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Hermanos, se narran aquí las

Vidas ejemplares de: Santo


Tomás y San Matías,
apóstoles.

Francisco Martínez Arias

Septiembre 2008
SEÑOR: AUMÉNTANOS
LA FE

Se le conoce a Santo
Tomás por su
incredulidad después
de la muerte del
Señor. Jesús se
apareció a los
discípulos el día de la
resurrección para
convencerlos de que
había resucitado
realmente.
De este apóstol narra el santo evangelio
tres episodios.

El primero sucede cuando Jesús se dirige


por última vez a Jerusalem, donde según lo
anunciado, será atormentado y lo matarán.
En este momento los discípulos sienten un
impresionante temor acerca de los graves
sucesos que pueden suceder y dicen a
Jesús:
"Los judíos quieren
matarte y ¿vuelves
allá?”. Y es entonces
cuando interviene
Tomás, llamado Dídimo
(en este tiempo muchas
personas de Israel
tenían dos nombres:
uno en hebreo y otro en
griego. Así por ej. Pedro
en griego y Cefás en
hebreo). Tomás, es
nombre hebreo. En
griego se dice "Dídimo",
que significa lo mismo:
el gemelo.
Santo Tomás apóstol

La Iglesia celebra su día el 3 deJulio.


Cuenta San Juan (Juan, 11-16) "Tomás, llamado
Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también
nosotros y muramos con Él". Aquí el apóstol
demuestra su admirable valor. Un escritor llegó
a decir que en esto Tomás no demostró
solamente "una fe esperanzada, sino una
desesperación leal". O sea: él estaba seguro de
una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave
y terrible que fuera, no quería abandonar a
Jesús.
El valor no significa no
tener temor. Si no
experimentáramos miedo y
temor, resultaría muy fácil
hacer cualquier heroísmo.
El verdadero valor se
demuestra cuando se está
seguro de que puede
suceder lo peor, sentirse
lleno de temores y terrores
y sin embargo arriesgarse
a hacer lo que se tiene que
hacer. Y eso fue lo que
hizo Tomás aquel día.
Nadie tiene porque sentirse
avergonzado de tener miedo y pavor,
pero lo que sí nos debe avergonzar
totalmente es el que a causa del temor
dejemos de hacer lo que la conciencia
nos dice que sí debemos hacer, Santo
Tomás nos sirva de ejemplo.
La segunda intervención:

Sucedió en la Última Cena.


