hormaza); otras veces, sólo el encuentro casual: "Era una tarde, corría la brisa,/
muy cálida y suave por La Rosaleda;/ cerca del lago, leyendo poesías,/ te hallabas
oculta entre la arboleda./ Turbé el silencio con mis pisadas;/ hubo un suspiro y dos
miradas..." (La brisa /Francisco Canaro-Juan Andrés Caruso); "La conocí por
Palermo una de esas lindas tardes,/ fue mirarla y entregarle alma, vida y corazón/ y a
los seis meses justitos quiso que vieran sus padres/ al hombre que era su sueño, su
esperanza y su ilusión..." (Bolero /Héctor Marcó). Otras veces ese primer encuentro
podía presentar ribetes de tragicomedia: "Era un mono loco que encontré en un árbol/
una noche de hambre que me vio pasar,/ me tiró un coquito y yo, que soy chicato,/
me ensarté al oscuro y la llevé al bulín./ Sé que entré a la pieza y encendí la vela;/ sé
que me di vuelta para verla bien./ ¡Era tan fulera que la vi y di un grito!/ Lo demás fue
un sueño, yo me desmayé..." (Justo el 31 /Enrique Santos Discépolo-Félix Radaelli
(Rada). Incluso con algún inesperado inconveniente: "A las nueve menos cuarto, fue
su última palabra;/ se imaginan lo contento, que esa noche ni dormí./ Era martes,
martes trece, pero eso qué importaba/ y a las nueve menos cuarto, como fierro,
estaba allí./ Ella dijo: -Clavelina; yo le dije: -Pomuselo./ yo sentia las trompadas que
me daba el corazón;/ Cuando dijo: -Caminamos; yo le dije: -Caminemos;/ y justito al
declararme este hipo me chapó..." (El hipo /Enrique Alesio-Reinaldo Yiso); "No era
feo el paparulo,/ pintaba bien su esqueleto,/ pero tenía defectos:/ era rengo y
tartamudo;/ en su boca como engrudo/ las palabras se pegaban/ y al largar el
chamuyo/ la fulera suerte quiso/ se le piantaron los dientes... -Claro! Si eran
postizos..." (El descolao /Vicente Spinelli-Aldo Queirolo).

LAS PROPUESTAS
Una vez conocido el motivo de nuestros desvelos y llegado el momento de
hacer la correspondiente propuesta lo indicado era emplear un lenguaje sencillo, el
del arrabal: "Cachá viaje, no seas sonsa,/ que aunque soy un vagoneta,/ detrás de
esta camiseta/ palpita un gran corazón;/ y si acaso te envolviera/ algún lío inesperado/
en vez de un gil diplomado,/ a tu lado habrá un varón..." (Cachá viaje /José Vila-
Eugenio Cárdenas); claro que también cabe un buen engrupe: "Piantá de tu barrio
reo, dejá el convento mistongo/ que lo que yo te propongo allí no lo has de encontrar;/
vas a ver qué tren diquero con tu nueva indumentaria,/ pa' que bronquen las otarias
que tienen que laburar./ Te voy a empilchar debute en una maisón francesa;/ ya de
blanco, ya de fresa, ya de pallio o crepé mongol;/ con cuatro o cinco pulseras y un
pedantiff con brillante/ y un zarzo con un diamante más brilloso que un farol..." (La
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señora del chalet /Edmundo Rivero-José Pagano). A causa de la presencia de
extraños, a veces, para poder efectuar la declaración se hacía necesario recurrir a
ciertos subterfugios: "Yo andaba loco por una vecina/ y hablarla a solas no pude
jamás/ pues siempre el padre, la madre o la tía,/ a todas horas le andaban detrás./ Y
ya en el trance de hablar en familia/ pues no podía callar mi pasión,/ utilizando una
clave sencilla/ le declaré de este modo mi amor..." (Se-pe-ño-po-ri-pi-ta-pa /Fulvio
Salamanca-Carlos Bahr).
Suele suceder que el soñado amor no llega nunca, pero se lo espera con
ansiedad: "Si no me engaña el corazón cuando me dices que vendrás,/ como en el
cine y en los cuentos, mi sueño más feliz se cumplirá./ Si no me engaña el corazón, y
junto a mí te encuentro un día,/ yo te daré la bienvenida con la dulce melodía de un
cantar de amor..." (Si no me engaña el corazón /Mauricio Mise-Carlos Bahr).

EL CASORIO
En la sociedad de antaño lo regular era que, de marchar todo bien, el noviazgo
culminase en casamiento. Este hecho figura en algunas letras que, en la mayoría de
los casos, trae el lamento del novio dejado de lado; ella siempre se casa con otro: "Te
vi salir del templo con tu flamante esposo,/ envuelta en los acordes de la marcha
nupcial;/ un resplandor de dicha te iluminaba el rostro,/ el porte de una reina lucías al
andar./ En mi redor la gente comentaba tu belleza,/ yo sentí mi herido pecho
estremecerse de emoción..." (La marcha nupcial /Juan Amancio Clauso-José
Armando Tagini); "¡Que vivan los novios! Gritaba la gente/ en tanto llovían los granos
de arroz./ ¡Que vivan los novios! Y él, complaciente,/ lloraba por dentro su pena de
amor./ Si sé que sus besos jamás serán míos,/ que nunca tendré su cariño y su amor;
si en todas las noches habrá un lecho frío;/ por qué es que la quiero. ¡Decime,
Señor...!" (Que vivan los novios /Antonio Di Rosa-Marvil); "No sabe, corazón, qué es
lo que pasa;/ soñé con un amor y he fracasado./ Por eso es que me ve desesperado,/
me han dicho, corazón, que ella se casa..." (Y...ella se casa /Rodolfo Aiello); "Justo
un año se cumple esta noche/ y bien sabes que el cielo es testigo,/ ante Dios
aceptabas al hombre/ que eligieron para ser tu marido./ Hace un año que eres su
esclava/ y es tu dueño despótico y cruel;/ que al dormirse apoya su cara/ en tu cuerpo
comprado por él..." (Justo un año /Miguel Bucino). Para finalizar, una deliciosa viñeta
de uno de aquellos casorios: "¡Saraca, muchachos; dequera, un casorio./ Uy, Dio, qué
de minas, está todo alfombrao!/ Y aquellos pebetes, gorriones del barrio,/ acuden
gritando: ¡Padrino pelao!/ El barrio alborotan con su algarabía,/ y allí, en la vereda, se
ve entre el montón/ el rostro marchito de alguna pebeta/ que ya para siempre perdió
la ilusión./ Y así, por lo bajo, las viejas del barrio/ comentan la cosa con admiración:/
¿Ha visto, señora? ¡Qué poca vergüenza,/ vestirse de blanco después que ha pecao!/
Y un tano cabrero rezonga en la puerta/ porque a un compadrito manyó un estofao:/
-Aquí en esta casa, osté non me dentra;/ me soy dado cuenta que osté es un colao...!
(Padrino pelao /Enrique Delfino-Julio Cantuarias).

PAREJAS, DRAMA Y HUMOR


La dura realidad de la diaria convivencia o la infidelidad traen problemas que el
tango ha sabido reflejar, a veces en toda la dimensión de un crudo drama: "Yo sé que
es mentira todo lo que estás diciendo,/ que soy en tu vida sólo un remordimiento;/ yo
sé que es de pena que mentís pa' no matarme,/ lo sé y sin embargo sin esa mentira
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no puedo vivir..." (Cobardía /Charlo-Luis César Amadori); "Y hoy que la tengo en mis
brazos/ besándome como siempre/ al ver que miente otra vez, que miente como ayer
callé;/ es que no puedo, la quiero/ y aunque me engañe prefiero/ seguir viviendo esta
comedia/ ante el miedo de perderla y enloquecer..." (Triste comedia /Héctor
Stamponi-Oscar Rubens); "Por fin has logrado, mujer de la calle/ que un hombre
decente se pierda por vos,/ que manche tu carne con odio asesino/ quien un calabozo
jamás conoció./ Mientras trabajaba de noche en la imprenta/ para que tuvieras el pan
que te di,/ vos hasta olvidando que tienes un hijo,/ su nombre y el mío manchabas
así..." (Anoche a las dos /Raúl de los Hoyos-Roberto Lino Cayol); "No puedo ser
más vil, ni puedo ser mejor,/ vencido por tu hechizo que trastorna mi deber,/ por vos a
mi mujer la vida he destrozao/ y es pan de mis dos hijos todo el lujo que te he dao./No
puedo reaccionar ni puedo comprender,/ maldigo la tormenta de tu voz que me
embrujó;/ la seda de tu piel que me estremece/ y al latir florece por mi perdición..."
(Secreto /Enrique Santos Discépolo); "Fue a conciencia pura que perdí tu amor,/
nada más que por salvarte;/ hoy me odiás y yo feliz/ me arrincono pa' llorarte./ El
recuerdo que tendrás de mí será horroroso,/ me verás siempre golpeándote como un
malvao,/ y si supieras bien que generoso/ fue que pagase así tu buen amor..."
(Confesión /Enrique Santos Discépolo-Luis César Amadori). Pero como sucede
habitualmente en el tango también este tema puede ser tomado con un dejo de
humor: "piantá de aquí, no vuelvas en tu vida,/ ya me tenés bien requeteamurada,/ no
puedo más pasarla sin comida/ ni oírte así decir tanta pavada./ No te das cuenta que
sos un engrupido,/ te crees que al mundo lo vas a arreglar vos;/ si aquí ni Dios
rescata lo perdido,/ que querés vos, hacé el favor..." (Qué vachaché /Enrique Santos
Discépolo); "Che Pepino, levantate e' la catrera/ que se ha roto la tijera de cortar el
bacalao./ ¿Qué te has creído, que dormís pa`que yo cinche?/ Andá a buscarte otro
guinche si tenés sueño pesao./ ¡Guarda que te cacha el porvenir!/ ¡Ojo! Que hoy anda
el vento a la rastra,/ el que tiene guita lastra/ y el que no se hace fakir..." (El que
atrasó el reloj /Guillermo Barbieri-Enrique Cadícamo); "Ya me tenés requeteharta/
con tanto grupo en almíbar,/ me has hecho bajar seis quilos, de un solo saque
traidor;/ vos me hacés ver la comida/ con catalejo 'e marina/ y después andás
hablando/ que estoy flaca por amor..." (Hambre /Juan Carlos Cobián-Enrique
Cadícamo); "Al principio qué dulzura, todo mimo, cariñitos,/ me decía -Cuchi, cuchi- y
yo a ella bomboncito,/ todo iba viento en popa hasta que un día el de la zurda/ le dio
por ponerse en curda y se acabó el cotillón..." (Una historia más /Riel-Raúl
Hormaza).

LOS AMIGOS
Se tiene por cierto que los argentinos hacemos un verdadero culto de la
amistad. No en vano fue un argentino, el odontólogo Enrique Febraro, quien lanzó la
iniciativa para que, con motivo de la llegada del hombre a la luna, se estableciese el
20 de junio de cada año como Día Internacional del Amigo. Y vaya que abundan los
tangos en que se exalta este sentimiento: "En la vida tenemos mil cosas/ que son
grandes, sublimes o hermosas,/ que ennoblecen y alegran el alma/ alentándonos el
corazón./ Pero hay una sutil y suprema/ que nos llega tranquila y serena,/ es hombría,
lealtad, sentimiento y bondad;/ es sublime, se llama amistad..." (Amigos que yo
quiero /Hugo Gutiérrez); "Rindo culto a la amistad,/ si hay que jugarse, me juego,/ si
un amigo de verdad anda en un fato fulero./ Yo tengo amigos que son de fierro,/
nunca se borran,/ sigo su ejemplo;/ por eso, hermano, batime el muerto,/ venite a
casa, tenés mi afecto..." (Soy millonario en amigos /Aníbal y Héctor Appiolaza-
Daniel Quiroga); "Hermano fiel de mi orfandad,/ tu mano firme y noble floreció en
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amistad;/ el tiempo cruel no ha de borrar/ jamás tu fiel recuerdo, buen amigo leal..."
(Buen amigo /Julio De Caro-Carlos Marambio Catán); "Tengo un amigo aún, lástima
grande que esté crucificado y malherido;/ que no pueda aliviar que se desangre, ni
evitar sus dolores infinitos./ Tengo un amigo aún, yo estoy tan solo/ y a salvo estoy de
todos los olvidos;/ él sabe que yo fui por mucho menos/ traicionado como él y mal
vendido..." (Tengo un amigo /Arturo Gallucci-Julio Camilloni). Esos amigos siempre
presentes en nuestro afecto son recordados al paso de los años; "De mis páginas
vividas/ siempre guardo un gran recuerdo;/ mi emoción no las olvida,/ pasa el tiempo
y más me acuerdo./ Tres amigos siempre fuimos/ en aquella juventud; era el trío más
mentado/ que pudo haber caminado/ por esas calles del sur..." (Tres amigos
/Rosendo Luna-Enrique Cadícamo); “¿Dónde están mis amigos, mis amigos de ayer;/
si me vieran llegar con un débil llorar y llorar al volver./ Se perdieron tal vez por un
rumbo sin luz, sin destino, sin fe;/ por distintos caminos me perdí yo también;/ si me
vieran llegar con un débil llorar, mis amigos de ayer..." (Mis amigos de ayer
/Francisco Lomuto-José María Contursi).
Tal vez nada haya más doloroso y desgarrante que perder uno de esos
queridos amigos: "Cuando un amigo se va queda un espacio vacío,/ que no lo puede
llenar la llegada de otro amigo./ Cuando un amigo se va queda un tizón encendido/
que no se puede apagar ni con las aguas de un río./ Cuando un amigo se va una
estrella se ha perdido;/ la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido./ Cuando un
amigo se va, se detienen los caminos/ y se empieza a revelar el duende manso del
vino..." (Cuando un amigo se va /Alberto Cortéz); "Hoy yo le canto al amigo que se
fue,/ hoy sólo quiero dejar recordación;/ quiero estrechar esa mano que no está, de
corazón..." (Recordación al amigo que se fue /Sadi Gómez Lacerbo); "Me diste en
oro un puñado de amigos,/ que son los mismos que alientan mis horas:/ José, el de la
quimera;/ Marcial, que aún cree y espera;/ y el flaco Abel, que se nos fue,/ pero aún
me guía..." (Cafetín de Buenos Aires / Mariano Mores-Enrique Santos Discépolo).

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CAPITULO XI – Los Medios De Transporte

LAS CARRETAS
Las enormes distancias que separaban los puntos poblados de nuestro
territorio obligó a utilizar distintos medios de transporte que se fueron actualizando
con el paso del tiempo, cambios que quedaron registrados en las letras de los tangos;
el más antiguo de esos medios fueron las legendarias carretas a las que se las
recuerda así: "Como si fuera renegando del destino/ de trenzar leguas y leguas sobre
la triste extensión,/ va la carreta rechinando en el camino/ que parece abrirse al paso
de su blanco cascarón..." (El aguacero /Cátulo Castillo-José González Castillo); "Una
carreta cargada/ como un farol titilante/ se va hamacando, cansada,/ siempre sendero
delante..." (Colorao, colorao / Alberto Hilarión Acuña-Celedonio Esteban Flores); "A
los chirridos del rodar del carretón/ y que despiertan al guardián chajá,/ el alma en
pena del boyero va/ rumbo a los pagos por el cañadón..." (Por el camino /José Bhor-
José González Castillo); "Blanca huella, que todos los días/ clavado en el yugo me
ves picanear./ Compañera del largo camino/ las horas enteras te veo blanquear./
Mientras que bajo el peso del trigo/ los ejes cansados los siento quejar,/ yo anudando
la pena a esa queja/ con cantos y silbos te sé acompañar..." (Zaraza /Benjamín Tagle
Lara); "Rodando por el llano/ va la carreta de lerdo paso,/ vieja carreta que aguante el
rato;/ lluvia de invierno, sol de verano..." (La carreta / José y Luis Servidio-Francisco
García Jiménez); "No hay que apurarse, Barcino;/ vamos despacio nomás;/ total,
andar es mi sino/ y el destino es una meta/ que ya tengo en la carreta..." (Camino del
Tucumán /José Razzano-Cátulo Castillo).
Sí, muy despacio pero sin pausas, cubriendo distancias inconmensurables; las
legendarias carretas fueron llegando en su viaje a su destino final: "Se han sentado
las carretas/ y en la noche tibia y clara/ la luna vuelca su cara/ y recorta su silueta..."
(Se han sentado las carretas /Agustín Bardi-Enrique Cadícamo); "La noche
tendiendo está su negro manto/ y una carreta que avanzando va,/ por ese sendero
donde aquel quebranto/ implora consuelo y clama piedad..." (Llevame carretero); "Al
costado del camino/ y en larga fila apretada/ las carretas se han dormido/ bajo una
luna plateada;/ los bueyes muerden despacio/ un campo verdoso y lacio;/ y alrededor
de un fogón/ mate, guitarra y canción..." (Fogón de huella /Arturo Gallucci-Yaraví).

LOS CARREROS
Herederos directos de los carreteros trasplantados a la ciudad con sus
enormes percherones y sus altísimas chatas cargueras los carreros fueron saliendo
de los corralones para entrar en la historia. Traían en su memoria la tristeza de sus
antecesores y la nobleza del gaucho; eran compadrones y de florido decir, pero
habían heredado hondas penas: "No te apures, Carablanca,/ que no tengo quien me
espere;/ nadie extraña mi retardo;/ para mí siempre es temprano, para llegar./ No te
apures, Carablanca;/ que al llegar me quedo solo;/ y la noche va cayendo/ y en sus
sombras los recuerdos/ lastiman más..." (No te apures, Carablanca /Roberto Garza-
Carlos Bahr); "Vamos, cargao con sombra y recuerdo,/ vamos, atravesando el

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pasado./ Vamos, al son de tu tranco lerdo/ vamos, camino al tiempo olvidado..." (El
pescante /Sebastián Piana-Homero Manzi).
Sólo el amor de una china querendona podía mitigar la pena del carrero:
"¡Porteñito, Mano blanca, vamos, fuerza, que viene barranca!/ ¡Mano blanca,
Porteñito, fuerza, vamos, que falta poquito!/ ¡Bueno, bueno! Ya salimos,/ ahora sigan
parejo otra vez,/ mientras sueño en los ojos aquellos/ de la Avenida Centenera y
Tabaré..." (Mano blanca / Antonio De Bassi-Homero Manzi); "¡Chiche, Moro, Zaino!/
Vamos, pingos, por favor,/ que pa' subir el repecho/ no falta más que un tirón./ ¡Zaino,
Chiche, Moro!/ La barranca ya pasó,/ y por verla tengo apuro/ de llegar al corralón..."
(El carrerito /Raúl de los Hoyos-Alberto Vaccarezza); "Por carrero y pobretón me
arreglo con cuatro cosas:/ una yunta de mi flor, una chata y una moza,/ y este ritmo
cuarteador que anda pegao a mi sobra./ Milonga de corralón;/ milonga, siempre
milonga..." (Milonga de corralón /Horacio Quintana-Alberto de la Torre). Una china, o
varias: "Con mi perro a la culata,/ silbador y presumido,/ no hubo amor ni china
ingrata/ que no prendiera en su bata/ mi corazón atrevido;/ y a la vuelta de una
esquina/ con un mate bien servido,/ así me esperó Manuela,/ Rosa, Elvira, Inés,
Leonor;/ y hoy guardarán todas ellas/ de mi cariño una flor..." (Yo también carrero fui
/Héctor Marcó).

LOS CUARTEADORES
Las barrancas de la Gran Aldea, el pésimo estado de las calles y el excesivo
peso de los carromatos, entre los que se encontraban los novedosos "tranways",
posibilitaron la llegada de otro pintoresco personaje de aquellos días, el cuarteador:
"Yo soy Prudencia Navarro,/ el cuarteador de Barraca;/ tengo un pingo que en el
barro,/ cualquier carro tira y saca..." (El cuarteador / Rosendo Luna-Enrique
Cadícamo); "Con corralera cortona y pañuelo volador,/ pantalones de cambrona,
clavel en la oreja y boina punzó;/ viene cuarteando el tranvía hasta el repecho
nomás,/ son treinta metros de trecho/ y al grito de ¡Zaino! ya quedan atrás..." (La
barranca / Charlo-Enrique Cadícamo).

EL TRANVIA
El primitivo "tranway", tirado por robustos equinos, pronto tomó el criollo
nombre de "tranvía"; porque criollos eran también los personajes que actuaban en su
entorno, picaflores y floridos, poniendo perfumes y sonidos que quedan en el
recuerdo de aquella época: "Soy mayoral del tranvía,/ que por la calle serena,/ lleva
blancas azucenas/ despertando simpatías./ Con ese tari-tarira/ de mi modesta
corneta/ brinda a la moza coqueta/ su madrigal de alegría..." (El mayoral del tranvía /
Anastasio Laino); "Tarí-tarí... Lo apelan Roque Barullo, conductor del Nacional;/ con
su tranway, sin cuarta ni cinchón/ sabe cruzar el barrancón de Cuyo;/ el cornetín,
colgado de un piolín/ y en el ojal un medallón de yuyo./ Tarí-tarí... y el cuerno listo al
arrullo si hay percal en un zaguán..." (Cornetín /Pedro Maffia-Cátulo Castillo-Homero
Manzi); "Así cruzaba el tranvía/ la Buenos Aires baldía/ de los románticos días;/
surgiendo desde el olvido, de nuevo llega al oído/ el toque de aquel clarín./ Pinta
criolla de cochero,/ verseador, dicharachero;/ hoy vuelve del novecientos/ y mete en
los cuatro vientos/ el son de su cornetín..." (El cornetín del tranvía /Carlos Arona-
José Armando Tagini).

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El progreso reemplazó los nobles corceles por la moderna electricidad y el
sonido del cornetín fue cambiando por el una campana: "Soy el criollo mayoral que
va,/ que va tocando en la vía, ta-ra-ra-arí,/ su cornetín de alegría, que da la señal/ de
que ya viene el tranvía./ -Y yo soy el motorman, talán-talán,/ que lleva de Once a
Lorea, con seguridad,/ para que el público vea/ lo que puede la electricidad..."
(Milonga del mayoral /Aníbal Troilo-Cátulo Castillo); “Talán, talán, talán.../ Pasa el
tranvía por Tucumán./ -¡Prensa, Nación y Argentina!/ Gritan los pibes de esquina a
esquina./ -¡Ranca e manana, dorano e pera!/ Ya viene el tano por la vereda..." (Talán,
talán /Enrique Delfino-Alberto Vaccarezza). Deliciosas escenas del pasado fielmente
reflejadas en tangos y milongas...
Como tantas otras cosas, también el tranvía fue quedando en desuso y, una
vez más, debemos recurrir a la poesía tanguera para encontrar un homenaje: "En la
nerviosa colina/ y un serio coche a motor/ fue que nació un servidor/ en los talleres
"Chapita"./ Cuando salí de Cepita,/ por la pinta que tenía,/ al verme gritó: -Tranvía,/
orgullosa mi estación;/ y me fui a Constitución./ Compadre, ando en la vía..." (Yo te
recuerdo, tranvía /Leopoldo Federico-Héctor Gagliardi); "Cuántos recuerdos dejó el
tranvía,/ si a veces creo que no se fue./ Cuanta tristeza, cuanta alegría;/ fuiste juguete
de mi niñez./ ¡Cómo olvidarte, viejo tranvía,/ si fuiste parte de mi arrabal;/ tu
miriñaque, que salvó mi vida,/ por la de veinte, que picó mal..." (Cómo olvidarte,
viejo tranvía /Fredy Noseti-Quique Sabella Rosa).

EL FERROCARRIL
Sucesor de la carreta y hermano mayor del tranvía; el tren significó un
importante hito para el desarrollo de nuestro país; a su alrededor se tejieron infinidad
de historias: "En el andén, la tarde que partí/ yo te juré:/ -Volveré, espérame./ Hoy han
pasado muchos años/ de esa tarde tan lejana, muchachita provinciana;/ tu buen amor
lo he perdido en Buenos Aires/ se me extravió en el laberinto de sus calles..." (Novia
provinciana /Dávila-Horacio Sanguinetti); "Ya sale el tren, el humo pinta el cielo,/ y
en el andén yo agito mi pañuelo;/ ruedas que rechinan con la angustia del adiós/ y es
mi muñeca que se ahoga con su tos./ Se va en el tren mi pobre novia enferma,/ mi
corazón se muere en el andén..." (Ya sale el tren /Luis Rubinstein); "Qué lento corre
el tren, que ganas de llegar,/ las horas van pasando y la ansiedad de ver las cosas
del ayer/ hace vibrar todo mi ser./ Qué lento corre el tren, más corre mi ansiedad;/ qué
cosas me dirás, qué cosas te diré./ Qué lento corre el tren, qué ganas de llegar..."
(Qué lento corre el tren /Alfredo de Angelis-Carmelo Volpe); "Triste horario de una
cita/ que en la esperanza grita y muere en el andén;/ dos minutos con un sueño que
se destroza sin dueño/ en el apuro del tren..." (El tren de Buenos Aires /Sandursa-
H.Silva); "Corre el tren peregrino por el viejo camino,/ más allá del dolor, más allá de
mi amor, más allá del destino./ Corre el tren peregrino por el largo camino;/ y en un
sueño lejano vendrás a mi mano llenando el andén..." (Adiós, te vas /Cátulo Castillo);
"Amo los andenes de la espera,/ la poesía de los rieles que la luna replatea;/ amo los
andenes suburbanos/ de estaciones patinadas por el tiempo y los olvidos;/ amo la
garita y las barreras,/ amo el tren que te despide/ y amo el tren en que tú llegas..."
(Hasta el último tren /Julio Ahumada-Julio Camilloni).

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LOS COCHEROS
Otro importante hito significó la presencia de los coches de plaza,
genéricamente conocidos como Mateos debido a la obra teatral homónima de
Armando Discépolo, cuyo auriga se convertía en una especie de confidente de los
pasajeros noctámbulos mientras se integraba al paisaje ciudadano: "Lejos pasaba
con coche,/ cual centinela que la guardia terminó;/ la luz tristona de un farol/ como un
lamento se apagó..." (Yo te bendigo /Juan de Dios Filiberto-Juan Antonio Bruno);
"Unidos por las riendas del destino/ como una sombra, lentamente, pasas,/ vas
trotando por la senda del olvido/ como atado a tu viejo coche de plaza./ Cochero que
te alejas de este mundo/ envuelto en sombras y enlutado de dolor;/ ya no se oye tu
trote vagabundo/ por las calles de la vida, sin amor..." (Viejo cochero / Eduardo
Bonesi); "Viejo coche, que cuando era un muchacho calavera/ de madrugada ocupé;/
del pasado me ha quedado como un recuerdo grabado/ de mis éxitos de ayer./ Eras
nuevo y lustroso/ y tu buen caballo brioso por el centro se lució;/ viejo coche, quién
diría,/ que a la larga rodarías; como también rodé yo..." (Viejo coche /Eduardo
Pereyra-Celedonio Esteban Flores).

EL AUTOMOVIL
Como no poda ser de otra manera, también los vehículos motorizados fueron
motivo central en la letra de algunos tangos y gracias a ellos podemos ubicarnos en
un pasado con denominaciones plagadas de galicismos: "Ayer te vi pasar con aire de
bacán/ en una vaituré cupera;/ yo te saludé y vos te hiciste el gil/ como si no me
conocieras..." (Pato /Ramón Collazo-Roberto Fontaina-Víctor Soliño); "Llegando la
noche recién te levantas/ y sales ufano a buscar un beguén,/ lucís con orgullo tu
estampa elegante/ sentado muy muelle en tu regia baquet..." (Pero yo sé / Azucena
Maizani); "Yo quiero una cama que tenga acolchao/ y quiero una estufa pa'entrar en
calor;/ que venga el mucamo corriendo apurao/ y diga: -Señora, araca, está el Ford..."
(La mina del Ford /Antonio Scatasso-Fidel del Negro); "Parao en la vereda, bajo la
luna que me empapaba la vi pasar,/ el auto limusine como un estuche de mí la
aislaba con su cristal..." (Las vueltas de la vida /Francisco Canaro-Manuel Romero);
"Che, pituca, no derroches los canarios,/ que a tu viejo el millonario/ lo voy a ver al
final/ con la bandera a media asta/ cuidando coches a "nasta"/ en alguna diagonal..."
(Pituca /Ferreyra-Enrique Cadícamo); "Como tembló Griselda aquellos carnavales,/
que marcó ciento veinte tu regia vaituré..." (Pa' lo que te va a durar /Guillermo
Barbieri-Celedonio Esteban Flores); "Hoy que estoy en los cuarenta, en el debe de la
vida,/ cacé una mina raída que tiene más de la cuenta;/ ando en un auto polenta,
diqueándome noche y día,/ sin manyar la gilería que me está envidiando el brillo/ que
nací en un conventillo de la calle Olavarría..." (El conventillo /Ernesto Baffa-Arturo de
la Torre); "Muriéndome de hambre y frío te vi pasar, corazón,/ con el auto que fue mío
y el tapado de visón.// Chofer japonés con el auto, avión a chorro,/ y vos apretando el
morro del perrito pekinés..." (Tu perro pekinés /Luis Rubinstein).

