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El documento describe dos incidentes bíblicos en los que Dios satisfizo las necesidades de sus hijos a través de milagros. En el primero, Eliseo multiplicó 20 panes para alimentar a 100 personas hambrientas. En el segundo, la harina y el aceite de una viuda se multiplicaron para alimentarla a ella y a su hijo durante muchos días. Ambos ejemplos demuestran que Dios siempre se interesa por satisfacer las necesidades de sus hijos y puede hacer que lo poco se haga mucho a través de su bendición.
El documento describe dos incidentes bíblicos en los que Dios satisfizo las necesidades de sus hijos a través de milagros. En el primero, Eliseo multiplicó 20 panes para alimentar a 100 personas hambrientas. En el segundo, la harina y el aceite de una viuda se multiplicaron para alimentarla a ella y a su hijo durante muchos días. Ambos ejemplos demuestran que Dios siempre se interesa por satisfacer las necesidades de sus hijos y puede hacer que lo poco se haga mucho a través de su bendición.
El documento describe dos incidentes bíblicos en los que Dios satisfizo las necesidades de sus hijos a través de milagros. En el primero, Eliseo multiplicó 20 panes para alimentar a 100 personas hambrientas. En el segundo, la harina y el aceite de una viuda se multiplicaron para alimentarla a ella y a su hijo durante muchos días. Ambos ejemplos demuestran que Dios siempre se interesa por satisfacer las necesidades de sus hijos y puede hacer que lo poco se haga mucho a través de su bendición.
humano es poder satisfacer sus necesidades bsicas, sea alimento, ropa, vivienda, medicamentos para la salud, o la falta de dinero para la adquisicin de stos. Aunque la Palabra de Dios dice: No os preocupis por vuestra vida, qu habis de comer o qu habis de vestir Mirad las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni juntan en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta Y por el vestido por qu os preocupis? Considerad los lirios del campo, cmo crecen sin fatigarse ni hilar (Mateo 6:25-28). An as, la preocupacin por la satisfaccin de nuestras necesidades est presente en la mayora de nosotros. Hay dos incidentes en la vida del profeta Eliseo con los estudiantes de las escuelas de los profetas que dan confianza y tranquilidad a nuestra vida, sabiendo que Dios est dispuesto a hacer todo, si es necesario un milagro, para suplir nuestras necesidades. Se encuentran en 2 Reyes 4:38-44: 38 Eliseo volvi a Gilgal cuando haba una
grande hambre en la tierra. Y los hijos de los
profetas estaban con l, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los profetas. 39 Y sali uno al campo a recoger hierbas, y
hall una como parra monts, y de ella llen
su falda de calabazas silvestres; y volvi, y las cort en la olla del potaje, pues no saba lo que era. 40Despus sirvi para que comieran los hombres; pero sucedi que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: !!Varn de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer.
41l entonces dijo: Traed harina. Y la esparci
en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo ms mal en la olla. 42 Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varn de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y l dijo: Da a la gente para que coma. 43 Y respondi su sirviente: Cmo pondr
esto delante de cien hombres? Pero l volvi
a decir: Da a la gente para que coma, porque as ha dicho Jehov: Comern, y sobrar. 44Entonces lo puso delante de ellos, y comieron, y les sobr, conforme a la palabra de Jehov. I. DIOS SIEMPRE SE INTERESA POR SUS HIJOS NECESITADOS Se interes Dios por los cien estudiantes de la escuela de Gilgal que estaban padeciendo de hambre?
San la comida envenenada a travs de
la intervencin del profeta Eliseo y todos pudieron comer. Movi el corazn de un hombre de Baal-salisa para que llevara al profeta Eliseo sus primicias: veinte panes de cebada y trigo nuevo en su espiga, justo cuando los estudiantes tenan necesidad de alimento.
Multiplic los panes para que
comieran todos y an sobr. Dios conoce nuestras necesidades y ha hecho provisin para satisfacerlas. El Seor tiene una tesorera con abundantes provisiones para sus hijos, y puede darles lo que necesitan en todas las circunstancias. Entonces por qu no confiis en l? (A fin de conocerle, p. 227) Para proveernos lo necesario, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales nada sabemos. Los que aceptan el principio sencillo de hacer del servicio de Dios el asunto supremo, vern desvanecerse sus perplejidades y extenderse ante sus pies un camino despejado (El ministerio de curacin, p. 382). Los cristianos no deberan permitir ser perturbados por preocupaciones ansiosas por las necesidades de la vida. Si los hombres aman y obedecen a Dios, y cumplen su parte, Dios satisfar todas sus necesidades. Aunque los recursos para suplir las necesidades de la vida diaria deben obtenerse con el sudor de la frente, no debemos desconfiar de Dios, porque en el gran plan de su providencia l suplir lo que se necesite cada da (Consejos sobre Mayordoma Cristiana, p. 240). Actualmente, Dios utiliza los medios naturales para satisfacer nuestras necesidades, que muchas veces pasamos como inadvertidos. Es Dios quien manda la lluvia y el sol para que la tierra produzca alimentos, y a veces pensamos que tenemos alimento porque tenemos dinero para comprarlo. Pensemos, qu sucedera si un ao la tierra se negara a dar sus frutos, de qu servira nuestro dinero? Es Dios quien da sabidura a los mdicos para que nos den el medicamento adecuado para sanar nuestras enfermedades.
