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se caracteriza porque el juicio del entendimiento practico se adecua a aquello que la ley ordena, y da su
dictamen de acuerdo con las leyes que rigen la moralidad de los actos humanos. Esta forma de
conciencia es norma subjetiva y próxima de los actos humanos y el hombre debe poner todos los
medios a su alcance para llegar a poseerla, enterándose de las leyes que ordenan la vida moral,
aconsejándose de quienes tengan capacidad y criterio recto, y apartando los obstáculos que impiden
ese conocimiento. Estos obstáculos no son otros que el egoísmo personal, las malas tendencias, las
pasiones desordenadas que dificultan, cuando no impiden, un juicio sereno e imparcial.
CONCIENCIA ERRÓNEA:
Es la que, por el contrario, no coincide con lo
que la ley ordena. Es fruto de la ignorancia por
parte de la persona que realiza cierta acción y
desconoce la dimensión moral de la misma. Si la
ignorancia es invencible, y así sucede con las
gentes de escasa o ninguna cultura que las
incapacita para darse cuenta de lo imputable
(atribuir una culpa) de su acción, no es
formalmente culpable de ese determinado
modo de proceder. Pero si la ignorancia es
vencible, es decir, que la persona pueda salir de
ese estado realizando ese esfuerzo que está al
alcance de sus posibilidades y no lo quiere
realizar, tal persona es culpable del juicio
erróneo que formula.
CIERTA, PROBABLE O DUDOSA.
1.- tiene en este aspecto una gran importancia la educación general desde la infancia: distinguir bien del mal; obrar
bien y evitar el mal por convicción, no por temor. Esta educación recibida es un patrimonio que se tiene, que han
dejado nuestros antecesores y a la que se debe recurrir y no negar porque en algunas ocasiones sintamos que “nos
estorba”. El niño es un abanico de posibilidades y las primeras inclinaciones deciden la formación posterior de los
hábitos o costumbres.
2.- otro medio de formar la conciencia es la sinceridad del hombre consigo mismo. Reflexionar acerca de nuestro
comportamiento. Examinarse con frecuencia; llegar hasta el fondo de las disposiciones (porque estamos actuando
así), de nuestras motivaciones (que me mueve a actuar de determinada manera), o de las segundas intenciones (en el
fondo que espero o que pretendo con determinada conducta) y no quedarse en la superficie de los actos, pensando
que todo es indiferente.
3. una buena formación ética, con conocimientos en los que la inteligencia haya tenido participación. comprenderlos
ayudara a la aplicación de los conocimientos generales a los particulares, a saber, lo que representan valores
universales como honradez, lealtad, altruismo, justicia, etcétera.
Poder aplicarlos al ámbito particular de la vida y la profesión. Esta buena formación ética se debe reflejar, en
nosotros, frente al paciente, con compañeros de profesión y con la sociedad.
Por último, podemos agregar que una parte importante de la educación de la conciencia consiste en fortalecer la
valentía, ya que en algunas ocasiones se necesita de esta para poder actuar de acuerdo con lo que nos indica la
inteligencia por medio de la conciencia.
1.- ¿Qué es la conciencia verdadera?
Es el juicio practico que la ley ordena.