EL TAXI
Tal vez con la misma filosofía de su antecesor, el chofer de un coche o el
popular "tachero" es también confidente y receptor de los problemas de sus
pasajeros: "Yira que te yira a través de la ciudad,/ este taxi mío es un mundo en
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libertad;/ mundo que de tanto en tanto habita/ el apuro de llegar a alguna cita./ Cada
pasajero que consigo levantar/ es un libro extraño que yo aprendo a deletrear,/ seres
con su cielo y con su infierno,/ con sus ganas de reír o de llorar..." (Taxi mío /Rodolfo
y Manuel Taboada); "El taximetrista recorre la ciudad,/ ve cosas muy tristes, también
felicidad;/ siempre tiene algo que contar,/ la calle es su eterna Facultad./ El
taximetrista recorre la ciudad,/ gira sin saber adónde ir;/ su alma sola está y anda sin
cesar/ hasta que lo quieran ocupar..." (Taxi libre /S.Vaccaro-J.Conti); "Lucís siempre
con orgullo, bien plantado en el volante,/ la sonrisa palpitante y esa pinta angelical,/
escuchando a los viajeros los chimentos del momento,/ unos finos, otros gruesos,
pero vos siempre neutral..." (Tachero de mi ciudad /Alfredo de Angelis-Horacio
Lagos).
Para finalizar, una breve mención a otro importante medio de transporte
ciudadano, el colectivo, que no abunda mucho en la temática tanguera. Baste un
párrafo de la genial creación de Les Luthiers "Candonga de los colectiveros":
"Semos los colectiveros que cumplimos nuestro deber;/ no se puede, yo lo siento, ni
bajarse ni subir/ con el coche en movimiento, no me gusta transigir,/ salvo cuando son
ancianos; los que gustan descender/ que se larguen sin son sanos, no me pienso
detener./ Semos los colectiveros que cumplimos nuestro deber;/ plata chica no me
queda cuando tengo que cobrar,/ o me pagan con monedas o se bajan. ¡Qué
embromar!/ Eso sí, ante la afrenta de pagarme con diez mil/ con monedas de
cincuenta, doy el vuelto muy gentil...".

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CAPITULO XII – Modas, Usos Y Costumbres

Es indudable que, con el paso de los años, la sociedad va cambiando y con


ella las modas, los usos y las costumbres. Una vez más, recorrer las páginas de la
expresión tanguera es un vehículo válido para revivirlas con sensación de presencia.

JETRAS, FUNYIS, LENGUES Y TIMBOS


Accesorios infaltables en el vestir del varón de antaño, en absoluto contraste
con la moda actual, los hombres los lucían con total orgullo: "Vamos hacer volver
atrás el almanaque/ y recordarles el mil novecientos diez,/ cuando las damas se
vestían de miriñaque/ y se cubrían desde los hombros hasta los pies./ Cuando mi
padre se dejaba la patilla,/ cuando el bigote daba porte de señor;/ cuando se usaba el
pantalón con la trencilla,/ el cuello alto y la corbata de plastrón..." (Miriñaque /Alberto
Mastra). Eso de que el bigote daba porte de señor fue dejado de lado; los
impresionantes mostachos con forma de manubrio se convirtieron en la fina línea que
caracterizaba a los villanos del cinematógrafo y el tango así lo registró: "Que estás
comprometida con Albertito,/ un elegante yatchman del Tigre Club,/ que tiene un par
de anchoas por bigotitos/ y pa' decir araca bate mondiú..." (Pituca /Ferreyra-Enrique
Cadícamo); "Si ves unos guantes patito rajale,/ a un par de polainas rajale también;/ a
esos sobretodos de catorce ojales/ no le des bolita porque te perdés;/ a esos bigotitos
de catorce líneas,/ que en vez de bigotes son un espinel./ ¡Atenti pebeta! Seguí mi
consejo,/ yo soy zorro viejo y te quiero bien..." (Atenti pebeta /Ciriaco Ortiz-Celedonio
Esteban Flores); "Si tu vieja levantara la cabeza/ y te viera lucir esa pelusita a lo
Chaplín;/ Bigotito, te lo juro por el cielo/ que a tirones, pelo a pelo, te arrancaba el
berretín..." (Bigotito / M.Massa-Ismael R. Aguilar).
Pero la elegancia en el vestir era distintiva del varón de antaño: "Toda la calle
Florida lo vio/ con su polaina, galera y bastón;/ dicen que fue, allá por su juventud,/ un
gran Don Juan del Buenos Aires de ayer/ que engalanó las puertas del Jockey Club/ y
en el ojal siempre llevaba un clavel./ Toda la calle Florida lo vio/ con su polaina,
galera y bastón..." (Shusheta /Juan Carlos Cobián-Enrique Cadícamo); "Me gusta lo
desparejo y no voy por la vereda,/ uso funyi a lo Masera, calzo bota militar./ La quise
porque la quise/ y por eso ando penando;/ se me fue ya ni se cuándo,/ ni se cuándo
volverá..." (Milonga del 900 /Sebastián Piana-Homero Manzi); "Aquel que solito llegó
al conventillo/ echado a los ojos el funyi marrón,/ botín enterizo, el cuello con brillo,/
pidió una guitarra y para ella cantó..." (Ventanita de arrabal /Antonio Scatasso-
Pascual Contursi); "Zapatitos de raso pa' bailar la milonga,/ zapatitos de raso con
taquito francés;/ pollerita cortona, con un tajo al costado,/ y una seda muy negra y una
pierna muy blanca/ marcando su compás./ Galán, pantalón bombilla,/ sin bajos y con
trencilla,/ pa' milonguear; pa' milonguear./ Con el saquito cortito, con tajo y bien
redondito,/ pa' compadrear; pa' compadrear..." (Zapatitos de raso /Jorge Dragone-
Fernando Caprio).
Es que la elegancia era un culto y una pasión que el varón lucía con orgullo: "Y
esos jetras tan costosos,/ funyi y tarros de un color,/ que de puro espamentoso/ lo
tenías al por mayor..." (Uno y uno /Julio Fava Pollero-Lorenzo Juan Traverso); "Viejo
smoking de los tiempos/ en que yo también tallaba,/ cuánta papusa garaba/ en tus
solapas lloró;/ solapas que con su brillo,/ parecían que encandilaban,/ y que en donde
iban sentada/ mi fama de gigoló..." (Viejo smoking /Guillermo Barbieri-Celedonio
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Esteban Flores); "Pa' las pilchas soy de clase,/ siempre cuido mi figura;/ para
conquistar ternura/ hay que fingir posición./ Yo conozco bien el fato,/ para mí el
chamuyo es juego;/ lo bato sencillo y reo/ pa' que sepan cómo soy..." (Pa' que sepan
cómo soy /Emilio González-Norberto Aroldi). Esa moda decimonónica y de principios
del siglo veinte fue cambiando con el tiempo, y así los registró el tango: "Petitero de
pullover y de saco bien cortito,/ de zapatos mocasines y de camisa de orlón./ Petitero,
sos el héroe de la moda que acomoda,/ al girar de licuadora el batir del corazón..."
(Petitero /Leo Lipesker-Aldo Camarotta); "Che, Giusseppe Malatesta, que usás saco
con tajito,/ pantalón a lo Divito y melena croquiñol;/ con los ojos bien en blanco,
agarrándote al fierrito,/ no hay mujer que se resista cuando empieza la audición./ Yo
que manyo el espejeime de tu vida rantifusa/ y fui yunta de tu hermana,
chamuyándola al revés,/ con alguna llave inglesa te daría en la cucuzza/ cuando juno
el luminoso que te anuncia Tommy Key..." (Giusseppe, el "crúner" /D.F.Sciaraffia-
E.A.Rodríguez).
El sombrero o funyi era toda una institución y se debían respetar las reglas que
dictaban su uso, gacho y requintado; como lo usaba Carlitos: "Gacho gris, compadre
y rediquero,/ fiel testigo de un tiempo de farra,/ siempre fuiste mi fiel compañero/ a
quien nunca he podido olvidar./ Requintado y echado a los ojos/ te llevaba en mis
noches de taita;/ y hoy la moda tan llena de antojo;/ te ha traído de nuevo a tallar..."
(Gacho gris /Alejandro Sanzol-Juan Carlos Barthé); "Bajo el ala del sombrero,/
cuántas veces embozada,/ una lágrima asomada yo no supe contener..." (Cuesta
abajo /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera).
También los tamangos, tarros o timbos tenían singular importancia: "Mis
zapatos elegantes, mis zapatos de charol,/ ya no brillan elegantes, ya no cantan su
canción;/ no redoblan como antes, ya los tacos se han gastado./ Están tristes,
apenados,/ si parece que han llorado con su llanto de charol;/ ayer noche se han
mojado/ al caer un chaparrón..." (Zapatos /Juan José Guichandut-Horacio
Sanguinetti); "Zapatos de charol, traje de alpaca,/ pañuelo color blanco como
corbata./ Un poco de champán en la mirada; extraño caminante, cantor del alba..."
(Zapatos de charol /Cacho Castaña); "Aquí están, botines viejos, de mis líricas
andanzas;/ buscadores de esperanzas que la vida nos truncó./ Por la calle de mis
penas tristemente caminaron/ hasta que se destrozaron desde la suela al talón..."
(Botines viejos /Juan de Dios Filiberto-Alberto Vaccarezza).
El pañuelo que el gaucho lució al cuello con orgullo, se convirtió en el lengue
de los arrabaleros. Su recuerdo está en el tango instrumental homónimo que firma
Edgardo Donato.

ELLAS Y LAS PILCHAS


Pero no sólo el cambio de la moda masculina causó impacto; también ellas
supieron escandalizar a una sociedad no acostumbrada a los cambios violentos: "No
te andés empolvando/ ni pintándote el hocico,/ que no sos hija de rico/ pa' andarte
tanto arreglando./ Andá a lavarte, te mando;/ mirá cómo te venís,/ si tan sólo la nariz/
te ha quedao sin acomodo;/ uñas, pelo, ojos, todo,/ y flaca como lombriz..." (Tata no
quiere /Ruiz-Charrúa); "Quitate el rouge de los labios,/ que no me marque su sello;/
estoy herido de agravios/ y ese rouge es un venero./ Vení sentate a mi lado./ ¿Por
que te has pintado el pelo?/ ¿Por que has tiznado tus ojos,/ si son tus ojos tan
negros...? (Cómo nos cambia la vida /Roberto Rufino-Marvil). Es que la imagen de
la muchachita de arrabal conservaba el recuerdo de una sencillez a la que la rebeldía

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femenina siempre quiso transgredir: "Que progreso que has hecho, pebeta,/ que
cambiaste por seda el percal;/ disfrazada de rica estás papa,/ le mejor que yo vi en
carnaval..." (Carnaval /Anselmo Aieta-Francisco García Jiménez); "Desde lejos se te
embroca, pelandruna abacanada,/ que has nacido en la miseria de un cuartucho de
arrabal;/ porque hay algo que te vende, yo no sé si es la mirada,/ la manera de
sentarte, de charlar o estar parada,/ o ese cuerpo acostumbrado a las pilchas de
percal..." (Margot /José Ricardo-Celedonio Esteban Flores); "Percal.../ ¿Te acuerdas
del percal?/ Tenías quince abriles,/ anhelos de sufrir y amar,/ de ir al centro a triunfar/
y olvidar el percal..." (Percal / Domingo Federico-Homero Expósito); "Las pibas de
hoy, en pantalones,/ te dan besos de varones/ con gusto a faso y alcohol..." (El
progreso /Oscar Valle).

SILBANDO UN TANGO
Ya no se escucha a los muchachos silbar; este sonido distintivo de los barrios
se ha perdido para siempre; quizás porque ya la muchachada ha olvidado la
costumbre, o tal vez, simplemente, porque la música actual ha perdido la melodía que
caracterizaba al tango. Lo cierto que el hecho de silbar sólo queda en el recuerdo o
en un verso que dice así: "Y desde el fondo del Dock,/ gimiendo un lánguido lamento,/
el eco trae el acento/ de un monótono acordeón;/ y cruza el cielo el aullido/ de algún
perro vagabundo,/ y un reo meditabundo/ va silbando una canción..." (Silbando
/Cátulo Castillo-Sebastián Piana-José González Castillo); "Con el silbar ya no es tan
triste el sendero,/ en el andar pesado del carretón.// Cabeceando sobre el pértigo, en
la huella,/ busco olvido en este eterno trajinar;/ y mi silbo está a la luz de las estrellas,/
aparcero confidente en mi rodar..." (Con un silbido en los labios /Víctor Braña-Tito
Ribero-Ernesto Gaudino); "Y así, silbando un tango,/galgueando de hambre,/ pa' mi
cotorro me encaminé..." (Las vueltas de la vida /Francisco Canaro-Manuel Romero);
“Con tanto estaño y tanta luna que llevás,/ por la comarca marca un tango su compás/
que tarareando en dos por cuatro va pasando en tu cantar/ y tu romántico silbar...”
(Pelusa, el penúltimo bohemio /Aníbal Appiolaza-Julio César Onetti).

EL FASO
Puede decirse que el cigarrillo, vulgo faso, tiene una muy íntima relación con el
tango; no es de extrañar, entonces, la abundante cantidad de temas que lo toman
como figura central. Cierta vez, el en ese entonces muy joven pianista Sebastián
Piana presentó con mucho respeto una composición suya al muy venerado poeta y
dramaturgo Don José González Castillo con la intención de que le pusiese letra.
Como el tema sería presentado en un concurso organizado por cigarrillos Nacional se
pensó mencionarlo en el desarrollo del tema. Ni lerdo ni perezoso, Don José
aprovechó la bolada y tituló al naciente tango "Sobre el pucho", que se impuso
fácilmente sobre los demás sentando el precedente de haberse constituido en el
primer "chivo" comercial: "Un callejón en Pompeya/ y un farolito plateando el fango;/
allí un malevo que fuma/ y un organito moliendo un tango...". Un antiguo cuplé se
transformó en tango sensual y fue suceso: "Fumar es un placer genial sensual./
Fumando espero al hombre que yo quiero,/ tras los cristales de alegres ventanales;/ y
mientras fumo, mi vida no consumo,/ porque flotando el humo me suelo adormecer..."
(Fumando espero /Juan Masanas-Félix Garzó-Juan Viladomat); estos tangos
iniciales fueron seguidos por una interminable sucesión de composiciones que hablan
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del faso: "Fume compadre, fume y charlemos;/ y mientras fuma recordemos,/ que
como el humo del cigarrillo ya se nos va la juventud./ Fume compadre, fume y
recuerde,/ que yo también recordaré;/ con el alma la quería/ y un negro día la
abandoné..." (Nubes de humo /Manuel Jovés-Manuel Romero); "Y mientras fumo
forma el humo tu figura/ y en el aroma del tabaco tu fragancia/ me converso de
distancia, de tu olvido y mi locura..." (Tabaco /Armando Pontier-José María Contursi);
"Cigarrillo y mate, mate y cigarrillo,/ y la noche oscura castigándome;/ y mi
pensamiento en tu pensamiento, así estoy las horas recordándote./ Cigarrillo y mate,
mate y cigarrillo,/ y una pena grande por lo que sufrí; por lo que sufro cuando me
pregunto:/ ¿Dónde están tus besos? ¿Qué será de mí...? (Cuando se ha querido
mucho /Leone-Enrique Dizeo); "Estoy pitando un cigarrillo/ mientras un grillo, que
silba y silba,/ con su monótono silbido/ me trae nostalgias del tiempo ido..." (Mi barrio
tenía cosas /Pedro Noda-Bernardo Tiggi); "El cigarrillo me quemó los dedos;/ el
ruego inútil se quebró en mi voz,/ y en esta esquina de los viejos sueños/ quedamos
solos tu recuerdo y yo..." (Noches largas /Astor Piazzolla-Carlos Bahr); "Te fuiste
como el humo/ que disipa el viento,/ y en esta noche que recuerdo y fumo/ en el humo
del tabaco/ te vuelvo a ver..." (Como el humo /Juri-Roberto Miró); "Esperaré otro rato
y veré por qué demoró,/ quiero creer que este nuevo querer es mi gran amor,/ por no
estar tan solo y esperar/ fumaré otro cigarrillo más;/ pero algo hay que me hace
pensar que ya no vendrá..." (No vendrá /Enrique Cadícamo). Pero tal vez, el más
representativo de todos los tangos referentes al faso, el que logra el clima justo, sea
el único que Homero Manzi escribiera junto a su hijo Acho, "El último organito": "Y
allí molerá tangos para que llore el ciego,/ el ciego inconsolable del verso de
Carriego,/ que fuma, fuma y fuma, sentado en el umbral...". Finalizamos este recorrido
con un sabio consejo: "El último pucho de mi vida, lo dejo aquí, en la mesa del café,/
plasmando en estos versos lo que al profe/ tantas y tantas veces le escuché:/ -Si
querés seguir viviendo largos años,/ limpios tus bronquios y sano el corazón/ repetía
mi doctor con insistencia./ -Haceme caso, pibe, no fumés..." (Haceme caso, no
fumés /Dr. Rafael Albertini).

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CAPITULO XIII – Los Medios De Comunicación

LAS CARTAS
Se decía escribir cartas, postales, esquelas, misivas o simplemente líneas. La
cantidad de sinónimos nos da una idea de la importancia que por aquellos años tenía
este medio de comunicación. Escribir al amigo, al familiar o al ser querido significaba
un momento de intimidad, en que, frente al papel, pluma en mano; podíamos volcar
lo más íntimo de nuestros pensamientos a la vez que nos permitía repasar una y mil
veces lo escrito, que era una manera de revisar nuestro sentimiento. Otro muy
abundante filón de la temática tanguera: "Recibí tu última carta,/ en la cual tú me
decías:/ te aconsejo que me olvides,/ todo ha muerto entre los dos..." (Te aconsejo
que me olvides /Pedro Maffia-José Curi); "Quemá esas cartas donde yo he grabado,/
solo y enfermo mi desgracia atroz;/ que nadie sepa que te quise tanto,/ que nadie
sepa, solamente Dios..." (Quemá esas cartas /Alberto Cosentino-Juan Pedro López);
"He recibido una cartita tuya,/ donde me dices adiós, sin alma;/ yo me pregunto cómo
puedo ahora/ seguir viviendo si tú no me amas..." (Quién tiene tu amor /Leopoldo
Díaz Vélez); "No me escribas, yo prefiero no tener noticias tuyas;/ tengo miedo,
mucho miedo que tus cartas me hagan mal./ Que me digan algún día que de mí te
has olvidado,/ que tus besos y caricias pertenecen a un rival..." (No me escribas
/Agustín Bardi-Juan Andrés Caruso); "Cuando lee la carta amarillenta/ llena de
pasajes de su vida;/ siente que la pena se le aumenta/ al ver tan destruida la
esperanza que abrigó..." (Una lágrima /Nicolás Verona-Eugenio Cárdenas); "Ya no te
espero, pero sigo en el cuarto,/ junto a las cosas que feliz me vieron,/ el velador que
alumbra tu retrato,/ el viejo álbum y tus cartas de amor..." (Nosotros dos /Félix
Garza-Carlos Bahr); "Devolverte tus cartas no puedo, es en vano colmar tu anhelo,/
en mis horas de triste recuerdo/ ellas sirven de alivio a mi amor..." (Tus cartas
/Antonio Bonavena), "Y yo que le escribía cartitas perfumadas/ y la adoraba loco, con
su satisfacción;/ mientras tanto ella, con unas amiguitas/ mirando se reía detrás de su
balcón..." (Cartitas perfumadas /Angel Greco-Juan Andrés Caruso); "Hoy tus cartas
quemé/ y con ellas quemaba mi vida,/ y al crujir del papel,/ entre lenguas de fuego
reías.// Hoy tus cartas quemé,/ y con ellas quemé el corazón..." (Lenguas de fuego
/Juan D'Arienzo-Carlos Waiss). "Ven no te vayas, qué apuro de ir saliendo,/ aquí el
ambiente es tibio y afuera está lloviendo,/ ya te he devuelto tus cartas, tu retrato;/
charlemos otro rato que pronto ya te irás... (Rubí /Juan Carlos Cobián-Enrique
Cadícamo).
Como podemos apreciar, generalmente los poetas del tango han preferido
referirse al lado dramático del arte ya casi olvidado de escribir cartas; pero no siempre
la correspondencia ha de ser portadora de malas noticias: "El otro día el cartero al
pasar me dio una carta,/ al pasar me dio una carta,/ fue muy grande la sorpresa, le
aseguro compañero;/ temblé porque nunca espero tener alguna misiva,/ abrí la carta
enseguida y asómbrese, hermano mío,/ me invitaban a pedido los muchachos de allá
arriba..." (Cien guitarras /Arturo Gallucci-Raúl Hormaza); "Golpearon la puerta de la
humilde casa,/ la voz del cartero muy clara se oyó;/ y el pibe corriendo con todas sus
ansias/ al perrito blanco sin querer pisó./ -Mamita, mamita, se acercó gritando./ La
madre, extrañada, dejó el piletón;/ y el pibe le dijo, riendo y llorando./ -Del club me
han mandado hoy la citación..." (El sueño del pibe /José Puey-Reinaldo Yiso).

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Un rasgo muy argentino aparece en las cartas que no llegaron a destino:
"Quien sabe que novela se termina/ o empieza en esta carta que nadie recogió;/ un
nombre de mujer se lee en el sobre,/ y a parte de este nombre no hay otra dirección;/
quien sabe quién es y para quién,/ quién sabe que destino la extravió./ Acaso esa
inquietud frente a un retrato,/ dos seres esperando se mueren de dolor..." (La carta
perdida /A.Zappettini-Carlos Bahr); "Su carta no ha llegado, la tarde ya pasó,/ la
noche está vacía, vacío el corazón;/ la luna está temblando y evoco en su fulgor,/
comprendo que estoy solo,/ su carta no llegó..." (Su carta no llegó /Víctor Felice-
Carlos Lucero).
Finalizamos con dos joyas de tangos llenos de evocación inspirados en las
cartas: "Cartas viejas, aventuras del pasado,/ de un pasado que ya nunca volverá./
Me preguntan para qué las he guardado,/ para qué, si da tristeza recordar..." (Cartas
viejas /José Serveto-Rada); "Carillas azules, pálidas y rosas/ donde rezan cosas que
no puedo creer,/ jirones herejes del sutil emblema/ que flameó el poema del primer
querer./ Frases primorosas que evocan rubores/ y entonan amores que sintió mi
ayer,/ esquelas que otrora guiaban sonrojos/ y nublan mis ojos si las vuelvo a leer..."
(Aquellas cartas /Roberto Maida).

EL TELEFONO
Si bien la comunicación telefónica no estuvo por aquellos años al alcance del
hombre común ni de los habitantes de los barrios, el tango también ha sabido reflejar
el uso del teléfono; incluso trayendo a la memoria la utilización que en ese entonces
se hacía de las características con nombres propios: "Belgrano, sesenta once,/
quisiera hablar con Renée;/ no vive allí, no, no corte,/ podría hablar con usted;/ no
cuelgue, la tarde es triste,/ me siento sentimental./ Renée ya sé que no existe,/
charlemos, usted es igual..." (Charlemos /Luis Rubinstein); "Pisito que puso Mapple,
piano estera y velador;/ un telefón que contesta,/ una fonola que llora/ viejos tangos
de mi flor,/ y un gato de porcelana/ pa' que no maúlle al amor.// Juncal, doce
veinticuatro, telefoneá sin temor;/ de tarde té con masitas,/ de noche, tango y
champán..." (A media luz /Edgardo Donato-Carlos César Lenzi). Cuando se extendió
el uso telefónico se concertaron citas así: "Hablame corazón al cinco, dos, tres, seis;
hablame por favor, que voy a enloquecer; hablame corazón, ardiente como ayer/ de
todas esas cosas tan lindas que sabés./ Decí que me querés, que no podés vivir;/ que
hay fuego en tu vivir, tan solo para mí;/ hablame corazón, que voy a enloquecer,/
hablame despacito al cinco, dos, tres, seis..." (Qué te pasa, vida mía /Crespo-
Rianco). Y finaliza la historia: "Y siempre igual, con sus luces mortecinas,/ cigarrillo y
café para esperar,/ ruido de dados, palabras con sordina/ y una esperanza rodando
en el billar;/ y siempre igual, todos los sueños sentados,/ se ve llegar el que no pudo
ser,/ y siempre igual, el teléfono ocupado..-¡Express, marche un cortado. -Mozo,
¿cuánto es...?" (Y siempre igual /Arturo Hércules Gallucci-Luis Caruso).

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CAPITULO XIV – Otros Usos Y Costumbres

EL PIROPO
La historia arranca allá lejos y hace tiempo, cuando la heredad de la galantería
española que acostumbraba arrojar una frase que era como una flor al paso de una
mujer como homenaje a su belleza; se tornó en estas playas en burda y agresiva y el
elogio se convirtió en procacidad. Esto obligó a las autoridades policiales a proteger el
decoro mediante la Orden del Día del 10 de abril de 1889, que imponía quince días
de arresto o cincuenta pesos de multa "a los que ofendan públicamente el pudor con
palabras, actos o ademanes obscenos". En diciembre de 1906 el jefe de policía
Ramón Falcón renovó la ordenanza, y fue entonces que Angel Villoldo, agudo
observador de la sociedad, compuso el tango "Cuidado con los cincuenta": "Una
ordenanza sobre la moral/ decretó la dirección policial,/ y por la que el hombre se
debe abstener/ decir palabras dulces a una mujer..."; pero no siempre los piropos
fueron así y los sucesores de Villoldo volcaron en su obra la circunstancia del piropo
florido: "Y los piropos que te dicen los muchachos/ como florcitas que a tu paso te
ofecieran/ que los recoges y lo enredas en tu pelo,/ y te nombran la más guapa y más
porteña..." (Silueta porteña /Hermanos Cucaro-D'Annielo-Noli); "Se caminaba con
aire sobrador,/ se chamuyaba al revés por diversión/ y era el piropo una industria
nacional,/ florido y sentimental..." (La milonga y yo /Tito Ribero-Leopoldo Díaz
Vélez); "Cuando veo una pollera/ ni me fijo en el color;/ las viuditas, las casadas y
solteras,/ para mí son todas peras/ en el árbol del amor./ Y si las veo, coquetonas por
las calles,/ con sus ojos tan porteños/ y su talle cimbreador,/ le acomodo el camuflaje/
de un piropo de mi flor..." (Si soy así /Francisco Lomuto-Antonio Botta); "Todo
empezó al doblar la esquina;/ qué budín, qué flor de mina, mama mía dije yo;/ y
sucedió cuando me fui detrás de ella,/ yo le hablé de las estrellas, de la luna y que se
yo..." (Se dio vuelta y para qué /Angel Domínguez-Bernardo Tiggi); "Ayer un mozo
elegante, con pinta de distinguido,/ demostrando ser constante, desde el taller me ha
seguido,/ y cuando estuvo a mi lado me habló como un caramelo/ del sol, la luna y el
cielo, y lo piante con razón..." (Mama, yo quiero un novio /Ramón Collazo-Roberto
Fontaina).

