Erstellt von Iglesia de Trujillo

Mensajes Celestiales en el Libro de Daniel

INTRODUCCIÓN Alguien que haya tenido que caminar en intensa oscuridad o conducir con densa niebla entiende la bendición de la luz. ¡Cuán agradecidos deberíamos estar con el Señor por haber creado tanto la luz física como la espiritual para salvarnos de los serios peligros de la oscuridad! Las Escrituras declaran acerca de la palabra profética: “Además tenemos la palabra profética aún más segura, a la que hacéis bien en estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el Lucero de la mañana salga en vuestro corazón” 2 Pedro 1:19. El libro del profeta Daniel, escrito en el siglo VI a. C., contiene mensajes divinos para los últimos días, nuestros días. “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Y los escritos del Espíritu de Profecía lo confirman: “…desde 1798 el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han proclamado el solemne mensaje del juicio cercano” (El Conflicto de los Siglos, pág. 406). El consejo es más apropiado hoy que nunca antes: “Leed el libro de Daniel. Recordad punto por punto la historia de los reinos que allí se presenta. Contemplad a los estadistas, los concilios, los ejércitos poderosos, y ved cómo Dios obró para abatir el orgullo humano y humilló hasta el polvo la gloria humana. Sólo Dios es presentado como grande. En la visión del profeta se lo ve derribando a un poderoso gobernante y colocando a otro. Se lo revela como el monarca del universo que está por establecer su reino eterno: el Anciano de días, el Dios viviente, la Fuente de toda sabiduría, el Gobernante del presente, el Revelador del futuro. Leed y comprended cuán pobre, cuán frágil, cuán efímero, cuán falible, cuán culpable es el hombre que eleva su alma a la vanidad” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 4, pág. 1189). Así pues, consideremos cuidadosamente lo que ha sido escrito, ya que los mensajes proféticos son especialmente para nosotros: “La luz que Daniel recibió directamente de Dios le fue dada especialmente para estos últimos días. Las visiones que tuvo a orillas del Ulai y del Hidekel, los grandes ríos de Sinar, ahora están en el proceso de su cumplimiento, y pronto habrán sucedido todos los acontecimientos predichos (Carta 57, 1896)” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 4, pág. 1189). Desde que se retiró el sello de este importante libro, conocimiento de gran trascendencia ha sido impartido a cada humilde investigador; y contamos con la promesa que con la cercanía de los últimos eventos, brillará más luz de las páginas inspiradas. Además, “Cuando los libros de Daniel y Apocalipsis sean mejor entendidos, los creyentes tendrán una experiencia religiosa completamente distinta. Recibirán tales vislumbres de los portales abiertos del cielo, que la mente y el corazón serán impresionados con el carácter que todos deben desarrollar, a fin de comprender la bendición que será la recompensa de los de corazón puro” (Testimonios para los Ministros, pág. 112). Conforme los más impresionantes eventos se ciernan sobre nosotros, se aclarará cada vez más el tiempo solemne en el que vivimos. Motivémonos, pues, ahora a estudiar estos mensajes celestiales y “entender” la historia a la luz de la profecía y así estar entre aquellos “muchos” que serán “limpiados, emblanquecidos y purificados” (Daniel 12:10) para la pronta venida de nuestro Señor. Los hermanos y hermanas de la Asociación General