Jesús les dijo a los apóstoles:
"A donde Yo voy, ya sabéis el
camino". Y Tomás le
respondió: "Señor: no
sabemos a donde vas, ¿cómo
podemos saber el camino?"
(Juan, 14- 15). Los apóstoles
no lograban entender el
camino por el cual debía
transitar Jesús, porque ese
camino era el de la Cruz. En
ese momento ellos eran
incapaces de comprender esto
tan doloroso.
Y entre los apóstoles había uno
que jamás podía decir que
entendía algo que no lograba
comprender. Ese hombre era
Tomás. Era demasiado sincero, y
tomaba las cosas muy en serio,
para decir externamente aquello
que su interior no aceptaba. Tenía
que estar seguro. De manera que
le expresó a Jesús sus dudas y su
incapacidad para entender aquello
que Él les estaba diciendo.
Y lo maravilloso es que la
pregunta de un hombre
que dudaba obtuvo una de
las respuestas más
formidables del Hijo de
Dios. Uno de las más
importantes afirmaciones
que hizo Jesús en toda su
vida.
Nadie en la religión debe
avergonzarse de preguntar
y buscar respuestas
acerca de aquello que no
entiende, porque hay una
verdad sorprendente y
bendita: todo el que busca
encuentra.
Le dijo Jesús: "Yo soy el Camino, la
Verdad y la Vida. Nadie va al Padre
sino por mí" Ciertos santos como por
ejemplo el Padre Alberione, Fundador
de los Padres Paulinos, eligieron esta
frase para meditarla todos los días de
su vida.
Porque es demasiado importante como
para que se nos pueda olvidar.
Esta hermosa frase nos admira y nos
emociona a nosotros, pero mucho más
debió impresionar a los que la
escucharon por primera vez.
En esta respuesta Jesús habla
de tres cosas en forma
suprema e importantes para
todo israelita: el Camino, la
Verdad y la Vida. Para ellos el
encontrar el verdadero camino
para llegar a la santidad, y
lograr tener la verdad y
conseguir la vida verdadera,
eran cosas extraordinariamente
importantes.
La tradición antigua dice que
Santo Tomás Apóstol fue
martirizado en la India el 3 de
julio del año 72. Parece que en
los últimos años de su vida
estuvo evangelizando en Persia
y en la India, y que allí sufrió el
martirio.
SANTO TOMÁS
Santo Tomás, apóstol de Cristo, pescador de
Galilea, es prototipo de los que se resisten a
creer, pero sobre todo es modelo de los que,
una vez que han sido iluminados en su fe
vacilante, se adhieren a Cristo en la más
intensa profundidad de todo su ser. Así
expresó su fe Tomás con aquellas palabras
que valen lo que una vida, y que son como una
profunda reparación de su increencia primera:
<<¡Señor mío y Dios mío!>>. Su fiesta se
celebra el 3 de Julio
San Matías apóstol
La Iglesia celebra su día
el 14 de Mayo
Clemente de Alejandría,
basándose en la
tradición, afirma que San
Matías fue uno de los 72
discípulos que el Señor
envió a predicar durante
su ministerio.
Los hechos de los
Apóstoles afirman que
Matías acompañó al
Salvador, desde el
Bautismo hasta la
Ascensión.
Cuando Pedro decidió
proceder a la elección de
un nuevo Apóstol para
reemplazar a Judas, los
candidatos fueron José,
llamado Bernabé y
Matías.
Finalmente, la elección
cayó sobre Matías, quien
pasó a formar parte del
grupo de los doce.
El Espíritu Santo
descendió sobre él en
Pentecostés y Matías
se entregó a su misión.
Clemente de Alejandría
afirma que se distinguió
por la insistencia con que
predicaba la necesidad
de mortificar la carne
para dominar la
sensualidad. Esta lección
la había aprendido del
mismo Jesucristo.
Este es el apóstol No. 13 (El 14 es San
Pablo). Es un apóstol "póstumo" (Se
llama póstumo al que aparece después
de la muerte de otro). Matías fue
elegido "apóstol" por los otros 11,
después de la muerte y Ascensión de
Jesús, para reemplazar a Judas
Iscariote que se ahorcó. La S. Biblia
narra de la siguiente manera su
elección:
"Después de la Ascensión
de Jesús, Pedro dijo a los
demás discípulos:
Hermanos, en Judas se
cumplió lo que de él se
había anunciado en la
Sagrada Escritura: con el
precio de su maldad se
compró un campo. Se
ahorcó, cayó de cabeza,
se reventó por medio y se
derramaron todas sus
entrañas.
El campo comprado con sus 30
monedas se llamó Haceldama, que
significa: "Campo de sangre".

El salmo 69 dice:
"su puesto queda sin quién lo
ocupe, y su habitación queda sin
quién la habite", y el salmo 109
ordena: "Que otro reciba su
cargo".
"Conviene entonces que
elijamos a uno que
reemplace a Judas. Y el
elegido debe ser de los
que estuvieron con
nosotros todo el tiempo
en que el Señor convivió
con nosotros, desde que
fue bautizado por Juan
Bautista hasta que
resucitó y subió a los
cielos".
Los discípulos presentaron dos
candidatos: José, hijo de Sabas y
Matías. Entonces oraron diciendo:
"Señor, tú que conoces los
corazones de todos, muéstranos a
cual de estos dos eliges como
apóstol, en reemplazo de Judas".
Echaron suertes y la
suerte cayó en Matías y
fue admitido desde ese
día en el número de los
doce apóstoles
(Hechos de los Apóstoles,
capítulo 1).

San Matías se puede


llamar un "apóstol gris",
que no brilló de manera
especial, sino que fue
como tantos de nosotros,
un discípulo del montón,
como una hormiga en un
hormiguero.
San Clemente y San Jerónimo
dicen que San Matías había sido
uno de los 72 discípulos que
Jesús mandó una vez a
misionar, de dos en dos. Una
antigua tradición cuenta que
murió crucificado. Lo pintan con
una cruz de madera en su mano
y los carpinteros le tienen
especial devoción.
San Matías es el apóstol
póstumo de Jesús, que
se incorpora al grupo
después de la Ascensión
del Señor. De varios
apóstoles apenas
sabemos más que el
nombre. De Matías sólo
sabemos su nombre y su
elección. Es el único
apóstol no elegido por
Jesús. San Matías el
sustituto, podíamos decir.
Espero que hayáis leído
con atención la vida de
estos dos Santos
apóstoles

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