PADRES Parte A: ¿Conocía Abraham a Yahvé? Según lo que propuse como respuesta pendiente, esto es un resumen del Artículo ¿En que Dios creía Abraham? De Ariel Álvarez Valdés.
¿Conocía Abraham a Yahvé?...
El autor nos da toda una introducción acerca de
Abraham que la mayoría aquí conocemos, su importancia es totalmente vinculante para comprender acerca del Dios de los patriarcas.
Sigue el autor anotando que aunque la Biblia indica diálogos entre Yahvé y Abraham:: GN 12, 1-3 - GN 12,7 - GN 13, 14-15, son dos los textos que denotan la revelación del nombre de Yahvé a Abraham de forma directa y no supuesta por el autor, en los antes mencionados es el autor quien indica que fue Yahvé quien habló, pero en estos a continuación parece ser que Yahvé descubre su nombre GN 15,7 y Abraham conoce del mismo GN 15,2.¿Conocía el nombre antes de que se le mencionara? Saque usted su propia conclusión.
Abraham No Conocía a YAHVE por su Nombre ni con la concepción posterior:
Sin embargo el autor subraya que el entender las cosas de una forma literal sin conocer o tratar de entender LA INTENCIÇON del Autor, será lo mas inadecuado puesto que resulta una contradicción la narración de hechos posteriores que Ubican la revelación de Dicho nombre bastante después según lo relata : Ex 3, 1-15 (Ex 3:15 Siguió Dios diciendo a Moisés: «Así dirás a los israelitas: Yahvé, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación.») Pero aun mas contradictorio resulta que la misma Biblia afirma que Abraham no Conocía su nombre Ex 6,3 (Ex 6:3 Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El Sadday; pero mi nombre de Yahvé no se lo di a conocer.)
Ahora cito textual la respuesta:
"Según los historiadores bíblicos, el patriarca Abraham (y los demás patriarcas) era un pastor seminómada que viajaba continuamente con sus ovejas en busca de pastos tiernos por la región del medio oriente. Y aunque creía en Dios, no tenía un lugar fijo donde adorarlo. Dios era para Abraham como él mismo, es decir, un Dios viajero, trashumante, que lo acompañaba durante sus marchas, ocupándose de sus pequeños problemas cotidianos y protegiéndolo de los peligros del camino. Un Dios, pues, bastante modesto. El Dios de Abraham NO TENIA NOMBRE. Simplemente le decían "el Dios del padre", porque era el Dios en el que había creído el antepasado fundador de la familia. Por eso Abraham debió llamar a su Dios, "El Dios de mi padre Teráj" (porque el padre de Abraham se llamaba Terán); como Isaac llamaba a Dios, "el De esta forma el autor nos ayuda a comprender que la intención del autor no es establecer una contradicción que se me ocurre ahora posterior (dependiendo de cómo consideremos la cronología de las escrituras, si el Éxodo es posterior o anterior a la escritura del Génesis), sino dar a conocer que inclusive en los inicios de la relación entre Dios y los patriarcas era DIOS el UNICO Y VERDADERO quien establecía un dialogo.
Pero
• ¿Cómo era aquella Religión de los patriarcas? Parte b: Una Religión Simple 2.- La Religión simple de Abraham (sacrificio y esperanza):
Yo lo resumo en esas dos palabras, la religión sencilla de Abraham consistía en dar para esperar, sacrificar para continuar gozando de un derecho o para obtener los que no se gozan todavía. Hoy día aún podemos observar este tipo de religión sencilla, pero aún nos falta descubrir porque se complico si es que se complicó la cosa.
Citemos al autor del articulo.
"La religión de Abraham era muy simple. Consistía en el sacrifico de un animalito, (que podía ser una oveja, una cabra o un cordero), realizado por el jefe del clan. Al llegar la primavera y comenzar la trashumancia (es decir, la partida del clan luego del invierno en búsqueda de nuevos pastos para el ganado), entonces se tomaba un animal del rebaño y se lo sacrificaba para invocar la protección de Dios."
