La técnica del Reflejo

Reflejar consiste en resumir o acentuar la comunicación manifiesta o

implícita de la persona.

Reformular (a través de la palabra) aquello que el cliente intenta

comunicar (lenguaje verbal y no verbal), captando pensamientos y
sentimientos que se esconden tras las palabras de la persona, y
devolviéndolos sin ningún tipo de interpretación u opinión personal.
Esta técnica permite que la persona se sienta escuchado y
comprendido, motivándolo a continuar hablando y profundizando
sin tener que responder a ningún tipo de pregunta directiva
(terapeuta solo acompaña en el proceso), por tanto, ayuda a la
persona a centrarse en su propia experiencia y a recoger aspectos
no percibidos hasta ahora.
Es importante reutilizar algunas palabras del paciente, priorizando las que le haya
puesto más carga emocional.

Por ejemplo:

C. “Me siento fatal, ¡La vida es una mierda!”

T. “Ya, la vida no te trata bien, ¿verdad?”
 Existen tres áreas principales para reflejar:

Contenidos.
Sentimientos.
Experiencia.

Reflejo de contenidos: Consiste en devolver en otras palabras los contenidos

expresados, de forma más o menos textual, puede ser parecido a parafrasear;
es útil para clarificar ideas, por ejemplo, cuando el consultante está
experimentando dificultad para hacerlo.
Reflejo de sentimientos: Implica devolver verbalmente a la
persona los sentimientos que expresó directamente. Ayuda a la
persona a enfocarse y apropiarse de sus sentimientos (afecto,
placer, hostilidad, culpa o ansiedad) y emociones (tristeza, enojo
[ira], amor, miedo, alegría), más que en los contenidos del discurso,
así como disminuir las defensas.
Reflejo de la experiencia: Implica percibir más allá de los
sentimientos verbalizados y captar los sentimientos implícitos
expresados por el consultante por medio de su lenguaje corporal
no-verbal, el reflejo de experiencia es de crucial importancia para la
escucha experiencial.
La técnica del reflejo conlleva notables beneficios:

a) El terapeuta al devolver con fidelidad lo que la persona ha comunicado; este

proporciona pruebas de haber escuchado de manera atenta e interesada y
también de haber comprendido correctamente el mensaje, por otra parte,
evita que el terapeuta oriente en alguna dirección determinada la entrevista.

b) La respuesta de reflejar ayuda al consultante a concentrarse sobre la propia

experiencia y darse cuenta de aspectos que no había percibido hasta ahora.
c) Cuando la persona recibe de regreso de manera correcta y precisa los
propios sentimientos y contenidos que había enviado anteriormente la
persona siente la participación afectiva del terapeuta.

d) Mediante el reflejo, el terapeuta está seguro de hacer sentir a la persona su

aceptación sin reservas y evitar hacer juicios e interpretaciones sobre ella.
e) Cuando el mensaje es poco claro o confuso para el terapeuta, la
reformulación permite aclarar dicho mensaje, de igual forma ofrece a la
persona la oportunidad de confrontarse con la nueva formulación, de clarificar
la propia situación y eventualmente de corregir o integrar la reformulación
hecha por el terapeuta.

f) Escuchando su propia comunicación de regreso, la persona tiene manera de

confrontarla con la visión que él mismo tiene de la realidad y controlar o darse
cuenta de las propias percepciones.
g) El terapeuta puede estar verificando constantemente si las
propias intervenciones están siendo acertadas o no, es decir si
reflejan fielmente el pensamiento y el estado de ánimo del
consultante, esto por medio de la continua verificación de la
percepción entre ambos.
 Modalidades de la respuesta reflejo.
Para Rogers hay tres maneras principales de llevar a cabo la respuesta reflejo:

1.- Reiteración: Apoyar nuevamente los contenidos expresados por la persona

sin añadir nada nuevo, desde hacer un pequeño resumen de lo dicho por la
persona, una acentuación sobre algún contenido particular expresado, o incluso
solamente asentir con la cabeza a lo expresado.

Permite a la persona darse cuenta de que el terapeuta lo está escuchando, y

favorece un clima de confianza y seguridad propicio, disminuyendo las
posibles posturas defensivas.
2.- Reflejo de sentimientos: Recoger el componente emocional presente o
inherente a la comunicación de la persona y devolverlo mediante una
verbalización clara.

La reiteración facilita el proceso dando al sujeto el sentimiento de ser

perfectamente comprendido y respetado, en tanto que el reflejo de
sentimientos trata de sacar a luz la intención, la actitud o el sentimiento
inherentes en las palabras.
Hay que tener precisión y hacer el reflejo en el momento en que se reconoce la
emoción o sentimiento, ya que, aunque ésta pueda reaparecer más tarde, quizá
lo haga con diferente matiz, intensidad o significado.

Este reflejo puede ser corregido por la persona, cuando esta niega o se
defiende, frecuentemente es porque está experimentando angustia o ansiedad
frente a esa experiencia y si nosotros insistimos en desmantelar sus
mecanismos de defensa, podemos acabar con el ambiente de seguridad
necesario para que la persona se explore, se reconozca y se acepte a sí misma.
3.- Elucidación o clarificación: Recoger y reflejar a la persona ciertos elementos
que no fueron explícitamente formulados y que quizá no están claros en su
apreciación, pero que ejercen influencia de alguna manera la percepción del
consultante.

La elucidación trata de poner de manifiesto sentimientos y actitudes que no se

derivan directamente de las palabras del sujeto, sino que pueden deducirse
razonablemente de la comunicación, de su contexto, actitudes, posturas
corporales, etc.
Esta modalidad puede implicar un poco de interpretación por parte del
terapeuta, ya que consiste en traer a la atención y reflejarle elementos que no
fueron expresados explícitamente, asuntos o emociones que posiblemente no
son percibidos por el consultante, pero sí son percibidos por el terapeuta a
partir del lenguaje no verbal.

Podríamos decir que es una interpretación proveniente de la agudeza

intelectual, la percepción y sensibilidad del terapeuta.