Hirschhorn La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid presenta la exposición The subjecters, del artista suizo residente en París, Thomas Hirschhorn, que reúne ocho instalaciones-esculturas que tienen en común la utilización de maniquíes. The subjecters es el título de la exposición pero también el término global para las obras que el artista ha realizado con maniquíes, o con partes de los mismos. La obra de Thomas Hierchhorn, se caracteriza por ser una reflexión comprometida sobre la realidad contemporánea. Haciendo uso de distintas disciplinas como la escultura, el video o la instalación, Hirchhorn desarrolla un trabajo ligado a la crítica social y política. A través de la utilización de materiales cotidianos como cinta adhesiva, cartón, hojas de plástico, fotocopias o, en este caso maniquíes, representa situaciones universales de una manera transgresiva y directa. Las referencias a l moda, el arte, la política y la filosofía, se entrelazan en su trabajo de manera paradójica. Su obra está concebida en función del espacio al que esté destinada: “altares” y “monumentos” en la calle como homenajes a sus pensadores favoritos, o esculturas si se trata de un museo o centro de arte. En ambos casos el compromiso y la implicación personal son centrales para Hirschhonrn, y por ello, quiero agradecerle su disposición y entusiasmo para presentar por primera vez en Madrid su trabajo. Quiero Cabrero, comisario de la muestra, y el de todo el agradecer por último el trabajo de Ignacio Cabrero comisario de la muestra, y el de todo el equipo de exposiciones de La Casa Encendida que han hecho posible la realización de esta exposición y del catálogo que la acompaña Carmen Contreras Gómez Directora Gerente de la Obra Social Caja Madrid “Vivo en este complejo, caótico , cruel , bello y maravilloso mundo. Quiero ser feliz en él y quiero que mi trabajo refleje” Thomas Hirschhorn En noviembre del pasado año 2008 visité por vez primera el estudio de Thomas Hirschhorn en Aubervillers, en las afueras de París, cerca del Estadio de Francia. El primer encuentro con el artista resultó ser de una cordialidad y una armonía que no esperaba. En mitad de una calle semidesier, un edificio gris con una puerta metálica, y en el lado izquierdo de la puerta, el timbre con el nombre plastificado de Thomas Hirschhorn. Tuve que hacerlo sonar una sola vez, antes de que el propio artista abriera la puerta y me invitara a entrar y a subir por unas escaleras. Según subíamos, puede observar el gran espacio principal de la nave industrial, un estudio diáfano repleto de estructuras de cartón, maniquies, maderas, plásticos, revistas, etc. Que conforman el universo Hirschhorn. Continuamos ascendiendo hasta el final de la escaleta, y entramos en una especie de oficina suspendida en medio de la nave. Una vez acomodados en este espacio Thomas me ofreció un café que él mismo preparó, en una cocina separada por una barra. Sentados alrededor de una gran mesa comenzamos a hablar sobre su trabajo, y también sobre mi interés en sus proyectos artísticos. Hablamos de su trabajo con el público. De su manera de incluir al otro en sus propuestas: “Dialogar con el Otro es una manera de alcanzar lo Universal”. Hablamos especialmente de su proyecto “Museo Precario Albinet”, una obra de arte, que no un proyecto socio-cultural, donde el artista implicó a los habitantes de Aubervillers, invitándoles a crear un museo con las obras de los artístas más importantes del sXX. Obras originales prestadas principalmente por el Centro Pompidou y expuestas durante dos meses en este lugar de las afueras de París. También se habló de su relación con la filosofía a través de propuestas artísticas que había realizado para el espacio público, como el Monumento de Spinoza, en Amsterdam, 1999, Monumento a Gilles Delcuze, en Avignon, 2000, o el Monumento a Georges Bataille en la Documenta de Kassel, 2001. Propuestas que no fueron presentadas como “esculturas al aire libre”, sino como obras de arte que implicaron a los habitantes del lugar, pues Thomas Hirschhorn siempre requiere la participación de la población local para instalar sus “monumentos”, casi siempre rodeados de construcciones con cartón y plásticos en cuyo interior crea espacios de documentación, textos del filósofo homenajeado o del propio artista, mediateca, bar exposición, etc.