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Los sistemas regionales de innovación (SRI) y los clusters han cobrado particular importancia en la
literatura y en las políticas de desarrollo económico. Tras exponer el marco conceptual de los SRI
y en qué se distingue del correspondiente al cluster, el artículo expone las dificultades, imputables
tanto a dicho marco conceptual como a la de disponibilidad de datos, para el análisis de SRI rea-
les. También se presentan los sesgos que han presentado los estudios de SRI operacionales y el
carácter normativo que ha impregnado buena parte de la literatura de SRI.
Berrikuntzako eskualde-sistemek (BES) eta klusterrek garrantzi berezia irabazi dute garapen ekono-
mikoari buruzko literaturan eta politiketan. BESen esparru kontzeptuala eta klusterrari dagokionetik
zertan bereizten den azaldu ondoren, artikuluak benetako BESak aztertzeko zailtasunak, esparru
kontzeptual horri nahiz datuen erabilgarritasunari egoztekoak, azaltzen ditu. BES operazionalen
azterketek izan dituzten alborapenak eta BESei buruzko literatura kutsatu duen arau-izaera ere aur-
kezten dira.
The Regional Innovation Systems (RIS) and the clusters have become especially important in the
economic development of policies and literature. After showing the RIS conceptual framework and
the differences with the cluster framework, the paper presents the real difficulties for the RIS analysis
attributed to such a conceptual framework as well as to the data availability. The paper also shows
the views that have been stated by the functional RIS studies and the normative nature that have
impregnated a great part of the RIS literature.
ÍNDICE
1. Introducción 25
2. El concepto de sistemas regionales de innovación (SRI)
3. Diferencias entre los conceptos de SRI y el de ‘cluster’
4. Desde el concepto a la realidad y a la política de los SRI
5. Resumen y conclusiones
Referencias bibliográficas
Palabras clave: sistemas de innovación regional, innovación, región, cluster, política de innovación.
Keywords: regional innovation systems, region, cluster, innovation policy.
N.º de clasificación JEL: O18, O31, O33, O43, R11, R12, R58.
entendimiento para que pueda tener lugar cesiva territorialización del concepto de inserción (em-
esa transmisión. Esto es, la transmisión del beddedness) presente en la literatura del llamado
«nuevo regionalismo» (en el que se situarían los SRI),
conocimiento tácito depende de un factor esto es, la tendencia a considerar que la inserción de
productivo, el capital humano, caracterizado los actores y sus interacciones en un sistema cultural
e instituciones tiene lugar lógicamente en el plano lo-
por su baja movilidad, y de una cierta inte- cal, y a ignorar que la cultura y las instituciones tam-
racción y convivencia de las personas entre bién operan en los restantes planos espaciales.
3 Siguiendo a Bathelt (2004), podríamos ver las co-
las que se transmite el conocimiento (Lund-
munidades de prácticas como instituciones compues-
vall, 1992). En suma, la proximidad se consi- tas por agentes que voluntariamente están ligados en-
deraba clave para la producción, transmisión tre sí por interacciones y reuniones frecuentes, basadas
en el mismo expertise, un conjunto común de conoci-
y compartición del conocimiento.
miento tecnológicos y una experiencia similar en parti-
culares conjuntos de técnicas de resolución de proble-
Más recientemente, la literatura ha ido mas. Tales comunidades, importantes en procesos de
cuestionando que entre conocimiento ex- resolución de problemas, estrategia y desarrollo em-
plícito y tácito exista tal dicotomía (Howells, presarial y difusión de mejores prácticas, pueden de-
sarrollarse dentro de una empresa, pero también incluir
2002), así como ha ido reconsiderando la miembros de diferentes organizaciones. Han sido parti-
importancia o necesidad de la proximidad cularmente estudiadas, a este respecto, las comunida-
des de prácticas desarrolladas en el Silicon Valley.
física para la transmisión del conocimien-
Las comunidades epistémicas se diferenciarían de
to. En efecto, inicialmente los autores de las las anteriores por estar organizadas por —y estructu-
corrientes de los SRI y de clusters conside- ralmente en torno a— una autoridad, para alcanzar un
objetivo específico, generalmente de creación de cono-
raban fundamental la proximidad física, a la cimiento. Los agentes se convierten en miembros de-
que veían ligadas una cultura y valores com- pendiendo de cuán bien contribuyen a ese objetivo. La
partidos. Sin embargo, otra serie de auto- autonomía y auto-organización son menores, y las jerar-
quías mayores, que en las comunidades de práctica.
res (Amin y Cohendet, 1999) empezaron a 4 Probablemente la categorización más empleada,
sostener que la proximidad necesaria para de las citadas, es la de Boschma (2005), quien distingue
entre proximidad cognitiva (cuando la gente comparte la
la transmisión del conocimiento tácito podía misma base de conocimiento), organizacional (cuando,
ser de carácter organizativo o relacional, de por ejemplo, por trabajar en la misma empresa, se com-
modo que el aprendizaje colectivo puede ser parte un mismo marco organizacional), social (cuando
existe una confianza derivada de estar insertos en unas
relaciones sociales dadas), institucional (cuando se com-
parte un marco institucional en el plano macro) y geo-
1 El conocimiento tácito se encuentra insertado gráfica (relativa a la distancia física). Véase, asimismo,
(embedded) «no sólo en las habilidades de los indivi- en este número de Ekonomiaz el artículo de Lorentzen
duos y en las rutinas y procedimientos de las orga- (2009), que distingue tres grandes tipos de proximidades
nizaciones, sino en el ambiente (milieu) como tal, o (geográfica, societaria y cognitiva), algunas de las cuales
incluso en las relaciones que conectan las diferentes se subdividen, a su vez, en otras categorías: la societaria
empresas unas a otras y al contexto institucional más en proximidad institucional, organizacional y social; y la
amplio» (Malmberg y Maskell, 1997). cognitiva, en cultural y tecnológica.
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
y sustituibles entre sí, pero sin que la literatu- ventajas competitivas del territorio (Maskell
ra llegara a un acuerdo total sobre la impor- y Malmberg, 1999). Aparecen casos de éxi-
tancia de la proximidad física. Autoras como to regional o local (Silicon Valley, Route 128,
Lorentzen (2008 y 2009) consideran que el Baden-Württemberg, Emilia Romagna...),
enfoque de la proximidad no es determinísti- que se consideran paradigmáticos y cuyas
co desde el punto de vista espacial y que la claves hay que entender para así, aun ad-
compartición de conocimiento para la inno- mitiendo que la misma política no vale para
vación no requiere proximidad física; o que, todos y que hay que tomar en cuenta los
cuando la requiere, puede ser organizada contextos en que cada experiencia tiene lu- 27
temporalmente, por ejemplo, organizando gar y adaptar a ellos las medidas, extraer
visitas o encuentros. Por el contrario, los au- posibles enseñanzas para las políticas de
tores integrantes de la literatura de SRI o del desarrollo de otras regiones o localidades.
aprendizaje localizado, si bien han abando-
Esa necesidad es particularmente senti-
nado la dicotomía entre conocimiento tácito
da por los responsables de las políticas in-
y codificado, y actualmente no reducen sus
dustriales, tecnológicas y regionales, que
análisis de la proximidad exclusivamente a
ven que las tradicionales políticas basadas,
la de carácter geográfico y no proclaman lo
respectivamente, en la selección de cam-
local como única fuente de conocimiento tá-
peones nacionales o apoyo discriminatorio
cito, todavía consideran que el conocimien-
a sectores, de políticas de apoyo a la I+D
to está insertado en las personas y que es
basadas en un esquema lineal de la innova-
dependiente de un contexto y adherido a un
ción y de transferencia de recursos públicos
territorio. En definitiva, para ellos sigue exis-
hacia las regiones menos desarrolladas, se-
tiendo un «efecto vecindad» de modo que
guidas hasta los noventa, no habían dado
la proximidad espacial tiende a reforzar las
los resultados previstos, y que van tomando
otras formas de proximidad y da lugar a la
conciencia de que el fomento de la compe-
existencia de efectos de localización en pro-
titividad y la innovación, que deben ser sus
cesos de innovación y aprendizaje (Malm-
principios rectores, se determinan principal-
berg y Maskell, 2006 y Morgan, 2004).
mente en el plano regional y local (OECD,
2001b y 2007a; Cooke y Morgan, 1998).
