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El autor
El Pastor José Venefrides se considera un hombre bendecido:
- Marly lo llama: querido;
- Nicolás y Brenda Raíssa lo llaman: papá;
- En la Asociación Paulistana (São Paulo, Brasil), es conocido como
pastor de los jóvenes;
- Y Dios lo llama: hijo. Por eso, su versículo favorito en la Biblia es: “Yo
publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: “Mi hijo eres tú; yo te
engendré hoy”. Salmo 2:7.
También fue líder de jóvenes en la Asociación Espíritu-Santense,
Misión Noreste (Pernambuco, Paraíba y Rio Grande do Norte) y en la
Asociación Paulista Sur (todos estos campos en el Brasil).
SÁBADO – VIVIR POR JESÚS ES ESCOGER
Si yo tuviera que resumir la vida en una frase, creo que sería: - Vivir
es escoger.
Cuando elijo vivir por Jesús es más fácil escoger cualquier otra cosa,
porque Él llega para ser el Señor de mi vida; cuando no lo es,
cualquier otra influencia o presión puede producir una elección
equivocada.
Sabes, hay mucha gente así por allí. Gente que guarda mucha basura
en su mente. Esa basura que guardas determina la elección que
haces y ésta determina quién eres.
Cada elección que haces afecta a la siguiente. Cada día, cada hora
despiertos, somos llamados a tomar decisiones sobre el uso de
nuestro tiempo, nuestras actividades, nuestra familia, nuestro
empleo, nuestras responsabilidades, nuestro caminar con el Señor.
Decidir obedecer no es una cosa repentina, sino un estilo de vida. A
veces es fácil, otras es extremadamente difícil.
¿Eso es sabio?
¿Eso es provechoso?
¿Eso es esencial?
Muchas personas separan mucho tiempo para cosas que tienen poco
valor.
Decide hacer la voluntad de Dios. Así se vive por Jesús. Así se vive
como Jesús. Fíjate en lo que dice la Biblia: “No puede el Hijo hacer
nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Todo lo que el Padre
hace, también lo hace el Hijo igualmente…” Juan 5:19. Jesús
restringió sus decisiones a la voluntad del Padre. Si me resisto a la
voluntad de Dios, mi destino estará sólo en mis manos; pero si soy
obediente a su voluntad, mi futuro reposa en él. “Ese es el principio
220: Estoy crucificado con Cristo”.
Conclusión:
Para terminar nuestro tema de hoy, necesito añadir que si queremos
obedecer las orientaciones divinas, también debemos invertir tiempo
con Jesús y oír lo que dice. Nuestras elecciones nunca serán mejores
ni más grandes que el fundamento puesto en la oración. La oración es
una necesidad cuando enfrentamos decisiones con consecuencias
eternas.
Poniendo en práctica:
Dios creó las leyes que gobiernan este universo. Estas leyes no
pueden ser transgredidas libremente. Por ejemplo, toma la ley de la
gravedad. Si saltas del tejado de tu casa no saldrás volando, aunque
estés bajo el efecto de drogas. Te caerás. Siempre funciona.
Así como una lavadora, tus pensamientos nunca serán limpios si tan
solo les pones detergente espiritual. No pongas sólo la información en
tu mente. Aprieta el botón para la transformación de tu mente. La
meditación en las Escrituras transforma tu mente, cambiando la
verdad espiritual en poder espiritual. La fórmula – si es que te gustan
las fórmulas – para la victoria es: Información + Meditación =
Transformación.
Ora: Sólo Dios puede iluminar tu corazón con su verdad, por eso
pídele que hable a tu corazón sobre el pasaje que acabas de oír, leer,
memorizar o estudiar. Una oración que puedes usar se encuentra en
Salmos 119:18: “Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley”.
Todos los creyentes pueden ser divididos entre esos dos tipos:
aquellos que están viviendo como el mundo y aquellos que están
siendo transformados. La palabra “transformado” quiere decir hacer
exteriormente como eres interiormente. Eso significa que estás
siendo transformado, estás haciéndote más y más como Cristo, en tus
actitudes y acciones. Y vivir por Jesús llega a ser un placer
permanente.
No te olvides:
Cosechas lo que plantas.
Cosechas más tarde lo que plantas.
Cosechas más de lo que plantas.
Conclusión:
Poniendo en práctica:
Cuando veo cuánto se dedican las personas a las cosas del mundo y
cómo nosotros cristianos damos tan poco de nosotros mismos a las
cosas de Dios, me siento avergonzado. Parece que la mayor parte de
las personas está obedeciendo a un mandamiento destorcido que es
amar al mundo de todo corazón, con toda el alma y con toda la
mente.