"Lo central de esta ceremonia era el llamado "rito de la sangre". ¿En que consistía?. El jefe del clan tomaba la sangre del animal y con ella rociaba los palos y las cuerdas d las tiendas, pues se creía que así se alejaba los malos espíritus que acechaban por el camino a los beduinos. Luego se asaba al fuego la carne de la víctima para comerla, y entonces toda la familia partía."
El rito de la sangre es esencial a la religión Judía. Por eso para el autor de la carta a los hebreos es de alta relevancia en su texto.
"Cuando, en este nuevo lugar, volvía acabarse el pasto y debían emigrar otra vez, sacrificaban otro animalito y partían después tranquilos, protegidos por la divinidad. Así, era el culto al "Dios de los Padres"".
Parte c: El Contacto con el Dios Cananeo
Continuo con la cita textual:
"Cuando Abraham llegó a Cannaán, se encontró con que los cananeos (la población local) practicaban una religión muy distinta. Adoraban a un poderoso Dios llamado "El". El culto se celebraba en lugares fijos, y con bellas ceremonias llenas de atractivo y color.
Este Dios cananeo era muy diferente al Dios de Abraham. Porqué al ser los cananeos un pueblo sedentario, y por lo tanto agrícola, adoraban a un Dios experto en agricultura al que podían rezarle porque dominaba la tierra y todos sus elemento. Incluso los cananeos habían llegado a la idea de que "El" era el creador del cielo y la tierra (Idea que la familia de Abraham no había podido desarrollar, porque, al vivir de su ganado, la tierra, le preocupaba poco).
Este Dios "El" era, pues un Dios sumamente grande y poderoso. Pero por eso mismo, tenía un defecto,: Era un Dios lejano a la gente. No se ocupaba de sus pequeños problemas, ni intervenía en los asuntos cotidianos, ni en cuestiones familiares. Era un Dios trascendente, no domestico como el Dios de Abraham.
Este Dios cananeo, llamado "El", tenía distintos nombres según el lugar donde era adorado. Así en la ciudad de Siquem se le conocía como "El Berit" (Jc 9,46). En Betel se lo llamaba "El Betel" (Gn 31,13). En Jerusalén le decían "El Elyon"(Gn 14, 18-20). En Bersheba "El Olam" (Gn 21,33),. En el desierto del Néguev, "El Roí" (Gn 16,13). Y en otros lugares "El Shadday" (Gn 17,1)." Parte d: La Mezcla de Dioses La Mezcla de Dioses (Me gusta el Tuyo pero no hace lo que el mío):
"Cuando los patriarcas conocieron al Dios "El", quedaron profundamente impresionados, Los impactaba su grandeza y sus atributos, su poder y su fuerza. Por eso, a medida que se fueron estableciendo en el país y haciéndose ellos también sedentarios, los patriarcas empezaron a rendir culto al "Dios de los padres" en los santuarios del Dios "El", y a considerar a "El" como su propio Dios. Esta es la razón por la que en Génesis leemos, con toda naturalidad, que Abraham hizo una alianza con "El Shadday" (Gn 17,1), o que le rezó a "El Olam" (Gn 21,33), o que juró por "El Elyón" (Gn 14,22), o que el patriarca Jacob construyó un altar a "El Betel" (Gn 35,7).
Poco a poco, el Dios "El" fue confundiéndose con "el Dios de los padres". Y así, la idea de Dios que tenían los patriarcas quedó enteramente enriquecida. Porque el Dios de Abraham pasó ahora a tener las dos grandes cualidades de la divinidad. Por una parte seguía siendo ese Dios cercano y familiar que acompañaba y protegía al grupo, y que velaba por su presente cotidiano y sus necesidades domésticas. Pero por otra parte, se fue convirtiendo en un Dios poderoso y trascendente , creador del mundo y dominador de la naturaleza." Ariel Álvarez Valdés. Parte e: El Dios de la Zarza (DESPUES DE PERRO MUERTO, HASTA QUE DESCUBREN A YAHVÉ) EL DIOS DE LA ZARZA
Siglos más tarde, muchos de los descendientes de aquellos patriarcas se fueron a vivir a Egipto, a donde llegaron buscando mejores condiciones de vida. Pero con el paso del tiempo, los egipcios, que no miraban con buenos ojos a los extranjeros, los dominaron y los sometieron a trabajos forzados. Así, los hebreos terminaron en una situación parecida a la esclavitud, sin esperanzas y sin proyectos de vida.