Es ese carácter localizado del conoci-
Una prueba evidente de todo ello la tene-
miento, junto a los efectos derivados de las
mos en la explosión que han experimenta-
restantes economías de aglomeración (Ro-
do los fenómenos de descentralización en
senthal y Strange, 2004), el que explica el
todas las zonas del mundo desde la déca-
fuerte proceso de concentración y espe-
da de los 80 (Rodríguez-Pose y Gill, 2003;
cialización territorial que se observa de ma-
OECD, 2001a y 2007b).
nera creciente en la economía (Krugman,
1992 y 1995). A partir de la interacción en- En el ámbito de la literatura económica,
tre unas infraestructuras y entorno cons- son numerosas las escuelas o corrientes
truido, los recursos naturales accesibles, la que han tomado tal realidad como obje-
dotación institucional y los conocimientos to de análisis y han desarrollado esquemas
y habilidades disponibles en el territorio se conceptuales para ellos: los distritos indus-
desarrollan unas capacidades localizadas, triales, los milieu innovadores, los sistemas
difícilmente imitables y de carácter acumu- productivos locales, las regiones que apren-
lativo (path dependency), que conducen a den, los distritos tecnológicos... (Moulart
Mikel Navarro Arancegui
y Sekia, 2003). Entre tales desarrollos hay cos años después de que hubiera aparecido
dos que han destacado por haber genera- publicado, también por primera vez, el térmi-
do una literatura particularmente numerosa no de sistema nacional de innovación en un
y por la gran aceptación que han tenido por trabajo de Freeman (1987). Tal como se se-
parte de los responsables políticos y de las ñala por Hommen y Doloreux (2003 y 2005)
instituciones internacionales que tienen por y Doloreux y Parto (2004 y 2005), en la apa-
objeto el desarrollo económico: los siste- rición del concepto y de la corriente de los
mas regionales de innovación y los clusters sistemas regionales de innovación influyeron
(Asheim y Coenen, 2004 y Cooke 2004). notablemente dos grandes corrientes de co-
nocimiento: por un lado, la corriente de los
En este trabajo nos vamos a ocupar del
sistemas de innovación (véanse sobre estos
desarrollo experimentado por la literatura de
Edquist, 1997; Navarro, 2001a y Lundvall,
los SRI. En otros trabajos hemos tratado en
2007), así como los desarrollos que sobre el
particular de la literatura sobre clusters
entorno socio-institucional en que la innova-
(véanse Navarro, 2001b y 2003), si bien por
ción tiene lugar desarrolla la ciencia regional
la confusión y solapamientos que existen
(véanse Moulart y Sekia, 2003; MacKinnon
entre este concepto y el de sistemas regio-
et al., 2002).5
nales, en un apartado posterior trataremos
de esclarecer las diferencias y relación exis- Aunque no existe una definición de SRI
tentes entre ambos términos. En lo que res- plenamente aceptada, siguiendo la expo-
ta del artículo empezaremos precisando qué sición general que hacen Asheim y Gertler
se entiende por sistema regional de innova- (2005) de esta corriente, podemos definir
ción. A continuación veremos en qué se dis- brevemente un sistema regional de innova-
tingue ese concepto de otros semejantes
(especialmente, del concepto cluster) que
5 Son varias las diferencias entre los SRI y los sis-
se manejan en los estudios sobre innova-
temas nacionales de innovación (SNI) que han sido
ción y competitividad en un territorio deter- mencionadas por la literatura. Cooke, por ejemplo,
minado. Tras ello, pasaremos a ver los pro- reivindica que, a diferencia de los SNI que han tendi-
do excesivamente al estudio de sistemas operaciona-
blemas que plantea el paso a estudiar SRI les, el enfoque de los SRI ha desarrollado previamen-
reales, los aspectos en que han incidido los te un sistema conceptual (Cooke et al., 1997); que en
estudios de los SRI operacionales y los que la literatura de los SRI desde el primer momento se
subrayó qué importante resulta desarrollar tipologías
todavía permanecen insuficientemente es- que reconozcan la diversidad y permitan distinguir en-
tudiados, así como el intento habido de ex- tre diferentes tipos de regiones, y averiguar cómo fun-
traer conclusiones o enseñanzas para las cionan y cuán bien lo están haciendo (Cooke, 1996
y 2004); y que el marco de los SRI puede acoplar-
políticas públicas del enfoque de los SRI. se con una innovación, una gobernanza y un siste-
Por último, el artículo finalizará con un breve ma regulador multinivel (Cooke, 2001). Según Hom-
men y Doloreux (2005) la gobernanza o capacidad
apartado de resumen y conclusiones. competencial presente en los SRI distingue también
conceptualmente este enfoque del de los otros sis-
temas de innovación. Por su parte Coenen y Asheim
2. EL CONCEPTO DE SISTEMAS (2006) destacan que un SRI no es un SNI en peque-
ño, ya que una diferencia clave entre ambos radica en
REGIONALES DE INNOVACIÓN la noción de incrustación (embeddednes), esencial en
el SRI y difícilmente operativo en un SNI por la pléto-
El término SRI es empleado por primera ra de actores e instituciones existentes en éste último;
por ello, el SRI proporciona un enfoque más apropia-
vez en una publicación en un trabajo de Co- do para análisis empíricos de los sistemas de innova-
oke (1992) a comienzos de los noventa, po- ción contextualizados social e institucionalmente.
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
ción como «la infraestructura institucional que ciones gubernamentales y las agencias de
apoya a la innovación en la estructura pro- desarrollo regional, que según Trippl y Tödtling
ductiva de una región» (p. 299). En el modo (2007) constituirían a su vez otro subsistema
de expresión de Cooke (1996, 1988 y 2001), del SRI. Estos subsistemas estarían insertos
el sistema regional de innovación estaría in- en un marco socioeconómico y cultural co-
tegrado por dos subsistemas de actores im- mún regional. Y dicho SRI no debe enten-
plicados en un aprendizaje interactivo: un derse como una unidad autosuficiente, sino
subsistema de generación de conocimien- que es un sistema abierto que se encuentra
to o infraestructura de apoyo regional, com- ligado a otros sistemas de innovación. Todo 29
puesta por laboratorios de investigación pú- ello podría ser resumido, tal como se hace en
blicos y privados, universidades, agencias de Cooke et al. (2004:3), diciendo que «un siste-
transferencia tecnológica, centros de forma- ma regional de innovación consiste en sub-
ción continua etc.; y un subsistema de ex- sistemas de generación y explotación de co-
plotación de conocimiento o estructura de nocimiento que interactúan, ligados a otros
producción regional, compuesto mayormen- sistemas regionales, nacionales y globales,
te de empresas, especialmente de las que para la comercialización de nuevo conoci-
muestran características sistémicas.6 Sobre miento». (Véase gráfico n.º 1 adjunto)
ambos subsistemas actuarían las organiza-
Si bien la definición anterior de SRI parece
6 Cooke y Memedovic (2006) presentan estos dos clara y exenta de problemas, en realidad no
subsistemas desde una perspectiva ligeramente dife- es así. La literatura de los SRI ha sido critica-
rente, de acuerdo con una división entre componentes
de oferta y demanda. «Los primeros están compuestos
da por la falta de precisión, claridad y rigor de
por las fuentes institucionales de creación de conoci- bastantes de sus conceptos (Doloreux, 2002
miento, así como por las instituciones responsables de y 2004; Hommen y Doloreux, 2003 y 2005;
la formación y preparación de fuerza de trabajo alta-
mente cualificada. La vertiente de demanda subsume MacKinnon et al., 2002; Andersson y Karls-
los sistemas productivos, empresas y organizaciones son, 2004). Tal como señalan Uyarra y Flana-
que desarrollan y aplican el output científico y tecno-
gan (2009) en este mismo número, los com-
lógico de la vertiente de la oferta en la creación y co-
mercialización de productos y procesos innovadores. ponentes claves de un SRI varían de unos
Con una función de puente entre los dos está una am- autores a otros, las relaciones causales en-
plia gama de organizaciones de apoyo a la innovación
que desempeñan un papel en la adquisición y difusión
tre ellos también o no aparecen precisadas,
de las ideas tecnológicas, soluciones y know-how por y otro tanto sucede con sus atributos es-
todo el sistema de innovación. Entre ellas se incluyen paciales. Más en particular, Doloreux y Par-
las agencias de habilidades, centros tecnológicos, cen-
tros de innovación empresarial, organizaciones del sec- to (2005: 143), tras recordar que de acuer-
tor de alta educación y mecanismos para la financia- do con las definiciones de Cooke y Asheim,
ción de la innovación tales como capital riesgo» (p. 5).
