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El medio ambiente

LILIANA HERRERA MEJIA


SEDE HUARAZ
La tradición occidental

 Las actitudes occidentales hacia la naturaleza


surgieron de la combinación de las del pueblo
hebreo, (primeros libros de la Biblia) y la filosofía
de los antiguos griegos (Aristóteles).

 En contraste con otras tradiciones antiguas,


(India), los seres humanos eran el centro del
universo moral, y a menudo, lo único moralmente
importante de este mundo.
La tradición occidental

 Según la tradición occidental dominante:


– El mundo natural existe para beneficio de los seres
humanos.
– Dios dio al ser humano señorío sobre el mundo natural,
y a Dios no le importa como lo tratemos.
– Los seres humanos son los únicos miembros
importantes de este mundo.
– La naturaleza no tiene ningún valor intrínseco, y la
destrucción de plantas no puede ser pecaminosa, a
menos que con esta destrucción se haga daño a seres
humanos.
Las generaciones futuras

 El carácter cultural y político moderno tiene gran


dificultad en reconocer los valores de largo plazo.
 Una vez que un bosque se tala, o se anega para
construir una presa, el vínculo con el pasado
desaparece para siempre.
 De ello se deriva un costo que tendrán que
soportar todas las generaciones que nos sucedan
en este planeta.
Las generaciones futuras
 Por este motivo, los especialistas en medio ambiente
tienen razón cuando hablan de las zonas vírgenes como
“patrimonio mundial”.
 Es algo que hemos heredado de nuestros antecesores y
que debemos conservar para nuestros descendientes, si
es que queremos que la hereden.
 Por tanto, justificar la destrucción de un viejo bosque sobre
la base de que nos proporcionará beneficios exportadores
no es válido.
 Incluso aunque pudiéramos invertir esos ingresos y
aumentar su valor; pues nunca se podrá recomprar el
vínculo con el pasado que representa el bosque.
Las generaciones futuras
 Hasta cierto punto, el que las generaciones
futuras valoren la naturaleza es cuestión nuestra;
o, al menos, es una cuestión en la que podemos
influir.

 Tenemos que animar a las generaciones futuras a


amar la naturaleza; si acaban prefiriendo la
televisión y los juegos de ordenador, habremos
fracasado.
Un mundo post-natural
 Hemos atravesado un momento decisivo en
la historia de nuestro planeta. “vivimos en
un mundo post-natural”.
 Nada puede deshacer eso: el clima de
nuestro planeta está bajo nuestra influencia.
 Sin embargo, todavía tenemos muchas
cosas que valoramos en la naturaleza, y
quizás sea todavía posible salvar lo que
queda.
Una ética centrada en
el ser humano
 Una ética centrada en el ser humano puede ser base de
fuertes argumentos a favor de los “valores medio
ambientales”.
 Tal ética no implica que el crecimiento económico sea más
importante que la conservación de las zonas vírgenes.
 Sin embargo, debe quedar claro que es insuficiente
limitarse a una ética centrada en el ser humano.
 Hace falta considerar desafíos más importantes y
fundamentales a este enfoque tradicional occidental sobre
temas medio ambientales.
¿Existe valor más allá de los
seres sensibles?
 En cualquier exploración seria de los valores
medio ambientales un tema central será la
cuestión del valor intrínseco.
 Es arbitrario afirmar que sólo los seres
humanos lo tienen.
 Si encontramos valor en experiencias
conscientes humanas, no podemos negar que
haya valor, por lo menos, en algunas de las
experiencias de los seres no humanos.
¿Existe valor más allá de los
seres sensibles?
 Algo tiene valor intrínseco si es bueno o deseable
en sí mismo, lo que contrasta con el “valor
instrumental”; es decir, valor como medio para
alcanzar otro medio o propósito.
 Por eso, extender una ética de forma admisible
más allá de los seres sensibles es tarea difícil.
 Pero, una ética basada en los intereses de las
criaturas sensibles está en un terreno familiar.
¿Existe valor más allá de los
seres sensibles?
 Así, una vez que ampliemos la base de nuestra
decisión más allá de los intereses de los seres
humanos, habrá mucho que considerar además
de los beneficios económicos que se puedan
derivar de una acción.
 Una forma de establecer si un interés es
moralmente pertinente es preguntarse lo que
supone para la entidad afectada no satisfacer ese
interés.
¿Existe valor más allá de los
seres sensibles?
 Estas preguntas tienen sentido cuando se hacen
respecto de seres sensibles, pero no cuando se
hacen sobre árboles, ecosistemas o especies.
 Por tanto, la división entre criaturas sensibles y no
sensibles parece ser una base firme para el
establecimiento de un límite respecto de lo
moralmente importante.
 Deberíamos limitarnos, entonces, a argumentos
basados en los intereses de las criaturas sensibles,
presentes y futuras, humanas y no humanas.
Una ética del medio ambiente
 Favorece la consideración de los intereses de todas
las criaturas sensibles, incluidas sucesivas
generaciones que se extienden hacia el futuro lejano.
 Viene acompañada de una estética de aprecio por los
lugares salvajes y la naturaleza virgen.
 En un nivel más detallado, es aplicable a las vidas de
los moradores de ciudades y pueblos, no fomenta las
grandes familias.
 Rechaza los ideales de una sociedad materialista en
la cual el éxito se calibra por la cantidad de artículos
de consumo que se pueden acumular.
Una ética del medio ambiente
 En su lugar, juzga el éxito en términos de las
capacidades propias y la consecución de una
realización y satisfacción reales.
 Promueve la frugalidad, en la medida en que es
necesaria para minimizar la contaminación y asegurar
que todo lo que se puede volver a usar se vuelva a
usar.
 El énfasis en la frugalidad y en una vida sencilla no
implica que la ética del medio ambiente desapruebe el
placer, sino que los placeres que valora no provengan
de un consumo exagerado.
Una ética del medio ambiente

 Deben provenir de estrechas relaciones


personales y sexuales, de estar cerca de los
niños y de los amigos, de la conversación, del
deporte y del esparcimiento que estén en
armonía con nuestro medio ambiente en lugar
de dañarlo.

 Deben provenir de una alimentación no basada


en la explotación de las criaturas sensibles y
que no tenga como costo la tierra;
Una ética del medio ambiente

 Deben provenir de la actividad creativa y el trabajo de


todo tipo.

 De saber apreciar las zonas vírgenes del mundo en


que vivimos.

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