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PROGRAMA EDUCATIVO:
LIC. DERECHO
ASIGNATURA:
DERECHO PROCESAL AGRARIO
CATEDRÁTICO:
OSCAR CASTRO GARCIA
CAMPUS:
CHIGNAHUAPAN
INTEGRANTES:
ELYA FLOR LEMINI ORTEGA
MARICELA ORDOÑEZ GONZÁLEZ
Los bienes inmuebles que por alguna razón no pueden ser vendidos se le llama
Desamortización, es decir fuera del mercado, se dice que son de manos
muertas.
V. Prima por familia establecida y otra menor por familia desembarcada; prima
por familia mexicana establecida en colonia de extranjeros.
VI. Transporte de los colonos, por cuenta del gobierno, en las líneas de vapores y
de ferrocarriles subvencionadas
La Ley Sobre Ocupación Y Enajenación De Terrenos Baldíos que vino a suspender
el limite de 2500 hectáreas que establecía a la propiedad inmueble de
conformidad con el art. 21 del Decreto sobre Colonización de 1883 que estableció
que los terrenos nacionales, baldíos o demasías poseídos por 20 años o más,
deberían contar con títulos primordiales; de lo contrario, entrarían a composición
o denuncia.
En su art. 6 podían ser denunciados aun cuando contaran con títulos traslativos de
dominio emanados por particulares o de autoridad publica no autorizada para
enajenar terrenos baldíos y que no tuvieran las características de ser un titulo
primordial, con esta ley también cesó la obligación de los propietarios y poseer de
terrenos baldíos de tenerlos poblados, acotados y cultivados.
El Decreto del 18 de diciembre de 1909 se ordenaba continuar con el reparto de
ejidos de tal manera que se dieran lotes a los jefes de familia, en propiedad
privada, pero con la salvedad de que durante 10 años serian no enajenables,
inembargables e intrasmisibles.
Los planes y pactos se fue delineando el movimiento armado que inicio Madero, en
lucha por el poder tras las elecciones presidenciales de 1910. Madero inició,
después de la reelección de Porfirio Díaz, la Revolución Mexicana con el Plan de
San Luis.
Madero con este plan expuso las condiciones sociales de los mexicanos que
Vivian bajo una tiranía del Poder Legislativo como el judicial estaban
completamente supeditados al ejecutivo; la división de los poderes, la soberanía
de los estados, la liberta de los ayuntamientos y el derecho del ciudadano sólo
existía en nuestra Carta Magna.
La justicia solo servía para legalizar los despojos que comete el fuerte mediante
los jueces que eran servidores del ejecutivo que cuyo interés era servir a las
cámaras de la unión que no tenían otra voluntad que la del dictador que era la
del General Porfirio Díaz.
El plan de Madero declaro nulas las elecciones para presidente y vicepresidente
de la republica, magistrados a la suprema corte de la nación, diputados y
senadores; y las leyes promulgadas por la administración porfirista y sus
reglamentos respectivos que requieran reformas, a excepción de aquellas que
manifiestamente se hallaran en pugna con los principios proclamados en el Plan
de San Luis
El presidente Madero incumplió los postulados revolucionarios incluidos en la
proclamación del Plan de San Luis con lo referente a restituir a sus antiguos
poseedores los terrenos de que se les despojo, surgió la inconformidad lo que
se considero la tracción de Madero a los ideales devocionarios, esta situación
provocó una lucha de grupos por el poder y en otros casos, como el de zapata,
por el cumplimiento de los anhelos de justicia y libertad.
Andrés Molina Enríquez se adhiere a la lucha en 1911, porque no se le dio
prioridad al problema de la tierra. Lanzando el Plan de Texcoco parecía dirigido
al gobierno interino de León de la Barra que era la expresión de inconformidad
por el incumplimiento de algunos de los planteamientos del Plan de San Luis.
Por su parte, la fracción VII excluía de la hipótesis anterior a las demás corporaciones civiles al
precisar: “Fuera de las corporaciones a que se refieren las fracciones III, IV, V y VI, ninguna
otra corporación civil podrá tener en propiedad o administrar por sí, bienes raíces o capitales
impuestos sobre ellos”
• También fijaba las bases para el fraccionamiento de las grandes extensiones de tierras, dejando a
los gobiernos locales el establecimiento de la superficie correspondiente a la pequeña propiedad.
• Incorporado en su redacción la nulidad a que se refería la ley del 6 de enero de 1915 y agregaba a
su contenido la figura de la restitución.