Como antes se ha señalado, según Hommen y Do-
un SRI cabe entenderlo como «aquel sistema
loreux (2005), la gobernanza o capacidad competen- que comprende una “estructura de produc-
cial, presente en el primero de los subsistemas de los ción” insertada en una “estructura institucio-
SRI, es un elemento tomado por este enfoque de la
literatura de los estudios regionales, que le permiti- nal” en la que empresas y otras organizacio-
ría distinguirse conceptualmente del enfoque de los nes están implicadas sistemáticamente en
otros sistemas de innovación. En cuanto al segun- un aprendizaje interactivo», añaden que di-
do subsistema o dimensión del SRI, denominado por
Cooke como base cultural o innovación empresarial, cha descripción «no revela suficientemen-
su fuente se encontraría en los otros enfoques de los te qué constituye esa estructura productiva,
sistemas de innovación y permitiría distinguir concep-
tualmente este enfoque de las otras corrientes de es-
esa estructura institucional, la región, los ac-
tudios regionales. tores y las interacciones e interrelaciones que
Mikel Navarro Arancegui
Gráfico n.º 1
Composición de un sistema regional de innovación (SRI)
Instrumentos Instrumentos
de política Clientes Proveedores
de política
Empresas
industriales
Colaboradores Competidores
ligan unos con otros». Más aún, una serie de En suma, el concepto de SRI constituiría
autores (Howells, 1999; Iammarino, 2005; un claro ejemplo de lo que Markusen (1999)
Uyarra, 2008) consideran que tal visión del denomina concepto fuzzy, esto es, «carac-
SRI presenta un claro sesgo top-down, más terización que carece de claridad concep-
propia de los sistemas nacionales de innova- tual y por tanto, difícil de hacer operativa».
ción que de los SRI, y que la caracterización Para ver más claramente las dificultades
de estos últimos debería comprender tam- que plantea el concepto, empecemos por
bién una perspectiva bottom up.7
calizado, los procedimientos localizados de búsqueda
y exploración, la integración de redes localizadas y el
7 Las características del SRI que, desde una pers- consiguiente alineamiento de los modos de gober-
pectiva bottom-up deberían ser contempladas serían nanza y la dependencia de las sendas históricas de
los patrones de comunicación, invención y aprendi- los procesos de innovación (véase, para más detalles,
zaje localizados, la compartición del conocimiento lo- Iammarino, 2005).
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
desentrañar el significado de los tres térmi- (Uyarra, 2007). De todas las dimensiones
nos que entran a formar parte del mismo: (administrativa, cultural, económica...) atri-
región, innovación y sistema. buibles al concepto región Cooke (2005)
considera que es la administrativa o de go-
bernanza la más relevante o prioritaria; y
2.1. La región en el mismo sentido se posicionan Dolo-
reux (2002), Asheim y Coenen (2004).8 Así,
Empezando por el término región, el pro- en una reciente publicación, Cooke et al.
pio Cooke y Memedovic (2003) reconocen (2007:147) señalan: «La región (en latín re- 31
que no hay una opinión general compartida gio, de regere, que significa «gobernar»)
sobre cómo definir una región. La región puede ser definida como una unidad políti-
es, ante todo, un concepto intelectual. Así ca de nivel medio, situada entre los niveles
Cooke y Morgan (1998) señalan: «Formal- nacional o federal y local de gobiernos, que
mente hablando, una región es un territorio puede tener cierta homogeneidad cultural
menor que el estado(s) al que pertenece y o histórica, pero que tiene al menos algu-
que posee poder y cohesión supra-locales nos poderes reglamentarios para intervenir
significativos, de carácter administrativo, cul- y apoyar el desarrollo económico, y parti-
tural, político y económico, que la diferencian cularmente la innovación. En el campo del
de su estado y de otras regiones» (p. 65). desarrollo regional ese es precisamente el
sentido de “región” pretendido, a saber, la
El propio Cooke (2001) advierte que «las
gobernanza de políticas para asistir el pro-
fronteras de las regiones no son fijas de una
ceso de desarrollo económico» (Cooke,
vez para siempre; las regiones pueden cam-
2005: 134). Por el contrario, otros autores
biar, nuevas regiones pueden emerger y las
(Anderson y Karlsson, 2004; Edquist, 2005)
viejas pueden desaparecer» (p. 75). Nue-
propugnan que la región se debería delimi-
vos ordenamientos administrativos pueden
tar desde una perspectiva funcional, es de-
aparecer tanto como fruto de procesos de
cir, atendiendo a la intensidad de interac-
regionalismo (regionalism), esto es, de res-
ciones económicas existentes (por ejemplo,
puestas dadas por el Estado a las deman-
comercio intra-regional y viajes para ir al
das políticas procedentes de pueblos que
trabajo) y tomando áreas geográficas cohe-
poseen los rasgos típicos de una nación
rentes y orientadas hacia adentro con rela-
(una cultura común, una lengua y un terri-
ción a los procesos de innovación.
torio); o como fruto de procesos de regio-
nalización (regionalisation), esto es, de de- «Las regiones son, a este respecto, orga-
limitación de un territorio supralocal por un nismos de gobernanza sub-centrales y su-
cuerpo político-administrativo superior, ba- pra-locales, tanto de administraciones públi-
sado o no en una historia y cultura preexis-
tente, tal como sucedió con la creación de 8 La llamada por Cooke «región administrativa»
cas como de asociaciones privadas» (Cooke difusión y uso».10 Es más, en una sociedad
et al., 2003: 367). Esa gobernanza propor- con un ritmo tan trepidante de cambio de
ciona a las regiones una identidad concep- los conocimientos, Lundvall considera que
tual y real, de modo que las variaciones en no basta con la mera introducción de nue-
los modos de gobernanza son importantes vo conocimiento (o innovación), sino que
al definir las regiones. Las regiones son re- es fundamental desarrollar la capacidad de
levantes bases de coordinación económica aprender y, en tal sentido, en sus últimos
de nivel meso (Asheim y Coenen, 2006). La trabajos propugna el empleo del concepto
gobernanza regional se expresa tanto en or- Sistema Nacional de Innovación y genera-
ganizaciones representativas privadas (tales ción de Competencias, en lugar del de Sis-
como las ramas de las asociaciones empre- tema Nacional de Innovación, así como ha-
sariales y cámaras de comercio) y organis- blar de economía del aprendizaje, en lugar
mos públicos que promocionan la actividad de economía del conocimiento.
empresarial y apoyan la innovación.
Aunque pudieran parecer triviales, estas
diferencias son relevantes, dado que, al ser el
principal objetivo de los sistemas de innova-
2.2. La innovación, el conocimiento
ción el descubrimiento de los determinantes
y el aprendizaje
del proceso de innovación (y aprendizaje) y
al variar los determinantes del proceso inno-
Dentro de la gran familia de los sistemas
vador de un tipo de innovación a otro, según
de innovación los diferentes analistas asig-
sea la concepción que se tenga de la innova-
nan a este término significados muy distin-
ción en el análisis del sistema de innovación
tos. Así, por centrarnos únicamente en los
se estarán buscando o enfatizando factores
padres de la corriente de los sistemas de
diferentes. Así, si el sistema está basado en
innovación, Nelson y Rosenberg (1993) uti-
una concepción muy restrictiva de la innova-
lizan un concepto de innovación muy res-
ción, el foco principal de los análisis se diri-
tringido, dado que limitan su análisis a las
girá a las instituciones y organizaciones más
instituciones y mecanismos que soportan la
implicadas en los procesos de investigación
innovación tecnológica (ignorando las inno-
y exploración («searching» y «exploring») y en
vaciones organizativas, institucionales y de
los determinantes de las innovaciones radica-
otro tipo).9 Freeman (1987) toma en consi-
les; mientras que se si está por una concep-
deración también las innovaciones no tec-
ción más amplia de la innovación, además
nológicas. Y Lundvall (2007), por su parte,
de la investigación y exploración se prestará
indica: «prefiero definir la innovación como
un proceso que abarca, además de la intro-
10 Como indica Stoneman (1995), aparte del significa-
ducción por primera vez en el mercado, la do preciso que el término innovación posee como uno
de los tres estadios (a saber: invención, innovación y di-
fusión) que Schumpeter identificaba en el cambio tecno-
9 Desde otro punto de vista, Nelson y Rosenberg
lógico, con frecuencia se emplea también el término in-
utilizan, en cambio, un concepto de innovación muy novación como sinónimo de todo el proceso de cambio
laxo, pues también consideran como innovación la técnico. Por otro lado, aunque considera pertinente la
puesta en marcha por la empresa de procesos pro- distinción entre cambios tecnológicos y organizaciona-
ductivos que son nuevos o mejorados para ella, aun- les, Lundvall prefiere reservar el término innovación solo
que no lo sean para la nación o el resto del mundo, o para los primeros. Por eso aboga por «una definición de
la comercialización por la empresa de productos que innovación que es amplia en algunas dimensiones (al in-
son nuevos o mejorados para ella, aunque no lo sean cluir la difusión y el uso) y restrictiva en otro (al reservar el
para el resto del país o del mundo. concepto para la innovación técnica)» (p. 101).