Todos los mandamientos de Dios son muy sencillos, pero nos cuestan
mucho. Observa que en la respuesta para el doctor de la Ley, Jesús
ordena que amemos a Dios de todo corazón. Y después añade: de
toda el alma, de toda la mente.
Todos nosotros creemos que Dios realmente merece ser amado. Pero
cuando pensamos en amarlo “de todo corazón”, es ahí que las cosas
se ponen más difíciles. Si tratas de dedicar a Dios 45% de tu corazón,
no podrás conocer 45% de Dios. Con menos de la mitad del corazón
no conoceremos nada de Dios. “Me buscarán y me encontrarán,
cuando me busquen de todo corazón”. Jeremías 29:13.
Veamos algunas cosas por las cuales viven las personas (e inclusive
mueren):
- Un jugador de fútbol toma la pelota y corre hacia el arco, con todo lo
que tiene, y se arriesga a ser golpeado y romperse una pierna;
- Un negociante vende su bella casa y compra otra más pequeña para
invertir ese dinero en sus negocios;
- Un astro del rock canta a todo pulmón, forzando la garganta para
emitir algunas notas, con el sudor corriéndole por el rostro y cuello.
- Buscar a Dios de todo corazón (Deut. 4:29; Jer. 29:13; I Crón. 22:19).
- Obedecerle de todo corazón (Deut. 26:16-19; I Rey. 8:61).
- Servirle de todo corazón (Jos. 22:5; I Sam. 12:20; II Crón. 31:21).
- Arrepentirse de todo corazón (I Sam. 7:3; Joel 2:12).
- Regocijarse de todo corazón (Sof. 3:14).
- Agradecer de todo corazón (Sal. 9:1; 86:12).
¿Qué me dices? Creo que esa esposa no dormirá bien esa noche,
pensando a quién pertenece el resto de los sentimientos de su
esposo. Porque nadie acepta amor dividido.
Dios no nos está pidiendo nada demás, por eso debemos dedicarle
todo nuestro corazón, demostrando que él es lo que creemos ser:
Dios. Pero si él sólo es un líder religioso que vivió en cierta época de
la historia, entonces olvidémonos de todo esto. Ni siquiera
necesitamos preocuparnos si lo servimos con la mitad del corazón y
de mala voluntad.
Cuando Jesús vino a la Tierra y vivió aquí, nos dio todo su corazón. Él
nunca se quejó de nada, ni hizo las cosas de mala voluntad, a pesar
que siempre sufrió desaliento e incomodidad; dejó que le escupieran
en el rostro y lo chicotearan, y todo eso por nosotros. ¿Podremos
darle sólo la mitad de nuestro corazón, y aún mirarlo de frente, con la
consciencia tranquila?
“¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero
sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo
obtengan.” I Corintios 9:24.
Todos tenemos que correr “de tal modo” que podamos vencer la
carrera. ¿Qué modo es ese? De todo corazón.
Conclusión:
Roberto miró cada una de las llaves de su vida, porque las apreciaba
todas, pero quería entregarse a Jesús. Había una llave que le gustaba
más que las otras, entonces la separó y entregó a Jesús el llavero de
su vida. La llave que le gustaba la puso en el bolsillo del pantalón.
Poniendo en práctica:
Como pastor escucho personas diciendo cosas así: “El diablo está
atrás mío. Satanás me está haciendo tropezar”. No dudo que a veces
sea verdad. Pero también quiero que sepas que cuando alguien está
viviendo en desobediencia a la verdad que conoce, Dios
personalmente permitirá desafíos en su vida para que esa persona
regrese al camino de la obediencia a través de Él.
¿Por qué? ¿Porque sus padre son malos y rígidos? Ni un poquito. Fue
él mismo quien determinó lo que sus padres harían con él. Sus
propias actitudes, su propia obediencia determinó sus oportunidades
futuras.
Vivir por Jesús tiene que ver con obediencia. Y todo lo que Dios hace
en la Tierra comienza con la obediencia de sus hijos. Todas las
bendiciones y victorias comienzan con obediencia. La Escritura nos
muestra repetidamente que actos de obediencia son seguidos por
poderosos hechos de Dios. “Ese es el principio 220: Estoy
crucificado con Cristo”.
Conclusión:
Oro para que no tomes en tu vida una ruta más larga y difícil. Escoge
el camino de la obediencia que te traerá tantos beneficios y alegrías
junto a tu familia y al Señor que te ama.
Poniendo en práctica:
- Memoriza I Samuel 15:22. Repite el texto varias veces hoy hasta que
sepas decirlo sin consultar la Biblia. Trata de aplicar eso a tu vida en
los días siguientes, y ve cómo esta verdad puede ayudarte.