Entonces Moisés se encontró con Dios en la zarza ardiente, quien, luego de revelarle su nombre de Yahvé, le dijo: "He visto la tristeza de mi pueblo en Egipto, y he escuchado el clamor que le arrancan sus capataces; conozco bien sus sufrimientos y por eso he bajado; para liberarlo de la mano de los egipcios y llevarlo a una tierra buena y espaciosa donde abundan la leche y la miel. Ahora, pues, yo te mando ante el Faraón para que saques a mi pueblo de Egipto" (Ex3,7-10).
Y este Dios, Yahvé, no sólo sacó a los israelitas de Egipto, sino que además hizo con ellos una alianza ( Ex 19), y le dio una serie de instrucciones increíbles para cuando llegaran de nuevo a su patria: les ordenó que organizaran allí una sociedad de hermanos (Lev 19), en la que no existieran más esclavos (Deut 15,12- 18), la tierra sería de todos (Lev 25,1- 23), no habría una autoridad central opresiva ( Deut 17,14-20), nadie acumularía alimentos (Ex 16,19-21), no se explotaría a los pobres (Deut 24,14- 15), y los más débiles serían protegidos (Deut 24). • • Yahvé se convirtió, así, en el Dios del pueblo de Israel, y el único que adoraron a partir de ese momento. Parte f: Un Solo Dios No eran Varios Era uno solo: EL MISMO.
Entonces sucedió de nuevo un hecho teológico trascendente. Así como llegaron a Canaán los patriarcas no tuvieron inconvenientes en identificar a "El" con "El Dios de los Padres", tampoco esta vez los israelistas tuvieron problemas en identificar a Yahvé con "El Dios de los Padres". Con lo cual, la idea de Dios volvió a progresar enormemente para los hebreos. Porque ahora Dios no sólo era un Dios cercano y protector (como "el Dios de los Padres"), y trascendente y creador (como el Dios "El" de Canaán), sino que adquirió una tercera cualidad: era un Dios con futuro; un Dios que gobernaba la historia hacia una meta: en definitiva un Dios con proyectos y esperanzas, como lo había demostrado al hacer la impresionante alianza del monte Sinaí. Y por eso, doscientos años después de Moisés, en tiempos del Rey Salomón, cuando se resolvió escribir las tradiciones de los patriarcas (que hasta entonces se transmitían sobre todo oralmente), los escribas sagrados no dudaron en decir que Abraham ya conocía a esta grandiosa divinidad llamada Yahvé (Gn 12,1). Y no solo Abraham, sino también su mayordomo (Gn 24,12), su sobrino Lot (Gn 19,33), su sobrino Betuel (Gn 24,50), su sobrino nieto Labán (Gn 24,31), y su hijo Isaac (Gn 25,21), aún cuando la misma tradición israelita sabía que en verdad fue Moisés el primero en conocer este nombre. Porque si bien históricamente no era cierto que los patriarcas conocían el nombre de Yahvé (pues solo a partir de Moisés le dieron este nombre), ellos estaban convencidos de que fue Yahvé el mismo y único Dios que guió siempre al pueblo hebreo, desde Abraham hasta la salida de Egipto. Parte g: La Sorpresa Final. La Sorpresa Final
Todavía les aguardaba una sorpresa a los israelitas. Porque ellos, si bien adoraban a un solo Dios, siempre pensaron que los dioses de los otros pueblos si existían de veras. Por ejemplo, creían que además de Yahvé (su propio Dios), existía Baal (dios de los cananeos), Jemosh (dios de los moabitas), Molok (dios de los amonitas), Marduk (dios de los babilonios), Amón (dios de los egipcios).