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
gran atención al aprendizaje por la práctica Cooke et al. (2007) consideran distintivo de
(«by doing», «by using» y «by interacting»); o la corriente de los SRI la atención que ésta
si, como Lundvall, se quiere enfatizar las ca- presta al talento y al emprendimiento.
pacidades de aprendizaje y de generación de
competencias, no podemos olvidar la educa- En cierta contradicción con esa amplia
ción, las actividades de formación no reglada concepción de la innovación o del ámbi-
o incluso el mercado de trabajo. to de actuación de la corriente de los SRI,
Cooke et al. (2007) consideran que, fren-
Prácticamente todos los autores de la li-
te a la amplia concepción de los sistemas 33
teratura SRI, encabezados por su fundador
de innovación que propugna la escuela de
Cooke, son partidarios de una concepción
Aalborg, quien incluye dentro del sistema
amplia de la innovación, que abarque no
de innovación todas las partes y aspectos
sólo a las tecnológicas sino también a las
de la estructura económica e institucio-
organizaciones e institucionales, y referi-
nal que afectan a la innovación, los SRI se
das no únicamente al campo de la produc-
ajustarían mejor a una concepción restric-
ción, sino también al del consumo y de la
tiva de los sistemas de innovación, dada
propia sociedad (Cooke, 1998). Asimismo,
la tendencia de los SRI en Europa a ser
prácticamente todos los autores de SRI in-
bastante «institucionales» (o dependien-
cluyen las organizaciones educativas entre
tes de intervenciones públicas). Frente a
los componentes del subsistema de ge-
ello, Asheim (2009), en el artículo que es-
neración de conocimiento y reconocen un
cribe en este número de Ekonomiaz, consi-
papel clave a los procesos de aprendizaje
dera que el avance de una concepción tra-
colectivo. El proceso de aprendizaje «indivi-
dicional de la innovación hacia una visión
dual», empero, apenas aparece tratado en
de la innovación basada en el aprendizaje
la literatura de SRI, quizá porque a la hora
interactivo comporta que todos los secto-
de distribuir competencias entre los dife-
res pueden ser innovadores (y no sólo los
rentes niveles de sistemas de innovación
intensivos en I+D), que las políticas de oferta
el papel regulador de tal instancia parece
de I+D deben ser complementadas con po-
atribuirse más al nivel nacional.11 E incluso
líticas de innovación basadas en el usuario
y la demanda, que hay que pasar de políti-
11 Con relación a la generación de competencias, ca de ciencia y tecnología a políticas de in-
Edquist (2005) distingue tres tipos de aprendizaje: 1) la novación y que, en consecuencia, los dos
innovación, que tiene lugar principalmente en las empre-
sas y que da lugar a «capital estructural» (como opuesto tipos de sistemas de innovación: amplio y
al «capital humano»), es decir, a activos ligados al cono- estrecho, deben ser aplicados. Como antes
cimiento que son controlados por las empresas, y que
tiene que ver con el aprendizaje organizacional; 2) la
se indicaba, el SRI en sentido estrecho es-
I+D llevada a cabo en la universidad, organismos públi- taría compuesto por organizaciones e insti-
cos de investigación y empresas, que da lugar a cono- tuciones involucradas en la investigación y
cimiento tanto de carácter público como a conocimien-
to controlado por las empresas y otras organizaciones y la exploración, mientras que el SRI en senti-
por los individuos; y 3), la generación de competencias do amplio incluiría todas las partes y aspec-
mediante educación y formación que tiene lugar en las tos de la estructura económica y del mar-
universidades y escuelas, así como en las empresas, y
que lleva a la creación de «capital humano», y que en la co institucional que afecten al aprendizaje,
medida que es controlado por los individuos cabría de- así como a la investigación y exploración
nominar aprendizaje individual. Pues bien, de estos tres
tipos, la literatura de los SRI se ha concentrado funda-
(Asheim e Isaksen, 1997). En comparación
mentalmente en los dos primeros. al SRI estrecho, el SRI amplio sería menos
Mikel Navarro Arancegui
sistémico y más bottom-up, y sus empre- dor» (p. 365). Nelson señala explícitamente
sas basarían la innovación más en un pro- que, a diferencia de cómo utilizan algunos
ceso de aprendizaje interactivo y localizado, autores dicho concepto, el término siste-
sin mucho contacto directo con las organi- ma no implica para él algo que es diseña-
zaciones creadoras de conocimiento (insti- do y construido conscientemente, ni siquie-
tutos de I+D y universidades).12 ra que las instituciones implicadas trabajen
juntas de modo suave y coherente.
los autores de los SRI desde los primeros para autores como Cooke (2001), una de las
trabajos sostuvieron que el conocimien- ventajas del marco de los SRI es que puede
to necesario para la competitividad regio- acoplarse con una innovación, una gober-
nal no podía descansar exclusivamente en nanza y un sistema regulador multinivel.
el generado en ésta, sino que buena parte
de las interdependencias y relaciones sis- Por el contrario, otra serie de autores
témicas debían tener lugar con empresas considerando que elementos claves de la
y organizaciones de otros sistemas de in- regulación o de las políticas se sitúan en
novación: regionales, nacionales e inter- planos supra-regionales (por ejemplo, la re- 35
nacionales. Es decir, se consideraba que gulación del mercado de trabajo y la políti-
los SRI eran sistemas abiertos y no cons- ca de defensa), que la estructura económica
tituían unidades autosuficientes o que con- de la región suele estar compuesta por un
tuvieran en sí todos los elementos necesa- conjunto amplio sectores y tecnologías con
rios para esa generación y explotación de lógicas espaciales distintas entre sí, que no
conocimientos. Es más, se sostenía que tienen por qué coincidir con los límites es-
precisamente los SRI más fuertes y exito- paciales de la región y que generalmente
sos son los que han desarrollado una su- son dependientes de cadenas de valor que
ficiente masa crítica institucional y de co- poseen sus centros neurálgicos en otros
nocimiento (es decir, una «capacidad de lugares, consideran que no cabe hablar
absorción») como para aprovechar el cono- de sistema. Así, considerando que los SRI
cimiento creado fuera del SRI (Archibugi et no son auto-reproducibles, Bathelt (2003)
al., 1999), y que, cuanto más se participa cuestiona el que se pueda aplicar el térmi-
en redes trans-regionales, más conocimien- no sistema a las regiones, ya que éstas no
to se bombea hacia la redes internas y más cumplen el criterio de especialización eco-
se refuerzan las redes internas (Bathelt et nómica y gobernanza política auto-soste-
al., 2003): se favorece su dinamismo y evi- nible, y que condiciones institucionales de-
tan procesos de lock-in (quedarse atrapado cisivas son reguladas en el plano nacional.
en un «nicho») (Kaufmann y Tödtling, 2000). Asimismo (Lorentzen, 2009) señala que «los
En última instancia las redes de innovación mecanismos de proximidad son más com-
de diferentes niveles espaciales más que plejos y espacialmente diversificados que
sustitutivas son complementarias (Tödtling lo que puede alcanzar un enfoque sistémi-
y Kaufmann, 1999). co y funcional». O siendo las regiones tan
dependientes del conocimiento externo, se
Esto es, como anteriormente se ha se- duda que deban constituir el ámbito prin-
ñalado al tratar del significado de un SRI, cipal de análisis o que quepa aplicarles el
éste es concebido, por esta literatura «como término sistema (Lorentzen, 2007). Frente
abierto, socialmente construido y ligado a a ello los partidarios de los SRI han hecho
otros sistemas globales, nacionales y re- referencia con frecuencia al siguiente he-
gionales de innovación dentro de una pers- cho constatado por Howells (2005: 1223):
pectiva multinivel de gobernanza» (Coenen «Aunque la tecnología endógena es impor-
y Asheim, 2006). En tal sentido, este enfo- tante, si para un sistema económico tan
que emplea una interpretación del término grande como Estados Unidos en torno a
sistema mucho más pragmática que la de la mitad de toda su productividad provie-
los sistemas sociales de Luhmann. Es más, ne de tecnología externa (extranjera), para
Mikel Navarro Arancegui
gún los cuales un cluster se definiría como mientras que el segundo tiene una orien-
«una concentración de empresas interde- tación más general. Los mismos Asheim y
pendientes dentro de un mismo o sector in- Coenen (2004) reconocen la pertinencia de
dustrial o adyacentes en un área geográfica tal distinción cuando escriben: «En suma,
pequeña». la distinción se reduce a la noción de que
el concepto de cluster es sustancialmen-
En mi opinión, resulta preferible aplicar la
te más reducido que el concepto de SRI,
definición de cluster propuesta por Porter,
por la fuerte connotación sectorial en los
autor que acuñó el término, y seguir inclu-
clusters, mientras que un sistema regional 37
yendo las «instituciones asociadas» (cen-
de innovación puede transcender múltiples
tros tecnológicos, centros de enseñanza...)