MIÉRCOLES – VIVIR POR JESUS ES COMPROMISO
Eso es vivir por Jesús. Dios nos llama hoy para una vida de
compromiso. “Ese es el principio 220: Estoy crucificado con
Cristo”.
Nuestro Dios procura más que talento; Él está buscando personas que
se comprometan con Su llamado y Su voluntad.
Dios quiere que hagas las cosas de la forma como Él pide. Leemos en
1 de Tesalonicenses 4:3: “Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de fornicación”.
¿Por qué Dios no da una tregua para que puedas expresar libremente
tus deseos?: Porque Él sabe cómo funcionas. Él proyectó esa máquina
fabulosa que es tu cuerpo y sabe mejor que tú su funcionamiento.
- Un vaso
- Consagrado (separado)
- Útil (para el servicio)
- Preparado (listo)
Supongamos que estés con mucha sed y vas hasta la cocina para
tomar un vaso de agua. Sobre el mueble del lavaplatos ves un vaso
de cristal que ha permanecido ahí por tres días, conteniendo restos
de un agua de hierbas y cáscaras de fruta; además de eso, el borde
está sucio con jugo de tomates. Miras alrededor y ves un vaso que fue
envase de algún producto, pero está limpio. ¿Cuál de los dos usarías
para beber agua? Piensa bien: ¡es un vaso de cristal versus un vaso
de vidrio común!. ¿Sabes?, Dios es más experto que tu. Él siempre
usará el vaso más limpio.
Conclusión:
Tal vez lo que Jesús espera hoy no es que des su vida por Él, sino que
vivas por Él. Hoy, lo más difícil no es morir por Cristo, sino, vivir
diariamente por Él en todo lo que hagamos. “Ese es el principio
220: Estoy crucificado con Cristo”.
Oye la voz de Pablo una vez más: “No que lo haya alcanzado ya, ni
que ya sea perfecto; sino que prosigo, para ver si logro asir aquello
para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo
no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:12-14.
Vivir por Jesús es tener una vida comprometida con aquello que se
ama, con aquello que se cree y con aquello que se quiere. Nuestras
emociones, nuestra fe y nuestra voluntad, necesitan estar alineadas
con la voluntad de Dios. Necesito hoy tomar decisiones para mi vida –
aún cuando eso me cause desconsuelo, dolor y auto-negación –
porque sé que el mañana traerá honra y gloria al Señor.
Poniendo en práctica:
Así como Adán decidió y Jesús decidió, también tú tendrás que decidir
tu respuesta para Satanás cuando venga a seducirte con un camino
alternativo. No importa cuántos placeres te ofrece Satanás: su
intención final es arruinarte; su más alta prioridad es destruirte.
¡Qué maravilla! Dios nunca permite que seas tentado con tentaciones
“que no tengas fuerzas para soportar”. Y no llega solo hasta allí. La
Biblia revela que Dios hace algo más por ti: Te dará las fuerzas para
soportarlas. Dios no solamente limita la fuerza de la tentación, sino
también, muestra el camino para escapar de ella. ¡Siempre hay una
salida! Tú y yo podemos resistir la tentación. ¡Recuérdalo! Cuando la
tentación parezca irresistible y excesiva, recuerda que NO ES
irresistible ni excesiva. El Espíritu Santo proveerá la puerta de escape
si verdaderamente la buscas; deja que te guíe, está atento a Su voz.
Escucharás esa voz baja, calma y constante diciendo: “No entres ahí.
No hagas eso. No andes cerca de ese lugar. Deja de hacer lo que
estás haciendo”. Cuando sientas al Espíritu Santo de Dios insistiendo,
no esperes una sirena, una bocina o una alarma. Huye, anda, corre,
no demores. Él te llevará lejos del peligro, porque te ama.
Probablemente Dios nunca enviará un ángel para asirte y apartarte
de la tentación; ni tampoco pondrá llave en la puerta, ni te paralizará
repentinamente (aunque Él es capaz de lidiar contigo de la forma que
vea conveniente); sin embargo, cuando decidas ir a algún lugar,
hacer algo, tocar algo, etc., y sientas incomodidad en el corazón,
puedes entender que es la voz del Espíritu Santo que con todo amor
te está poniendo en alerta.
El diablo conoce muy bien todos los puntos débiles de los más
poderosos guerreros cristianos. Él no desperdicia sus flechas. Su
blanco es mortal. Por eso, el joven necesita desarrollar previamente
convicciones fuertes. La clave de todo es: Nunca dependas de tu
propia fuerza. Humíllate diariamente ante el Señor, pidiéndole que
fortalezca tu fe, tus convicciones, y, como Jesús oró, para no dejar
que seas tentado. “Ese es el principio 220: Estoy crucificado
con Cristo”.