LA SERENATA
Otra hermosa costumbre ya casi olvidada era la del galán enamorado que
dejaba su endecha de amor al pie de la reja de la mujer amada: "Muchachos, esta
noche, saldremos por los barrios,/ a recordar las horas de un tiempo que pasó;/ será
una pincelada de viejas tradiciones,/ que al son de las guitarras dirá que no murió;/
iremos por Palermo, Barracas, Puente Alsina,/ y en Flores dejaremos prendida en un
balcón/ la vieja serenata que nadie, nadie olvida;/ muchachos, esta noche yo pierdo el
corazón..." (La vieja serenata /Sandalio Gómez-Teófilo Ibáñez); "Muchachos, hoy
que es noche clara y estival,/ invito a todos la barriada a recorrer;/ hay mucha luz, y
es que la luna de arrabal,/ nos acompaña por las calles como ayer./ Es media noche,
ella duerme y su balcón,/ entornado me espera que llegue;/ junto al gemir del
diapasón,/ yo quiero alzar, sentimental,/ la serenata de mi amigo, el corazón..." (Luna
de arrabal /Julio César Sanders-Enrique Cadícamo); "El trovero que llega hasta ti,/
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para verte asomada al balcón;/ hoy te vuelve a ofrecer su canción/ esperando le digas
que sí..." (El trovero /Rafael Tuegols-Agustín Irusta); "Al oír mi canción tú también
llorarás,/ sentirás el dolor en mis notas de amor,/ y sentiré la emoción del arpegio al
brotar,/ al cantar mi guitarra: traición..." (La serenata /Samuel Aguayo-Vicente
Salerno); "Alma mía, con quien soñás,/ he venido a turbar tu paz,/ no me culpes, soy
tu cantor/ que he querido mezclar en tu sueño/ un verso porteño, borracho de amor..."
(Alma mía /Diego José Centeno-Héctor Marcó); "Llegaba en coche a la ventana de la
moza/ y se embriagaba con glicinas y jazmines;/ traía un ansia de zorzal en los
cantores,/ ponía el alma en las guitarras y violines,/ a la hermosura quinceañera le
dejaba/ el homenaje de su acento y de su amor/ y se alejaba con el premio de un
suspiro,/ una sonrisa, un muchas gracias y una flor..." (La serenata de ayer /Manuel
Buzón-Ismael Rafael-Aguilar); "Vine al pie de tu vieja ventana, mi bien,/ a ofrecerte,
mi vida, este canto de amor,/ porque quiero que sepas que te amo, mi edén/ y que
sientas latir mi fiel corazón./ Yo quisiera mujer que comprendas/ que el cariño tan leal
que te tengo,/ que me paso las horas pensando/ y es esa la causa que yo ya ni
duermo..." (Tu vieja ventana /Guillermo Barbieri-Ríos); "Serenata que vuelvo a
evocar/ y desatas en mí la emoción,/ yo regreso a tu modo de amar/ con las alas de la
ensoñación;/ serenata que quiero traer/ desde un sueño que dice: jamás;/ y quisiera
poder recrear la ilusión/ de pensar que otra vez volverá,/ que es posible el candor y
que existe al amor/ de ese tiempo que fue de mamá..." (Un cielo de serenata / Eladia
Blázquez); "En su viejo balcón parecía/ una flor de la vieja barriada,/ yo tan sólo
veinte años tenía,/ y al mirarla a los ojos soñaba;/ esos ojos, te tanto mirarlos,/ poco a
poco me hicieron poeta,/ yo le hablaba de amor y al mirarlos/ resolví la más dulce
cuarteta..." (Yo tan sólo veinte años tenía /Julio César Sanders-Enrique Cadícamo).
Todos los temas serenateros hasta aquí mencionados son valsecitos; es que el
vals era la contracara necesaria para que el tango, siempre recio y varonil, tuviera
una salida para que aflorase el romántico que todo varón lleva dentro de sí; pero la
dulzura que brota en los valses, también podía mostrar una ternura insospechada y
hacerse serenata en tiempo de tango: "Es imposible, vida querida,/ que no haga un
alto en tu ventana,/ para cantarte mis trovas siempre,/ llego dichoso con mi guitarra./
Junto a tu reja están grabados/ mis sentimientos, mis esperanzas;/ yo ya no creo en
mis desvelos/ pero igual dejo mi serenata..." (Serenata mía /Juan Pablo Marín); "A tu
reja llegué, una estrella me guió,/ y aquel día forjé mi primera ilusión;/ serenata que
allí para ti improvisó mi amor,/ tu mirada, un clavel, tus promesas de amor,/ dieron
premio a mi canción..." (Mi serenata /Edgardo Donato-Juan Carlos Thorry); "Vieja
viola, garufera y vibradora,/ de las horas de parranda y copetín;/ de las tantas
serenatas a la lora/ que hoy es dueña de mi cuore/ y la trompa del bulín..." (Vieja
viola /Humberto Correa-Osvaldo Falero Frías). No siempre las serenatas tuvieron
final feliz, muchas veces el trovero enamorado recibía como única recompensa el
contenido de alguna palangana o balde con agua... pero qué hermoso era dar
serenatas; cuántas aventuras, cuántos sueños. Lástima que ya no se las escuche
más...

DE BULINES Y COTORROS
Otra verdadera institución de la paisajística tanguera, el bulín, cotorro o
garçonier era mucho más que la mera pieza donde dormir; significaba el refugio de
sueños y soledades y el testigo de amores muchas veces contrariados. De ahí,
entonces, que podamos compartir pasajes de tangos que nos traen su recuerdo:
"Cotorrito mistongo, tirado/ en el fondo de aquel conventillo,/ sin alfombra, sin lujo, sin

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brillo; cuántos días felices pasé/ al calor del querer de una piba/ que fue mía, mimosa
y sincera,/ y una noche de invierno fulera/ hacia el cielo de un vuelo se fue..." (El
bulín de la calle Ayacucho /José y Luis Servidio-Celedonio Esteban Flores); "Viejo
rincón de mis primeros tangos/ donde ella batió que me quería;/ guarida de cien
noches de fandango/ que en mi memoria viven todavía./ Oh, callejón de turbios
caferatas/ que fueron taitas del "mandolión". ¿Dónde estará mi garçonier de lata,/
testigo de mi amor y su traición...?” (Viejo rincón /Raúl de los Hoyos-Roberto Lino
Cayol); "Cotorro al gris; una mina ya sin chance por lo vieja/ que sorprende a su
garabo en el trance de partir;/ una escena a lo Melato, y entre un llanto y una queja,/
arrodillada ante su hombre,/ así se le oyó decir..." (Lloró como una mujer /José
María Aguilar-Celedonio Esteban Flores); "En mi bulín mistongo no hay cintas ni
moñitos,/ ni aquellos retratitos que cita la canción;/ no escucho ni el rezongo de un
fueye que se queja,/ no tengo pena, vieja, ni preocupación..." (Por que soy reo
/Herminia y José Velich-Manuel Meaños); "Cuántas noches en mi rante bulincito de
poeta/ una lágrima indiscreta furtivamente cayó/ y pensé que eras el sueño más
intenso de mi vida/ porque aún sangra la herida que tu espiante me causó..."
(Recordándote /Guillermo Barbieri-José De Grandis); "Minga de departamento, mi
bulín es muy sencillo/ con confort a la piú bella,/ mi bulín es auto Ford;/ no lo tengo
por el centro,/ lo tengo en un conventillo/ donde el coso es respetado/ por un camba y
gran señor..." (Cachá viaje /José Vila-Eugenio Cárdenas); "Bulincito que conoces mis
amargas desventuras,/ no te extrañes que hable solo, que es tan grande mi dolor,; si
me faltan sus caricias, sus consuelos, sus ternuras,/ ¿qué me queda ya a mis años, si
mi vida está en su amor...?" (Amurado /Pedro Maffia-Pedro Láurenz-José De
Grandis).
Pero la figura del bulín mistongo y el cotorro al gris estaba presente ya en los
primitivos tangos cuando este comenzó a hacerse tango canción. Fue el poeta y
cantor Pascual Contursi quien los tomó como escenario central donde se desarrollaba
la acción de las historias de arrabal que ya iban tomando perfiles propios y definidos:
"Percanta que arrepentida de tu juída has vuelto al bulín,/ por todos los despechos
que vos me has hecho te perdoné,/ cuántas veces contigo y con mis amigos me
encurdelé,/ y en una noche de atorro volví al cotorro y no te encontré..." (De vuelta al
bulín /José Martinez-Pascual Contursi); "Cuando voy a mi cotorro/ y lo veo
desarreglado,/ todo triste, abandonado,/ me dan ganas de llorar;/ y me paso largo
rato/ campaneando tu retrato/ pa' poderme consolar..." (Mi noche triste /Samuel
Castriota-Pascual Contursi); "Al cotorro abandonado/ ya ni el sol de la mañana/
asoma por la ventana/ como cuando estabas vos;/ y aquel perrito compañero,/ que
por tu ausencia no comía,/ al verme solo el otro día /también me dejó..." (La
cumparsita /Gerardo Matos Rodríguez-Enrique Pedro Maroni-Pascual Contursi). Los
escasos recursos y la eterna mishiadura, desarrollaron la inventiva para hermosear
bulines y cotorros: "Cuartito azul, de mi primera pasión,/ vos guardarás todo mi
corazón,/ si alguna vez volviera la que amé/ vos le dirás que nunca la olvidé./ Cuartito
azul, hoy te canto mi adiós;/ ya no abriré tu puerta y tu balcón...” (Cuartito azul
/Mariano Mores-Mario Battistella). Tal vez el adiós de este último tango represente el
adiós definitivo a todos los cotorros y bulines donde se amaba y se soñaba y donde
nacieron tantos, tantos tangos...

LA BOHEMIA
Esos bulines mistongos, esos cotorros al gris, eran las místicas moradas de los
poetas del tango; todos ellos inmersos en profunda e inevitable bohemia dado que

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ella era el estado de gracia necesario que permitía aflorar el numen peregrino, la
musa mistonga. Evaristo Carriego, el poeta fallecido en 1912 a los 29 años de edad
apenas llegó a conocer al naciente tango, pero se convirtió en el máximo referente de
todos los vates que vinieron tras él y se convirtió en su prototipo. Dice el poeta: "He
cenado muchas veces con un verso de Carriego,/ con diez guitas en el bolsillo hasta
supe sonreír;/ en la cola de los vivos/ a mí no me van a ver,/ yo sé bien que soy
bohemio,/ tengo mucha plata en sueño,/ soy así, qué voy a hacer ..." (Bien bohemio
/Tití Rossi-Pomati-Rainer); "Yo soy aquel que usó como blasón su moño volador/ y
que cenó en noches de infortunio/ con pan de plenilunio y vino de ilusión..." (Perfume
de mujer /Juan José Guichandut-Armando José María Tagini); "Y en mis horas de
lirismo por los tibios arrabales/ rimé tiernos madrigales que a tu lado deshojé;/ puse
vida en cada estrofa, mi amor, mi paz y ternura/ y la inefable dulzura de tu almita de
mujer..." (Recordándote /Guillermo Desiderio Barbieri-José de Grandis).
Esta necesidad de transitar la noche y vivir en permanente estado de vagancia,
ha llevado al bohemio a perder lo más querido:"Yo no pude prometerte cambiar la
vida que llevo/ porque nací calavera y así me habré de morir;/ a mí me tiran las farras,
el café, la muchachada;/ y donde haya una milonga yo no puedo estar sin ir..." (Mala
suerte /Francisco Juan Lomuto-Froilán Francisco Gorrindo); "Como el sol, hace
mucho, me alegraba de día,/ hoy me alegra en la noche la caricia lunar;/ mi bohemia
se hunde en su melancolía, mi bohemia la busca, misteriosa y fatal./ Si estoy solo en
mi pieza, en mi lúgubre pieza,/ soledad que matizan cigarrillo y café,/ abro bien la
ventana y la luna me besa/ y me besa la luna con su beso de fe..." (Vieja luna /Arturo
Hércules Gallucci-Celedonio Esteban Flores); "Con tu elegante figura de gotán,/ tu
chaca-chaca es chamuyo de arrabal;/ vos sos, Pelusa, el penúltimo bohemio,/ de
aquellos sueños que yo quiero recordar..." (Pelusa, el penúltimo bohemio /Aníbal
Appiolaza-Julio César Onetti). ¿Y por qué esto de "penúltimo bohemio"? Simplemente
porque mientras algún noctámbulo vate rime tiernos madrigales en compás de dos
por cuatro, siempre, pero siempre habrá un bohemio más...

UN CHAMUYO MISTERIOSO
La rica y variada jerga del citadino argentino pasó de ser el críptico lunfardo a
la parla popular que el tango ha registrado como fiel cronista que ha testimoniado las
distintas épocas: “Como con bronca y junando/ de rabo de ojo a un costado/ sus
pasos ha encaminado/ derecho pa’l arrabal,/ lo lleva el presentimiento/ de que en
aquel potrerito/ no existe ya el bulincito/ que fue su único ideal...” (El ciruja /Ernesto
de la Cruz-Francisco Alfredo Marino); “Sos un malevo sin lengue,/ sin pinta ni
compadrada,/ sin melena recortada,/ sin milonga y sin canyengue./ Al elemento
bacán/ batiste reo chamuyo.../ ¡Lindo parlamento el tuyo/ pa’ volcarlo en un gotán..!”
(El malevo /Julio De Caro-Mario Castro); “Barrio de hacha y tiza, papuso y
canyengue/ ande tuvo cuna la nueva emoción,/ ande el alma rea sigue usando
lengue/ y el tango se tuerce como un bandoneón...” (Florida de arrabal /Ricardo Luis
Brignolo-Dante A. Linyera); “El bulín de la calle Ayacucho/ que en mis tiempos de
rana alquilaba,/ el bulín que la barra buscaba/ pa´ caer por la tarde a timbear;/ el bulín
donde tantos muchachos/ en su racha de vida fulera/ encontraron marroco y catrera/
rechiflado, parece llorar...” (El bulín de la calle Ayacucho /José y Luis Servidio-
Celedonio Esteban Flores); “La laburó de guapo, piolamente,/ y la milonguera, su caro
berretín,/ ñapada postamente en el bulín/ rejunó cayetana el expediente;/ era una
naifa piya y cadenera/ que andaba con la yuta cabreiroa,/ con prontuario a la gurda,
sobradora,/ y una pintusa de percanta buena...” (Aguja brava /Edmundo Rivero-

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Eduardo Giorlandini); “¿Qué quedó de aquel jailefe/ que en el juego del amor/ decía
siempre mucha efe/ me tengo pa’ tayador?/ ¿Dónde están aquellos briyos/ y de vento
aquel pacoy/ que diqueabas poligriyo/ con las minas del convoy...” (Uno y uno /Julio
Fava Pollero-Lorenzo Juan Traverso); “Rechiflate del laburo, no trabajés pa’ los
ranas,/ tirate a muerto y vivila como la vive un bacán,/ cuidate del sumernage, dejate
de hacer macanas,/ dormila en colchón de plumas y morfala con champán...” (Seguí
mi consejo /Salvador Merico-Eduardo Trongé).

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CAPITULO XV – Tangos Marinos

EL MAR
Puede decirse que el tango nació a horcajadas con un pie en Buenos Aires y el
otro en Montevideo, ambas ciudades puerto. Cuando su música y su danza
comenzaron a expandirse fue en ciudades puerto donde recaló en primera instancia y
fue en ciudades puerto de nuestro país, como Rosario y Bahía Blanca, donde el tango
brilló en todo su esplendor.
Las letras de tango que toman el mar con su entorno como escenario de sus
historias, poseen una particular belleza poética y un clima gris y brumoso muy
acordes con su espíritu que le confieren especial sabor: "Tú quieres más al mar, me
dijo con dolor/ y el cristal de su voz se quebró;/ recuerdo su mirar, con luz de
anochecer/ y esta frase como una obsesión:/ -Tienes que elegir entre tu mar y mi
amor./ Yo le dije no y ella dijo adiós./ Su nombre era Margot, llevaba boina azul/ y en
su pecho colgaba una cruz..." (Tristeza marina /José Damés-Horacio Sanguinetti);
"Frente al mar, frente a Dios;/ empapada de noche y de pena/ mi voz se estremece en
el último adiós;/ frente al mar, frente a Dios,/ yo te ruego que al menos me digas/ por
qué me castigas..." (Frente al mar /Mariano Mores-Rodolfo Taboada); "Lluvia sobre
el mar/ que va encrespando las aguas al golpear,/ y que pone un tul/ que es como un
manto de sombras y es azul,/ ese fue mi amor descontrolado,/ con los celos
desatados,/ en tu vida, pobre vida, resignada..." (Lluvia sobre el mar /Armando
Pontier-José María Contursi); "Con ella, con ella en el mar,/ y con ella me quiero
casar;/ nuestra barca cruzando las aguas/ y un cielo de estrellas;/ esta noche
veremos sirenas muy rubias y bellas..." (Con ella en el mar /Enrique Mario Francini-
Horacio Sanguinetti); "Ondas que traen rumores/ de orquestas y amores con cruel
palidez;/ barca lejana y perdida/ que regresa con lento vaivén..." (En el fondo del
mar /Humberto Basilio-Horacio Sanguinetti); "Era la hija del viejito guardafaro,/ la
princesita de aquella soledad;/ y le decían con amor los pescadores/ que era la perla
más bonita y blanca que guardaba el mar..." (Ilusión marina /José y Antonio Sureda).
El romanticismo creado por el clima marino puede que hoy suene anacrónico y hasta
un tanto cursi, pero es altamente representativo del sentimiento de una época.

LOS PUERTOS
Estos balcones sobre el mar, como los llamaría el poeta, han sido testigos de
historias reflejadas en la poesía tanguera: "Puerto Nuevo, en una noche de invierno,/
solitario y harapiento me viste llegar;/ Puerto Nuevo, vos solito comprendiste,/ la
tragedia de mi vida, con hondo penar..." (Puerto Nuevo /Hermanos Lespes-Carlos
Pesce); "Qué tendrán los pescadores,/ que no entonan barcarolas;/ de ese puerto que
está junto al mar/ hay una sensación de desconsuelo fatal..." (Rosa de mar /Roberto
Garcés-Leopoldo Díaz Vélez); "Las olas van golpeando sin cesar/ la quilla de mi
barco de ultramar,/ entramos en el mar de las Antillas/ en la tarde gris y tibia/ y allá
lejos se ve el puerto;/ fue bravo capear viento y temporal;/ allá vuelan sobre el mar las
golondrinas/ y es enorme la alegría de mis hombres al llegar..." (Llegando a puerto
/Mario De Marco-Enrique Lary); "Fue en el puerto que te hallé, ya sin fe y valor,/ en la

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densa oscuridad de una noche cruel,/ cual una barco anclado, triste y desolado;/ en tu
gris mirada huellas del pasado..." (Sombras del puerto /Armando Pontier-José María
Contursi); "Tu amor es un puerto que ya no me espera,/ adonde no puedo volver a
amarrar;/ calles ahora de arena desierta/ de que en tu orilla me quedé sin mar..." (Tu
amor es un puerto /Marcelo Falcón-Esteban Salaberry); "Vestida de blanco, sentada
en el puente,/ leía novelas y versos de amor,/ o si no miraba la espuma que hirviente/
cantaba en la estela del viejo vapor./ En noches serenas, sentada a mi lado,/ bañados
de luna y ensueño los dos;/ sus ojos miraban el cielo estrellado/ pensando en el
puerto del último adiós..." (La viajera perdida /Enrique Maciel-Héctor Pedro
Blomberg).

BARCOS Y LANCHAS
Otro escenario donde transcurren las historias de los tangos marinos son los
navíos: "Vago como sombra atormentada/ bajo el gris de la recova, que contempla, y
no soy nada;/ soy como mi lancha carbonera/ que ha quedado recalada, vive atada a
la ribera./ yo, también atado a mi pasado,/ soy como un barco que está atado/ y
siento en mis carnes sus amarras;/ como garfios, como garras..." (Amarras
/Marchisio-Santiago); "Se va la lancha,/ se va, se va con el pescador,/ y en esa nave
que cruza el mar,/ se va también mi amor./ Se va, se va, hasta cuando/ la lancha no
volverá;/ y yo seguiré cantando aquí,/ se va, se va, se va..." (Se va la lancha
/Edgardo Donato-Héctor María Artola); "La voz del recuerdo le trae de la Italia,/ la
grave sirena del barco al partir,/ y en medio de un pueblo al que diste tu alma/ te
sientes, nonito, abuelo y feliz..." (El nono /Vicente Demarco-Luis César Locasio). Tal
vez el poema más logrado y que pinta con mayor fidelidad el clima marino, de puertos
y barcos sin rumbo, sea el precioso tango "Mañana zarpa un barco", que firman
Lucio Demare y Homero Manzi: "Riberas que no cambian tocamos al anclar,/ cien
puertos nos regalan la música del mar;/ muchachas de ojos tristes nos viene a
esperar/ y el gusto de las copas parece siempre igual./ Tan sólo aquí en el puerto se
alegra el corazón,/ riachuelo donde sangra la voz del bandoneón;/ bailemos hasta el
eco del último compás,/ mañana zarpa un barco, tal vez no vuelva más...".

LOS MARINEROS
¿Cuánto habrá de cierto respecto a la leyenda del amor en cada puerto de los
marineros? Importantes protagonistas de los tangos marinos, su figura se describe
así: "El muelle, calle angosta, view París;/ luz roja, marineros, cafetín;/ mujeres, un
idilio en cada mesa/ y yo bebo mi cerveza, escondido como siempre./ ¿Dónde, dónde
estoy por aquel amor?/ Me pierdo de un borrón con mi tristeza/ y tirado en esta mesa
sueño y canto mi canción..." (Sin barco y sin amor /Erma Suárez-Enrique Lary); "En
esta copa de pernod están sus ojos,/ en este humo gris-azul mi sueño muerto;/ en
este rojo amanecer sus labios rojos/ y el barco del olvido meciéndose en el puerto..."
(Amor de marinero /Dante Gilardoni-Marcelino "Cholo" Hernández); "Te dejé tan sola
llorando en el puerto,/ al soltar amarras mi barco aquel día;/ que sentí en el alma
tener que partir,/ tanto me dolía hacerte sufrir./ Como una paloma tu pañuelo blanco/
se perdió en la niebla de la tarde fría,/ y hoy en cada puerto, muchacha argentina/
revive tu pena, regresa tu voz..." (Adiós, marinero /Arturo Gallucci-Reinaldo Yiso);
"Espesa de bruma de todos los mares/ y tu cara llena de curiosidad,/ llegaste en un
barco que vino a estos lares/ de un país lejano como tu ansiedad;/ tenían tus ojos
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dulzura de enero,/ empinado el gesto por la ensoñación;/ frescura en el alma, tu
acento extranjero,/ no sé que destino me unió a tu ilusión..." (Marinera /Pedro
Láurenz-Carlos Marín); "Espere, capitán, un minuto, por favor,/ que la vida se me va;
dos palabras con mi amor./ Yo le pido que no zarpe todavía/ que me lleva el
corazón..." (Espere, capitán /Ramón "Palito" Ortega- Chico Novarro).

BODEGONES Y CANTINAS
Escenario de infinidad de historias y motivo de innumerables tangos, los
bodegones y cantinas portuarios han sido fielmente pintados muchas veces en temas
de alto vuelo poético en las que se refleja el desarraigo y la "nostalgía" de los tanos:
"La cantina, llora siempre que te evoca,/ cuando toca piano, piano, su acordeón el
italiano,/ la cantina, que es un cacho de la vida,/ donde estabas escondida tras el
hueco de mano;/ de mi mano, que te llama silenciosa,/ mariposa que al volar, me dejó
sobre la boca,/ me dejó sobre la boca, tu salado gusto a mar..." (La cantina /Aníbal
Troilo-Cátulo Castillo); "La Boca, callejón, Vuelta de Rocha,/ bodegón, Genaro y su
acordeón./ Canzoneta gris de ausencia, cruel malón de penas viejas,/ escondidas en
las sombras del figón..." (Canzoneta /Erna Suárez-Enrique Lary); "Vino en un barco
italiano/ con vía hacia el puerto, lloraba de gris;/ con su ambulante acordeón y con su
alma infeliz./ Tanto vagar por el mundo tras una esperanza, tras una ilusión;/ ancló su
vida en turbias guaridas del viejo Paseo Colón..." (Náufrago /Luis Rubinstein-Fidel
Pintos); "El farol de una cantina, la neblina del Riachuelo/ se ha tendido bajo el cielo
con un pálido telón,/ y en la mesa donde expresa su tristeza sin consuelo/ Don
Giovanni está llorando con la voz del acordeón..." (Domani /Cátulo Castillo-Carlos
Viván).
Parece ser que el acordeón de los tanos estuviese siempre presente en esta
temática; pero veamos otros casos en los que no figura: "Brillando en las noches del
puerto desierto/ como un viejo faro la cantina está/ llamando a las almas que no
tienen puerto/ porque han olvidado la ruta del mar..." (Aquella cantina de la ribera
/Cátulo Castillo-José González Castillo); "Con el codo en la mesa mugrienta/ y la vista
clavada en el suelo,/ piensa el tano Domingo Polenta/ en el drama de su inmigración./
Y en la sucia cantina que canta/ la nostalgia del viejo paese,/ desafina su ronca
garganta/ ya curtida con vino carlón..." (La violeta /Cátulo Castillo-Nicolás Olivari); "Y
aquel buzón carmín/ y aquel fondín/ donde lloraba el tano/ su rubio amor lejano/ que
mojaba con bon vin..." (Tinta roja /Sebastián Piana-Cátulo Castillo); "Sol de Nápoles
lontano,/ María Curro, sueño verte;/ pero el barco de mi suerte/ amarró en el
bodegón..." (Canción de inmigrante /Ricardo Malerba-Enrique Cadícamo).

EL RIACHUELO Y LA RIBERA
Otro frecuente escenario de esta riquísima temática de muy definido perfiles es
el del Riachuelo: "Turbio fondeadero donde van a recalar/ barcos que en el muelle
para siempre han de quedar;/ sombras que se alargan en la noche del dolor,/
náufragos del mundo que han perdido el corazón./ Puentes y cordajes donde el viento
viene a aullar,/ barcos carboneros que jamás han de zarpar; triste caravana sin
destino ni ilusión/ como un barco preso en la botella del figón..." (Nieblas del
Riachuelo /Juan Carlos Cobián-Enrique Cadícamo); "Sobre las aguas del Riachuelo,/
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allá muy cerca del macadam,/ de tarde en tarde ancla un velero/ que trae la brisa del
Paraná/ Llevando al viento sus amplias velas/ y por emblema trae el timón/ una cruz
roja que abre sus brazos/ sobre las aguas de alrededor..." (Chismes de la ribera);
"Allá junto a la ribera un tano feliz vivía/ trabajando noche y día junto con la
compañera;/ del Riachuelo al rumor y arrullado por sus murmullos,/ eran felices los
grullos engrupidos en su amor..." (El olivo /Antonio Scattasso-N.Cabral-A.Vivas); "La
luz de un nuevo sol alumbra la ciudad/ y besa el arrabal por sobre el puente Brown;/
mensajero de Dios, ajeno al bien y al mal/ y a todos por igual les llega con amor..."
(La canción de la ribera /Miguel Bonano-Alfredo Bigeschi).

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CAPITULO XVI – De Guapos, Taitas Y Malevos

En una sociedad donde abundaba la violencia y los hechos de sangre, los


descendientes urbanos del gaucho heredaron el sentido del honor que defendían a
punta de puñal. El tango supo reflejar esos hechos y los contó en uno y mil poemas.

LOS DUELOS
El enfrentamiento entre varones, ya sea por cuestiones de honor, de polleras, o
simplemente por nombradía; ha servido a los poetas del arrabal para pintar con
certeras pinceladas el alma del malevo: "Tome mi poncho, y no se aflija,/ si hasta el
cuchillo se lo presto;/ cíteme en la cancha que usté elija/ que he de dir, y en fija,/ no
pondré mal gesto..." (Mandria /Juan Rodríguez-Francisco Brancatti-José Miguel
Velich); "Frente a frente, dando muestras de coraje,/ los dos guapos se enfrentaron
en el bajo,/ y el ciruja, que era listo para el tajo,/ al cafiolo le cobró caro su amor..." (El
ciruja /Ernesto de la Cruz-Francisco Alfredo Marino); "Dos hombres llegan, son dos
rivales,/ que en duelo criollo se han de enfrentar;/ que el brazo diga quien tiene más
derecho/ a desflorar los besos de la mujer fatal..." (Allá en el bajo /Agustín Magaldi-
Pedro Noda-Ismael Rafael Aguilar); "Pero otro amor por aquella mujer/ latió en el
corazón del taura más mentao;/ y un farol en duelo criollo vio,/ bajo su débil luz, morir
los dos..." (Duelo criollo /Juan Rezzano-Lito Bayardo); "Cuentan que una noche
bramó como fiera/ en un entrevero que hasta se comenta;/ repartiendo hachazos era
una tormenta,/ mostró su coraje batiendo a un malón..." (El Tigre Millán /Francisco
Canaro); "Bajo el dolor de esa profunda llaga/ con que la infiel ha muerto su
esperanza/ y sin más ley, la ley de la daga,/ que ha de apagar su sed de venganza..."
(Honor gaucho /Agustín Magaldi-Juan Bautista Fulginiti); "En una cortada dos
guapos malevos,/ en un entrevero tienen que aclarar; es cosa de hombres jugarse la
vida,/ el pleito en sucia flor del arrabal..." (Pleito malevo /Florindo Sassone-Raúl
Hormaza); "Andaban rechiflaos por una mina/ que a los dos llevaba la corriente/ y
buscaron de verse frente a frente/ pa' arreglar el asunto en una esquina;/ uno y otro
fajarse se imaginan,/ porque si uno es pesao, otro es valiente,/ y además, es fulero
que la gente/ sepa pa' quién quedó la percantina..." (El amasijo /Edmundo Rivero-
Yacaré).
Pero, como dice el refrán "guapos eran los de antes", ya no los hay: "Ayer, de
miedo a matar,/ en vez de pelear/ me puse a correr..." (Malevaje /Juan de Dios
Filiberto-Enrique Santos Discépolo); "Dicen que dicen que una noche zurda/ con el
cuchillo deshojó la espera; y entonces solo, como flor de orilla,/ largó el cansancio y
se mató por ella..." (Te llaman malevo /Aníbal Carmelo Troilo-Homero Aldo
Expósito); hasta puede que aparezca por ahí algún guapo de pacotilla: "Contando sus
hazañas en un boliche / un guapo que de grupo se hizo cartel, / a giles engrupía, pa'
chupar de ojo, / con famosas hazañas que no eran de él..." (As de cartón /Luis
Viapiana-Roberto Aubriot Barboza-González). Sí, ya no hay más guapos, allá va el
último de ellos: "Jugar con desprecio su vida / por el sol de un florido percal, / y se irá
sin llevar ni una herida / el último guapo del viejo arrabal..." (El último guapo /Riel
(Leonardo Lipesker)- Abel Aznar).

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TANGOS CANEROS
Los frecuentes encuentros entre guapos y malevos hizo que muchas veces
uno de ellos fuese a purgar entre rejas, puede decirse que hasta con orgullo, el precio
de la vida tomada y así nos lo cuentan las letras de algunos tangos: "Vieja, una duda
cruel me aqueja, / que es más fuerte que esta reja / que me sirve de prisión... (Una
carta /Rodolfo Sciamarella-Enrique Domingo Cadícamo); "En una celda oscura del
presidio lejano / el penado catorce su vida terminó..." (El penado 14 /Agustín
Magaldi-Pedro Noda-Carlos Pesce). Otras veces el motivo de la ida a la cárcel era el
cobro de una afrenta o una traición: "¡Arrésteme, Sargento, y póngame cadenas! / Si
soy un delincuente que me persone Dios. / Yo he sido un gaucho bueno, me llamo
Alberto Arenas, / señor, me traicionaban y los maté a los dos..." (A la luz de un
candil /Alejandro Carlos Vicente Geroni Flores-Julio Plácido Navarrine); "¿Han venido
a prenderme? ¡Ya estoy listo! / La cárcel a los hombres no hace mal. / ¡Aquí me
tienen! Ya no me resisto; / estoy vengao, ¡soy un criminal..!” (Justicia criolla /Rafael
(El Rata) Iriarte-Francisco Brancatti); "Me encerraron muchos años en la sórdida
gayola, / y una tarde me largaron pa' mi bien o pa' mi mal..." (La gayola /Rafael
Eulogio Tuegols-Armando José María Tagini); "Allá en la Penitenciaria / Ladrillo llora
su pena / cumpliendo injusta condena / aunque mató en buena ley. / Los jueces lo
condenaron / sin comprender que Ladrillo / fue bueno, noble y sencillo, / trabajador
como un buey...". ¿Y porqué fue condenado este personaje, sencillo hombre del
pueblo, no un malevo y matón? Veamos: "El día que con un baile / su compromiso
sellaba, / un compadrón molestaba / a la que era su amor. / Jugando, entonces su
vida / en duelo criollo, Ladrillo / le sepultó su cuchillo / partiéndole el corazón..."
(Ladrillo /Juan de Dios Filiberto-Juan Andrés Caruso).
Pero no sólo el hecho de matar es motivo de una temporada en cafúa, también
tener "dedos ágiles" puede finalizar con el personaje en cana: "Si alguno lo pone en
duda lo que este cosos comenta, / Moreno quince cincuenta, que le pasen mi tosán;
/por apretar el gatillo en una bronca fulera / diez pepinos en Las Heras me hizo morfar
un fiscal. / Ochenta y dos remisiones, varias con treinta en Devoto, / dos en Tierra por
el coco y un kilo de apelación, / son datos e informaciones, pedriguée de un chorro
viejo;/ El Pesao con todo esto se ofrece sin pretensión..." (El Nene del Abasto /Eladio
Blanco-Raúl Hormaza); "Una vez un tal Loyola / me embarcó en guay fulero; / saltó la
bronca, taquero, / celular, biaba y gayola; / di concierto de pianola / manyando minga
de solfeo, / y aunque me tengo por feo / colgué mi fotografía / donde está la galería /
de los ases del choreo..." (El conventillo / Ernesto Baffa-Arturo De la Torre);
"Tendrás piano pa' tocar y qué se yo que moblario, / figurarás en los diarios en galería
social; / aunque yo pa' mantenerte esté siempre engayolado / y eternamente
escrachado en crónica policial..." (La señora del chalet /Edmundo Leonel Rivero-
Angel Pagano).

LOS JUECES
Todo delito merece castigo previo juicio y la presencia de los Jueces está
fielmente atestiguada en algunos tangos: "Un farol en una calle tristemente desolada /
pone con su luz de foco su motivo de color. / El cariño de mi madre, mi viejecita
sagrada, / que por santa merecía, señor Juez, ser venerada; / por la calle de mi vida
fue como luz de farol. / Y piense si aquella noche cuando vi que aquel malvado /
escupió sobre sus canas el consejo bajo y cruel, / hombre a hombre, por el despecho
cegado, /por mi cariño de hijo, por mi cariño sagrado, / sin pensarlo cobré rabia y
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hombre a hombre lo maté..." (Sentencia /Pedro Maffia-Celedonio Esteban Flores);
"Con sombras de cárcel lavé mi pecado, / si acaso la cárcel lo pudo lavar; / los jueces
de mármol nunca comprendieron / que a veces la vida te obliga a matar..."
(Volvamos a empezar /Daniel Alvarez-Eduardo Maradei); a ellas también suele
alcanzarlas el largo brazo de la justicia: "Pero se acaba, y esa noche / que lo vi con
otra me cegué / y poniendo a mi suerte triste broche /usted sabe, señor Juez, que lo
maté..." (Usted sabe señor Juez /Oreste Cufaro-Raúl Meralla).

LOS CANAS
Evidentemente la autoridad policial, vulgo "cana", no es muy respetada en las
letras de tangos y milongas, hasta aparece caricaturizada: "Un botón que toca ronda
/por no quedarse dormido, / y un bacán que está escondido / chamuyando en un
zaguán..." (Los cosos de al' lao /José Canet-Marcos Larrosa); "Todo es calma
alrededor, / almacén sin pasador, /se espiran los jugadores / y sin luz al interior. /De
pronto de un corredor / sale un hombre de repente, ¿saben quién era? / el agente,
que más mamao que un aljibe /le pega un -Alto, quién vive! /a un buzón que estaba
enfrente..." (Boliche El Cuco /Atilio Supparo-Manuel Costas); "-Pase agente Belisario
¿Hay alguna novedad? / -Para decir la verdad, ninguna mi Comisario; / solamente he
visto varios hombres allá en el boliche / El Lobo del gringo Felice prendidos en un
truquito / pero todo tranquilito como nene con un chiche..." (Sin novedad).

TANGOS ETILICOS
Según la anécdota fue un hombre primitivo que cargó un puñado de uvas en su
morral como provisión para la larga travesía que emprendía, transcurridos algunos
días el azúcar de la maltratada fruta se convirtió en alcohol dando nacimiento a la
bebida etílica que alegra el espíritu pero que consumida en exceso suele causar
problemas. El tango ha sabido tratar esta temática unas veces con total crudeza y
otras con un toque de humor: “¡Mozo! Traiga otra copa/ y sírvase de algo el que
quiera tomar/ que ando muy solo y estoy muy triste/ desde que supe la cruel
verdad...” (La copa del olvido /Enrique Delfino-Alberto Vaccarezza); “Tomo y obligo,
mándese un trago,/ que hoy necesito el recuerdo matar./ ¡Sin un amigo, lejos del
pago,/ quiero en su pecho mi pena volcar!/ Beba conmigo y si se empaña/ de vez en
cuando mi voz al cantar;/ no es que la llore porque me engaña,/ yo sé que un hombre
no debe llorar... (Tomo y obligo /Carlos Gardel-Manuel Romero); “¡Vamos! ¿No ves
que ella ríe?/ ¡No es de este siglo llorar!/ ¡Vamos, mandate otro whisky;/ total la
guadaña no va a hacer sonar..!” (Whisky /Carlos Di Sarli-Héctor Marcó); “Una
canción que me mate la tristeza/ que me duerma, que me aturda/ y en el filo de esta
mesa vos y yo, los dos en curda,/ los dos en curda, y en la pena sensiblera/ que me
da la borrachera yo te pido, cariñito,/ que me cantes como antes, despacito,
despacito,/ tu canción una vez más...” (Una canción /Aníbal Troilo-Cátulo Castillo;
“Dicen mis amigos que mi vino es triste,/ que no tengo aguante ya para el licor,/ que
soy un maleta que ya no resiste/ de la caña brava ni el macho sabor;/ y es que en mí
se ha muerto todo lo que existe/ y entre copas quiero ahogar mi rencor./ Siempre
estoy borracho desde que te fuiste,/ siempre estoy borracho pero de dolor...” (El vino
triste /Juan D’Arienzo-Manuel Romero); ¡Che mozo! Sirva un trago más de caña,/ yo
tomo sin motivo y sin razón; no lo hago por amor, que es vieja maña,/ tampoco pa’
engañar al corazón./ No tengo un mal recuerdo que me aturda,/ no tengo que olvidar
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una traición;/ yo tomo porque sí, de puro curda,/ pa’ mí siempre es buena la
ocasión...” (De puro curda /Carlos Olmedo-Abel Aznar); “Anoche cerró por duelo el
bodegón “La Maroma”,/ murió el negrito Carmona, remanyado escabiador;/ en el
mistongo convoy donde el pobre es velado,/ varios curdas jubilados, acariciando el
cajón,/ lagrimeaban apenados empinando semillón...” (Entre curdas /Vicente Spinelli-
Aldo Queirolo); “¡Eche amigo, nomás, écheme y llene/ hasta el borde la copa de
champán,/ que esta noche de farra y alegría/ el dolor que hay en mi alma quiero
ahogar...” (La última copa /Francisco Canaro-Juan Andrés Caruso); “Sirva otra vuelta
pulpero,/ que me ayude a recordar,/ pues son muchas primaveras las que voy
dejando atrás./ Sirva otra copa, mi amigo, que entre charlar y charlar/ he de contarle a
este mozo cosas que suelen pasar...” (Sirva otra copa /Arturo Gallucci-José Rótulo);
“Ven, payaso, buen amigo, compañero de tristezas,/ ven y siéntate a mi mesa si te
quieres embriagar,/ que si tú tienes tus penas yo también tengo las mías y el
champán hace olvidar...” (Ríe payaso /Emilio Falero-Virgilio Carmona); “Para ahogar
hondas penas que tengo/ que me matan y que no se van/ yo levanto temblando en
mis manos/ esta copa de rubio champán./ Los invito conmigo a beber/ que bebiendo
se habrán de olvidar/ los destellos de amores perdidos/ que suelen de llanto los ojos
nublar...” (Destellos /Francisco Canaro-Juan Andrés Caruso). Apenas una breve
recorrida de esta temática tantas veces utilizada por los poetas del tango para
contarnos una historia o reflejar un instante de una vida cualquiera.

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CAPITULO XVII – El Tango En París

En sus comienzos el tango fue resistido por la burguesía de nuestro país, se lo


consideraba música prostibularia o carcelaria, por lo que estaba totalmente prohibido
en los salones del centro. Fue en 1905 cuando la casa Gath & Chaves envió una
delegación a París que estaba integrada, entre otros, por Alfredo Gobbi, su reciente
esposa, la cantante chilena de zarzuelas Flora Rodríguez y Angel Gregorio Villoldo,
con la finalidad de grabar algunos tangos, cosa que en ese momento era imposible de
realizar en este país; así fue que primer tema llevado al surco es El Sargento Cabral,
un tango del pianista negro Manuel Oscar Campoamor, interpretada por la Guardia
Republicana de París, esto sucedió en 1907. Bien puede decirse que la Ciudad Luz
explotó a la llegada del tango; la novedosa coreografía fue adoptada de inmediato por
la sociedad parisina para de allí conquistar el mundo entero. De ahí en más la
concurrencia de músicos, cantantes y bailarines argentinos que partían con el sueño
de alcanzar el esquivo triunfo fue incesante y las letras de los tangos fue dejando la
cronología de esas aventuras, a veces triunfantes y otras no tanto: "Yo estuve en el
puerto la mañana aquella/ cuando te embarcaste con rumbo a París,/ llevando en los
ojos un fulgor de estrellas/ que fosforecían bajo el gacho gris..." (Y te fuiste a París
/Eduardo Pereyra); "Rajé de Puente Alsina para Montmartre/ que todos me batían
para engrupir/ tenés la pinta justa pa' acomodarte/ con la franchuta que va al
dancing./ Que hacés en Buenos Aires, no seas otario,/ morocho y argentino, rey de
París... (Araca París /Luis Viapiana-Roberto Aubriot Barboza); además siempre
estaba presente la inevitable añoranza: "Tirao por la vida de vida de errante bohemio/
estoy Buenos Aires, anclao en París;/ cubierto de mala, bandeado de apremios,/ te
evoco desde este lejano país..." (Anclao en París /Guillermo Barbieri-Enrique
Cadícamo); "Te acordás de aquella noche de garufa en el bulín/ con la criolla
muchachada que soñaba con París;/ con la clásica Victrola, con la sentida canción,/ y
de los primeros llantos de un machazo corazón./ La nevada por la calle, la guitarra, el
bandoneón,/ y una mina que chamuya palpitando un metejón;/ era grande la alegría,
soñador el copetín,/ serán siempre mis recuerdos esas noches de París..."
(Evocación de París /Luis Mandarino); "Yo sé que te acuerdas del barrio perdido,/ de
aquel Buenos Aires que nos vio partir,/ y en tus labios tiemblan los tangos aquellos/
que en París cantabas antes de morir./ La lluvia de otoño mojó los castaños/ pero ya
no estabas en el bulevar;/ muchachita criolla de los ojos negros/ tus labios dormidos
ya no han de cantar... (La que murió en París /Jorge Maciel-Héctor Pedro
Blomberg). París recibió al tango con los brazos abiertos, pero le pagó con moneda
de ley cuando le entregó sus personajes: "Era la papusa del barrio latino/ que supo a
los puntos del verso inspirar,/ pero hasta que un día llegó un argentino/ y a la
francesita la hizo suspirar..." (Madame Ivonne /Eduardo Pereyra-Enrique Cadícamo);
"Un día más, un año más,/ que voy perdida en la neblina,/ en esa niebla de la noche
parisina/ que te alejaste para nunca más volver./ Yo te llamé Mimí Pinzón/ porque tu
afán de ser coqueta, te fue arrastrando al igual que la griseta/ y el mismo mal y su
final te castigó... (Mimí Pinzón /Aquiles Roggero-José Rótulo); "Francesita, que
trajiste pizpireta,/ sentimental y coqueta, la poesía del Quartier;/ quien diría que tu
poema de griseta/ solo una estrofa tendría, la silenciosa agonía de Margarita
Gauthier..." (Griseta /Enrique Delfino-José González Castillo); el trágico personaje de
Alejandro Dumas tiene su propio tango: "Hoy te evoco emocionado, mi divina
Margarita,/ hoy te llevo en mi recuerdo, oh, mi dulce inspiración./ Soy tu Armando el
que te clama, dulce, dulce muñequita,/ el que llora, el que reza embargado de
emoción..." (Margarita Gauthier /Joaquín Mauricio Mora-Julio Jorge Nelson). París y

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el tango han tenido una temática que ha enriquecido el acervo de la canción popular y
sus poetas han sabido cantarla con emoción.

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CAPITULO XVIII – El Tango, Cronista Social

TANGOS DE DENUNCIA Y DE PROTESTA


Puede decirse que esta temática nace con el género mismo, ya que en sus
albores uno de los padres del tango escribía: "La chanchuya y la matufia hoy forman
la sociedad,/ y nuestra vida moderna es una calamidad;/ de unas drogas hacen vino y
de porotos café,/ de maní es el chocolate y de yerbas es el té;/ la medicina veneno
que quita fuerza y salud, los licores vomitivos que llevan al ataúd..." (Matufias o el
arte de vivir /Angel Gregorio Villoldo). Toda la problemática social, la mezquindad y
la corrupción son mostradas con total crudeza en temas de desgarrante dolor: "Sus
hijos no lloran por llorar,/ ni piden masitas, ni chiches ni dulces, señor,/ sus hijos se
mueren de frío y lloran hambrientos de pan,/ la abuela se queja de dolo, doliente
reproche que ofende su hombría;/ también su mujer, escuálida y flaca/ en una mirada
toda la tragedia le ha dado a entender..." (Pan /Eduardo Pereyra-Celedonio Esteban
Flores); "Sus hijos piden pan y su pobre mujer/ no sabe cómo hacer pa' que no pidan
más/ y el hijito mayor que alcanza a comprender/ sentado en un rincón contempla a
su mamá..." (La canción de la ribera /Eduardo Bonano-Enrique Bigeschi); "Verás
que todo es mentira, verás que nada es amor,/ que al mundo nada le importa; yira,
yira.../ aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor,/ no esperés nunca una
ayuda, ni una mano, ni un favor..." (Yira, yira /Enrique Santos Discépolo); "La gente
que es brutal cuando se ensaña,/ la gente que es feroz cuando hace un mal,/ tomó
para ser títeres en su guignol/ la imagen de tu amor y mi esperanza..." (Infamia
/Enrique Santos Discépolo); "Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé,/ en el
quinientos diez y en el dos mil también;/ que siempre ha habido chorros, Maquiavelos
y estafaos,/ contentos y amargaos, valores y doblez./ Pero que el siglo veinte es un
despliegue de maldad insolente, ya no hay quien lo niegue,/ vivimos revolcaos en un
merengue y en el mismo lodo todo manoseados..." (Cambalache /Enrique Santos
Discépolo); podemos apreciar que el recordado Discepolín era especialista en esta
temática; pero siguen los casos que incluso a veces ponen un toque de amargo
humor: "Hoy en día todo es grupo disfrazado de verdad,/ una sarta de mentiras ha
invadido la ciudad,/ cualquier gato con tarjeta hoy la va de gran señor/ y los chorros
se dan cita en el campo del honor..." (Camuflaje /Enrique Mario Francini-José
García); "Si el mundo revirao, golpeándote,/ te tira pa' un costao en la pared;/ si el
vento es un suspiro y el día tres/ ya se piantó de yiro y queda el mes./ Si al juego de
la broma todo fue/ y el jugo de paraguas hoy es café,/ servime de testigo, tené fe;
gritá, gritá conmigo, viejo, ¿Y a mí qué...?" (Y a mí qué /Aníbal Troilo/Cátulo Castillo);
"Cuántos viven disfrazados/ sin saber que así quedaron,/ cuánto se oye sin reír,/ este
mundo es escenario de un gran cine continuado/ que nos hace consumir./ Cuando al
fin bromean y es un juego el acertar;/ la señora está indispuesta o ha salido hace un
momento/ y el esposo se hace el muerto si es que vienen a cobrar..." (Siempre es
carnaval /Osvaldo y Emilio Fresedo); "Todo el mundo está en la estufa,/ triste,
amargao y sin garufa,/ melancólico y cortao;/ se acabaron los robustos/ y hasta yo
que daba gusto/ cuatro kilos he bajao./ Todo el mundo anda de asalto/ y el puchero
está tan alto/ que hay que usar el trampolín,/ si habrá crisis, bronce y hambre/ que el
que compra un poco 'e fiambre/ hoy se morfa hasta el piolín..." (Al mundo le falta un
tornillo /José María Aguilar-Enrique Cadícamo); "Aprendí todo lo bueno, aprendí todo
lo malo,/ sé del beso que se compra, sé del beso que se da;/ del amigo que es amigo

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siempre y cuando le convenga/ y sé que con mucha plata uno vale mucho más./
Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran/ y la murga se ríe uno se debe
reír,/ no pensar ni equivocado, para qué si igual se vive,/ y además corrés el riesgo
que te bauticen gil... (Las cuarenta /Roberto Grela-Francisco Gorrindo); "Que si falta
la guita, que si no hay pa' gastar,/ y nuestra conciencia no vale mucho más./ Pucha,
qué bronca me da/ ver tanta injusticia de la humanidad..." (Bronca /Edmundo Rivero-
Mario Battistella); "En el medio de este mambo/ qué delirio tan profundo;/ el cartel de
primer mundo/ nos vinieron a colgar;/ tan grotesco es el absurdo,/ tan inmundo está el
chiquero/ que mirando el noticiero/ me reí por no llorar... " (Argentina primer mundo
/Eladia Blázquez). ¿No notan en todos estos pasajes una sorprendente actualidad?
Es que el tango habla de las cosas de siempre y por aquello de que no hay nada
nuevo bajo el sol los problemas del hombre de ayer no se diferencian demasiado a
los del hombre de hoy.

EL TOQUE DE HUMOR
Como si fuera la otra cara de la moneda el tango siempre ha sabido tomar las
cosas de la vida, aún las más dramáticas, con un desenfado que quizás no sea más
que un inútil intento por ocultar la realidad. A veces con humor sutil, otras con
grotescas caricaturas, podemos encontrar una interminable serie de temas que nos
ayudan a dibujar una sonrisa, veamos: "No te traje pa' tu santo/ un par de zarzos bien
debute/ que una noche a un farabute/ del cotorro le pianté/ y con ellos unas botas/
con las cañas de gamuza/ y una pollera papusa/ hecha de seda crepé..." (Ivette
/Costa Roca-Pascual Contursi); "Er botón de la esquina de casa/ cuando sargo barrer
la vedera/ me se acerca el canalla y me dice: -Pipistrela, Pipistrela./ Tengo un coso ar
mercao que me mira./ es un tano engrupido de criollo;/ yo le pongo lo ojo pa' arriba/ y
en de mientra le afano un repollo./ Me llaman la Pipistrela/ y yo me dejo a llamar,/ es
mejor pasar por gila/ si una es viva de verdad;/ me llaman la Pipistrela,/ manyen qué
linda mujer/ la pinta que Dios me ha dao/ la tengo de hacer valer..." (Pipistrela
/Francisco Canaro-Fernando Ochoa); "Mirá, Ñata, es necesario/ que hablemos como
es debido,/ porque ya estoy aburrido/ de hacer el papel de otario;/ mi vida aquí es un
calvario,/ te lo bato con franqueza,/ sacate de la cabeza/ el berretín de mandar,/
porque si no vas a rajar/ con tus pilchas de la pieza.// Y la parda sobradora lo miró
con mucha cancha,/ le hizo hacer la pata ancha y sin decirle –Atajate,/ le partió al
ciruja el mate con el filo de la plancha..." (Cobrate y dame el vuelto /Miguel Caló-
Enrique Dizeo); "Yo no tango, tungo, tengo;/ ya me ca-cache en dié empieza el lío,/ es
la lenga, lunga, lengua,/ que se araca, que se hamaca, atraca digo;/ yo jamón, jamás
la pata/ nunca mato, nunca meto qué embromar,/ y pa`calma, colmo peso, paso el día
sin hablar..." (El tarta /José María Rizzutti-Emilio Fresedo); "La indiada gritó -
¡Largaron! y ahí fue el merengue, Dios mío,/ un tungo rajó pal río, los otros se
desbocaron./ Datos y fijas fallaron, nunca se vio nada igual,/ y mi robusto bagual,
despacito y sin alarde,/ llegó tres días más tarde, pero ganó el Nacional..." (Milonga
burrera /Jorge Vidal); "Era un mono loco que encontré en un árbol/ una noche de
hambre que me vió pasar;/ me tiró un coquito, yo que soy chicato,/ me ensarté al
oscuro, la llevé al bulín./ Sé que entré a la pieza, encendí la vela,/ sé que me di vuelta
para verla bien;/ era tan fulera que la vi y di un grito.../ después no me acuerdo, yo me
desmayé..." (Justo el 31 /Enrique Santos Discépolo-Rada); "Porque tenés un pisito
allá en la calle Corrientes/ y alternás en otro ambiente no te hagás el compadrito,/
para mí vos sos Pepito, el hijo del carbonero,/ un caradura y manguero, te juro me da
tiricia,/ que me vengas a dar pifia haciéndote el petitero..." (No te hagás el pituquito
/Miguel Montero-Reinaldo Yiso); "Che, rea vestida a plazos/ con desplante de señora/
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que no me das ni la hora/ desde que chapaste al ganso,/ acordate de este manso/
con paciencia de mamita;/ cuando se acabó la guita/ para pagar el buyón/ empeñé
hasta el bandoneón/ pa' tenerte bien gordita..." (Andá que te cure Lola /Luis
Caruso); "Nunca trates de fallar/ las reglas del bebedor/ y arrimate al mostrador,/ yo te
aconsejo, muchacho,/ hay que prenderse al vinacho,/ cuando más tinto, mejor..." (El
vinacho /José Rezzano-Alfredo Navarrine); "Vos tenés en el marote todo un corso a
contramano,/ sos un caso de escopeta,/ ade chaleco y algo más;/ el favor que nos
harías si chaparas un bufoso/ y sin decir ni hasta luego/ de una vez te amasijás..."
(Chichipía /Juan D'Arienzo-Carlos Waiss); "Cuando un viejo se enamora/ anda el
pobre en un revuelo/ con betún para el bigote/ y pinturita para el pelo./ Cuando un
viejo se enamora/ anda todo alborotado/ y pa' que ella no se avive/ y lo tome por un
pibe/ duerme todo encorsetado..." (Cuando un viejo se enamora /Rodolfo
Sciamarella-Manuel Romero); "Se arma la bronca completa/ y por no pasar por giles/
apagaron los candiles/ la barra de "La Limeta";/ anduvieron meta y meta,/ sacaron
bufo y filosa;/ total no ha pasao gran cosa,/ en cana llevaron ocho,/ al hospital treinta
y ocho/ y siete otarios al pozo..." (Boliche “El Cuco" /M.Costas-Atilio Supparo);
"Hacé el favor, Filomena, y batime hasta cuando/ voy a seguir patinando de mi casa
hasta el taller,/ ya van cinco media suelas que le cambio a los tamangos/ y de flaco
estoy quedando como un cacho de papel..." (Sarampión /Juan D'Arienzo-Héctor
Varela-Carlos Waiss); "Te pasaste treinta agostos de una esquina a otra esquina,/ sin
saber qué era una mina, ni una copa, ni un café,/la yugabas como un burro y
amurabas meneguina/ practicando infantería de tu casa hasta el taller,/ fútbol, timbas
y carreras eran cosas indecetes,/ sólo el cine era tu vicio si podías garronear,/ y una
vuelta que asomaste los mirones por Corrientes/ al marearte con sus luces te tuvieron
que auxiliar..." (Amarroto /Miguel Bucino-Cao); "Que querés, Cipriano, ya no das más
jugo,/ tus cincuenta abriles que arriba llevás,/ junto con el pelo que fugó del mate/ se
te fue la pinta que no vuelve más./ Dejá las pebetas para los muchachos,/ esos platos
fuertes no son para vos;/ piantá del sereno, andate a la cama,/ que si no mañana
andás con la tos..." (Enfundá la mandolina /Francisco Canaro-Zubiría); "Contando
sus hazañas en un boliche/ un guapo que de grupo se hizo cartel/ a giles engrupía,
pa' chupar de ojo,/ con famosas hazañas que no eran de él./ Conocedor de frases y
de modales/ de la jerga fulera del arrabal/ se contaba combates fenomenales/ donde
él siempre jugaba rol principal..." (As de cartón /Emilio González-Luis Viapiana);
"Pronto se armó la podrida,/ piñas, trompadas, tortazos,/ Santillán tiró un balazo con
un chumbo que traía;/ toda la gente corría,/ quedó la casa pelada,/ pa' terminar la
velada/ yo me chorié un bandoneón,/ un piloto Pantaleón/ y el loco la jeta hinchada..."
(Un baile a beneficio /Juan Carlos Caviello-Juan Alberto Fernández); "No era feo el
paparulo, pintaba bien su esqueleto,/ pero tenía defectos: era rengo y tartamudo,/ en
su boca como engrudo las palabras se pegaban/ y al largar la chamuyada, la fulera
suerte quiso,/ se le piantaran los dientes... claro, si eran postizos..." (El descolao
/Vicente Spinelli-Aldo Queirolo). Hemos hecho una breve recorrida por la temática de
los temas con humor, la lista es mucho más extensa, pero hemos pretendido
demostrar que no siempre el tango es gris y rezongón y que a veces también sabe
reírse de sí mismo...