sectores. Además, desde una perspectiva
dentro del concepto de cluster. En activi-
de políticas, es importante tener presente
dades como las biotecnologías, por ejem-
esta distinción, debido a la diferencia entre
plo, no cabe contemplar la competitividad y
“especificidad sectorial frente a carácter ge-
la creación de conocimiento de las empre-
nérico”» (p. 20) (destacado por MN). Como
sas de tales sectores independientemente
también Cook (2005) señala, un SRI puede
de las universidades o laboratorios de in-
contener numerosos sectores clusterizados
vestigación que operan en tales campos.
y no clusterizados y, por lo tanto, en él hay
No obstante, también cabe concebir clus-
organizaciones e instituciones pertenecien-
ters en que «instituciones asociadas» tales
tes a todo tipo de actividades existentes en
como la universidad estén ausentes, mien-
la región.
tras que difícilmente cabe concebir un sis-
tema regional de innovación sin este tipo de
En suma, una empresa se apoya tanto
instituciones. Como subrayan Cooke et al.
en factores de su entorno de carácter ge-
(2007), en los clusters los actores esencia-
neral (por ejemplo, infraestructuras de ca-
les son las empresas, porque el foco prin-
rreteras y mano de obra formada en un
cipal es la competitividad; mientras que
sistema de educación general), como en
en los SRI, estando el foco principal en el
factores de carácter específico (por ejem-
creación y explotación de conocimiento,
plo, centros tecnológicos o de formación
no cabe ignorar actores claves que parti-
especializados en áreas directamente liga-
cipen en tales procesos. Respecto a esta
das a su actividad). En consecuencia, en
cuestión, tras señalar el considerable sola-
el entorno de la empresa convendría dis-
pamiento entre la literatura de los SRI y de
tinguir aquellos elementos de carácter ge-
los clusters, Cumbers y MacKinnon (2004),
neral, de los de carácter específico. E in-
consideran que ambos enfoques divergen
cluso, en ese entorno general, podrían
en el foco más explícito de los SRI en el co-
distinguirse los elementos que son comu-
nocimiento y el aprendizaje, así como en su
nes para toda la nación y los que son pro-
estilo y orientación más teórico.
pios de la región (o localidad). En el gráfico
Lo que distinguiría, a este respecto, el n.º 2 adjunto Porter ilustra cómo conven-
concepto de cluster del de SRI es el he- dría distinguir tales aspectos en el diaman-
cho, de que el primero se aplica a activida- te, instrumento por el desarrollado para el
des específicas, pues las organizaciones análisis del entorno microeconómico con-
constituyentes del mismo está ligadas a dicionante de la actividad innovadora de
unas actividades o sectores determinados, las empresas.
Mikel Navarro Arancegui
Gráfico n.º 2
Niveles de influencia en el diamante competitivo de Porter
Contexto para
estrategias
empresariales
y rivalidad
Nacional
t1FK
-FHJTMBDJØOTPCSF
QSPQJFEBEJOUFMFDUVBM
QPMÓUJDBEF
Condiciones Condiciones
DPNQFUFODJB
de los factores de la
Regional
(Inputs) demanda
t1FK
1PMÓUJDBmTDBMSFHJPOBM
Cluster
Nacional t1FK
/ÞNFSPEFDPNQFUJEPSFT
t1FK
.FSDBEPTEFDBQJUBM MPDBMFT
Regional Trasnacional
t1FK
TJTUFNBEFFEVDBDJØOQÞCMJDB
t1FK3FEEFUFMFGPOÓBNØWJM
VOJWFSTJEBEFTSFHJPOBMFT OØSEJDBMFOHVBTBTJÈUJDBT
Cluster Industrias de CBTBEBTFODBSBDUFSFT
t1FK
*OTUJUVDJPOFTEFJOWFTUJHBDJØO apoyo y Nacional
FTQFDÓmDBTEFMDMVTUFS relacionadas t1FK
SFHVMBDJØONFEJPBNCJFOUBM
QSPUFDDJØOEFMDPOTVNJEPS
Regional Regional
t1FK
"NQMJUVEEFFDPOPNÓBSFHJPOBM t1FK
/PSNBUJWBSFHJPOBMEF
&1$ QSPUFDDJØOEFMDPOTVNJEPS
Relativas al cluster Cluster
t1SPWFFEPSFTMPDBMFTDPNVOFT t1FK
4PmTUJDBDJØOEF
Cluster DPOTVNJEPSFTMPDBMFT
t1FK
&YJTUFODJBEFJOEVTUSJBT
QSPWFFEPSBT
innovación no precisa estar limitado a nal debate entre especialización (para la ex-
un territorio determinado y sólo está plotación de las economías de aglomera-
constituido por empresas. ción Marshall-Arrow-Rhomer) y diversidad
(para la explotación de las economías Ja-
— Los sistemas tecnológicos de innova-
cobs), la literatura reciente —especialmen-
ción cabría definirlos, de acuerdo con
te Frenken et al. (2007)— había mostrado
Carlsson (1995), como red de agen-
la superioridad de una estrategia de «varie-
tes que interactúan en una área tec-
dad relacionada» (related variety). Asheim,
nológica específica, bajo una particu-
Boschma y Cooke (2007) definen la varie- 39
lar infraestructura institucional, con el
dad relacionada como «sectores que com-
propósito de generar, difundir y utilizar
parten o poseen bases de conocimiento y
tecnología. Estos sistemas, que como
competencias complementarias» (p. 4). Esa
los sistemas sectoriales de innovación
variedad relacionada facilitaría la proximi-
no están necesariamente limitados por
dad cognitiva requerida para asegurar que
las fronteras nacionales, se han apli-
tienen lugar una comunicación efectiva y
cado en tres planos de análisis: a una
un aprendizaje interactivo, pero sin caer en
tecnología (entendida como campo de
los riesgos de quedarse atrapado (lock-in)
conocimiento); a un producto o arte-
que se derivarían de demasiada proximidad
facto; y a un conjunto de productos y
cognitiva o especialización.
artefactos relacionados que persiguen
satisfacer una particular función (tal La crítica del enfoque y políticas de clus-
como la sanidad o el transporte). Pues ters se debería a que éstos se verían como
bien, como Carlsson et al. (2002) se- una apuesta a favor de una especialización,
ñalan, el análisis cluster podría consi- que no explotaría las ventajas de la varie-
derarse como un cuarto plano de apli- dad relacionada y de las plataformas de va-
cación, en el que la unidad de análisis rios sectores y tecnologías relacionadas. En
es un conjunto relacionado de empre- mi opinión, sin embargo, lo anterior vendría
sas, vinculadas vertical u horizontal- a expresar una concepción de cluster re-
mente, que operan en diferentes mer- duccionista —la que considera cluster única-
cados y sirven diferentes funciones. mente el basado en una cadena de valor—
y alejada del concepto de cluster propuesto
Señalemos, por último, con respecto a la
por Porter. Según éste, hay clusters basa-
relación entre SRI y cluster, que la corrien-
dos en una cadena de valor, y hay clusters
te mayoritaria de los SRI en sus recientes
basados en actividades relacionadas (rela-
publicaciones (Asheim et al., 2006; Cooke
ción que puede ser la mencionada por los
et al., 2007) ha criticado fuertemente la rea-
autores del enfoque SRI, es decir, relaciona-
lidad y política de clusters, puesto que con-
dos por su base de conocimiento y compe-
sidera que los «sectores son una ficción»,
tencias). 15 Es más, en un artículo publica-
que los «clusters son un modelo de orga-
do en 2003 Porter ya se había adelantando
nización industrial del siglo XIX» y que, en
en la superación de ese dilema entre es-
lugar de «distritos industriales acelerados
(revved-up)» la realidad se organiza en pla-
15 Porter (1998) tratando de la identificación de
taformas de varios sectores y tecnologías
clusters escribe: «Cadenas horizontales de industrias
relacionados (Cooke et al., 2007: 294). La adicionales son identificadas a partir del uso de inputs
anterior crítica surge porque, en el tradicio- específicos o tecnologías similares» (p. 200).
