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FECUNDACIÓN

Para que se
produzca un nuevo
ser, es necesario que
el óvulo y el
espermatozoide se
junten y se fusionen,
a este proceso de le
denomina,
FECUNDACIÓN.
El óvulo es fecundado en la trompa (1 día) y
luego avanza hacia el útero (entre 2 y 5 días). Al
cabo de cinco días llega a la cavidad uterina y el
embrión anida en la misma (entre 6 y 7 días).
El semen será depositado en la vagina, atravesará el
útero y llegará a las trompas de Falopio.
Aproximadamente a los dos minutos de una
eyaculación en el interior de la vagina, los
espermatozoides alcanzan la porción final de las
trompas. Sin embargo, de los cientos de miles de
espermatozoides, solamente unos pocos llegarán
hasta el óvulo y solamente uno podrá atravesar la
membrana plasmática del óvulo para producirse la
fecundación. Todos los demás espermatozoides son
destruidos en el viaje. La razón de producirse
millones de espermatozoides es para garantizar que,
al menos uno, pueda alcanzar el óvulo.
Cambios Fisiológicos
Todos estos cambios
tienen un propósito,
lograr preservar,
alimentar y
desarrollar la nueva
vida que comienza a
crecer en tu interior.
La división celular prosigue y se forma una
estructura denominada mórula (segundo
estadio de la embriogénesis), en este momento
ya son 12 células denominadas blastómetros las
que están formando lo que será el embrión.
Tras un periodo de cinco días se forma una
estructura embrionaria que consta de un
centenar de células, en este momento la mórula
pasa a ser un blastocito. Todas estas células son
capaces de convertirse en cualquier tipo de
tejido salvo en placenta.
Dos días después, el blastocito ha llegado al útero, ya
han pasado 7 días desde que se inició la fecundación
cumpliéndose la 1ª semana del embarazo, el blastocito
toma posiciones adhiriéndose al epitelio endometrial,
una capa celular compacta y esponjosa situada en el
interior del útero.
Cambios Psicológicos

Cuando hay fecundación, hay


embarazo. La fecundación no da
cambios psicológicos en la mujer,
debido a que casi siempre pasa
desapercibida, el embarazo sí.
Es característica una mayor
susceptibilidad, en la que se tiende
a experimentar altibajos
emocionales, pasando con facilidad
de la euforia al decaimiento, de la
alegría a la tristeza, del buen
humor al mal humor. Estos
altibajos suelen acentuarse frente a
circunstancias adversas, pero
también pequeños
acontecimientos pueden cobrar
una dimensión desproporcionada.
Es importante que la mamá sepa
que esto que siente no daña el
desarrollo del hijo y que no debe
preocuparse si siente, por ejemplo,
la necesidad de llorar.

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