CON PERMISO, SOY EL TANGO


Muchos poetas del tango han intentado definirlo sin haberlo logrado en su
totalidad; tal vez fue Enrique Santos Discépolo quien más se aproximó cuando dijo “El
tango es un pensamiento triste que se puede bailar”. Después siguieron una
abundante cantidad de tangos que hablan de sí mismo, muchos plenos de
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nostalgia,haciéndolo frecuentemente en primera persona y expresándose con orgullo:
“Dando vueltas como trompo,/ como trompo y calesita/ he llegado de visita,/
permítame, voy a entrar;/ en los bailes soy primero/ y con todos me doy cita,/ un
acorde bien porteño/ en mi sentido compás...” (Con permiso, soy el tango /Cristóbal
Herreros-R.P.Garavano) “Yo soy un cacho de arrabal que no se rindió/ mi ley era
seguir sin flaquear jamás;/ un bandoneón me dio con su acento compadrón/ el coraje
pa’ guapear./ Yo soy aquel varón de ayer que volvió a tayar/ ganando la partida, me
dieron por perdida/ aquellos que me vieron aflojar...” (Me llaman tango /Emilio De
Caro-Mario Soto); “Soy el tango milongón/ nacido en los suburbios malevos y turbios;/
hoy que estoy en el salón/ me saben amansado, dulzón y cansado:/ pa’ qué creer, pa’
qué mentir que estoy cambiado/ si soy el mismo de ayer...” (Yo soy el tango
/Domingo Federico-Homero Expósito); “Soy Juan Tango,/ un cornetin que ayer
nomás/ cruzó la calle bravía/ sobre el lomo de un tranvía/ llenó de trote la aurora;/ soy
la esquina soñadora/ que se borró en el olvido,/ soy en la noche ser herido/ por la
llama de un farol...” (Juan Tango /Pedro Maffia-Sebastián Piana-Cátulo Castillo).
Otras veces es su hijo de arrabal quien hablando en segunda persona se dirige
al tango y le dice: “Eras un gran varón, altivo y compadrón,/ de una palabra sola,/
rimaba tu canción con la emoción triunfal/ del bandoneón de Arolas;/ pero empezó tu
decadencia/ cuando te dieron tanta ciencia/ y refinao en tus modales/ dejaste los
barriales que te vieron nacer...” (Tango de otros tiempos /Francisco Alfredo Marino);
“¡Tango, tango!/ Vos que fuiste el amigo confidente de su amor./ ¡Tango, tango!/ Hoy
precisa de tu ayuda para calmar su dolor./ ¡Tango, tango!/ Vos que estás en todas
partes esta noche es la ocasión/ de que llegue hasta tu reja el eco de la queja/ de un
triste bandoneón...” (Lo han visto con otra /Horacio Pettorossi); “Suena tango
quejumbroso,/ compadrón y callejero,/ como suena en la tristeza/ mi abatido corazón;/
y si ves a mi querida/ no le digas que la quiero/ porque ya me da vergüenza/ de
pensar en su traición...” (No le digas que la quiero /Enrique Delfino-Alberto
Vaccarezza).
Finalmente el tango genera historias que los poetas han sabido registrar:
“Vengan a ver qué traigo yo/ en esta unión de notas y palabras,/ es la canción que me
inspiró/ la evocación que anoche me acunaba;/ es voz de tango modulada en cada
esquina/ por el que vive la emoción que lo domina,/ quiero cantar por este son/ que es
cada vez más dulce y seductor...” (Una emoción /Raúl Kaplún-José María Suñé);
“Que bailen los que vienen pa’ bailar,/ que escuchen los que quieran escuchar;/ pa’
todos hay un tango acompasado,/ pretencioso y retobado reinando en mi ciudad./ Yo
canto porque vivo la emoción/ del tango pretencioso y compadrón;/ yo canto cuando
alguno pega el grito/ que hay un tango compadrito buscando un corazón...” (Canción
de rango (Pa’ que se callen) /Raúl Kaplún-José María Suñé); “Buena como nadie,
linda como el sol,/ reinaba por su pinta en el salón;/ bailando un tango nació nuestro
romance/ mientras la orquesta tocaba estos compases,/ cuatro compases que
alegraron/ mi triste corazón con su divino amor...” (Cuatro compases /Luis Bruni-
Oscar Rubens); ”Yo soy así, no he de cambiar,/ me gusta el tango,/ llevo el compás
en el latir del corazón,/ desde purrete lo he vivido en las esquinas/ cuando tayaba un
organito rezongón./ Yo soy así, no he cambiar,/ me gusta el tango,/ sin importarme si
es de ayer o si es de hoy/ y al dulce arrullo de su música y sus versos/ saldrá el zorzal
sentimental de mi emoción...” (Yo canto tangos /Roberto Pansera-Roberto
Lambertucci); “El tango es la musa de mi Buenos Aires,/ andando entre guapos
aprendí a vivir;/ en la mala racha jamás fue cobarde/ y en los entreveros clavó alto el
clarín./ El tango es un naipe que no tiene contra,/ es el as de triunfo para la emoción;/
final de Palermo a taco y a lonja/ y es un ciego curda en el bodegón...” (El tango no
tiene contra /Pedro Maffia-Ginardi); “En esta noche de capricho y de fandango/ no sé

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con qué me van a hablar a mí de tango;/ si en los portones de Palermo fui como
patrón,/ juego de taba y milonga/ y en la mistonga domingada en los corrales/ fui
respetado como en tantos carnavales,/ cuántos recuerdos queridos, cómo poder
olvidar...” (A mí no me hablen de tangos /Juan José Paz-José María Contursi); “Yo
llevo un tango en el alma,/ tango de hondas vibraciones,/ confidente de emociones de
mi barriada porteña;/ el que cantando se adueña/ del sentir de mi ciudad/ que lleva un
tango en el alma/ como yo y así dice su cantar...” (Yo llevo un tango en el alma
/Osvaldo Sosa Cordero); “Yo soy el alma misma de mi tango/ cargado de emoción y
desengaño,/ amargo en su decir y su emoción,/ amargo como mi dolor...” (Con alma
de tango /Juan D’Arienzo-Carlos Waiss); “Cuando oigo un disco de un tango viejo,/
un tango de esos que hacen soñar,/ pienso muchachos que no hay ningún derecho/
que a mi tango lo quieran transformar...” (Así era el tango /Juan José Guichandut-
Montoni); “Al compás de un tango la habrás de olvidar,/ con una pebeta que sepa
bailar,/ una piba buena que al mirar tus ojos/ comprenda la pena de tu corazón...” (Al
compás de un tango /Oscar Suárez Villanueva-Oscar Rúbens); “Así se baila el
tango, sintiendo en la cara,/ la sangre que sube en cada compás,/ mientras que el
brazo como una serpiente/ se enrosca en el talle que se va a quebrar./ Así se baila el
tango, mezclando el aliento,/ cerrando los ojos pa’ escuchar mejor/ cómo los violines
le cuentan a los fueyes/ por qué desde esa noche Malena no cantó...” (Así se baila el
tango /Elías Randal-Marvil).

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CAPITULO XIX – Temas Varios

LOS OFICIOS
Como una especie de cronista de época, el tango ha dejado testimonio de los
distintos trabajos y oficios; algunos de ellos ya olvidados, ya que muchos eran
artesanales y se iban trasmitiendo generación tras generación. En sus respectivos
capítulos ya hemos visto temas que hablan del mayoral, el motorman, el taxista, el
colectivero, el organillero, etc. Veamos algunos otros ejemplos: "Yo soy Prudencio
Navarro, el cuarteador de Barracas,/ tengo un pingo que en el barro/ cualquier carro
tira y saca..." (El cuarteador /Rosendo Luna/Enrique Cadícamo"; "E tique, taque,
tuque, se pasa todo el día,/ Giusseppe, el zapatero, alegre remendón,/ masticando el
toscano y haciendo economía,/ pues quiere que su hijo estudie de doctor..."
(Giusseppe el zapatero /Guillermo del Ciancio); "Hay que apurar el reparto,/ sino, se
enoja el patrón;/ lecherito del Abasto,/ trabajador, picaflor..." (Lecherito del Abasto
/Emilio Balcarce-Luis Caruso); "Conozco su historia y sé de su valor;/ que cierto día el
padre no regresó al hogar/ y que él, sin decir nada hizo aquel cajón y que en su casa
nunca les ha faltado el pan...” (Se lustra, señor /Enrique Alesio-Eduardo del Piano-
Marvil); "Con un lazarillo llegás por las noches/ trayendo las quejas del viejo violín,/ y
en medio del humo parece un fantoche/ tu rara silueta de flaco rocín..." (Viejo ciego
/Sebastián Piana-Cátulo Castillo-Homero Manzi); "Manos laburantas forjaron tu
arcilla,/ mezcla milagrera de obrero y gorrión;/ quien nace diariero morirá canilla/
cumpliendo en su vida la ley del pregón..." (Para vos, canilla /A.Gutiérrez-J.Gutiérrez
Martin).

TANGOS EN COLORES
Recorriendo los títulos de la temática tanguera encontramos que existe una
serie de lo que bien pudieran llamarse tangos de colores, veamos apenas unos
pocos: "Cuartito azul, dulce morada de mi vida,/ fiel testigo de mi tierna juventud;/
llegó el momento de la triste despedida,/ ya lo ves todo en el mundo es inquietud;/ ya
no soy más aquel muchacho oscuro,/ todo un señor desde esta tarde soy;/ y sin
embargo, cuartito, te lo juro,/ nunca estuve tan triste como hoy..." (Cuartito azul
/Mariano Mores-Mario Battistella); "Altiva y soberbia, cual diosa pagana/ pasaste a mi
lado mostrando el rencor/ y desde aquel día yo sé que he perdido/ la gloria inefable
de un sueño de amor..." (Ilusión azul /A.Arci); "Cuando faltes tú en el lago azul/ mi
quimera gris buscará tu amor/ y a mi corazón llamará el dolor/ cuando faltes tú en el
lago azul..." (En el lago azul /Roberto Rufino-Alejandro Romay); "Bajo el cono azul
de luz/ bailando esta Susú su danza nocturnal,/ sola en medio del salón/ se oprime el
corazón, cansada de su mal..." (Bajo el cono azul /Alfredo De Angelis-Carmelo
Volpe); "Con tu pollera azul, airosa y juvenil,/ así te vi pasar, mi chiquilina;/ y al verte
comprendí que tú eres el amor,/ que tú eres la esperada por mi vida..." (Tu pollera
azul /Carlos Dante-Víctor Braña-Reinaldo Yiso); "Yo tuve un trompo azul, que fue mi
hermano,/ lejano, saltarín de piedras viejas,/ por la zurda del barrio, a contramano/ y
en la calle de portones y de rejas..." (El trompo azul /Héctor Stamponi-Cátulo
Castillo); "Paredón, tinta roja en el gris del ayer,/ tu emoción de ladrillo, feliz/ sobre mi
callejón con un borrón pintó la esquina/ y al botón que en el ancho de la noche/ puso
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al filo de la ronda como un broche..." (Tinta roja /Sebastián Piana-Cátulo Castillo);
"Campaneando de reojo una vidriera,/ la pebeta del local me cautivó,/ y elegí, compre
una corbata de seda/ brillante, de color rojo punzó..." (La corbata rojo punzó /Hugo
Varela); "Callejón, callejón lejano, lejano,/ íbamos perdidos de la mano/ bajo un cielo
de verano,/ llorando en vano;/ un farol, un portón, igual que en un tango,/ y los dos
perdidos de la mano/ bajo un cielo de verano que partió..." (Yuyo verde /Domingo
Federico-Homero Expósito); "Verdemar, Verdemar, se llenaron de silencio tus
pupilas;/ te perdí, Verdemar; tus manos amarillas, tus manos sin color/ y el frío de mi
noche sobre tu corazón./ Faltas tú, Verdemar; se apagaron tus pupilas, Verdemar..."
(Verdemar /Carlos Di Sarli-José María Contursi); "Qué tendrán los pescadores/ que
no entonan barcarolas,/ desde el puerto que está junto al mar/ hay una sensación de
desconsuelo fatal..." (Rosa de mar /Roberto Garcés-Leopoldo Díaz Vélez); "En mi
corazón esta noche de dolor,/ llama moribunda que te busca, triste faro,/ aguas
errantes te alejaron y el viento lloró..." (Rosa Celeste /Antonio Rodio-Horacio
Sanguinetti); "Tu corazón era un tango/ y un bandoneón tus caderas,/ lloraba un
tango en tu alma/ perdido en la sombra de tu ojeras..." (Rosa de tango /Luis
Rubinstein); "Almitas torturadas,/ pobres esclavas blancas/ del tango y la milonga;/
mujeres infecundas/ autómatas del vicio/ sin alma y sin amor;/ no sé por qué esta
noche/ reflejan tus pupilas/ la pena que te mata/ y en cada carcajada,/ yo sé pobre
milonga,/ solloza el corazón..." (Esclavas blancas /Guillermo Barbieri-Horacio
Pettorossi); "Dónde vas, carrerito del Este,/ castigando tu yunta de ruanos/ y
mostrando en la chata celeste/ las dos iniciales pintadas a mano..." (Mano blanca
/Sebastián Piana-Homero Manzi); "Lava la ropa, mulata, pena y amor,/ la espuma
muy blanca parece algodón,/ tus manos son negras, betún y carbón;/ lava la ropa,
mulata, pena y amor..." (Ropa blanca /Alfredo Malerba-Homero Manzi); "En la capilla
blanca/ de un pueblo provinciano/ muy junto a un arroyuelo de cristal/ me incitan a
rezar tus manos..." (La capilla blanca /Carlos Di Sarli-Héctor Marcó); "Con la
angustia de un niño perdido/ busqué en tu amor la salvación/ y la pena antigua de los
celos/ convirtió en martirio mi pasión./ Ay! Quién le ha puesto crespón a este luto,/ al
corazón que te dí yo..." (Luto blanco /Armando Pontier-Alberto Martinez); "Hoy me
levanté con ganas/ de darle a mi corazón/ el gusto de hacer un tango/ que en sus
acordes porteños/ lleve engarzado el amor..." (Cabecitas blancas /Osvaldo Pugliese-
Enrique Dizeo); "Sobre las riberas del Río Negro/ Viedma y Patagones se levantan/
juntas en histórico recuerdo,/ puente majestuoso las abraza..." (Río Negro /Manuel
Carlos Ravone); "¡Ay, qué negro, qué negro soy!/ ¡Ay, qué pobre. qué pobre estoy!/
La mulata que me maltrata/ a hierro mata mi corazón..." (Pobre negro /Héctor
Stamponi-Homero Expósito); "Perdoname si un día/ yo tuve el desatino/ de huir del
buen camino/ burlándome de ti,/ te juro por mi madre/ que fue en un mal momento/
del cual hoy me arrepiento/ borrando mi sufrir..." (Oíme negro /Rosita Quiroga).
Parece ser que los oscuros ojos de las hijas de estas tierras siempre han
motivado a los poetas del tango para que rimen tiernos madrigales cantándoles así:
"Cuando clavaste tus ojos en mí/ un misterio fatal presenti,/ luego una cita y un beso
de amor/ y después el dolor del adiós..." (Por unos ojos negros /José Damés-
Horacio Sanguinetti); "Nena, escuchame, que yo te imploro,/ nos ves que lloro de
corazón,/ sólo contigo vivir yo puedo,/ nena, te ruego, dame tu amor..." (Dos ojos
negros /Raúl de los Hoyos); "Ojos negros y soñadores,/ de mis amores dueños son
de mi vida,/ ojos, que encantan a mi alma/ y le dan dulce calma a mi fiel corazón..."
(Ojos negros /Vicente Greco-Juan Porteño); "Mi corazón barco sin puerto/ va tras de
la ruta de ilusión,/ encontré al fin en su desierto/ la estela azul de un viejo amor..."
(Por tus ojos negros /Azpiazú-Alfredo Le Pera-Carlos César Lenzi).

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Otro color que aparece en los títulos y en las letras de los tangos es el gris; tal
vez porque es un color siempre presente en la nostalgia del hombre de arrabal: "Qué
ganas de llorar en esta tarde gris,/ en su repiquetear la lluvia habla de ti,/
remordimiento de saber que por mi culpa, vida, nunca te verás;/ mis ojos al cerrar te
ven igual que ayer/ temblando al implorar de nuevo tu querer,/ y hoy es tu voz que
vuelve a mí en esta tarde gris..." (En esta tarde gris /Mariano Mores-José María
Contursi); "Por qué llorás, acaso mi presencia/ en este instante a vos también te
apena,/ o al recordar tu vida sin esencia/ te arrepentiste y hoy querés ser buena./ La
tarde gris, tan gris como mi pena/ acompañó mi quebranto por mi herida/ porque tus
besos trajeron a mi vida/ la dicha de soñar y el ansia de vivir..." (Tarde gris /Juan
Bautista Guido-Luis Rubinstein); "Cuántas noches fatidicas de vicio/ tus ilusiones
locas de mujer,/ como las flores de una loca orgía/ la desojabas en el cabaret..."
(Zorro gris /Rafael Tuegols-Francisco García Jiménez); "La seriedad del mañana no
me asusta,/ por qué cambiar lo que soy si esta es mi vida;/ no me hace mal la bebida
y tomo porque me gusta..." (Muelle gris /Romanelli-Luis Caruso); "Gacho gris,
compadre y rediquero/ fiel testigo de un tiempo de fama,/ siempre fuiste mi fiel
compañero/ a quien nunca he podido olvidar..." (Gacho gris /Alejandro Sanzol-Juan
Carlos Barthé).

LOS OTARIOS
Este término tan argentino referido al principio al individuo fácil de ser timado
pasó a designar al hombre que pagaba los favores de una mujer y aparece infinidad
de veces en la letra de los tangos e incluso en algunos títulos, desde la antigua
milonga de Gerardo Metallo “El otario” hasta "Sufran otarios, no manyen la
cachada,/ si por la mina yo no tuve querer,/ yo solo quise hacerle la trastada/ para
que aprendan para alguna otra vez:/ porque es muy feo andarse dando dique/ por
una mina que nadie conquistó,/ ya ven que es fácil también el ensartarse,/ sufran
otarios que sufrir es ser varón..." (Sufran, otarios /J. Di Clemente); "Otario que andás
penando/ sin un motivo mayor,/ quién te dijo que en la vida todo es mentira, todo es
dolor,/ si tras la noche más oscura sale el sol/ y de la vida hay que reírse igual que
yo./ Jajarai, jajai, jajai, jará jajai, jarai, jojó..." (Otario que andás penando /Enrique
Delfino-Alberto Vaccarezza); "Se acabaron los otarios que en otros tiempos había,/
los muchachos de hoy en día no son giles, al contrario./ Se acabaron los otarios, que
los salgan a buscar con linternas o candiles,/ que aunque tengan quince abriles no los
podrán encontrar;/ con que al campo a cazar giles/ con sus gracias juveniles aquí no
van a cachar..." (Se acabaron los otarios /Francisco Canaro-Juan Andrés Caruso);
pero como todas las cosas de la vida, no falta que quien sostenga lo contrario: "No sé
porqué dicen que no hay más otarios,/ que todos son ranas y taita a la vez,/ si por
cada vivo marca el calendario/ más de diez gilastros que nacen por mes;/ yo conozco
alguno, polenta y osario,/ a Mimí, Charlotte, Ninón y Zazá,/ y cada cual tiene su
robusto otario/ que forma debute la mensualidad..." (Todavía hay otarios /M.Pizarro-
H.N.Behety).

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CAPITULO XX – El Tango En El Calendario

LOS MESES DEL AÑO


Apenas como una curiosidad, los invito a recorrer algunos temas donde se
citan algunos meses, desde los tangos instrumentales “Muñeca de marzo” y
“Margarita de agosto” de Raúl Garello, hasta “Octubre” y “Romance de abril” de
Osvaldo Piro, hasta "Rey Mago Baltasar, que como yo eres negro,/ que vives en el
cielo muy cerca del Señor,/ que traes los regalos para los niños buenos,/yo no te pido
nada, ni un sulky, ni un tambor..." (Seis de enero /Arturo Gallucci-Reinaldo Yiso); "La
tarde que en tus ojos vi/ un mundo de mi cielo ideal/ todas mis ansias puse en ti/ y
desde entonces supe amar,/ mientras que en un velo azul/ brillaba majestuoso el sol/
yo te supe entregar mis suspiros de amor..." (Rosas de abril /Rafael Rossi-Eugenio
Cárdenas); "Yo ni sé de dónde llegó,/ si un día la amé, si un día me amó;/ sólo sé que
en mis sueños estaba,/ fue terrible mi sed de alcanzarla..." (Aquel abril /Antonio Ceti-
Antonio Pernas); "Hoy que ya no estás aquí/ soy como un extraño en mí,/ recuerda
cuando entramos a esta casa estaba el sol/ brindándonos total la copa rubia del
amor..." (Canción de mayo /Alberto Mastra); "Sin un solo adiós dejé mi hogar cuando
parti/ porque jamás quise sentir un sollozar por ti./ Un amanecer que nunca más he
de olvidar/ hay en mi tango al recordar por lo que yo sufrí..." (Nueve de julio /José
Luis Padula-Lito Bayardo).

LOS DIAS DE LA SEMANA


Sí, también hay tangos que nombran algunos días de la semana, comenzando
con la magistral descripción que dice: "Un catedrático escarba su bolsillo/ buscando
un níquel que sirva pa' un completo,/ ayer salió con la fija del potrillo/ mascando rabia
y rompiendo los boletos;/ el almanaque nos canta que es lunes, que se ha acabado la
vida galana,/que se nos viene una nueva semana/ con su cansado programa
aburridor./ Camino del taller va Josefina,/ la que en el baile ayer la iba de fina,/ la
reina del salón ella se oyó llamar,/ del trono se bajó para ir a trabajar;/ el flaco
Pantaleón ata la chata/ de traje fulerón y en alpargatas,/ ayer en el paddock jugaba
diez y diez,/ hoy va a cargar carbón al dique tres..." (Lunes /José Luis Padula-
Francisco García Jiménez); "Ya sabés que el martes trece, no te cases ni te
embarques,/ yo sé bien lo que te digo y no quiero que te ensartes;/ también yo me
casé un martes trece,/ mirá cómo quedé/ ni el pelo crece,/ mi suegra me pegó y mi
mujer también,/ al fin que las culpas las pagué..." (Martes trece /Rodolfo
Sciamarella); no conozco títulos que nombren los días miércoles y viernes, pero sí los
magníficos temas instrumentales “Jueves” (Rafael Rossi-Ubertino Toranzo) y
“Sábado inglés” (Juan Maglio). Llega el ansiado fin de semana y el tango lo describe
así: "La boca del subte bosteza mi andar/ rumbo a la salida de la diagonal,/ cuando el
obelisco le tira un mordisco/ a una nube flaca que intenta pasar;/ es un viejo Apolo
que nunca despega/ parado en la tarde de un sábado más..." (Un sábado más /Chico
Novarro); "Mañana es domingo, deje que me lave/ despacito, mama, con jabón de
olor,/ pláncheme el pañuelo pa lucir al cuello,/ sacúdame el traje que me dio el
doctor..." (Mañana es domingo /Agustín Magaldi-Pedro Noda-Loruso); "Preparate
pa'l domingo se querés cambiar de yeta,/ tengo una rubiada papa que pagará buen
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sport,/ me asegura el fiel datero que lo corre una muñeca/ y que paga por lo menos
treinta y siete a ganador..." (Preparate pa'l domingo /Guillermo Barbieri-Ríos); "Café
de un barrio porteño en la noche del domingo,/ sexta edición, cubilete, el tema fútbol y
pingos;/ cuatro muchachos charlando en la mesa de rigor,/ José, Ricardo y Anselmo y
el cuarto un servidor..." (Domingo a la noche /Juan José Guichandut/Oscar Rubens).

TANGOS DIURNOS
También las horas diurnas están presentes en la temática tanguera: “El día que
me quieras la rosa que engalana/ se vestirá de fiesta con su mejor color,/ al viento las
campanas dirán que ya eres mía/ y locas las fontanas se contarán tu amor...” (El día
que me quieras /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera); “Cada día te extraño más y en mi
afán te nombro,/ cada día te extraño más a pesar de todo;/ cada día que pasa con
cruel instancia/ tu imagen se agranda, se agranda y se aleja...” (Cada día te extraño
más /Armando Pontier-Carlos Bahr); “En la sombra de su pena trasnochada/ bajo el
peso de un cansancio destructor;/ sin consuelo por mi ausencia suspiraba/ y un mal
día de mi cuarto se alejó...” (Un mal día /Riente-Carlos Almada); “La vida pasa, pasa
los días/ sin cambiar en nada el ritmo/ sólo el silencio de un compás/ con la
esperanza que por lo menos/ salga el sol este domingo...” (Todos los días /Virgilio y
Homero Expósito); “El día en que te alejes/ y aquel en que me olvides/ tan sólo nos
separan los ensueños/ ni un amor que ya ni existe...” (El día de tu ausencia).
El inexorable paso de las horas convierte la noche en mañana, la mañana en
tarde, la tarde en noche y mañana será otro día: “Gira la noche en el horario/ del
desvelado y triste reloj del campanario,/ rueda la pena de un tranvía que solitario/
viste de azul melancolía/ y un fantasma de neblina/ envuelve de fina neblina el café...”
(La madrugada /Angel Maffia-Cátulo Castillo); “Una esquina de ayer en las horas que
el sol/ hace rato apoliya en la silla de un bar;/ una dama vulgar y un galán que la
ficha;/ un bohemio en un rincón escribe letras,/ con el dedo un gran señor manda otra
vuelta/ un saludo cordial y el silbato alegrón/ de un vapor al llegar...” (En la
madrugada /Tito Cabanno-Federico Silva).
Amanece otro glorioso día y el tango lo describe así: “Llega el sol timidamente/
sobre la casa dormida/ y le da la bienvenida/ el calor y alegremente,/ se estremecen
levemente/ las glicinas apuradas/ mientras se lava la cara/ el gato tranquilamente...”
(La mañana /Miguel Bucino); “Riveras que no cambian tocamos al anclar,/ cien
puertos nos regalan la música del mar;/ muchachas de ojos tristes nos vienen a
esperar/ y el gusto de las copas parece siempre igual; tan sólo aquí en tu puerto se
alegra el corazón,/ riachuelos donde sangra la voz del bandoneón,/ bailemos hasta el
eco del último compás,/ mañana zarpa un barco, tal vez no vuelva más...” (Mañana
zarpa un barco /Lucio Demare-Homero Manzi); “Mañana iré temprano/ con las flores
que tú amabas,/ y el estar allí, a tu lado,/ será un consuelo mi dulce bien...” (Mañana
iré temprano /Enrique Mario Francini-Carlos Bahr); “Mañana no estarás aquí,
cerquita mío,/ mañana no estarás y yo me moriré de hastio;/ me cuesta imaginar que
has de partir tan lejos,/ lejos de este amor tan viejo./ Mañana no estarás y yo seré un
espectro,/ fantasma del camino, nocturno peregrino/ fantoche del amor...” (Mañana
no estarás).