Los israelitas no eran, pues, monoteístas, como decirse (no creían en la existencia de un solo Dios), sino monólatras (creían que existían muchos dioses, pero ellos adoraban a uno).
Fue una catástrofe histórica la que los llevó de nuevo al progreso intelectual. En el año 587 a.C los babilonios, bajo las órdenes de Nabucodonosor, invadieron Jerusalén y se llevaron a sus habitantes cautivos a Babilonia. Y he aquí que al llegar a esta capital, los israelitas vieron con asombro que Babilonia era una ciudad extraordinaria, con magníficos edificios, palacios, acueductos, jardines y templos. En cambio ellos, que se creían bien atendidos y asistidos por Yahvé en Israel, nunca habían gozado del lujo y la grandiosidad que había en Babilonia. ¿Acaso el dios de Babilonia era mas poderoso que Yahvé, que daba tanto bienestar y esplendor a sus devotos?.
Entonces los hebreos, inspirados por Dios,
realizaron su último descubrimiento: que en realidad el dios de babilonia, no existía. Que tampoco existían los dioses de los otros pueblos. Que quien velaba, cuidaba y protegía tanto a Babilonia como a las demás naciones, sin que estas lo supieran, era en definitiva Yahvé, el único Dios vivo y verdadero. Y así, en la tristeza del exilio, del seno de un pueblo vencido y humillado, surgió la brillante idea de que hay un solo Dios que gobierna el mundo entero y se interesa por todos los hombres por igual.
Será un profeta anónimo (a quien los biblistas llaman el segundo Isaias), el encargado de lanzar esta idea revolucionaria: "Así dice Yahvé: "Yo soy el primero y el último; fuera de mi no existe ningún Dios" (Is 44,6); "Antes de mi ningún dios había, y ninguno habrá después de mi" (Is 43,10); "Yo soy Yahvé, y fuera de mi ningún Dios existe" (Is 45,5); "Todos ellos son nada; nada pueden hacer, porque solo son ídolos vacíos" (Is 41,29). Parte Final: Un Dios para el Hombre de Hoy • Abraham, solo conoció al "Dios de los padres", un Dios familiar y doméstico, experto en ganados y problemas caseros. En Canaán, sus descendientes aprendieron que Dios era además majestuoso y trascendente, capaz de dominar la tierra y de conceder cosechas. En el monte Sinaí, los hebreos supieron además que Dios es el Señor de la Historia, que conduce los acontecimiento y guía a los hombres hacía un fin determinado. Finalmente en Babilonia se enteraron de que Yahvé es el único Dios que existe para todos los pueblos, el único que auxilia y conduce a toda la humanidad, lo sepa esta o no lo sepa
El pueblo de Israel demoró, pues
varios siglos en descubrir el verdadero rostro de Dios. Pero aún nos falta a nosotros terminar de entender a Dios. Hay que seguir meditando y reflexionando para averiguar que quiere hoy de la humanidad actual, de nuestro país, de nuestra familia, de nosotros mismos, en este único paso por la historia que tendremos. En definitiva, debemos averiguar cual es su proyecto para el hombre de hoy, Es el único modo de llegar al final de ese largo y apasionante camino, que comenzó a ser recorrido a tientas y tímidamente por nuestro Padre Abraham cuatro mil años atrás.
No olvidemos pues las tres
características de Nuestro Dios único y Verdadero:
a) Dios es cercano y protector.
b) Dios es Trascendente y Creador.
c) Dios es un Dios con futuro, gobierna la historia hacia una meta, con proyectos y esperanzas.
Si comparamos al Verdadero y único Dios en estas tres cualidades, con cualquiera otro que se nos presente, seamos capaces de medir el Ancho, el Largo, y lo Alto de Dios