Mikel Navarro Arancegui
dicos, la unidad objeto de análisis más que ters pueden existir con estructuras de go-
la región, es un área local. bierno informales, o incluso cuando las tie-
nen formales son más de carácter privado
Al igual que a medida que se disminu-
(«asociaciones cluster») que formalmente
ye en el nivel territorial cabe sostener que el
gubernamentales.
sistema depende más de sus relaciones con
el exterior, también cabría sostener que, en
contrapartida, a medida que se desciende
4. DESDE EL CONCEPTO
en el nivel territorial la dimensión sociológica
A LA REALIDAD Y A LA POLÍTICA
y cultural del territorio adquiere mayor fuer-
DE LOS SRI
za. Muscio (2004) sostiene, incluso, que las
características sociales y culturales de los
En este apartado empezaremos reto-
distritos son tan específicas, que el tama-
mando la distinción, subrayada por Cooke
ño y marco institucional de la región puede
en muchos de sus trabajos, entre sistema
resultar demasiado distante e inadecuado,
conceptual y sistema operacional. Cuan-
tanto para capturar los caracteres distintivos
do antes nos hemos estado refiriendo a SRI
del proceso innovador como para disponer
generalmente era en el sentido de sistema
la política de innovación más apropiada. Por
conceptual, es decir a un constructo teóri-
otro lado, aunque a medida que bajamos en
co. Hablamos de sistema operacional, en
el nivel territorial la especialización del terri-
cambio, cuando nos estamos refiriendo a
torio aparece más marcada y muchos dis-
un fenómeno real. En este apartado ana-
tritos industriales aparecen especializados
lizaremos, en primer lugar, las dificultades
en una única actividad, la literatura muestra
existentes para la aplicación a la realidad
que también hay distritos en que la especia-
del sistema conceptual desarrollado en los
lización industrial se extiende a más de una
apartados anteriores. A continuación ex-
actividad. En los casos en que el sistema
pondremos los rasgos que ha presentado
local es mono-industrial, la coincidencia de
la aplicación de ese esquema conceptual al
la realidad cluster y la del distrito industrial
estudio de los SRI operacionales en Europa
es grande, si bien las escuelas que trabajan
y algunos de los resultados. Y, por último,
con estos conceptos subrayarían más, en el
trataremos de si el enfoque de los SRI ha
primer caso, la empresa y el tipo de activi-
sido más analítico o exploratorio (es decir,
dad, y en el segundo la dimensión social y
basado en el análisis de situaciones reales
cultura y el territorio.
de las empresas, sin recomendaciones de
políticas determinadas) o más normativo (y,
por lo tanto, si sugería principios de políti-
La gobernanza de SRI y los cluster
cas claros) (Uyarra, 2008; Hassink, 2007).
Cabría mencionar una última diferencia
entre SRI y clusters, destacada por Cooke
et al. (2007). Mientras que los SRI poseen 4.1. Dificultades para aplicar el enfoque
generalmente una estructura de gobernan- de los SRI a la realidad
za de carácter formal, esto es, un organis-
mo gubernamental meso con responsabi- Hay dos grandes tipos de dificultades
lidades políticas y recursos para animar y para aplicar el enfoque de los SRI a la reali-
facilitar la coherencia del sistema, los clus- dad: por un lado, las imprecisiones o insu-
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
device), que cumple un papel equivalente al la mayoría de los autores de los SRI, nos
de una teoría: ayuda a ver, entender y con- encontramos que hay países que sólo po-
trolar fenómenos que no se pueden ver, en- seen niveles administrativos estatales y lo-
tender o controlar sin utilizar tal concepto. cales, pero no regionales. Muestra del nivel
Esto es, ayuda a organizar y centrar el aná- de imprecisión que comporta la dimensión
lisis, ayuda a prever qué va a pasar, ayuda administrativa la tenemos en la variedad
a explicar qué ha pasado y ayuda o propor- de unidades administrativas a que ha sido
ciona bases para la acción racional.17 aplicado el enfoque de los SRI: distritos de
ciudades, ciudades, áreas metropolitanas,
Centrándonos, más en particular, en las
distritos industriales o áreas subregiona-
dificultades que se derivan de las impre-
les, NUTS II, e incluso a niveles de agrega-
cisiones o ambigüedades existentes en el
ción más elevados (véase Doloreux y Parto,
marco analítico desarrollado por esta co-
2004 y 2005). Es más, cada una de es-
rriente, un aspecto clave del concepto de
tas unidades está compuesta de unidades
SRI en el que persiste una clara ambigüe-
territoriales muy heterogéneas, pues, por
dad o imprecisión es el relativo a la delimi-
ejemplo, las NUTS II comprenden territo-
tación de qué se entiende por región (Do-
rios de muy diferente tamaño, que respon-
loreux y Parto, 2004 y 2005). La definición
den unos a criterios normativos (expresión
de qué es una región no es suficientemen-
de una voluntad política) y otros a funcio-
te precisa y, como consecuencia, ante una
nales, (razones geográficas, económicas o
realidad determinada, no podemos siempre
sociales), con muy diferentes competencia.
afirmar si estamos o no ante una región. Tal
(Baumert, 2006 y Clarysse y Muldur, 2001).
como se recordará, una región posee di-
Esta diversidad de las unidades de análisis
ferentes dimensiones —que por simplificar
empleadas plantea serios problemas para
denominaremos, administrativas, por un
el desarrollo de un marco conceptual unifi-
lado; y culturales-funcionales, por otro—,
cado.18
que pueden no coincidir. Empezando por la
dimensión administrativa, que como veía- Desde la óptica cultural o funcional, ca-
mos era la preferida por Cooke, Asheim y bría preguntar cuándo un territorio po-
see cohesión u homogeneidad suficiente
17 Tal como muestra Sharif (2006) en su exposición
para ser considerado una región. Edquist
sobre la emergencia y desarrollo de la corriente de los (2005), que considera insuficiente la deli-
SNI, pero que mutatis mutandis podría aplicarse tam- mitación administrativa y que es partidario
bién al desarrollo de los SRI, mientras una serie de de una definición de región más funcional,
analistas son partidarios de profundizar en la teoriza-
ción de los SNI, otros consideran que una de las ven- señala: «Un posible modo de hacer ope-
tajas de su planteamiento actual es que proporciona rativo este criterio podría ser un suficiente
un instrumento de navegación suficientemente flexible
y que existe un riesgo de sobre-teorización.
Señalemos, adicionalmente, que debates semejan-
tes se dan en torno a la otra corriente puesta en re- 18 Cumber y MacKinnon (2004), por ejemplo, seña-
lación con los SRI, a saber: los cluster. Véanse, por lan cómo las reflexiones de Marshall que constituyen
ejemplo, las posturas contrapuestas de Martin y Sun- una de las fundamentaciones más importantes sobre
ley (2003) y de Benneworth y Henry (2003): los pri- las economías de aglomeración estaban concebidas
meros criticando el concepto cluster por su eclecti- para distritos muy locales o barrios de ciudades, y
cismo e indefinición; y los segundos, defendiéndolo qué habría que preguntarse si realmente operan o son
por su flexibilidad y posibilidad de manejo desde una aplicables en aglomeraciones mucho mayores (ciuda-
pluralidad de enfoques que permite una fertilización des, ciudades región o incluso naciones), en las cua-
cruzada. les son utilizadas de modo acrítico por los analistas.
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
lidad. En apartados anteriores nos hemos ha sido bastante descuidado por esta lite-
referido a elementos fundamentales de ese ratura. La literatura empírica de los SRI ha
marco conceptual de los SRI, si bien hay descansado fundamentalmente en el es-
que advertir que componentes claves de tudio de casos: en algunos casos estos
dicho marco conceptual, como son las ti- consistían en «fotografías» (snapshots) de-
pologías de SRI, que los autores de esta talladas de SRI individuales; y en otros, en
corriente desarrollan con objeto de captu- estudios empíricos comparados de varias
rar la variedad conceptual y riqueza empí- regiones para explorar las condiciones ne-
rica que informa la idea de los SRI (Cooke, cesarias para la innovación sistémica en el
1998), han debido dejarse fuera de este plano regional (Dolores y Parto, 2005).
artículo por razones de espacio y porque
Además, a pesar de que una serie de au-
se tratan específicamente en el artículo de
tores (particularmente Isaksen, 2001; Kauff-
Navarro y Gibaja (2009) contenido en este
mann y Tödtling, 2000; Tödtling y Trippl,
mismo número de Ekonomiaz. En este
2005; Nauwlaers y Wintjes, 2002) han de-
apartado trataremos de los rasgos y algu-
sarrollado tipologías y trabajos sobre re-
nos de los resultados de la aplicación del
giones con problemas, en la literatura de
marco conceptual de los SRI a la realidad
los SRI la mayoría de los casos solían es-
regional europea.
tar centrados en regiones urbanas, con
fuerte presencia de sectores manufacture-
Empezando por los rasgos de esa apli-
ros o intensivos en conocimiento, de nota-
cación, como acertadamente señalan Malm-
ble éxito, sin atender a casos más norma-
berg y Maskell (1997), la investigación en
les y frecuentes o al estudio de regiones
ciencias sociales debería contener una
rurales, periféricas o en declive, con sis-
permanente interacción entre progreso
temas menos desarrollados o fracasados
teórico, estudios de casos elaborados
(Doloreux, 2002 y 2004; Howells, 2005;
cuidadosamente e investigaciones empíri-
Sharpe y Martínez-Fernández, 2006). Ade-
cas con datos agregados para un núme-
más, los estudios de SRI ofrecen general-
ro elevado de entidades. Cabe señalar, a
mente una foto estática de agentes e ins-
este respecto, que la literatura de SRI ha
tituciones, en lugar de presentar procesos
sido criticada por su sesgo hacia la teo-
de ajuste y dinámicos y estudios longitu-
rización, en detrimento de los estudios
dinales que toman en consideración fun-
empíricos (MacKinnon et al., 2002). A la
ciones, roles y relaciones (Doloreux y Par-
hora de llevar a cabo tales estudios em-
to, 2004; MacKinnon et al., 2002; Uyarra,
píricos, a diferencia del enfoque llevado
2008 y Uyarra y Flanagan, 2009).
a cabo por la nueva economía geográfi-
ca liderada por Krugman, los geógrafos Son numerosos los autores que seña-
económicos tienden a trabajar con méto- lan que la práctica de la literatura de los
dos más cualitativos y abiertos (Cumbers sistemas de innovación, tanto de la de los
y MacKinnon, 2004). Malmberg y Maskell nacionales como de la de los regionales,
(1997) critican, a este respecto, que las se han centrado en el análisis de un único
investigaciones basadas en el manejo de nivel: los analistas de los sistemas nacio-
datos agregados correspondientes a un nales de innovación ignoran, por ejemplo,
número elevado de regiones, proceden- con frecuencia las diferencias existentes
tes generalmente de fuentes secundarias, a nivel regional; y los analistas de los sis-
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
temas regionales ignoran o apenas tra- Otras críticas que se han solido efectuar
tan del papel e influencia del gobierno a los estudios en profundidad de casos lle-
nacional en la determinación del ámbi- vados a cabo por la literatura de SRI son
to y recursos del gobierno regional (Uya- que, siendo tan importante el componente
rra, 2007). Aunque cabría responder que tácito del conocimiento para explicar la or-
las tipologías de SRI de Asheim e Isaksen, ganización de los procesos de generación
toman precisamente como criterio bási- y explotación de conocimiento en el ámbito
co de distinción de los diferentes tipos de regional y local, en la literatura sobre SRI se
SRI el grado de apertura de las empresas ha prestado muy poca atención a los aná- 47
al conocimiento externo a la región, y que lisis de la movilidad y del mercado laboral
asimismo la tipología de Cooke contempla (Hommen y Doloreux, 2003 y 2005; Bresci
tanto en el caso de la gobernanza como y Lissoni, 2001; Malmberg, 2003). E, igual-
de la estructura empresarial las relaciones mente, aunque paralelamente a la supera-
exteriores (véase Navarro y Gibaja, 2009, ción del modo lineal de innovación se ha
en este mismo número de Ekonomiaz), la puesto de manifiesto la importancia de la
realidad es que se dispone de pocos es- innovación de carácter no tecnológico, la li-
tudios empíricos sistemáticos que permi- teratura de los SRI ha prestado poca aten-
tan conocer el nivel de interacciones exis- ción a su análisis (Sharpe y Martínez-Fer-
tente, tanto entre los componentes de los nández, 2006).
SRI como entre éstos y agentes de otros
Para acabar con los rasgos de los es-
sistemas, así como en qué difieren cua-
tudios sobre SRI operacionales, se ha cri-
litativamente las primeras de las segun-
ticado por Lorentzen (2007) que la litera-
das (Doloreux y Parto, 2005; Bathelt et al.,
tura de los SRI no haya prestado apenas
2004; Uyarra, 2008). Ligado con lo ante-
atención a la capacidad de absorción que
rior, se critica que se prescinda del efec-
poseen las empresas del conocimiento ex-
to sobre la innovación regional de los fac-
terno disponible en el SRI. También según
tores macroeconómicos (Lorentzen, 2005)
Uyarra (2007), el enfoque top-down y de
o de competencias o factores suprarregio-
oferta imperante en la literatura de los SRI
nales (Lovering, 2001).
hace que se preste poca atención a cómo
responden las empresas al sistema de in-
Al considerar —como anteriormente se
novación, de modo que la demanda de
ha señalado— las regiones como unidades
innovación de las empresas continúa sien-
homogéneas los estudios empíricos de los
do una «caja-negra».
SRI no se han ocupado de los diferentes
patrones de innovación que espacialmen- En cuanto a los resultados de los estu-
te existen dentro de ellas (Muscio, 2004; dios empíricos llevados a cabo por la co-
Zubiaurre et al., 2009), ni tampoco de las rriente de los SRI, cabría empezar desta-
divisiones y tensiones —y, en última ins- cando que en la mayoría de las regiones
tancia, de las relaciones de poder y de re- analizadas los analistas llegaban a la con-
distribución de la renta— que normalmente clusión de que «hay pocos SRI que funcio-
existen en tales regiones (MacKinnon et al., nen plenamente y todavía menos en los que
2002; Bathelt, 2003; Bathelt et al., 2004; el resultado económico de tales regiones
Uyarra, 2007; Uyarra y Flanagan, 2009; sea destacado» (Cooke, 2001: 958). Hay
Lovering, 2001). pocas regiones en que se den los vínculos
Mikel Navarro Arancegui
sistémicos entre las fuentes de producción globalmente. Esto, a su vez, llevó a mu-
del conocimiento (universidades y organiza- chos expertos a prestar creciente atención
ciones de investigación), intermediarios (go- a las interacciones más informales, sutiles
bierno y servicios de innovación privados) y con frecuencia no intencionadas que tie-
y empresas que permitan hablar de un SRI nen lugar como resultado de la naturaleza
(Cooke, 1996). Los SRI son particularmen- predominantemente local de la vida diaria
te escasos en las regiones periféricas o me- (encuentros no planeados en bares y res-
nos desarrolladas (Asheim e Isaksen, 2002; taurantes, rumores y cotilleos, monitoriza-
Trippl y Tödtling, 2007). ción de los competidores por la proximidad,
etc.)». Es así como Bathelt et al. (2004) han
Otro resultado de los estudios empíri-
propuesto que la información y el conoci-
cos, coherente con el anterior, es que son
miento fluye y el aprendizaje tiene lugar en
escasas igualmente las transacciones e in-
el entorno local mediante el murmureo o el
teracciones entre empresas dentro de una
mero estar allí (local buzz), mientras que en-
región. Esas interacciones son escasas no
tre la región y el resto del globo tiene lugar
sólo en la dimensión horizontal (es decir,
mediante la inversión en la construcción de
con empresas rivales o competidoras que
canales de comunicación (global pipelines)
operan en el mismo sector), sino también
y que esa combinación de «local buzz and
en la dimensión vertical, ya que los más
global pipelines» hace más competitiva a
importantes proveedores y clientes suelen
la región.20
pertenecer a redes bastante extensas es-
pacialmente (Malmberg, 2003; Bathelt et al., Esa propuesta de «murmureo local y co-
2004; Malmberg y Maskell, 2006). Ronde nexiones globales» ha suscitado diversas
y Hussler (2005) señalan, que un crecien- críticas o análisis sobre la naturaleza y di-
te número de artículos muestra que la ma- ferencias de las interacciones locales y glo-
yor parte de la innovación todavía deriva de bales.
competencias internas en la mayoría de los
— Por un lado, Trippl y Tödtling (2007)
sectores y que, en tal sentido, habría una
han criticado dicha dicotomía consi-
sobreestimación de la importancia de las
derando que hay también evidencias
ligazones inter-organizacionales para los
de «global buzz» (por ejemplo, cuan-
procesos de innovación.
do los flujos de conocimiento tienen
Como muy bien expresa Malmberg (2003: lugar en ferias y conferencias interna-
153): «Todo esto ha llevado a un cambio
gradual en el foco de la investigación. Una
20 Según Balthelt et al. (2004), el buzz hace refe-
preocupación inicial en los análisis de los rencia a la ecología de información y comunicación
vínculos transaccionales entre empresas en creada por los contactos cara a cara, y por la pre-
ambientes locales dio paso en los noventa sencia y localización de personas y empresas den-
tro de la misma industria y lugar o región. Este buzz
a un creciente énfasis en otras formas de es espontáneo, fluido, frecuente y no requiere inver-
colaboración inter-empresarial, tales como siones: tiene lugar en las negociaciones con los pro-
proyectos conjuntos de desarrollo tecno- veedores locales, en llamadas de teléfono durante
las horas de oficina, en charlas con los vecinos en el
lógico. Estos estudios produjeron también jardín o en las comidas... En tanto que las pipelines,
resultados decepcionantes, ya que con fre- que posibilitan la integración de múltiples entornos
y abren nuevas posibilidades de conocimiento, son
cuencia resultó que las empresas más inno- más contingentes, inciertas, costosas, fruto de deci-
vadoras estaban de hecho bien conectadas siones conscientes.
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
modelo del que emanan ciertos principios «pocas felices» al conjunto más numeroso de
para las políticas públicas) es reconocido regiones ordinarias o con problemas. En esa
por autores como Hassink (2007), Doloreux reivindicación por la aplicación del enfoque
and Parto (2004) o Uyarra (2007) que han de los SRI no sólo a regiones ejemplares,
analizado esta corriente.23 sino también a otras con problemas, desta-
caron Kaufmann y Tödtling (2000). Se sos-
Como se ha señalado antes, el desarrollo
tiene que en los SRI menos desarrollados las
del enfoque de los SRI se ha llevado a cabo
dependencias del exterior y la necesidad de
estudiando la organización y funcionamien-
su activación e impulso con políticas públicas 51
to de los sistemas regionales más avanza-
son mayores (Trippl y Tödtling, 2007). Así,
dos o de mayor éxito. Tales sistemas sue-
Asheim y Coenen (2006) han planteado que
len tener menos fallos que justifiquen la
para corregir el patrón de desarrollo desi-
intervención pública y suelen ser más guia-
gual, con unas ciudades que atraen talento
dos por el mercado (Cooke, 2001). A pe-
y otras regiones cada vez más periféricas,
sar de eso, paradójicamente, el empleo de
la atención de las políticas debería ponerse
los SRI con el fin de guiar la actuación pú-
en cómo, sin destruir lo que hace a las ciu-
blica se ha considerado que resulta espe-
dades atractivas para residir en ellas, hacer
cialmente útil para las regiones periféricas
a las regiones periféricas y menos basadas
o con problemas, en las que generalmente
en el conocimiento más capaces de rete-
el análisis empírico ha puesto de manifiesto
ner y atraer industrias que puedan ofrecer
que no existe un SRI. Como antes se expo-
puestos de trabajo más intensivos en cono-
nía, al distinguir entre SRI conceptual y ope-
cimiento y de mayor valor añadido y cualifi-
racional, en los fenómenos reales no tienen
cación.
por qué darse todos los actores o institu-
ciones integrantes de un SRI concebido
Este desplazamiento desde un cam-
como sistema conceptual, ni puede que las
po académico principalmente descriptivo
relaciones o interdependencias entre tales
y analítico (en el que el objetivo era ayudar
agentes estén suficientemente desarrolla-
a entender los factores que explicarían las
das como para poder hablar de un sistema.
diferencias comparativas en el resultado)
El marco conceptual de los SRI resultaría
a un enfoque más prescriptivo y estratégi-
también útil en el análisis de las regiones
co (en el que se contempla la región como
más atrasadas, pues, tal marco y las com-
capaz de alterar su propio destino) es vis-
paraciones que permite realizar con otras
to con preocupación por algunos analis-
regiones permitirían detectar debilidades e
tas (Uyarra, 2008 y 2009; Bruijn y Lagendijk,
ineficiencias y derivar, a partir de ellos, posi-
2005). Como se ha señalado anteriormen-
bles actuaciones de mejora y desarrollo de
te, se considera que el enfoque de los SRI
tales sistemas.
presenta conceptualmente muchas impre-
De este modo, el enfoque de los SRI fue cisiones, en parte porque descansa en una
ampliando el centro de su atención de las amalgama de teorías y corrientes, lo que
impide dar claras respuestas y propuestas
23 Cooke et al. (1997) trataron de especificar los de actuación para los decisores públicos,
criterios deseables para que se dé un sistema de in- o porque descansa en hipótesis extraídas
novación en el plano regional, que determinan las
condiciones para un mayor o menor potencial del SRI.
de observaciones en regiones con configu-
Véase igualmente Cooke (2001). raciones sociales, económicas y políticas
Mikel Navarro Arancegui
por qué concepción de innovación subya- tuales, los límites constituyentes del siste-
ce en ese término y cómo se ligaría la mis- ma son bastante imprecisos, las relaciones
ma con el conocimiento y el aprendizaje; y causales entre variables no están descritas
acabando con el propio término de siste- de modo riguroso, y son todavía escasas
ma (cuándo podemos decir que éste está las regularidades empíricas bien estableci-
presente) y cómo se integran en él las rela- das. Eso no obsta para que el SRI ofrezca
ciones con elementos externos al sistema. un marco conceptual operativo para formu-
lar hipótesis y llevar a cabo comparaciones
Aunque hay muchos autores que con-
sistemáticas de las realidades existentes. 53
sideran que el concepto cluster está com-
puesto exclusivamente de empresas o Hay dos grandes problemas para el paso
que las interacciones que en él se recogen del sistema conceptual al fenómeno real:
no requieren proximidad física, aquí se ha las propias debilidades existentes en el sis-
compartido la definición de cluster propor- tema conceptual a las que antes nos he-
cionada por Porter (1998), según la cual mos referido (delimitación de región, crite-
«un cluster es un grupo de empresas inter- rios que permiten hablar de un sistema...);
conectadas y de instituciones asociadas, li- y la carencia de indicadores y fuentes que
gadas por elementos comunes y comple- permitan aplicar esos conceptos a las rea-
mentarios, geográficamente próximas». Lo lidades existentes. Eso ha conducido a que
que, en consecuencia, distinguiría el con- en la literatura de los SRI haya habido cier-
cepto de cluster del de SRI es que el pri- to sesgo hacia la teorización y una carencia
mero hace referencia a los elementos de notable de estudios empíricos basados en
carácter específico que constituyen el en- explotaciones estadísticas de datos agre-
torno en que se desenvuelven las empre- gados correspondientes a un elevado nú-
sas, mientras que el segundo se referiría a mero de regiones procedentes de fuentes
todos los elementos, tanto generales como secundarias y un predominio de los estu-
específicos, del entorno que afectan a la in- dios de casos. Estos normalmente se han
novación. Un SRI puede contener varios centrado en regiones que han tenido éxito,
clusters; y un cluster, a su vez, puede ex- con una perspectiva estática, limitándose al
tenderse tanto a un ámbito más reducido análisis de un único plano espacial, consi-
que la región, como trascender los límites derando a las regiones como unidades ho-
geográficos de la misma. En general, el SRI mogéneas y no atendiendo suficientemente
pone más énfasis en la dimensión institu- al análisis de cualificación y movilidad de la
cional, social y cultural del territorio y en él fuerza de trabajo ni a los procesos de inno-
resulta clave una estructura de gobernan- vación no tecnológicos.
za de carácter formal, en tanto que el clus-
Los estudios de SRI operacionales
ter enfatiza más la empresa y el tipo de ac-
muestran que son escasas las regiones que
tividad y en él pueden existir estructuras de
cumplen las condiciones para ser conside-
gobiernos más informales.
radas SRI y que buena parte de las inte-
La revisión de la literatura de los SRI racciones de las empresas transcienden el
muestra que más que referirse a una teo- ámbito regional. Por eso, bastantes análisis
ría, cabría hablar de un marco conceptual se han centrado últimamente en estudiar el
de los SRI, pues todavía persisten muchas diferente papel o naturaleza de las interac-
ambigüedades e inconsistencias concep- ciones locales y globales.
Mikel Navarro Arancegui
Por último, el SRI surge y se emplea de actuación para los decisores públicos y que
modo creciente, para guiar la actuación pú- se ignoran las limitaciones realmente exis-
blica, especialmente en las regiones perifé- tentes en la práctica de las políticas públi-
ricas o con problemas. Ese desplazamien- cas. Es precisamente por esa flexibilidad
to desde el ámbito analítico al prescriptivo interpretativa por lo que algunos analistas
se ve con preocupación por ciertos analis- consideran que la literatura de los SRI y de
tas, que consideran que la literatura SRI no los clusters ha atraído tanto el interés de los
ofrece respuestas y propuestas claras de decisores públicos.
Los sistemas regionales de innovación. Una revisión crítica
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