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LA TARDE
El sol ya ha superado el cenit y comienza la tarde: “Desde la tarde azul que tu
mirar me iluminó,/ desde la tarde azul que tu mirar me cautivó/ pensando estoy
distante de nuevo en las horas/ pensando a toda hora esclavo vivo yo...” (Tarde azul
/Don Filinto-Gabino Coria Peñaloza); “Volvés de tardecita/ al barrio lindo que te vió/
en otra tardecita ir persiguiendo la ilusión./ Es que todo está igualito,/ nada cambió en
mi nidito/ que alegrabas con tu risa ayer,/ y aunque vuelvas derrotado/ sabrás que la
muchachada te sigue teniendo fe...” (De tardecita /C.Pintos-Nicolás Messuti); “No, no
me digas adiós,/ no lo digas por Dios,/ ni lo pienses siquiera;/ quiero que nos
separemos/ como si nada ocurriera,/ como si fuese esta tarde/ una tarde cuaquiera...”
(Una tarde cualquiera /Hermanos Puccio-Rodolfo Manuel Taboada); “De cada amor
que tuve tengo heridas,/ heridas que no cierran y sangran todavía;/ error de haber
querido ciegamente/ matando inútilmente la dicha de mis días...” (Tarde /José Canet);
“La tarde gris, tan gris como mi pena/ acompañó mi quebranto por mi herida,/ porque
tus besos trajeron a mi vida/ la dicha de soñar y el ansia de vivir...” (Tarde gris /Juan
Bautista Guido-Luis Rubinstein); “¡Qué ganas de llorar/ en esta tarde gris/ y en su
repiquetear/ la lluvia habla de ti!/ Remordimiento de saber que por mi culpa nunca,/
nunca, vida te veré;/ mis ojos al mirar/ te ven igual que ayer/ temblando al implorar/ de
nuevo tu querer/ y hoy es tu amor que vive en mí/ en esta tarde gris...” (En esta tarde
gris /Mariano Mores-José María Contursi); “Al paso lerdo de un pobre viejo/ puebla
de notas el arrabal/ con un concierto de vidrios rotos/ el organito crepuscular...”
(Organito de la tarde /Cátulo Castillo-José González Castillo); “Qué tarde que has
venido,/ no ves que ya es invierno,/ que toda mi ternura/ la vida la quemó;/ qué tarde
que has venido/ si las llamas de tu infierno/dejaron sólo llamas/ en vez de un
corazón...” (Qué tarde que has venido /Héctor Varela-Carlos Waiss); “Alma mía, no
es el lujo ni la seda ni el dinero,/ alma mía, que a mis brazos te arrojaron traicioneros./
Fue tu amor, fue tu inocencia/ que brotó como una flor;/ con mis versos vos soñabas
que eras mía,/ qué importaba todo el oro en aquella pieza chica...” (Hoy es tarde
/Juan Carlos Howard-Enrique Cadícamo); “Pero no puedo, quiero olvidar tu voz, tu
amor, pero no puedo,/ porque mis días están llenos recuerdos,/ porque jamás a
nadie quise más que a ti...” (Cae la tarde y tú no estás /L.Manantial-R.Amado);
“Todo está igual, nada ha cambiado,/ el mismo patio, el mismo sol,/ la misma hiedra,
igual que mi esperanza/ en la ausencia fue creciendo en su sentir./ Tan sólo yo vuelvo
cambiado,/ traigo el tormento de vivir;/ tengo clavado en mi pecho el desencanto/ y el
corazón desangrándose al sufrir...” (Demasiado tarde /F.Trópoli-A.Delamónica); “La
tarde declina y en el firmamento/ su manto en la noche comenzó a extender/ y
vagando a solas con mi pensamiento/ evoco momentos que no han de
volver...”(Atardecer /De Pauli-Cassiani).

UN TANGO EN LA NOCHE
Puede ser que las horas de la noche sean las más indicadas para que el tango
brille en todo su esplendor, no es entonces de extrañar que sea esta una de las
temáticas preferidas por los vates de arrabal: “Acércate a mí y oirás mi corazón/
contento latir como un brujo reloj,/ la noche es azul, invita a soñar,/ ya el cielo ha
encendido su faro mejor...” (Esta noche de luna /Graciano Gómez-José García-
Héctor Marcó); “Volvió una noche, no la esperaba,/ había en su pecho tanta ansiedad/
que tuve miedo de recordarle/ lo que he sufrido por su impiedad...” (Volvió una
noche /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera); “La guitarra en el ropero/ todavía está
colgada,/ nadie en ella canta nada/ ni hace sus cuerdas vibrar;/ y la lámpara del
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cuarto/ también tu ausencia ha sentido/ porque su luz no ha querido/ mi noche triste
alumbrar...” (Mi noche triste /Samuel Castriota-Pascual Contursi); “La noche que te
fuiste, más triste que ninguna,/ palideció la luna y se tornó más gris mi soledad;/ la
lluvia castigando mi angustia en el cristal/ y el viento murmurando ya no vendrá
jamás...” (La noche que te fuiste /Osmar Maderna-José María Contursi); “Otra noche
que estoy solo/ llorando mi mala estrella,/ otra noche de fortuna,/ otra noche de
amargura,/ otra noche más sin ella...” (Otra noche /Rodolfo Sciamarella); “La noche
que me esperes me sentiré feliz/ porque esa noche, amada mía, tú volverás a mí;/ la
noche que me esperes yo seré para ti/ porque te quiero tanto que sin ti no vivo,/ que
sin ti me muero y soñando espero/ que vuelvas a mí...” (La noche que me esperes
/Juan Canaro); “Sigan muchachos la fiesta/ cantando y bailando al compás de la
orquesta,/ que esta noche de tango quiero dejar de penarla;/ quiero poder olvidarla/ y
del corazón quiero poder arrancarla./ En esta leve verbena siento que se va mi
enorme pena;/ sigan muchachos la fiesta/ que siento que mi alma empieza a
olvidar...” (Noches de tango /Nicolás Vacaro-Horacio Sanguinetti); “Yo sé que habrá
una noche feliz en mi existencia,/ será la noche aquella triunfal de mis amores,/
cuando el cansancio de vivir te haga volver,/ yo sé que habrá una noche en que
vendrás a mí...” (Será una noche /José Tinelli-Manuel Ferradás Campos); “No me
esperes esta noche, no me esperes corazón,/ cómo quisiera besarte, cómo quisiera
abrazarte y entregarte el corazón./ No me esperes esta noche, mi cansancio puede
más;/ a mi lado está el infierno,/ soy fracaso, soy invierno, no me esperes nunca
más...” (No me esperes esta noche /Lapérgola-Rianco); “Esta noche de copas
amigos,/ tengo ganas de echarme a llorar,/ me lastiman las notas del tango,/ me
muerden las penas en este lugar...” (Esta noche de copas /Juan Carlos Howard-
José María Contursi).
Finalmente llega la hora encantada de la media noche, la hora en que los
duendes salen por las cornisas a cazar rayos de luna; la hora de los sueños, la hora
en que duele la soledad: “Media noche ya ninguno se ve de la barra mía,/ para darme
una alegría o el fracaso del dolor;/ si parece que hasta saben que además de la
cerveza/ me encurdela la tristeza de un amargo sinsabor...” (Medianoche /Antonio
Tavarozzi-Eduardo Escaris Méndez); “Un reloj da las doce, las doce de la noche./
¿Qué harán los muchachos?/ Tal vez en el feca jugando al billar,/ o acaso colados en
un casamiento;/ qué solo me siento, qué ganas de llorar...” (Medianoche /Aníbal
Troilo-Héctor Gagliardi); “Esta noche, mejor dicho cuando llegue medianoche,/ mis
amigos, yo festejo la tristeza de mi alma,/ brindaremos por la dueña de los ojos más
hermosos,/ por mi vida, por mis sueños, mis recuerdos,/ porque quiero ver las penas
de mi vida sin amor...” (Esta noche /Carlos Marcucci-Lito Bayardo).
El reloj continúa su marcha inexorable y la oscuridad comienza a disiparse:
“Gira la noche en el horario/ del desvelado y triste reloj del campanario;/ rueda la
pena de un tranvía/ que solitario viste de azul melancolía;/ y un fantasma de neblina/
envuelve de fina penumbra al café...” (La madrugada /Angel Maffia-Cátulo Castillo);
“Una esquina de ayer en las horas que el sol hace rato apoliya;/ y en la silla de un bar
una dama vulgar y un bacán que la ficha;/ un bohemio en un rincón escribe letras,/
con el dedo un gran señor manda otra vuelta;/ un saludo cordial y el silbato alegrón
de un vapor al llegar...” (En la madrugada /Tito Cabanno-Federico Silva); “Después
cuando la noche se termina/ tuvimos que enfrentar la realidad,/ ninguno de los dos
estaba libre/ y al fin nos confesamos la verdad...” (Cuando la noche se termina
/Gogó Andreu).

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CAPITULO XXI – Tangos En El Cielo

EL TANGO Y LA LUNA
Desde la noche de los tiempos el hombre ha elevado su mirada hacia el cielo
comprobando su propia pequeñez y al asombrarse ante la bellezade la rubia Selene
sintió brotar de su interior la necesidad de expresar su soledad rimando tiernos
madrigales; los vates de arrabal no podían permanecer ajenos a este sentimiento
bordando arabescos poéticos en su canción: “Acércate a mí y oirás mi corazón/
contento latir como un brujo reloj,/ la noche es azul, invita a soñar,/ la luna ha
encendido su faro mejor...” (Esta noche de luna /José García-Graciano Gómez-
Héctor Marcó); “Vieja luna que me brinda la fortuna/ de tu plata y tu bondad,/ vieja
luna que quiero como a ninguna,/ como nadie te querrá...” (Vieja luna /Arturo
Gallucci-Celedonio Esteban Flores); “Muchachos, hoy que es noche clara y estival,/
invito a todos la barriada a recorrer;/ hay mucha luz y es que la luna de arrabal/ nos
acompaña por las calles como ayer...” (Luna de arrabal /Julio César Sanders-
Enrique Cadícamo); “Era un barrio que quizás ni lo recuerdes/ con casitas de estilo
patriarcal/ donde iban a juntarse las estrellas y la luna te extasiaba contemplar...”
(Noches de luna /Daniel Alvarez-Rafael Buono); “La luna llena del cielo/ se aburre
colgada sobre el callejón cortón/ y está tirada en el suelo/ del rojo pañuelo del patio
en reunión...” (Luna llena /Perini-Cátulo Castillo); “Yo la llamaba luna y era morocha,/
como aquella que acuna mis arrabales,/ como la filosofía de meta y ponga,/ barrio
donde todos somos iguales...” (Mi luna /Carlos Olmedo-Lito Bayardo).

TANGOS ESTELARES
La noche gusta adornarse con miríadas de gemas preciosas que han
despertado la inspiración del poeta del suburbio: “En esta noche vuelvo a ser/ aquel
muchacho soñador/ que supo amarte y con su verso/ te brindó sus penas,/ hay una
voz que me dice al oído/ yo sé que has venido por ella, por ella...” (Bajo un cielo de
estrellas /Héctor Stamponi-Enrique Mario Francini-José María Contursi); “Y no
hallarás ni un perdón para tu herida/ y en tu partida las estrellas no estarán; no
encontrarás la calidad de un consuelo/ y en el desconsuelo ni una noche para amar...”
(Sin estrellas /Donato Racciatti-Enrique Soriano); “La noche se vistió de silencio/ y la
luna se escondió a llorar,/ el celaje escribió tu nombre,/ el que no olvidaré jamás...”
(Se apagó una estrella /Pellejero-Yorio); finalmente, arribamos a un nuevo universo:
“De otro planeta, yo vengo de otro planeta,/ en donde la plata no es el oro ni el papel,/
y la mentira junto con la hipocresía/ no es el pan de cada día/ ni es el precio del
poder...” (De otro planeta /Gloria Marcó).

FEBO ASOMA
Las tinieblas de la noche inevitablemente han de disiparse con la llegada del
nuevo día y cuando la gloria del sol brilla en todo su esplendor el tango la canta así:
“Abrázame querida, regálame tus besos,/ y ofréndame la vida antes que salga el sol,/
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la playa está desierta con su silencio amigo,/ vivamos un momento antes que salga el
sol...” (Antes que salga el sol /Héctor Palacios-Primo Antonio); “Cielito azul, rayito ‘e
sol,/ florida aurora, ave canora,/ eso sos vos;/ noche sin luz, árbol sin flor,/ pájaro
herido lejos del ruido, eso soy yo...” (Mañanitas de sol /Carlos Gardel-Alfredo Le
Pera-Mario Battistella); “Fuiste más que una reina/ de un pecho esclavo/ rendido por
la pasión;/ fuiste una vieja mala dueña/ por quien feliz cantando/ luché de sol a sol...”
(De sol a sol /L.Schiffrin-M.Arcos); “Claro caminito criollo florido y soleado,/ con el
pañuelo bordado vos me viste pasar,/ mientras los pastos amigos que saben mi
anhelo,/ como un dulce consuelo su verde saludo me hacían llegar...” (Caminito
soleado /Carlos Gardel-Alfredo Le Pera).

FENOMENOS METERIOLOGICOS
También el tango ha sabido relatar los avatares del tiempo, desde la tristezade
una suave garúa hasta la violencia de un temporal: “Nieblas del Riachuelo,/ amarrado
al recuerdo yo sigo esperando;/ nieblas del Riachuelo,/ de su amor para siempre me
vas alejando./ Nunca más volvió, nunca más la vi,/ nunca su voz nombró mi nombre
junto a mí,/ esa misma voz que dijo adiós...” (Nieblas del Riachuelo /Juan Carlos
Cobián-Enrique Cadícamo); “Garúa, solo y triste por la acera/ va este corazón herido
con tristeza de tapera,/ sintiendo tu hielo/ porque aquella con su olvido/ hay me ha
abierto una gotera...” (Garúa /Aníbal Troilo-Enrique Cadícamo); “Llega tu recuerdo en
torbellino,/ vuelve en el otoño a atardecer,/ miro la garúa y mientras miro/ gira la
cuchara de café...” (El último café /Héctor Stamponi-Cátulo Castillo); “Afuera es
noche y llueve tanto,/ ven a mi lado me dijiste,/ hoy tu palabra es como un manto,/ un
manto grato de amistad;/ tu copa es esta y la llenaste,/ bebamos juntos, viejo amigo,/
afuera es noche y llueve tanto/ y comenzaste a llorar...” (Por la vuelta /José Tinelli-
Enrique Cadícamo); “Sin una caricia, solo, triste y viejo,/ tras los vidrios turbios
mirando la lluvia;/ una cuantas cartas, el perfume viejo,/ una cinta rosa y una trenza
rubia...” (Mirando la lluvia /Rodolfo Avilés); “La lluvia fría de agosto/ golpea sobre el
cristal/ alucinando sin querer,/ contemplándola correr sobre desde mi ventanal...” (La
lluvia y yo /José Tinelli-José María Contursi); “Tras el ventanal, mientras pega la
llovizna en el cristal,/ con tus ojos más cansados de dolor/ te ves sin pena
marchitar...” (Nunca tuvo novio /Agustín Bardi-Enrique Cadícamo); “Rojas cual rosas
marchitas/ sangran las cuitas mi desilusión,/ mientras sigue la lluvia,/ en mi alma
diluvia/ largo llanto sin sol...” (Llueve sobre mi alma /Mariano Mores-Martin Darré);
“La boca se resecaba/ estaqueada en el humor,/ aquello no lo arreglaba/ nada más
que un chaparrón...” (Chaparrón /Pintin Castellanos); cuando arrecia la furia de los
elementos, la tempestad puede ser interior: “Aullando entre relámpagos, perdido en la
tormenta, / de mi noche interminable, Dios,/ busco tu nombre;/ no quiero que tu rayo
me enceguezca en el horror/ porque preciso luz para seguir...” (Tormenta /Enrique
Santos Discépolo); “El huracán rasgó con su crueldad/ el rosal que planté en el jardín
del amor;/ te cuidé con afán y al nacer una flor/ la traición le cortó sin piedad su raíz/ y
el rosal nunca floreció...” (El huracán /Oscar y Edgardo Donato-Nolo López).
Suele suceder que Eolo sople su aliento despeinando el arrabal: “Gime, gime
el viento/ y es un lánguido lamento su canción de abril,/ gime y el murmullo de sus
hojas/ trae voces del ayer feliz;/ has vuelto, dulce bien, has vuelto junto a mí/ y el aire
me acaricia como un beso...” (Gime el viento /Atilio Bruni-Oscar Rúbens); “El viento
me cuenta cosas/ aprovechando el silencio,/ sabe que sufro de penas/ que viven en el
recuerdo;/ sabe que es mucha la angustia/ cuando uno se sabe muerto/ y el viento
me cuenta cosas/ aprovechando el silencio...” (El viento me cuenta cosas /Miguel

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Bucino); “Pampero, viento macho y altanero,/ que le enseñaste al gaucho/
golpeándole la cara/ a levantarse el ala del sombrero;/ de ti aprendió la raza/ a
corcovear bravía/ cuando quiso montarla un extranjero...” (Pampero /Osvaldo
Fresedo-Edmundo Bianchi).

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CAPITULO XXII – Conclusión

LOS ADIOSES
Adiós, la hermosa palabra cuyo remoto origen es "A Dios os recomiendo", es la
despedida de las cosas más queridas, incluso de la vida, y el tango la utilizado una y
mil veces: "En la tarde que en sombras se moría/ buenamente nos dimos el adiós;/ mi
tristeza profunda no veías/ y al marcharte sonreíamos los dos..." (El adiós /Vicente
San Clemente-Maruja Pacheco Huergo); "Adiós muchachos, compañeros de mi vida,/
barra querida de aquellos tiempos,/ me toca a mí hoy emprender la retirada,/ debo
alejarme de mi buena muchachada..." (Adiós muchachos /Julio César Sanders-
César Vedani); "Adiós pampa mía,/ me voy, me voy a tierras extrañas,/ adiós caminos
que he recorrido,/ sendas, montes y cañadas,/ tapera donde he nacido./ Yo he de
volver a tu suelo/ cuando presienta que mi alma escapa/ como paloma hasta el cielo,
adiós..." (Adiós pampa mía /Francisco Canaro-Mariano Mores-Ivo Pelay); "Es la
última corrida, la barra veterana/ después de esta milonga se empieza a jubilar,/ es
hora del sosiego, llegaron los cuarenta,/ y las pobres cabezas empiezan a
blanquear..." (Adiós Buenos Aires /Rodolfo Sciamarella-Leopoldo Torres Ríos);
"Mañanita arrabalera,/ cinta y taco en la vereda/ y pibas en el balcón,/ tus faroles
apagados/ y los guapos retobados/ en tu viejo callejón;/ yo te canto envenenado,/
engrupido y amargado/ hoy me separo de vos,/ adiós, arrabal porteño,/ yo fui tu
esclavo y tu dueño/ y te doy mi último adiós..." (Adiós, arrabal /Juan Bauer-Carlos
César Lenzi); "Dime porqué te fuiste de mi rivera,/ llevo en mis labios tus besos,/
tengo ternura de tiempo aquí en mi corazón;/ dime porqué te fuiste de mi ribera,/
dónde habrá anclado tu olvido,/ mientras lloro por tu ausencia/ algún barco que se
aleja/ hoy estrena amores nuevos..." (Sabor de adiós /Mariano Mores-Silvio Soldán);
"Con el llanto en tus ojos/ y las manos sin destino te vi partir,/ destino cruel que así
mató/ aquel amor que nos perdió.../ Adiós, qué triste fue el adiós,/ qué triste al partir/
ya sin vos, te lloré./ Partir fue regresar a ti/ al escuchar tu voz/ sin tenerte a ti..."
(Adiós /Mariano Mores-Alberto Martinez); "Amor, que refleja en la inmensidad del
mar/ la luz de las estrellas que alumbran nuestro andar;/ sublime bendición que el
cielo destinó/ para los dos unidos ante Dios./ No habrá final en nuestro eterno amor,/
tal vez un solo adiós antes de llegar a la eternidad..." (Un solo adiós /Martin Darré);
"Antes del adiós, antes te diré,/antes que mi amor no ha de morir jamás,/ y aunque no
estés./ Antes del adiós, antes de partir, antes del adiós que tiembla en ti..." (Antes del
adiós /Nicolás Maful-Nievas Blanco). Finalmente, el más triste de todos los adioses:
"Mientras la orquesta llora esta canción/ perfumando la fiesta su compás,/ hoy quiero
yo bailar, como hice ayer,/ poniendo el corazón en este vals/ para vivir la vida que se
va,/ ya que todo en el mundo es ilusión,/ para olvidar las penas del amor..." (Adiós
juventud /Francisco Canaro).

VUELTAS Y REGRESOS
Claro, como dijo Carlitos, siempre se vuelve al primer amor; es por eso que
también existen temas que relatan el regreso: "Volver con la frente marchita,/ las
nieves del tiempo platearon mi sien,/ sentir que es un soplo la vida,/ que veinte años
no es nada,/ que febril la mirada/ errante en las sombras/ te busca y te nombra./ Vivir
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con el alma aferrada/ a un dulce recuerdo que llorootra vez..." (Volver /Carlos Gardel-
Alfredo Le Pera); "Vuelvo vencido a la casita de mis viejos,/ cada cosa es un recuerdo
que se agita en mi memoria;/ los veinte abriles me llevaron lejos,/ locuras juveniles, la
falta de consejos./ Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño/ y al golpear como
un extraño me recibe el viejo criado;/ habré cambiado totalmente que sólo por la voz/
apenas me reconoció..." (La casita de mis viejos /Juan Carlos Cobián-Enrique
Cadícamo); "Mucho tiempo después de alejarme/ vuelvo al barrio que un día dejé,
con el ansia de ver por sus calles/ mis viejos amigos del viejo café;/ en la noche
tranquila y oscura/ hasta el aire parece decir:/ -No te olvides que siempre fui tuya/ y
sigo esperando que vuelvas a mí..." (Bajo un cielo de estrellas /Enrique Mario
Francini-Héctor Stamponi-José María Contursi); "La historia vuelve a repetirse,/ mi
muñequita dulce y rubia,/ el mismo amor, la misma lluvia,/ el mismo, mismo loco
afán./ Te acuerdas, hace justo un año/ nos separamos sin un llanto;/ ninguna escena,
ningún daño,/ simplemente fue un adiós/ inteligente de los dos..." (Por la vuelta /José
Tinelli-Enrique Cadícamo); "Percanta que arrepentida de juída has vuelto al bulín,/ por
todos los despechos que vos me has hecho te perdoné;/ cuántas veces contigo y con
mis amigos me encurdelé,/ y en una noche de atorro volví al cotorro y no te
encontré..." (De vuelta al bulín /José Martinez-Pascual Contursi); "Qué bueno que
hayas vuelto/ después de todo un año/ con ese vestidito que yo te regalé,/ tus lujos,
tus alhajas, me hubieran hecho daño;/ qué bien que te has portado/ volviendo como
ayer..." (Sólo se quiere una vez /Alejandro Carlos Vicente Geroni Flores-Claudio
Frollo); "Hoy tengo el gusto de verte/ volver como yo quería,/ mirá si yo la sabía/ que
ni un momento dudé/ que el día menos pensado/ como una cosa resuelta/ ibas a
pegar la vuelta/ sin grupos, y no le erré..." (Y no le erré /Carlos Olmedo-Abel Aznar);
"Volverás, yo sé que volverás,/ yo sé que en un altar caerás arrodillada./ Volverás, yo
sé que volverás/ cansada de rodar y avergonzada;/ y allí estaré, junto a tu Dios,/ para
hacer más cruel tu humillación..." (Yo sé que volverás /Ortiz-Zagnoli); "Como aquella
mariposa/ que a la luz volando va,/ tus alitas se quemaron/ entre sedas y champán;/
por tus locos desvaríos/ cuántas noches llorarás/ recordando a tu viejita/ hasta aquel
humilde hogar..." (Cuándo volverás /Pedro Maffia-José Antonio Staffolani). Para
finalizar el recorrido de esta temática, un tema de 1932, que como tantas otras veces
en la letra de un tango, encontramos un fiel reflejo de la sociedad por aquellos años
en que la mujer dependía totalmente del hombre, sobre todos por razones
económicas: "Volvé, mirá, volvé, engáñame nomás,/ no te molestaré con celos
jamás;/ vos serás como vos quieras para todas las mujeres/ y yo no pensaré si me
engañás o no/ pero a mi lao volvé, volveme a mentir,/ o me matarás, he de vivir/ sin
vos no soy capaz..." (Volvé /Edgardo Donato-Luis Bayón Herrera).
Con esto finalizamos el extenso pero necesariamente incompleto recorrido por
la rica y variada temática tanguera. Se podría continuar jugando indefinidamente
citando, por ejemplo, flores, nombres de mujer, nombres de varón, personajes
pintorescos, etc., etc.; pero considero que con esto ha quedado ampliamente
demostrado que el tango ha incursionado en todos los temas de la vida y es mucho
más que lo que sostienen quienes jamás lo han escuchado con atención. No en vano
en la llamada "época de oro" las mejores plumas argentinas escribieron tangos
porque es un género en que el poeta puede volcar toda su inspiración y pintar un
cuadro completo o contar toda una historia. Sólo nos resta esperar que los poetas del
mañana sigan utilizando el género para expresar el sentimiento de un pueblo.

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APENDICE

Si bien en un principio se consideró al lunfardo como la jerga propia de los


hampones o parla canera, es innegable que posteriormente su uso se extendió a todo
el pueblo y la letra de los tangos se nutrió de sus expresiones. Como todo cuerpo
vivo, el lunfardo fue evolucionando constantemente, incorporando nuevas acepciones
y dejando otras de lado; incluso cambiando el significado de algunas de ellas. Las
nuevas generaciones han ido sumando nuevos términos, acorde a sus tiempos,
enriqueciendo las posibilidades expresivas.
La recopilación y estudio definiendo su significado se remonta a 1879, cuando
Benigno Lugones publica en "La Nación" los primeros articulos citando términos
lunfardos; a los que posteriormente se sumaron nombres de otros estudiosos que
culminaron con la obra de José Gobello. La fundación el 21 de diciembre de 1962 de
la Academia Porteña del Lunfardo no hizo más que oficializar la existencia de una
manera netamente argentina de expresarse enriqueciendo su estudio con numerosa
bibliografía.
Como culminación de este trabajo, he incorporado un diccionario lunfardo, en
el que aparecen términos que figuran en las letras de los tangos; como así también
algunos neologismos lunfas, auténticas creaciones populares; con esto he intentado
rescatar la memoria de antiguos giros y colaborar humildemente a la comprensión de
su significado.

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DICCIONARIO LUNFARDO

ACAMALAR: Abrigar, cobijar, proteger.


ADOBADO: Borracho, bebido.
A FINICHIO: Falso italianismo por e finito "está terminado".
AGUANTIÑAR: Lunfardismo por "aguantar".
A LA DERNIER: El modismo es au dernier cri "al último grito" (de la moda).
A LA GURDA: Es una genovización de a la gorda. Vale por "de gran calidad, de bute".
AFANAR: "Acción y efecto de robar". Del español popular afanar "robar".
AFILAR: "Cortejar, hacer el novio". Es un italianismo -io afilo per María- en italiano
popular equivale a "yo cortejo a María".
AINENTI: Nombre dialectal -en genovés da ninte "de nada"- de la payana.
AJOBA: Vesre irregular de abajo.
ALTIYO: Cabeza, sesera. Yeísmo por "altillo".
AMARROCAR: Procede de marroco -jergal italiano marocco "pan"- pero en
Montevideo nombra también al "dinero", de donde ha derivado marrocar y amarrocar
"acumular dinero, ahorrar, ganar demasiado".
AMASIJO: Es voz metafórica que nombra a la "paliza, zurra, soba, biaba", y también
al "homicidio". Amasijo, es en español "acción de amasar".
AMURAR: Abandonar, es voz procedente del genovés amurrá "encallar" cruzado con
el italiano murare "emparedar".
APOLIYAR: Vale por "dormir". Procede, por confusión acústica y cruce con polilla, de
poleggiare "dormir", voz del gergo.
APUNTAMENTO: Equivale a "cita"; tal vez referido al hecho de "apuntar" -anotar-
lugar y hora del encuentro acordado.
ARACA: Voz de alarma con que los presos se informan mutuamente de la cercanía.
Luego pasó a ser mera interjección. Del gitano español aracatanó "guardián".
ARBOLITO: En la jerga burrera, arbolito es el pasante de datos. También se llamó así
a los que ejercían la compra-venta de divisas extranjeras.
ARRABAL: Suburbio, extramuros. Procede del árabe arraba, “fuera de la ciudad".
ARRIBEÑO: Voz referida a "arriba". Arribeños eran los soldados patrios procedentes
de las provincias norteñas. El término alude al hecho de obtener algo sin pagar.
ATORRANTE: Es voz acuñada por Eduardo Gutiérrez a fines del siglo pasado para
designar a ciertos individuos que vivían filosóficamente sin trabajar, pidiendo comida y
durmiendo por lo general en los caños de las obras de salubridad en construcción y
que llevaban la firma "A.Torrant". Hoy atorrante es sinónimo de "vago".

B
85
BACÁN: Vale por "persona adinerada". Procede de baccan término del genovés
popular que significa "patrón".
BAGAYO: Atado de ropa. Del genovés bagaggio "equipaje". Extensivamente, mujer
fea.
BAILONGO: "Reunión danzante", formado por "baile" más la desinencia "ongo".
BALURDO: Primeramente designó al "rollo de papeles que semeja una gran suma de
dinero con el que se estafa al otario". Luego nombró al "engaño" y también al
"embrollo, enredo, confusión". Del italiano jergal balordo "cosa falsa".
BANCAR: "Aguantar", "copar". Se refiere a la banca de los juegos de azar.
BAQUEANO: Ultracorrección de baquiano "experto, práctico", y éste de baquía, voz
americana de origen incierto que determina el "conocimiento práctico de un terreno".
BARBIJO: "Cicatriz en la cara, feite."
BARRA: Este término asumió el significado de "reunión de personas" y de tácita
asociación de personas unidas por la amistad, la costumbre o algún interés" en enero
de 1908, cuando el presidente José Figueroa Alcorta declaró clausuradas las
sesiones extraordinarias del Congreso y los habituales miembros de la barra dieron
en agruparse en las esquinas para comentar los episodios políticos: entonces
cualquier grupo esquinero pasó a llamarse, por chunga, la barra.
BATIMENTO: Es el acto y efecto de batir.// "Discurso, perorata".
BATIR: "Decir, contar, declarar, denunciar". Procede del italiano jergal battere
"ilustrar, magnificar". Batir da batidor "delator".
BERRETIN: Vale por "capricho, idea fija". Procede del genovés berettin "gorrito". La
traslación del significado a "capricho, cosa que se mete en la cabeza" es análoga a la
que se produce en el caso de beguín, del francés beguin "cofia" a "capricho amoroso"
en argot.
BIABA: Vale por "paliza". Procede el genovés biava "avena" y, figuradamente,
"paliza".
BICHOCO: Nombra al "caballo inútil para la carrera" y, en sentido traslativo, a la
"persona caduca". Procede de bicho choco, sobre la base de la antigua voz española
choco "tuerto". De ésta procede también chueco "patituerto".
BIORSE: "Baño, letrina, excusado". En realidad, debiera escribirse "viorse", ya que es
vesre con elisión de servicio.
BIRRA: Del italiano birra, "cerveza".
BIYARDA: Juego que se hace con dos palos; uno de ellos muy pequeño y aguzado
en ambos extremos, que es proyectado hacia arriba por medio del otro y luego
golpeado.
BIYUYA: "Dinero".
BOBO: Es el reloj. Procede de bovo, término del gergo adoptado también por el
argot.// Corazón (porque trabaja siempre).
BOCHON: Es la bolita preferida para dar chante.
BOLEAO: "Atontado, confundido".
BOLETA: En la jerga del hampa "hacer la boleta" equivale a "asesinar". "Ser boleta",
se dice.

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BOLICHE: Es vieja voz española de origen germanesco que no desconocieron los
gauchos. Vale por "pequeño local de comercio".
BOLONQUI: Vesre irregular de quilombo, en el sentido de "desorden".
BONCHA: Vesre de chambón "torpe, poco hábil", del que deriva chabón.
BONDI: Es el tranvía, Procede del brasileño bonde "tranvía" y éste, a su vez, del
inglés bond "bono, titulo de la deuda", por los bonds que emitió la compa¤¡a que
explotó los primeros tranvías en Río de Janeiro. Posteriormente el término se
extendió a "colectivo".
BRAMAJE: Vesre irregular de hembraje, "cantidad de mujeres".
BRECA: Vesre irregular de cabaret. // Vesre irregular de cabrero.
BRIYO: "Joya, alhaja, aros, anillo". Yeísmo de brillo.
BRODO: "Sopa, caldo". Procedente del italiano brodo "caldo".
BROLI: Vesre de libro.
BOTON: Vale por "agente de policía". Término surgido en Buenos Aires durante la
revolución de 1890, cuando los revolucionarios disparaban sus fusiles desde los
cantones contra los botones de los uniformesde los vigilantes de policía llevados a
reprimirlos.
BUCHON: Delator, batidor; tal vez por cruce con bocón.
BUFOSO: "Arma, revólver". Quizá derivado del italiano buffo, buffonare "ráfaga, soplo
de viento".
BULIN: Pieza, dormitorio. Primitivamente se dijo bolín. Se trata de un italianismo
jergal referido al lugar de alojamiento del arrabalero, sinónimo de "cotorro".
BURRERO: Es lo "relativo a los caballos de carrera", llamados afectivamente burros,
por una suerte de antifrasis.
BUSARDA: Nombra al "estómago". Procede el bajo genovés buzzo "vientre". En el
sentido de "estómago abultado", tal vez derive del francés busard "pieza curva".
BUSECA: "Guisado". Extensivamente, "panza, estómago prominente". Procedente del
italiano busecca "tripa".
BUYON: Nombra a la comida en general. Lunfardismo que procede del francés
bouillon "caldo". Algunos lo nombran, equivocadamente, como sinónimo de
"estómago". Buyonar es "comer".

CÁBALA: "Cálculo supersticioso". Del hebreo qabbalah "tradición" se convierte en el


primitivo americanismo cábula, por contagio o atracción de fábula.
CABARUTE: Vituperación de cabaret.
CABRERO: Es voz popular española que vale por "atufado" (alude a las frecuentes
rabietas de las cabras).
CABREIROA: Voz festiva por cabrero, "enojado".
CACHAFAZ: "Pícaro, bribón, tunante", voz tal vez procedente del italianismo
cacciaffanni "tipo que alegra".

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CACHAR: "Tomar el pelo, sobrar". // "Tomar, asir, agarrar". Es italianización del
andaluz cazar "agarrar".
CACHET: Retribución, cotización, generalmente referida a los actores; del francés
cachet, "vale, tarjeta de abono".
CACHO: Trozo, pedazo, porción.
CACHUZO: Procede del italiano cacioso "caseoso, relativo al queso y, por lo tanto,
con ojos y cavidades, cruzado con el español cacho "pedazo". Equivale a deteriorado.
CAFAÑA: Zafio, voz procedente del italiano meridional cafone, "hombre rústico".
CAFERATA: "Guapo, malevo", referido a los habitantes del barrio homónimo. Es voz
utilizada generalmente en sentido despectivo.
CAFIOLO: Vituperación derivada de cafishio.
CANFINFLERO: Antigua voz de origen desconocido que nombraba al proxeneta que
explotaba a una sola mujer.
CAFISHO: "Proxeneta" y, figuradamente, "elegante". Su difusión es posterior a la de
canfinflero y es posible la influencia del italiano stoccafisso "pejepalo". Es el "rufián
que disfruta el dinero ganado por las prostitutas" y, por extensión "el que vive a
expensas del esfuerzo ajeno".
CAFUA: Vale por "cárcel". Procede del portugués cafúa "cueva, lugar oscuro".
CAJETILLA: Elegante, atildado.
CALAVERA: Farrista, trasnochador; tal vez referido al aspecto cadavérico de quien
lleva este tipo de vida.
CALO: Lenguaje o dialecto de los gitanos.
CAMBA: Vesre de bacán.
CAMPANEAR: Es "mirar, observar", sobre todo con disimulo. Procede de campana
"auxiliar del ladrón" cuya misión es vigilar, y este de campane "orejas", término del
gergo.
CAMOTE: Enamoramiento, metejón.
CANA: Voz véneta que vale por "cárcel". En lunfardo también es la "policía" y el
"agente policial".
CANARIO: Por su color amarillo se llamó canario al billete de cien pesos que circuló
hasta la década del cuarenta.
CANCHERO: Se dice de la persona que domina una situación en particular o todas
las situaciones. Procede de cancha "espacio llano y desembarazado donde se
ejecutan juegos de agilidad, fuerza o destreza", y éste del quechua kancha “ámbito
para deportes o espectáculos".
CANDOMBE: Es un afronegrismo, del quimbundu ndombe, "negro" y el prefijo ka.
Significó "baile de negros".
CANEJO: Interjección eufemística que reemplaza a la grosera ¡carajo!
CANERO: Es lo relativo a la cana.
CANFINFLERO: Antiguo término que designaba al "proxeneta", luego se lo llamó
cafishio.
CANTAR: "Confesar, delatar".

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CANGUELA: Pobreza. // Cantidad, multitud.
CATEDRATICO: Aficionado a las carreras de caballos, estudioso de la cátedra.
CATRAMINA: Voz festiva referida al vehículo antiguo y en mal estado mecánico.
CATRERA: Voz festiva por "cama", extensiva de catre.
CANYENGUE: Es voz procedente del cruce de milonga con yongo. Pertenece a la
tecnología del tango y tiene dos acepciones:
1) Estilo de baile de tango provisto de espectacular coreografía abundante en
cortes y quebradas.
2) Efecto rítmico que se obtiene golpeando con el arco y la mano sobre el
cordal del contrabajo. (El creador de este efecto fue Leopoldo Thompson,
contrabajista que actuó, entre otras, en las orquestas de Francisco Canaro y Julio De
Caro).
CARETA: Vale por "descarado, caradura".
CARALISA: "Proxeneta, cafishio"
CARPETA: Del francés carpette "alfombra" “es la cubierta que se pone sobre las
mesas de juego". Tener carpeta vale por tener cancha.
CARTON: Equivale a "tonto, otario". Más utilizado es el aumentativo cartonazo.
CAYETANO: Voz festiva, yeísmo de callado.
CAZOTE: "Golpe", término procedente del italiano cazzotto, "puñetazo".
CHABON: Una curiosidad, chabón es vesre de boncha, el que a la vez es vesre de
chambón.
CHAMUYAR: Es "conversar". Procede del gitano español chamullar "platicar".
CHANGA: Trabajo temporario. Changa da changarín, el que ejerce estos trabajos.
CHANTA: Es el golpe en el que la bolita jugadora desplaza a otra ocupando su lugar.
// Individuo mentiroso y poco confiable.
CHANTAPUFI: Voz festiva por chanta.
CHANTE: Del genovés cianytá -únn-a boccia, "golpear la bocha del adversario,
desplazándola del lugar, que es ocupado por la propia". Chante da chanta, "individuo
falso, mentiroso, fabulero".
CHASIS: El término francés chassis, "bastidor"; además de nombrar al componente
automotriz, ha pasado a ser en lunfardo "armadura, esqueleto".
CHAPAR: Se refiere a "acariciarse, franelear".
CHECATO: Se refiere a la persona con mala visión; derivado del italiano ceco,
"ciego".
CHECONATO: Voz festiva vituperación de cheque.
CHERONCA: Vesre irregular de canchero.
CHETO: Amanerado; que simula modales de la clase superior. Es apócope de
concheto.
CHICHIPÍO: Voz festiva por "loco, demente".
CHIQUE: Es "ostentación, dique". Procede del argótico chique "simular".

89
CHINA: Mujer del gaucho, voz que pasó al lunfardo para referirse a la mujer en
general.
CHINGAR: "Errar, equivocarse".
CHIMENTO: Voz cruzada con chisme y que tiene el mismo significado. Chimento da
chismosa, "cuentera, trasmisora de chismes".
CHIRUSA o CHIRUZA: Moza del pueblo de poca instrucción, también sinónimo de
tilinga.
CHITRULO: Vale por "tonto". Del italiano meridional citrullo "bobo" (en italiano cetriolo
es "pepino" y, figuradamente, "estúpido").
CHIVO: En la jerga radial y televisiva, se refiere al hecho de pasar un aviso o
publicidad en forma disimulada; quizá referido al fuerte olor de este animal, ya que
chivo también nombra a la persona de fuerte sudoración. // Estar chivo, "estar
enojado".
CHOLULO: Se refiere al admirador de las figuras de la farándula, que se preocupa
por averiguar detalles de sus vidas privadas. Cholulo/a da cholulismo.
CHORLITO: "Ingenuo, candidato al engaño". Procedente del pájaro homónimo.
CHOREO: Robo, latrocinio. Procede de chorar, "robar" y choro, "robo"; voces del caló.
CHORRO: Vale por "ladrón". Procede de choró; voz del caló y la germanía que
nombra al "ladrón".
CHUCHO: Despectivamente "caballo", especialmente los de carrera; derivado del
español popular chucho, "burro".
CHURRASCA: Mujer bonita, falso feminismo por churrasco "asado jugoso".
CHUZA: Vale por "cabellera". Falso femenino del español chuzo "palo armado con un
pincho de hierro usado a modo de lanza".
CIELO: Es la última zona o jaquel de la rayuela.
CIMARRÓN: "Caballo sin domar".// "Mate amargo", del brasileñismo cimarráo, mate
utilizado por los gaúchos del sur de Brasil.
CIRUJA: Recolector de elementos en desuso. Quemero. Giro festivo de cirujano.
CLAVO: Deuda incobrable.
COBRAR: Popularmente, "recibir una paliza".
COCINERO: En la jerga de los quinieleros, el número cinco; voz extensiva del vesre
de este número.
COCO: Por "cabeza". Es metáfora difundida en toda esta América.
COCÓ: Galicismo diminutivo de cocaína.
COCOLICHE: Se refiere al champurreado de español mezclado con italiano hablado
por los inmigrantes; término surgido de un personaje de sainete.
COLARSE: Ingresar a un lugar sin pagar la entrada correspondiente, derivado del
artefacto de cocina llamado colador.
COLIFATO: "Loco", cruce del vesre diminutivo de loco cruzado con fato, del italiano
fatto "hecho, ejecutado".

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COLIMBA: Recluta, soldado que cumplía con el Servicio Militar Obligatorio, término
que, según la tradición, estformado por la siglas de corre, limpia, barre; actividades
desarrolladas por ellos. // Duración del Servicio.
COMBOY: Es el "conventiyo", cruce con el inglés cow-boy "vaquero" voz pronunciada
popularmente comboi.
COMPADRE: Vale por "elegante y jactancioso", que así era el compadrito.
CONTAMUSA: Fabulador, mentiroso; quizás surgido del cruce de contar con la figura
mitológica de las musas.
COPETÍN: Para la Academia, como americanismo, vale por "aperitivo, trago de licor"
y como argentinismo, por "coctel".
CORRALERO: Dícese del trompo al que se hace bailar en un espacio determinado
llamado corral o troya.
CORRIDA: Dícese de la mujer de vasta y deshonesta experiencia sexual. También se
llama corrida a la figura coreográfica que consiste en dar varios pasos seguidos para
igualar el compás.
CORRIDO: Se dice quien tiene experiencia en juergas y diversiones más o menos
turbias.
CORTADA: Llámase de este modo a la "callejuela sin salida" (en francés cul de sac).
La de Carabelas nace en Cangallo (Perón) 951 y muere en la diagonal Roque Sáenz
Peña 971.
CORTE: Figura del tango.
COTORRO: Es corrupción del español cotarro "albergue nocturno para pobres y
vagabudos - por cruce con cotorra- nombra a la "habitación" y vale por bulín.
CUARTEADOR: Es el que presta ayuda mediante la cuarta. La cuarta es el "lazo
auxiliar" destinado a ayudar a los vehículos empantanados, (voz metafórica que alude
a las cuatro partes en que inicialmente se doblaba el lazo, que era de cuero fuerte de
toro o novillo).
CRACK: Vale por "astro deportivo", "de gran suceso", procede por elipsis del inglés
crack, "crujido, estallido".
CROTO: "Vagabundo, linyera". Voz procedente del nombre del gobernador Crotto,
quien en la década del 20 autorizó que los cosecheros pudieran viajar gratuitamente
en los trenes de carga.
CUFA: Es la "cárcel". Procede del genovés cúffa "canasta".
CULADERA: Se llama así, en el juego de rango, al salto en el que sedebe rozar con
las nalgas la espalda del "burro".
CUORE: Obvio italianismo por "corazón".
CURDA: Del gitano español curdó "borracho". También vale por "ebrio" y
"embriaguez".
CURDELA: Del gitano español curdela "borracho".
CURRO: Se refiere a un medio de obtener ingresos sin demasiado trabajo.
CUSIFAI: Término despectivo equivalente a coso "sujeto, persona innominada".
Parece ser el cruce de coso con el italiano meriodional cussi-cussi "más o menos". En
sentido afectivo se denomina cusifai al bandoneón.

91
D

DEBUTE: Se emplea indistintamente como adjetivo o como adverbio. Vale por "lo
mejor, cabalmente, perfectamente. Procede el gitano español de buten "de lo mejor".
DECHAVAR: Procede del genovés descciavá "desclavar". En lenguaje de ladrones
fue "abrir una puerta u objeto cerrado". Prevaleció, sin embargo, el significado
metafórico "delatar" y "confesar". Alterna con deschavar (más frecuente).
DE PREPO: Abreviación de prepotencia "prepotentemente".
DEQUERA: Falso feminismo de diquero.
DERECHO: Este popularísimo adjetivo vale por "recto, de conductas y actitudes
leales".
DIQUERO: A fines del siglo XIX dar dique era ejecutar una suerte de robo que
consistia en enseñar o dejar ver un objeto y cambiarlo luego en el momento de
entregarlo en venta (del gitano español dicar "ver". De esa expresión proceden el
adjetivo diquero "ostentoso" y el verbo diquear "ostentar".
DIVERTIMENTO: Es palabra italiana que significa "diversión".
DOPADA: Vale por "drogada". Procede de dope, voz del antigüo cant que significa
"tonto", y que ha sido asumida por el slang para designar el estado especial
determinado por la ingestión de ciertas sustancias.
DORAPA (DE): Vesre de "de parado", especialmente referido al acto sexual.
DUBLÉ: Procede del francés doublet, "doblete".

EFE: Vesre irregular de fe, tenerse efe, se dice.


ESBUFO (ESTAR): Estar enojado. Del italiano sbuffare, "bufar, resoplar".
EMBROCAR: Vale por "ver, observar, darse cuenta de las intenciones de alguien".
Procede del italiano jergal imbroccare "ver, adivinar".
EMPILCHADO: Vale por "vestido". De empilchar y éste de pilcha.
ENCANUTADO: Estar en cana.
ENCARAJINAR: Complicar un asunto con intención de quitarle claridad.
ENGRUPIR: Engañar, mentir. Antiguamente grupí era el compinche que colaboraba
con el charlatán para engañar al candidato.
ENGRUPIDO: Vale por "vano, jactancioso, que cree valer más de lo que realmente
vale". De engrupir.
ENTRADOR: Se dice del individuo simpático, persuasivo, dotado de don de gentes.
ESCABIO: Nombra a la "bebida alcohólica". Procede de scabi "vino", antiquísima voz
del gergo.
ESCOLAZO: Vale por "juego de azar". Escolazador es el jugador y escolazar es
"jugar dinero".
ESCORCHAR: Molestar, importunar.
ESCRUCHE: El escruchante es el "ladrón que practica el robo con fractura". En el
gergo se encuentra el término scrus "robar con fractura".
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ESGUNFIAR: Aburrir. Estar esgunfiado, se dice.
ESNOB: Hombre que se entusiasma con todo lo nuevo aunque carezca de méritos.
Procede del inglés snob, "fatuo, necio, imitador de las personas elegantes".
ESPAMENTO: Detuperación de aspaviento, "exageración de ademanes".
ESPARAR: Vale por "disimular". Procede de esparo "auxiliar del ladrón", y ésta de
spará el tir, voz del gergo que vale por "avisar".
ESPEJO VICHADERO: Se refiere al anillo con mesa lustrosa que el pequero utilizaba
para espiar -vichar- las barajas al repartir la mano.
ESPIANTE: Vale por "partida, huida, raje". Procede del italiano jergal spiantá "huir".
Espiantar y piantar del italiano general piantare "dejar, abandonar", suelen cruzarse.
ESPICHAR: Morir; voz procedente de espiche, dispositivo de desagote de los barriles.
ESPLIN: Tristeza, desgano, bajón. Del inglés spleen, "tristeza, melancolía".
ESPOR: Dividendo que pagan los ganadores de las carreras de caballos. Del inglés
sport, "deporte".
ESQUENÚN: Vale por "perezoso". Procede del genovés schenna "espalda" con la
terminación despectiva, también genovesa un.
ESQUIAFO: Cachetada, bofetada. Del italiano schiaffo, "bofetón".
ESTAÑO: Se refiere al metal que cubría los mostradores de los bares.
ESTRILAR: Renegar. Procede del italiano strillare, "gritar, chillar".
ESTUFADO: Vale por "aburrido, fastidiado". Procede del italiano popular stufare
"aburrir, cansar". Alterna con estufo. Tal vez cruzado con el español atufado,
"fastidiado".

FACA: Diminutivo de facón, cuchillo de gran tamaño utilizado por los gauchos.
FACHA: Aspecto. // Rostro, cara. Del italiano faccia "cara".
FAJAR: Es "golpear, castigar". Procede del germanesco fajar "azotar".
FANÉ: Arruinado, deteriorado.
FANDANGO: Fiesta, farra. // Cosa complicada.
FANGULOS: Calzado, zapatos.
FATO: Asunto, hecho; del italiano fatto, "hecho, ejecutado".
FARABUTE: Mentiroso, fanfarrón. Del genovés farabutto, "engreído".
FARIÑERA: por "daga o cuchillo grande". Es voz de procedencia brasileña, que
llaman farinheira al afilado cuchillo de los gaúchos de Río Grande que utilizan para
comer la carne asada revolviéndola en la farinha.
FARRA: Se trata de un americanismo de origen onomatopéyico, común con el
brasileño farra "diversión" y con el vasco farra o parra "risa".
FASO: "Cigarro". Procede el véneto fazo "haz" por la forma de haz que tuvieron los
cigarros.

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FASTRAI: Vale por "cachetada". Es voz onomatopéyica de origen circense. Más
corriente es la voz fastrás.
FASULES: Billetes de dinero.
FAYUTO: Yeísmo que vale por "falso, fingido". Falluto por "falso" es término
usualísimo derivado del napolitano faglio "trampa".
FECA: Vesre de café.
FEITE: Cicatriz en la cara, barbijo. Alude a las navajas de afeitar o rasurar.
FERCHO: Vesre de chofer, "volante", del francés chaffeur, "calderista".
FIACA: Pereza, desgano.
FIACUN: Voz despectiva por perezoso; de fiaca más la desinencia genovesa un.
FIFI: Voz despectiva por "delicado, amanerado".
FILO: Relación amorosa, especialmente si es clandestina.
FILOMISHIO: Paquete que aparenta contener dinero preparado para engañar.
FIOLO: Apócope de cafiolo, vituperación de cafishio.
FIRULETE: Figura creativa del baile del tango. Se refiere a firulete, "dibujo
complicado".
FLÍA: Usual apócope de familia.
FORFAI: "Vencido, entregado". // Caballo anotado que se retira de la carrera. Por
extensión "fuera de competencia". // Falto de dinero". // Procede del francés forfait
"interdicto", por vía del inglés forfeit, "multa, prenda, pérdida legal de un derecho".
FORRO: Voz grosera que nombra metafóricamente al "escroto". // Preservativo. //
Individuo tonto, de pocas luces.
FRANCHUTE: Es término del español familiar que vale por "francés". Generalmente
se utiliza en sentido despectivo.
FRUNA: Se refiere a la novia oficial, voz festiva derivada de una marca de caramelos
masticables.
FULE: Regresión de fulero.
FULERÍA: Ful es voz germanesca que significa "falso, apócrifo". De ful derivó el
lunfardo fulero "pobre" y luego "feo", apocopado a veces en fule y cruzado en
ocasiones con el afronegrismo fulo. De fulero deriva, a su vez, fulería, "pobreza, cosa
pobre, delación, batida” (por lo que tiene de cosa fea).
FÚLMINE: Personaje de historieta creado por el dibujante Lino Palacios que
representaba al yetatore, capaz de trasmitir la mala suerte o el mal de ojos.
FUNCAR: Funcionar, tal vez derivado del español fungir, "hacer las veces de,
reemplazar".
FUNYI: Sombrero. Fungo es muy antigua voz del gergo. Aquí la hemos genovizado
(cruce con funzi "hongos").
FURCA: "Maniobra de salteadores que proceden distrayendo uno de ellos a la víctima
y atacándolo el otro por la espalda, pasándole el brazo por el cuello de modo de
inmovilizarla". Procede del italiano meridional furca "horca".

G
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GACHO: Se refiere al estilo de usar el sombrero, con el ala volcada sobre los ojos;
gacho y requintado, como lo usaba Carlitos.
GAITA: Español, especialmente gallego, referido a su instrumento musical preferido.
GAMBA: Con el significado de "cien liras" es voz muy difundida en el gergo
septentrional. Gamba pasó al lunfardo como "cien pesos" y media gamba "cincuenta
pesos". // También se lo utiliza con el italianismo gamba, "pierna".
GARABO: Muchacho, galán, equivale a gavilán.
GARPAR: Usualísimo vesre de pagar.
GARRRONEAR: Vale por "usufructuar algo gratuitamente". El garrón, en lenguaje
prostibulario, es el "favor que una prostituta hace gratuitamente a alguien que le
resulta simpático". Deriva del español germanesco gorrón "el que no paga los
servicios recibidos", por cruce con garrón "extremo de la pata por donde se cuelgan
las reses del matadero".
GARUFA: Fiesta, farra.
GAUCHO: Se dice popularmente de la persona servicial y generosa, voz relacionada
con la bizarría del habitante de las pampas.
GAVILÁN: Lo mismo que gavión, procede del portugués gaviáo "gavilán". Vale por
"seductor, engañador de mujeres, caburé, tiburón".
GAYOLA: Cárcel. Del portugués gaiola "jaula".
GIL: Es el "tonto". Procede del gitano español jilí "tonto", por cruce con el nombre
propio Gil.
GOMÍA: Vesre irregular de amigo, se utiliza especialmente en sentido afectivo.
GOMERA: Vale por suerte de honda, compuesta por un trozo de goma cuyos
extremos están unidos a un trozo de rama en horcadura que usan los muchachos
para arrojar proyectiles.
GOTÁN: Vesre usualísimo de tango.
GRATAROLA: Voz festiva por gratis.
GRELA: Mujer, garaba, feba, querida, amante.
GRILO: Es el "bolsillo lateral externo del pantalón". Procede de grillett, voz del gergo
que nombra al "bolsillo".
GRINGO: Es palabra española -alteración de griego en el sentido de "lenguaje
incomprensible". Vale por "extranjero". En el habla popular argentino se dice
especialmente del italiano.
GRISETA: Mujer de la noche; del francés grisette, "obrerita", referido al guardapolvo
gris que utilizaban comúnmente.
GRUPO: Sinónimo de "mentira", es un deverbal de engrupir "engañar", que a la vez
procede de grupí, auxiliar del ladrón.
GUACHO: Sin padres, es un antiguo término del que, según algunos investigadores,
derivaría gaucho.
GUAPO: Término que en español vale ahora por "bien parecido", pero que significó
primitivamente "rufián". En América equivale a "valiente".
GUITA: "Dinero en general" y también vale por "centavo". Los nativos de la isla de
Coro usaban como monedas las semillas del guitero.
95
J

JABÓN: Susto, miedo.


JAILEFE: Elegante, bien vestido; del inglés high life, "vida social, alta sociedad".
También se suele utilizar la forma jailaife.
JETA: Se refiere a los labios abultados, de jeta deriva jetón, individuo de boca grande.
JODER: Del antiguo término español hoder "copular" y "perjudicar" que se
corresponde con el italiano popular fregare "copular" y "estafar".
JODIDO: Se dice de la persona difícil de tratar. También se utiliza como sinónimo de
embromado.
JOTRABA: Vesre irregular de trabajo, que ha dado el verbo jotrabar.
JOVATO: Voz despectiva, vituperación de jovie, vesre de viejo.
JUNAR: "Mirar" y también "conocer". Junar a una persona se refiere a conocer su
pasado. En este sentido equivale a manyar.

LABURAR: Vale por "trabajar". Del italiano meridional lavurare "trabajar".


LABURO: Del italiano meridional lavuru "trabajo".
LANCERO: Primitivamente, "el que robabautilizando la lanza". Luego, el individuo
proclive a "tirarse lances".
LANZA: Se llama al "robo practicado en los bolsillos de la víctima". Tirar la lanza es
practicar ese robo.
LASTRAR: Alimentarse, comer -especialmente en abundancia- derivado de lastre;
"peso que cargan los barcos cuando no transportan carga útil".
LATA (HACER LAS LATAS): Es voz prostibularia. alude a las fichas que la regente o
madama del prostibulo entregaba a las pupilas, a cambio del dinero pagado por el
cliente.
LONYI: Loco, demente; término surgido del vesre irregular de gilún. También se suele
escribir longi.
LECHERA: Es la bolita blanca y también la bolita que trae suerte (tener leche, con
alusión sexual, es expresión jergal y grosera equivalente a "tener suerte".
LIENZOS: Ropaje, prendas de vestir en general. Bajarse los lienzos, se dice.
LINUSA: Pereza, desgano, fiaca. También linuza.
LINYERA: Vagabundo, derivado del piamontés lingera "vago, viajero".
LUNFA: Apócope de lunfardo, que sin embargo se refiere más al habla popular.
LUNFARDO: Voz derivada de lombardo, "ladrón", que en un principio nombró a la
jerga del hampa, pero que posteriormente fue de uso popular.
LENGUE: Nombra al "pañuelo". Primitivamente se dijo lengo.
LUNGO: Voz italiana que significa "largo".

M
96
MACANA: Es voz caribe usada en Buenos Aires con el significado de "despropósito,
desatino" y popularizada como sinónimo de "mentiras" y de "inconveniente, dificultad".
MACHETE: Nota disimulada que utilizaban los estudiantes como auxilio durante los
exámenes.
MADAMA: Meretriz directora del lenocinio; del francés madame, "señora".
MAGNATE: Hombre de gran fortuna, del francés magnat.
MALANDRA: Apócope de malandrín.
MALANDRINO: Es el italiano malandrino "malandrín".
MALEVAJE: Conjunto de malevos, especialmente referido a los habitantes del
arrabal.
MALEVO: Todo indica que es un vulgarismo del apócope de malévolo, que puede ser
sinónimo de "arbitrario, prepotente, vengativo" más que de "malvado". Sin embargo,
este adjetivo no carece de connotaciones afectivas y ponderativas.
MANCADA: Salir mancada, ser mancada es "frustrarse un robo". Procede del italiano
mancare "fallar, no ocurrir".
MANDOLION: Usual deturpación de bandoneón.
MANGO: Contracción del brasileñismo marengo "peso, moneda”.
MANGUERO: Vale por "pedigüeño". Del gitano español mangar, manguelar "pedir,
mendigar".
MANYAR: "Conocer, saber, calar las intenciones ajenas". Del genovés jergal mangiá
"comprender, entender".
MANYAMIENTO: "Conocimiento". Ronda de detenidos con fines identificatorios.
MAÑERO: Difícil de manejar, rebelde.
MARINGOTE: Término despectivo por marinero.
MARQUILLADO: Se refiere a las cartas marcadas para hacer trampas en los juegos
de naipes.
MARROCO: Término canero por pan.
MASCALZONE: Voz italiana que significa "bribón, canalla, villano".
MATEO: Cochero de plaza, nombre surgido de la obra teatral Mateo, de Armando
Discépolo.
MATINA: Del italiano mattina "mañana".
MATUNGO: Voz despectiva referida al caballo viejo; también mancarrón.
MAULA: Cobarde, vil.
MAYORAL: Encargado de la conducción de los antiguos tranvías.
MAYORENGO: Oficial de policía.
MECHERA: Ladrona de tiendas, que roba ocultando la mercadería entresus ropas.
MENEGA: Dinero.
MERZA: Vale por "cáfila, runfla" en sentido despectivo. Como adjetivo invariable
equivale a "de baja condición, de baja calidad". Tal vez procedente del piamontés
merssa, "cada uno de los palos de la baraja". También se escribe mersa.

97
METEJÓN: "Enamoramiento y deuda de juego o gran pérdida de dinero".
METERSE: Significa "enamorarse", voz de origen español y también "endeudarse en
el juego".
MILONGUERA: Alude a las mujeres contratadas de los cabarets y no a las meras
bailarinas.
MINA: Nombra a la mujer en general. Ciertamente las negras minas eran muy
esbeltas; en portugués menina es tratamiento afectuoso que se da a las doncellas.
Sin embargo mina en lunfardo proviene de las jergas italianas"Mina: Donna // Miniera:
Prostituta giovine e bella".
MINGA: Es voz que indica negación. Procede del milanés minga, que significa "miga",
y también "no".
MIQUETA: Vale por "puñetazo" y procede del genovés michetta "panecillo". La
relación alimento = paliza se da también en boyo, hostia, piña, torta, etc.
MISHE: Hombre, generalmente maduro, que paga los favores de una mujer. También
miché. Se lo suele utilizar como sinónimo de otario.
MISHIADURA: "Pobreza", de mishio "pobre" y éste del genovés miscio "seco" y,
figuradamente, "pobre".
MISHIO: Pobre, raído.
MISHO: Falso, de poco valor.
MISTONGO: Del genovés miscio "falto de dinero más la desinencia ongo que
comporta, en este caso, una connotación afectiva. Vale por "humilde", en el sentido
de "carente de nobleza, de baja condición social".
MONTE: Juego de naipes y de azar.
MORFI: En el gergo medioeval -lingua zerga- morfa y morfia valen por "boca". De allí
procede el francés morfer "comer" y de éste -si no directamente del gergo- el lunfardo
morfar "comer"; morfe y morfi "comida".
MORLACOS: Dinero. Billetes.
MORONDANGA: Voz festiva por "falso, de poco valor".
MOSCA: "Moneda corriente, dinero".
MUEBLE: Mujer. // Apócope de amueblado "hotel alojamiento".
MUFA: Enojo, malestar. Del italiano muffa, "moho"
MUFADO: Enojado, molesto, de mal carácter. Del italiano muffare, "mohoso".

NAIFA: Voz de origen indígena que nombra a la mujer.


NALES: Aféresis de nacionales, antiguos billetes de dinero.

ÑAÑA: Delicadeza, amaneramiento.


ÑAPAR: Asir, tomar, agarrar.

98
ÑATA: Nariz chata, arremangada.
ÑOQUI: Se refiere al empleado público que sólo aparecía en el lugar de trabajo los
días de cobro; que en épocas normales, era el día 29 de cada mes; hecho este
relacionado con la tradición de comer ñoqui en esa fecha, colocando un billete debajo
del plato para que se multiplicara. Del italiano gnocco, en plural gnocchi, "pasta para
sopa".

OREJEAR: Acto de ir descubriendo las barajas de a poco para ver la pinta.


ORRE: Vesre de reo.
ORSAI: Fuera de lugar, en situación comprometida; del inglés off side, "fuera de
juego".
ORTIVAR: Vale por "delatar, batir". Lo correcto es escribir ortibar, puesto que procede
de ortiba, vesre con elisión de batidor "delator".
OTARIO: Vale por "tonto, individuo fácil de robar" y es una de las más antiguas voces
del lunfardo. Es sinónimo de mishé, -en argot miché - "hombre, generalmente
maduro, que paga los favores de una mujer". Del español otario, pinnípido de extrema
mansedumbre ya extinto; se lo cazaba fácilmente a palos.

PACO: Paquete con dinero, equivale a toco.


PAICA: Voz indígena que nombra a la "mujer".
PÁLIDA: Mala onda, mala noticia, estado depresivo. Tirar pálidas o andar con la
pálida, se dice.
PALMAR: Voz de germanía, alude a la palma de la mano y vale por "entregar".
Palmar es "pagar, entregar el dinero" y también "morir, fallecer".
PAPARULO: Vale por "tonto". Derivado del español papamoscas, papanatas y
paparote.
PAPIRUSA: Vale por "hermosa". Procede de papusa, -afectivo de papa, calco del
véneto que vale por "mujer hermosa"- cruzado con el polaco papjerosi "cigarrillos",
voz usual entre las prostitutas polacas.
PATACON: Antigua acepción por "dinero".
PATINAR: Equivale a "despilfarrar, gastar sin medida".
PATO: Se llama pato al carente de dinero; tal vez porque el pato se mantiene seco en
el agua (y seco por "pobre" se da también en genovés: miscio que, en sentido recto,
significa "seco", es en sentido figurado "falto de dinero").
PATOTA: Conjunto de individuos provocativos y envalentonados. Patota da patotero,
"integrante de la patota".
PATO VICA: En un principio se llamó así a los físico culturistas, luego pasó a ser la
denominación genérica del personal de seguridad, especialmente de los lugares
nocturnos. Su origen es un fallido intento de imponer en el mercado una raza de
patos con prominente pechuga.

99
PATRIADA: Vale por toda "acción intrépida y desinteresada." En un principio se
refería a los "actos realizados en favor de la independencia de la patria".
PATRIQUI: Vituperación de "para atrás".
PAYANA: Del quechua pallána y éste de pálla "acción de recoger o reunir alguna
cosa". Es el nombre del juego, también llamado ainenti, que consiste en recoger, de
cierta manera especial, piedrecillas dispuestas en el suelo.
PAVURA: Miedo, temor. Falso italianismo por pavor.
PEBETA: Dice la última edición del Diccionario Académico "Pebeta: (De pebete
(Argentina y Uruguay) niña, chiquilla, muchacha". Debe agregarse que es término
fuertemente afectivo.
PEBETE: "Niño", que no es derivado de pibe. Es anterior a la difusión de dicha voz y
procede del español pebete "pasta hecha con polvos aromáticos que al quemarse
exhala un humo muy fragante", por alusión irónica al mal olor de los infantes.
PEDIGRÍ: Del inglés pedigree, "genealogía".
PELECHAR: Echar buena, progresar, derivado del cambio de pelaje de los animales.
También empelechar.
PENDEJO: En español es "pelo del pubis". En lunfardo significa "niño, adolescente".
PENDEVIEJO: Término festivo referido al hombre mayor que viste y actúa como
joven.
PENDEX: Eufemismo por pendejo.
PEPINO: Es el trompo en forma de pepino o de zanahoria. También se lo llama
"batata".
PERA (HACER LA): No concurrir a una cita. Derivado de la cara larga de la persona
defraudada.
PERCANTA: Se refiere a la mujer. Procede del pez de nombre similar que, según
decires, era el preferido de los tiburones. El diminutivo es percantina.
PERCHA: Prestancia, elegancia en el vestir.
PERINGUNDIN: Fue originariamente un baile traído por los inmigrantes
septentrionales -el perigordín de los genoveses, el perigoldín de los piamonteses-
Luego peringundín pasó a designar ciertos locales donde se bailaba y de algún modo
se favorecía la prostitución.
PETITERO: Voz ya en desuso que nombraba a los concurrentes al Petit Café, que a
mediados de la década del 50 crearon una muy amanerada moda de vestir, con saco
cortón y con tajitos y pantalones finos y cortones.
PIANTADO: Loco, demente; por lo de ido.
PIANTAR: Quitar, sacar, huir, echar. (Ver espiante).
PIBE, PIBA: Pivello "niño" circula ya en las jergas italianas del fin de la edad media.
PICHULEAR: Regatear, discutir una rebaja o descuento.
PILCHA: Nombra a la "ropa en general". Procede del araucano pelcha o pulcha
"arruga".
PIOLA: Se refiere al "individuo tranquilo". También "confiable".

100
PIPISTRELA: Mujer pizpireta, del cruce de ésta con el italiano pipistrello,
"murciélago".
PIRULOS: Graciosa sinonimia por "años", especialmente referida a la edad.
PIYADO: Engreído, envanecido. Yeísmo de pillado.
POLENTA: Antigua voz del gergo que designa al "oro", aludiendo a su color.
POLIGRIYO: Vago, reo, atorrante.
PONJA: Vesre de Japón, aunque se lo utiliza para referirse en forma genérica a los
japoneses.
POSTA: Es término invariable, empleado como adjetivo, que indica "apuesto".
Procede del italiano a posto "apuesto, elegante, correcto". De posta se ha formado el
adverbio postamente "apropiadamente".
PRIMUS: Antiguo calentador a querosén, que trabajaba a presión y tenía un
gasificador que se debía calentar previamente con alcohol.
PUA: Del español popular púa "persona astuta".
PUCHA: Interjección eufemística que reemplaza a la grosera ¡puta!
PUCHO: Es la "colilla" y, en general, cualquier "residuo". Procede del quechua puchu
"sobra".
PUNGA: Apócope con desinencia de punguista, "ladrón, carterista". Del italiano jergal
punga, "bolsillo".
PUNTO: Ingenuo, candidato al engaño. Tomar de punto es tomar a alguien como
centro de las cargadas.
PURRETE: Niño. pibe.
PRETENCIOSO: Es argentinismo -del francés prétentieux, "vano, presuntuoso"- que
vale por "presuntuoso, engrupido".

QUECO: Muy antigua palabra que designan al "prostibulo".


QUEMA: Basural, nombre recibido por la eterna humareda que de él de desprende.
QUEMERA: Ciruja. Buscadora del basural.
QUEMO: Situación comprometida, puesto en evidencia.
QUIA: Vesre de aquí, término con el que refiere a una persona próxima.
QUINIELA: En la Argentina es la "apuesta clandestina a los números sorteados en las
loterías oficiales".

RAGÚ: Hambre, apetito. Ragú es término de haute coussine. También ragún.


RAJAR: Vale por "huir", Procede, por confusión acústica, del gitano español najar
"huir". También echar, despedir. Dar el raje, se dice.

101
RANERO: Se llamó ranero al habitante del barrio "Las Ranas", emplazado al
sudoeste de la ciudad, donde se levanta ahora el estadio del Club Huracán. Por
extensión ranero equivale a reo y suele ser usado peyorativamente.
RANTE: Es aféresis de atorrante, dicho afectivamente.
RANTIFUSO: Es voz despectiva, cruce de rante, aféresis de atorrante con esquifuso
"repugnante", procedente éste del siciliano schifiusu "asqueroso".
RANÚN: Aumentativo a la genovesa de rana "individuo sagaz".
RASPOSO: Vale por "raído". Del español raspar "raer".
REA: Vale por "mujer de la vida".
REAJE: El reo es el "vago", el "atorrante"; en un sentido afectivo es "el que se toma la
vida en broma". El reaje es la "tácita colectividad de los reos".
RECHIFLADO: Chiflar (se) vale en español por "volverse loco". Rechiflado -con el
afijo reforzativo re- equivale a "enloquecido" y, extensivamente, a "enojado".
RELOJEAR: Vale por "observar, campanear".
REMANYAR: Es el aumentativo de manyar "conocer, comprender, calar las
intenciones ajenas". Del genovés jergal mangiá "comprender, entender, ser
competente en algo. Manyar da manyado, "conocido, de conducta e intenciones
notorias" y remanyar da remanye "conocimiento, reconocimiento".
REPE: En el juego de la bolita es el golpe de rebote.
REQUINTADO: Modo de usar el sombrero inclinado sobre un costado, al sesgo. Del
portugués requintar, "hacer las cosas con afectación".
RUNFLA: Serie de cosas de una misma especie, serie de cartas de un mismo palo,
voz procedente del catalán runfla "muchedumbre".

SABALAJE: Gente baja, del arroyo; término relacionado con el pez sábalo.
SABLEAR: Pedir prestado.
SAQUE: En español saque es la "acción de sacar en el juego de pelota"; en nuestro
país, por comprensible metáfora, es "bofetada".
SCRACHE: Lunfardismo actual referido a la acción de denunciar a una figura pública.
Procede del jergo italiano scraccio "rostro, cara". En la jerga canera salir o estar
scrachado era ser fotografiado para el prontuario personal.
SEBÓN: Perezoso, fiaca. Relacionado con el hecho que el animal poco activo crea
sebo. Hacer sebo, se dice.
SHOFICA: Es vesre de cafisho "proxeneta" y, figuradamente, "elegante". Este
término, cuya difusión es posterior a la de canfinflero, parece ser derivado del italiano
stoccafisso "pejepalo".
SHOMERIA: Falso. // Pobreza, miseria. Vesre irregular de mishiadura.
SHUSHETA: Voz del argot que significa "elegante, atildado".
STUD: En inglés, stud of horses, "caballeriza."
SUNCHO: Es voz española que significa "abrazadera". En lunfardo suncho es el
"cuchillo rudimentario fabricado por los presos".
102
T

TABA: Antiguo juego que se hacía arrojando el astrágalo del bovino.


TACHO: Reloj. // Taxi. Tacho da tachero, "taxista".
TAITA: Vale por "guapo, valiente". El taita (padre) era en España el regente de la
mancebía.
TALIPE: Andar desnudo. Vesre y eufemismo diminutivo de pelotita.
TAMANGOS: Botín militar, voz procedente del portugués, tamango era el calzado de
las tropas brasileñas en la guerra de la triple alianza. A posteriori genéricamente
"calzado", pero referido especialmente al botín rústico.
TAMBO: Voz grosera referida al prostibulo, relacionada con el acto de ordeñar.
TANO: Apócope de napolitano, con que sin embargo se nombra a los italianos en
general. Equivale a gringo.
TAQUERA: Vale por "bailarina" y por "mujer en general". Procede de taco, vulgarismo
por "tacón".
TAQUERIA: Policía; relacionado por la costumbre de cortar los tacos de los
compadritos que usaban el taquito militar.
TARROS: Voz metafórica por "zapatos".
TARÚPIDO: Tonto. Voz festiva derivada del cruce de tarado con estúpido.
TAURA: Valiente, intrépido. Tal vez por desinencia de toro, gauchismo que vale por
"valeroso".
TAYAR: Es "intervenir con predominio en una conversación o debate y, por extensión,
en cualquier asunto. En el juego tayar es copar la apuesta.
TECOR: Vesre de corte "figura tanguera". Darse corte es "alardear".
TIMBA: Voz del jergo español que vale por "partida de juegos de azar" // "Casa de
juego, garito".
TIMBOS: Vesre irregular de botines.
TIRA: Es el "policía de investigaciones, que va vestido de civil". Procede del italiano
jergal tira, "espía de la policía".
TONGO: Vale por "engaño"; parece ser voz navarra. Pasó a ser "engaño en el juego",
referida especialmente a las peleas de boxeo o carreras de caballos arregladas de
antemano.
TOCO: Vale por paco, fajo o paquete con dinero. Procede del italiano general tocco,
"pedazo".
TOVEN: Vesre de vento.
TRINCAR. Agarrar, en sentido sexual, tal vez relacionadocon trinchar, "pinchar".
TROMPA: Vesre de patrón.
TROYERO: Dícese del trompo de combate, al que se arroja contra otros trompos en
movimiento o yacentes, para romperlos o sacarlos fuera del redondel.
TRUCHA: Rostro, faz, cara.
TRUCHO: Falso, inauténtico.
TUMBA: Voz canera que nombra a la comida con carne.
103
TUNGO: Apócope de matungo.
TURCO: Generalización con que se nombra a los árabes en general.
TURRO: Es voz que originariamente significó tonto que se cruzó luego con atorrante
y asumió el significado de éste. De tal modo turra pasó a ser en Buenos Aires.
"prostituta" y es palabra grosera, aunque en Montevideo mantiene el significado de
"tonta".

VENTO: Vale por "dinero". Del genovés jergal vento "dinero".


VENTOLAI: Lunfardismo por vento "dinero".
VESRRE (VESRE): Travesura lingüística que consiste en invertir las sílabas.
VIARAZA: Enojo, golpe de locura.
VIDURRIA: Término jocoso referida a "llevar buena vida, con comodidad y
generalmente sin trabajar".
VIOLA: Vale por guitarra. Es un brasileñismo usualísimo en la literatura popular.
VIVILLO: Es diminutivo despectivo del español vivo "sutil, ingenioso".
VULEVU: Significa "exceso de cortesía" y, usado como adjetivo, "afectadamente
cortés". Deriva del francés voulez vous?, fórmula de cortesía equivalente a "sírvase,
¿gusta usted?"

YAPA: Voz popular que vale por "adehala", "lo que se da de más". Del quechua
yapán "aditamento".
YECA: Vesre con yeísmo de calle.
YEITE: Cuestión, asunto, rebusque. Osvaldo Pugliese, sabedor y creador de términos
lunfas, llamaba yeite a ciertos efectos músicales con que adornaba sus
interpretaciones.
YETA: Mala suerte, derivado del jergo getattore, individuo transmisor de mala suerte.
YIRAR: Del italiano girare "dar vueltas", es "hacer la calle, andar la prostituta, llamada
yiro, en busca de clientes".
YOBACA: Vesre con yeísmo de caballo.
YOMPA: Término canero, vesre con yeísmo de pabellón.
YORNO: Voz derivada del italiano giorno, "día".
YOTIVENCO: Vesre con yeísmo de conventillo.
YORUGUA: Vesre irregular de uruguayo. Se lo utiliza generalmente en sentido
afectivo.
YOYEGA: Vesre irregular con yeísmo de gallego.
YUGAR: Vale por "trabajar". Del italiano giogare "enyugar, uncir al yugo las yuntas de
labranza".

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YUGUILLO:Se refiere al "traba corbata" que se utilizaba en el cuello de la camisa.
Comparativo a los hierros que van sobre la pechera de los caballos, donde se
prenden los tiros. Posteriormente yuguillo se refirió al cuello de la camisa en general.
YUTA: "Policía". Procede de giusta, término del gergo que nombra a los vigilantes
urbanos.

ZARZOS: Aros, anillos; del español zarcillo.


ZOLCIYONCAS: Vesre y vituperación festiva de calzoncillos.

105
INDICE
INDICE _______________________________________________________________ 106
PROLOGO________________________________________________________________ 1
LA TEMATICA TANGUERA __________________________________________________ 3
CAPITULO I – Antecedentes_________________________________________________ 4
CAPITULO II – Los Instrumentos Del Tango____________________________________ 5
LA GUITARRA ____________________________________________________________ 5
EL BANDONEON __________________________________________________________ 5
EL PIANO ________________________________________________________________ 6
EL VIOLIN ________________________________________________________________ 7
LOS CANTORES __________________________________________________________ 7
DE GAUCHOS Y CRIOLLOS _________________________________________________ 8
CAPITULO III – El Arrabal, Cuna Del Tango ___________________________________ 10
LOS PAISAJES __________________________________________________________ 10
LOS SIMBOLOS DEL ARRABAL ____________________________________________ 10
EL BARRO ______________________________________________________________ 11
EL ORGANITO ___________________________________________________________ 11
LOS PATIOS DE ARRABAL ________________________________________________ 12
LOS BARRIOS ___________________________________________________________ 12
CAPITULO IV – Los Escenarios Del Tango ____________________________________ 14
ANTECEDENTES _________________________________________________________ 14
LOS CABARETS _________________________________________________________ 14
LAS MILONGUERAS ______________________________________________________ 15
CAFES Y CAFETÍNES _____________________________________________________ 15
CAPITULO V – El Baile En El Tango _________________________________________ 17
LOS BAILONGOS ________________________________________________________ 17
LOS CARNAVALES _______________________________________________________ 18
CAPITULO VI – Timba, Burros Y Escolazo ____________________________________ 20
LOS NAIPES _____________________________________________________________ 20
LA QUINIELA ____________________________________________________________ 21
LOS BURROS____________________________________________________________ 21
LA SUERTE _____________________________________________________________ 23
EL DESTINO _____________________________________________________________ 24
CAPITULO VII – Tangos Deportivos _________________________________________ 25
EL FUTBOL _____________________________________________________________ 25
EL BOXEO ______________________________________________________________ 26
EL AUTOMOVILISMO _____________________________________________________ 27
CAPITULO VIII – Las Etapas De La Vida ______________________________________ 28
LA NIÑEZ _______________________________________________________________ 28
LA JUVENTUD ___________________________________________________________ 29
LA MADUREZ ____________________________________________________________ 30
LA VEJEZ _______________________________________________________________ 30
CAPITULO IX – Los Familiares______________________________________________ 32
LA MADRE ______________________________________________________________ 32
EL PADRE_______________________________________________________________ 32
LOS HERMANOS _________________________________________________________ 33
LOS ABUELOS___________________________________________________________ 33
CAPITULO X – Otras Relaciones ____________________________________________ 35
LA NOVIA _______________________________________________________________ 35
EL NOVIO _______________________________________________________________ 35
NOVIAZGOS EN CONFLICTO _______________________________________________ 36
NOVIAZGOS REALIZADOS_________________________________________________ 36
LOS COMIENZOS ________________________________________________________ 36
LAS PROPUESTAS _______________________________________________________ 37
EL CASORIO ____________________________________________________________ 38
PAREJAS, DRAMA Y HUMOR ______________________________________________ 38
LOS AMIGOS ____________________________________________________________ 39
CAPITULO XI – Los Medios De Transporte____________________________________ 41

106
LAS CARRETAS _________________________________________________________ 41
LOS CARREROS _________________________________________________________ 41
LOS CUARTEADORES ____________________________________________________ 42
EL TRANVIA_____________________________________________________________ 42
EL FERROCARRIL________________________________________________________ 43
LOS COCHEROS _________________________________________________________ 44
EL AUTOMOVIL __________________________________________________________ 44
EL TAXI_________________________________________________________________ 44
CAPITULO XII – Modas, Usos Y Costumbres __________________________________ 46
JETRAS, FUNYIS, LENGUES Y TIMBOS ______________________________________ 46
ELLAS Y LAS PILCHAS ___________________________________________________ 47
SILBANDO UN TANGO ____________________________________________________ 48
EL FASO ________________________________________________________________ 48
CAPITULO XIII – Los Medios De Comunicación _______________________________ 50
LAS CARTAS ____________________________________________________________ 50
EL TELEFONO ___________________________________________________________ 51
CAPITULO XIV – Otros Usos Y Costumbres __________________________________ 52
EL PIROPO ______________________________________________________________ 52
LA SERENATA___________________________________________________________ 52
DE BULINES Y COTORROS ________________________________________________ 53
LA BOHEMIA ____________________________________________________________ 54
UN CHAMUYO MISTERIOSO _______________________________________________ 55
CAPITULO XV – Tangos Marinos____________________________________________ 57
EL MAR_________________________________________________________________ 57
LOS PUERTOS___________________________________________________________ 57
BARCOS Y LANCHAS_____________________________________________________ 58
LOS MARINEROS ________________________________________________________ 58
BODEGONES Y CANTINAS ________________________________________________ 59
EL RIACHUELO Y LA RIBERA ______________________________________________ 59
CAPITULO XVI – De Guapos, Taitas Y Malevos ________________________________ 61
LOS DUELOS ____________________________________________________________ 61
TANGOS CANEROS ______________________________________________________ 62
LOS JUECES ____________________________________________________________ 62
LOS CANAS _____________________________________________________________ 63
TANGOS ETILICOS _______________________________________________________ 63
CAPITULO XVII – El Tango En París _________________________________________ 65
CAPITULO XVIII – El Tango, Cronista Social __________________________________ 67
TANGOS DE DENUNCIA Y DE PROTESTA____________________________________ 67
EL TOQUE DE HUMOR ____________________________________________________ 68
CON PERMISO, SOY EL TANGO ___________________________________________ 69
CAPITULO XIX – Temas Varios _____________________________________________ 72
LOS OFICIOS ____________________________________________________________ 72
TANGOS EN COLORES ___________________________________________________ 72
LOS OTARIOS ___________________________________________________________ 74
CAPITULO XX – El Tango En El Calendario ___________________________________ 75
LOS MESES DEL AÑO ____________________________________________________ 75
LOS DIAS DE LA SEMANA_________________________________________________ 75
TANGOS DIURNOS _______________________________________________________ 76
LA TARDE ______________________________________________________________ 77
UN TANGO EN LA NOCHE _________________________________________________ 77
CAPITULO XXI – Tangos En El Cielo_________________________________________ 79
EL TANGO Y LA LUNA ____________________________________________________ 79
TANGOS ESTELARES ____________________________________________________ 79
FEBO ASOMA ___________________________________________________________ 79
FENOMENOS METERIOLOGICOS ___________________________________________ 80
CAPITULO XXII – Conclusión_______________________________________________ 82
LOS ADIOSES ___________________________________________________________ 82
VUELTAS Y REGRESOS___________________________________________________ 82
APENDICE ______________________________________________________________ 84
DICCIONARIO LUNFARDO _________________________________________________ 85

107
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