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AZUL
¿QUÉ ES LUZ?
• Lo que llamamos luz es un conjunto de radiaciones situadas, de media, entre los
380nm (extremo azul-violeta) y los 750 nm (extremo rojo). La luz que llega a nuestro ojo
está compuesta por una serie de “bandas” de distinta energía lumínica. Newton, en el
S.XVII, ya demostró con un simple prisma como la luz blanca se descomponía en un
conjunto de bandas que coinciden con los colores del arco iris. La luz más “potente”
es la luz azul del espectro (380-495 nm), mientras que la menos “potente” corresponde
con el lado opuesto del espectro, el lado rojo.
Luz azul-turquesa Luz azul-violeta
“Los ojos están hechos para ver con luz, pero no para mirar la luz”.
ENTONCES, ¿CÓMO NOS
CUIDAMOS?
Con filtros de absorción y los filtros de reflexión. Mientras los primeros filtran parte
de la luz azul mediante absorción directa, los segundos realizan tal función con
un tratamiento antirreflejante especial que impide que penetre una parte de la
luz azul En esencia, son dos caminos para llegar al mismo sitio: filtrar parte de la
luz azul que llega a nuestras retinas.
• Los Filtros de absorción de la luz azul: son los filtros de tono amarillo que suelen
eliminar entre un 15-20% de luz azul
• Los Filtros a través de antirreflejos: son los elegidos por los principales
fabricantes de lentes y su principal característica es poseer cierto reflejo
morado.
• mantener distancia adecuada al monitor, trabajar sin reflejos molestos, realizar
descansos periódicos, obligarse a parpadear
ANTIRREFLEJOS
• o “capa antirreflejo”, cuya principal función consiste en lograr una transmisibilidad de
la luz a través de la lente cercana al 100%. Es decir, se intenta eliminar la sensación de
llevar algo delante de los ojos.
• Uno de los problemas que más nos indican los pacientes usuarios de lentes con
antirreflejo es su rápido ensuciamiento. Cualquier huella o partícula de grasa o polvo
enturbia la transparencia de estas lentes de tal forma que es necesaria su limpieza.
• Algunos pacientes optan por eliminar el antirreflejo con la excusa de que sus lentes se
ensucian menos. Es un error. Si cogemos una lente con antirreflejo y otra sin él y las
tocamos con nuestro dedo veremos dos cosas distintas: en la lente con antirreflejo
veremos nuestra huella. En la que no lo tiene no. Ahora bien, ambas están igual de
sucias y perjudican por igual nuestra correcta visión. La diferencia es que con el
antirreflejo somos conscientes del problema y lo podemos solucionar (limpiando las
lentes), mientras que en el otro caso no somos conscientes de ellos (lo que redunda
en una peor calidad visual).
• Haciendo una sencilla analogía, quitar el antirreflejo para evitar limpiar las lentes es lo
mismo que atajar un dolor en nuestro cuerpo con analgésicos por no ir al médico y
descubrir la causa real de tal malestar.