Cuando los medios naturales no son
suficientes para suplir nuestras necesidades, Dios ha hecho milagros cuando lo ha considerado necesario. Sabemos de casos que han sanado milagrosamente cuando la ciencia no ha podido hacer algo, de recursos que han llegado a personas de forma y procedencia inesperada. El cielo est ms cerca de la tierra de lo que muchos piensan. Dios siempre se interesa por sus hijos necesitados, y en todo momento est listo para suplir lo que les falta. No hay pas ni pueblo de la tierra donde la Providencia no est operando constantemente para dar lo que falta a los necesitados. Cada huerta y campo que produce fruto da testimonio tanto del poder de Dios para obrar milagros como de su amor ilimitado. Dios siempre obra a favor de sus dbiles hijos de la tierra. Quiz no se vean en forma tan evidente las manifestaciones de su amor y su poder como en los das de Eliseo, pero basta que abramos los ojos para reconocer con mayor claridad que el Ser Supremo est presente, todava obra con amor y misericordia para con los necesitados hijos de Adn. (CBA, Tomo 2, p. 870). LOS MANDAMIENTOS DE DIOS DEBEN SER OBEDECIDOS AUNQUE PAREZCAN IRRAZONABLES
Cuando el Seor da a los hombres una obra que
hacer, ellos no deben detenerse a preguntar si la orden es razonable ni cual ser el resultado probable de sus esfuerzos por obedecer (Profetas y Reyes, p. 183). El sirviente miraba las primicias con ojos humanos, pero Eliseo haba mirado esa misma ofrenda de alimento con los ojos de la fe y de Dios.
Para el sirviente la orden del profeta pareca
casi una necedad e imposible de cumplir. Cmo podran saciar el hambre de cien personas con veinte panes de cebada? Cuando Jess estaba por alimentar a la multitud con cinco panes de cebada y dos pececillos, la pregunta de Andrs, hermano de Simn Pedro, demostr el mismo espritu: Qu es esto para tantos (Juan 6:9). Eliseo haba hablado por inspiracin. El profeta que habla inspiradamente siempre trasmite las palabras de Dios. Dios tiene poder infinito. Sus recursos pueden satisfacer las necesidades de todos. l puede aumentar la provisin ms insignificante solamente con tocarla. El poder de Dios hizo que esos pocos panes aumentaran hasta que se saciaran todos los presentes. CON LA BENDICIN DE DIOS LO POCO SE HACE MUCHO Veinte panes se hicieron mucho ms porque tenan la bendicin de Dios a travs del profeta Eliseo.
Las matemticas de Dios son diferentes a las
nuestras. Dios suma restando y multiplica dividiendo. La fidelidad en devolver nuestros diezmos y agradecer a Dios con nuestras ofrendas confirma esta realidad. Rinden ms ochenta pesos con la bendicin de Dios que cien sin su bendicin. Cmo funciona esto? No lo podemos explicar, como tampoco podemos explicar y entender cmo los veinte panes fueron suficientes para alimentar a cien personas y sobr. Algo parecido sucedi en el caso de la viuda de Sarepta. 1 Reyes 17:8-16.
Esa mujer no era israelita. Nunca haba
gozado de los privilegios y bendiciones que haba disfrutado el pueblo escogido de Dios; pero crea en el verdadero Dios, y haba andado en toda la luz que resplandeca sobre su senda (Profetas y Reyes, p. 95). Tena alimento para ella y su hijo slo para un da. Su fe fue grandemente probada cuando el profeta Elas le pide que prepare primero para l una pequea torta cocida y que luego haga para ella y para su hijo. No podra haberse exigido mayor prueba de fe. Hasta entonces la viuda haba tratado a todos los forasteros con bondad y generosidad. En ese momento, sin tener en cuenta los sufrimientos que pudiesen resultar para ella y su hijo, y confiando en que el Dios de Israel suplira todas sus necesidades, dio esta prueba suprema de hospitalidad obrando como le dijo Elas. (Profetas y Reyes, p. 95). La multiplicacin de la harina y su aceite ocurre cuando decide poner a Dios en primer lugar, y entonces su provisin le alcanza para comer durante muchos das. Comi porque crey en la promesa de Dios. Miles en torno de ella los que confiaban en Baalmoran de hambre. Cuando se le pidi que diera, tan slo tena lo suficiente para una ltima comida para ella y su hijo. Pero cuando hubo dado, tuvo suficiente para ella y toda su casa, y tambin para el profeta, durante muchos das. Encontr vida y bendiciones debido a su fe en Dios. Hay quienes reparten y les es aadido ms Prov. 11:24 (CBA, Tomo 2, p. 812). CONCLUSIN
Por las evidencias consideradas en la Palabra de
Dios y en nuestra propia vida, podemos confiar en que Dios est profundamente interesado en satisfacer nuestras necesidades. Necesitamos confiar en l, actuar con fe, obedeciendo sus indicaciones aunque a veces nos parezcan irrazonables o con poca probabilidad de xito. Necesitamos darle a Dios el primer lugar en nuestra vida, como lo hizo la viuda de Sarepta. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os sern aadidas (Mateo 6:33).