• Cabe destacar que la nulidad de las enajenaciones realizadas en contravensión a la ley del 25 de
junio de 1856 (Ley de desamortización) procede cuando no se hubiere hecho el fraccionamiento
conforme a esta ley, es decir, dicha normatividad no pretendió despojar de sus tierras a las
comunidades, sino que el fraccionamiento de las tierras de los pueblos debía realizarse y
adjudicarse a favor de sus moradores por lo que si la enajenación se realizó a personas extrañas a
los pobladores, por lo que si la enajenación se realizó a personas extrañas a los pobladores, resulta
procedente dicha nulidad, conforme al referido texto constitucional, que en la actualidad se
conserva en la fracción VIII del artículo 27 del Pacto Federal.
ARTÍCULO 27.- La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del
territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual, ha tenido y tiene el
derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad
privada.
Ésta no podrá ser expropiada sino por causa de utilidad pública y mediante indemnización.
En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable e
imprescriptible, y sólo podrán hacerse concesiones por el Gobierno Federal a los particulares o
sociedades civiles o comerciales constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la condición de
que se establezcan trabajos regulares para la explotación de los elementos de que se trata, y se
cumpla con los requisitos que prevengan las leyes.
La capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la Nación, se
regirá por las siguientes prescripciones:
I.— Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades
mexicanas, tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus
accesiones, o para obtener concesiones de explotación de minas, aguas o
combustibles minerales en la República Mexicana. El Estado podrá conceder el
mismo derecho a los extranjeros siempre que convengan ante la Secretaría de
Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no
invocar, por lo mismo, la protección de sus Gobiernos, por lo que se refiere a
aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de la
Nación, los bienes que hubieren adquirido en virtud del mismo. En una faja de 100
kilómetros a lo largo de las fronteras y de 50 en las playas, por ningún motivo
podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras y aguas;
II.— Las asociaciones religiosas denominadas iglesias, cualquiera que sea su
credo, no podrán en ningún caso tener capacidad para adquirir, poseer o
administrar bienes raíces, ni capitales impuestos sobre ellos; los que tuvieren
actualmente, por sí o por interpósita persona entrarán al dominio de la Nación,
concediéndose acción popular para denunciar los bienes que se hallaren en tal
caso. La prueba de presunciones será bastante para declarar fundada la denuncia.
Los templos destinados al culto público son de la propiedad de la Nación,
representada por el Gobierno Federal, quien determinará los que deben continuar
destinados a su objeto. Los obispados, casas curales, seminarios, asilos o colegios
de asociaciones religiosas, conventos o cualquier otro edificio que hubiere sido
construido o destinado a la administración, propaganda o enseñanza de un culto
religioso, pasarán desde luego, de pleno derecho, al dominio directo de la Nación,
para destinarse exclusivamente a los servicios públicos de la Federación o de los
Estados en sus respectivas jurisdicciones. Los templos que en lo sucesivo se
erigieren para el culto público, serán propiedad de la Nación;
III.— Las instituciones de beneficencia, pública o privada, que tengan por objeto el
auxilio de los necesitados, la investigación científica, la difusión de la enseñanza, la
ayuda recíproca de los asociados o cualquier otro objeto lícito, no podrán adquirir,
tener y administrar capitales impuestos sobre bienes raí- ces, siempre que los plazos
de imposición no excedan de diez años. En ningún caso, las instituciones de esta índole,
podrán estar bajo el patronato, dirección, administración, cargo o vigilancia de
corporaciones o instituciones religiosas, ni de ministros de los cultos o de sus
asimilados, aunque éstos o aquéllos no estuvieren en ejercicio.
d) El valor de las fracciones será pagado por anualidades que amorticen capital
y réditos en un plazo no menor de veinte años, durante el cual el adquiriente no
podrá enajenar aquéllas. El tipo de interés no excederá del cinco por ciento
anual.
e) El propietario estará obligado a recibir bonos de una deuda especial para
garantizar el pago de la propiedad expropiada. Con este objeto el Congreso
de la Unión expedirá una ley facultando a los Estados para crear su deuda
agraria.
f) Las leyes locales organizarán el patrimonio de la familia, determinando los
bienes que deben constituirlo, sobre la base de que será inalienable, no
estará sujeto a embargo ni a gravamen ninguno.
Se declaran revisables todos los contratos y concesiones hechos por los
Gobiernos anteriores desde el año de 1876, que hayan traído por
consecuencia el acaparamiento de tierras, aguas y riquezas naturales de la
Nación, por una sola persona o sociedad, y se le faculta al Ejecutivo de la
Unión, para declararlos nulos, cuando impliquen perjuicios graves para el
interés público.
Desde su promulgación en 1917 a la actualidad, el texto del art. 27
constitucional ha sufrido, mediante 15 decretos, diversas modificaciones y
adiciones, que son las siguientes:
PRIMERA REFORMA