Ore: Este debió haber sido el primer punto de nuestra lista. En la vida
cristiana, siempre está la prioridad número uno. En el evangelio de
Lucas, Jesús dijo a sus discípulos: “Orad que no entréis en tentación”.
Lucas 22:40. El Señor no está diciendo aquí: “Si oras, nunca serás
tentado”. Él está diciendo: “Cuando venga la tentación, ora, para no
ceder a ella”.
Un joven podrá encarar “las puertas del infierno” si antes estuvo ante
la presencia del Señor. Cuando la tentación y el tentador nos asalten,
necesitamos simplemente correr a los brazos de nuestro Padre. Su
amor nos garantiza la victoria. Por eso, la clave es andar con Él todo
el tiempo. Cuando descansas en Sus brazos, no eres desviado por las
emboscadas de Satanás. Tu oración debe ser: “¡Señor, dame
sabiduría para evitar las áreas de mi vida que están cerca de la caída!
Jesús dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4. He ahí nuestro pan de cada día,
del cual obtenemos fuerzas para hoy y no solamente por lo que
comimos hoy, sino también ayer y antes de ayer. La Palabra de Dios
nos hace fuertes.
Vivir por Jesús es ser una persona de la “Palabra”. Si tienes que ser
autoridad en alguna cosa, sélo en la Palabra de Dios. Si tienes un
pasatiempo de cualquier especie, haz de la Palabra de Dios tu
pasatiempo. Si pasas algún tiempo leyendo, que sea la Palabra de
Dios. Piensa en ella, medita sobre ella, memorízala, sueña con ella.
Aplícala a tu corazón y a tu vida. Pasa tiempo de calidad diariamente
con la Palabra de Dios. “Ese es el principio 220: Estoy
crucificado con Cristo”.
Conclusión:
Visualiza a Jesús. Tu mente funciona no solamente como un grabador
sino también como una máquina fotográfica – retrata todo lo que ves.
Cuando miras a una chica sensual o a un hombre atractivo, tu mente
imprime una fotografía de esa imagen. En la noche, cuando estás
acostado (a), tu mente trae el álbum de fotos y comienzas a repasar
las imágenes guardadas. ¿Qué haces?
El apóstol Pablo te inspira a fotografiar las cosas que están arriba – las
celestiales. ¿Quién está allá? Cristo. ¿Qué está haciendo? Está
sentado a la diestra de Dios. Saca una fotografía de Cristo en Su
Trono. Otra, en la cruz, llevando todos nuestros pecados sobre Sí.
Tómale otra resucitando para darte una nueva vida. Sácale otra
viviendo dentro de ti. ¡Cuántas fotografías maravillosas!
Poniendo en práctica:
Nota que vivir por Cristo involucra todas las áreas de nuestra vida,
además del componente espiritual. Jesús es el Señor de todas las
cosas (Colosenses 1:15, 17); por lo tanto, quiere que seamos como Él
en las áreas intelectual, física, social y emocional, como también en el
área espiritual. Esto es verdadero crecimiento.
Lleva tiempo. Sí, parece que todo eso es teoría; pero lo importante es
recordar este hecho: Lleva tiempo. Por lo tanto, ten coraje y enfrenta
todo el tiempo que parece estar demorando para alcanzar la madurez
en el Señor. Su trabajo en nuestras vidas es un proceso. Como el
apóstol Pablo escribió: “Estando persuadido en esto, que el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo”, Filipenses 1:6.
Sabiendo de eso, Jesús le dio la siguiente tarea: “Y tú, una vez vuelto,
confirma a tus hermanos”. Lucas 22:32.
Las palabras del apóstol Pablo que son la base del principio 220, son
bien conocidas, pero no dejes que eso aparte el significado de ellas
en tu vida: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe
del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mi”,
Gálatas 2:20. “Ese es el principio 220: Estoy crucificado con
Cristo”.
Ya escuchaste decir: ¡“Pasamos por eso una vez, otra vez y otra vez”!
Siempre será lo mismo hasta que esas personas no cambien sus
actitudes y apreciaciones sobre la persona de Dios y recurran a Él.
Conclusión:
Poniendo en práctica:
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni
han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman”. 1 Corintios 2:9.
Hay una música hermosa que expresa lo siguiente: “El cielo es Jesús y
donde Él esté, el cielo será allí”. Sin Él, realmente los esplendores
serían solamente paisajes vacíos.
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme” Mateo 19:21.
Conclusión:
Poniendo en práctica: